Mi Tia Sanada de Asma

3 Mi tía sanada de asma Cuando fui a visitar a mi tía Judit a su casa, lo hice en ayuno. Quería seguir una adverten

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3 Mi

tía

sanada

de

asma

Cuando fui a visitar a mi tía Judit a su casa, lo hice en ayuno. Quería seguir una advertencia de Jesús sobre ciertos espíritus malos, que solo salen de una persona cuando a la oración, se complementa con la abstención de alimentos. Mi tía siempre tan amable y risueña me recibió con gusto y gozo. Permítame expresar algo: cuando usted está en evangelismo sabe, que así como lo reciban, con gozo, en la mayoría de los casos se terminará con gozo. Eso hizo Zaqueo con Jesús en su casa y sabemos que ese mismo día fue salvo, él y toda su familia.

Ella sabía de mi conversión a Cristo y también se acordaba que desde niño siempre la veía jugar naipe con mi abuela. Después de mi visita mi tía “segunda” y avanzada en años, me me informaron que murió unos ocho meses más tarde. Pero ese mediodía aprendí una gran lección que me ayudaría en el futuro a ministrar a personas que padecen ese mal y por tanto mi espíritu se regocijó grandemente. Cuando usted ayuna es claro que se hace más sensible al reino espiritual y más aún, si el ayuno lo hace con un motivo correcto, que no es otro a buscar el que Dios sea glorificado proveyendo beneficios a los enfermos y necesitados (Isaías 58.1-12). No siempre tiene que “ver” a un fantasma o aparición para saber que hay un espíritu malo en la persona que lo está atormentando, pues Dios nos da discernimiento para saber cómo opera Satanás y dicho discernimiento es una percepción o comprensión de lo que sucede en el reino espiritual gracias a la obra del Espíritu Santo.

El apóstol Pablo nos muestra en 2 Corintios 2.11, que al conocer de las maquinaciones del maligno (el saber cómo piensa) podemos igualmente saber cómo actúa; y el trabajo de Lucifer es afligir, agobiar, desgastar, hurtar, matar y destruir (Juan 10.10). Gracias a Dios que la labor de Jesucristo es darnos vida abundante, y por ello El vino a liberar a los cautivos (Lucas 4.18). Yo no puedo decir que vi en el reino espiritual al demonio, pero si pude “discernir” –cuando ella se rio-, que el asma es un espíritu malo que lo caracteriza por ser entre otras cosas, un espíritu burlón. La ciencia médica está en su libertad de definir el asma con su propia objetividad y quizás sonara curioso y aun difícil para algunos admitir, que el espíritu de asma sea un demonio que atormente a las personas, sean adultos o niños y se mofe de sus víctimas, lo cual no debería extrañarnos, pues esa es la naturaleza de la bestia Lucifer. Cuando mi tía Judit hablaba se reía mucho, muy a pesar de su penosa y crónica enfermedad, y aquel día cuando lo hizo, pude ver la burla del diablo en su risa tosiente que salía de su boca. El finado evangelista y apóstol de fe, Smith Wigglesworth una vez enseñó: “cuando

puedas discernir al espíritu, podrás echarlo fuera”.

Jesús dijo en Marcos 16.17: “estas señales seguirán a los que creen, en mi Nombre echareis fuera demonios”. Si aún no lo ha hecho en su vida, debe recibir entonces el bautismo en el Espíritu Santo, pues con él, tendrá “dinamita” para echar fuera lo malo que invade a la creación de Dios. Le compartí el evangelio de Jesucristo, aquel mismo evangelio que ella había escuchado por tantos años y que su misma hermana, (mi abuela) le había testificado. Habían tenido influencia de la religión tradicional católica, y aunque habían encontrado algunas cosas positivas en ella, con estas no le alcanzaba para ser libre de su atadura y agobio. Como se lee en Ezequiel 3.15, “me senté donde ellos estaban sentados”. En verdad uno debe haber vivido algo similar, sea en carne propia o en la de un ser querido para saber lo difícil y a veces angustioso el saber que una enfermedad y aflicción de esa naturaleza puede llevar a alguien a la muerte por ser una condición incómoda y asfixiante. La mera definición de la palabra busca preocupar.

Gracias a Dios hay cura para ello! (Mateo 8.17). Si usted tiene un familiar con esta enfermedad no se limite solo a los fármacos, busque hombres y mujeres de fe que oren por él. Es llamativo el hecho de que a mí me hubiera tocado hacer oración de sanidad primero por miembros de mi familia, cuando la Palabra de Dios nos dice que “no hay profeta en su tierra”. Y si este testimonio de fe le puede parecer de provecho, hay otros testimonios sorprendentes que comparto en otros capítulos y otros libros futuros. Es bueno aclarar algo: nunca reclamaré de que alguien se sane por mano humana, pues es obvio que solo Cristo salva y sana y solo Él debe ser glorificado, pero siempre afirmaré que Dios se mueve en respuesta a las oraciones de su pueblo, y que sin importar quien lo haga, Él no se complace en la maldad y antes por el contrario anhela ver a todas las personas salvas, sanas y libres. En las ministraciones de sanidad, usted debe atar al menos estos tres (3) espíritus: duda, miedo e incredulidad. Para los que no creen en que Jesucristo sana hoy, sino que sólo lo hizo en tiempos bíblicos, no argüiría con ellos, sin embargo, para los que creen que Él aún lo hace, este como muchos otros testimonios deberían verse como algo absolutamente normal. Después que mi tía oyó la Palabra de Dios una vez más en su vida y captó el mensaje de salvación del espíritu, -de cómo una persona recibe la Vida Eterna estando aquí mismo en la tierra- le dije que allí no terminaba todo y que era tiempo de orar a Dios (lo contactara) para que también se apropiara de la promesa de Sanidad, aquella promesa que le había estado reservada por tanto tiempo y que quizás por ignorancia no se había asido de ella. Mi tía y yo hicimos una oración simple para que recibiera a Cristo en su corazón, pidió perdón a Dios por sus pecados y además invitó a Jesús de Nazaret en su espíritu como Señor, Salvador y Sanador de todo su ser, incluida el asma. La instruí y advertí que Satanás la dejaría solo un por tiempo (Lucas 4.13), pero que cuando regresara a atacarla, lo reprendiera diciendo:

“La sangre de Cristo esta contra ti Satanás, y yo he declarado la Palabra de Dios que dice, que por sus llagas, yo FUI sanada”. Quisiera

que

en

este

momento

tomaras

un

paso

de

fe.

[Pon tu mano sobre el pecho de un enfermo(a) de asma y ponte de acuerdo conmigo, conforme a Mateo 18.19] .. “Oro para que si tu o algún ser querido padece de asma, acepte y entienda que la voluntad de Dios es que sea(s) libre de esta aflicción; que los médicos han querido aliviar su sufrimiento con fármacos y no debes recurrir a nada “extraño”, pues Jesucristo es el efectivo, y en su Nombre reprendo en este instante, el espíritu de asma; ordeno que salga de tu cuerpo; lo envío a lugares secos y le mando que no regrese más. En el Nombre de Jesús, lo doy por hecho; Amen y Amen. Mi tía –según el testimonio del resto de la familia- gozó de más meses de vida tranquila, y en sus últimos instantes de su peregrinaje aquí en la Tierra pudo apreciar la belleza del Señor al haber recibido primero la Salvación y luego la Sanidad de una enfermedad, que la había afligido por varios años.