Movimientos Libertarios

República Bolivariana de Venezuela Ministerio para el Poder Popular para la Educación U.E. Colegio Juan Vicente González

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República Bolivariana de Venezuela Ministerio para el Poder Popular para la Educación U.E. Colegio Juan Vicente González Barcelona Edo. Anzoátegui Materia: Historia Tema: 2

MOVIMIENTOS LIBERTARIOS DEL SIGLO XVIII

Profesor: Ángel Rodríguez

Alumno: Oscar Salazar 1er Año Sección “C”

Barcelona, 24 Abril 2020

INDICE:

Portada……………………………………………………………………………………1 Índice………………………………………………………………………......................2 Desarrollo: Tema 2: MOVIMIENTOS LIBERTARIOS DEL XVIII:  Revuelta

de

Juan

Francisco

de

León

(1749



1752)

………………………………..4  Insurrección de José Leonardo Chirino (1795)……………………………………5  Conspiración de Gual y España (1797)……………………………………………8  Insurgencia posterior al movimiento de Gual y España (1799)…………………… 8

Tema 2: MOVIMIENTOS LIBERTARIOS DEL SIGLO XVIII.

2.1 Revuelta de Juan Francisco de León (1749-1752). La rebelión encabezada por Juan Francisco de León puede caracterizarse como un movimiento de protesta abanderado por los pequeños cultivadores isleños de Barlovento, que apenas habían comenzado la roturación de sus tierras y sus plantaciones con un reducido número de esclavos que se sentían víctimas de las restricciones y limitaciones impuestas para dar salida a sus producciones, y de la política hostil de la Gobernación contra sus fundaciones. Vieron en la deposición de León por Martín de Echevarría un claro intento de control del contrabando que había sido la única posibilidad rentable que tenían. El 19 de abril de 1749 el gobernador Castellanos recibe un manifiesto de León en que protesta por el control gubernativo de los vascos. Termina diciendo que en toda la provincia no ha de quedar de esta raza persona alguna. Le recibe, trata de contemporizar con él, reniega de las decisiones de un cabildo extraordinario en el que promete indultar a los alzados y suprimir la Compañía y huye a La Guaira. El 10 de mayo León remite un memorial al Rey, explicando la situación. A comienzos de agosto sitia La Guaira. Logra que Castellanos la compañía suspendan sus actividades, por lo que regresa a Caracas. La llegada de un nuevo Gobernador, Julián de Arriaga, el 28 de noviembre se traduce en un período de espera, durante el que el ministro Ensenada, tras reunir los informes necesarios, prepara el empleo de la fuerza militar. En ese interregno, el gobernador se enfrenta a un nuevo motín ante los rumores de reimplantación de la Compañía. Se elige a Felipe Ricardos para proceder a la represión. Llega a la Guaira el 21 de mayo de 1751 con 600 hombres de infantería. Sus órdenes son detener a los dirigentes de la rebelión, restaurar la Compañía y crear una junta para fijar los precios del cacao. Una nueva revuelta es reprimida. León huye y se entrega sin esperanzas a principios de 1752. Entre los detenidos, el isleño Andrés Rodríguez Betancourt fue pasado por las armas, y el mulato Juan Muchingo y el zambo Raimundo Romero ahorcados. El 5 de febrero su casa es arrasada y sembrado su solar de sal, se le incautan sus propiedades y se le remite con sus hijos y otros cabecillas a España donde fallece. Una afrenta que perpetuaba su vilipendio sólo levantada en 1811 por el diputado de obras públicas, el santacrucero Rodulfo Vas.

