Materialismo Historico_ TOER MARIO

Mario Toer El MnrERleusMo Hrsróruco Corcepros y cATEGoníns eÁsrcAs AcERcA DE Lo socrAL Ediciones Cooperatiuas es un

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Mario Toer

El MnrERleusMo Hrsróruco

Corcepros y cATEGoníns eÁsrcAs AcERcA DE Lo socrAL

Ediciones Cooperatiuas es un emprendimiento cooperatiuo de docentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la Uniuersidad de Buenos Aires para difundir sus trabajos e inuestigaciones Ninguna parte

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de esta publicación, incluido el diseño de cubierta i1;"¿m;á

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de grabación o de fotocopia sin permiso previo del Editor.

Toer, Mario El materialismo histórico: conceptos y categorías básicas acerca de lo social. - 2a ed. - Buenos Aires: Ediciones Cooperativas, 2008. 108 p. ;21x14 cm. s BN 978-987 -652-020 -1

l.

TNTRODUCCTÓN

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PRIMERA PARTE EL MATERIALISMO HISTÓRICO

Su

infrocción está penada por las leyes 11723 y 25446.

r

INDICE

Socialismo. l. Título

cDD 320.5 O 2008 Toer, Mario

.............15 El"materialismo".......... Las fuerzas productivas.............................. ............... 18 ........19 El surgimiento de las clases... El Estado ".........21 ............... 23 La lucha de clases ......24 La ideología ......28 Los sucesivos modos de producción.......,.. .........31 Elsurgimiento delcapitalismo... ...... 38 La burguesía y el proletariado... ......................45 La crisis del capitalismo........ .............47 Conciencia para sí... ............ 50 Los "usos" del marxismo............. ....... 53 El legado Maxista.....

Derechos exclusivos

SEGUNDA PARTE

O 2008 Ediciones Cooperativas Tucumán 3227 (1189) Buenos Aires - Argentina (54 ott) 4864 s520 I (r5) 4937 6915

Carlos Marx 2o edición, Agosto 2008

a

€ X

Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política. ......... 57

Carlos Marx Carta a P. V. Annenkov

-

La relación estructura

-

superestructura.

...

65

Federico Engels

http://www.edicionescoop.org.ar [email protected]

Carta a J.

Bloch......

.....................67

Federico Engels Hecho el depósito que establece la ley 11-723

Carta a H.

Starkenburg............

,..................69

Federico Engels

Impreso y encuadernado por:

"Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico". Capítulo 3............ 77

Imprenta Donego. Dorrego 1102, C.A.B'4.

Adam Schaff "Marx.a su venganza en

1".

ed. Tirada: 100 ejemplares. Se terminó de imprimir en Agosto 2008.

ultratumba"...

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Ecjitoriat esociada o, IMpRrso

EN ARGENTINA

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PRIi¡TED rN ARGENTn'{E

APÉND|CE.

................. 103

INTRODUCCION Resumir la obra que más ha dado que hablar, más ha dado que escribir y más ha dado que hacer en los últimos 150 años, no resulta sencillo para nadie. Menos hacerlo en dos horas y ante estudiantes que recién acaban de dejar la escuela media e ingresan a la Universidad. Pero, como ante todo desafío ineludible, de nada vale disculparse. Los tributos a la brevedad y a la simplificación, espero que se compensen con la posibilidad de encontrar en un texto breve el despliegue de las ideas centrales del Materialismo Histórico para facilitar la tarea de quien quiere introducirse en el tema. En cualquier caso, el Materialismo Histórico, como puede seguirse leyendo a sus autores, alguno de cuyos textos incluimos en este volumen, condensa ideas que muestran una singular vigencia y merece ser conocido en sus fuentes para poder sentar un juicio propio sobre una obra que ha alcanzado tanta trascendencia.

La perdurabilidad de los postulados de Max y Engels suele asombrar a quienes se inician en su apasionante lectura. Lo medular de los escritos que nos han dejado resultan de lectura obligatoria para cualquiera que quiera entender algo más de nuestro mundo y más aún para cualquiera que se introduzca al ámbito e las Ciencias Sociales.

PRIMERA PARTE

PRIMERA PARTE

El Mnrunrursvo ursrónrco

EL MATER¡ALISMO HISTÓRICO1 Pretendemos presentar aquí los grandes lineamientos de una de las principales corrientes del pensamiento contemporáneo, el llamado Materialismo Histórico, ateniéndonos fundamentalmente a la obra de quienes sentaron sus bases durante la segunda mitad del siglo XIX: Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1 820-1

8e5).

Esta manera de concebir al mundo se origina en el mismo período, en la misma situación histórica, en que se desarrollan las principales corrientes de las Ciencias Sociales, cuando la sociedad capitalista alcanza su madurez. Entre ellas se encuentran las que conocemos como sociología clásica, que también continúan hoy gravitando en el pensamiento contemporáneo. Tanto en torno a la corriente que se constituye en la heredera principal de la sociología clásica, el funcionalismo, como en el ámbito del Materialismo Histórico, son muy variadas las posturas y los debates, tanto en lo que hace a lo específicamente teórico como en lo relativo a sus implicancias en el terreno de diversas prácticas, particularmente en lo referido a lo polÍtico. No nos es posible detenernos en la vastedad de temas que de esta variedad de posturas se desprenden, por lo que nos vamos a limitar a los que pueden considerarse los conceptos básicos, fundamentales, que constituyen los pilares del Materialismo Histórico. Esta exposición pretenderá servir de guía para que cada uno pueda hacer su propia lectura y sacar sus propias conclusiones, atendiendo a que, como decimos, la diversidad de interpretaciones obliga a indagar y profundizar el estudio de este legado conceptual. Como dijimos, el Materialismo Histórico surge en el mismo contexto histórico del pensamiento sociológico que ha sido llamado clásico, pero con una perspectiva sustancialmente distinta. El pensamiento c/ásrco tenía la preocupación de aportar a la construcción de herramientas conceptuales que permitiesen conI El presente texto se origina en la clase gue presentara sobre el tema el profesor Toer, en la materia de Sociología del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, de la que es Titular. 11

Mnnro Toen

El MRreRnl¡sn¡o nrsrónrco

tribuir a la articulación del orden social, puesto en cuestión por los cambios que se habían producido con el surgimiento de la sociedad capitalista, y más en particular, con el desarrollo de la llamada revolución industrial. El Materialismo Histórico se constituye en la contrapartida. Es el pensamiento que, lejos de poner el acento en la búsqueda de recursos conceptuales que garanticen ese orden, parte de poner en cuestión los fundamentos del orden mismo que surgía con la revolución industrial, el orden de la sociedad capitalista. Marx y Engels, junto a muchos otros pensadores, se alinearon en ese vasto movimiento social de protesta que se expresa ante la emergencia de este nuevo orden y que se llamó socialismo. El punto de partida de este movimiento se sustentaba, básicamente, en retomar aquellas banderas que había levantado la Revolución Francesa: la libertad,la igualdad y la fraternidad y que en la práctica concreta, mediando el siglo XlX, no aparecerían concretadas en la realidad. Por el contrario, las relaciones sociales que se habían venido desarrollando, no daban lugar a nada que pudiera aproximarse a los principios supuestos en la fraternidad y menos aún en la igualdad, y las libertades públicas eran bastante frágiles o restringidas. . En estas condiciones, la temática del pensamiento socialista en general, con diversas variantes, buscaba los caminos para alcanzar un orden que hiciera viables aquellos postulados. La desintegración del viejo orden, el feudal, que culminara con la Revolución Francesa en 1789, no había dado lugar a una sociedad en los términos que los revolucionarios de ese momento histórico lo habían proclamado. Se trataba entonces de encontrar las razones de por qué esto había sido así y buscar las alternativas que sí lo hicieran posible. Al acercarnos a mediados del siglo XlX, nos encontramos con un momento histórico signado por la protesta y la resistencia de los sectores sociales menos favorecidos por esta nueva sociedad, la masa de asalariados, los proletarios, que constituían la nueva base del proceso productivo, los nuevos productores direcfos de la producción en gran escala. Marx y Engels estuvieron insertos en esta búsqueda como protagonistas destacados del movimiento socialista de la época, polemizando con distintas propuestas y tratando de definir una

postura que no se limitase a imaginar un modelo ideal, sino que tratara de desentrañar las razones, las causas, que habían dado lugar a la sociedad en la que vivían y, sobre esta base, intentar desplegar las posibilidades reales de abrir en sus entrañas el cauce a una sociedad más justa. Como sucede con toda nueva corriente de pensamiento que llega a tener trascendencia, se nutrió de lo más avanzado del pensamiento de la época. En forma sumaria, suele decirse que el basamento del pensamiento de Max y Engels se constituye a partir de una síntesis que se nutre, en primer lugar, de los avances que se habían producido en el pensamiento filosófico en Alemania, donde ambos habían nacido y estudiado; en segundo lugar, del desarrollo del pensamiento socialisfa que, sobre todo, había venido teniendo lugar en Francia (no era casual que fuera en Francia, como vimos, ya que se constituía sobre la base de buscar el camino para que las banderas de la Revolución Francesa se hicieran realidad). Filosofía Alemana, Socialismo Francés, y por último, la economía política que, básicamente, se desarrollara en lnglaterra, país que se constituía precisamente en la principal potencia económica de entonces, y donde ambos residirían, en condiciones de exilio, la mayor parte de sus vidas adultas. Es a partir de estas tres vertientes que Max y Engels hacen el desarrollo que hoy conocemos como Materialismo Histórico. La Filosofía Alemana había llegado a un momento de particular riqueza conceptual con un filósofo que se llamó Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), que había desarrollado una obra realmente notable en la cual desplegaba un desarrollo histórico de la sociedad humana, jerarquizando el movimiento, la dinámica del cambio, tal como se da cuenta, se expresa, en las ideas que la humanidad produce. En el pensamiento de Hegel lo central es esta concepción de la dinámica de la historia a partir del movimiento que posibilita que lo nuevo vaya apareciendo dejando atrás a lo viejo. Con este propósito desplegó, inspirándose en el legado de la Grecia clásica, lo que conocemos como dialéctica, para mostrar la dinámica de fuerzas contrapuestas existentes al interior de toda propuesta, las que permitían concebir, a partir de esta tensión, el movimiento, el cambio y el surgimiento de situaciones nuevas. Su tesitura convulsiona notable-

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El MlrunrRus¡¡o ursróRrco

mente el pensamiento filosófico en Alemania, y esto lleva a que, en su entorno, se desarrollen corrientes y debates. A una de dichas corrientes, que toma ciertos aspectos y se diferencia en otros, se la conoce como "lzquierda Hegeliana" y tiene en un filósofo llamado Ludwig Feuerbach (1804-1872), su principal mentor. Feuerbach le reconocía a Hegel el enorme mérito de haber permitido al pensamiento filosÓfico interpretar el movimiento, pero le cuestiona la primacía que éste le otorga al desarrollo de las ideas en general y a las religiosas en particular como instancia explicativa. Es en esta escuela filosófica que se nutre y se forma eljoven estudiante Carlos Max, y también Federico Engels, uno había nacido en 1818, Max, y en 1820 Engels. Se van a conocer aproximadamente en el año 1845, cuando tenían entre 27 y 25 años. Sigamos entonces con los otros afluentes que gravitarán en su obra. El pensamiento socialista, principalmente de origen francés, como se señalara, partía planteándose cómo hacer efectivas las banderas de la Revolución Francesa, que no habían podido llevarse a la práctica. Federico Engels se ocupa con detenimiento de los que considera precursores y elogia sus aportes, al mismo tiempo que expone sus límites, sobre todo en su obra Del socialismo utópico al socialismo científico. Allí se detiene en el pensamiento del conde de Saint Simon (1760-1825) y sus tempranas expectativas en el papel revulsivo que habrían de tener la ciencia y la industria; en Charles Fourier (1772'1837) y su elocuente crítica de la sociedad capitalista y la búsqueda de formas organizativas que pudiesen sustraerse a su influjo (a las que llamó falansterios); y también en Robert Owen (1771-1858), que en el contexto británico buscó en las formas cooperativas una alternativa a la sociedad dominante. Y por último, encontramos el afluente de la economía política, el pensamiento económico que no por casualidad se desarrolla principalmente en lnglaterra, país que había tomado la delantera en el desarrollo del capitalismo. Alli la obra de Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823) abren un curso decisivo para comenzar a comprender cómo se compone el valor de los bienes que se intercambian en la economía.

El contacto de Marx y Engels con el pensamiento relativo a los afluentes que mencionamos, también tiene que ver con el propio itinerario personal a que se ven obligados en esta convulsionada década del 40 del siglo XIX en Europa, a partir de su activa militancia en las corrientes más radicales y democráticas de entonces. Primero en Alemania, posteriormente en Francia, donde deben exiliarse, y cuando la situación también se complica en París, habrán de dirigirse primero a Bruselas y después a lnglaterra, donde * Max en Londres y Engels en Manchester y después también en Londres - pasan la mayor parte del resto de sus vidas dedicados a la investigación, al estudio y a producir los trabajos que hoy conocemos, al mismo tiempo que tomaban también la iniciativa en la convocatoria a la unidad de las organizaciones de trabajadores y de las fuerzas y grupos socialistas de toda la región. De esta experiencia y de esta práctica surge entonces el despliegue de ideas al que nos vamos a referir. Resulta importante resaltar este posicionamiento inicial, básico, junto a todos aquellos sectores que ponían en cuestión el orden social de entonces, distinto del que, habíamos visto, era la postura de quienes dieron origen a la sociología que hemos denominado clásica. Es desde este compromiso que ellos desarrollan su producción teórica.

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El "materialismo"

Los primeros escritos que producen tienen el propósito de afirmar la postura que sustentarán en el campo de lo filosófico. Se trata de un ajuste de cuentas con el bagaje presente en la formación inicial de ambos donde, precisamente, buscan afirmar la vertiente materialista como contraposición al sesgo que consideran idealista de la filosofía de Hegel, rescatando la metodología dialéctica para poder explicar el cambio desde el interior de los fenómenos sociales. ¿Qué implicaba esta aflrmación del materialismo frente al idealismo? Básicamente, en el contexto del debate filosófico de la época, se' aludía a qué era lo que estaba primero. Si se concebía el análisis de la realidad desde las ideas, desde el pensamiento que los hombres iban produciendo y desde ahí la realidad material como producto o consecuencia de este pensamiento, tal cual como éste 15

Mnnro Toen

El MnreRrursvo HtsróRIco

daba cuenta de ella o, por el contrario, se jerarquizaban las condiciones materiales concretas en las que los hombres producían su propia subsistencia como antecedente que permitía comprender las características de las ideas que los hombres forjaban, acordes con estas condiciones. Dirán entonces que no es el desarrollo del "espiritu" lo que explica el desarrollo de la naturaleza, sino por el contrario, es ésta la que explica la vida espiritual. Esta sería una gran batalla en términos filosóficos y de allí esta denominación de "Materialismo Histórico" que deviene de ese énfasis en explicar, desde las condiciones materiales de producciÓn y reproducción de la vida humana, cada momento histórico, las diferentes formas de organizarse de la sociedad. Siguiendo con la mención de sus trabajos en orden cronológico, digamos que en 1848 redactarán El Manifiesto Comunista, que es una sintesis bastante acabada y elocuente de lo que ellos conciben como propuesta alternativa a esa sociedad en la que viven, que ha venido acumulando tensiones que van a hacer eclosión en ese año en casi toda Europa. lnsurrecciones obreras y de otros sectores sociales que cuestionan las vertientes más autoritarias de la sociedad existente recorrerán en ese año buena parte del continente. Por último, ellos van a profundizar eltema de cÓmo evoluciona y se constituye la sociedad desde el punto de vista econÓmico, atendiendo a la configuración de la sociedad capitalista en particular y también a la sucesión de distintos modos de producir que la sociedad había transitado hasta estos momentos, como forma de poder tener en claro cuáles serían las condiciones obietivas que podían hacer posible aspirar a una sociedad sin explotación, sin clases. Paralelamente producirán diversos textos en polémica con otras corrientes de pensamiento o de análisis de acontecimientos históricos, pero será E/ Capital, escrito por Max, el texto que sistematizará las ideas centrales referidas a dar cuenta del origen y funcionamiento de la sociedad capitalista. Toda la obra de Max y Engels estará centrada, entonces, en el objetivo de dilucidar cuáles serían las condiciones materiales objetivas que harían posible la sociedad sin clases. Cuáles son las condiciones que permitirían que se constituyan agentes que pongan en cuestión las relaciones de explotación de unos hombres por otros y tengan la posibilidad real de reconstruir el orden social sobre la base

de arribar a una sociedad donde no exista la explotación, es decir, la apropiación del producto del trabajo de unos hombres por otros y donde, por el contrario, primen las relaciones de cooperación. Nos dirán, entonces, que las relaciones sociales que se consti-

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tuyen en todas las épocas son relaciones que tienen que ver, se corresponden, con el grado de desarrollo o complejidad alcanzado por las formas en que los hombres producen su propia subsistencia. Afirmarán que el primer hecho histórico, en el sentido de condición para que haya historia y por tanto, para que haya sociedad humana, es la actividad de los hombres para garantizar su propia subsistencia. Esta actividad la constituye el trabajo y, más allá de la voluntad de cualquiera, resulta condición para la existencia humana. Por lo tanto el hecho de cómo se obtiene de la naturaleza lo que sirve para el consumo, la manutención y la supervivencia humana, es la base ineludible de constitución de la organización social, y ésta es la dimensión de lo económico, que está definido en términos de esta relación hombre - naturaleza que ha ido desarrollando fuerzas productivas, desde lo más sencillo y elemental de los tiempos primitivos, hasta la complejidad de la gran industria de la sociedad capitalista. Las fuerzas productivas El de fuerzas productivas es uno de los conceptos básicos y lo podemos representar con un vector, para tener en claro que es algo que, con distinta intensidad, ha estado en constante movimiento. ¿Porqué decimos "con distinta intensidad"? Porque Max y Engels nos van a dar razones para explicarnos por qué ese desarrollo de las fueruas productivas no es invariable ni igual en su ritmo en todo momento. Sí es algo que se ha desarrollado, a pesar de momentáneos retrocesos o estancamientos, sobre la base de la expansión creciente de las necesidades humanas. Esto resulta evidente ante la más simple de las miradas a lo largo del tiempo. Es un hecho objetivo perteneciente a la materialidad concreta de las relaciones sociales entre los hombres y las cosas, y de los hombres entre sí. Las fuerzas productivas están constituidas, simplemente, por todo aquello que interviene y permite la actividad productiva. Es 17

Mnnro ToeR

decir que podemos concebirlas como compuestas por la relación entre tres cosas: materias primas, los rnsfrumenfos o las herramientas y la organización social de /os hombres para llevar el acto productivo a cabo, lo que incluye por cierto a la fuerza de trabajo. Estas fuerzas productivas se han desarrollado desde las formas más simples y elementales en los tiempos más remotos que conocemos, cuando el hombre empieza por tomar una piedra o un hueso para percutir y transformar algún aspecto o producto del mundo que lo rodea, y de esta manera posibilitar su uso con algún fin ulterior, hasta la complejidad de la tecnología de la sociedad contemporánea. Entonces, sobre la base de este desarrollo de las fuerzas productivas, en las diferentes épocas históricas, se constituyen determinadas relaciones de produccón. Esas relaciones de producción están definidas por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas. No pueden ser arbitrarias, son un requerimiento de éstas, tienen que corresponderse, formando como un entramado básico al que los hombres en cada época deben adecuarse, ya que estas condiciones materiales están dadas más allá de la voluntad de cada uno de ellos. Son relaciones sociales entre los hombres mismos y de estos con lo medios de producciÓn, confi' guradas según la forma de organización que demanda la actividad productiva. Las características salientes de la relación entre fuerzas productivas y relaciones socra/es de producciÓn, como veremos, signará los sucesivos modos de produccón que existieron históricamente, con su correspondiente bagaje de instituciones y creencias. Para que resulte más claro y menos abstracto lo que venimos diciendo, tomemos por caso el surgimiento de la agricultura, que ya implica toda una serie de actividades que hacen que la organización social de ese tiempo tenga que corresponderse con lo nuevo que se está incorporando. Ya no son las mismas tareas. Ya no se trata simplemente de la caza y la recoleccón. Ahora los animales y las plantas han sido "domesticados", se incorpora la capacidad de malear instrumentos de hierro, se requiere el desarrollo de unidades de peso y medida, aparecen los metales divisibles que hacen de moneda para mediar el intercambio y surge 18

El

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Hrsróntco

la necesidad de representar gráficamente toda esta nueva actividad. También, y como veremos, esto resulta de crucial importancia, aparecen los linajes de jefes y sacerdotes. Las nuevas religiones dejan atrás la etapa en que los ancianos administran los saberes mágicos "caseros", con los que se tentaba superar la impotencia y la ignorancia y ahora se conciben mandatos y castigos provenientes del "más allá" para desalentar el desorden y garantizar la sumisión a los nuevos mandantes. Paulatinamente se ha ido constituyendo una casta sacerdotal, que asume el monopolio del vínculo con el "más allá", vela por la uniformidad de las creencias que se transforman en el código compartido que unifica las conductas ante lo desconocido y lo injustificable y, de este modo, operan como garante del orden establecido. Existe, entonces, una diversificación creciente en el proceso productivo, en las diferentes actividades, que por lo tanto requieren ser articuladas de una manera diferente, y así sucesivamente irá ocurriendo a lo largo de la historia hasta nuestros días.

