Marguerite Labbe - Nuestro Balance Sagrado

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Nuestro sagrado balance

La Triqueta

La triqueta es un talismán de origen celta que simboliza la vida, la muerte y renacimiento y las tres fuerzas del universo: tierra, agua y fuego. Los tres círculos internos representan cada elemento interrelacionándolos formando uno solo. Alude a las dimensiones de la divinidad femenina: doncella, madre y anciana. Asimismo representa la igualdad, eternidad e indivisibilidad. El Todo tiene tres niveles: el físico, mental y espiritual. En lo cristiano, La Triqueta representa la santa trinidad: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. El círculo intacto representa la eternidad. La naturaleza entretejida del símbolo denota la indivisibilidad y la igualdad de la santa trinidad. Simboliza que el Espíritu Santo es Tres seres de potencia, de honor, y de gloria pero es indivisiblemente un Dios.

Resumen

Los amantes Kristair y Jacob creen que han terminado con lo sobrenatural y se encuentran en el camino a una nueva vida. Pero lo sobrenatural no se ha ido... Un acosador se dirige a los vampiros para arrancarlos de sus santuarios y dejar que se quemen en el sol, y cuando los vampiros de Pittsburgh convocan al antiguo Kristair, él no puede negarles la ayuda a pesar de las objeciones de Jacob. Mientras que su búsqueda se vuelve más peligrosa, los ánimos se caldean cuando Jacob intenta hacer entender a Kristair las limitaciones del ser un humano nuevamente. A medida que lucha por alcanzar un equilibrio entre ellos, los vampiros se inquietan, ansiosos por encontrar a la persona responsable de la muerte de su propia raza para poder descargar su rabia. Pero el enemigo está más cerca de lo que nunca imaginaron y lleva un rencor personal contra ellos. Su conexión mental se ha ido y la fuerza espiritual se ha reducido a la mitad, Jacob y Kristair deben aprender a comunicarse entre sí antes de que su enemigo destruya todo por lo que han luchado tan duramente para ganar.

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Capitulo 1

S

uaves quejidos de malestar y la brisa del ventilador llegando a mi desnuda piel me sacaron de mi sueño. Abrí los ojos y vi hacia la ventana. Rosa y gris perla pintaba el cielo enviando el oscuro índigo lejos en el horizonte. Gruñí y escondí mi cara en la almohada, y sólo otro murmullo de temor me regresó a la terrible maldición de casi estar despierto. Cuatro meses despertando al amanecer era suficiente para llevar a un hombre a la locura. Las mañanas y yo nunca habíamos estado en buenos términos. Kristair se había robado los cobertores de nuevo, dejando mi trasero desnudo. Él estaba envuelto como en un capullo, acurrucado en una apretada bola en medio de la cama, completamente cubierto con las sábanas y cobertores. Él iba a sofocarse o rostizarse. Aún así sabía que Kristair se enterraría incluso más profundo si pudiera, todo para escapar al sol de la mañana y a los sueños que le traían. Nosotros tratamos de bloquearlo con las cortinas y habían funcionado muy bien, hasta que Kristair tomó el amanecer de nuevo. Él dijo que él nunca se ajustaría si las 5

manteníamos. Seguramente podría tener un punto en eso. Yo argumenté que él debería darse algo de tiempo para acostumbrarse a dormir de nuevo, y a todos los otros abruptos cambios de ser mortal otra vez. Pero si hay una cosa que puedo decir acerca de mi amante es que él hace de la obstinación un arte. No es que yo pueda hablar de eso, para ser honestos. Kristair se acurrucaba mientras yo retiraba los cobertores, una mano aferrada a la orilla. Aún así no despertó cuando las retiré. Nunca había conocido a nadie que tuviera un sueño tan pesado como él. Acomodé los cobertores alrededor de nosotros, y me presioné contra su espalda, deslicé mi brazo alrededor de su cintura, él se acurrucó dentro de mí con un suave suspiro. Cerré los ojos y acaricié con mi nariz su cuello, inhalando su aroma. Aún era temprano; nosotros podríamos conseguir algunas horas más de sueño. Acurruqué mi cuerpo alrededor del suyo, cerrando los ojos y entonces Kristair tembló, y movió la cabeza con inquietud, y entonces supe que eso era una causa perdida. Si sólo pudiera deslizarme dentro de su mente, lo hubiera tranquilizado de cada miedo que tenía, especialmente el único que se rehusaba a nombrar, pretendiendo que no existía. Nosotros ya no teníamos más nuestra conexión mental, no éramos capaces de oír los pensamientos del otro, pero conocía a Kristair bien, incluso mejor que él mismo. Él estaba llevando el bloqueo demasiado lejos, y un día eso iba a explotar. Dios, sólo esperaba estar ahí con él cuando eso sucediera. Besé su hombro y deslicé la mano por su cadera. Cuatro meses y aún me maravillaba cómo se sentía el calor en su piel cuando él no tenía que pensar en usar la sangre 6

de la que se había alimentado para tenerlo así. O escuchar el latido de su corazón o la fuerza de su respiración. Él era mi milagro. Él había renunciado a todo porque me amaba, y eso era un sacrifico que me rehusaba a dar por hecho. Kristair murmuró cuando lo giré, sus miembros pesados por el sueño, pero él no se estiró, ni siquiera cuando yo separé sus muslos y coloqué mi peso sobre él. Deseaba tener una cámara cerca. Podría tomar una docena de traviesas fotos de él y hacer mi propio relicario. Su piel era de un dorado vivo con el sol de esa hora de la mañana. Sus pestañas curvadas, sombreando sus profundos ojos, y Señor, él se veía justo jodidamente apetecible. Besé su mandíbula, froté mis labios contra la incipiente barba de la mañana hasta que me raspó. — Despierta, bello durmiente. No más pesadillas, no esta mañana, — murmuré. Sus labios se abrieron cuando besé su caliente suavidad y la tensión en su cuerpo comenzó a desaparecer, como si subconscientemente cambiara el interruptor de miedo a placer. Ese era el comienzo de mi nuevo ritual matutino. Después de todo, si me voy a levantar, ¿qué podría ser mejor que de esta manera? El pene de Kristair se golpeó contra mi muslo, y sonreí, quebrando el beso, frotando mis labios contra los suyos. —Vamos, dormilón. Si yo estoy despierto, maldición, tú despertarás también, — murmuré, deslizando mi lengua por su cuello y entonces le di una pequeña mordida. — Puedo cubrirte de marcas y no lo sabrías hasta que tomaras una ducha, — bromeé, imaginando lo que él diría acerca de esto. Retiré los cobertores de nosotros nuevamente, lo suficiente para verlo. Maldición, él era hermoso. Sabía que 7

siempre decía eso de mí, pero él necesitaba verse bien al espejo. Largos y delgados miembros con solo la justa cantidad de músculos, piel dorada oscura, su pecho y brazos cubiertos con tatuajes azules que combinaban con los míos. Su frente tenía pequeña líneas que acentuaban la dureza de sus rasgos. Su mentón afilado en una punta, su nariz era fuerte y prominente y maldición si eso no es ser perfecto. Kristair trató de girarse de lado, buscando los cobertores, cuando detuve sus manos evitando que alcanzara su meta, otra idea se me ocurrió. Me incliné hacia la mesita de noche y tomé el lubricante y una bufanda color crema que mantenía ahí. Cada vez que pretendía usarla, Kristair siempre me distraía y me alejaba de la idea. Bueno, él no será capaz de hacerlo ahora. —Oh amor, estás en muchos problemas ahora. — Reí, frotando mis labios contra su mandíbula. — ¿Estás seguro que no quieres despertar antes de que sea malvado contigo? Kristair murmuró algo ininteligible y escondió su cara en mi cuello. Deseé que fuera una señal de que estaba despertando y no que se estaba acomodando, pero el tono de malestar me dijo que seguía atrapado en su pesadilla. Eso hizo que doliera mi interior al ver al fuerte hombre con obvio miedo en su rostro, lo sentí temblar. Amarré sus muñecas a la cabecera y me tomé un momento para admirar mi trabajo. La crema seda enfatizaba el tono de su piel, y Señor, había algo sexy en tener un fuerte hombre desamparado. Hice una nota mental que me recordara tener una cámara en la mesita de noche la siguiente vez, giré toda mi atención en amarrar a mi amante. 8

Recorrí con mi boca su cuello, besando el fuerte pulso, recordando esos días en el hotel cuando yo despertaba y lo encontraba frió e inmóvil. Ahora, él suspiró y arqueó su cuello, girando la cabeza a un lado. —Jacob, — él murmuró, las esquinas de sus labios elevándose en una pequeña sonrisa y su pene pulsando contra mi muslo. Él estaba casi despierto, y quería estar dentro de él para cuando se diera cuenta de lo que sucedía. Lubriqué mi pene y deslicé mi brazo bajo sus rodillas, abriéndolo más ampliamente, empecé a empujarme en su interior, gimiendo ante su cálida bienvenida. Largas y negras pestañas se abrieron, enmarcando sus oscuros ojos, revelando el ligero temor y el creciente deseo. Los labios de Kristair eran tan malditamente suaves y me invitaban mientras se abrían confundidos, lo besé, empujándome profundamente en el interior de su cuerpo mientras él gemía, hasta que su calor rodeó completamente mi pene. Me quedé ahí, sosteniendo sus piernas con mi lengua enredada con la de mi amante. Quería murmurarle con mi mente que le estaba haciendo el amor y como no podía, quebré el beso y le sonreí. —Buenos días. —Jacob… ¿qué…?— Kristair giró la cabeza y vio que sus muñecas estaban atadas, sus rodillas levantadas. Instintivamente acunó mis caderas, el sueño aún nublaba sus ojos. Mi amante tenía muchas fuertes cualidades y significativas ventajas sobre mí en muchas cosas, pero reaccionar rápido al despertar no era una de ellas. —Si tienes que preguntar, entonces estoy haciendo algo mal, — bromeé moviendo mis caderas hasta que se 9

quedo sin aliento y su temblor me recorrió. —Lo siento, te desperté. — Kristair envolvió sus manos alrededor de las maderas del respaldo y se levantó para besarme —Desátame y te recompensaré, — él prometió. Reí y me salí antes de empujarme fuerte de nuevo, saboreando sus gemidos mientras sus oscuros como la medianoche ojos me veían. —No hay manera que eso suceda. Eso sería razonable y yo no soy un hombre razonable, especialmente a esta hora de la mañana. Considera esta mi recompensa. Me incliné y tomé su pezón dándole una mordida. Kristair gimió y se arqueó hacia mí, sus largas piernas envolvían mi cintura. Ambos suspiramos de placer cuando entré más profundamente. —Y ahora que te tengo atado e indefenso, la última cosa que pasa por mi mente es dejarte ir. —Eres un hombre travieso, — Kristair replicó con una sonrisa en sus labios. —Si, pero me amas. — Guiñé un ojo mientras me reía, toda traza de miedo se había ido ahora de su expresión. —Lo hago. — La mirada de Kristair brillaba se levantaba de nuevo, sus labios jugaban mandíbula y bajaban por mi cuello. Él apretó haciendo que jadeara. Su lengua trazó el área de en el cuello. —Amo más oírte jadear.

mientras con mi mi pene mi pulso

Mi amante podría estar amarrado pero ciertamente ya no seguía indefenso. Joder, él me hacía débil cuando recorría mi cuello de esa forma, sus dientes raspaban, su 10

boca chupaba, y el recuerdo de cómo él se había alimentado convertía mis huesos en agua. Dos pueden jugar este juego. Yo me retiré sonriendo cuando un pequeño puchero cruzó sus labios antes de que lo retirara. Él patearía mi culo si le dijera que él había hecho un puchero, negándolo hasta su último aliento. — Malcriado, — gruñó, presionándome de nuevo. — ¿Eso es lo mejor que puedes hacer?— bromeé, colocando mis brazos a su lado, golpeando mis caderas duro contra su flexible y duro cuerpo que se giraba y arqueaba. Lo podría ver toda la mañana. —Oh, hay un montón de otros nombres con los que te puedo nombrar. — Los ojos de Kristair medios cerrados, su boca se suavizaba con el deseo que cruzaba en su expresión. —Si me das un momento para organizar mis pensamientos. —Ni una maldita oportunidad. — Deslicé una mano bajo su culo, acuné sus nalgas y apreté antes de que las levantara alto. Ahora este era el ritual de la mañana, yo podía ver y escuchar los necesarios sonidos de placer de Kristair mientras él se envolvía alrededor de mí. Me incliné y le di un duro beso en su abdomen, mi lengua recorrió el tatuaje en sus costillas. Kristair gimió y yo gemí contra su piel, levantando la vista hacia su pecho. Joder, él era hermoso y él era todo mío. —Me estás revisando de nuevo, — Kristair murmuró. —Si, amor, ¿Qué te parece eso?— besé su abdomen de nuevo y le di un mordisco a su pezón, tratando de sostener el espiral de pasión que se estaba saliendo de mi 11

control. —Me gustaría llevarte a mi cueva y mantenerte ahí prisionero. Sonreí de nuevo. —Me parece una maravillosa idea. Yo sólo puedo hacerte esto, tomar tu cuello y marcar el mismo lugar. — los oscuros ojos de Kristair brillaron, con deseo o dolor, no lo sé, y antes de preguntar, sus piernas se tensaron alrededor de mi mientras levantaba sus caderas. —Si tú no te levantas y me besas, yo voy a…. —Nada, — me reí. —No puedes hacer nada. —Ya veremos eso, — Kristair prometió. Riéndome, lo besé, las lenguas imitaban a nuestros cuerpos, girándose y moviéndose juntas. Me perdí a mi mismo en la caliente presión, la dulce suavidad de sus labios, el aroma y el sonido de su sexo. El pene de Kristair pulsaba contra mi abdomen, nuestra piel ahora lubricada, y entonces esa necesidad y sus urgentes gemidos me volvían loco. —Desátame. Quiero tocarte, — Kristair dijo, frotando su mandíbula contra la mía. Oh, el pensar en los largos dedos de sus manos era una tentación, pero sacudí la cabeza, capturando sus labios de nuevo. Los largos y débiles empujes comenzaron a ser más rápidos y duros, despertando emociones que desaparecían en la caliente montada. Quebré el beso, y me separé lo suficiente para ver la indefensa expresión de Kristair. Amo los momentos como este cuando él no oculta nada y yo puedo leerlo fácilmente como si aún tuviéramos la conexión mental. En estos 12

momentos es cuando Kristair comparte sus deseos y necesidades y vulnerabilidades sin paredes. Él sonrió, su lengua recorría mis labios mientras jadeaba —Tan cerca… sigue como estás… no te detengas. — Sus gemidos hicieron que mi estómago saltara y de mi corazón brincara un latido. No podía apartar mi mirada de él, con cada golpe de las caderas, el placer se mostraba más claro y caliente en su cara. Entonces él se arqueó, un suave grito salió de sus labios, su cuerpo se tensó bajo el mío y se corrió. Cautivado, hice una pausa, me enterré profundamente dentro de él, sentía cada contracción cuando sus músculos se movían durante su liberación. Me estremecí, la cabeza de mi pene golpeó su punto y él gimió, mordiéndose el labio con la sobre estimulación. Kristair abrió los ojos, su mirada fija en mí, cuando empecé a mover la cadera de nuevo, una vez que logré calmarme y mi propio inminente orgasmo se formaba. — Oh, maldición, — murmuró, y entonces grité y me empujé tan duro que la cama golpeó contra la pared. Cada grito de mi amante, cada movimiento de su cuerpo, me incitaba. Ataqué su cuello, mordiéndolo y chupándolo hasta que sentí su caliente carne en mis labios. Y demasiado pronto eso se estaba terminando. Un fuerte gemido de Kristair, la dura tensión de su trasero y sus caderas y yo estaba perdido, mi clímax me golpeó tan rápido que sentí un rayo recorrer mi cuerpo, mientras me corría, dejándome temblando después. —Al menos no quebramos la cama esta vez, — Kristair dijo, después de recuperar nuestro aliento y que los temblores desaparecieran de nuestros muslos.

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Empecé a reírme y levanté la cabeza de donde había caído en el hombro de Kristair y besé sus labios. —Eso fue tu culpa. Kristair giró la cabeza y vio el reloj despertador que nunca habíamos usado y sus ojos se abrieron más cuando vio la hora. —Oh por… Jacob, ni siquiera son las seis de la mañana. —Nadie sabe mejor que yo qué maldita hora es. Kristair trató de liberar sus manos sin éxito. —Lo siento si te desperté. ¿Por qué no tratas de dormir un poco y yo preparo el desayuno para nosotros? —No, eso no va a suceder. Uno, porque por alguna enferma razón, no puedo volver a dormir una vez que ya me desperté, y dos ya estoy bien despierto. — Salí de él, le di un juguetón golpe en su costado y salí de la cama. —Voy a darme una ducha rápida y entonces creo que iré a correr. — ¿No crees que olvidas algo?— Kristair preguntó señalando sus muñecas atadas. —No. — sonreí y entré al cuarto de baño, ignorando sus insistentes gritos. Ahora, con esta manera de despertar, me sentía complacido conmigo mismo, me demoré en la ducha pensando en las diferentes maneras en que mi amante pudiera buscar venganza antes de decidirme que estaba a salvo. Kristair olvidaría todo esto para cuando él regresara del trabajo y yo del gimnasio en donde me encontraría con mis entrenadores. Cuando regresé al cuarto de nuevo, con una toalla envolviendo mis caderas, encontré a Kristair dormido de nuevo. De algún modo él había logrado liberarse y estaba 14

acurrucado bajo los cobertores, roncando. Los viejos hábitos no mueren supongo. Otra traviesa idea me llegó, sonreí, tomé todos los cobertores y los jalé al piso. Kristair se enderezó gritando, buscando en vano algo con qué cubrirse. Y joder, el ver su cara no tenia precio. Me doblé de las carcajadas antes de poder decir una palabra. —Kristair… oh mi Dios, si solo pudieras ver tu cara, tú…. Gruñó como única advertencia de lo que vendría, y lo siguiente que supe es que estaba acostado sobre mi espalda en el suelo y Kristair inclinado sobre mí, su cara girada gruñendo. El deseo surgía de nuevo en mis venas. —Voy a ir a correr…. —Cállate, Jacob, — Kristair sostuvo mis manos arriba de mi cabeza. —No vas a ir a ningún lado. —No tengo problema con eso, — logré decir antes de que Kristair me besara, rudo e insistente. Oh si, conseguí algo bueno.

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Capitulo 2

M

e incliné frente al refrigerador revisando su contenido. Comer era aun una novedad. Nunca había prestado mucha atención a todo lo que los humanos comían antes, excepto para asegurarme que ellos cuidaran su alimentación. Para el tiempo que Kayla llegó a mí, ella ya sabía cocinar lo suficiente para alimentarse por sí misma, y ella siempre había hecho sus propias compras con el dinero que yo le daba. Usualmente para la hora que yo despertaba en las tardes, ella ya se había alimentado y guardado todo. No me había dado cuenta que comer podría ser una experiencia tan sensual, los sabores, las texturas y la mezcla de aromas en más variedad de las que pudiera soñar. Descubrirlo y explorarlo todo me proporcionó una interminable fascinación. Más de una vez, las cosas que ponía en la mesa hacían que Jacob riera, pero mi amante siempre se comía todo. Fruncí los labios y consulté el libro que balanceaba en mis rodillas, empecé a sacar los ingredientes para algo que se llamaba “Berenjena parmesana”. Se oía intrigante. — ¿Qué es eso?— Jacob preguntó, entrando en la

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cocina y sirviéndose una taza de café. —El desayuno. — Le entregué la berenjena mientras tomaba el resto de los ingredientes que necesitaba según el libro. Jacob agitó el vegetal frente a mi cara, entonces sacudió la cabeza y lo regresó al refrigerador. —Guarda esa brillante y púrpura monstruosidad para la noche. No puedo manejar algo llamado berenjena a esta hora de la mañana. —Comes huevos. —Hay un mundo de diferencia entre huevos y berenjena( 1 ).— Jacob sacudió la cabeza después de otra incrédula mirada al contenido del refrigerador. —¿Intentas probar todos los productos de la sección de vegetales? —¿Por qué no puedo?— Vi hacia mi libro y resoplé. Se suponía que debo esperar hasta la noche, aunque me parece absurdo no probarlo a causa de la hora del día. Comencé a hojear el libro, buscando alguna imagen que me atrapara. —Me gusta la sección de vegetales. Puedo ver lo que compro. Tú te molestas cuando vamos a la tienda y trato de ver qué hay en las cajas para saber si realmente tienen lo que describen. Un sonido sospechoso igual a un resoplido captó mi atención, pero cuando vi hacia Jacob, su expresión era tranquila. Entrecerré los ojos. No había pagado lo suficiente por su travesura de esta mañana. Aún trataba de despertarme antes de que el sol saliera por el horizonte. Como si Jacob pudiera leer mi mente, se rió. Sus ojos azules brillaban, vivos con travesura y esa expresión ohtan-conocida que convertía mi sangre en fuego líquido. (1) eggplant es berenjena y egg es huevo, por eso la confusiones de Kristair

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Malcriado. Y lo amaba por eso. Mis dedos hormigueaban al hundirlos en su abundante cabello haciéndolos más desordenados de lo que ya estaban. Me sorprendí con la sensación con tinte de tristeza y antes de que mi mente se quedara en eso, giré mi atención de nuevo al libro. No podía pasar todo el día en la cama hoy, a pesar de lo mucho que pudiera desearlo. —Bien, entonces haré una tortilla de queso y cebolla. Y antes de que digas algo, también lleva huevo. Aún no entiendo por qué consideras unos alimentos como desayunos y otros como cena. Comida es comida. Todo va al mismo lugar. —No iba a decir nada, solo iba a preguntar si querías una taza de café. — Jacob dejó su taza y encendió el televisor. Negué con la cabeza. Intenté probarlo varias veces cuando el aroma me seducía, pero no pude acostumbrarme al fuerte sabor del café. Nuestra rutina matutina era suficiente energía para mí, aunque la actividad de esta mañana me había agotado al final. El despertar también nos había tomado algo más de tiempo que el acostumbrado. Era inquietante, sintiendo el letargo cuando por primera vez abrí los ojos. Recordé demasiado el tiempo anterior al que la Ascensión me llevara, cuando era más y más difícil despertar por las noches. Presioné los labios juntos y suprimí el repentino recuerdo. —Si calientas agua para el té, lo apreciaría. —Sin problema, amor.— Ese despreocupado tono en la voz de Jacob hacía que me tensara mientras sacaba lo que iba a necesitar para el desayuno. Bien, seguro que después de que mi amor llenara la tetera y encendiera la 18

estufa, él se apoyaría en el mostrador a mi lado. — ¿Quieres hablar de eso? —No hay nada de qué hablar,— contesté. A pesar de la tensión, hice mi mejor esfuerzo para que no se notara. Jacob se acercó y fui incapaz de escapar a la mirada de preocupación en su rostro. —¿Qué con esas pesadillas que sigues teniendo? Te sigues manteniendo distante, como siempre lo haces, levantando paredes. ¿Crees que no puedo ver eso? Ni siquiera hablas de a qué le temes… — ¿Temer?— Me tensé, y lo vi, él estaba indignado. —Yo no le temo a nada, Jacob Corvin, menos a un fenómeno que no tiene el poder de lastimarme más. —Mentiroso. — Jacob sonrió y tocó mi mandíbula en un tierno gesto que se robó la mayoría de mi malestar. — Todo el mundo tiene miedo de algo y tú no eres diferente. Sé todo lo que da vueltas dentro de tu cabeza, pero no tienes que pasarlo solo. Sólo piensa en eso. ¿Cómo podía saber tanto? ¿Cómo podía ver el interior de mi cabeza y mi corazón si ya no existía nuestra conexión? Era perturbador estar tan expuesto cuando pensaba que había dado otra imagen, y al mismo tiempo, ese era Jacob…. Si alguien podía verme vulnerable, ese era mi joven amante. Eso me alivió, Jacob dejó la ridícula conversación. Y yo revisé el interior de mi propia cabeza. Realmente, temor. ¿De dónde sacaba esas ideas?, no lo entendía. Cuando estaba dormido, no podía racionalizar y alejar siglos de viejos instintos; ellos plagaban mi tiempo cuando yo no tenía control sobre ellos. Finalmente me adaptaría a todo eso. Lo vigilaba por el rabillo de los ojos mientras 19

quebraba los huevos en el tazón, y los quebré con fuerza innecesaria, pero él no parecía inclinado a seguir más con el tema mientras veía el noticiero de la mañana. Pude permitirme relajarme, sólo que Jacob no era el tipo de hombre que dejaba un tema porque no quisiera discutir. Su tendencia era testarudamente presionar al extremo. Se giró y captó mi mirada en él mientras la tetera comenzaba a silbar y sonrió. —Sé que me veo bien y todo, pero si sigues viéndome de esa forma, eso tenderá a subir mi ego. No pude evitar no reírme, y la tensión se quebró. — Mo chroí, tú no necesitas levantar tu ego. Ya es suficiente como está. — Me incliné y lo besé. —Siéntate, si sigues moviéndote por aquí es probable que me golpees. —No me tomaría mucho,— Jacob bromeó como si boxeara. Luego se sentó ante la mesa. Dejé el té mientras preparaba el desayuno metiéndolo al horno. El ritual de la mañana y la presencia de Jacob eran casi suficientes para desaparecer mi persistente incomodidad. No podría dejar que los sueños me afectaran de esa manera. Tomé mi té y me senté junto a Jacob, girando mi atención a las noticias. El meteorólogo predecía otro día húmedo y se esperaban tormentas en la tarde, nada diferente a los días anteriores. —Al menos no tendrás que preocuparte en practicar aún. Jacob resopló. —Cuando entrenan las estrellas del campo nada los detiene, quizás ni siquiera que un rayo caiga en el campo. ¿Vas a ir a Latrobe a vernos?

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Sonreí, al pensar en el automóvil que me esperaba en la calle. El automóvil que no había conducido hasta que Jacob me presionó para que hiciera la prueba de manejo. Ahora ese recuerdo era una de mis pesadillas. —Veremos, aún tengo que salir de todas esas entrevistas intacto. —Déjalas. Nunca vas a ser feliz con ningún otro que no sea Kayla en tu oficina. Además, ahora tienes horas en el día, ¿realmente necesitas a alguien en tu escritorio? No es como si ella estuviera de tiempo completo ahí, de todas maneras. —No entiendo por qué ella sintió la necesidad de irse, — gruñí. Además ella tenía que irse a Baltimore con Steve a iniciar el refugio para adolescentes que huían de sus hogares. Trataba de no sentirme traicionado. Después de todo, ella tenía derecho a hacer su propia vida, ¿cómo podía no estar de acuerdo con su decisión? —Ella podía haberlo fundado en muchos lugares aquí. —El tema es que si tú y Steve no dejaban de pelear uno con el otro ella iba a terminar disparándole a ambos.— Jacob apretó mi mano. —Y yo podría ayudarle. Yo dejé el tema antes de sentir que Jacob defendiera a Kayla y su llamado-novio más tiempo. Él había oído suficiente mis quejas. Era un poco reconfortante saber que a Steve le molestaba yo tanto como él a mí. Había oído a Kayla defenderme. Después de todo, el bastardo la había robado de mi vida. De cualquier modo, pensé que una conducta molesta era adecuada considerando las circunstancias. Yo había sido escrupulosamente diplomático hasta el día que él empezó a empacar con la intención de llevarse a mi hija y su dinero. Al menos ni Jacob ni Kayla sabían de ese incidente. Si

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pudiera ir a Baltimore a verla lo haría. ¿Cómo podía no saber que mi hija soñaba con construir un albergue? Había estado tan envuelto en mis propios temores que perdí el contacto con mi hija. Me preocuparía después, cuando Jacob no estuviera alrededor notando mi preocupación. Sería mejor que me ocupe en servirme otra taza de té y revisar el desayuno. Al fondo, oí al locutor anunciar una inquietante historia y Jacob maldijo, me giré al sonido y fruncí el ceño, al ver a la policía y los bomberos afuera de un alto edificio en una escena que me era demasiado familiar. —La policía ha sido incapaz de identificar el acelerante usado en las victimas. Cualquiera que sea el químico esto es…— el reportero estaba diciéndolo con una expresión de preocupación en la cara. Mi estómago se revolvió con una mezcla de horror y morbosa curiosidad. — ¿Ellos encontraron otra víctima?— Estúpida pregunta, podía verlo por mi mismo que lo habían hecho. La sexta víctima en el mismo número de semanas, sacadas de sus casas al amanecer, acuchilladas hasta morir y quemadas. —Pobre bastardo. —La policía aún no tiene sospechosos. — Numerosos flashes cruzaban la escena. —Cualquiera que tenga cualquier información se le insta a dirigirse a…. — ¿Qué tipo de jodido enfermo hace algo así?— Jacob veía la televisión cuando el reportero lamentaba la falta de evidencia obtenida por la policía acerca de ese sombrío asunto. —Uno que mata por placer, una forma de arte en algunos aspectos. — Una sábana manchada de hollín cubría un pequeño bulto. Yo había visto atrocidades en mi vida y 22

admito que asesiné mi porción de gente, pero eso que mostraban me enfermaba. Hice a un lado la inútil reacción y tomé otro trago de té, incapaz de apartar mis ojos de la pantalla. Seis víctimas: tres hombres, una mujer, una chica adolescente y ¿quién sería esta persona? La sexta víctima asesinada al amanecer. Su cuerpo destruido por el fuego. Un frío estremecimiento me recorrió mientras Jacob se enfurecía. —Eso tiene que ser un jodido falso amigo, alguien que pueda llegar a ellos mientras duerman, acuchillarlos y luego prenderles fuego. Todo eso es una real mierda. Deja que intenten traer esa provocadora-jodida-mierda aquí y veremos qué tipo de gran hombre son. — Su discurso continuó en crudos términos y pensé que se movería más allá. A pesar de mis mejores esfuerzos, mis sueños regresaban a mí. El sol se deslizaba en el horizonte, y los rayos comían mi piel y entraba en llamas, gritando. Y Jacob era alcanzado por mí, sus colmillos eran visibles entre sus labios mientras era también atrapado por el fuego mientras yo luchaba al verlo morir. —¡Kristair! Repentinamente él me sacó de mis recuerdos. Era sólo un sueño, nada más, y ni siquiera uno realista. — ¿Si? — ¿Estás bien? Vi la preocupada mirada de Jacob y le sonreí. —Claro. — Decepción y frustración cruzó su cara e inmediatamente sentí culpa. Él sabía que lo estaba alejando. Yo no sabía cómo explicarle que eso no era así, que era simplemente que no quería insistir en el tema, que no importaba. Pero por su bien yo traté. —Debes dejar de preocuparte por eso. 23

Después de todo, la persona que fuera ya estaba muerta mucho antes de que las flamas la tocaran. —Algo en esos cuerpos molesta en mi consciencia. Saqué la tortilla del horno. A pesar del delicioso aroma había perdido el interés en comerla. El sonido de la voz del reportero se apagó, reemplazado por la estación de música country de Jacob. —Estoy pensando en llamar a esos detectives y saber si puedo sacarles alguna indiscreción o dos. Solamente para saber especialmente si ellos de alguna manera me culpan. —No parecen apreciarte, pero no van a culparte de nada aún. —No por no intentarlo. Yo serví platos para ambos, conociendo a Jacob, sabía que no comería, a pesar de todos mis esfuerzos. — Además, qué puedes hacer si incluso ellos te apoyan, ¿cazarlos? Pensé que querías una agradable, y calmada vida normal. No más aventuras. —Llámame paranoico, pero, parece estar demasiado tranquilo. Sigo esperando que el coco salga de las sombras y diga „boo‟. Tomando el hecho de que ahora sé que los vampiros y la magia son reales, no puedo dejar pasar que el coco existe. — Jacob tomó un poco de tortilla con su tenedor y cuidadosamente la olió. —Se ve muy bueno. Sacudí la cabeza; él no tenía que sonar tan sorprendido por eso. —No te he dado veneno… aún. Él me sonrió. —No por no intentarlo, — agregó. —Ahí sigue la berenjena en el refrigerador. Encajé el tenedor en el queso sazonado con cebolla deseando que pudiera alejarme de mis pensamientos. No 24

podía sacudirme la sensación de premonición que colgaba sobre mí. Quizás finalmente tolerara que mis sueños me atraparan, pero nunca podría descansar si seguía ignorándolos como lo había estado haciendo. — ¿Puedes hacerme un favor? Llama a ese detective tuyo. Quiero asegurarme de que las víctimas estuvieran muertas antes de que les prendieran fuego. Jacob me vio como si lo fuera a discutir pero lo pensó mejor. —Yo le dejaré un mensaje a Aderson. Él me ha tratado mejor sin fastidiar. Te avisaré tan pronto como sepa algo. ¿Te das cuenta que él puede no decirnos nada? —Lo mantendré en mente. — Cubrí su mano con la mía. —Gracias. Probablemente sólo son las teorías de conspiración de un viejo, pero eso tranquilizaría mi curiosidad por saber de una manera u otra. —Bien, abuelo. Mejor me voy, quiero ir al gimnasio antes de mi reunión con los ejecutivos y mi agente. — Jacob se levantó y dejó el plato en el fregadero, entonces me dio un duro beso. —Trata de dejar de pensar en eso tan detenidamente. Ese es el trabajo de quienes van detrás de él, finalmente la policía lo atrapará. —Estaré bien, lo prometo. — Vi a Jacob salir por la puerta, y limpié la cocina. Y entonces la hora me golpeó en la cara. Era fácil cuando estaba con Jacob haciendo nuestra rutina matutina, porque yo no quería que viera mi aprehensión. Y los días habían estado nublados o lloviznando y eso me ponían nervioso. La luz del sol inundó nuestro patio, brillando dorada. El caliente verano me sorprendió y me quedé mirando el porche, recordé muy vívidamente las quemaduras sufridas por el fuego en mi oficina, intelectualmente sabía que la luz del sol no me quemaría, pero era difícil ignorar dos mil años 25

de instintos sobre mí. Tomé una profunda respiración y salí al porche, logré mantenerme afuera un momento. Había pasado el examen otro día. Me rehusaba a ser prisionero de mi propia casa durante el día. Podía acostumbrarme a esta nueva existencia con fuerza de voluntad. Para cuando llegué a mi oficina en la Catedral, casi había sacado de mi mente las preocupaciones por la luz solar y las víctimas asesinadas. Había elegido un tipo diferente de vida, una con paz y una relación que amaba y siempre había anhelado. No tenía sentido buscar la sangre y batallas que ocuparon antes mi tiempo. No tenía sentido brindarle a mis miedos esa posibilidad. Entonces, Jacob llamó. Frunciendo el ceño, dejé el teléfono y me senté durante un momento, la intranquilidad recorría mi piel y mi intuición hacia ruido. De acuerdo al Detective Aderson, las víctimas ya estaban muertas, cada uno fue encontrado con un cuchillo enterrado en su corazón. Los asesinos no dejan las armas detrás de ellos. A menos que el cuchillo no fuera el arma asesina y fuera simplemente usado para inmovilizar a las víctimas para que el sol pudiera hacer su trabajo. ¿Era mi paranoia o mis propios miedos acechándome, o significaba algo? Revisé mi reloj, entonces en un momento levanté mis cosas y me dirigí a la casa. Podría llegar sólo un poco tarde, si tomaba un autobús diferente y me dirigía a la escena del crimen antes. No estaba tan lejos de nuestra casa, y entonces….

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¿Y entonces qué? ¿Investigar? ¿Hacerme notar ante la policía que aún hacía su trabajo? Ya era malo que Jacob les hubiera llamado y entrara en su radar. Mi joven amante se lanzaría directamente a la investigación, como yo lo haría si pudiera. Alejé esas ideas de mi mente. El pasado estaba mejor enterrado, mejor dejarlo en donde estaba.

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Capitulo 3

V

eía a Kristair mientras llevaba los platos sucios al fregadero. Él estaba sentado en su silla favorita con un libro en su regazo, aunque no le había visto darle vuelta a la hoja. Eso sólo era una indicación de su distracción. Él negó estar perdido en sus pensamientos, pero no había sido capaz de mantenerlo dentro de una conversación en toda la noche y no había dicho una palabra de protesta cuando ofrecí lavar los trastes y limpiar la cocina. Yo había probado mi punto al menos, pero ahora estaba atrapado con la tarea. Lo vi de nuevo mientras limpiaba la mesa, y pensé en lo joven que se veía. Quizás un año o dos más que yo. Algunas veces olvidaba que casi tenía mi edad cuando lo convirtieron en vampiro. Cuando él me veía con su antigua mirada y hablaba de una manera tan apropiada en él, era ese el momento en que su juventud se perdía. La ventana y la puerta de la cocina estaban abiertas, dejando entrar la brisa de la noche y alejando el bochornoso calor del día. Estaba casi al punto de tener que necesitar encender el aire acondicionado pero yo extrañaba 28

el calor húmedo de Louisiana. Nunca tuvimos aire acondicionado cuando crecía, y seguro como el infierno que lo apreciaba durante el día, pero algunas veces me hacía sentir que vivía en una caja sin sonidos del exterior. Kristair nunca parecía molestarse por el calor o el frío, o él sólo lo escondía malditamente bien. No oí ningún ruido, ni el „creak‟ del porche, ni sentí que me veían, así que cuando tocaron en la puerta de malla, casi salto de mi piel. — ¡Joder!— Lancé la esponja en el fregadero, me giré y me congelé. La cara oscura de Ghedi Ussier me veía a través de la puerta de malla. Él estaba ahí con esos hoyuelos y sus grises ojos glaciales. —¿Qué es lo que quiere?— Eso me salió más beligerante de lo que pretendía, pero buen Dios, mi corazón estaba acelerado. Furtivo silencioso bastardo. —Es bueno verle, Señor Corvin. ¿Está el antiguo en casa? Necesito hablar con él. — ¿Acerca de qué?—No hice un movimiento para abrir la puerta e invitarlo. Maldición, nunca le había dicho que Kristair había regresado, y estaba muy seguro de que mi amante no lo había hecho tampoco. Aunque tampoco podía decir que estaba sorprendido de que se enterara, pero era perturbador pensar que podía ser el chismorreo de los vampiros. Si Ussier sabía ¿Los otros lo sabían? ¿Sabrían que Kristair era humano ahora? ¿Qué él era vulnerable? —Jacob, — Kristair dijo detrás de mí. Me hice a un lado. Kristair no me reprendería frente a otros, ni siquiera lo consideraría, pero niño, justo ahora era uno de esos raros momentos cuando me alegraba que no compartiéramos la conexión mental. Podía sentir su desaprobación a mis modales, incluso sin verlo. 29

—Antiguo. — ¿Era mi imaginación o noté una nota casi de alivio en el tono de Ussier? Nunca lo había oído así en todo el tiempo que tenía conociéndolo. Entonces me sorprendió cuando sin una palabra de invitación de ninguno de nosotros, Ussier abrió la puerta y entró. Pensé que había reglas contra eso. —Eso no funciona de esa manera, — Kristair dijo en voz baja y estrechó la mano de Ussier. —Es bueno verte, viejo amigo. —Pensé que ya no podías leer mi mente, —murmuré, sacando cervezas del refrigerador. —Tu expresión habla demasiado. No sé leer mentes pero sé lo que piensas. —Eso es cierto Corvin, tú nunca has intentado esconder tus pensamientos o sentimientos acerca de nada. Abrí la boca para decirle a Ussier que cuando quisiera su opinión se la pediría, pero la tensión alrededor de la mirada del vampiro detuvo mis palabras. Algo estaba mal, seriamente mal. Kristair me dio una mirada en la que me advertía y me rogaba que tuviera paciencia y acepté con un gruñido mental. —Por favor, toma asiento y dime qué te traer por aquí, — Kristair señaló hacia la mesa de la cocina. Incliné la cabeza para estudiar la cara de mi amante. Estaba más seria e inexpresiva que nunca, pero algo en su voz me hacía preguntarme que ya sospechaba la razón de la visita de Ussier. Él era mejor escondiéndome información. Ussier jaló una silla y se sentó sin gracia, como si realmente fuera sólo una reunión entre amigos. Sólo que la intensidad de su mirada estaba más que agitada, y eso era más de lo que incluso había visto de él. Frunciendo el ceño, 30

yo también me senté, admitiendo a mi mismo que había aumentado mi curiosidad. — ¿Es acerca del asesino serial?— Kristair preguntó, y tuve un doble shock cuando Ussier asintió. —Si, quien sea está tomando a los vampiros como blanco, atacándolos justo antes del amanecer cuando ellos están débiles, entonces los acuchillan y los dejan al sol para que termine el trabajo por ellos. —Espera un minuto, ¿Ellos eran vampiros?— Le pregunté a Ussier y entonces me giré hacia Kristair. — ¿Sabias eso? —No, lo sospeché desde esta mañana. veía con su inescrutable expresión. Podía estaba tratando de decirme algo, algo que él dijera en voz alta con Ussier ahí, así que lengua, por el momento.

— Kristair me jurar que él no quería que me mordí la

— ¿Qué te hizo sospechar?, Antiguo. Kristair giró su atención hacia Ussier, una pensativa línea se formó entre sus cejas. —El momento me molestaba, por principio. Si él estuviera cazando humanos, entonces no iría detrás de ellos cuando tuvieran oportunidad de huir al estar despiertos. Por ejemplo, esta mañana era una mañana de trabajo. Al igual que en la mayoría de los otros asesinatos. Eso me alertó. La mayoría de las victimas estarían despiertas si fueran humanos. Las dos o tres de la mañana hubiera sido mejor hora para atacarlas. Eso me golpeó, que Kristair no quisiera que Ussier conociera sus sueños. Pero las pesadillas habían iniciado con su retorno a la humanidad, no antes. Después de todo,

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los sueños habían empezado antes que los asesinatos. —El hecho de que ninguna de las víctimas tuviera amigos o familiares que los buscaran fue otra pista, ellos eran diferentes entre ellos, diferentes en edad, sexo y antecedentes. La única cosa en común es que estaban solos en el mundo. Aún sin estar suficientemente seguro, salté a la conclusión de que ellos eran vampiros. — ¿Es por eso que me pediste que le llamara a Aderson? Pero yo no les dije que ellos eran vampiros, eso no mostró la autopsia, sólo que ellos estaban muertos antes del fuego. Sin importar qué tan carbonizados se encontraban. — Sacudí la cabeza. Sólo de pensar cómo harían su trabajo. ¿Cómo podía un forense encontrar la cusa de muerte en un cuerpo que había dejado de cambiar hacía muchos años? — ¿Cómo eso era diferente de una u otra manera? —El hecho de que los cuerpos fueron casi totalmente destruidos por el fuego, fue otra pista. Un humano siempre deja algo, no importa lo fuerte del fuego. Y todo ese fuego fue reportado rápidamente. Hice algunas preguntas después de tu llamada y pareció que lo que fuera que quedara de ellos no era suficiente para que el forense hiciera su trabajo. Los viejos vampiros finalmente perecen rápidamente cuando son destruidos. Además, sólo se quema fácilmente a los vampiros. Ninguna otra criatura mortal o sobrenatural se inmola tan fácilmente, y tu amigo detective no encontró trazas de ningún acelerante. —Has deducido muy bien, Antiguo, — Ussier dijo con una complacida sonrisa en sus labios. — ¿Por qué no estoy sorprendido? ¿Algo que puedas agregar a tu teoría? Kristair entrelazó sus dedos con los míos dándole un apretón a mi mano. —No realmente, esas cosas me 32

molestaban pero no lo sabía con certeza, hasta que tú te mostraste aquí. Es por eso por lo que estás aquí, ¿no es así? Necesitas algo de mi ayuda para cazar a quien sea que está cazando a los vampiros. —Oh, no hay manera en el infierno. — los vi a ambos. —Tú te vas a quedar malditamente fuera de esto Kristair. La fría mirada de Ussier se centraba en mí. Solamente las líneas de tensión alrededor de la boca y de los ojos lo hacían verse humanos. —Quien quiera que esté haciendo los ataques al amanecer, no es alguien de los que podamos defendernos. Ellos no son vampiros, eso es seguro, y la mayoría de nosotros no tenemos defensa contra ese tipo de ataque. Ni siquiera sé cómo diablos encuentran dónde duermen sus víctimas. — ¿Qué acerca de Lisabeth? ¿Ha sido ella capaz de adivinar algo? —Nada tangible, la única cosa que fue capaz de decirme es que quien está detrás de esto es un alma dividida. Lo que sea que signifique eso. Kristair empezó a tamborilear su dedo contra su mentón lentamente. — ¿Ha habido algún otro ataque a tu gente, algún otro que no haya salido en las noticias? Esa era buena señal—Kristair no se incluyó a sí mismo con sus viejos amigos, pero deseaba que Ussier dejara de tentar su curiosidad, incluso aunque yo estuviera un poco interesado. No era bueno que él se hubiera mostrado aquí esta noche. Para distraerme, me levanté y lavé los trastes mientras escuchaba su conversación. —No aún. Al principio nosotros pensamos que podría ser alguna werecriatura por la horripilante manera en la 33

que mataba. O un especialmente tenaz cazador. Pero Silverfeather insiste que no es nadie de su gente, y no dudamos que él voluntariamente rompa la tregua que hemos tenido todo este tiempo. Y que un fortuito cazador aparezca aquí, no tiene mucho sentido. Hay guaridas de vampiros más famosas que las de Pittsburg. —Whoa, ahora espera un maldito minuto. — Me giré hacia ellos y los vi con exasperación. — ¿He vivido en una burbuja toda mi vida? ¿Cómo no había oído nada hasta que tú apareciste?— señalé a mi amante. —Los humanos sólo creen lo que ellos quieren creer. ¿Qué tan a menudo oyes a alguien diciendo que vio algo sobrenatural y es desechado como bromista, chiflado o lunático? Bienvenido al mundo real niño, — Ussier dijo con un toque de su antigua sonrisa. —Probablemente me arrepienta de preguntar pero ¿Cuál se considera una notoria guarida de vampiros? —La ciudad de México me viene a la mente. Claro, con toda la intranquilidad en Kabul y Paquistán, y otras localidades del medio oriente, la mayoría de los vampiros se agrupan ahí. Inexplicables cuerpos no levantan mucho ruido en esos lugares. —Estos ataques pueden ser personales, — Kristair dijo suavemente. —Ninguna mierda personal. Alguien quiere llamar nuestra atención y hace su maldito punto. — Ussier frunció el ceño, su voz sombría. —Yo también tengo la sensación de que esto es personal, sólo que no tengo una maldita idea de quién puede estar detrás de esto. Todos tenemos enemigos de una u otra manera. — ¿Hay alguien en tu círculo que haya perdido a 34

alguien cercano? —El caballero de esta mañana estuvo con Artemise hace un mes, pero el resto se mantenían en la periferia o sólo estaban de paso. Kristair levantó la cabeza. — ¿Bedwyr(2)? —Sí, lo olvidé, tú también lo conociste. De cualquier manera no parece ser un patrón real que sea su objetivo, a menos que sólo sea la oportunidad. Excepto por Bedwyr, ninguna de las víctimas era demasiado vieja. Ellos no podrían protegernos al resto de nosotros. Sin embargo, quien sea, Kristair, no nos dejan ni un maldito rastro. — ¿Has considerado que el asesino esté usando la magia?— Kristair preguntó, y yo estudiaba su cara, buscando cualquier signo de pesar por esa persona Bedwyr, pero la expresión de mi amante era como siempre inescrutable. Ussier sonrió. —Sí, pero si así es, no es una forma que puedan reconocer Lisabeth o Artemise. —Ellos son expertos, — Kristair dijo pensativamente, su mirada se alejó. Reconocí esa expresión que usaba cuando sus pensamientos se movían tan malditamente rápido que era imposible descifrar. Eso solía causarme dolor de cabeza cuando lo hacía. Entonces él vio a Ussier, por un momento cada centímetro se veía como el vampiro que solía ser. —Estas aquí para pedirme un viejo favor. —Es esa la moneda de los no muertos, — Ussier dijo suavemente. Kristair inclinó la cabeza hacia él —Estoy honrado de cualquier forma en la que puedas. (2) Bedwyr relacionado con los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo, es el caballero que devuelve la espada, excalibur, a la dama del lago

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—Espera un minuto… —Esto no está abierto a discusión, Jacob. — El absoluto y determinante tono de Kristair y la directa mirada que me dio me detuvo. Él nunca me había hablado en ese tono antes. —Jódeme, — dije violentamente, viéndolo fijamente, tratando de penetrar esa dura cabeza suya con alguna otra palabra. —Creo que es tiempo de que deje a los pajaritos del amor solos para que discutan esto. — Ussier se puso de pie y estrechó la mano de Kristair. —Sabes cómo localizarme. —Claro, mi amigo. Ussier asintió hacia mí. —Nos vemos, Señor Corvin. La culpa se agitaba un poco en mi interior. Por el amor de Cristo, no quería compadecerme de Ussier, y sabía que se lo debía, pero alguien aquí tenía que tener un poco de sentido común. Lo vi caminar hacia la puerta y entonces solté un gruñido de frustración. —Espere, Ussier. Para mi sorpresa, Kristair no trató de seguirme, y Ussier se detuvo, esperándome en el porche. —Mire, yo sé que se lo debo. Sé que le debo mucho, — dije en voz baja. —Pero maldición, no puede pedirle que haga eso. Nosotros somos humanos de nuevo. Nosotros vamos a lograr que nos asesinen. Ussier se detuvo y sonrió. — ¿Sólo humanos? De algún modo dudo eso. Además, no le estoy pidiendo que inicie una guerra. Estoy más interesado en usar la mente del Antiguo. Él ha estado aquí mucho más tiempo que cualquiera de nosotros. Si alguien puede colocar todas las 36

piezas juntas, ese es él. Tú también eres malditamente inteligente. Ustedes dos hacen un muy buen equipo. Yo consideré eso mientras caminábamos hacia su camioneta 4Runner, sopesando el riesgo con todo lo que el vampiro había hecho por Kristair y por mí, y entonces suspiré. —Está bien, sólo buscaremos un nuevo ángulo, no cazaremos a quien esté afuera. —Nosotros nos encargaremos de eso. Sólo asegúrate de que podamos atraparlo, entonces nos lo pasan, me gustaría tenerlo personalmente en mis manos. Y no te quejes tanto. El Antiguo no hubiera vivido tanto sin haber aprendido una o dos cosas sobre supervivencia. Humano o no, él es demasiado duro para ser atrapado desprevenido. Ussier no conocía a mi amante como yo lo conocía. Sobre la inteligencia y tenacidad de Kristair no tenía ni un poco de duda, pero si me preocupaba su estado mental. Y maldición si me quedaba con la boca cerrada en lo que esto se refería. Ussier palmeó mi hombro, dándome un apretón. — Realmente aprecio esto. — ¿Por qué me ayudaste después de que Kristair se fue? Hasta donde sé, lo hacías por lo que había hecho él, a mi no me debía nada. Perdone si lo ofendo, pero nunca lo vi como un hombre que hiciera algo sin anticipar obtener algo en respuesta. ¿Qué creía que podía obtener de mí? Ussier se rió. — ¿Estás bromeando? Quizás no aprecias lo inusual que eres. No sólo capturaste la devoción del Antiguo, sino que tu bondad hacia él está en un nivel que aún no entiendo. Tú eres el único humano que ha tenido las habilidades de un vampiro sin convertirse en uno, lo que significa que no tienes nuestras debilidades. 37

¿No crees que me di cuenta lo poderoso que puedes ser? —Lo sé. Incluso aunque no quiera saberlo, — repliqué suavemente. Entonces sacudí la cabeza, expulsando viejos recuerdos. —Cuándo encontremos las respuestas, y lo haremos, ¿las deudas serán saldadas? Ussier lo consideraba, y por un momento pensé que había empujado al Lord de los vampiros demasiado lejos. — ¿Tú realmente eres un demonio protector de él? Yo respeto eso. Si tú me das las respuestas, la mesa queda limpia entre nosotros. —Aunque de algún modo dudo que sea lo último que oiga de usted. Él se rió de nuevo y palmeó mi brazo antes de quitarle la llave a su 4Runner, sólo reforzando mi opinión de que Ghedi Ussier no era el tipo de hombre que dejara que alguien se deslizara de sus dedos hasta que él pudiera usarlo para su beneficio. —Me agradas, chico. Nos veremos.

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Capitulo 4

E

escuché que Jacob regresaba, se oían sus pasos y el golpe de la puerta de malla, sólo que cuando entró lo hizo silenciosamente. Estaba de espaldas hacia él, ocupado en el mostrador, pero sintiendo su regreso igual que llega una tormenta, de algún modo eso era un mal presagio, porque él no estaba vociferando. —Estás enojado, — dije, girando la cabeza en su dirección, lo suficiente para verlo por el rabillo del ojo, aunque permanecía en donde estaba. —No se necesita ser un genio para imaginar eso. — Jacob dijo, su voz engañosamente suave. Conozco ese tono. No es el que usa cuando grita y cierra los puños. Él había pasado de la furia a la testaruda razón. Quería alguna concesión de mí y no me iba a dejar hasta que la obtuviera. Y la ira seguía ahí. Reprimía la ira bajo la superficie, llenando su determinación. —Siento haberte hablado como lo hice. No quería discutir frente a él. Eso fue…. — Hice una pausa buscando la palabra correcta mientras Jacob colocaba sus manos en el mostrador a cada lado de mi cuerpo, atrapándome entre su cuerpo y el mostrador. Su cercanía era eléctrica y 39

robaba mis palabras. —Descortés, especialmente después… —Oh, sé por qué lo hiciste, — Jacob me interrumpió. Su respiración en la parte de atrás de mi cuello, causó una onda de reconocimiento que me atravesó. —Nuestra vieja comunicación mental podría ser bastante conveniente. ¿No lo crees? Me encogí de hombros. —Tener tu ira en mi cabeza puede ser un distractor. —Lo haces de nuevo. Mi amante sabía cuán potente él era para mi buen juicio y usaba eso desvergonzadamente para su ventaja. Claro que estábamos tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo, aunque él no me tocara. Entre eso y la fuerza de la ira que advertía, admito que encontré difícil de reunir mis argumentos. — ¿Qué hago? —Cada vez que yo aludo a nuestra vieja conexión la descartas o la ignoras. ¿Por qué crees que haces eso? Yo bajé el montón de cubiertos y los clasifiqué y los dejé en su lugar inicial. —No voy a perder mi energía aferrado a algo que ya no puedo tener. — ¿Sabes qué pienso? —Creo que exasperación.

piensas

demasiado.



dije

con

Pero en ese momento estaba claro que amaría poder echar un vistazo a su mente, sólo para descubrir la mejor manera de tranquilizarlo sin romper mi palabra a Ussier. No podía tener una herida abierta haciendo mi mejor esfuerzo para ignorarla. Confiaba en Jacob y que era mejor dejar las cosas como estaban.

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—Creo que te escondes de nuevo, amor. Me tensé y vi sobre mi hombro. — ¿Me estás diciendo cobarde? —No seas ridículo. Pero guardas tu corazón, Kristair, y no admites que puede lastimarte. Y en ocasiones te rehúsas a admitir esos temores, cuando yo los conozco. Jacob veía todo. Incluso sin la conexión, él entendía, él me conocía de la manera que nadie lo había hecho en toda mi existencia entera. Lo que era doblemente sin sentido el hablar acerca de eso, si él ya lo sabía. Entonces no había nada que decir. — ¿Qué probarías si lo admitiera? —Ese es mi punto exactamente. —Entonces por favor ilumíname, — le dije apretando los dientes. —Porque yo no lo veo y ¿qué tiene que ver con tu indignación al requerimiento de Ussier?— me giré a enfrentarlo, y ese fue un error. Los ojos de Jacob estaban en llamas, azul ardiendo, y su expresión era de mayor testarudez. Había algo acerca del fuego de Jacob que me llegó de la manera más primitiva posible. —Todo, jodidamente todo. Tú te descubres en un mundo que no entiendes, te sientes indefenso y perdido, y en lugar de recurrir a mí, te cierras. Y realmente no me importa la maldita razón, pero quiero que te detengas. ¿Qué?, ¿crees que no entiendo cómo te sientes? Me quedé con la boca abierta, asombrado de cuán cerca estaba de la verdad. ¿Cómo había hecho esto? Incluso conociéndome, eso era extraño. —No, eso no es así absolutamente. Sé que no. — Entonces muchas razones fluyeron por mi mente, y no podía articular ninguna. Como yo no decía nada, el fuego en sus ojos se 41

encendió más, y en lo más profundo, otro estremecimiento de anticipación fue una onda que lo atravesó. No es que yo quisiera que Jacob se enojara, pero él estaba furiosamente jadeando. —Te niegas a reconocer que teníamos esa conexión. Apuesto que ni siquiera piensas en eso porque te duele mucho. —Lamentarse no hará que regrese, Jacob. Prefiero utilizar mis energías en adaptarme. — Con eso estaba muy cerca de admitir que tenía razón: había sido humano antes; podía ser humano de nuevo. Al menos esta vez yo tenía las propias experiencias de Jacob como mi guía. Sus recuerdos habían salvado mi orgullo en más de una ocasión. Algo del calor de la mirada de Jacob se desvaneció, y me dio una pequeña sonrisa. — ¿Por qué no puede regresar? Nosotros no teníamos la conexión porque fueras vampiro, no realmente. Eso es algo que tú aprendiste a hacer ejercitando ese cerebro tuyo y los hechizos de tu pueblo ayudaron a fortalecerlo. Tú seguías diciéndome que mi mente y voluntad era fuerte, ¿Qué nos evita tratar de desarrollar esa conexión de nuevo? — ¿No crees que no he pensado en eso?— Sacudí mi cabeza. —Si, en teoría eso es posible, pero parte del truco es pensar que puede funcionar, entrenar tu mente hasta que la idea comience a ser realidad. —Entonces ese no es problema. — Jacob sonrió y presionó un beso en mis labios. —Nosotros sabemos que puede funcionar. Sólo necesitamos practicar. —No, nosotros no lo sabemos. Nosotros no sabemos lo que la Ascensión nos haya hecho. Si ellos nos restringieron de algún modo para evitar que eso sucediera. 42

Estoy seguro de que ellos fueron suficientemente prudentes para colocar límites. Sé que yo lo haría si estuviera en su posición. Entonces me callé por un segundo, pero entonces Jacob sacó su mentón testarudamente. —Como sea, quizás ellos lo hicieron, pero eso no debería detenernos e intentarlo. Suspiré, luchando por tener paciencia. —Jacob, mo chroí, considera esto. ¿Qué sucederá si nosotros tratamos y funciona? —Eso sería jodidamente asombroso. — Cuando no compartí inmediatamente su júbilo, la sonrisa de Jacob se convirtió en un ceño fruncido. —Entonces por favor dime por qué piensas que no sería asombroso. —Estoy preocupado por darle a la Ascensión una excusa para que me regrese de nuevo. Después de todo, se supone que ahora soy un simple humano. Y ellos me regresaron, dudo que permitan que escape una segunda vez. — ¡Jodidos!— Jacob cruzó los brazos y frunció el ceño. —Maldición, no había pensado en eso. Está bien tienes ese punto, — bufó. Tomé sus manos cuando sus ojos se entrecerraron y besé sus nudillos. —Vamos, — dije suavemente, tratando de apelar ante mi testarudo amante. —Preocuparnos no va a resolver nada. Él resopló, retiró sus manos empujándome entre él y el mostrador de nuevo. —Entonces no me conoces muy bien, esto no está ni cerca de terminar. — ¿Qué si dejamos la discusión? No voy a cambiar de 43

opinión con respecto a ayudar a Ussier. Tengo una enorme deuda con él. — Por todas las razones, Jacob debería de estar de acuerdo. Si Ussier no le hubiera ayudado después de que fui tomado…. Ni siquiera quiero pensar en lo que le hubiera podido pasar, porque en el mejor de los escenarios él hubiera sido asesinado ahí mismo. Y el peor, no puedo ni siquiera pensarlo. —Ambos lo tenemos y mi conciencia tampoco me permite olvidar eso, con lo mucho que me moleste continuaré hasta que se termine. Voy a ayudar también. Quería sonreír ante la agria respuesta de Jacob pero la mantuve escondida. El sentido de lealtad y de justicia de Jacob no le permitía negarse a Ussier. Debería haber recordado eso. —Sé que querías una vida normal, mo chroí, y siento de nuevo que mi pasado lo impida. —Nuestro pasado, y eso tampoco es lo que me enoja, — Jacob dijo apretando los dientes. — ¿Entonces qué es?— levanté la voz, estaba perdiendo la paciencia. —Por favor dime qué es para saberlo. —No confío en ti, — Jacob soltó las palabras que me cortaron profundamente. — ¿Sabes cuán jodidamente me enfurece eso? Después de todas las cosas que hemos pasado sigues con esa tontería de encerrarte y no puedo confiar en ti. —No te he dado razones para que dudes y no confíes en mí, — Arremetí contra él, la ira y el dolor brujeaban profundamente dentro de mí. ¿Cómo podía decir tal cosa? — ¿Lo has hecho? Piensa en eso, Kristair, y cuando lo hagas búscame. — Lo vi, preocupado, mientras él se alejaba momentos después, se oía el ruido de uno de sus 44

videojuegos viniendo desde la sala. Quedándome confundido y herido, llené la tetera de agua y la dejé en la estufa antes de dirigirme hacia la puerta entre la cocina y la sala. Jacob estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, el control del video en su regazo, maldiciendo furiosamente a la tormenta de personajes que atacaban con balas. Estaba concentrado en disparar. Lo había visto recorrer la desierta y arruinada ciudad perfectamente docenas de veces. Mi amante sabía que estaba ahí, Jacob tensó los hombros en el momento en el que entré, pero no se giró. Yo me le quedé viendo, tratando de encontrarle sentido a todo, hasta que la tetera comenzó a silbar. Incluso el ritual de hacer té me calmó, tomé mi taza y salí al porche. Frías y suaves sombras me envolvían. Un gran árbol de maple estaba en el patio, bloqueando la mayor parte del cielo nocturno. La luna era plateada, y se veían las lámparas del vecindario a la distancia. La mecedora crujió cuando me senté y coloqué mis piernas en el barandal. La luz del día era demasiado dura. Este es el mundo que entendía. Un mundo que descubrí. Sólo que ya no era más mi mundo. No podía penetrar entre las sombras y ver tan claramente como si fuera de día. No podía oler cuando se aproximaba un intruso, ni oír los distintivos sonidos en medio de los ruidos de alrededor. Si alguien me atacaba tendría que confiar en mi fuerza humana, reflejos humanos. No podía mantener a Jacob seguro de la manera que quería mantener su seguridad. No tenía habilidades sobrenaturales pero tampoco podía esconderme detrás de la ignorancia de los humanos. 45

Nosotros estábamos conscientes del otro mundo, sólo que ellos no estaban conscientes de nosotros. Un hermoso y terrible mundo. Nosotros no podíamos ignorarlo y esperaba que ellos nos ignoraran en respuesta. Nosotros habíamos encontrado una manera de abrazar ambos lados y sobrevivir. Ser un vampiro había sido un aterrador cambio al principio, pero debo admitir, que este cambio a regresar a ser un humano era también difícil para ajustarse. Y estaba irritado conmigo porque me estaba siendo difícil conciliar lo que había sido con lo que era ahora. Nunca había sido uno de esos que reniegan por ser vampiros, que piensan que es una maldición. Aún así creo que el sacrificio valió la pena. No podía entender lo que Jacob quería de mí. Estaba tratando de ajustarme de la única manera que sabía. ¿No podía ver eso? No estaba seguro de cuánto tiempo permanecí afuera, pero mi té estaba frío para cuando oí la puerta de malla abrirse y oí a Jacob salir al porche. El dolor en el pecho subía y cerré los ojos. Odiaba enojarme con él. Dejé que me sacudiera la incertidumbre y vulnerabilidad de maneras que nunca antes había permitido recibir en mi vida. Él no dijo una palabra pero yo sabía que él de alguna manera me estudiaba antes de acercarse. Finalmente giré la cabeza y nuestras miradas se encontraron, su cara estaba en las sombras, pero conocía al hombre como a mí mismo de muchas maneras y estaba tan dolido como yo. — ¿Vienes a ver si sigo aquí o tomé tu carro y salí en él?— La acusación salió antes de que pudiera censurarla. Era como si tuviera una perversa necesidad de molestarlo.

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—El pensamiento vino a mi mente. —No me atrevería a tocar a tu bebé. — Ese carro, un original Camaro Z28 del 79, había sido lo primero que se compró Jacob después de firmar con la NFL. Le ayudé a repararlo, siguiendo sus instrucciones hasta que estuvo totalmente restaurado. Ahora brillaba en la entrada, y no tenía ni idea de cómo conducir eso. Todo lo que sabía era que era más complicado que el mío. Podía permitir que la memoria de Jacob me guiara como en otras cosas, pero no estaba seguro que él mismo fuera bueno en conducir esa cosa. —Sigues siendo orgulloso y testarudo y no salí aquí para pelear de nuevo, — Jacob finalmente dijo. —Tú eres tan culpable como yo en lo que se trata de ser orgulloso y testarudo, Jacob Allen Corvin. —Cierto. — Él cruzó frente a mí y tomó mi taza dejándola en el barandal, antes de subirse a horcajadas en mi regazo. —Y siento lo que dije. Jacob disculpándose primero era una novedad, y eso era suficiente para que renunciara a mi defensiva posición. —Sí y admito que estoy asustado, ¿Puedes decirme por qué no confías en mi?— Eso me molestó más de lo que pudiera decir, y la expresión de Jacob se suavizó. —Eso salió mal. — De nuevo la frustración cruzó su cara. —Joder. No sé cómo explicarte. Pero se reduce a esto: estoy enojado porque no sé cómo vas a responder a esa investigación. Todo ha cambiado para ti y tú no has reaccionado en absoluto. Tienes esa maldita cara de poker desde tu regreso. Y sigo sintiendo que te alejas y un día esto va a explotar cuando sea demasiado. Y no puedo evitar preguntarme si esto será el gatillo que lo cause o no. 47

—Jacob, puedo decirte que no soy impetuoso y que no voy a explotar. —Oh ¿En serio?— Jacob me dio una penetrante mirada. —Quizás no vayas preparado para hacerlo, pero una vez que consideres que alguien es tu enemigo, tú lo vas a cazar sin piedad. —Eso es como debe ser. Dejar a un enemigo que te persiga nuevamente es una tontería. —Espera, yo no lo he hecho. — Jacob agarró un puño de su cabello en su mano. —Sólo porque actúo caliente y tú frío cuando peleamos no significa que no queremos lo mismo y tengamos las mismas emociones. — Le concedí el punto a Jacob. Algunas veces olvidaba lo bien que él entendía cómo trabajaba la gente. Él tenía una innata sabiduría cuando llegaba la hora de enfrentar a los otros. —Y cuando tú logres atraparlo, tratarás de proteger a alguien, Kristair, aunque tú no siempre piensas las cosas. Me preocupa hasta la muerte que olvides que ya no eres un malvado vampiro ahora que tus amigos están amenazados y tú puedas ser asesinado. Porque no has tenido oportunidad de adaptarte o porque estás intentando probarte. Jacob me veía mientras yo tenía dificultades para contestarle. Algunas veces él podía mostrar una considerable paciencia, y lo estaba haciendo ahora, esperando por mí, al menos su expresión era de calma. Eso no estaba saliendo como yo había pensado. Jacob tenía razones muy válidas para estar enojado, y de nuevo yo no sabía cómo tranquilizarlo. Yo luchaba con dos mil años de instintos que me decían que cazara a quien fuera el asesino y que hiciera lo necesario para destruirlo.

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—Puedo admitir que he pensado mucho desde esa perspectiva. — Jacob soltó un suspiro y la tensión que aún conservaba salió de él. —Tienes razón en tu preocupación y todo lo que puedo decirte es que trataré, te juro, que seré extra cuidadoso y diligente acerca de lo que puedo y no puedo hacer. Incluso admitir lo mucho de mis limitaciones me molestaba. —Bueno ese es un principio, y no voy a empujar por más por ahora. — Jacob se inclinó y rozó sus labios sobre los míos. —Mira, sé que te lastimé con lo que dije, y…. —No quería decir eso. —No lo hagas. — Él pasó sus dedos por mi calva y rozó mi mandíbula con su pulgar. Yo acuné su cabeza. —Pero sé lo que hice y lo siento. —No son necesarias las disculpas, mo chroí, no si me besas, — dije jalando su cabeza ansioso por probarlo. Al sentir la conexión física de nuevo, sabía que todo estaría bien entre nosotros de nuevo. —Voy a hacer más que darte un maldito beso, — Jacob dijo con una gruesa voz, y entonces nuestros labios se unieron, y lo supe.

