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Los pies sobre la tierra

Los pies sobre la Tierra

Adrián Aranda

Los pies sobre la tierra 1ª Edición © 2015, Adrián Aranda www.facebook.com/adrianarandauy Corrección: Fernando Iglesias Diseño interior y de cubierta: Nicolás Pérez ISBN: 978-9974-99-710-3 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o utilizada en cualquier forma o medio, electrónico o mecanizado, incluyendo fotocopias o grabaciones o por cualquier medio de almacenaje de información y sistema de recuperación, sin el previo permiso por escrito del autor.

Índice

I.

La pérdida de influencia de la iglesia en el siglo xx

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II.

El ascenso del consumismo y del individualismo

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III.

Cambios culturales

49

IV.

La ilusión del marxismo

73

V.

Capitalismo destructivo

89

VI.

Los pies sobre la tierra

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Introducción Este libro es la recopilación de un conjunto de ensayos, artículos y publicaciones realizadas a lo largo de un año. No es un libro profundo, sino tan solo una exposición de ideas personales acerca de acontecimientos objetivos que sucedieron a lo largo del último siglo y que transformaron la cosmovisión social, política y religiosa de nuestro mundo. Dada mi condición de pensador cristiano, muchos temas están vistos desde una óptica conforme a mi fe, pero de ninguna manera es un libro proselitista; por lo contrario, no dudo en criticar y exponer errores y falencias que ha tenido y tiene aún la Iglesia en su relación con la sociedad, al igual que la sociedad y el Estado en sí. El libro está enfocado a un público general, intelectuales, a líderes políticos, líderes religiosos, líderes de comunidades sociales, trabajadores sociales, activistas, estudiantes, y también a personas comunes y corrientes que desean conocer más acerca de aspectos filosóficos fundamentales que condicionan nuestra vida hoy. Es mi deseo que este libro contribuya a la apertura de muchas mentes que anhelan un mundo mejor pero que quizá necesiten ideas sólidas desde las cuales catapultarse para alcanzar su ideal. Adrián Aranda

Adrian Aranda

I La pérdida de influencia de la Iglesia en el siglo XX “No podemos construir nuestras escaleras individuales al cielo, y dejar irredenta de sus excesos y corrupciones a la totalidad de la empresa humana.” Reinhold Niebuhr



Desde 1914 el mundo cambió por completo. La Primera Guerra Mundial y las crisis económicas y sociales que la sucedieron, derrumbaron la sociedad y la cultura hasta ese momento conocida, y dieron origen a un nuevo mundo. La Iglesia, como ente formado por seres humanos, no fue inmune a dichos acontecimientos. Desde la Revolución Francesa de 1789 encabezada por los jacobinos, al separar la Iglesia del Estado, secularizando a este último, la influencia de la Iglesia en la sociedad occidental venía menguando considerablemente. Durante el siglo XIX el racionalismo ateo de la era moderna, apoyado por las ciencias y por filósofos seculares, formaron un bloque de intelectuales que cuestionaron la veracidad 10

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de las verdades bíblicas, contra los cuales los cristianos de la época tuvieron que defenderse, abogando por mantener intacto el cristianismo bíblico histórico. Esta posición defensiva que adoptó la Iglesia la mantuvo imposibilitada de seguir influyendo y de reaccionar con eficacia a los acontecimientos que vendrían sobre la humanidad al iniciar el siglo XX, ya que la Iglesia dejó de ser un agente de transformación social, para convertirse en una institución que pretendía defenderse para preservar su identidad fundacional. El movimiento mundial pentecostal, que había surgido en la Calle Azusa, Los Ángeles, en 1906, fue influido por este cambio sociocultural que sufrió el mundo occidental.

El Dadaísmo, y más tarde el Surrealismo, movimientos artísticos y culturales que preconizaban la irracionalidad, en oposición al racionalismo que hasta ahora dominaba el mundo desde el siglo XVIII, influyeron de tal manera en la sociedad y en la Iglesia, que socavaron la filosofía del pensamiento y del intelecto que había caracterizado a los padres de la Iglesia Protestante.

En algunos casos se desvirtuó tanto este principio, que se llegó a demonizar a quien usara su intelecto para asuntos espirituales, olvidando que justamente el intelecto fue el arma más poderosa que tuvieron los Reformadores para enfrentarse al Imperio Católico, y fundar el protestantismo, que dio origen a la Iglesia Evangélica que hoy conocemos. Si John Wycliffe, John Hus, William Tyndale o Martín Lutero no hubieran utilizado su intelecto, quizá hubieran 11

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sometido su conciencia a la autoridad papal, y todavía el mundo seguiría bajo el yugo de esclavitud y manipulación que predominó hasta el siglo XVI. Pero fue el desarrollo del pensamiento y el intelecto en base a la Biblia, lo que les llevó a tener el coraje de arriesgar su vida por defender sus convicciones y lograr cambiar el rumbo de la humanidad.

Lutero –quien, aunque no fue el único, es considerado el símbolo de la Reforma– también fue un intelectual y pensador de primer nivel. Sus estudios, al igual que a Tyndale, lo llevaron a darse cuenta de los abusos cometidos por la autoridad papal de la época.

Esto fue lo que llevó en octubre de 1517 a clavar las famosas 95 tesis en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg, que denunciaban fervientemente los abusos cometidos por el papa y que desembocarían en un debate teológico por años, y finalmente en la Reforma Protestante. Lo que movió a Lutero a hacer lo que hizo fue una convicción profunda de que la Biblia la podía interpretar con el intelecto cualquier persona sana en su juicio, y que no solamente una élite del clero podía hacerlo místicamente como se creía en esa época. Convicción que también lo llevó a traducir la Biblia del latín al griego, y del griego al alemán, su lenguaje natal. Su primera publicación, que incluía sólo el Nuevo Testamento, fue en 1522, y desencadenó un cambio en la cultura alemana, ya que en aquel entonces la mayoría de la población era analfabeta y recibía el conocimiento de manera oral a través del clero. Los trabajos de Lutero llevaron a un proceso de alfabetización de la socie12

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dad alemana, acceso al conocimiento y a la desmitificación de la Biblia, lo que sin duda fue un progreso cultural que trascendió hasta nuestros días.

La civilización occidental tiene sus orígenes en el cristianismo y sus principios. Grandes pensadores cristianos como los que hemos mencionado, a través de los siglos fueron permeando la cultura y llevándola al progreso, estableciendo valores que hoy son intrínsecos a la humanidad en Occidente, pero que no siempre lo fueron. Fue la posibilidad de leer la Biblia y de aprender de intelectuales cristianos que estableció en Occidente valores tales como la valorización de la mujer, el respeto por la vida humana, la igualdad del hombre, la libre expresión. Valores que en sociedades no occidentales, que no fueron influidas por los mismos –como las culturas orientales, asiáticas, islámicas e hindúes– tales valores no existen, y los resultados se ven en el extremismo islámico que ha causado miles de muertes, en las violaciones a los derechos humanos que hay en la India, principalmente en relación con las mujeres, y en la poca libertad individual que existe en la mayoría de esas culturas. Los pensadores intelectuales cristianos siempre caminaron en sentido opuesto al de las corrientes filosóficas contemporáneas seculares y trabajaron para afectarlas y transformarlas a lo largo de la historia. Por ejemplo, en la Gran Bretaña del siglo XIX, el Estado no tenía seguridad social, ya que la misma se introdujo recién en 1911. Lo úni13

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co que existía de asistencia estatal era una ley aprobada en 1834 llamada Nueva Ley de Pobres, que daba refugio en asilos muy austeros, no a todos, sino solamente a los pobres desesperados. La ausencia del Estado para ayudar a los más indefensos de la sociedad provocó que las familias pobres abandonaran a los niños cuando ya no los podían cuidar o sustentar. La calle estaba llena de niños huérfanos que robaban, pedían y trabajaban para vivir. Muchos dormían a la intemperie, expuestos a enfermedades, fríos, hambre, etc. La sociedad no se condolía con esta situación; más bien estos niños eran vistos como una escoria o molestia, ya que algunos de ellos deambulaban por las calles y robaban para poder comer. No se les permitía entrar a la Iglesia tradicional de la época, ya que era mal visto que un pobre entrara a la Iglesia. Por lo que era poca la esperanza de un futuro mejor que había para estos huérfanos. En medio de este contexto, George Müller, un predicador y misionero cristiano, comienza a realizar obra social. Importa señalar que el espíritu de Müller pudo prosperar por el Reverendo Juan Wesley, fundador de la Iglesia Metodista, a quien nos referiremos más adelante. Es así como en 1835 establece su primer orfanato. Este hombre literalmente los recogía de la calle y los llevaba a vivir con él. Los adoptaba como a sus propios hijos, haciéndose él mismo cargo de su alimentación, su vestimenta y su educación. Durante los 63 años que vivió trabajando en los orfanatos, pasaron más de 9.000 niños por los mismos, y llegó a tener 2.000 huérfanos viviendo con él. Ayudó a miles de vidas que en aquella época jamás hubieran tenido otra sa14

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lida más que la pobreza, la enfermedad o la muerte. Aparte del trabajo de Müller, en 1803 ya había nueve mil centros de “ayuda mutua”, que realizaban trabajo social en esa época. Sin embargo, al comenzar el siglo XX, con la asunción por parte del Estado de una política social y económica más equitativa, estas organizaciones comenzaron a desaparecer junto con sus fundadores. Los misioneros británicos del siglo XIX también dejaron una huella importante en el avance tecnológico, social, cultural y económico de la India. Personas como Charles Grant, William Wilberforce, William Carey, Charles Trevelyan y Lord Macaulay realizaron obras muy importantes a través de la política y la educación, que contribuyeron al desarrollo de la sociedad india. Fundaron universidades, trabajaron en el desarrollo de las lenguas vernáculas y democratizaron la educación, acciones que llevaron a una mayor alfabetización. También influyeron en la abolición de la esclavitud, y del Sati –práctica que consistía en quemar vivas a las viudas–, lo que llevó a una mejora en los derechos humanos y el respeto a la vida ajena. Estos acontecimientos crearon el contexto para que surgieran intelectuales, líderes políticos y religiosos, que formaron el Movimiento de independencia indio, que finalmente logró su objetivo el 14 de agosto de 1947. Sin embargo, esta influencia cristiana nunca hubiera llegado a la Inglaterra del siglo XIX si no fuera por la figura de Juan Wesley (1703-1791), fundador de la Iglesia Metodista. Es considerado el intelectual cristiano más importante e influyente del siglo XVIII. Su trabajo durante años con 15

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las clases obreras fue una de las causas del Gran Despertar en Inglaterra, que muchos historiadores creen que fue lo que salvó a la nación de sufrir una revolución sangrienta como la francesa. El filósofo y escritor Vishal Mangalwadi resume de esta manera la influencia de la labor de Wesley en su obra El libro que dio forma al mundo: 1.

“Las siguientes mejoras vinieron en línea directa del avivamiento weysleyano. Primero fue la abolición de la esclavitud y la emancipación de los obreros industriales en Inglaterra. Luego vinieron las escuelas de fábricas, escuelas para los más pobres, la humanización del sistema de prisiones, la reforma del código penal, la formación del Ejército de Salvación, la Sociedad Religiosa de Tratados, la Sociedad de Ayuda Pastoral, la Misión de la Ciudad de Londres, los Hogares Müller, los Hogares Fegan, el Hogar Infantil Nacional y los Orfanatos, el establecimiento de clases nocturnas y politécnicas, el Refugio de Soldados y Marineros Agnes Weston, las YMCA, los Hogares Bernardo, la NSPCC, los Boy Scouts, las Niñas Guías, la Sociedad Real de Prevención de Crueldad contra los Animales, y la lista sigue y sigue… Noventa y nueve de cada cien personas detrás de estos movimientos eran cristianos. Todos estos movimientos brotaron del avivamiento de la espiritualidad bíblica como resultado de que Juan Wesley y sus colaboradores abrieran la Biblia, lo que condujo al Gran Despertar de corazones, mentes, conciencias y voluntades.”

Cuando la Iglesia comenzó a dejar de pensar y actuar en favor de la sociedad fue que el cristianismo dejó de 1. Vishal Mangalwadi, El libro que dio forma al mundo, Grupo Nelson, 1984, p. 288.

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ser la influencia predominante en el mundo, y otras ideologías tomaron el dominio del pensamiento de las masas. La pérdida de esperanza en un cristianismo que no ofrecía soluciones a un mundo golpeado después de la Primera Guerra Mundial, llevó a la gente a depositar su confianza en el fascismo italiano, el nazismo alemán, en el anarquismo, y en la ideología más relevante del siglo XX: el marxismo.

En los primeros años del siglo XX, mucha gente se aferró del marxismo porque el mismo se apropió de valores que habían pertenecido siempre al cristianismo pero que por alguna razón éste los dejó de lado. La Iglesia dejó de ser vanguardia de estos principios que el mundo necesitaba a gritos en una época donde la Primera Guerra Mundial había golpeado fuertemente a la humanidad, dejando una Europa destruida. El tratado de Versalles de 1919, lejos de ser un canalizador de paz, dejó a Alemania y sus aliados obligados a pagar una deuda enorme por indemnizaciones a los Estados victoriosos y a ceder territorios a los mismos. Estas fuertes sanciones fueron tierra fértil para que naciera en la ciudadanía un nacionalismo revanchista y xenofóbico, y llevó a las sociedades a aferrarse de los radicalismos del fascismo, el nazismo y el comunismo. Muchos cristianos se habían unido a la actividad política a principios de siglo, preferentemente a partidos social demócratas, como Karl Barth, uno de los teólogos y pensadores cristianos más influyentes de principios de siglo. Hijo de un pastor suizo, nacido en 1886, a los 29 años se unió al partido Social Demócrata, el cual él creía era un instrumento de Dios para traer justicia a la humanidad. Te17

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nía una fuerte conciencia de la necesidad de que los cristianos se involucrasen en asuntos sociales y políticos, que había adquirido durante sus años de pastorado en la aldea suiza de Safenwil, donde se había involucrado activamente con los obreros y campesinos lugareños, ayudándolos a mejorar sus condiciones de vida. Pero con el estallido de la guerra, en donde se vio la maldad del hombre como nunca antes lo había visto esa generación, los sueños de un mundo mejor de Barth y muchos cristianos se cayeron a pedazos, dejando tras sí una Europa que entró en un proceso de secularización intenso, cuando ésta había sido por años la cuna del protestantismo.

El reconocido historiador Paul Johnson señala:

“La Primera Guerra Mundial, que fue una guerra civil entre las sectas cristianas, inauguró un período de tragedia y vergüenza para el cristianismo… La II Guerra Mundial infligió al nivel moral de la fe cristiana golpes aún más duros que la primera. Desnudó la vaciedad de las iglesias en Alemania, que era la cuna de la Reforma, y la cobardía y el egoísmo de la Santa Sede.”

2.

El escritor John Stott, por su parte, en su obra La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, afirmó:

“… el abandono de la responsabilidad social por parte de los evangélicos fue la desesperanza y el pesimismo que siguieron a la Primera Guerra Mundial, por la manera en que había salido a la luz la maldad humana. Los programas sociales anteriores habían fracasado. El hombre y 3.

2. Foro.univision.com 3. John Stott, La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, Libros Desafío, 1984, p. 31.

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la sociedad parecían irreformables. Todo intento de reforma parecía inútil. Ciertamente, con el conocimiento de las doctrinas bíblicas del pecado original y de la depravación humana, los evangélicos no se deberían haber extrañado. Pero en el período entre las dos guerras no hubo ningún líder evangélico que proclamara la providencia y la gracia de Dios como fundamento para perseverar en la esperanza. El cristianismo reformado histórico estaba en decadencia.”

Karl Marx (1818-1883), nacido y bautizado en la Iglesia Luterana, se crió en un contexto cristiano, y aprendió la Biblia desde pequeño, pero en su adolescencia comenzó a renegar de su fe, para convertirse más tarde en un pensador totalmente ateo y materialista.

Al analizar algunos de los principios del comunismo, que abogan por la justicia social, nos damos cuenta de que Marx no pudo haber sacado estas ideas sino de la misma Biblia, y específicamente de la vida que llevaron los primeros cristianos, quienes tenían todas las cosas en común y procuraban que no faltase nada a nadie, repartiendo los bienes según las necesidades de cada quien, como relata el libro de Hechos.

El socialismo científico, que nace con Karl Marx, tiene sus orígenes en el socialismo utópico, que es más antiguo, y que es una especie de socialismo prematuro que estableció las bases para el marxismo. Los pensadores más influyentes del socialismo utópico son reconocidos por Friedrich Engels como los “fundadores del socialismo”. Uno de los más importantes de ellos, Henri de Saint Simon, 19

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veía la necesidad de traspasar los valores cristianos a la política, y formar una religión nueva universal. Él pensaba que había que 4.“abrazar una nueva religión que sustituyera al cristianismo ortodoxo. Los hombres tendrían que comportarse como hermanos, tendrían que subordinarlo todo al esfuerzo por mejorar la existencia de la clase más numerosa”.

Saint-Simon influyó en las teorías marxistas, aunque Marx nunca haya reconocido al cristianismo como fuente de influencia a sus ideas para un mundo mejor. Por eso, la gran diferencia del marxismo con el cristianismo es que Marx, inconscientemente –o quizá no–, alimentó sus teorías de valores propios del cristianismo pero dejando la fe de lado y, al hacer esto, el marxismo se basó en el materialismo, estableciendo una teoría incompleta. Karl Marx terminó preso de sus propias razones y de las razones que le proporcionaba la Iglesia de su época. Quizá nunca pudo ver ni aceptar la influencia de los valores cristianos detrás de lo que él creía, porque la Iglesia que él conoció en su contexto histórico no fue el mejor ejemplo en la práctica.

Cuando él se refiere a la religión de la época, en su famosa frase, como el “opio de los pueblos”, se refería a que la religión adormecía a las masas para no luchar contra las injusticias sociales. Él veía que los creyentes de la época no luchaban contra las injusticias sociales; más bien, se mantenían en una posición pasiva, porque esperaban una “vida mejor” en el cielo. Por lo tanto, esa ilusión (según Marx) 4. comunaparis.galeon.com

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era un gran enemigo para que la lucha por el desarrollo de la humanidad se diera con eficiencia.

La Iglesia pasiva de la época dio a luz al ideólogo secular más influyente del siglo XX. Marx es hijo de un cristianismo que no se puso en práctica conforme a la Biblia.

La propia Rosa Luxemburgo, famosa mártir del comunismo alemán, escribió en su ensayo El socialismo y las iglesias lo siguiente:

5. “En la Edad Media los conventos eran refugios del pueblo. Este se refugiaba allí de la crueldad de señores y príncipes; allí encontraba alimentos y protección en casos de extrema pobreza. Los claustros no negaban pan y alimentos a los hambrientos... Con el surgimiento del capitalismo y la producción para el cambio cada objeto adquirió un precio y se volvió intercambiable. En este momento acabaron las buenas acciones de los conventos, las casas de los señores y la Iglesia. El pueblo perdió su último refugio. Esta es, entre otras, la razón por la cual, en los inicios del capitalismo, en el siglo XVIII, cuando los obreros aún no se hallaban organizados para defender sus intereses, apareció una pobreza tan impresionante que parecía que la humanidad había regresado a la decadencia del Imperio Romano”. Una Iglesia pasiva, que se alineó con las clases dominantes y se alejó de las masas, y por lo tanto dejó de influirlas, fue la que comenzó a caer cuando, después de la Revolución Francesa, las clases inferiores se alzaron contra 5. Rosa Luxemburgo, El socialismo y las Iglesias, 1905, p. 150.

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la nobleza y el clero. Durante el siglo XIX surgieron los últimos pensadores cristianos, mientras la influencia de la Iglesia seguía mermando y su esencia mezclándose cada vez más con la burguesía y colocándose en una posición opuesta a las masas. Para principios del siglo XX, la influencia de la Iglesia era prácticamente nula, y las masas a la deriva y sin encontrar refugio en la cristiandad, se aferraron a ideologías que terminaron causando millones de muertos alrededor del mundo. Entre ellas el marxismo, que al dejar la fe de lado, sus seguidores se apropiaron de la famosa frase atribuida a Maquiavelo de que “el fin justifica los medios”, dejando millones de muertos (se calculan entre 10 y 20 millones durante el período de Stalin en la Unión Soviética) en su intento de instaurar el comunismo. Una Iglesia alejada de asuntos políticos y sociales será una Iglesia que siempre verá limitada su influencia en la sociedad. La Iglesia siempre estuvo vinculada a la política, a excepción del último siglo, en el cual su involucramiento ha sido poco y prácticamente nulo.