Elsurgimiento de las clases En este proceso de la relación entre fuerzas productivas y relaciones socra/es de producción hay un momento clave que es el del surgimiento de las c/ases socra/es. Max y Engels nos van a decir, en consonancia con los avances en los estudios antropológicos de entonces, que en todo un primer período histórico, cuando la sociedad consumía en forma más o menos cotidiana lo que producía y recolectaba, no existía la posibilidad material de que un sector social se apropiase de un excedente para diferenciarse del resto. Es la larga etapa de lo que llamarán el modo de producción comunista primitivo, que ocupa un período de tiempo mayor que el de todas las sociedades posteriores. Recién cuando el desarrollo de las fuerzas productivas posibilita que en el proceso de producción surja un excedente, y por lo tanto, ya existe una más compleja división del trabajo que lo hace posible, estarán dadas las condiciones materiales para que ese excedenfe pueda ser apropiado o distribuido de diversas maneras, acorde con el poder, las relaciones de fuerzas, que maduran en el seno de la sociedad, que comienzan a gravitar 19

MRRto

con la intención de procurar una apropiación que favore zca a un sector con relación a otros. Estas condiciones materiales iniciales para el surgimiento de las c/ases sociales suponen, entonces, la existencia de un excedente, producto de una mayor complejidad alcanzada por las fuerzas producfivas, lo que está implicando que la divisiÓn social del trabajo, antes tan sencilla y elemental, sólo referida a las diferencias de sexo y edad, ahora también sea más compleja. Ahora habrá gente cuya capacidad y posibilidades hacen que se incluyan en el proceso productivo de una manera diferenciada del resto. Por lo pronto se fortalece la necesidad de disputar tierras, que era aleatorio cuando los hombres eran sólo cazadores. Cuando hay que sembrar la tarea de demarcar un territorio ya no aparece como ocasional. La forma de cuidar el territorio ya no es la misma. Por lo tanto la significación que adquieren los aparatos de defensa y ataque en función de procurar nuevas tierras u otros bienes, comienza a tomar características que hacen que ya no sea el mismo cazador que se ocupe de la defensa y el ataque sino que comienzan a constituirse grupos especializados, los guerreros. Hay entonces toda una serie de razones que efectivamente permiten imaginar formas de configuración de su7'efos socra/es que antes no existían y que aparecen, no de una manera arbitraria o repentina sino a partir de una nueva situaciÓn que viene definida y demarcada desde ese creciente grado de desarrollo y complejidad de las fuenas productivas. Mencionamos a los guerreros y por lo tanto aparecerá también el jefe de los guerreros, y estos habrán de tener en el seno de la sociedad posibilidades de apropiación de ese excedente que, como es dable imaginarse, no son las mismas que las de quienes no están situados en esos términos. La existencia de un excedente y la división social del trabaio explicarán, entonces, el surgimiento de las clases. Una definición de las clases sociales, que cuenta con suficiente aceptación, nos dice que /as c/ases son grandes agrupamientos humanos que se distinguen entre sí por el lugar que ocupan en relaciÓn con los medios de producción y por lo tanto, por la capacidad de incidir 20

El Mnrrnrnttstr¡o H lsróntco

To¡n

en la decisión de qué se produce, cómo se produce y cómo se distribuye lo producido. La conformación de c/ases sociales, hemos visto, fue un proceso muy largo. Por un buen tiempo existieron formas difusas, no suficientemente consistentes. Podemos imaginarnos que por largos períodos las disputas serían muy duras y la razón de la fuerza definiría cada situación de privilegio en la apropiación del excedente2.

El Estado

Así se irá avanzando hacia sociedades más complejas donde ya se configura la división social entre clases de una manera más clara. Estas divisiones finalmente habrán de institucionalizarse. No será ya la mera presencia física del más fuerte que despoja al más débil, sino que habrá mecanismos que dan cuenta y regulan esta situación. Las diferencias estarán asentadas por toda una normatividad. Y el surgimiento de esas formas institucionales, que garantizan que exista un orden social que está basado en desigualdades, da lugar a la aparición de las primeras formas de lo que hoy conocemos como el Esfado. Es decir que el Estado, desde sus formas más elementales, devendría de la necesidad de poder mantener un orden, pero no cualquier orden, sino un orden que tiene como característica básica que hay quienes están situados en posiciones dominantes y otros en las de dominados. Su razón primera estaría dada en la necesidad de normalizar una situación de fuerza, una relación de dominación. Por lo tanto, desde su propio nacimiento, en función de esta lógica, todas las formas jurídico * políticas y las ideológicas, 2

Una célebre novela del escritor inglés William Golding, publicada en 1954, El señor de /as moscas, de la que también se hizo una película, expone con genialidad esta relación entre las condiciones que impone la natuialeza y las formas que adquieren las relaciones humanas, describiendo en sentido inverso la regresión hacia el salvajismo que sufre un grupo de adolescentes escolares cuyo avión hace un aterrizaje forzoso en una isla deshabitada. 21

como ya vamos a ver, también habrán de guardar una relación de correspondencia con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y, las normas e ideas que resultan dominantes en cada época se articularán, combinando la búsqueda del consenso con la represión al transgresor, con los intereses de la clase dominante en el modo de producción vigente. De esta manera se concluye que el surgimiento del Estado es consecuencia del surgimiento de las clases sociales. En el Prefacio a la Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859) Marx hace una apretada pero elocuente síntesis de estos conceptos. Allí dice que a determinado grado de desarrollo de las fuenas productivas se corresponden determinadas relaciones socra/es de producción y que esto conforma una estructura o una base sobre la cual "se eleva un edificio iurídico y político, al cual corresponden formas determinadas de la conciencia social. El modo de producción de la vida material domina en general la vida social, política e intelectual". Entonces, siguiendo con esta metáfora que Marx toma de la arquitectura, esta superestructura ideológica, iurídico y política no surge ni se desarrolla arbitrariamente, dadas ciertas ocurrencias o genialidades de tales o cuales hombres, sino que guarda una correspondencia con el grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. Y una parte sustancial de esta superestructura está ocupada por el aparato de Esfado, con la función de mantener el orden social. Pero como ese orden social no es cualquier orden, sino que es un orden donde existen desigualdades y relaciones de dominación, ese Estado se constituye como instrumento que garantiza las relaciones de dominación, a pesar de aparentar ser algo que está por encima de la sociedad, sirviendo en apariencia al mantenimiento de un orden en el que estarían interesados por igual todos los que componen esa sociedad, independientemente de la forma como se insertan en ella.

La lucha de clases

Ya nos hemos referido, entonces, a la base o infraestructura, a las fuerzas productivas - relaciones de producción que constituyen la base, y a la superestructura jurídica - ideológica- política. Nos falta señalar que entre estos términos el requerimiento de correspondencia no es automático. En distintos períodos puede existir armonía o conflicto, correspondencia o antagonismo, y quienes, en definitiva, protagonizarán estas alternativas a partir de sus rnfereses discordantes serán las distintas c/ases sociales. El conflicto entre las distintas c/ases constituirá, para Max y Engels, el motor de la historia, en tanto es a través de esta lucha entre las distintas c/ases, con sus respectivos lnfereses, que se recompone la correspondencia enlre relaciones de producción y el grado alcanzado por el desarrollo de /as fuerzas productivas. Habrá momentos, entonces, en que las relaciones de producción previamente consolidadas se constituyen en traba u obsfáculo a lo nuevo que pugna por desarrollarse desde las fuerzas productivas. Y esta tensión se resuelve cuando los hombres ligados o interesados en estos nuevos aspectos enfrentan y derrotan a las viejas c/ases beneficiarias del estadio anterior, reorganizando la superestructura de manera tal que asegure la reproducción de la nueva situación. Esta manera un tanto esquemática y abstracta de presentar esta relación puede ser difícil de comprender, por eso veremos un ejemplo histórico, más adelante, para que resulte más claro. La misma forma de plantearlo por parte de Marx o de Engels, resulta en ocasiones esquemática, como en el caso de la metáfora arquitectónica del edificio constituyendo la superestructura presente en el "Prefacio..." que les mencioné, donde quizá se pague tributo a las limitaciones conceptuales de la terminología científica de la época3, o al celo pedagógico permanente de ser claros para ser comprendidos por los trabajadores de entonces. 3

Pensemos que conceptos como el de retroatimentación todavía no son patrimonio del lenguaje de la física de entonces y que en buena medida aparecen como siendo requeridos por anticipado en las metáforas con que se busca exponer esta lógica dialéctica.

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23

MnRro Toen

El MRreRnllsrr¡o nrsrónrco

Algunos críticos han subrayado estos planteos, queriendo ver en ellos una suerte de desarrollo mecánico e ineluctable de la sociedad que tornaría banal la práctica social de los hombres. Pero en todo caso, en numerosos escritos teóricos o históricos de Max y Engels existen suficientes referencias que dejan planteado con claridad que sólo la práctica social de los hombres puede abrir curso a nuevas épocas históricas, que en todo caso, estas prácticas se encuentran ante un cierto enmarque de condiciones materiales que ponen límites y encuadran sus alternativas. Por más que los seguidores de Espartaco hubieran querido implantar el socialrsmo en la Roma antigua, no lo iban a poder realizar, ni el reverendo Tomás Moro en la lnglaterra mercantil, así como tampoco ningún conservador empecinado podría hoy hacernos regresar a la época feudal. El afán que pusieron Max y Engels para generar asociaciones de trabajadores cuya práctica tuviese como objetivo el accionar consciente en la defensa de sus condiciones de vida, en la perspectiva de terminar con la explotación, resulta lo suficientemente elocuente como para descartar que supusieran un devenir ineluctable, mecánico, independiente de la práctica social. La afirmación que hacen en el sentido de que ya no se trata de meramente explicar la realidad, sino de transformarla, en la que sería la famosa 7-esis 11 de sus escritos sobre Feuerbach, permite enmarcar la significación de su obra en general y relativizar algunas formulaciones permeadas por el evolucionismo positivista que primaba en el discurso científico de la época.

de sol a sol, para producir bienes como condición de subsistencia. Son entonces personas que disponen de una cantidad de tiempo para dedicarse al estudio o la reflexión y generalmente son sustentados por instituciones vinculadas a la estructura estatal,lo que de alguna manera, nos permite ir situando el lugar desde el cual producen los pensadores que dan cuenta de la situación histórica, conciben las claves y significaciones de cada época en cuestión. Es dable, entonces, concebir que en toda sociedad ocurre que aquellas instituciones dirigidas a producir, recoger, promover, veftebrar y propagandizar las /deas, en tanto tienen que articularse con las organizaciones estatales, van a privilegiar a todas aquellas expresiones del pensamiento de una época que no pongan en riesgo el orden sobre el que está constituida esa sociedad en particular. Por el contrario, recibirán cabida y aliento aquellas expresiones que lo embellezcan o al menos lo justifiquen. Volvamos a las situaciones más sencillas de los tiempos primitivos para poder ubicarnos mejor. Dijimos que, en un primer momento, lo que contaba era la palabra de la experiencia, que era la de los ancianos. Cuando paulatinamente la sociedad se hace más compleja, se hace imprescindible dar cuenta de una manera unívoca de fenómenos que por entonces no pueden ser resueltos desde la mera experiencia y que, necesariamente, deben ser abordados desde códigos comunes. La producción social del lenguaje ya nos anticipa una modalidad. Un sin número de fenómenos que para nosotros resultan "natLlrales" eran incomprensible en esos tiempos, y muchos de ellos adquieren particular relevancia en tanto decisivos al incorporarse prácticas productivas nuevas como es el caso de la agricultura. Las estaciones del año, los cambios climáticos, que llueva o deje de llover, puede estar involucrando la posibilidad o no de una cosecha, lo que implica la diferencia entre la vida y la muerte. Sia alguien se le caía una piedra en eldedo del pie, no resultaba un misterio la causa del dolor, la experiencia lo explicaba. ¿Pero qué producía una enfermedad? ¿Quién dejaba caer el agua de los cielos? Para la psicología humana, el atribuir lo desconocido a voluntades concebidas a imagen y semejanza de sí mismos, pero más poderosas, ha sido una constante.

La ideología Pero volvamos a la revisión que veníamos haciendo, y antes de poner en escena a los conceptos vistos mediante un ejemplo histÓ-

rico, detengámonos en el aspecto de la ideología propiamente dicha, o de los cuerpos de ideas dentro de cada período histórico, siguiendo la lógica que Max y Engels proponen. ¿Qué es lo que nos dicen? Que aquellos sectores sociales con tiempo, capacidades y posibilidad para poder dar cuanta de las condiciones en que se vive, es decir, los que podemos hoy llamar los intelectuales, generalmente son gente que no está absorbida por el trabajo cotidiano, 24

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Todas las mitologías conocidas se sustentan en la presencia de estas voluntades, a las que, al igual que a las humanas, había que seducir o calmar, rendir tributo y hacer ofrendas para ponerlas del lado de los deseos y necesidades de los impávidos e indefensos humanos. Y asi se tejían las distintas creencias sobre la voluntad y capricho de los dioses que desde lo alto regían la vida de los hombres. De la misma manera que el lenguaje, que debía ser común, resultaba necesario contar con un conjunto de símbolos compartidos para que quienes integraban una sociedad se entendieran, para que todos los pactos implicados en la sociedad contasen con una garantía. Las claves para comprender estos designios superiores debian ser compartidas dentro de una comunidad, y alguien debía encargarse de dar coherencia a estas creencias compartidas. Y así surgieron los oficios de los brujos, hechiceros o como queramos llamarlos, monopolizando la intermediaciÓn con lo desconocido. Y estos primeros sacerdotes debían estar sentados a la diestra del soberano, o ser el soberano mismo con algo de divino, como ocurría entre los egipcios. Paulatinamente, las sociedades más complejas, irían pasando de las creencias que situaban a las voluntades superiores en astros, animales u otros objetos observables, a seres más abstractos e intangibles, y a su vez, de los hechiceros o sacerdotes como individuos aislados, a congregaciones y cuerpos especializados' Pero la función seguirá siendo la misma, dar cuenta de lo desconocido, velar por la coherencia del cuerpo de creencias, desalentando, muchas veces con dureza y crueldad, la posibilidad de que se constituyan creencias disidentes. Por último, y no por eso menos importante, debían dar cuenta de que quienes constituían el poder soberano y que por tanto legitimaban el orden existente, lo hacían ateniéndose a la voluntad o el beneplácito divino. Estar contra los que mandaban era por tanto estar contra la voluntad de los dioses'.. y había que atenerse a las consecuencias. Que la ideología dominante se correspondiese con los intereses de la c/ase dominante no quería decir que los oprimidos no intentaran, con mayor o menor ahínco, según las tensiones acumuladas, elaborar sus propios códigos, que buscasen conformar una identidad e inclusive concibieran sus propias lealtades con el más allá. Asi ha ocurrido siempre en esta larga lucha. Los sometidos muchas 26

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veces buscaron dioses que se pusieran de su lado. A veces con mucha timidez, aceptando solo una especialcomplacencia de algún ser divino de la corte oficial. Otras, cuando la tensión social era crítica, apelando a dioses y profetas enteramente desconocidos en el templo de los que ejercían la dominación. En estos términos nos refieren Max y Engels esta relaciÓn de la sociedad con las ideas de cada época. Y será recién con la Revolución Francesa, cuando la experiencia de los hombres y el desarrollo de la ciencia hayan disipado muchos de los viejos misterios, que habrá quienes intentarán desalojar del templo a los seres divinos e instalar en su lugar a la "diosa" razón, a la razÓn humana. El riesgo era muy grande y la nueva clase dominante repararía prontamente este pecado de juventud. Pero vayamos a nuestro prometido ejemplo. Ya tenemos más o menos a los personajes en escena, si se quiere nos falta ahora el libreto y ver como se mueven. Hemos visto que Max y Engels sostienen que la historia de la humanidad, lo que explica el movimiento social, es la historia de los

conflictos entre las diferentes clases sociales, es la historia de la lucha de c/ases. Lucha de c/ases que es un proceso objetivo, en tanto forma parte de una realidad que trasciende la voluntad de los individuos aislados y que tiene que ver con las distintas formas de producir y apropiarse del patrimonio o la riqueza creada, de lo producido en cada momento histórico, Por tanto este conflicto siempre está presenta, siempre tensiona la realidad social aunque haya períodos donde aparece larvado y otros en los que eclosiona con virulencia. Este conflicto, con estas características, va a producir, como cualquiera que entrÓ en un libro de historia lo sabe, rebeliones, batallas, derrocamientos y encumbramientos en la más diversa y notable variedad, pero que en definitiva constituyen expresiones de esta confrontación más profunda, que atraviesa a todas las sociedades divididas en c/ases. Vimos que Max y Engels sostienen que el desarrollo de las fuerzas productivas genera situaciones nuevas y que las relaciones sociales de producción que antes resultaban armoniosas se constituyen en trabas para un ulterior desarrollo. Los intereses vinculados a lo nuevo que se desarrolla en las fuerzas productivas, expresado en algún sector de la sociedad, en alguna c/ase en 27

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ascenso, motorizan el conflicto y favorecen su resolución, de manera tal que permitan una recomposición de las relaciones entre las c/ases, nuevas relaciones socla/es de produccón, para que concuerden y vuelvan a corresponderse con el grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. Muchas de las rebeliones a que aludimos serán vanas, en tanto tienen lugar en condiciones donde la c/ase dominante es suficientemente fuerte, las relaciones de producción en las que se asienta se encuentran en la plenitud de su relación de correspondencia con el grado de desarrollo de las fuezas productivas existentes. Otras rebeliones no van a ser tan vanas, en tanto la c/ase dominante se ha debilitado por determinadas razones que tienen que ver con que eldesarrollo de las fuezas productivas se encuentra en un momento en que las viejas c/ases dominantes no las tienen ya todas consigo para regular el orden vigente, y los nuevos sectores que han surgido al compás de ese desarrollo nuevo tienen el suficiente poderío como para poner en cuestión las viejas formas de dominación. Entonces empiezan a colarse aspectos nuevos y, si existen condiciones y posibilidades, se producirá un período de acelerados cambios, en sus palabras"se abrirá una época de revolución social'. Lo vamos a ver con un ejemplo histórico que permita entender esto un poco mejor, complementando este resumen, que hemos presentado de una forma relativamente abstracta. Lo veremos abordando elsurgimiento de la sociedad capitalista.