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Capitulo 5

E

l húmedo aire del amanecer prometía un día caliente, estaba corriendo junto a Kristair al amanecer. Nosotros nos habíamos saltado nuestra rutina diaria y era la segunda vez, a pesar de lo mucho que odiaba salir a esa hora. Aún así era mejor que correr después. Más tarde el calor sería brutal, y no podía descuidar mi acondicionamiento físico, no cuando el entrenamiento en el campo estaba a semanas de comenzar. Kristair insistía en acompañarme cada mañana, presionándose duro. Creo que estaba preocupado de perder su línea o algo así. O volverse gordo y perezoso ahora que era humano. Mi hombre era un ejemplar. Aún así no discutí. La compañía me mantenía animado, y amaba verlo correr. Él lo hacía sin esfuerzo, con un trote fluido. Le pregunté cómo lo había adquirido y él me dijo que su pueblo no usaba caballos, si ellos tenían que ir a algún lado debían correr o caminar. Conociendo a mi amante, él estará insistiendo en dejar el automóvil algún día. Eso probablemente podría explicar su aversión a todo lo que tuviera ruedas. De

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alguna manera, Kristair estaba atascado al pasado. — ¿Te molesta si tomo otra ruta?— Kristair dijo, corriendo mientras esperábamos que hubiera más luz. Sacudí la cabeza y él me guió cruzando la calle. Un kilómetro después, mientras nos dirigíamos al corazón de Pittsburg, deseé hacerle más preguntas. ¿A dónde diablos el calvo loco pensaba que iba? Entonces el rancio olor de humo llegó a mi nariz, y sabía malditamente bien a dónde nos dirigíamos. La calle tenía una extraña tranquilidad como si el alto edificio en sí mismo estuviera acobardado por el miedo. Claro, eso debía ser mí muy sobre desarrollada imaginación. Aún así, un estremecimiento de corazonada me recorrió cuando nos acercamos al edificio donde el vampiro había sido asesinado. La tierra frente a nosotros estaba limitada por una línea roja de los policías, rodeando una marca de cenizas y rastros de algo en lo que no quería ni pensar. Gruñí cuando él lentamente caminó enfriándose. — ¿Qué hacemos aquí, Kristair? El último lugar que quiero ver antes de desayunar es el lugar donde murió un cuerpo. Ni nada que tenga que ver con asesinatos o mutilaciones. —Pensé que querías verlo ahora, antes que los otros empezaran a recorrerlo de nuevo, anoche dijimos que no te mantendría en la oscuridad ni lo haría por mi mismo. — Kristair me dio una débil sonrisa. —Estoy tratando de mantener mi promesa. —Apestoso bastardo, — gruñí. No tenía ningún argumento contra ese pequeño pedazo de lógica. Distraídamente comencé a estirarme mientras veía la escena de destrucción frente a nosotros. —No tengo idea ni siquiera por dónde empezar. — Tenemos que salir de esta jodida molestia en la que nos involucramos, promesa o no 51

promesa. Kristair se colocó de cuclillas a mi lado en un rectángulo de la tierra que había sido marcado con una cinta, el vello en mi nuca se erizó. — ¿Crees que tu amigo estaba despierto? quiero decir, si él tenía un cuchillo en su corazón él estaba paralizado, ¿verdad? No podía ser capaz de gritar ni moverse. —Oh no, ellos estaban gritando. — Kristair seguía de cuclillas y pasó un dedo sobre la mancha en el suelo, su expresión más enigmática que de costumbre. —El tipo de grito que haces cuando entiendes que no hay esperanza. Eso va más allá de la agonía. Sonreí y me senté en mis talones junto a él. —Pensé que ya no eras psíquico. —Todo el mundo es sensible de una manera o de otra. ¿No puedes sentir eso? ¿Como si la tierra misma gritara? La sensación de un dedo rozándome cruzó mi consciencia y dije firmemente. —No, estoy malditamente feliz de no poder. — La última cosa que necesitaba era revivir los últimos momentos del chupasangre bajo el sol. —Puedo imaginar que estés extra sensible con esto dadas las circunstancias. — ¿Quieres decir mis pesadillas?— Kristair me dio una fría y serena mirada. ¿Cuánto de eso era actuación? Él sabía que habían sido sus compañeros por años al menos, si no por décadas. —Un poco. ¿Crees que todos ellos estén conectados? Parecía que había muchas cosas en su subconsciente que podía perturbarlo mientras dormía, muchos malos recuerdos, pero había algo que lo había estado 52

incomodando desde que regresó. —Sí, y no puedo imaginar cómo. — Kristair se puso de pie con un suspiro, viendo alrededor de la escena de nuevo. —La policía levantó todo muy bien, dudo que encontremos algo que no se hayan llevado como evidencia. Frunciendo el ceño, también me puse de pie. — Supongo que puedo llamar de nuevo a Aderson y Kuykedal. No sé si ellos quieran decirme algo nuevo en dos días. Quizás si les doy algo de información a cambio. ¿Crees que Ussier se moleste? Kristair apretó los labios y tocó su mentón. —Confío en tu discreción. Ellos ya saben acerca de los vampiros. Si les dices que es un asunto de vampiros, ellos pueden acercarse más. Creo que deberíamos también visitar a Alette Dupree. Ella ha estado bien conectada entre todas las víctimas y es lo suficiente paranoide para ver todo esto. — ¿No crees que ya lo hizo Ussier? Ella es una escalofriante perra. — Tan pronto como las palabras salieron de mí boca tuve una extraña sensación como si ella me estuvieran vigilando, y por un instante me aterré. Pensé que ella de alguna manera había logrado oírme y lo había tomado como una ofensa. Pero Kristair también se había girado alrededor y veía intensamente cada ventana del alto edificio. Para mi horror, él salió corriendo hacia el edificio. — ¡Kristair!— Él no se detuvo y cruzó la puerta del frente del edificio. ¡Hijo de perra! Salí detrás de él, intentando alcanzar un pedazo de lo que fuera que estaba cazando. Lo atrapé en el vestíbulo justo cuando iba a entrar en las escaleras de incendios y lo tomé del brazo. — ¿Qué mierda crees que estás haciendo?— bufé. 53

—No seas ridículo. Alguien nos vigilaba, tú también lo sentirse; lo vi en tu cara. —Eso no quiere decir que tengamos que ir a quedarnos atrapados ahí. ¿Qué si están armados? Nosotros no tenemos armas. Kristair levantó las cejas en un feroz gesto. — ¿No estás sugiriendo que nos vayamos? —No. — Yo abrí la puerta de las escaleras y entré. — Sólo que nos vayamos más silenciosamente, ¿bien? Kristair bufó y me siguió tan silencioso que sólo mis sensaciones me decían que seguía detrás de mí. Fanfarrón. Nos detuvimos en el primer piso y Kristair rozó sus dedos contra la puerta. Después asintió hacia mí y la abrió cuidadosamente. El pasillo estaba vacío, los departamentos de un lado y otro en silencio. —Esto es ridículo, — murmuré. —Si hay alguien no va a estar en el pasillo, ellos estarán en un departamento y ¿cómo vamos a saber cuál? E incluso si lo supiéramos no podemos tumbar la puerta. Seríamos arrestados. Eso no se vería bien al comienzo de mi carrera. —No puedo visitar personalmente el departamento de Bedwyr, pero confía en mí, sabremos quién nos vigilaba. — Kristair subió otro tramo de la escalera con la rápida y silenciosa gracia de un depredador. Vio hacia la puerta y gruñó satisfecho. —Aquí, es. Vi sobre su hombro a la puerta del departamento cubierta con cinta de la policía. Maldición, él era tan inteligente. Al menos él no ocultaba su satisfacción por eso. —Maravilloso, — murmuré. —Ahora, ¿cómo se supone que entraremos?

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—Creo conocer a alguien que abre cerraduras. —Por dios, Kristair, no llevo mis herramientas para esas mierdas en mis shorts de correr. — Vi la puerta y otro frío me recorrió. —Esta mierda me pone jodidamente nervioso. —Pensé que ibas a trabajar en tu lenguaje. —Jódete. — Vi a mi amante con una ligera sonrisa en sus labios y un brillo en su mirada. —Idiota. Disfrutas esto. — ¿Qué? ¿Tú no lo disfrutas? Esto es más estimulante. — El pasillo estaba limpio, y Kristair se acercó. Tomé su muñeca antes de que tocara la puerta. —Ahora tienes huellas digitales, bebé. — Tomé la falda de mi camiseta y giré la perilla, para mi sorpresa estaba abierta, la giré y abrí sin dificultad. Joder, ahora no detendría a Kristair. —Trata de no tocar nada. —Cálmate, Jacob. No es que estuviera en la base de datos de la policía. —De cualquier manera hazlo. Kristair inclinó la cabeza escuchando detenidamente. —Creo que alguien estaba aquí pero ya se fue. — Se asomó a la ventana y vio al punto en donde habíamos estado parados antes. —Vio cuando llegábamos y salió huyendo. — Vi alrededor del cuarto. Parecía bastante ordinario para mí, desordenado con chucherías y revistas de playboy. La cocina estaba vacía y el refrigerador desconectado. Sí, era la guarida de un chupasangre. —No me gusta todo esto. Esto implica que quien sea pudo vernos y saber quiénes somos, — Kristair dijo con un 55

ceño pensativo. —Tú lo dijiste, no yo. — dejé de verlo. Ugh, realmente odiaba sentir que estaba siendo vigilado. Mi piel aún hormigueaba. — ¿Decir qué?— Kristair asomó la cabeza a la recámara y su voz se tornó sombría. —Al menos Bedwyr tuvo una oportunidad de pelea. Lo seguí hacia la recámara, viendo el caos. Sábanas tiradas en el suelo, la mesita de noche volcada, las cortinas desgarradas de la pared, y una fea mancha de óxido en la pared. —Si nuestro vampiro dio un buen golpe alguien con una lesión fresca sería un buen lugar para comenzar. Kristair hizo un reservado sonido, estudiando el cuarto con intensidad, revisando metódicamente cada centímetro. —Creo que esto señala más y más a que alguien está filtrando información. —Creo que estás siendo paranoico. Pero si no es así, sería muy conveniente. Todo lo que tendríamos que hacer es encontrar a ese idiota y dejar que Ussier trate con él. Sus últimos momentos serían muy, muy incómodos. — Saqué una bota de mi camino con la punta del pie y me puse de cuclillas para ver debajo de la cama. — ¿Recoges más magia psíquica? —Ni una señal. Quien sea que estuvo aquí se fue, y no dejó ni un rastro de dónde estaba cuando él murió. — Kristair revisó el cuarto de baño; después abrió la puerta del closet. —Ni siquiera se ve que lo asesinara aquí. Quizás sólo fue una ejecución, — él dijo entrando en el vestíbulo. Le di una última mirada al cuarto y solté un silbido. El cuarto había tenido una computadora y varios libreros, pero

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todos los libros fueron destruidos. —Kristair, ven a ver esto. La computadora estaba destruida, el monitor derretido por el intenso calor. Los muebles cubiertos de cenizas pero no había marcas de quemadura en la madera o en los estantes del escritorio. — ¿Qué diablos puede hacer esto?— Pregunté, señalando el escritorio y la ceniza alrededor del cuarto, pero de nuevo ni un librero estaba quemado. El disco duro estaba derretido y había pedazos de plástico derretido alrededor del piso. No había manera de recuperar información de ese lío. Kristair examinó la destrucción, sus labios apretados. —Bueno, esto definitivamente no es causado por un extraño acelerante como las noticias informaban. Si tengo que suponer por como se ve esto, diría que es obra de un vampiro cazador, que está usando magia de algún tipo. —Jodida imagen, — maldije. — ¿Ahora qué? Kristair palmeó mi hombro suavemente. —Ahora vamos a casa. Yo voy a mi biblioteca a ver qué puedo encontrar acerca de este tipo de fuego, y tú a hablar con tus amigos policías. Entonces esta noche, vamos a ver a Alette al club para saber qué ha encontrado ella. —Me parece un buen plan.

—ESTA ES la segunda vez que viene a molestarme sobre este caso. ¿No hay un campo de entrenamiento en donde tengas que entrenar?— seguí a Aderson al interior 57

del cuarto de archivos y él cerró la puerta mientras seguía hablando. —Mira, chico, mi socio ganó mucho dinero contigo esta temporada. Él te va a encerrar si lo decepcionas. Hizo una pausa y yo le sonreí. — ¿En serio? Pensé que Kuykedal apostaría en mi contra. —Estaba tentado, créeme, pero es demasiado fiel a los acereros para hacer eso. — Aderson sacó la carpeta del archivo y se dirigió hacia mí, en voz baja dijo: —No quieres mezclarte con esta mierda. Ve a jugar, olvida que este otro mundo existe. Fuiste muy afortunado de escapar una vez. No entres nuevamente. —Es demasiado tarde para eso. — Me acerqué a él. — Si te prometo compartir lo que sé, extraoficialmente, ¿podrías contestar mis preguntas? —Dime lo que necesitas saber primero. Pasé la mano por mi cabello, tratando de imaginar la mejor manera de decirle sin darle demasiada información. —Después de que mi protector se fue, algunos tipos me ayudaron a salvar mi culo. Ellos me piden un favor. Aderson se quedó en silencio un momento. Entonces se acercó más. Noté que su cabello era más gris que la última vez que lo había visto. —Así que todas las víctimas son vampiros. No podía ser riesgoso admitir eso. —Sí, pero hasta ahora es la única conexión que tenemos. — ¿Qué es lo que quieres saber? — ¿Hay algo que recuperaron de la oficina de la última víctima? ¿Libros, memorias, cualquier cosa?

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—No había nada que se pudiera recuperar. Nosotros recogimos una laptop, pero ni siquiera pienses en echarle un vistazo, porque no puedes, ni siquiera está abierto a discusión. —Bien, no lo haré, entonces. — Quizás Kristair podría tener algunas ideas sobre esto. — ¿Estaba derretida también? —Bien chamuscada. Nuestros mejores técnicos están tratando de ver si pueden recuperan algo. Sospechábamos que quien fuera ese asesino de seguro era paranormal, y tú lo confirmas, así que dudo que ellos encuentren algo. —Tienes a la gente equivocada trabajando para ti. ¿Qué acerca de las otras víctimas? ¿El mismo modo operandi? Aderson vio hacia la puerta y bajó la voz incluso más. —Ellos fueron asesinados de la misma manera. Algunos de ellos también con los libros y las computadoras destruidas, pero no todos ellos. Lo vi fijamente, tratando de conciliar la imagen del hombre de ley con la del hombre que entendía que había más en este mundo que el mundo que lo rodeaba. Las dos imágenes no combinaban. — ¿Qué sucede en caso de que en este no se involucren humanos? ¿Hay algún departamento especial para lo bizarro? —Miras demasiada televisión chico. Finalmente ellos los mandan al archivo de los casos sin resolver y nos movemos al siguiente. La mayoría de la gente ni siquiera quiere admitir que eso puede existir. Si fueras inteligente, te mantendría fuera, o terminarás en un manicomio. — ¿Cómo descubrieron a los vampiros tú y Kuykedal?— Pregunté, sabiendo que no debería meterme 59

en sus malditos negocios, pero la curiosidad me ganó. La expresión de Aderson era fría y él se vio a sí mismo. —Esta es una historia para una botella de whisky. ¿Algo más que quieras decirme? ¿Algo que hayan encontrado?— Ahora eso aumentó mi curiosidad. —Nada aún, esta noche me voy a encontrar con alguien que puede decirme más sobre las víctimas. Veré si hay algo que tengan en común además del hecho de ser vampiros. Aderson acomodó sus lentes y sacudió la cabeza. — No puedo creer que sigas tratando con los no muertos. Realmente deja eso. Concéntrate en el fútbol y déjalos solos. —Desearía poder hombre, realmente lo haría. — Suspiré y me pregunté qué estaría haciendo Kristair en este momento. Probablemente sentado en su biblioteca. — ¿Tienes algo más para mí? ¿No encontraron nada en la escena del crimen, alguna cosa? —Nada excepto los cuchillos y no hay nada notable en ellos. Puedes comprarlos en cualquier Wal-Mart del país. Troné mis nudillos, tratando de decidir si le decía o no de nuestro vigilante, sacudí la cabeza. La última cosa que Aderson necesitaba saber era que había ido a la escena del crimen sin preguntar. —Bien, será mejor que vaya al gimnasio. Si descubro algo te aviso y tu harás lo mismo, ¿sí? —A Kuykedal no le gustará eso. — Aderson gruñó. —Seguro que oiré hablar de él.

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Capitulo 6

E

l solitario sonido de un saxofón salía a través de las puertas dobles hacia la calle Carson. Los viejos edificios entre Monongahela River y las vías del tren, habían sido renovados convirtiéndolos en bares, restaurant, y modernos club, convirtiendo el lado sur de Pittsburgh en uno de los principales lugares para pasar el rato. No es que yo estuviera inclinado a pasar tiempo aquí. Jacob sacó su chaqueta deportiva de la cajuela del Camaro y entró en el opresivo calor de la ciudad. Yo fruncí el ceño al ver que una pistola en una funda de piel estaba en la parte baja de la espalda de Jacob. — ¿Debes llevar esa cosa? —No voy a entrar a un club de vampiros desarmado. Y hasta que esta mierda se acabe, la llevaré. — Él me dio una especulativa mirada mientras esperábamos a cruzar la calle, sacudí la cabeza contra la sugerencia que sabía vendría. —No lo hagas. —Realmente me gustaría enseñarte a disparar, — Jacob dijo, ignorando mi sugerencia.

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Suprimí un estremecimiento de malestar al pensarlo. —Por última vez, y no lo diré de nuevo, no tengo ningún interés en aprender a usar un arma sin gracia. —Nunca pensé que llegara el día en que dijeras que no estabas interesado en aprender algo. Tienes que defenderte con algo. No puedes entrar a un club de guerra con una espada, por el amor de Dios, — Jacob bufó, tomó mi mano y cruzamos la calle entre el tráfico. —Confía en mí. — Le aseguré. —Realmente presionas, bebé. El club de Alette estaba en un edificio al este de la calle. Un enrejado de hierro compuesto de notas musicales en lugar de las usuales hojas de vid formaba el barandal del balcón. Algunos clientes del club se encontraban ahí, bebiendo o fumando, con las ventanas abiertas para oír la música del interior. El nombre del club, „Murmullos de Media noche‟, el letrero estaba en azul neón arriba del establecimiento. Una pareja de hermosos jóvenes estaban en la puerta de la banqueta, revisando las identificaciones y cuidado la entrada. Uno de ellos con el cabello negro parado y ennegrecidos ojos, se movió hacia delante caminando hacia otra gente que esperaba entrar. Él era una de las mascotas de Alette, no había duda de eso, y no por primera vez deseé ser capaz de sugerir alguna razón que mantuviera a Jacob lejos de ella. No es que ella tratara de interferir con los intereses de otro vampiro, al menos no cuando estaba lúcida. —Señor Mercer, Señor Corvin, nos dijeron que los dejáramos entrar. —Bien, esto es espeluznante, — Jacob murmuró. — 62

¿Ellos nos están vigilando? —No lo creo, al menos no aún. Ussier no dudó en anticipar que nosotros hablaríamos con ciertos individuos claves en la ciudad y les dejó claro que nosotros vendríamos. Un trueno cruzó el cielo, por un momento opacó el ruido de la música y del tráfico, y el de un silbido de tren en algún punto distante. Ominoso sonido, Jacob pudo haber dicho, sólo que él estaba más en tono con las cosas que yo. Más intuitivo y sensitivo con las cosas que nos rodeaban. Quizás eso hizo que se pegara a mí. — ¿Sólo una noche? ¿Crees que ellos nos estuvieran esperando tan pronto? —Estoy seguro que Ussier no espera que desperdiciemos tiempo. No dudo que Madame Dupree les dio nuestra descripción a los chicos y les dijo que éramos una prioridad. Sin importar cuándo llegáramos o si ella estaba aquí. Hasta que esto se resolviera, ellos nos atenderían. —Si resolvemos esto suficientemente rápido. — Jacob suspiré mientras atravesábamos las puertas y el triste sonido del jazz llenaba el lugar, suavizando los murmullos de las conversaciones. —Me alegra que al menos uno de nosotros tenga razón. El club era pequeño, con paredes empapeladas de azul real, y fotografías de artistas como Miles Davis, Johnny Coltrane, y Muddy Waters(3) en lugares de honor. Lámparas

(3) Miles Davis, (1926-1991) musico y compositor de Jazz, Johnny Coltrane (1926-1977) saxofonista, tenor y compositor de jazz, y Muddy Waters (1915-1983) cantante guitarrista y compositor de Jazz

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biseladas estilo-Tiffany proveían ligera iluminación cuartero que tocaba en un escenario de madera oscura.

al

—Trata de no causar un alboroto, — dije en voz baja, revisando las mesas alrededor del círculo interno de Alette Dupree. —Este lugar es el orgullo y alegría de ella. —Tendré mi mejor conducta, — Jacob prometió. —De algún modo eso no me da confianza. La sonrisa de Jacob era del más puro diablillo. — Confía en mí. Realmente amaba al malcriado. Debería de saber que no iba a pasar mucho tiempo sin que mis propias palabras regresaran a mí. —Es ella la que está frente al escenario, con las dos chicas calientes. Vi hacia donde indicaba Jacob. Alette Dupree estaba con toda su atención en el escenario, pensé que ella estaba consciente con todo lo que sucedía alrededor. Claro, ella le dijo algo a la mujer con piel de alabastro y una corta gorra negra en su cabello, sentada a su lado. Ella se levantó y vino hacia nosotros con una graciosa sonrisa. —Esa debe de ser Celeste Roy, — le dije en un bajo tono a mi amante. — Una de las protegidas de Alette, ella diseño el balcón. Es una reconocida artista. Alette gusta rodearse de músicos y artistas de todos tipos. —Lindo vestido, — Jacob dijo con una traviesa sonrisa. Estudié a Celeste de nuevo, tratando de ver lo que Jacob veía. Ella usaba un elegante vestido negro hasta medio muslo con un cinturón plateado. El vestido marcaba sus curvas y la línea del cuello era baja, pero no entendía la 64

fascinación de Jacob. —Si tú lo dices. — Me encogí de hombros. Él se rió y apretó mi mano suavemente. — ¿Ella es otra chupasangre?, imagino eso. —Tienes razón al asumir eso. — ¿Y la otra chica?— Jacob murmuró mientras nos dirigíamos a saludar a Celeste. Sonreí ante la modesta imagen del traje de Taylor Ussier. La mayoría de las veces ella usaba ropa más llamativa que la de Celeste, más depravada, pero por alguna razón a ella le parecía gustarle la presencia de Alette y se comportaba mientras estuviera con ella. —Esa, Jacob, es la cachorro del Ussier, Taylor. Ella también es artistas. Escribe libros cómicos e historias acerca de vampiros. — Yo me reí. —Algunos dicen que ella atrapó a Ussier para que la convirtiera en vampiro y ahora él no puede deshacerse de ella. — ¿Así que este lugar está lleno de vampiros? Qué maravilloso. — Jacob dijo a un lado. Entones él le dio una encantadora sonrisa a Celeste que se aproximaba. — Aunque ellas son malditamente calientes. —Kristair, qué bueno verte de nuevo,— Celeste dijo, besándome cada mejilla y luego girándose hacia Jacob, con franco interés en su mirada. — ¿Quién puede ser éste?— Su rica y baja risa salió libre. — ¿Un amigo personal tuyo? Debes de ser Jacob. — Ella le ofreció su mano y él se deleitó con galantería besándole el dorso. —Encantado de conocerte, Celeste. — ¿No es primoroso que diga eso?— Ella deslizó sus brazos alrededor de los brazos de nosotros y nos guió hacia 65

la mesa de Alette. —Espero que ambos tengan oportunidad de hablar un poco después de que lo hayan hecho con Alette. Ha pasado mucho tiempo y estoy segura que tienen todo tipo de… historias. — Ella le sonrió a Jacob. —Ya veremos, — yo objeté. Alette y Taylor levantaron la vista cuando nos aproximamos, la cachorro de Ussier nos sonrió. Taylor no se veía como una vampiro. Su piel tenía un brillo saludable, como si acabara de alimentarse. Sus ojos eran verde-mar azul, no la había visto usar esa hechizante mirada a un hombre antes. Y Taylor jugaba en ambos lados con hombres y mujeres. Tuve un segundo pensamiento acerca de que quería a Jacob. —Hey, Antiguo. —Buenas noches, Taylor, Madame, — dije, inclinando la cabeza hacia cada una de ellas. —Cuidas tus modales, — Alette dijo, señalando que tomáramos asiento, con una graciosa y fría sonrisa. — Antiguo, Señor Corvin, ¿En qué puedo ayudarlos? Yo jalé una silla para Jacob y entonces me senté junto a él —Seguro que sabes que Ussier nos visitó anoche. — Ella asintió y yo continué, —quiero hablar contigo sobre las víctimas. Los labios de Celeste formaron un puchero. —Suena depresivo. — Ella llevó sus dedos al pecho de Jacob. — ¿Puedo robártelo e ir a entretenernos juntos?— Jacob sonrió mientras Celeste me veía. — ¿O sería ofensivo? No estoy de caza. Antes de que pudiera contestar, Jacob se puso de pie, para sorprenderme más, agregó: —Es una maravillosa idea, ¿Por qué no ustedes damas me llevan al bar y nosotros

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podemos hablar? Taylor saltó de su asiento, moviendo su cabello castaño sobre sus hombros. —Sabes, Celeste es una buena ida, debería de saberlo. — Ella tomó la mano de Jacob y la colocó sobre su hombro para guiarlo fuera de ahí. —Y así es incluso mejor. Los ojos de Jacob brillaban cuando me vio y me guiñó un ojo. —Soy todo suyo, señoritas. — Entonces él deslizó su brazo alrededor de los hombros de Celeste y se dirigieron hacia el bar, con espejos y cromo. ¿Qué estará pensando el malcriado? —Probablemente sea lo mejor, no quiero asustar a Celeste ni a Taylor, las cosas ya están suficientemente tensas así, — Alette dijo. — ¿Puedo ofrecerte algo? Renuentemente giré mi atención de regreso a la tarea entre manos. Jacob podía manejarse a sí mismo, sólo me recordaba ese hecho. Aunque él nunca había estado con el tipo de problemas que Celeste y Taylor podían causar. — No, gracias, estoy bien. — ¿Qué es lo que quieres saber que Ussier no pudo decirte? —Nosotros no tuvimos la oportunidad de hablar mucho anoche. Él sólo nos pidió ayuda y dejó que discutiéramos eso. — Jacob estaba inclinado en el bar con una cerveza en la mano y una chica a cada lado. Él se veía en su elemento: joven futbolista con chicas lindas. Aunque estoy seguro que ese no es el club de su elección. Eso me molestaba, que él pudiera dividir mi atención tan fácilmente. —Esas víctimas, — continué, moviendo mi cuerpo 67

lejos del bar. — ¿Todos ellos eran de Pittsburgh? —Realmente, sólo dos de ellos. Bedwyr y Cybil Haas. — Cerré los ojos un momento con pesar. Había esperado que Ussier estuviera equivocado con respecto a Bedwyr. Sabía que podía conocer a algunas de las víctimas, pero esos dos los había considerado de algún modo más que conocidos. Habíamos hecho investigaciones juntos, compartido conocimientos en el pasado, especialmente con Bedwyr, pero entonces de nuevo, nosotros habíamos estado atados por más que nuestra compartida historia de amor. Era de las pocas cosas preciosas que podía recordar de la Bretaña que había conocido. Vi hacia Jacob sin darme cuenta. Él me veía a mí, casi como si supiera. Extrañamente reconfortándome. — ¿Y los otros cuatro?— Pregunté. — No conocía a las otras dos mujeres. Ellas podían estar de paso por nuestro territorio. La mayoría tiene la cortesía de presentarse ante Ussier e informarle de sus intenciones, pero eso no siempre sucede. Los otros tres hombres vieron a Ghedi. La primera víctima era Simón DeSaur, había planeado quedarse en la ciudad por algunas noches. Él le dijo a Ghedi que estaba aquí para comprar un extraño libro de un coleccionista de la ciudad. Nosotros no estamos seguros si sucedió o no porque él fue asesinado al siguiente amanecer. Fruncí el ceño. También conocía a Simón, aunque sólo por correspondencia. Él rara vez dejaba Montreal, y sólo bajo extrema presión. El libro debió de ser suficientemente anhelado para que saliera. Eso debía de ser uno realmente raro y debió de haber probado su existencia antes de salir de su santuario. Él era muy paranoico.

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La idea de que fuera seducido, decir que me molestaba era decir poco. — ¿Y los otros dos? —Gerard Manheim y Thomas Burris. — Un estremecimiento me recorrió al oír esos nombres. ¿Qué oportunidades había de que yo conociera a ellos también? compañeros investigadores, historiadores, la especialidad de Gerard era más la magia y los rituales que los libros y diarios. —Thomas estaba buscando a su cría perdida y el rastro lo guió a Pittsburgh. Gerard nunca dijo por qué él estaba aquí, pero él visitaba a Lisabeth y a Artemise. Todo eso tenía un sentido, aún no sabía cómo las líneas se conectaban. Gerard había estado en Pittsburgh en más de una ocasión y había consultado con él en muchas ocasiones. Thomas vivía muy lejos y hasta donde yo sabía nunca había visitado los Estados Unidos antes. Había una conexión entre todos ellos, una conexión que yo no había querido considerar, pero que estaba justo frente a mí. Cada uno de esos individuos me había ayudado a investigar lo que le sucedía a los Antiguos. Nosotros compartíamos información, conocimientos. Ellos eran considerados expertos tanto como yo. Ellos sean sólo algunos entre muchos vampiros que se habían esforzado en seguir estudiando; la mayoría se preocupa sólo en sobrevivir, o ellos disfrutan su nuevo estado demasiado para pensar en lo que va a suceder en algunos cientos de años en el futuro. Entonces quedaban algunos otros, Mirella Brant, Lisabeth y Artemise, un compañero en Grecia y otro en Egipto. Varios ya habían desaparecido y me encontré con uno en La Ascensión. ¿Pero qué con él resto? ¿Qué

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oportunidades tenían de sobrevivir? —Gracias, Madame. Sé que a menudo los recién llegados se presentan con Ussier. Si alguno de ellos llega a la ciudad y se presenta, ¿sería demasiado problema que me arreglaras un encuentro con ellos? —Veré qué puedo hacer. ¿Puedes hablar con Lisabeth y Artemise esta noche? Froté el puente de mi nariz, tratando de decidir el rumbo que tomaría nuestra conversación. —Con Artemise, y entonces decidiré desde ahí. — Él podría ser de mente más abierta acerca de toda esta situación. Una ligera sonrisa cruzó la exquisita e inhumana cara de Alette, como si ella entendiera mis dudas. Ella probablemente lo hacía. Nunca conocí a nadie que no se detuviera alrededor de Lisabeth. —Temo que sería más fácil encontrarlos juntos. Ellos están…—ella hizo una pausa como si considerara sus palabras…—interesados uno en el otro. Eso complicaba las cosas, pero si lo que sospechaba era cierto, Lisabeth debería ser advertida también. Si sólo pudiera dejar a Jacob atrás mientras hablaba con ellos. No me gustaban la mirada de ciertos vampiros en él, pero esa no era ni de cerca una posibilidad. — ¿Dónde puedo encontrarlos? — ¿Esta noche? Lo más probable es en el conservatorio del parque. Ellos son muy aficionados a ese lugar. — Alette dudó. Una extraña expresión cruzó su rostro antes de que ella la suavizara. — ¿Cómo es?— ella murmuró. — ¿Cómo es, ser humano nuevamente?— Sus rasgos hicieron una mueca de disgusto. Vi a mi amante en una profunda conversación con 70

Taylor y Celeste, lo que sentía por él era un dolor físico, incluso más fuerte. —Admito que extraño algunos aspectos de mi anterior vida, pero Jacob compensa la pérdida. —El Amor es ilusorio, Antiguo. Pensé que habrías aprendió la lección para ahora. —Quizás para algunos, Madame, pero yo he estado profundamente en él, y ahí no hay ninguna ilusión.

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Capitulo 7

N

unca pensé encontrarme entre dos mujeres vampiros, y no estar ni un poco asustado. Eso era divertido, porque ambas chicas deberían de ser el más peligroso par de vampiro con el que me hubiera encontrado. Al menos para mi alma inmortal. Estaba seguro que me dejarían vivir si les diera la oportunidad de jugar de nuevo. Taylor me sonrió, la sensualidad era como su segunda piel, y si no estuviera conectado con Kristair, no hubiera dudado ni un momento en tomar ventaja de lo que ella me ofrecía. Ella o Celeste. Jesús, sabía cuántos hombres o mujeres ellas habían corrompido. —Deberíamos ir a mi club, es menos sofocante que el de Alette. Veía a Taylor que se apoyaba contra el bar con sus ojos azul verdes brillando. Ella tenía un cierto olor a piel y rosas, cubierto con un sexy traje de pantalón y mortíferos tacones de aguja. —Me estás metiendo en suficientes problemas para empeorarlos yendo a tu club. No es que no esté intrigado. —No lo sabes, y ella sólo está empezando, — Celeste 72

dijo en mi otro lado, dejando su mano en mi pecho. — Tendríamos un gran momento, y puedes llevar al resto de tu equipo. Me reí y me tomé el reto de mi cerveza, dejando la botella en la barra. —Señoritas, si yo hago eso, el campo de entrenamiento sería un desastre. Ustedes dos pueden hacer más daño que todo el equipo contrario. —Me llevando la cambias de Está por los

agradas, Jake, — Taylor hizo un puchero, uña al lóbulo de mi oreja. —Tienes bolas. Si opinión, mi club se llama Palmadas y Caricias. rieles.

Ya había oído de ese lugar. Tenía reputación de ser un lugar salvaje en donde todo se acepta y todo puede suceder. — ¿Cómo es que no me sorprende que ustedes dos tengan un lugar como ese? —Yo no tengo ese lugar, — Celeste corrigió con una modesta sonrisa que era desmentida con el travieso guiño de sus ojos. —Yo simplemente juego. Taylor me dio un rápido y eléctrico beso en los labios y vi hacia Kristair. —Creo que se está poniendo celoso. Nunca supe que lo hiciera, pero ciertamente enciendes el fuego en él. Es de cierta manera sexy. —Hay mucho más en él de lo que ves.— Mi amante veía directo hacia mí, una ceja elegantemente arqueada que me demostraba que estaba intrigado. Tenía la misma expresión que cuando me levanté de la mesa, una combinación de maldita confusión y un poco de dolor. Eso era dulce. Quería besarlo duro cuando dejé la mesa, pero no quería ofender su sensibilidad acerca de lo que era apropiado en un lugar como este. Yo estaba a punto de 73

cambiar de opinión. Eso podría borrar la expresión de su cara por una incluso de mayor exasperación. —Nunca pensé en el Antiguo como atontado, — Taylor murmuró, mientras Kristair se disculpaba de la mesa y se dirigía hacia nosotros. —Nos vemos, Jake. — Entonces ella se fue llevándose a Celeste. Las dos con sus brazos en la cintura de la otra, moviéndose con imposible gracia en esos tacones. Yo me quedé contra el bar, dándole un trago a mi cerveza y viendo a Kristair avanzar. No creo que él entendiera lo elegante y sexy que estaba con su perfectamente planchado pantalón de vestir, brillante camisa blanca y chaleco negro. Él tenía una innata gracia y dignidad que sólo hacía que lo deseara más y revelaba al apasionado hombre que conocía. Kristair se detuvo frente a mí y estudió mi cara. — ¿Todo está bien? —Claro. Kristair vio a las chicas y frunció el ceño. — ¿Extrañas estar con mujeres?— preguntó tensamente. La medida de su intranquilidad hacía incluso aún más divertida la pregunta, y era tan ridículo que no pude evitar girar los ojos. —Aquí no hay nadie con quien quisiera estar. — Incluso sin nuestra conexión mental, nuestro lazo era más profundo de lo que nunca soñé posible. Si, cambié de opinión. Envolví mis brazos en su cintura y lo jalé hacia mí, sus largas y negras pestañas abanicaron y antes de que pudiera protestar, lo besé. Mi sorpresa fue mayor, cuando él me dejó hacerlo, aunque sus ojos ardían cuando lo dejé ir. —Tienes 74

problemas en más de una manera, — murmuró. Entonces cerró sus ojos y sonrió. Cuando abrió los ojos de nuevo, la tensión parecía haberlo dejado. —Y no los cambiaría ni un poco. —Bueno. — tomé su mano y lo guié fuera del club, agradecido de alejarme de la mirada de los vampiros de Pittsburgh. Cuando entramos en el Camaro Z28, me giré hacia él. —Debo admitir que me gustan las mujeres. Me gustan como huelen. Me gusta su suavidad, y las curvas que tienen en los lugares correctos. Y sé que soy un coqueto, siempre he sido un coqueto, pero no extraño esa parte de mi vida, no cuando te tengo a ti. Kristair se rió, una extraña risa que se oía un poco a que había tenido una revelación. —Dije algo muy similar acerca de ti en el club. —Ahora picaste mi curiosidad. —Alette me preguntó si extrañaba ser vampiro. Hay algunas cosas que me gustaba de eso, pero no puede importarme lo que ya no tengo. Supongo que no tiene sentido lamentarse cuando tenemos por lo que luchamos. —Me alegra que lo entiendas, — me incliné y lo besé de nuevo, mi lengua se hundió en su boca y su mano se deslizó por mi cabello. — ¿Hay otro lugar que tengamos que ir esta noche?— Tenía visiones en mi cabeza de llevarlo a casa, desnudarlo lentamente y mostrarle lo mucho que me excitaba. —Desafortunadamente sí. Necesito que me lleves al parque Schenley.

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—Ese es un buen lugar para besuquearse(4).— Pasé mis labios por su mandíbula. Podía funcionar en el parque Schenley. —Necesitamos hablar con Lisabeth y Artemise. Un dedo frío recorrió mi columna y me aparté. —Qué manera de arruinar mi humor, Kristair. — Artemise, no me molesta mucho. El tiene un jodido sentido del humor, pero si Alette me asustaba, Lisabeth me aterraba y me sacaba de mi piel. No puedes tener a alguien más poco natural que ella. El Camaro Z28 rugió con vida. No dejaba de emocionarme y sentirme orgulloso de mí bebé mientras lo dirigía hacia el parque. —Así que… ¿qué dijo Alette acerca del maníaco homicida cazador de chupasangres matándolos al amanecer y quemándolos al sol? ¿Alette no está molesta por eso?— Eso era lo último que necesitábamos. —Me preocupa que si eso nos toma demasiado tiempo vamos a tener un montón de vampiros enojados. —Hubieras conocido el estado mental de ella si te hubieras quedado. ¿Por qué huiste? —Alette me veía como si quisiera agregarme a su harem. — Suprimí un estremecimiento de repulsión. — Pensé en jugar con nuestras fuerzas. Tú eres bueno tratando con Madame Horripilante. Además, pensé que ella se abriría más si no estaba ahí. Tenía el presentimiento de que ella no sabía qué hacer conmigo. —Probablemente tus instintos fueron correctos. Aunque ella estaba muy calmada esta noche. La presencia

(4) Necking= besuquearse, aunque no es palabra elegante. ‘Kristair no lo conoce.

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de Taylor y Celeste tienden a hacer a Alette menos… — Kristair hizo una pausa, buscando la frase más diplomática. — ¿Loca vampiro de mierda? Kristair se rió. —Esa es una manera de decirlo. ¿La cachorro tenía algo que ofrecer, algo aparte de lo obvio, claro? El ceremonioso tono me hizo reír, pero de algún modo logré mantenerme conduciendo sobre el puente Liberty. Las luces de la ciudad frente a nosotros revelaban el cielo. Pittsburgh era malditamente hermoso de noche. En ocasiones tenía un mal ritmo, pero realmente amaba el lugar. Tenía un presentimiento totalmente diferente de regreso a casa, uno que me satisfacía. —Ellas no me engañaron ni me llevaron a su guarida con sus trucos. — Tomé la mano de Kristair. —De acuerdo a ellas, los vampiros están nerviosos, algunos de los grupos más vagabundos se están cambiando de ciudad. Ellos están enojados con Ussier y su pandilla, aunque nadie se atreve realmente a decir nada en voz alta contra ellos. Juro que cuando un tipo me sobrepasó presioné el acelerador. —Jacob… ¿quieres que te hable de lo que me asusta? — Kristair dijo, su voz jadeante, le di una mirada al camino y luego a él. Él estaba aferrado a la agarradera de la puerta con los nudillos blancos. —Tu manera de conducir me asusta. ¿Puedes por favor mantenerte en una línea? — ¡Ha! Podrás tener dos mil años, pero yo sé conducir. ¿Por qué no me dices lo que encontraste? ¿Ella tiene una teoría conspiratoria acerca de lo que conecta a las víctimas? —No te va a gustar esto, — Kristair advirtió.

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— ¿Y lo mencionas ahora?— Mi estómago se hundió. — ¿No me digas que el Sindicato de nuevo? — ¿Qué? Oh no, ellos han sido aniquilados, al menos lo suficiente para que no sean una amenaza durante un tiempo. Los cachorros ya no quieres asociarse con ellos más, así que es bastante difícil que encuentren nuevos reclutas. No, el Sindicato ha sido aniquilado, no necesitas preocuparte de ellos más. —Kristair, no quiero sacarte las respuestas a la fuerza, — gruñí, lo vi mientras el Camaro Z28 se deslizaba atravesando el tráfico. Jodidamente amaba a mi bebé. Maldición, respondía a mi toque. —Yo soy la conexión. El silencio descendió y traté de absorber el impacto de su declaración. El ominoso frío de sus palabras provocó en mí la seguridad de que él probablemente tenía razón, pero no estaba listo para creer en mi intuición. — ¿Qué te hace pensar en que tú eres la conexión? —Conocía a todas las victimas. — ¿Cómo podía decirle si era como si fuera algo hecho en mi contra? —Esa es una jodida poca evidencia, si me preguntas. Kristair, eres más viejo que Cristo. Seguro que conoces a mucha gente. Y apuesto que incluso fuiste al bar mitzvah de Jesús. ¿Hay algo más? —Solamente dos de las victimas vivían actualmente en Pittsburgh, las otras fueron seducidas a venir y asesinadas en menos de veinticuatro horas de su llegada. —Aún no veo…. —Déjame terminar. Dos de las víctimas no estoy 78

seguro, porque ellas no le dijeron a nadie que estaban en Pittsburgh, así que no tenemos sus nombres. De cualquier modo, son sólo dos, los otros me ayudaban con mi investigación sobre lo que les sucedía a los Antiguos cuando se ponían mal y desaparecían. —Jodidos, hijos de perra. — Mis manos se tensaron en el volante, y me forcé a mi mismo a calmarme antes de estrellarme contra una pared u otro carro. — ¿Por qué? —Si sabemos eso, Jacob, sabremos quién es el asesino. Necesitamos advertirle a Lisabeth y Artemise. Ellos también ayudaron en mi investigación. Es extraño que ellos no hayan sido ya un blanco, pero no quiero detenerme en nimiedades, eso es bueno en todo este lío. Alette dijo que una de las victimas habló con ellos antes de ser asesinado. —Kristair, ¿se te ha ocurrido que podemos estar yendo directo a una trampa? El parque Schenley es enorme. Ahí hay toneladas de lugares en donde puedes ser emboscado durante el día y nosotros iremos de noche— No me gustaba eso, sentía que me estaba dejando guiar por mi maldita intuición. —Realmente no podemos hablar con ellos durante el día. Entrecerré los ojos, Kristair continuó con su serena calma. —Ese no es el punto. ¿Qué si ellos son los chicos malos? —No puedes hablar en serio. Lisabeth y Artemise pueden ser muchas cosas, pero no dejan vampiros al sol, no es su estilo. Si ellos quisieran terminar con alguien, no se esconderían. Ellos no juegan esos tipos de juegos. Sus blancos sólo desaparecerían. Jacob, son suficientemente poderosos para no necesitar actuar de esa manera. 79

Además, quien sea el que está haciendo esto es capaz de caminar bajo el sol, y a pesar de sus conocimientos, ese no está entre sus trucos. —Aunque es posible, — argumenté. —Creo que me dijiste que los vampiros eran capaces de aprender cosas, si sólo acondicionaban su mente de que podían, ¿así es? Ellos tendían más poder juntos. —Es un razonamiento válido, — Kristair dijo. Me sentí halagado con el cumplido de Kristair pero sabía que había un „pero‟ por llegar. —Sin embargo, ellos no pueden aprender a caminar bajo el sol. Ese no es un simple truco, hacer que eso sea posible es bastante difícil. Jacob, eso puede ser casi realmente como ser uno de los Ascendidos. —Maldición, odio cuando tienes razón. Siempre tienes razón. —Difícilmente. — Kristair apuntó con su dedo hacia la señal de entrada al parque en el Boulevard de los Allies. — Dirígete al conservatorio. —Está cerrado. — ¿Discutes con todo por tu innata necesidad de ser testarudo? Empecé a reírme ante el tono de broma en su voz. Al menos algo pudo quebrar su fachada. —Probablemente, aunque en este caso creo que discuto porque lo prefiero a la simple alternativa. — Las luces en el camino comenzaron a apagarse y fruncí el ceño. El parque cierra a las once de la noche, pero por alguna razón, pensé que las mantenían encendidas toda la noche. A pesar de la hora, el conservatorio brillaba con una luz dorada, y descarté el fenómeno. Supongo que tenía 80

más sentido que alumbrar las lámparas del camino. Además el conservatorio provee más que suficiente luz. Los curvados paneles de vidrio hacían que la estructura se viera como un delicado mundo de fantasía. Estacioné el Camaro Z28 lo más cercano a la entrada posible y me giré hacia Kristair. —No me gusta esta conexión. Preferiría que fuera cualquiera menos tú. Esto hace esta jodida mierda demasiado personal y no sé si pueda manejar algo como eso. —Debo admitir que tampoco me gusta. No hay mucho que pueda hacer. Realmente no puedo ignorar la situación. — Suspiré y Kristair me sonrió y tomó mi mano. —Si ellos quieren mi atención, realmente la tienen. Vamos, mo chroí, entre más rápido terminemos esto, más rápido nos iremos a casa. Gruñendo, salí del automóvil. Odiaba admitir que Kristair tenía razón. No me gustaba eso, pero incluso si Ussier no hubiera venido por nosotros, al parecer íbamos a terminar involucrados de una manera u otra. Parece que nosotros deberíamos de ser unos gigantes manejando mierda sobrenatural, o algo así. Kristair se rió, y eso era una divertida expresión en su cara. — ¿Qué es tan malditamente divertido? —Sólo pensaba en lo duro que he intentado mantenerte fuera de esto. Estaba muy determinado cuando el sindicato apareció de protegerte de esa parte de mi vida. Evitar incluso que conocieran tu existencia. Pensé que podía mantenerte seguro. — Su expresión era serena. — Mantener tu inocencia. 81

—Jesús, Kristair, no he sido inocente desde que Lauren y yo le robamos la camioneta a Ma y fuimos al estacionamiento. Kristair giró los ojos. Amaba cuando hacía eso. —Eso no es lo quería decir. —Sé lo que querías decir. Ya lo has dicho antes. No soy un hombre violento, al menos no normalmente y eso de matar, bueno, ellos querían asesinarme. Y no creo que mi alma se manche por defenderme de ellos. Así que puedes dejar de sobreprotegerme. Mi consciencia me deja dormir por las noches. —Trataré de dejar de sobreprotegerte. Pero no lo prometo. —Eso es divertido. La noche en tu oficina que aparecieron Dominic y Claudia, estaba malditamente frustrado porque quería estar a tu lado, ayudándote. Aunque sólo fuera para no sentirme inútil. — Sonreí. — Ahora, estoy involucrado y todo lo que sé es que me agrada que ambos hayamos estado equivocados. No necesitas tratar de protegerme del gran mundo malo, yo tengo también cosas que ofrecer a nuestra relación. Kristair me vio sobre el tablero del Camaro Z28, tenía una sonrisa en sus labios. —Creo que tengo que decir que me alegra que ambos estuviéramos equivocados. Me gusta que estés a mi lado y verte todo el día. —Vamos antes de que te lleve al asiento trasero y te muestre acerca de besuquearse. — ¿Besuquearse? Esa es la segunda vez mencionas el término „besuquearse‟, ¿qué significa?

que

Gruñí. —Vamos, Kristair, después. La conversación 82

primero, besuquearse después. Jesús, no puedo creer que haya dicho eso.

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Capitulo 8

-¿C

ómo es que esos dos logran entrar aquí a estas horas?— Jacob preguntó mientras me dirigía a la entrada que Alette me había señalado, asegurándome que estaría abierta. —Dinero. Entre Alette y Artemise, han embellecido la ciudad durante años. Ella se hizo rica gracias a la industria del acero, y creo que ha estado tratando de hacer reparaciones desde entonces. Lamentablemente, no conoce muchas cosas de la ciudad, y Artemise, bueno, él tiene sus propias conexiones. Una de ellos, probablemente hizo que Artemise encendiera la luz de todos los cuartos. El conservatorio tenía una serena belleza y exóticas plantas llenas de color y aromas. —Probemos en el cuarto de las orquídeas primero. Algo me dice que ese lugar es considerado como romántico. — ¿Quieres decir que ellos están aquí por una cita? —De hecho yo no usaría ese término con ellos si fuera tú, puede que Artemise lo encuentre divertido, pero dudo que Alette lo haga. —Eso es asqueroso, Kristair, ella se ve de doce.— 84

Jacob se oía muy molesto. —Ella no tiene doce. Ni creo que se considere de doce. — Interrumpí la protesta de Jacob con un movimiento de la mano. — ¿Podría ayudarte saber que ella ya había tenido un niño antes de que la convirtieran en vampiro? —Ahora está jodiéndome. — Intrigado Jacob me veía. —No, no lo estás. Maldición. —Las reglas eran diferentes hace cientos de años y la expectativa de vida no era tan larga. Además, ella era una esclava, no tenía mucha decisión en el asunto, y de ella se esperaba que produjera más esclavos. —No puedo imaginar a quien tuviera las bolas o fuera tan idiota para meterse con ella. Apuesto que ella era atemorizante desde que era humana. —No lo dudo. Seguro que ellos vivieron lamentando la decisión. Veo que ese es el camino del cuarto de las orquídeas. Yo ya he venido antes. — Nosotros caminábamos de la mano, medio buscando a Artemise y a Lisabeth y medio disfrutando la vista. El conservatorio tenía una serena atmósfera, tranquila y suave, y el cielo nocturno se veía oscuro a través de la multitud de ventanas. El aire era una mezcla de aromas a especies y dulce, tierra y humedad. —Oh wow, — Jacob dijo cuando entramos al cuarto Victoria. —Nunca aprecié bien el lugar la primera vez que estuve aquí. Estaba siendo perseguido. Fruncí el ceño hacia él. Él no me había dicho acerca de eso. — ¿No fue cuando el Sindicato te estuvo persiguiendo la última vez? —Oh no, nada de eso. Vine aquí con Steve y Tony 85

durante Halloween por su casa embrujada, un año antes de encontrarte. Me detuve para ver alrededor. El cuarto de vidrio tenía un delicado gazebo en el centro y una gran fuente. El invernadero era frondoso, y el color de las flores daba un efecto dramático. Parecía que Jacob y yo no habíamos tenido muchos momentos tranquilos como este en donde pudiéramos estar. Momentos íntimos. Ese pensamiento era extraño. Había pasado mucho tiempo desde que consideré el romance. Jacob y yo no habíamos podido darnos el lujo para esas cosas y él las merecía. Lo haría mi prioridad cuando la investigación terminara. —Sabes, estoy pensando, — Jacob dijo casualmente, jugando con el control de la fuente, cambiando las luces y la presión del agua. —Nosotros deberíamos casarnos. Vi a mi amante sorprendido. En mi vida hubiera imaginado una declaración como esa. —Me parece recordar que ya hicimos nuestros lazos. La noche…. —No te atrevas, me gustaría olvidar esa noche. — Jacob giró la cara hacia mí, tomando mi otra mano también, sus ojos azules brillaban. Por alguna razón mi estómago comenzó a agitarse. —Sé de nuestros lazos, y es por eso que esto es permanente, pero hay algunas razones reales para también casarse. Mi boca se secó. Él se veía tan serio. ¿Desde cuándo estaría considerando esto? Traté de buscar mi voz, pero parecía que me la habían robado. —Por favor ilumíname. —Bien, primero está lo legal antes de ir a cosas personales. Por ejemplo….

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Sacudí la cabeza. —Entiendo las cosas legales. Nunca había pensado en eso antes, pero puedo ver la validez de tus preocupaciones. Vamos a las cosas personales. — Estaba seguro que ahí estaba el corazón del asunto. Mi cerebro giraba, no tenía objeciones personales para casarme. Para ser honesto no había entrado en mi mente, no desde que me convertí en humano. Sólo no entendía por qué Jacob no creía que el lazo que habíamos creado fuera suficiente. Eso fue intenso, personal e íntimo. El pensar en el paradigma alrededor de una de las ceremonias que había visto en la televisión era… perturbador. —Bueno, para empezar, mi Ma no va a permitir que le diga que ya hubo una ceremonia privada entre nosotros hace meses. A ella le gustará conocer a quien elegí como compañero para el resto de mi vida. Ella quiere estar presente cuando nos casemos. Apuesto que a Kayla también le gustaría. —Invocar a mi hija es muy bajo, Jacob. —Conozco a mi hombre. — Jacob sonrió y entonces tomó una profunda respiración. —Hay otras razones. Algunas las he estado pensando desde Roma. Yo levanté mi ceja. —Eso es mucho tiempo para tenerlo en la mente. ¿Es algo que hayamos discutido? —No. — Jacob dudó. —No estaba seguro de cómo lo tomarías y hemos estado un poco ocupados, además es el tipo de idea que necesita tiempo para asentarse. Ahora mi curiosidad aumentó. Resistí la tentación de ver en sus recuerdos de esa noche y descubrir de qué estaba hablando. Algo era importante para él, tenía que decírmelo en sus propias palabras. Además, él estaba 87

nervioso, una indicación de que estaba realmente preocupado por eso. Así que esperé que lo dijera. Finalmente, Jacob exhaló, y me vio fijamente. —Está bien, quiero niños. Quiero una familia contigo y es un infierno más fácil adoptar siendo casados. — Él hizo una pausa, una descontenta expresión cruzó su cara. —Sabes que tienes un muy mal hábito, verme de esa manera tan enigmática, que no sé qué pensar. Esto me molesta. Apenas y lo oía mientras caía alrededor de las flores, mis pensamientos se movían tan rápido, algo similar al pánico me atrapó en mi interior. ¿Cómo ningún hombre me había puesto nervioso y Jacob parecía hacerlo todo el tiempo? Levanté la vista hacia él y lo vi aferrarse a su absurda idea. — ¿Sabes que no tengo idea de lo que es ser buen padre? Genuina sorpresa cruzó su cara. —Estás bromeando, ¿verdad? ¿Se te olvida que ya tienes a Kayla? —Yo no la adopté, ella me adoptó a mí. Es algo enteramente diferente, y ella no tenía muchas elecciones en el asunto. — Sonreí. —Aún así creo que no estaba en su mente elegirme. Cuando ella llegó bajo mi cuidado, estaba constantemente preocupado de no estarla dañando más de lo que la ayudaba. La mirada de Jacob se suavizó al verme y pasó las puntas de sus dedos por mi calva. —Creo que dudas de ti mismo en todo lo concerniente a ella, Kristair. De cualquier manera, Kayla es tu hija. Podrás no haber estado ahí para ella tanto como te hubiera gustado, pero ella está viva y es fuerte gracias a ti. Y el hecho de que te sientas inadecuado me dice que serás un excelente padre. Me encogí de hombros, incómodo con los elogios de 88

Jacob. No es que el malcriado pareciera interesado de una u otra manera, pero el brillo en sus ojos, me decía que él había recuperado su equilibrio y que estaba satisfecho de sacarme de mi balance. —Así que… ¿qué dices? ¿Kristair? ¿Quieres casarte conmigo o vas a ser que me ponga de rodillas y ambos nos avergoncemos?— Él se veía demasiado bribón y encantador para mi propio bien, con una sensual sonrisa en sus labios. —Debería hacerlo, esa es la mejor manera de hacerlo. — Mi mirada no tuvo efecto en él porque él sonrió incluso más. —Sí, me quiero casar contigo, mo chroí. — Mi estómago se agitó más, pero la sonrisa de Jacob me recorrió. —Aunque te juro que no quiero nada elegante o mucha gente presenciándolo. Prométeme que será lindo y sencillo. —Está bien, pensaba sólo en nosotros, mi Ma, Kayla y Steve. —Has pensado en muchas cosas, — dije sacudiendo la cabeza confundido. Jacob tomó mi mano y me levantó, envolvió sus brazos en mi cintura. —Lo hice. Te amo, Kristair. — Él me besó. Un prolongado y dulce beso que hizo que doliera mi interior. Cuando nos separamos, mi corazón estaba acelerado. Si no tuviéramos una agenda que cumplir, estaríamos desnudándonos en ese momento y haríamos el amor en la banca. Si sólo no corriera el riesgo de que Lisabeth y Artemise entraran, no obstante estaba tentado a dejar la investigación. —Te amo también. Ahora vamos, este no es un momento que quiero que otros interrumpan. —Espera, aún no me has dicho nada acerca de los 89

niños. En serio, ¿Qué piensas acerca de que adoptemos? —No presiones. Eso es algo que necesito sopesar antes de contestar. Aún estoy ajustándome a la idea de ser un hombre comprometido, has dado demasiados giros a mi vida en este último año. — Una sonrisa se formó en mis labios. —No te culpo, — bromeaba. Muy seguro que la mirada de Jacob ardía. —Empieza a correr ahora, Kristair, y puede ser lindo cuando finalmente te alcance. Me reí, dándole la razón a Jacob. —Quizás no estoy interesado en un juego lindo. Mi amante gruñó y abrió la puerta al Jardín Sunken. —Sólo espera a que lo hagamos, Kristair, sólo jodidamente espera. La amenaza de Jacob hizo que mi sangre ardiera con la anticipación. El Jardín Sunken era más grande y tenía un largo pasillo con plantas a ambos lados igual a una media enterrada gruta. Se oyó un suave sonido al fondo. Dos personas entraban por la puerta a un lado de nosotros. Artemise sonriendo complacido con su bastón en la mano. Lisabeth atrás, con sus negros ojos evaluándonos antes de unirse. —Kristair, Jacob, qué bueno verlos de nuevo, — Artemise estrechó nuestras manos. —Oí que estabas bien, mi viejo amigo, pero nunca pensé que nuestros caminos se cruzaran de nuevo. —Y mierda de la manera en que sucedió, — Jacob dijo y Artemise se rió. —Bien resumido, jovencito. — Sus oscuros ojos señalaron hacia la banca y le ofreció un lugar a Lisabeth antes de finalmente sentarse él mismo. —Tomo esta visita 90

como relacionada con el perturbante individuo que está acechando nuestra ciudad. —Eso es correcto. — De nuevo, deseé que Artemise hubiera estado solo. —Por el momento me gustaría mantener esta conversación entre nosotros cuatro hasta que tengamos oportunidad de rastrear si nuestras pistas son correctas o no. Lisabeth veía fijamente, pero no dijo una palabra, Artemise asintió. —Claro, mi amigo, continúa. La presencia de Jacob a mi lado era sólida y reconfortante mientras les decía a los dos viejos vampiros lo que sabía. Era de una manera extraña la sensación de inversión de roles, casi perturbadora. La última vez que hablé con ellos, yo era el más poderoso de nosotros. Ahora parecía casi disminuido, consciente de mi propia fragilidad como no lo había sentido en mucho tiempo. Aún así era el más antiguo, al menos de esos dos, y mis años contaban de algo. Y Jacob estaba preocupado de que olvidara que ahora era simplemente un humano. Tendría que decirle después que sus miedos eran infundados. Un predador entiende cuando es el último de la cadena alimenticia, así que atacar no es un hecho. —Muy interesante, — Lisabeth dijo cuando yo terminé, su expresión era inescrutable. —Gerard vino a hablar con nosotros como Alette te dijo. Él había estado teniendo problemas durante los últimos tiempos con algunas visitas. Él quería hablarnos acerca de ellos. Más tarde, él murió. — ¿Qué acerca de tus visiones?— Jacob preguntó, no tenía idea de por qué lo había hecho. 91

—Una guerra en el cielo. El mundo comienza a desgarrarse. Nada claro, ¿entiendes Jacob?, esa es la manera en que las visiones funcionan. Las personas pueden interpretarlas a voluntad. Aunque algunas veces me preguntaba si Gerard no estaba influenciado con los eventos en la televisión. Él podía ser ingenuo, con todas esas recientes teorías sobre el 2012 y lo que puede afectarnos, — Artemise dijo pensativamente, tomando su bastón. —Aún así, nosotros vivimos muchísimo tiempo, mis amigos. —Maravilloso, pero prefiero continuar más tiempo. — Jacob me vio. — ¿Nada que quieran agregar? —Me gustaría reiterar que si mi teoría es correcta, ustedes dos están en riesgo. No he ido más allá, mañana me pondré en contacto con viejos conocidos. Si alguien más ha sido asesinado, entonces sabremos que la teoría es correcta y sabremos a dónde ir. —Me sorprendería que te equivoques. Confío en tus instintos, Kristair. — Artemise frunció el ceño. —Bajo circunstancias normales no te preguntaría, pero quizás sea mejor saber qué te sucedió entre el tiempo que desapareciste del almacén hasta que regresaste como humano. —No puedo, — contesté, mientras Jacob se tensaba a mi lado en respuesta a mi reacción. —Incluso si quisiera decirte, no se me permitiría, y no dudo que sería eliminado antes de poder decir tres palabras. Hay algunas cosas que deben descubrirse personalmente, Artemise. —De algún modo sabía que ese sería el caso. No te preocupes mi viejo amigo, no te preguntaré de nuevo. —Si hay una conexión, nosotros la descubriremos. — 92

Jacob se puso de pie y me tendió la mano. — ¿Están con nosotros? No tiene mucho sentido detenerse en eso. Le dije a Ussier que estuviera al pendiente de los recién llegados. Ellos pueden ser el blanco. —Así es, estamos contigo. — Artemise dijo. —Te buscaré si no oigo de ti o encuentro algo nuevo. —Bastante justo. — Estreché su mano y asentí hacia Lisabeth que me veía con su mirada fría e indescriptible. — Disfruten el resto de su noche. Jacob y yo nos dirigimos de regreso al Camaro. Truenos y rayos aún se oían en el cielo, pero la tormenta no parecía estar más cerca que antes. Jacob se colocó detrás del volante y salió del estacionamiento. —Creo que salió bastante bien. ¿Qué piensas? Froté el dedo en mi sien, sopesando la conversación. —Es como habíamos sospechado. Artemise es un aliado y Lisabeth es incierta. — Sonreí cuando Jacob gruñó. Con lo mucho que se quejaba del otro mundo con el que se había forzado a interactuar, él estaba especialmente satisfecho. —Como sea, creo que ella no es ningún peligro. Somos demasiado valiosos. —No sé si sea mejor, ahora no tenemos esa mierda. — Aumentando mi confusión, Jacob giró el automóvil hacia la calle Panther Hollow, y se acercó al lago, estacionando. Los alrededores estaban en oscuridad a excepción de la iluminación de la Catedral que se elevaba entre los árboles. —Sabes, estaba acostumbrado a pensar en ti como el „Señor de la Torre‟, todo arrogante y solitario — Jacob dijo, moviéndose al asiento de atrás. Giré la cara hacia él e interrogadoramente incliné la 93

cabeza. — ¿Qué estás haciendo? —Nuestro trabajo esta noche está terminado y ahora nos ocuparemos de nosotros. — Jacob me hizo señas con su dedo. —Ven amor, ha pasado mucho tiempo desde que nos besuqueamos. — ¿Aquí?— No tenía ni idea de lo que Jacob quería decir con „besuquearse‟, pero tenía que ser algo sexual, considerando su traviesa expresión. El asiento de atrás del Camaro con las ventanas bajas, no parecía el lugar para ciertas actividades. Debía reconocer que mi pulso empezó a acelerarse a pesar de mis mejores esfuerzos. Jacob sonrió, una conocida sonrisa. —Sí, aquí, esto es parte de eso. Ahora ven al asiento trasero conmigo Kristair, o te traeré aquí. — ¿Tú puedes? ¿Puedes?— dije divertido al pensarlo. Asintió. —Puedo, y entonces te castigaré. —No te atreverías. — Tan pronto como mis palabras salieron de mi boca, lo reconsideré. Él se atrevería a eso y a más. Antes de que Jacob pudiera contestar, yo subía al asiento trasero con él. —Eres incorregible.

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Capitulo 9

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e giré de cara a Kristair y deslicé mi mano alrededor del cuello de mi amante, los dedos presionando su caliente piel. Su expresión era tan precavida que era casi cómica. —Te preocupas demasiado, Kristair. — Me incliné hasta que sólo la distancia de un cabello me separaba de sus labios. —Ahora cállate y bésame. —Jacob, alguien puede venir y vernos. Nunca me había dado cuenta de lo pudoroso que era Kristair. Cuando él había sido uno de los Ascendidos y fue enviado de regreso como una sombra, se paseaba con el trasero desnudo, aunque ahora apostaría que nunca lo hubiera hecho si existiera la oportunidad de que alguien más lo hubiera podido vero. — ¿Qué con eso?, déjalos ver. — Reí suavemente y froté mi lengua ligeramente en el labio superior. —De esto se trata todo esto. Tengo una perra sexy de automóvil, un hombre caliente en mis brazos, y todo el tiempo del mundo. Ahora bésame. Kristair cesó sus protestas, y sus labios estaban firmes mientras me besaba. Cuando los abrió, mi lengua 95

barrió su boca. Nunca me cansaría de su dulce sabor. Yo podría sólo sostenerlo y besarlo por siempre, saborear el lento calor. Su respiración se aceleró contra mi mejilla, y „oh‟, como amaba esa sensación. Su respiración, su calor, todos los signos de que me indicaban que él había regresado a mí. Estaba conmigo. —Joder, Te amo, — murmuré contra su boca cuando el beso se rompió. Sentí su sonrisa contra mí, mientras sus dedos hacían pequeños y ligeros círculos en mi garganta. — ¿Sabes que cuando mencionaste por primera vez besuquearse( 5 ), me hizo pensar en morderte? Me estremecí. —Extraño eso, no lo suficiente para que te conviertas en vampiro de nuevo, pero extraño eso. — Incliné mi cabeza hacia atrás mientras su boca se deslizaba por mi cuello, y entonces su lengua recorrió mi vena como solía hacerlo antes, cuando hundía sus colmillos en mí. —Lo extraño también. Amaba tu aroma cuando sabías que iba a morderte, era agudo con la anticipación, y tu sabor, feroz y apasionado. Podía emborracharme de ti. — Kristair mordisqueó la tierna piel de mi garganta. Y atrapó mi aliento, —Jesús, Kristair. — Desabroché su chaleco, jalé su camisa fuera de la pretina de su pantalón, y deslicé mi mano bajo eso. Su abdomen se tensó bajo mi toque. —Me vuelves loco. —Debemos de estar locos, de estar haciendo esto en un lugar público.