Luis Pérez Aguirre, reconocido sacerdote jesuita que se caracterizó por su trabajo social y político, y por su oposición a la dictadura cívico-militar uruguaya, lo que le costó ser torturado y apresado, resume así el alejamiento de la Iglesia de los asuntos sociales:

6.“Pareciera que cada generación debe enfrentarse a las mismas trampas del poder y de la autoridad. Es ese mal ejercicio del poder que ha llevado a la Iglesia no pocas veces a equivocarse y enfrentarse a las ciencias, ya sea

6. Luis Pérez Aguirre, La iglesia increíble, Ediciones Trilce, 1993, pp. 43-44-45.

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las ciencias de la naturaleza, como la astronomía de Galileo o la biología de Darwin, ya sea a las ciencias del hombre como la sociología, la psicología, la economía, etcétera, que han nacido en estos últimos tiempos bajo el signo del ateísmo por no encontrar el clima propicio al interior de la Iglesia. Por el mismo motivo también terminó enfrentándose a las revoluciones liberales o socialistas, perdió a las clases obreras y tomó distancia de los movimientos de descolonización, de derechos humanos y de liberación. Quedó así a los ojos de los revolucionarios y de los hombres y mujeres libres como inclinada a establecer alianzas con el poder establecido que le garantizaba su seguridad y sus privilegios… La Iglesia… debería haber tenido dificultad, por ejemplo, para adaptarse a un modo capitalista en su estructura y funcionamiento interno, en el que el único y verdadero dios es el dinero y el lucro, pero en realidad se ha adaptado con mucha facilidad y muy bien.” El siglo XX ha sido la época de la historia en la que la Iglesia quitó su presencia de asuntos políticos y sociales, y por tanto mermó su influencia en el mundo. Aunque después de la Revolución Francesa el secularismo hizo menguar fuertemente la influencia del cristianismo en el mundo, esta ausencia de influencia llegó a su auge a principios de siglo XX, siglo en el que sí surgieron diversos evangelistas que llevaron adelante cruzadas de magnitud como nunca antes vistas, pero escasearon los pensadores influyentes en el ámbito secular. Por lo que hoy la mayoría de los gobiernos se han secularizado completamente. Han confiado el destino de las naciones en sus ejércitos, en sus políticas económicas, en sus leyes y en sus capacidades humanas 23

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para discernir el bien y el mal, y han aislado a Dios y la religión, y la han mantenido encerrada dentro de los templos. En Estados Unidos, en 2005, la Corte Suprema prohibió tener monumentos de los Diez Mandamientos en las Cortes de ese país, comenzando por remover los que se encontraban en el interior de la Corte de Kentucky. También la misma Corte Suprema, en 1962, declaró inconstitucional la oración en las escuelas públicas. El 14 de diciembre de 2012, año en el que se cumplían 50 años sin oración en las escuelas públicas, un joven de 20 años llamado Adam Lanza, luego de asesinar a su madre en su casa, se dirigió a la escuela en la que ella daba clases como maestra, Sandy Hook de Newtown (Connecticut), y abrió fuego contra niños y maestros, asesinando a 20 niños, además de algunos adultos. En ese mismo año, el periódico argentino Clarín publicaba una dolorosa realidad:

7. “20 de abril de 1999.– Dos estudiantes de 17 y 18 años, Eric Harris y Dylan Klebold, armados con un fusil de asalto, dos escopetas y un revólver, matan a 13 personas y hieren a 23 en la escuela de Columbine, en Littleton (Colorado), antes de suicidarse.

21 de marzo de 2005.– Un estudiante de secundaria de 17 años, del Estado de Minnesota, tras asesinar a sus abuelos ataca su escuela de Red Lake, en la reserva india de Ojibwe, donde mata a cinco compañeros y dos adultos, antes de suicidarse. 16 de abril de 2007.– El estudiante surcoreano Cho Seung Hui acaba con la vida de 32 estudiantes y profesores 7. Artículo “Las peores masacres en Estados Unidos en los últimos 20 años”, Clarín, 14 de diciembre de 2012.

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en la Universidad Politécnica de Virginia y luego se suicida.

2 de abril de 2012.– Siete personas mueren y tres resultaron heridas en un tiroteo en una universidad privada en Oakland (California).”

El alejamiento de las nuevas generaciones de la esencia política que siempre acompañó a la Iglesia, hizo también que los creyentes se alejaran del significado de la misma palabra Iglesia (ekklēsía en griego), que significa “asamblea”, y se utilizaba para referirse a las reuniones públicas que se realizaban por asuntos políticos o religiosos en la época de los cristianos primitivos. Por lo que es coherente deducir que las reuniones de la Iglesia, y la Iglesia misma, se constituyó como un ente para influir y permear la sociedad, concepto difícil de entender para muchos creyentes contemporáneos.

Es necesario que el papel de la Iglesia en el siglo XXI no sea adoptar una postura aislada de la gente, ni dejar de lado el intelecto, sino influir en las masas y en todos los sectores de la sociedad –como las artes, la política y las ciencias– con principios y valores bíblicos, que puedan mejorar la vida de la gente; pero esto será imposible, si se pretende hacer desde una posición irracional, mística e impositiva. Actualmente en el mundo hay 2.300 millones de cristianos, entre católicos y diferentes ramas del protestantismo, lo que representa el 32 por ciento de la población mundial, siendo la religión más numerosa. Sin embargo, es evidente que el cristianismo es de las corrientes menos 25

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influyentes en el mundo político. Son pocos los países en los que los cristianos están activamente involucrados en la actividad política. De esto deducimos que el problema no es que no haya cristianos, sino que es un problema de falta de conciencia social. Una excepción es Brasil, donde actualmente hay 68 evangélicos en la Cámara de Diputados, y 3 en el Senado, y aunque están repartidos entre 12 partidos diferentes, han comenzado a actuar en bloque para oponerse a temas como la legalización del aborto. El peso político que está tomando este bloque de cristianos ha llevado a la presidenta Dilma Rousseff a designar al pastor Marco Feliciano, miembro del Partido Social Cristiano, como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, además de otras decisiones como comprometerse a través de un acuerdo a no promover la ley de aborto. Y, por supuesto, la reciente candidatura a la presidencia de Marina Silva, la ministra evangélica de Asambleas de Dios, es algo relevante.

También, Costa Rica, Chile, República Dominicana y Colombia son naciones con representación parlamentaria cristiana, pero son la excepción y no la regla. En Estados Unidos, los republicanos y los demócratas tienen la hegemonía política, impidiendo que surjan nuevos partidos de relevancia, mientras que Europa es el continente más secularizado. Y aunque existen algunos partidos de nombre cristiano, como el Partido Popular Social Cristiano de Luxemburgo, lo son de nombre y no en su esencia de valores. La influencia del cristianismo es fundamental en las sociedades. Los economistas han discutido a lo largo de 26

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todo el siglo XX la relación entre crecimiento económico y democracia. Algunos afirmaban que el crecimiento económico originaba democracia, y otros, que era la democracia que generaba crecimiento económico. Sin embargo, después de la caída del muro de Berlín, y en los años que la precedieron, estas dos hipótesis perdieron vigor. Regímenes autoritarios como China, o con una democracia pobre como Rusia, han experimentado importantes crecimientos económicos. Y otros países que han experimentado un incremento en su nivel de democracia, siguieron siendo pobres, como Indonesia. Recientes estudios demuestran que la influencia sobre la democracia está más ligada a la religión y al derecho que al crecimiento económico. Según el índice de democracia hecho por la Unidad de Inteligencia de The Economist, en el cual se califica los niveles de democracia en países con democracia plena, países con democracia defectuosa, países con regímenes híbridos y países con regímenes autoritarios, los diez países con mayor calificación tienen una tradición y cultura cristiana muy fuerte. Los que ocupan estos puestos son: Noruega, Suecia, Islandia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Australia, Suiza, Canadá, Finlandia y Países Bajos.

En el caso de Noruega, el 81,6 por ciento de la población se profesa protestante; en Suecia e Islandia, el 85 y 84 por ciento de la población, respectivamente, están afiliados a la Iglesia oficial Luterana del Estado. Dinamarca exhibe el 97 por ciento de luteranos confesionales, mientras que en Nueva Zelanda, entre anglicanos, católicos y protestantes suman un 55,2 por ciento. En Australia, católicos, anglicanos y protestantes suman 68 por ciento; y en Suiza, 27

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católicos y protestantes constituyen el 77,1 por ciento. Los cristianos en Canadá representan un 77 por ciento de la población; en Finlandia el 76,4 está afiliado a la Iglesia Luterana de Finlandia, y en los Países Bajos, entre católicos y protestantes son un 43,6 por ciento. Los valores intrínsecos a la democracia, como la libertad individual, la libertad de pensamiento y de culto, el respeto por la vida y demás valores afines, están subyacentes en el cristianismo, por su idiosincrasia de respetar y amar la vida del prójimo en su totalidad. Es imprescindible que la Iglesia contemporánea sea un Iglesia pensante, que se renueve y adapte a la cultura, sin moverse de sus fundamentos innegociables por supuesto, pero por sobre todas las cosas, que tenga una conciencia social que la lleve a la acción social y política.

En 1891, el papa León XIII escribió una carta encíclica llamada Rerum novarum, que trataba de la postura social de la Iglesia en cuanto a los temas políticos de la época, principalmente en cuanto a los sindicatos, los trabajadores, el capitalismo, el rol del Estado y la propiedad privada. Fue una respuesta a la pérdida de fieles y de influencia, que se venía produciendo por causa del auge del socialismo que parecía ser cada vez más la solución a las injusticias sociales, dando origen así a lo que los politólogos han llamado Democracia Cristiana o Doctrina Social de la Iglesia. En 1931, el papa Pío XI reafirmó estos conceptos en otra carta encíclica llamada Quadragesimo anno, al conmemorarse los 40 años de la Rerum novarum. 28

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En la década del 60, década de luchas por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos lideradas por Martin Luther King; de lucha contra el apartheid en Sudáfrica; de revueltas estudiantiles y de dictaduras militares en el Tercer Mundo, nace en la Iglesia Católica de Latinoamérica la Teología de la Liberación, específicamente tras el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968), estando a la vanguardia el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez Merino, quien escribió los primeros libros sobre el tema. Esta corriente teológica trataba básicamente de cómo los cristianos debían enfrentar la opresión e injusticia de vivir en el Tercer Mundo, de manera que la religión no se convirtiera en algo alienador como había sucedido en el siglo anterior, sino más bien algo liberador. La Teología de la Liberación influyó tanto en la acción social de algunos cristianos de la época, hasta el punto que algunos tomaron las armas y apoyaron movimientos subversivos y guerrilleros, desvirtuándose así la pureza de esta teología, debido a que se volcó en exceso hacia los grupos radicales de izquierda latinoamericanos, aunque también tuvo aspectos positivos, como la defensa de los indígenas y ladinos –que sufrían una explotación inhumana– por parte de sacerdotes católicos durante la guerrilla de Guatemala en la década del 80.

La injerencia del protestantismo en lo social y político surgió a mediados del siglo XIX, y aunque fue menor, no menos importante. Tiene su origen en Gran Bretaña, debido a que este país fue la cuna de la Revolución Industrial, que incrementó la clase obrera y sacó a luz la deshumanización de las fábricas y pésimas condiciones de trabajo en 29

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los que esta clase se encontraba. Esto llevó a algunos líderes cristianos a tomar la iniciativa en buscar en el cristianismo una reforma social. El pionero en Gran Bretaña fue el abogado John Malcolm Forbes, fundador del Movimiento Social Cristiano. Esta corriente también se extendió por Francia y Alemania, teniendo como pioneros a Édouard de Boyve y Adolf Stöcker respectivamente.

En Estados Unidos, esta tendencia tomó el nombre de “social gospel”, teniendo como uno de los máximos referentes al teólogo y político Reinhold Niebuhr. En 1915, tras asumir el pastorado de la Iglesia Evangélica Bethel de Detroit, Michigan, conoce la triste realidad de la época: desempleo, inhumanas condiciones de trabajo, etc. Esta experiencia lo lleva a escribir su más célebre obra, que plasma con la mayor claridad su pensamiento, Hombre moral en una sociedad inmoral, donde, decepcionado con el comportamiento del hombre, afirmaba que 8.“La capacidad del hombre para la justicia hace la democracia posible, pero la inclinación del hombre hacia la injusticia hace a la democracia necesaria”. El trabajo teológico y filosófico de Niebuhr ha sido de mucha influencia hasta nuestros días; incluso se le atribuye la conocida Oración de la Serenidad, que realizó en 1943 en el auge de la Segunda Guerra Mundial, y que han utilizado por años los grupos de Narcóticos Anónimos en sus reuniones. La conferencia de Ginebra (1965), auspiciada por el Consejo Mundial de Iglesias, titulada “Iglesia y Sociedad”,

8. www.socialphrases.com

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fue un puntapié de influencia en el protestantismo, para el nacimiento de una conciencia mayor acerca de la importa de la vida social para el cristiano. Aparte de estas excepciones, el aporte cristiano a las cuestiones sociales durante el siglo XX no fue mayor. Los vacíos que la Iglesia dejó en gran parte de la sociedad, lo llenaron otras corrientes ideológicas como las que ya hemos mencionado. La enseñanza de este siglo que pasó ha sido que practicar una espiritualidad desconectada de la realidad social producirá siempre una sociedad desconectada de lo espiritual. En conclusión, la pérdida de influencia que la Iglesia experimentó sobre todo en la primera mitad de siglo XX, causa de los factores que mencionamos como la desesperanza que sobrevino con las atrocidades de las Guerras Mundiales, el conservadurismo de algunos sectores de la Iglesia que se alinearon con la explotación capitalista, la falta de moderación de la izquierda católica y los teólogos de la liberación, la posición defensiva que tomaron los pensadores cristianos debido al crecimiento de la ciencia y las filosofías ateas que atacaron el cristianismo, son acontecimientos que provocaron una ruptura importante en la civilización occidental, que es tarea de la sociedad contemporánea subsanar y reparar.

Para terminar este primer capítulo no encuentro mejor frase que la citada por Reinhold Niebuhr: 9.“No podemos construir nuestras escaleras individuales al cielo, y dejar irredenta de sus excesos y corrupciones a la totalidad de la empresa humana.” 9. teologiapoliticaysociedad.blogspot.com

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II El ascenso del consumismo y del individualismo “Hay otras maneras de encontrar satisfacción, recetas para la felicidad humana, disfrute, digna y significativa, la vida gratificante, que el aumento del consumo que aumenta la producción.” Zygmunt Bauman



Al finalizar la Primera Guerra Mundial en 1918, Europa quedó devastada y endeudada. Gran Bretaña, que hasta entonces había tenido la hegemonía del mercado mundial, perdió dicha categoría dadas las deudas y el estado crítico en el que estaba su economía, abriendo paso, así, para que Estados Unidos se posicionara como la primera potencia económica mundial. Para ese entonces Norteamérica se había convertido en el mayor proveedor mundial, y su economía había resultado intacta tras la guerra, e incluso había experimentado crecimientos importantes debido a la industria armamentística. Ese crecimiento se desató aún más cuando entraron lo que los historiadores llaman los 32

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“felices años veinte”, en referencia a la década que inició en 1920. Los años veinte fueron años de un exacerbado crecimiento económico para Estados Unidos. Con la aparición de las primeras agencias de publicidad y de la venta a crédito, se comenzó a ofrecer en el mercado productos nuevos como el automóvil, el teléfono, la radio y diversos electrodomésticos. También apareció el cine sonoro, fue el auge del jazz, y se introdujo la cocaína en la sociedad, elementos que comenzaron a cambiar la conciencia social de la época.

La producción en masa de Henry Ford llevó a que su modelo de auto el Ford T, al producirse en mayor cantidad, se volviera más accesible, y con la extensión de créditos, cualquier persona de clase media se veía en la posibilidad de obtener uno. La obsolescencia programada, que es básicamente la planificación de la vida útil de los productos, para que estos duren un período de tiempo corto, también tuvo sus primeras apariciones en la década del 20. Por ejemplo, en 1881, cuando Thomas Edison sacó al mercado la primera lamparita incandescente, que prometía una duración de 1.500 horas. Para 1924, su duración era de unas 2.500 horas. Pero con la aparición de la obsolescencia programada, la duración de sufrió un cambio. En 1925, una asociación no oficial llamada Phoebus, a la que pertenecían los mayores productores de lámparas, se pusieron de acuerdo en comenzar a fabricar lámparas con menor vida útil, de manera de aumentar las ventas. Para 1927, habían reducido la duración de la lámpara a 1.500 33

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horas, y en los años 40 ya era de 1.000 horas. Este aumento en la oferta de productos, llevó a que fuera mayor la oferta de productos que la demanda real. Es decir, que hubiera más productos en el mercado de los que realmente la gente necesitaba. Por esta situación, los comerciantes se vieron en la necesidad de crear “necesidades artificiales” para cubrir la oferta. Sigmund Freud, un destacado médico neurólogo de la época, nacido en el Imperio austríaco (actual Republica Checa), destacado por ser el padre del psicoanálisis, entre 1916 y 1917 había publicado un libro titulado Introducción al psicoanálisis. En el mismo explicaba que existían fuerzas irracionales, violentas y sexuales en el inconsciente del ser humano que debían ser dominadas; de lo contrario, la sociedad se conducía a su propia extinción.

Si bien las ideas de Freud no fueron consideradas sino hasta varios años más tarde, un sobrino suyo, Eduard Bernays, quien vivía en Nueva York y se dedicaba a la publicidad, le pidió a su tío que le enviara una copia de la obra para estudiarla. Bernays quedó sorprendido por el estudio de su tío, y tomó parte de las teorías que allí se formulaban para aplicarlas a su actividad comercial.

La estrategia de Bernays consistió en elaborar una serie de estrategias para poder relacionar los sentimientos y deseos inconscientes del ser humano con productos de la industria actual, de manera de lograr que las personas compraran cosas que realmente no necesitaban, pero que mediante la persuasión de la publicidad sintieran que sí 34

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las necesitaban, y que comprándolas sintieran una satisfacción irracional. De esta manera, Bernays fundó la primera agencia de publicidad, que para entonces era una especie de asesoramiento en relaciones públicas. Bernays comenzó a tener éxito y sus ideas cambiaron la publicidad y el mercado de su época. El consumo aumentó notoriamente, y las personas comenzaron a “saciar” sus necesidades a través de éste, comprando todo tipo de artículos y productos innecesarios hasta poco tiempo atrás. El capitalismo liberal de la época llegó a su auge, y las personas se convirtieron en máquinas desesperadas por saciar sus necesidades comprando productos, principalmente en Estados Unidos, debido al crecimiento económico que seguía en ascenso.

Esto causó un cambio en la cultura de tal magnitud, que cosas que estaban mal vistas, comenzaron a ser populares y socialmente aceptadas, como por ejemplo las mujeres fumando en público. La American Tobacco Company había contratado a Bernays para que rompiera este paradigma. Fue así como mediante el asesoramiento de un psicoanalista de Nueva York, Bernays descubrió que en el inconsciente de las mujeres, los cigarrillos simbolizaban el pene y el poder masculino. La estrategia de Bernays fue persuadir mediante publicidad de que fumar sería un acto de libertad e igualdad para el sexo femenino, ya que tendrían su propio “pene y su propio poder”

De esta manera, Eduard Bernays consiguió que diez 35

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modelos se infiltraran en el desfile de Pascua de Nueva York (uno de los eventos culturales más importantes de la época), y prendieran un cigarrillo cada una en público. Al otro día, el New York Times publicaba: “Group of Girls Puff at Cigarretes as a gesture of Freedom” (Grupo de chicas fuman cigarro como un gesto de libertad).

Al año, ya era socialmente bien visto que las mujeres fumaran y las ventas de cigarrillos comenzaron a crecer notoriamente. Y como este ejemplo, hubo muchos otros que lideró Bernays, que transformaron la cosmovisión de la época. Las necesidades espirituales quedaron relegadas, y mucha gente que no encontró conformidad en la nueva sociedad consumista-materialista abrazó el socialismo, y el comunismo, que para aquel entonces daban una luz de esperanza para un mundo mejor, levantando las banderas de la justicia social y la defensa de los pobres, banderas que en realidad le pertenecieron siempre al cristianismo, pero que por alguna razón les fueron quitadas.



Esto fue evolucionando hasta convertirse en lo que son las estrategias de marketing de hoy en día. Por ejemplo, hace varios años, cuando Nike sólo era una marca de zapatos y competía con Reebok, uno de sus fundadores, Phil Knight, decidió que Nike no sería más solo una marca de zapatos, sino que sería una marca de deportes. Un estilo de vida del deporte. Fue así como contrataron a Michael Jordan para que fuera la imagen de la empresa, auspiciaron todos los eventos deportivos y competiciones, y comenzaron a vender más que una marca, un estilo de vida del deporte. Fue de esta manera que superaron a Reebok 36

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y se convirtieron en la marca más importante de deportes a nivel mundial, monopolizando el mercado. Ya no venden “su producto” por la calidad del mismo: ahora venden una idea, un estilo de vida, y te invitan a formar parte del mismo, aprovechando la necesidad de vínculos y de pertenencia que existe en las personas, y prometiendo satisfacer una necesidad interior. De todas maneras, la consecuencia más importante de estos acontecimientos fue que produjeron el ascenso del individualismo y el consumismo a la conciencia colectiva de las masas, específicamente en Occidente.

