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• Lucas Perez

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Cine teatro Gran Rex

El Gran Rex fue construido en 1937, a pedido de un grupo de socios comerciales formados por: Cordero, Cavallo y Lautaret, estos señores conocidos por su gran relación con el ambiente cinematográfico tanto nacional como internacional deciden invertir en un terreno sobre la calle corrientes entre Esmeralda y Suipacha. Esta ubicación se ve favorecida gracias a los eventos que habían sucedido en la zona para aquel entonces. Como la creación del gran hito de Buenos Aires que es el Obelisco ubicado a pocos metros del cine-teatro, y otro de los factores fue el ensanchamiento de la avenida corrientes dada la gran cantidad de tráfico y movimiento que requería esa zona. A partir de estas condiciones los propietarios deciden invertir en un cine teatro de gran envergadura el cual posea tres programas fundamentales que eran: La sala de cines con capacidad de hasta 3500 personas, un bar de 3 pisos de altura con canchas de Bowling en un piso y billares en otros, y por ultimo un estacionamiento para 200 autos.

“Foto en la que se puede ver la obra en proceso de el ensanchamiento de la calle corrientes y la construcción de fondo y en simultaneo del Obelisco, así como también el lote ya derrumbado del Gran Rex”

Al momento de la elección del arquitecto que iba a llevar a cabo este proyecto no tuvieron grandes dudas y eligieron a Alberto Prebisch por una serie de grandes motivos que lo ataban fuertemente a este proyecto. Uno era la gran conexión que existía entre el gobierno nacional y el arquitecto dada por su gran amistad con su ex compañero de editorial Atilio Dell ‘Oro Maini, el que le hallan encomendado un monumento de gran envergadura como el obelisco y el cual este lo pudo realizar en tampoco tiempo (tan solo 1 mes) con tanto

éxito y controversia no era un dato menor para el grupo inversor que buscaban poder generar el edificio en poco tiempo y que al mismo tiempo este llame la atención del público. El otro de los motivos, tal vez el más destacable de los factores por los cuales Prebisch es escogido, fue por la beca otorgada en 1933 por el ingeniero Nicolás Bessio Moreno, el Dr. Eduardo Bullrich y el escultor Alberto Lagos. La cual señala una nueva apertura y una reflexión diferente sobre los diferentes aspectos de la modernidad en relación con la europea. Desde su sede en Nueva York, Prebisch recorrió museos, Salas de conciertos y Exposiciones, donde fue nutriéndose de un nuevo tipo de arquitectura o al menos diferente, Liberándose de las rigideces dogmáticas del movimiento moderno de la arquitectura europea, Prebisch puede apreciar otras vertientes desde el organismo Wrightiano, este es un factor fundamental en la creación del Gran Rex ya que se puede observar claramente esta diferenciación de movimientos dentro de la obra.

“Axonometría explotada del teatro donde se puede observar la diferencias entre el diseño de la sala y la fachada entre si”

Historia de Calle Corrientes:

En 1808, como consecuencia de haber derrotado a los británicos durante las Invasiones Inglesas, se decidió llamarla ‘’de Inchaurregui’’, ese nombre duró poco, tras la Revolución de Mayo un grupo de patriotas borraron los nombres de las calles que homenajeaban a realistas y comenzaron a llamarla Corrientes, este nombre se oficializó recién en 1822.

En 1872 se inauguró entre Esmeralda y Suipacha el Teatro Ópera y, entre Maipú y Esmeralda, el Teatro Odeón y el Politeama Argentino (estos dos últimos ya no existen) esto comenzaba a marcar cual iba a ser el carácter propio de esta calle. Hacia principios del siglo XX se instalaron varios cafés y restaurantes que se mantenían abiertos por la noche y a los que concurrían grandes músicos de tango, generando un gran foco social de atractivo local y a su vez turístico.

“Fotografía tomada una vez ya inaugurado tanto el cine-teatro Gran Rex como también el Teatro Opera, esta fotografía deja en evidencia la gran cantidad de público que asistía a la zona”

Dada la oportunidad de contar con un terreno cerca de todo este gran espacio social y sobre todo en pleno contacto con la cultura teatral y cinematográfica, sumado a lo que iba a ser la construcción del nuevo monumento de la ciudad de Buenos Aires, se dieron las mejores condiciones para la implantación del mismo.

El programa:

El edificio ocupa un terreno cuyo rectángulo principal mide 46 por 46 metros. Donde el escenario ocupa una porción del terreno de 22 metros de ancho por 11 metros de largo. La forma del terreno ha hecho necesaria la desviación del eje principal de la sala debido a la ubicación del escenario por la cual termina que dando de manera oblicua en relación con la fachada, esto surge como consecuencia de poder generar visuales en sus tres bandejas a lo largo de todo el teatro.

