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Noticias falsas Fake news mensajes distribuidos manipuladamente Leer en otro idioma Vigilar esta página Editar Las fake news o noticias falsas es un tipo de bulo que consiste en un contenido seudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación.

Las fake news se emiten con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona u obtener ganancias económicas o rédito político. La noticia falsa o noticia bulo tiene relación con la propaganda y la posverdad. Las noticias falsas, al presentar hechos falsos como si fueran reales, son consideradas una amenaza a la credibilidad de los medios serios y los periodistas profesionales. La difusión de noticias falsas con el objeto de influir en las conductas de una comunidad tiene antecedentes desde la antigüedad, pero dado que su alcance está relacionado directamente con los medios de reproducción de información propios de cada etapa histórica, su área y velocidad de propagación resultaba escasa en las etapas históricas previas a la aparición de los medios de comunicación de masas. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación permitió que la dispersión de noticias falsas y su utilización para fines políticos se transformara en una preocupación global.[1]

Las noticias ficticias publicadas en medios satíricos, si bien son formas de desinformación, no son consideradas fake news en sentido estricto, ya que su objetivo humorístico, su evidente falsedad y el contexto del medio en que se emiten, no llevan a confusión a los lectores. Las notas de las publicaciones The Onion, Charlie Hebdo, Barcelona, El Mundo Today o Actualidad Panamericana son ejemplo de este tipo de noticias ficticias.[2]

La expresión fake news fue elegida "Palabra del año 2017" por el diccionario Collins,[3] y noticias falsas fue candidata a "palabra del año 2017" de la Fundéu BBVA.[4]

Índice

Definición Editar Las definiciones de fake news destacan el concepto de intencionalidad, unido a la idea de falsedad. La Fundéu BBVA recomienda el uso de la expresión noticias falseadas, debido a que el adjetivo «falseado [...] sugiere un matiz de adulteración o corrupción premeditadas».[5]

El Diccionario Cambridge define a las fake news como «historias falsas que parecen ser noticias, difundidas en Internet o usando otros medios, generalmente creadas para influir en las opiniones políticas o como una broma», agregando un comentario respecto de la preocupación existente en cuanto al poder de las fake news de afectar resultados electorales.[6] El diccionario Collins las define como «información falsa, a menudo sensacional, diseminada bajo la apariencia informes de noticias».[7]

Claire Wardle, especialista en Comunicación y Periodismo, describe el fenómeno como un «ecosistema completo de información», que debe analizarse teniendo en cuenta «Los diferentes tipos de contenido que se crea y se difunde. Las motivaciones de quienes crean este contenido. Las formas en que se divulga este contenido»[8]

Jonathan Albright, Director de Investigación del Tow Center for Digital Journalism de la Universidad de Columbia, señala que si bien aún no existe una definición precisa, «Se trata de un contenido que puede ser viral y que muchas veces está sacado de contexto. Está relacionado con la desinformación y la propaganda, y se asemeja a un engaño intencional».[9]

Categorías Editar Claire Wardle definió la desinformación como la «creación y difusión deliberada de información que se sabe es falsa», a diferencia de la información errónea, que es la «difusión involuntaria de información falsa». Estableció siete categorías ordenadas según su grado de intención de engaño deliberado.[8]

Sátira o parodia: El objetivo no es el engaño, sino la sátira, pero la información tiene el potencial de inducir a error, dado que su formato es similar al de las noticias auténticas.[Nota 1] Conexión falsa: Los titulares no resumen con exactitud el contenido de la nota periodística.[Nota 2]

Contenido engañoso: Uso engañoso de información para enmarcar un tema o una persona.[Nota 3] Contexto falso: El contenido genuino se enmarca en un contexto falso.[Nota 4] Contenido impostor: Las fuentes genuinas son suplantadas.[Nota 5] Contenido manipulado: La información o imágenes genuinas son manipuladas.[Nota 6] Contenido inventado: Contenido totalmente falso, creado con el objetivo de dañar o engañar.[Nota 7] Motivaciones Editar Eliot Higgins, fact-checker y fundador de Bellingcat, —una red de investigación en línea—, identifica cuatro motivos que impulsan a los creadores de noticias falsas y los resume en «las "cuatro P": Pasión, Política, Propaganda y Pago».[10]

Claire Wardle agrega otros cuatro motivos y diseña un gráfico que sintetiza la articulación de los motivos por los cuales se crean noticias falsas, con el grado de propósito de engaño deliberado.[8]

Desinformación Categorías→ Motivaciones impostor

Sátira o parodia Conexión falsa Contenido engañoso Contenido manipulado Contenido inventado