El individualismo alejó a las personas entre sí, y el consumismo las alejó de la fe. El consumismo, que provocó una euforia por comprar productos todo el tiempo, buscando satisfacer necesidades irracionales estimuladas por la publicidad, volvió a las personas más materialistas y superficiales, y como consecuencia las necesidades espirituales quedaron tapadas por toda esta histeria comercial. La Iglesia y la religión, que siempre habían sido el refugio de las personas para enfrentar las adversidades de la vida, ahora estaba siendo sustituida por el materialismo, que lógicamente no es más que un engaño porque no puede satisfacer las necesidades profundas del hombre. El problema es que la sociedad no se dio cuenta de que el camino por el que estaba yendo era un engaño. Solamente en situaciones extremas, las personas reconocen que la mayoría de las cosas materiales detrás de las que corre la sociedad realmente son secundarias. En 2001, cuan37

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do las Torres del World Trade Center (Centro Mundial de Comercio) fueron atacadas por dos aviones al mando de terroristas, dejando un saldo de 3.000 vidas perdidas, la ciudad de Nueva York fue sacudida de un modo tremendo. Por primera vez en la historia la nación de Estados Unidos había sido atacada directamente de una manera tan relevante y perdido vidas de civiles. El súper poder de protección que se pensaba que tenían de pronto se derrumbó. Los sistemas de defensa internos habían fallado, el FBI falló, el Pentágono falló. La inteligencia militar más grande del planeta no pudo detener a 19 supuestos terroristas con navajas que secuestraron cuatro aviones y mataron a 3.000 mil personas. El ataque fue un martes. Al siguiente domingo, las iglesias estaban llenas. La gente buscaba respuestas, en una ciudad en donde la religión pasa desapercibida por el ritmo de vida de la gente, y por la cultura materialista y consumista que los domina. Pero una situación trágica y lamentable los llevó a buscar en la Iglesia lo que no encontraron en el gobierno ni en el dinero: refugio. Por otro lado, el individualismo exaltó de manera desproporcionada el ego de las personas, que fragmentó la sociedad en minorías, y fragmentó las relaciones de las personas, volviendo las relaciones interpersonales cada vez más débiles y superficiales. Cuando las personas piensan más en sí mismos que en cualquier otra cosa o persona, difícilmente se puedan relacionar de una manera profunda entre sí. El egoísmo que conlleva el individualismo distancia a las personas y debilita las relaciones.

Hoy gran parte de las familias son disfuncionales, y 38

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los índices de divorcio son cada vez mayores. El ser humano, por naturaleza necesitado de vínculos fuertes, al no encontrarlos en su familia bombardeada y disfuncional, sale a buscarlos afuera. A través de estas grietas sociales se ha infiltrado la droga, de tal manera que un chico adicto hoy no tiene problema en robar en su hogar, o lastimar a un familiar si fuera necesario para satisfacer su adicción. A través de estas grietas sociales también se ha infiltrado la codicia y el consumo, que lleva a adolescentes de bajos recursos a optar por el camino fácil de la delincuencia, y así formar parte de esta sociedad comprando ropa de marca, celulares, y manteniendo vicios con el dinero obtenido. A algunos de ellos las cosas no le han salido como pensaban, y ya no están entre nosotros, dejando un profundo dolor en una familia que se pregunta cómo su ser querido llegó a eso; y otros se llevaron consigo a otro ser querido de otra familia, y hoy pagan las consecuencias en algún centro carcelario.

Estas grietas tampoco han podido impedir que una jovencita que ni siquiera sabe cuidar su salud sexual, quede embarazada, y ante la realidad de su poca o nula preparación para ser madre, o quizá de su contexto socioeconómico, decida abortar. Cada vez es más solitaria la participación en la familia de las mujeres, y no es que esto sea malo en sí mismo, sino que demuestra la apática conducta que el hombre ha adoptado en cuanto a sus hijos y su familia. El hombre pareciera ser un mero espectador de lo que sucede en su casa, encargado solamente de proveer medios materiales, en el caso de que aún esté presente físicamen39

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te. En las cárceles, los días de visita, se ve claramente en las largas filas de espera para ingresar, cientos de madres, esposas y hermanas esperando para ver a sus seres queridos. Y en la fila masculina, unos pocos hombres esperando para entrar, tal vez por compromiso, otros para entrar celulares o droga, y en alguna rara excepción por interés genuino.

Hoy, la mayoría de las personas en esta sociedad globalizada viven aisladas. No encuentran vínculos fuertes en las familias disfuncionales, y los vínculos que tienen a través de las redes sociales y las comunicaciones satelitales son cada vez más débiles y con menos compromiso. El phubbing (concentrarse en el celular o la tableta en grupo) es una clara muestra de la conducta de las personas en el siglo XXI, en cuanto a las relaciones interpersonales. Esta práctica se ha expandido por todo el mundo occidental. Nació en 2007 junto con los smartphone, los primeros celulares en poseer las características de un ordenador de sobremesa. El phubbing se ha definido en Estados Unidos como 10.“el acto de menospreciar a quien nos acompaña al prestar más atención al móvil u otros aparatos electrónicos que a su persona.” Se cree que todas las personas, al menos una vez han sufrido esta práctica. En promedio, el 87 por ciento de los adolescentes actualmente prefiere tener contacto vía texto que cara a cara. En este tipo de vínculos, tienen una total ignorancia de cuánto perjudican sus relaciones interpersonales este tipo de conductas. Es un mensaje, la mayoría de las veces sin intención, de menosprecio, falta de respeto y desinterés hacia la persona que se encuentra presente. Independientemente de esto, es una clara señal de lo débiles que se encuentran las relaciones y los víncu10. www.muyinteresante.es

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los personales en esta era moderna. Las personas cargan una gran soledad y aislamiento, y estas prácticas potencian estas emociones en nuestras vidas. El problema no son los celulares inteligentes ni la tecnología. Estos objetos sólo sacan a luz lo que hay dentro de nosotros y la carencia de capacidad para construir relaciones fuertes y sanas.

Los resultados están a la vista. ¿Por qué un niño de 11 años es asesinado por otros dos de 12 y 14 años, como sucedió en 2013 en Uruguay? Se sintió 11.“contento” porque su familia les prestó atención luego del homicidio, le comentó el adolescente de 14 a la jueza de menores Patricia Borges. ¿Por qué los suicidios duplican los homicidios en Uruguay, siendo los adolescentes una de las franjas etarias donde más se registran? Jóvenes de 15 años se han suicidado porque “su novio” las dejó o porque las molestaban en clase. ¿No pudieron ver que todo eso era pasajero, que algún día crecerían y ni se acordarían de ese novio o de ese feo momento que les hicieron pasar? Volvemos a lo mismo: Falta de vínculos fuertes, no hubo una familia sólida detrás que los contuviera. ¿Por qué menores salen armados en busca de dinero, y en el camino desprecian la vida de cualquier ser humano que se les cruce? La respuesta es la misma.

La tarea de la Iglesia en el presente siglo es promover la reconciliación para revertir esta cultura individualista y consumista que predomina hoy. El hombre por naturaleza necesita de otros para vivir. Está diseñado para vivir en sociedad y de una manera colectiva, no individualista. La comunicación y el intercambio fluido de las cosas que 11. Artículo “Asesinato en Maldonado”, El Observador, 31 de octubre de 2013.

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nos suceden a diario con otros nos hace un bien inmedible como personas.

El individualismo trae aislamiento. Un veneno mortal para la sociedad contemporánea, que debe ser combatido.

Una de las torturas más condenadas por las organizaciones de los derechos humanos y por médicos –que se sigue utilizando hoy en día en algunas cárceles– es el aislamiento sensorial. Esto consiste en neutralizar los cinco sentidos del individuo (el gusto, la vista, el oído, el olfato y el tacto) mediante unos trajes que se le colocan para cumplir esta función, o dejándolo horas, días y hasta meses, en oscuras habitaciones, sin ver la luz del sol, sin respirar aire fresco y sin tener contacto con nadie. Pasado el tiempo de aplicación de este método, lleva a quienes están sometidos al mismo a un estado de vulnerabilidad y debilidad, y finalmente de obediencia total. Presos políticos, terroristas y criminales sufren esta práctica en todas partes del mundo. Este práctica de torturas es conocida como “la cárcel dentro de la cárcel”. Los daños mentales que este método provoca son severos: desde depresión, paranoias, alucinaciones, ataques de pánico, y por último el deseo de suicidio. Y todo esto para llevar a un debilitamiento de la voluntad del individuo, lo que permite a quienes lo pusieron bajo esta pena, sacarle información que de otra manera sería imposible, o bien cambiar su conducta. Si bien, afortunadamente, no a todas las personas les toca vivir este tipo de aislamientos extremos, sí muchas 42

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viven hoy en día lo que los psicólogos llaman aislamiento social o emocional, modos de vida que son grandes causantes de enfermedades mentales.

Según una publicación de The University Hospitals of Columbia and Cornell: 12.“El aislamiento social se produce cuando usted no tiene ningún contacto social, o tiene muy pocos, de modo que carece de relaciones solidarias, satisfactorias o gratificantes en su vida. Para algunos, esto significa no tener con quien hacer cosas, sea salir a almorzar o al cine, discutir libros o hechos de actualidad o caminar por el parque. Para otros, este aislamiento puede significar no tener a nadie que los ayude con las compras, la cocina u otras necesidades diarias. Incluso, para otros, el aislamiento social puede implicar no tener a nadie que pase a verificar que todo esté en orden, dejando a la persona mayor preocupada acerca de a quién acudir en caso de que surja una emergencia”. “El aislamiento emocional es un sentimiento que puede variar desde un sentido vago de que algo está faltando en su vida hasta una sensación intensa de vacío. Es el anhelo de tener una relación cercana, alguien con quien tener conversaciones significativas, alguien con quien usted pueda compartir sus alegrías, deseos y temores más profundos. Cuando está experimentando el aislamiento emocional, usted puede creer que nadie se interesa por usted, o que nadie lo necesita en su vida. Esto puede causarle depresión, ansiedad y mayor aislamiento.” Según la Organización Mundial de la Salud, las en-

12. Cambio de roles y transiciones, NewYork-Presbyterian Hospital, 2005, p. 1.

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fermedades mentales son la nueva epidemia del siglo XXI. Las ventas de psicofármacos han aumentado notoriamente alrededor del mundo. Por ejemplo, sólo en España, entre 2003 y 2008 aumentaron un 40%.

“La epidemia silenciosa”: así han nombrado a la ola de trastornos mentales que está arrasando Occidente, que hoy constituye la mayor causa de muerte en la franja poblacional de los jóvenes entre 15 y 24 años. Una publicación de la Revista Digital Fusión, también arroja datos interesantes al respecto: 13.“Cuatrocientos cincuenta millones de personas en el mundo están aquejadas de algún tipo de enfermedad mental, de los cuales 350 millones padecen depresión. Son datos de la OMS, organismo que prevé que para el año 2020 la depresión sea la causa más importante de incapacitación y muerte después de las enfermedades cardiovasculares”. “Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre veinte y sesenta millones de personas intentan suicidarse cada año. De ellas, un millón lo consigue. Y más del 90 por ciento de esos desenlaces están relacionados con trastornos mentales como la depresión, la esquizofrenia o el alcoholismo.” “Un dato curioso es que las cifras de suicidios aumentan en la medida que crece la economía y el nivel de bienestar de un país. Las autoridades por su parte evitan, 13. www.revistafusion.com

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en la medida de lo posible, analizar este problema con rigor por temor a generar una alarma social.” Con este análisis, queda planteado el panorama que estamos viviendo en el siglo XXI, que comenzó en la década del 20 con el ascenso del individualismo y el consumismo, y se ha transformado en la cultura predominante en Occidente, trayendo aislamiento, fragmentación de la sociedad, debilitamiento en las relaciones interpersonales y como consecuencia los trastornos mentales que hemos mencionado.

El desafío del hombre del siglo XXI queda planteado. Es necesario invertir en la tarea de construir lazos profundos entre las personas y que las diferentes comunidades que existen en la sociedad promuevan la comunión y la construcción de relaciones fuertes, profundas y sanas entre sus miembros y con la sociedad en general, dejando de lado la superficialidad. Según el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman, vivimos en la era del “tiempo puntuado.” La era del tiempo puntuado se diferencia de la era del tiempo lineal, porque las personas ya no perciben el tiempo como un proceso histórico que avanza en forma de línea, sino que lo perciben en puntos, es decir, en momentos, instantes, eventos. Debido a la tecnología de las comunicaciones el flujo de información hoy es muy grande. En los últimos 30 años, se ha producido más información que en los anteriores 5.000 años de historia humana. Concebir esta enorme cantidad de información y procesarla se hace imposible para la mente humana, la memoria de la opinión pública es muy corta. Hoy estamos en un momento, mañana en otro. De la misma manera los individuos que vivimos en esta era 45

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percibimos y vivimos nuestro tiempo así. Somos vividores del ahora o “ahoristas”, como lo define Bauman. Lo importante es el ahora, y el pequeño punto o tiempo en el que nos encontramos. No importa lo que venga después, en realidad ni lo tenemos en mente. Esto causa debilitamiento en las relaciones, ya que los compromisos afectivos han perdido vigor, los proyectos a largo plazo como el matrimonio y la familia son cada vez menos tenidos en cuenta, el valor del sacrificio, del trabajo, y de la construcción de grandes proyectos a largo plazo tampoco tienen validez. Vivimos en una era donde lo que importa es el ahora, sin importar las consecuencias del mañana. 14.“En la escala de valores heredadas, el síndrome consumista ha degradado la duración y jerarquizado la transitoriedad y ha elevado lo novedoso por encima de lo perdurable... el síndrome consumista es velocidad, exceso y desperdicio”, afirma Bauman. Lógicamente los bienes de cambio se ven afectados por este cambio de paradigma en la manera de percibir el tiempo. Hoy en día los productos son elaborados para el momento en que el que vivimos, para el punto en el tiempo en el que estamos, para el ahora. Lo que hoy sirve, mañana posiblemente ya no sirva, y no porque ya no tenga vida útil –como en el caso de la obsolescencia programada–, sino porque pierde su legitimidad, en otras palabras, “ya no está de moda”. La ropa, los cosméticos, los celulares, etcétera, que hoy son motivo de orgullo, satisfacción y autorrealización, mañana pueden ser motivo de vergüenza, de insatisfacción y de una sensación de exclusión por estar fuera de la sociedad de consumidores. Por lo tanto, para no quedar fuera del ruedo del consumismo, las personas se ven en la 14. Zygmunt Bauman, Vida de consumo, FCE, 2007, pp. 119-120.

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obligación de vivir en la vorágine de correr tras el éxito, convirtiéndose ellos mismos en bienes de cambio con el más alto valor posible para producir ganancias.

La profesora Nicole Aubert lo define así:

15. “Estar permanentemente atareado, con una urgencia tras otra, proporciona la seguridad de una vida plena o una ‘carrera exitosa’, única prueba de autoafirmación en un mundo en el que toda referencia al ‘más allá’ está ausente, y en el que la finitud de la existencia es la única certeza… Al actuar, las personas piensan a corto plazo, en cosas que deben hacerse de inmediato o en un futuro cercano… Con demasiada frecuencia la acción es solo un escape del yo, un remedio para la angustia.” Esta tendencia a vivir corriendo ha creado una conducta de indiferencia en las personas hacia los de su misma casa y hacia los de afuera –la sociedad–, principalmente a los excluidos de la sociedad de consumo, la llamada “infraclase” por los sociólogos. Con respecto a la familia, Bauman describe así los daños que ha provocado en las relaciones humanas este comportamiento:

16. “A medida que disminuye la capacidad de conversar y buscar puntos de entendimiento, lo que solía ser un desafío que debía enfrentarse y resolverse de inmediato, se convierte cada vez en un pretexto para interrumpir la comunicación, escapar y quemar los puentes. Cada vez más 15. Citado en Vida de consumo, Zygmunt Bauman , FCE, 2007, p. 132. 16. Zygmunt Bauman, Vida de consumo, FCE, 2007, p. 164.

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ocupados en ganar más para comprar más las cosas que sienten que necesitan para ser felices, hombres y mujeres cuentan con menos tiempo para la empatía mutua y para intensas, tortuosas y dolorosas negociaciones, siempre prolongadas y agotadoras, por no hablar de la posibilidad de resolver sus desacuerdos y malentendidos. Esto genera otro círculo vicioso: cuanto más consiguen ‘materializar’ su relación amorosa (tal como los insta a hacer el constante flujo de mensajes publicitarios), menos oportunidades quedan para la mutua comprensión y empatía que requiere la conocida ambigüedad dominio/protección típica del amor. Los miembros de la familia sienten la tentación de evitar el conflicto y buscan respiro (o mejor aún, refugio permanente) de las peleas domésticas; y entonces el impulso de ‘materializar’ el amor y la amorosa protección adquiere aún mayor ímpetu a medida que las alternativas más desgastantes y que insumen mayor tiempo se tornan menos alcanzables en el momento en que más se las necesita para aplacar rencores y resolver desacuerdos.” En cuanto a la “infraclase”, desdichada por no poder formar parte de la sociedad del consumo, pero tentada a hacerlo sin tener los recursos para acceder a ella, el sociólogo Herbert J. Gans la describe así:

17. “Esta definición conductista abarca a los pobres que abandonan la escuela, no trabajan, y en el caso de las mujeres jóvenes, a las que tienen bebés sin el beneficio del matrimonio y dependen del bienestar social. La infraclase definida por su comportamiento incluye también a los sin techo, los mendigos y pordioseros, los pobres adictos al al17. Citado en Vida de consumo, Zygmunt Bauman , FCE, 2007, p. 167.

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cohol y las drogas y a los delincuentes callejeros. Como el término es flexible, los pobres que viven en ‘viviendas sociales’, los inmigrantes ilegales y las pandillas adolescentes suelen incluirse en esa categoría. De hecho, la flexibilidad de esa definición conductista se presta a que el término se convierta en un rótulo que puede emplearse para estigmatizar a los pobres, sea cual fuere su comportamiento.”

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III Cambios culturales “El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”. San Pablo

18. “Cuando el ser partidario de un movimiento político, religioso o social se vuelve en idolatría, es una clara señal de que estamos ante una posible tiranía. No una tiranía explícita, como fueron los antiguos regímenes autoritarios en épocas de dictadura. Pero sí una tiranía implícita. Que no impone sus ideales a través de las fuerzas militares o policiales, sino que se filtra muy sutilmente en la conciencia del pueblo, a través de las grietas que ella misma provoca en la sociedad. Por años se ha atacado los vínculos personales y familiares de las personas, lo que ha creado gente con una conciencia débil y necesitada de vínculos. Se ha exaltado la lucha de sexos, se han promulgado leyes libertinas, y se ha atacado lo que debería ser el lugar de 18. Se puede ver el programa en Youtube titulado “Degeneración de la política”.

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donde salgan hombres y mujeres fuertes, y libres para pensar: la familia.”

Parafraseando, así comienza uno de sus programas de TV (Lágrimas en la lluvia) el escritor español Juan Manuel de Prada.



Desde la Revolución Cultural de los años sesenta, época de los Beatles, del movimiento hippie, de las revueltas estudiantiles teniendo como símbolo el Mayo Francés; tiempo del invento y comercialización de la píldora anticonceptiva, de las protestas a nivel mundial contra la guerra de Vietnam, y de un despertar y un reclamo a nivel mundial contra la aristocracia y lo establecido, algunos movimientos sociales que de hecho ya existían desde antes, tomaron un impulso relevante. El individualismo llegó a su auge, y lo poco que quedaba de colectividad en la sociedad se cayó a pedazos. El individuo pasó a estar por encima de la sociedad, y entonces ya no era el beneficio de la sociedad lo que regía la política y las leyes, sino que los deseos de los individuos se sobreponían y cada quien luchaba y manifestaba los suyos. Esto provocó una fragmentación de la sociedad, quedando dividida en minorías, en las que cada quien velaba por sus intereses. Estos movimientos, en pos de la defensa de sus derechos, motivados por resignaciones, descontento y rebeldía, constituyeron una serie de bloques sociales, que se vienen enfrentando a los valores cristianos y de la familia tradicional fuertemente desde entonces.

Según Eric Hobsbawn, el historiador más importan51

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te del siglo XX: 19.“Las instituciones a las que más afectó el nuevo individualismo moral fueron la familia tradicional y las iglesias tradicionales de Occidente, que sufrieron un colapso en el tercio final del siglo”. Y esto se debió a que la moral de la sociedad sufrió cambios, que aparentaron ser “renovadores” y precursores de “libertad” en la época, pero que con el tiempo mostraron el efecto negativo que tuvieron en la estructura de la sociedad: la familia.

Leyes libertinas provocaron familias débiles, individuos débiles, y un declive en los valores tradicionales. Y quienes se opusieron a esto fueron tildados de “conservadores” o “intolerantes”. Estos movimientos sólo consideraron el “derecho de ella” o el “derecho de él”, y se olvidaron que la existencia del hombre no consta sólo de derechos, los que me incluyen “sólo a mí”. La existencia del hombre incluye mis obligaciones, las que incluyen a otros, y una de tales obligaciones es “Amar al prójimo como a uno mismo”. Es así como surgen movimientos como el feminismo, que aunque no nace en los sesenta, sí tuvo su auge en esa época, que reclama principalmente la abolición de la explotación del hombre sobre la mujer, de índole sexual y social. Las feministas exigen que las mujeres tengan las mismas libertades y derechos que los hombres, e incluso las más radicales promueven que las mujeres no tengan hijos ni formen matrimonios, ni familias y no sean madres, porque ese rol es un estándar social establecido por el hombre, según afirman. El radicalismo en este movimiento está a la vista, pero no se puede cerrar los ojos a las injusticias 19. Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Crítica, 1994, p. 293.