Nos van a decir que con posterioridad al modo de producción "comunista primitivo", el primer modo de producción donde acabadamente se dan relaciones de dominación es el modo de producción esclavista, cuya característica fundamental es que el proceso productivo se sustenta en la mano de obra esclava. Es decir, el predominio de unos sobre otros es absolutamente explícito y claro. Todos conocemos a las primeras grandes civilizaciones, basadas en la esclavitud. Nos hablan, a posteriori, del modo de producción feudal. ¿Cuáles eran las clases que constituían básicamente el modo de producción feudal? Los señores feudales y los siervos. La relación productiva estaba basada centralmente en la tierra, unos y otros estaban relacionados con la tierra en forma diferente. El señor feudalera aquel al cual le correspondía el dominio, control y usufructo de un territorio, del feudo. El siervo era aquél que estaba ligado a ese feudo, que no podía abandonarlo y estaba obligado a entregar, bajo diversas formas, una parte sustancial de lo que producía en la tierra al señor feudal, quedándose para sí con lo que permitía la subsistencia a él y su familia. Estas eran las reglas en la sociedad feudal, estas eran las relaciones sociales de producción características y el modo de apropiación del excedente por parte de quienes estaban en la situación de clase dominante. ¿Cuáles eran las características básicas de las instituciones de la época, que podemos ubicar en la superestructura ideológica, jurídico - política de la sociedad feudal? Primero digamos que la estructura social estaba claramente estructurada como una pirámide, donde debajo de todo estaban los sieryos y después seguía una estructura con distintos grados de jerarquía, jerarquía que estaba dada por la extensión y calidad de las tierras que se controlaban. Toda la estructura de la jerarquía social estaba definida por la capacidad de control que se tenía sobre la tierra, el medio de produccón fundamental de la época. Y sobre esta base estaban definidas jurídicamente toda una serie de relaciones, de prestaciones de servicios, de vasallaje, de obligaciones mutuas, que inclusive suponían que el señor feudal le debía dar ciertas garantías al propio siervo, siempre y cuando la cuota decisiva de la riqueza producida estuviera a su disposición.

Los sucesivos modos de producción Marx y Engels nos dicen que a lo largo de la historia podemos

encontrar un sin fin de sociedades concretas diferentes entre sí, de formaciones económico sociales distintas. Ninguna formación económico socialconcreta es igual a otra, pero a lo largo de la historia podemos encontrar ciertos comunes denominadores que permiten reconocer lo que ellos llaman grandes modos de producción. Aclarado entonces que al hablar de "modo" estamos hablando de los aspectos más salientes en abstracto, no de una situación histórica concreta, específica, sino de una abstracción de aquellos aspectos más notables que caracterizarían ese modo de producir. 28

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Y esta pirámide, en la mayoría de los casos, estaba coronada por el monarca, el rey, que a su vez cerraba toda la lógica de la estructura social existente. La instancia que controlaba la circulaciÓn de las rdeas en este período estaba claramente concentrada en una institución, la lglesia, que tenía una estructura territorial similar, en tanto tenía que adecuarse a las características territoriales de la organización social de entonces. Sabemos que en los momentos más duros no era Suave la forma en cÓmo desde esta insfifución se velaba por la pureza de las concepciones e ideas existentes. La inquisición no se andaba con miramientos' Y también sabemos que la lglesia tenía al sumo pontífice, al Papa, como máxima instancia que otorgaba el cierre, si se quiere, a toda esta organicidad y esta lógica, en tanto el postulado básico inherente a la jerarquía papal es que su palabra, en lo que hace al dogma, es infalible. Por lo tanto la infalibilidad papal le daba consistencia y coherencia a toda esta estructura y a toda esta concentraciÓn del pensamiento de la época, celosamente guardaba en los monasterios. Quienes leyeron el libro de Umbert-o Eco o vieron la pelicula El Nombre de la Rosa podrán recordar un cuadro de época elocuente. Pero ¿cuál era la relación fundamental que terminaba de articular las relaciones entre esta rnsflfución clave dentro de la superestructura ideolÓgica de la época feudal con el resto de las instituciones jurídico políticas de entonces? Se sustentaba en un hecho que era decisivo en cuanto a su significación. La razón última para que un determinado señor fuera monarca o rey de una región se respaldaba en la voluntad divina, la gracia de dios. ¿Y quién era el intérprete en la tierra de la voluntad divina? El Papa. Y el que colocaba personalmente las coronas en la testa del señor coronado era precisamente el Papa' Para que no quedasen dudas. Por lo tanto, toda la cadena de lealtades articuladas en esta estructura social está coronada por un señor cuya legitimidad para estar ahí provenía de que Dios quería que así fuera. Estos eran los rasgos salientes de la superestructura ideolÓgica, jurídico - potítica de esta sociedad' Sabemos que esto funcionó más o menos bien durante un período histÓrico considera30

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ble. Entonces, de lo que se trataría de ver es: a qué se debe que haya dejado de ser lo dominante, cuál sería la dinámica que llevó a que esto dejase de ser así.4 El surgimiento del capitalismo

Como hemos señalado, Marx y Engels tratan de entender la lógica del cambio más que la lógica de la estabilidad, lo que resulta decisivo para poder entender el surgimiento de la sociedad capitalista y a partir de allí, comprender la dinámica que en su propio seno podría dar lugar a que también la sociedad capitalisfa pudiera ser dejada atrás en algún momento. Situémonos entonces en las postrimerías de la época feudal. Sabemos que entonces no existían sólo los siervos y los señores feudales. Había otros sectores sociales que no eran ni lo uno ni lo otro y que iban teniendo una importancia creciente, y esa importancia creciente estaba asociada a lo nuevo que surgía en el desarrollo de las fuerzas productivas. ¿Quiénes eran estos señores? Arfesanos y mercaderes, que desde una situación, en un primer momento accesoria, van viendo crecer su importancia social en tanto agentes productores y difusores de las innovaciones que van emergiendo, agentes de las fuerzas productivas nuevas que se van desarrollando. Este sector vivía en lo que se denominaban los burgos - las ciudades de esa época - y se los llamó por lo tanto óu4gueses. Esta expansión creciente tenía que ver con que eran ellos los interesados en desarrollar las fuerzas productivas, eran los protagonistas y beneficiarios fundamentales de todas las innovaciones que provocaban el desarrollo de las fuerzas productivas. Eran los que atendían a las nuevas necesidades en expansión.

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En realidad esa lógica no es la dominante pero aún persiste. No siempre se acepta y proclama el principio de soberanía popular, y no solo para justificar a las monarquías y la realeza de nuestros días. No hace tanto que en España, los documentos públicos, billetes, monedas y estampillas proclamaban a "Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios". 31

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Habiamos dicho que la historia, en distintos momentos y en distintos lugares, registra infinidad de rebeliones de siervos, así como también registia con anterioridad numerosas rebeliones de esc/ayos, pero ninguna rebelión de esc/ayos pudo fundar una nueva sociedad donde se abolieran las c/ases, o fundar una nueva sociedad que permitiera a los esc/ayos transformarse en nueva clase dominante. Asi, tampoco, ninguna rebelión de siervos permitió reconstruir la sociedad sobre la base de una sociedad sin c/ases o una sociedad donde los siervos quedaran ubicados como clase dominante. die¿cuál es la razón por la que ni los esc/ayos ni los sieruos producto de ron-lugar al surgimiento de una nueva sociedad .gomo La raz6n que sometidos? eran la a la explotación á res'istencia su reside en que ni unos ni otros estaban situados en relación con el desarrollo de las fuerzas productivas de un modo que hiciera que su práctica social implicara un renovarse de estas fuerzas producfivas. A diferencia de ellos, la práctica misma de los burgueses implicaba producir nuevas cosas, con nuevas técnicas en menor tiempo, acrecentado la riqueza material de la sociedad. Y es sobre la base de esa riqueza, y del poder que deviene de su apropiación, que comienzan a negociar con los señores feu' dales. Primero en forma muy respetuosa les llevan cartas solicitando que disminuyan los impuestos. El impuesto era la forma básica de apropiaciÓn que tenían los señores feudales para hacerse de parte sustancial de todo lo producido en sus respectivas comarcas. Empiezan entonces por entregar cartitas respetuosas al señor del lugar. Paulatinamente se atreverían a más, se juntaban representantes de varias regiones y llegaban hasta el rey. Representatividad no les faltaba y plata tampoco, ya que no eran pocos los casos en que los reyes habían recibido prestamos de estos señores para alguna de sus empresas de conquista' Sus reclamos, ya desde el vamos, como después vamos a ver, van prefigurando el cuerpo doctrinario e ideológico de esta nueva clase ¿Qué era lo que reclamaban? Libertad para producir sin ningún tipo de coerción desde la estructura de los gremios, que reglaban a los oficios y profesiones; libertad para óomerciar, para que no hubiese impuestos que dificultaran la circulación de los bienes; tibertad para contralar fuerza de tra32

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bajo, que estaba restringida desde el momento en que los sieryos no podían dejar la parcela a que estaban adscriptos; /ibertad para transitar y para navegar los ríos, lo que resultaba decisivo para el comercio de entonces. Por lo tanto, ¿cuál sería entonces la ideología que va a ir componiéndose a partir de todos estos reclamos? Puede seguirse que habrá de tratarse del liberalismo, que se constituye como el reclamo de la burguesía naciente hacia el poder del viejo régimen de la sociedad feudal. Pero para que ello llegue a constituirse como un cuerpo doctrinario todavía falta. Vamos a ver que hay todo un capítulo previo para que esto llegue a darse efectivamente en esos términos. Volvamos ahora al escenario que habíamos comenzado a diseñar. Los burgueses, cada vez con más recursos, presionan primero educadamente, y en la medida que van consiguiendo concesiones, van aumentando su fuerza y desde esa base, y sobre todo desde este vínculo decisivo que deviene de su situación de creciente importancia en el proceso productivo, comienzan a ponerse cada vez más exigentes. Entonces, estas cartitas respetuosas de un inicio, ¿en qué van a terminar? Las visitas ceremoniosas a los reyes de la época van a ir quedando atrás y nos terminamos encontrando con la cabeza de Carlos I de lnglaterra rodando por el suelo en 1649, al producirse la gran revolución liderada por Oliver Cromwell (1Sgg-10S8). Será la primera, otras cabezas reales seguirán rodando, sobre todo con la Revolución Francesa. Es decir que todo este conflicto va cobrando creciente intensidad, dando lugar a grandes confrontaciones que hacen eclosión con la Revolución lnglesa y después llegan a su punto culminante con la Revolución Francesa. Pero, ¿cuál era la ideología inicial, la forma en que aparecía el conflicto en un inicio? Habíamos dicho que lo que definimos como la superestructura jurídico política e ideológica del feudalismo era un circuito que cerraba por todas partes y daba garantías de solidea a las relaciones de dominación de la época, con esas dos pirámides, la de las relaciones de vasallaje que culminaban en el rey y las de la lglesia, que se asemejaban y cuya cabeza, el papa, interpretando la voluntad divina, coronaba a los soberanos. 33

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Las ideas religiosas eran por lo tanto las dominantes, las que cimentaban las relaciones de todos los seres de la época, cualquiera fuera su situación social, tanto para el señor feudalcomo jara los sieruos y los burgueses. Porque a la ideología dominan' fe no tenemos que verla como algo concebido en términos exclusivos o excluyentes por los sectores dominantes y que el resto de la sociedaá las perciba como algo ajeno, impuesto ala tuerza' La ideología pretende siempre garantizar un cierto consenso y constituir el cemento de todas las relaciones existentes, por lo que la ideotogía dominante es, hasta cierto punto, como. el lenjua;e, obligaóriamente común a los integrantes de u1a. determiña¿"a socieOad. De alli que fuera en el terreno de lo religioso donde se producirían los grandes alineamientos del conflicto en todo un primer período. Recorr¡bnOo la historia de la humanidad, puede verse que las instituciones religiosas, presentes desde tiempos muy remotos, cada tanto estuvieron surcadas por conflictos, disidencias, versiones dispares de interpretación de qué era lo divino, como se manifestaba, a pesar de que en todas ellas mantener la coherencia resultaba primordial. Muchas de estas disidencias eran menores, eran rápidamente reprimidas o pasaban de forma intrascendente, pero otras se constituyeron con el tiempo en versiones que encontraron seguidores y marcaron distintos jalones en la historia de los distintos pueblos. con la iglesia católica pasaba otro tanto. Había habido monjes disidentes én todos los tiempos, pero sin embargo, es en este período histórico en el que la burguesía está pugnando por poner bn cuestión toda esta superestructura, que una serie de monjes disidentes comienzan a tener respaldo, a encontrar eco, neutralizan a la inquisición y logran producir e imponer en zonas muy importantes u n pensamiento rel igioso alternativo' Si miramos al mapa de Europa, ¿cuáles eran las regiones donde el desarrollo de las fuerzas productivas había alcanzado una gravitación mayor? Básicamente lo que hoy es el Reino uniáo, Ñ"trnia, los iaíses Bajos, el norte de Francia, Suiza, precisamente los lugares donde la prédica de estos monjes alcanza significación, cómienza a tener eco y a crear movimientos de lo qJe después se llamó, en términos genéricos, el movimiento de 34

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La Reforma, con Calvino, Lutero, y otros. Estos son los países donde, por sus condiciones (mayor desarrollo de las fuerzas productivas), comienza a tener lugar esta expansión de ideas nuevas en el terreno de lo religioso, que era a su vez el terreno de la ideología dominante de la época. No podían haber encontrado sustentación en un terreno diferente. Con variantes, muchos postulados del movimiento reformista eran bastante claros, por ejemplo aquello de valorar más la actividad productiva en la tierra en tanto esto iba a ser considerado un mérito para la otra vida, en contraste con el desprecio por la labor productiva que resultaba característico del abolengo de los caballeros feudales. Muchos de estos movimientos se hacían eco de sentimientos existentes entre los habitantes de estas regiones, acordes con los nuevos tiempos que corrían. Y tenían un elemento en común que resultaba decisivo, todos cuestionaban la infalibilidad papal. Todos ponían en cuestión que el Papa era lavoz infalible de Dios en la tierra. Y si se cuestionaba la infalibilidad papal ¿qué pasaba con aquel circuito que cerraba antes tan bien? Se viene abajo, porque, está bien, será por la voluntad divina de que hay un hombre que va a ser el soberano pero ¿quién lo decide? ¿Quién puede opinar sobre cuál es en concreto el destinatario de esta voluntad divina? Entonces una vez que se pone en cuestión este aspecto, toda la articulación de la superestructura ideológica, jurídica y política de la época entra en crisis. Al señor monarca nadie lo podía cuestionar, ¿cómo iba a tocarse o cuestionar su nombre si era alguien que estaba ahí por voluntad de Dios? Pero si alguien decía: no, la voluntad divina es otra y yo lo puedo decir porque el Papa no es infalible, a ese señor rey no solamente lo puedo tratar con gruesos epítetos sino, como en definitiva ocurrió, hasta le puedo llegar a cortar la cabeza por usurpador. ¿Cómo hay que entender esto? Puede pensarse que hubo una confabulación de los señores burgueses que se reunían y decían: "démosle manija a estos curas disidentes y cuestionemos la infalibilidad papal y a partir de esto tendremos mejores condiciones para cuestionar a tal o cual autoridad y entonces... ". No, no era esto lo que sucedía. Era el desarrollo espontáneo de los conflictos lo que hacía que en algunos lugares se produjeran 35

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estos cortocircuitos. Era un movimiento social donde, en buena medida, la mayoría participaba según lo que entendía eran sus honestas convicciones. Es así, entonces, que en la mayoría de las regiones que habían alcanzado un mayor desarrollo, el movimiento protestante se constituye, con distintas variantes, en la ideología dominante. Se fortalece en tanto resulta el pensamiento que mejor expresa a esta nueva burguesía en ascenso que se va consolidando, entra a disputar el dominio en la sociedad y va a terminar constituyéndose en clase dominante, y consecuentemente, al modo de producir que le es propio, en el modo de producción predominante. Ese sería el terreno de disputa en el campo de las ideas que prepararía el camino, el terreno de la ideologia que era dominante en la época. Como no podía ser de otra forma, si nos atenemos al menos a lo que Marx y Engels nos dicen, los conflictos sociales se desarrollan a partir de los elementos que la gente dispone en cada rnomento, es decir, a partir de la ideología de un determinado período que es la ideología de la c/ase dominante, que habrá de descomponerse y fracturarse en tanto surja una expresión local con fuerza suficiente como para poner en cuestión esa dominación y los principios que la legitiman. Es recién cuando la burguesía está segura de su propia tuerza

las que signaron a la Revolución Francesa. Revolución que, habíamos dicho, era la culminación de todo este proceso histórico y durante la cual, ustedes saben, se volteaban las imágenes religiosas en los altares de los templos para colocar en ellos imágenes que representaban a la Razón, como símbolo del grado que había adquirido el quiebre entre el pensamiento que surgía como dominante y el pensamiento que había caracterizado alviejo régimen. Hemos visto, entonces, a estos "personajes" conceptuales en un escenario histórico concreto: desarrollo de las fuerzas productivas, relaciones socla/es de producción, c/ases sociales, superestructura ideológica, jurídica y política, contradicciones entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, lucha de c/ases, revolución social. Vimos como las relaciones socra/es de producción se corresponden con determinado momento del desarrollo de las fuerzas productivas, y pasamos a otro momento del desarrollo de las fuerzas producfivas, en el que ha habido una serie de innovaciones significativas. Vimos cómo las viejas relaciones socra/es de producción que antes se correspondían e incluso facilitaban el desarrollo de las fuerzas productivas quedan atrás, se retrasan y comienzan a gravitar como una fueza retardataria, tiran hacia atrás, en tanto son relacíones sociales que implican intereses de una clase dominante en retroceso (en el caso que vimos, los terratenientes) que no está interesada en que las cosas cambien y de este modo perder sus privilegios. Mientras que el desarrollo de las fuerzas productivas, sustentado ahora en otra c/ase social (en este caso, la burguesía), pugna hacia delante. Esta contradicción entre las relaciones socra/es de producción y las fuerzas productivas llega a grados de tensión tales que dan lugar a un período de revolución social, momento en el que hay una nueva c/ase que se asienta en un basamento material que le otorga capacidad suficiente para poder imponer una alternativa al régimen preexistente, permitiendo la generalización de un modo de producir distinto y por tanto a la primacía de nuevas relaciones de producción con la consiguiente nueva superestructura ideológica, jurídica y política que opera como garante de la reproducción de la nueva situación.

que comienza a desprenderse del pensamiento religioso. Cuando la burguesía ya se ha constituido como la nueva clase dominante en algunas regiones es que comienzan a aparecer pensadores, como los filósofos ingleses del siglo XVlll o quienes dieron lugar al enciclopedismo francés, cuya principal característica será prescindir del pensamiento metafísico o religioso como sustento de sus argumentos y hacer un análisis desde el racionalismo para la interpretaciÓn de la realidad. Elfamoso razonamiento de Descartes "Pienso, luego existo", condensa un hito decisivo entre dos épocas. En un primer momento, la libertad conquistada por la nueva clase dominante, parece no tener límites, y la libertad conduce a la duda, al privilegio de la razón.

