Los Mecanismos de Defensa

Los Mecanismos De Defensa ESCUELA DE PSICOLOGÍA (Psicoterapia I) Los mecanismos de defensa según Ana Freud PROFESOR: Jon

Views 168 Downloads 0 File size 105KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Los Mecanismos De Defensa ESCUELA DE PSICOLOGÍA (Psicoterapia I) Los mecanismos de defensa según Ana Freud PROFESOR: Jonathan Solano ALUMNO: Rodrigo Romero II CUATRIMESTRE 2009 Ana Freud breve reseña biográfica Nació el 3 de diciembre, 1895 en Viena, Austria y murió el 9 de octubre de 1982 en Londres, Inglaterra Ana Freud fue la precursora del psicoanálisis aplicado a los niños y su trabajo contribuyo enormemente a la comprensión de la psicología infantil. Ella también desarrollo diferentes técnicas para tratar a los niños. Señaló que en la infancia los síntomas difieren de los adultos y a menudo están relacionados con las etapas del desarrollo. Elaboro, organizo y clasifico los mecanismos de defensa en su libro el Yo y los mecanismos de defensa (1936). Ana Freud fue la hija menor de los seis hijos de Sigmund Freud, fue extraordinariamente cercana a su Padre. Se dice que sus relaciones con su madre y hermanos fue tensa. Asistió a una escuela privada, sin embargo la la mayoría de su educación provenía de las enseñanzas de su padre amigos y colaboradores. Después de escuela secundaria, trabajó como Profesora de escuela primaria y comenzó a traducir algunas de las obras de su padre en alemán, aumentando su interés en psicología infantil y psicoanálisis. Si bien ella fue influenciada por el trabajo de su padre, estaba lejos de vivir en su sombra. Su propio trabajo ampliado basado en las ideas de su padre, creó el campo de psicoanálisis infantil que hasta el dia de hoy se estudia y practica ampliamente. Aunque nunca obtuvo un grado mayor académico, su trabajo en el psicoanálisis y psicología infantil contribuyó a su Eminencia en el campo de la psicología. Comenzó la práctica psicoanalítica con sus hijos en 1923 en Viena, Austria y más tarde sirvió como Presidenta de la sociedad Psicoanalítica de Viena. Durante su tiempo en Viena, tuvo una gran influencia en Erik. En 1938, durante la ocupación nazi, tanto Anna como su familia fue interrogada por la Gestapo luego de lo cual huyó a Londres en compañía de su padre y familia. En 1941, formó la guardería de Hampstead con Dorothy Burlington. La guardería sirvió como un programa piloto para la práctica psicoanalítica infantil y como albergue para niños sin hogar.

Después de la guardería de Hampstead que fue cerrada en 1945, Ana Freud creo el curso y la clínica de terapia infantil de Hampstead en la cual sirvió como directora desde 1952 hasta su muerte en 1982. Entre sus trabajos destacados se encuentra; 1. El Yo y los mecanismos defensa. (1936) 2. Investigación en la clínica de terapia infantil de Hampstead y otros documentos. (19561965), y; 3. Normalidad y patología en la infancia: Las evaluaciones del desarrollo (1965). Los mecanismos de defensa El termino defensa aparece por primera vez en los escritos de Sigmund Freud acerca de la “Neuropsicosis de defensa” y comienza a emplearlo también en un gran número de sus otros trabajos describiéndolos como la luchas del Yo contra las ideas y afectos dolorosos (Freud S., 1988). Luego el concepto de defensa lo sustituye por el de Represión para finalmente volver al término original por considerarlo mas apropiado para identificar las distintas estrategias o técnicas del Yo para enfrentar el conflicto psiquico. Así deja la represión como un término referido a una de las formas como se manifiesta el mecanismo de defensa. Motivo de la defensa contra los instintos El instinto es considerado peligroso porque estando este vedado por el Superyó, en caso de llegar a la conciencia, generaría un conflicto entre el Yo y el Superyó, al cual el individuo adulto neurótico teme porque vive atemorizado por las exigencias rígidas de su Superyó. En consecuencia, su natural defensa surge o nace ante la presión de la angustia que le genera su Superyó. (Freud A. 1961) Es así como según Sigmund Freud (1988), el superyó es en la práctica y la