(5) Necking, significa besuquearse, pero neck significa cuello por eso la confusión de Kristair

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Me reí y lo besé de nuevo, determinado a hacer que olvidara todo acerca de dónde nos encontrábamos y pensara sólo en el placer, los besos y las caricias. Lentamente, la pasión hervía cuando nuestras lenguas se entrelazaban. Mis dedos acariciaron su abdomen, deslizándolos alrededor de sus caderas, él hizo un impaciente sonido mientras trataba de presionarse más cerca de mí. La mano de Kristair se deslizó por mi espalda, bajo mi chaqueta deportiva, y entonces se tensó, apartándome. —Jacob, deja esa pistola. —Como digas, eso sólo se interpondría en lo que intento. — Me quité la funda con la pistola y la dejé en el asiento delantero. — ¿Qué es lo que intentas? —Ya verás, — murmuré, y lo jalé nuevamente, esta vez él no protesto para nada. Su incipiente barba raspaba en mis labios cuando le besaba la mandíbula, sus manos se hundían en mi cabello cuando yo lo mordisqueaba y lo chupaba. —Creo que estoy en problemas, — Kristair murmuró. Sonreí contra su garganta y lo mordisqueé de nuevo. —Muchos. — De nuevo deslicé mis manos bajo su camisa y lo jalé hacia mí, hasta que estuvo sentado a horcajadas en mi regazo, su cabeza se golpeó contra el vidrio trasero. — Mmmm, libre para actuar. — Nuestros labios se unieron, y lo besaba mientras apretaba su culo. Señor, él lo tenía bueno, lo tomé en mis manos y en todo lo que podía pensar era en evitar que se escapara. Quería verlo con sus pantalones alrededor de sus muslos, con sus manos y rodillas en el asiento trasero cuando yo lo jodiera. 97

Mi pene palpitaba con vida, y Kristair gimió suavemente. —¿Por qué no vamos a casa, mo chroí, y terminamos esto ahí? —Oh diablos, no, estoy teniendo mucha diversión para detenerme ahora. — Desabotoné su camisa lo suficiente para encontrar uno de sus planos pezones y atraparlo entre mis dientes, mientras su respiración siseaba a través de sus dientes. —Jacob. Sonreí ante el sonido de su voz, cuando dijo mi nombre. Eso sería lo que oiría por el resto de mi vida cuando despertara y cuando me fuera a dormir. Nuestra boda, sonreí al pensarlo. Mi amante y mi muy-prontoesposo, mi maldito milagro. Acuné su pene en mi mano, sintiendo el calor atravesar sus pantalones. Froté su duro eje y empujé mi lengua dentro de su boca, fraguando el lento y urgente gemido. Ambas manos de Kristair estaban en un puño en mi cabello, jalando mi cabeza hacia atrás y entonces mordió mi cuello. Joder. No lo suficiente para romper mi piel, pero Dios, eso se sintió jodidamente bueno. — ¿Entonces me vas a dejar hacer lo que quiero?— Las buenas intenciones son sobrevaloradas, y yo las deseché con una malvada sonrisa mientras impacientemente luchaba con el resto de los botones de su camisa. — ¿No lo estás haciendo de cualquier manera?— Kristair gruñó. —Muy cierto. — Tomé su mano y la bajé a mi adolorido pene, gimiendo cuando él apretó. —Quiero tu

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boca y entonces quiero que me pidas que te joda. Kristair se estremeció y mordió mi cuello de nuevo. Entonces sus manos bajaron mi cierre, gemí cuando deslizó su mano al interior de mis pantalones y comenzó a acariciarme a través de mis bóxers. — ¿Quieres todo esto? ¿Qué si yo no quiero? —Entonces yo sólo te jodo hasta que quieras, — dije jadeando mientras el deseo me atravesaba. Él se rió suavemente mientras un frío presentimiento atravesaba mi mente. Mis manos se aferraron a sus bíceps y giré la cabeza para ver por la ventana. Estaba oscuro, malditamente oscuro afuera, y repentinamente me sentí muy expuesto. — ¿Qué sucede?— Kristair se tensó, sacando sus manos de mis jeans. —Algo viene. ¿No puedes sentir eso? Kristair se tensó nuevamente, inclinó la cabeza a un lado como si escuchara algo que sólo él podía oír. —Sí, toma tu pistola. El vidrio trasero fue destruido, y los vidrios esparcidos sobre nosotros. Para mi horror, algo húmedo golpeó la parte de atrás de mi cuello, y entonces una cabeza estaba en el asiento junto a nosotros. Salté con un grito, la bilis subía por mi garganta. — ¡Santa jodida mierda! Muerto, ojos sin vida me veían desde la cenicienta cara, cabello oscuro manchado con sangre y más pegada en su mejilla. —Stamatis. — Kristair resopló, y entonces el calor se fue de mi regazo cuando él salió por la puerta trasera del 99

automóvil. —Mierda. — Maldije. Luché con mis jeans, al mismo tiempo que salía del automóvil. —No te atrevas, espera por mí. — Golpeé la puerta sólo a tiempo para ver a Kristair desaparecer entre los árboles. Voy a matar a ese bastardo. Me tomó más tiempo tomar la pistola del asiento delantero y mantener mis ojos lejos del daño hecho a mi automóvil, cuando salí detrás de Kristair. Con lo mucho que yo quería dispararles, me obligué a permanecer en silencio. No había una maldita forma de saber cuántos eran ellos, y no tenía sentido anunciarles en dónde diablos me encontraba. Varios metros después, entre los árboles, perdí el rastro. La oscuridad me consumía. Incluso si la luna no estuviera oculta tras las nubes, no podría atravesar el tupido bosque. Tensé mi mandíbula, y me empujé a avanzar. Estiré una mano para no golpearme la cara con algún árbol, mientras mantenía la pistola en la otra mano. Las ramas rozaban mi ropa, y golpeaban mi palma, y las ramas se quebraban a mi paso a pesar de mi esfuerzo de no hacer ruido. Había cientos de hectáreas en ese parque. Eso era por lo que Kristair debería de llevar un celular, le gustara o no. El hecho es que no me hubiera atrevido a llamarle ahora. Ese era el jodido principio del asunto. Desde que nosotros perdimos nuestra conexión, no tenía cómo conectarme con él en situaciones como ésta, cuando él estaba siendo cazado por unos locos hijos de puta. La furia hervía con cada paso. ¿No acabábamos de hablar de eso anoche? ¿No me había prometido Kristair que 100

él lo pensaría antes de meterse contra toda una pandilla de súper predadores? Juró que recordaba que era un humano y que tenía extra precaución. Me dio su palabra. Estaba más oscuro entre los árboles que el culo de Satán y cada sonido era amplificado podría oírlo cualquier loco individuo en donde estuviera. Cada „crack‟ de las ramitas secas, cada maldito crack de mis pasos eran oídos por todos lados. El bastardo había lanzado una cabeza por mi vidrio. Y no cualquier cabeza, la cabeza de un vampiro. Y si había sido amigo de Kristair, él tendría que ser uno de los viejos, no estaba hablando de cachorros indefensos ante los chupasangres. Y mi amante no se había tomado el tiempo para pensar un momento antes de salir a cazarlos, sin armas. Como si él siguiera siendo un malvado con súper poderes. Me tomó varios minutos antes de darme cuenta hacia donde estaba siendo arreado. El sudor cubrió mi frente y mi mano se tensó en la pistola. Me estaba dirigiendo a una parte del parque donde la gente no me vería en días, y no había visto ningún automóvil en el camino. ¿Por qué no había prestado atención de que todas las luces del parque estaban apagadas? No había duda. Quien fuera que estuviera haciendo eso estaba esperando su oportunidad. Y ahora ellos estaban detrás de mí. ¿Cómo diablos había sucedido eso? Con un helado cosquilleo bajando por mi espalda, comencé a regresar hacia el automóvil, tratando de lograr ver algo en el proceso. Caminé tan rápido como pude mientras seguía tratando de no hacer ruido. Nunca había estado tan agradecido en todo este tiempo de haber recorrido los pantanos con mis amigos. Crecer cerca de un 101

río me había dado algunos trucos para recorrer furtivo los alrededores. Ven, Kristair, ¿Dónde estás? Los árboles se abrieron formando un pequeño claro y me sentí aliviado al pensar que mi amante emergía entre ellos, unos pocos pasos más. Interiormente me maldije por mi propia estupidez. Había desperdiciado tiempo corriendo de Kristair en lugar de hacia él. Podía estamparme en la frente un cartel de „idiota‟. Me detuve a hablarle a Kristair, y las palabras murieron en mis labios cuando él se giró hacia mí, viendo todo alrededor intensamente. Podría decir que él estaba tan congelado como yo, algo estaba muy mal, pero yo estaba oculto tras las sombras y paralizado. Su mirada pasó sobre mí. La débil luz logró iluminar su calva. Se giró entre los árboles alejándose de mí con la aterradora velocidad de un cocodrilo centrado en su presa. Escuché, aún paralizado, hasta que el sonido de sus pasos desapareció y regresó el sonido normal del bosque. —Joder. — Dejé salir un explosivo aliento. ¿En qué diablos estaba pensando? Kristair había estado justo frente a mí y lo dejé ¡alejarse! Resoplando, lo seguí pero había pasado demasiado tiempo desde que se había ido, como si nunca hubiera estado ahí. ¿Dónde puede estar? Agotado y con una extraña sensación invadiendo mí estómago, me apoyé contra el tronco de un árbol, bebiendo la sensación de la rugosa madera, el olor de la tierra y el follaje. Cosas reales en ese infierno de oscuridad. Era como si estuviera caminando dentro de una pesadilla. Tenía que haber una manera de encontrar a Kristair que no involucrara recorrer el parque como un imbécil sin pistas. Kristair y yo habíamos estado conectados. Sin 102

importar lo que él o todos dijeran. Lo estábamos. No podía oír todos sus pensamientos, ni sentir sus emociones con total intensidad, pero eso seguía ahí. Maldición. Apoyado contra el árbol, cerré los ojos e imaginé a Kristair. La manera en que sus ojos brillaban cuando le llegaba una nueva idea o cómo se suavizaban cuando me veía. La manera en que sus labios me sonreían o cuando fruncía el ceño pensativamente, sus expresiones de desaprobación y su tranquila risa. Había sentido su corazón dentro de mí cada vez que él lo deseaba, y ahora parecía estar en silencio en todo momento, podía sentir el eco de eso. Siguiendo mis instintos me aferré a eso, alejándome del árbol empecé a seguir su rastro. Debí de haber caminado cerca de un kilómetro antes de que los árboles comenzaran a abrirse de nuevo en un área que descendía. La sensación era extraña ahora, me detuve en la línea de árboles para ver en la oscuridad. Un muy familiar gruñido atravesaba la noche. — Kristair. — Corrí a toda velocidad por la colina, tropecé y caí el resto del camino. Alguien se reía, una risa baja y gutural, las sombras se dispersaron, y pude ver lo suficiente para ver la alta figura de Kristair en el suelo. La otra persona lo pateó y Kristair cayó de espaldas y rodó para quedar en cuclillas. Sangre corría por la esquina de su labio, y la tocó con su lengua, una lenta sonrisa cruzó por su cara que me quitó el aliento: era tan feroz. Su oponente se reía de nuevo. Era una mujer, el shock me recorrió. Era a ella a la que había oído. Ella estaba de pie y retiró su cabello de la cara. No se veía humana, era como una blanca máscara que escondía sus

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facciones. Fruncí el ceño, acercándome detrás de ella, y levanté mi arma, apuntando a su espalda. Había algo familiar en esa mujer, pero no podía decir qué era. — ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué cazas vampiros?— Kristair se enderezó, sus ojos en mí mientras me acercaba unos pasos hacia ellos, manteniéndome apuntando hacia ella. —Realmente no tienes idea de lo que sucede a tu alrededor. — Sacudió la cabeza, su voz con falta de compasión. —Pero la tendrás, antes de que esto termine lo sabrás, y tendrás siglos para llorarlo, en soledad. —Sólo di la palabra, Kristair, — dije, sosteniendo la amenaza, señalando el arma. La mujer giró la cabeza y me vio sobre su hombro. — No me asusta tu arma. Pero quizás no eres lo suficientemente inteligente para saberlo. Le arranqué la cabeza a un vampiro con mis manos. ¿Qué puedes decir sobre eso?— Ella sonrió cuando Kristair resopló y dio un amenazante paso hacia ella. —Retira a tu niño bonito o él morirá ahora. —No creo eso, — Kristair dijo, su voz helada. —No lo matarás ahora, arruinaría tu juego, ¿No es así? Todo esto es por eso, ¿no es así? Un juego. Quieres mi atención y ahora que la tienes, tratas de confundirme. —Cerca, pero no lo suficiente. Ella estaba fanfarroneando, o al menos esperaba como el infierno que estuviera fanfarroneando. Una cosa era cierta, ella tenía una extraña cara y una espeluznante mirada, que resplandecía con su cabello, ella no era una 104

humana ordinaria. Tenía la esperanza de que estuviéramos tratando sólo con un vampiro cazador. — ¿Por qué matas vampiros?— Kristair demandó nuevamente. —De una u otra manera obtendré respuestas de ti. — ¿Ustedes dos? No lo creo. Será mejor que te apresures a buscar aliados Kristair. ¿Sabes por qué Nerissa te convirtió en vampiro Kris? Porque nunca dejabas de pelear. Incluso cuando estabas muriendo y tu sangre vital era derramada en la tierra, no te detenías. Eso debería de hacer este juego muy interesante. Sentí la repentina tensión en Kristair. Tensó fuertemente su cuerpo antes de atacar, pero entonces ella se fue, corriendo a toda prisa hacia las sombras tan rápido como en un parpadeo. Sólo jodidamente desapareció, como si nunca hubiera estado ahí. Kristair resopló y se dirigió hacia donde ella había estado antes, tomé su brazo. Su chaleco al igual que su camisa estaba manchado de sangre, pero por lo que podía ver, no era de él. Debía de ser del tipo, Stamatis, así se llamaba. — ¿A dónde piensas que vas?— dije- La furia me inundó de nuevo, cuando él corrió alrededor. —Ella nos está jodiendo. Nunca podremos ser capaces de encontrarla entre los árboles. Tiene todas las ventajas. Kristair se estremeció, hirviendo. Podía prácticamente saborear su necesidad de cazarla. Se sacudió y me vio, luchando por recuperar el control. Yo estudié los árboles de nuevo, con la sensación de que estaba en algún lugar. —Tú y yo tenemos que hablar Kristair. — El hombre lograba tener todo tipo de inusuales enemigos, no puedo imaginar cómo lo hacía. Él no era un imbécil, no alardeaba 105

ni trataba de molestar a la gente. Él estaba contento con sus libros y su tranquila vida. Pero maldición, la gente quería joderlo. Él no dijo nada, y cuando lo vi, él seguía viendo hacia donde ella había desaparecido, su mandíbula tensa. Toqué su mano. —Stamatis, ¿es con el que negociabas información? Él asintió. Los truenos se oyeron sobre nuestras cabezas, en el aire había una fuerte promesa de tormenta. Deslicé la pistola dentro de la pretina de mi pantalón y tomé su mano —Vamos, te llevaré a casa.

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Capitulo 10

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odría llevar varios días para que Jacob se recobrara del doble insulto del daño a su amado automóvil y de mí olvidándome de la precaución que le había prometido. Estaba dividió entre esperar que se aplacara o sólo dejar que saliera la tormenta. Jacob no se enojaba por mucho tiempo, ni siquiera en situaciones como esta, era fácil tranquilizarlo una vez que su furia pasaba. Había hecho un lío, lo sabía. Al parecer mi instinto estaba más profundo de lo esperado. Cuando nuestro interludio en el parque fue interrumpido, y fui confrontado de nuevo con otro colega caído. Eso fue suficiente para hacer hervir mi sangre. Saber que nuestros enemigos estaban cerca, amenazándonos, fue suficiente para llevar a mi boca el sabor de la sangre. Ansiaba la emoción de la caza, el salvaje triunfo de destruir a mi enemigo. Jacob probablemente no estaría aliviado, pero yo estaba agradecido con lo que aprendí, no había perdido completamente al depredador dentro de mí, al convertirme en humano. Podría ser más lento y débil de lo que había sido, pero atrapé a la mujer. La siguiente vez no me 107

permitiría distraerme y la llevaría ante Ussier. Mi teléfono hizo un divertido pequeño sonido, vi cuidadosamente a la mesa en donde se encontraba en mi biblioteca. Jacob había insistido en dármelo esta mañana tan pronto como salí hacia la biblioteca. Queriendo la paz entre nosotros acepté, aunque odiaba la idea de estar atado a un teléfono. No me molestaba la idea de poder estar conectado con Jacob todo el tiempo, pero el pensar en estar disponible para cualquiera me irritaba. Hacer las llamadas no era difícil, y Jacob había pensado en agregar en los contactos el número de su propio teléfono y el de Kayla, no es que no recordara cómo acceder a los contactos. Yo sólo marcaba directamente, se disgustaría mucho cuando me encontrara haciéndolo. El único problema es que ese sonido significaba que mi amante me había enviado otro mensaje y por mi vida que aún no sabía cómo recuperarlo. Lo tomé y lo abrí. Muy seguro de que en la pantalla iba a aparecer un pequeño sobre burlándose de mí. Ese era el quinto o sexto mensaje que él me enviaba en la última hora más o menos. Lo que fuera que me iba a decir no era tan importante, o él me hubiera seguido llamando cuando yo no contestaba. Pero no obstante deseaba saberlo. Cuidadosamente marqué el número de Kayla. Ella me ayudaría sin muchas burlas, pero cuando oí la voz de mi hija contestando, todos los pensamientos sobre los mensajes de textos salieron de mi mente. Kayla se oía cansada y agotada, y mi vello se erizó. — ¿Sucede algo malo? — ¿Kris?— Su voz era brillante, aunque me pareció 108

forzada. — ¿Desde dónde me llamas? no reconocí el número. —Jacob insistió en darme un teléfono celular. Él salió a primera hora de la mañana y me compró uno. Ella se rió disimuladamente. —Padre, podrás tener dos mil años de edad, pero si tienes la intención de seguir con Jake tendrás que unirte al siglo veintiuno. Kayla no sería capaz de distraerlo tan fácilmente. — Entonces, ¿me vas a decir qué te pasa? Te oyes cansada. —Eso es porque estoy cansada. Hay mucho que hacer para iniciar la clínica y es frustrante, porque lo quiero hacer ahora y al mismo tiempo quiero que esté bien hecho. No parece que va a estar de la noche a la mañana. — ¿Cómo esté Steve?— Podía ser cortés, con lo mucho que quería demandar porque no había cuidado mejor de ella. Kayla parecía lo suficientemente estresada para agregarle más. —Él incluso está más agotado que yo. Y antes de que digas algo, él ha estado cuidando bien de mí. Es sólo que hay demasiados detalles involucrados para iniciar este lugar, más de los que nunca imaginé. Pero eso no es por lo que me llamas. ¿Qué novedades hay? Pensé en la propuesta de Jacob, sin embargo, eso es algo que quisiera revelarle en persona. Y tampoco iba a mencionarle la misión en la que Jacob y yo estábamos involucrados. Ella sólo se preocuparía, y claramente ya tenía muchas cosas en mente. — ¿Quieres decir que no puedo llamarte nada más para saber de ti? —Usualmente no lo haces. Sabes que eso me enoja, así que ¿Qué sucede? 109

—No te rías. Necesito saber cómo recuperar los mensajes de texto de mi teléfono celular. — Hice una pausa esperando que ella se riera, pero ella logró contenerse bastante bien. —Jacob me ha enviado varios en la última hora, más o menos y quiero saber cómo tenerlos. Él no está en problemas, lo sé, o me hubiera llamado. —No dudo que tengas razón, — Kayla dijo, se oía cariñosa y divertida. —Bien, eso no es tan difícil. — Tomé cuidadosas notas del proceso que ella decía. Hablamos unos minutos más acerca del progreso que ella y Steve estaban haciendo en la clínica antes de que ella colgara. Ella se oía mucho mejor en este momento, y yo me sentía libre para dejar que mi concentración regresara a los mensajes de Jacob. Seguí las instrucciones de Kayla y los recuperé, mi curiosidad se encendió de nuevo en este momento. Jake: salí del gimnasio. Me dirijo a casa a tomar una ducha solo porque me gustaría que estés ahí. Me rasqué la cabeza, tratando de imaginar la necesidad de esa información, no es que me molestara la imagen de Jacob en la ducha para nada, eso era lindo. Pero parecía extraña la manera en la que me lo decía. Y el tono del mensaje era casi divertido, muy extraño con la actitud que esperaba que tuviera después de anoche. El siguiente después.

mensaje

llegó

sólo

veinte

minutos

Jake: Estoy en casa, preparándome la comida. Pienso en ti en esa biblioteca. No necesitaba más aclaración para saber qué estaba pensando. Jacob tenía muy vívidas fantasías de mí y la 110

biblioteca. Algunas de ellas guardadas en mi cabeza, gracias al ritual en el que me transfirió sus recuerdos. Sabía que habían aumentado desde entonces. No podía ni imaginar lo que encontraba atractivo acerca de esa combinación. Jake: súper limpio. Aún pensando en mi biblioteca. Sucios pensamientos. Un hormigueo en reconocimiento me recorrió. Aún sin ver los otros mensajes de Jacob sabía que eran acerca de que estaba en camino para intentar alguna de sus fantasías de entretenimiento en ese momento. Era su manera de decirme que debería intentar ser capaz de leer los mensajes. El quería el control. El hormigueo me hizo estremecer. Jake: En camino, tienes 30 minutos para llamarme antes de que te doble sobre la mesa. Mi corazón se aceleró ante la imagen y revise rápidamente el otro mensaje. Jake: 20 minutos, tu culo es mío. Jake: 10 minutos, estaré viendo tu cara. ¿Qué diablos está haciendo el malcriado? ¿Escribiendo textos mientras conduce? En ese momento, el teléfono timbró de nuevo. Mi corazón saltó y mi cuerpo se estremeció al ver el mensaje final. Jake:

Me

tomó

demasiado

encontrar

estacionamiento. Espero no dejarte esperando. Mis pensamientos se agitaban mientras cerraba el teléfono y veía la mesa, empecé a tamborilear mis dedos. Sobre lo que Jacob quería hacer no había dudas, pero eso no quería decir que se lo hiciera fácil. 111

Jacob había sido travieso muy a menudo últimamente. Con lo mucho que hacía que mis rodillas se debilitaran, esta vez. No me rendiría tan fácilmente, eso era definitivo. Un poco de desafío era bueno para él. Viendo el reloj, me di cuenta que Jacob ya debería de estar en el edificio. Me puse de pie, apagué las luces y desaparecí entre los oscuros pasillos entre los libreros. Momentos después, la puerta se abrió y reconocí a mi amante entrando. El cazador estaba alerta. Mi celular vibró, Jacob maldijo y yo sonreí. Oh no, mo chroí, no me vas a encontrar tan fácilmente. —Recibiste mis mensajes, — Jacob dijo mientras caminaba por los aislados pasillos entre los libreros. Entonces hizo una pausa y se giró. Escuchando el sonido de su voz, comencé a rodearlo llegando detrás de él. — Supongo que te diste cuenta que no funcionaría hablar, dado que nunca regresaste mis llamadas, así que eso significa que tu culo es mío. Jacob seguía furioso por los eventos de la noche anterior. Esperaba que él lo superara después de limpiar en detalle el daño hecho a su automóvil la noche anterior y lograr que le instalaran un nuevo vidrio. Él aún no había manejado el que yo entrara al bosque y confrontara a la mujer por mi cuenta. Y estaba cansado de esperar la explosión. Una buena lucha por el dominio podría hacer que hirviera la sangre y se abriera. Me deslicé entre los estantes, estaba consciente de que Jacob se acercaba a mí, como si de algún modo nuestro lazo aún existiera. Quizás de algún modo era así, después de todo él logró encontrarme en el vasto parque Schenley. Me deslicé por una aislada esquina lo más silencioso 112

que pude, esperando atraparlo antes de que se diera cuenta de mi cambio de dirección. —Apuesto a que crees que sólo me quedaría quieto, que pensaría que realmente no estabas aquí y me iría. Vamos, Kristair, ¿te asusta lo que un poco de sexo le pueda hacer a tus preciosos libros? Di vuelta en la esquina y estaba justo detrás de él. Él se movió y lo atrapé cuando empezaba a girarse. —Te tengo ahora, mo chroí. Creo que tu culo es mío, no de la otra manera. — Mordisqueé la parte de atrás de su cuello. —Espero que hayas recordado traer lubricante contigo. Jacob envolvió con sus manos mi cabeza y me dio un beso duro y posesivo. Mordió duro mi labio y saboreé mi propia sangre mientras correspondía el beso. Ambos gruñíamos, y comencé a moverme hacia la mesa, él no luchó para nada. Eso me sorprendió, él no luchaba en absoluto. Sus dedos se entrelazaron conmigo sobre su abdomen, y su fuerza me quitó el aliento. ¿Cómo no había apreciado eso antes? —Aún no has ganado, Kristair, todavía no, — Jacob dijo contra mis labios. —Aún no ganas, pero eso no quiere decir que dejes de luchar, eso me enciende malditamente. Con eso él se salió de mi abrazo y me rodeó. Él también era rápido; yo se lo había dado hace mucho. Sus manos se aferraban a mi hombro y muñeca y me empujó hacia la mesa. Adrenalina bombeaba. Lo vi sobre el hombro y a la mesa y sonreí cuando el aire entró a mis pulmones. —No intento hacerlo, Jacob. — Tomé un puño de su cabello y le jalé la cabeza hacia un lado y mordí su garganta. —Joder, — Jacob maldijo, enterrando sus dedos en mi calva y mi hombro. —Jodido embaucador. Sabes lo que me estás haciendo. — Yo chupé duro, mordisqueándolo hasta que sentí la piel caliente contra mis labios. Me retiré y 113

pasé el pulgar por la lívida marca en su cuello. —Así como tú sabes cómo llegar a mí, así que puedes decir que estamos empatados. —Sí. Sé exactamente cómo llegar a ti. — Jacob curvó sus labios peligrosamente. Entonces oí que unos libros y el celular caían al suelo. —Eres un malcriado. — Me alejé y me incliné a recoger los preciados libros. Sabía lo que Jacob tenía entre manos, pero aún así yo no podía dejarlos en el piso, pondrían destruirse. Jacob se deslizó de la mesa y me tomó por la cintura, cuando dejaba los libros seguros en una silla. Mi respiración era más rápida debido a la lucha, mi cuerpo se sentía vivo. Me giré hacia él nuevamente y lo empujé hacia el borde de la mesa. — ¿Esto es lo que querías?, Jacob. ¿Qué tu sangre hierva?— mordisqueé el lóbulo de su oreja y abrí el botón y bajé el cierre mientras me empujaba a su culo. —Acaba de empezar. — Jacob se empujó contra mí, moviendo mi pierna, tumbándome al suelo. Entonces él estaba sobre mí. El humor era juguetón y peligroso. Mi pene surgía mientras bajaba sus jeans y apretaba su culo. —Esta posición es buena, — gruñí mientras él mordía mi clavícula. —Sí, sobre tu espalda. Jacob se movió y abrió mi camisa arrancando los botones. — ¡Jacob Corvin! Cómo supones… Mi amante silenció mi queja con un beso, y retiró mi desgarrada camisa. Yo me estaba consumiendo con el calor de su boca, ruda y posesiva. Bajando sus jeans hasta sus muslos, hundí un dedo dentro de él, atravesando el anillo 114

de músculos, gruñendo con el triunfo. Jacob gimió dentro de mi boca y se tensó alrededor de mi dedo. —Joder, eso se siente bien. Podría ser indulgente otro día pero no ahora. Ignoré esa declaración y empujé mi dedo de nuevo, mientras su duro eje pulsaba contra el mío. ¿Por qué yo aún usaba mis pantalones?, Jacob necesitaba arreglar eso —Aún te ves impresionado de que haya ganado. Le quité la camisa cuando él se arrodilló y sólo el ver a Jacob hizo que todo líquido en mi interior hirviera. El torc brillaba contra su garganta. El vello entre sus pezones era castaño dorado igual al vello esparcido entre sus muslos, tomé sus bolas y las giré entre mis dedos, acaricié su pene, como una cosa caliente y viva que se estiraba en mi palma. —Joder… tienes manos mágicas, — Jacob jadeó cuando apreté su largo y pulsátil eje, frotando con mi pulgar la cabeza del pene que derramaba pre-semen. Su ardiente mirada fija en mi cara. —Lámelo, Kristair. Me estremecí, automáticamente respondí a la voz de mando. — ¿Te gusta esto?— bromeé, llevando mi pulgar a mis labios, sin dejar de ver su expresión mientras lo lavaba con mi lengua. Él gimió y se inclinó a besarme duro y entonces se alejó lo suficiente para quitarme los zapatos y pantalones. —Deja de luchar conmigo, Kristair. — Él se puso de pie y me ofreció una mano. Dudé, una parte de mi saboreaba la lucha entre nosotros, pero no podía negar la manera en que me hacía sentir el rendirme a mi amante. Tomé la mano de Jacob y él sonrió ayudándome a levantarme del suelo. Deslizó sus

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brazos alrededor de mí y regresamos a mi mesa. Lo siguiente que supe, es que estaba acostado de espaldas en ella y Jacob estaba entre mis piernas abiertas, mi respiración era rápida con la anticipación. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y me acerqué incluso más mientras él sacaba algo del bolsillo de sus jeans antes de quitárselos. Mi corazón palpitaba, deslicé mi mano por su nuca y lo jalé mientras sentía su mano palpar entre nosotros, mordisqueaba su pecho girando la cabeza, hasta que su pezón rozó mi mejilla, lo metí en mi boca y lo mordisqueé alrededor de su anillo. —Dios, maldición, Kristair. Estás haciendo difícil que me concentre, — Jacob maldijo. Entonces él tomó mis caderas, jalándolas más cerca del borde de la mesa, lubricó su pene y se empujó dentro de mí. El dolor era ardiente cuando él se empujó en mi interior. Me hacía anhelarlo y quererlo tanto que no podía pensar en nada más que en el placer de que me penetrara. Sus manos se deslizaron por la parte de atrás de mis muslos colocando mis rodillas sobre sus hombros y empujó mis largas piernas contra mi pecho mientras se hundía profundamente en mi. —Jacob. —Mis dedos presionaban sus hombros y la parte de atrás de su cuello cuando comenzó a moverse con duros y rápidos empujones. Me estremecí del placer que me recorría y deslicé una mano entre mis muslos tomando mis bolas antes de acariciar mi pene. —Joder, bebé, esa es una hermosa vista. —Pensé que podría gustarte. — El aroma de los viejos libros, la piel, el sexo y mi amante combinados era 116

una intoxicante fragancia. Eso era más potente de lo que hubiera pensado. Y la feroz expresión de lujuria y amor en la cara de Jacob me decía que la experiencia de joderme en mi biblioteca era todo lo que había fantaseado que podía ser. —Te gusta verme de esta manera. ¿No es así? —Quieres decir ¿sin la oh-tan-apropiada fachada? Joder, sí. Verte sin esa capa de control, tu oh-tan-digno aire, con tu mirada ardiente y tu expresión de necesidad. Amo ver todas esas salvajes emociones escritas claramente en tu cara. —Haces que enloquezca. — Y conoces cómo hacer que aparezca mi vulnerabilidad en cada momento de eso. Mis muslos dolían y mi espalda estaba sobre la dura y fría mesa, pero el dolor del deseo era increíble. Jacob se empujaba duro y rápido. Entonces él gimió y yo me tensé alrededor de él. Sí, podía sentir cada pulsación de su pene dentro de mí mientras se corría. Gemí cuando él abruptamente dejó mi cuerpo. Jacob retiró mis manos y su boca se hundió sobre mi pene, tomé su cabello en mis manos, ardiendo de necesidad, sus dedos envolvían el duro eje en su base y mi corazón palpitaba. —Jacob, Jacob, Jacob….— Gritaba su nombre, maldiciéndole y rogándole a la vez, y mi amante no me dejó ir hasta que estuvo seguro que no tenía nada más para él, hasta que mis ruegos retumbaron en las paredes de la biblioteca.

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Capitulo 11

M

e apoyé en los codos viendo a Kristair gatear en el suelo buscando los botones de su camisa. No sabía qué planeaba hacer con ellos cuando los encontrara. A menos que tuviera un equipo de costura aquí en algún lugar. Si alguien podía tenerlo, ese era mi amante. “Siempre preparado” ¿no era eso un lema o algo así? Le quedaba a la perfección a Kristair. Señor, él realmente tenía un buen, jodido culo, redondo, con la cantidad justa de movimiento cuando jodíamos. Ese era el tipo de culo que yo definitivamente notaba, y justo ahora estaba en el aire, sus finos pantalones de trabajo se aferraban a cada dulce centímetro. Era un crimen que estuviera gateando parcialmente vestido. Debería de estar desnudo. Kristair se giró hacia mí con una indescriptible expresión, no había sorpresa ahí. Entonces se suavizó y sonrió. —Espero que este encuentro en la biblioteca haya sido todo lo que fantaseabas. De cualquier manera no te puedes quejar, ¿no es así? —Estoy pensando en la maldita tentación que es verte sobre tus manos y rodillas. Y estoy tratando de 118

recuperar energía para tomar ventaja de eso. — Me reí, cuando Kristair se puso de pie y me lanzó mis jeans. Él era tan malditamente predecible. —Vístete, necesitamos hablar. —Hey, esa normalmente es mi línea. — Tomé mis jeans y la camiseta del suelo mientras Kristair dejaba media docena de botones en la mesa. En mi muy personal opinión, Kristair debería de usar la camisa abierta más a menudo. De esa manera podría ver por mucho tiempo esos músculos, su oliva, dorada y tatuada piel y ese camino de vello oscuro. Incluso si es una distracción. — ¿Entonces actitud de anoche? que pienses acerca Entonces mi sangre

de qué quieres hablar? ¿De mi tonta En este momento estoy bien, a menos de toda esa mierda demasiado tiempo. se calentará nuevamente.

—No. — Kristair se giró hacia mí, su expresión era seria. —Primero, quiero disculparme. Tenías razón, mis viejos instintos son demasiados fuertes. No debería haber salido corriendo sin ti anoche. Tenías razón en estar furioso. Sólo querías mantenerme a salvo, de la manera en que yo quiero mantenerte a salvo. Algunas veces, olvido eso. Pasé la mano por mi cabello, agarrando un puño. — No digas que lo sientes, porque vas a hacerlo de nuevo. Imagino que si sobreviviste dos mil años, necesito confiar en tus instintos. De otra manera me voy a volver jodidamente loco. —Bueno, mis instintos de supervivencia me dicen que tú tienes razón. Necesito un arma. Quien sea esa mujer, ella es rápida y fuerte y ha mostrado ser extremadamente cruel. 119

— ¿Vas a dejar que te enseñe a disparar?—Con lo mucho que lo quería, no podía imaginarme a mi amante con una pistola en su mano. Eso parecía estar mal, incluso si pudiera mantenerlo con vida. —No. — Kristair caminó hacia una caja de cristal cerrada con llave. En su interior había un número de reliquias que había coleccionado durante siglos. Kristair valoraba sus muy preciados libros, pero un museo podría matar por tener en sus manos la mitad de esas otras cosas. Kristair sacó una vara de madera oscura con extraños símbolos. Era de aproximadamente treinta centímetros de largo y de la mitad de grueso que mi muñeca. —Yo usaré esto, — Kristair dijo, sosteniendo la vara en su mano. — ¿Qué haces con eso? ¿Golpearles en la cabeza?— Me reí. — Kristair me veía serio. Kristair me dio una desdeñosa mirada. —No seas ridículo. — Frunció el ceño concentrándose, sus oscuros ojos fijos. Lo siguiente que supe fue que la vara se extendió tan larga como Kristair. —Whoa, ¿Cómo hiciste eso?— me acerqué hacia la cosa y Kristair sacudió su cabeza. —Espera. — Kristair se concentró de nuevo. La cosa se acortó y extendió, y se alargó con una afilada punta al final. Rocé mi pulgar sobre la punta logrando cortarme en el proceso. Nunca había visto algo con tanto filo. — ¿Qué diablos es esto y cómo lo conseguiste? —Lo encontré durante mis vagabundeos después de que dejé Roma. Nunca fui capaz de saber su utilidad hasta que fui uno de los Ascendidos. Lo había olvidado hasta que 120

lo vi esta mañana. — Kristair trazó con sus dedos los símbolos que ahora decoraban la madera debajo de la afilada punta. —Éstos dicen cómo encerrar su poder; es un asunto de concentración y poder. — ¿Qué dice? ¿Qué más puede hacer?— Tomé la lanza de la mano de Kristair y la sopesé. Encontré que el arma se balanceaba perfectamente, ajustándose agradablemente a mi mano. —Esto puede ser lo que yo necesite que sea, pero sospecho que puedo trabajar mejor con armas que ya me son familiares. — Kristair tomó la lanza, y eso simplemente era una vara de nuevo. —Le hice una funda a esto para llevarla conmigo sin causar muchos comentarios. Pasé la mano por mi cabello y sacudí la cabeza. — Bueno, bien, entonces. Supongo que ese problema está salvado. Ahora hay que imaginar quién será el siguiente blanco. —Creo que está entre Lisabeth, Artemise, o Basim Farooq Raza, un estudiante que conocí en Egipto. Y ahora ellos ya fueron advertidos. Casi estoy seguro que la desconocida mujer fue quien asesinó a Mirella Brant. Hasta donde he podido recabar, ella salió de San Francisco y nadie la ha vuelto a ver. Kristair dejó la vara cuidadosamente en la mesa y tomó sus preciosas notas. —Creo que todo este lío tiene que ver con la Ascensión, pero el por qué se me escapa. Incluso si el Sindicato tuviera un hombre en el poder, ellos no iban a destruir a todos los vampiros mayores, no destruirían la información que ellos habían recabado y eso claramente sucedió en el departamento que exploramos. — ¿Qué si son esos fanáticos que estaban de lado de 121

Tony? Tú sabes, la pandilla de Claudia. Kristair frunció el ceño, pasó el dedo a lo largo de su nariz. —No, incluso si estuvieran detrás de ellos, tendrían que confiar en una tercera persona para que cometiera esos asesinatos. Ninguno de ellos puede estar de pie a la luz del día y asesinar a viejos vampiros. Incluso, mediodormidos debido al amanecer, no sería una tarea fácil. —Bien, entonces, dices que los que están detrás de esto son la Ascensión. ¿Pueden ellos hacerlo de algún modo? Esta mierda es personal y apunta hacia ti. Quizás ellos están enojados porque los dejaste. —No es sólo una probabilidad. Dije que podía ser alguna cosa que haría un Ascendido, no que ellos estaban detrás de eso. Ellos tienen reglas estrictas acerca de no interferir. Mientras yo no divulgue algunos de sus secretos o llame la atención hacia mi o hacia ellos, creo que hasta están felices con que me hubiera ido. —Sí, y ellos tienen la magia para hacerte explotar y alejarte sin jugar juegos estúpidos como estos. —Así es. — Kristair se acomodó la camisa, sonriendo por la manera que quedaba abierta. Tocó su clavícula donde tenía un evidente chupetón. —Me dejaste una marca. —Lo dice el hombre que tatuó mi torso por completo. — Tomé su mano. —Vamos, seguro que tienes una camisa extra en el cuarto detrás de la oficina, sólo para el caso de que la que estás usando se te manche de tinta o algo así. Kristair dejó la vara en su bolsillo y caminamos hacia el pasillo a su oficina. —He notado algunas cosas curiosas en los últimos días.

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— ¿A parte de que el mundo se volvió loco? Ya te he dicho eso, Kristair, todo esto se está formando sobre el tiempo de mi entrenamiento en el campo con las estrellas. Voy a tener que alejarme cuando esa mierda comience aquí de nuevo. — El pensar en dejar a Kristair en problemas y yo siendo incapaz de ayudarle me helaba la sangre. —Pienso que las cosas están escalando rápidamente. Esa mujer ya tiene mi atención ahora. Los restantes jugadores que aún siguen vivos ya han sido advertidos. Vamos a necesitar toda nuestra fuerza para defendernos de ella. Lo que me recuerda algo que noté en ti, mo chroí. Me estremecí un poco, al pensar en lo duro que me había concentrado para recuperar nuestro lazo anoche. No creo que hubiera hecho muchos progresos pero debió de notar algo. No podía evitar pensar que no quería estar separado de él y no sabía qué diablos había hecho a menos que él eligiera decírmelo. —Lograste encontrarme anoche. Yo podía haber estado en cualquier lugar del parque. Aún así tú fuiste directo hacia mí. — Kristair sacó una camisa limpia y planchada de un pequeño armario y sonreí al ver otras dos colgadas. Le gustaba estar preparado, eso era seguro. Si una no funciona tiene la siguiente, y otra más de repuesto. —Al principio lo atribuí a una coincidencia, pero entonces otra extraña coincidencia apareció. Kristair era tan malditamente observador. Al menos no parecía estar irritado o preocupado acerca de mis habilidades mentales. Había sólo fría precisión en su voz, que él no tenía cuando estaba furioso. Cuando no respondí, mi amante continúo. — ¿Sabes que no he tenido una pesadilla desde que me despiertas en las mañanas?— Se quitó la camisa sin 123

botones y se puso una nueva, su concentración parecía estar en los botones de los puños, pero yo sabía que realmente estaba en mí. Me enderecé, salí de mis reflexiones. — ¿No las tienes? Kristair sacudió la cabeza y se inclinó más cerca, sus oscuros ojos atentos y cálidos antes de robarme un beso. —Cada vez que el sueño empieza, de algún modo tú entras a mi mente y me tranquilizas o lo cambias a un sueño erótico. Incluso si yo no reconociera tu toque mental, sólo tú te atreverías a darme esas imágenes. — ¿En serio?— Kristair asintió y giró su atención hacia los botones. —No lo hago a propósito, quiero decir, quería ayudarte, y odiaba que te atormentaras de esa manera, sólo que no sabía qué hacer. —Siempre has tenido una mente muy fuerte, Jacob. No me sorprende que lo hagas inconscientemente. Tienes la habilidad de obtener lo que quieres a través de tu testarudez y voluntad. — Una ligera sonrisa se formó en sus labios mientras me veía. —Eso fue todo accidental, — admití. —No creo eso. Tú me rastreaste en la biblioteca, no era fácil, cuando aún no teníamos nuestra conexión, pero tu instinto es muy fuerte. Me encogí de hombros, crucé los brazos y me apoyé en la pared. —Yo tenía que encontrarte. Estabas en el bosque con quién sabe qué cazador y después de que te perdí la segunda vez, estaba tan malditamente frustrado. Sé que te preocupa que empiece a usar todas esas habilidades y que los Ascendidos puedan venir de nuevo. La cosa es que ambos sabemos cómo la Ascensión ha 124

aprendido a hacer lo que hacen, pero nosotros no le sacamos provecho, ni siquiera lo intentamos. Esa conexión entre nosotros existía antes de que ellos te llevaran, así que no veo el riesgo de tratar de usarla. Esto es algo personal, no una súper poderosa habilidad que pueda cambiar el mundo. Kristair se quedó en silencio durante mucho tiempo, sus cejas se juntaron mientras tomaba una pequeña bolsa para guardar los botones. Cuando finalmente habló, su voz era de derrota. —Esto es muy tentador y eso es lo que me asusta. El tono de su voz hizo que me alejara de la pared. Coloqué mis brazos alrededor de su cintura y descansé la mejilla en su hombro. —Vas a tener que conectar eso de nuevo. —Si abro esa puerta, si nosotros abrimos esa puerta, será fácil abrir otras puertas también. Sería más tentador cruzar esa línea. Cuando necesitemos algo, o en una emergencia o cuando nos digamos a nosotros mismos que está bien, que es sólo por esa vez… pero nunca es sólo una vez. —Tienes más disciplina que nadie que haya conocido. —Y también no he vivido como un humano por mucho tiempo. Esto no es natural para mí. Toda la disciplina del mundo no me ayudará a resistir mi inclinación si empiezo a extrañar mis habilidades. — Kristair colocó su mano sobre la mía y giró su cabeza para besar mi frente. — ¿Y qué contigo? Tampoco te gusta limitarte. ¿Qué si empiezas a desarrollar tus habilidades físicas de nuevo? Eso podría amenazar tu carrera de futbolista. Lo considerarías una trampa, y eres demasiado orgulloso para hacer

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trampa. No lo había pensado de esa manera y podía ver el punto de vista de Kristair. —Supongo que eso significa que no hay una respuesta fácil. —Nunca la hay. Después de un largo silencio en el que uno sostenía al otro, me di cuenta que la frustración de los días anteriores había desparecido. Kristair era bueno calmándome sin siquiera intentarlo. — ¿Quién es esa dama?— Finalmente le pregunté. —Ella parecía saber demasiado de ti, cosas muy personales. — Había algo familiar en ella, algo que sentía en mi corazón e instintos. —Desearía saber. — ¿Ella tenía razón? ¿Acerca de por qué Nerissa te convirtió en vampiro? —Quizás. — Kristair se alejó de mi abrazo, y giró la cara hacia mí, con una pensativa expresión. —Aunque se oía como una razón que mi Señora hubiera dado, no estoy seguro el por qué. Nunca le pregunté por qué me escogió a mí. El recuerdo del ataque de Kristair regresó a mí, el terror y la desesperada lucha en la oscuridad de la noche. Siempre quise saber cómo era creado un vampiro, pero nunca fui más allá en los recuerdos de Kristair. Me parecía una invasión demasiado personal. Él lo estaba recordando ahora; podía ver los oscuros recuerdos escritos en su cara. Tomé su mano y entrelacé los dedos. —¿Cómo sucede?— Pregunté suavemente, la morbosa curiosidad se fue bajo la sensación de que era algo de lo que Kristair nunca había hablado y sería la primera vez que lo haría. 126

—Técnicamente, un vampiro drena la sangre humana, y cuando ellos están en la cúspide de la muerte, la reemplazan con la suya. —Puedo tomarlo como que „técnicamente‟ ni siquiera empieza a cubrir eso. De cualquier modo la mirada de Kristair se oscureció. —Es una locura que desciende sobre ti. No es sólo el dolor, es como si cada nervio de tu cuerpo estuviera ardiendo y saliera bajo tu piel, como si cada célula de tu cuerpo fuera raspada y sangrara, y hubiera ácido en tus venas. Y sientes tanto frío. Te toma meses acostumbrarte a la sensación del frío que queda en tu mente. Y el hambre…. — Kristair hizo una pausa y sacudió la cabeza. —Puedes darte una idea de cómo se siente, es similar a cuando estuve quemado, pero sin la disciplina y el control que tenía entonces. Me estremecí, recordando claramente el salvaje apetito de Kristair. A ambos: a él y a Tony los había visto atravesar por eso. — ¿Cuánto te lleva? —Por siempre. El hambre se calma cuando te alimentas, pero tienes que esperar a poder caminar para hacerlo, mientras tanto tu creador te alimenta. El dolor dura hasta la siguiente noche. Para entonces, si no te vuelves loco y eres destruido por tu creador, bueno, entonces te das cuenta que tienes que llegar a buenos términos con eso. Con todo, no es un cambio fácil; no es para los débiles. — Apretó mi mano, y se acercó a mis labios. —No te preocupes tanto, mo chroí. Eso fue hace mucho tiempo y una vez que el shock pasó disfruté ser vampiro. —No sabía eso. — resoplé, acercándome más para un beso. —Es una locura, siempre me pregunté qué sucedía, especialmente cuando pensaba en Tony. Estaba tan 127

jodidamente enojado con él, sabes, y él atravesó por todo eso. Dios sólo sabe cómo estaba su estado mental cuando se perdió durante esos dos días cuando le sucedió toda esa mierda. Kristair vacilante le dio una triste sonrisa. —No puedes decir nada cuando recién cambias. Tu creador tiene el completo control. Ellos lo tienen porque si su cachorro tiene una conducta violenta, ellos son los responsables antes sus iguales. La mente está muy susceptible esos primeros días. Todo lo que ella le dijo a Tony es que tú estabas en peligro, y él le creía todo. —Sí, lo sé, él realmente no me traicionó. — Me encogí de hombros agradecido de que había llegado a esa conclusión antes de que Tony fuera asesinado por el Sindicato. — ¿Cómo crees que esté, ahora que es uno de los grandes malos de los Ascendidos? —Sé de hecho que lo está disfrutando enormemente.

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Capitulo 12

E

l sueño me atrapó en una red. No era la misma pesadilla que me había acechado por meses. En lugar de estar en el exterior, esperando aterrado a que el amanecer se aproximara, estaba atrapado en medio de la nada. No podía ver, hablar, ni oír, pero podía sentir mentes enojadas a mí alrededor. Me sentía intranquilo, consciente en algún nivel que estaba en la cama, pero mi mente estaba atrapada en el sueño. ¿O era real? ¿Era una advertencia de algún tipo? Emociones revueltas, la desconfianza se formaba entre un pantano de recriminaciones e ira. Una explosión se formaba y yo luchaba por salir del sueño y regresar a mi cuarto antes de que hiciera erupción. Abruptamente el sueño cambió, algo más entraba en mi mente impidiéndome despertar, sosteniéndome como prisionero. Yo veía el techo, mi boca se movía, aunque no salía ningún sonido. Cansado, tan cansado. Manos me agarraban, me sacudían. — ¡Déjenme solo!— La furia me agitaba, pero no podía empujar mi letargo lo suficiente para ser capaz de pelear. Mi corazón palpitaba. El amanecer llegaba. El helado 129

terror dentro de un grito desesperado. — ¡Ayúdame! Alette, Alette, Madame. ¡Ella va a matarme! ¡Alette! ¡Tabitha! Oh Madame, ¡Ayúdame! Una determinada sonrisa enlazaba las otras emociones, confundiéndome hasta que me di cuenta que eran dos mentes distintas rozando la mía. O quizás incluso más de dos. Con un repentino esfuerzo de voluntad, logré liberarme de su agarre, las mantas estaban alrededor mío, estrangulándome, y fuertes manos sacudían mis hombros. Luchaba contra ellas en la oscuridad, gruñendo, advirtiendo mientras pateaba para liberarme de las sábanas y alejarme de mi atacante. Ellos no me llevarían al amanecer. Siseaba, mostraba mis dientes, cerraba mis manos, listo para desgarrar con mis uñas. — ¡Kristair! Por el amor de Dios, cálmate. Soy yo, — Jacob me movía, me sacudía de nuevo. — ¿Qué es, qué sucede? Este no es como los otros sueños. ¿Qué diablos está sucediendo? Yo aún luchaba por respirar, vi hacia la ventana, una luz plateada se levantaba en el horizonte, sólo lo suficiente para enviar otro golpe de terror que me recorrió. No había tiempo suficiente. —Otro ataque está sucediendo justo ahora. — Lo sabía con absoluta certeza, incluso cuando salté de la cama y tomé unos jeans de la cómoda. — ¿Qué? ¿Dónde? ¿Estás seguro?— Jacob encendió la lámpara de noche y me veía preocupado, aunque él empezó también a vestirse. —Seguro. Te dije que había estado siendo atormentado por esos sueños. Creo que tienes razón. Creo 130

que pueden ser enviados a mí deliberadamente, al menos alguno de ellos. Y me inclino a pensar que el asesino lo está haciendo. — Me puse la camisa, tomé las llaves de Jacob de la mesita de noche y se las lancé. Él las atrapó en el aire y terminó de vestirse, acomodándose la funda de la pistola entre sus hombros. —Oí a alguien gritar…pensé que era sólo un sueño, pero es real. —A la lejos era consciente de la lucha. Jacob me siguió al pasillo. —No tenemos mucho tiempo. ¿Cómo vamos a encontrarlos? Tomé la funda de la vara y la colgué en la presilla del cinturón y corrí hacia afuera. —No sé, ahora vamos a ir siguiendo nuestro instinto. Quien sea que lo está haciendo quiere que nosotros lo sepamos. De algún modo sigo conectado con ellos. Creo que es lo suficiente para guiarnos a ellos. —Esto puede ser una trampa. —Claro que es una trampa, pero de cualquier manera tenemos que ir. — Mi corazón se aceleraba mientras Jacob salía de nuestra entrada. Algo grande iba a venir, grande y feo, y si no éramos cuidadosos eso iba a terminar, como objetos inservibles lanzados por las olas después de una tormenta. Jacob maldecía en una cruel secuencia en voz baja mientras conducía por el ligero tráfico de la ciudad hacia Oakmont. Cada segundo, el cielo era más claro y Jacob conducía rápido, su automóvil rugía mientras recorría las curvas. Por una vez su manera de manejar no me causó aprehensión, la urgencia era más dura en mi. —Gira aquí, ¡aquí!— Señalé con el dedo una pequeña calle escondida a un lado y Jacob frenó de golpe, girando y 131

casi patinando antes de que el Camaro tomara la calle. Un momento después frenó nuevamente cuando árboles separados y grandes y una gran puerta de hierro estuvieron a nuestra vista. La puerta de la pequeña caseta estaba abierta, y un guardia estaba en el suelo inmóvil. Un frío me recorrió. Este era el lugar de Alette. Aunque ella no me lo había dicho, ella descansaba aquí, sabía en mis huesos que este era el lugar. Estaba bien seguro de que Artemise también descansaba aquí. — ¿Ahora qué?— Jacob preguntó, frunciendo el ceño. —Puedo subir la puerta, pero me llevará mucho tiempo. —Túmbala. — ¿Perdiste tu jodida cabeza? Acabo de arreglarlo. — Jacob vio al cielo que el amanecer era cubierto por unas nubes. —Este automóvil es de metal sólido. Podemos ser capaces de arreglar lo que sea que se dañe, pero confía en mí, si no salvamos a la mujer que está siendo atacada, puede ser un infierno a la noche. Tumba la maldita puerta, Jacob. Resopló, colocó el automóvil en reversa antes de que el motor reviviera. El automóvil rugió con vida y con un duro golpe, y el ruido de metales retorcidos, atravesó la barrera. Jacob maldecía todo el tiempo. Tendría que arreglarlo después. Tomé la manija viendo la mansión estilo Tudor al final de una curva escondida tras los árboles. Al principio todo se veía tranquilo: sin humo manchando el horizonte, una brisa levantaba la hierba frente a la elegante fachada,

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las persianas estaban cerradas. Entonces vi otro cuerpo grotescamente tirado en el recortado césped, la puerta del frente había sido arrancada de sus bisagras. —Creo que es demasiado tarde, — Jacob dijo, frenando de golpe frente a la mansión. —Deberíamos llamar a la policía, darles el aviso e irnos al diablo de aquí. —Tenemos que estar seguro. Este es el lugar de Alette y tenemos que estar absolutamente seguros de que hicimos todo lo que estaba en nuestro poder para ayudar, o ella será capaz de leer las mentiras en nuestra mente esta noche.— Incluso así, eso no iba a detener que quisiera tomar venganza. Quién sabe lo que esa loca mujer podía hacer. Salí del automóvil, revisando la tierra, escuchando intencionalmente por cualquier disturbio. Varios cuerpos más estaban en el suelo, junto a la casa, los hombres usaban chalecos antibalas, y sus armas aún en sus manos. Cada miembro de la guardia personal de Alette había sido asesinado. —Espera, si este es el lugar de ella y está destrozado. ¿Cómo es que va a venir a hacer preguntas?— Jacob subió corriendo los escalones hacia la puerta principal y se asomó al interior. —Más muertos compañero. Jesús, estamos en terreno peligroso. Ella tenía una jodida guarnición aquí, ¿quiénes son todos ellos? —Son los guardias y sus familias. Dudo que ella sea el blanco. Aunque ahora ella será más peligrosa y buscará venganza. —No, nosotros tendremos a Ussier y a Hugo detrás de nuestros culos si ella está muerta. Eso no me tranquiliza. 133

—No, ella no lo está, no es ella es… Artemise tiene que haber sido el blanco principal, pero no creo que hayan dado con él. — Frenético ahora corrí a un lado de la casa. —Alguien cercano a ella, un cachorro, quizás Bethany o Tabitha…. Los gritos empezaron de nuevo en mi mente, agudos, estridentes, con abrumadora agonía y terror animal. Giré hacia el patio y oí los pasos de Jacob detrás de mí. Rodeamos la casa y nos encontramos a una mujer con la cara muy pálida enfrentarse a un guardia. Mientras llegábamos, ella desgarró su garganta. Sus manos se hundían en su garganta rasgándola, mientras un grito rasposo salía de su garganta. Ello lo lanzó a un lado y se movió hacia el cuerpo de dos mujeres, una con el cabello largo y rubio y un aire de fragilidad infantil. Bethany. La otra mujer con el cabello castaño y corto. Conocía a Tabitha mejor, ella era una recién creada. Ella había sido una bibliotecaria antes de que Alette la convirtiera. Ambas mujeres estaban tiradas en el suelo, apenas con vida, un cuchillo enterrado en sus pechos, un vestigio de humo se levantaba de su piel expuesta. Su asaltante se giró hacia nosotros con una sonrisa en sus labios, saboreé el caliente sabor de la batalla. Rugí y me abalancé hacia ella, con mis dedos flexionados en garras. —Dios, maldición Kristair, ¡Tienes un arma!—Jacob grito detrás de mí. La mujer y yo caímos al suelo en un lío de extremidades, siseando y mordiendo, saboreé su sangre cuando mordí su yugular. Sus dedos se encajaron en mi pecho, diez puntos de ardiente calor. La aparté con un golpe y la pateé liberándome, me giré hacia la primera 134

mujer en el suelo. Entonces la mujer gritó de dolor mientras sacaba el cuchillo del pecho a Bethany. Ella inmediatamente comenzó a estremecerse y acurrucarse conmigo, desesperadamente buscando alejarse del sol, mientras más puntos de grueso humo aparecían en su cara, incluso su camisón se estaba quemando. Cada segundo el peligro empeoraba. —Jacob ¡Llévala adentro!— Empujé a Bethany hacia él, tratando de liberarme del agarre de sus manos. Enloquecida de dolor, sollozando de miedo y drogada por el sol, ella no tenía medios de ayudarnos. Jacob apagó las flamas de su camisón y tomó a Bethany en sus brazos, salté frente a la asesina mientras ella trataba de apoderarse de Jacob, me aferré a ella y la tumbé de espaldas. Tabitha ardía, su cara estaba negra ahora y contaba el tiempo con cada fuerte latido de mi corazón. La asesina resopló, sus ojos entrecerrados con un brillo de furia. —Es demasiado tarde, — dijo, pateando mi rodilla. Caí cuando el dolor recorrió mi pierna, asustado por la sensación. Eso no debería de doler de esa manera. Ser humano tenía distintas desventajas. La empujé, alejándome antes de abalanzarme a ella y tratar de estrangularla, de someterla, cuando Tabitha entró en llamas. —No, no, ¡no!— Horrorizado me giré, casi caí cuando mi rodilla se dobló de nuevo. Mientras trataba de retirar el cuchillo que mantenía paralizada a Tabitha, un fuerte peso cayó detrás de mí, a mi espalda. Los gritos en el interior de mi mente eran agudos e intensos, y la mujer detrás de mi resoplaba.

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—Ella se va a quemar. Quemada en una pila de grasienta ceniza, Kris. Alette va a destruir todo lo que amas por haber fallado aquí. Brazos rodeaban mi garganta, cortándome el aire. Me aferré a ellos tratando de aflojarlos, mientras ella se reía y tensaba más fuerte. El olor de carne quemada llenaba el aire y los gritos en mi cabeza comenzaban a disminuir. Los brazos de la mujer eran como bandas de acero y mis pulmones ardían. Sus piernas se cerraban alrededor de mi cintura, encajándose en mis costillas, aplicando suficiente presión hasta que me preocupe de que se quebraran. Mis dedos se fueron a la funda de la vara en mi cintura y saqué el arma de allí. Puntos oscuros aparecieron ante mis ojos cuando mis piernas temblaron. Me concentré para que el objeto en mi mano cambiara. Caí al suelo, de espalda, y los brazos alrededor de mi cuello se aflojaron mientras ella maldecía. Rodamos, y yo encajé la larga y afilada punta del cuchillo en su costado, lo sentí desgarrarla, entonces ella tomó mis manos y empujó el cuchillo más profundo, girando la hoja mientras gritaba. —Termina el trabajo, Kristair, — ella bufó entre dientes. Entonces Jacob llegó de nuevo, nosotros nos separamos, sus ojos azules ardían en su pálida cara. La mujer se acurrucaba en una bola con sus manos en su costado, gruñendo de dolor mientras su sangre vital se iba entre sus dedos. Me giré hacia Tabitha. —Ayúdame, Jacob. Puede que no sea demasiado tarde. —Ya no podía oír sus gritos, pero ella tenía la sangre de Alette, y ella era más fuerte. Más fuerte que Bethany, a pesar de que Tabitha era más joven.

136

Ella tenía que sobrevivir. El fuego ardía de su cabello a mis manos y el ardiente dolor recorría mis palmas mientras arrancaba el cuchillo y lo tiraba a un lado. Blanca espuma nos cubría en un suave spray, apagando las flamas mientras trataba de bloquear el sol tanto como podía del cuerpo Tabitha con mi cuerpo. Vi a Jacob que tenía el extintor y una manta. —Pensaste bien. —Alguien tenía que hacerlo, — Jacob dijo, apagando el extintor cuando las flamas fueron sofocadas. La mujer apareció detrás de Jacob con sus manos listas para el ataque. — ¡Cuidado!, — le grité y me puse de pie, Jacob le lanzó el extintor a la cabeza, pero ella logró evadirlo con una velocidad supernatural. Ella debió sanar rápidamente del daño del cuchillo, porque se movía sin ningún impedimento. Mis pensamientos se apresuraban mientras envolvía a Tabitha en la manta. Nosotros necesitábamos tiempo para resguardarnos de ella. La asesina podría estar herida, pero necesitábamos encontrar la manera de contenerla, mantenerla inmóvil. ¿Cuánto podría sanar en un día? Jacob le disparó a la mujer que se reía burlonamente. Las balas recorrieron el aire y cayeron a la tierra. Ella corría a toda prisa de un lado a otro riéndose, tarareando un tipo de canción. Ya era suficientemente peligrosa sin agregarle esa locura a esto. Empujé a Tabitha hacia Jacob, y él maldijo cuando casi se le cae el arma. —Adviérteme la siguiente vez. — Tomó a Tabitha en sus brazos, aferrándose a su pistola. —Llévala adentro. ¡Ahora! 137

—Pero…— Me frunció el ceño con ferocidad mientras se giraba hacia la casa. —La mantendré ocupada. — No tenía idea cómo funcionaba, pero parecía que la mujer era más débil cuando se enfrentaba conmigo. No debí haber sido capaz de acuchillarla tan fácil como lo hice. No con la agilidad que ella mostraba, aunque el daño que le causé difícilmente parecía importar ahora. Pensaría en el misterio después. Ahora, tomaría la ventaja que pudiera. Me concentré y el cuchillo se expandió unos dos metros. La mujer danzaba con extrañas facciones inexpresivas, su cabello alrededor de su cara. — ¿Quieres pelear? Tendrás que atraparme primero. — Ella giró y salió hacia la parte de atrás de la propiedad de Alette. Dejarla ir no era opción. No cuando Alette estaría sedienta de sangre cuando despertara. Nosotros tendríamos que decirle algo o darle a alguien. Confiaba en que Jacob fuera capaz de encontrarme en donde estuviera, salí detrás de ella.

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Capitulo 13

L

a casa era malditamente grotesca con sus ventanas cubiertas y el silencio, la vacía calma en los cuartos y el eco de los pasillos. Los cadáveres en la entrada y arriba de la escalera no ayudaban tampoco. Llevé a la mujer dentro del comedor, el único cuarto sin ventanas. La otra mujer seguía ahí, acurrucada en la mesa, inmóvil. Al menos había dejado de gritar, tan pronto como la acosté. Nunca me había encontrado con un vampiro histérico antes, y no quería encontrarlo de nuevo. La dejé al lado de la otra. La chupasangre no se movía ni hacía ruido, y el olor de debajo de la manta era repugnante. No me atrevía a levantar el cobertor. No quería ver cómo se veía. Si ella estaba muerta no había nada que pudiera hacer para ayudar. Y si por un milagro ella no lo estaba, no tenía la maldita intención de ofrecerme como su primer alimento para que pudiera sanarse. No me preocupaba. Tenía que regresar con Kristair antes de que fuera detrás de la loca imbécil vampiro de nuevo. 139

Sonido de pasos en el pasillo llamó mi atención. — ¿Jacob?— Respiré aliviado al oír la voz de mi amante. —Estoy aquí, — grité, abriendo los cajones de un gabinete y, justo como esperaba, ahí estaba un mantel y vi la silueta de Kristair en el marco cuando lo extendía. — ¿Qué estás haciendo?— preguntó mientras cubría a la chica rubia con él. El fuego había dejado hoyos en su camisón y se veía malditamente vulnerable, vampiro o no. —No puedo dejarlas aquí desnudas. Es indecente, — dije exasperado. — ¿Qué sucedió con la vieja loca? ¿Pateaste su culo?— Extendí el mantel sobre ambas y lo detuve a sus costados, me sentía un poco tonto de hacer todo eso. — ¿Qué se supone que haremos ahora?— Agregué cuando Kristair no contestó. —No podemos hablarle a la policía, ellos registrarían todo el lugar. Si dices que esta casa le pertenece a Alette, seguro que ellos la encontrarán, no quiero pensar el humor que tendrá cuando despierte en la morgue con una etiqueta en el dedo de su pie. Tampoco podemos dejar la casa sin guardias, la puerta del frente fue arrancada de sus bisagras y el portón destruido. — No es que quisiera quedarme a hacer el trabajo. Eso era la última maldita cosa que necesitaba. El sonido del clip de un arma deslizándose hizo que me girara sólo para encontrar a Kristair apuntándome con un jodido cañón en mi pecho. Nunca había apreciado el tamaño de una Desert Eagle(6) hasta que fui encañonado. ( 6 ) Desert Eagle, concebida en 1979 por tres personas que crearon una pistola de gran calibre que funcionaba con gas, semiautomática. Se popularizó en 1980, para 1982 se les conocía sólo como Eagle.

140

— ¿Qué diablos sucede contigo? Ahora no es tiempo para decidir tomar lecciones de tiro, Kristair. Aleja eso antes de que lastimes a alguien. Nuestras miradas se unieron, y un frío me recorrió. Ese no era Kristair. Se veía exactamente como mi amante, sus largas pestañas, sus sensuales labios. Se movía como él, con la gracia de alguien nacido para la guerra. Pero, incluso si la ropa no fuera diferente, lo sabría. Debí de haberme dado cuenta la otra noche. El hombre sólo gritó falsamente. Estaba demasiado distraído para notar cuando entró. Él no parecía natural la otra noche—sólo que entonces no me di cuenta que ese no era Kristair. — ¿Quién diablos eres?— estremecimiento me recorría.

dije,

un

helado

Sus labios se movieron en una parodia de sonrisa. — ¿Qué sucede? mo chroí. ¿No te gusta cómo me veo? La ira me recorrió, incendiando el hielo, di un paso al frente con mi mano cerrada en un puño para golpear al imbécil. —Cierra tu jodida boca y no me llames así. La criatura cruzó el brazo, el arma brillaba y me preparé. El dolor explotó en mi mejilla y lo siguiente que supe es que estaba de rodillas con sangre llenando mi boca. Pasé mi lengua por mis dientes, asegurándome que estuvieran todos, y moví mi mandíbula, mi cabeza se sentía mareada. Hijo de puta, me golpeó con la cacha de la pistola. El sonido de la pistola hizo que me enderezara, levanté la vista hacia la criatura que se veía igual a Kristair mientras él presionaba el frío metal en mi frente. —Besa mi culo. No me quieres muerto, o ya lo hubieras hecho, — dije molesto, viéndolo fijamente, escupiendo la sangre a sus 141

zapatos. — Dime… ¿qué diablos quieres? Era muy perturbador decir las palabras. Se veía como mi amante, no había diferencia en su cara. Él no tenía la suave y rica voz de Kristair. Además, su mirada era diferente. Ardían en crueldad, nunca vi esa expresión en la cara de Kristair, ni siquiera cuando se enfrentaba a su peor enemigo. Ni cuando lo vi matar a Claudia y a Dominic, ni cuando estaba furioso porque sentía que me amenazaban, había sólo implacable decisión en su mirada. Era más fácil dejar concentrarme en su mirada.

la

copia

de

su

cara

y

¿Cómo había sucedido esto? No podía ni empezar a imaginarlo, sólo Kristair tendría algunas ideas cuando hablara con él. Sabiendo que él se encontraba afuera luchando con la súper-perra sólo aumentaba mi urgencia. —Eso es una pregunta capciosa. Hay mucho que quiero de ti, y afortunadamente para nosotros, tenemos mucho tiempo. — Su mano fue hacia su cierre. Un frío horror se quedó en mi estómago, y el frío regreso, recorriéndome la columna. —Puedes ser bonito y todo, — dije molesto, —Sólo que una perra usando la cara de Kristair realmente no es suficiente para mí. Tendrás que atraparme de nuevo algún otro día. — Mis músculos temblaban, me forcé a mi mismo a quedarme donde estaba cuando todo lo que quería hacer era ponerme de pie y atacar la cara del tipo. Él movió el cañón en mi frente, convenciéndome de que una bala era mucho más rápida de lo que yo sería. —Será todo más gratificante para mí si tú no lo tomas. Déjame ver qué puedes hacer cuando abuse tu boca, — la criatura ronroneó. 142

—Pon tu pene en cualquier lugar cerca de mi boca y lo morderé hasta arrancarte la jodida cosa, — prometí con los dientes apretados. El bastardo sólo sonrió cínicamente, deslizó su mano por sus pantalones de vestir negros. Del tipo que Kristair usaba normalmente. Mi estómago se tensó, cerré los ojos, aferrándome con desesperación, y estirando mi mente fuera. Algo caliente y suave rozó mis labios mientras sentía a la criatura, su mente era tan similar a la de Kristair, pero tan jodidamente retorcida que sin error no era la de él. Gruñendo, lo apuñalé con mis pensamientos y él se tambaleó, llevó sus manos a la cabeza y su mirada era de confusión mientras sacudía violentamente la cabeza. Trató de alejar el ataque mental mientras lo acuchillaba de nuevo, sólo que el intento fue torpe. Golpeé su mano cuando empezó a caer, y la pistola se fue al suelo. Él se recuperó más rápidamente de lo que esperaba. Antes de que pudiera tomar mi arma o tener la energía suficiente para otro ataque mental, él estaba sobre mí. Sus manos se aferraban duro a mi cabello, jalándome para que me pusiera de pie y golpeó con su rodilla mí estómago. Gemí, me incliné, luchando por llevar aire a mis pulmones que se rehusaban a trabajar. Me aferré de sus pantalones a la altura de las rodillas y entonces lo jalé con fuerza. Él se cayó con un grito de sorpresa e ira. Lo golpeé en el estómago, sólo que vacilé, dudé golpearlo mientras él se doblaba, aferrado a su estómago. Se veía tan malditamente igual a Kristair. La duda me costó, él se desenrolló y golpeó mi rodilla duro, caí al suelo con él. La adrenalina corría a través de mis venas mientras luchábamos. Él se giró, quedando arriba de mí, y fijándome debajo de él. —Esto puede ser 143

tan bueno como lo otro, — dijo, y entonces me besó. Me congelé por el shock. Dios, ayúdame, él sabe igual a Kristair. Encontré que mi cuerpo respondía al calor del beso lo quisiera o no, y mi estómago se tensó. —No lo hagas, —Jadeé cuando él finalmente levantó la cabeza. — ¡Detente, maldita sea! —No lo haré, — dijo con una cruel sonrisa en sus labios. —Por favor, perra, ni siquiera trates de negar que esto te calentó. El flash de ira desapareció mi confusión, y el crudo lenguaje arruinó la ilusión que trataba de crear. No era Kristair. Gruñí, le di un cabezazo y oí satisfecho que crujían sus huesos. Él se fue hacia atrás a causa del dolor y yo saqué mi pistola de su funda y le apunté, temblando profundamente en mi interior. De algún modo, era incluso más horrible apuntarle a él, en lugar de que la cosa que se parecía a Kristair me apuntara a mí. Me veía fijamente, sus oscuros ojos brillaban, sangre salía de su nariz. —No vas a disparar, —dijo suavemente. —No estés tan jodidamente seguro de eso. — Señalé con la pistola, me alejé de él para que no pudiera tomar mi pierna. —Levántate tus malditos pantalones por el amor de Dios. —Ahora que la pelea había terminado, las dudas llenaban mi cabeza, y mis pensamientos se aceleraban. ¿Qué diablos estaba sucediendo? ¿Qué era esta mierda? La criatura lentamente se puso de pie, aún moviéndose con la gracia de un predador. Yo lo veía de cerca, mientras se arreglaba su ropa y trataba de no dejar que me afectara lo mucho que se parecía a Kristair. Aún podía saborearlo en mis labios, y Dios me ayude, eso me

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tenía jodidamente duro. —Ambos sabemos que no vas a dispararme.— dijo cínicamente dando un paso hacia mí, sonriendo ampliamente mientras se detenía de nuevo. —Deja de pelear conmigo Jacob. Nos pertenecemos el uno al otro. ¿Qué diablos iba a hacer? ¿Qué si era Kristair y él estaba poseído o algo? Dejaría que esto sólo saliera. Quizás era la camisa equivocada que se puso esta mañana. Eso era tan loco. Quizás era azul en lugar de gris. Quizás él no usaba jeans, él rara vez lo hacía. Humedecí los labios, tratando de pensar mientras la distancia entre nosotros se acortaba de nuevo, mi mano se tensó en la pistola. — ¿Qué quieres de mi? —Sólo quiero lo que es mío, y eres mío desde el momento en que te vi.— Se acercó y tomó la pistola de mi mano y tomaba mi voluntad, busqué en mi mente desesperadamente a Kristair. Si él era mi amante, entonces él estaba ahí en algún lado. Una oscura pared había entre nosotros. Empujé a la criatura y sacudí la cabeza en advertencia. Luchaba por recuperar algo de sentido y me di cuenta que amanecía en donde se encontraba Kristair, estaba muy lejos de la casa de Alette. Ya no estaba en su propiedad. La pared se derrumbó y pude sentir la cascada de emociones de Kristair mientras cazaba a la mujer. Ellos estaban siguiendo los rieles del tren. Mi pistola salió de mi mano y la criatura estaba arriba de mí de nuevo, me empujó hacia la mesa. El fuerte olor a carne quemada casi me hacía vomitar. —No eres Kristair, — bufé.