Es desde ese momento histórico que la burguesía comienza a dar lugar, a abrir espacio, al pensamiento racionalista. Algunas veces en forma no tan tumultuosa, otras, cuándo el tema del poder político aún no está resuelto, con virulentas confrontaciones como 36

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La burguesía y el Proletariado Esperamos que esta somera referencia histÓrica permita comprender mejor los conceptos vistos. Ahora veremos algunos de los rasgos más saliente de esta nueva sociedad, donde prima el modo de producción capitalisfa y de su correspondiente superestructura ideotógica, iurídica y política. Vamos a ver cómo se constituye la nueva relación entre las c/ases propias del capitalismo,la burguesía y el proletariado. En lo que concierne a lo ideológico, habiamos dicho que el pensamiento liberal llega a constituirse como doctrina recién cuando se deja atrás el pensamiento religioso como dominante y aparecen los pensadores que vertebran doctrinariamente a lo que fuera, en un inicio, una acumulaciÓn de reclamos. En lo relativo a lo iurídico - político, ¿cuál es la institución fundamental que introduce la burguesía con su avance como forma de estructuración de la representación política en el Esfado? El Parlamento, que se instituye precisamente en lnglaterra, donde se trataba de parlamentar entre esta c/ase en ascenso, representada enr la Cámara de /os Comunes, con la clase terrateniente, representada en la Cámara de /os Lores. Se instituye, entonces, este ámbito para parlamentar, con estas dos cámaras, la de los Lores, representando la tenencia de la tierra o la representación territorial (su continuidad moderna es el Senado, como representación del territorio y no del número de personas que lo habitan) y la cámara de los Comunes, (que para nosotros hoy sería la cámara de diputados)' En todo este primer período podían votar y ser elegidos solamente aquellos que pagaban impuestos sobre una propiedad. El padrón lo componían los que pagaban impuestos, los propietarios. Pero vayamos a la esfera de la economia, que es donde Marx se detiene para dar cuenta del funcionamiento de esta nueva sociedad. Durante el siglo XVlll y principios del XlX, es decir, algunas décadas antes que Marx y Engels desarrollen su teoría, aparece y se desarrolla en lnglaterra ese otro antecedente y afluente del Materialismo Histórico que habíamos mencionado con anterioridad: la economía política. 38

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La economía política se constituye como disciplina, dejando atrás los meros tratados contables, precisamente cuando la burguesía se ha establecido claramente como clase dominante y el capitalismo es el modo de producción que impera en lnglaterra y buena parte de Europa. Este es el momento histórico en que el pensamiento de la economía política llega a su hilado más fino. Y no sería casual, entonces, que fuera precisamente en lnglaterra donde se desarrolla, que era el país que estaba a la vanguardia en lo que hacía a la producción y la circulación de mercancías. ¿Y cuál era el tema que preocupaba básicamente al pensamiento económico de entonces? El tema era el que preocupaba naturalmente a los señores burgueses de la época y consistía en desentrañar las razones que hacían que las distintas mercancías se intercambiaran en determinadas proporciones en el mercado, o en otras palabras, qué explicaba el valor por el cual se intercambian las distintas mercancías que aparecen en el mercado, qué explicaba el hecho de que en el mercado todas las mercancías que concurren se intercambian según ciertas proporciones, en función de determinadas razones de equivalencia que aparecen como constituyéndose espontánea y naturalmente. Era todo un misterio, y para un señor que tiene mercancías y quiere venderlas mejor, es comprensible la importancia que tiene develarlo. De allí que constituyera un interés social, de parte de esta burguesía, el conocer con profundidad cómo se producía este fenómeno. Aquí se sustenta, entonces, lo que se conoció como la teoría delvalor. El tema va dando lugar a un debate, con diversas posturas, pero paulatinamente se va afirmando la posición que es sustentada por Adam Smith primero y David Ricardo después, que centralmente van aportando a una idea que sostiene que: la única lógica posible que permite entender cómo se intercambian entre sí las mercancías en el mercado, la única razón posible de estas equivalencias, la tiene que brindar algo que todas las mercancías tengan en común, y lo único que tienen todas las mercancias en común es ser producto del trabajo humano. Entonces se va a seguir este razonamiento y decir: toda mercancía requiere para su producción una determinada cuota de trabajo humano. Algo que no es tan sencillo de cuantificar, pero es 39

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perfectamente posible de concebir. Y en definitiva, más allá de vaivenes circunstanciales, de presencias o ausencias momentáneas que se produzcan en el mercado, van a tender a regular su valor en función de las proporciones de trabaio que, en determinadas condiciones sociales, se requerirán para producir ese bien. El dinero operará como representación, llegándose a las mercancías oro y plata para esta funciÓn por su acotada presencia y fácil maleabilidad, condición para el fraccionamiento que esta referencia, como eq u ivalente general, req uiere. Esta relaciÓn entre mercancíasy trabaio, que estaba implícita desde que hay intercambio, sÓlo el capitalismo la lleva a su máxima generalización. Las ferias tranquilas de otras épocas ahora se lransforman en hervideros humanos donde la transacción de grandes cantidades de mercancías regula la vida social. puedé pensarse que hubo todo un primer período donde los productores producían una mercancía, iban al mercado y retorhaban con lo que no producían y requerían para su subsistencia. un individuo producia una mercancía, por ejemplo una silla, vendía su silla, le daban unos gramos de oro y con eso compraba sus alimentos, otros elementos de subsistencia y lo que necesitaba para volver a producir otras sillas y luego volvía al mercado con otra silla, volvía a venderla, etc., ese era el circuito' Esto se puede representar de la siguiente manera: Mercancía ) Dinero ) Mercancía (M)D)M) y la riqueza de loS hombres no variaba demasiado, al menos no en gran escala, de no mediar la conquista y la sustracción' La óaractárística de la sociedad capitalisfa está dada por la generalización de otro circuito. con dinero se compran ciertas hercancías en el mercado (herramientas, materias primas, fuerza de trabajo), se las lleva para producir nuevas mercancías y se retorna al mercado para su venta, obteniéndose una cantidad de dinero apreciablemente superior a la suma de las partes que constituy'en la compra anterior. Es decir que, el crecimiento de la riqueza y la acumulación de capitalse producen en gran escala, en proporciones anteriormente desconocidas. Én estas circunstancias históricas, en las que este nuevo circuito se ha generalizado, se tratará de develar el misterio del valor de las mercancías. Hasta el punto que hemos mencionado, 40

El Mrrennlrslvro nrsrónrco

de señalar la necesaria relación entre valor y trabajo humano, habían llegado las indagaciones de los que conocemos como economistas c/ásrcos, el caso de Adam Smith y David Ricardo. ¿Qué es lo que le agrega Marx a todo esto? El dice, efectivamente, tiene que ser así, es el trabajo, es la cantidad de trabajo cristalizado en cada mercancía lo que explica el intercambio de mercancías en ciertas proporciones, pero eso no me basta para explicar la acumulación de capital, ¿porqué?, Porque si estamos

intercambiando mercancías que contienen una determinada cantidad de trabajo humano, estamos intercambiando equivalentes, y aunque por astucia o circunstancias momentáneas, algunos se beneficien algo, otros estarán perdiendo, lo que no altera significativamente esta relación de equivalencias. Y entonces ¿de dónde surge el crecimiento casi geométrico de capitalsi yo estoy intercambiando equivalentes? Si son determinadas cantidades de trabajo humano las que están presentes en cada mercancía, las llevo al mercado, especulación más especulación menos, perdiendo al comprar algunos, ganando al vender otros, si lo que estoy intercambiando son equivalentes no hay explicación posible para el crecimiento en gran escala de capital. Por lo tanto tiene que haber alguna otra razón que explique la acumulación de capital. Entonces Marx va a sostener que la única razón posible es que entre todas las mercancias que circulan en el mercado debe haber una que sea capaz, al ser consumida en el proceso de producción, porque ya vimos que en el proceso de circulación no podía encontrarse la respuesta, producir más valor, más valor de lo que ella misma vale. Esa es la única lógica posible que puede existir dentro de esta dinámica. Y él dice que efectivamente, esa mercancía existe, es la mercancía fuerza de trabajo. Fuerza de trabajo que hay que distinguir del trabajo concreto y que está presente en cada uno de ellos y que puede concebirse reduciéndola a fuerza de trabajo simple. Fuerza de trabajo que se vende en el mercado por parte de aquellos que no tienen ninguna otra cosa para vender y cuyo valor se define igual que cualquier otra mercancía. Es decir, si decimos que el valor de toda mercancía se determina por el tiempo de trabajo socialmente necesario, como pro41

El MnreRrutsuo nlsrÓruco MRRto Toen

históricas' para producirla' el medio en determinadas condiciones por el tiempo,de trabaio vator de ta fuerza iilÁ'"¡o se define todos aquellos bienes que socialmente necesario pará producir quien es portad.or de la fuena posible Ia suUsisienciá Oe hacen 'á"-í"n\o,los que postalimentos, la vestimenta' el alojamiento' familia' su él.y y reprod uzca' bilitan que esa persona esté viva se Y efectiená quá-n"utt aisuien iisto a sucederlo' vense trabajo fuerza de tivamente, en retacién con este vaior la sucepor un salario' Pero ¿qué de en el mercado y es comprada Max' ¿cuál es la única posibiDice de a partir de ese *át"ntdz Sucede. que a/ ser lidad de explicar ta ácumutación de capfuat?

;;;;";;tpre

consumidaesame|rcancíaenelprocesodeproducciónproduce

Áás valor de lo que ella misma vale' q.ue compra fuerSencillament" poi ío siguiente' el capitalista de un conla sobre ,"áá'üii¡o "n "l t"'"aóo, la compra de trabaio'base esa época en trato que supone tráO"j"t una ¡ornada es comtrabaio de fuerza era más larga, tupongátos tá ns' La Y en1,2.ht; puesta a trabajar durante determinada "s una "alano tonces ¿qué pasaz Á traba¡ar ese asaláriado la mitad' 6 hs'' cantidad de tiempo de esa iórnada' supongamos que haya esde las cosas ese trabajaOor proOu¡o en óualquiera restando el valor de la mesas' pár e.¡emplo tado produciendo, en ráá"1" v oet oesgáite'oe ias herramientas'.el-eq.uivalente en una iornada' mesas a lo que necesita para su supervivencia produjo en la etc'' ve.stimenta' en papas, tomates, trüo, átquiter, al valor de su fuerza mitad de ta iornaaá;;lÁi;;i" el equivalente de trabaio.

;;;iñ;u"n

i

Porlotanto,todoelrestodelaiornadadetrabaio'eltrabajaque es lo que se apropia el dor está proOucieñáo un p/usva/or' permite de'producciÓn'' y es lo únicoque dueño de /os capitalista El escalá del capital. á-ói""i"l .r"riríánio án gr"ncantidad ae ainy3-!^almercado' habrá ido con ,nu'á"iá'*iná0" que reaparecerán en lo algunas habrá comprado Áárcancías, de la maquinaria producido como rá *u1"iiá pti*"l.el deigaste valor en la nueva o las herramientás, con ta'expresión de suque es la fuena de mercancía y comprará esta otra m.ercancía M' la trabaio,y cuando'vuelve al mercado c91 l'"u"-1:l:ancia que cifra sustancialmente superior a la obtiene D'dinero pói

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desembolsó inicialmente. Y como en el mercado todo se intercambia por equivalentes, no es en el proceso de circulación de las mercancías, sino en el proceso de producción que al ser consumida la mercancía fuerza de trabaio, además de producir el equivalente de su propio valor, en un período de la iornada de en el resto de la iornada el plus valor que extrabajo, producirá 'crecimiento del dinero obtenido que compone esta D'. plica'ei biferencia de dinero que, más allá de lo que el capitalista retenga para su consumo individual, podrá explicar el crecimiento en gran bscala del capitat. Esta es la característica del régimen de producción capitalista, es la forma en que aparece, de una manera encubierta, la apropiaciÓn del producto del trabaio colectivo. En el modo de producción feudal¿cómo era la forma de apropiación del trabajo colectivo? Era más que evidente: tributos, prinbipalmente en especie. A partir de lo producido por los siervos, lo qüe sobrepasaba lo necesario para la supervivencia de estos le correspondía al señor feudalpor ser el dueño de la tierra' Y Max nos dirá, entonces, que la sociedad capitalista, tras la apariencia de un intercambio entre iguales, personas jurídicamente iguales ante la ley, también reproduce una forma de apropiación áel trabajo colectivo, nada más que se da velada por esta taracterística que tiene el hecho de que no se opera en el proceso de circulación sino que se da en el proceso de producción, en donde se engendra esta plusvalía, que no difiere de lo que era también en lós modos de produccron anteriores, una forma de apropiación por parte de los dueños de los medios de producción del producto socialmente producido. Á partir de este mecanismo básico se estructurará el conjunto de los mecanismos que regulan la economía, que habrá de centrarse en la competencia entre los diferentes capitalistas. Cada capitalista, por su lado, tratará de incorporar innovaciones técnicub que aumenten la productividad del trabaio que tiene lugar en su empresa, de manera que disminuya el tiempo necesario para produóir sus mercancías. Y con esto, si bien está disminuyendo, bn las, condiciones socialmente necesarias, el promedio para producirlas, y con ello el valor de las mismas, al tomar la delantera no sólo se estará apropiando de la p/usva/ía producida por sus obreros sino que también se estará apropiando de parte de la 43

Mnnto Toen

plusvalía producida en las demás empresas de su ramo, ya que 'póOre obtbner por la venta de lo que produce, que se vende según los costos promedio, la diferencia resultante de sus menores que constióostos. De esta manera Marx habrá de diferenciar lo por incremenel definida absolutos, iuye ra plusvalia en términos el aumento es evidente más la to'de las formas de explotaciÓn, que a getiende relativa, plusvalía y de la jornada de trabajo, la que trabajo del productividad nárál¡i"rr" con el incrámento de la bielos que a jornada equivale. ná". qr" disminuya la parte de la trabajo, de fuerza n"r qü" constituy-en el valor de la mercancía de las constantes innovaciones técnicas que se "onré"u"ncia incorporan al proceso productivo. Como resultante de este proceso, siempre irán quebrando aquellas empresas que no cuenten con los recursos suficientes los ie"ursos técnicos que se han ido generalióáo inó"rporar se zan¿o. por to que los capitalistas que tomaron la delantera suEsto mercado. del segmentos nuevos benefician ocupando la desapaque fon" qr" la competencia es a muerte, ya a supone de la constitución que tendencia la ii"ion b"l rival. E implica a toda inherente es monopolios por parte de los sobrevivientes ásta disputa. Y también serán inherentes a la competencia capipugna talista las crisls de superproducciÓn, ya que la permanente

poraoaratarloscostosydesplazaralrival,llevaaquesellegue á momentos donde se satura de mercancias el mercado, no

puede recuperarse lo desembolsado y se producen las quiebras los.más poderosos' éánárarizaoas. Y de éstas sólo emergen que conáisminuye significativamente el número de capitalistas con sus mercancías, y el mercado se oligopoliza' currían -_ Sólo un puñado de empresas, mucho más concentradas, conal trolarán ese mercado, pudiendo imponer precios superiores producido plusvalor del y valor de lo que producen así apropiarse lo en otros ámbitos del proc-eso productivo que no pueden hacer para intentar precios sus ritto y, por el contiario, deben bajar

sobrevivir.Yesteproceso,quesedaprimeroaescalanacional

de habrá de internacionalizarse, con no pocos conflictos armados por medio, hasta regular la economía a escala mundial' por supuesto ei proceso es más sofisticado, se concebirán dinámimecanismos para paiiar las crisis, pero esencialmente la 44

El Mlrenw-rs¡¡o Hrsróruco

ca es esta. Las crisis de superproducción serán características de los centros más desarrollados, mientras en los países periféricos las crisis estarán signadas por el retraso tecnológico ante las condiciones medias que impone el desarrollo de los países centrales, la depreciación de los bienes que producen y la debilidad financiera parar reproducir el ciclo, dados los mecanismos de apropiación del plusvalor producido en sus contextos nacionales a partir del control monopólico de los mercados por parte de los capitales residentes en los centros más desarrollados, sea como consecuencia del intercambio desigual, intereses del endeudamiento o por la inversión directa que hacen las metrópolis. En la periferia es muy difícil retener recursos que puedan sustentar procesos de acumulación factibles de ser reciclados en las respectivas economías para competir en un pie de igualdad. Quien quiera que observe las crisis de la periferia, donde se sitúan países como el nuestro, estará observando variantes de este mismo proceso. Toda la complejidad de este funcionamiento, interpretado desde la perspectiva del Materialismo Histórico, se asienta en este concepto de la plusvalía, que Max incorpora a partir de esta crítica de la economía política anteriormente existente, desarrollando a partir de aquí su propuesta teórica ulterior.