realidad, el autor único de toda neurosis. Restringe o prohíbe la sexualidad y considera inaceptable la agresión Es por ello que muchas veces se sostiene que una abolición del Superyó o al menos una flexibilidad de sus contenidos, de alguna manera deberían ser capaces de aliviar los múltiples conflictos neuróticos de los sujetos. La flexibilización de la educación escolar, la crianza por parte de Padres más indulgentes mostrándose como seres humanos más vulnerables, son sin duda alguna vías para mejorar la rigidez de nuestro Superyó. De la misma manera, la agresividad que habitualmente tienden a expresar los niños también debe encontrar una forma natural de expresión que impida que su inhabilidad de manifestarla, se vuelva hacia el interior del sujeto provocando todas o una parte importante de las alteraciones mentales que hoy conocemos. (Freud A. 1961) Motivo de la defensa contra los afectos Al igual que en el caso anterior que motivan al Yo a defenderse contra ciertos instintos,

también se producen y emergen estas defensas cuando se presentan afectos asociados a tales instintos. No importa de donde vengan tales afectos y si corresponden al dolor, aflicción, odio etc., basta con que ellos se vinculen con el impulso asociado para que corran a su vez la misma suerte de aquel. (Freud A. 1961) Las instancias psíquicas y su relación con el surgimiento de las defensas Según señala Sigmund Freud (1988), existen tres instancias psíquicas, el Ello, el Yo y el Superyó. Estas tres instancias son completamente diferentes una de la otra. El Ello está formado por el sistema inconsciente y solo pueden conocerse por los pocos elementos del mismo que pasan a la pre conciencia y la conciencia. Cuando el Ello es quien domina, entonces nos encontramos con un estado de calma y sosiego toda vez que no existen impulsos que nos generen estado de tensión alguna. Sin embargo cuando alguno de estos impulsos instintivos invaden el Yo en busca de satisfacción, se producen ahí sentimientos de tensión y displacer. En lo que respecta al Superyó la situación es distinta. A diferencia del Ello, sus contenidos son totalmente conscientes y son accesibles a la percepción psíquica. Este Superyó pierde relevancia cuando entre el Ello y el Yo existe una armonía porque el Superyó está conformado por todas las normas y valores que recibimos de nuestros padres, de nuestros educadores y de la sociedad y que presionan al Yo para seguirlas y respetarlas de manera tal que cuando el Ello intenta irrumpir a la realidad, interviene el Yo como guardián de la conciencia siguiendo las pautas del Superyó para detener cualquier impulso considerado inaceptable. La interacción entre el Yo y Superyó se hace muy notoria cuando estos se enfrentan ante decisiones o impulsos contradictorios o ante la presencia de la crítica hostil del Superyó. Es ante estos enfrentamientos que se manifiestan en los individuos los conocidos sentimientos de ansiedad y/o culpa. (Freud S. 1988) Por todo esto es que tiene tanta relevancia la expresión del Yo, guardián de la realidad y responsable de filtrar todo impulso que pueda ocasiona malestar o perturbar la tranquilidad del individuo. El Ello, el proceso primario y su enfrentamiento con el Yo guardián Según señala Freud S. (1988) cuando hablamos del Ello, no podemos dejar de mencionar que todo lo que en el existe, se fundamenta en el proceso primario y cuando estos impulsos intentan pasar a la realidad, necesariamente se encuentran en el camino del Yo donde comienza una lucha o se genera un conflicto entre uno y otro. El Yo se rige por el proceso secundario y esto precisamente es lo que le da su calidad de guardián y filtro de impulsos y pensamientos solo aceptables de acuerdo a la realidad y a las normas de Superyó. Es precisamente en esta continua lucha entre el Ello y el Yo adonde surgen por parte de este último, recursos defensivos para protegerse de que nada inaceptable del Ello cruce sus fronteras. El Yo no elimina los impulsos del Ello sino que los modifica recomponiéndolos y expresándolos de una manera aceptable sin causar perturbación alguna en el sujeto.