La sala tiene en su parte más ancha, 37 metros, siendo su largo 33 metros. Su planta es en forma de abanico, a fin de asegurar la buena visibilidad desde todos los sitios. El techo está formado por una bóveda dividida en arcos de borde superpuestos. Su diseño – al igual que la del Radio City en Nueva York, esta inspirado en los principios acústicos de Monsieur Lyon, de Paris. Los vacíos entre arco y arco sirven para ubicar los reflectores para generar una iluminación indirecta en la sala y constituye al mismo tiempo espacios de absorción del sonido. La acústica es prácticamente inmejorable, siendo de hacer notar que no se ha empleado, tanto en el techo como en las paredes, materiales acústicos de ninguna naturaleza.

balcón. La platea contiene 1400 butacas, 600 el primer balcón y 1500 el segundo balcón.

El Gran Rex cuenta con un estacionamiento ubicado en los dos subsuelos con la capacidad de hasta 200 coches, al cual se accede por una rampa de doble acceso y salida de 5,50 metros de ancho. Que está dotado de ventilación mecánica, aparte de la ya provista por los patios que bajan hasta el último nivel. Un servicio de ascensores lo pone en comunicación con el vestíbulo del cinematógrafo. Por medio de altos parlantes ubicados en el vestíbulo, los clientes de la sala de espectáculos pueden llamar a sus coches estacionados en la playa.

El bar, situado a un costado de la sala, ocupa tres plantas, estando las del subsuelo destinada a canchas de bowling y la del primer piso a billares.

La estructura

Los espectadores están ubicados en tres niveles, correspondientes a la platea, primer balcón y segundo

Toda la estructura del edificio es de hormigón armado, excepto el techo de la sala que por razones de rapidez y economía se efectuó con cabreadas metálicas. Cabe destacar el trabajo realizado por el Ingeniero Moret en esta obra ya sea por sus grandes luces como también

Es de hacer notar como particularidad el escaso espesor de la viga que corta en dos mitades el gran ventanal de fachada, debido a que esta sostenida desde el techo por tensores formados por hierros redondos, colocados en camisas de hierro con relleno de cemento para evitar los efectos de cambio de temperatura, revestidos de bronce dorado. Estos tensores soportan también el peso del dintel de la entrada y marquesina. El mismo sistema se empleó para el sostén del segundo balcón sobre el foyer.

No existen elementos decorativos intervinientes en la composición. Toda la decoración está dada por las mismas líneas estructurales del edificio, del mismo modo que la fachada con su enorme vidriera, refleja su organización interna. organización interna.

el tratamiento estructural sobre la fachada hicieron imprescindibles a la mano y experiencia del ingeniero para poder concretar esta obra y de esa manera.

La volumetría

Desde el exterior se puede observar un gran volumen puro donde en la fachada acusa netamente a la estructura interior de los vestíbulos y foyer. Esta tratada como una gran vidriera de la cual el pasante puede observar todo el movimiento del público en las galerías, escaleras y balcones. También en su fachada se destaca un sector exclusivo dedicado a la propia publicidad que genera el edificio, este también es un factor único para la época donde no solo se pensó en un fachada en pleno contacto entre el interior y el exterior, sino, que también nunca se perdió de vista el propósito del edificio que era exhibir y en parte promocionar obras tanto de cine como de teatro.

Desde el exterior podemos destacar un techo en voladizo que invade sobre la calle generando un semicubierto con la marquesina propia del edificio la cual ya genera un espacio de contacto entre el transeúnte y el edificio. Más allá de ese recurso se genera un serie consecutiva de puertas de acceso que al abrirlas todos se genera un gran espacio de conexión entre el adentro y

el afuera sumado por recursos como la continuación del solado desde el interior hasta el exterior del teatro.

Fachada Gran Rex

Una vez ingresado al teatro uno se encuentra con un gran hall en triple altura rodeado por un sistema de balcones y escaleras que dan al mismo, sistema que ya queda evidenciado previamente desde el exterior gracias a su gran ventanal. Dentro de este hall también podemos observar las formas más puras donde todo ornamento es sustraído y los únicos elementos decorativos son las mismas líneas de las estructuras, carpinterías y barandas de las escaleras.

Desde materialidad el revestimiento de las paredes y piso de este gran hall o vestíbulo se ha empleado mármol Botticcino Italiano. En las barandas de las escaleras, forros de tensores, etc, se ha usado una aleación compuesta de 90 por ciento de cobre y un 10 por ciento de cinc. Y por otro lado la fachada esta íntegramente revestida de piedra Travertina Romana, sin lustrar.

Una vez que entramos a la sala parecería que cambiáramos de edificio, se produce una gran diferencia desde la materialidad hasta la morfología del mismo. Donde se ve una clara influencia del Art Deco de los teatros neoyorkinos como el Radio City de Nueva York donde en este espacio predomina la curva sobre todo en los techos y la disposición de los espacios. Donde también cambia el formato del teatro o sala de cine, con la desaparición de los palcos y por su contrario la aparición de una gran platea acompañada por otras dos grandes bandejas dejando un nuevo mensaje: que los espectáculos u obras de carácter social no son para unos pocos pertenecientes a los sectores más adinerados sino que son accesibles a gran parte de la comunidad.

Desde el punto de vista de la materialidad las butacas son tapizadas de cuero color tierra siena

quemada, siendo del mismo color del telón y las alfombras. Las paredes de la sala están pintadas a la tempera, de un color ocre ligeramente rojizo.