Periodismo deficiente



Parodia Sí





Partidismo



Provecho económico











Poder o influencia política

Ejemplos en la historia

Sí Sí

Pasión

Propaganda





Provocación

Contexto falso Contenido





















Editar Durante las décadas iniciales de la era común, los primeros cristianos fueron perseguidos debido a que circulaban rumores según los cuales ejecutaban prácticas repugnantes como el incesto, el infanticidio y el canibalismo. Siglos después, estas mismas acusaciones pesarían sobre paganos, judíos y supuestos herejes.[11] El Gran incendio de Roma, sobre cuyo origen aún existen dudas, derivó en julio de 64 en una de las más recordadas persecuciones a los cristianos. Según la versión más difundida, entre el pueblo de Roma corrieron rumores que afirmaban que el emperador Nerón había ordenado que se provocara el incendio que destruyó una buena parte de la ciudad; a fin de desviar las sospechas que caían sobre él, Nerón acusó a los cristianos.[12]

Durante la Edad Media se produjeron en Europa varios episodios violentos originados en las acusaciones conocidas genéricamente como Libelos de sangre.[13] En 1475 se difundió en Trento la acusación de un supuesto crimen ritual practicado por judíos del cual resultó víctima un niño de dos años llamado Simón. Varios miembros de la comunidad judía fueron condenados a muerte y el niño fue canonizado como mártir. En 1965, revisado el caso se comprobó que los judíos condenados eran inocentes y se suprimió el culto del niño.[14] Pese a la revisión del caso, algunos grupos antisemitas o de posturas radicales aún sostienen en la actualidad que Simón de Trento fue efectivamente un niño martirizado por los judíos.[15]

Luego del descubrimiento de América, se difundieron en Europa relatos acerca de sitios de inmensa riqueza, como los que dieron forma a la leyenda del País de Jauja, la Ciudad de los Césares o El Dorado. Estos relatos, en ocasiones en forma de romance, se difundían en forma oral en las ferias y mercados, con el objeto de impulsar a los hombres a unirse a las tripulaciones que viajaban a América.[16] Ya avanzada la etapa de la colonización, se produjeron informes y escritos que describían a los habitantes originarios como seres sin ningún tipo de valor, depositarios de todos los vicios con lo cual, quedaban justificadas todas las acciones de los conquistadores contra ellos.[17]

Hacia el s. XVII, era frecuente en Francia la distribución de panfletos impresos en hojas pequeñas con el objeto de difundir falsedades. Los más ampliamente conocidos fueron los libelos dirigidos a atacar al cardenal Mazarino y sus políticas.[18]

Ya en el s. XX, la propaganda nazi incorporó las técnicas de comunicación de masas más avanzadas de su tiempo, como la radio, para distribuir sus mensajes atrayendo amplias capas sociales.[19] Medios de prensa escrita como Der Stürmer y Der Angriff afirmaban que los enemigos políticos del régimen, especialmente los judíos, eran responsables del malestar y las dificultades que enfrentaba la sociedad

alemana en el período de entreguerras, logrando así el consenso, la aprobación y la colaboración de miles de personas.[20]

En 2001, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos creó en secreto una Oficina de Influencia Estratégica (OIE), con la misión de difundir información falsa que sirviera a la causa de Estados Unidos en la guerra de Afganistán. Se permitió que la OIE deliberadamente difundiera información falsa, dirigida en particular a los medios de comunicación extranjeros. Oficialmente, el OIE se disolvió después de que los periodistas revelaran su existencia.[21]

Siglo XXI Editar El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación permitió en el lapso 2000-2017 un incremento del 976.4% en el número de personas en el mundo con acceso a internet. Más de la mitad de la población mundial es usuaria de internet en la actualidad.[22]

En 2008 se publicaron los resultados de un estudio que analizó las afirmaciones que George W. Bush y los más altos funcionarios de su administración realizaron a lo largo de dos años a partir del 11 de septiembre de 2001, en relación con la amenaza que representaba Irak para la seguridad nacional. Los investigadores encontraron 935 declaraciones con información falsa, propagadas por los principales medios de comunicación masiva, que en su momento afirmaban haber realizado una validación independiente de la información. La conclusión del estudio afirma que la administración Bush impulsó a su país a la guerra de Irak «sobre la base de información errónea que propagó metódicamente».[23]

Durante la campaña que llevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se divulgó un supuesto informe producido por el FBI según el cual existiría un acuerdo secreto entre Vladimir Putin y Trump, quien habría recibido ayuda y apoyo del Kremlin durante los últimos años.[24] Meses después, el Comité de Seguridad del Senado inició una investigación sobre el caso, ante lo cual el presidente Trump solicitó se investigara acerca de las noticias falsas producidas por los medios estadounidenses.[25] La campaña de Trump había utilizado las redes sociales como instrumento de divulgación,[Nota 8] a diferencia de Clinton, que se había basado en anuncios televisivos y en otros medios tradicionales.[26] Los mensajes políticos distribuidos mediante Facebook, Instagram o Twitter llegaron a unos 126 millones de personas en Estados Unidos. Un procedimiento de minería de datos aplicado a los perfiles de los usuarios, permitió la difusión de mensajes diferentes, diseñados según los intereses y preocupaciones de los destinatarios, dirigidos de modo específico a las personas preocupadas por la inmigración —

especialmente de personas provenientes del mundo islámico—, el control de las fronteras, la legislación sobre las armas, etc.[27]