En este sentido es interesante observar que todas las defensas que utiliza el Yo, son inconscientes e imperceptibles a nivel consciente. El Yo no se entera de ellas. Si determinados impulsos que deberían existir en todo individuo se encuentran ausentes, es una clara señal que estos se encuentran reprimidos, vale decir el Yo inconscientemente ha actuado sobre ellos reprimiéndolos y evitando que emergen a la superficie de la conciencia. Este es uno de los mecanismos de defensa que el Yo utiliza para controlar los impulsos del Ello. (Freud A. 1961) Más adelante veremos en detalle todos los otros mecanismos de defensa de los que se vale el Yo, sin embargo me pareció apropiado hacer esta introducción para entender en su origen de donde surgen los mecanismos de defensa y la forma como ellos operan a nivel intrapsiquico. Exploración del Yo en la búsqueda de las defensas El Yo se puede explorar de diferentes maneras, una de ellas fue en un inicio la técnica hipnótica que luego Freud abandona porque en realidad con ella solo se eliminaba el Yo durante la exploración, permitiendo acceder mediante su neutralización, a los distintos impulsos del Ello. Por supuesto esta técnica nunca tendría éxito por cuanto dicha neutralización siempre seria parcial, recobrando el Yo todas sus funciones tan pronto el sujeto volvía a su estado normal de conciencia. (Freud A. 1961) Luego vino la asociación libre que sustituyó de alguna manera la hipnosis y que si bien no se usa un mecanismo forzoso para neutralizar al Yo, se le exige al Yo del paciente que se neutralice asimismo anulando críticas a cualquier idea que se le venga a la cabeza eliminando cualquier intento por intelectualizar alguno de sus pensamientos. Es una invitación al inconciente para que se exprese libremente. El resultado es que esta técnica solo es parcialmente exitosa, porque luego de un periodo de supuesta relajación del Yo, este vuelve a irrumpir a la conciencia controlando los impulsos inaceptables del Ello, y se crean entonces las denominadas resistencias. Esta es otra de las conocidas medidas defensivas de Yo. (Freud A. págs. 21-22) Sigmund Freud y Ana Freud los estudiosos de los mecanismos de defensa Aunque Sigmund Freud (1988) estudio los mecanismos de defensa, fue su hija Anna Freud quien los desarrollo perfeccionó y organizo adecuadamente. (Feist 2007) Los mecanismos de defensa como ya lo hemos señalado y de lo cual se puede desprender fácilmente, constituyen entonces reaccione normales esperados en cualquier ser humano y que cuando son exagerados, conducen a los individuos a estados neuróticos y ansiosos. Es entonces el Yo lo que hace en pocas y muy simples palabras, a los seres humanos defenderse mediante la utilización de ciertos mecanismos intrapsiquicos, contra la aparición de impulsos del Ello, sexuales y/o agresivos, que amenazan con irrumpir a la conciencia comprometiendo la estabilidad psíquica del individuo. Los mecanismos de defensa según Ana Freud

Los mecanismos de defensa que identifico Anna Freud en su libro “El Yo y los mecanismos de defensa” (1961) son; La represión, la formación reactiva, el desplazamiento, la fijación, la regresión, la proyección la introyeccion, la sublimación y la negación. A continuación analizaremos cada uno de esto mecanismo por separado. Vamos a comenzar por la Represión, por ser este el mecanismo más comúnmente utilizado y el que con mayor frecuencia se observa en los individuos. REPRESION; Cuando el Yo se ve amenazado por los impulso del Ello se protege de inmediato mediante la represión de tales impulsos evitando que estos surjan a la conciencia y obligándolos a permanecer en el sistema inconciente. La represión es un mecanismo de defensa que puede perdurar por siempre sin que nunca el sujeto pueda percibir su presencia ocultándose de esta manera a la conciencia, pensamientos o deseos inaceptables. (Freud S. 1988), (Freud A. 1961) Los