Nivel I: Atención Llega todo tipo de información hacia nosotros en un solo momento y nos es posible captarlos por medio
Views 164 Downloads 0 File size 281KB
Nivel I: Atención Llega todo tipo de información hacia nosotros en un solo momento y nos es posible captarlos por medio de los sentidos, sin embargo nos enfocamos en un solo estímulo, ignorando el resto. Zonas activadas:
Tallo cerebral: Convergen aquí las terminaciones nerviosas de la médula espinal conectándose al cerebro. Lóbulo frontal: Orienta la atención.
Nivel II: Activación Sensorial La información recibida a través de los sentidos es procesada en la corteza cerebral, a esto se le conoce como “Procesos Sensoriales Perceptuales”. Zonas activadas:
Lóbulo occipital: La vista Lóbulo temporal: Oído. Lóbulo parietal: Tacto. Áreas bajas profundas: Gusto. Lóbulo frontal: Olfato.
Nivel III: Emoción De esta etapa se encarga el “Sistema Límbico”, una de las partes más profundas del cerebro y es responsable de la vida emocional del ser humano. Aquí se producen los estados de “Placer” o “Displacer” que posteriormente se manifestarán físicamente. Se derivan dos tipos de atención: La intuitiva y la asociativa. Zonas activadas:
Amígdala. Tálamo. Hipotálamo.
Nivel IV: Cognición Ya hay un pensamiento más complejo como tal, analizando y sintetizando la información. Zonas activadas:
Hemisferio izquierdo: Análisis. Hemisferio derecho: Síntesis.
Nivel V: Regulador
Aquí la conducta es monitoreada, ajustada y guiada de la manera más apropiada y estable posible, que va enfocada a una posible ganancia. Zona activada:
Lóbulo frontal.
Nivel VI: Acción Una vez que el proceso se concreta habiendo procesado de manera sensitiva y cognitivamente la información a través de las distintas áreas cerebrales, se delibera pasando al acto como tal efectuando movimientos o hablando. Zonas activadas:
Lóbulo frontal: Verbalización. Corteza prefrontal: Movimiento.
_ Detrás de cada conducta hay decisiones que nuestro cerebro toma dependiendo los factores que intervengan, ya sean externos, internos, conscientes o inconscientes, racionales o emocionales; dependiendo de esto el cerebro entonces será quien sopese, evalúe y compare cuál es la mejor respuesta que le ayudará a devolverle al medio. Si algún estímulo se vuelve significativo de manera positiva, habrá atención hacia éste, podremos comprenderlo mejor y habrá una mayor respuesta emocional y por tanto una motivación a la acción.