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que ha sufrido la mujer a lo largo de la historia, que han originado estos radicalismos llenos de resignación e impotencia.

El desprecio por el sexo femenino tiene su origen en tiempos antiguos. El concepto de la inferioridad de la mujer ha sido manejado desde los filósofos que establecieron el pensamiento occidental, hasta por religiones orientales. Platón sugirió que 20.“el destino de un hombre malo sería la reencarnación en una mujer”. Aristóteles consideraba que la mujer era “una especie de hombre mutilado”, exponiéndolo así: 21.“Las hembras son machos imperfectos, producidos accidentalmente por insuficiencia paterna o por la influencia nociva del viento húmedo del sur.” El teólogo William Barclay analiza lo siguiente con respecto a lo que dice el Talmud (Libro rabino que contiene las principales leyes del judaísmo) acerca de la mujer: 22.“En la oración matinal judía... todo hombre judío daba gracias a Dios cada día porque no lo había creado ‘un gentil, un esclavo, ni una mujer’... En la ley judía una mujer no era una persona sino una cosa. No tenía ningún derecho legal; era una posesión del marido y él podía hacer con ella su voluntad”.

Por otro lado, la perspectiva del hinduismo, Gandhi la define así: 23.“El marido hindú se considera amo y señor de su mujer, quien lo debe atender permanentemente con gran deferencia.”

El islam, quizá la religión que más oprima a la mujer,

20./21./22. Citado en La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, John Stott, Libros Desafío, 1984, p. 280.

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en el Corán, en el libro Sura, capítulo 4, expresa lo siguiente: 24.“El hombre tiene autoridad sobre la mujer porque Alá ha hecho a uno superior al otro... En cuanto a aquellas de quienes temen desobediencia, repréndanlas, mándenlas a camas separadas y azótenlas”… Ahora, cuando acudimos al cristianismo en busca de una postura, la Biblia dice lo siguiente en la carta a los Efesios:

25.“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”.

La diferencia en la filosofía del pensamiento con respecto a la valorización de la mujer es grande. Cuando comparamos las tres religiones monoteístas más importantes, y a dos de los filósofos más influyentes de la historia del pensamiento griego, nos damos cuenta de que el valor y la estima que el cristianismo le da a la mujer es el que realmente han reclamado los grupos feministas desde hace tiempo. Ahora, la pregunta es por qué si el cristianismo realmente exalta y valora a la mujer, los grupos feministas han atacado tanto a la Iglesia y la han visto como una institución opositora a sus derechos. La respuesta está en que la Iglesia, en otro tiempo –y en algunas denominaciones actuales sigue pasando–, liderada por hombres que no comprendieron las enseñanzas bíblicas en cuanto a la mujer, aplicaron doctrinas que subyugaron a la mujer. Uno de los mayores golpes a la Iglesia a través de la historia han sido los hombres que dijeron representar a Dios con su boca, pero que no lo representaron con sus hechos, ri23./24 Citado en La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, John Stott, Libros Desafío, 1984, p. 285.

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giéndose expresamente por la Biblia.

No es coincidencia que en el siglo XIX Estados Unidos haya sido el país que más se adelantó en la emancipación de las mujeres, debido a la fuerte cultura protestante que caracterizaba a la nación. La civilización occidental es la que más respeta y estima a la mujer. Y es donde ella más puede desarrollarse y realizarse, aunque por supuesto queda mucho por hacer. Pero que la civilización occidental sea el lugar más acogedor para el sexo femenino se debe a que la misma se fundó sobre principios y valores cristianos. Son conocidas las atrocidades que suceden en la India y en Oriente, donde las creencias permiten violar los derechos humanos de las mujeres de una manera que da vergüenza que siga sucediendo en pleno siglo XXI. John Sott hace un análisis al respecto que vale la pena destacar:

26.“Pero no sólo el nacimiento de Jesús de una mujer restituyó a las mujeres la dignidad que habían perdido con la caída, sino también su actitud hacia ellas.”

“En los viajes, a Jesús lo acompañaban los apóstoles, todos hombres; pero también un grupo de mujeres a quienes él había sanado colaboraba para sostenerlo con sus propios recursos. En una oportunidad, junto al pozo de Jacob habló con una persona que tenía tres impedimentos: era mujer, samaritana y pecadora; sin embargo, Jesús entabló una verdadera discusión teológica con ella. Algo similar sucedió con la mujer que había sido sorprendida en

25. La Biblia, traducción Reina Valera 1960, Efesios 5:25. 26. John Stott, La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, Libros Desafío, 1984, pp. 286-287.

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adulterio: “Jesús fue amable con ella y se negó a condenarla. Asimismo permitió que una prostituta se le acercara cuando él estaba a la mesa, para mojarle los pies con lágrimas, secarlos con su cabello y cubrirlos de besos. Jesús aceptó el amor de aquella mujer, interpretándolo como gratitud por su perdón. Al aceptarla, arriesgó su reputación e hizo caso omiso al silencio indignado de su anfitrión.” “Quizá él fue el primer hombre que la trató con dignidad; anteriormente, los hombres sólo la habían usado.” “En esas tres oportunidades Jesús recibió en público a una mujer pecadora. En ese entonces un hombre judío tenía prohibido hablarle a una mujer en la calle, aunque se tratara de su propia mujer, hija o hermana. Además se consideraba como un hecho impío enseñarle la ley a una mujer; según el Talmud, sería mejor quemar las palabras de la ley que confiárselas a una mujer. Pero Jesús quebrantó estas normas y convenciones de la tradición. Cuando María de Betania se sentó a sus pies para escuchar sus enseñanzas, él la felicitó por hacer lo que era necesario, y a otra María le dio el honor de ser la primera testigo de la Resurrección.” “De todo esto no existían precedentes. Sin alharacas ni publicidad, Jesús acabó con la maldición de la caída, devolvió a la mujer la nobleza que había perdido parcialmente, y restituyó en la nueva comunidad de su Reino la bendición original de la igualdad sexual.” 56

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“Evidentemente el apóstol Pablo comprendía esto, como lo demuestra en su declaración de los derechos y garantías de la libertad cristiana: ‘Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús’ (Gálatas 3.28).”

Junto con el feminismo, que surge de la liberación de la mujer, emergió el reclamo de las mujeres del derecho a abortar, haciendo alusión de que debían poder decidir sobre su propio cuerpo. Lo que sucedió fue que el individualismo provocó que las personas pensaran más en sus derechos que en sus obligaciones, mientras que el amor es todo lo contrario.

La defensa del aborto se realizó desde diferentes frentes y puntos de vista: el científico, que abogaba que el embrión no era una “persona” desde la concepción; el feminista, que proclama que el niño no nacido era parte del cuerpo de la mujer, y no un ser individual, por lo cual es la mujer quien tiene la potestad de decidir sobre esa vida; también los argumentos de índole social, quizá los más entendibles, que reclamaban el aborto en casos de violación, o en casos de que la madre no contara con el contexto socioeconómico adecuado para traer un bebé al mundo. Es verdad que muchas mujeres sufren cuando se encuentran ante un embarazo no deseado y su contexto no es el más adecuado para dar a luz un hijo. La soledad del embarazo, la frustración y la desesperación llevan a la decisión de abortar, determinación que es digna de mucha compasión. Pero el cristianismo no es pragmático, el cristianismo res57

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ponde a una moral que se encuentra en la Biblia que no cambia según los contextos históricos, sean sociales, políticos, o económicos, aunque eso no quiere decir que debemos cerrar nuestros ojos ante otras realidades de personas que piensan diferente y que trabajemos para ayudarles a superar su situación, pero sí que la vida debe ser defendida a como dé lugar. El impulso por la defensa del aborto legal llevó a que actualmente de los 196 países-estados reconocidos oficialmente, en 173 el aborto sea legal bajo circunstancias específicas o sin restricciones, lo que representa el 60 por ciento de la población mundial. Hoy en día, anualmente se realizan 46 millones de abortos en el planeta Tierra, una cifra muy preocupante.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial en 1945, el mundo sufrió un impacto y sacudón tremendo al conocerse la cifra de entre 50 y 70 millones de víctimas en el lapso de seis años que duró la guerra, incluyendo el exterminio nazi de 6 millones de judíos. El mundo tomó conciencia real de la maldad del hombre, lo que llevó a crear la Organización de las Naciones Unidas en 1945 tras finalizar la guerra, y la posterior Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948 en Francia, como medida protectora de que estos acontecimientos no sucedieran nunca más en el mundo. Sin embargo, hoy en día se pierden por año, debido al aborto, el 65 por ciento de las vidas que se perdieron en seis años durante la guerra, y nadie se alarma ni escandaliza, a excepción de las organizaciones pro vida. ¿Qué pasó en el mundo? Un cambio de cultura: una socie58

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dad individualista y materialista enfrió a las sociedades y las llevó a la indiferencia ante estos acontecimientos terribles.

Algo sumamente importante que surgió en los años sesenta también fue el aumento del consumo de drogas entre los jóvenes sin importar su clase social, ya que antes de esta fecha las drogas estaban reservadas para las clases altas o para las clases muy marginales. Pero en los años sesenta muchos jóvenes comenzaron a hacer de esta droga parte de su cultura y de su vida, estando a la vanguardia los hippies, que surgieron en Estados Unidos como una contracultura y que tuvieron una fuerte oposición a la guerra de Vietnam.

En medio de un mundo que venía de una prosperidad económica como nunca antes, durante los años cincuenta, llamada la “edad de oro”, muchos jóvenes que no se sintieron identificados con los líderes políticos y religiosos de la época optaron por tomar como referencia a cantantes de bandas de rock, estilo musical que estaba surgiendo durante esos años, y algunos ni siquiera tomaban modelos, promoviendo así lo que se constituyó en la anarquía, que básicamente era el deseo de una sociedad sin Estado y sin autoridades.

Esta generación de jóvenes intentó en su contracultura encontrar un sentido y un estado espiritual que no les proporcionaba la sociedad; y la marihuana fue una gran ayuda para obtener su propósito, o al menos para hacérselos sentir así. Y por tal razón estos grupos comenzaron a 59

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abogar y luchar por su legalización.

El 30 de marzo de 1961, en New York, en la Convención Única sobre Estupefacientes, 186 países firmaron un tratado internacional, tras varias décadas de discusión, acerca del cannabis y otras drogas. En el mismo, en el artículo 2, numeral 5, literal b, dice: 27.“Las Partes prohibirán la producción, fabricación, exportación e importación, comercio, posesión o uso de tales estupefacientes, si a su juicio las condiciones que prevalezcan en su país hacen que sea este el medio más apropiado para proteger la salud y el bienestar públicos…”.

Esto fue la culminación de una batalla contra las drogas que se había iniciado a principios del siglo pasado en Estados Unidos. Hay ciertas realidades que no deben ser ignoradas, aunque se dé por sentado que la marihuana no contribuye para nada al bienestar social.

Algunas de estas realidades son, por ejemplo, que hay documentos de la existencia de la marihuana en el 2700 a.C., que por mucho tiempo fue un tema tabú y legal como consecuencia, y que durante la década de 1930 se libró una batalla propagandística un poco fantasiosa, con el fin de satanizar esta droga, cuando en realidad se sabe que es dañina –algunos dicen que más, otros dicen que menos– como el tabaco o el alcohol, que eran legales.

27. Naciones Unidas, Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes (enmendada por el protocolo de 1972 de modificación de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes).

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Sin embargo, no debemos ignorar que la marihuana de los sesenta tenía de un 1 a 6 por ciento de THC (tetrahidrocannabinol), mientras que la de hoy tiene desde un 8, 10, 15 y hasta 27 por ciento, sin dejar de lado por supuesto el conocido “síndrome amotivacional” que produce, el cual es un trastorno en la voluntad del individuo que le provoca apatía, desgano, y falta de motivación e interés general por la vida y todo lo que ella conlleva. Muchas personas dejan sus estudios y pierden sus trabajos, perjudicando así gravemente su persona, por volverse víctimas de este conocido síndrome. Por otro lado, también podríamos hablar de los estudios del profesor Robin Murray, del Instituto de Psiquiatría Kings College, que llegó a una conclusión alarmante tras varios años de estudio: en la década del 70, en general los pacientes que padecían esquizofrenia habían tenido experiencias traumáticas de niño, y tenían un historial psiquiátrico que los venía acompañando hasta el desarrollo completo de su enfermedad. Sin embargo, al llegar a los 80, aparecieron numerosos casos de personas que padecían esta enfermedad que nunca habían consultado a un psiquiatra en su vida ni tenido experiencias traumáticas. Parecía no haber explicación alguna, a no ser un común denominador: todos habían consumido marihuana durante su adolescencia. Tras esta investigación, el profesor Murray llegó a la conclusión de que las personas que consumen esta droga durante su adolescencia tienen 10 veces más probabilidad de desarrollar psicosis, paranoias o esquizofrenia que las que no consumieron. 61

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Ahora, el gran problema de la marihuana no es un tema de daños físicos, aunque estos sean claros y comprobados científicamente. Pero esto no es lo más relevante, sino que el problema de que la marihuana sea legal es un problema cultural y democrático. A medida que los deseos individuales de minorías van ejerciendo presión política y social, y los Estados van cediendo, la sociedad se fragmenta y divide cada vez más, y el concepto de libertad se va deformando hacia el antojo de satisfacer cualquier deseo, aunque tal deseo esté en oposición al bienestar social. Los deseos de las minorías comienzan a primar sobre el bien común, lo que socava la democracia. Holanda es conocida como la nación más liberal del mundo. En esa nación es legal la prostitución, la eutanasia, el aborto, el casamiento entre homosexuales y la marihuana y sus derivados en los coffeeshops. Sin embargo, según estadísticas, hoy el 67 por ciento de los holandeses no están de acuerdo con leyes tan liberales, ya que no ha mejorado la situación social del país; por lo contrario, ha empeorado. Uruguay es el país pionero en legalizar la producción y venta de marihuana por parte del Estado; sin embargo, más del 60 por ciento de la población no está de acuerdo con esta legalización, lo que demuestra que, en las democracias modernas, los derechos individuales de minorías que presionan políticamente están por encima de la opinión y bienestar colectivo. La estructura de la sociedad está formada por familias, y las familias por vínculos entre individuos que responden a intereses colectivos, no personales. Cuando los 62

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deseos de los individuos comienzan a exaltarse por encima de los colectivos, se resquebraja la estructura social y la decadencia moral y espiritual toma lugar, como ha sucedido y está sucediendo en gran parte de las sociedades occidentales.

A principios de los 80, el filósofo Jean-François Lyotard decretó –en su obra El posmodernismo explicado a los niños¬–, la muerte de los grandes relatos –el capitalismo, el marxismo, el cristianismo y el iluminismo–, y el nacimiento de la era posmoderna, que significaba el ascenso de los pequeños relatos –es decir, de las minorías– y el reclamo de sus derechos en la esfera social. Algo de razón tenía Lyotard. El capitalismo había demostrado hacía tiempo ser injusto, opresor y obsoleto para mejorar la calidad de vida del hombre; el marxismo estaba a punto de colapsar junto con el colapso de la URSS; el iluminismo nacido en la etapa de la Ilustración, que levantaba la bandera de la razón como fuente de verdad, perdió su legitimidad durante todo el siglo, ya que “el hombre racional” había causado 187 millones de muertos en enfrentamientos bélicos, siendo el siglo más sangriento de la historia humana. Para entender la era posmoderna, básicamente hay que entender la era moderna y la premoderna. La era premoderna –anterior al siglo XVII– fue la era medieval, con el sistema de gobiernos monárquicos y los señores feudales. Las personas no tenían la libertad individual que hoy conocemos, el hijo del campesino nacía para ser campesino, el hijo de un amo nacía para ser amo, y el hijo de un rey para ser rey. La dinastía reinaba en la sociedad. Las personas 63

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prácticamente no tenían educación, a excepción del clérigo, que estudiaba las Escrituras y algún filósofo griego, generalmente Aristóteles. El aspecto más importante de esta época es que los individuos sometían su forma de vivir y de pensar a la autoridad, monárquica y eclesiástica. Eran los reyes y la Iglesia Católica quienes decidían la forma de pensar y de vivir que las personas debían llevar. Con la Reforma protestante del siglo XVI, las cosas comenzaron a cambiar. Las traducciones de la Biblia de Tyndale al inglés y de Lutero al alemán, permitieron que la gente comenzara a leer, a utilizar la razón, y a cuestionarse por qué la Iglesia debía decidir acerca de todos los aspectos básicos de la vida. Los luteranos y calvinistas, que se levantaron contra las monarquías y la autoridad papal de la época, fueron los primeros en desafiar el statu quo y abrir una brecha para el siglo que venía.

En el siglo XVII, sumado al cambio cultural que venía trayendo la Reforma, surge la revolución científica y los descubrimientos de Isaac Newton y Galileo Galilei, que dan más fuerza al uso de la razón y el cuestionamiento de la autocracia de la Iglesia. Los avances de la ciencia fueron el cimiento para el nacimiento del iluminismo (16501750), que termina dando a luz la era moderna. El símbolo máximo de la era moderna es la Revolución Francesa, que significa el nacimiento de los gobiernos democráticos en Occidente y el comienzo de la destrucción de la monarquía. En la era moderna, los individuos ya no confían en la autoridad impuesta, sino que se basan en la razón y en las ciencias para conocer e interpretar el mundo. 64

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Ahora, en la era posmoderna –que comienza en 1989 con la caída de la URSS–, los individuos ya perdieron la confianza en la autoridad de la era premoderna, y en la razón de la era moderna, todo se transforma en relativo. Cada uno posee su propia verdad, no existen las verdades absolutas, las grandes verdades –capitalismo, marxismo, cristianismo e iluminismo– han fracasado en su intento de brindarle progreso al mundo, por lo que no son dignas de confianza.

Sin embargo, el decreto contra el cristianismo no es verdadero. Los valores y principios cristianos siguen siendo fuente y verdad legítima para cambiar el mundo. El “cristianismo” que le falló al mundo es el cristianismo patriarcal, medieval, autoritario, arbitrario y gobernado a merced de caprichos y deseos de hombres, pero el verdadero cristianismo, basado en la única fuente de autoridad, la Biblia, no ha fracasado para nada; por lo contrario, sigue siendo el pensamiento que mejor le ha hecho a nuestra civilización. La verdad de que Dios mismo se hizo hombre, vivió en la tierra y dio su vida para que todos los que crean en él puedan disfrutar de una vida mejor en medio de un mundo injusto, sigue siendo fuente de esperanza, transformación y alegría para millones de personas. Las organizaciones cristianas alrededor del mundo trabajan sin hacer alarde por transformar el mundo y hacer de este un lugar mejor. Algunas de ellas son: 28.–Teen Challenge (Desafío Juvenil) comenzó en 1958 en la ciudad de Nueva York por el Reverendo David Wilkerson. La iniciativa ha evolucionado a una organiza28. teenchallenge.org

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ción cristiana internacional, con más de mil centros por todo el mundo. El ministerio comenzó con un enfoque en miembros de pandillas con edades de jovencitos, pero Teen Challenge ahora abarca a hombres y mujeres de cualquier edad con problemas para controlar su vida. El grado de triunfo de Teen Challenge ha sido independientemente verificado muchas veces a través de los años, y de nuevo en 1999, cuando la Universidad Northwestern encontró que el 86 por ciento de los que completan el programa se mantienen libres de drogas. También se encontró que el 84 por ciento asiste a la iglesia por lo menos semanalmente, y 90 por ciento de los graduados todavía tienen trabajo. Teen Challenge es reconocido como uno de los programas de este tipo más viejo, grande y con más triunfo en el mundo de hoy.

29.–REMAR (Rehabilitación de Marginados) es, oficialmente, una ONGD (Organización no Gubernamental para el Desarrollo) internacional de carácter evangélico, de promoción del desarrollo y lucha contra la toxicomanía y otros problemas sociales de marginación social. Fundada en Vitoria (España) en 1982 por Juan Miguel Díez Álvarez y formalizada en Madrid en 1990, REMAR desarrolla actualmente actividades en setenta países, incluyendo todas las comunidades autónomas españolas. Según afirma la organización, a lo largo de su historia REMAR habría acogido, solo en España, a más de 400.000 personas en los ámbitos de rehabilitación de toxicómanos. Asimismo, afirma haber prestado atención integral en los campos de protección de menores y ancianos, intervención en centros penitenciarios y otras actividades sociales, incluyendo incursiones en 29. wikipedia.org

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el comercio justo a través de su red de comercios de muebles de segunda mano presentes en numerosas ciudades. La creación de empresas de servicios, de albañilería, carpinterías, imprentas, talleres de coches, panaderías, transportes, viajes... son otras actividades que permiten su autofinanciación y crecimiento. Por otra parte, muchos de sus fondos proceden de donaciones y herencias. Del mismo modo, REMAR Internacional ONGD se encuentra, a finales de 2011, en 70 países, y en su última Memoria asegura alcanzar a más de doce millones de personas atendidas y éxito en la desintoxicación y rehabilitación. 30.–Misioneras de la Caridad (MC) es una congregación religiosa católica fundada en 1950 por la Madre Teresa de Calcuta para ayudar a los más pobres. La orden cuenta actualmente con más de 4.500 religiosas en más de 133 países. Las adherentes deben hacer los votos de pobreza, castidad y obediencia, más un cuarto voto de servicio libre y de todo corazón a los más pobres de entre los pobres. Los Hermanos de las Misioneras de la Caridad se fundan en 1963, y una rama contemplativa de las Hermanas se crea en 1976. En 1984 la Madre Teresa fundó junto al Padre Joseph Langford los Padres Misioneros de la Caridad. Las Misioneras ayudan a refugiados, ex prostitutas, enfermos mentales, niños abandonados, leprosos, víctimas del sida, ancianos y convalecientes. Tienen escuelas atendidas por voluntarios para educar a los niños de la calle, comedores de caridad, y proveen otros servicios de acuerdo con las necesidades de la comunidad. Sólo en Calcuta existen 19 casas que acogen hombres y mujeres necesitados, niños huérfanos, enfermos de sida, una escuela de niños de la 30. wikipedia.org

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calle y una colonia de leprosos. Estos servicios son proporcionados a las personas sin tener en cuenta su religión.