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— ¡Pruébalo! —No tengo que hacerlo. — Me alejé y sentí repentinamente la preocupación de Kristair, la manera en que reducía la urgencia de cazar, y le envié una ola de tranquilidad. La conexión era débil, no como solía ser, pero aún estaba ahí. Sostuve la conexión tan duro como pude, usándola para desaparecer mis dudas, mientras golpeaba la cara de la criatura. Cuando él se tambaleó seguí golpeándolo, entonces le di un gran golpe directo en la mandíbula. No me contenía, golpeándolo tan duro hasta que lo mandé contra la pared. Él se enderezó, me mostró sus colmillos y vino hacia mí siseando con furia. —Cometiste un error. Kristair ya no es un vampiro. — ¿Cómo demonios ese tipo que me estaba acosando no lo sabía?, pero eso era una pregunta más que tendría que preguntarle a mi amante cuando finalmente llegara con él. Al menos él no tenía ni la fuerza ni la agilidad de Kristair Sus manos agarraron mi cabello, jalándome la cabeza hacia atrás, mientras bajaba sus labios a mi cuello. Su respiración rozó mi garganta, y grité cuando su lengua trazó mi vena de la manera en que lo solía hacer Kristair. Él podía no intentar matarme, pero si me mordía, sería capaz de debilitarme lo suficiente para poder hacer cualquier enferma cosa que quisiera conmigo, y yo no sería capaz de detenerlo. Ese pensamiento me dio la fuerza para empujarlo y alejarme. Mi mano buscó en la mesa algo que pudiera usar como arma y se cerró en algo pesado, un objeto burdo. Lo moví hacia su sien cuando él me tomaba de nuevo, y el florero de cristal hizo un extraño ruido al golpear en su 146

sien, la posición era incómoda pero esperaba que hubiera sido suficiente. Él gruñó y se aferró a mi camisa y lo golpeé con mayor fuerza de nuevo con el jarrón. Este golpe fue duro y cayó al suelo. La sensación de que estaba mal aún seguía ahí, sin poder evitarlo, se veía tan malditamente inocente inconsciente que me molestaba. No tenía mucho tiempo, necesitaba llegar con Kristair. Asegurarme como el infierno que no se enfrentara solo a la perra. Pero no podía dejar al bastardo así. Tomé mi pistola y salí del cuarto, buscando algo que pudiera usar para amarrarlo. Encontré los cordones de las pesadas cortinas en otro cuarto. Perfecto. Até sus manos detrás de su espalda, haciendo el nudo tan apretado como pude, y entonces até sus pies a sus manos. Él no hizo ningún sonido mientras lo arrastraba hacia el exterior y lo lancé al asiento del pasajero de mi automóvil. Con suerte estaría inconsciente un par de horas. El sol ya estaba subiendo, y tenía la sensación de que estábamos corriendo contra el tiempo, mientras tomaba el camino y seguía mi presentimiento hacia Kristair. Me dirigí hacia el este. Nosotros tendríamos también a la mujer. El bastardo a mi lado tenía que ver algo con eso, pero ella era la que estaba detrás de todo esto. Sólo lo sabía. Nosotros tendríamos algo que darle a Alette cuando ella despertara. El camino seguía por los rieles del tren. Haciendo un gesto de dolor, llevé a mi bebé, por los rieles y aceleré. Dios me ayude. Si viene un tren, estaremos jodidos. Se oyó un repentino ruido detrás de mí. El automóvil se estremeció. Aún no estábamos cerca. Kristair estaba aún muy lejos.

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Me mantuve revisando el espejo retrovisor, mi corazón acelerado, mi estómago tenso. Un túnel aparecía adelante, rodeando la montaña, y saqué el automóvil de los rieles tratando de ignorar que raspaba el chasis de mi Z28 y entonces frené. — ¡Kristair!— grité saliendo del automóvil y entrando al túnel, tropezando y casi cayendo mientras me ajustaba a la oscuridad. No podía estar lejos ahora; no podían llegar tan lejos. Oí el eco de un par de pasos a través de las paredes de concreto. Una mujer gritaba de dolor y Kristair gruñía. Solté un suspiro de alivio cuando los vi, luchando. Sentí la fría e implacable furia de Kristair mientras sostenía su cuello en el suelo y tomaba su cuchillo. —Kristair, espera, ¡no lo hagas! Corrí hacia ellos y sostuve el brazo de Kristair para evitar que la asesinara. Traté de colocar las palabras directamente en su mente, penetrar a su instinto depredador, pero nuestro lazo no era suficientemente fuerte aún. —Escúchame, — dije de nuevo, fuerte. —La necesitamos viva ahora. Kristair bajó el brazo que sostenía el cuchillo y giró la cabeza a verme. La mujer lo pateaba, sus piernas se movían y sus uñas se encajaban en las manos tratando de alejarlas de su garganta. Él se aferraba fuerte. Ahí no había desafío en sus ojos, era un sincero anhelo, como si ella quisiera que él terminara con ella. —Kristair. Gruñó de nuevo y la golpeó en la en la mandíbula y ella colapsó. — ¿Estas satisfecho ahora?— gruño viéndome sobre su hombro. Sonreí y le robé un beso en los labios. —Mucho, 148

llevémosla al automóvil junto con el otro imbécil y los llevaremos a ambos esta noche con Ussier. Y no tendremos que tratar con esa mierda de nuevo.— El alivio era casi abrumador. — ¿De quién estás hablando?— Kristair preguntó, frunciendo el ceño. —No había indicios de que ella tuviera un socio. —Nunca vas a creer esto, Kristair, ni en un millón de años. — Yo aún tenía dificultades para entender en mi cabeza lo que había sucedido. —Pruébame. He visto un inexplicables a lo largo de mi vida.

número

de

cosas

El Z28 estaba a la vista; la puerta del pasajero estaba abierta, el asiento vacío excepto por los restos de los cordones de la cortina. Me congelé, viendo eso con horror. —No, ¡no! ¡Jódeme!— Detrás de mí, Kristair gritó mi nombre cuando corría detrás de mí, levanté la vista hacia los rieles y la maleza pero no había signos de él, la criatura se había ido.

149

Capitulo 14

A

ún tenía problemas para creer lo que Jacob me dijo, aunque estaba seguro de que no mentía acerca de eso y él no era el tipo de hombre que inventaba cuentos histéricos. La idea de una copia mía alrededor de Pittsburgh con intenciones homicidas era en el mejor de los casos estremecedora. Lo que más me molestaba era que Jacob no me dijo la historia completa con mi doble. Lo estudiaba por el rabillo del ojo mientras llevaba el automóvil hacia la casa de Alette. La frustración me carcomía. Algo más que golpes transpiraban entre los dos. Estaba seguro de eso. Su furia había escapado a través de profundas emociones que no podía descifrar, no con tanto que había alrededor. Eso me irritó lo suficiente para tratar de buscarlo mentalmente y sentir lo que había sucedido, sólo que tenía la misma pared que se creó entre nosotros desde que soy un humano. —Ahí está, — Jacob anunció, saliendo. Habíamos dejado a la mujer atada e inconsciente en la cajuela, Jacob no quería darle ninguna posibilidad de escapar, y no podía culparlo, después de lo que dijo el doble debía de haber 150

estado inconsciente más tiempo. —Aún no estoy seguro acerca de ese plan tuyo,— le dije, viendo el automóvil de policía sin marca mientras entraba en el círculo. Bajé más lentamente, tratando de no mostrar el dolor de mis propias heridas. Mi pecho ardía en los dolorosos puntos, y mi mano palpitaba. —Tú eres el que insistía en no dejar este lugar sin guardia, Kristair. Todo el mundo sabe que nosotros no podemos hacerlo hasta la puesta del sol. No voy a estar todo el día con esos cuerpos tirados, y tenemos que esconder a esta chica. No podía discutir contra su lógica, aunque no quiero decir que me guste eso. Arreglé la puerta de Alette, sosteniéndola lo mejor que se podía en el marco, pero aún así ella y cualquiera en el interior, seria vulnerable a otro ataque. Especialmente si la criatura estaba rondando por ahí, causando sus estragos; nosotros aún necesitamos cazarlo. Y no sería bueno dejar a Alette y a sus cachorros sin protección. Estudié a los detectives que salían del automóvil, y se dirigían hacia Jacob. El detective Kuykedal manejaba. Él era un hombre africano delgado con la piel más pálida debido a la mezcla de razas, astuto, ojos duros y una barba de candado. Él veía duramente a Jacob, de acuerdo a mi amante esa era su expresión favorita. El detective Aderson era alto y delgado, su cuerpo cubierto con un costoso abrigo. Él era al menos una década mayor que su pareja, con una aguda y sabia expresión y el cabello gris. Tenía un aire de competencia. Él veía los cuerpos alrededor en el jardín y su expresión cambió. Hombres peligrosos.

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—Señor Corvin… ¿No te dije una vez que te estabas moviendo sobre terreno desconocido?— El detective Aderson se detuvo frente a mi amante, sus ojos grises viéndome a mí, valorándome. —Aún sigo vivo, ¿No es así?— Jacob no pudo evitar ser impertinente, no estaba seguro de si era su personalidad o el hecho de que los policías lo llevaban a eso. —Presumido, diablos eres tú?



Kuykedal

murmuró.

—¿Y

quién

Yo levanté e incliné la cabeza ligeramente. —Kristair. Ellos intercambiaron miradas, evidentemente sorprendidos, al momento abrieron más los ojos y la boca. Entonces los instintos de Jacob eran correctos; ellos tenían contacto con los vampiros. Alguien en Pittsburgh los usaba como sus ojos y oídos. —Creo que no puede pasar un día sin que entres en este tipo de locura, — dijo Kuykedal. —Soy muy talentoso. Jacob me dio una fija mirada y sus labios se levantaron diciéndome que me comportara. —Mira, — él comenzó. —Creo que es tiempo de limpiar aquí y ayudarlos a sacarlos. —Creo que necesitaras un poco más de nuestra ayuda. Por lo que se ve necesitarás más que una tarjeta para salir de la cárcel y tratar todo esto, — El detective Kuykedal dijo. Me veía a mí y sonrió, mostrándome sus dientes mientras se limpiaba la garganta. —Sólo que como está involucrado, Kristair, creo que nos dará unos momentos. 152

—Eso parece. Jacob veía a los dos como si les hubiera crecido una segunda cabeza. Entonces él sonrió ligeramente. —Wow, detectives, nunca he estado tan listo para escuchar lo que van a decir sin darme un montón de mierda. Estando rodeado de mi amor. Casi sentía lástima por Aderson y Kuykedal. Con el pequeño respeto que me mostraba, ellos perdieron la ventaja que tenían con Jacob. —Creí que dijiste que tu protector había muerto, — Aderson dijo. —Eso fue un error, rara mierda sucede. Seguro que saben eso. Kuykedal se animó a entrecerrar los ojos y ver a Jacob. —Deja de andar con sigilo. Maldición, niño, ¿Qué mierda estás haciendo? ¿Qué parte de „quédate fuera de esto‟ no entendiste? Se supone que debes concentrarte en el fútbol. He ganado toneladas de mierda de dinero apostando por ti. —Y trataré de complacerte cuando la temporada comience. Antes de decir más, contéstame algo. ¿Conoces al Ghedi Ussier? —Nos hemos encontrado con él en una o dos ocasiones. Tenemos un mutuo entendimiento, — Aderson replicó. Le di una tensa sonrisa. —No es eso lo que sucedió. Alguna vez en el pasado, ustedes hicieron algo que causó que le deban un favor, y él los tiene de las bolas desde entonces.

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Kuykedal sonrió. — ¿Qué es esto? Un maldito mundo de Pollyanna( 7 ). Ussier tiene lo suyo. Nosotros sólo le ayudamos en ocasiones. —¿Qué si te digo que estoy en esa posición en la que es mi tiempo de un favor? — Jacob dijo. —Eso sería Escuchamos.

un

logro,—

Aderson

murmuró.

— ¿Recuerdas nuestra conversación acerca asesino serial que estaba detrás de los vampiros?

— del

—Si, y prometiste mantenerme informado. —Bueno, escucha un minuto y dame tu atención.— Yo estudié a Jacob por la esquina de los ojos mientras hablaba, y pensé en lo mucho que había crecido en el año desde que lo conocí. Su infantil arrogancia fue reemplazada por una innata confianza de hombre que sabe exactamente lo que quiere de la vida. Sonreí interiormente ante la idea. —Hubo otro ataque esta mañana. ¿El nombre de Alette Dupree, les dice algo? El detective Kuykedal comenzó a maldecir por lo bajo de la manera que sabía que Jacob podía apreciarlo. — ¿Ella fue el blanco esta mañana?— preguntó. —No creo que ella realmente fuera el blanco, pero la asesina logró atacar a sus cachorras, — contesté y ambos hombres palidecieron. —Veo que entienden el significado de ese acto. (7) Pollyanna, novela escrita en 1913, por Eleanor H Porter, sobre una niña huérfana, que va a vivir con su tía, pero su padre la había educado para ver el lado bueno de las cosas, el libro fue un éxito en días y agregó una palabra al diccionario: Pollyanna que se utiliza para designar a una persona exageradamente optimista.

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—Ella va a destruir la ciudad buscando a quien sea.— El detective Aderson comenzó a examinar la tierra. — ¿Dónde sucedió? ¿Ellas perecieron? —Casi. Logramos llevarlas al interior. Aunque no sé si lo logren o no. — Jacob me dio una incierta mirada que yo ponderé. —Lo más probable es que Tabitha no lo logre, pero aún hay esperanza. No lo sabremos hasta que caiga la noche. Si ella sigue viva para entonces, sobrevivirá con cuidados.— Señalé hacia la mansión de Alette. —Nosotros enfrentaremos el problema al atardecer. Por el momento, la preocupación es tener seguro este lugar hasta que caiga la noche. Ni Jacob ni yo estamos en posición de hacerlo. Naturalmente, dado tu historia con él, pensó en ustedes. El detective Kuykedal vio a Jacob. —Muchas gracias. —No hay problema,— Jacob dijo con una sonrisa. — Nosotros le dejaremos un mensaje a Ussier que Kristair asegura de que él lo escuchará en el momento de despertar. Estará aquí antes de que Alette pierda los estribos. De nuevo asentí, y los tres pares de ojos se giraron hacia mí por la confirmación. —Él lo logrará, y Alette tendrá otras personas que se quedarán con ella cuando el sol se ponga. Ellos serán capaz de controlarla.— Eso era débilmente seguro aunque Artemise o Hugo estén con ella. —Sólo que no pueden defenderla durante el día cuando uno de los culpables está libre. — ¿Cómo se involucraron?— El detective Aderson le preguntó. —Ussier nos pidió un favor,— Jacob contestó, sus labios en una mueca de disgusto. —Él necesitaba de 155

alguien en el que pudiera confiar que pudiera operar durante el día. Quería que encontráramos a quien estaba detrás de esto. Con algo de suerte, lo encontramos esta noche. Los vampiros pueden estar satisfechos. Estoy seguro que Ussier ayudará a tus chicos a inventar algo que explique el asesino serial a tus superiores y el prestigio de salvar el caso. Todo el mundo será feliz. — ¿Qué para ti?— El detective Kuykedal levantó el mentón hacia mí. —Todo el mundo parece tener algo en el juego. Tú con tus mierdas y risitas. —Es una manera interesante de describirlo, admití. Eso proveía una distracción, pero no estoy interesado en el valor del entretenimiento como tan crudamente ha expresado. De hecho, no veo cuáles motivos le preocupan, detective Kuykedal. Después de todo, no me ha amenazado con arrestarme como lo hizo con Jacob. ¿No es así? —Claro que no, —El detective Aderson le aseguró, aclarando la garganta. Le sonreí incómodo hasta que Jacob me dio un codazo en las costillas. Suavicé mi expresión estudiando a los detectives mientras Jacob terminaba su conversación con ellos. No me gustaba dejar la casa de Alette en manos de humanos desconocidos, pero había poca elección en el asunto. Nosotros necesitamos asegurarnos de que el culpable nos encontrase antes de la caída de la noche. Nuevamente necesitaba dictar mis acciones, y Aderson y Kuykedal estaban conectados con Ussier. Eso no quería decir que confiaba enteramente en ellos, pero ellos parecían lo suficientemente inteligentes para saber que fallar o traicionar les podría causar una dolorosa muerte, y si lo hacían bien podían estar seguros de que serían

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lastimados más allá de lo que ellos podrían soñar. Nosotros no podíamos quedarnos aquí. No quería a Jacob cerca de este lugar una vez que Alette despertara. Si pudiese lograrlo, lo sacaría de la ciudad. No creo que mi amante entendiera el peligro en el que estaban los detectives o nosotros, de hecho, si entrásemos. Jacob había saboreado lo que era enfrentar a un vampiro enloquecido después de ser herido, pero su mente estaba nublada por la inconfundible certeza que lo amaba y que eso era suficiente para mantenerlo seguro. A juzgar por la expresión de la cara de los detectives, ellos sabían exactamente con lo que se enfrentaban, y eso tranquilizó en algo mi consciencia. La mirada de Aderson se deslizó de Jacob hacia mí y de nuevo a Jacob. — ¿Estás seguro que Ussier recibirá el mensaje en el momento en que despierte? —Lo estoy, pero sería una sabia idea dejar la casa en cuanto empiece a oscurecer si ellos se mueven. No están en posición de pedir permiso y nadie desea que terminen arriesgándose. — Si ellos lo hacían, bueno, eso podía salvar nuestro problema. —Podemos hacerlo con una condición, — el detective Kuykedal dijo. — ¿Y cuál es esa?— Jacob preguntó. — ¿Cuánta influencia tiene tu chico con Ussier? Levanté una ceja. No podía recordar la última vez que alguien se refirió a mí como chico de Jacob o de alguien más. —He conocido a Ussier por cien años. No soy parte de su círculo interno porque preferí mantenerme aparte, pero le aseguro que Ussier escuchará mis palabras, se lo

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aseguro. — ¿Por qué? No te conocemos, — Aderson señaló. —Jacob me habló de ustedes y eso es suficiente para mí. Además si lo considero necesario puedo leer sus mentes para verificar si son de confianza. No es una experiencia cómoda, pero puede hacerse. Ellos no tenían manera de saber que estaba alardeando, y dado la manera en que yo sentí a Jacob antes, no me sorprendería que él pudiera hacerlo, aunque dudaba que lo hiciera. Él tiene más escrúpulos. —Pero principalmente confío en su miedo a Ussier si fallan. Toqué la parte baja de la espalda de Jacob. Ya estaba muy entrada la mañana y nosotros podíamos irnos. Principalmente, quería que estuviéramos solos y poder descubrir qué había sucedido con él. Él tenía un feo moretón en su mejilla y un ojo morado. Cuando encontrase a la criatura le iba a arrancar los miembros del cuerpo. — ¿Estás listo?, Jacob. —Sí, supongo que esto está cubierto, si necesitan algo, si algo nuevo sucede, llámenos. — Estrechó la mano de Aderson y asintió hacia Kuykedal, y entrelazó sus dedos con los míos. —Vámonos. Esperé hasta que estuvimos en la carretera y habíamos dejado atrás la casa de Alette. Jacob se aferraba al volante con ambas manos, sus nudillos blancos y su mandíbula tensa. — ¿Qué sucede?, mo chroí. —Como dije, ella no trabaja sola. Ella está trabajando con él. Yo lo vi antes, esa noche en el bosque, pero esa vez yo pensé que eras tú. Y cuando yo te perdí la vista…. — Se 158

encogió de hombros. —Sólo lo descarté esa vez. Asentí lentamente, Buscando en la cara de Jacob, tratando de ver lo que no me decía. — ¿Él te atacó en la casa? —Si. — hizo una pausa. —Creí que él trataba de asegurarse que el trabajo estuviera hecho. Deshacerse de mí, sacar a Tabitha y a Bethany al exterior, mientras tú estabas distraído con la mujer. —Y entonces obtuviste esto. — Jacob se tensó cuando gentilmente rocé el moretón en su mejilla. Ninguno de nosotros escapó indemne a la batalla. — ¿Qué es lo que no me dices? Hubo una gran pausa y entonces Jacob me vio, sus azules ojos oscurecidos por la ira. —Ese tipo… Kristair, se veía igual a ti. No sé cómo logró eso. Podía ser tu jodido gemelo. Incluso olía como tú, y…— Interrumpió lo que iba a decir y Jacob presionó sus labios juntos. Podía imaginar lo difícil que fue para Jacob pelear con alguien que se parecía a mí. — ¿Y qué? Jacob flexionó sus manos en el volante. —Él me apuntó con una pistola. Te dije, él logró ponerme nervioso. Incluso así no estaba seguro que no eras tú. Él se sentía…— hizo una pausa buscando la palabra correcta. — Mal…antinatural. Cuando lo vi en el bosque la otra noche, pensé que eras tú y casi le grito, pero algo en mi instinto me detuvo. Entonces se fue, y pensé que había perdido la oportunidad de encontrarte. Dos atacantes… uno enfocado en mí, el otro en Jacob. ¿Qué significa eso? Más preguntas flotando en mi mente. Una copia de mí. Había numerosas maneras de crear un doble de mí. Clonándolo, aunque no creo que tuviera 159

mucho sentido si es completamente adulto. La magia, e incluso una combinación de ciencia y de magia. Pero creo que el que lo hubiera hecho tendría que conocerme personalmente. Yo ni siquiera vi a ese hombre, y mis instintos me dicen que Jacob era el blanco. — ¿Él trató de matarte? —Él tenía un maldito cañón apuntando en mi cabeza. ¿Qué diablos crees que iba a hacer con eso? —Pienso que tiene poco sentido, incluso si esa cosa contara con que no reconocieras que no era realmente yo. ¿Crees que eso haría que te matara más fácilmente? ¿Para qué usar mi cara? ¿Para una ventaja?— pasé mi mano por el brazo de Jacob. Había mucha tensión en su cuerpo, y lo sentía. — ¿Qué es lo que no me dices? — ¡Nada!— Jacob explotó. — ¿Puedes sólo dejarlo? Turbado, guardé silencio y el resto del viaje traté de imaginar qué había detrás de la ira de Jacob y el silencio que lo frustraba sobre su atacante, no quería presionarlo más sobre eso.

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Capitulo 15

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l silencio me molestaba, pero era demasiado peligroso que Kristair me engatusara sobre mis preocupaciones. No podía decirle a Kristair sobre lo que había sucedido, porque sabía que se culparía a sí mismo. y la culpa lo carcomería, y en este momento no necesitaba distracciones. Además, estaba molesto del encuentro con esa criatura y de cómo escapó, tenía que pensar en el problema de cómo llevar el cuerpo a la casa sin que los vecinos lo vieran. Sin mencionar de cómo diablos íbamos a mantener a la mujer en silencio hasta entregársela a Ussier. O cómo íbamos a encontrar a su socio. Cuando todo este lío terminara entonces hablaría con Kristair acerca de lo que sucedió, si él aún quería saber, pero no hasta entonces. Llevé el Z28 a la entrada de la casa, agradecido de los tres árboles que parcialmente la cubrían. Estacioné a mi bebé y tomé una profunda respiración. Al menos era mediodía y día de trabajo. Eso hacia menos probable que nuestros vecinos estuvieran en casa. Aún así, no podía escapar a la sensación de que me observaban. Cualquier persona podría llamar al 911.

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—Jesús, Kristair, ¿Qué si alguien ve que bajamos un cuerpo? — ¿Entonces?— Kristair dijo, girando sus atentos ojos oscuros hacia mí. — ¿Qué pueden ellos hacer? — ¿Necesito recordarte que eres humano de nuevo? No hay magia vudú que puedas conjurar para convencer a los vecinos o a la policía que se metan en sus malditos propios negocios, si nos atrapan. Salimos del automóvil y fuimos hacia la cajuela. — Jacob, tienes que confiar en mí, la gente ve lo que quiere ver. Estaremos bien. — Abrí la cajuela y vi que la manta se movía, amortiguando los gritos. Genial, sólo genial. Ella había despertado. Mi corazón estaba saltando en mi garganta, estaba jodidamente nervioso. Kristair se inclinó y golpeó a nuestra cautiva en algún lugar de su cabeza, y ella dejó de moverse. La levantó cubierta con la manta. — ¿Ves? ¿Cuál es el problema? Gruñí, incapaz de evitar revisar las ventanas de alrededor buscando a alguien que estuviera viendo desde la cerca, incluso aunque eso me hacía parecer tan malditamente culpable. —Uno de estos días, Kristair, vas a cometer un espectacular error y espero estar ahí para verlo. Me adelanté para abrirle la puerta de la cocina a Kristair y suspiré de alivio cuando entró sin que nadie nos sorprendiera. Cerré las persianas, maldiciendo por no tener un sótano. — ¿Donde la dejaremos? ¿Y cómo vamos a lograr que esa cosa se mantenga sentada y vigilarla? Después de la manera en que el doble logró escapar, no quiero quitarle la vista ni un minuto, y no podemos tenerla en la cajuela todo el día. 162

—El doppelganger( 8 ),— Kristair corrigió, y entonces frunció el ceño, viendo hacia nuestra recámara. — Probablemente sería más fácil si la atamos en nuestra cama, pero no la quiero a ella cerca de ahí. Escondí una sonrisa. Kristair era delicado con cosas extrañas. — ¿Qué te parece si la amarramos en una silla de la cocina? Podemos dejarla en medio y será más fácil vigilarla. Kristair asintió y sacó una silla, dejó su carga en ella. —Voy por algo de soga del cuarto de herramientas, sería preferible si la mantenemos noqueada todo el día. —Este último golpe deberá de mantenerla noqueada un tiempo. — Quité la manta y revisé sus ligaduras. Encontraba difícil de creer que había una mujer amarrada en mi cocina. La vida ciertamente toma una calidad irreal. Ahora, cuando retiré el cabello de su cara, parecía difícil creer que era una dura y fría asesina. Retiré su cabello, quería ver esos rasgos antinaturales que en mi mente me recordaban a alguien, y me congelé de horror al ver el rostro de Kayla. — ¡SANTA MIERDA! — ¿Qué fue?— Kristair llegó corriendo a la cocina y vio alrededor buscando al atacante y vi cuando su expresión cambio a angustia. —¡No!— él gritó, cayendo de rodillas al lado de su hija, suavemente rozando el

(8) Doppelganger, vocablo alemán para designar al doble fantasmagórico de una persona viva, la palabra fue acuñada en 1796 por el novelista Jean Paul, se utiliza para designar al doble de una persona, haciendo referencia al gemelo malvado, o bilocación, fenómeno sobrenatural de estar en dos lugares a la vez.

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hematoma en su cara y retirando su cabello. — ¿Qué he hecho? Sus dedos recorrían los apretados nudos en sus muñecas. —No has hecho nada, bebé. Alguien está jugando con nosotros. Primero esa criatura que se ve igual a ti y ahora arrastrando a Kayla en esto. De algún modo el asesino debió de haber escapado, e intercambiado o algo. Ellos tienen algunos trucos. —No, no creo eso. — su voz alterada. Kristair levantó la camiseta manchada de sangre y mostró la roja cicatriz en su costado. Kristair dejó salir un gemido y bajó la camiseta, y revisó su cuello, había hematomas ahí, y recordé las manos de Kristair en su garganta, cuando estaban en el túnel. —Ella quería que la matara, — Kristair jadeó. —Oh pequeña. Creo que es un extraño momento…Yo te hice esto.— Él retiró la soga de los brazos de Kayla, liberándola. —Tráeme agua caliente y ropa limpia, — pidió sobre su hombro, llevándola a nuestro cuarto. Estremeciéndome y reaccionando lento, abrí el agua caliente, llené un tazón y tomé el botiquín de primeros auxilios. Mi mente giraba cuando agregué algo de agua oxigenada al agua y tomé una botella de aspirinas. Eso no tenía sentido. Se suponía que Kayla estaba en Baltimore con Steve. ¿Qué diablos estaba sucediendo? Joder, ¿eso quería decir que la criatura de algún modo hizo que Steve se viera como Kristair, mientras que Kayla se viera diferente? Tomé el tazón con manos temblorosas y el estómago tenso. Joder, pude haberlo matado. Pude matar a otro de mis amigos con mis manos. Sólo que no pude. Tomé una profunda respiración, me obligué a mi mismo a seguir 164

caminando. Kristair había acostado a Kayla en la mitad de nuestra enorme cama y le había levantado su camiseta. Su cara era sombría mientras tomaba el tazón y empezaba a lavar la sangre de su abdomen y su costado, me incliné para examinar la herida detenidamente. —Deberíamos vendar eso, sólo por si acaso, — comenté, y él asintió. La cicatriz estaba arrugada y roja como si hubiera sanado recientemente. Como si ella sólo lo sanara lo suficiente para seguir luchando. Me levanté y fui por una camiseta limpia para ella, y vi desamparado cómo Kristair limpiaba y vendaba la herida del cuchillo antes de moverse hacia las marcas en su quijada. —No podías saberlo, — dije, sentándome a su lado en la cama y tocando su hombro. —No lo hagas. — Kristair sacudió la cabeza. —No trates de disculparme. Debería saberlo. Ella es mi hija. Debería de haber algo de instinto, alguna cosa. — le colocó la camiseta. —Tú mismo has dicho cuando estaba loco por la necesidad de sangre que yo no podría lastimarte porque te amaba, eso me dio sentido y me detenía. Entonces no lo había reconocido y tampoco lo hice ahora. Pasé la mano por mi cabello y tomé un puño. Maldición, él era el hombre más testarudo que he conocido en mi jodida vida. Hice una nota mental de darle algo de sentido común más tarde. — ¿Qué vamos a hacer ahora, Kristair? Ussier va a venir a buscar una explicación al atardecer, y será mejor que tengamos una maldita buena razón para él. Kristair cubrió con la manta a Kayla, y la arropó como si fuera un bebé, y un nudo se formó en mi garganta. Él 165

nunca vería eso, pero era un asombroso padre, y podía fácilmente imaginarlo arropando a nuestro hijo o hija en las noches. Entonces mi amante se giró hacia mí, su expresión sombría. —Tomarás a Kayla y te irás. Los quiero lo más lejos posible de aquí antes del atardecer. Irás al banco y tomarás todo el efectivo que puedas. Me quedaré aquí y empacaré por ti. —¡Infiernos que lo haré!— Tomé el brazo de Kristair. —No voy a dejarte a enfrentar a la perra rabiosa de Alette solo. ¿Qué si Ussier no puede mantenerla bajo control? ¿Qué si él también está demasiado enojado para escuchar razones? Me quedaré. —Jacob, no tenemos tiempo para discutir.— Kristair se puso de pie y me jaló hacia él, y lo siguiente que supe es que me empujaba por la puerta. —No podemos dejarla a ella en ningún lugar cercano a Pittsburgh esta noche, sabes eso. Alguien tiene que quedarse y hablar con Ussier, y el mejor para eso soy yo. No puedes discutir la lógica de eso. —Si, puedo.— Me liberé y tomé a Kristair por los hombros, dándole una fuerte sacudida. —Si crees que voy a dejar que te sacrifiques porque piensas que de alguna manera nos has fallado, estás malditamente loco. Te golpearé y llevaré tu loco culo con nosotros. —No seas ridículo no me estoy sacrificando, Ussier no me va a matar y él merece la cortesía de una explicación en persona. Tan pronto como hable con él me uno a ti. Pero él no puede ni siquiera sospechar que Kayla esté involucrada. Mientras que no sepamos qué sucede con ella, es un peligro para todo el mundo. No espero amabilidad ni compasión de él. No nos equivoquemos, él dirige la ciudad porque es implacable. No quiero correr ningún riesgo hasta 166

que tenga la oportunidad de hablar con él y sentir cómo él trataría el asunto. Pero incluso si él no pide cazar a Kayla, puedes estar seguro de que cualquier otro vampiro lo intentará. —¿Qué acerca de Alette? ¿Qué si ella quiere desgarrar tu garganta si no tiene otra víctima?— le pregunté. —Entre muchas cosas, Alette es primero que nada una criatura que considera su propia sobrevivencia primero, antes que la venganza. Ella no está completamente segura de lo que soy capaz de hacer y se mantendrá tranquila el tiempo suficiente para permitirme hablar con Ussier. Hay alguna gente en la ciudad capaz de controlarla, y todos son lo suficientemente inteligentes, y no dejarán que la ira y la sed de sangre rijan sus mentes. Eso es lo que los hace más peligroso con el paso del tiempo. —Ni siquiera voy a discutir contigo, Kristair. Esto es una locura. No voy a ir. — Él no podía obligarme. No era sólo el hecho de que él estaba en peligro lo que me frustraba. Sabía lo mucho que estaba herido en su interior. No iba a dejarlo solo con esa culpa y ese dolor. —Jacob, mo chroí, por favor hazlo por mí. Yo te la confío. Yo confío que tú lograrás mantenerla a ella y a ti a salvo, aunque lo que más quiera es hacerlo yo mismo. — Oh, eso no es jodidamente justo. Veía a Kristair mientras él acunaba mi cara con sus manos. —Eres el único que puede hacer esto. Ahí estaba Steve, quería discutir, pero sabía que Kristair nunca estaría de acuerdo, y nosotros no sabíamos si él estaba involucrado o no. Maldición, él me tenía. Vi a Kayla, tan jodidamente pálida, los hematomas contrastaban en su piel. Ella no podía quedarse. Al atardecer, todos los 167

vampiros entrarían en un frenesí, algunos tratarían de matar a cualquiera que estuviera conectado con los asesinatos. Lo vi a él, con los dientes tan apretados que mis mandíbulas me dolían. —Me darás tu solemne palabra de que te unirás a mi mañana. Porque te juro que si no lo haces, si te tardas un jodido minuto o estás en algún problema, vengo por ti. Kristair sonrió con aliviado brillo en sus helados ojos oscuros. —Gracias y te doy mi palabra. Me iré tan pronto como hable con Ussier. Me tomaré mi tiempo para asegurarme que nadie me sigue y me uniré a ti. Después de todas las cosas que hemos atravesado juntos, ¿honestamente crees que dejaré a una manada de vampiros interponerse entre nosotros? Lo vi y le di un duro beso. —Conozco a alguien que tiene una cabaña en Bellows Falls, Vermont. — Él siempre me ha estado invitando a ir a cazar, y nunca he ido. — Estoy seguro que me dejará usar su refugio por unos días. Si alguien nos busca irán primero a Louisiana. — ¿Ese lugar está fuera del camino? ¿Aislado? — ¿No es así todo en Vermont?— Me aseguré que mi billetera estuviera en mi bolsillo. —No debe de estar a más de cuarenta y cinco minutos. Pero seré jodidamente cuidadoso. Esa perra no nos encontrará si no dejo cabos sueltos. Kristair frunció el ceño preocupado. — ¿Crees que él puede seguirte la pista? Tú parecías ser su blanco. Sacudí la cabeza. —No, él pudo ir detrás de mí en el bosque la primera vez que lo vi si ese fuera el caso. Además, yo sabía que no eras tú en el momento en que lo 168

vi bien, y ahora él ya perdió su mayor ventaja. —Bueno. — Kristair suspiró aliviado. —Cuídate, entonces. Tendré todo listo para cuando regreses. Asentí brevemente, no confiaba en mi mismo si hablaba. Odiaba toda esta apestosa cosa, era una estúpida idea, incluso si era necesario. Salí a la calle ansioso de regresar lo más pronto posible. Al menos podía aliviar una preocupación. Mi corazón se aceleró, tomé mi celular y llamé a Steve. —Hey hombre, qué… —Esto es realmente importante Steve, sólo contesta mi jodida pregunta, ¿Dónde estás? Hubo una pausa. —Baltimore… está en Maryland, sólo en caso de que perdieras la cabeza. — ¿Dónde está Kayla?— juro por Dios que si él decía que estaba ahí con él, regresaría y arrastraría a Kristair conmigo, le gustara o no. — ¿Qué? Ella está en el albergue. ¿Qué sucede? — ¿Estás seguro, Steve? jodidamente seguro de que está ahí?

¿Estás

absoluta

y

—Si, estoy seguro, ella usualmente se levanta temprano para asegurarse de ayudar con los desayunos. Debería regresar a la casa dentro de cuatro horas, por el amor de Dios, deja la cafeína. Me mordía el labio, considerando eso. —Ve a revisar.— corté su argumento cuando empezó. —Sólo ve a revisar por mí y no le digas a nadie. Te explicaré después. Sólo ve, ¡maldita sea! ¿Está bien? —Jesús, bien, Cristo eres un dolor en el culo, Jake. 169

Esto no me va a tomar mucho, está sólo al cruzar la calle y entonces quiero respuestas. —Las tendrás entonces. Mi corazón se aceleró incluso más. Colgué. Había demasiadas preguntas sin respuestas. Cada nueva revelación dejaba más preguntas. Esperaba que Kristair tuviera el sentido común de amarrar a Kayla de nuevo. Sólo porque ella era ella misma no quería decir que no podía ser también Mr. Hyde( 9 ) cuando no la estábamos viendo. No quería estar en la posición de tener que lastimarla de nuevo sólo para lograr tenerla bajo control. Y estoy seguro como el infierno que la criatura que se parece a Kristair… ¿Cómo le había llamado a eso? ¿Un doppelganger? ¿Por qué? Algo de eso estaba en el fondo de mi cerebro, pero no podía llegar a él. Oh bueno, tenía un largo camino por delante manejando en el que podía ponderar los qué y cómo de todo eso. La transacción del banco no tomó mucho tiempo y cuando salía sonó el teléfono, me tensioné al ver que era el número de Steve. — ¿Bien? —Será mejor que empieces a hablar, Jake o voy a empujar tu culo a tu cara. ¿Dónde está ella? Respiré profundo, no estaba seguro de creerle o no. —Bien, esto es lo que necesito que hagas. Empaca una bolsa para Kayla, lo suficiente para varios días, pero no muy pesada, mete algo de efectivo; no puedes usar tus tarjetas. Necesito que compres tres boletos de tren. Uno

(9) Mr Hyde, de la novela de 1886 de Robert Louis Stevenson, el extraño caso del Dr. Jekill y Mr Hyde, Trata un doctor que se convierte en un hombre brutal.

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hacia el sur a New Orleans está bien, otro a Chicago, y el último a Vermont. —Eso no explica una mierda, imbécil. —Maldición, ¡cállate! Necesito que te encuentres con Kayla y conmigo en Bellows Falls, Vermont. ¿Lo entiendes? Y no puedes decir una mierda a nadie. Usa el tercer boleto hasta dos salidas después de Bellows Falls, entonces bajas. No le digas a nadie. Hay algo jodidamente mal aquí y están tratando de matar a Kayla, a Kristair y a mí. Y si crees que ves a Kristair o a Kayla asegúrate de que no te vean. Hay una buena posibilidad de que no sean ellos. —Jake. —Maldición, sólo hazlo. Y no me llames de nuevo. Yo iré a buscarte a la estación. Deberá ser fácil, probablemente seas el único negro ahí.

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Capitulo 16

M

e sentía un poco culpable de manipular a Jacob de la manera en que lo hice. Ussier era despiadado, cierto, pero realmente no creía que pudiera matar a Kayla, no en tanto hubiera preguntas sin responder. A su manera, él le tenía cariño a mi hija. Sin embargo había en esta ciudad muchos a los que no les importaría dañarla. Yo tenía algo de inmunidad debido a mi edad y a que sólo un selecto grupo sabía que ahora era humano. Jacob y Kayla no tenían esa inmunidad. No quería que ni Jacob ni Kayla estuvieran cerca de la ciudad cuando el sol se pusiera. Si pudiera evitarlo, ellos no regresarían hasta que todo este espantoso desastre fuera resuelto. Enviarlos a Vermont era el primer paso. La casa estaba demasiado tranquila después de que Jacob se fue. Kayla aún no había despertado, aunque Jacob me aseguró que ella respiraba y su corazón se oía normal. Estaba tentado a ingresarla en un hospital pero eso la hubiera dejado vulnerable a un ataque. Así que los vi irse con mi corazón como un peso muerto en mi pecho y el riesgo me obsesionaba. La mejor manera de protegerlos 172

era quedándome atrás. Al menos, eso era lo que me seguía diciendo a mí mismo. Y me seguía repitiendo que Jacob podría cuidar de sí mismo. Como de hecho lo había hecho contra el Sindicato cuando yo no podía ayudarle. Pero aún así, él era acechado por una criatura que usaba mi cara, y eso carcomía a mi amante. No podía sacar de mi mente la cara de Kayla con las heridas que le causé. Ni la extraña expresión en la cara de Jacob, después de su encuentro con el doppelganger. Dormir sería imposible. Pasé el día haciendo llamadas que necesitaba hacer, limpiando nuestra casa para cuando regresáramos, esa podría ser una bienvenida, y repitiendo los sucesos una y otra vez en mi mente. Revisaba cada evento de nuevo, buscando alguna pista, sin importar lo pequeña que fuera, eso podría guiarme a quien estuviera detrás de esto. Era un ejercicio frustrante, y por primera vez temí el atardecer. Ussier era un hombre astuto. No conocía el rango de sus habilidades como vampiro. Aunque él mantenía sus habilidades en privado, estaba seguro de que eran extensas. No podría estar en el poder si no fuera así. Había pasado mucho tiempo desde que enfrenté a algún vampiro más poderoso que yo, y el saber que él podría aniquilarme fácilmente era perturbador. No es que pensara que lo haría, era sólo tener que ajustarme a la verdad de que aunque seguía siendo el más antiguo ya no era el más poderoso. Cuando la tarde se convertía en noche, guardé mis bolsas en la cajuela del automóvil que Jacob me había dado, y revisé dos veces la casa para asegurarme de que 173

todo estuviera cerrado. Veía el automóvil cuidadosamente. Jacob me había asegurado que era seguro y confiable. Yo siempre me enorgullecí de aprender nuevas cosas, pero por alguna razón, ciertas habilidades continuaban eludiéndome. Usar la computadora, operar un teléfono celular… y conducir un automóvil. No era sólo la parte mecánica que me intimidaba, era el hecho de que no confiaba que los otros, en los automóviles que me rodeaban, obedecieran las reglas. Eso era tiempo pasado y ahora lo tenía que superar. Tenía un largo viaje frente a mí esta noche. Imaginaba que para cuando llegara a Bellows Falls, sería un experto conductor. Millones de personas tienen su licencia. ¿Qué tan difícil podría ser? Al menos, eso me seguía diciendo a mí mismo. La verdad es que no tenía mucha fe en la inteligencia y habilidades de la mayoría de la humanidad. Subí al automóvil y me coloqué detrás del volante, y me tomé un momento para orientarme con los varios controles y palancas. No debería de ser tan difícil; tenía los recuerdos de las lecciones de Jacob en mi memoria, él me había dicho que „D‟ era para avanzar, y obedientemente jalé la palanca hasta ese punto. Nada sucedió. Fruncí el ceño ante la ofensiva palanca. Jacob me juró que este era automático y que era más fácil que su Camaro, lo que fuera que significara. Yo sólo lo tomé como otro signo de que no quería que tocara su amado automóvil. Hundí las uñas en el volante, agradecido de que Jacob, no estuviera por aquí para ver mi dilema. El malcriado se estaría riendo, sin duda. Casi podía oírlo a pesar de la distancia entre nosotros. Suspiré cuando comprendí que estaba obstinadamente estancado sin una 174

buena razón más que mi orgullo. ¿Cuán a menudo había reprendido a Jacob por no usar mis recuerdos como guía? Esto no era diferente. Moviendo mis recuerdos a un lado, toqué el familiar desorden en mi mente que eran los recuerdos de mi amante. Esto no era como nuestra conexión, ni de cerca, pero oh, era de cierta manera dulce. La sensación de su presencia era suficiente para que casi pudiera olerlo a mi lado, en el automóvil. Usando los recuerdos de Jacob, me encontré girando la llave en el encendido y lentamente salir a la calle. Sintiéndome más confiado acerca de la excusión, dirigí el automóvil hacia el Pooh Corner. Al menos eso era una bienvenida distracción de mis preocupaciones. Otro automóvil trató de adelantarse bruscamente, y le señalé con un imperioso dedo. —Tú detente, ahora. — Me sorprendió mucho que lo hiciera. Quizás podía enseñarle a Jacob este truco, ordenar en lugar de maldecir a los otros conductores. Con las manos aferradas al volante, avanzaba, podía ver a todos alrededor de mí, logré llegar al bar de Deke sin que otro se me acercara. El sol no se había metido cuando llegué a la vieja iglesia convertida en bar. Estacionarme correctamente en el pequeño espacio fue una inútil e imposible tarea, así que renuncié y dejé el automóvil en donde estaba, ligeramente arriba de la banqueta de Deke. No sabía cómo Jacob lograba que se viera tan casual y fácil. A pesar de ese pequeño contratiempo, estaba más que confiado de poder manejar hacia Vermont. Mientras nada complicado sucediera mientras manejaba hacia Jacob, estaba seguro de poder llegar ahí sin problemas.

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Me puse los guantes para esconder la quemadura en mi mano y entré al bar, dirigiéndome hacia el cuarto trasero de Ussier. —Lo voy a esperar, — le dije al que atendía el bar, y entonces entré en la parte de atrás sin esperar que asintiera. Tendría quizás una hora antes de que Ussier llegara, y la espera me ponía inquieto, no tenía nada que hacer, sólo quedarme sentado y esperar que los cachorros de Alette sobrevivieran y que Jacob y Kayla hubieran llegado a su destino a salvo. Me obligué a mi mismo a seguir sentado ante la mesa y preparar la conversación por venir. Pero manejar me había afectado y mi mente no ayudaba. Un sonido me alertó y me levanté de mi asiento cuando Ghedi Ussier entró en el cuarto trasero. —Ussier. ¿Tabitha sobrevive? —Si, apenas, pero la amenaza continúa.— La fría sensación en mi interior se calmó un poco. Aún así no quería tener a Kayla cerca de Pittsburgh durante los siguientes doce años. No con Alette alrededor, no con la oportunidad de que ella pudiera descubrir la involuntaria parte de mi hija en este juego. Las arrugas de la frente de Ussier se borraron, su expresión se volvió serena, y su dura como el granito mirada en sus grises ojos fijos puesta en mí. Noté que él no hizo intentó por saludarme. —Antiguo, ¿qué sucedió en casa de Alette? Me senté de nuevo, tenía una oportunidad de explicarle satisfactoriamente a Ussier los eventos sucedidos, organizaba mi mente, tratando de encontrar con qué evento empezar. Había estado revisando los eventos y las pistas una y otra vez durante todo el día. — Será mejor si comienzo en donde creo que todo esto 176

empezó. Cuando regresé como humano. Esperé que Ussier asintiera y respiré profundo, recargándome y entrelazando mis dedos juntos. —He estado plagado de sueños al amanecer, de cuerpos incendiándose sin esperanza al amanecer. Y por meses, los tomé como simples sueños, hasta que los asesinatos salieron a la luz y descubrimos que las víctimas eran vampiros. Ahora, creo que los sueños son colocados por quien sea que está detrás de esto, como una promesa o una advertencia de lo que sucederá. La cara de Ussier seguía inexpresiva. Esa era una molesta táctica, a pesar de que muy a menudo Jacob me acusaba a mí de hacer lo mismo. Ahora entendía lo molesto que eso era. —Cuando Jacob y yo comenzamos a investigar, rápidamente me di cuenta que la conexión que había entre todas las victimas era yo. —O más específicamente, con las investigaciones que estaban llevando los vampiros ancianos, cuando desaparecieron.— La fachada de Ussier se quebró ligeramente mostrando una conocedora sonrisa. No me sorprende para nada tampoco que Lisabeth o Artemise le hubieran dicho algo al señor de los vampiros. Quizás de una manera él contaba con eso. Todo el mundo confiaba en Ussier por su discreción y su capacidad de descubrir los pequeños detalles. — ¿Lisabeth? —No, Artemise. — Sí, eso tenía sentido. Artemise se veía a si mismo como un maestro y veía a todo el mundo como chicos y chicas que deberían ser instruidos, sin importar cuán viejos fueran. Él era un mentor incurable 177

dedicado a Ussier. —Todo el mundo en la ciudad que me ayudó a investigar este particular misterio ha perecido a excepción de Lisabeth y Artemise. Sospecho que todas las víctimas fueron asesinadas por su conexión conmigo más que por lo que sabían. No puedo ser el único vampiro que investigue esto— Aunque no descontaba la posibilidad por entero. — Creo que el asesino esperaba que estas víctimas en particular captaran mi atención más rápido. —También creo que en el ataque a la casa de Alette el blanco era Artemise y cuando ellos no pudieron dar con él, fueron detrás de su grupo familiar. — Yo fruncí el ceño, perdido en el pensamiento, ociosamente tamborileando mis dedos juntos. —Otro sueño me alertó. Podía oír a Bethany o a Tabitha gritando. — Recordé cómo había sentido a Bedwyr gritar fuera de su departamento. —De algún modo, fui capaz de seguir los gritos a la casa de Alette. Con lo mucho que odio admitirlo, creo que fue un señuelo. Ellos querían que los confrontáramos, llegamos a salvar a Bethany y Tabitha. — ¿Sabes la identidad asumiendo demasiado?

del

asesino?

O

¿estoy

—Aún no sé quién está detrás de todo esto. Jacob capturó a uno, pero escapó mientras nosotros confrontábamos al otro. Su cautivo estaba desmayado y atado y aún así logró escapar en los minutos que tardó Jacob en regresar. — Suspiré y froté mi sien. Mi cabeza no solía dolerme cuando era un vampiro. —Primero, te diré lo que sé y lo que sospecho. Quien fuera lo estaba haciendo de dos maneras. Ellos estaban usando una forma de posesión que es bastante característica. Quien tomó esos rasgos… los borró, como si 178

su cara fuera de arcilla y todo lo distintivo hubiera sido borrado y distorsionado. Era muy notable. Segundo, ellos crearon un doppelganger de mí. Ese fue el que capturó Jacob. No sé si crearon otro o no. Mis instintos dicen que no, pero hay que ser cautelosos y asumir que ellos pueden hacerlo. Ussier hundió sus manos en los bolsillos, hizo un puchero con sus labios y veía el suelo absorbiendo mis palabras. Sin levantar la vista. —¿Dónde están Corvin y ese doppelganger ahora? Necesito respuestas y esa ficticia persona puede ser de utilidad.— Ussier levantó la vista y me vio intensamente. —No sé dónde se encuentra el doppelganger en este momento. Es muy posible que el blanco sea específicamente Jacob, así que lo envié lejos. Incluso si la criatura no lo buscara, no quería a Jacob en la ciudad cuando Alette enloqueciera y buscara sangre. Ussier entrecerró los ojos. —Antiguo, alguien… alguien se tomó demasiadas molestias para formar un señuelo. Esto es obviamente personal, desafortunadamente esto está en mis dominios. Los vampiros han sido destruidos; alguien de mi círculo interno ha sido invadido en su casa. Realmente no tengo ninguna respuesta, pero sostengo a una cantidad de gente, así que necesito respuestas concretas. Tráeme a Corvin. Él pudo haber experimentado algo en el encuentro que puede darnos una guía. Esa era la petición de alguien al que le había dado mi lealtad por décadas, desde que Ussier había tomado el control de la ciudad y eso era difícil de ignorar. Mis instintos protectores querían ir contra la petición de Ussier, Incluso sabiendo que él tenía razón. Casi me rehusé 179

categóricamente, pero no podía perder a un aliado como Ussier en este momento. —Admito que he conseguido enemigos durante estos dos mil años, más recientemente con el Sindicato, estoy seguro que ellos no son amenaza. No es su asunto. Ellos no tienen la capacidad de hacer esto. — Me incliné sobre la mesa. —Puedo llamarle a Jacob. Quizás pueda darte algo de más luz a los eventos, pero lo dudo. Creo que cuando descubra por qué él es el blanco, sabré quién está detrás de esto. Y no cometeré errores, veré que sea destruido o te los traeré a ti. —Antiguo…. — los rasgos de Ussier se suavizaron y su frente se arrugó. —Kristair…. — Su suave voz de barítono bajó casi a un murmullo. —Una llamada telefónica no es suficiente. Necesito las impresiones psíquicas que el doppelganger pudo dejar en Corvin. Por eso, necesito a Jacob. Lo sabes. Según lo que me has dicho este es el mejor curso de acción en este momento. Eso es lo que los otros demandarán. La mirada de Ussier estaba fija en mí, estudiando mis reacciones, las visibles y las imperceptibles. Él era el mejor de la ciudad para encontrar la verdad, de lo que se decía y no se decía. —Claro, eso podría ser un inconveniente para lo que estás queriendo mantener en secreto de mí. Necesitas darme opciones, viejo. Estudié a Ussier, asegurándome por qué el Lord de los vampiros usó mi nombre. —Entiendo. Ambos simplemente tratamos de proteger lo nuestro, mi amigo. — Vacilé sopesando mis opciones. Necesito respuestas y Ussier podía hacer lo que nadie más podía: profundizar en la mente de otro, seguir la pista y quizás él podía asegurarse de que Kayla no estuviera más en la posición de 180

ser poseída. Eso era una apuesta e iba con todo lo que decían mis instintos. — ¿Quién tienes que pueda leer la mente de Jacob?— Mi amante iba a estar absolutamente molesto conmigo, pero seguramente vería que no pude evitarlo. —Lisabeth. Yo vacilé. La chica vudú era un elemento indefinido. Ella era perfectamente capaz de hacer las cosas a su manera por razones que solo ella conocía, pero hasta donde sabía ella era leal a Ussier, y no estaba encariñada con Alette Dupree. —Esto no lo debe saber Alette.— Esperé a que Ussier asintiera. —La persona poseída, al menos en el caso de esta mañana, fue Kayla. Quien fuera que la controlara estaba haciendo su maldito mejor esfuerzo para que yo la asesinara. Las marcas de su ceño fruncido se profundizaron. — Puedo entender tu resistencia a compartir esto conmigo. Antiguo, Yo…agradezco que confiaras en mí. No traicionaré esa confianza. Una ola de alivio me recorrió, mientras Ussier se relajaba y sacudía la cabeza. —Kayla…joder. Necesitamos movernos en esto. Voy contigo a ver a Jacob. Sé que Lisabeth asusta a Corvin, así que estaré ahí para sostener su mano. —Ghedi, para ser sincero Lisabeth te asusta a ti.— Ussier sonrió, mostrando sus hoyuelos, reconociendo la verdad. Revisé el reloj. A ese paso sería después del amanecer antes de que regresara con mi amante y mi hija. —Seguro que hay varias cosas de las que tienes que encargarte antes de salir de excursión. — Rápidamente pensé en el encuentro de esta mañana mientras Ussier escuchaba detalladamente y entonces le informé dónde 181

estaríamos. —Hugo está con Alette ahora. Creo que llevaré a Deke, Artemise, y un par más conmigo a seguir la pista por el túnel. Veremos qué encontramos. —Prepararé a Jacob y a Kayla para tu llegada. Mañana en la noche, no es demasiado tarde, ¿cierto? —Estaremos ahí. — Los rasgos de Ussier se volvieron de piedra de nuevo, y cuando estrechó mi mano lo apreté fuerte. —Cuídate viejo. Alguien está disparando a tu corazón. Estaré molesto si llego a Vermont y encuentro que todo fue quemado contigo dentro. —No serás el único. Estoy seguro que oiría a Jacob quejarse de eso por el resto de la eternidad en nuestras tumbas.

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Capitulo 17

P

odía sentir cada kilómetro que Kristair se acercaba a mí, aunque en mi impaciencia de su aproximación sentía como si estuviera malditamente arrastrándose. Me dolía la cabeza, sentía que mi cerebro se hinchaba con el constante esfuerzo por alcanzarlo, tercamente mantenía la conexión entre nosotros. A pesar de sentir que podía explotar. Y lo esperaba, extrañaba al absolutamente grosero bastardo. Era una hermosa mañana. El sol brillaba en las verdes colinas y cubriendo las montañas. La ciudad estaba al suroeste muy lejos de la cabaña, el extraño lugar había estado desocupado mucho tiempo. Todas las cosas ahí estaban ambientadas en un viejo mundo, como si los habitantes se hubieran quedado en otro tiempo y otro lugar. Y todo el mundo me veía indirectamente, como si estuviera escrito la sospecha en sus apergaminadas caras y hablaban con acento de Nueva Inglaterra. Claro, eso podía ser mi paranoia hablando. Incluso ahora, con el sol brillando sobre los árboles y suavemente desapareciendo las sombras en el césped y la fresca brisa, era una amenaza en el aire. Claro, yo estaba obsesionado, principalmente por amigos ahora también 183

enemigos. Eso podía complicar las cosas. Creía que podríamos estar mejor aquí. Después de todo, la ciudad en la que crecí no era mucho más grande que esto, y seguro que este lugar tenía su porcentaje de extraños, con la estación del tren llena de turistas anhelantes de ver el cambio de color de las hojas. Necesitaba convencerme a mí mismo de dejar de preocuparme por la ciudad y su aura, o sentir que ojos me vigilaban, muchos de ellos. Llené mi taza de café y tomé una dona de manzana. Estaban asombrosas, encontré un pequeño lugar que las vendía cuando fui a explorar después de recoger a Steve. La cabaña estaba tranquila. Kayla y Steve probablemente seguían dormidos, ¿Y quién podría culparlos? Aún no eran ni las siete. Kristair no estaba aquí, y aún estaba dentro de mi jodido horario. Tomé mi café y mi dona y salí al porche para no molestarlos. Pobre Kayla, había despertado una hora después de nuestro viaje al norte, desorientada y lastimada. Ella no recordaba una maldita cosa, pero después de que le expliqué todo lo que había sucedido ella insistió en seguir con las esposas. Señor, ella se veía tan malditamente digna de lástima. Estaba mal verla de esa forma, con el rostro ceniciento, círculos negros bajo sus ojos, su expresión preocupada. Pero cuando ella empezó a bromear acerca de que los hematomas en nuestras mejillas combinaban, sabía que estaría bien. Aunque Steve había estado muy furioso cuando la vio. Tanto que me pregunté si había sido una buena decisión traerlo, pero maldición, él amaba a Kayla. Yo sabía eso. Y si yo estuviera en su posición, también quisiera estar con el único a quien amo. Me hubiera matado si no le digo. 184

No había manera de que pudiera evitarlo, él se volvería loco si ella no regresaba a la casa. Yo no podía hacerle eso. Busqué en mi mente a Kristair, el dolor atravesó mis sienes. Él aún estaba a dos horas y yo podía sentir que estaba agotado hasta los huesos, un temor sin fin y un silencioso pesar que me desgarraba. Aún así no podía tranquilizarlo. Ni siquiera sabía que lo que sentía era enteramente real o era sólo mi impresión porque lo conocía muy bien. En el momento que tuviera la oportunidad llevaría a Kristair a nuestro cuarto y haría que lograra dormir. Apuesto que no ha dormido desde que lo dejé. —Creí que ya estabas cansado con todo eso de disfrutar la naturaleza, Jake. Casi me ahogo con un trago de café caliente al oír la extraña voz. Vi a mi alrededor, Tony estaba sentado en el barandal del porche sonriéndome. —Santa jodida,— dije, y me reí alejando toda la brutalidad de la semana pasada. — ¿Qué te hace traer tu fea cara por aquí? —Pensé en venir a revisarte. Has estado muy ocupado. “Los bandos”, no creo que noten que estoy aquí en este momento. —Oh mierda si, ¿no va esto contra las reglas? ¿Te causará problemas?— Me acerqué y le di un abrazo. — Sostente antes de que la fuerza te aleje.— me separé y asomé la cabeza en la puerta del frente. —¡Steve!— grité. Casi me rio cuando su cabeza se asomó de la puerta de la recámara, viéndose sombrío. —¿Cuál es tu maldito problema, Corvin?— él siseó. —Kayla sigue dormida. —Ven aquí un minuto.— Yo le hice señas y abrí más la puerta.

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—¿No puede esperar? No quiero… —Ven, ¡maldita sea! Vamos. Quiero que veas quién está aquí. La cara Steve se veía aún más sombría, y me dio una mirada asesina mientras salía de la recámara y cerraba suavemente la puerta. —Espero que sea algo bueno, Jake, o voy a patear tu trasero fuera del estado. —Cállate la boca y confía en mí. — Cuando Steve se acercó, le tomé el brazo y lo jalé al porche, ignorando sus protestas en voz baja, que se interrumpieron cuando vio a Tony. — ¡Tony! maldición, — Steve gritó, liberándose y dándole a Tony un fuerte abrazo. —Te juro que eres el jodido conejito de Energizer. Maldición, hermano. Nada te detiene. Durante unos minutos, la conversación fue un caos y una confusión, los tres tratábamos de hablar hasta que Steve levantó la mano y pidió silencio. —No puedo oír ni mis pensamientos. Tú primero Tony. Ya sé cómo maneja „este‟ las cosas.— Me dio un golpe en la parte de atrás de mi cabeza, riéndome le di un codazo. —Ha sido interesante, — dijo Tony apoyándose en el barandal. Maldición, él se veía tan bien. La expresión de cazador de su rostro había desaparecido. Ahí había confianza en él, un aire de poder vital y de conocimiento, se veía como la mirada de un anciano. —Estoy listo para escuchar a Jacob. ¿Qué hacen ustedes dos en Vermont? —Compañero, tu voz es jodidamente alta, — Steve le dijo. — ¿Qué diablos has hecho? ¿Te tragaste una radio o algo así?

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—¿No sabes nada?— Le di otro codazo a Steve. — Tony es ahora uno de los poderosos Ascendidos, conecta el cosmo con toda esa mierda. —Oh si, lo siento, Tony. Aún no acepto que eras vampiro; me tomará una década al menos aceptar que eres un dios. —¿Un dios?— Tony casi se ahoga con la palabra. — Difícilmente, puedo ser expulsado del Cosmo ahora. Entonces vamos. ¿Qué están haciendo aquí? —Después.— moví la mano. Habría suficiente tiempo para hablar de asesinatos y de huir. —¿Qué problemas se mueven ahorra arriba? —¿Yo? Tendrás que saber que sólo soy un espectador inocente en todo lo referente a ti. Steve y yo intercambiamos miradas y sonreímos. — Yo llamo mierda a eso,— Steve dijo. —Ha, En serio. Soy al único al que tu viejo culpará,— Tony dijo, bromeando, y repentinamente todo tomó forma en mi interior. Me enderecé y vi a Tony fijamente. —¿Qué es lo que quieres decir? ¿Los Ascendidos están enojados por lo que él hizo?— Oh hombre, eso podía explicar mucho, pero si ellos estaban detrás de los ataques, ¿cómo tendríamos oportunidad de pelear contra ellos? —¿Enojados? No.— Tony se jaló el lóbulo de la oreja en reflejo. —Diría que están más confundido que nada de que alguien pudiera renunciar y darse por vencido. Creo que a ellos les alegra que se haya ido, para ser honestos. Él estaba jodiendo todo con ese talismán que lo conectaba contigo y sus constantes intentos de escapar. Creo que 187

ellos incluso lo dejaron ir sin problemas, pero Nerissa no lo dejó ir voluntariamente. —Me matas, Tony, lo juro por Dios, suéltalo, hombre.— Era bueno tener la confirmación de que los Ascendidos no perseguían a mi amante, aunque aún quedaba una pregunta fuera. ¿Quién? me preguntaba si tendría la respuesta de Tony. Estaba seguro que había reglas contra eso, pero no había ningún peligro en preguntar, ¿verdad? Le di un trago al conocido por todos Kool-Aid(10). —Bueno, hay una división entre los Ascendidos ahora. Están a los que les gusta que las cosas sigan como están y los que están interesados en un poco más de interacción. La elección que hizo Kristair fue más que solo ver lo que merodeaba por el cosmo, observando y estudiando. ¿Cuánto más se podía aprender si se podían involucrar también? No digo que tratemos de cambiar las cosas, como ahora, hablando con ustedes dos, en lugar de solo revisarlos. —¿Tú nos revisas?— Steve preguntó. —Infiernos, si, aunque soy discreto en eso. Hay una firme política acerca de evitar ver nuestras antiguas vidas en lugar de superarlo. En eso he sido débil. Soy curioso, ¿lo saben? No lo había hecho en un tiempo, estaba tratando de mantener un perfil bajo y mantener la atención lejos de mi. Mis labios se torcieron divertidos. Tony era un Ascendido desde hace menos de un año y ya estaba causando problemas. —Hey espera, eso no fue a causa de (10) Kool-Aid es la marca de una mezcla en polvo saborizada para preparar bebidas, que pertenece a la compañía Kraft Foods. Inventada en 1927 por Edwin Perkins, es conocida como el refresco oficial de Nebraska.

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haber ayudado a Kristair, ¿no es así? ¿Ellos te persiguen a causa de eso? Tony se veía complacido. —¿Tú retomaste eso? Pensé que podrías, o supongo que Kristair te dice todo. Realmente no me metí en problemas por eso. Ellos no estaban felices, pero lo hecho, hecho está, y creo que, de todas maneras, habían empezado a suprimir el incidente de su memoria. No, esto es a causa de que entre los Ascendidos hay una nueva fracción que quieren hacerme su líder. —Oh dulce niño Jesús,— Steve murmuró. —¿Cómo logras meterte en esas cosas? —Es un talento.— Tony sonrió. —Pero realmente no quiero el trabajo. En todo lo que estoy interesado es en hacer mis propias cosas y mantenerme fuera de los problemas. Si ellos quieren tener una revolución y entrar en una nueva era de la Ascensión, yo no voy a bloquear su camino, pero tampoco tengo la maldita intención de ser el portador de ondear la bandera. Kristair es afortunado, si él siguiera con nosotros, ellos probablemente tratarían de empujarlo a tomar esa posición. No puedo creer que nosotros seamos los únicos que queramos derrocar el sistema en milenios. —Si, pero yo no puedo imaginar que sea fácil desafiar a un grupo de mentes,— dije. —Especialmente si tú eres la única voz para eso. —Bien. Hay unos pocos más ahora, y eso mantiene a los viejos estudiosos ocupados tratando de tomar el control del resto de nosotros. ¿Qué han hecho ustedes dos además de cosas sucias con Kayla y Kristair? y 189

Steve frunció el ceño, yo pasé la mano por mi cabello Tony nos veía a ambos, enderezándose. —¿Qué

sucede?— preguntó con un extraño timbre en su voz. —¿Quieres decir que el “señor todo lo sabe” de los Ascendidos, no lo sabe? —Bien, Steve, él ha estado ocupado vagabundeando por el universo y evitar problemas. Incluso no ha podido ver a ningún lado. —Dejen de joder y díganme,— Tony insistió. —¿Quieres decir que no puedes leer nuestras mentes?— No pude evitar ser cínico a pesar de lo serio de la situación. —¿Realmente quieres que lo haga?— Tony me vio fijamente. —No quiero ser un intruso. Estoy seguro de que hay cosas en tu cabeza que no quieres que vea. —Buen punto. Entonces, está bien, es una larga historia, pero aquí está lo esencial. Alguien está poseyendo a la gente para usarla para matar vampiros. —Ellos usaron a Kayla,— Steve interrumpió. —¿Qué? —¿Puedes dejarme terminar con esto?— yo los veía a ambos a Steve y a Tony. —Guarda las interrupciones y preguntas para después. Si, ellos usaron a Kayla al menos en uno de los asesinatos, pero no hemos podido saber si fue utilizada en todos los anteriores. Ella no recuerda lo que hizo. Dado que estaba en Baltimore y los asesinatos fueron en Pittsburgh, dudo eso. Steve hubiera notado si ella se perdía por horas continuamente. —Realmente, no lo hubiera hecho,— Steve dijo frunciendo el ceño turbado. —Ella pasa muchas horas en el albergue, y yo tratando de aumentar las donaciones y de 190

conseguir que los comerciantes locales se involucren. ha estado muy callada y retraída últimamente, pensé se estaba presionando demasiado, ¿sabes? Pero cada que trataba de que se tranquilizara y tomara las cosas calma empezábamos a pelear.