impulsos del Ello que son reprimidos por la accion vigorosa de Yo se quedan en la inconsciencia o bien podrían intentar forzar su paso a la conciencia. Si intentaran forzar su paso a la conciencia en forma inalterada, generarían como ya hemos anticipado ansiedad en el sujeto viéndose este en consecuencia sometido a una serie de perturbaciones que terminaran afectando su grado de salud mental. Sin embargo ante esta constante lucha entre el Ello y el Yo, este último puede encontrar una forma de acceder a la conciencia y esto es mediante la modificación o camuflaje de los impulsos de tal modo que al Yo le sea imposible su detección. Es así como vemos en muchos sujetos la expresión de impulsos del Ello manifestados por medio de diversos síntomas físicos. Un ejemplo de ellos puede ser un individuo afectado por impotencia, la que utiliza como forma de neutralizar sus impulsos inaceptables de sexo o placer. Estos impulsos reprimidos también pueden eventualmente manifestarse por medio de los sueños, o de cualquiera de los otros mecanismos de defensa que expondremos. (Freud A. 1961) LA FORMACION REACTIVA Esta es una forma de defensa que consiste en modificar los impulsos reprimidos haciéndolos aparecer como lo contrario de lo que en realidad son. Se pueden identificar porque son totalmente extremos y se da a modo de ejemplo cuando una mujer enamorada de su jefe, manifiesta hacia el, su máxima repulsión y odio entendiendo que la expresión de amor y afecto de pareja hacia su jefe es una actitud y un comportamiento socialmente inaceptable. EL DESPLAZAMIENTO Bajo este mecanismo de defensa las personas re-direccionan sus impulsos inaceptables

hacia otra persona u objeto ocultando de esta manera su impulso original. Un ejemplo de esta situación se da cuando el padre de familia molesto por un conflicto con su jefe en la oficina, desplaza su rabia y hostilidad hacia sus hijos y esposa ante la imposibilidad de manifestar este comportamiento directamente contra su jefe. Este mecanismo de desplazamiento también interviene en los sueños donde ciertos impulsos inaceptables, como por ejemplo el odio que un hijo pueda sentir hacia su padre, pueden desplazarse hacia un animal (que lo representa o simboliza) que muerde al padre. LA FIJACION La fijación se produce cuando un sujeto en su proceso de desarrollo psicosexual, se queda atrapado en una etapa porque esta le proporciona satisfacción y confort. De esta manera se manifiesta su placer de permanecer en esta etapa dificultándose el paso a la siguiente. Es decir la libido queda en consecuencia fijada en una fase del desarrollo más primitiva. Las fijaciones tienen un carácter universal, así las personas que fuman, o beben encontrando placer en estas actividades, se podría decir que se encuentran de alguna manera fijadas en la etapa oral, en cambio aquellos pulcros y limpios, en la etapa anal. LA REGRESION La regresión ocurre cuando el sujeto vuelve a una etapa primitiva del desarrollo produciéndose una especie de retroceso en el desarrollo hacia una etapa en el cual el sujeto se siente más cómodo y protegido. Estas se producen muy a menudo entre los niños y no nos extrañara percibir que un joven o niña está utilizando el mecanismo de la regresión cuando ya adolecente los vemos chupándose el dedo. También se aprecia esto cuando ciertos sujetos en situaciones de estrés máximo vuelven de alguna manera a la posición fetal o cuando luego de un conflicto entre marido y mujer, esta decide volver a la casa de su madre. La gran diferencia entre la regresión y la fijación, es que esta última es más duradera en el tiempo, en cambio las regresiones son por su naturaleza temporales. LA PROYECCION La proyección es un mecanismo que se utiliza cuando el impulso inaceptable es tan fuerte que una forma de liberarse de él es atribuirle este a otra persona. Vale decir el sujeto percibe en los demás los impulsos, sentimientos