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Mucho se ha escrito sobre el alcance y planteamientos políticos de la rebelión de 1749. No cabe duda de que no fue un movimiento insurreccional contra la Monarquía, sino que obedecía al propósito de destruir el monopolio de la Guipuzcoana y la hegemonía vasca en la Provincia. Aunque contara con mayores o menores simpatías entre la elite criolla, fue esencialmente un movimiento capitaneado por los pequeños cultivadores, aquéllos que más perjudicados habían sido por su política y que veían en ella la negación de su supervivencia como hacendados. Debemos de tener en cuenta este hecho, porque si no entenderíamos el porqué de que un sector isleño ligado por intereses mercantiles a la Compañía le prestó a ésta un apoyo incondicional. Entre ellos podemos citar al comerciante palmero Francisco Smalley, al Contador de la Real Hacienda el lagunero Lorenzo Rosell de Lugo y al dueño de recuas de mulas y mercader el icodense Juan Martín de Alayón. Buena parte de los mercaderes isleños tuvieron estrechas relaciones con la empresa monopolista, como era el caso de los Núñez de Aguiar, los Mora, los Rodríguez Camejo o los López Méndez, unidos por lazos de consanguinidad. A tal grado llegó que no puede resultar sorprendente que María Josefa Mora, hija de los buenavisteros Juan José Mora e Isabel García y hermana del regidor perpetuo José Hilario Mora, fuese la mujer del célebre Martín de Echevarría y del comerciante vasco Juan José Echenique; ni que los mayores propietarios de Panaquire, los laguneros Juan Rodríguez Camejo y Clara González Tejera, mantuvieran activos negocios con Echevarría y la Guipuzcoana y que su nieta y heredera María de la Encarnación contrajera nupcias con el capitán vasco Fermín de Echevarría. Ni que Antonio Díaz Padrón, mercader cabecilla de la rebelión, y después traidor y perseguidor de León, fuera premiado con el Tenientazgo de Guarenas y con el grado de capitán, y que sus hijas enlazasen los oligarcas granadilleros Paz Castillo.

2.2 Insurrección de José Leonardo Chirino (1795). Líder de la insurrección de negros y zambos desarrollada en la serranía de Coro en 1795. Hijo de un esclavo al servicio de la familia Chirino, nació libre debido a que su madre era una india. Se casó con una mulata de nombre María de los Dolores con quien tuvo 3 hijos: María Bibiana, José Hilario y Rafael María. Tiempo después sirvió a José Tellería, rico comerciante y síndico procurador de Coro, a quien acompañó en uno de sus viajes al Santo Domingo francés (posteriormente llamado Haití). Allí escuchó hablar a Tellería y otros comerciantes acerca de la Revolución Francesa y los ideales de ésta (libertad, igualdad y fraternidad). Asimismo,

estableció contacto con el proceso que se vivía en Haití donde los negros esclavos se habían levantado contra los blancos y estaban luchando con éxito para obtener su libertad.

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De regreso a Venezuela se incorporó a un grupo de conjurados que se reunían en el trapiche de la hacienda Macanillas (Curimagua, Edo. Falcón), entre los que se encontraba José Caridad González, un negro congolés muy informado de las ideas de la Revolución Francesa. El día 10 de mayo de 1795 estalló la insurrección, que establecía en su programa revolucionario el establecimiento de lo que llamaban la Ley de los Franceses, es decir la República; eliminación de la esclavitud e igualdad de las clases sociales; supresión de los privilegios; derogación de los impuestos de alcabala. La mayoría de los seguidores de Chirino eran negros de la tribu de los "loangos" o "minas", del Reino del Congo. En términos generales, el objetivo de los insurrectos era tomar todas las haciendas de la zona, reclutar hombres, asegurar el paso hacia Coro y después hacer entrada a esa ciudad. Luego de perpetrar el asesinato de algunos blancos y saquear sus propiedades, se entregaron a la celebración demorando la toma de Coro, con lo cual dieron tiempo a las autoridades de organizar la defensa. Los rebeldes fueron repelidos y muchos de ellos asesinados o apresados. En cuanto a Chirino, perseguido por las autoridades, pudo escapar y refugiarse en la selva hasta que traicionado por un conocido en Baragua, fue capturado por las autoridades en agosto de 1795. Trasladado a Caracas, la Real Audiencia lo condenó a la horca, el 10 de diciembre de 1796, sentencia que se ejecutó en la plaza Mayor de esa ciudad (hoy plaza Bolívar). Como escarmiento y para desalentar futuras rebeliones, la cabeza de Chirino fue puesta en una jaula de hierro que se colocó en el camino hacia los Valles de Aragua y Coro. Además, sus 2 manos cortadas se fijaron en Caujarao y Curimagua. Sus familiares no corrieron con mejor suerte, ya que, fueron vendidos como esclavos lejos del sitio donde vivían: María de los Dolores y Rafael María, en Caracas, y María Bibiana y José Hilario, en Puerto Cabello, su esposa murió antes de ser trasladada a algún sitio. El movimiento encabezado por Chirino y José Caridad González, fue una insurrección que impactó política, social y económicamente a la sociedad colonial venezolana. Con el objeto de cumplirse en 1995, 200 años de la rebelión acaudillada por Chirino, el Ejecutivo Nacional, el Congreso de la República y diversas instituciones culturales del país, acordaron homenajear al luchador social. Entre los actos conmemorativos, se develó una placa en el Panteón Nacional, el 10 de mayo de 1995, con lo cual quedó reconocida oficialmente su presencia al lado de los otros próceres venezolanos.

