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Adolescencia y posmodernidad ¿Hay duelos en la posmodernidad?. Esta es la pregunta que se formula Guillermo Obiols en su libro “Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria” 1, el cual trata de introducirnos dentro del marco de los duelos en la realidad de la posmodernidad. Como punto de partida, analiza los diferentes postulados, que en su momento Arminda Aberastury2 tomo como procesos inherentes del pasaje por la adolescencia. El duelo por el cuerpo perdido La etapa de la adolescencia en la modernidad se encontraba en un punto intermedio entre la niñez y la juventud. Esta no estaba muy bien definida a nivel estético o de belleza: “el bebe, el niño, eran modelos estéticos, se los pintaba, esculpía,...la belleza angelical”, por otro lado “el adulto joven constituía el ideal estético por excelencia…”. En consecuencia, el adolescente y su cuerpo no eran de gran admiración, y esto se debía en gran parte a los procesos naturales de crecimiento que eran considerados antiestéticos: “la cara cubierta de acne, los largos brazos o piernas…”. No obstante, la estética del adolescente en la posmodernidad, es el modelo ideal a seguir por muchos. Según Obiols; modelos de 12, 14 o 15 años muestran el ideal de piel fresca, cabello abundante, cuerpo magro y plenitud sexual. Por lo tanto, esta tendencia nos estaría indicando que ya no existiría el duelo por el cuerpo perdido, sino más bien, el culto al cuerpo adolescente. Basada en mi experiencia personal a finales del siglo XX, creo que esta transformación del ideal adolescente, se fue dando de manera progresiva pero desigual: según el contexto, el poder adquisitivo de los padres y la propia personalidad del adolescente. Esta transformación muchas veces no era a tan temprana edad, e incluso existían dudas sobre cuando dejar de vestir como niños (más evidente en los niños que en niñas). El duelo por los padres de la infancia En la modernidad el rol de los padres de la infancia era el ser los únicos “adultos”. Idealización concebida por los niños, y que generalmente era promovida por los mismo padres. Crecer y descubrir que detrás de cada adulto existen errores, implica para los niños desidealizar y rearmar las figuras paternas. Según Obiols, los padres de la posmodernidad que crecieron en los 60’, se relacionan de un modo diferente con sus hijos: “si sus padres fueron distantes, ellos borran la distancia y se declaran compinches de sus hijos, intercambiando confidencias” Estos cambios en los patrones de referencia llevan a que se idealicen otro tipo de adultos. Por ejemplo: un cantante, deportista o ídolo de turno. Además, en su critica hacia los comportamientos distorsionados de los padres posmodernistas, comenta que el adolescente “no tiene que elaborar la perdida de la figura de los padres de la infancia”… “esta mas cerca que nunca de sus padres”; pero que a su vez esta conducta genera mas dependencia. Esto último, contradiciéndose a lo que se espera de esa edad, en esta época donde el mundo demanda más independencia y libertades.

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Obiols, Guillermo (1994). - Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria - Capitulo II.10 - Ser adolescente en la posmodernidad - Bs. As. - Kapeluz 2 Arminda Aberastury (1910-1972). Psicoanalista argentina, pionera del psicoanálisis de niños y adolescentes.

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El duelo por el rol y la identidad infantiles Por ultimo se analiza el significado de ser niño, su capacidad y autoestima, y su incapacidad para identificarse con el otro. Obiols plantea que no se elabora este tipo de duelo en la infancia porque en la conformacion de la identidad no hay pérdida conflictiva. Según los conceptos psicoanalíticos del yo ideal, el niño intenta alcanzar una imagen ideal, de satisfacer los deseos inmediatamente, y mantiene actitudes intolerantes y egocéntricas. Por lo tanto, el ideal del yo, no se mantiene dentro de los valores de la sociedad moderna. En este sentido: “los padres primero y los maestros después tienen la difícil tarea de provocar la introyeccion de otra estructura”, provocando hacer propios en el niño ciertos rasgos, para fortalecer su ideal del yo.

Texto de opinión Autora: M. Belen Zaffaroni F.

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