La crisis del capitalismo Marx despliega entonces el cuadro que permite entender que la sociedad capitalista ha llevado a la máxima simplificación posible las relaciones de dominación y apropiación del excedente producido socialmente. La máxima simplificación posible ¿por qué? Porque ha transformado a todo en mercancías, a todo en algo que puede ser adquirido y vendido en el mercado, inclusive la fuerza de trabajo, y por lo tanto no hay forma más simple posible de relaciones de dominación y de apropiación del excedente. A diferencia de la forma en cómo antes estaban enfrentadas las c/ases dominantes y las dominadas, donde el reclamo de los de abajo no podía engendrar nada distinto, porque aun había margen para el surgimiento de otras c/ases que, asociadas a lo nuevo en el desarrollo de las fuerzas productivas, podían engendrar 45

El

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unnuevomododeproducclontambiénbasadoenlaapropiación del trabajo ajeno, en esta sociedad capitalista, quedan definitiy vamente enfrentados los poseedores de medios de producción ya concebilos que no poseen medios de producción' Al no ser bÉ ¿i surgimiento de nuevas c/ases, las propias del capitalismo por lo que este conflicto sólo lueoan définitivamente enfrentadas, sociepodría resolverse en términos de que los oprimidos en esta

dadpuedanimponerlealac/asedominanteunanuevaorganiza.ion'0" la socie'dad basada en la no existencia de las c/ases' ¿QuéotroselementosestaríancontribuyendoaqueestopueO"'ii"gár a ser posible? Marx va a decir que la organización misma Oét proceso productivo, que antes mantenia dispersos a los parcela, su gremio' etc" froductóres directos, cada uno en su lon ta gran industria y las grandes urbes concentrando a la posí, óüciOn-y permitiendo la viñculación de los proletarios entre del proyección y la iáó¡l¡tu tás'posibitidades de sus organización de disputa económicos, meramente términos los conflicto desde de la venta de su fuerza de ñ, ;. precio más digno o másajusto polífico en iÁ,04o,' es decir del satario, un cuestionamiento el propófacilitaría situación Esta sociedad. óuánío'al modelo de propieta/os de superfluo carácter el sito de poner en evidencia rios de /os medios de ProducciÓn.

Es decir, es esta base material, entonces, esta base objetiva,

queSeestableceenesteperíodohistóricoyqueestabaausente con anterioridad, la que abriría hacia delante para la humanidad á porlUitiO"d de la éupresión de las c/ases sociales y con ello pono'i"enunpiedeigualdadatodosloshombresequiparando poseedores y sus posibilidades. Que el conflicto que enfrenta a áésposeioos, conflicto análogo al que ha tenido lugar a lo largo térmide la historia de la humanidaá, pueda resolverse ahora en

nosque,trasunperiododetransición,dondelac/asedominada pueOá imponerle'su proyecto o modelo de sociedad a la c/ase 'áominantá,

mediante io cíue llamaron la dictadura del proletariado de los más ialrá" a que, obviamente, se trata de algo inconsulto un tránsito de puede tratarse que no ün relación a los menos, ya del organización la consensuado), se pase a una'sociedad donde caracteesté no prodíctivo y de toda la estructura social pio."ro 'riza¿a por la apropiáción del trabaio ajeno sino que se caracteri46

MRreRrR¡-rslr,ro Hrsróruco

ce por relaciones de solidaridad en el proceso de producción de los bienes necesarios para la subsisfencia humana. Esto abriría y ensancharía todas las posibilidades en términos de libertad creativa, igualdad de posibilidades, etc., para la sociedad en su conjunto. Según los términos que utiliza Engels, la definitiva liberación del hombre de la esclavitud que le impone la economía, el pasaje del reino de la necesidad al reino de la libertad. O como tambíén dirán, una sociedad en que cada uno brindará según sus posibilidades y recibirá según sus necesrdades. Esta habrá de ser la sociedad srn c/ases, la sociedad comunista. Esta extinción de las c/ases socra/es implicará también la extinción del Estado, en tanto instrumento de dominación y su reemplazo pot formas de coordinación de la administración de los bienes. Aquí podemos introducir el otro aspecto tomado como condición para que esta sociedad sea posible'. el desarrollo de las fuerzas productivas en este período de transición, liberadas de la traba que supone el interés individual del propietario de los medios de producción que produce para obtener un beneficio de la venta de lo que produce, es decir, produce aquello que puede ser adquirido por quienes tienen recursos y no según las necesidades sociales, desarrollo que supondría la satisfacción de /as necesidades básrcas a escala planetaria. Gonciencia para sí Por último, haremos alusión a un tema para nada menor. El que dejaron planteado Marx y Engels en lo relativo a la constitución de los sujetos que pueden aspirar y protagonizar los cambios que suponen la puesta en cuestión de la sociedad capitalista. Ellos parten de la diferenciacíón entre lo que llaman "clase en sí" y "clase para sí". La primera es la que se establece por el lugar que se ocupa en el proceso productivo, en tanto propietario o no de medios de producción. La segunda es la que supone la comprensión y asunción de las condiciones'como explotado, con todo lo que ello significa. Como sabemos, sus esfuerzos siempre estuvieron dirigidos a convocar y mancomunar a los explotados, coordinar sus experiencias para posibilitar la reflexión colectiva implicada en este 47

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TorR

pasaje. De allí el papel protagónico que juegan en lo que fuera la Primera lnternacional de trabajadores y después en la conformación del Partido Social Demócrata de Alemania. Pero por cierto, la experiencia de su tiempo no permitía que nos legaran un pormenorizado instructivo de los modos de acceder a esta conciencia necesaria. Marx y Engels insisten en que la posibilidad de que este conflicto pueda ser resuelto en términos que hacer posible el arribo a una sociedad sin clases dependerá, entonces, además de las condiciones a que aludimos, de la conciencia que tenga la clase dominada con relación a su situación de tal y a las posibilidades de engendrar una nueva sociedad. Pero ellos mismos nos dicen que este proceso es difícil y trabajoso. ¿Por qué? Porque la mayoría de las instituciones jurídicas, políticas e ideológicas de la sociedad capitalista accionan dando una versión donde aparece diluida, como inexistente, la contradicción que atraviesa la sociedad. De la misma manera que antes la lglesia santificaba como voluntad divina el orden social existente, en esta sociedad, la ideología dominante argumenta que, en tanto todos los hombres somos iguales ante la ley, no existen relaciones de explotaciÓn en la sociedad moderna capitalista. Este argumento será una de las piedras fundamentales del conjunto de ideas que rigen la vida social en la sociedad contemporánea. Solo existiría el "atraso", del que cabría lamentarse sin que se adopten demasiadas iniciativas para superarlo. Pero la posibilidad de adquirir conciencia de que esa igualdad ante la ley no supone que haya igualdad en cuanto a las oportunidades de vida de todas las personas, dada la forma en que se estructuran las relaciones de producción, es algo que para los que están en situación de dominados no resulta evidente, siendo esta percepción la condición para que se constituya el sujeto social dispuesto a encarar el conflicto en los términos que hemos visto. Esta temática atravesó y atraviesa desde los tiempos de la Primera lnternacional incontables debates. La más célebre entonces fue la que enfrentó a Marx y Engels con Mijail Bakunin (1814-1876), en torno a la importancia de la escena políti48

El Mnrrnnusn¡o

HISTóRlco

ca como espacio en el que organizarse, en tanto ámbito que convoca las expectativas del conjunto de la sociedad. La tesis de Bakunin, uno de los padres del anarquismo, por el contrario, alienta la necesidad de organizarse por afuera de dicho escenario para, supuestamente, hacerlo girar en el vacío y provocar su derrumbe. En nuestro tiempo, por otra parte, las características de las propias estructuras productivas no son las de entonces. Las revoluciones tecnológicas que han tenido lugar han ido desplazando a buena parte del proletariado clásico hacia regiones periféricas y han surgido prácticas nuevas que no se caracterizan por compartir el mismo techo en la gran industria' Tampoco pueden equipararse las mentalidades de los trabajadores que abandonaban el campo en el siglo XIX y mostraban una significativa disponibilidad en las barriadas obreras para escuchar la prédica socialista, sin que mediaran los grandes medios de comunicaciÓn que hoy procuran adocenar y aletargar la comprensión del mundo que vivimos' En cada sociedad, por otra parte, se han ido asentando tradiciones disímiles, producto de la ascendencia que diferentes proyectos políticos adquieren según las circunstancias de la historia de cada país. El caso de América Latina, por ejemplo, con los movimientos nacional populares de cuño independentista, por ejemplo, resultará paradigmático. Habrá entonces quienes pretenderán que la teoría revolucionaria supondrá el despliegue de un infatigable recitado de las "verdades" de las que hay que hacerse cargo, las más de las veces constituidas por farragosos preceptos indigeribles para las mayorías, que terminan siendo patrimonio exclusivo de pequeños cenáculos de iniciados. Y también nos encontramos con los que privilegiarán el ensayo y error que los múltiples procesos de búsqueda ocasionan y que intentan acompañar las experiencias que despiertan las expectativas de las grandes mayorías.

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Los "usos" del marxismo Vale la pena aclarar, que Max y Engels siempre concibieron esta transformación a escala mundial, madurada y alumbrada a partir del epicentro de los países más desarrollados. La postura posterior que desarrolla Lenin, en tomo a la Revolución rusa de 1917, se sustentará en el argumento de que el régimen imperialista, que caracteriza la expansión del gran capital desde las principales potencias, genera sometimientos y explotaciones tales, que lleva a que el desencadenamiento de la revolución mundial deba comenzar desde los es/abones débiles de esta cadena, países con suficiente desarrollo como para contar con los protagonistas que el capitalismo compone, es decir, un cierto grado de desarrollo del proletariado, pero retrasados en cuanto a la posibilidad de sumarse a las principales potencias en el reparto del mundo y con ello aliviar las tensiones internas. Esta fue su apuesta y la de los bolcheviques, y verdaderamente, en las condiciones de hecatombe generadas por la primera guerra mundial, tal desencadenamiento desde los eslabones débiles hacia las principales metrópolis no parecía fantasioso. Pero ese desencadenamiento no se produjo, la esperada revolución en Alemania es derrotada y lo mismo pasa en otros esbozos ocurridos en la postguerra. El capitalismo se recupera quedando de esta manera planteado un largo enfrentamiento de cercos y trincheras mn lo que sería la U.R.S.S. Este aislamiento se ve modificado en su extensión como resultado de la segunda guerra mundial, al incorporarse el grupo de naciones del Este europeo, tras la expulsión de

los nazis por parte del ejército rojo soviético, pero no cambia en esencia su dinámica. Países con economías atrasadas y predominantemente campesinas, cuyas poblaciones habían estado sometidas a autoritarismos diversos y contaban con escasa experiencia política. Se generan asítodas estas versiones "cuarteleras" del llamado "socialismo real", sociedades débiles, hostilizadas y acuarteladas, a la espera de una generalización de la revolución a escala mundial que demora más de lo que habían supuesto sus líderes, y a pesar de que no pretendieron ser sociedades comunistas, en el sentido que Max le daba al término, invisten este ambiguo estatus de sociedades socraÍ.sfas o en transición, que por su vulnerabilidad deben regimentar su espacio interno de una manera tal que no re50

El MRr¡nrnlrsrr¡o nrsróRrco

sulta un modelo atrayente para los proletarios de los países más avanzados. La rigidez de estos regímenes mucho tuvo que ver entonces con el constante hostigamiento de que fueron víctimas, intervenciones militares, invasiones, etc., a lo que hay que sumar su vulnerabilidad en el terreno económico. De todas maneras, es evidente que la realidad de nuestros días indica que este supuesto de fortalecer el socialismo en un bloque de países atrasados y esperar que se vayan sumando paulatinamente otros países se ha desmoronado y hoy en los propios países del Este europeo tiene lugar esta implacable restauración de un tiempo que parecía haber quedado sustraído, pendiente, como si se hubiese desenchufado un freezer, con la reaparición de viejos nacionalismos y otras corrientes que pugnan por superar el aislamiento y reinscribirse en este mundo internacionalizado, en esta nueva realidad económica a nivel mundial. Algunos de los dirigentes de la // lntemacional obrera, fundada un siglo atrás, con los que Lenin polemiza, caso de Kautzky, sostenían que no era posible saltearse el desarrollo capitalista y que la pretensión de transitar hacia una sociedad comunista desde un país atrasado iba a implicar deformaciones ineludibles. lnsistieron en que la revolución sería posible en tanto se iniciara en los centros más avanzados y subrayaron el criterio que Max sustentara de que ninguna sociedad desaparece hasta no desarrollar todas sus potencialidades. Lo cierto es que las condiciones de catástrofe que vivía el mundo durante la primera guerra, evidente y sangrienta disputa de mercados entre las principales potencias, hasta las numerosas luchas de pueblos por su liberación durante décadas, permitieron que muchos le otorgaran una esperanzada pertinencia al diagnóstico que hicieran los bolcheviques. En todo caso, después de 15 años de marchas y contra marchas, Stalin se convirtió en el "realista" implacable que regimentó a cualquier costo esa especie de trinchera en la que se constituyó la URSS, para sobrevivir y afrontar la agresión que se veía venir; León Trotsky, a su vez, asume el papel del profeta que insiste en que la revolución no puede enclaustrarse en un solo país, reiterando la pretensión bolchevique inicial, a pesar del cambio de las circunstancias y por último,

quizá Gorbachov sea recordado como el que tardíamente, intentó recoger el naipe y repartirlo otra vez, pero se encontró conque el gra51

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MRRIo ToeR

do de descomposición del proyecto inicial ya estaba demasiado avanzado. Los privilegios de los burÓcratas, que en principio son tolerados con indilgenóia, como requerimiento para seleccionar y estimular niveles educativos, formaciones técnicas y otras competencias escasas, en un contexto cuartelero donde el controly los principios democráticos no cuentan, concluyen por constituirse en un poder distante, con rasgos mafiosos, que sólo atiende a sus intereses personales. paíFinalme-nte, el mayor poderío de la economía de los principales del reglas las en ses capital'rstas y el control que estos mantienen juego del mercado mundial, completan la tarea. Él Oestino de aquellos países de la periferia que se han resistido a dar este paso atrás: China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba, se hace complejo. Nacieron en un cierto contexto histórim y hoy se ven obligados a una especie de stand by, para ver cuales sOn los nuevos vientos de la historia de estia nueva época que Se ha abierto. En el caso de junto china, la reapertura de la economía de mercado en gran escala, a un notable crecimiento, permite que también crezcan los interrogantes sobre su destino. Aquí se ha privilegiado un retomo a los presupuestos de Max, en cuanto permitir el desarrollo de todo el potencial inherente a la fase capitalista, pero cusfodlado por expeftos,los dirigentes del partido comunistia, que supuestamente en su momento, ñarían las correcciones del caso. Vietnam ha decidido ensayar el mismo camino y se debate si Cuba podría hacer otro tanto' junto a Este final del "campo" socialista, y de la expectativa de que los pobres dela periferia hubiese sido posible avanzat sobre el centro capitalista, reinsiala el debate sobre la posibilidad de que el socialismo sólo podrá llegar a ser encarado desde los países más desarrollados. Esta situaóiÓn también reintrodujo la revalorización de lo democrático como elemento articulador de un proyecto histÓrico que Se

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supone debe sustentarse en las mayorías.s Obviamente, la "dictadura del proletariado", concepto que en el siglo XIX evocaba la suma del poder que el parlamento concedía en circunsu

tancias extraordinarias a los "césares" romanos, no contaba con las el connotaciones que las "dictaduras" de diverso signo incorporaron en país atrasaun en siglo XX. Además, sus rigores no serían los mismos dó cercado por fuerzas más poderosas, que los imaginados en países 52

El Legado Marxista Las implicancias políticas del legado maxista constituyen un rasgo central del siglo que acaba de quedar atrás. Es muy difícil hacer vaticinios y aquí solo dejamos alusiones a problemas contemporáneos que permiten conectarnos con lo que hemos venido viendo. La historia de los procesos políticos que pretendieron inspirarse en la obra de Max es demasiado variada y extensa como para pretender abordarla en grandes trazos. De todas maneras es muy difícil escindir el pensamiento marxista de los proyectos políticos que se han encarado en su nombre. Pero como toda corriente de pensamiento que, por su persistencia y gravitación indica que de algo de la realidad está dando cuenta, no hay quien pueda otorgar carnet de ortodoxia ni es posible evitar que algún lunático extraviado o un humillado impaciente acometa las más torpes empresas en su nombre. La producción teórica en el ámbito del Materialismo Histórico no se limita a la que podemos ligar a los grandes acontecimientos de este siglo. Tiene expresiones que se han abierto paso en el ámbito académico, tiene aportes como los que surgen de la obra de Antonio Gramsci en ltalia y Louis Althuser en Francia, entre otros, y acercándonos a nuestros días, pueden señalarse los trabajos del inglés Perry Anderson, director de la revista New Left Review de Londres, clave para una interesante aproximación al debate en términos contemporáneos. Merece destacarse el caso de otros brillantes historiadores ingleses, como E.P. Thompson, o Eric Hobsbawn, que publicara una imprescindible Historia del Siglo )O(. También podemos encontrar una abundante producción de historiadores, políticos y pensadores, distanciados de la corriente que se nucleó enla lllinternacionaltras la Revolución Rusa, y cuyos aportes dejan huellas de importancia en las Ciencias Sociales, Mencionemos a evolucionados donde el proletariado constituyese una clara mayoría. No debe olvidarse que para Marx y Engels, toda forma estatal supone los dictados de la clase en el poder, lo que resulta más notable cuando se ha producido una revolución y un relevo en los intereses predominantes. Y que, por último, la única clase que puede ser consecuentemente democrática es Ia de los proletarios.