o tendencias que le son inaceptables. Un ejemplo puede darse en un sujeto que siente que alguien lo está seduciendo sin embargo es él quien experimenta ese deseo hacia quien le atribuye el mismo. LA INTROYECCION Vimos anteriormente que la proyección le atribuye a otro el impulso o sentimiento inaceptable, pero en la introyeccion, -también referida por algunos como identificación-, la persona incorpora dentro de sí mismo una cualidad de otra persona. Un ejemplo muchas veces citado es el que ocurrió en los campos de concentración nazis con los prisioneros judíos que asistían a los guardias Alemanes (los Kapos) que finalmente eran incluso más crueles que los propios guardias con sus compañeros. La introyeccion les permite a los sujetos, paliar sentimientos de inferioridad y temores permitiéndoles adquirir un mejor

valor de sí mismo y eventualmente sobrevivir como el caso del ejemplo Nazi. Según los psicoanalistas, la resolución del complejo de Edipo es un ejemplo clásico de la introyeccion cuando el niño introyecta las características y valores de los padres al Superyó. LA SUBLIMACION La sublimación es el desplazamiento o reemplazo del impulso sexual o agresivo inaceptable hacia expresiones cultural o socialmente más aceptables y que pueden incluir el arte, la música la literatura o la filantropía entre muchos otros. De alguna manera la sublimación está presente en la mayoría de los seres humanos desplazando nuestra libido al servicio de fines o valores más aceptables en términos sociales controlando de esta manera una sexualidad agresiva e impulsiva. LA NEGACION Es el método utilizado para evitar la angustia de una situación que nos desagrada o nos perturba. El sujeto mediante el mecanismo de la negación, se aleja de la realidad, la rechaza y sustituye el aspecto indeseado por la fantasía de la situación inversa. Ocurre esto muchas veces en las situaciones de muerte de un ser querido donde el afectado niega la realidad y atribuye la perdida a otra fantasía que le permita sostener la permanencia del ser perdido. Este mecanismo se observa más frecuentemente en niños no obstante su existencia también se observa en el caso de los adultos, la que cuando se vuelve rígida manifiesta una seria perturbación psíquica y patológica. Otros mecanismos de defensa Aparte de los mecanismos de defensa indicados por Sigmund Freud y los ya indicados en la obra de Ana Freud, en la literatura científica y técnica aparecen otros mecanismos de defensa y que citamos a continuación que se suman a los aportados en obras de Melanie Klein citada por Segal H. (1965) y Alfred Adler, (1997). LA RACIONALIZACION Mediante el uso de este mecanismo, los sujetos utilizan explicación lógicas que justifican sus sentimientos, pensamientos y/o conductas que de otro modo les causarían ansiedad y sentimientos de culpa. LA INTELECTUALIZACION El sujeto utiliza este mecanismo para tomar distancia de la situación amenazante analizándola desde una perspectiva ajena como si no fuera propia. Un ejemplo de esta situación se da respecto de la persona que se le diagnostica un cáncer y lejos de afectarlo, procura detalles médicos para comprender en detalle la situación involucrándose con su médico en una discusión más técnica que emocional LA CONDENSACION Se aprecia fundamentalmente en los sueños y se traduce en que el sujeto consolida en una sola imagen o representación varios significados