Solamente fueron mencionadas tres organizaciones de las importantes a nivel global. Pero hay cientos de igual o mayor relevancia que las nombradas, además de mucho potencial escondido. Cuando el hermetismo en la Iglesia se termine de romper, y la influencia cristiana se disipe por toda la sociedad, van a haber cambios como nunca antes ha habido en la historia del hombre.

Según el filósofo argentino Pablo Feinmann, los atentados a las Torres Gemelas de 2001 barren con la condición posmoderna, porque establecen un acontecimiento universal, la fragmentación murió, el siglo XXI acaba con los posmodernos, porque el siglo XXI establece de nuevo los totalitarismos, y el mundo comienza a polarizarse de nuevo. En Oriente aparecen con más fuerza que nunca los fundamentalismos islámicos, resurgen China, Corea del Norte y Rusia.

Hace poco tiempo, en junio del 2013, tras las revelaciones de Edward Snowden, exagente de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA según su sigla en inglés), acerca de programas secretos utilizados por el gobierno norteamericano para espiar a diferentes líderes políticos mundiales, y tras el asilo de Snowden en Rusia, se despertó una guerra mediática que había estado dormida desde el fin de la Guerra Fría.

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Dicha guerra, protagonizada por Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), fue tomando carácter político y económico, teniendo como foco principal el conflicto civil de Ucrania. En febrero de 2014, tras varios meses de protestas y enfrentamientos entre el gobierno y activistas europeístas-nacionalistas, por la negativa del presidente ucraniano de firmar un acuerdo económico con la UE, el mismo fue destituido, dejando en manos a un gobierno interino afín a la UE.

A partir de estos acontecimientos, algunos pueblos comenzaron a manifestar su deseo por adherir a Rusia y a proclamar su independencia, como el caso de Crimea, que actualmente forma parte de la Federación Rusa. El gobierno de Kiev toleró lo de Crimea, pero se puso firme ante los otros movimientos separatistas prorrusos del este de Ucrania, lo que desató una guerra civil. Los enfrentamientos armados entre los separatistas que no apoyan al gobierno de Kiev y el ejército de Kiev han sido sangrientos y dejado decenas de muertos, y con el reciente derribo del avión de Malaysia Airlines, con 298 pasajeros a bordo –presuntamente producido por las fuerzas prorrusas apoyadas militarmente por Rusia–, Estados Unidos y la Unión Europea adoptaron sanciones económicas contra Rusia, según la Casa Blanca, “porque no cumplió sus compromisos para aliviar la crisis en Ucrania”. La historia se repite, y así como sucedió en la segunda etapa de la Guerra Fría, cuando el campo de batalla se trasladó al Tercer Mundo, trayendo dictaduras derechistas en América Latina apoyadas por la estadounidense Agencia 69

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Central de Inteligencia (CIA), en contra de los levantamientos subversivos de grupos revolucionarios de izquierda, y también la incoherente guerra de Vietnam, hoy el campo de batalla se traslada a Ucrania. Una ciudad fragmentada política e ideológicamente, que está sufriendo un enfrentamiento sangriento detrás del cual están los intereses económicos y políticos de dos grandes potencias como lo son Estados Unidos y Rusia. El hecho es que el proceso, tanto a nivel económico, político y mediático, tiene una proyección más favorable para Rusia que para Estados Unidos y la UE, lo que está haciendo tambalear el poder hegemónico de la Casa Blanca.

El mundo está cambiando tanto que podríamos pensar que el futuro inmediato para Estados Unidos es desfavorable, política y económicamente. La potencia mundial que gobierna el mundo desde el fin de la Primera Guerra Mundial podría estar deslizándose a perder su calidad de nación imperialista. Algunas señales de la posible caída del imperio americano son recientes, y podrían tener un efecto dominó sobre la política y la economía mundial, que podría dar un giro de poder hacia Oriente y Asia. La creación del Nuevo Banco de Desarrollo del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es una clara señal que no se puede ignorar. Durante los últimos 30 años, las políticas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido agresivas con el Tercer Mundo. Las condiciones para adquirir préstamos han 70

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requerido reformas en las políticas económicas de dichos países, lo que a la larga terminaba perjudicando más las economías nacionales. La creación del Banco de Desarrollo BRICS, que fue firmada en marzo de 2013, presupone una futura alternativa a depender de las entidades bancarias dominadas por Estados Unidos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El Banco BRICS será un Banco de Desarrollo para los países intervinientes que no exigirá reformas en las economías de dichas naciones para otorgar préstamos. La inmunidad rusa a las sanciones de Occidente también es una señal. A pesar de que Occidente impuso sanciones económicas a Rusia en el sistema financiero, en la industria energética del gas y del petróleo, y un embargo armamentístico que afecta la defensa, la repuesta del presidente Vladimir Putin no se hizo esperar. Rusia canceló las importaciones de alimentos desde Estados Unidos, la UE, Australia, Canadá y Noruega, de carne, pescado, leche, productos lácteos, frutas y verduras. En 2013, Estados Unidos exportó 1,3 mil millones de dólares en alimentos y productos agrícolas a Rusia, por lo que las repercusiones de las sanciones en la economía occidental podrían ser más significativas que en la economía rusa.

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Otra clara y muy importante señal es la creación de una red informática paralela a Estados Unidos. El ministro de Comunicaciones ruso, Nikolái Nikíforov, y el titular de Industria y Tecnologías Informáticas chino, Miao Wei, sostuvieron una reunión recientemente, en la cual acordaron incrementar su relación bilateral en telecomunicaciones y alta tecnología, con el fin de depender cada vez menos de la tecnología estadounidense. También con el fin de mejorar la transparencia de Internet, China está dispuesta a dejar de comprar los servidores de alta calidad de IBM. De hecho no está comprando productos informáticos extranjeros, debido a las sospechas de que Estados Unidos utiliza esta alta tecnología para espiarlos. El deseo de crear una red paralela a Internet, la cual está dominada por Estados Unidos, es cada vez más intenso.

Otra señal es el acercamiento ruso con Latinoamérica. En 2014, el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo una gira por Latinoamérica que comprendió Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil, y se reunió con los líderes de los cuatro países. Además de reunirse en Brasilia con los presidentes de Venezuela, Bolivia y Uruguay. La gira tuvo fines comerciales y políticos. Rusia, al cerrar las importaciones de materia prima proveniente de Estados Unidos y la UE, debe explotar sus mercados internos, pero también debe buscar nuevos mercados en el exterior desde donde importar. Al mismo tiempo, la reticencia general que existe en los actuales gobiernos de América Latina hacia Estados Unidos, fue aprovechada por el líder ruso para ganar poder político en la región. 72

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Y por último, y quizá lo más importante, es la pérdida de credibilidad internacional de Estados Unidos. Desde las revelaciones de Snowden en junio de 2013, la credibilidad del gobierno americano ha caído considerablemente a nivel nacional e internacional. La actual intervención americana en Irak para contrarrestar al Estado Islámico deja en evidencia que la ocupación en dicho país desde 2003 hasta 2011 –durante la cual nunca se encontraron las armas de destrucción masiva que la justificaron–, solo dejó un gobierno débil y una sociedad fragmentada propensa a una guerra civil y que hoy está atravesando una tremenda crisis humanitaria. Al mundo cada vez le cae peor la política exterior de Estados Unidos, y ahora su poder se ve minado por el papel que están jugando Rusia y las naciones que se están alineando detrás de ella. Hoy vivimos en un mundo pluripolarizado en potencias, en donde existen varios focos que luchan por sus intereses económicos y políticos, lo que podría desatar una guerra mundial en cualquier momento. La ONU ha perdido poder e influencia. Estados Unidos y la coalición invadieron Irak en 2003 sin su permiso, y actualmente están bombardeándolo nuevamente sin autorización. Los especialistas dicen que hoy el mundo cambia cada cinco años. Cada cinco años las diferentes cosmovisiones políticas, filosóficas, religiosas, sociológicas, psicológicas, etcétera, sufren modificaciones debido al alto flujo de información. Estar informado, acompañar la evolución de la especie y tratar de dirigirla hacia el bienestar del ser humano es una responsabilidad del hombre contemporáneo. 73

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IV La ilusión del marxismo “El marxismo es la primera filosofía sistemática y detallada que reduce abruptamente la noción de hombre.” Richard Wurmbrand

Podríamos pensar que hablar de marxismo en pleno siglo XXI es obsoleto y anticuado. Es verdad que el marxismo en su esencia ya no existe en el mundo desde la caída de la URSS, pero su influencia sigue vigente, por lo que no es menor su importancia. El marxismo sigue siendo una de las ideologías más influyentes en la política de nuestro tiempo, y Karl Marx continúa siendo uno de los autores más leídos. Los movimientos populistas de izquierda que han emergido en la última década en América Latina, liderados por presidentes de izquierda que han llegado al poder: Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela), Néstor Kirchner (Argentina), José Mujica (Uruguay), Lula Da Silva (Brasil), que en muchos casos, algunos de ellos han roto relaciones con Estados Unidos, y tienen un pasado sindicalista y hasta guerrillero, por supuesto fueron fuertemente influenciados por la corriente 74

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ideológica del marxismo.

Aunque el tiempo mismo demostró que las teorías y predicciones marxistas eran erróneas, todavía la izquierda latinoamericana preferentemente, conserva cierta influencia de dicha ideología. Las predicciones que Marx hizo en su Manifiesto Comunista (1848) y El Capital (1867), fundadas en la base filosófica de la dialéctica y el materialismo histórico, que afirmaban que a medida que el capitalismo se desarrollara y las sociedades se industrializaran, la clase obrera se iba a proletarizar cada vez más –esto es: que de lo único que iban a disponer era su fuerza de trabajo– y que la tecnología maquinaria iba a reemplazar a los obreros dejándolos a la deriva, llevando así a la sociedad al socialismo, que era la toma de poder y de los medios de producción de la clase obrera –la dictadura del proletariado–, y más tarde la abolición completa del Estado en la fase que denominaría comunismo, nunca se cumplió. Al contrario de lo que pensaba Marx, la primera revolución socialista ocurrió en Rusia (1917), que era una de las sociedades menos industrializadas y más atrasadas de la época, mientras que la teoría de la proletarización tampoco se cumplió. El desarrollo tecnológico de las fábricas en los países más industrializados llevó a una diversificación de la clase obrera, creándose diferentes rangos, desde los profesionales y técnicos hasta los peones, dividiendo así a la clase obrera y haciendo imposible las predicciones de Marx. Y aunque es verdad que las máquinas reemplazaron algunos cargos de la clase obrera, estos últimos fueron absorbidos por otras fábricas debido a la alta demanda de 75

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fuerza de trabajo, consecuencia del crecimiento de la producción y del consumo. A pesar de que la revolución socialista no ocurrió exactamente como lo predijo Marx, sí se llevó a cabo, comenzando con la URSS (1917), China (1949), Cuba (1959), y otros aliados del bloque soviético. Sin embargo, el tiempo sepultó este imperio socioeconómico que durante 74 años –y más intensamente durante la Guerra Fría 1945-1989– disputó con el capitalismo occidental la hegemonía económica y política mundial.

El fracaso del marxismo a nivel mundial tiene su origen en sus dos teorías más intrínsecas: el materialismo y la dialéctica. Marx, en su pensamiento materialista, creía que la sociedad hacía al ser, y no el ser a la sociedad, es decir, que los factores externos, políticos, sociales, y económicos, producían la esencia interior de los individuos, y por tanto su comportamiento. En su obra Contribución a la crítica de la economía política afirma que 31.“El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.” En esta perspectiva, él aseguraba que cambiando los factores externos de la economía y la sociedad cambiarían los individuos por dentro, naciendo así lo que los socialistas llamaban el “nuevo hombre socialista” o “nuevo hombre soviético”. Un hombre libre de codicias, con cualidades altruistas, capaz de vivir bajo las características del régimen comunista. Trotsky afirmaba que 32.“El hombre logra31. Karl Marx, Contribución a la crítica de la economía política, Editorial Progreso, 1989, p.8. 32. wikipedia.org (Nuevo hombre soviético)

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rá su meta... para crear un tipo sociobiológico superior, un superhombre si se quiere”. Aferrados a esta teoría, los bolcheviques llevan adelante la primera revolución socialista en 1917 y tras poco más de una década de inestabilidad política y social, comienzan a reformar a fondo la economía de lo que sería la Unión Soviética. Es así cómo, en la década de 1930, al mando de Stalin, comienzan a colectivizarse las tierras en koljoses, y los campesinos que se resistían eran apresados, torturados y asesinados. Esta época es llamada por los historiadores “los años del terror”, debido al despotismo con que actuó Stalin para implementar las reformas.

Ya al comienzo de la revolución se habían implementado medidas como la expropiación de las tierras, la socialización de los medios de producción, la censura a toda opinión contraria al partido de gobierno, y la aniquilación de toda corriente política e ideológica diferente, tratando así de llevar al pueblo hacia una mentalidad socialista. Para eso, el mismo ejército soviético y la KGB supervisaban la sumisión del pueblo, y detectaban posibles complots para desestabilizar el régimen comunista en los países soviéticos, ejecutando así a millones de personas que no se sometieron al tal régimen. Pero a la larga la URSS cayó. Comenzó a desestabilizarse económicamente ya que gastaba el 80% de su presupuesto en armamento; el pueblo se fortaleció, apareció un líder menos represivo como Mijaíl Gorbachov, y en seis años no existía más el imperio comunista. El problema fue que la represión solo manipulaba al individuo desde afuera a través de fuerzas externas, pero no podía cambiar su interior. Los vínculos entre las personas se77

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guían siendo fuertes a pesar del régimen en el que les tocó vivir. La libertad y la autonomía son características innatas al ser humano. Entre 1947 y 1961, antes de construirse el muro de Berlín, huyeron 3 millones de berlineses orientales hacia Berlín occidental, escapando del régimen comunista buscando una vida más liberal y autónoma. A través de la experiencia soviética quedó claro que la teoría marxista de que el modo de producción (exclusivamente) de una sociedad, determina la condición espiritual y moral de sus individuos, no es verdadera. Pues en los 74 años que existió el régimen socialista de la URSS nunca pudieron lograr la transformación de los individuos para llevarlos a la fase superior del comunismo. El sometimiento de la población al régimen no se basó en el altruismo y la entrega a la causa, sino más bien fue la represión y el autoritarismo que lo mantuvieron vigente mientras duró.

Los más críticos con el antiguo imperio soviético opinan que el socialismo nunca se llevó a cabo. Cuando los bolcheviques llegaron al poder en 1917, el poder estatal se concentró en Lenin y Trotsky, y a pesar de que socializaron los medios de producción, también suprimieron la política partidaria, los movimientos obreros y sindicales; en síntesis, suprimieron todo movimiento social y concentraron el poder en ellos. La Revolución de Octubre fue un traspaso de poder de una dictadura zarista a una dictadura del Partido Comunista, mientras que el pueblo siguió bajo la opresión y el dominio de los designios de unos pocos.

La represión es algo que ha caracterizado a todos los 78

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regímenes con influencia marxista a lo largo del siglo XX. En su intento por transformar al hombre y acoplarlo a la vida comunista, mataron, torturaron y aprisionaron a miles de personas. El famoso historiador Tzvetan Todorov, nacido en la Bulgaria comunista, analiza su experiencia así:

33.“El tema de la libertad irrumpió muy pronto en mi vida. Hasta los veinticuatro años, vivía en un país con un régimen totalitario, la Bulgaria comunista. Es cierto que lo primero de lo que todo el mundo se quejaba a mi alrededor era de la escasez, de la dificultad para conseguir tanto los productos de primera necesidad como los pequeños extras que hacen la vida más agradable, ya sea comida, ropa, productos de aseo o inmobiliario. Pero la falta de libertad venía inmediatamente después. Los dirigentes del país, con el apoyo de un sinfín de organizaciones y del aparato del partido, la policía, y la policía política, a la que llamaban ‘Seguridad del Estado’, controlaban todo tipo de actividades, por profesiones, por barrios, por edades, etc. Vigilaban todos los aspectos de nuestra vida, y el menor desvío respecto de la línea impuesta podía ser denunciado. Evidentemente, eso incluía los ámbitos que podían tener relación con los principios políticos que proclamaban, desde la literatura y las humanidades hasta las instituciones públicas, pero a ellos se añadían aspectos más neutros de la existencia, que en otras circunstancias nos costaría imaginar que puedan tener un significado ideológico: elegir dónde vivir y en qué trabajar, incluso cosas aparentemente tan banales como preferir un tipo de ropa u otro. Llevar 33. Tzvetan Todorov, Los enemigos íntimos de la democracia, Galaxia Gutenberg, 2012, pp. 5-6.

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minifalda o un pantalón demasiado ceñido (o demasiado ancho) era severamente castigado. La primera vez podían llevarte a la comisaría y darte un par de bofetadas, pero en caso de reincidencia podías acabar en un campo de ‘reeducación’ del que nadie tenía garantías de salir vivo.”

La Revolución Cultural de Mao Zedong, en la China comunista, es otro ejemplo del intento fallido del marxismo por transformar la conciencia de las personas. En 1966, en un intento desesperado por recuperar poder político y despertar el espíritu revolucionario, Mao emprende una campaña que comprendía el control excesivo de los medios de comunicación, la movilización de estudiantes y del ejército para suprimir a quienes estaban a favor de una reforma económica en pos del capitalismo. La represión y la violencia formaron parte activa de esta revolución. Pero no se logró la transformación deseada. En 1976, tras la muerte de Mao, Deng Xiaoping tomó el poder a través de un golpe de Estado, e instauró reformas que transformaron la economía china en un sistema capitalista. A pesar del cambio económico, la represión política e ideológica continuó. En 1989, en uno de los episodios más tristes de la historia china del siglo XX, miles de estudiantes e intelectuales se concentraron en la Plaza de Tian’anmen, reclamando una apertura democrática y una reforma económica. Tras diecinueve días de protesta, el ejército chino irrumpió en la Plaza con tanques para reprimir a los manifestantes. Se calcula que murieron alrededor de 2.600 personas, y resultaron heridas entre 7.000 y 10.000.

Si las teorías de Marx fueran certeras, ¿por qué la 80

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India, que es un país riquísimo en materias primas, padece tanta hambre y violencia? No es a causa del modo de producción, sino de las creencias de los indios. Los 30 millones de dioses en los que creen les impiden comer las abundantes vacas que poseen, ya que se las consideran sagradas. De la misma manera, la creencia en el Karma inhibe de ayudar a los cientos de necesitados que pululan por las calles, debido a que ayudarlos sería condenarlos a vivir una vida desgraciada en la reencarnación. Es evidente que el marxismo no toma en cuenta la influencia de las creencias en el nacimiento y desarrollo de las civilizaciones. Por ejemplo, en países pobres del norte de África y Medio Oriente, donde radican milicianos islámicos, el nivel educativo es desastroso y no hay buena asistencia sanitaria; hay carencias de agua y comida, pero a nadie le falta un fusil de asalto AK-47, valuado en unos 760 dólares. Si las religiones no tuvieran un impacto profundo en el pensamiento y la moral de las personas, entonces cómo explicamos el odio que hay en el mundo árabe hacia Occidente y el creciente Estado Islámico en Nigeria, Siria e Irak, que está preocupando tanto a los analistas internacionales. El islam es la religión más creciente actualmente, con más de 1.600 millones de fieles. Su ala radical yihadista ha propagado su hostilidad y su odio a todo el mundo árabe, Asia, África, Medio Oriente, y poco a poco están invadiendo el mundo occidental. Si bien es verdad que no todos los musulmanes son radicales y fundamentalistas, gran parte de ellos sí lo son, y vemos las consecuencias en los asesinatos en masas que cometen, atentados terroristas, inmolaciones y todo tipo de actos que sólo demuestran 81

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el odio que llevan dentro hacia todos aquellos que no comparten sus creencias. Pues ellos consideran infieles y dignos de muerte a quienes no profesan a Alá como único Dios y a Mahoma como su profeta; el Corán dice en Sura 2:191: “Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: esa es la retribución de los infieles.”