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para Adorno' Habermas' Tony Negri' Sartre, Fromm, Marcuse' de los nombres más conocidos' nombrar sólo al pu'u'-Iig-unos

Encualqui",""ioÉiMaterialismoHistórico'comoustedes recomenautores' no es un manual de oodrán ver leyendo a sus de turno censores los ná. pietendido juicio baciones disolventeJ ""r." fu'entes para poder sentar un v merece ,"r .ono"úá én 'ut 'proPio sobre eltema' a resumen' Hay numerosos tópicos Evidentemente esto es un de modo al como aspectoá relativos los que no me he referido' el tema de la fasa de producción capitatisia'"nJln"ion"mi'ento' capiel proceso de'concentración del oananciay como op"'u "n etc' ial a través de la competencta' a temas más concretos' como En otros textos t5-né t"f"rido tiempos ou" t" viven en la actualiel oue tiene que u"i ton los a presentes en ti libro "De Moctezuma ¿ad en América r-Ji¡ü' publicado nirtori" de América Latina" Chávez. n"p"n."lio-fJ ooi roi"iones CooPerativas' Marx y Engels van a enLevendo oirectJ'ien*i;ü" textos-de fino' Pretendo que esta exposiciÓn contrár un hilado ;;;il;ú; J" ror diterenteó temas y no puede oermita facititar h ;;.dt";io" autores' iJm;iLarla lectura de los propios

SEGUNDA PARTE

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El M¡rEnrursn¡o nrsróruco

Carlos Marx Prólogo a la Gontribución a la Crítica de la Economía Política (...) Mi carrera profesional ha sido la de jurisprudencia, aunque sólo la he ejercido como disciplina subordinada, junto a la filosofía y a la historia. Durante los años 1842-1843, en mi carácter de director de la Neue Rheinische Zeitung (1), me vi por vez primera en el compromiso de tener que opinar acerca de lo que han dado en llamarse intereses materiales. (...) La primera tarea que emprendí con el objeto de resolver las dudas que me asediaban fue una revisión crítica de la filosofía del derecho de Hegel (2), un trabajo cuya introducción apareció en los Deutsch - Franzósische Jahrbücher (3), editados en París en 1844. Mi investigación desembocó en el resultado de que tanto las condiciones jurídicas como las formas políticas no podían comprenderse por sí mismas ni a partir de lo que ha dado en llamarse el desarrollo general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuya totalidad agrupa Hegel, según el procedimiento de los ingleses y franceses del siglo XVlll, bajo el nombre de "sociedad civil", pero que era menester buscar la anatomía de la sociedad civil en la economía política. Comencé en París la investigación de esta, última, prosiguiéndola en Bruselas, hacia donde habia emigrado como consecuencia de una orden de expulsión del señor Guizot. El resultado general que obtuve y que una vez obtenido, sirvió de hilo conductor de mis estudios, puede formularse brevemente de la siguiente manera. En la producción social de su existencia: los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un determinado estadio evolutivo de sus fuezas productivas materiales. La totalidad de esas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio (Uberbau) jurídico y político, y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina (bedinQen) el proceso social, político e intelectual de la vida en general (4). No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sirio, por el contrario, es su existencia lo que determina su con57

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ciencia (5). En un estadio determinado de su desarrollo, las fuezas

productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producciÓn existentes o - lo cual sólo constituye una expresión jurídica de lo mismo - con las relaciones de producción dentro de las cuales se habían estado moviendo hasta ese momento. Esas relaciones se transforman de formas de desarrollo de las fuezas productivas en ataduras de las mismas. Se inicia entonces una época de revolución social. Con la modificación del fundamento económico, todo ese edificio descomunal se trastoca con mayor o menor rapidez. Al considerar esta clase de trastocamientos, siempre es menester distinguir entre el trastocamiento material de las condiciones económicas de producción, fielmente comprobables desde el punto de vista de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en suma, ideológicas, dentro de las cuales los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo dirimen. Así como no se juzga a un individuo de acuerdo a lo que éste cree ser, tampoco es posible juzgar una época semejante de revolución a partir de su propia conciencia, sino que, por el contrario, se debe explicar esta conciencia a partir de las contradicciones de la vida material, a partir del conflicto existente entre fuezas sociales productivas y relaciones de producción. Una formación social jamás perece hasta tanto no se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas para las cuales resulta ampliamente suficiente, y jamás ocupan su lugar relaciones de producción nuevas y superiores antes de que las condiciones de existencia de las mismas no hayan sido incubadas en el seno de la propia antigua sociedad. De ahí que la humanidad siempre se plantee sólo tareas que puede resolver, pues considerándolo más profundamente siempre hallaremos que la propia tarea sÓlo surge cuando las condiciones materiales para su resolución ya existen o, cuando menos, se hallan en proceso de devenir. A grandes rasgos puede calificarse a los modos de producción asiático, antiguo, feudal y burgués moderno de épocas progresistas de la formaciÓn económica de la sociedad. Las relaciones de producciÓn burguesas son la última forma antagónica del proceso social de la producciÓn, antagónica no en el sentido del antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que surge de las condiciones sociales de vida de los individuos, pero las fuezas productivas que se desarrollan en 58

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el seno de la sociedad burguesa crean, al mismo tiempo, las condiciones materiales para resolver este antagonísmo. Con esta formación social concluye, por consiguiente, la prehistoria de la sociedad humana (6). Friedrich Engels, con quien he estado manteniendo un constante intercambio epistolar de ideas desde la aparición de su genial esbozo de una crítica de las categorías económicas (en los Deutsch

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Franzósische Jahrbücher), había llegado conmigo, por otra vía (véase su Lage der arbeitenden Kasse in England [La situación de la clase obrera en lnglaterral), al mismo resultado (7), y cuando se estableció asimismo en Bruselas en la primera de 1845, resolvimos elaborar conjuntamente la oposición de nuestros puntos de vista contra el punto de vista ideológico de la filosofía alemana o, de hecho, ajustar cuentas con nuestra antigua conciencia filosófica (8). Este propósito se llevó a cabo en forma de una crítica a la filosofía poshegeliana. El manuscrito, dos gruesos volúmenes in octavo, ya había arribado desde mucho tiempo atrás al lugar donde debía ser editado, en Westfalia, cuando recibimos la noticia de que un cambio de condiciones no permitía su impresión. Dejamos librado el manuscrito a la roedora crítica de los ratones, tanto más de buen grado cuanto que habíamos alcanzado nuestro objetivo principal: comprender nosotros mismos la cuestión. De los trabajos dispersos en los cuales presentamos por entonces, hacia uno u otro lado, nuestros puntos de vista al público, sólo citaré el Manifest der Kommunistischen Partei lManifiesto del partido comunistaf, redactado conjuntamente por Engels y por mí, y un Discours sur le libre échange [Discurso sobre el librecambro], publicado por mi parte. Los puntos decisivos de nuestro concepto fueron insinuados por vez primera en forma científica, aunque de un modo sólo polémico, en mi trabajo Misére de la philosophie, etc. [Miseria de la filosofía], publicada en 1847 y dirigida contra Proudhon. Un ensayo sobre el trabajo asalariado, escrito en alemán - Die Lohnarbeit -, en el cual entretejí mis conferencias pronunciadas sobre este tema en la asociación Obrera Alemana de Bruselas (9) resultó interrumpido en su impresión por la revolución de febrero y por el hecho de que, a consecuencia de la misma, fuiviolentamente alejado de Bélgica. La edición de la Neue Rheinische Zeitung (10)en 1848 y 1849, y los acontecimientos posteriores, interrumpieron mis estudios eco59

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en Londres' en 1850' El ingente nómicos, que sólo pude reanudar política que se halla acumulado material de historia O" f" "*tomía vista,favorabre que ofrece Lonen er Bntrsh MuseuÁ,"r punto de y por último la dres para la onservacd; nueva etapa evoluti";;

i; l"

la sociedad burguesa' pareció entiar esta última con el

"u"r descubrimientodelorocalifornianoyaustraliano,medecidierona paso críticamente a -Ettos y a abrirme reiniciarlo todo desde un comienzo' eiiud ios 1.e coldujgl"i través del n uevo t"tJiiuL -li ^l1f en apanenoa' .

totatmente distantes -n" ;;; ,r ,áior, hacia Jisciplinas menor debido demorarme por mayor o

dentro de las qu.e se hallaba a mi disposición "u"t"t tiempo. Pero sobre todo, el tiempo activiáe ta imperiosa necesidad de una ouedó reducido elprimer con años, qu"'v".lteva ocho "n "irtuá üi."uü"iá.i*, York Tribune (11)' tornó neceel'New periódico anglo que "."¡t"ná, ttágt"nt"ción de los estudios' puesto prosaria una periodistica ""tr"oro'náii" ," o"uóo de corresoondenciaa notables acontesólo por excepción articulos ielativos üffiiJrc-nl. Sin'"rnáiéo, el continente constituían cimientos economlcos en l-nglaterra y.9n coniribuciones' que me vi fozado una parte tan signifráiu" O""tit situados fuera del ámbito de a familiarizarr" .on oéiáttes practicos propiamente dicha' la ciencia de la economía políiica JJ u rn"r"n" de mis estudios en el terreno Este esbozo pun"""i., demostrar solamente que mis de la economia por¡tióá habrá de juzgar y por Pico 9ue coincitos de vista, como;ffit;;I";-pueda. de las áasós dominantes' son el dan con los prejuictl-¡nieresaoos escrupulosa y que ha llevado largos resultado de una i;;iü;ñ ciencia' aéícomo en la entrada al años. sin

ffiilffiá.

"torrgo,á;ü;;tE

lnfierno, debe formularse esta exigencta:

Ouis¡ convien tásciare ogni sospetto Ognivittá convien che quisia morta'

[.Abandóneseaquítodorecelo/Máteseaquícualquiervileza'''(Dante)]

Londres, enero de 1859 Karl Marx

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Notas del Editor al "Prólogo" a la Contribución a la Grítica de la Economía Política

(1)

Rheinische Zeitung für Politik, handel und Gewerbe, periódico que apareció en Colonia entre el 1 de enero de 1842y el 31 de marzo de 1843. De orientación opuesta al absolutismo prusiano, convocó para que colaboraran a algunos neohegelianos. Marx inició su colaboración en abril de 1852, y a partir de octubre de ese año fue designado jefe de redacción. Bajo la dirección de Max, el periódico comenzó a sumir un carácter democrático * revolucionario cada vez más marcado, lo cual motivó, a su vez, que el 19 de enero de 1843 el gobierno prusiano decretara su prohibición a partir del 1 de abril de ese año, sometiéndolo, hasta esa fecha, a una severísima censura. (2) La Kritik des hegelschen Sfaafsrechts [Crítica del derecho público de Hegell permaneció inédita en vida de Marx y fue publicada por primera vez en 1927 en las MEGA,I/1, pp. 401-553. Véase la edición castellana basada en la edición de Dietz Verlag (Berlín, 1961): Crítica de la filosofía del estado de Hegel, México, Grijalbo, Colección 70, 1968. (3) Los Deufsch - Franzósrsche Jahrbücher fueron editados en alemán, en París, bajo la dirección de Karl Marx y Arnold Ruge. Sólo apareció la primera entrega doble en febrero de 1844; la misma contenía los trabajos de Max Sobre la cuestión judía y Acerca de la crítica de la "Filosofía del derecho" de Hegel. lntroducción, y, además, los trabajos de Friedrich Engels Esbozo para una crítica de la economía política y La situación de lnglaterra. "Past and Present" por Thomas Carlyle, Londres, 1843. La causa principal de la suspensión de la publicación de esta revista fueron las divergencias de opinión entre Marx y el radical burgués Ruge. (4) Siguiendo el criterio de Maximilian Rubel hemos traducido respectivamente como "determina" y "edificio" los térmir¡os alemanes bedingen y Uberbau. Este último ha sido trad ucido habitual mente como "su perestructu ra". (5) Recordar al respecto el siguiente fragmento de La ideología alemana'. "La moral, le religión, la metafísica y cual61

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Torn

quier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas coire.ponOen pier]en, así, la apariencia de su propia sustanti-

vidad.Notienesupropiahistorianisupropiodesarrollo,sino qré lot hombres que desarrollan su propia producción.mateiiál V tu intercambio material cambian también, al cambiar esta óalidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento.Noeslaconciencialaquedeterminalavida,sinola vida la que determina la conciencia,, (La ideolog.ía alemana, México, Édiciones de Cultura Popular, 1974, pp' 26-27) .

tolEstateoríaseráexpuestaenformamásdetalladaen la Mlseyp de

La'iáeología alemana y en diversos lugares,de Ia fitosofñ. Posteriormónte, en abril de 1892, en el "PrÓlogo" a la ediciÓn inglesa de Del socialismo utÓpico al socialismo "matecientífico, Enge-ls baulizará este "hilo conductor" como Obras Engels, Friedrich / rialismo históiico" (véase Karl Marx 1974' Progreso' escogldas en tres tomos, Moscú, Editorial t.lll, pp. 98 ss.). (ii Marx se refiere al trabajo de Engels, Umrisse. zu eide nei kritik der Nationatókonomie (1844) lEsbozo de crítica ti economía política, en Marx / Engels, Escrifos económicos iarios, Méxicb, Grijatbo, 19621 y a Die lage der arbeitenden Ciasse in Engtand [La situación de la clase obrera en lnglaterra, Buenos Aires, Futuro, 1946]'

(8)ElmanuscritodeLaideotogíaalemanafuepublicado poiprimera vez de manera integral en 1927 en las MEGA' v' 'pp.

á-Szg (véase la versión citada de Wenceslao Roces)' -'(é) Li Asociación obrera Alemana fue fundada por Max

y enlets en Bruselas, en agosto de 1847, con el fin de esclaí"."r- políticamente a los obreros alemanes residentes en con las ideas del comunismo científiaergicá -aa¡oy familiarizarlosde Marx y Engels, así c.omo de sus la dirección co. .o'p",ñ"|"os de lucha, la asociaciÓn se desarrolló para convertirse en un centro legal de los obreros revolucionarios alemanes.LaAsociaciónobreraAlemanasehallabaencoy vanexión directa con las asociaciones obreras flamencas lonas.LosmiembrosprogresistasdelaAsociaciónseincorporaron a la comun¡oáo oL Bruselas de la Liga de los comunistas. 62

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(10) Neue Rheinische Zeitung. Organ der Demokrafie. Bajo la dirección de Max, este diario se editó en Colonia desde el 1 de julio de 1848 hasta el 19 de mayo de 1849. lntegraban la redacción Friedrich Engels, Wihelm Wolff, Georg Weerth, Ferdinand Wolff, Ernst Dronke, Ferdinand Freiligrath y Heinrich Bürgers.

En mayo de 1849, en oportunidad en que la contrarrevolución pasó al ataque en forma generalizada, el gobierno prusiano, tras haberle denegado ya a Max la ciudadanía, impartiÓ la orden de expulsarlo de Prusia. Este hecho, y las represalias contra los demás redactores del periódico, obligaron a su dirección a suspender la publicación. El número 301 de la Neue Rheinische Zeitung, último en ser publicado, apareció impreso en rojo. En su exhortación de despedida a los obreros de Colonia, sus directores declaraban que "su última palabra sería, siempre y por doquier: "¡Emancipación de la clase obrera!". (11) New - York Daily Tribune. Periódico norteamericano que apareció entre 1841 y 1924. Fue fundado por el conocido periodista y político norteamericano Horace Greeley, y hasta mediados de la década de 1850 fue el órgano del ala izquierda de los whigs norteamericanos, convirtiéndose luego en órgano del Partido Republicano. Durante las décadas de 1840 y 1850, el periódico asumió una postura progresista, y abogÓ en contra de la esclavitud. En él trabajaron varios importantes escritores y periodistas norteamericanos; uno de sus directores fue, desde fines de la década de 1840, Charles Dana, quien se hallaba bajo la influencia de las ideas del socialismo utópico. La colaboración de Marx en ese periódico comenzÓ en agosto de 1851 y prosiguió hasta marzo de 1862; gran número de artículos para el New - York Daily Tribune fueron escritos por Engels, a pedido de Marx. Los artículos de Marx y Engels tratan importantes problemas del movimiento obrero, de la política interna y exterior y del desarrollo económico de los países europeos, cuestiones de la expansión colonial y del movimiento de liberación nacional en los países oprimidos y dependientes, etcétera. .La dirección del New - York Daily Tribune practicó, en muchos casos, modificaciones arbitrarias la texto de los artícu63

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de su autor' como los; algunos fueron publicados, sin firma de 1855' el periómediados del diarioiÁ partir de v Engels sin firma' "-Jtoriár". ;ü;ü;l"o-tooo, los ártículos de Max de protestar' A ocasión Estos abusos Oieron á Marx reiterada la crisis ecode de 1g57, como consecuencia ilj;d"t;t"ño gstaOós la asim.ismo Unidos, que incluyÓ ¡obre nómica en los resa obligado se vio situación financiera del periódico, Marx su colaboración que escribía' articulos de iiriüi ár nüt"to a comienzos de la con este periódico cásó definiiivamente gstaáos Unidos' Un papel decisivo en la éu"tá "i"il en los y el New - York Daily Tribu;;pt;; Je relacion"t "ni'" Marx ái ñ"tno de que la dirección de éste fue ne lo desempeño 'meoioá."du u"' más intensa' por partidarios de ;;rñ;, ;n así como el un compromiso con los estados esclavistas' abandono de sus posiciones progresistas'

Carlos Marx Carta a P. V. Annekov La relación estructura - superestructura Los fragmentos de este apartado pertenecen a cartas de Marx

aislar y analizar problemas teóricos generales que derivan de los análisis del apartado anterior. Podemos esguemáticamente designarlos como los atingentes a la naturaleza de la relación - entablada entre los individuos y el sistema de relaciones soaa/es en que están incluidos como miembros de la sociedad; y por otra parte los problemas que para el análisis de la dinámica general de las formaciones econÓmico - socra/es se derivan del carácter determinante, en última instancia, que en ella tiene la estructura económica y la eficacia propia de /os niveles de la superestructura.

y de Engels que pueden ayudar a

[...] ¿aué es la sociedad cualquiera sea su forma? El producto de la acción reciproca de los hombres. ¿Pueden los hombres elegir libremente esta o aquella forma social? Nada de eso. A un determinado nivel de desarrollo de las facultades productivas de los hombres, corresponde una determinada forma de comercio y de consumo. A determinadas fases de desarrollo de la producción, del comercio, del consumo, corresponden determinadas formas de constitución social, una determinada organizaciÓn de la familia, de los estamentos o de las clases: en una palabra, una determinada sociedad civil. A una determinada sociedad civil, corresponde un determinado Estado político, que no es mas que la expresión oficial de la sociedad civil. Esto es lo que el señor Proudhon jamás llegará a comprender, pues él cree que ha hecho una gran cosa apelando del Estado a la sociedad civil, es decir, del resumen oficialde la sociedad a la sociedad oficial. Huelga añadir que los hombres no son libres árbitros de sus fuerzas productivas - base de toda su historia -, pues toda 'fuerza productiva es una fuerza adquirida, producto de una actividad ánterior. Por tanto, las fuerzas productivas son el resultado de la energía práctica de los hombres, pero esta misma energía se halla determinada por las condiciones en que los hombres se 65 64

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encuentran colocados por las fuerzas productivas ya adquiridas por la forma social anterior a ellos, que ellos no han creado y que Ls producto de la generación anterior. El simple hecho de que a"d" g"n"ración pósterior se encuentre con fuerzas productivas adquirTdas por la generación precedente, que le slrven de mateiiá'prima para la-nueva producción, crea en la historia de los que hombres una conexión. crea una historia de la humanidad, fuerzas las por cuanto es tanto más la historia de la humanidad productivas de los hombres y por consiguiente sus relaciones sociales, han adquirido mayor desarrollo. consecuencia obligada: la historia social de los hombres no es nunca más que la historia de su desarrollo individual, tengan o no ellos mismos la conciencia de esto. sus relaciones materiales forman la base de todas sus relaciones. Estas relaciones materiales no son más que las formas necesarias bajo las cuales se realiza su actividad materiale individual. El señor Proudhon confunde las ideas y las cosas. Los hombres no renuncian nunca a lo que han conquistado, pero esto no quiere decir que no renuncian nunca a las formas sociales bajo És cuales hañ adquirido determinadas fuerzas productivas' Todo para lo contrario . Para no verse privados del resultado adquirido, consvan se no perder los frutos de la civilizaciÓn, los hombres tredidos, desde el momento en que el tipo de su comercio no correspónOe ya a las fuerzas de producción adquiridas, a modificar todas susformas sociales tradicionales. Empleo aquí la pala,,comercio" en su sentido más amplio, pata designar lo que bra en alemán decimos "Verkehr". Por ejemplo: el privilegio, la institución de gremios y corporaciones, el régimen reglamentado de la Edad Média, eran relaciones sociales que sólo se correspondían con las fuerzas productivas adquiridas y con el estado social anterior, del que aquellas instituciones habían brotado. Bajo la tutela del régimen de las corporaciones y las ordenanzas, se acumularon óapitales, se desarrolló un comercio marítimo, se fundaron colonias; y los hombres habrían perdido estos frutos de su actividad, si se hubiesen empeñado en conservar las formas a la sombra de las cuales habían madurado aquellos frutos. Por eso estallaron dos truenos: la revoluciÓn de 1640 y la de 1688. En lnglaterra fueron destruidas todas las viejas formas económibb

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cas, las relaciones sociales con ellas congruentes y el Estado político que era la expresión oficial de la vieja sociedad civil. Por tanto, las formas económicas bajo las que los hombres producen, consumen y cambian, son fransiforias e históricas. Al adquirir nuevas facultades productivas, los hombres cambian su modo de producción, y con el modo de producciÓn cambian todas las relaciones económicas, que no eran más que las relaciones necesarias de aquel modo concreto de producción.