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2.3 Conspiración de Gual y España (1797). Movimiento revolucionario organizado en La Guaira y Caracas en 1797, por Manuel Gual y José María España; puede ser considerado como uno de los antecedentes más cercanos de los sucesos del 19 de abril de 1810. En relación a sus máximos dirigentes, tenemos que el primero, guaireño, era militar retirado (capitán), hijo de un oficial que unos 50 años antes había defendido al puerto de La Guaira contra los ataques navales de los ingleses. El segundo desempeñaba el cargo de teniente de justicia de Macuto. En términos generales, se trató de un proyecto revolucionario igualitario, republicano y democrático, con proyección hacia el resto del continente. En la conjura participaron individuos de todas las clases sociales, exceptuando a los mantuanos. En tal sentido figuraron entre los conjurados comerciantes como Manuel Montesinos Rico; los abogados criollos Nicolás Ascanio y Luis Tomás Peraza; los ingenieros militares Patricio Ronán y Juan Lartigue de Condé (francés al servicio de la monarquía española); funcionarios de la Real Hacienda como Joaquín Sorondo, Juan José Mendiri, Martín Goinaga; y el párroco de La Guaira, Juan Agustín González. También formaron parte de la conspiración abogados y letrados, así como muchos artesanos, es decir: albañiles, zapateros, herreros; muchos sargentos, cabos y soldados, unos pardos y algunos blancos. En síntesis, se trataba de una rebelión de gente de lo que podía ser considerado como un sector medio, que pretendía hacer de la provincia de Venezuela una república democrática independiente.

En la conspiración de Gual y España desempeñaron un importante papel varios revolucionarios españoles que encabezados por el educador y escritor Juan Bautista Picornell, habían pertenecido a una logia masónica madrileña que había organizado en la capital de España un golpe de Estado que tenía como propósito derrocar el régimen monárquico e instaurar una República al estilo de la francesa. Este movimiento en el que también estaban implicados el profesor de matemáticas Sebastián Andrés y el de humanidades José Lax, así como el miembro del Real Colegio de Pajes, Manuel Cortés Campomanes, debía estallar el 3 de febrero de 1796, día de San Blas. Pero los mismos fueron delatados antes de lograr su objetivo siendo apresados, juzgados y condenados a muerte, pena que les fue conmutada por la del encierro en predios de América, gracias a la intervención del embajador de Francia. En diciembre de 1796 y a comienzos de 1797, los 4 conspiradores europeos fueron llegando al puerto de La Guaira, donde se les encerró en las bóvedas. Al poco tiempo Picornell y sus compañeros entraron en

contacto con Gual y España, reforzando sus ideas revolucionarias. El movimiento que tuvo su foco en La Guaira desde donde se extendió rápidamente a Caracas; contó con un conjunto de documentos teóricos e instrucciones de carácter organizativo práctico. Inclusive se previeron cantos revolucionarios como la Carmañola americana, inspirada en su homónima francesa, y una canción americana surgida de la propia entraña del medio social, aunque con influencia de La Marsellesa. 6

Mientras tanto en La Guaira la conspiración seguía su curso. En tal sentido, el movimiento fue fijado para el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen. El comerciante Manuel Montesinos Rico, quien vivía en Caracas, había recibido de Gual el encargo de promover la conspiración en la capital. El 11 de julio, Montesinos intentó captar para el movimiento al oficial de Milicias de Pardos, insinuándole que facilitara a los conjurados el acceso a la armería del cuartel el día 16. No obstante, Chirinos no se dejó convencer y habló con varios compañeros y luego con el capellán de su batallón y éste con uno de los párrocos de la catedral, porque la noticia finalmente llegó a oídos del gobernador y capitán general Pedro Carbonell ya avanzada la tarde del día 13. El primero de los conjurados en ser arrestado fue Montesinos Rico, en cuya casa fueron encontrados documentos revolucionarios, algunos escritos por él y otros por Picornell. Entre estos manuscritos se encontraban las Ordenanzas, las cuales comenzaban de la siguiente manera: "... En el nombre de la Santísima Trinidad y de Jesús, María y José, amén...", a lo que seguían 44 artículos en los que se establecían las bases del nuevo gobierno revolucionario, declarando que el movimiento era hijo de "la razón, de la justicia y de la virtud", que la esclavitud quedaba abolida y que los 4 fundamentos de los derechos del hombre eran "igualdad, libertad, propiedad y seguridad". Gual enterado de la captura de Montesinos, bajó a La Guaira en la noche del día 14 con la intención de adelantar el estallido del movimiento. Sin embargo, al desistir Ronán de su participación en la conspiración, Gual y España decidieron partir rumbo a las Antillas. El objetivo de los conjurados, luego de haberse apoderado de La Guaira y Caracas, era enviar comisionados a las capitales de las provincias de la capitanía general y a otras poblaciones importantes, con una copia de las Ordenanzas y una circular dirigida a las autoridades de cada lugar en las que se les conminaba a sumarse al movimiento.