EL AISLAMIENTO El sujeto utiliza este mecanismo para separar los hechos o situaciones del afecto correspondiente. De esta manera al recordar hechos que normalmente podrían producirle estados de ansiedad, ello no le afecta al no asociarlos al afecto original El espectro de las defensas del Yo Los conflictos que hemos esbozado entre el Yo y los distintos instintos que emanan del Ello, no son según Ana Freud (1961) las únicas oportunidades de observar las actividades del Yo , ya que este combate no solamente estos sino también los afectos que se encuentran asociados a los impulsos instintivos. Un ejemplo de estas situaciones se da cuando se presentan emociones tales como celos, resentimiento, dolor, aflicción etc. (Todos estos asociados a impulsos agresivos) y el sujeto debe resignarse a soportar estos afectos con una suerte de transformaciones. Es así como según nos indica Freud A. (1961) donde sea que vemos una transformación de afecto, veremos también un Yo activo lo que nos hará necesario estudiar el proceso de su accion y el impulso inaceptable. Se sabe que el destino de una carga afectiva no es igual al deseo o idea que lo representa y el Yo solo cuenta con determinado número de defensas para afrontarlo, seleccionando entre ellos aquel que cree más apropiado para manejar la situación, así escogerá o la represión, el desplazamiento, la formación reactiva etc., para combatir el instinto amenazante. La importancia de todo esto es que para efectos de psicoterapia, una vez que identificamos como un individuo se defiende frente al surgimiento de impulsos instintivos y qué tipo de resistencias utiliza, tendremos una idea acerca de cómo ese mismo sujeto se comportara frente a todos los afectos que le sean indeseables. Como ya lo dijimos anteriormente, los síntomas neuróticos son de por sí una forma de fijación de mecanismo de defensa. Se sabe que algunas neurosis guardan relación con determinados tipos de defensa como por ejemplo la histeria con la represión y la neurosis obsesiva con los procesos de aislamiento y anulación. (Freud A. 1961) Mecanismos de defensa y psicoterapia Los mecanismos de defensa tienen mucha importancia en los procesos psicoterapéuticos porque nos permiten apreciar la fortaleza o debilidad del Yo individual. Un Yo equilibrado siempre permitirá al sujeto adaptarse a las situaciones desequilibrantes a diferencia del Yo débil, que ocasionara múltiples dificultades de adaptación, sentimientos de culpa y ansiedad. Para el terapeuta siempre será importante observar las defensas utilizadas por el Yo, y cuando afectos se manifiesten ocultos o ausentes será un buen motivo para identificar el funcionamiento y la fortaleza del Yo interior. Dice Ana Freud (1961) con absoluta agudeza, “donde sea que vemos una transformación de afecto, veremos también un Yo activo” lo que nos hará necesario estudiar el proceso de su

accion y el impulso inaceptable, de esta manera, cuando observamos la forma como un sujeto se defiende ante la aparición de impulsos inaceptables y las resistencias que a estos opone, nos da herramientas o antecedentes para predecir comportamientos posibles ante afectos similares de carácter perturbadores. Como bien señala Ana Freud, (1961) Es sabido que las neurosis guardan relación con los tipos tipos de defensa que los sujetos afectados utilizan. El más conocido y citado en las obras de Freud S. (1988) represión con la histeria. Es precisamente en este Superyó muchas veces agobiante y rígido, el motivo de que ciertos individuos elaboren creencias irracionales que perturban su funcionamiento en todos los ámbitos de sus vidas y justamente el blanco hacia el cual se dirigen las terapias cognitivas actuales con el propósito ultimo de flexibilizar sus exigencias y permitir a los individuos una vida más funcional. Bibliografía Adler A. Comprender la Vida. Editorial Paidos 1997, Buenos Aires Argentina Feist J (2007). Teorías de la personalidad. Madrid, España. Editorial Mc Graw Hill. Freud, Anna (1961). El Yo y los Mecanismos de defensa. Barcelona, España. Editorial Paidós, 1ª edición 1961, reimpresión, 2007. Freud S. Los textos fundamentales del Psicoanálisis. Alianza editorial S.A. 1988 Madrid, España Segal, H. (1965). Introducción a la Obra de Melanie Klein. Madrid,España: Editorial Paidos Ibérica,S.A. Fuente de Internet: http://psychology.about.com/od/profilesofmajorthinkers/p/bio_annafreud.htm