(Carlos Max, carta a P. V. Annenkov del 28 de diciembre de 1846 de C. Max y F. Engels, Obras escogidas, Moscú, editorial Progreso, 1955, tomo ll, págs. 438-439.

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Federico Engels Garta a J. Bloch

[...] Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Max ni yo hemos afirmado nunca más que esto, Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda. La situación económica es la base, los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta - las formas políticas de la lucha de clases y sus

resultados, las Constituciones que, después de ganada una batalla, redacta la clase triunfante, etc., las formas jurídicas, e incluso los reflejos de todas estas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas, jurídicas, las ideas religiosas y al desarrollo ulterior de éstas hasta convertirlas en un sistema de dogmas -, ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. Es un juego mutuo de acciones y reacciones entre todos estos factores, en el que a través de toda la muchedumbre infinita de casualidades [es decir, de cosas y acaecimientos cuya trabazón interna es tan remota o tan difícil d probar, que podemos considerarla como inexistente, no hacer caso de ella), acaba siempre imponiéndose como necesidad el individuo económico. De otro modo, aplicar la teoría a una época histórica cualquiera sería más fácil que resolver una simple ecuación de primer grado. Somos nosotros mismos quienes hacemos nuestra historia, pero la hacemos, en primer lugar, con arreglo a premisas y condiciones muy concretas. Entre ellas, son las económicas las que deciden en última instancia. Pero también desempeñan su papel, aunque no sea decisivo, las condiciones políticas, y hasta la tradición, que merodea como un duende en las cabezas de los hombres. [...] En segundo lugar, la historia se hace de tal modo, que el resultado final siempre deriva de los conflictos entre muchas voluntades individuales, cada una de las cuales, a su vez, es lo que es por efecto de una multitud de condiciones especiales de vida; 69

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son, pues, innumerables fuerzas que se entrecruzan las unas con las otras, un grupo infinito de paralelogramos de fuerzas, de las que surge una resultante - el acontecimiento histórico -, que, a su vez, fuede considerarse producto de una potencia única, que, como un todo, actúa sin conciencia y sin voluntad' Pues lo que uno quiere tropieza con la resistencia que le opone olro, y lo que resulta de todo ello es algo que nadie ha querido. De este modo, hasta aquí toda la historia ha discurrido a modo de un proceso natural y sometida también, sustancialmente, a las mismas leyes dinámicas. Pero del hecho de que las distintas voluntades individuales - cada una de las cuales apetece aquello a que le impulsa su constitución física y una serie de circunstancias externas, que son, en última instancia, circunstancias económicas (o las suyas propias personales o las generales de la sociedad) - no alcancen lo que desean, sino que se fundan todas en una media total, en una resultante común, no debe inferirse que estas voluntades Sean = 0. Por el cOntrario, todas Con-

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error. Desgraciadamente, ocurre con harta frecuencia que se cree haber entendido totalmente y que se puede manejar sin más una nueva teoría por el mero hecho de haberse asimilado, y no siempre exactamente, sus tesis fundamentales. De este reproche no se hallan exentos muchos de los nuevos "marxistas" y así se explican muchas de las cosas peregrinas que han aportado...

(Federico Engels, carta a J. Bloch del 21-22 de septiembre de 1890 de Carlos Max y Federico Engels. Obras Escogidas, edición y tomo citados, págs. 484-486).

tribuyen a la resultante y se hallan, por tanto, incluidas en ella. Abemás, me permito rogarle que estudie usted esta teoría en las fuentes originales y no en obras de segunda mano; es, verdaderamente, mucho más fácil. Marx apenas ha escrito nada en que esta teoría no desempeñe su papel. Especialmenle, El 18 Érumerio de Luis Bonapañe es un magnífico ejemplo de aplicación de ella. También en Et capitatse encuentran muchas referencias. En segundo término, me permito remitirme también a mis obras La subversiÓn de la ciencia por el señor E. Dühring y Ludwig Feuerbach y et fin de ta fitosofía clásica alemana, en las que sé contiene, a mi modo de ver, la exposición más detallada que existe del materialismo histÓrico. El que los discípulos hagan a veces más hincapié del debido en el aspecto econÓmico, es cosa de la que, en parte, tenemos la culpa Max y yo mismo. Frente a los adversarios, teníamos que subrayar este principio cardinal que se negaba, y no siempre disponíamos de tiempo: espacio y ocasión para dar la debida importancia a los demás factores que intervienen en eljuego de las acciones y reacciones. Pero, tan pronto como se trataba de exponer una época histórica y, por tanto, de aplicar prácticamente el principio, cambiaba la cosa, y ya no había posibilidad de 70

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El MlruRrrursvo ulsrónlco

Federico Engels Carta a H. Stakenburg [...] 1. Por relaciones económicas, en las que nosotros vemos la ba-

se determinante de la historia de la sociedad, entendemos el modo cómo los hombres de una determinada sociedad producen, elsustento para su vida y cambian entre sí los productos (en la medida en que rige la división del trabajo). Por tanto, toda la técnica de la producción y deltransporte va incluida aquí. Esta técnica determina también, según nuestro modo de ver, el régimen de cambio, así como la distribución de los productos, y por tanto, después de la disolución de la sociedad gentilicia, la división en clases también y por consiguiente las relaciones de dominación y sojuzgamiento, y con ello, el Estado, la Política, el Derecho, etc. Además, entre las relaciones económicas se incluye también la base geográfica sobre la que aquéllas se desanollan y los vestigios efectivamente legados por anteriores fases económicas de desanollo que se han mantenido en pie, muchas veces sólo por la tradición o la wb inertiae, y también, naturalmente, el medio ambiente que rodea a esta forma de sociedad.

Si es cierto que la técnica, como usted dice, depende en parte considerable del estado de la ciencia, aún más depende ésta del esfado y las necesidades de la técnica. El hecho de que la sociedad sienta una necesidad técnica, estimula más a la ciencia que diez universidades. Toda la hidrostática (Torricelli, etc.), surgió de la necesidad de regular el curso de los ríos de las montañas de ltalia, en los siglos XVI y XVll. Acerca de la electricidad, hemos comenzado a saber algo racional desde que se descubrió la posibilidad de su aplicación técnica. Pero, por desgracia, en Alemania la gente se ha acostumbrado a escribir la historia de las ciencias como si éstas hubiesen caído del cielo. 2. Nosotros vemos en las condiciones económicas lo que condiciona en última el desarrollo histórico. Pero la raza es, de suyo, un factor económico. Ahora bien: hay aquí dos puntos que no deben pasarse por alto: El desarrollo político, jurídico, filosófico, religioso, literario, artístico, etc., descansa en el desarrollo económico. Pero todos ellos repercuten también los unos sobre los otros y sobre su base económica. No es que la situación económica sea la causa,lo único

a)

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El MnrenrRl¡srr¡o nlsrónlco

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activoytodolodemásefectospuramentepasivos'Hayunjuego.de lá oase de la necesidad economtca' acciones y r."u..,on"1,-tábt" El Estado' por ejemplo' que se impone ,i".óiá,Ln úftima instancia' protectores, el librecambio, el áctúa por medio OJ'ür""ünó"f". la mortal agonía y la impotencia buen o mal régimen'ntár; V hasta de áé ta misera situaciÓn económica del filisteo alemán el en primero 1g30, y que se reveraron Aremania desde 164g hasta los a y en la sumisión servil pietismo y luego 'éntitentatiémo "n'"t Je¡ap1de-surtir su efecto económico' orincipes y a ta nooÉ=á,'ná para el renacimiento del Fue éste uno de t"r'[i.¿ñüI'óúrta.rtos ias guerras revolucionapaís, que sólo pudo'ser sacuOido cuando es' a agudizar la miseria crÓnica' No rias y napoleónicat quiese comodidad' "ini"tn por razones de pues, como de vez en cuando' qerza un 9!e9t9 automátire imaginar, que la tii'""i0ñ tjconómica nótbres los que hacen su historia' aunque co; no, son los a' y a base de las reladentro de un meoio ;;ü;6stondicion cionesefectivasconqueseencuentran,entrelascualeslasdecisique nos.dan el único hilo de engarce vas, en última instancia, y las los acontecimientos son las que puede ,"ti'noJ'i""u-áni"noer las ellas puedan influir' a su vez' económicas, po, rn"u"tiJq; "; áemás, las políticas e ideolÓgicas' mismos su historia' pero hasta b) Los homoát ñ""áñérros y con arreglo a un pl"! con unu tiJuniud colectiva

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ahora no dada y circunscrita' Sus aspivo, ni siquier" o"nt'á'á" una sóc¡eoaá sociedades impera óót eso enlodas eótas raciones ," es la manifestaciones v torma de la necesida¿"ntr."t''l'án' casualita de imfone a.través "uvoTilbÉrn"ñt" casuaridad.r-" n"ó"!iáJ' á" áqu¡!". económica' Y aquí es donde la. dad es también, e;;iñ;ilsiancia' que grandes hombres' Elhecho de debemos hablar d; ü'ü;"dos país y un v en un momento surja uno oe estoJ, 9t19 casualidad' Pero si lo supui" un" náiu'almente' determinado, y ",, prrni;"lJiá n""ásioao Je reemplazarlo' aparecerá primimos, pero a la larga aparecerá' Que un sustituto, más ó menos bueno' que estó,corso' el dictador militar fuese Napoteon, i'elüamente fue una agotada por su propia guerra, exigía ra Repúbricá'rán."r", habria veñloÉt" nabioo un Napoleónque casualidad; p",o siempre el hecho de otro u o.upullu puesto, lo demuestra

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este hombre ha surgido. Max descubrió la concepción materíalista de la historia, pero Thierry, Mignet, Guizot y todos los historiadores ingleses hasta 1850 demuestran que ya se tendía a ello; y el descubrimiento de la misma concepción por Morgan prueba que se daban ya todas las condiciones para que se descubriese, y necesariamente tenía que ser descubierta. Otro tanto acontece con las demás casualidades y aparentes casualidades de la historia. Y cuanto mas alejado esté de lo económico el campo concreto que investigamos y más se acerque a lo ideológico puramente abstracto, más casualidades advertiremos en su desarrollo, más zigzagueos presentará su curva. Pero si traza usted el eje medio de la curva, verá que, cuanto más largo sea el período en cuestión y más extenso el campo que se estudia, más paralelamente discurre este eje al eje deldesarrollo económico. El mayor obstáculo que en Alemania se opone a la comprensión exacta es el desdén imperdonable que se advierte en la literatura hacia la historia económica. Resulta muy difícil desacostumbrarse de las ideas históricas que le meten a uno en la cabeza en la escuela, pero es todavía más difícil acarrear los materiales necesarios para ello. ¿Quién, por ejemplo, se ha molestado en leer siquiera al viejo G. Von Gullich, en cuya árida colección de materiales se contiene, sin embargo, tanta materia para explicar incontables hechos políticos? Por lo demás, creo que el hermoso ejemplo que nos ha legado Max con "El 18 Brumario" podrá orientarle a usted bastante bien acerca de sus problemas, por tratarse, precisamente, de un ejemplo práctico. También creo haber tocado la mayoría de los puntos en el Anti-Dürhring, l, caps 9-11 y 11,24 y también en el lll, cap. 1 en la lntroducción, así como en el último capítulo de Feuerbach. Le ruego que no tome al pie de la letra cada una de mis palabras, sino que se fije en el sentido general, pues desgraciadamente no disponía de tiempo para exponerlo todo con la precisión y la claridad que exigiría un material destinado a la publicación... (Federico Engels: carta a H. Starkenburg del 25 de Enero de 1894 de C. Max y F. Engels. Obras escogidas. Edición y tomos citados, págs. 501-503)

Cromwell' etc'' nece#iti un nómore: César' Augusto' 75

74

El MRtrRrRr-rs¡¡o nrsróRrco

Federico Engels "Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico" Gapítulo 3

La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción, y tras ella el cambio de sus productos, es la base de todo orden social; de que en todas las sociedades que desfilan por la historia, la distribución de los productos, y junto a ella la división social de los hombres en clases o estamentos, es determinada por lo que la sociedad produce y cómo Io produce y por el modo de cambiar sus productos. Según eso, las últimas causas de todos los cambios sociales y de todas las revoluciones políticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres ni en la idea que ellos se forjen de la verdad eterna ni de la eterna justicia, sino en las transformaciones operadas en el modo de producción y de cambio; han de buscarse no en la filosofía, sino en la economía de la época de que se trata. Cuando nace en los hombres la conciencia de que las instituciones sociales vigentes son irracionales e injustas, de que la razón se ha tornado en sinrazón y la bendición en plaga6, esto no es más que un indicio de que en los métodos de producción y en las formas de cambio se han producido calladamente transformaciones con las que ya no concuerda el orden social, cortado por el patrón de condiciones económicas anteriores. Con lo cual, dicho está que en las nuevas relaciones de producción tienen forzosamente que contenerse ya - más o menos desarrollados - los medios necesarios para poner término a los males descubiertos. Y esos medios no han de sacarse de la cabeza de nadie, sino que es la cabeza la que tiene que descubrirlos en los hechos materiales de la producción, tal y como los ofrece la realidad. ¿Cuál es, en este aspecto, la posición delsocialismo moderno? El orden social vigente - verdad reconocida hoy por casi todo el mundo - es obra de la clase dominante de los tiempos modernos, de la burguesía. El modo de producción caracteristico de la burguesía, al que desde Max se da el nombre de modo capitalista de producción era incompatible con los privilegios locales y de u

Palabras de Mefistófeles en el Fausto de Goethe (N. de la Edit.)

77

MnRto ToeR

los vinculos interpersonales del los estamentos, como lo era con por tierra el orden feudal y leorden feudal' f-, orté'áti" "tnO de..la sociedad burguesa, el vantó sobre .u, |.uin'"!-éi-r"gimen o" ru libertad de domicilio' de la imperio de la libre ";;;";;"t;á' poseedores de mercancias' y tantas igualdad oe oerecná-s ;; i"; ya podi? desarrollarse otras maravirtas oñuesu. ,¿.. Ahora producción' Y al venir el vapor libremente ef mooo Jap¡ialista de antigua matuquin"iá-hárramentál y transformar la creadas ;;;;"; Y productivas. nufactura en gran lná"iti", las fuérzas desase méuiti"nio o"lo mando de la burguesia descono"r y en proporciones inaudita rrollaron con una "ái"óiotá páio, modo que en su tiempo la mismo o"r cidas hasta bajo su y el artesanado, que seguia desarrollándose manufactura"nton.J,' hoy gremios' féudales de los influencia, chocaron-Jonlát'ttáuas un nivelde desarrollo más alto' no la gran industria, ;i en que la tiene cohibida el cabe ya dentro del est-recho marco Las nuevas fuezas productivas modo capitalista o" óioJu"tiÓn' en que son exPlota{as' Y este desbordan ya la forma burguesa de producción iroductivas y el modo conflicto entre las de los cabezas las en planteádo no es precisament" un óonhicto del original pecado entre el hombres, atgo asi cómo et confiicto la en hechos' los que radica en hombre y la justicia divina, sino la de independientemente realidad objetiva, f,"'u de nosotros' han lo que J" rot mismos hombres voluntad o de la no es más que el reflejo de moderno provocado. et sociatismo su proyección ideal en las este conflicto tui"iiur en la mente' f"i áe la clase'que sufre directamente cabezas, "rp"run"áJ'pár la clase obrera' sus -- consecuencias: este conflicto? qué consiste ¿en decir' en Ia sooráü;i;lt froducción capitalista'-es Antes oe general la pequeña industria' baEdad Media, regía con carácter deítrabaiador sobre sus medios de sada en ta propieáJ pequeagricurturá corria a cargo de producción, esindustria la "n "r"áiióo,-tá fiOiás'Slasaftós; en las ciudades, ños labradores, tiela trabajo Los medios de taba en manos oá rotl't"sanos' eran meherramientas las taller' el up"ros Oe ta¡ranza, sólo al uso individual v' trabajo i;i.[ilil;".tináOor tan de dios limitados' Pero por tanto, forzosamente, mezquinos' diminutos'

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*Jot 78

El Mnrentttsrr¡0 nrsrÓRrco

esto mismo hacía que perteneciesen, por lo general, al propio productor. El papel histórico del modo capitalista de producción y de su portadora, la burguesía, consistió precisamente en concertar y desarrollar estos dispersos y mezquinos medios de producción, transformándolos en las potentes palancas productoras de los tiempos actuales. Este proceso, que viene desarrollando la burguesía desde el siglo XV y que pasa históricamente por las tres etapas de la cooperación simple, la manufactura y la gran industria, aparece minuciosamente expuesto por Max en la sección cuarta de "El Capital". Pero la burguesía, como asimismo queda demostrado en dicha obra, no podía convertir aquellos primitivos medios de producción en poderosas fuerzas productivas sin convertirlas de medios individuales de producción en medios socra/es, sólo manejables por una colectividad de hombres. La rueca, el telar manual, el martillo del herrero fueron sustituidos por la máquina de hilar, por el telar mecánico, por el martillo movido a vapor; el taller individual cedió el puesto a la fábrica, que impone la cooperación de cientos y miles de obreros. Y con los medios de producción, se transformó la producción misma, dejando de ser una cadena de actos individuales para convertirse en una cadena de actos sociales, y los productos se transformaron de productos individuales en productos sociales. El hilo, las telas, los artículos de metal que ahora salían de la fábrica eran producto del trabajo colectivo de un gran número de obreros, por cuyas manos tenía que pasar sucesivamente para su elaboración. Ya nadie podía decir: esto lo he hecho yo, este producto es mío. Pero allí donde la producción tiene por forma cardinal un régimen de división social del trabajo creado paulatinamente, por impulso elemental, sin sujeción a plan alguno, la producciÓn imprime a los productos la forma de mercancía, cuyo intercambio, compra y venta, permite a los distintos productores individuales satisfacer sus diversas necesidades. Y esto era lo que acontecía en la Edad Media. El campesino, por ejemplo, vendía al artesano los productos de la tierra, comprándole a cambio los artículos elaboraUos en su taller. En esta sociedad de productores aislados, de productores de mercancías, vino a introducirse más tarde el nuevo modo de producción. En medio de aquella división elemental del trabajo sin plan ni sisfema, que imperaba en el seno 7g