Ella que vez con

Bueno, hubiera sido más fácil tranquilizar las preocupaciones de Kristair con la posibilidad de que Kayla no estuviera involucrada en todos. —Eso no es todo, Tony. Los vampiros en Pittsburgh se están moviendo buscando venganza. Kristair nos alejó para que nos escondiéramos hasta que consiguiéramos algunas respuestas. —¿Cómo diablos se involucraron en eso, en primer lugar?— Tony preguntó. —Si, también, me gustaría saber eso,— Steve dijo. — Creí que habían dicho que habían dejado toda esa mierda sobrenatural cuando Kristair regresó. —Ussier nos pidió un favor.—Me encogí de hombros. —Él necesitaba a alguien que pudiera moverse de día, dado que en ese momento, pensábamos que era un simple cazador de vampiros. Y entonces pensamos que tenía algo que ver con la investigación que Kristair hacía antes de ser Ascendido. Pero las dos últimas víctimas de ayer en la mañana no tenían nada que ver con eso, hasta donde sabemos. Oh y antes de que se me olvide, también hay un clon de Kristair que quería convertirme en su perra favorita. El silencio se formó después de esta declaración y Tony tenía los ojos más abiertos. —Bueno, entonces. Claramente tenía razón cuando regresé a visitarte. Necesitas un guardián. —Jake….— Una expresión turbada cruzó la cara de Steve. —¿Qué te hace pensar que era un clon? Quizás era 191

solo Kristair que perdió su jodida mente. Mira lo que le hizo a Kayla. Quiero decir, sé que lo amas y todo eso, pero él es viejo como la mierda y tiene algunas retorcidas inclinaciones. Él fue un asesino durante mucho tiempo y…. —No tienes una maldita idea de lo que estás hablando.— Vi fijamente a mi amigo, ardiendo, él respondió mi mirada. —Él no sabía que era Kayla. Yo no sabía que era Kayla. No puedes decir que él está loco sin decir que yo lo estoy también. Yo le disparé. —Tú impediste que él la matara. —Sólo porque quería entregársela a Ussier. Creo que ella hubiera deseado estar jodidamente muerta si eso hubiera sucedido. Sé realista.— Steve no entendía, yo aún tenía algo del alma de Kristair en mi, y él tenía algo de mí en él. Aunque no pudiera leerlo tan profundamente como acostumbrábamos, sabía que él no estaba loco. Y él no mataba por deporte y no disfrutaba cazar. Guerrero, si; sociópata, no. —No empiecen a pelear con el otro.— Tony dijo colocándose entre ambos. —Jake, él no entiende, y Steve, soy imparcial en esto, confía en mí, Kristair no es un loco. Si él hubiera sabido quién era cuando estaba poseída, no la hubiera tocado.— Tony declaró. Perdido en mis pensamientos fruncí el ceño. —¿Tienes alguna idea de quién está detrás de esto?— pregunté, viendo esperanzado a Tony. —¿No puedes al menos darnos una pista? ¿No vas a dejarnos con este problema? ¿Puedes? —No, no puedo,— Tony dijo simplemente y mi estómago se hundió. —Porque no tengo ni una maldita idea y no me gusta eso. Yo debería de ser capaz de ver todas 192

las cosas. Déjame ver qué puedo encontrar. Tomé su brazo antes de que pudiera desaparecer. — No te metas en mierda por esto, ¿bien? —He aprendido a ser discreto.— Tony golpeó ligeramente mi hombro. —Déjame ver a Kayla. Es la única cosa que puedo hacer antes de irme. Puedo asegurarme de que no sea poseída de nuevo, así al menos tendrás una preocupación menos. —Yo te llevo con ella.— Steve abrió la puerta cuando yo le daba un abrazo a Tony. —Gracias hombre. —No hay problema. Al menos puedo hacer algo. Quizás Steve pueda calmarse ahora y no tratar de arrancarle la cabeza a Kristair cuando llegue. —Podemos esperas siempre eso.— Aunque de algún modo lo dudaba. Esos dos sólo se estaban atacando y Steve no iba a ignorar lo que sucedió sólo porque la situación había cambiado. Deseaba poder advertirle a mi amante antes de que llegara, pero quebraría su regla de “no teléfonos celulares”.

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Capitulo 18

J

acob me estaba esperando en el porche cuando llegué, y al verlo se borró algo de mi agotamiento y de mi ansiedad. Él sonreía y bajó los escalones para encontrarme mientras me estacionaba. — Nunca pensé verte detrás del volante de nuevo,— bromeó, jalándome a sus brazos. —La necesidad engendra todo tipo de cambios.— lo besé, permitiéndome un breve momento de relajación en sus brazos antes de apartarlo y tratar de leer su expresión, confusión para variar. El feo moretón parecía haber desaparecido misteriosamente de su mejilla, y sus ojos estaban llenos de renovado brillo. No es que no estuviera agradecido de que estuviera bien solo... —¿Cómo está Kayla? —Mucho mejor.— Jacob dijo y de nuevo mis ojos se fueron hacia su no dañada mejilla mientras la esperanza me llenaba. Pero cuando traté de moverme para revisarla yo mismo, Jacob me bloqueó. —¿Qué sucede?— Entrecerré los ojos con sospecha, y fruncí el ceño, demasiado cansado para jugar. —Me gustaría ver a Kayla. 194

—Espera. Antes de que entres, tengo dos cosas que decirte primero.— Jacob colocó sus manos en mis hombros y yo veía detrás de él a la cabaña. —Tony llegó esta mañana y se aseguró de que Kayla no pueda ser poseída de nuevo. Yo lo vi, incrédulo. —¿Lo hizo? Pero….— Eso era maravilloso. Me sacudí del agarre de Jacob y lo hice a un lado, determinado a verlo con mis propios ojos. Seguro que habría consecuencias por las acciones de Tony, pero no iba a discutir un regalo. Tony sabía lo que estaba haciendo. —Y los sanó a ambos en el proceso. Era egoísta de mi parte, pero estaba agradecido de no tener que ver de nuevo las heridas que había causado. —¿Cómo lo sabes? Espera, Kristair.— Jacob tomó mi brazo, sosteniéndome de nuevo. —Hay algo que tengo que decirte.— Por la urgencia de su voz, consideré que era algo importante y que no me complacería oír. Antes de que pudiera preguntar, la puerta del frente se abrió y Steve salió al porche. Yo lo vi impactado, la culpa me golpeó de nuevo. — ¿Qué está haciendo él aquí?— gruñí. —Él tiene derecho a estar aquí,— Jacob replicó tranquilamente. —Kayla lo ama, y con lo mucho que no quieras admitirlo, él la ama a ella. —Tengo algunas cosas que decirte,— Steve gruñó, señalando su dedo hacia mí. Aparté a Jacob cuando él trató de colocarse entre nosotros, y vi la ira en la mirada de Steve. —No hay nada que puedas decir que no me haya dicho yo mismo. No hice ningún movimiento para detenerlo cuando 195

Steve tomó el frente de mi camisa. —Espero que tengas un maldito buen recuerdo de lo que le hiciste a ella, bastado. —No lo olvidaré mientras viva— Eso me obsesionaba y de la manera en que Jacob tocaba mi hombro, sabía que él entendía eso. —Steve, detente, hombre, él no quería hacer eso. ¿Cuántas veces quieres que te diga que él no lo sabía? —¿Qué?, ¿se supone que está bien sólo porque él no quería hacerlo?— Steve respondió viéndome, hervía. — Desde que él apareció tú y ella han sido lastimados una y otra vez. Perdimos a Tony. Joder, todo estaría mejor si nunca lo hubiéramos conocido. —Detente, ¡maldita sea! ¡Detente!— Steve apartó sus ojos de mí cuando Jacob habló y tomó su antebrazo. —Quédate fuera de esto, Jake,— Steve gruñó. —No, esto me concierne, también, en caso de que lo hayas olvidado. Mira, sé que estás enojado con Kristair, pero esta es una jodida mierda. Tú no puedes hablar por mí, y no puedes hablar tampoco por ella. ¿Por qué no le preguntas a Kayla cómo era su vida antes de que ella lo conociera? Eres un maldito cabeza dura. Solo vez lo que quieres ver. Y, verdaderamente, que ambos sean tan jodidamente iguales ni siquiera es divertido. Steve vio a Jacob como si él hubiera perdido la cabeza, y por una vez no podía decir que estaba en desacuerdo con él. —No seas ridículo,— dije ofendido. —No tenemos nada en común. —Jake, él es posesivo, loco por el control que no sabe cuándo dejarlo ir, y lo jode todo.— Steve dijo girándose a verme. 196

Tomé las muñecas de Steve forzándolo a soltar mi camisa, aunque lo liberé una vez que lo hizo. —Tú eres un arrogante más allá de las palabras, siempre estás seguro de tener la razón,— le gruñí en respuesta. Jacob torció los labios. —Si, como dije, iguales.—Él levantó las manos cuando ambos nos giramos hacia él. — Hey, solo estoy señalando lo obvio. Steve es el chocolate que te cubre, y tú el caramelo de Steve. Antes de que pudiera contestar a tan ridícula declaración, la puerta del frente se abrió de nuevo, interrumpiendo la tos de respuesta de Steve. Mi corazón saltó cuando vi a Kayla bajar los escalones y lanzarse hacia mí, la atrapé sosteniéndola tan cerca como pude, mientras sus brazos me rodeaban. —Kayla, pequeña….— Mi garganta se tensó. —Lo siento tanto. Ella sacudió la cabeza duro, y yo sentí que temblaba. —Yo también. —Tú no tienes nada de qué disculparte. —Si, bueno, tú tampoco, Padre, pero mientras continúes auto flagelándote, yo lo haré.— Mi hija se apartó y tomó mi cara en sus manos. —Te ves como mierda, Kris. ¿Desde cuándo estás desaliñado? Yo la veía detenidamente, revisaba su mejilla en busca de cualquier signo del hematoma o cualquier otra lesión. La mirada de Kayla era de más adulta, había perdido la inocencia, y lo lamenté, pero ella estaría bien. Algo dentro de mí se tranquilizó al darme cuenta de eso. Mi hija tenía un centro resistente dentro de ella que yo a menudo olvidaba. Le sonreí y toqué su mejilla. —Estuve muy ocupado ayer para molestarme en rasurarme.

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—Creo que es sexy,— Jacob dijo, dándome un guiño. —Tú...— Retiré un mechón de su cabello, avergonzado por el público. —Te extrañé.— Vi la cara seria de Steve y suspiré. Al advenedizo realmente le importaba ella, no podía negar eso, con lo mucho que me gustara negarlo, admití. —Yo también.— Kayla tomó la mano de Steve y entrelazó los dedos. —¿Cómo tomó el tío Ghedi tu explicación? —Razonablemente bien, pero él insiste en involucrarse.— Fruncí el ceño y vi a Jacob, preparándome para la explosión. —Él y Lisabeth llegan esta noche a vernos. —¿Qué? ¿Estás loco? Pensé que la razón para dejar Pittsburgh era porque querías que nos escondiéramos de él. —Principalmente, quería alejarte de Alette y no quería que nadie más se tomara el asunto en sus manos, y no estaba seguro de Ussier antes de hablar con él. Yo voy a confiar en él, mo chroí. No le diría nada a él, si pensara por un segundo que pudiera venir detrás de ti o de Kayla.— Estaba demasiado agotado para discutir, y el día aún no acababa. Ellos estarían aquí antes de que lo supiéramos y deberíamos estar listos. Jacob debió de sentir eso porque después de un momento, él asintió y me guió suavemente a la cabaña. — Te robaré por el resto del día, prepararé algo rápido para comer mientras te bañas, y entonces a dormir. Dudo que hayas logrado dormir algo anoche. Levanté una ceja ante su firmeza pero no discutí. El pensamiento de estar limpio y con comida en el estómago era demasiado seductor. Además, la noche iba a ser larga, 198

y necesitaba prepararme para lo que iba a suceder. Así que tomé mi mochila y subí los escalones, dejando a los tres murmurando entre ellos. El cuarto que Jacob había elegido para nosotros era simple, con una gran cama y enormes ventanas que daban a un lado de la montaña. El olor a Jacob, a pino y a limpio, era claro en el aire. Eso era tranquilizador. Vi a la cama, tentado de acostarme un momento, pero sacudí la tentación. A pesar de la insistencia de Jacob de que durmiera, no teníamos mucho tiempo para descansar. Una ducha y comida tendría que ser suficiente. Me quité la ropa y entré en el pequeño cuarto de baño. Para cuando salí estaba revivido de algún modo y Jacob me esperaba en la cama con un plato de sándwiches y una taza de té de hierbas. —Gracias,— le dije, ajustándome la toalla en las caderas y tomando el plato y la taza que él sin decir nada me entregaba. Me senté a su lado, y le relaté mi conversación con Ussier mientras comía, pero su atención parecía estar en otro lado. —¿Qué te sucede?, Jacob— Le pregunté cuando terminé de hablar y él sólo dijo uno o dos comentarios al respecto. —Nada, estoy bien. Si leerme puede ayudar a encontrar al doppelganger estoy bien con eso. Quiero darle caza antes de que él lo haga.— Jacob tomó la taza y el plato vacío y lo dejó en la cómoda cuando toda la energía parecía drenarse de mí. —Voy a dejar que Lisabeth me lea a mi también— Estaba renuente a hacer eso. El pensar en alguien invadiendo mi privacidad de esa manera me inquietaba, 199

pero no podía pedirle a Jacob que hiciera algo que yo voluntariamente no haría en mí mismo. Ussier había insistido que yo también lo aceptara; no había otro factor en mi decisión que la confianza de él. Al hacerlo le mostraba respeto y el deseo de que las cosas con él continúen bien. Nadie, ni él ni Lisabeth podían presumir de pedirle a un Antiguo que abriera su mente a ellos. —No tienes que hacerlo. —Ellos se limitarán a nuestros encuentros con Kayla, el doppelganger y la casa de Alette. No verán nada de lo que se supone no deben de ver. Además, como te dije, si ayuda a capturarlo valdrá la pena una pequeña pérdida de privacidad. Tomé una profunda respiración y me obligué a mi mismo a levantarme e ir a la cómoda, Jacob atrapó mi muñeca y me jaló a la cama de nuevo. Lo vi sorprendido. — ¿Qué sucede? —¿Has cuidado de todo esto?— Jacob preguntó, tomando mi mano y viendo mi palma. Ahí estaban unas ampollas en donde el cuchillo me había quemado, pero eran pequeñas y no se veían tan mal como al principio. Los ojos de Jacob se fueron a las diez profundas quemaduras en mi pecho y los hematomas que ella me había causado. —Kayla podría espantarse si pudiera verte ahora, y Steve cerraría su jodida boca,— Jacob dijo con su mirada sombría mientras ligeramente tocaba mi pecho. —¿Por qué no me lo dijiste? —Una cosa sucedió después de otra, estoy bien, Jacob, apenas y duele. —Mentiroso. Quédate justo ahí. Voy a traer el botiquín de primeros auxilios y me dejarás atenderte.— 200

Jacob se levantó y salió del cuarto. No traté de detenerlo, él no me dejaría hasta estar satisfecho. Regresó un momento después con una caja, una nueva taza de té, y dos pequeñas píldoras. —¿Qué son esas?— Le pregunté, mientras Jacob abría la caja y comenzaba a sacar ungüento y gasa. —Solo tómatelas. Te quitará el dolor y podrás dormir. No me molesté en decirle a Jacob que no podría dormir, pero tampoco veía ningún daño en las píldoras, así que me las tragué con un sorbo de té y vi curioso cómo Jacob me atendía. —¿Dónde aprendiste esta habilidad? —Fui un niño muy inquieto, siempre estaba vendado de un lado o de otro. Jacob estudió mi mano y colocó ungüento en las ampollas. —Estas no están tan mal.— Entonces él atendió cada una de las pequeñas quemaduras de la misma manera, y encontré que su cuidado era mucho mejor bálsamo para mí que el ungüento. Se me ocurrió mientras Jacob me atendía, que nadie lo había hecho en muchísimo tiempo. —Gracias,— murmuré cuando él terminó, y rocé mis labios sobre los suyos. En un momento estaba acostado sobre mi espalda, el profundo cansancio me llegaba de nuevo. Esta vez logré moverme antes de sucumbir. —No te vas a mover de nuevo hasta que te diga que te muevas.— Jacob deslizó su mano por mi nuca y me jaló para un beso. —No dormí bien anoche y tú no dormiste nada. Sé razonable, amor. No va a ser una buena noche si no descansas algo. Lo dejé que me jalara a su lado con un suave suspiro. 201

—Jacob, puedo estar cansado, pero no voy a ser capaz de dormir. Mi mente va demasiado rápido. —Entonces permíteme distraerte. —¿Ahora?— Vi hacia la puerta. Era medio día. Kayla y Steve estaban por ahí, quizás en el cuarto de al lado. —Sé serio. ¿Qué si nos oyen? Jacob se rió con un bajo y travieso sonido. —¿Qué si lo hacen? ¿Qué si nosotros los oímos a ellos? ¿A quién le importa?— Mordió mi labio inferior y frotó mi mentón con la incipiente barba en su mejilla. —Eres jodidamente sexy desaliñado, bebé. Voto porque la dejes. Me besó y mis labios se abrieron mientras me hundía en su abrazo. No podía resistirlo en un buen día, y en este momento no tenía defensas contra él para nada. Había sido caos, confusión y alarma desde que comencé a ser humano, y eso había aumentado cuando empezamos a investigar los asesinatos. Las últimas veinticuatro horas habían sido un infierno, aún así tener a Jacob en mis brazos se sentía seguro. —¿Trataste de conectarte conmigo?— le murmuré, acercándolo más. —Juro que después de que te fuiste hubo momentos en los que creía que te sentía. — Era como el toque de un fantasma, pero cada vez que lo sentía me tranquilizaba de que él estaba seguro. Jacob asintió y rozó sus labios con los míos. —Si, podemos tener la conexión de nuevo; deja de luchar conmigo y déjame entrar. —No es tan simple. —Por una vez, lo es.— Jacob retiró la toalla de mi cintura, dejándome completamente desnudo ante él. — 202

Tengo muy buenas relación con un Ascendido, no les importa lo que hacemos ni cómo lo hacemos, mientras no tratemos de cambiar la naturaleza de las cosas o divulgar sus secretos. —Oh, ¿lo averiguaste?— Sus manos se deslizaron sobre mi costado y subieron a mi abdomen, cerré los ojos y saboreé el simple tacto. Quería creerle, realmente quería. Pero realmente no sabía si lo que él quería era posible. —Si.— Jacob raspó ligeramente mi garganta con sus dientes y en anticipación me quedé sin aliento. —Déjame entrar, amor.— Deslizó sus brazos alrededor de mí, y me jaló más cera —Estás agotado, asustado, aún preocupado por lo que podría suceder. Lo sé. Déjame entrar. Sentía mis párpados tan pesados. Nunca me había sentido agotado hasta los huesos antes, del tipo que era por la falta de sueño y problemas emocionales. Quería rendirme, pero en lo profundo de mi, aún luchaba. Deslicé mis manos debajo de la camiseta de Jacob y las pasé por su espalda. Él era cálido y sólido, y me aferré a eso. Jacob se apartó lo suficiente para dejarme quitarle la camiseta y oí el par de golpes de sus zapatos al caer al suelo. Entonces su calor estaba sobre mí de nuevo, sus manos me acariciaban mientras me besaba y su lengua me recorría. El dolor disminuyó, sus brazos eran el cielo. Casi podía oírlo murmurar que lo dejara entrar. Me estremecí, un poco, el sonido de desesperación cerraba mi garganta. Nunca podía luchar, mis defensas bajaban cuando Jacob hacía eso. Él hacía imposible cualquier tipo de pelea. No cuando todo lo que yo quería era dejarlo entrar. Me parecía que ya lo habíamos hecho antes. Sabía que estaba seguro con él… ¿Tendría razón?

203

¿Qué si yo no era capaz de sentirlo? — ¿De dónde sacas tanta fe? mo chroí. —De ti. Abrí los ojos, la luz del sol entraba en la cabaña e iluminaba la tierna sonrisa de Jacob. Sonreí y froté con mi pulgar su mandíbula, pasé mis dedos a través de su cabello. Sus ojos brillaban, con ese asombroso azul, y estaban fijos en mí. —Te amo. Otra sonrisa se formó en sus labios y Jacob se inclinó tocando su frente con la mía. Medio cerré los ojos de nuevo e inhalé su aroma, su cercanía. —Sé que lo haces.— Él presionó un beso en la esquina de mi boca, y entonces otro. —Déjame entrar. Su boca bajó, su lengua recorría mi pezón, entonces me arqueé antes de que él ligeramente lo pasaba entre sus dientes. Me moví, gemí y jalé los pezones de Jacob por turnos. —No sé cómo,— dije, sintiendo una puñalada de frustración ante la admisión. Jacob me giró sobre mi abdomen y entonces gemí de nuevo cuando sentí el calor de su lengua deslizarse por mi columna. El deseo tensó mi abdomen, y giré la cabeza mientras sentía la cama moverse mientras podía ver a mi amante desnudarse. Jacob quitaba el aliento. Podía verlo desnudo durante horas, tocándolo, saboreándolo, y eso no envejecía. Lo deseaba ardientemente, incluso ahora más que el primer día que estuvimos juntos. Lo amo más hoy que cuando recién regresé. Pensé que no era posible enamorarme de nuevo, estaba haciéndolo en este momento. Él se inclinó de nuevo, besándome la parte de atrás 204

de mi cuello, acariciándome hasta que cada centímetro de mi piel reaccionó a su cercanía. —Déjame mostrarte, Kristair. Me estremecí de nuevo y deslicé mi mano para poder tocarlo. —Si. Por favor.

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Capitulo 19

S

onrei ante los suaves murmullos de súplica y besé la calva de Kristair. —Con placer, amor. — Me senté en mis talones y tomé la loción de la mesita de noche, los ojos de Kristair se cerraron, apoyó su mejilla en la almohada que abrazaba sus largas pestañas sobre la sombra bajo sus ojos. Derramé loción en mis palmas, y las pestañas de Kristair se movían mientras mis manos masajeaban los músculos de su espalda. — ¿Qué estás haciendo? —Relajándote. — A pesar de lo cansado que sabía que estaba Kristair, podía sentir la tensión en cada línea de su cuerpo. Él estaba demasiado tenso para dormir y demasiado herido para dejarme entrar, incluso si lo quisiera. Kristair gemía mientras deslizaba mis manos por sus hombros y desbarataba sus nudos. —Vas a lograr que me duerma, — se quejó. —Entonces eso está empiece la parte divertida.

bien,

despertarás

cuando

—Tomas todas las ventajas del hecho de que estuve 206

despierto toda la noche, Kristair murmuró, y yo sonreí cuando él bostezaba y cerraba los ojos de nuevo. Tomé algo más de loción y masajeé la parte baja de su columna y sus costados, sentí la tensión derretirse con cada caricia de mis manos. —Lo sé, — me reí. —Y dentro de un momento no podrás ni moverte y yo tomaré incluso más ventajas de tu desamparo. —Perverso malcriado, — Kristair murmuró y me reí de nuevo. —No olvidarás esto. — seguí con los muslos de Kristair, separándolos, así podía arrodillarme entre ellos. Maldición era tan sexy. Su piel dorada oliva parecía más oscura contra lo blanco de las sábanas, los primitivos tatuajes se movían con los músculos. Su culo era perfecto, alto y redondo, sus muslos separados justo lo necesario para tener una dulce vista de sus bolas. Un caliente golpe de lujuria me golpeó, y Kristair se movió para verme. — ¿Tienes indecentes pensamientos? Sonreí y pasé mis dedos entre la grieta de su culo mientras Kristair contenía el aliento. — ¿Qué te hace pensar que haría algo como eso? —La experiencia. — Los oscuros ojos de Kristair estaban nublados con el deseo, sus labios abiertos y no pude resistir inclinarme y robarle un caliente beso. Él hizo un sonido de rendición, medio girándose y profundizando el beso. Pasé mis dedos por la parte baja de su espalda, y sabía que podía obtener lo que le pidiera, una cantidad de desvergonzados ruegos nunca habían fallado para llevarlo a la locura.

207

Nadie veía a Kristair de esa manera. Nadie, solo yo. Utilicé esa feroz excitación para fortalecer la onda de pensamientos que le mandaba. Sentí que saltó sorprendido, entonces ninguno de sus escudos mentales regresaban de nuevo. Ni siquiera creía que él se diera cuenta de cuán instintivamente él me protegía. Sonreí contra sus labios y quebré el beso, tomé su labio inferior entre mis dientes y le di una suave mordida. Esto va a requerir mucho tiempo y paciencia y en ese momento yo tenía ambos en abundancia. —Eres el hombre más determinado en la tierra, Jacob Corvin. — Kristair se giró para poder verme sin quebrarse el cuello. Deslizó su pie entre mis piernas abrazando con sus muslos en mis caderas, enterró sus dedos en mi cabello. —Deja de jugar y bésame. — ¿Te he dicho que eres malditamente sexy cuando eres tan demandante? Kristair me dio un pequeño, sexy gruñido y jaló mi cabeza, besándome duro. Admiro su táctica, pero no iba a dejar que me distrajera tan fácilmente de mi meta. Había algo más profundo que solo la preocupación de que los Ascendidos pudieran ofenderse si nosotros utilizábamos nuestras viejas habilidades. Sabiendo cómo era Kristair, probablemente era cuestión de orgullo. Él necesitaba mantener esa fachada de que tenía todo bajo control, especialmente cuando no lo tenía. Había pasado siglos desarrollando su misticismo, su aura de infalibilidad, su falta de compasión cuando era necesaria. Había logrado sobrevivir durante mucho tiempo cuando pocos de su tipo lo hacían. Ahora todas las cosas estaban al revés, se aferraba 208

duro a la imagen que había creado. Podía entender que lo necesitaba, el confort de lo familiar, la seguridad que brindaba. Quebré el beso y le sonreí a Kristair, deslizándome lentamente por su cuerpo, besando su abdomen y los moretones en su pecho. —Dejarme entrar, Kristair. — Sus oscuros ojos brillaban, pero no lo negó. —Porque quieres dejarme entrar. —Eres el único en que confío así, — Kristair dijo, sus dedos recorrían mis hombros. —Sé que estoy seguro contigo. Ese no es el problema. —Tranquilo. Deja de estresarte acuéstate y ponte en mis manos.

por

eso.

Sólo

— ¿No lo hago siempre? Kristair se tranquilizó, acostándose de nuevo, sus ojos fijos en mí mientras yo llevaba mis labios a sus caderas. Envolví en mis dedos su pene, jalándolo con largas y lentas caricias. Movió sus caderas empujándose a mi mano, un suave suspiro de placer se le escapó, cada uno de sus sonidos era malditamente hermoso. — ¿Vas a rogarme?, amor. Kristair sonrió, su mirada ardiente mientras abría las piernas ampliamente. — ¿Lo quieres? —Tonta pregunta. — circulé mi pulgar sobre la deslizada y lubricada cabeza de su pene. Maldición, podía oler su excitación… el fuerte almizcle. —Voy a llevarte a la locura, Kristair. — Tan malditamente que ni siquiera pensaría en pelear. Besé la encendida cabeza de su pene, gimiendo mientras deslizaba sus labios alrededor de él. —Ya lo haces, 209

— Kristair jadeó, pasando sus dedos por mi cabello. Acuné sus bolas en mi mano, girándolas suavemente mientras hundía mi boca en él. Amaba su sabor, lo caliente y vital que se sentía en mi boca. Nuestras miradas se encontraron, y puse todo el poder que tenía en cada pasada de mi lengua sobre su pene. Quizás estaba tratando demasiado duro para recuperar lo que venía naturalmente. Nosotros siempre habíamos tenido una conexión, incluso si no era tangible. Quería darle a Kristair todo de mí, no entendía por qué mantenía la pared, no dejaría de coaccionar y engatusarlo hasta que lograra que fuera a mi manera. Su ceño se frunció un poco, se pellizcó la nariz, y Kristair me jaló a sus brazos. —¿Qué es eso?, mo chroí. —¿Es tan difícil que te abras a mi?— Deslicé mis dedos por su calva, tocando ligeramente su sien mientras veía la lucha en su cara. —Si y no,— Kristair suspiró. —No eres tú, es solo que es extraño para mí. No me gusta mostrar mis debilidades, ni siquiera ante ti. —¿Crees que voy a creer menos de ti? Kristair sacudió la cabeza. —No, tú no harías eso. Eso me hace sentirme vulnerable y expuesto, como si la tierra se sacudiera a tus pies y no pudieras recuperar el balance. Pero yo no te guardo secretos. Y tú sabes cómo me siento incluso sin que te lo diga, y me siento cómodo a tu lado. Le sonreí y acaricié con la nariz sus labios antes de besarlo lentamente. —Me gusta cómo se oye eso. —Lo sé.— Kristair me veía como si tuviera algún tipo de argumento interno. —Yo lucho conmigo mismo más de 210

lo que lucho contigo. Si sólo fuera cuestión de dejarte entrar, lo haría en un latido del corazón. Si fuera sólo un asunto de voluntad y no de instinto. Lo siento. —¿Qué tratas de decirme?— le pregunté, acariciando la curva de su cuello. —Esto no es que esté en contra de reabrir la conexión entre nosotros. Y no lo considero violación a mi privacidad si eso sucede. Sé que me resistí a la idea desde el comienzo, pero no tengo secretos para ti. Puede que no sea capaz de expresarme bien con las palabras, pero no tengo ningún problema en compartir contigo de la manera en que nuestras mentes estaban conectadas.— Una lenta sonrisa cruzó sus labios. —Si alguien puede reabrirlo eres tú. —Así que dices que mi plan de aprovecharme de tu agotamiento y seducirte con mis muy malas habilidades pueden atravesar los escudos de tu mente,— dije con una sonrisa y mordisqueé su mandíbula. La sonrisa se convirtió en una baja risa. —¿Malas habilidades? Seguro que tienes una manera única de expresar las cosas. —Trato.— Me incliné y saqué la botella de lubricante de la maleta en el piso. —He pasado una mierda de veinticuatro horas y no tengo el amuleto mental correcto ahora. Solo quiero hacerte el amor. —Te necesito,— Kristair murmuró, tomándome de la cintura y girándome debajo de él. —Soy tuyo.— gruñí mientras él separaba mis muslos y se acomodaba contra mí, nuestros penes se presionaban juntos. Lo veía, cautivado, cuando el placer se formaba en el rostro de Kristair mientras movía sus caderas. — 211

¿Significa eso que vas cediendo ante mi? Yo lo disfrutaría. —No es buena idea, Jacob. Eso puede desvanecerse cuando entres en mí. —Todo es parte de mi travieso plan; entonces yo podría violar ese bonito culo tuyo de todas las obscenas maneras. —Eres incorregible. Estaba riéndome cuando Kristair me besó. Él movía sus caderas, y el calor me atravesó. Amaba cada sexy maldito centímetro de su duro cuerpo contra el mío. —Dios, Kristair. Deslicé mis dedos por su calva y la bajé a su cuello. Un estremecimiento lo atravesó y gimió en mi boca. — Conozco el punto exacto para lograr que hagas esto,— Murmuré y deslicé mis manos por su espalda tan sexy, deteniéndome en la parte baja de su espalda. Kristair se estremeció de nuevo y besó el punto en mi cuello entre el final y el torc. —Yo también te conozco.— Mi amante bajo la cabeza y atrapó el anillo de mi pezón en sus dientes, dándole un suave jalón. —Oh joder.— gemí y me arqueé, presionando mis caderas a las de Kristair. Ni siquiera quería que moviera su posición ahora. La fricción se sentía tan malditamente bien. La lengua de Kristair calmaba el dolor de mi pezón antes de jalarlo de nuevo, logrando que la punta se levantara y doliera. —Eres un maldito seductor, ¿sabes lo que me estás haciendo? Kristair me sonrió. —Lo que yo hago. La anticipación me atrapó mientras él se movía al 212

otro pezón, llevándome a la locura con eso, hasta que hervía de necesidad. Palmeé su musculoso culo, pasando la punta de mis dedos por su entrada, raspando mis dientes contra su hombro mientras él temblaba. —¿Quieres joderme?, Kristair; porque si no continúas con eso, yo obtendré lo que quiero aquí.— Con eso, empuje mi dedo dentro de su apretado calor. Kristair gimió, su cuerpo se relajó mientras se empujaba hacia atrás causando que lo penetrara profundamente. No tenía suficiente de la manera en que se veía y sabía cuando él cedía, y una idea me llegó. Retiré mi dedo y le di un rápido beso en sus suaves labios. —Saca el vibrador de mi bolsa. —Yo no empaqué eso. ¿Dónde conseguiste juguetes?— Kristair preguntó incrédulo, y le di un suave empujón. —No sabía cuánto nos tendríamos que quedar aquí. Y vi una pequeña tienda cuando fui a revisar la ciudad después de que llegó Steve.— Veía su culo mientras se movía a un lado de la cama, riéndome cuando me vio exasperado sobre su hombro. — ¿Estás seguro de que no lees mi mente? —No hay necesidad de leer tu mente para saber lo que estás pensando.— Kristair regresó a mi lado y me dio el delgado juguete, su expresión era cauta, con curiosidad. — ¿Qué intentas hacer con eso? Podía apostar que en la entera historia de la larga vida de Kristair, nadie se atrevió a entrar en su culo con nada más que sus dedos. No podía entender eso, incluso aunque sabía que el aire de reserva que lo rodeaba podía ser un poco intimidante. Además del hecho de que él había sido un vampiro, y uno de los más poderosos, y la mayoría 213

deberían de haber estado demasiado impresionados para darle a Kristair lo que él anhelaba profundo en su interior. Pero yo me atrevía, y el pensar en los gemidos de sumisión que obtendría de él cuando usara el juguete, casi hacía que me mareara. —Porque no vienes aquí y dejas que yo me preocupe del vibrador,— Dije, señalándolo con el dedo y abriendo las piernas para que pudiera sentarse entre ellas. —¿No dices que confías en mi? Kristair murmuró una maldición y entonces se acomodó, su duro cuerpo contra el mío besándome, quitándome el aliento. Tomé el lubricante, y él gimió contra mi boca, cuando lubricaba su pene. —Entra en mí, — Murmuré contra sus labios, desesperado por sentirlo. Entonces él se empujó dentro de mí llenándome con una ardiente picazón. Dios, Kristair lo hizo más duro de lo que pensé. Yo tomé el vibrador y el lubricante mientras él se hundía en mí, yo acunaba sus caderas con mis rodillas. Kristair murmuró mi nombre, sus oscuros ojos estaban nublados, y un temblor lo atravesó, cuando encendí el vibrador, llenando el aire con un suave zumbido. — ¿Es esto lo que esperabas?, amor. —Te juro Jacob que puedes hacerme querer cualquier cosa. Tomé eso como si y apagué el juguete de nuevo el tiempo suficiente para lubricarlo. La tarea se dificultó por mis temblorosos dedos. La sensación de Kristair dentro de mí, estirándome, causando ardientes hormigueos, haciéndome ansioso por continuar. Mis caderas se movían anhelantes, arqueándose hacia él, y me esforzaba por 214

permanecer así. Nuestras miradas fijas en el otro, mientras lentamente empujaba el vibrador en él. Los labios de Kristair se abrieron y de ellos salió un suave y sexy sonido. Su mirada era ardiente mientras yo lo giraba, causando que gimiera cuando lo encendí. Yo apenas y podía respirar, él era tan malditamente sexy. Amaba cada temblor, cada jadeo, la dignidad y el orgullo que él mostraba en su sumisión. No sé cómo lo hacía, pero era adictivo. Lo besé, conociendo su reacción, y sabiendo que él no quería que nadie lo oyera. Kristair gritó en mi boca, mientras empujaba el vibrador en su interior, y entonces él comenzó a moverse, empujándose dentro de mí. Mi amante enterró sus brazos debajo de mí, y mi pene pulsaba contra su estómago. Nosotros estábamos tan cerca, no nos separaba ni un par de centímetros, y se sentía tan malditamente bien. Kristair se separó de mi boca y enterró su cara en mi cuello. Él temblaba con cada duro empuje del vibrador, murmurando mi nombre una y otra vez entre suaves ruegos y gemidos. Descansé mi frente en su hombro, jadeando contra su piel, los dedos aferrados a su fuerte espalda. Cuando ninguno de nosotros estaba tratando de retomar la conexión, lo sentí. Sus elusivas revueltas emociones, el amor, el deseo y la necesidad, la seguridad que sentía en mis brazos y entonces dejé de preocuparme de que él pudiera hacer algo imprudente con el fin de probarse a si mismo. Kristair podía no hablar de sus miedos cara a cara, pero a su propia manera, él me hablaba de ellos cada vez que estábamos juntos en la cama. Él me los mostraba y yo ayudaba a tranquilizar su tensión sin siquiera saber que lo hacía. 215

Kristair me los entregaba cuando se sometía y rogaba su liberación. Cuando me mostraba su lado vulnerable y permitía que tomara el control y tomar el confort del acto. Esa era su manera de liberarse de todos los sentimientos reprimidos que mantenía escondidos todo el tiempo. Ese era su regalo, su manera de lidiar con eso, y me di cuenta que era suficiente. El orgasmo de Kristair se estaba formando rápido. Lo sabía con cada empuje de su cadera, con cada amortiguado y desesperado sonido. —Aún no, amor. Aún no— Le dije, empujando el vibrador más mientras él se retorcía arriba de mí. —Jacob… Jacob, por favor,— Kristair rogaba jadeando, sus labios cerca de mi oreja. Podía vivir del sonido de su voz en esos momentos. —Aún no, hermoso.— presioné mi pene contra él, el sudor y el pre semen lubricaban el abdomen. —Aún no estoy ahí. Pero lo estaba y cuando me corrí, inundando la limpia piel de Kristair con mi esencia, él se empujó salvajemente dentro de mí, mordisqueando mi hombro y garganta con urgencia. Envolví mis piernas alrededor de sus muslos, atrapándolo contra mí, lo sentía enterrado dentro de mí, tan caliente y duro, pulsando con cada latido del corazón. Deslicé mi brazo alrededor de sus hombros, sosteniéndolo mientras él movía sus caderas para que yo pudiera manejar el juguete implacablemente dentro de él. —Jacob… por favor… déjame correrme. —No quieres que lo haga,— contesté, girando el vibrador, sintiendo que saltó cuando encontré su punto. Sonreí cuando él asintió, sus dedos se encajaban en mi 216

espalda. —Lo hago… Lo hago, Jacob, por favor… No puedo tomar esto…. —Quieres tomar esto.— lo besé duro saboreando casa gemido y cada grito. Seguí besándolo y atormentándolo hasta que sentí su resistencia caer, su boca se movía mientras se sometía. Dios lo amo. Deslicé mi mano por su calva y rompí el beso, vi hacia sus oscuros ojos. Todo estaba ahí, todo fuera y desnudo, y hacía que mi corazón doliera. —¿De quién eres? Kristair —Tuyo, mo chroí.— Un estremecimiento recorrió a Kristair y yo mordí muy duro su labio inferior. —Córrete para mí, mi hermoso hombre— Le dije besándolo de nuevo cuando él gritó en mi boca y su pene pulsaba en mi interior. Lo sostenía mientras su orgasmo lo recorría y lo acariciaba cariñosamente hasta que cada temblor se apagó. Nunca quería dejarlo ir de nuevo.

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Capitulo 20

E

l sol ya se había puesto cuando me estiré en la cama de Jacob que estaba vacía y fría, pero podía sentirlo en el otro cuarto. No estaba seguro de si era porque él había quebrado mis pensamientos o si yo había finalmente abierto mi mente a la posibilidad. La conexión no era muy fuerte, pero era lo suficiente para que pudiera encontrarlo si lo necesitaba, y solo eso era una gran tranquilidad. Seguí acostado unos minutos, tratando de orientarme. Sospechaba que esas pastillas que Jacob me había dado no eran solo para el dolor. Dormí mucho, después de haber caído dormido rápidamente en los brazos de Jacob y estaba encontrando difícil ahora salir del letargo. Ni siquiera recuerdo que él me limpiara cuando era claro que lo hizo. Fruncí el ceño. Tenía que tener unas palabras con mi amante acerca de esto. Alguien tocó suavemente a la puerta de la recámara y me enderecé al oír a Kayla hablar. —¿Estás decente?

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—Dame un momento.— Tomé unos jeans y una camiseta de los Steelers(11) que Jacob había dejado en el respaldo de una silla. —¿Qué hora es? —Casi las diez.— Kayla me sonrió cuando abrí la puerta y me dio una humeante taza. —Jake me dijo que tomas té. —Si, gracias.— le di un trago y con la ligera luz, examiné su cara de nuevo tranquilizándome al ver que no había marcas de lesiones. —¿Cómo está tu costado? Kayla se frotó el punto en donde la había acuchillado. Pasaría mucho tiempo antes de que pudiera pensar en nuestra batalla de aquella noche y no sentir aflicción y culpa. —Ni siquiera hay cicatriz.— Ella vio hacia el interior de la recámara. —¿Puedo entrar un momento? —Claro.— La dejé entrar y desocupé la silla para ella— ¿Qué están haciendo Jacob y tu novio? —Caminando alrededor de la de que todo está seguro antes de aquí.— Ella tocó mi nariz antes de un nombre sabes, no te mataría cuando.

cabaña y asegurándose que el tío Ghedi llegue sentarse. —Steve tiene si lo usas de vez en

Fruncí el ceño, pero no podía culparlos por su iniciativa de asegurarse de que el perímetro fuera seguro. — ¿De qué quieres hablar? — ¿No puede una chica querer hablar con su padre? —Me parece recordar ese argumento en particular.

(11) Steelers, acereros. Equipo de fútbol americano profesional de Pittsgurgh.

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Una rápida sonrisa cruzó su cara antes de que se pusiera seria. — ¿Qué tan mal estás lastimado? Vi a Jake con el botiquín de primeros auxilios. —Yo sano rápidamente, te aseguro que no es nada serio, ¿ves?— levanté la mano para que Kayla pudiera ver mi herida. —Y tú no me la hiciste, así que no tiene sentido que te cause aflicción. Kayla me veía como si no me creyera, y se encogió de hombros. —¿Cómo lo estás sobrellevando? —¿Yo?— La vi sorprendido y estaba a punto de que mis labios dijeran bien cuando pensé en mi amante. Sonreí débilmente y sacudí la cabeza. —No sé. Estoy hablando a cada momento como si lo hiciera, pero te prometo, no puedo dejarlo. —De algún modo, no puedo imaginarte dejándolo. Eso sería como si la Ayers Rock (12) se hiciera polvo. —No tanto.— Se formó un silencio mientras examinaba su cara, habían pasado meses desde que la vi, y después de mi retorno las cosas se habían vuelto caóticas. No había pasado tanto tiempo con ella como hubiera querido antes de que se mudara. Quizás es por eso que no había notado la nueva madurez en su rostro. —Acerca de… lo siento… —No lo hagas.— Kayla movió su mano. —Él prometió no antagonizar contigo, si tú prometes hacer lo mismo, yo no voy a decir nada. Ustedes dos son los que tienen que arreglar las cosas entre ustedes. (12) Ayers Rock, Uno de los más grandes monolitos del mundo, se encuentra en el parque nacional Uluru Kata Tjuta, en Australia. Mide 348 metros de alto 9 kilómetros de contorno. 2.5 Km. bajo tierra.

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Me incliné y tomé su mano. —Lo haremos, lo juro. —Jake me dice que ustedes dos están comprometidos.— Me quedé con la boca abierta mientras me enderezaba y ella sonrió. —Hey, estuvimos en el camino mucho tiempo y hablar de asesinatos y posesiones todo el tiempo es malditamente depresivo. —Jacob es tradicional y él desea iniciar una familia. Cree que el estar casado nos puede facilitar eso. —Oooohh, él no me dijo esa parte.— Kayla levantó la cabeza con una traviesa luz en sus ojos. —Te ves un poco inseguro. ¿Ya estás nervioso por el día de la boda?, Kris —No, nada de eso. No tengo dudas en mi interior de que él es el elegido. Sólo que nunca consideré que podría casarme.— En ese momento pensé que estaba esperando gratamente ese día y sonreí. Quizás debería decirle eso a Jacob. —¿Qué acerca de ti y de Steve? —Es un poco pronto para eso.— Kayla se detuvo y levantó la cabeza examinándome. —¿Te molestaría saber que somos serios en nuestra relación? —Ya entendí eso. Después de todo, te mudaste e iniciaste tu sueño con él. — Con lo mucho que Steve me irritaba, no podía negar que él era un real amigo para Jacob y que era bueno para mi hija. —Tienes mi bendición. —Palabras que pensé que nunca te oiría decir,— Kayla se burló, aún escondiendo oscuros sentimientos. —¿De qué es de lo que realmente quieres hablar?, pequeña— le dije suavemente. La expresión de Kayla se estrujó. —Recuerdo algo, no 221

mucho, como fragmentos de una pesadilla. ¿Por qué yo? ¿Por qué ellos me escogieron para poseerme? Esa gente, algunos de ellos eran tus amigos. Gente del tío Ghedi… ¿Qué le voy a decir a él? Toqué su cabello. —Confió en que pensarás en algo. Enfrentarás a Ussier de la misma manera en que has enfrentado cada desafío de tu vida, Kayla Mercer, con tu cabeza en alto y con tu valor. Ella me dio una pequeña sonrisa. —Tú puedes decir algo como eso. —Porque es la verdad. Hasta donde sé. — Me puse serio, viendo hacia mis manos y sentándome. Podía recordar la sensación del cuchillo entrando en ella horrorosamente claro. La imagen de Kayla jadeando y pálida por mi causa estaba enterrada dentro de mi cabeza. —Quien sea que esté detrás de esto quiere destruirme. Ellos están detrás de todo lo que amo. Tomaron la ciudad que fue mi santuario durante un siglo e hicieron que no fuera bienvenido ahí. Creo que su meta es acosarme hasta que pierda todo, hasta que esté destruido y entonces su diversión terminará y ellos estarán satisfechos. Sospecho que su plan es asesinarme. —¿Cómo puedes decirlo como si fuera un hecho?— Kayla dijo, su expresión afligida. —No puedes permitírselos. —No dije que les permitiría hacerme eso, niña.— Mi interludio con Jacob y la oportunidad de dormir permitió que el impacto y la culpa se atenuaran un poco. Ahora estaba lleno de furia, pero la mantenía en su lugar. No podía permitir que nublara mi pensamiento. —¿Quién te odia tanto? Fruncí el ceño y terminé mi té. —No sé— Admití. No 222

tenía el hábito de dejar vivos a mis enemigos para que pudieran regresar a atacarme de nuevo. Y no podía pensar en quién me odiara tanto para descubrir lo que me hace más vulnerable. A menos, claro, que sean los espíritus de mis enemigos caídos. Extrañas cosas han sucedió, y esa era una posibilidad que tendría que discutir con Ussier y Lisabeth cuando llegaran. Abruptamente, sentí que la mente de Jacob se oscurecía. La taza cayó al suelo cuando me puse de pie. — Jacob. —¿Qué es? ¿Qué sucede?— Kayla demandó cuando tomé la vara de la cómoda. —Quédate adentro y en silencio,— gruñí. —Kris, ¡espera! —Esto no está abierto a discusión,— gruñí, abriendo la puerta de la recámara y viéndola. Kayla presionó sus labios juntos, pero asintió. Satisfecho de que ella se quedara en la dudosa seguridad de la cabaña, me dirigí hacia la puerta de atrás. Steve gritaba afuera cuando salí a la oscuridad de la noche. Seguí el eco del sonido rodeando la cabaña. El cielo estaba claro, la luna y las estrellas proveían una ligera iluminación a través de los árboles. Alguien se movía entre la maleza a través del bosque, y Steve gritó de nuevo. —Déjalo, hijo de perra, o juro por Dios que tu culo estará en tu calva cabeza. Me detuve ante la declaración y seguí la voz de Steve en silencio. El ruido del disparo de un arma de fuego rompió el aire, abandoné las precauciones y corrí hacia el ruido. Steve se giró y venía frente a mí. La confusión cruzó 223

mi cara, seguida de alivio y después de sospecha. — ¿Kristair?— él se detuvo, su expresión endurecida mientras me apuntaba con su arma. —¿Cómo sé que eres tú? —Kayla está en la cabaña, si fallas en protegerla, arrancaré todos tus miembros yo mismo,— gruñí. —Puedo protegerla.— Steve vio sobre mi hombro hacia la cabaña su expresión se volvió ansiosa. —Voy por Jacob. Seré capaz de seguirle el rastro fácilmente. —Jake no estaba bromeando, él se ve exactamente como tú,— Steve dijo. —Aunque creo que lo herí. —Eso lo hará más fácil. Si no regreso antes de que llegue Ussier, avísale lo que sucedió. Él será capaz de seguirnos.— Con eso me giré adentrándome en el bosque, buscando señales del doppelganger. Él no intentó esconder su rastro, la evidencia de su progreso era hacia el bosque. No tardé en encontrar ramas rotas y hojas. Era el sitio en donde Steve le había golpeado. Era difícil sentir a Jacob, aún seguía inconsciente. No debí resistirme a su esfuerzo de establecer nuestra conexión, una decisión que ahora lamentaba a la luz de su conversación con Tony. Quizás ellos tengan razón y La Ascensión no piense en nosotros más que como una insignificante curiosidad. La preocupación por Jacob ahora entorpecía mis esfuerzos. Y me concentré en mis habilidades de rastreo y seguí a la criatura. Él iba lento, no le era fácil cargar el peso muerto de Jacob, especialmente cuando la criatura estaba perdiendo sangre y pronto pude oír que caían en la maleza, sonreí y me agazapé, la vara en mi mano se

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alargó formando una lanza. Entonces el sonido se perdió y avancé cuidadosamente entre los árboles. Un gruñido seguido del sonido de un cuerpo al caer. El perfil de un hombre emergió de la oscuridad, su cara pálida, lo suficiente para que reconociera a la criatura de la que me había hablado Jacob. Él maldijo en lo bajo, lo veía mientras me acercaba. Entonces se oyó el ruido de ropa y más maldiciones cuando él se ató la corbata en su pierna. Yo tenía que alabar la excelente puntería de Steve. Lo busqué entre las sombras y vi a Jacob apoyado contra un tronco, inconsciente. Empujé un pensamiento hacia él. —Jacob, necesito que despiertes. Silencio. Frustrado, comencé a rodearlo, esperando acercarme a Jacob antes de que me viera. No sé si hice ruido inadvertidamente o él sintió mi asesina mirada, pero el doppelganger levantó la cabeza. Gruñó y vio a Jacob cuando lo enfrenté. Hice otro desesperado intento de penetrar la mente de Jacob, urgiéndole a despertar mientras el doppelganger se tambaleaba, se giró a un lado, alejándose de Jacob, sostuve fuerte la lanza. —Tú,— él gruñó con odio mientras me colocaba entre él y Jacob. Entonces para mi sorpresa él se giró y se fue. Mis dedos se tensaron en la lanza, y resistí la urgencia de lanzársela esperando ser afortunado y golpearlo, cuando Jacob se movió y gruñó. Me arrodillé a su lado y acuné su cabeza con las manos. Tenía un chichón de 225

un gran tamaño detrás de la oreja, pero parecía que la piel no estaba quebrada. Jacob despertó gruñendo, tratando de alejarse de mí. Me lanzó un golpe en la mandíbula, eso pudo haberme tumbado si hubiera estado más fuerte. —Maldito, aléjate de mí, — Jacob gruñó, empujándome, se oía confundido. —Jacob, soy yo,— lo calmaba. —Él se fue. Jacob luchaba por ponerse de pie, sosteniendo su cabeza, y luchando contra mis manos con desesperación mientras trataba de estabilizarlo. —Jacob, no te lastimes, por favor déjame ayudarte, mo chroí. Jacob se tensó, su mirada confundida. —No me llames así, — él gruñó. Entonces su mente atacó la mía, desgarrando las barreras construidas como si fueran de papel. Gemí, cayendo de rodillas, abrumado por el inesperado ataque. Jacob entró en mi mente, la repulsión y el miedo lo dominaban hasta que se dio cuenta de su error y fue sustituido por el horror. Me aferré a sus piernas, pero no intenté liberarlo. En lugar de eso, abracé la conexión, y abrí mi mente totalmente a él, mostrándome. —¿Kristair?— Jacob dijo y entonces me preguntó en su mente, con asombro, — Kristair. Un dolor de cabeza pulsó mis sienes, pero no me importó. La conexión estaba de regreso tan fuerte como nunca, pulsando con vitalidad, y la Ascensión no había hecho nada para evitar que sucediera. Incapaz de hablar, envolví mis brazos alrededor de Jacob mientras me ayudaba a levantarme. —¿Estás bien?— él preguntó. Su voz mental suave y tranquilizadora intentando alejar el 226

dolor. —Eso debería preguntarte a ti.— Lo sostuve cerca, saboreando el toque de su mente, aferrándome a él como si pudiera perderlo de nuevo. —¿Qué te sucedió? —El jodido bastardo me atacó. Él debió de encontrar la manera de bloquear mi inicial impresión de él. Las dos veces anteriores en que lo vi, sabía inmediatamente que había algo malo en él, pero no en esta ocasión. Para el momento en que me di cuenta de mi error, él estaba sobre mí, debió de golpearme o algo.— Jacob se tocó la parte de atrás de su cabeza y gimió. —No debí de haber entrado en tu cabeza de ese modo. No sabía si eras él o no.— Jacob estaba sonriendo. —Yo no me detengo en pequeñeces ante los resultados,— murmuré. —Vamos, regresemos a la cabaña, para poder revisar esa dura cabeza que tienes. La sorpresa cruzó la expresión de Jacob, seguido de alivio. Él estaba escondiéndome algo. Eso lo sospeché antes y ahora estaba seguro. Algo acerca del doppelganger y de él. Con lo mucho que odiaba el asunto, este no era el momento de presionar a mi amante. —¿Cómo supiste que estaba en problemas?— Jacob preguntó cuando salíamos del bosque hacia la cabaña. —Todos tus esfuerzos por renovar nuestra conexión debió de dejar una impresión en mí. Tenía una vaga sensación de ti cuando te desmayaste, la suficiente para saber que estabas inconsciente.— Le dejé sentir que me complacía tener nuestra concepción totalmente restaurada y él me respondió feliz. —Bueno, supongo que tengo que agradecérselo al bastardo. Si no te hubiera atacado tan malditamente duro, 227

nos hubiera llevado más tiempo llegar a este punto. — Jacob tomó mi mano y entrelazó los dedos. — ¿Seguro que no lastimé tu cerebro o algo así? Me reí y levanté su mano a mis labios. —Yo me recuperaré, y tú dejarás de atacarme ya que derrumbaste las paredes. Ya no están tan fuertes, no para ti. —Es bueno saberlo. Nosotros nos quedamos en silencio, realmente no necesitábamos conversar. No había nada que me gustara más que la intimidad de compartir mi mente y mi alma con Jacob. Caminamos en silencio, perdidos uno en el otro.

228

Capitulo 21

L

a cabaña estaba alumbrada cuando salimos del bosque, casi gemí de alivio. Moría por unas aspirinas y una cerveza. El esfuerzo de bloquear a Kristair de mis pensamientos me estaba drenando completamente. No es que él tratara de llegar a ellos. Todo lo que sentía de él era paciencia, lo que hacía que me sintiera culpable, especialmente después de todo lo que hablamos y que no mantenía secretos para mí. Pero esto era diferente. Yo le diría todo lo que sucedió entre el doppelganger y yo, después de que todo este misterio se solucionara, no antes. No quería que se sintiera más culpable. —Somos Jacob y yo,— Kristair anunció desde el porche. Una cortina se movió, y un momento después, la puerta del frente se abrió. —Estaba comenzando a preocuparme,— Steve dijo, acercándose a nosotros. —¿Ussier no ha llegado?— Kristair frunciendo el ceño, mientras veía a la cabaña.

preguntó,

—No. —Siéntate,— Kayla dijo, viéndome y señalando el 229

sofá. —Lo último que necesitas es que te golpeen el cerebro de nuevo. Le sonreí y ella me dio un guiño. —¿Por qué no te sientas en mi regazo y me das un poco de amor y de cariño? Kayla se rió y se sentó a mi lado en el sofá. — ¿Quieres irritar a Kris o a Steve?— ella preguntó en voz baja. —Hay un bono extra si lo logro en ambos.— Le sonreí y entonces gemí cuando ella tocó el chichón en mi cabeza, pero podía decir que no era tan malo. Me había golpeado más duro jugando fútbol. —Creo que vivirás, — Kayla dijo, besando la cima de mi cabeza. — ¿Qué le sucedió mataron?— Steve preguntó.

al

malvado

Kristair?

¿Lo

—No suenes tan ansioso. — Kristair le dio a Steve con una irritada mirada. —Él huyó, pero lograste herirlo. Se está moviendo lento ahora. —Adelante. Yo sentí la impaciencia de Kristair mientras él veía su reloj, sus pensamientos se aceleraban. —¿Qué planeas? —No quiero que el doppelganger tenga oportunidad de recuperarse. Tenemos una posibilidad de aprehenderlo si yo….— Kristair dudó y me veía. —Si nosotros vamos detrás de él rápido. —¿Cuándo dijo Ussier que llegaría?— pregunté. —Debe de llegar pronto. Tengo la impresión que salió

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en cuanto se puso el sol. Seguro que viene en avión. —Nadie va a ir a ningún lado, — Kayla anunció, dándonos a cada uno por turnos una dura mirada. —Si tío Ghedi dijo que él llegaría aquí, entonces él lo hará. No tiene sentido que se arriesguen sin respaldo. —Siempre supe que había algo que me gustaba de ti, niña. — Salté al oír la voz de Ussier y gemí cuando él salió de entre las sombras de las escaleras del desván. Él le dio la mano a Lisabeth cuando salió y le siguió Artemise. —Qué jodidos. — Steve frunció el ceño y levantó las manos. — ¿Si podían hacer eso por qué diablos no llegaron antes? —Señor Teasia. — Ussier saludó con un movimiento de cabeza y estrechó la mano de Kristair, ignorando la pregunta. —Corvin. — Me sonrió, mostrándome sus hoyuelos, y extendió sus brazos hacia Kayla. El ceño fruncido de Steve se profundizó cuando ella corrió hacia él, que la abrazó y la levantó. —Te ves malditamente bien chica, creí que estarías herida. Sentí la repentina tensión de Kristair. Maldición, olvidé que Ussier y „compañía‟ no sabían acerca de los Ascendidos y se suponía que no deberían de saberlo. Me parecía extraño que había algo que Kayla y Steve sabían y que el Señor de los vampiros no. —Creo que uno de los efectos de la posesión es la rápida curación. No podría realmente pelear con vampiros y asesinarlos si no fuera así. — Kayla apretó el hombro de Ussier. —Lo siento tanto, Ghedi, créeme, no sé qué sucedió o se lo hubiera dicho a Kristair. —Lo sé. Bueno llegaremos al fondo de esta farsa 231

esta noche.— La expresión de Ussier era dura. —Me encargaré del problema. —¿Qué sucedió para que tomaras un vuelo?— Kristair preguntó. —Era más rápido. Me gusta tener opciones de viaje. Mantener a la gente en suspenso. Esta no es mi manera favorita de hacer las cosas, pero funciona bien cuando tengo prisa. —Y la noche aún es joven,— Lisabeth dijo. —Y tenemos mucho trabajo que hacer. ¿Ha habido otro incidente desde ayer? ¿Algún pensamiento extraño, alguna etapa de fuga? ¿Algo que reconocieras como que el perpetrador trataba de poseerte de nuevo? —Ni un poco,— dije. —La mantuvimos atada. Esta mañana la soltamos pero la hemos mantenido vigilada a pesar de su protesta. Cuando Steve llegó aquí, nos turnamos. Ussier me estudió, sus grises ojos fríos, su oscura cara con una dura expresión. Tenía la impresión de que él sabía muy bien que le ocultábamos cosas. Pero incluso si nosotros habláramos de la Ascensión, no veía cómo eso pudiera cambiar las cosas. Yo vi a Kristair, usaba su acostumbrada expresión enigmática. Sin duda era su maldita manera de decirle a Ussier que él no le daría más información. No me gustaba eso. La intranquilidad me recorrió cuando Lisabeth le señaló a Kayla que fuera al sofá con un imperioso movimiento de mano. Steve se adelantó pero atrapé su brazo y sacudí la cabeza. —Pero…

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—Eso puede decirnos algo de quién está detrás de esto. Ella va a buscar en mí también. — ¿Qué de él?— Steve preguntó señalando con la mirada a Kristair. —Puedo someterme a Lisabeth también,— Kristair replicó, la helada mirada de Ussier se suavizó algo. Él inclinó su cabeza ligeramente hacia Kristair, con una leve sonrisa en sus labios. —Me ofendes, antiguo. —Sinceramente lo dudo,— Kristair le respondió. Kayla se acomodó en el sofá, haciendo un maldito buen trabajo viéndose indiferente ante el hecho de sentarse junto a Lisabeth. Cuando la niña vampiro cerró los ojos, su expresión se suavizó, ella se veía casi inocente. Jodidamente aterradora. Lisabeth murmuró para sí misma, sus dedos en las sienes de Kayla. Me recordó la ocasión en la que entré en la mente de Angie para sanar el daño que había causado. Recurrí a Kristair para tranquilizarme y sentí la calidez de su mente. —¿Qué si descubre a Tony y a los otros Ascendidos? —Ella no lo hará. Tony es mucho más poderoso que Lisabeth. Él es lo suficientemente listo para no dejar trazos de su presencia. —¿Qué acerca de nosotros? Ella puede descubrirlo cuando lea nuestras mentes. —No te preocupes tanto, mo chroí. Si puedes bloquearme a mí de ciertas cosas que no quieres que conozca, también podrás bloquearla a ella. Ella no te forzará.— Kristair dijo exasperado, entonces su voz se 233

suavizó. —Ella no va a curiosear. Sólo está interesada en tu encuentro con el doppelganger. Maravilloso, sólo jodidamente maravilloso. Con la culpa agitándose dentro de mí, jalé mi cabello, tratando dejar que Lisabeth se entere, pero no Kristair, sobre mi pelea con esa criatura. Me sentía tenso y retraído, nuestra conexión pendía de un hilo. —No lo hago.— le dije. —Lo siento. —Lo entiendo, Jacob.— Kristair trató de ocultar su dolor, pero aún así lo sentía. —¿Te asusta mi reacción? No confías en mí, que no haré algo imprudente ¿Qué sucedió que te hace sentir que tienes que esconderlo de mí? No es que yo temiera que Kristair pudiera salir a vengar mi honor o algo así, aunque no dudaba que destruiría a la criatura de cualquier manera si pudiera ponerle las manos encima, y Dios, eso podría lastimarlo cuando lo encontrara. Antes de que pudiera decirle eso, Lisabeth gritó de dolor y cayó al piso inconsciente. Antes de que pudiera parpadear, Ussier y Artemise habían cruzado el cuarto y estaban al lado de ella, y Kayla se enderezaba. —¿Qué diablos? ¿Ella está bien?— Me acerqué al sofá cuando Kayla se levantaba y ellos depositaban el pequeño cuerpo de Lisabeth sobre el sofá. Oh mierda, eso no podía ser bueno. Una línea de preocupación se formó en la frente de Artemise y la mirada de Ussier era asesina, su boca en una línea. Kristair jaló a Kayla hacia él, deteniéndose frente a ella. —¿Esto es una trampa?— preguntó. Artemise 234

acomodaba suavemente las manos de

Lisabeth y se sentaba en sus talones. —Ella va a estar bien en algunas horas. Alguien dejó una trampa en la mente de Kayla y Lisabeth recibió un muy feo golpe. —El hecho de que alguien pudiera atrapar a Lisabeth habla de su poder,— Kristair dijo, su mirada perdida en sus pensamientos. Rocé su mente, estaba agitada, iba a toda velocidad con las posibilidades de la gente que conocía. Aún me asombraba lo rápido que puede pensar, incluso si no era tan estrambótico como solía ser. —Ese es el maldito punto,— Ussier dijo, aún junto a Lisabeth. —¿Estás seguro que ella está bien?— Kayla preguntó, su expresión sombría. —Lo siento tanto, No tenía ni idea de que algo seguía aún dentro de mi cabeza. —Claro que no, ¿cómo podías saberlo?— Artemise le dio una amable sonrisa. —Me parece que voy a tener que ser más cuidadoso.— Me vio con sus penetrantes ojos azules. —Tú, jovencito, ¿tienes alguna razón para pensar que puedas tener una trampa similar en tu mente? —Estoy seguro que no. Kristair ha vagado por ahí, y si hubiera ahí una trampa como esa, seguro que él lo sabría o habría brotado. Artemise vio a Kristair, quien asintió. —Estoy de acuerdo. El lazo es profundo entre nosotros. No he notado nada diferente en su mente. Deberás de ser capaz de ver los eventos con el doppelganger sin interferencia. Estaba agradecido de que fuera Artemise quien viera el encuentro y no Lisabeth. Sólo al pensar que ella buscara en mí me enfermaba. Mientras me sentaba en una silla, sentí a Kristair retirarse y sentí que regresaba la culpa. Yo

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lo resolvería cuando todo esto se acabara. Mientras me sentaba, me concentraba en las locas cosas, tratando de calmarme. No quería a nadie en mi cabeza que no fuera Kristair, ni siquiera si ese era Artemise. Froté mis palmas sobre mis jeans y veía a Steve que guiaba a Kayla a la ventana, hablándole tranquilamente. Ellos realmente hacían una buena pareja. Cuando los veía juntos, sentía una oleada de seguridad. Artemise acercó una silla a la mía y me atreví a ver a Kristair. Para tranquilizarme, él no se alejó, en lugar de eso me veía, sus ojos oscuros animándome y me sonrió. Hombre, sabía que no me lo merecía, pero tampoco lo iba a desaprovechar. Iba a entrar en su mente para decirle que todo estaba bien, pero entonces Artemise estaba en mi mente también, y me pareció mal que él escuchara algo tan privado. Maldición, había algo más con qué tratar que con esto. Nada realmente sucedía. ¿Qué diablos pasa? —Estás muy nervioso,— La voz mental de Artemise era tan rica como la otra. —Te aseguro que la experiencia será indolora. Antes de que pudiera discutir estaba de regreso en la casa de Alette y el doppelganger estaba apuntándome con su pistola en la cabeza. Mi corazón palpitaba fuerte, mi estómago se tensaba y giré mis ojos hacia Kristair. Inmediatamente, él estuvo a mi lado, tocando mi hombro con un gesto tranquilizador. Impulsivamente, sostuve a Kristair en mi mente y entró en el recuerdo con Artemise y conmigo, sentía el amor y la tranquilidad de Kristair en un íntimo nivel, sólo los dos en un lugar en donde Artemise no podía entrar. Ese 236

era un buen cambio, entre Kristair y el antiguo vampiro y los recuerdos que se desarrollaban no eran sombríos ni feos. Estaba tan real en el evento de nuevo que saboreaba el horror de la amarga lucha en mi garganta, el miedo de que la criatura pudiera tener éxito en su intento de violarme, y la preocupación de cómo reaccionaría Kristair ante eso. No podría evitar que cazara al doppelgange. Nada podría detenerlo ni siquiera la auto-conservación, reaccionaría como en otro momento lo hizo cuando Kayla o yo éramos heridos. De nuevo podía sentir las manos de la criatura en mí, lo olía en mi piel, el aura de su oscura y repulsiva mente, como algo que crecía enfermo y clandestino. Estaba furioso de nuevo, por permitir que me afectara tan fuerte, y sentía a Kristair enterrado profundamente dentro de mí, como en otro momento cuando éramos uno. —¿Estás enojado de que no lo dijera antes?— Le pregunté suavemente en donde Artemise no podía oír. Dedos

mentales

tranquilizaban

mi

corazón.



Entiendo por qué sentías que no podías decírmelo en ese momento. Las razones para decirlo y para no decirlo. Gracias por mostrármelo ahora. Sentí a Artemise revisar mis recuerdos cuando el antiguo vampiro regresó. La tensión en el cuarto pareció borrarse y él salió de mi mente ileso. —El doppelganger es fuerte, tiene una malsana fijación en nuestro joven amigo casi como si estuviera aferrándose a él. Mientras siga el efecto él no podrá evitar ir detrás de Corvin. La única manera de detener a la criatura es destruyéndola.

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—Así que deberíamos acercarnos,— Ussier agregó. —Oh, eso es claro.— Artemise se puso de pie. — Supongo que deberíamos de darle la oportunidad de hablar un poco más antes de saltar directo hacia la cosa. Él atacó esta noche al niño. —Um, sigo aquí, chicos, no tienen que hablar como si no estuviera.— Niño. Dulce Jesús, no me importa que tan viejo sea, no soy un maldito niño. —Él lo atacó afuera de la cabaña. Steve logró herir a la criatura y está sangrando.— Kristair apretó mi hombro reconociendo mi irritación. —Buen trabajo,— Ussier dijo, viendo a Steve con una débil sonrisa. Él vio a cada uno de nosotros por turnos, terminando con Lisabeth que seguía acostada y sin responder, y su expresión se oscureció. —Hay que llevarla a un lugar en donde esté segura hasta que regresemos. No quiero perder más tiempo esta noche. —¿Qué es lo que va a hacer?— le pregunté a Kristair mientras Ussier suavemente levantaba a Lisabeth y salía de la cabaña con ella. Nunca vi a nadie ver a Lisabeth de la forma que él lo hacía y me preguntaba desde cuándo se conocían. —Sospecho que la llevará bajo tierra de una forma similar a como yo me escondía en las paredes de la catedral. Ella estará segura ahí. Incluso si alguien sabe dónde está, ellos nunca podrían sacarla. —¿Entonces ella estará segura? —Tan

segura

como

cualquiera

de

nosotros

considerando que no sabemos quién está detrás de esto. 238

Ussier regresó diez minutos después, su cara cerrada. —Bien, todo el mundo irá con nosotros. No dejaré atrás a Kayla. Hasta que resolvamos esto, te quiero donde pueda verte. —Entendible, — Kayla dijo. —Además, yo quiero un pedazo de ese tipo para mí. —Que dice usted, señor Teasia, ¿va a ir también?, ¿se pegará a nuestro lado? —No puede mantenerme lejos. —Bueno saberlo. ¿Todo el mundo tiene un arma?— Ussier preguntó, y cuando todos asentimos, él señaló la puerta con su mano. —Bien pandilla, vámonos.