Para ellos, cualquiera que crea algo diferente, principalmente los judíos y cristianos, son una amenaza, pues podrían inducirlos a la tentación de creer como ellos; por lo tanto, como el Corán mismo afirma que “Tentar es peor que matar”, así no tienen problema en quitarle la vida a cualquiera que se les cruce en el camino y a cualquiera que se niegue a convertirse a su religión. Esto es parte de la Yihad, también conocida como “Guerra Santa”, que es una obligación religiosa que ellos tienen de difundir el Islam, incluso a costa de vidas humanas. Para ellos, matar a un “infiel” es como recibir un trofeo delante de Alá. El ateísmo marxista que no considera la influencia de las religiones en el hombre, tiene su origen en el propio Marx. Él formaba parte de una sociedad secreta político-filosófica llamada “La liga de los Justos”, que a su vez era una rama del Orden Illuminati fundado por Adam Weishaupt en 1776. La naturaleza de esta corriente, que impulsó la Revolución Francesa y se expandió por toda Europa, era la oposición a la monarquía y al cristianismo de la época, utilizando la razón como su baluarte, según ellos creían, en contra de un Dios que no dejaba que el conocimiento 82

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llegara al hombre.

No aceptar la influencia de las religiones y creencias en las civilizaciones es dejar un gran hueco en la explicación del comportamiento de las sociedades. Y eso es justamente lo que hace el marxismo y lo que justifica en gran medida su fracaso. El hombre tiene la tendencia a creer y porta en sí mismo la necesidad de hacerlo. Y así como para cada necesidad innata del hombre existe algo con que saciarlo, para la necesidad de creer también lo existe: Dios. Privar al hombre de esta necesidad fue lo que hizo la URSS durante 74 años, pero terminó perdiendo la batalla.

Lenin, el líder de la revolución bolchevique, una figura casi omnipresente en la sociedad soviética por muchos años, hoy es historia. Si bien politólogos rusos importantes como Vladímir Sidov coinciden en que tras la caída de la URSS la imagen de Lenin mejoró, a causa de la decepción de las políticas neoliberales implantadas por el gobierno ruso de Yeltsin en cuanto a salud, educación y economía de los últimos 20 años, aún sigue predominando un sentimiento desencontrado en el pueblo ruso al recordar el nombre del líder bolchevique. Los más jóvenes son bastante extremistas: unos piensan que fue un “dictador déspota”, y otros que fue “un gran pensador”. Los rusos con más edad, quienes tienen recuerdos más frescos de aquellos tiempos, lo consideran un personaje histórico importante, pero la mayoría prefiere mantenerse al margen de hacer evaluaciones subjetivas.

El portal “Rusia Hoy” afirma que 34.“en 2011 el Leva-

34. Artículo “¿Qué piensan los rusos sobre Lenin?”, 21 de enero de 2014 por Marina Obrazkova, Rusia Hoy.

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da Center realizó otra encuesta sobre Lenin y entonces la mayoría se inclinó por decir que ‘la memoria de Lenin quedará en la historia, pero nadie seguirá su camino’ (34%), y solo el 5% declaró que sus ideas tenían futuro.” Pareciera que en la nación que fue vanguardia del comunismo, la mayoría de la población hoy en día no ve el sistema comunista como un sistema de gobierno viable.

Tal vez no sea por el sistema en sí, sin5o por la manera en que se llevó a cabo. Durante la vida de la URSS, 30 millones de personas fueron ejecutadas por ser consideradas una amenaza para el mantenimiento de la revolución. Los medios de comunicación, la educación, los movimientos obreros y estudiantiles eran adoctrinados con la ideología comunista y cualquier manifestación de una opinión contraria era considerada un delito penado con la cárcel y hasta la muerte.

La historia de la URSS es muy controvertida. De una dictadura burguesa que existía antes de 1917, surgió una dictadura del partido comunista; y no una dictadura del proletariado como planteaba Marx, ya que la clase obrera siguió sufriendo los azotes de las injusticias sociales, y ahora más oprimidos que antes, dado que cualquier descontento con el sistema era considerado una actitud subversiva contra el régimen.

Lenin y los que lo sucedieron tras su muerte transformaron en un régimen opresor lo que había nacido supuestamente como la esperanza de los pueblos para la igualdad social. Olvidaron el propósito inicial de su lucha, o 84

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tal vez el marxismo solo fue una utopía imposible de llevar a cabo por hombres dominados por el anhelo de poder. La historia se vuelve a repetir: cuando los líderes ponen su vida por causa de ese ideal, se convierten en héroes. Pero cuando ponen su ideal por encima de la vida de los demás, se convierten en déspotas, dado que los ideales están constituidos con el fin de mejorar la vida misma, y por lo tanto no están por encima de ésta, sino que son un medio para contribuir a ella. Cuando un ideal se convierte en un fin en sí mismo, y se desprecia la vida al punto de ejecutar a todo aquel que no piense acorde a ese ideal, el mismo se vuelve una forma de despotismo dictatorial. San Agustín, el pensador cristiano más importante del primer milenio, en el siglo IV, cuando el cristianismo ya era la religión oficial del Imperio Romano, inspirado en las epístolas paulinas enseñaba que los seres humanos nacían con una tendencia innata hacia el mal, plantando lo fundamentos de la teología cristiana contemporánea. Dicha tendencia puede ser refrenada mediante las leyes y reglas de las instituciones, pero sólo puede ser eliminada y remplazada por tendencias nobles mediante un acercamiento profundo a Dios. La teología cristiana de San Agustín identifica al enemigo del hombre en el hombre mismo, mientras que el marxismo lo hace fuera de él, afirmando que el mal es el modo de producción capitalista. El marxismo trata de producir en el individuo un cambio de afuera hacia adentro, cambiando los factores socioeconómicos que lo rodean, mientras que el cristianismo cambia al hombre de adentro hacia afuera mediante un acercamiento a Dios. 85

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La evidencia está a la vista: el marxismo no logró su cometido y terminó por morir, mientras que el cristianismo sí lo ha logrado a través de los siglos y está más vigente que nunca. Richard Wurmbrand, un pastor que vivió en la Bulgaria comunista, fue apresado durante 14 años por formar parte de las Iglesias clandestinas que se oponían a este régimen. Estuvo tres años sin ver el sol, en una celda subterránea, donde era torturado diariamente y vivía en pésimas condiciones higiénicas, al punto de que las ratas comían sus pies mientras él intentaba dormir. El castigo que le impuso el régimen comunista, con el objetivo de “reeducarlo”, nunca funcionó. Cuando fue liberado, sus convicciones no habían cambiado en absoluto. Junto a su esposa fundó “La Voz de los Mártires”, que ha llegado a ser una organización internacional dedicada a defender a los cristianos que sufren persecución religiosa.

El mismo pastor Wurmbrand relata parte de su experiencia de la siguiente manera:

35.“Las torturas y brutalidades en la cárcel continuaron sin cesar. Cuando caía inconsciente o estaba demasiado confuso para poder dar alguna esperanza de confesión a mis torturadores, era devuelto a mi celda. Allí quedaba, tendido solo y medio muerto hasta lograr recuperar algo de mi energía, para poder comenzar de nuevo su labor conmigo. Muchos morían en estas circunstancias, pero en mi caso, sin saber cómo ni por qué, siempre lograba recuperar algo de mis fuerzas. En los años siguientes, a mi paso por varias diferentes cárceles me quebraron cuatro vértebras y muchos otros huesos. Me cortaron, quemaron, y me causaron pro35. Richard Wurmbrand, Torturado por Cristo, 1976, (www.lavozdelosmartires.com.ar).

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fundas heridas en diferentes partes del cuerpo que me dejaron dieciocho cicatrices permanentes… Durante años se nos obligó por diecisiete horas al día a escuchar lo siguiente: ¡El Comunismo es bueno! ¡El Comunismo es bueno! ¡El Comunismo es bueno! ¡El Cristianismo es estúpido! ¡El Cristianismo es estúpido! ¡El Cristianismo es estúpido! ¡El Cristianismo es estúpido! ¡Déjelo! ¡Déjelo! ¡Déjelo! ¡Déjelo! Diecisiete horas al día, por semanas, meses y años. Muchos cristianos me han preguntado cómo pude resistir el lavado de cerebro. Existe un solo método de resistencia: el ‘lavado de corazón’. Si su corazón está limpiado por el amor de Jesucristo, y en él hay amor hacia Él, Ud. puede resistir cualquier tortura. ¿Qué no haría una novia amorosa por su prometido? ¿Qué no haría una madre amante por su hijo? Si Ud. ama a Cristo, como lo hizo María, quien tuvo en sus brazos a Jesús cuando era bebe; si Ud. ama a Jesús como una novia ama a su prometido, entonces puede resistir tales torturas.” Por otra parte, la dialéctica de la historia es otra teoría marxista que resultó fallida. Marx, tomando la teoría 87

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de la dialéctica de Hegel, decía que la historia del hombre se regía por leyes históricas, tan rígidas como las leyes de la física o las matemáticas. En base a esto, presuponía que la historia del hombre se dirigía hacia la “libertad”. Según Marx, toda civilización tenía contradicciones, y estas contradicciones eran las que terminaban hundiendo –negando, en términos marxistas– las civilizaciones presentes y dando origen a nuevas civilizaciones. Así como la burguesía había derrotado al feudalismo –pensaba Marx–, el socialismo iba a derrotar a la burguesía, estableciendo la dictadura del proletariado, para transformar la sociedad en una civilización sin Estado ni religión, lo que vendría a ser el Comunismo.

Con la caída del muro de Berlín en 1989, y junto con él, del socialismo real, el capitalismo triunfó sobre el socialismo, dejando en evidencia el error de las teorías marxistas. En 1954, en un desfile en la Plaza Roja de Moscú, Stalin había dicho: “Algún día el comunismo enterrará al cristianismo en esta misma plaza”. Hoy la URSS es historia, y en el antiguo edificio donde funcionaba la KGB, funciona la imprenta bíblica de la ciudad.

En el actual siglo el populismo afecta parte de Latinoamérica. Lo que caracteriza a este fenómeno político es una paranoia que lleva a sus integrantes a demonizar toda opinión contraria y relacionarla con un “ataque político”. Al ellos, atribuirse a sí mismos como la voz del pueblo, toda voz contraria no se toma como proveniente del pueblo –aunque provenga del mismo–, sino que se minimizan a simples ataques políticos de la oposición. Por ejemplo, en 88

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2014, hubo grandes manifestaciones en Venezuela lideradas por estudiantes, de carácter democrático prácticamente infalibles. Sin embargo, el gobierno de Maduro le echó la culpa a la oposición, a los medios de comunicación, a la CIA, a Estados Unidos, y no se detuvo en lo más mínimo a escuchar a sus ciudadanos que de forma legítima reclamaban reformas en las políticas económicas que estaban provocando alta inflación, escasez de productos básicos, delincuencia, etcétera. Lo que Maduro hizo fue convocar marchas a favor de su gobierno, tildar de “fascistas” a los manifestantes, creando un clima de violencia y tensión social que dejó 42 fallecidos, más de 486 heridos y 1.854 detenidos.

Como afirma Richard Wurmbrand, 36.“El marxismo es la primera filosofía sistemática y detallada que reduce abruptamente la noción de hombre.” Marx redujo al hombre a un ser meramente material, sometido a una voluntad divina de la historia, sin tener en cuenta el ser espiritual del hombre y la influencia de éste, y de ahí su fracaso.

36. Richard Wurmbrand, La Otra Cara de Karl Marx, (www.lavozdelosmartires.com.ar).

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V Capitalismo destructivo “Hay algo peor que el capitalismo… pensar que no hay alternativas.” Naomi Klein

Adam Smith, considerado el padre de la economía, en el siglo XVIII, con su obra La riqueza de las naciones, da origen y forma al liberalismo económico, un conjunto de ideas que defendían las libertades individuales, la iniciativa personal y la propiedad privada. Dichas ideas fueron sufriendo transformaciones y deformaciones, que conjugándose con el pre-capitalismo que dominaba esa época, abrieron el camino para el establecimiento de lo que hoy conocemos como el modelo económico predominante en el mundo: el capitalismo. El capitalismo del mundo moderno como modelo socioeconómico, tuvo dos auges importantes: el primero, con el nacimiento de la Revolución Industrial a principios del siglo XIX. Debido a las modernas máquinas que sustituyeron a los artesanos y a la producción manufacturada, 90

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surgió la clase obrera, que eran campesinos, artesanos y pequeños burgueses que, eclipsados por la nueva producción industrial, tuvieron que buscar empleo en las grandes fábricas. Además, la necesidad que tenían esas fábricas de inversión de capital para producir, hizo que la clase alta burguesa, quienes poseían dicho capital, se alinearan con esta nueva manera de producir, involucrándose directamente como inversores en dichas fábricas o como propietarios.

Esto condicionó y originó nuevas relaciones productivas, en las que unos pocos tienen los medios de producción, y el resto trabaja para estos pocos, empleando lo único que tienen, que es su fuerza de trabajo. Adam Smith afirmó en el siglo XVIII que 37.“la única fuente de riqueza es el trabajo”, de manera que es el trabajo de los obreros lo que genera la ganancia de los dueños de las fábricas. Una ganancia que, con el transcurso de los años, fue mostrando que su único fin era generar más ganancia y acumular capital. Al ser cada vez más evidentes estas relaciones injustas entre dueños del capital y obreros, comienzan a surgir los primeros movimientos obreros y pensadores socialistas en el siglo XIX, aunque aún muy débiles, mientras que el capitalismo siguió creciendo y avanzando política y socialmente.

37. Adam Smith, Investigación de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, 1776.

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El primer declive del capitalismo tiene origen en el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914), desembocando en la crisis económica de Estados Unidos de 1929, denominada “la gran depresión”. El desempleo y el hambre afectaron no sólo a Estados Unidos, sino a todo el mundo, ya que desde el fin de la Primera Guerra Mundial (1919), el dólar y Estados Unidos dominaban la economía mundial. Sin embargo, la Unión Soviética, el primer Estado en llevar a la práctica el modelo socialista desde la Revolución Bolchevique de Octubre de 1917, permaneció inmune a dicha crisis, debido a su independencia económica de Occidente. Esto hizo que mucha gente que estaba siendo afectada por el declive del capitalismo comenzara a mirar con mejores ojos el modelo socialista. Fue entonces que para evitar revueltas populares, y hacerle frente a la crisis, el presidente Franklin D. Roosevelt, implantó el “New Deal” (“nuevo trato”), que fue un cambio en la política económica de Estados Unidos, que básicamente se basaba en la generación de empleo y seguros sociales, en más intervención del Estado en el mercado, regulación de precios, etc. Modelo tomado de la base teórica del economista John Maynard Keynes, que era básicamente un modelo “capitalista dirigido”, o “mixto” como suele llamársele, y que también influyó en los partidos socialdemócratas de Europa.

Con este cambio de curso, los derechos de los trabajadores comenzaron a respetarse más, y luego de la Segunda Guerra Mundial, el mundo entró en un período que los historiadores han denominado los “años dorados” (19451973), ya que fueron de gran crecimiento económico y bienestar social, sobre todo en el Primer Mundo. 92

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Durante este período, economistas como el norteamericano Milton Friedman y el austríaco Friedrich von Hayek abogaban por volver al capitalismo puro: libre mercado sin intervención del Estado para comercializar, desregulación de precios, supresión de sindicatos, privatizaciones de empresas públicas, recorte de subsidios estatales, etc. Medidas que comenzaron a denominarse “neoliberales”, ya que pretendían ser la nueva versión del liberalismo económico que predominaba en el capitalismo que surgió con la Revolución Industrial. Sin embargo, nadie escuchó a estos teólogos neoliberales por esos años, ya que el mundo parecía marchar bien.

Todo comenzó a cambiar en 1973 con la crisis de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cuando los países árabes productores de petróleo, como respuesta política a Israel y sus aliados en Occidente que habían apoyado la Guerra de Yom Kipur, decidieron no exportarles más petróleo. Estados Unidos y Occidente se vieron perjudicados, ya que el precio del petróleo subió, la inflación se disparó y las crisis comenzaron a reaparecer en la escena social. Es aquí que comienza un proceso de crisis, que da surgimiento al segundo auge del capitalismo, y el más consecuente a nuestra era, que casualmente precede a la década antes de la caída de la Unión Soviética. Principalmente con el ascenso de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos y Margaret Thatcher como primera ministra británica quienes producen un cambio de curso en la política económica mundial de gran relevancia, influenciados 93

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por las teorías neoliberales.

Conocida es la “doctrina del shock”, expuesta en el libro de Naomi Klein, técnica llevada a cabo por neoliberales capitalistas, durante los años 70, 80 y 90, para implantar reformas económicas prácticamente en toda Latinoamérica, en Rusia luego de caída la URSS, y más tarde en Asia. Esta doctrina consistía en crear un estado de shock en estas naciones, de carácter social, político y económico, muchas veces irreal y otras veces provocado por ellos mismos, con la colaboración de políticos corruptos que recibían más tarde grandes sumas de dinero en alguna cuenta bancaria de algún país lejano.

Al crear este estado de shock, estos capitalistas neoliberales se presentaban como los “salvadores”, muchos de ellos relacionados con el FMI y el Banco Mundial, ofrecían grandes préstamos con el fin de “ayudar” a la recuperación del país afectado, pero a cambio exigían reformas económicas de carácter neoliberal, como liberación de los precios, privatizaciones de empresas públicas y recursos naturales autóctonos, recortes en programas de asistencia social, y supresión de sindicatos y de derechos de la clase obrera. En otras palabras: la condición para recibir ayuda era que el capital público del Estado pasase a manos privadas, donde se veían beneficiados unos pocos. Muchas de estas reformas se llevaron adelante en dictaduras, como lo fue el primer experimento, llevado adelante en el Chile de Pinochet, por los “Chicago Boys”, grupo de economistas que habían estudiado en la Universidad de Chicago que profesaban el capitalismo neoliberal. Lo cierto es que lue94

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go de que estas naciones aceptaban este trato, con el tiempo terminaban destruidas: con deudas gigantescas imposibles de pagar, con revueltas sociales reaccionarias a las políticas neoliberales, servicios públicos en decadencia y por supuesto mayor desigualdad social.

Esta vuelta atrás en lo económico, y aún con más intensidad que en los años del capitalismo prematuro, comenzó a ensanchar más la distancia entre ricos y pobres, beneficiando a unos y perjudicando a otros, como la historia y el presente lo muestran.

Las consecuencias y las injusticias están a la vista. Hoy en día, a pesar de los grandes avances científicos en materia tecnológica, de salud, y económicos en algunos casos, el mundo no ha podido solucionar el problema que se considera el mayor riesgo de salud actualmente, y que cobra más vidas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntos anualmente: el hambre. El hambre afecta a 827 millones de personas en el mundo, dentro de las cuales 552 millones pertenecen a Asia y Oceanía. La población más afectada paradójicamente es la más vulnerable, estando constituida por mujeres y niños mayoritariamente. Las mujeres conforman el 60% del total de los que padecen hambre, y los niños sin ser una excepción son gravemente afectados por esto, dado que anualmente mueren 2,6 millones de niños menores de 5 años por esta causa, y esto es prácticamente la tercera parte de la población global que conforma esta edad. 95

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La incógnita que surge de estos datos es si este problema mundial no se ha solucionado por falta de recursos, o porque en realidad se carece de un interés genuino a nivel internacional para hacerlo. Según un reciente informe de Reuters, hay diez corporaciones que están detrás de la gestión de las multinacionales de alimentos de todo el planeta: Associated British Foods plc, The Coca-Cola Company, Grupo Dannone SA, General Mills Inc, Kellogg’s Company, Mars Incorporated, Mondelez International Inc, Nestlé SA, PepsiCo Inc y Unilever Group. La suma de los beneficios de estas diez corporaciones es de 43.537 millones de dólares, sin contar Mars Incorporated, de la cual no hay información. En el año 2000, los 189 países que conformaban la ONU en aquel entonces, dieron a conocer los conocidos “Objetivos de desarrollo del Milenio”, entre los cuales se encontraba erradicar el hambre en el mundo. El propósito inicial era reducir a la mitad la población que sufre hambre para el año 2015; transcurridos más de 14 años, seguimos muy lejos de lograr esto.

El principal argumento que se utiliza para justificar el hambre es el alza de los precios de los alimentos en el mercado internacional, pero esto está muy lejos de ser el verdadero factor que provoca el hambre, ya que la producción alimenticia se ha triplicado desde los años 60, y la población mundial sólo se ha duplicado. Actualmente, según la FAO, se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos en el planeta, teniendo un costo económico de 750.000 millones de dólares, y causando graves daños 96

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a los recursos de la humanidad como el clima, el agua, el suelo y la biodiversidad.

En Europa, por ejemplo, se calcula que un tercio de los alimentos producidos son desperdiciados, y lo absurdo es que el viejo continente se encuentre separado por el Estrecho de Gibraltar, a tan sólo un poco más de 14 kilómetros de África, el continente más afectado por el hambre.

Dadas estas razones, es evidente que el hambre no es un problema de producción de alimentos, sino que es un problema de acceso a los mismos, ya que la razón por la que existe una población que sufre el hambre no es que no existan los suficientes recursos alimenticios para satisfacer sus necesidades, sino que en realidad no tienen acceso a los alimentos producidos; dejando en evidencia que 38.“El hambre es un problema político. Es una cuestión de justicia social y políticas de redistribución”, como señaló en una ocasión el relator de la ONU para el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter. En el 2005, cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans, Estados Unidos, quedaron expuestas las consecuencias de un sistema capitalista puro, con un Estado débil, que no pudo hacer frente a la catástrofe y dejó a la población de dicha ciudad librada a su suerte.