Archivo:Fakenews - DefPueblo.webmReproducir contenido multimedia Vídeo sobre noticias falsas elaborada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, previo a las elecciones de 2019 en Argentina Por su parte, Donald Trump utiliza reiteradamente la expresión fake news como respuesta a todas las críticas a su gestión, desprestigiando a los medios de prensa tradicionales y cancelando la discusión abierta y argumentada sobre sus políticas. Esta actitud prontamente fue adoptada por diversos líderes mundiales, que encontraron que la deslegitimación de los medios de prensa o las instituciones que informan sobre hechos que les son adversos, es un recurso inmediato y efectivo para acallar las críticas. [28] Donald Trump anunció la creación de los Fake News Awards, premios que finalmente fueron otorgados en enero de 2018 a los medios de prensa que, en su opinión, fueron los "más deshonestos, corruptos y/o distorsionados en su cobertura política", especialmente The New York Times y un artículo del premio Nobel de Economía Paul Krugman.[29]

Las redes sociales fueron el medio para la propagación de información distorsionada en relación con el plebiscito de Colombia,[30] el referéndum Cataluña,[31] y el brexit.[32] En julio de 2018 se dio a conocer un informe emitido por un comité de expertos bajo la órbita de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, en el que se mencionan campañas de análisis de audiencia objetivo, desinformación o manipulación de la opinión pública que a partir de 2013 habrían tenido relación en mayor o menos grado con los procesos eleccionarios o referéndum de Kenia, Ghana, México, Brasil, Australia, Tailandia, Malasia, Indonesia, India, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Alemania, Inglaterra, Eslovaquia, Perú, Francia, Italia, Guyana y Argentina, entre otros.[33] En este último caso, el informe se basa en las declaraciones de Alexander Nix, ex CEO de Cambridge Analytica, acerca de una "Campaña anti-Kirchner", previa a las elecciones presidenciales de 2015.[34]

Fake news y posverdad Editar Artículo principal: Posverdad El concepto de posverdad, que se refiere a «toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público»,[35] forma parte del

«ecosistema de información» o «infraestructura de información» que habilita la propagación de información falsa. Según el filósofo A.C. Grayling «Todo el fenómeno de la posverdad es sobre: 'Mi opinión vale más que los hechos'. Es sobre cómo me siento respecto de algo»[36] En este contexto, el entonces portavoz de la Casa Blanca expresó que «la comunidad mundial considera al líder iraquí, Saddam Hussein, como una amenaza» frente a la evidencia de las falsedades que la administración Bush divulgó para conducir a su nación a la Guerra de Irak;[23] Donald Trump opinó que «El concepto de calentamiento global fue inventado por los chinos» para justificar la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París;[37] y la asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway habló de «hechos alternativos» para referirse al discutido número de asistentes a la asunción de Trump.[38]

Autorregulación y control Editar

Infografía de la campaña desarrollada por la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA) La preocupación por la influencia de fake news en algunos momentos políticos clave, como los procesos electorales por ejemplo, ha llevado a varios líderes mundiales a impulsar legislación para el control de la difusión de información falsa en las redes sociales.[Nota 9] Entre otros, Angela Merkel impulsó una ley que aplica altas multas a las plataformas que no eliminen en un plazo de 24 horas mensajes de odio, xenofobia o noticias falsas,[39] y Emmanuel Macron anunció recientemente una ley que se aplicará sobre los contenidos emitidos por medios audiovisuales y redes sociales.[40]

Este problema se discutió en una sesión plenaria del Parlamento Europeo. El debate se desarrolló entre quienes sostienen que deben implementarse controles y supervisión estrictos, considerando los riesgos que los contenidos falsos implican para las democracias liberales, y quienes sostienen que estos controles representan una forma de censura, los que representaría un retroceso en cuanto a los derechos a la libre expresión. Una tercera argumentación apunta a la autorregulación y al desarrollo de acciones para que los lectores puedan detectar la información verdadera de aquella que no lo es.[41]

En los últimos tiempos se han desarrollado numerosas acciones que buscan que las personas incrementen su nivel de atención y discernimiento sobre las noticias que reciben, a fin de detectar las fake news y evitar su divulgación.[42] Facebook distribuyó un decálogo de claves que permitirían identificar contenido falso,[43] y en algunos medios de prensa se publicaron las direcciones de portales web especializados en detectar contenido falso.[44]