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Capitulo 22

L

a pista del doppelganger salió del bosque y desapareció en la carretera que iba a la ciudad. —Debió de haber dejado su vehículo aquí, — Ussier dijo examinando las huellas a la orilla de la carretera. —Genial, ¿ahora qué?— Steve preguntó. —Él podría estar en cualquier lugar. —Eso no será problema, él no está lejos,— Artemise dijo pensativamente. —De hecho, el señor Corvin debe de ser capaz de guiarnos directo a él incluso más rápido de lo que yo pudiera. Vi a Jacob, quien sonrió y se jaló su oreja. —El tiene razón, lo sabes,— le dije suavemente en sus pensamientos, sintiendo su gran resistencia. —Yo toqué su mente.— La resistencia cambió a repulsión. —He estado expuesto a realmente hedionda mierda, pero esa cosa en su mente es algo totalmente diferente. Además, ¿qué si él puede sentirme? Sabrá que iremos tras él. —Dudo que la criatura pueda hacer eso o él te 240

hubiera sentido en el parque Schenley. — Sólo podía agradecer que no lo hiciera. — ¿Entonces, cómo me encontró en Bellows Falls tan malditamente rápido? Esa era una muy buena pregunta, y no tenía la respuesta para eso. Esperaba que todas nuestras preguntas fueran contestadas al final de la noche. —¿Jake?— Kayla preguntó revisándolo. —¿Estás bien?

viéndolo,

su

mirada

—Si, estoy bien,— Jacob dijo cortante. —Empecemos por la ciudad. No es muy grande, entre tú y yo deberemos saber rápidamente si él está ahí o no. —De acuerdo.— Ussier se levantó de su posición de cuclillas. —Corvin, las llaves de tu automóvil.— Jacob maldijo bajo y finalmente sacó las llaves de su bolsillo. Ussier las tomó con una sonrisa. —Te lo regresaré.— Con un movimiento de la mano él se fue. —Juro, que si tiene un raspón….— Jacob gruñó. —¿Tienen una idea de qué diablos estamos haciendo?— Steve le preguntó después de un momento. —Estamos cazando a una peligrosa criatura que es al menos parcialmente responsable de un gran número de muertes en el último par de meses,— Artemise replicó. —¿Y entonces qué?— No podía culpar a Steve por la cautela en su voz. —Tendremos una conversación con él,— Artemise dijo genialmente. Steve levantó una ceja, y la silenciosa pregunta 241

quedó en el aire. —Entonces lo mataremos,— dije. Todos giraron sus ojos hacia mí, y Artemise asintió. —¿Vengando mi honor?— Jacob preguntó con una cínica sonrisa en sus labios. —Para ser honestos,— les dije a todos. —Me sentiré más cómodo una vez que la criatura ya no sea más una amenaza. —Y eso puede dar a los vampiros de Pittsburgh cierta cantidad de satisfacción al saber que „eso‟ fue destruido,— Artemise agregó. —Eso nos dará un respiro para poder rastrear a la otra entidad. Si es que existe. Quizás el doppelganger y la persona que poseyó a Kayla, es una. —Sabes, nunca pensé en eso. Nunca los vi al mismo tiempo.— Faros aparecieron en la carretera y se oyó el motor del Camaro dar vuelta en la esquina. Jacob se detuvo en la calle esperando el automóvil. —Te juro que si le hizo un raspón a mi bebé…. —Sigues diciendo eso, como si pudieras hacer algo,— Steve dijo. —Solo mírame. El Camaro se detuvo frente a nosotros con un suave ronroneo. Sonreí cuando Jacob inmediatamente lo rodeó y abrió la puerta del conductor, señalando a Ussier. Mi amante podía ser un hombre muy posesivo. —Puede ser un poco apretado atrás, pero yo conduciré. Ussier bajó del automóvil con gracia. —Está bien. Yo iré corriendo y nos vemos en la ciudad. Eso me dará oportunidad de revisar las cosas antes de que ustedes

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lleguen. —Quizás, apuesto que llegaremos ahí,— Jacob dijo. Ussier se rió, y entonces se fue dejándonos sólo una débil indicación de su paso. —Juro que él hace esa mierda sólo para joderme,— Jacob dijo. Le indiqué a Artemise que tomara el asiento del frente con Jacob y subí atrás con Kayla entre Steve y yo. — Tú realmente no piensas que sea la misma persona, ¿no es así?— ella preguntó. —Lo sabremos pronto.— Jacob golpeó el acelerador una vez que estuvimos todos sentados, y yo me agarré de la puerta y cerré los ojos. —Ese imbécil nos dirá todo lo que sabe. El viaje a la ciudad fue en silencio y yo sopesaba las posibilidades. Realmente no quería pensar que fueran la misma persona. Yo estaba cazando a Kayla cuando Jacob estaba luchando con la criatura. Mis instintos me decían que el doppelganger había sido creado para un propósito específico. Principalmente para destruir a Jacob en una lenta manera, torturado por alguien con la cara de su amante. Había considerado todo este tiempo que el que estaba detrás de toda esta locura era una única persona que estaba simplemente detrás de mí, pero ahora ese pensamiento me alteraba. ¿Qué si ellos eran los blancos? Eso cambiaba las cosas. Yo tenía dos mil años acumulando enemigos, Jacob mucho menos. Y si era alguien que nos consideraba blanco a ambos, entonces tendría que ser alguien que hubiéramos conocido en el último año y medio. —Eso aún te deja una tonelada de gente de mierda,— Jacob dijo. —Todos los miembros del sindicato que no murieran, Angie o su

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enojado hermano….— Él se detuvo cuando consideró ese ángulo. —No, no tengo la impresión de que ellos siguieran con esta mierda después de que los dejamos. —Probablemente tengas razón. Las luces de Bellows Falls aparecieron en el camino cuando salimos de otra curva. — ¿Aún crees que esta es la dirección?— Jacob preguntó viendo a Artemise. —Seguro, jovencito. Revisemos el lado norte de la ciudad primero. —¿Cómo nos encontrará Ussier?— Steve preguntó. —Creo que probablemente ya esté ahí— Kayla dijo. — No es una gran ciudad y el tío Ghedi debe de ser capaz de oler a la criatura. —Él casi hace que el resto de nosotros nos sintamos inútiles,— Steve dijo en voz baja. —Ussier es formidable,— agregué. —Es mejor tenerlo de nuestro lado en esto. Después de vagabundear por algunas calles y conferenciar entre ellos en voz baja, Jacob y Artemise tomaron una oscura calle. Varias de las farolas estaban apagadas y árboles oscurecían las casas. Jacob estacionó el automóvil al final de una calle, apagó el motor y tomó una profunda respiración. —Él está en una de esas casas. Lo sentiré mejor cuando nos acerquemos. —En la última,— Artemise replicó. —Estoy seguro de eso. Dedos raspaban la ventana de Steve, y saltó y dejó salir un grito. Ussier se asomó y sonrió, Steve murmuraba maldiciones en voz baja, y Kayla amortiguó una risa. Todos 244

nos tensamos, ni Kayla ni Steve deberían de estar involucrados en la violencia por venir, pero no había esperanza de dejarlos fuera. Sabía que era mejor, ni considerar dejar a Jacob detrás. —Este es el plan,—Ussier murmuró cuando salimos. —Corvin y yo iremos por la parte de atrás. Los dos antiguos por el frente. La chica y Steve serán vigías. Se quedarán en el automóvil, si ven a alguien esconderse, llamas a mi celular o al de Kristair. Ahora tienes celular, ¿No es así, Kristair? —Claro. —Colócalo en vibrador. Tú también, niña.— saqué mi teléfono y lo vi intrigado, tratando de imaginar qué significaba „vibrador.‟ —Enviaré un mensaje de texto si pueden entrar, Kayla, pero si llamo, salgan de aquí y regresen a la cabaña. Los encontraremos.— Jacob tomó el teléfono de mis manos, manipulándolo y regresándomelo con un guiño. —Está listo. —Gracias

por

salvar

mi

dignidad,— Contesté

regresando el teléfono a mi bolsillo. —Siempre, Kristair. Ussier le dio a Steve unas esposas y sacó las laves de su bolsillo. —Si Kayla empieza a girar la cabeza o hablar en lenguas, colócaselas. Si eso sucede y por tu cobardía la dejas ir. Te quebraré las piernas. —Las amenazas no son necesarias,— Kayla dijo. — Steve sabe lo que tiene que hacer. —Sólo me aseguro que lo haga.— Ussier vio hacia la tranquila calle. —Aún es temprano, en silencio y rápido ¿me 245

oyen?— Empezó a caminar en las sombras de la calle. — ¿Vienes o no, Corvin? Le di a Jacob un beso mental mientras él maldecía y le daba las llaves a Steve y seguía a Ussier. Sabía que nada le sucedería, si ocurriera algo, pero aún así no me gustaba estar separado de él. Incluso si tenía sentido que estuviéramos en equipos separados debido a nuestra conexión mental. Esperé hasta que Steve y Kayla entraron al Camaro y cerraron la puerta con llave para hacerle señas a Artemise. —¿Tocaremos la puerta del frente? —Hay otros medios, mi amigo. Cruzamos la calle y subimos a la banqueta, sentía a Jacob entre los árboles detrás de la casa, seguía rumiando ácidos comentarios en su cabeza acerca de toda esa situación. Las casas en la calle eran viejas, y algunas en un estado deplorable. La mayoría habían sido convertidas en pequeños departamentos. Vidrios en la banqueta nos indicaban que las farolas habían sido quebradas. Aunque no sabía si era algo normal en esa calle o había sido hecho por el doppelganger para lograr esconderse. Artemise y yo nos acercamos a la casa sin ver a nadie, tampoco nadie apareció en las ventanas de la casa a nuestro camino. Todos estaban dentro, la calle estaba tranquila en la noche como si el aura de maldad les quitara su vitalidad. —Estamos aquí.— Jacob dijo en mis pensamientos. —No

me

gusta

el

lugar.

Está

dividido

en

dos

departamentos. Atrás hay unas escaleras para el piso superior. Es donde está esa cosa.

246

Estudié la casa más de cerca. Estaba pintada de un color claro; las contraventanas de las ventanas del porche necesitaban reparación. El lugar estaba bastante oscuro y sólo se divisaba la luz que salía de una ventana del piso superior. Dejé que Artemise guiara cuando subíamos los escalones hacia el porche, y fue directo a la perilla y probó la puerta. —Dame un momento,— murmuró. Disgusto flotaba en la mente de Jacob. —Ugh, ¿Qué es ese olor? —Apúrate, creo que está dentro,— le dije. —Casi está.— Con un „click‟, la puerta se abrió, revelando la escalera interior, separándola del primer piso. Mientras subíamos el olor a sangre y muerte nos llegó. El sonido de pies y entonces se escuchó un grito y, sin decir palabra, Artemise y yo nos apuramos a subir y entrar a la cocina. Oí un ruido viniendo del cuarto a la derecha del pasillo, el cuarto que daba a la calle, y sentí a Jacob entrar ahí. —¿Estás bien?— Le pregunté a Jacob en mi cabeza. —Si, Ussier lo tiene atado como un jodido pavo del día de acción de gracia, pero el bastardo aún trata de liberarse. Es jodidamente repulsivo. Toqué el cuello de Artemise. —Revisemos el resto del lugar antes de unirnos a ellos. Ussier lo tiene atado.— Artemise asintió y bajamos el pasillo. Artemise abrió la puerta de la recámara y entramos al cuarto de baño. El olor a sangre era fuerte y encendimos la luz. Los cuerpos de un hombre, una mujer y un niño estaban apilados en la tina cubiertos con una cortina de 247

plástico. Una pierna se salía obscenamente de la tina y la sangre manchaba los azulejos. —¿Kristair?— Jacob debió de sentir mi malestar ante la escena y me envió una onda de alivio. Él no necesitaba ver esto. —Estaré ahí en un momento, mo chroí. Sólo nos asegurábamos de que no hubiera más sorpresas en el resto del departamento. —Kristair, tú no quieres ver todo esto,— Artemise dijo suavemente. Apagando la luz, cerrando la puerta del cuarto de baño firmemente, fuimos a la segunda recámara. Muebles de niño quebrados y apilados, la mitad de las cosas fuera del armario. Fotografías tamaño póster de Jacob pegadas en las paredes al azar. Fotografías de él tomadas cuando no se daba cuenta. Un helado frío me recorrió. Un nido de almohadas y cobertores en el centro de la habitación, alrededor de unas velas. Un grillete con cadenas clavado al piso; una mordaza de pelota a un lado, juntos con accesorios para infligir dolor. Una furia me inundó al recordar cuando pensé en esa criatura que llenaba a Jacob de horror y repulsión. Oí a Jacob gritar en mi mente, pero yo ya me apresuraba por el pasillo hacia el cuarto donde mi amante estaba con esa cosa. El doppelganger cuando entre y lo vi gruñó —Tú,— tratando de liberarse con fuerza. Lo levanté del suelo, quería lanzarlo por la ventana y dejarlo morir. — ¿Qué eres tú?— el doppelganger gritó, luchando ferozmente por liberarse, pero sus manos estaban atadas con sus pies, lo que complicaba sus esfuerzos. —Soy tu peor pesadilla,— le gruñí, acercando mis 248

manos en su cuello, tratando de estrangularlo. —Soy el real Kristair, y tú no eres más que una pobre copia, una sombra creada. Nunca lo tendrás porque él me pertenece a mí. ¿Me oyes? Nunca lo tocarás. Nunca lo conocerás como lo conozco yo. Sentí a Jacob acercarse a mí y a esa criatura, gruñí en advertencia. Él me ignoró y colocó su mano en mi brazo. —Él no puede lastimarme, amor. Nunca pudo tenerme de la manera que quería. Necesitamos hacerle unas preguntas, déjalo antes de que lo arruines. —Jacob.— Kristain me advertía. La mirada del doppelganger casi ansiosa. —Aléjate de él, es peligroso. Jacob lo ignoró también, apretó su mano en mi brazo. —Se que viste alguna mierda realmente mala, Kristair, pero aún no puedes matarlo. —Antiguo, quizás sea mejor que esperes en otro cuarto,— Ussier dijo. —Me quedaré,— gruñí, forzándome a dejar a la criatura a un lado, quizás con más fuerzas de la necesaria porque él cayó a varios metros de distancia, su tobillo se dobló debajo de él con un fuerte „crack‟. —Nada como empezar un buen interrogatorio con un hueso quebrado o dos,—Ussier dijo, levantando al doppelganger y colocándolo en una silla cuando él gemía de dolor. —Ahora nos dirás todo lo que sabes o voy a dejar que mis asesinos amigos terminen contigo. Considero por sus expresiones que hay un numero de cosas incomodas que amarían hacer contigo. —Jacob no lo permitirá,— el doppelganger gruñó. Era increíblemente espeluznante como se veía, sus 249

movimientos, el tono de su voz, la manera en que veía a mi amante. —No cuentes con eso,— Jacob dijo seriamente. Una afligida expresión cruzó la cara de la criatura cuando Jacob tomo mi mano, y la impresión del simple gesto lo lastimó aún más que el tobillo roto, o el disparo en su pierna. —Mo chroí. Antes de que Jacob pudiera soltar su rabia en él, yo apreté su mano. —Espera, tengo una idea.

250

Capitulo 23

E

staba casi asustado de preguntarle a Kristair qué quería decir. Era tan malditamente irreal ver a la criatura, verla viéndome con dolor y locura en sus ojos. Ojos que eran tan malditamente iguales a los de mi amante. La sensación de injusticia regreso a mi incluso más fuerte ahora, enfermo y retorcido. — ¿Piensas que si le hablo un poco dulce nos dirá todo lo que sabe?— Le pregunté molesto aún en mis pensamientos, y Kristair asintió, y apretó mi mano de nuevo. —Sí, creo que sería más fácil para ti, que el largo interrogatorio con Ussier. Sus métodos son… directos. —Sólo di eso. Él va a torturarlo. — No sabía qué pensar de eso, y el pulgar de Kristair rozaba el dorso de mi mano mientras la criatura veía, sus ojos se oscurecieron incluso más. Ussier sacó su teléfono celular y rápidamente tecleó algo, y entonces asintió hacia Artemise. —Encuentra a la chica y a su grandulón protector. Mantenlos en la cocina por ahora. Quiero ver cómo reacciona ante ella, pero no 251

ahora. Veía a la criatura, tratando de identificar qué era diferente en el ahora. La primera vez que lo vi en los bosques, parecía calmado y en control con esa innata peligrosa tranquilidad que Kristair tenía. Antes, cuando me atacó en la casa de Alette, él parecía tener el control de sí mismo, como si supiera exactamente lo que quería y que lo obtendría a cualquier costo. La única sensación que veía en él esta tarde era de desesperación. Él vino a mí tan rápido que apenas y tuve tiempo para registrar su presencia antes de quedar inconsciente. Ahora, la criatura parecía que estaba colapsando. Estaba desaliñado, igual que Kristair, como si de algún modo fuera el reflejo de mi amante. ¿Kristair se había impactado y horrorizado desde ayer en la mañana que empezó esto? ¿Había algo más? Ussier se colocó frente al doppelganger, pero no le prestó atención, su mirada seguía fija en mí. —Esto te duele, — Ussier dijo conversacionalmente, viendo el torniquete ensangrentado alrededor de su muslo. Me tensé, esperando el golpe de Ussier en su pierna o que hundiera sus dedos en la herida. —No tengo nada que decirte a ti, Ghedi Ussier, — la criatura contestó, su mirada se alejó de mí, y lo vi arrogante, el dolor desapareció de su cara. —Vamos, sabemos que no trabajas solo. Incluso sabemos que no eres la mente maestra. Eres sólo un cachorro danzando de las cuerdas de tu amo. ¿Qué te dijo? ¿Te dijo que podrías tener a Corvin si jugabas bien? —Jacob es mío, — el doppelganger insistió. —Lo ha sido desde el momento en que lo vi jugando fútbol. 252

La mano de Kristair se tensó alrededor de la mía y lo vi y sacudí la cabeza ligeramente. —Mantén tus instintos posesivos bajo control. —No soy quien habla, Jacob. Tomé un puño de mi cabello, viendo el malestar cruzar la cara de la criatura. En la casa de Alette, él se veía determinado a sólo abusar de mí, viendo mi degradación. No había tratado de seducirme, o decirme palabras de amor excepto cuando quería confundirme y que bajara la guardia. No tenía dudas en ese momento que la criatura sabía exactamente lo que era, una copia de Kristair enviada a cazarme. Ahora parecía como si la criatura creyera que era el real. Como si realmente creyera que era Kristair, y en su propia retorcida y confundida manera él me amaba. Me estremecí, las cosas estaban muy mal como estaban. —No sé si puedo hacer esto, Kristair. Jugar con algo así. — Había ruego en la mirada de Kristair y entonces me alejé como si eso pudiera asesinarme. Eso era incluso más obsceno que el pensar que tratara de violarme. Ussier golpeó a la criatura en la cara. Los huesos tronaron y sangre salió de su nariz. El señor de los vampiros colocó la mano sobre su boca como si impidiera que gritara de dolor. —Mírame a mi cuando te hablo, no a Corvin. No podía ver eso, no cuando él me veía a mí con los ojos de mi amante, viéndome como si lo estuviera traicionando. —Creo que soy una distracción aquí. Voy a esperar a Kayla y a Steve. Kristair asintió y llevó mi mano a sus labios, nunca quitó su mirada del doppelganger. —Quédate en la cocina,

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— murmuró. —No, espera, Jacob, no te vayas. — Los ojos de la criatura más abiertos, y su voz se oía desesperada cuando yo me alejaba. —Jacob, por favor, no me dejes con ellos. Endurecí mi corazón a lo mucho que la criatura se oía como mi amante y me aferré a la conexión en mi mente, lo dejé rogando mientras salía del cuarto. No quería saber lo que iban a hacerle. No quería ver a esa cosa con la cara de Kristair viéndose lastimado y sangrando. Artemise aún no regresaba con Kayla y Steve. Entré en la cocina, tratando de ignorar el bajo murmullo de voces en el siguiente cuarto, el sonido de puños golpeando la carne, los sonidos amortiguados de dolor. Se me revolvió el estómago, incluso al sentir cómo Kristair bloqueaba lo peor de eso en mi mente. Kristair se había movido malditamente rápido cuando confrontó al doppelganger. Levantó a la criatura como si no pesara nada, la lanzó como una muñeca de trapo. Eso probaba que aún podía usar al menos algunas de sus habilidades supe naturales, y la Ascensión no saltó sobre él. Lo que quería decir que aún tenía velocidad y fuerza y la capacidad de sanar si quería. Esa era la gran pregunta. ¿Cierto? ¿Queríamos eso? Seguramente no antes, aunque yo usé esas habilidades cuando tenía que hacerlo. Inquieto, salí al pasillo a revisar los otros cuartos. Mi estómago se tensó cuando vi la escena en el cuarto de baño, y Kristair entró en mi mente. —Creí haber dicho que te quedaras en la cocina. —No acepté. — Me forcé a ver la barbarie en los desnudos cuerpos de la familia, el claro horror en sus caras. 254

Permitiéndome endurecerme ante la criatura. Él había hecho esto y si no lo detenemos continuaría haciendo estas cosas. Eso me ayudó a poner las cosas en perspectiva. Tomé una sábana del armario de blancos y cubrí los cuerpos. Una parte de mí me advertía sobre las huellas digitales y los rastros que estaba dejando. Cuando la policía encontrara la escena, ellos nos cazarían. Finalmente eso podría repercutir en nosotros y nos atraparían, pero eso me tenía sin cuidado. Revisé los otros cuartos, tenso de encontrar más cuerpos, pero para mi gran alivio no había ninguno. ¿Qué diablos sabía el que estaba en el departamento de abajo? Si había alguien con sentido de lo correcto y lo equivocado en el mundo, ese debería estar desocupado. No podría pensar que la criatura hubiera asesinado a la cuadra entera. La escena en la última recámara me movió del todo. Esperaba por Dios que la familia hubiera muerto rápidamente y nunca supiera con qué tipo de jodido monstruo se habían enfrentado. Pateé la vela de mi camino al armario y arranqué las cosas de la pared con un fuerte jalón. Una fotografía estaba tirada a medio camino del armario, me incliné a levantarla. La fotografía de una pareja feliz con una risueña pequeña niña. La vi por un gran momento, entonces saqué la fotografía del marco y la guardé en mi bolsillo. Algunas cosas no deberían de olvidarse. Cuando regresé a la cocina, Kayla y Steve estaban ahí. Kayla tamborileaba el suelo con su pie, parecía pérdida en sus pensamientos, y la expresión de Steve era sombría,

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intranquilo. — ¿Dónde está Artemise?— pregunté. Steve señaló son su mentón hacia la sala. El sonido de los puños se detuvo, aunque se podía oír un amortiguado llanto. Al menos ya no decía más mi nombre. Mis manos temblaban en respuesta, quería ir y torturarlo yo mismo. Él había matado a una familia entera como si no significaran nada. —Está hablando con los otros dos, — Steve comentó. — ¿Qué crees que le van a hacer al tipo ahí? —No lo quieres saber, — Kayla dijo, tomando sus manos. —Confía en mí, no lo quieres. El llanto cambió a gritos. Repentinamente impactado por los taladrantes gritos que desgarraban a través del departamento haciendo que todos saltáramos. — ¿Qué diablos piensan?— Steve gritó. —Eso va a causar que la policía venga por nuestros traseros. —Seguro que Artemise tomó medidas para que los ruidos no salieran del departamento, — Kayla le aseguró, aunque ella también se veía intranquila y se giró hacia la sala. —O ellos simplemente encantarán a todo el que haga preguntas. —De cualquier manera no va a evitar que la gente del vecindario pregunte. — La ciudad tiene una vibra que no es natural, esta parte de la ciudad incluso más, aunque quizá es sólo porque la criatura está aquí, infectando toda el área. Le preguntaré a Kristair más tarde. O quizás la ciudad es un nido de chupasangres. Reconocí algo en el lugar. Como si en el exterior hubiera algún tipo de imán para la locura sobrenatural. — ¡Jacob! ¡Jacob! ¿Qué han hecho con él? ¡Jacob!

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Me estremecí, hundí las manos en el bolsillo, y sentí la imagen ahí. Joder. No parecía que fueran a llegar a ningún lado. Toqué la mente de Kristair sintiendo la implacable ira, la crueldad, y sabía que no se detendría hasta obtener respuestas. — ¿Algo de suerte? —La criatura es remarcadamente testaruda y leal. Puede tomarnos tiempo quebrar su voluntad. — ¿Tenemos ese tiempo? Sentí que se encogía de hombros. —Nosotros nos tomaremos el tiempo necesario. Suprimí un guiño de dolor, cuando empezó a gritar de nuevo. Joder, deseaba poder evitar que me gritara. Eso era una doble tortura, y sería más horrible cuando esto terminara. La piel en la parte de atrás de mi cuello se erizó. La mandíbula de Steve se tensó, y colocó sus manos en los hombros de Kayla, frotándolos suavemente. — ¿Estás segura de que no quieres salir? —Soy una chica grande. Puedo manejar esto, — ella contestó con remarcada calma y me vio con una compasiva sonrisa. —Aunque Jake se está poniendo verde. —Es difícil. — Estar ahí tranquilo. La criatura creía que era Kristair, lo que quería decir que él me amaba de una retorcida y enferma manera. Quizás Kristair tenía razón, quizás yo podía razonar con él de una manera que ellos no podían. —Ahora regreso. —Jake, trae tu culo de regreso aquí, — Steve gruñó, pero lo ignoré y me dirigí al otro cuarto. Me congelé cuando entré y vi la escena frente a mí. Los ojos del doppelganger estaban hinchados, completamente cerrados, su cara casi irreconocible, 257

deformada y cubierta de hematomas y marcas de garras. Su camisa había sido desgarrada, más marcas de garra abrían su cuerpo, destruyendo los tatuajes y Dios, la sangre, estaba por todos lados. Sus muñecas estaban atadas a la silla, y algunos de sus dedos estaban hinchados y doblados, jadeaba en busca de aire de una manera terrible, con jadeos silbantes. Ussier veía seriamente a la criatura, su mirada incluso más fría. Sus manos tensas en forma de garra que derramaba más sangre al suelo. Pero la criatura veía con terror no a Ussier, sino a Kristair, quien tenía sus ojos fijos en él y se veía impasible. —Jacob, no quiero que estés aquí, — Kristair dijo suavemente, retirando brevemente la mirada del doppelganger. Su mirada parecía incluso más antigua que la usual. Los ojos de la criatura se giraron a mí y su mandíbula se movía mientras diferentes tipos de dolor cruzaban su expresión. Él estaba totalmente loco ahora, perdido en el mundo que había creado en su cabeza. —Jacob, — dijo, luchando por ponerse de pie, sin incluso darse cuenta que estaba atado y herido. —Huye, ellos están locos. Huye, maldición. Yo te encontraré, siempre lo hago. —Hay otra manera. ¿Por qué no sólo buscan las respuestas en su mente? Y terminan con todo esto, — demandé. Artemise sacudió la cabeza. —Después de lo que le sucedió a Lisabeth, es un riesgo que no necesitamos tomar. Por el momento, esto debe de quebrarlo. De algún modo sabía que ellos nunca serían capaces de obtener respuesta con torturas. Podemos pasar días, y 258

el doppelganger no se rendiría. En ese sentido la criatura era también igual a mi amante. Toqué la fotografía en mi bolsillo. Me obligué a contener la aversión que sentía por la criatura y levanté la mano hacia Ussier, evitando que lo golpeara de nuevo. Sentí la repentina tensión de Kristair, como si quisiera alejarme del doppelganger, pero él no interfirió. — ¿Jacob?— la criatura murmuró. —Jacob, ayúdame. —Bien. — Me reforcé y acuné suavemente su cara en mis manos. —Estoy aquí. Lágrimas brillaban en sus ojos y el aire en el cuarto parecía pesado ante la inminencia de la violencia. —No dejes que me lastimen más, por favor. Revisaba su cara, tratando de decidir si seguía jugando el juego o estaba genuinamente pidiendo ayuda. — Puedo detenerlos, pero tienes que decirles lo que ellos quieren saber. Es importante; ¿puedes hacer esto por mí? —No puedo. — Su voz con una nota de desesperación. —No puedo, por favor, no me hagas esto. — ¿Qué sucede? ¿Tienes miedo? Después de toda la gente que has asesinado, las horribles cosas que has hecho, ¿tratas de decirme que estás jodidamente asustado?— No pude esconder el disgusto y la repulsión, y ataqué a la criatura, furioso con ese juego. Se sobresaltó, alejó su mirada y levantó el pecho viendo alrededor del cuarto. Saqué la fotografía del bolsillo y la llevé a su cara. —Escucha, No eres Kristair. El hombre que amo no haría esta jodida a la gente del cuarto de baño. Mira esto— Tomé su mentón cuando él trató de girar la 259

cara lejos. —Mira esto maldito, eres un bastardo. —Jacob. — Kristair llegó detrás de mí, y colocó su mano en mi hombro. —No, viejo, déjalo, — Ussier dijo. El doppelganger gruñó, nuevamente trató de levantarse de la silla. Sus ojos fijos en Kristair, casi parecían brillar por la locura. Parecía un animal rabioso. — Quita tus sucias manos de él. Se oyeron pasos, y Kristair se tensó más en mi mente, indignado y protector. —Kayla, regresa a la cocina. —No seas ridículo, Kris. Tengo mucho invertido en eso como para hacerlo. La criatura hizo un lastimero sonido, bajó la mirada en un antiguo gesto de sumisión. —Mi señora. — Sentí que temblaba en mis manos cuando el estremecimiento nos recorrió a mí y a Kristair. — ¿Qué dices?— Kristair demandó, jalándome a un lado enfrente de Kayla. Él tomó al doppelganger por su garganta, empujándolo hasta que la silla golpeó contra la pared. — ¿Cómo la llamaste? Con lo mucho que la criatura se movía y se retorcía, él no podía escapar de la mano de Kristair. Después de un momento, Kristair soltó el agarre y la criatura jadeó por aire. —Mi señora, ayúdame. ¿Jacob?— Él veía a Kayla y a mí, su mirada de ruego. Aunque a ella la veía de una aterradora manera de servil adoración, enfermaba ver eso. Incluso peor que la manera en que me veía a mí. —Oh, dulce Jesús, — dije mientras Kayla, Kristair y 260

yo nos veíamos unos a los otros. — ¿Realmente no crees que ella lo hizo?

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Capitulo 24

E

studié a mi doppelganger consciente de la pregunta de Jacob, mi mente giraba. No podía ser cierto. No quería creer que Nerissa pudiera estar detrás de esta locura, pero me obligué a considerar la posibilidad. Con todo lo perturbador que podía ser. En este momento no podía descartar nada. — ¿Quien?— Ussier demandó, en un duro tono de voz. —La mujer que me convirtió en vampiro, — Respondí. Mi corazón se aceleraba en mi pecho. La criatura gritaba, luchando de nuevo. —No, ¡ella me hizo a mí! No a ti. Tensé mi mano alrededor de su cuello y dejó de luchar. Parecía temerme más a mí a pesar de que Ussier le había causado la mayoría de las lesiones. Él realmente creía que yo era la copia, no él mismo. — ¿Cómo puede ser?— Artemise preguntó. —Hasta donde me dijiste, ella ya era antigua cuando te convirtió y creo que ella desapareció hace mucho tiempo. ¿No estabas tratando de usar sus diarios para rastrear los síntomas de 262

tus propios síntomas? —Puedo decir que ella no está muerta. La descubrí cuando yo mismo desaparecí. — Si era ella, entonces tenía muchas perturbadoras preguntas. Vi a Artemise y a Ussier. —Hay muchas cosas que mantengo en secreto porque no tengo la libertad de discutirlas, pero si esto es cierto, entonces cambia las cosas. — Sentí la profunda preocupación de Jacob haciéndose eco con la mía. — Necesito saber con certeza si lo que dice es cierto. Retiré mi mano de la criatura y le di la espalda. — Artemise, ¿crees que sería riesgoso debelar el interior de su mente? — ¡Espera, no! Mi señora, yo he hecho todo lo que me pediste. Tú dijiste que él era mío. — El doppelganger se movía en su silla, su ardiente mirada hacia la cara de Kayla. —Mi señora, ¡No puedes dejarlos! Él es mío, — El doppelganger rugía. Él gritaba cuando Artemise colocó su mano sobre su calva, sus dedos presionaban sus sienes. —Está bien, — nos aseguró. —No lanzo mi corazón en estas cosas como Lisabeth lo hace. Al menos espero que ese sea el caso. Jacob dio un involuntario paso hacia la criatura moviéndose espasmódicamente, tomé su mano. Él se desgarraba entre la lástima y la repulsión, aborrecía las cosas que había hecho, aún confundido por las similitudes que compartíamos y la conexión que parecía sentir con él. — ¿Qué diablos sucede? ¿Crees que Nerissa realmente hizo esta mierda? —No quiero creer eso. La traición sería muy profunda. Pero eso podría explicar una gran cantidad

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de cosas. —Tráeme un tazón con agua, — Artemise ordenó en una cortante voz. —Preferiblemente uno de metal, si es posible. Steve salió del cuarto mientras Artemise se alejaba de la criatura, Sus educados rasgos mostraban disgusto. El doppelganger luchaba, se movía de sus ataduras, su cabeza se movió a un lado. —No hay mucho con qué trabajar. Su mente está demasiado fracturada, como si empeorara con cada minuto, — Artemise dijo, secándose las manos en su bufanda. — ¿Eres capaz de confirmar algo?— Ussier preguntó. —Esa Señora, lo creó para el único propósito de tratar con el señor Corvin. Encontré que comparte la apariencia del Antiguo, él solamente tiene algunos de los recuerdos y conocimientos de Kristair, pero se están deteriorando. La única cosa le queda es que quiere a tu joven amigo, y hará todo para conseguirlo. No puede detenerse. Steve regresó con un tazón de metal lleno hasta el borde de agua. — ¿Qué quiere que haga con esto? —Ah, perfecto, señor Teasia. Déjalo en la mesita del café. Seré capaz de extraer la imagen de la Señora de los pensamientos de la criatura. Seguramente, mi amigo podrá ser capaz de decirnos si es la mujer que sospechamos. Artemise se sentó en la orilla del sofá esperando por el agua. Encajó una uña en su palma, permitiendo que la gota de sangre nublara el agua. La superficie se movió y apareció la cara de Kayla. —No, 264

maldición—

Steve

dijo

rudamente,

deteniéndose frente a Kayla. —No creo eso. —Paciencia, — Artemise dijo suavemente, concentrándose en el agua mientras la imagen cambiaba sutilmente. Los ojos de Kayla se oscurecían, su expresión maduró hasta que apareció la cara de Nerissa con su mirada en mí. —Esa es la real apariencia de la mujer que está detrás de esto. ¿Significa algo para usted? Mi corazón se hundió, lo sentía como plomo en mi pecho, mi garganta se cerró. Sentía los ojos de todos en el cuarto sobre mí, el silencio se extendió, quebrado sólo por la lucha de la criatura, su silbante jadeo, y pequeños sonidos animales de dolor. —Esa es Nerissa, — dije con mis labios dormidos. —No hay otra en la que pueda pensar con esa apariencia y quien pueda ser capaz de hacer un ataque personal contra mí. Levanté la mirada, endureciendo mi corazón, y alejando el dolor. —Y eso significa que tenemos un gran problema entre nuestras manos. —Lo discutiremos en la cabaña. Nos vamos todos, — Ussier dijo. —Me encargaré de este lugar para no dejar evidencias de que estuvimos aquí. Jacob vaciló mientras Steve envolvía su brazo en los hombros de Kayla y la guiaba siguiendo a Artemise. — Vamos, mo chroí, dejemos a Ussier atender este negocio. Él es bueno en esto. —Él va a matarlo. ¿No es así? Me detuve sorprendido por el tono de asombro de la voz mental de Jacob. —En este momento eso puede ser misericordia. Lo único que logramos fue confundirlo más, está perdido y será increíblemente peligroso con 265

cada día que pase. No estoy seguro qué hizo Nerissa para crearlo, pero sospecho que ella quebró las leyes de la naturaleza y él está pagando el precio mientras nosotros hablamos. —No estoy diciendo que no debe hacerse. Sólo estoy diciendo que no debería ser Ussier el que lo mate. — Sentí la fuerte decisión de Jacob, y sacudí la cabeza, sabiendo lo que la decisión podría costarle. —Déjame a mí, Jacob. Este no es un asunto que tengas que hacer. Si te hace sentir mejor, me encargaré de eso. — ¡Ese es mi asunto! Mordí cualquier argumento más con lo mucho que quería decirlo. —Como desees, — Dije suavemente, apretando su mano. —Te espero abajo. — Rocé un beso mental en los labios y le hice señas a Ussier, mi corazón se quebraba por mi amante. — ¿Estás seguro? Puedo hacerlo por ti. — Ussier dijo en un bajo tono, uniéndose a mí en la puerta. Ambos vimos hacia atrás, mientras que Jacob estudiaba al doppelganger, quien lo veía con súplica en sus lastimados ojos. —Él está seguro. — salí de los pensamientos de Jacob mientras me dirigía a las escaleras. No podía interferir, pero Jacob me partía, tanto si admitía o no que me necesitaba. —Jacob, por favor, — la criatura dijo detrás de nosotros. —No me dejes tú también, por favor. —Tranquilo ahora, estoy aquí. Te tengo. Sufriendo por Jacob, abrí la puerta señalándole a

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Ussier que saliera. —Voy detrás de ti. — ¿Puedes ir conmigo?— el doppelganger preguntó. Atravesé la puerta detrás de Ussier y la cerré, perdiéndome el murmullo de la respuesta de Jacob. Debido a la habilidad de Ussier o de Artemise en hacer el departamento a prueba de ruido nosotros no oímos el disparo de arma de fuego, pero sentí el impacto recorrer a Jacob. —Está hecho, — dije. El señor de los vampiros vio hacia la puerta, su expresión reflexiva. —Tienes un buen hombre ahí, Antiguo. —El mejor, — agregué. Jacob salió unos minutos después, las escaleras crujían mientras él bajaba, y anhelaba jalarlo a mis brazos para un feroz abrazo, pero me resistí, dándole el espacio que él necesitaba. Él vio a Ussier y tomó mi mano. — ¿Listo? —Claro. —Si es de algún consuelo, señor Corvin, si no sientes ninguna nausea acerca de eso haría que perdiera todo el respeto por ti, — Ussier le dijo. —Usted siguió adelante haciendo lo que tenía que hacer. No porque esa cosa se parecía a Kristair, sino porque sintió lastima por lo que vio debajo de la apariencia. Eso es por lo que eres lo que nunca podré ser. Eres un hombre yo soy un monstruo. Le hubiera disparado en la cara al hijo de perra sin parpadear, incluso cuando él pedía misericordia. — Él inclinó la cabeza en señal de respeto y subió las escaleras. Jacob exhaló explosivamente cuando desapareció. —Él jodidamente me mata de miedo.

Ussier

—Tiene sus momentos. — rocé mis dedos sobre su 267

mejilla. — ¿Estás bien, mo chroí? —Estaré bien. — Jacob deslizó su mano por la parte de atrás de mi cuello y tocó sus labios con los míos. — Debería preguntarte lo mismo a ti. Realmente tienes una enorme explosión. —No sé qué haré con eso, Jacob. — cerré los ojos y me apoyé en él, tomando el confort que su cercanía me daba. —Había muchas cosas que hacía que Nerissa y yo fuéramos beligerantes a menudo, pero a nuestra propia manera, puedo decir que nos amábamos. Nosotros éramos familia, incluso si no lo expresábamos. No puedo imaginar, qué pudo suceder para que se girara contra mí de esa manera. — ¿No crees que el rechazar su don y elegir ser un humano puede haberla enojado? Que tú fueras un Ascendido seguro que para ella era considerado un don. —No dudo que eso la enojara. Ella puede pensar que estoy desperdiciando mi potencial y a ella nunca le gustó que la desafiara, pero Jacob, esto es una reacción extrema. Las cosas que ella hizo…no… no pueden ser tan crueles, estoy de acuerdo que ella puede, pero ella está atada ahí. Y hacer esa criatura, eso es una locura. Ella no es un dios. ¿Cómo puede creerlo? Jacob frotó mi espalda con su mano. —Vamos, los otros van a preocuparse si nosotros seguimos aquí. Podemos discutirlo de camino a la cabaña. Salimos a la tranquila noche. La brisa nos golpeó, con el aroma de cosas que crecían y dispersando el aroma de la sangre. Kayla y los otros dos ya nos esperaban en el automóvil de Jacob, y permanecieron en silencio cuando entramos y Jacob encendió el automóvil. 268

La cabeza de Kayla apoyada en el hombro de Steve. — ¿Qué vamos a hacer, Kris? Si esto es a causa de Nerissa, ¿Cómo diablos vamos a detenerla? Creo que Tony podría ayudar, pero ella tiene muchos años más que él y ella es una súper-perra. Él es demasiado amable para enfrentarse a ella. Vi a Artemise, quien veía hacia afuera por la ventanilla, pero sabía que estaba escuchando detenidamente cada palabra. Tomé la mano de Kayla. — Nosotros pensaremos en algo, pequeña. Si hay algo que he aprendido en los últimos años es que nada es imposible. —Ella tiene un buen punto, — Jacob dijo en mi mente. —Nerissa nos manipuló como bebés antes y eso cuando aún teníamos un poco de la magia sobrenatural del amuleto de nuestro lado. Ella sólo está jodidamente jugando con nosotros. Podría habernos matado en cualquier maldito momento que quisiera con sólo tronar los dedos. —Eso es cierto. Quizás ella no quiere nuestra muerte, solamente castigarnos. Castigarme. La muerte puede no ser su meta. —Con lo que tendríamos que preguntarnos ¿cuál es su meta? Pareciera que quisiera hacerte jodidamente incómodo por permanecer como humano. Si a Kayla y a mí

nos

asesinan

porque

no somos

bienvenidos

en

Pittsburgh, ¿a dónde irías? Algo acerca de lo que Jacob dijo llegó al fondo de mi cerebro. Hice a un lado todas las demás preguntas que la revelación de la criatura había causado. —Mi corazón me dice que esa no es la razón por la que mi Señora está 269

haciendo eso. Una ola de ira surgió en Jacob atravesándolo y las llantas patinaban cuando tomó una curva demasiado rápido. —Deja de llamarle de esa manera. Ella nunca fue tu Señora, ella nunca podría serlo. Ella no es tu jodida dueña, Kristair. —Mis

disculpas



Dije,

desconcertado

por

la

reacción de Jacob. —No era mi intención ofenderte. Jacob sacó el Camaro a un lado del camino y frenó abruptamente. Kayla gimió y Steve maldijo, cuando Jacob se giró hacia mí. —Deja tu maldita cortesía. Incluso creo que tu maldito corazón puede estar equivocado porque está jodidamente quebrado. Estás lastimado y no quieres pensar lo peor de ella. La verdad es que Nerissa era una perra controladora cuando la conocí, y de lo que sé de ella de tu pasado, ella ya era una perra controladora. Artemise nos estudiaba a los dos con interés. —Odio quebrar esta discusión, pero puede ser sabio si estamos detrás de las paredes. Esto es después de todo un territorio de los cambia formas, y ellos no son amables con gente como yo o quienes me acompañen. Jacob maldijo violentamente y entró en la carretera de nuevo. Sentía los ojos de Kayla en mí, pero ignoré su mirada y veía por la ventana hacia afuera. Era imposible ver mucho con esa oscuridad. Los faros delanteros iluminaron brevemente el oscuro bosque, y entonces avanzamos de nuevo. —Probablemente me arrepentiré de preguntar esto, — Steve dijo, — ¿Pero qué quieres decir con cambia

270

formas? —De criaturas, lobos, osos, grandes felinos, — Artemise replicó. —Seguro que has oído las leyendas. —Sabía que debería de mantener la boca cerrada. El silencio descendió en el interior del automóvil nuevamente, y regresé a mis pensamientos. No podía negar que Jacob tenía razón en eso. Descubrir lo que Nerissa hizo me dolía profundamente, pero me gustaba pensar que tenía el hábito de sobreponer la lógica sobre las emociones. Eso iba más allá de que Nerissa tuviera en mente un destino diferente para mí del que yo elegí. Había algo pesado moviéndose en la atmósfera, algo que se había estado construyendo durante meses. Estaba determinado a llegar a ello. Yo había estado tan distraído con mis investigaciones que se estaban volviendo personales, al menos en sintonía con el ambiente. Me moví intranquilo en mi asiento. Tony había hablado con Jacob sobre una división que se estaba formando entre los Ascendidos y que involuntariamente había sido el causante. Ahora eso podría más probablemente ser la causa de la ira de Nerissa. Si mis acciones habían amenazado a su mundo…. Pero seguramente el asunto no estaba tan mal. Los Ascendidos estaban unidos. No podrían fomentar la separación entre ellos. Eso podría ser aterrador con su poder. Su estabilidad venía de su armonía, del acuerdo de sus reglas. No podía ni imaginar el daño que eso podría causar si ellos se separaban. Si ese es el caso, entonces teníamos un mayor problema en nuestras manos que un puñado de vampiros siendo asesinados y nuestros propios problemas 271

personales.

272

Capitulo 25

N

o me gustaba cuando incubaba los pensamientos de lo que hablamos. Eso me causaba ansiedad y no porque quería decir que fuéramos a tener muchos problemas. Él estaba trabajando en si mismo en algo. Para cuando llegamos a la cabaña, él estaba completamente perdido en sus pensamientos, y estaba bien seguro que había olvidado que yo podía oír cada maldita cosa que pasaba por su cabeza. — ¿Entonces se supone que nos quedaremos con los brazos cruzados hasta que llegue Ussier?— Steve preguntó. —Quiero saber quién es Nerissa, por qué ella está actuando como una maldita boogeyman(13) o algo así. ¿Por qué nunca había oído de ella antes? —Pronto, Señor Teasia. No deberá de tomarle mucho tiempo encargarse de los cuerpos para borrar cualquier evidencia de nuestra presencia aquí. Él es rápido y (13 )boogeyman, espíritu maligno, el cuco o el hombre del costal, personaje legendario que asusta a los niños. En los países anglosajones. Bugui men hombre gusano, asustador de niños.

273

efectivo,— Artemise contestó. —No tiene sentido hacer que Kristair explique la situación dos veces. Permanecí en silencio, mi mirada fija en Kristair, quien estaba viendo la noche por la ventana. Reconocí la separación dentro de él. Vi un par de veces eso antes, y eso nunca dejaba de causarme intranquilidad, porque no podía predecir cuál sería el siguiente paso de Kristair. Algo que probablemente no me gustaría. —¿Por qué cuánto más enojado estoy yo, más calmado estás tú?— Gruñí en su mente. Sentí una débil sonrisa antes de que me viera sobre su hombro. —Llámame perverso. —Lo hago, — le respondí en voz alta entrando en la cocina a buscar algunas bebidas. Realmente moría por una cerveza o algo fuerte, ahora. Kristair estaba equivocado. Tony hubiera dicho algo si la situación estuviera tan mal entre los Ascendidos. Sentía un hormigueo bajo mi piel que me atormentaba cada vez que pensaba en eso. Maldición, ¿dónde estará él? Tony podría aclarar las cosas en un instante si el imbécil pudiera mostrar su cara. Todos nos separamos a nuestras propias esquinas del cuarto. Artemise se sentó en el sofá en aparente meditación, su expresión tranquila y calmada. Steve con el ceño frunció ante la mesa y Kayla con sus brazos cruzados frente a otra ventana. Y yo paseando, resistiendo la urgencia de patear los muebles en mi camino. Me concentré en lo que pasaba en la mente de Kristair y alejé mis propios pensamientos. Cada vez que dejaba mis pensamientos a la deriva, regresaba el doppelganger. La sangre, había demasiada maldita sangre. 274

Sabía que lo olería durante muchísimo tiempo, sentía su calor en mis manos. Y su mirada… ayúdenme, esa mirada que cambió a necesidad. Esperaba una pelea con la criatura cuando lo desamarré de la silla, pero no había ocurrido. La criatura lo sabía y no trató de detenerme. Era como si estuviera agradecido de que fuera yo quien lo matara en lugar de Ussier o Kristair. Eso había muerto con mi nombre en sus labios. Sacudiendo lejos esos pensamientos, me di cuenta que había dejado de pasear y estaba viendo hacia afuera. Frunciendo el ceño, comencé de nuevo. El doppelganger no merecía más ninguno de mis pensamientos y él había muerto más limpiamente que como lo hizo la familia. Kristair se giró y caminó hacia mí, deteniéndome con su mano en mi hombro. Él no dijo nada. Tenía la impresión de que realmente no sabía qué decir. Nunca era el mejor para hablar de lo que estaba sintiendo. — ¿Si?— pregunté, esforzándome en hacer la voz tan suave como era posible, cuando lo que deseaba hacer era llevarlo a nuestra recámara y hacerlo gritar de deseo, hacerlo olvidar todo excepto a nosotros dos y lo que se sentía cuando jodíamos. Una expresiva ceja se levantó y una sonrisa se formó en los labios de Kristair mientras surgía el afecto y la exasperación por nuestro lazo mental. — ¿Cómo es que estás pensando en tener sexo y ser posesivo en momentos como estos? —Tú me alejas. — Hervía. —Mejor es que no pienses en hacer algo estúpido como sacrificarte tú mismo a los dioses de la Ascensión o algo como eso, porque te pondré 275

en mis jodidas rodillas y te castigaré hasta que no puedas sentarte más. Kristair parpadeó y una extraña expresión cruzó su cara, eso hubiera sido malditamente adorable si la situación fuera diferente. —Creo que eres desconsiderado. — murmuró. —Puedes apostar tu lindo culo que lo soy. Kayla veía hacia nosotros, y las mejillas de Kristair se colorearon débilmente. No creo haberlo visto ruborizarse antes, y estaba determinado a causarle otros. —Deja eso,— él demandó. —Ahora no es el momento ni el lugar para ese tipo de cosas. Me acerqué y sentí satisfacción al oír que sostenía la respiración. —No me tientes. Puedo pensar en un sinnúmero de cosas que podemos hacer antes de que llegue Ussier, eso no interferirá una maldita cosa con la espera. Y tampoco me importa si el cuarto entero se da cuenta lo que hacemos. La mano de Kristair se tensó en mi hombro. —Juro que siempre estaremos juntos. ¿Confías en mí?, Jacob. —Lo sé, lo hago. No trates de distraerme con preguntas que ambos conocemos la respuesta. Porque también sé que no vas a dejar que nadie sepa que te sacrificas si puedes encontrar una manera de detener esto. Incluso si sales lastimado en el proceso. Él sonrió, y dedos fantasmas tocaron mi mejilla y rozaron mis labios con un beso mental. —No voy a alejarte. Necesito pensar, y necesito hacerlo con lógica,

276

sin emociones. ¿Entiendes? La puerta se abrió y Ussier entró. —Supongo que no tengo mucha elección, — dije. — ¿Revisaste a levantándose del sofá.

Lisabeth?—

Artemise

preguntó,

—No ha tenido ningún cambio.— La cara de Ussier era sombría. — ¿Regresaron sin incidentes? —No tuvimos ningún problema, aunque tengo que admitir que estoy muy intranquilo con todo este asunto, — Artemise replicó. —No eres el único.— Steve se puso de pie y fue junto a Kayla, viendo a Kristair. —Ahora ya estamos todos aquí, ¿tendremos algunas respuestas? —Claro, — Kristair dijo. —Sólo que me gustaría señalar que tú sabes más aquí que Ussier y Artemise. Si pones tu intelecto en el asunto, estoy seguro que lo descubrirás. Levanté la mano antes de que Steve pudiera responder. —No inicien una riña ahora, Jesús.— Vi a mi amante. —Compórtate. Él sonrió y se encogió de hombros. —Esto va a ser rápido. Como dije antes, Nerissa es la mujer que me convirtió en vampiro. Ella fue también el instrumento para mantenerme separado de Jacob cuando estuve perdido todos esos meses. La expresión de Ussier se endureció. —Viejo, nosotros necesitamos saber con lo que estamos tratando. Creo que es tiempo de que nos digas qué sucedió cuando desapareciste.

277

—Esa es mi intención. — Kristair cerró sus manos detrás de su espalda. — ¿Lo hago con tu aprobación? —Si la Ascensión realmente está detrás de toda esta mierda, entonces ellos no pueden quejarse acerca de que la gente los descubra. Ellos son los que están interfiriendo en nuestras vidas, no al revés. —Eso es también lo que yo pienso.— Vio a Ussier y a Artemise fijamente. —Esto no puede ser del conocimiento general. Por el momento, nosotros sólo nos concentraremos en Nerissa y todo lo que sabemos. No queremos que otros se involucren, y no hay duda que lo harían si creen que sus secretos se ven amenazados. —Yo no quiero mezclarme en más problemas, Antiguo,— Ussier dijo, y Artemise asintió seriamente. —Tienes mi palabra. Vi a Kristair fijamente, tratando de saber lo que planeaba. Sabía lo que era. Joder. Lo conocía demasiado bien para saber que él tramaba algo, pero no podía dar con qué en su mente. Ahora, se estaba concentrando demasiado pensando en lo que podía dejarles saber que ellos pudieran manejar sin revelar demasiado de lo que sentía que no debería decir. —Ustedes chicos no son estúpidos,— interrumpí a Kristair que me veía con sorpresa. —Para ahora saben que los antiguos vampiros no mueren cuando desaparecen. Ellos cambian. Kristair una vez lo describió como una crisálida o un tipo de evolución. —Gracias, Jacob. — Le di a Kristair una tensa sonrisa y él me dio una mirada de amonestación. —Los Antiguos evolucionan a lo que llamamos la Ascensión. Ellos ya no 278

tienen necesidad de cuerpos. Pueden moverse a través de su tiempo y su espacio. Ellos son extremadamente poderosos, pero en su mayor parte son benignos. Lo que uno siente, lo sienten todos ellos, y eso tiende a mantener la paz. Fuertes emociones los desbalancean. Ellos están más interesados en estudiar y contemplar que en involucrarse en los asuntos. —Eso obviamente ha cambiado, — dijo Ussier. —Muy cierto, y eso quiebra una de sus estrictas reglas. —Aunque no lo comprendo,— dije. —Ellos tienen un tipo de mente grupal. Recuerdo eso de ti, Kristair. Creo que dijiste que lo que una persona sabía lo sabían todos. ¿Cómo puede Nerissa estar haciendo esto sin que los demás descubrieran lo que está haciendo? Porque si ella lo está haciendo con su bendición, creo que estamos jodidos. —Nosotros somos la prueba de que no lo saben todo. Si incluso alguien como nosotros lo hicimos, y logramos engañarlos, ¿recuerdas? Y Tony también, cuando me ayudó. Si pudimos hacerlo con nuestra inmadurez, Nerissa, con su vasta experiencia, no debería de tener ningún problema. No siempre eres parte del todo. Se te permite alejarte y estudiar a tu propio ritmo si lo deseas, después de todo, los otros son sólo un lejano pensamiento. —No estoy seguro de entenderlo completamente,— Ussier dijo. —Pero tomaré tu palabra en esto. ¿Es eso lo que Artemise ha buscado por siglos? Suena a algo que amaría. —Efectivamente, — Artemise contestó. —Aunque estoy seguro de que Kristair ha dejado fuera algunos detalles. 279

—Así es, pero los detalles que dejé fuera no afectan esta situación. Además, será divertido para ti descubrirlo por ti mismo de la manera que el resto de nosotros lo hizo. Siempre has disfrutado un buen problema, Artemise. —Bien, así que Nerissa está furiosa contigo, — Ussier dijo. — ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Algunos cachorros y sus creadores nunca se llevan bien, pero si ella te quisiera muerto, lo hubiera podido hacer hace mucho tiempo, así que… ¿qué ha cambiado? —Jacob y yo tenemos diferentes teorías al respecto de eso. —Sólo creo que ella se volvió jodidamente loca,— dije. —A ella le gusta hacer las cosas a su manera o que no se hagan. Esa criatura prácticamente se refería a ella con el nombre que tú aún le das y aún así rechazas la idea de que es una mala persona. —No, yo principalmente estoy en desacuerdo por las razones por las que ella actúa de esa manera. Creo que requeriría más que decirle „no‟ a ella para que perdiera la cabeza. Porque esto va más allá de una venganza. Ella está tratando de jugar a ser Dios. Crear el doppelganger es un acto de locura. Algo la empujó al borde. Estoy seguro que mi desafío le agregó estrés, pero no es la única razón. Nadie llega a ser uno de los Ascendidos por tener una mente frágil. —No me asusta el pensar que estaremos tratando con algo más grande. Todo el mundo tiene debilidades, y es bueno explorarlas. — Ussier sonrió mostrando sus hoyuelos. —Entonces, ¿cuál es tu teoría por la que ella está loca? Te ves malditamente renuente a discutirlo. Vi a Kristair fijamente. Ussier tiene razón, mi amante 280

estaba asustado. —¿Cuáles son las posibilidades de que estés equivocado? Creo que ya recorriste los peores escenarios. —Si a causa de mi separación la Ascensión está dividida como lo indica Tony, entonces ellos tienen un gran problema. Nosotros no hacemos lo que ellos, con todo su poder, peleando entre ellos. Haciendo lo que quieran con sus emociones, sacándolas con los otros. No tengo duda de que las repercusiones se sentirían en todo el mundo.— Kristair hizo una pausa dejando que todos alrededor de él lo entendieran. —Si Nerissa cree que mis acciones amenazaron su mundo, entonces si, no tengo duda de que ella trataría de vengarse de mí. —Sabía que odiaba a la perra, — Kayla dijo. — Entonces, si ella te quiere muerto, ¿por qué no sólo te mata? Sería fácil para ella. Mis ojos se abrieron enormemente cuando todas las piezas hicieron „click‟ juntas. —Ella no quiere tu muerte, Kristair. Ella quiere que regreses, ¿no es así? Ella piensa que si tú regresas, las razones por las que los Ascendidos comenzaron a molestarse con los otros desaparecerán. —Eso tiene más sentido que la venganza. Pero ella quebró las reglas en el proceso, y creo que sus propias acciones agregaron la locura. —Pero ahora eres humano, — Kayla dijo viéndose confundida. — ¿Cómo podrías regresar, incluso si quisieras? —Esto es por lo que estabas asustado y tan renuente de tratar de que nuestra conexión regresara, ¿No es así?— Le pregunté a Kristair —Porque sabias que existía esa posibilidad. Como siempre dices, no puedes

281

regresar las cosas como eran. ¿Estoy en lo correcto? Kristair no me veía, pero sentí el amor que me enviaba, sentí el miedo que comenzaba a plagarlo. No sólo la preocupación sobre ajustarse, sino la preocupación de que podía comenzar a fallar como humano, podría empezar a usar sus habilidades y no tendría más opción que regresar. —Soy humano porque elegí limitarme a mí mismo. Pero aún así soy uno de los Ascendidos. No puedo ignorar todo lo que he aprehendido. No puedo obligarme a mí mismo a hacerlo. Kristair seguía sin verme y entonces me di cuenta que él estaba asustado de que no lo entendiera, que pudiera pensar que era un egoísta, pero yo entendía. Kristair podía renunciar a todas sus habilidades supe naturales en un parpadeo pero él no podía renunciar a los conocimientos por los que había luchado tanto para obtener, aún sabiendo que podría herirme. Él sólo no podía. Y se culpaba a si mismo por no hacerlo y tener la amenaza colgando sobre su cabeza. —No te culpo, amor, — le dije suavemente. — ¿Por qué no te das un poco de descanso? Después de todo, si no recuerdas nada de eso, entonces nosotros estaríamos en la misma profunda mierda ahora. —Entonces aún tienes el potencial de regresar con ellos. Ser uno con ellos, — Artemise dijo. —No, — yo interrumpí. Maldición, lo sabía, sabía que Kristair tramaba algo, y todo indicaba eso. —No. — Repetí, más firmemente en su mente. —Él no lo hará. Un tenso silencio llenó el cuarto y todo el mundo 282

veían a Kristair y a mí. —Jacob, nosotros no podemos esperar a que Tony decida regresar y darnos unas respuestas. No voy a unirme con ellos de nuevo, simplemente trataré de comunicarme con ellos. Si puedo contactar con la Ascensión, puedo ser capaz de obtener algunas respuestas. —O tú puedes quedarte atrapado ahí por siempre, — gruñí, asustado porque esa idea también se le ocurrió a Kristair. — ¿Tienes una mejor idea? Si hay otra yo estaría más que deseoso de escucharla. —Ni siquiera voy a discutir contigo sobre eso. — Furioso, le di a todo el mundo en el cuarto una fría mirada y salí. Ellos iban a animarlo en ese estúpido plan y yo no tenía el estómago para escuchar eso. —No lo harás, — le dije. —Jacob, — Kayla gritó desde el porche cuando yo tomaba mi automóvil. — ¿A dónde vas? —A dar una vuelta. —Vamos contigo. — Ella bajó del porche y Steve detrás de ella. —No estoy de humor. —No seas idiota. No puedes salir solo, necesitas tiempo para pensar. Lo entiendo. Mantendré la boca cerrada. — Ella abrió la puerta del pasajero cuando yo encendía el motor. Fruncí el ceño, y entonces Steve se deslizó en el asiento trasero. Yo estaba enojado. —No discutas, Jake, por favor, — Steve dijo. —Nos necesitas.

283

Mi ceño fruncido se profundizó, pero resistí la urgencia de patearlo fuera. Podía probablemente contar con una mano el número de veces que Steve me había dicho „por favor‟. Podía sentir a Kristair en mi mente, observando en silencio. Aunque no trató de detenerme, mientras salía. No sabía si quería que lo hiciera o no. Sólo tenía demasiadas cosas en mi interior. Necesitaba aclarar mi cabeza o iba a enloquecer. No ayudaba que me sintiera manchado por lo que había sucedido antes. La imagen de la criatura antes de morir estaba atascada en mi cabeza, pero no me molestaba tanto como la fotografía de la familia o el ver sus cuerpos muertos en la tina, apilados como juguetes descartados. Quería terminar con eso. Maldición, estaba tan cansado de toda esa mierda. Nosotros sólo queríamos que nos dejaran en paz. ¿Eso era jodidamente demasiado pedir? Kayla tomó mi mano y mi mandíbula se tensó, pero ella cumplió su promesa y no dijo nada. — ¿Qué tan rápido corre este preguntó, inclinándose hacia adelante.

bebé?—

Steve

Sentí el cambio de conversación como un alivio. — Cuatrocientos metros en diez punto cuatro segundos. —Oh, dulce. ¿Cuánto te tomó terminarlo? La última vez que lo vi, seguía en partes por toda la cochera. —Un par de meses. Quería tomarme mi tiempo. — Repetí y el placer del recuerdo arrojó lejos toda la mala mierda. Kristair había estado a mi lado todo el tiempo. No entendía una maldita cosa acerca de motores de pequeños 284

pistones de cabezas de platino de 215 centímetros cúbicos, pero el escuchaba hablar de las especificaciones como si le estuviera dando una maldita dirección, su expresión seria y su actitud atenta. Maldición, lo amo. —Te patearía el culo si tuvieras un automático en lugar de un manual, — Steve dijo mientras yo me tranquilizaba. —Maldición, es una belleza. —Saben, si ustedes dos hablaran de mujeres como lo hacen del automóvil y con el mismo tono, tendrían muchos menos problemas, — Kayla interrumpió. —Bebé, este automóvil está hecho a la medida. Hay una diferencia. Sólo escúchalo. Le sonreí a Kayla y tomé una curva rápida. —Si, y mi Camaro tampoco replica.

285

Capitulo 26

J

acob se sentiría mejor una vez que él tomara algo de distancia y tuviera la oportunidad de calmarse. Eso no quiere decir que me gustaba verlo salir atormentado, lo conocía muy bien, al menos no estaba solo. Si alguien podía ayudarlo a calmarse, esos serían Kayla y Steve. Ussier se giró hacia mí después de cerrar la puerta detrás de Steve. — ¿Cuándo puedes hacer contacto con esos Ascendidos? —Estoy estresado esta noche. Necesito tiempo para meditar. La Ascensión es muy sensible a los cambios de humor, a ellos les gusta la tranquilidad. Si lo intento ahora y tengo éxito, entonces sólo me rechazarían. — ¿Cuánto tiempo necesitas? Pensé en Jacob y en nuestra recién formada conexión. La última cosa que quería es levantar la pared entre nosotros. Lo necesitaba en cada paso del camino, pero Jacob realmente irritaba a los Ascendidos. Si tuviera algo de tiempo, podría calmarlo lo suficiente para que se uniera. —Lo intentaré mañana en la noche. Estoy seguro que deseas revisar a tu gente de Pittsburgh, y necesitas ver 286

a Lisabeth. — ¿Cuáles son sus posibilidades de despertar?— La mirada de Ussier se tensó, y me hizo preguntarme qué tan profundos eran sus lazos con Lisabeth. —Bastantes altas. Artemise cree que ella sólo fue pinchada. Ahora que sé quién está detrás, seguro que la trampa era para mí. Creo que ella despertará al amanecer o en la siguiente noche. Nerissa no quiere que muera, al menos aún no. —Ella se recuperará completamente, te aseguro eso, — Artemise le aseguró. —Esperemos que tengas razón, — Ussier dijo, moviéndose hacia la ventana para ver en la oscuridad. — ¿Quieres que vaya por el señor Corvin antes de irme? —No, sé exactamente dónde está y su estado mental. Él no va a ir muy lejos, si lo dejo solo, se calma rápidamente. — Incluso aunque dije eso, deseaba que Jacob estuviera aquí ahora. —Sospecho que cuando se dé cuenta que estoy solo en la cabaña, llegará aquí lo más rápido que pueda manejar en ese loco auto suyo. —No dudes de eso. — Ussier me dio una rápida sonrisa y se volvió serio. —No me gusta nada que te quedes aquí en medio de ningún lado. ¿Por qué no regresas con nosotros a Pittsburgh? Entendía la intranquilidad de Ussier. La sensación de una inminente tormenta era más fuerte desde que llegamos a la cabaña. Eso me recordó las visiones de Gerard, la que me impulsó a buscar a Artemise. Una guerra entre el cielo y los mundos se formará. Yo no era de orar, pero era algo que no podía permitir que sucediera.

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—Cualquier ubicación es peligrosa, incluso si los cambia formas entraran en un frenesí por lo antinatural en el aire, ellos no nos cazarán directamente. No puedo decir lo mismo de los vampiros de casa. —Tienes buen punto ahí. — Ussier estrechó mi mano. —Entonces nos vemos mañana en la noche. Trata de no terminar el mundo entretanto, ¿bien?, viejo. —Mantendré la sugerencia en mente. La cabaña se quedó tranquila cuando ellos dos se fueron. Jacob estaba estacionado en un cerro en algún lugar, viendo a la ciudad, hablando con Kayla y Steve. Él estaba seguro. Ellos tres se cuidarían unos a otros. Dejé mis respuestas para él en una esquina en mi mente y entré a la cocina a preparar té. El ritual me tranquilizó y me centré en mí. Para cuando me senté ante la mesa de la cocina, ya había tomado una decisión. No había mejor momento para contactar a la Ascensión que esta noche. Los eventos habían llegado a su punto crítico. No le tomaría mucho tiempo a Nerissa descubrir que la criatura había sido asesinada o que Kayla ya no podía ser poseída. El hecho de que ella no parecía haber notado tampoco que estaba en casa conmigo decía que ella debía de estar distraída con las tensiones en la Ascensión. Y eso tampoco era bueno. Llené mi taza e inhalé el suave aroma del té de hiervas. Tenía al menos que tratar de sincronizar mis preguntas con los Ascendidos de nuevo. Y no sabía si estaba más asustado de fallar o de tener éxito. —Jacob. — La mente de mi amante reaccionó cuando me puse en contacto con él, sorpresivamente sentí miedo y 288

preocupación al darme cuenta lo lejos que estaba. —Te necesito. No podía hacer esto sin su pleno consentimiento. Eso no estaba bien. Incluso siendo más fácil irme y encargarme del problema antes de que él se diera cuenta qué sucedía. —No hagas una maldita cosa hasta que llegue ahí, — Jacob dijo, su voz mental implacable. —Júrame que no lo harás. —Lo juro. Tomé un trago de mi té dorado, tratando de no dejar que su malestar me tocara. Ambos necesitábamos calmarnos para hacer este trabajo. Yo veía mis manos estudiando las finas líneas en los nudillos. Por siglos, había asesinado con esas manos, defendiéndome o a mi territorio. Nunca lo había lamentado, la necesidad; la verdad, de ser un guerrero la mitad de mi vida antes de ser un vampiro. Yo entendía las batallas y los sacrificios, pero Kayla y Jacob habían introducido la idea de familia a mi vida. Yo había amado a Jacob con estas manos. Sostenido a Kayla cuando ella lloraba. Y ahora Jacob me quería para criar niños con él. Con lo mucho que el pensamiento me intranquilizó al principio, ahora lo encontraba extrañamente intrigante. Pero no tendríamos oportunidad de casarnos y adoptar si no arreglábamos esto de una vez por todas. Y seguir adelante el resto de mi vida con Jacob. Oí el Camaro de Jacob subir por el camino y momentos después él estaba frente a la puerta. — Maldición, dije que no quería discutir sobre eso. —No vamos a discutir, mo chroí. — Me tensé cuando 289

nos veíamos directamente a los ojos. —Esto es importante y te necesito conmigo. — Lo vi a él, a Kayla y luego a Steve. —Necesito que todos estén a mi lado. Jacob se detuvo frente a mi silla. —No hay otra manera; eso es demasiado riesgoso. Maldición, Kristair, ¿has pensado que esto puede ser una trampa? Esto probablemente es exactamente lo que ella quiere. —No lo creo. Creo que por el momento ella está distraída y no se ha dado cuenta aún lo mal que salieron sus planes. Ella no me pondrá una trampa dentro de la Ascensión nuevamente. Conociendo a Nerissa, quiere que le pida de rodillas regresar. —Kris, eso realmente no me convence de dejarte en cualquier lugar cerca de esa loca perra, — Kayla dijo. —No puedo creer que la haya respetado toda mi vida entera. —Ambos están demasiado emocionalmente involucrados, — Steve interrumpió tranquilamente, su mirada fija en mí y ambos, Kayla y Jacob rodeándome. — No están viendo esto claramente. — No sé quién estaba más sorprendido con ese comentario, Jacob, Kayla o yo. — Kristair, tú conoces la Ascensión mejor que cualquiera de nosotros. ¿Realmente crees que es posible contactarte con ellos? —Creo que tenemos que tratar. Hay demasiado en juego para perder el tiempo por miedo. —Espera sólo un jodido minuto. Esto no es por miedo. Esto es jodido sentido común, — Jacob gruñó, viéndonos a ambos por turnos. — ¿Y desde cuándo estás de su lado?, Steve. —No estoy diciendo que estoy mejor con él, pero necesitamos oírlo en lugar de inmediatamente decidir no 290

escuchar. Jacob cerró sus manos en un puño, la furia lo recorría. Él dio un par de pasos hacia Steve. — ¿Qué diablos es esto? Nunca te gustó Kristair y ahora estás tratando de animarlo en esta locura. Yo me levanté de mi silla y tomé las manos de Jacob mientras Kayla tensaba los labios. —No digas algo que lamentarás, conoces a Steve mejor que eso. —Tienes que entrar en medio de la jodida Twilight Zone , porque si es necesario golpearé a alguien.—Jacob gruñó. —No puedo creer que ustedes dos se estén defendiendo mutuamente. (14)

—Todos deténganse, sólo deténganse, — Kayla interrumpió, rodeándose a si misma con sus brazos. —No sé si pueda manejar que ustedes se agredan y que Jacob esté listo para saltar sobre cualquiera de ustedes dos. Jacob se tensó y me vio fijamente. —No lo hagas, por favor. Te lo ruego, no lo hagas. Un dolor atravesó mi corazón. Más que nada deseaba darle a Jacob lo que quería. —Tengo que hacerlo, — dije suavemente. —Lo sabes. Si lo que sospecho es cierto, tenemos que detenerla ahora. — ¿Cómo uniéndote a ellos de nuevo? —No, para decirle a ellos que si saben que Nerissa está interfiriendo; cuando se supone que ella es sólo observadora; asesinando, creando doppelgangers. Ellos tienen que saberlo. (14) Twilight Zone- dimensión desconocida serie de televisión de 1963-1964, de ciencia ficción, fantasía y terror.