Los diques de la ciudad se rompieron, y el 80 por ciento de la misma quedó bajo agua. Mientras los hospitales públicos se inundaban y no podían recibir pacientes, teniendo que hacer un refugio provisional en el aeropuer38. Artículo “Los porqués del hambre”, El País, 30 de julio de 2011, por Esther Vivas.

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to, los hospitales privados estaban cómodamente aislados de la catástrofe que estaba viviendo la ciudad. 39.“Cuando golpeó el Katrina, la aguda división entre los mundos del Ochsner Hospital y el Hospital Charity se plasmó –escribe Naomi Klein en su libro La doctrina del shock–, de repente, en el escenario mundial. Los económicamente seguros se fueron de la ciudad, se registraron en hoteles y llamaron a sus compañías de seguros. Las 120.000 personas en Nueva Orleans sin coches, que dependían del Estado para organizar su evacuación, esperaron una ayuda que nunca llegó, haciendo desesperadas señales de socorro o utilizando las puertas de frigoríficos como balsas. Estas imágenes conmocionaron al mundo, porque incluso si la mayoría de nosotros nos habíamos resignado a las desigualdades cotidianas de quienes tienen acceso al sistema sanitario, y cuyas escuelas tienen equipamientos dignos, aún había una extendida suposición de que en los desastres se supone que sería diferente.”

La suposición lógica a la que la famosa escritora hace referencia no es tan lógica cuando el capitalismo está al mando. En esos días, un arrepentido creyente del capitalismo escribió: 40.“El derrumbe de los diques de Nueva Orleans tendrá consecuencias sobre el neoconservadurismo tan profundas como el hundimiento del muro de Berlín lo tuvo sobre el comunismo soviético”.

Cuando se comenzó la reconstrucción de la ciudad, el gobierno, en vez de contratar mano de obra de la misma ciudad y así ayudar a la penosa situación económica en que se encontraban muchos de sus ciudadanos, contrató

39. Naomi Klein, La doctrina del shock, Paidós, 2007, p. 531. 40. Naomi Klein, La doctrina del shock, Paidós, 2007, p. 533.

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corporaciones y empresas ligadas al partido Republicano, partido del presidente Bush, quien gobernaba entonces. El gasto en contratos a empresas fue de 3.400 millones de dólares, los cuales, luego, el Congreso, controlado por los republicanos, compensó haciendo un recorte de 40.000 millones de dólares del presupuesto federal, entre los que entraban los préstamos a los estudiantes, los programas de asistencia sanitaria a gente sin recursos y los cupones de alimentos. En otras palabras, el Katrina sirvió para que las corporaciones se hicieran más ricas, y los más pobres pagaron el costo económico de la tragedia. Dos años después de la catástrofe, 3.000 empleados del sector público perdieron su trabajo, el hospital público seguía cerrado, y la compañía de energía eléctrica, privatizada, aún no había repuesto todo el suministro de la ciudad. Indonesia es otro ejemplo del desastre que provoca el capitalismo. La pobreza, la miseria, la falta de educación y de oportunidades, son tierra fértil para que empresas multinacionales como Nike, Reebok, Monsanto, The Gap y otras, tengan fábricas donde producen 55 millones de zapatos anualmente, millones de prendas de vestir y otros productos, utilizando mano de obra de menores, que sin tener otra opción trabajan hasta 72 horas semanales, expuestos a químicos nocivos para la salud, sin libertad sindical, y con salarios tan miserables como 0,88 euros al día. Los únicos que se enriquecen son los políticos y la clase empresarial. La misma situación se repite en Filipinas, Pakistán, India, Tailandia y otros países que presentan debilidades económicas, sociales y jurídicas. 99

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Según el Observatorio de Corporaciones Transnacionales: “En el mundo existen alrededor de 246 millones de niñas y niños que son explotados, concentrados en Asia (60%), África (29%) y América Latina (8%), pero esta larva también –y aunque parezca sorprendente– se da en países industrializados (1%). Estos millones de niños y niñas fabrican juguetes, tejen ropas, cosen balones y zapatillas de deporte, cosechan café, cacao y producen otros bienes de consumo. En muchos casos estos productos que fabrican se exportan a los países europeos.”

Así como uno de sus nombres lo dice: “libre mercado”, de lo que se trata este modelo es de afianzar la libertad individual para lograr el progreso personal sin impedimentos del Estado. Es la libertad para poder ser más rico, aunque siga habiendo pobres y aunque tenga que ser a costa de los mismos. Esta seudolibertad crea una sociedad donde reina la ley del más fuerte, en la cual la fuerza es equivalente a capital, y la debilidad a no tenerlo. Y la lucha por alcanzar el “éxito de la ganancia” lo vale todo: vidas humanas, sociedades destruidas, pobreza y miseria, que exponen la más cruda naturaleza egoísta del hombre. Claro que los costos no los pagan los ricos, sino las clases medias y bajas. Las elites empresariales promueven el libre mercado, y lo imponen para las masas, pero no para ellos. Sus grandes empresas cuentan con gran protección estatal, subsidios, y rescates financieros con fondos públicos en caso de riesgo de quiebra, como sucedió en Estados Unidos en la crisis de 2008, cuando se utilizaron 700.000 millones de dólares del Estado para rescatar empresas privadas. En realidad, quienes promueven y se benefician del 100

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libre mercado ni siquiera creen en él.

Es por eso que quienes tienen capital cada día se vuelven más ricos y más poderosos, mientras que quienes no tienen cada vez se vuelven más pobres. Según un nuevo estudio para el Banco Central Europeo (BCE), el 1 por ciento de las personas más ricas de Estados Unidos y de algunos países europeos posee la mayor parte de la riqueza en esas naciones. En Estados Unidos el 1 por ciento posee el 37 por ciento de la riqueza de ese país. En Alemania, el 33 por ciento de la riqueza, en Austria el 36 por ciento, en Italia y Bélgica el 20 y el 17 por ciento, respectivamente, y en Portugal, un 5 por ciento de la riqueza. Estados Unidos por ejemplo, siendo la primera potencia económico-política global más importante, presenta altas tasas de desempleo y pobreza. En los últimos veinte años, los inversores de las multinacionales con sede en el país han cerrado decenas de fábricas y se han trasladado a países del Tercer Mundo, generalmente con regímenes autoritarios donde los derechos laborales se respetan poco o nada, y donde les pagan hasta un 60% menos de salario a los trabajadores. Así han incrementado las ganancias los inversores y capitalistas americanos, llevando sus capitales y fábricas al extranjero, pero dejando miles de personas desempleadas en Estados Unidos. Actualmente en dicho país, la pobreza alcanza a 46,5 millones de personas, y el desempleo a 12 millones. La desigualdad social se manifiesta enormemente en el centro neurálgico del capitalismo, dejando en evidencia la decadencia de este sistema. 101

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El Tercer Mundo lógicamente es el más afectado por el mal de la pobreza. Uruguay, a pesar de ser el país con menos pobreza de Latinoamérica según la ONU, no está exento de este mal. Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los datos referentes a la evolución de la pobreza durante el año 2013. Si bien la pobreza total bajó de un 12,4% que había en 2012 a un 11,5% en 2013, todavía siguen siendo razón para alarmarse la pobreza infantil y adolescente. Según los datos publicados, el 22,6% de los niños menores de 6 años viven bajo la línea de la pobreza. Es decir que cada 1.000 niños, 226 son pobres, casi la cuarta parte de nuestros niños. Teniendo en cuenta el importante crecimiento económico del cual ha sido participe en los últimos años, esta cifra es alta y habla de una muy mala redistribución de la riqueza.

Una sociedad que no vela por los más débiles e indefensos es una sociedad que está lejos de alcanzar la justicia e igualdad social a la que mayoría de la gente en los pueblos pretende llegar. Los niños son el tesoro más importante que tiene un país. Además de ser el futuro capital humano para el desarrollo del mismo. Si a estos niños no se les ayuda a transformar el modelo sociocultural y económico en el que viven, les depara un futuro que todos conocemos: indigencia, delincuencia, pocas oportunidades laborales. Lo que equivale a sufrimiento.

La pobreza no es solamente un problema económico. Solemos pensar que quien es pobre es una persona 102

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igual a una que no lo es, pero con la diferencia de que no tiene dinero, cuando en realidad quien es pobre no es solo carente de dinero, sino también de cultura, de vínculos, de recursos en todo aspecto, y en muchas ocasiones de afecto. La pobreza engendra hogares llenos de tensión, preocupaciones, y muchas veces disfuncionales, como consecuencia de la impotencia y frustración obvia que trae no tener los recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.

Otra franja población bastante afectada por la pobreza en Uruguay son los adolescentes. Según el INE, de los adolescentes de entre 13 y 17 años, el 19,9% son pobres. O sea: de cada 1.000 adolescentes uruguayos, casi 200 son pobres. Esto también es un problema a solucionar. Cuando vemos los hechos delictivos y violentos llevados adelante por adolescentes, nos preguntamos por qué un joven puede llegar al punto de matar sin discriminación a un trabajador para robarle. Pero la pura verdad es que crecer en un contexto pobre cambia la conducta de las personas, tanto en valores y en cómo ven la vida y se relacionan con su entorno. En una sociedad consumista, donde no tener el último celular o la mejor ropa pareciera un pecado capital, aquellos adolescentes que no quieren quedar afuera del ruedo, y tampoco tienen los recursos para entrar lícitamente, impulsados por la cultura consumista, optan por entrar como sea, aunque tengan que llevarse una vida consigo en el camino. 103

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Actualmente, el mundo no es gobernado plenamente por los políticos que eligen los pueblos. Los políticos gobiernan dentro de un margen que les proporcionan los inversores y los dueños de las grandes empresas. Cuando las políticas de un gobierno perjudican los intereses corporativistas de las multinacionales, al poco tiempo ese político desaparece de la escena, pues en la mayoría de los casos quienes financian las campañas políticas son los empresarios, y hay vínculos muy estrechos entre política y corporativismo empresarial.

El problema con este modelo es que no sólo afecta la conducta de las personas en cuanto a la economía, sino también en cuanto a la vida social y cómo se relacionan con sus pares. El libre mercado es un culto al individualismo, en el cual pensar en dar sin obtener nada a cambio pareciera una herejía que solo llevara a ser más débil. El individuo se reduce a un ser autosuficiente que no necesita de los demás, y que lo único que necesita para satisfacerse son bienes materiales. Esta filosofía de pensamiento que predomina en el mundo hoy día es la que hace sumamente difícil a las masas entender y creer que sigue habiendo personas que practican y creen palabras de la Biblia tales como 41.“hay más dicha en dar que en recibir” o 42.“la vida del hombre no consiste en la abundancia de bienes que posee”. El liberalismo, base filosófica del capitalismo, se basa en el hecho de dejar al individuo ligado a la suerte del mercado, ya que, según esta corriente, la responsabilidad del desarrollo es exclusiva de cada persona. Esto crea una sociedad en la cual las personas están totalmente desprotegidas y desamparadas por parte del Estado, libradas 41. La Biblia, traducción Dios habla hoy, Hechos 20:35. 42. La Biblia, traducción Reina Valera 1960, Lucas 12:15.

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a la suerte, lo que lógicamente redunda en que los que más recursos tienen son los que más posibilidades tienen de alcanzar el bienestar, y los que menos tienen, son los que tienen menos posibilidades de alcanzarlo.

El filósofo Heleno Saña señala en su obra El capitalismo y el hombre: 43.“El capitalismo ha desintegrado al hombre, le ha reducido vitalmente. Este seccionamiento orgánico ha traído consigo la paralización de las zonas vitales más excelsas del hombre –las del espíritu– y ha provocado una hipertrofia de sus instintos más inferiores y abyectos: codicia, ambición, hedonismo, etc.” Esta manera de pensar se ha impregnado tan fuerte en la conciencia social del mundo que actualmente las personas piensan más en sí mismas como nunca antes ocurrió en la historia de la humanidad. El amor abnegado pareciera un cuento de hadas. La clase obrera, con todas sus diversificaciones existentes, que es la mayoría de la población mundial, se encuentra encerrada en un círculo materialista, alimentado por la preocupación de conseguir los bienes necesarios para vivir, y por la carencia de sentido que le proporciona el trabajo que hace, llevándolo a una alienación y un vacío que le impide percibir la necesidad que hay en su interior por lo espiritual.

Cada quien lucha por satisfacer sus necesidades, deseos, y objetivos, pisoteando en el camino a quien sea necesario, algo totalmente opuesto al pensamiento cristiano donde 44.“el amor no busca lo suyo propio”. 43. Heleno Saña, El capitalismo y el hombre, Cuadernos para el Diálogo, 1967, p. 14. 44. La Biblia, traducción Reina Valera 1960, 1 Corintios 13:5.

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El capitalismo ha ganado la batalla por la economía mundial desde la disolución de la Unión Soviética (1991). En el presente es el único modelo económico que existe en el mundo, exceptuando Cuba, que de a poco va cediendo, presionado por el embargo económico, y Corea del Norte. Ahora, eso no significa que el cristiano tenga que aceptar este sistema socioeconómico, aunque tenga que vivir en él. Un sistema que es totalmente opuesto a los valores y principios bíblicos debe ser denunciado y expuesto en su más cruda naturaleza por quienes creen en la justicia bíblica.

La Iglesia se ha caracterizado en la historia por estar aliada a los intereses capitalistas –por supuesto que hay excepciones–, algo que es totalmente antagónico a los valores cristianos de igualdad y justicia social. El gran sociólogo Max Weber, en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo, afirmaba que el protestantismo tenía gran responsabilidad en el surgimiento del capitalismo. Según él, la Inglaterra donde este sistema tuvo su auge, estaba fuertemente influenciada por los puritanos, quienes creían en la doctrina calvinista de la predestinación. Esta doctrina tiene como supuesto que Dios ya eligió a sus escogidos para salvarlos y a los que no para condenarlos, antes de la fundación del mundo, indiferentemente de lo que uno haga durante su vida en la tierra. La incertidumbre de vivir sin saber si uno era escogido o no, llevaba a creer, por enseñanza de los sacerdotes puritanos, que quien tenía un negocio próspero era una clara señal de que Dios estaba con él y que era un escogido. Eso fue motivo de que los mercantilistas y artesanos de la época se esforzaran en su afán por progresar económicamente y obtener ganancias. Con 106

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el tiempo, esa costumbre perdió su significado religioso, pero permaneció en el comercio, siendo la simiente para el nacimiento de una mentalidad capitalista. Además de la sistematización de la conducta de los obreros protestantes y su sumisión a los empresarios, que permitió el adoctrinamiento de una clase trabajadora que sirviera al desarrollo del sistema capitalista.

Heleno Saña señalaba en la década del setenta que partidos demócrata-cristianos son hoy en parte los más celosos defensores de la moral capitalista del trabajo y la economía; lo mismo es aplicable a los empresarios y dirigentes burgueses, la mayoría de ellos cristianos practicantes fuera de la fábrica, pero capitalistas acérrimos en sus actividades comerciales e industriales. El cristianismo de esa gente suele limitarse a los domingos y días festivos; el resto de la semana obran y se conducen como consumados capitalistas. Su cristianismo es una máscara”.

45.“Nuestros

Independientemente de los hechos históricos que no se pueden revertir, en nuestro tiempo no podemos dejar que la institución que más justicia social trae al mundo (la Iglesia), sea identificada y asociada al capitalismo. La Iglesia debe condenar el capitalismo; y si no lo hace, las futuras generaciones condenarán a la Iglesia de este tiempo por permanecer callada e indiferente ante uno de los sistemas socioeconómicos más injustos que ha existido sobre la faz de la tierra. Estados Unidos ha dado un muy mal ejemplo, que ha causado que el mundo asocie al cristianismo con el ca45. Heleno Saña, El capitalismo y el hombre, Cuadernos para el Diálogo, 1967.

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pitalismo. La nación que en sus propios billetes dicen “En Dios confiamos”, y que tiene la mayor cantidad de cristianos e Iglesias en el mundo, todavía mantiene la pena de muerte en algunos estados, aún no tiene servicio de salud universal, la educación universitaria es costosísima, es uno de los países que menos aporta a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), etcétera. Según palabras de Valgard Haugland, la ministra demócrata cristiana de Noruega para la infancia y la familia: 46.“a los estadounidenses les gusta hablar de los valores familiares. Nosotros hemos decidido hacer algo más que hablar; empleamos nuestros impuestos para apoyar los valores familiares”. Lamentablemente la era de los gobernantes americanos de profunda convicción cristiana como Abraham Lincoln, quien se guiaba por la Biblia y luchó contra las injusticias sociales como la esclavitud, se terminó. A causa de esto el juramento de los presidentes con una mano sobre la Biblia ha perdido su profundo significado y solemnidad.

Actualmente, desde los atentados del 11 de setiembre de 2001, el capitalismo ha dado nacimiento a su última fase vigente: el ultraliberalismo. El mismo difiere con el liberalismo clásico y con el neoliberalismo en varios aspectos. En el liberalismo clásico de Adam Smith, el Estado era neutral en las relaciones económicas y las dejaba a merced del mercado para garantizar la competitividad y las libertades individuales. En el neoliberalismo, el Estado ya toma parte activa aunque lo niega en la teoría-, regulando las relaciones comerciales a favor de los empresarios y las corporaciones. En el ultraliberalismo, con el argumento de la “guerra contra el terror” y la necesidad de aumentar 46. Tony Judt, sobre el olvidado siglo XX, Taurus, 2008, p.383.

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la seguridad nacional, el Estado no sólo regula en favor de quienes tienen capital, sino que suprime las libertades individuales de la mayoría de población e incluso incursiona en actividades de espionaje. Como es de esperarse, Estados Unidos es el originador de esta doctrina y la ha estado llevando a cabo con su propia población, con las poblaciones invadidas de Irak y Afganistán y, en secreto, con otras naciones. Las violaciones de los derechos humanos en Irak son irrefutables; entre ellas podemos mencionar el video que filtró Bradley Maning, quien sirvió como Analista en Inteligencia para el ejército estadounidense durante la guerra en Irak, y proporcionó a la web WikiLeaks información de los abusos cometidos durante la guerra en Afganistán e Irak. En el video titulado “Collateral Murder” se muestra cómo soldados americanos disparan indiscriminadamente contra civiles desarmados y una camioneta llena de niños. También la obviedad de la expropiación de las centrales petrolíferas de Irak, y las armas químicas de destrucción masiva que nunca se encontraron, las cuales habían sido la justificación de la invasión son parte de la barbarie. Irak, actualmente, después de sufrir la invasión americana desde 2003 a 2011, se encuentra en una situación de caos social y violencia étnico-religiosa. El Estado Islámico, nacido en la simiente de un odio hacia la nación que abusó de ellos –Estados Unidos–, está ejecutando periodistas norteamericanos, cristianos, y llevando a miles de personas a huir. La Casa Blanca recientemente decidió intervenir militarmente otra vez, lo que deja en evidencia que la “democracia y orden” que pretendieron llevar con la invasión de 2003, 109

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y que costó la vida de 1.033.000 personas, no sirvió para nada, a no ser para que se enriquecieran los capitalistas de las corporaciones constructoras que edificaron las zonas seguras y que reconstruyeron las ciudades bombardeadas, las empresas petrolíferas que explotaron el petróleo iraquí, y lógicamente la industria armamentística.

El mesianismo político con el que está actuando Estados Unidos, creyéndose una especie de policía internacional, también se vio de manifiesto en 2013 cuando se hicieron públicos a través de los periódicos The Guardian y The Washington Post, documentos clasificados como alto secreto, en los cuales se dio a conocer la existencia de programas de espionaje utilizados por el gobierno de Estados Unidos para controlar la información global a través de Internet y de las comunicaciones satelitales. El más relevante de estos, llamado PRISM, se reveló como un programa utilizado para haber espiado al menos 35 líderes mundiales, supuestamente utilizando información obtenida de correos electrónicos, vídeos, chat de voz, fotos, direcciones IP, notificaciones de inicio de sesión, transferencia de archivos y detalles sobre perfiles en redes sociales. Unos días más tarde, en una entrevista concedida al conocido periodista Glenn Greenwald, un joven desconocido hasta entonces, llamado Edward Joseph Snowden, ex empleado de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA), desde un hotel en Hong Kong se confesaba como el autor de haber filtrado esta información y darla a conocer a los medios. Snowden, luego de trabajar desde 2004 para dichas agencias de seguridad americana, 110

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en mayo pidió una excedencia temporal de su trabajo para viajar a Hong Kong, supuestamente a recibir tratamiento para la epilepsia que padece. Junto con él, llevó algunos ordenadores que contenían información clasificada, la cual días más tarde comenzó a dar a conocer, según él por convicciones ideológicas, ya que se profesa como un defensor de la libre expresión y de la privacidad de la información.