La reacción de las autoridades españolas ante el movimiento conspirativo no se hizo esperar, siendo detenidas numerosas personas tanto en La Guaira como en Caracas. Por la captura de Gual y España quienes recorrieron Curazao, Guadalupe, Martinica, Saint Thomas, Saint Croix y Trinidad, se ofrecían 500 pesos de recompensa, y en caso de presentar resistencia la cantidad aumentaba a 10.000 pesos por Gual (que era militar) y de 5.000 pesos por España. A pesar de la recompensa que se ofrecía por su captura, España desembarcó disfrazado de marinero en el puerto de La Guaira a fines de enero de 1799, logrando llegar a su casa de Macuto donde pudo

esconderse. Allí permaneció unos 3 meses hasta que decidió iniciar una rebelión contra el nuevo gobierno en Caracas de Manuel Guevara Vasconcelos.

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Denunciado por uno de sus esclavos, quedando luego arrestado y conducido a la capital a fines de abril. Juzgado sumariamente, fue condenado a muerte el 6 de mayo y ejecutado el 8, en la plaza Mayor de Caracas (actual plaza Bolívar). Otros conspiradores ejecutados fueron el soldado Manuel Pino y el cabo Agustín Serrano en Caracas y el sargento José Ruiseñol, el artillero José Narciso del Valle y el albañil Juan Moreno en La Guaira. Manuel Gual permaneció en la isla de Trinidad, desde donde se comunicó con el Precursor Francisco de Miranda, quien estaba en Londres. En mayo de 1799 Gual publicó una Alocución dirigida a sus compatriotas, excitándoles a seguir combatiendo por la independencia. El 25 de octubre de 1800 murió en San José de Oruña (Trinidad), probablemente envenenado por un espía. Picornell y Cortés Campomanes sobrevivieron.

2.4 Insurgencia Posterior al Movimiento de Gual y España (1799) Aunque la Conspiración de Gual y España fracasó como movimiento revolucionario en julio de 1797 y se extinguió definitivamente con la muerte de sus principales líderes José María España en 1799 y Manuel Gual en 1800, los textos que se difundieron durante la misma tuvieron una considerable influencia en el movimiento emancipador de Hispanoamérica. El documento más importante que emanó de la Conspiración de Gual y España fue el de los Derechos del hombre y del ciudadano con varias máximas republicanas y un discurso preliminar dedicado a los americanos, el cual contenía como parte central el texto de los Derechos del hombre y del ciudadano, traducidos de la declaración francesa que precedió al acta constitucional del 24 de junio de 1793. En definitiva, analizando los documentos relacionados con el movimiento conspirativo de Gual y España, se puede concluir que esta conjura es la de mayor contenido teórico, la más orgánica y completa, con perfecta definición de ideario y fines, de todos los movimientos precursores de la independencia de la América meridional. Algunos movimientos en Venezuela fueron la revuelta de Juan Francisco de León (1749-1752), la insurrección de José Leonardo Chirino (1795), la conspiración de Gual y España (1797), y la tentativa de negros y mulatos de Maracaibo (1799).

Tentativa de negros y Mulatos (1799): Llamada la sublevación de Maracaibo, se llevó a cabo en 1799 y fue un intento contra el imperio español, en el cual se buscó la creación de una república independiente que se rigiese por sus propias leyes y además administrara su producción en intercambio con viajeros y comerciantes, quienes llegaban a el puerto de dicha ciudad, también se buscó con esta sublevación la reivindicación de la clase parda, con respecto a los nobles y blancos criollos.  8