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—No voy a ganar esta, ¿no es así? Odié el tono de derrota en la voz de Jacob, giré su cara hacia mí. —No esta vez, pero si te hace sentir mejor, Te quiero conmigo. Quiero dejar abierta la conexión entre nosotros, pero tienes que calmarte por mí, para hacer esto. Ellos no están interesados en que ambos estemos entre ellos, y si tú estás conmigo, eso hará que ellos se detengan. Pero tienes que estar calmado. ¿Entiendes? —Puedo hacer eso. — La mirada de Jacob era intensa. —Pero te diré esto ahora, Kristair. También sé los secretos de la Ascensión, y estoy malditamente seguro de que puedo usarlos. Si te encuentras pegado a ellos, confía en mí. Pronto me uniré. —No dudo eso ni por un momento. — Toqué su mejilla. —Padre…. — Steve deslizó su brazo alrededor de los hombros de Kayla mientras ella hablaba, y entonces suspiró. —Bien, sólo ten cuidado, ¿bien? —Los quiero a todos aquí conmigo, — dije viendo a Kayla y a Steve. —Eso me mantendrá en la tierra. — Recordaba lo atractivo de la canción de la Ascensión muy bien. Cuán seductor era ser parte del todo, compartir todo el conocimiento. Terminé mi té y me dirigí al sofá, luchando para encontrar el equilibrio de nuevo entre la preocupación y furia de Jacob. Él paseaba por el cuarto, murmurando en su cabeza cuando yo me senté y cerré los ojos, enviándole sensaciones de calma que envolvían a mi amante. 292

Jacob luchó brevemente. Esa no era su naturaleza, pero su necesidad de estar conmigo estaba finalmente imponiéndose. Lo tranquilizaba, tomando mi tiempo hasta que finalmente él tenía una serenidad similar a la mía. Lo sentí acercarse hasta que estuvo frente a mí, sentí su mirada en mi cara. Entonces Kayla también estaba ahí y un momento después, Steve se nos unió. Ellos son mi familia, no los Ascendidos. Estiré mi consciencia, sintiendo la tensión en mi mente. Estaba tan oscuro y frío, la pared entre yo y ellos era tan imposiblemente alta. Me estiré incluso más, usando cada gramo de mi voluntad para entrar, hasta que el dolor hormigueaba mis nervios. Toqué el remolino de mentes en masa y recibí las oscuras emociones saltando hacia mí y sacándome de mi meditación. Jacob en cuclillas a mi lado, sus ojos azules oscurecidos con la concentración. — ¿Qué es esto? —Dame un momento. — Tomé una profunda y temblorosa respiración. —Hay mucha ira y frías resoluciones. Tony tiene razón, hay una división en la Ascensión, pero esto empeoró desde que habló contigo. La mano de Kayla se tensó en mi hombro. —Quizás no deberías regresar. —Es necesario. Si encuentro a Tony… al menos sé que es posible encontrarlos a ellos ahora. — Vi a Jacob tomar una profunda respiración y asentir, cerré los ojos de nuevo. Esta vez fue más fácil. El remolino de ira de la Ascensión era una canción discordante que me inundaba y amenazaba atraparme en esa vorágine. Jacob se enterraba incluso más profundo en mi mente hasta que sentí el latido de su corazón, hasta que éramos inseparables. Eso me dio 293

la fuerza para seguir adelante y evitar ser arrastrado. Los Ascendidos no notaron nuestra presencia. Ellos estaban demasiado ocupados luchando unos con otros. Me moví por el borde buscando a Tony, esperando continuar sin ser notado. Esto era peor que mis temores, La tensión estaba en un punto crítico; todo podía ser una onda en el lugar equivocado fijando la explosión de movimiento. que

Espero que mi presencia no sea un provocador para ellos se detengan. —Realmente no me gusta esto, — Jacob murmuró en

mi mente. —Nosotros no podemos creer que podemos parar algo como esto. No hay otro camino que llamar la atención de Tony. —Creo que estoy de acuerdo contigo. — Empecé a moverme solo lo necesario para liberarme de la Ascensión cuando alguien se conectó con mi mente. —Kristair, ¿qué haces aquí?— Tony se materializó, se veía extrañamente demacrado. —Es una mala idea. Tienes que regresar. Las cosas no están bien. —Peor de lo que incluso sabes. — Repliqué estirándome más para hacerme visible ante el amigo de Jacob, creo que terminé pareciendo un vestigio de persona junto a él. —Tienes que irte o no podrás regresas. De algún modo, ellos descubrieron lo que hice con Kayla, y sus hostilidades están realmente altas. Incluso alguna gente de mi lado cree que crucé la línea y se unieron al campo de Nerissa. — ¿Ellos creen que no deberías de haber interferido?

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—Así es exactamente, — Tony dijo. —Y si ellos te sienten aquí, eso empeorará las cosas, especialmente si te ven conmigo. —Nerissa es una hipócrita, Tony. Ella es quién está detrás de los asesinatos. Ella es quien poseyó a Kayla. — Sentí la onda de impacto recorrer a Tony antes de que él rápidamente calmara sus emociones. Ambos estábamos seguros que La Ascensión no notó la reacción. Para nuestro alivio ellos parecían seguir abstraídos. — ¿Estás absolutamente seguro? Esto es serio, pero necesito pruebas. —No tengo pruebas, y Nerissa ha sido lo suficientemente astuta para mantener sus actividades en secreto del resto de los Ascendidos. —Entonces no sé qué puedo hacer, — Tony interrumpió, su expresión turbada. —Nerissa tiene a más de su lado y ellos se sostienen fuerte. Sin pruebas es su palabra contra la mía, y dudo que ellos acepten tu testimonio. —Esa no es la peor parte. La mirada de Tony se tensó. —Bien, golpéame. Fruncí el ceño, por la vieja declaración. Él no puede decirlo literalmente, así que debe ser algo coloquial y entonces Jacob suspiró en mi cabeza, y confirmó mis sospechas. — ¿Qué he hecho contigo? Lo ignoré y abrí mi mente a Tony para compartir con él mientras él compartía con la Ascensión. Era mucho más fácil para mí sin un cuerpo, y con Tony era mucho menos una invasión que con cualquier otro de los Ascendidos. — Toca mis pensamientos Tony. Podrás ver la verdad de mis 295

palabras. Tony se deslizó dentro de mis pensamientos y él y Jacob intercambiaron silenciosos saludos. Lo dejé ver cada recuerdo, y eso hizo que el malestar de Tony creciera. Terminé con la confrontación entre el doppelganger y yo, y Jacob agregó las imágenes de sus propios encuentros con la criatura. La degradación de la criatura fue incluso más obvia viéndolo de esa manera. —Esto está en contra de todo lo que creemos, — Tony dijo rudamente. — ¿Qué es lo que ella piensa? —No lo sé, pero después de ver la situación que enfrentan, seguro que tú y tu fracción no pueden ser culpados por esto. Esa también puede ser su intención. —Quizás. Tengo que pensar qué es lo siguiente. La situación aquí está volátil y tú necesitas regresar. A ellos no les importa que decidieras vivir como humano, pero te consideran un exiliado. No te darán una bienvenida aquí con los brazos abiertos. —Lo entiendo. — De cualquier manera puedo sentir mi fuerza agotándose. Este intercambio ha tomado una terrible energía de mí. —Trataré de avisarles si hay nuevos acontecimientos, — Tony prometió. —No tomes riesgos innecesarios. Tony se rió débilmente. —Dada la situación, no veo que tenga mucha elección. Cuídate. Entonces él se fue, de algún modo me empujó a tierra en el proceso. Cuando Jacob y yo entrábamos a nuestros cuerpos, me sentía exhausto girando en una gran onda gris. Tuve la momentánea impresión de estar en el 296

sofá con Jacob, Kayla, y Steve rodeándome. Sentía la cabeza hinchada y frágil, y la bendita oscuridad me jaló.

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Capitulo 27

E

l amanecer del día siguiente era oscuro y miserable, como si el sol se rehusara a mostrarse. Había logrado deshacerme de Kayla y Steve por un par de horas, así que podía tratar con mi testarudo y muy-pronto-marido. Kristair había estado inconsciente toda la larga noche, pero yo tenía claro que a él no le había quedado energía, ni siquiera para darme una apropiada protesta cuando lo llevé a la cama. Al menos hubo algo bueno de nuestra visita a La Ascensión. Los hematomas y quemaduras de Kristair habían sanado mientras estuvo con ellos. Ni siquiera dejaron marcas en él. Kristair me veía cautelosamente cuando regresé y cerré la puerta detrás de mí, con su siempre presente taza de té en sus manos. — ¿A dónde fueron? —Eso no me importa. Por las siguientes dos horas, eres mío, y voy a hacer que cada segundo cuente. — Había estado planeando cada detalle en mi mente desde que salimos de ese horrible departamento anoche. Kristair tomó un trago de su café, y yo sentí su tembloroso toque mental en mi mente. Él frunció el ceño 298

cuando lo hice a un lado pero no lo intentó de nuevo. — Tengo la impresión que no quieres hablar de lo de anoche. Me incliné contra la parte de atrás del sofá apoyando mi cadera, viendo lentamente a Kristair de arriba hacia abajo. —Quise hacer algo como esto anoche, pero seguro como el infierno que no lo aceptarías. — ¿Es sexo la respuesta para todo? Bufé y le di una traviesa sonrisa. —Sé que tú mismo recurres al sexo algunas veces. Pero tampoco planeo empezar con el sexo ahora. Esperaré a que hagas el primer movimiento. Kristair intentó entrar en mi mente de nuevo con un movimiento más fuerte esta vez, y lo rechacé fácilmente. — ¿Qué estás tramando?, amor. Sigue así y sólo te ganarás otro castigo en la cima de los que vienen. Kristair gimió suavemente, sus oscuros ojos se abrieron ampliamente. —Jacob, este realmente no es él… —Ni siquiera me des ese argumento. Te has dado cuenta que eres tan correcto y formal cuando yo te voy a dar lo que estás rogando en tu interior. Mi amante se movió, su expresión se suavizó y tomó otro trago de su té. —No sé de qué hablas. —Mentiroso, — le sonreí. —Y por eso creo que tu lindo culito merece unas nalgadas extras. Eso causó que sus mejillas se ruborizaran ligeramente. No demasiado, sólo un leve rubor en su piel oliva-dorada, pero ¡oh! eso me encendía como el fuego, y sabía en mis instintos que estaba bien. —La jodida noche de anoche apestó. Esta noche puede no ser mucho mejor. De hecho es probable que sea peor hasta que este lío se 299

solucione. Necesitamos tomarnos tiempo para nosotros mismos cuando podamos conseguirlo. —Y crees que hacerme pasar por la indignidad de ser nalgueado puede de algún modo fortificarnos contra las malas cosas que vienen. — Kristair sacudió la cabeza. —Es un poco ridícula esa lógica. —Ha, no puedes engañarme, Kristair. Incluso si no pudiera sentir lo que hay en tu mente, puedo ver tu pene duro desde aquí. — Esta vez el rubor se pronunció y las puntas de las orejas de Kristair se volvieron rojas. —Malcriado impudente. — El pensamiento cruzó su mente, pero mantuvo la boca cerrada. —No creo que realmente seas indulgente contigo mismo, Kristair. Verás, sé lo cómodo que estás dándome el control. Incluso cuando se mueve en tu interior. Justo como cambiaste de forma en el cuarto de hotel de Pittsburgh. Alimento cada cosa en ti que tú realmente nunca exploraste. Y por mí, amo tener el control de ti. Es jodidamente sexy, incendia mi interior. Eso no te hace débil ante mis ojos. Sé lo fuerte que eres y ese hecho combinado con tu rendición…— hice una pausa dejándolo sentir lo mucho que tenía. —Deseo esto. Kristair dejó la taza, estudiando mi cara. —Esto realmente llena algo en tu interior, ¿no es así? —No sólo a mí, Kristair. Eso no era realmente algo que quería antes, no hasta que me encontré contigo. Pero entonces, había un montón de cosas que yo no quería antes de ti. Como el matrimonio y todas esas cosas que vendrán después. — Sonreí, cuando el corazón de Kristair dio un pequeño salto de lo que quería. La idea de tener una familia había crecido en él. 300

—Creo que puedo entender eso, me haces sentir cosas que nunca sentí antes. — Él estaba nervioso; lo traicionaba cada movimiento de sus pies cada vez que jugaba con su taza. —Yo realmente no soy bueno en dejarme ir, incluso si quiero que lo hagas. —Soy bueno en lograr que te dejes ir. — Le sonreí sintiendo su nerviosismo en mi mente, pero ¡oh!, él quería eso también. Podría no decirlo en voz alta, ni siquiera admitirlo para sí mismo, pero él no podía esconderlo de mí. —Desnúdate para mi, Kristair. Él vio hacia nuestra recámara y de nuevo a mí. — ¿Aquí? ¿Ahora?— asentí. — ¿Qué si ellos regresan? —Oiremos el automóvil y podremos lanzarnos a nuestra recámara. — Kristair vio a las ventanas en donde las cortinas estaban sólo parcialmente cerradas. —Estamos a kilómetros de nuestro vecino más cercano; el que quiera asomarse por la ventana de la sala también podría hacerlo fácilmente en nuestra recámara. Kristair se mordió más argumentos, se enderezó viniendo hacia mí sacudiendo la cabeza, podía sentir cuán rápido palpitaba su corazón. —Las cosas que hago por ser indulgente contigo. —Créeme, lo sé. — le sonreí, y le di un beso mental en sus labios. —Pero también eres indulgente contigo mismo, lo sabes. Sé malo conmigo, Kristair. Te prometo, que sólo será un poco. Kristair sacudió la cabeza de nuevo y desabotonó su camisa y se la jaló fuera de sus hombros. Estaba asombrado de cuán diferente podía verse de un momento al otro. Él tenía un aire tan apropiado en ocasiones, cada centímetro de un estudioso bibliotecario. Pero era un feroz 301

guerrero también, y ahora con sus tatuajes revelados sobre sus fuertes músculos, eso era algo que ver. — ¿Por qué te dejo que hagas conmigo estas locas escapadas?— Kristair dijo, sacando los brazos de su camisa y dejándola en el sillón. —Porque me amas y confías en mí. — Ni siquiera pretendí sentir culpa por eso. No cuando sentía el calor del deseo recorrer a Kristair. —Tú realmente no me das tu permiso para hacer lo que viene naturalmente. Supongo que después de tantos siglos tratando de sobrevivir, enterraste profundamente todas tus inclinaciones. Pero puedes dejarlas salir conmigo. Kristair se quitó los zapatos y me dio una rápida mirada con su inexpresiva expresión. —Sé que puedo. Ávidamente lo veía terminar de desnudarse. Había algo casi tímido en cómo Kristair lo estaba haciendo. Pero con lo mucho que trataba de mantener su expresión tranquila, sus ojos lo delataban. No trató de esconder las emociones que giraban en el interior de su mente, incertidumbre y deseo, amor y anticipación. Kristair estaba de pie frente a mi completamente desnudo, su pene totalmente erecto, respirando rápido. Maldición, él era hermoso. Mi amante no era bonito; él tenía cicatrices en su cuerpo, las puntas de sus orejas estaban dobladas, sus ojos un poco más hundidos, pero para mí, cada una de esas pequeñas fallas aumentaba la jodida perfección. Deslicé la punta de mi dedo por su costado, sintiendo el estremecimiento en respuesta. Oh, cómo extrañaba esto, la manera en que nosotros podíamos sentir el deseo del otro, nuestras reacciones ante cada toque. Esto aumentaba 302

la intensidad. Deslicé mi mano hacia su baja espalda y lo jalé más cerca de mí. Quería tomarme mi tiempo y devorarlo lentamente y el cielo me ayude, había demasiados lugares que quería tocar. Kristair jaló el frente de mi camiseta. — ¿Cómo es que sigues vestido? —Porque ahora estoy ocupado comiéndote con los ojos. — Palmeé su trasero, sonriendo porque sabía lo mucho que se movería cuando lo nalgueara bien. —Jacob, no estás pensando seriamente en nalguearme, ¿verdad?— la voz de Kristair era tan seria que le sonreí. —Ambos nos decepcionaríamos si no lo hago. — Circulé mis dedos alrededor de sus muñecas y lo guié hacia el sofá. Kristair me siguió, su expresión turbada, sus emociones girando más rápido. La anticipación luchando contra la resistencia, pero él no podía resistirse, al menos no más que simbólico. —Amenazaste con castigarme si hacía algo estúpido como sacrificarme a mí mismo. O algo de ese tipo. Soy un hombre adulto, un poco viejo para castigos, ¿no crees? Me senté en el sofá viendo a mi amante que se movía de un pie al otro. Podía apostar que él ni siquiera se había dado cuenta que lo estaba haciendo. —No voy a nalguearte para castigarte, Kristair. Voy a nalguearte para que saques todo tu interior. ¿Recuerdas la última vez que lo hice? Tú estabas encendido. Voy a nalguearte porque amo la manera en que tu culo salta cuando lo hago y como se pone rojo y caliente al tacto. Le di una sonrisa traviesa y separé mis muslos. — 303

Vamos, acuéstate sobre mi regazo, amor. Déjame hacer todas esas sucias cosas que quiero hacer contigo. Podía saborear el conflicto dentro de Kristair, eso era tan fuerte. Con lo mucho que lo anhelaba él hubiera preferido que lo tomara y lo sostuviera debajo de mí como la última vez en lugar de que le hiciera venir a mí, pero yo no se lo iba a hacer fácil. Eso disminuiría la experiencia final para él. Después de otra larga duda, Kristair se unió a mí en el sofá y se estiró sobre mi regazo, su cuerpo se tensó. Él tembló cuando deslicé mi mano suavemente por su espalda, su duro pene se presionaba contra mi muslo. Kristair se había negado tanto tiempo que eso le dificultaba sólo dejarse ir, incluso cuando sentía que él deseaba justo eso. —Separa tus piernas un poco más abiertas, — ordené, frotando mi mano sobre su culo. Kristair hizo un sonido de exasperación y se estremeció de nuevo cuando tracé mi dedo a lo largo de su sombrada grieta. — ¿Vas a continuar con esto o sólo me dejarás así hasta que llegue mi hija? Presioné mis labios juntos para evitar reírme. — ¿Sabes cuál es tu problema, Kristair? — ¿Cual? —Piensas demasiado. Antes de que él pudiera contestar a eso yo dejé caer mi mano sobre su levantado culo. El duro pene de Kristair saltó contra mi muslo cuando gimió. Pasé suavemente la palma, admirando el rosa de su piel. —Mo chroí, eres malo. Me reí y lo nalgueé de nuevo, dejando que mi instinto 304

asumiera que él no pudiera anticipar la siguiente nalgada. Él temblaba, gemía con cada golpe, un poco de su reserva se derrumbaba con cada uno. — ¿Quién es malo? Kristair, ¿Yo por hacerle a tu culo lo que le hago, o tú por disfrutarlo malditamente tanto?— bromeé. Él no me contestó, no tenía que hacerlo cuando sus caderas ya se levantaban en anticipación de la siguiente descarga. Joder, Kristair estaba tan malditamente excitable. Y él también lo sabía, excitándose en respuesta, haciendo que cada onda de calor aumentara, me sorprendió que no entráramos en combustión espontánea. El golpe de la palma contra la carne era tan alto que hacía que mi corazón se acelerara, y pronto Kristair estaba moviendo sus caderas contra mi muslo, bajos jadeos y gemidos se le escapaban. La excitación me recorría con cada dulce salto de su culo que se volvía incluso más rojo. Mi propio pene pulsaba incómodo dentro de mis jeans, y yo anhelaba enterrarme dentro de él y sentir el calor de su culo contra mis caderas. Pero aún no lo haría— eso era demasiado malditamente excitante, el ver a Kristair perder toda su resistencia. —Jacob, — él jadeó cuando hice una pausa, un gemido salió de él cuando deslicé mi dedo entre sus nalgas de nuevo. Él se movió tratando de separar más las piernas sin caerse del sofá en el proceso. — ¿Quieres más? ¿No es así?— bromeé llevando mi dedo hacia el perineo. —Todo lo que tienes que hacer es pedirlo. Me alegrará darte más. Kristair gimió, moviendo sus caderas contra mí, sus manos se cerraban y se abrían. Una caliente emoción fluyó 305

hacia mí y yo casi me corro al sentir eso. Él me vio y la sonrisa se tensó en sus labios al darse cuenta que rompía su sensibilidad. —Realmente disfrutas esto. — Sus oscuros ojos, ardientes, y su sonrisa sensual. Mi corazón se aceleró con la fuerza de eso. —Nalguéame, Jacob. — Sus caderas se movían sobre mi muslo y él no trató de detener o amortiguar los gemidos que salían de él. —Por favor, quiero sentir tu mano en mí, haciendo que arda. Gruñí dejando caer mi mano de nuevo, la lujuria me mareaba. —Y dices que yo soy malo. ¿Tú sabes lo que me haces? —Creo tener una débil idea. — Kristair jadeó, moviendo sus caderas más duro. —Joder, Jacob. Mi amante casi nunca maldice, sólo en circunstancias extremas. Tenía un puchero en su boca, pero Kristair estaba realmente disfrutando ahora. La tensión se estaba formando en él y estaba a punto de quiebre, sabía que si lo empujaba un poco más, podría lograr que se corriera sólo con golpear su culo. Era muy tentador. Kristair hizo un sonido desesperado, presionándose contra mi muslo y me reí pasando mi dedo ligeramente sobre sus bolas. —No, aún no. — Toqué ese punto en su mente, manteniendo su orgasmo en la bahía. — ¿Recuerdas este juego? Las maldiciones de Kristair llenaban el aire, y se movió para salirse de mi regazo. Tomé sus muñecas y las llevé a su espalda, froté la caliente carne de su culo. — ¿Cuán loco puedo volverte? Kristair— Él gimió, y se estremeció todo su cuerpo cuando empujé un dedo en su interior. —Quieres correrte, no lo harás frotándote contra 306

mi pierna. ¿Sabes que tienes una veta sucia en ti? —Jacob, déjame levantarme o déjame correrme o juro que lo pagarás. —Ves, mintiendo de nuevo. Si realmente quisieras irte, podrías luchar para liberarte de mí fácilmente. — Deslicé mi dedo fuera de su apretado calor y en su lugar toqué su próstata con mi mente. Kristair saltó, se movía renovando sus estremecimientos mientras lo nalgueaba de nuevo. —Jacob… Jacob, por favor. — ¿Por favor qué?, mi amor— Kristair estaba tan malditamente cerca. Podía casi lograrlo en un momento, era tan malditamente sexy de ver. — ¿Qué haces para que te deje ir? ¿Podrías rogarme? —Si. — Kristair ni siquiera hizo una pausa. — ¿Podrías dejarme ver que te liberas tu mismo?— Kristair se congeló impactado, sonreí girando su cara hacia mí. —Si, eso es, exactamente lo que quiero Kristair, quiero verte dándote placer y que me ruegues porque te permita liberarte.

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Capitulo 28

J

acob no podía decirlo en serio.

Vi hacia atrás de nuevo y sentí su resolución como si estuviera escrita en su cara. Él lo decía en serio. — ¿Quieres que te de un excitante espectáculo?— le pregunté y el malcriado tuvo la audacia de sonreír. — ¿Por qué no? Te recuerdo las ocasiones en que te quedabas fuera de mi ventana viéndome. —Eso era diferente. Tú hacías todo a tu propio modo y tratabas de seducirme para que entrase a tu cuarto. — Jacob frotó sus manos en mi culo, hacía que fuera más difícil pensar cuando hacia eso. Su toque intensificaba el caliente ardor y sólo podía imaginar lo que el verlo le hacía. Otra dura nalgada me sorprendió y gemí, el calor me recorrió. Mis bolas dolían y no podía dejar de frotarme contra su pierna, deleitando más a Jacob. Malvado, malvado hombre. —Estás haciéndolo de nuevo. Detén eso,— Jacob dijo, su voz firme. — ¿Dejar qué?— Dejé de tratar de luchar y lo vi sobre mi hombro. Él seguía totalmente vestido. Eso era injusto. 308

Yo quería verlo tanto como él quería verme a mí. —Pensando y quejándote. Confía en mí, te ves malditamente sexy acostado en mis piernas con tu rojo culo al aire. Y apuesto a que nadie estaría en desacuerdo conmigo. La mente de Jacob presionó contra mi punto, sacando todo pensamiento de mi mente. Mi cuerpo gritaba por la liberación que me negaba, y todo lo que podía hacer era moverme y gritar con cada dura nalgada hasta que él aflojaba. —Jacob por favor…— Pero… ¿Qué quería? ¿Qué siguiera atormentándome o que me liberara? Una parte de mi estaba gritando por más de la singular manera de Jacob de llevarme a la locura. —Cuando solías veme a través de la ventana, ¿cómo te sentías?— Jacob preguntó, implacable en pos de lo que quería. —Amabas verme, siguiéndome, llegando a un lado de la cama mientras dormía. Bueno, hoy yo voy a ser el voyeurista, y tú vas a ser muy, muy travieso para mi, ¿no es así?, Kristair. —Si, si….— Tan pronto como las palabras salieron de mi boca, Jacob soltó mis manos, aunque siguió manteniendo el bloqueo mental que me impedía correrme. Mi corazón se aceleró al darme cuenta lo que había aceptado. ¿Cómo mi amante podía lograr de mi todo esto? era algo que aún no entendía, pero su sonrisa de satisfacción me hizo estremecer. Eso debilitó mi interior al darme cuenta cuán interesado estaba de ver esta pequeña escena, y me calentó aún más saber que yo quería hacer lo que fuera que me ordenara. Jacob apretó mi culo y yo siseé como si 309

enfatizara el palpitante ardor. Sentiría los efectos de sus nalgadas por un buen tiempo. —Arrodíllate arriba del sofá, Kristair,— Jacob dijo, moviéndose al otro lado del sofá cuando yo lo hice. Pronto, bajó su dirección, me encontré apoyado en el otro descansabrazo mis rodillas levantadas y abiertas ampliamente. Los ojos de Jacob brillaban mientras me veía. Él podía ver todo, desde mi pene rozando contra mi abdomen, mi arrugado agujero y la curva de mi culo que sin duda seguía de un rojo brillante. Yo nunca me había expuesto ante otra persona, y así era exactamente como me sentía en este momento. Como sea, era difícil ser auto consciente cuando Jacob me veía con ávido interés, su caliente mirada ardía en mi piel. Podía sentir lo mucho que le excitaba el que me expusiera. —¿Entonces quieres verme tocándome?— llevando la punta de mis dedos bajo mi garganta.

dije,

—Para empezar.— Jacob sonrió, viéndome a los ojos. —Puedo cambiar de opinión y hacer algo más después. Me estremecí. Estaba seguro de que él tenía algo incluso más lujurioso para que yo hiciera cuando cambiara de opinión. Deslicé mi mano por los tatuajes hacia mi abdomen, leyendo los pensamientos de Jacob y sabiendo a dónde él quería que siguiera. Mis dedos pellizcaron mis pezones, haciendo que se levantaran las duras puntas, sonreí cuando él se humedeció los labios. —Sabes, que si no estuvieras todo el tiempo ahí sentado, podrías tener tu boca en ellos,—

Lo tenté. —

Podría tenerte desnudo y podríamos hacer cabriolas juntos.

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Una muy lenta y lujuriosa sonrisa se formó en los labios de Jacob. — ¿Estás tratando de tentarme, viejo? Sólo alégrate de que no quiero perderte de vista, o estaría trayendo el vibrador para que lo usaras tú mismo mientras te veo. Jacob insertó la imagen en mi mente de estar haciendo exactamente eso, y gemí con lo vívido de la imagen. —Tienes una gran imaginación. —Oh si, y tú me inspiras de todas las maneras. — La mirada de Jacob se deslizó hacia mi pene. —Acaríciate. No estás ni cerca de lo excitado que te quiero ver. Me quedé sin aliento, mi mano se deslizó por mi abdomen, mi pene estaba tan doloroso que sabía que me correría en el momento que lo tocara si Jacob pudiera liberarme. Su mirada fija en la mía, y sentí el toque de su mente manipulando el punto de nuevo. Mi cabeza se fue hacia atrás al sofá y gemí fuerte, mi cuerpo hormigueaba de necesidad. No sólo correrme. Quería a Jacob dentro de mí, duro y urgente cuando me jodiera. —Jacob por favor… por favor. —Tócate a ti mismo, Kristair. Toca ese bonito pene tuyo, la cabeza está tan lubricada, casi puedo saborearla cuando veo eso. — su voz gruesa hizo que me estremeciera de nuevo. Gimiendo, envolví mis dedos alrededor del duro eje y le di un jalón. —Jacob. —Más, Kristair… aún no. — Rudamente tocó mi punto y mis caderas saltaron empujando mi eje a mi mano. — Sólo estás jugando. ¿Crees que no puedo sentir lo que estás haciendo? Firme, amor, sabes lo que quiero decir,

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como si realmente planearas masturbarte en este sofá. La vergüenza pasó, consciente de estar esclavizado a la voz de Jacob y a su caliente mirada en mí. —Jacob… por favor, — jadeé, acariciando mi pene, empujándolo hacia el puño. Se sentía tan malditamente bien, creía que estaba volando toda la energía atrapada en mi interior. —Jacob, por favor, jódeme. —Pronto, mi hermoso y orgulloso hombre, pronto. Joder, te amo, Kristair. — Veía el amor en su mirada, me quedé sin aliento ante la absorta expresión en su cara. — Puedes llevar a un hombre a la jodida locura. ¿Él era quien lo decía? Jacob seguía sosteniéndome, manteniendo al borde la exquisita tensión en mi cuerpo. — Libérame, Jacob, por favor.— Podría quebrar el lazo mental fácilmente, pero no podía quitarle el control de las manos. No cuando se sentía tan bien a pesar del dolor en mi pene. —Aún no. — Abruptamente, él se inclinó sobre mí, su lengua recorrió la cabeza de mi pene. Me estremecí, grité, mis dedos se encajaron en el sofá mientras con mi otra mano sostenía mi pene. Jacob deslizó su caliente boca hundiéndola a fondo, su lengua me lavaba sin misericordia, y sus dedos se deslizaban dentro de mí. Él estaba salvaje mientras lo sentía chupando fuerte y llevándome a la locura de necesidad. Yo hundí mis manos en su cabello, tomando un puño, y tratando de recuperar algo del control que le había dejado. —Jacob… es demasiado, — jadeé, diciendo su nombre una y otra vez mientras rogaba. Sus dedos rozaron mi punto y pronto estaba gritando, incapaz de formar palabras mientras le rogaba con la mente. Nada existía, sólo Jacob y su insistente boca 312

y sus demandantes manos. Él era mi dueño en cuerpo y alma. Siempre lo había sido desde la primera vez que lo vi en el campo de fútbol. Con un rudo gruñido, Jacob se apartó, arrodillándose en el sofá. Lo alcancé apretando los dientes. —Jacob, déjame correrme.— En ese momento, hubiera hecho cualquier cosa que me pidiera con tal de que me liberara. Él sacudió la cabeza, quitándose su camiseta. — tócate a ti mismo, Kristair, — dijo, viéndome con una dura e intencional mirada. Sin esperanza de nada más que de obedecer, comencé a acariciarme bajo su mirada, mi boca seca. Podía sentir el amor y la lujuria en él, en ese momento decidió ablandarse, aunque sabía que aún no me dejaría. Jacob se puso de pie, sus ojos nunca dejaron de verme mientras se desnudaba. Veía su duro pene y podría haber jurado que si él no me jodía ahora que mi cuerpo ya estaba al borde, podría desmoronarme. Quería mis manos en él, y tener sus manos en mi, sentía su duro cuerpo contra el mío. Leyendo mi mente, Jacob sacudió la cabeza mientras se acercaba a mí. —¿No puedes pensar en tocarme sin preguntarme primero? Su pene estaba tan cerca que casi podía oler su excitación. Todo lo que tenía que hacer era girar la cabeza, y podría tomarlo en la boca. Todo lo que tenía que hacer era pedirlo. —Jacob. — levanté la mirada de la lubricada cabeza de su pene que danzaba frente a mis labios y lo vi a él. Podía haber tenido el control toda la tarde pero en este momento, si nos tocáramos ambos estaríamos perdidos. — ¿Puedo tocarte?— Pregunté, mi voz gruesa con necesidad. Jacob sacudió la cabeza. —Me gusta mucho verte 313

tocándote. Eso te lleva a la locura. ¿no es así? Quieres correrte tan malditamente urgente. Un ligero sudor cubrió mi cuerpo y mi mano acariciaba mi pene más despacio, cuando los dedos de Jacob se deslizaron por la parte de atrás de mi cabeza, girándola, mis labios se abrieron cuando el pene de Jacob rozó mi mejilla, él se empujó dentro de mi boca, su sabor caliente y salado de excitación. Con un gruñido mis dedos rodearon la base y acunaron sus bolas. Él retiró mis manos y yo hundí mi boca más profundo, chupando duro. —Por favor, déjame. —Joder, Kristair, no puedo resistir tu boca. — Jacob acarició mi calva, gimiendo mientras mis mejillas se hundían cuando empezaba a moverme por su eje. Deslicé mis manos por sus caderas, entonces las bajé por sus muslos hambriento de tocar más, de saborearlo más. Mientras mi lengua lavaba su eje y se enrollaba en la cabeza del pene, yo podía extremadamente sentir cada pulsante dolor de mi propio pene. Jacob no soltaba el bloqueo aún cuando su propio orgasmo se acercaba. — Déjame correrme contigo. —Aún no. Pronto amor, lo prometo. Quiero verte. Con eso, él empezó a empujarse, sus dedos acariciaban mi calva cuando yo relajé mi garganta y lo dejé. Nosotros estábamos tan unidos que yo sabía el momento en que la tensión de su cuerpo llegaba a su punto crítico y cuando se corrió sentí la euforia de eso aún cuando Jacob también sentía mi propia desesperación. Eso alargó su orgasmo, llenando mí boca con su salada y almizcle semilla. Me aferré a él, temblando, mi lengua tomaba cada 314

gota. Jacob deslizó su pene fuera de mi boca y atrapó mi cara entre sus manos. Un desesperado gemido de anhelo salió de mi garganta cuando él me besaba duro empujándome hacia el sofá. Yo me arqueaba contra su duro cuerpo, mis brazos y piernas alrededor de él. Tan cerca, muy, muy cerca y él aún no me liberaba. —Jacob, libérame, por favor,— Le rogaba en la mente, mientras mi boca se alimentaba de la suya. Sus manos se deslizaron entre nuestros cuerpos y él apretó mi pene. Grité, me estremecí y sentí el pene de mi amante moverse de nuevo contra mi culo, que aún ardía. —Jacob, ¡por favor! Jacob se separó jadeando, el deseo era abrumador entre ambos. Sus ojos ardían mientras me veía y grité cuando su mano me rodeó y tomó mi pene. —Voy a liberarte, hermoso, — Jacob dijo y comenzó a acariciarme, sentí que él liberaba el control en mi mente. Mis dedos se hundieron en sus hombros, y no podía evitar calmar el agarre mientras mi orgasmo me recorría. Moviéndome sobre el sofá, mi mirada fija en Jacob que continuaba acariciándome, cuando me corrí derramándome en ambos abdómenes. Parecía que me correría por siempre, a través de grandes olas. Jacob vio hacia mi cuerpo, rompiendo el contacto visual y me estremecí al sentir el caliente golpe de lujuria en su mente. Él no había terminado conmigo. Antes de que pudiera registrar ese pensamiento y me alejara. Él gruñó, se inclinó y pasó su lengua sobre mi abdomen. —Jacob, — gemí, mis ojos fijos en él que chupaba y lamía cada gota de mi piel. —Jacob, por favor… esto es demasiado. 315

Él me ignoró, su lengua sobre mi eje, su caliente boca tomando la cabeza de mi pene. Me estremecí cuando él empujó sus dedos en mi interior, estirándome, sentí su sonrisa en mi piel. —Eres tan caliente, Kristair, joder… Tu cuerpo tan abierto para mí. Sin ninguna resistencia. —Jacob… mo chroí… por favor…. — Mientras él se empujaba profundamente, sentía el calor cuando me penetraba. —Dame un momento. — Me quedé sin aliento, dándole oportunidad para calmarse a mi sobre-estimulado cuerpo. Mi amante se arrodilló y gemí cuando vi su duro pene levantándose entre sus muslos y sentí su determinación de llenar la cabaña con el sonido de mis ruegos. —Jacob… — ¿Sabes cuán jodidamente sexy se oye tu voz cuando dices mi nombre de esa manera?— Jacob gruñó. Con sus manos sobre mí, gemí cuando me encontré girándome sobre mi abdomen. Él tomó mis caderas, levantándome, colocándome sobre mis manos y rodillas mientras yo temblaba salvajemente. —Jacob… Jacob, por favor, sólo dame algunos minutos. No puedo tomarte ahora. —Dulce mentiroso. — Jacob besó mi espalda mientras empujaba su pene entre mis nalgas contra mi entrada. Palmeó mi culo y gemí moviéndome con el calor que fluía en mi piel. Las manos de Jacob se aferraban a mis caderas. —Gritas por mí, amor. —¡Jacob! Sus caderas golpearon, llenándome con un solo suave empujón, grité y dejé caer la cabeza. Cada empujón golpeaba mi punto, atormentando mí ya sobre-estimulado cuerpo. Gritaba fuerte mientras Jacob me animaba a eso y 316

pronto estaba moviéndome hacia su pene, cada vez que él entraba profundamente en mi interior. Las uñas de Jacob raspaban mis costillas y yo siseé, giré mi cabeza un poco sobre mi hombro. Nos besamos, las lenguas luchaban, provocando, tentando, hasta que el beso dejó sin aire mis pulmones. Excitación, necesidad y amor nos recorrían. No creía que pudiera correrme tan pronto después del intenso orgasmo, pero ahí estaba de nuevo al borde. Jacob enterró su cara contra mi cuello, sus brazos alrededor de mi abdomen. —Te amo. Te amo mucho. Deslicé mi mano por la parte de atrás de su cuello jalándolo mientras nos corríamos juntos. —También te amo, mo chroí, siempre y para siempre.

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Capitulo 29

—¿

C

elebrando?— una mujer dijo, interrumpiendo nuestro silencio cuando Kristair y yo nos acurrucábamos en el sofá, perdidos en las secuelas, con nuestras manos entrelazadas. —No ganaron nada. Mi corazón casi se detuvo al oír la voz, cuando creía que estábamos solos. Maldije, me enderecé, cuando los ojos de Kristair estaban muy abiertos. Nerissa estaba en el sillón, su expresión determinada, sus ojos café furiosos. Santa jodida mierda. Veía la mortal amenaza que ella significaba, y eso hacía que mi sangre se helara con lo que ella haría. Incluso con mis limitadas habilidades, podía sentir la implacable decisión de ella, que la llevaría a alcanzar sus fines, cualquiera que fueran sus fines llevados por la jodida locura o no. Nerissa se veía exactamente igual a la última vez que ella invadió nuestra privacidad. Una mujer atrapada en el pasado, aún vestía la ropa de la antigua Roma que ella usaba cuando fue Ascendida. Su cabello castaño claro, seguía arreglado en un elaborado moño, la misma joyería y

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la misma actitud. No, ella no era igual. Había algo diferente en ella, pero no podía descubrir lo que era. —Me preguntaba cuándo te aparecerías de nuevo. — Tomó sus pantalones de una forma tan casual como si estuviéramos solos. Si sentía algún malestar porque Nerissa se apareciera en este momento, no lo mostró en su cara. Sólo podía esperar mostrar la mitad de su calma. —Tu sentido del momento es espantoso. —Pensé haberlo hecho bastante bien. Creí que no lograría captar su atención cuando ustedes dos estaban bramando como animales. La furia me inundó y me puse de pie, sin importarme de que estaba desnudo. Ese había sido un momento privado sólo para Kristair y para mí. El pensar que alguien, y especialmente ella, estuvieran espiando y viera a Kristair tan hermoso y vulnerable hacía que quisiera estrangularla. —¿Qué es lo que quieres? Nerissa. ¿Estás enojada porque tu pequeña perra clon de Kristair ha sido destruida? Su boca se tensó y Kristair tomó mi brazo. —Vístete, Jacob, — dijo en la parte más profunda de mi mente donde solo yo podría oírlo. La mirada de Nerissa se deslizó por mi cuerpo. deteniéndose en mi entrepierna, y sus labios se levantaron en una sarcástica sonrisa. —Me sorprende que tuvieras las bolas para hacerlo tú mismo. Kristair apretó mi brazo cuando yo abría la boca para contestar. Furioso, mordí mi lengua y sacudí mis jeans. Jodida perra, te mostraré las bolas y espero que te ahogues con ellas.

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— ¿Qué crees que has hecho?— Nerissa gruñó, regresando su atención a Kristair. Entonces descubrí lo que era diferente en ella. Su voz había perdido el tono coral de la última vez, el tono que la voz de Tony tenía. Eso tenía que significar algo. Quizás de algún modo ella ya no estaba conectada con los otros Ascendidos. —Creo que soy yo quien debe de preguntar eso.— A pesar de la ira de Kristair hacia Nerissa, había también un profundo pesar en él, y eso se mostraba en su cara cuando él la veía. —Poseíste a Kayla, poniéndola en peligro, después de que me pediste que cuidara de tu familia. Trataste de que la asesinara. ¿Qué lograrías con eso?, Nerissa. Creí que ella iba a negarlo, pero se mostró arrogante. —Hice lo que tenía que hacer, para arreglar el lío que causaste al negarte a ser uno de los nuestros. ¿Tienes una idea del caos que causaste? —Tenía la impresión de que mi decisión no afectó a nadie excepto a ti. ¿Sabes qué creo?— Kristair dijo, lanzándome mi camisa. —Creo que eres la única enojada con mi decisión y el hecho de que la Ascensión esté en un frenesí es tu culpa. Viéndola, me puse la camisa, sólo que también era consciente de toda la atención que ambos se mostraban. Me giré, saqué el teléfono celular y rápidamente tecleé un mensaje de texto para Steve. —Perra aquí. Quédate lejos. Lo cerré y lo deslicé en mi bolsillo. Joder, esta situación no podía estar peor. Nerissa había estado limitada de algún modo cuando se encontraba en el cuerpo de Kayla, pero ahora ella podría hacer todo lo que quisiera y 320

nosotros estábamos indefensos. La manera en que ella nos maltrataba cuando nos traía el ultimátum de la Ascensión hace meses, había sido vergonzoso. —¿Mi culpa?— Nerissa dijo, su voz llena de sarcasmo. —Hablaste con Tony. Esa Aberración que nunca debería de habérsele permitido ser uno de nosotros. Unos cuantos de los ascendidos, los de mentes-débiles, se unieron a él. Ellos ahora quieren visitar los mundos, interactuar como tú lo haces, en lugar de sólo observar, aprender. Ellos quieren cambiar las reglas que nos llevó milenios construir. — ¿Y qué hiciste? Un lado contra ellos, otros se unieron a ti. Empujaste y presionaste para que cedieran porque así lo querías. Y cuando ellos no lo hicieron los Ascendidos se enojaron, formando divisiones y no pudiste contener eso.— Veía fascinado la expresión que cruzaba por la cara de Nerissa ante las palabras que Kristair le lanzaba. —Lo que no puedo entender es cómo presionaste para que quebraran tus propias reglas. —¿Ellos la quebraron? Sé realista, Kristair, ella fue quien abrió esta jodida, — interrumpí su conversación que me estaba llevando a la locura. —Lo que Tony y sus amigos pudieron hacer no es nada comparado con lo que ella ha hechos. Ellos pudieron haber quebrado algunas reglas pero ella destruyó todo el significado. Ella prácticamente destruyó todas las reglas. Kristair se sobresaltó. —Como siempre, Jacob, tiene una singular manera de decir las cosas, pero tiene razón. Nerissa, tú me condenaste por no aceptar mi propio cambio, e iniciaste una guerra entre los Ascendidos para evitar el cambio que venía. Tony y los otros podrían usar tu sabiduría como guía y ahora es demasiado tarde. Ellos no escucharán después de lo que has hecho. 321

Nerissa gruñó, sus lindos rasgos cambiaron a una fea máscara. —¿Realmente crees eso? ¿Por qué? ¿Por qué esa aberración convocó un juicio? ¿Tú realmente crees que los otros Ascendidos tomarán su palabra sobre la mía? Él no debería de estar entre nosotros. ¿Crees que a los otros les importa lo que te suceda? ¿Sabes cómo te llaman? El Exiliado. —Podía sólo asumir que lo que dices es una calumnia, pero sucede que se que es verdad,— Kristair dijo, todo el mundo podría decir que estaban teniendo una conversación sobre el jodido té o algo como eso en lugar de una situación que podría destruir el mundo. —Testarudo, niño testarudo. Estaba en extremo enojado, la manera en que ella le hablaba a Kristair como si él fuera un jodido bebé. Él tenía más de dos mil años, no me importaba si ella tenía el doble de la edad o no. De hecho, había una gran diferencia entre Kristair y yo, y él nunca me habla de esa manera. No sabía por qué él aceptaba eso. Si alguien me hablara a mí de esa manera, le hubiera arrancado la jodida cabeza de los hombros, pero Kristair ni siquiera lo notaba. Era casi como si estuviera viendo una película, sólo que sentía que ellos podrían argumentar de uno al otro durante una maldita década. Probablemente lo disfrutarían. Sólo que, seguro como el infierno, yo no estaba de humor para oír eso. —Por eso estás aquí hoy, — interrumpí. —Ellos te van a hacer un juicio y tienes tus panties torcidas. Tú eres la única culpable. ¿Por qué no huyes antes de que se den cuenta lo que hiciste y expongan lo hipócrita que eres?— La despedí con un movimiento de la mano. En ese momento

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me tenía sin cuidado si se enojaba o no. —No puedes probarlo. Asumes que voy a renunciar. Es tu palabra contra la mía. Sentí una repentina preocupación en Kristair y lo vi, su expresión era aún calmada. —¿Qué sucede? —Ella confía en que los otros no la encuentren culpable. Diría que encontró una manera de mantener escondidas sus acciones, incluso si ellos la obligan a abrir su mente. —O quizás ella es tan malditamente arrogante que ni siquiera cree que darán ese paso. Ella es Nerissa, ella es perfecta, ¿Quién siquiera sospecharía que haría algo tan

jodidamente

loco?—

Kristair

no

respondió,

sus

emociones se veían revueltas y toqué su mano. —No sé por qué no puedes creer eso. —Mi corazón me dice que ella es culpable, incluso si no quiero creerlo. —No sé qué te sucede, Nerissa. Han pasado siglos desde que eras Mi señora. Tienes que dejarlo ir; no puedes ganar esta simple pelea. —Mi señora….— La risa de Nerissa era horrible. — Hubo un tiempo que te pedí que usaras mi nombre y nunca lo logré. ¿Qué ha cambiado ahora?, Kristair. —Lo usaba cuando te serbia, Nerissa. Te era leal aún y cuando discutíamos a menudo. ¿Pero ahora? Asesinaste, jugaste al Dios. — Kristair sacudió la cabeza, su voz aún firme. —Ya no tengo más respeto por ti. La rabia se formó en la expresión de Nerissa, y me 323

acerqué a Kristair, pensando que no sabía qué podía hacer para detenerla si ella jodidamente enloquecía. Mi teléfono vibró en mi bolsillo, y me tensé. Tenía que ser Steve. Esperaba que tuviera el maldito sentido común de llevar el automóvil lo más lejos de aquí que pudiera. —Quizás necesito enseñarte un poco de respeto, Kristair,— ella dijo suavemente. Yo también podría enseñarle a ella todo lo que importaba. Si era Kristair en quien estaba enfocada… era Kristair quien importaba Todas las pequeñas piezas hicieron „click‟ juntas. — Sigue presionándola, Kristair. Haz que pierda los estribos. El impacto recorrió a mi amante. — ¿Has olvidado que ella trató de que te asesinaran o algo peor? no me voy a arriesgar a que te golpee a ti para conseguirme a mí. —Ella apenas jodidamente sabe que estoy aquí. Todo lo que a ella le importa eres tú. No creo que ella ahora sea tan fuerte como ella solía ser. Ella no tiene la conexión con los Ascendidos. No creo que pueda hacer mucho

sin

riesgo

de

alertarlos.

Si

nosotros

la

presionamos un poco, haremos que ella se quiebre un poco… — ¿Cómo podemos hacer que se quiebre un poco?— Kristair gruñó en mi mente. —Yo estoy oyendo un montón de ‘si’ y de ‘quizás’. Esto es demasiado riesgo. Los ojos café de Nerissa brillaban, viéndolos de más cerca. —Ah, casi olvidé acerca de la conexión que los dos comparten. — Ella dijo dándole una reprobadora mirada a 324

Kristair. —Creía que sólo querías ser un humano, y aquí estás, tratando con algo sobrenatural ¿Qué discuten ustedes dos ahora? —No lo amenaces, — gruí, atrayendo la atención a mí. —Soy yo quien restableció nuestra conexión. Y soy un jodido humano. Ella me dio una mirada de molestia. —Si lo eres un irritante pequeño hombre en la cima de esto. No puedo ni imaginar lo que Kristair vio en ti. Me reforcé y la vi fijamente. —Eso es porque nunca te molestares en conocerlo. — Mi estómago se tensó cuando el teléfono celular vibró de nuevo. Quizás advirtiéndome que irse no lo creían buena idea. Kayla era capaz de querer tomar las cosas en sus propias manos. —Podría quebrar tu mente abrirla como un huevo y dejarte babeando y balbuceando como un idiota por el resto de tu vida. —Si, ¿entonces por qué no lo has hecho?— le gruñí. Kristair levantó la cabeza, su curiosidad despertó con su instinto protector. —Quizás tengas razón, Jacob. Pero si yo la presiono no quiero que llames su atención hacia ti mismo. —Él tiene un buen punto. No lo has hecho y no creo que puedas. Si tú planearas lastimarnos a uno de nosotros ya lo hubieras hecho. Exiliado o no, humano o no, de alguna manera aún soy uno de los Ascendidos. No, tú no puedes poner las manos sobre mí. ¿Entonces por qué vienes?, Nerissa— Kristair preguntó. —Oh, pero hay muchas, muchas maneras de hacerte llorar, Kristair. 325

Oh joder. Mi sangre se heló cuando sentí la mirada de Nerissa fija en mí. —Ahora espera sólo un minuto, — dije, tensando mi interior para evitar seguir mis instintos y retroceder. Sería un maldito antes de dejarle ver que me has asustado a morir. —Mátame, Nerissa, y te puedo garantizar que perderás cualquier oportunidad de hacer que Kristair se arrodille ante ti. —Ella no puede matarte, mo chroí. Si ella levanta su poder contra ti, entonces se arriesga a que otros de los Ascendidos presten atención en ella. ¿Cuánto pagarás por matar?, Nerissa. ¿Por tratar de crear vida por tu propia cuenta?— Kristair preguntó, su voz incisivamente helada. — Ella no puede matarte sólo con sus manos sin usar sus habilidades. No puede pelear contra nosotros. Es impotente. Con eso, se quebró la calmada fachada de ella. Los ojos de Nerissa brillaban y sus manos se flexionaban. Di un paso atrás cuando mi teléfono celular vibró por tercera vez y deslicé mi mano en el bolsillo, esperaba que ella no notara el movimiento. —Creo que golpeaste un nervio ahí Kristair. Ella se siente indefensa y ella odia eso. —¿Impotente? ¿Cómo te atreves?— Nerissa se lanzó contra mí cuando yo sacaba el teléfono, mi visión se oscureció y sentí una opresión en mi pecho. Oí el teléfono celular caer al piso y caí de rodillas. Y repentinamente la sensación se había ido. Tomé una profunda y temblorosa respiración cuando Kristair llegó frente a mí. —Créeme cuando te digo esto, haré lo que sea necesario para protegerlo a él y a Kayla. —Oh Dios, Kristair, ¿Qué has hecho?— Dije con horror cuando me di cuenta de que él fue el que detuvo lo 326

que fuera que hubiera hecho Nerissa. —Rompiste tus votos, Kristair, — Nerissa siseó. — Usaste las habilidades que juraste dejar. —Como lo sabrán los otros Ascendidos, a menos de que tú les digas. Y no puedes hacerlo sin explicarles por qué estás aquí y las razones por las que quebré el juramento. No tienes el poder de todos los otros detrás de ti ahora. Solamente somos tú y yo, y yo puedo contraatacar todo lo que me lances. Los ojos de Nerissa brillaban de triunfo. El terror y la desesperación me llegaron cuando luché por ponerme de pie de nuevo. —Kristair, no me dejes. —No lo haré. —Ahora que has roto tu auto-impuesto bloqueo. ¿Qué evitará que lo uses de nuevo? En cualquier momento que él esté amenazado lo harás de nuevo. Él te hace débil, Kristair. Tú tampoco eres uno de nosotros. —Después de lo que has hecho, tampoco tú, Nerissa. Crees que has ganado, pero ellos serán capases de ver la verdad a través de mi como la vieron de mi. Eso es todo. Puedes irte. El sonido de un automóvil por el camino, hizo que me lanzara hacia la puerta. No, no, no… Dios, maldición. Fui tan jodidamente idiota. La repentina alarma de Kristair me presionaba. Una puerta de automóvil se abrió y oía la voz de Kayla cuando subía los escalones. —¡Kris! ¡Jake! —Me encargaré de Nerissa. Detenlos, Jacob! Pero era demasiado tarde. La puerta se abrió y los ojos de Kayla quedaron en blanco mientras sus rasgos se diluían en una máscara sin rasgos distintivos cuando 327

Nerissa tomó posesión de ella. Detrás de ella, Steve salía del automóvil, frunciendo el ceño, confundido. — ¿Qué jodidos sucede? Kayla se giró, levantó la mano y lanzó a Steve contra el Camaro. El impacto fue brutal y él se deslizó al suelo en un bulto. Tomé su brazo, y la empujé dentro de la cabaña. — ¿Qué has hecho?— La empujé a los brazos de Kristair y fui a ver a Steve.

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Capitulo 30

N

erissa luchaba en mis brazos y yo tensaba mi agarre, tratando de ser cuidadoso para no causarle moretones a Kayla. Nerissa trataba de atacar mi mente, pero los intentos eran mucho más débiles de lo que normalmente hubiera esperado de ella. —Déjala, Nerissa. Esto no tiene que ser así. Ella es también tu familia,— siseé en su oído. —Destruiré su mente antes de dejarla, Kristair. Tú mismo has causado esto. Jacob llegó con Steve y se arrodilló a su lado, revisó su pulso. Pateé la puerta cerrándola, esperaba ser capaz de limitar sus habilidades de algún modo. Podía sólo sostenerme con la idea de que ella no quería matarme, al menos aún no. —Déjala ir o juro que la Ascensión bajará por nosotros dos. — Le di una pequeña sacudida, la furia y el terror hacían que la sostuviera más duro de lo que hubiera querido. —Este alboroto les llegará. No quieres que la separación en la Ascensión sea peor. No quiero una guerra entre ellos más de lo que tú la quieres. Nerissa encajó sus uñas en un lado de mi cara, 329

haciendo que sangrara. —Nunca, Kristair. —Así sea. Abrí mi mente y encerré mis emociones, estirándome hacia la Ascensión. Nerissa gemía, moviéndose en mis brazos, y giramos. — ¡No!— Sus ojos eran incandescentes, y me preparé a atrapar el cuerpo de Kayla cuando Nerissa la liberara, pero eso no sucedió. Mi mente hizo conexión con Tony y el resto de los Ascendidos. El cuerpo de Kayla se estremecía espasmódicamente. —¡Déjame ir!— Nerissa gritaba. —¿Qué haces conmigo? —Kristair? ¿Qué sucede? ¡Kristair! ¡No!— La voz de Jacob se sentía lejana mientras la Ascensión nos tomaba a ambos, hasta que sólo era una distante chispa. — ¿Steve está a salvo?— le envié el pensamiento. —Está inconsciente pero estará bien, tiene la cabeza dura, — murmuró en mi mente. — ¿Qué diablos sucedió? Los tres se fueron. —Aún no estoy seguro. Cuando Steve se recupere entonces te unes a mí. — ¿Cómo jodidos se supone que voy a hacer eso? Traté de armarme de paciencia como si me encontrara en un lugar familiar. Los Ascensión nos rodeaban a Nerissa, Kayla, y a mí. Pero esta vez, el humor era diferente, con otro juicio convocado. La división era evidente en la manera en la que ellos mismos se agrupaban. La fracción de Nerissa era mucho mayor, y ya llenaban un lado, la de Tony del otro lado. La sensación de su malestar era mucho más palpable esta vez, llegaba a mí 330

y borraba completamente la voz de Jacob. — ¿Qué es lo que significa esto?— La fracción de Nerissa preguntó en una sola voz, la rabia en el sonido parecía llenar el aire con la fuerza de su ira. —La prueba de lo que he tratado de decirles. — Tony llegó al frente de ellos y señaló a Kayla. —Nerissa ha estado tomando el control del cuerpo de ella y la usó para asesinar a otros. Nerissa luchaba de nuevo por liberarse y yo me preocupé por el estado mental de Kayla, y el daño que ella podría estarle causando. —Tú me atrapaste, — ella siseó, surgiendo frente a Tony Yo la atrapé y la jalé de regreso conmigo. —Libérala, por favor, — dije apelando a Tony. —Exiliado, No se te permite hablar hasta que te hablemos, — la fracción de Nerissa dijo, aumentando su indignación. Yo me retiré conteniendo la ira que surgía en mi interior. Había demasiadas fuertes emociones girando alrededor. Agregar una sola más empeoraría la situación. Tony tocó mi mente en apoyo, dirigiéndome un pensamiento. —Kayla está a salvo. Yo amortigüé su mente

para que Nerissa no pudiera causarle ningún

daño físico, pero aún no puedo dejarla salir. — ¿Qué has hecho?, aberración— El shock recorrió la fracción de Nerissa, amortiguando algo de su ira. Sentía que ellos tocaban la consciencia de Nerissa atrapada en el cuerpo de Kayla. — ¿Nerissa? ¿Es esto cierto? — ¡No pueden tomar su palabra sobre la mía!— ella dijo, reforzándose, tan real como cualquier reina. Como si mis manos y la trampa de Tony no significaran nada. 331

—Cuando yo coloqué la trampa no sabía que era para Nerissa. Yo estaba ayudando a un amigo, — Tony dijo. —Tus amigos humanos. Algo que está prohibido, — dijeron, la indignación en la voz coral. —Como les dije, soy culpable de eso, pero este no es mi juicio. Deben de enjuiciar también a Nerissa. — Señaló hacia ella. —Ella también ha estado interfiriendo cuando siempre predica que sólo somos observadores y ella se ha estado escondiendo para hacerlo indirectamente. Más ira se disolvió entre la confusión y la desilusión en la fracción de Nerissa que se enfrentaban con la prueba de los delitos de ella. —Debemos de tener la verdad total antes de proceder. —Entonces permitan que el Exiliado hable, — Tony insistió. —Si quieren la verdad escuchen sus palabras y las palabras de su pareja y entonces pregúntenle a Nerissa que es lo que ella ha hecho. Saben que hablarán con la verdad. La voz coral murmuraba, cerrándose al resto de nosotros mientras ellos conversaban. En un tranquilo momento, sentí la presencia de Jacob en mi mente, hablándome. —Estoy aquí, mo chroí. Estoy a salvo. — ¿Qué sucede con Kayla? Steve despertó y está jodidamente loco. — La culpa golpeó su mente. —Le envié un mensaje de texto diciéndole que Nerissa estaba aquí y que mantuviera a Kayla lejos. Pero ella fue la que lo vio y le dijo que regresaran, él no sabía nada. — La miseria se hundió más profundo en su mente. —La bodi, es mi culpa. Lo siento. —No, Jacob. Esto es culpa de Nerissa y ella va a responder por sus crímenes. — Aún no podía creer eso, y 332

ahora era el momento de ajustar cuentas aquí, yo me sentía en un conflicto. Nerissa necesitaba ser detenida, pero no quería que fuera lastimada. A pesar de todo, el lazo entre nosotros seguía siendo fuerte. Jacob no dijo nada, pero sentía su amor y su apoyo y eso era suficiente. — ¿Cómo quieres que me una a ti? —Mezcla tu mente con la mía. Steve puede cuidar nuestros cuerpos y asegurarse de que estén bien. Sólo trata de calmarte. No queremos que te saquen. —Bien. Dame un minuto le explicaré las cosas a Steve. ¿Qué debo decirle? Aún no se qué diablos sucedió. —Tony colocó una trampa en la mente de Kayla. Cuando Nerissa la poseyó, ella ya no pudo liberarse. Ahora la Ascensión tiene la prueba de sus crímenes. — Me detuve y vi alrededor a ellos. —Ellos aún no han decidido cómo llevarán esto. —Maldición, Kayla será afortunada si su cerebro no es un queso suizo en este momento. Dos atrapados en su cabeza desde anoche…. Joder tiene un campo minado ahí. —Ella está bien. Ellos no le habían hecho ningún daño y Tony prometió que Nerissa no está en posición de ser capaz de lastimar más a Kayla. —Es bueno saber eso. Estaré ahí en unos minutos. —

Jacob me acarició con amorosos pensamientos y

entonces se fue. La conexión se debilitó en ese punto haciendo muy difícil sentirlo. Regresé mi atención a los Ascendidos. La fracción de 333

Nerissa terminó su comunicación. —Será como tú dices, aberración. Nosotros escucharemos al Exiliado y su pareja. Una vez que descubramos la verdad, entonces determinaremos el castigo apropiado. —Haremos la determinación juntos, — La fracción de Tony dijo y por un momento el humor se afectó de nuevo mientras los dos lados se enfrentaban en una tácita batalla. Entonces la atmósfera se relajó y suspiré mentalmente de alivio. —Estamos de acuerdo, Aberración. También conoces a la pareja; tráelo aquí. Tenía que admirar el aplomo y la fuerza de Tony. Esta era la segunda vez que se encontraba a si mismo en medio de un grupo que estaba renuente a aceptarlo y de nuevo, a pesar de lo extraño, él se elevaba a la posición de líder entre ellos. Esperaba que este caso terminara mejor para él. Entonces Jacob y Steve estaban aquí, viendo alrededor con los ojos muy abiertos. —Oh dulce Jesús, — Jacob murmuró. Steve tragó duro y entonces notó a Kayla y vino hacia nosotros, con el ceño fruncido mientras veía su alterada apariencia. Cuando levantó la mano para tocarla, Nerissa le siseó, luchando por liberarse de nuevo, la sostuve más fuerte. Sacudí la cabeza hacia él, compadeciéndome por su miedo por Kayla. —Pronto, Steve, lo prometo. —Dijimos que trajeras a la pareja del Exiliado. ¿Quién es el otro?— Las voces se levantaron en un rugido. —Él es la pareja de Kayla, — Tony replicó, calmado y firme cuando el humor empeoró de nuevo. Nunca había 334

imaginado que la Ascensión podría ser tan errática, tan diferente a lo que solía ser. —Kayla es la mujer que Nerissa poseyó. Él también está atado a todos nosotros. — El argumento iba y venía. Me preocupé de que Tony hubiera ido demasiado lejos esta vez, él apostaba demasiado de nuevo. La mandíbula de Steve se tensó, y dejó caer sus manos, aunque podía ver lo mucho que le costaba regresar. Por primera vez, me di cuenta lo mucho que quería a mi hija. Quizás era tiempo de dejarla ir. Nerissa seguía en mis brazos y yo veía los extraños rasgos en la cara de mi hija. Nerissa estaba muy tranquila, sin ofrecer nada en su defensa, no confiaba en eso. Ella tramaba algo. Al igual que yo, ella no podía renunciar ahora. Ella tenía una última y desesperada estratagema en su mente. —Jacob, necesitamos estar listos para contraatacar a Nerissa. — ¿Cómo planeas hacer eso?— La intranquilidad lo recorría. —No me gusta esto, Kristair. No pertenecemos aquí. Esta mierda es acerca de golpear a su legendario fanático. —No, lo haremos. Pero necesitamos resolverlo. La Ascensión aceptará los argumentos. —Creo que eso es más imposible a que mantengas a la perra en control. —Imposible o no, eso debe hacerse, —

insistí. —

Mantente cerca casi como si fuéramos uno, pero deja mi mente lo suficientemente libre para que pueda moverme 335

de tu cuerpo si es necesario. Voy a entrar en ella tan sutil como pueda. Entonces si ella trata de hacer algo, nosotros

debemos

de

ser

capaces

de

reaccionar

rápidamente. — ¿Estás seguro de poder entrar en su cabeza? Dudé, quedaban apenas unos hilos de la antigua conexión con mi antigua Señora. —Nosotros estuvimos conectados una vez. Trataré. — Nerissa se había escudado contra los otros Ascendidos, presentando una calmada y arrogante fachada ante ellos. Pero yo sabía que ella no era tan buena, y que pronto encontraría el momento de desgarrar sus defensas. Detrás de las paredes, sus emociones rugían fuera de control. Había mucho caos en sus pensamientos, podría gritar y aún así ella no me escucharía. ¿Cuándo habría empezado su locura? ¿Por qué nadie la había notado? La atención de La Ascensión regresó a nosotros. La división entre ellos era ahora incluso más pronunciada, pero al menos ellos aún tenían algo de control. La tormenta entre ellos se había calmado algo. —Exiliado, queremos oír tus palabras. Nerissa trató de moverse en mi agarre. Me tensé, listo para detenerla de nuevo, pero ella ya no trató de liberarse. En su lugar ella se enderezó de nuevo, sosteniéndose, casi podía ver sus rasgos a través de los extraños rasgos de la cara de Kayla. —Como el acusado, demando el derecho de hablar primero. —No tengo problema con eso, — dije rápidamente, esperando detener toda discusión entre los dos diferentes 336

lados. El silencio reinó y entonces sentí que Los Ascendidos aceptaban. —Procede, Nerissa. Jacob se deslizó a mi lado y tomó mi mano reforzando la conexión entre nosotros. Steve seguía con su mirada fija en Nerissa, sus brazos cruzados. No tenía duda de que en el momento en que Nerissa liberara a Kayla él estaría justo con ella. No tenía que preocuparme por mi hija. — ¿Poseíste a la joven mujer como la Aberración y el Exiliado te acusan? —No negaré eso, — Nerissa dijo, dejando que todo el mundo sintiera la fuerza de su convicción. —Hice lo que era necesario para arreglar el daño que Kristair y la Aberración crearon. Sus acciones han causado división entre nosotros, una división que puede arreglarse. — ¿Y tú te erigiste como quien tomara las decisiones por todos nosotros?— La fracción de Tony dijo, nueva furia coloreaba sus voces. —Sabía lo que había que hacerse para arreglar esto, involucrarlos podría causar más discusiones. De esa manera podía no involucrar a mis propios seguidores. Entre menos lo conocieran, mejores oportunidades había de que mi plan tuviera éxito. — Nerissa estaba tan arrogantemente segura de si misma que ella no podía ver los efectos que sus palabras tenían entre sus propios aliados. Su confusión y la manera en que ellos se retiraban. —Sacrifiqué mis principios por todos ustedes. Apreté la mano de Jacob cuando sentí su flash de rabia. —No los irrites. Déjala que ella misma se hunda. Su mente está tan nublada que ella no ve el daño que 337

está haciendo a su propio caso. — Jacob gruñó pero se sometió a mis palabras. — ¿Cómo el someter a esa mujer podría sanar la separación?— La fracción de Nerissa preguntó en coro. —Tu lógica no tiene sentido, Nerissa. La fachada de Nerissa no cambió para nada ante el cuestionamiento que su propia gente le lanzaba, pero en el interior, sin duda estaba llenándose de ira. —Eso es porque aún no han visto la imagen completa. Kristair causó la separación cuando él nos dejó. Logrando su regreso, todos seríamos uno de nuevo. — Apreté la mano de Jacob más duro. —Guarda eso al final, prometo quitar cualquier duda que les queden. Nerissa hizo un sonido tan lógico, tan cínico. Con lo irritante que su arrogancia podía ser, su fracción no estaba lista aún para condenarla. Ellos murmuraban entre ellos, y Jacob me dio un duro toque mental con su dedo, animándome a decir cualquier cosa, yo aún esperaba. Quería que ellos lo clarificaran entre ellos mismos. —Y extinguiste siete existencias, algunos de ellos con la calidad de ser uno de los nuestros si no hubieras interferido en su destino, — la fracción de Tony acusó. —Ellos eran débiles. Eran simples. Ellos nunca hubieran sido uno de los nuestros, — Nerissa dijo, su voz llena de sarcasmo. Una vez más, su fracción se movía intranquila ante sus palabras, pero ella tampoco pareció notarlo esta vez. —Tony interfirió también con el destino de Kayla. ¿Por qué no le cuestionan a él sobre eso? —Admito interaccionar con humanos, pero yo sólo arreglé lo que tú cambiaste. Y coloqué la trampa, ahora el resto de nosotros puede ver tu hipocresía. 338

—Ella no sólo es asesina, — dije. Intervine ante el grupo antes de que ella pudiera preguntar cuándo él dejó la trampa. —También creó un doppelganger de mí, una criatura que ella controlaba y envió a lastimar. Usando esas tácticas ella creía que se mantendría oculto lo que hacía. Creía que mantendría sus manos limpias. Ni siquiera puede entender la enormidad de sus crímenes. — Hice una pausa y la vi directamente —Ella no deja el control. Ella es mala. Un silencio se estableció en la Ascensión, y esta vez cuando ellos se retiraron incluso más, Nerissa también lo sintió. Sus emociones se agitaban salvajemente cuando se dio cuenta que había perdido su influencia sobre ellos. Me deslicé profundamente en su mente, sosteniéndome fuerte de Jacob. Aún no tenía idea del plan de respaldo que Nerissa tenía, ella lo había enterrado profundamente, pero sentía que estaba a sólo segundos de descubrirlo. Si sólo La Ascensión pudiera sentir lo que está detrás de la fachada de Nerissa. Entonces ellos no podrían argumentar. Incluso cuando el pensamiento me llegó, sentí que la reunión podría. —Perdóname, Nerissa, — Murmuré en su mente, y con toda mi fuerza, tumbé su barrera mientras ella gritaba. Alrededor de nosotros, los Ascendidos entraban y salían de su realidad y caímos a través del tiempo.