Las repercusiones a nivel nacional e internacional no se hicieron esperar. Varios estadounidenses se manifestaron en contra del gobierno norteamericano por entender que el mismo había violado su privacidad. También varios líderes mundiales exigieron explicaciones a la Casa Blanca, entre ellos la presidenta brasileña Dilma Rousseff, quien canceló su viaje a Washington que estaba previsto para octubre de ese año, luego de enterarse que había sido víctima de espionaje, dado que fueron interceptadas conversaciones entre ella y varios de sus colaboradores. La canciller de Alemania, Angela Merkel, también exigió explicaciones a Barack Obama, luego de revelarse que su celular había sido interceptado en varias ocasiones por la NSA, pese a las buenas relaciones que existen, o al menos existían hasta ese entonces, entre ambos países. Pese a esto, lo interesante es que el gobierno de Obama prácticamente no ha desmentido ninguna de las revelaciones de Snowden, por lo que ha quedado expuesta su violación a tratados internacionales en cuanto a la privacidad de la información en Internet, lo que ha llevado a algunos países a pensar en construir una red informática paralela, de la cual Estados Unidos no tenga el control. 111

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En el ultraliberalismo, el poder económico ha pasado a dominar el poder político. La democracia está siendo debilitada. Las decisiones importantes de las naciones, los políticos las toman presionados por los poderes económicos mundiales. El margen que tienen para gobernar es cada vez más estrecho. Las economías no se rigen por los intereses nacionales, sino por los estándares internacionales. Las calificadoras de riesgo, en las cuales se basan los inversionistas para invertir en los países del Tercer Mundo, determinan la línea económica que toman dichos gobiernos; de lo contrario no contarán con inversión extranjera, algo fundamental para estas economías en desarrollo. Asimismo, las multinacionales y los bancos privados también poseen una inmunidad política que les permite pasar por encima de los intereses nacionales de los Estados.

El profesor de Historia Política Niall Ferguson habla de ocho teorías políticas que condicionan el comportamiento de los votantes. Uno de ellas es la importancia de la percepción sobre la realidad. Es decir, de lo que los votantes perciben de sus candidatos, indiferentemente de lo que realmente son. Es por eso que el marketing que se invierte en mejorar la opinión pública ha tomado un papel tan importante en las campañas modernas. Esto ha llevado a que el gasto en campañas políticas sea cada vez mayor. Lo que se invierte en publicidad y asesores de imagen es enorme, y este gasto excesivo requiere de inversiones que la mayor parte de las veces provienen de privados y particulares. Los inversores que financian las campañas políticas, lógicamente, no lo hacen por amor al arte, sino que más tarde pasan su factura, condicionando y manteniendo al margen 112

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de sus intereses al poder político. En Estados Unidos, es prácticamente la norma que los políticos estén vinculados a empresas privadas, que se benefician cuando estos políticos llegan al poder.

Por ejemplo, Carlyle Group, que tiene la mayoría de las acciones de United Defense, empresa que tras el 11-S recibió miles de millones de dólares del gobierno para producir nuevas armas, tiene paradójicamente entre algunos de sus principales directivos al expresidente George Bush padre, al exprimer ministro británico John Major, al ex secretario de Estado con Bush padre James Baker, y a Fred Malek, director de campaña electoral de Bush hijo, ¡oh casualidad!

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VI Los pies sobre la tierra “Los pies en la tierra, la mirada en el cielo.” Juan B. Terán

En un mundo cada vez más antagónico y resistente a los valores y principios cristianos, la tentación de vivir la fe de una forma exclusiva en la vida privada, aislada de la vida pública, es cada vez mayor. La descristianización de la sociedad es algo que los católicos admiten abiertamente, y los protestantes –aunque con más reticencia– también. Y a pesar de que hoy la persecución religiosa esté limitada a Asia, África y Medio Oriente, el rechazo general a los principios y valores cristianos en la sociedad de Occidente crea las condiciones necesarias para que sea más fácil vivir una fe alienada.



La evasión por parte de los creyentes a la responsabilidad civil y social no es nada nuevo. En la Alemania nazi, mientras Hitler asesinaba millones de judíos, muchos creyentes seguían sus cultos y reuniones semanales, sin interesarles lo que estaba sucediendo en el ámbito político de 114

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su país. Incluso muchos ni siquiera tenían conocimiento de la existencia de los campos de concentración. La evasión y la indiferencia se pagan caro, pues no existen posturas neutrales en la sociedad, el hecho de ser evasivo es en sí una postura, y de las peores. Cuando los soviéticos entraron en Alemania en 1945, obligaron a la población a recorrer los campos de concentración para que vieran de lo que su indiferencia les había hecho cómplices. El ascetismo como práctica religioso-filosófica, en el cristianismo, tuvo su origen en el siglo IV, cuando muchos monjes dejaron Roma para irse a vivir a lugares desolados de Egipto y Siria. La base filosófica de esta práctica era el estar más cerca de Dios por medio de la negación de placeres y del alejamiento de la civilización, a la cual consideraban contaminada. Esta práctica siguió creciendo, hasta llegar a nuestros días, a la vida aislada en monasterios que llevan muchos monjes y monjas. Ahora, el problema actual no está en los monasterios, sino en que la Iglesia en general ha adoptado una actitud ascética con la cultura, la sociedad, con la política y en algunos casos con las artes.

Tanto de fuentes seculares como de fuentes religiosas a menudo se escucha la afirmación de que la política y la religión no se las puede mezclar, ya que son dos cosas diferentes, imposibles de unificar, algo así como el agua y el aceite. Este pensamiento retumba una y otra vez, incluso creando confusión en algunas personas que no saben qué pensar al respecto, pero la pura verdad es que aún nadie ha 115

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dado un argumento válido para fundamentar esta idea.

Aquellos que ponen la laicidad por delante para defender esta idea, deberían entender que la laicidad separa la Iglesia del Estado y prohíbe el “proselitismo religioso”, pero no prohíbe a los religiosos; de otro modo, aquellos que tienen convicciones religiosas no podrían trabajar en entes públicos ni participar de sus derechos civiles e inherentes como ciudadanos, y por supuesto que esto no es así. Otros, mayormente religiosos, piensan que un creyente no debería entrometerse o mezclarse en un mundo tan corrompido como lo es el de la política, o que la degradación del mundo es irreversible, por lo que no vale la pena intentar cambiar la realidad humana. Expuestas estas ideas, vuelvo a repetir el mismo concepto del principio: tales argumentos suenan como muy razonables, pero no tienen ningún argumento que las valide.

Desde Génesis hasta Apocalipsis está repleto de hombres y mujeres con convicciones religiosas que se vieron envueltos en asuntos políticos, muy pocas veces por voluntad propia, y la mayoría de las veces porque las circunstancias y la necesidad los arrastraron. Abraham tuvo que lidiar con reyes como el Faraón de Egipto, y Abimelec, rey de Gerar, de camino a la tierra prometida; años más tarde, su hijo Isaac también tuvo que tratar con Abimelec. ¿Qué diremos de Jacob y José? Tras años de prisión, José termina siendo gobernador en Egipto y manda traer a su padre Jacob a vivir a esa tierra, donde tuvieron que convivir con el Faraón. Y podríamos seguir nombrando: Moisés, 116

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quien tenía libre acceso y trataba cara a cara con el Faraón; Daniel, quien fue consejero, gobernador, y también jefe de la clase instruida y sacerdotal durante el reinado babilónico, y más tarde durante el reinado persa. Sigamos con Nehemías, copero del rey Artajerjes, cuyo privilegio le dio la oportunidad de regresar a Judá y reconstruir los muros del templo. Y salteándonos unos cuantos siglos y hombres como David, Salomón, etc., vayamos al reconocido San Pablo, autor de la mayor parte del Nuevo Testamento, cuya última y gran misión fue presentarse delante de César, emperador romano. Esta visita redundaría en que 300 años más tarde el emperador Teodosio I el Grande haría del cristianismo la religión oficial del Imperio Romano, cambiando el curso del mundo y dando origen a la sociedad occidental y cristiana.

Las ideas que quieren alejar al cristiano de la política están fundadas en una postura liberal e individualista que la Iglesia contemporánea ha adoptado. El liberalismo moderno pretende encausar todas las responsabilidades de las miserias humanas al plano individual del hombre. La Iglesia se ha encargado muy bien de enseñar acerca de los males individuales del hombre, que lo perjudican en su vida espiritual, moral, económica y social. Pero ha omitido hablar de los males sociales y colectivos, que hacen de la sociedad algo más injusto, y que también perjudican la vida espiritual, moral, económica y social de las personas. Actualmente, la mayoría de las doctrinas de la Iglesia protestante dan por sentado que si a alguien le va mal en su vida económica o espiritual, la responsabilidad es absolutamente del individuo, independientemente del contexto 117

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social en el que dicha persona se encuentre. A menudo se escucha a predicadores enseñar que los problemas económicos, sociales y psicológicos de la gente se deben exclusivamente a “la falta de fe”. Este juicio incompleto no hace más que hacer sentir a las personas muy lejos de la fe, y que muchos abandonen las iglesias, al no sentirse a la altura de los estándares de fe que se supone que se requiere para alcanzar el bienestar.

Ahora, la gran pregunta es: los cristianos que en este momento están siendo perseguidos, torturados y asesinados por no negar su fe en Medio Oriente, África y Asia, por el fundamentalismo islámico, y que viven en pobreza y miseria, ¿acaso no tienen fe? ¿Su mal contexto se debe a su falta de fe? Recientemente, una noticia del diario The Washington Post afirma que, en la actual guerra civil en Siria, los cristianos son el sector de la población más atacado por los rebeldes sirios, que casualmente son musulmanes extremistas. La agencia Reuters también publicó un artículo sobre el tema, que decía: 47.“El número de personas que profesan la religión cristiana en Siria representa alrededor del 10% de los 23 millones de habitantes del país. Yussef Naame y su esposa Norma, una pareja de ancianos cristianos de Maalula, describieron cómo los rebeldes islamistas asaltaron la localidad a principios del mes pasado con gritos de ‘¡Dios es grande!’. Los yihadistas nos amenazaron: ‘Conviértanse al islam o serán crucificados como Jesús’”. Día a día, los rebeldes sirios, al mismo tiempo que combaten contra el ejército del presidente Bashar al-Assad, atacan constantemente barrios cristianos; queman iglesias, asesinan creyentes y destruyen símbolos del cristianismo. 47. Artículo “Amenaza a los cristianos sirios: ‘Conviértanse al islam o serán crucificados como Jesús’ “, Reuters, 29 de octubre de 2013.

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La mayoría de los 50.000 cristianos que vivían en la ciudad de Homs han tenido que huir, y otros 200.000 han escapado también de la ciudad de Alepo. En 2012 los rebeldes musulmanes invadieron la ciudad de Qusair porque era estratégica para el combate. Los católicos que habitaban en la misma, que eran 7.000, tuvieron que huir y sus pertenencias fueron saqueadas. En total, en toda Siria, por causa del odio musulmán, 450.000 cristianos han tenido que huir de sus hogares.

En Irak, el Estado Islámico está en este momento decapitando niños cristianos, colgando sus cabezas en palos, como trofeos, mientras violan y matan a sus madres y cuelgan a sus padres. Alrededor de 100.000 cristianos han tenido que huir sin rumbo, muchos de ellos solo con lo puesto, mientras soportan 50 grados de temperatura, sin agua ni comida ni atención médica. Muchos de ellos no logran sobrevivir.

¿Acaso el hecho de que estos cristianos tengan que sufrir esto es culpa de ellos? ¿O es producto de un contexto socioeconómico y político-religioso injusto y hostil? De la misma manera, las personas pobres, obreros y demás que acuden a las iglesias latinoamericanas, muchas veces son víctimas de una sociedad desigual, donde la riqueza está concentrada en manos de unos pocos, y que hace que no todos los ciudadanos puedan gozar de un bienestar económico.

Es inexcusable la ceguera de la doctrina, que no en119

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tiende que la vida de las personas no es condicionada solamente por sus actos individuales, sino que las personas viven en una sociedad, y como seres sociales son afectados por las injusticias sociales. La tarea de la Iglesia debiera ser condenar los pecados individuales y sociales de igual manera, y trabajar para transformar y abolir la injusticia social, de manera de crear las mejores condiciones para que los individuos se desarrollen plenamente. Los extremos siempre han sido dañinos. El marxismo atribuye la condición de los individuos meramente al sistema social, el liberalismo la atribuye exclusivamente a la responsabilidad de los individuos, pero el cristianismo encuentra un equilibrio entre estas dos posturas, entendiendo que el hombre es responsable de sus actos, pero también es víctima y está expuesto a un mundo lleno de miserias e injusticias.

El flujo de personas que van y vienen en la Iglesia hoy es relevante. Muchos de ellos buscan fe y esperanza, y solo encuentran acusación. Si la Iglesia no ha avanzado más en su tarea de la Gran Comisión es porque se ha enfocado en transformar a los individuos y ha omitido trabajar para transformar el colectivo social. Son necesarios los apóstoles, profetas, pastores, evangelistas y maestros para la transformación de los individuos, pero son igual de necesarios los políticos, activistas, artistas y profesionales cristianos para transformar la sociedad.

Un ejemplo de lo que significa una transformación 120

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individual sin transformación social es lo que sucedió en Argentina en los años ´90. Una corriente neopentecostal que provenía de Estados Unidos invadió toda Latinoamérica en aquellos años y tuvo su auge en dicho país. Las Iglesias experimentaron un crecimiento relevante; los fieles aumentaron, y se hablaba en todo el mundo del gran despertar espiritual en Argentina. Sin embargo, mientras ocurría eso, Carlos Menem subía al poder y terminó siendo uno de los presidentes más corruptos de los últimos tiempos en América Latina. Privatizó una cantidad de empresas públicas e instaló políticas neoliberales que endeudaron al país y lo llevaron a la crisis económica más grande de su historia (2001). En 2013, fue condenado a 7 años de prisión por venta de armas ilegales a Croacia y Ecuador, lo que evidenció aún más que lo que abundó en su mandato fue la corrupción. La Iglesia Católica se ha mostrado más abierta y más inmersa en asuntos sociales y políticos en el último siglo, y actualmente el “fenómeno Francisco” ha derribado algunos muros que existían con la sociedad. En cambio la Iglesia Protestante sigue conservando una tendencia hermética y cerrada en general. Apenas alguien ingresa a las filas protestantes, generalmente se le enseña que afuera está lo malo, se le insta a aislarse de sus amistades y a recrear un nuevo mundo dentro de la congregación.

John Stott analiza que la causa de 48.“… la falta de compromiso social de los evangélicos probablemente haya sido que –a principios de siglo– el cristianismo se extendió entre personas de clase media, quienes lo diluyeron en 48. John Stott, La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, Libros Desafío, 1984, p.31.

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un intento de asimilarlo a su propia cultura… El panorama que surge de los resultados presentados... es que aquellos que dan gran importancia a la salvación son conservadores, están ansiosos por mantener el statu quo, son indiferentes y no se compadecen de la situación de los pobres y los negros... Si se consideran los datos globales, aparentemente sugerirían que las personas religiosas se caracterizan por una preocupación egocéntrica por salvar su alma, una orientación hacia el más allá acompañada de la indiferencia y aun la aprobación tácita de un sistema social que perpetuaría la desigualdad y la injusticia social.”

Así como el “sueño americano”, que se define como el deseo de todo norteamericano de lograr más riqueza y una alta calidad de vida, el “sueño americano cristiano” hoy es ser músico o predicar. Pareciera que no hay otra cosa para hacer para un cristiano protestante. Los jóvenes que se convierten al cristianismo en las Iglesias evangélicas contemporáneas, apenas ingresan, se les implanta una mentalidad que los lleva a correr una carrera hacia el “éxito de estar en el púlpito”, sin interesar nada más en el camino. Es tan grande la presión por ser “eso que se supone que se debe ser”, que cuando muchos se dan cuenta de que no cumplen con los requisitos, se alejan frustrados, porque no encuentran más propósito dentro de la Iglesia. Otros, más sagaces, pisotean a otros en el camino, con tal de que su carrera por el poder no se vea frustrada, obviamente siempre disfrazada de buenas intenciones de amor hacia el prójimo.

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el cristianismo moderno, que las generaciones futuras le demandarán. Actualmente, condenamos los abusos de la Iglesia Católica en el pasado: las cruzadas, las matanzas, el comercio de la religión; o el legalismo de las Iglesias protestantes a principios de siglo, las prohibiciones incoherentes sobre la ropa y la apariencia, o la resistencia a la música rock. Todas las Iglesias en las diferentes generaciones cometieron errores que no pudieron o no quisieron ver. Si creemos que la Iglesia de hoy se encuentra en un estado de perfección seríamos candidatos al Premio Nobel de la necedad. Lo interesante es que en cada época hubo gente que se resistió a aceptar las falencias y reconocer la necesidad de cambios, pero también hubo mentes que vieron más allá de su presente y vislumbraron que las cosas podían ser mejores de como se encontraban. Mentes independientes de todo prejuicio y tradicionalismo, libres para analizar y objetivos para juzgar.

La esencia del protestantismo es producir cambios. No debemos olvidar que el mismo nace como un levantamiento revolucionario contra el poder político, económico y religioso de la época –el catolicismo–, convirtiéndose en el mayor denunciante de su corrupción y sus abusos. De hecho, la frase de Martin Lutero ante las autoridades religiosas, que da inicio a la reforma que promovió, dice: 49.“Si no se me convence mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón ya que no le creo ni al papa ni a los concilios ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos –por los textos de la Sagrada Escritura que he citado– estoy someti49. Palabras de Lutero en la dieta de Worms (www.luther.de).

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do a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable. ¡Dios me ayude, amén!” Con el tiempo, el protestantismo fue ganando terreno en la sociedad, y se fue aquietando y adaptando al sistema pre-capitalista de la época, hasta el punto de convertirse en un aliado indirecto de su desarrollo.

Si ha de venir una revolución social en siglo XXI, debiera ser de la obra de los cristianos. Los pensadores cristianos han cambiado la cosmovisión del mundo a lo largo de toda la historia humana. Por ejemplo, hasta el siglo IV, la Iglesia sufrió persecución por los emperadores del Imperio Romano, como Nerón, Domiciano, Trajano y los que sucedieron a éstos. Pero en el siglo II los creyentes comenzaron a desligarse de sus raíces del judaísmo, y comenzaron a ver el cristianismo ya no como una rama del judaísmo, sino como una religión con identidad propia. Este cambio de paradigma provocó un efecto dominó que produjo que, en el siglo IV, el emperador Constantino permitiera la religión cristiana, y más tarde el emperador Teodosio I el Grande la declarara la religión oficial del Imperio Romano. Más tarde, en el año 410, cuando los bárbaros visigodos invadieron y saquearon la ciudad de Roma, la angustia y la desesperanza invadió a la principal ciudad de Occidente. Roma era identificada como la Ciudad Cristiana, por lo que su caída era vista como la caída del cristianismo, pero la respuesta vino una vez más de un pensador cristiano. El libro de Agustín La Ciudad de Dios puso las cosas en su lugar, 124

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alegando que Roma se había construido sobre el orgullo y la arrogancia del hombre, y que la verdadera ciudad cristiana estaba en los cielos y no en la tierra. Esta respuesta trajo serenidad y un cambio en la cosmovisión de aquella época. Algo similar sucedió en la Edad Media. Los intelectuales cristianos gozaban de una profunda estabilidad bajo la autoridad de la Biblia y de los escritos de los Padres de la Iglesia, pero en el siglo XIII reaparecen los escritos de Aristóteles, que eran mucho más completos filosóficamente que los escritos cristianos. Una vez más un intelectual cristiano tuvo que salir al rescate y cambiar la cosmovisión cultural; fue Tomás de Aquino, quien con su obra Suma Teológica elaboró muchos de los pensamientos cristianos modernos acerca de las cuestiones básicas de la vida.

Erich Fromm decía que “la religión sirve sencillamente para que las masas se resignen más sencillamente a las muchas frustraciones que presenta la realidad.” Tener “los pies sobre la tierra” es pensar y vivir de manera que la religión no signifique resignación para el creyente y para la humanidad; es no vivir resignado a aceptar las injusticias sociales; es vivir queriendo y actuando desde todos los medios y utilizando todos los instrumentos posibles, para que las personas, sin importar su raza, credo o religión vivan mejor su estadía en la tierra; es vivir sin soportar que unos pocos tengan el control de los poderes religiosos, políticos y económicos, mientras el resto tenga que abandonarse a vivir bajo explotación y temor; es vivir creyendo que las instituciones religiosas, las laicas y el Estado pueden y deben mejorar, porque en un pasado fueron peor que hoy, y por lo tanto hay un futuro en el que deben ser mejor; es 125

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vivir sin miedo al cambio, siempre que represente justicia, progreso, libertad e igualdad, y esté fundado en el amor; es vivir entendiendo que a pesar de que los 7.000 millones de seres humanos que habitamos el mundo pensemos diferente, creamos diferente y vivamos diferente, hay algo que nos une, un denominador común, y es que absolutamente todos… tenemos los pies sobre esta tierra.

Sin duda, la mente más brillante del siglo XX fue Albert Einstein. En julio de 2006, la Universidad Hebrea de Jerusalén hizo públicos los archivos de cartas de Albert Einstein, escritas entre 1912 y 1955 a su familia. Su hijastra, Margot Einstein, donó este material con la condición de que fuera revelado 20 años después de su muerte. En una de esas cartas, Einstein revela cuál es la única fuerza que puede transformar el mundo: 50.“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación. 50. The Hebrew University of Jerusalem, 10 de julio de 2006 (www.huji.ac.il).

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Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR. Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El Amor revela y desvela. Por Amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor. Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Esta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo. Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E = mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

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Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser viviente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta. Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asuelan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada. Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida. Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta”. Tu padre: Albert Einstein”

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