EL MATERtALtSMo

Mnnto ToEn

de producción implantó la de toda la sociedad, el nuevo 1o.do de iada fábrica; al lado de división planificada;"ii;;J" dentro producciÓn social' Los producla producci t¡n ¡na¡v¡áJLi';tgó; miimo mercado' y por lo tanto' a tos de ambas ," u*Oián án"et Pero la organizaciÓn planifiprecios apro*imaoa'riáiie-ig'at"'' trabajo; las fábricas

etemental del cada podía ,a, qu"'tJ'il"i.íon socialmente 9l"Pg*',:n tut otganizado en que el trabajo pequeños productores aislados' "ttáOá oroductos más baratos que ros poco en todos ¡ñJ"ii-ráriuá sucumóiendo poco atodo el antiguo revolucionó los campos y la pioJuttiOn social este carácter revolucionario modo de producción' Sin embargo' á"¡.apercibido' que' por el consuyo pasabu o"r"i"it-''o 9áf i"-t y exclusiva finalidad de aumentrario, se implantaft"on la única mercancias' Nació directamente tar y fomentar ra pioOucción de producciÓn e intercambio de mercanligada a ciertos ,"rl-ñ"r áé el capital comercial'-la.industria cías que y" u"n,uÁ-iuntiónánoo: Y ya-que surgia como una nueartesana y el tranajo ásaiariaOo' mantuviéronse en pleno va forma de producción de m"'canc'a'' de la producciÓn de vigor bajo ella las formas de apropiación mercancías. tal como se había desarroEn la producciÓn de mercancías' el probleml*,'" quién podia gurgll -Et llado en la Edad lvl"Jlá, no productor individual los pertenecer ro, proo-ulüs Jei traoa;o. primas d" tu-l:piedad' creaba, g"n"ru'tl;.'i;,';on ;"terLs con sus propios memismo' po' él producidas no poJá'-u"tt' o el de su propio trabuio dios de trabajo y elaborados con ya eran pues pot tanto' aoropiárselos' su familia. No n"áJitáoá, los de producirlos' La propiedad suyos por el tJ;"h;;ht'de tabaio personal' Y aun en productos nasaoa"se,-Ñ;t' en 9f por la ayuda ajena' ésta era' aquellos casos;ñ;!á-empteaba tiecúentemente' además del to común, .or" gremios aprendiz y el.oficial de los salario, otra compLnsacióni el para aprencomo y- la comida no trabajab"n t"nio óói et.satario concentrala sobreviene der y llega, ,"i'árüin áiu *u"tiros' ta.lleres-y-manufacgrandes en " ción de los medios áÉ p'oOutción realmente soproducciÓn dé medios. turas, su transtorri;d; de prbducción-y sus productos ciales. No obstanü;;i; t¿dios que como si siguiesen siendo lo sociales fueron cónsiderados

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HlsróRlco

eran antes: medios de producción y productos individuales. y si hasta aquí el propietario de los medios de trabajo se había apropiado de los productos, porque eran, generalmente, productos suyos y la ayuda ajena constituía una excepción, ahora el propietario de los medios de trabajo seguía apropiándose el producto, aunque este ya no era un producto suyo, sino fruto exclusivo del trabajo ajeno. De este modo, los productos, creados ahora socialmente, no pasaban a ser propiedad de aquellos que habían puesto realmente en marcha los medios de producción y que eran sus verdaderos creadores, sino del capitalista. Los medios de producción y la producción se habían convertido esencialmente en factores sociales. Y, sin embargo, veíanse sometidos a una forma de apropiación que presupone la producción privada individual, es decir, aquellas en que cada cual es dueño de su propio producto y, como tal, acude con él al mercado. El modo de producción se ve sujeto a esta forma de apropiación, a pesar de que destruye el supuesto sobre que descansaT. En esta contradicción, que imprime al nuevo modo de producción su carácter capitalista, se encierra, en germen, todo el confticto de /os tiempos actuales. Y cuanto más el nuevo modo de producción se impone e impera en todos los campos fundamentales de la producción y en todos los países económicamente importantes, desplazando a la producción individual, salvo vestigios insignificantes, mayor es la evidencia con que se revela la incompatibitidad entre la producción socialy la apropiación capitalista. Los primeros capitalistas se encontraron ya, como queda dicho, con la forma del trabajo asalariado. pero como excepción, 7

No necesitamos explicar que, aún cuando la forma apropiación pertenezca invariable, el carácter de la apropiación sufre una revolución por el proceso que describimos en no menor grado que la producción misma. La apropiación de un producto propio y la apropiación de un producto ajeno son evidentemente, dos formas muy distintas de apropiación. Y advertimos de pasada, que el trabajo asalariado en el que se contiene ya el germen de todo el modo capitalista de producción, es muy antiguo; coexistió durante siglos enteros, en casos aislados y dispersos con la esclavitud. Sin embargo este germen solo pudo desarrollarse hasta formar el modo capitalista de producción cuando se dieron las premisas históricas adecuadas. (Nota de Engels). 81

EL MRTeRTRL¡sH¡o

MnRtoToen

punto de como mera ayuda' como como ocupación secundaria' un ganar a de vez en cuando transición. El labraiJi óuó-tur¡a caso que' en de tiena propia' de las iornal, tenía sus 0""i"üg"sle-xtril; gremiales velaban por que ;;Jávivir' Las-ordenanzasmañana en maestros' Pero' los oficiales de noy se convirtiesen Je producciÓn adquirieron un 'carác' tan pronto como ro' 'ñ"áiát las comanos de los capitalistas' ter social y se concentraron en proouccion y los productos del sas cambiaron' uoJ'il;i;t-J" depreciándose cada vez pequeño productoi indiviOuat fueron productor no le quedó otro recurmás, hasta que a "ste'páq'enoloinar-.g1sado por el capitalista' El so que colocarse y mera' ayuda' se trabajo asalariado q-ue antes "'" "*tipción toda la producción' v la convirtió en resla v en ocupaotup"iüñ utt"toria se convierte ahora oue antes "r" ciónexclusivadelon'"'o.ElobreroasalariadotemporalseconviO-a Ádemás' la muchedumbre virtió en asalariado para toda lq engropot vida se,ve gigantesca'n"ll: de estos asatariaOol áá del ordéñ feudal, por la disolusada por et oerrum-üel]rñu-rien"o de senores táudales, la expulsiÓn ción de tu, ."rnuJJr-á" for se ha realizado el completo los campesino' manos "tc' producción concentrados en divorcio entre que no productores y de otro' los de los capitalistas;';;; t"oo' contradicción La á'i^ ¿étaoajb' poseian más que Jl";üilj.r la apropiaciÓn bapitatista reviste y ta entre la proauccóÁ- sóc¡át et próteiariado v ta byro-u'e-sí'1 forma de antagon;;;;;;;i'ó producción capitalista vino a rnHemos ui"to qL""',árl"J" 0'," de mercancías, de unJ".J.ü"d oe broouctores troducirse el cambio de "ninoiuioiáiá'l *vo i¡ntuto social era producciÓn oroductores de toti"o"o násaoa en la sus productot' producde que en ella los mercancias p'"'Jniu'iu-ó"ttitur"ridad sus fropias'relaciones'sociales' tores pierden et mándo sobre de que los medios de producción con para si' Cada cual produce de iu intercambio pritas.neces¡oáJes para y disponer, a acierta clase ."ntidad oe árticutos de la misma vado. Nadie naéste: necesita ni cuántos "un"'ó|.ie que los suyos tui"lá áitt"ttáoá' efecdemanda responde a una die sabe si su proJu"ü inoiu¡o'al en general' si podrá ¿;sios'.ni tiva, ni si podrá la proen la producción social' Pero venderlo' ,u "'qui"t"'

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ulsrónlco

ducción de mercancías tiene, como toda forma de producción, sus leyes características, propias e inseparables de la misma; y estas leyes se abren paso a pesar de la anarquía, en la misma anarquía y a través de ella. Toman cuerpo en la única forma de trabazón social que subsiste: en el cambio, y se imponen a los productores individuales bajo la forma de las leyes imperativas de la competencia. En un principio, estos productores las ignoran, y es necesario que una larga experiencia las vaya revelando poco a poco. Se imponen pues, sin los productores y aun en contra de ellos, como leyes naturales ciegas que presiden esta forma de producción. El producto impera sobre el productor. En la sociedad medieval, y sobre todo en los primeros siglos de ella, la producción estaba destinada principalmente al consumo propio, a satisfacer sólo las necesidades del productor y de su familia. Y allí donde, como acontecía en el campo, subsistían relaciones personales de vasallaje, contribuía también a satisfacer las necesidades del señor feudal. No se producía, pues, intercambio alguno, ni los productos revestían, por lo tanto, el carácter de mercancías. La familia del labrador producía casi todos los objetos que necesitaba: aperos, ropas y víveres. Sólo empezó a producir mercancías cuando consiguió crear un remanente de productos, después de cubrir sus necesidades propias y los tributos en especie que había de pagar al señor feudal: este remanente lanzado al intercambio social, al mercado, para su venta, se convirtió en mercancía. Los artesanos de las ciudades, por cierto, tuvieron que producir para el mercado ya desde el primer momento. Pero también elaboraban ellos mismos la mayor parte de los productos que necesitaban para su consumo; tenían sus huertos y sus pequeños campos, apacentaban su ganado en los bosques comunales, que además les suministraban la madera y la leña; sus mujeres hilaban el lino y la lana, etc. La producción para el cambio, la producción de mercancías, estaba en sus comienzos. Por eso el intercambio era limitado, el mercado reducido, el modo de producción estable. Frente alexterior imperaba el exclusivismo local; en el interior, la asociación local: la Marca en elcampo, los gremios en las ciudades. Pero al extenderse la producción de mercancías y, sobre todo, al aparecer el modo capitalista de producción, las leyes de producción de mercancías, que hasta aquíapenas habían dado seña83

El Mnrenrrurs¡¡o Hlsrónlco Mnnto ToEn

franca y potente' funciones de una manera antiguas les de vida, entran en fuerza,las empiezan a perde r convan Las antigua, productores tierra' los "ro",u"ionés indepenfronteras locales ""ñi;;¿t;ot" " de mercancias án ptodu.ctores virtiéndose más y *á" social sale a la proJuccion la principal con dientes y aislados' ü";;;{t'" {e ;;';;;' Pero'el instrumento en luz y se agudiza tJ; fomenta esta anarquía modo el que el "up'üi''iá-0"'óióout"ion p'"'¡5áÁl"tó r" ra produccion

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desarrollo humano. La contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista se manifiesta ahora como antagonismo entre la organización, de la producción dentro de cada fábrica y la anarquía de la producción en el seno de toda la sociedad. El modo capitalista de producción se mueve en estas dos formas de la contradicción inherente a él por sus mismos orígenes, describiendo sin apelación aquel "circulo vicioso" que ya puso de manifiesto Fourier. Pero lo que Fourier, en su época, no podía ver todavía es que este círculo va reduciéndose gradualmente, que el movimiento se desarrolla más bien en espiral y tiene que llegar necesariamente a su fin, como el movimiento de los planetas, chocando con el centro. Es la fueza propulsora de la anarquía social de la producción la que convierte a la inmensa mayoría de los hombres, cada vez más marcadamente, en proletarios y estas masas proletarias serán, a su vez, las que por último, pongan fin a la anarquía de la producción. Es la fuerza propulsora de la anarquía social de la producción la que convierte la capacidad infinita de perfeccionamiento de las máquinas de la gran industria en un precepto imperativo, que obliga a todo capitalista industrial a mejo, rar continuamente su maquinaria, so pena de perecer. Pero mejorar la maquinaria equivale a hacer superflua una masa de trabajo humano. Y así como la implantación y el aumento cuantitativo de la maquinaria trajeron consigo el desplazamiento de millones de obreros manuales por un número reducido de obreros mecánicos, su perfeccionamiento determina la eliminación de un número cada vez mayor de obreros de las máquinas, y en última instancia, la creación de una masa de obreros disponibles que sobrepuja la necesidad media de ocupación del capital, de un verdadero ejército industrial de reserva, como yo hube de llamarlo ya en 1B4S 10, de un ejército de trabajadores disponibles para los tiempos en que la industria trabaja a todo vapor y que luego, en las crisis que sobreviven necesariamente después de esos períodos, se ve lanzado a la calle, constituyendo en todo momento un grillete atado a los pies de la clase trabajadora en su lucha por la existencia contra el capitaly un regulador para mantener los salarios en el nivel bajo 10

"La situación de la clase obrera en "lnglaterra", pág. 10g. (Nota de Engels)

85

El MRrennlrslr¡o Hrsrónlco MnRto ToER

la del,capitalismo' Asi' pues' que corresponde a.las necesidades arma el en Uáo' se ha convertido maouinaria , pata o*i'r"-t"ñ un medio de óttra la c.lase obrera' envida más poderosa del táüit"r de manos los medios de trabajo que arranc";#il"t;t"nt" prool?l:.'.titto del obrero se con-la del obrero, o"u"'"niJ'qü "r su esclavización' De este modo' primer vierte en el instrurnl-ntó Oe rreva consigo' desde el táu'io J" táiiit los en economia de la-?ueza de trabajo v momento, el más d;ü;d"d;;"tpiLf?:: normales de la funciÓn misma que ha poun despojo contra lás condiciones recurso. más poderoso el maquinaria' ta Y en el del trabajo' j;;;;¡; oe irauajo' se 'trueca dido crearse para :H;ffi'l; obrero v de del ent'era recurso más infalibÜ;;;;"Íl'^l1yid" para la valorización del oisponiüü su familia en una gálloin"oa la condió*""'o o" ttán"io de unos es capital; asi ocurre'q;; tl que la gran trabaió de otros' v

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renaentéró' en carrera desenf propla industria, tanzánoolZ su consumtdores' reduce en da. a la conquista de nuevos y mina con hambre de a un mínimo casa el consumo de las masas 'ilu l"u que mantiene constantede reello su propio

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mente et exceso ;t"]il'i-e óóuracion'o'ejército y ta énergia de la acumulación serva en equilibrio"c""'á ""rtirnón con ligaduras más fuertes que capital del capital, ata al';;;t; al roca' Esto origiqu"Vuit;;;lt;¿ " ptomÉi"o a launa las cuñas acumulación oli óapital corresponda "on poros na que a la acumurátiát o" rá tiqüe-a "l yl d.e^ros produce iouar de miseria. que el polo'de la clase poTo"JJniráñó, ietermina "n "n "r supropioproa'"ii-"á^iiapnat'un"'á'u*'laciónigualdemisede emesclavitud' de ignoranci-a' ria, de tormento''áJifidJi;á t' (Matrx"'El capital"' l' cap' brutecimiento v oJi"üiJJ"tion.m991;' XXlll).Yesperari;iilñcapitalistajáprooucciónotra.distribu. que los dos electrodos como ción de tos proouctás, seria descom"rpér"r conectados con ésta' no de una batería, ti"-''t'"t estén hidrógeno e positivo polo en el pongan el agua niiib"'"n oxígeno la maque ta capacidad de perfeccionamienloie gractas ". convierte' [tit" ta*ito' se en un precep' quinaria too"'ni,"ri";i;'"-;; de la sociedad' dentro a la anarqui" o" fi'i'oOutción cada cual de ñit"iisláslnoustriales' to imperativ"

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por sí, a mejorar incesantemente su maquinaria, a hacer siempre mas potente su fueza de producción. No menos imperativo es el precepto en que se convierte para él la mera posibilidad efectiva de dilatar su órbita de producción. La enorme fueza de expansión de la gran industria, a cuyo lado la de los gases es un juego de chicos, se revela hoy ante nuestros ojos como una necesidad cualitativa y cuantitativa de expansión, que se burla de cuantos obstáculos encuentra a su paso. Estos obstáculos son los que le oponen el consumo, la salida, los mercados de que necesitan los productos de la gran industria. Pero la capacidad extensiva e intensiva de expansión de los mercados, obedece, por su parte, a leyes muy distintas y que actúan de un modo mucho menos enérgico. La expansión de los mercados no puede desarrollarse al mismo ritmo que la de la producción. La colisión se hace inevitable y como no puede producir

ninguna solución mientras no haga saltar el propio modo de producción capitalista, esa colisión se hace periódica. La producción capitalista engendra un nuevo "circulo vicioso". En efecto, desde 1825, año en que estalla la primera crisis general, no pasan diez años seguidos sin que todo el mundo industrial y comercial, la producción y el intercambio de todos los pueblos civilizados y de su séquito de países más o menos bárbaros, se salga de quicio. El comercio se paraliza, los mercados están sobresaturados de mercancías, los producen se estancan en los almacenes abanotados, sin encontrar salida; el dinero contante se hace invisible: el crédito desaparece; las fábricas paran; las masas obreras carecen de medios de vida precisamente por haberlos producido en exceso, las bancarrotas y las liquidaciones se suceden unas a otras. El estancamiento dura años enteros, las fuezas productivas y los productos se derrochan y destruyen en masa, hasta que, por fin, las masas de mercancías acumuladas, más o menos depreciadas, encuentran salida, y la producción y el cambio van reanimándose poco a poco. Paulatinamente, la marcha se acelera, el paso de andadura se convierte en trote, el trote industrial, en galope y, por último, en carrera desenfrenada, en un sfeep/e-chase11 de la industria, el comercio, el crédito y la especulación, para terminar finalmente, después de lo saltos más arriesgados, en la fosa de un crac.

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Carrera de obstáculos (N. de la Red)

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El Mlrpnrrus¡¡o HrsróRlco MARIOTOER

venido repitiendo la misma Cinco veces se. ha y otra' vez estamos una Y asi, y en.estos momentos (1877) nitido y desde tan' es historia, oe eitas crisis "r "no"idáá, la priviviéndola por sexta;"t:7;i;rácter áü"t":,,g9'*-cuanoo describía que de la nacida tan acusado, prctnor¡éí",Á"crisis 'o-'u="i"''ru"" áü'|nJliise qu" mera, diciendo enclentas la contradicciÓn

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a los obreros trabajar y vivir. De una parte, el modo capitalista de producción revela, pues, su propia incapacidad para seguir rigiendo sus fuerzas productivas. De otra parte, estas fuezas productivas acucian con intensidad cada vez mayor a que se resuelva la contradicción, a que se las redima de su condición de capital, a que se reconozca de hecho su carácter de fuerzas productivas socla/es. Es esta rebelión de las fuezas de producción, cada vez más imponentes, contra su calidad de capital, esta necesidad cada vez más imperiosa de que se reconozca su carácter social, la que obliga a la propia clase capitalista a tratarlas cadavez más abiertamente como fuezas productivas sociales, en el grado en que ello es posible dentro de las relaciones capitalistas. Lo mismo los períodos de alta presión industrial, con su desmedida expansión del crédito, que el crac mismo, con el desmoronamiento de grandes empresas capitalistas, impulsan esa forma de socialización de grandes masas de medios de producción con que nos encontramos en las diversas categorías de sociedades anónimas. Algunos de estos medios de producción y de comunicación son ya de por sí tan gigantescos, que excluyen, como ocurre con los ferrocarriles, toda otra forma de explotación capitalista. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, ya no basta tampoco esta forma; los grandes productores nacionales de una rama industrial se unen para formar un trust, una

agrupación encaminada a regular la producción: determinada la cantidad total que ha de producirse, se la reparten entre ellos e imponen de este modo un precio de venta fijado de antemano. Pero, como estos trusts se desmoronan al sobrevenir la primera racha mala en los negocios, empujan con ello a una socialización todavía más concentrada; toda la rama industrial se convierte en una sola gran sociedad anónima, y la competencia interior cede el puesto al monopolio interior de esta única sociedad: así sucedió ya en 1890 con la producción inglesa de álcalis, que en la actualidad, después de fusionarse todas las cuarenta y ocho grandes fábricas del país, es explotada por una sola sociedad con dirección única y un capital de 120 millones de marcos. En los trusts, la libre concurrencia se trueca en monopolio y la producción sin plan de la sociedad capitula ante la producción planeada y organizada de la naciente sociedad socialista. Claro 89

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