339

Capitulo 31

M

aldiciones fluían por mi mente, pero mi garganta estaba congelada y no podía dejar que saliera nada hacia afuera. — ¡Kristair! ¡Qué diablos está sucediendo?— Aún podía sentir a mi amante y su mente que estaba más calmada que la mía. Eso sólo evitó que perdiera mi maldita mente. Tan abruptamente como había empezado terminó y me encontré a mi mismo tirado en el suelo, jadeando por aire. Me senté, mi cabeza giraba, y vi alrededor el vestidor en Pittsburgh. — ¡Jacob! ¿Estás bien? ¿Dónde estás? Tomé mi cabeza, cuando la voz de Kristair atravesaba mis pensamientos. —Joder, Kristair. No tan alto. — Sostuve mis rodillas y me di cuenta que estaba solo. No podía ver a Nerissa en ningún lado. —Estoy en el antiguo vestidor. ¿Dónde estás tú? —En el estadio. Está vacío. Nosotros tenemos que encontrar a Nerissa; ella debe de estar en algún lugar cerca. Tenemos que detenerla. Oí la puerta de los vestuarios abrirse y la confusión aumentó cuando vi al entrenador Latimer que venía hacia 340

mí. No lo había visto desde mi graduación, aunque tenía la intención de ir a verlo cuando las prácticas iniciaran para él. — ¡Corvin!— El entrenador entrecerrados por malestar.

ladró,

sus

ojos

Viejos instintos hicieron que me pusiera de pie. — ¿Entrenador? — ¿Crees que estás de vacaciones, en algún lujoso spa en donde te mimen? ¡Vístete y sal con los otros! Antes de explicarme o preguntar qué diablos estaba sucediendo, el entrenador se fue. —Kristair. Por favor dime

qué

diablos

está

sucediendo.

Me

siento

tan

jodidamente raro, como si mi piel se hubiera quedado atrás. —Eso es porque no perteneces ahí. Encontré un programa

del

juego

de

esta

noche.

Es

el

dos

de

Septiembre de 2006. Dos de septiembre… ¿Por qué eso está fijado en mi memoria? —Porque esa es la noche en que te vi por primera vez, cuando hiciste ese asombroso touchdown. Esa es la noche que supe que eras mío. Me senté en la dura banca, mi piel hormigueaba, un grito se atoró en mi garganta. Por una vez no podía entender esa burla. — ¿Por qué? ¿Por qué ella está aquí? Hubo un largo silencio mientras las emociones de Kristair se agitaban. —Sospecho que para matarte. Aún no es el atardecer, y yo llegué tarde al juego. Si te mueres antes de empezar, nunca te hubiera conocido. Entonces 341

cuando yo fuera uno de los Ascendidos no tendría lazos que me hicieran regresar contigo. No hubiera dejado la Ascensión y ellos no se hubieran dividido. —Y ella gana. Yo había llegado tarde a la práctica de ese día. El entrenador había amenazado con dejarme fuera del juego. Lo recuerdo claramente porque esa fue la última vez que hice tonterías antes del juego. Y el primer juego de la temporada. Qué idiota solía ser. — ¿Ella está aquí? ¿Lo sabes? Nosotros fuimos separados; quizás ella está en otro tiempo. —No, ella está aquí. Puedo sentirla. — La voz mental de Kristair estaba viva con la caza. —Debo de ser capaz de encontrarla. —Creía que joder con el tiempo era lo más prohibido. ¿Por qué los Ascendidos no la detuvieron y saltaron sobre la perra? —Ella realmente aún no había hecho nada como eso. No creo que creyeran que pudiera ir tan lejos. Antes de que pudiera contestarle, la puerta se abrió y otro Jacob venía hacia mí, su cabeza hacia abajo, maldiciendo en voz baja. Me levanté de la banca, mi corazón se aceleró cuando mi joven yo se detuvo frente a mí, sus ojos se abrieron más cuando él vio mi cara. —¡Qué jodidos!— el joven Jacob dijo. —Hijo de perra. — No había tiempo de pensar. Cerré mi mano en un puño, y golpeé a mi joven yo tan duro como pude, sobresaltado en compasión cuando él cayó encogido. Lo levanté de la camiseta, batallando con su tamaño. 342

Oh joder, mi corazón se aceleraba. ¿Qué diablos se supone que haga ahora? —Kristair, umm, yo uh, acabo de noquearme a mí mismo. ¿Esto no irá a joder las cosas? ¿Qué debo hacer? —Es un poco tarde para preguntar ahora. Lo hecho, hecho está. — Esperé ansioso mientras Kristair pensaba. —Déjalo en algún lugar y tomas su lugar. — ¿Qué? ¿Cómo? ¿Estás loco? ¿Eso no cambiará las cosas? —No tenemos mucho tiempo. Nerissa va a tratar de dar contigo cuando estés solo. Si tu otro yo está a salvo en algún lugar, ella no tiene razón de creer que tú no eres él. Si ella te ataca, tú tienes la ventaja. Ella espera que su víctima no tenga idea y sea un blanco fácil. Que no responda la lucha. Necesitaba hacer algo, cualquier cosa, tenía que moverme. Vi alrededor buscando un lugar donde esconder a mi yo, y mis ojos llegaron a mi casillero. —Compañero. Lo siento malditamente tanto, pero eso mantendrá tu culo vivo. — Saqué las cosas de mi casillero, metiendo un calcetín en su boca y amarrando sus manos con un suspensorio. —Oh hombre, esto está tan mal. Creo que me odiaré a mí mismo. — ¿Qué sucede?— Kristair preguntó. —Estoy cerca de Nerissa. —No te preocupes por eso. Te explicaré después. — Tomando una profunda respiración, empujé al otro Jacob dentro de mi casillero. Oh Dios, esto es tan jodidamente irreal. La siguiente vez que vea a esa perra, voy a golpear 343

su culo, mujer o no. Cerré la puerta del casillero y le puse llave. No podía creer lo que estaba haciendo. Eso era una locura. La más loca situación en la que hubiera estado. —Esta es la peor idea que incluso te haya oído, — bufé mientras me desvestía y me ponía mi viejo uniforme. —Confía en mí, mo chroí. Terminé de vestirme y traté de controlarme mientras salía a reunirme con mi entrenador y el resto de mi antiguo equipo. — ¿Cómo diablos voy a salir de esto? Se supone que voy a salir con ellos en menos de cinco minutos. ¿Y que si Nerissa empieza a golpear a mi antiguo equipo solo para llegar a mí? —Cálmate, Jacob. Ellos ven lo que esperan ver. Eso no

sucedió

hace

muchos

años.

Tus

tatuajes

están

cubiertos. Deja de quejarte tanto y sal ahí antes de que cambien el tiempo incluso más. Recuerda ahora que sólo realmente tú puedes modificarlo. Mordí la urgencia de gruñirle más a mi amante y tomé mi casco, me levanté de la banca y oír de nuevo la puerta abrirse. —Ya voy, entrenador. Mi corazón saltó cuando oí que cerraban la puerta. — Um, Kristair, creo que ella está aquí. — Oí que alguien venía por el pasillo y mi mano se aferró a la pistola bajo mi ropa. — ¿Qué debo de hacer? No puedo dispararle; ese es el cuerpo de Kayla. —Trata de retenerla, casi estoy ahí. Me detuve a investigar algo extraño. 344

— ¡Este no es momento para curiosear! La puerta está cerrada pero es barata, debes de ser capaz de abrirla o derribarla, ¿bien? Sólo trae tu culo aquí. — Metal raspando metal en el cuarto de pesas y tomé mi pistola y rodeé la esquina. Necesitaba colocarme entre Nerissa y el otro Jacob. La espera no estaba funcionando. Quizás si ella no se viera tan espeluznante con sus rasgos en blanco, podría golpearla o algo, pero eso no sería posible ahora. En ese momento Nerissa salió del cuarto de pesas sosteniendo una larga y pesada barra. Que se joda el pretender. Levanté la pistola y apunté hacia ella. —Esto se acabó, Nerissa. Gruñendo ella se abalanzó hacia mí y me salí de su camino, la barra golpeó unos casilleros. Hija de perra, ella no iba a detenerse. — ¿Dónde está él?— ella siseó, tratando de golpearme de nuevo. —Nunca lo encontrarás. — Me moví de nuevo, maldiciendo por sacar la pistola. No podía dispararle y ella lo sabía, pero ahora no podía lanzarme contra ella tampoco o ella tomaría la pistola. Yo incapacité mi propio imbécil culo. No podía imaginar por qué ella no saltaba de nuevo en el tiempo ahora que su intento había fallado o por qué la Ascensión aún no estaba aquí. Me moví más, dejando que ella se acercara, alejándola de mi otro yo. Me estremecí con el barullo que ella estaba haciendo, sólo esperaba que el entrenador Latimer no viniera a investigar. —Te quebraré la cabeza, — Nerissa gruñó, lanzando un golpe directo a mi cabeza que evadí sin problemas. — Entonces lo encontraré y haré lo mismo con su cabeza. Tu 345

cerebro decorará este cuarto. Maldiciendo, me alejé corriendo. La puerta de los vestuarios se estremeció cuando algo la golpeó. Otro duro golpe y „bang‟, se abrió. Me giré levantando la pistola y suspiré de alivio al ver a Kristair. —Justo a tiempo para… Vi un flash del metal por el rabillo del ojo y reconociéndolo me hice a un lado, alcanzó a golpearme en el hombro, el lacerante dolor me recorrió, adormeciendo mi brazo. La pistola cayó al suelo. —Con una jodida. — fui por ella, golpeándome contra los casilleros mientras Nerissa volvía a lanzar otro golpe hacia mi cabeza con la barra. Me preparé para el golpe, no había oportunidad en el infierno que pudiera detenerla. Kristair gruñó e interceptó el golpe de Nerissa. La sostuvo fuerte, empujándola lejos de mí, dándome la oportunidad de levantarme de nuevo. — ¿Estás bien? Giré mi hombro gimiendo con el dolor. Podría estar lastimado, pero no creía que estuviera quebrado. —Estaré bien. Kristair y Nerissa continuaron peleando, moviéndose tan rápido que no me atreví a tratar de interceder. Vi hacia la puerta cuando escuché que una de las bisagras se caía. Eso no era natural. El entrenador Latimer y el resto del equipo estaban justo detrás del pasillo, preparándose para el juego contra Virginia, y nadie venía a investigar. ¿Qué diablos estaba sucediendo? Corrí a poner la puerta en su lugar. La cerradura estaba destruida, Kristair no había dejado mucho. Acomodé segura la pistola dentro de mis pantalones, y arrastré la banca a la puerta raspando los azulejos y aún así nadie venía a nuestro rescate. No sabía si sentirme ofendido o 346

aliviado. Kristair y Nerissa seguían luchando, sólo que ahora ella parecía estar cansada. Su arma era pesada y cada golpe era un poco más salvaje que el anterior. Kristair se giró y la barra de metal golpeó el suelo. Ella jadeaba cuando Kristair la empujó contra los casilleros presionando sus hombros y fijándola contra ellos. —Nerissa, deja esta locura, — le dijo con voz gruesa. Yo lo toqué con mi pensamiento deseando poder tranquilizarlo ahora. Debajo de su implacable decisión había mucho dolor y temor. Todo a causa de esa mujer. No podía realmente entender qué le pasó. Con todo lo que podía leerlo y compartir sus pensamientos, nunca había sentido en él la traición de esa manera. Ella había sido su madre, maestra, y amiga. Ella había cambiado completamente su vida, y él había vivido con ella durante quinientos años. Ella le pidió que cuidara a sus descendientes y la promesa había significado mucho para él, tanto que cuando alguien llegó a sus escalones hace quince años, buscando su protección, él se encargó de ella y adoptó a Kayla como su hija. Incluso cuando creí que Tony me había traicionado, no había sido tan profundo como esto. ¿Habría Kristair recibido algo de ella en respuesta? Quería ayudarlo pero sentía que era un intruso. Eso era entre Nerissa y Kristair. Quizás eso iba a durar mucho tiempo y con lo mucho que lo amaba, todo lo que realmente podía hacer era ofrecerle apoyo mental y tratar de evitar que cualquier intruso llegara por detrás. —No vas a matarme, no puedes. No quieres que tu preciosa Kayla perezca, — ella gruñó contra la barra no utilizada. ¿Qué sucedió con su fuerza y rapidez? Ella se veía 347

igual a nosotros. —No quiero perderte a ti tampoco, — Kristair dijo, su expresión sombría. —Te guardé luto una vez, Nerissa. No voy a hacerlo de nuevo. Sentí la mente de Kristair entrar en la de Nerissa, y porque aún estaba conectado muy cerca de él, lo seguí. Él lo había hecho antes, pero entonces yo estaba distraído con la Ascensión para notar la mente de ella. Sus pensamientos eran una tormenta, nublados de terror y rabia porque el mundo que ella creía tener el intricado control, un mundo que ella dependía para su bienestar mental, estaba dividiéndose. Ella había tratado de arreglarlo, lanzándose hacia su considerable meta. Ella estaba tan obsesionada de que Kristair era la causa y la cura, que no podía ver más allá de eso. Nerissa necesitaba controlar todo. Eso era algo que Kristair nunca pudo ver. Eso fue por lo que ella decidió convertirlo en vampiro, porque quería que se inclinara ante su poder. Eso que ella nunca obtuvo completamente, siempre había carcomido su interior. Le había molestado tanto que no creo que ella ni siquiera hubiera visto el respeto y el amor que Kristair sentía por ella. Qué estúpida insensatez. — ¿Me guardaste luto?— el impacto atravesó el caos. —Mantuve mi promesa hacia ti. ¿Qué te dice eso? Por un momento, pensé que ella cedía, y entonces volvió a endurecerse. —Eso no cambia nada, Kristair. Te veré de rodillas antes de renunciar. — ¿Es eso lo que realmente quieres?— Entonces para 348

mi sorpresa, Kristair se apartó. Nerissa se estremeció viendo incrédula que Kristair se ponía de rodillas. —Kristair, no. — celoso grité al ver a mi orgulloso amor humillarse ante ella. Sólo que no veía sumisión ahí. Kristair sólo hacia eso para mí. Quería ir hacia ellos y jalarlo hacia mí, eso sacudía mi corazón. Yo también luchaba con él por el control. Pero eso era muy diferente a lo de ella. —Escúchame, mi señora. Nuestras mentes están unidas. No puedo mentirte. En este momento, ni siquiera puedo esconder algo de ti. ¿Puedes escucharme? Me tensé y Nerissa también lo hizo. Me moví hacia adelante en caso de que ella decidiera golpearlo. Kristair estaba tan vulnerable. —Quédate atrás, mo chroí. —Puedo oírte. — La sospecha coloreó su mente y veía su desesperanza cuando él tomó sus manos. Yo luchaba por mantener bajo control mis emociones, seguir vigilándola sin animarla a más. —Mi regreso no solucionará los problemas de la Ascensión. Sólo tú puedes hacer eso. Sólo tú puedes sanar la grieta del tiempo que creaste. Tus pensamientos nos trajeron aquí y sólo tus pensamientos pueden arreglar esto. — ¿Qué es lo que va a suceder con la Ascensión?— ella dijo gritando, retirando sus manos. —Todo lo que he oído son demandas de ti, Kristair. Kristair tomó sus manos de nuevo. Él la veía fijamente; la veía sosteniendo a Kayla como si fuera a decir algo que ella no quería escuchar. Conocía su toque, su 349

fuerza, su amor, y sentí cómo eso calmaba a Nerissa sin que ella siquiera se diera cuenta de eso. Él tenía una serena fuerza que ni siquiera el propio Kristair nunca apreció completamente. Las emociones de Kristair surgían con lástima y pesar por Nerissa, y no entendía eso, después de todo lo que ella había hecho. ¿Dónde estaba su ira? Ella merecía su odio. —Tú eres quien causó la separación. —No trates de manipularme, — Nerissa dijo. —Te conozco, niño. — él la sostuvo más fuerte cuando ella sacudió la cabeza. —Estabas enojada cuando me fui. Estabas furiosa de que lograra engañarte, y dejaste que eso aumentara. Entonces cuando algunos otros decidieron que querían ir a otros mundos e interactuar en lugar de sólo observar, te aterraste de que ellos pudieran seguirme y que pudieras perderlos para siempre. —Ellos quebraban las reglas. —Esto no es acerca de reglas, Nerissa. Nunca lo fue. — La voz de Kristair era tan suave, aún así podía sentir su fuerza debajo de ella. Él haría que Nerissa viera la verdad, lo quisiera o no. —Las

fuertes

emociones

intranquilizan

a

la

Ascensión. Sabes como todos ellos reaccionan ante Jacob. Pero él estaba afuera y no estaba interviniendo. Tú eres parte de ellos y lo habías sido por mucho tiempo. Tu ira infectó el todo sin que te dieras cuenta de eso. Cuando la gente de Tony quiso explorar un poco más, tú golpeaste al resto con tus palabras e ira. Y más te desafiaron a ti y 350

tu ira y la situación empeoró. Nerissa sacudía la cabeza salvajemente, su cabellera golpeaba su inexpresiva cara, sus emociones eran un lío en su interior. — ¡Mientes! Deja de confundirme, — ella gritó. Me di cuenta lo que Kristair estaba haciendo. Nerissa podía sostenerse contra su propia ira, ella podría luchar por siempre obstinadamente contra Kristair, pero ella no tenía defensa cuando se enfrentaba a algo como eso. Yo podía entender. ¿Cuántas veces yo había tenido que ceder, perdido en discusiones que quería desesperadamente ganar pero que sabía que él sólo lo dejaría pasar porque me amaba? ¿Cómo podía dejar ir mi propia ira y ayudarlo? Todo lo que realmente sabía acerca de Nerissa es que ella había sido mi enemigo desde antes de que se pusiera en contra de Kristair. Ella era la cara detrás de la Ascensión que trataban de mantenernos separados. Pero sin ella, no hubiera tenido nada, ni a Kristair ni a Kayla. Quizás si pudiera sólo verlo de esa forma…

351

Capitulo 32

J

acob se aproximó a Nerissa y a mí, deseaba poder calmar sus conflictos, pero no me atrevía a dividir mi atención entre ellos. Nerissa estaba al borde del quiebre, y no tenía idea lo que ella podría hacer. Me puse de pie y envolví mi brazo alrededor de su cintura, fácilmente la guié hacia la banca y me senté a su lado. — No miento, Nerissa. Sabes eso. Jacob se sentó al otro lado y sentí el impacto que lo recorría a través de ella cuando él tocó su hombro, y le mostró a ella lo turbado que él mismo estaba. —Déjame terminar, — Jacob dijo. Tomé ventaja de su distracción y me hundí más allá en el interior de su mente, luchando por llevar calma dentro de su caos para que ella pudiera ver claramente. Jacob seguía conmigo, su mente en un tranquilo murmullo y unidad reviviendo la confrontación con la Ascensión, forzándola a ver sus reacciones a las palabras y acciones de ella. —Renuncia, Nerissa. En aras del mundo que amas. Sólo tú puedes arreglar esto. ¿Qué va a suceder con la Ascensión si tú cambias el tiempo? ¿Realmente quieres 352

arriesgar todo en aras de lastimarlo? Nerissa había comenzado a dudar y se estremeció. — Merece ser castigado. — ¿Por qué? ¿Qué ha hecho tan malo? ¿No entender tus razones? —Kristair había estado solo por mucho, mucho tiempo después de que lo dejaste, — Jacob dijo, muy suavemente. —Si él se hubiera quedado con nosotros, nunca más hubiera estado solo de nuevo, — Nerissa gruñó, viendo a mi amante. —Pero él te tenía a ti. —Nerissa, — dije y su atención regresó conmigo. — Necesitas saber que esto nos lastima, ¿esto es un castigo?— Antes de que ella pudiera contestar. Yo develé mis recuerdos y la dejé sentir mi angustia al saber que lastimé a mi hija, que casi la asesiné. Le di mis más desesperadas sensaciones de traición al saber que ella estaba detrás de toda esta locura. Jacob sintió dolor por mí, y pasando la mano sobre Nerissa acunó mi mejilla, acariciándome con un pensamiento. Nerissa trató de apartar su mente de nosotros, confundida y anhelando regresar a su rabia. Seguía rehusándose a liberarse. Estuve tan cerca… —Renuncia, Nerissa. Esto está contra todo lo que crees y eres la única que puede arreglar las cosas. Nerissa se puso de pie y esta vez la dejé ir, aunque fue difícil hacerlo. Quería ir detrás de ella, hacerle ver. En lugar de eso empujé atrás mi frustración y desesperanza. No podía dejarla salir en este momento. Mis instintos me 353

decían que era momento de retirarme y dejar que pensara. Ella tenía que hacer esto por su propia voluntad. —Tú me violaste. Jacob se tensó a mi lado y yo pasé un dedo mental contra sus labios. —Lo hice y siento mucho haberlo hecho. Nunca hubiera querido hacerte esto, pero lo que estás haciendo es muy peligroso, no sólo para mí. La Ascensión necesitaba ver lo que escondes. — Me levanté, dejando que ella sintiera mi pena por las acciones. —Cargaré la culpa por el resto de mi vida. Nerissa se giró hacia nosotros y una extraña sonrisa se formó en sus labios. —Lo harás, ¿no es así?— ella se rió suavemente. —Creo que me gusta cómo se oye eso, Kristair. Una vez más, Jacob se enojó, y esta vez yo tomé su mano. —No lo hagas. —Ella está jodiéndote y no la podrás tomar, — él gruñó. —Ten fe en mí. Nerissa vio a Jacob, y su mente pareció calmarse y colocar las barreras de nuevo. —Bien, regreso las cosas a como estaban antes. Me levanté, tomé sus manos y las llevé a mis labios. — ¿Te someterás a la decisión de La Ascensión? —Siempre insistiendo en las sutilezas. — Nerissa palmeó mi mejilla. —Si puedes tranquilizar sus mentes, entonces si. — Ella levantó una mano y se la ofreció a Jacob. —Vamos, toma mi mano. Nosotros no queremos perderte, ahora que puedes estar con nosotros. — dijo con

354

un tipo de imperiosa malicia. Jacob se levantó y llegó a mi lado. Inseguridad y suspicacia al máximo en su mente mientras entrecerraba los ojos hacia Nerissa. — ¿Kristair? —Todo va a estar bien. Después de todo, Nerissa nos tiene en sus manos. — Incliné mi cabeza ligeramente en dirección a Nerissa mientras mi amante hervía. —Toma su mano, Jacob. Jacob no dijo una palabra. No tenía motivos de hacerlo, sabía lo que pensaba. Él tomó las manos de ambos, dándole una dura mirada a Nerissa. Sin duda iba a tener unas palabras conmigo cuando todo esto terminara. Nerissa parecía concentrarse y entonces hizo una pausa, viéndome directamente. —No me han dado las gracias. —Cuán descortés de mi parte. Gracias, mi Señora. — Le di a Jacob una rápida punzada mental y silencié mi súplica mientras él hervía. —Gracias, — él murmuró, con los dientes apretados. Nerissa sonrió brillantemente. Detrás de la momentánea grieta de su fachada, sentí su placer y sabía instintivamente que estaríamos bien. El vestuario desapareció alrededor de nosotros y entonces estábamos en la Ascensión de nuevo. Mucho más aliviado, el humor había cambiado considerablemente y todos los Ascendidos estaban reunidos juntos, alineados arriba de nosotros con un aura de solemnidad. —Si alguna vez, y quiero decir alguna jodida vez…— Steve dijo moviéndose a nuestro lado rápidamente. —Si, también te extrañe. — Jacob dijo soltando sus 355

manos. — ¿Vas a seguir el juego? Kristair— dijo ácidamente en mis pensamientos. —Si el juego funciona, ¿aún seguirás enojado conmigo? —Odio cuando sabes algo que yo no sé. Estiré mis sentidos, tocando el borde de las conciencias de la Ascensión, luchando por saber en dónde se encontraban sus lealtades, no pude encontrar nada, ni siquiera la de Tony, me retiré, luchando por mantener la paciencia en mi cara ante la incertidumbre. Yo mismo había quebrado reglas durante las últimas veinticuatro horas, cuando esto terminara, quería ser capaz de regresar a la vida que había elegido. —Nerissa, libera a la chica, — La Ascensión dijo, una sola voz de nuevo. De eso, al menos, podía estar realmente agradecido. Steve estaba frente a ella en un momento y atrapó el cuerpo de Kayla cuando ella se estremeció. Quería ser quien la sostuviera, pero no era más mi derecho ser el número uno para Kayla. Ella había elegido a Steve. Tomé la mano de Jacob de nuevo, viendo pacientemente la cara de Kayla emerger y cuando ella abrió los ojos vi cuán tiernamente Steve la sostenía y finalmente acepté que mi hija había elegido bien. Nerissa apareció al lado, separada de nosotros y de la Ascensión. —Gracias, —La Ascensión murmuró, y ella agradeció moviendo su cabeza con realeza, una sonrisa en su cara. Ella realmente estaba loca. Había evitado decir eso y ahora yo realmente creía que era verdad. —¿Qué sucedió?— Kayla preguntó, viendo alrededor, 356

—¿Dónde? ¿Qué? ¡Oh! Dios, Padre… Jake. — Ella abrazó a Steve y él hundió sus manos en su cabello sosteniéndola más cerca, murmurándole suavemente. —Estará bien, — Jacob dijo incrédulo. —Estará jodidamente bien acerca de todo esto. Todo lo que dijiste a Nerissa. Presumido, inteligente hijo de perra. ¿Ahora qué vas a hacer? Ellos, todos van a recibir el culo de Nerissa ahora para ser una gran familia feliz de nuevo. — ¿Te gustaría saber qué sucede?— Dije de algún modo manteniendo una sonrisa en mis labios. —Si puedes bajar a mi nivel e iluminarme, si, jodidamente me gustaría saber. —La Ascensión ya sanó sus divisiones y están juntos desde antes del regreso de Nerissa. La incredulidad en la cara de Jacob era más que satisfactoria si no tuviera aún líneas de preocupación. Entonces Kayla se lanzó a mis brazos antes de tomar también a Jacob y darnos un feroz abrazo. —Lo siento tanto, debí escucharte y mantenerme lejos. —Hey, no te culpes,— Jacob dijo colocando sus brazos en su cintura y levantándola. —Debí de mantener mi boca cerrada y nunca conectarlos en primer lugar. Steve se unió a nuestro pequeño círculo, viendo sobre su hombro intranquilo a la Ascensión y a Nerissa. — ¿Ahora qué? —Kristair estaba a punto de informarme, pero está disfrutando el momento ahora. — Jacob me vio fijamente. — ¿Puedes decirme qué está tramando ella? ¿O no? ¿O podrías decirme por favor que los Ascendidos ya se habían 357

integrado y lo que eso significa para nosotros todas las malditas respuestas?

si tienes

—Espera un minuto, — Steve interrumpió. — ¿Cómo diablos sabes eso? Eso sucedió después de que ustedes se fueron. Vi a Nerissa, quien nos estaba viendo con una extraña, casi anhelante expresión en su cara, que desapareció tan pronto como ella notó que la veía. —Les explicaré después. Sospecho que la Ascensión quiere liberarse de nosotros lo más pronto posible. —Nerissa, ¿hay algo que deseas decirnos?— la Ascensión preguntó. —Si. — Ella se giró, bajó la cabeza y entonces se enderezó y con confianza en su voz les dijo. —Me equivoqué. Lo veo ahora. La única cosa que yo puedo ofrecer en mi defensa es que yo creía que cuando el Exiliado estuvo entre nosotros, seguía aún conectado a su demasiado-humano amante, que su estado emocional me infectó. Estuve demasiado cerca de él y reconozco que dejé que me influenciara. — ¿Qué?— Jacob se adelantó, con lo mucho que traté de calmarlo veía su furia, la sentía, lo que quería decirle a la Ascensión también. Lo jale a mi lado, tocándolo en muy diferentes niveles tratando de calmarlo. —Tendremos nuestra oportunidad de hablar. — ¿Eso es todo lo que tienes que decir?— la Ascensión preguntó, su total atención en Nerissa. Me sentiría mucho más seguro si pudiera tener alguna conexión con ellos y saber a dónde iban. Incluso cuando la amenaza de guerra inminente había desaparecido entre ellos, había más cosas en juego para Jacob y para mí en lo 358

personal, y no podía relajarme completamente. —Así es. Me arrepiento del daño causado. En mi arrogancia, yo fui más allá de las barreras que deberían mantenerse. Eso no sucederá de nuevo. Me someto a ustedes, mis hermanos, y acepto cualquier castigo que estimen reparen mis errores de juicio. Sin embargo, me gustaría puntualizar que mi entrega trajo algo bueno para todos nosotros. —Wow, — Steve dijo en voz baja. —Esa mujer es muy orgullosa. Realmente no cedió ni un centímetro. Maldición, casi vas a la mano de ella. Kayla le dio una firme mirada y no pude evitar sonreír. —La humildad no corre en su línea de sangre, — dije. Steve me vio a los ojos y me sonrió. —Eso es cierto, tus acciones nos separaron, y lo admites cuando regresas del tiempo con el Exiliado. — Esa fue la primera vez que vi intranquilidad en la cara de Nerissa, la primera grieta en su falsa calma. Ella no era consciente de su presencia y ella debería de estarlo. —Tú violaste nuestra más sagrada ley cuando intentaste cambiar el tiempo, intentaste terminar con la existencia de Jacob Corvin. Esa es una grave violación de lo que creemos, forzándonos a interceder en lo que sucedía, así que en ese sentido, puedes decir que lograste que estuviéramos juntos de nuevo. Nerissa giró la cara hacia mí. —Lo sabías, — ella murmuró en mi mente. —Pero tú dijiste… —El exiliado te manipuló cuando intentaste manipularlo a él. Y ambos trataron de usarnos para sus propios fines, — la Ascensión continuó. —Lo que dicen es cierto, — dije, incapaz de seguir sin 359

responder. —Pero yo no podía hacer lo que ustedes pueden. No podía controlar a Nerissa ni evitar que causara más daño, sólo ustedes pueden hacer eso. No es mi lugar el enjuiciarla o castigarla por sus crímenes. Sólo luchaba por regresarla ante ustedes antes de que pudiera causar más daño. — Abrí mi mente hacia ellos, reprimiendo mi necesidad de privacidad. La única manera de que ellos creyeran en mi sinceridad era mostrándoles que no escondía nada. Sentía su toque en mi mente recorriendo mis pensamientos y motivaciones. Jacob se movió cuando ellos hicieron lo mismo con él. Sentí la misma reacción en Kayla y Steve, pero ninguno de ellos ofreció resistencia. Entonces la Ascensión giró su atención hacia Nerissa. Ella aún seguía orgullosa y sola. Ella aún no podía ver lo que estaba sucediendo y en ese momento, sentí lástima por ella. —Sigues intentando esconderte de nosotros, Nerissa. El exiliado ha dicho lo que buscaba de nosotros. Controlarte, en ambos mundos y asegurar la seguridad. Él abrió su mente a nosotros como lo hicieron sus acompañantes. Ellos no van tras la gloria o la adulación, ellos simplemente desean ir a casa y que los dejen en paz. Suspiré por dentro de alivio y tensé mi brazo alrededor de los hombros de Jacob. — ¿Eso quiere decir que nos dejarán salir?— él preguntó. —Eso espero, mo chroí, eso espero. —Te has mantenido cerrada a nosotros en un grado que involuntariamente ha causado limitar y entorpecer sus sentidos. Aún así nosotros pudimos leerte por las acciones del Exiliado antes de que tú regresaras en el tiempo. Tú no 360

estás arrepentida, Nerissa. Tu humilde apariencia no nos engaña. Tú seguirás escondiéndote entre nosotros hasta que puedas vengarte de nuevo y nosotros no podemos permitir que eso suceda. Trataste de alterar el tiempo una vez y nosotros sentimos que no dudarías en tratar con una táctica similar de nuevo. Tú eres la real aberración. —Espera, ¿qué acerca de los crímenes de Kristair? Se suponía que renunciaba a sus habilidades para poder ser un humano. ¿No es esa la condición que se le dio para permitirle regresar con su amante? —Incluso ahora tú te engañas. Nosotros no le permitimos ser humano. El Exiliado hizo su propia elección y una vez hecha eso no puede deshacerse. Él pudo haber mostrado algunas pequeñas habilidades, pero nada comparado a lo que solía ser capaz de hacer. Incluso contactarnos antes de causar dolor. Las pequeñas habilidades que él mostró son irrelevantes y ni siquiera se comparan a la fuerza que tenía cuando era un vampiro. No, él no renegó de sus votos al ser humano. Él no podía entregar el poder de siglos y no tener nada cuando los había depositado dentro de Jacob, pero lo poco que aún tenía, lo mantuvo encerrado hasta que se dio cuenta con quién estaba tratando. Como sea que use o no esos poderes nos importa poco mientras que él prometa nunca tratar de mezclar su mente con la de nosotros de nuevo. —Hago esa promesa, — dije. —Gustosamente. — ¿Recuerdas que dije que quería estar ahí cuando estuvieras

equivocado?—

Jacob

dijo,

su

mente

emocionada. —Lo recuerdo. —¡Hah! Estaba en lo cierto y tú estabas equivocado. 361

— Jacob sonrió y me dio un fuerte beso en la boca a pesar de la audiencia y Kayla ahogó una risa. —Jacob. —No, sólo déjame disfrutar un minuto. Lo merezco después de todo el infierno que he pasado en las últimas horas. Y dile a la Ascensión que no se preocupen, que lo harás. Aunque era evidente, vi a Nerissa cuando tenía sus ojos fijos en mí. Eso se había acabado. Debería estar feliz, pero en su lugar me sentía débil. Sólo quería regresar a casa con Jacob, Kayla, y Steve. Asegurarle a Ussier que su ciudad y su gente ya no corrían riesgo a causa de Nerissa. — ¿Entonces nos enviarán de regreso?— Steve preguntó. —No, aún no. Ustedes deben ser testigos veredicto impuesto a Nerissa, al Exiliado y a Jacob.

del

— ¿Qué?— Kayla gruñó. —No, esperen, ellos no hicieron nada. Ustedes mismos lo dijeron. El impacto recorrió a Jacob, y traté de tranquilizar sus miedos a pesar de mis propias preocupaciones. ¿Qué nos irían a hacer? ¿Qué le harían a Jacob? Él era el menos culpable de todos en esto. — ¡No!— Nerissa gritó. La energía la rodeaba y ella intentaba liberarse, gritaba cuando se lo impidieron. —No pueden hacerme eso. —No nos dejas alternativa, Nerissa.— yo me retiré mientras ella gritaba de nuevo, un brillo la rodeó, y cuando eso se fue, ella estaba acostada antes de convertirse en un bebé. 362

—Oh maldición, — Jacob dijo en voz baja. —Ellos la van a reciclar. Veía confundido a Kayla que ahogaba otra risa, una que estaba al borde de la histeria. —Exiliado. — me tensé y aparté la mirada del regordete bebé que pateaba. Ella parecía de algún modo vieja en un recién nacido, aunque yo no estaba en posición de juzgar. Había pasado mucho tiempo desde que había visto a un bebe. —Ella está desamparada, — dije, viendo a la Ascensión. — ¿Ustedes se encargarán de ella? ¿Cuánto tiempo va a permanecer en esa forma? — ¿No crees que tu sentimiento de indignación está fuera de lugar?, amor— Jacob dijo, aunque sentía que él también estaba desconcertado ante la sentencia. Tony salió de entre los Ascendidos y levantó a Nerissa. —Ella no puede permanecer más entre nosotros, Kristair. Ella ya no es más una de los Ascendidos. Ella eligió salirse de nuestro grupo cuando hizo lo que hizo. Nosotros no matamos. Pero al regresarla a este estado, retiramos la amenaza. —Y la dejaron totalmente incapaz de cuidar de si misma. —Ese es ahora tu trabajo. Tuyo y de Jacob. La Ascensión siente que la tarea debe de ser de ustedes. Ellos estiman que Nerissa estará bien, y que tú fuiste el causante original del problema, y Jacob ha causado la primera separación en el momento que dejó a su anterior yo inconsciente. — Tony me entregó a Nerissa a mí, y la sostuve en mis brazos lejos de mí, el terror hacía que mi corazón se acelerara. Ella era tan pequeña. ¿Qué si la quebraba? Vi sobre mi hombro a Jacob cuando llegó a mi 363

lado, él se veía incrédulo y atemorizado. —Kristair, no creo que deberíamos discutir con ellos, no después de lo que ellos le hicieron a ella. —Aunque creo que ambos rasgaron el tiempo que ahora está arreglado. — Tony nos estudiaba a ambos. — También creo que ustedes son los que se tienen que quedar con ella. Si hay alguien que pueda cuidarla son ustedes dos. Ella nunca va a ser una niña completamente normal, igual que ustedes nunca van a ser completamente normales. ¿Quién mejor para criarla de nuevo? Ustedes tienen lazos que no pueden negar. Vi a los ojos a Nerissa, había desorientación, confusión y miedo en ellos, y sabía que no podía decir no. — ¿Jacob? —Por el amor de Dios, Kristair, ella no va a quebrarse. — Jacob tomó a Nerissa de mis manos y la acunó en sus brazos. Ella se veía extrañamente natural ahí, y una expresión de divertida resignación cruzó la cara de Jacob mientras sus pensamientos se agitaban y dispersaban, y cuando vio de nuevo al bebé, sentí su rendición. —Ma va a matarme. Aún no nos hemos casado. Vi a Kayla, quien tenía los brazos cruzados y una seria expresión en su cara. — ¿Kayla?— Ella se había sentido afectada por la traición de Nerissa tanto como me había sentido yo, y no podía ignorar sus sentimientos en este asunto. El silencio se extendió, y entonces Steve se inclinó y le murmuró en su oído. —Oh, está bien, es sólo que no esperaba convertirme en hermana mayor ahora ¿entienden?— Kayla vio a Nerissa, acurrucada contra el pecho de Jacob. —Sólo que sabes. Yo me mantendré

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vigilándola. Nerissa movió su regordeta mano y se rió, sus ojos brillaban. —Lo harás, Kayla. Tú tejerás sus zapatitos,— Jacob bromeó.

365

Capitulo 33

E

sto se terminó.

Tony nos llevó a todos de regreso a la cabaña. Tomamos nuestras cosas. Después de largas despedidas, él llevó a Kayla y a Steve a Baltimore, entonces Kristair, yo y la bebé regresamos a casa a Pittsburgh. Él prometió visitarnos de vez en cuando; tanto como la Ascensión quería mantenerlo separado de todos nosotros, ellos también querían mantener vigilada a Nerissa, y Tony era el obvio portavoz. Era bueno saber que no perdería contacto con él. Y no podía culpar a Kayla y a Steve por la anterior desconfianza. Les iba a tomar algún tiempo para acostumbrarse de esta nueva situación. Probablemente un par de años. Estaba de pie en el marco de la puerta de la sala, tomando una cerveza, y viendo a Kristair tomando una siesta en el sofá. La bebé acostada en su pecho, y cada vez que él roncaba ella levantaba su cabeza, veía alrededor antes de acostarse de nuevo bostezando. Eso era irreal y deseaba haber comprado una cámara de video cuando fuimos de compras antes.

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Quizás podríamos darle un nuevo nombre, algo que diera una distancia de quién había sido. Para efectos prácticos, ella era nuestra hija ahora. Sonreí y tomé otro trago de mi cerveza mientras Kristair adormilado frotaba la espalda de ella. Él estaba loco pensando que sería un mal padre. Me acerqué y tomé a la bebé en mis brazos, enviándole un pensamiento tranquilizador cuando Kristair se estiró medio despierto. —Está bien, amor, termina tu siesta. El atardecer está por llegar y tendrás que explicarle a Ussier. Él se perdió toda la diversión. Kristair necesitaba dormir. Lo primero que hicimos al llegar fue ir de compras por todas las cosas que no teníamos. Se había agotado preguntándose si habíamos olvidado algo. —Rissa… ¿Qué piensas de eso? ¿Te gusta tu nombre?— Rissa no respondió. Su cabeza usaba mi hombro como almohada y su pulgar fue hacia su boca, las pestañas hacían sombra en sus mejillas. — ¿Qué vamos a hacer contigo?— Murmuré, saliendo al porche y sentándome con un suspiro. No tenía ni idea de cómo le iba a explicar toda esta situación a mi Ma. Esa iba a ser otra larga e interesante conversación, no había estado con ella desde que me encontré con Kristair. Pero tampoco me podía ver entregando a la bebé ahora. Mis emociones estaban girando alrededor de la serie de extraños eventos demasiados complejos para descifrar. —Rissa. Si, creo que me gusta eso. — La acuné en mis brazos y comencé a mecerla. Ella tenía el cabello castaño claro como el de Kayla, aunque ahora más dorado y sus rizos llenaban la parte superior de su cabeza. Ella no debería de tener recuerdos de lo que había sido o lo que había hecho. Ahora era una pizarra en blanco. 367

Oí el sonido de la puerta de malla y sentí la presencia de Kristair viéndonos. — ¿Qué estás haciendo levantado? Necesitas dormir. —Dormí suficiente anoche. La parte de mi vida cuando dormía de día se acabó. — Kristair se sentó en la mecedora a mi lado y pasó su brazo sobre mis hombros. — ¿Estás seguro de que estás bien con esto? Es mucho para pedirte, mo chroí. — Sus dedos rozaron mi hombro. —Sólo quiero que seas feliz. —Lo sé. — Giré la cabeza y rocé un beso en sus labios. —Me tomará un tiempo ajustarme, pero creo que todo va a estar bien. La pregunta es… ¿qué le vas a decir a Ussier? ¿Has pensado cómo vas a explicar todas las cosas? Kristair le había dejado un mensaje al chupasangre explicando que toda la situación se había resuelto y que lo esperaba solo en nuestra casa cuando tuviera oportunidad. Lo esperaba en el momento en que el sol desapareciera. — Voy a decirle la verdad. Se lo debemos, él sabe lo suficiente ahora para ser capaz de aceptar todo. —Le cambié el nombre. Kristair arqueó una ceja y asintió. —Eso probablemente sea una buena idea. Mi gente creía que hay gran poder en un nombre. — ¿Es por eso por lo que tú siempre me llamas Jacob en lugar de Jake? —Es el nombre que tu papá y tu mamá te dieron. Es un buen nombre, fuerte. — Kristair veía a la bebé y tocó su mejilla con un dedo. — ¿Cuál has decidido? —Rissa. Sentí el placer de Kristair mientras se acechaba a mi 368

mente. —Buena elección. Nos quedamos afuera disfrutando de la tranquilidad, hasta que Kristair se levantó a hacer la cena. Podría acostumbrarme a noches como esta, sentado con mi muypronto-marido e hija. Ahora Kristair no podía darme ningún ridículo argumento más acerca de no tener lo esencial para ser padre. La vida era jodidamente excelente. Rissa parecía muy contenta mientras cenábamos. Ella estaba sentada en su silla alta, moviendo sus piernas y riéndose cada vez que uno de nosotros la veía. Cuando terminamos la llevamos a su cuarto con apenas lo necesario. El miedo y la ansiedad que esperaba no estaban presentes. — ¿Sabes porque ella reacciona de esa manera conmigo?— Finalmente le dije a Kristair. —Ella te ha conocido de siempre al menos sabe que eres familiar. Pero ella no me conoce a mí para nada. ¿Crees que La Ascensión manipuló sus emociones? —No, ellos no necesitaron hacerlo. Cuando la convirtieron en una bebé, borraron sus recuerdos. El cerebro de ella también es de una bebé. — ¿Entonces qué sucede?— Vi a Rissa, y estaba muy seguro de que ella resplandecía y se movía, saltando en su asiento. Sonreí cuando levantó sus pequeñas manos y se reía. Me giré a ayudar a Kristair a armar la cuna y él me dio una indulgente sonrisa. —Hay dos razones por las que ella reacciona como lo hace contigo. Cada vez que la ves le sonríes, haces ademanes y le hablas, así que ella responde a su manera.— Realmente nunca pensé que era de esa manera. Entonces Kristair tocó mi mente, sólo que parecía un poco diferente 369

esta vez, hasta que me di cuenta que podía sentir también a Rissa. Ahí no había aún reales pensamientos, estaba lleno de imágenes y sensaciones. Me sentía contento de que me reconociera y de su alegría cuando ella sintió mi toque mental. Ella se intranquilizó, moviendo sus piernas más rápido y buscándome. Me di cuenta que también había amor ahí. Ella ya nos amaba a ambos y eso me golpeó fuerte. Ella realmente era nuestra para criarla. —Rissa también se siente como tú. Entre las sonrisas y la manera en que no tienes miedo de sostenerla y la manera en que interactúas con ella, ¿Cómo no se sentiría segura y amada aquí? Creo que los tres estaremos bien. —Wow, creo que me va a tomar un tiempo ajustar mi pensamiento. Nosotros trabajamos un tiempo en silencio excepto por el sonido de Rissa hablando con ella misma. —Supongo que ella realmente no recordará nada. No tenemos que preocuparnos porque un día despierte y trate de tomar venganza contra nosotros. Me di cuenta que podía leerla tan fácilmente como lo hacía con Kristair. Sabríamos al instante cualquier cambio en ella, como lo sabíamos entre nosotros. —No, ella nunca recordará. Probablemente sea más amable de esa manera. La Ascensión nunca la aceptaría de nuevo, como ellos nunca me aceptarían a mí. — Kristair sonrió y le rocé un beso mental en los labios. —No tengo problema con eso. 370

—Hey, espera un minuto. ¿Eso quiere decir que ella va a saber todas las cosas que nos decimos uno al otro?— bajé la voz y me acerque a él. —Sabes cómo con mi mente me gusta enviarte cosas sucias que podamos hacer juntos. Kristair se rió y yo le di una ofendida mirada, lo que hizo que se riera más fuerte. —Esto es serio. — Palmeé su trasero y murmuré en voz baja. —No quiero corromperla o enloquecerla, y seguro como el infierno que no quiero que ella empiece a comportarse de esa manera. Kristair me dio un beso mental en los labios que me dejó anhelando estar en nuestra recámara. Me sonrió cuando me puse de pie confundido; entonces él tomó la siguiente herramienta que necesitaba. —Para contestar tu pregunta. Nosotros podemos bloquear de ella nuestro lado lujurioso hasta que sea lo suficientemente mayor para entenderlo. Para entonces ella no va a querer saber qué locuras hacemos. Una seductora sonrisa se formó en sus labios, aunque su mirada era tan inocente mientras me veía. Él realmente rogaba por esto. —Supongo que eso quiere decir no más castigos en el sofá de la sala. —No apuestes eso, Kristair. Soy muy bueno aprovechando las oportunidades o creándolas cuando es necesario. El timbre de la puerta interrumpió la discusión justo cuando se estaba poniendo interesante. Vi hacia la ventana y noté que el cielo estaba oscuro. —Supongo que es tiempo. — Me acerqué a Rissa, y ella se aferró a mi dedo. Repentinamente una ola de protección me llegó. —Él no va a tratar de lastimarla, ¿verdad? Quizás deberíamos esperar hasta que ella pueda hablar con él. 371

—Ussier no le va a poner un dedo encima, — Kristair dijo. —Él tiene que saber lo que sucedió, y si cree que le escondemos algo, hará lo imposible por descubrirlo. Hablaré con él y le dejaré saber al mismo tiempo que consideramos que ella está fuera de los límites. Kristair sacó fácilmente a Rissa de su asiento, sosteniéndola como si fuera una frágil porcelana china. Sabía lo mucho que le asustaba lastimarla accidentalmente y al mismo tiempo enmascaraba esos sentimientos de ella. Eso era bueno o le causaría un complejo y la tendría llorando cada vez que él la levantara si él no lo hiciera. —Respira, Kristair. Cristo, necesitas dejar el jodido miedo. —Y tú necesitas aprender a cuidar tu lenguaje. Sonreí al darme cuenta que él tenía un punto. Mi Ma me mataría si la primera palabra de Rissa fuera una maldición. Seguí a Kristair a la puerta, tratando de anticipar lo que Ussier podría decir cuando se enterara de toda la historia, pero nada me preparó para la reacción del vampiro cuando vio a la bebé en los brazos de Kristair. Ussier vio a Rissa, sus ojos se abrieron más y se llevó la mano a la frente. — ¿Qué es esto?— preguntó con pura exasperación en su voz. —Sé que no es humana. ¿Qué es eso? ¿Eso puede destruir la ciudad? Los labios de Kristair se tensaron y abrió más la puerta. —Me preocupa que nos tomara un tiempo decirte toda la historia, pero te aseguro que tú y tu ciudad están a salvo. Al menos de quien trataba de dañarme. —Supongo que eso es todo lo que puedo pedir, ¿no es así?

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Nunca había visto a Ussier así, fuera de balance, y señor, saqué al diablo en mí. — ¿Te sientes débil? Ussier, ¿Podría traerte quien te ayude?— Probablemente estaba pidiendo que Ussier sacara mi culo por la garganta, pero eso era tan raro de ver en el jodido rey de los chupasangres de Pittsburgh. —No, Señor Corvin, estoy bien, gracias. Pero estoy seguro que si no dejo de tratar con ustedes dos, eso me llevará a la muerte. —Sé amable, Jacob. —Oh, bien, sólo arruinas toda mi diversión. Kristair dejó que Ussier entrara en la sala y se sentara en su silla favorita, sosteniendo a Rissa cuidadosamente. —Nos tomará algo de tiempo decirte todo, y me temo que lo que te diga tendrá que quedarse entre nosotros. Artemise y Lisabeth incluidos, claro, dado que ellos ya saben algo. ¿Lisabeth ya despertó? ¿Está a salvo? —Si, enojada pero despierta, y Tabitha sobrevivirá. — Ussier aún viendo a Kristair y a la bebé como si no supiera qué hacer con la situación. No podía culparlo. —Tendrás que darle a Lisabeth un gran espacio durante un tiempo. Ella raramente guarda rencores, pero tampoco olvida. Tiene muy buena memoria y no le gusta parecer débil. —No estaba planeando hacerlo, pero entiendo. Ella no es la única a la que no le gusta verse débil. — Le hice un gesto a Kristair y entonces le sonreír Rissa cuando ella movía sus manitas y balbuceaba saludando a Ussier. Al menos, esperaba que fuera un saludo. —Apropiadamente anotado. — Distraídamente, Kristair le dio a Rissa su meñique y ella se aferraba a él, acurrucándose y llevándose su pulgar a la boca mientras 373

veía al vampiro. Ussier escuchaba mientras que Kristair relataba toda la historia, desde que él se había ido, cómo Nerissa poseyó a Kayla de nuevo, la trampa de Tony, el juicio, y Nerissa escapando a través del tiempo. No había expresión en su cara mientras Kristair explicaba cómo hablamos con Nerissa y regresamos y entonces habló del veredicto de la Ascensión y cómo juzgaron que era nuestra tarea criarla. —Tony ha prometido venir a vernos cuando pueda, pero sobre todo será nuestra responsabilidad. Por un largo momento Ussier permaneció en silencio, y comenzábamos a preguntarnos si necesitaba comprender lo que había sucedido entre él, Kristair y Rissa. Finalmente, Ussier sacudió la cabeza, su expresión aún impasiva. — ¿Todo este tiempo estuvimos asustados de un bebé? La ciudad entera está en alerta roja, la gente está asustada y saltando de las ventanas. En mi reporte final voy a decir que estuvimos contra una docena de dragones, demonios de seis cabezas y trescientos ninjas. Tuve suficientes problemas para explicar lo del doppelganger a Deke; él estaba seguro que la maldita cosa era demasiado grande después de todo el problema que causó. Yo parpadeé, no estaba muy seguro de cómo tomar la exasperación de Ussier. Él no se veía bien, parecía que le iba a dar un ataque, pero entonces Kristair sonrió. —Si eso hace que te sientas mejor, dile eso a tu gente, no puedo quejarme. De cualquier modo, no creo que ellos pudieran creer la verdad. —Hay muchos tipos de verdad, Antiguo, y la mayoría de la gente no se preocupa por eso. No me preocuparía por Alette. Incluso si ella lo descubre, dejaría en paz a la bebé. Ella no puede lastimar a una niña, y lastimaría a cualquiera que lo intentara. Supongo que tiene algunas cualidades que

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la redimen. —Nosotros necesitaremos papelería de ella: Certificado de nacimiento, papeles de adopción y todo lo demás que es necesario. ¿Puedes arreglarlo para nosotros como lo hiciste con Kayla? —Si, hablaré con Deke. Él se encargará de todo lo necesario. Ni siquiera había pensado en eso. Necesitamos los papeles de la corte, médicos y cualquier otro numero de cosas. Había mucho en lo que no había pensado. ¿Qué si la perdemos? Mi cerebro giraba hacia una docena de direcciones diferentes. Al menos sabía que los documentos que nos diera Ussier podrían sostener una revisión. Seguro que él tenía gran práctica. — ¿Eso significa que tendremos una deuda que pagar?— Le pregunté. Por primera vez mostró esos peligrosos hoyuelos. — Yo voy a cobrar por esto. —Lo imaginaba. —Si, su deuda está pagada. Considera un regalo de la ciudad a la nueva madre, —Ussier dijo, viendo directamente hacia mí. —Imbécil. — Maldición, él me jode en cada ocasión. Uno de estos días yo voy a vencerlo. Ussier se puso serio. —Con toda sinceridad, nosotros tenemos una gran deuda con ustedes. Si hay algo que necesiten la puerta está abierta. — Entonces hizo una pausa —Sólo que no se haga hábito. Kristair inclinó su cabeza formalmente hacia él. —Mi 375

meta es conservar un bajo perfil por un tiempo. Hemos tenido demasiada excitación por dos años. Estoy un poco viejo para toda esta locura. — Entonces, en mi cabeza, sólo para mí agregó —Además, sé lo mucho que quieres una vida normal. —Kristair, la vida dejó de ser normal desde el momento en que te conocí. Creo que ya me acostumbré a eso. —No estoy seguro, Antiguo. Para algunos de nosotros los problemas parecen seguirnos, no se quedan del otro lado. —Bien entonces, Jacob y yo estaremos cuidándonos de eso. — Kristair se levantó viendo al reloj y luego a Rissa, quien se había quedado dormida en sus brazos, y vi la maravilla cruzar su cara. —Creo que es hora de acostarla. Si me disculpas, Ussier, siempre será un placer verte de nuevo. Lo vi irse, maravillado en mi interior mientras saboreaba el hecho de que él nunca sería alejado de mí de nuevo. Todos los miedos de Kristair de que la Ascensión lo reclamara se habían ido. Él era mío para siempre, y yo iba a apreciarlo. Entonces vi a Ussier, sorprendido de encontrarlo estudiándome. —Tengo que darte las gracias, Ussier. Nos ayudaste más de lo que nosotros lo hicimos. Y con lo mucho que pueda arrepentirme de decir esto, si necesitas cualquier cosa puedes pedirla. — hice una pausa y fruncí las cejas. — Esto puede sonar loco viniendo de mí, considerando lo que Kristair puede hacer, pero es sólo que quiere mantenernos seguros. —Puedo entender eso, Corvin. Ese es también mi 376

trabajo, mantener a mi familia segura. Y te guste o no, tu cabeza dura es parte de mi familia. No puedes apartarte de mí. Me jalé el lóbulo de la oreja, agradecido por una vez de que Ussier estuviera bromeando. —Si, gracias, estaba realmente asustado acerca de este momento o algo así. — Me levanté y lo escolté a la puerta. —Si necesitas algo trata de que sea fuera de temporada, ¿bien? —Claro. No puedo distraer a la persona de mi equipo de fantasía. Vi a Ussier, incrédulo. — ¿Tienes un equipo de fantasía? ¿No hay mejores cosas que hacer que ver mis estadísticas? —Tengo mucho tiempo cuando no estoy salvando tu culo. Deke, Hugo, Taylor y yo tenemos nuestra propia liga. Mis cachorros tratan de alinearte. Su equipo está basado en cuán lindo es el culo de sus jugadores. Pero yo voy primero, así que soy propietario de tu culo. —Tranquilízate, Jacob. Tu culo es todo mío. —Suena maravilloso. Ve a casa, Ussier. — Estreché su mano, tratando de trasmitir todo lo que sentía en ese momento por el hombre que aún me asustaba, pero que se había ganado mi respeto. —Estoy seguro que nos veremos. — Sin otra palabra Ussier se giró y se fue. Lo vi desde la puerta cuando subió a su 4Runner y salió a la calle. Entonces giré mi atención hacia mi amante, quien esperaba en el pasillo por mí.

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Capitulo 34

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issa se movió inquieta tan pronto como la acosté, pero le envié un pensamiento tranquilizador y pronto comenzó a bostezar. La cuna aún no estaba lista así que la acosté en su corralito y la cubrí con una ligera manta, podría tomar semanas tener la casa lista para la bebé. —¿Qué tanto piensas?— Jacob preguntó suavemente, entrando al cuarto y sonriéndole a Rissa. —Algunas veces me es difícil seguir tu mente. Deslicé mis manos en él. —Estaba pensando que las cosas no han estado tranquilas desde que te conocí. ¿Sabes?, al menos pasaba una década sin que nada notable sucediera y entonces tú llegaste. Parecía que Jacob se divertía y levantó una ceja. —Si me preguntas me parece que era muy aburrido. —Honestamente lo era. Creo que dormí la mitad de eso. Jacob se inclinó y frotó el dorso de su mano en la mejilla de Rissa. Sentí su mezcla de emociones y las compartí. Nosotros sólo podríamos tomar un poco a la vez. 378

—Yo ya separé a las dos, nuestra hija Rissa y esa loca de Nerissa. ¿Qué tan raro es eso? —Para nada. Ella es una persona diferente ahora. Seguro que quedarán algunos rasgos de su personalidad, ella será testaruda, demandante y arrogante en ocasiones. —Entonces combinará perfectamente con nosotros. Me reí. —Exactamente. Pero ella no estará bajo la misma presión. No se sentirá sola. Dudo que su mente se quiebre de nuevo, no con nosotros aquí. — Me giré a él. — Eres capaz de separar a las dos porque no eres del tipo que cargaría rencores ni culparas a Rissa por los crímenes que ella no recuerda. Es afortunada de tenerte. —Vamos. — Jacob tomó mi mano y me guió fuera de la recámara. —Ha sido un día muy largo y me muero por acurrucarme en la cama contigo. Después de estas dos semanas, no me moveré hasta que alguien me despierte. Apagué la luz y dejé la puerta parcialmente cerrada. Ambos podríamos oírla en nuestros pensamientos antes de que ella llorara. Sentía que Jacob necesitaba el mismo ligero enlace con Rissa que yo tenía. — ¿Qué vas a hacer con ella durante el día?— Jacob preguntó mientras entrábamos al cuarto. —Voy a estar hasta que los entrenamientos en el campo comiencen, pero después no puedo quedarme. —No me molestará en la biblioteca. Me la llevaré hasta que encontremos a alguien adecuado. — A pesar de que había considerado renunciar a mi carrera como bibliotecario. Eso no era lo mismo sin Kayla. Y a mí me agradaba cambiar de carrera de vez en cuando, empezar algo nuevo. Las recientes emociones me habían llevado a pensar en considerar abrir una agencia de detectives 379

privados. Pero seguro que Jacob no estaba listo para seguirme los pasos en algo como eso, así que dejé la idea por el momento. —Sabes, no me has explicado cómo Los Ascendidos sabían dónde estábamos, — Jacob dijo, mientras se sentaba en el borde de la cama y se quitaba los zapatos. Me asombraba como él podía dejar todas las noches su ropa en un pequeño montón en el suelo mientras me quejaba de que no la dejara donde correspondía en la canasta en el armario. —Ellos congelaron el tiempo, igual como lo hacía Nerissa cuando no quería que Kayla oyera lo que nos decía. En el momento en que tú metiste a tu otro yo en el casillero, ellos intervinieron. Debiste haberte dado cuenta cuando nadie llegó a investigar. Nerissa debió hacerlo también. —No todos fuimos bendecidos con ser unos nerd y tener tu abrumador intelecto. — Jacob se desnudó y cuidadosamente dejó el torc en la mesita de noche como cada noche. —Bueno, yo tuve algo de ayuda para llegar a esa conclusión, — admití retirando los cobertores de la cama. — ¿Recuerdas cuando te dije que iba a investigar algo? Noté al guardia de seguridad congelado en el medio del campo. Realmente ellos intervinieron justo a tiempo. Pude haberlo noqueado si él me hubiera visto. Eso podría haberme retrasado aún más. Jacob apagó la luz, y subió a la cama. Aún me parecía increíble que todo esto hubiera acabado. No más pesadillas, no más preocupaciones acerca de que mi pasado me apartara. Sonreí cuando Jacob se acurrucó conmigo, su cabeza en mi hombro, su pierna sobre la mía. Incluso 380

dormido él era posesivo. Seguí la progresión de sus pensamientos mientras él repasaba el día de nuevo, sentía su preocupación de nuevo de que no había mucha diferencia entre él y Nerissa. Fruncí el ceño, hundiéndome en sus pensamientos. —Ustedes dos son completamente diferentes. —¿Lo somos? Ambos queremos controlarte. Me giré, deteniendo a Jacob bajo mí. —No, realmente no lo haces. Esta mañana…— Realmente no podía creer lo que había sucedido esta mañana. —Esta mañana cuando querías que me desnudara y me sometiera ante ti, lo hice porque aún sin que lo hubiera hecho tú seguirías amándome, tú seguirías queriéndome. Me dices que esa es una de nuestras maneras de hacerlo. Buscas el control y yo busco la sumisión y eso está bien. Jacob frunció el ceño, su mirada turbada. —Si, pero…. Pasé mi dedo sobre sus labios. —Sin peros, mo chroí, amor de mi corazón. Sin peros. Nerissa nunca quiso un igual. Durante el tiempo que estuve con ella, ella ya era una antigua. Éramos de mundos diferentes. Ella cuidó de mí, pero siempre me veía como su posesión, nada más. Incluso aunque ella lo quisiera, no se inclinaba ante nadie, ella era de esa manera. —Tú eras un Antiguo cuando te encontré. —Si, pero tú demandas igualdad, y yo nunca he estado interesado en mimarte. Yo siempre quise amar a alguien con quien tuviera eso. Quería tener un hombre que estuviera conmigo, alguien que me dejara ser lo que quisiera sin quejarse. Me enamoré de ti porque eras precisamente ese hombre. 381

Jacob se tranquilizó y me sonrió. —También te amo, pero creo que te estás saliendo del tema. Sacudí la cabeza y acaricié con mi nariz su garganta. —No, no lo hago. De eso se trata esto, Jacob. Tú quieres hacer lo mejor para mi, para nosotros, y cedes el control si eso me hace feliz. Nerissa nunca fue capaz de hacer eso y eso le causó su final. Y eso es por lo que yo me someto ante ti y con nadie más. Sonreí cuando me di cuenta que mis palabras le habían llegado. —Bueno, cuando lo dices de esa manera, — Jacob dijo, envolvió sus brazos alrededor de mí y me dio un tierno beso. —Supongo que me someteré a ti en esto. —Hay una primera vez para todo. —No te acostumbres a eso. Seguro que el momento pasará. — Jacob me besó de nuevo, su boca se movía mientras luchaba para un contacto más profundo y mi corazón saltó cuando el deseo se despertó en mí. — ¿Seguro que ella no puede sentir eso?— Jacob preguntó. —Porque aún es temprano y de ningún modo estoy malditamente cerca de estar listo para dormir. No contigo desnudo contra mi cuerpo. — Se giró sobre mí quedando arriba y dándome una traviesa sonrisa. —Sigue haciendo lo que estás haciendo y estaremos bien. — Los ojos de Jacob brillaban en la ligera iluminación, y sentí su alegría llena de deseo. Esa iba a ser una larga noche, mi pene se levantó. Jacob gruñó suavemente y frotó su mejilla contra mi mandíbula. Raspándose con la sombra de mí barba que casi siempre tenía bien cuidada. Sentí el placer de Jacob ante la rasposa sensación. Cualquier traza de resistencia

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desapareció de mi mente ante su toque. — ¿De dónde sacaste tu energía?, Jacob. —El pensar en joderte sin sentido es suficiente para energetizar a cualquier hombre. Pero voy a ser gentil esta noche y no te haré rogar durante mucho tiempo. Mi amante se reía suavemente mientras yo me estremecía. —Qué considerado de tu parte. —Lo sé. Recuérdame eso. — Jacob separó mis muslos y suspiré de placer mientras se acomodaba entre ellos. — Pero confieso que hay motivos atrás de eso. No puedo agotarte completamente. Después de todo, tenemos que planear una boda. Había algo en la manera en que lo dijo que hizo que me inquietara. —Jacob, me prometiste algo pequeño, ¿recuerdas? —Claro. Te preocupas demasiado, sólo déjalo en mis manos, amor. Bajo las circunstancia, ¿qué podía hacer? deslicé mis rodillas y acuné sus caderas mientras lo besaba, el calor subía lenta y exquisitamente. —Hazlo pronto. No creo que te lo dijera y realmente no lo mostré cuando me lo pediste. Pero no puedo esperar a estar casado contigo. Jacob presionó su frente con la mía, y sentí la urgencia de la fuerza de su amor, abrazándome, inundándome. Las emociones eran tan intensas que dolía lo que compartíamos. — ¿Vas a tomar mi nombre?, Kristair. Sé que probablemente has sido Mercer por siempre, pero quiero que todos nosotros tengamos mi nombre.

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Sonreí y rocé sus labios. —Kristair Corvin…. El corazón de Jacob dio un vuelco cuando oyó nuestros nombres juntos y deslicé mis dedos por su cabello. —Ese sería un verdadero apellido en lugar del nombre que tomé de una tierra que apenas y recuerdo. Sí, Jacob, tomaré tu nombre. —Eso es todo lo que siempre he querido. Y pensar que ni siquiera sabía que lo que quería hasta que te conocí. Pensé que todo lo que quería era hacerme un nombre con el fútbol y regresar a casa y que todo el mundo se tragara sus palabras. —Aún no tienes todo lo que quieres. — Sonreí cuando desperté la curiosidad de Jacob. —Pero creo que podemos arreglar eso. Jacob me vio y lo sentí tratando de leer mi mente. — Bien, dime ¿qué es eso? Tracé mi lengua por la vena de su garganta y él se estremeció, el olor de su sangre mezclada con excitación, y su anticipación, ese olor era único. Cuando había sido vampiro la sangre dominaba el resto, pero ahora eso aún era una mezcla intoxicante. — ¿Jacob? —Si. — Su voz apenas un grueso murmullo, toda necesidad y deseo. Gruñí, trazando mi lengua de nuevo. Eso era lo que quería poder saborear. — ¿Podría morderte? Jacob se estremeció, arqueando su cuello, mostrándome su desnuda garganta. — ¿Cómo? Ya no eres vampiro. La Ascensión dijo que ya no podías regresar esta 384

vez, que no podías cambiar. — Su respiración era temblorosa. —Oh joder, no me importa. Si, amo que me muerdas. —Nosotros hemos usado nuestras mentes para hacer todo tipo de cosas locas. Cosas raras. ¿Por qué no también esta?— cerré los ojos y presioné mi boca en su garganta, saboreé el salado sudor de su piel. Sentí la emoción recorrerlo y encajé mis colmillos mentales en él, sentí el adictivo placer y el dolor. Haciéndome más hambriento de lo que nunca estuve. La fuerza me recorría y el intercambio de emociones me unía. —Malditamente

caliente,

Kristair.

Hazlo

de

nuevo. — ¿Me estás rogando?— Bromeé. Entonces me quedé sin aliento cuando él gruñía y me besaba duro sosteniéndome debajo de él. —Te mostraré lo que es rogar. Me reí y me arqueé contra él. —Vas a tener un duro trabajo con eso. —Esto vale la pena, — Jacob aseguró. Sonreí cuando su boca se encontró con la mía y me hundí en el momento como si sólo estuviéramos él y yo en nuestro pequeño mundo.

FIN 385

MARGUERITE LABBE

Ha sido acusada de excéntrica y neurótica, cosas que ella libremente admite, pero también admite que tiene trastorno obsesivo-compulsivo, así que ¿quién puede culparla? Aunque su marido y su hijo hacen un excelente trabajo manteniéndola en la línea. Junto con su coautora Fae Sutherland, Marguerite ha encontrado con quien compartir su pasión por hermosos hombres con bocas grandes. Cuando ella no está trabajando duro en escribir nuevo material o editando su trabajo, pasa su tiempo leyendo novelas de todos los géneros, disfrutando juegos de roles con sus igualmente locos amigos, y tratando de no planear bromas contra su marido e hijo. Su hijo aprende los trucos rápidamente y le gusta vengarse. Cree que ella aprenderá. Visita el sitio Web de Marguerite http://chasethedream.net/

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Esther

Gaby

Gaby Si quieres leer más de nuestros proyectos, no olvides pasarte por: www.thedreamofdesire.blogspot.com

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