Los mecanismos de defensa

Freud determinó los mecanismos de defensa, como las técnicas del inconsciente, encargadas de minimizar las consecuencias

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Freud determinó los mecanismos de defensa, como las técnicas del inconsciente, encargadas de minimizar las consecuencias de eventos demasiado intensos, para que el individuo pueda continuar con sus funciones. Dichos mecanismos de defensa, permiten el mantenimiento del balance psicológico. Los mecanismos de defensa, son mecanismos inconscientes que se encargan de minimizar las consecuencias de un evento demasiado intenso, para que el individuo pueda seguir funcionando normalmente. El individuo está compuesto por una serie de fuerzas que deben mantenerse en equilibrio, como las características instintivas, las genéticas, los factores del desarrollo (medio ambiente, formación, experiencia). Una de las maneras de resguardar este equilibrio es mediante los mecanismos de defensa. Entre los mecanismos de defensa se incluyen: la condensación, el desplazamiento, la disociación, la formación reactiva, la negación, la proyección, la racionalización, la represión, la sublimación, la regresión, el aislamiento. Los mecanismos de defensa: Sublimación: El impulso se canaliza hacia una forma más aceptable, es derivada hacia un nuevo fin. Una pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados socialmente, como la actividad artística y la investigación intelectual. Por ejemplo, el deseo de un niño por la exhibición, puede sublimarse mediante una carrera en el teatro. Represión: Es el mecanismo por el cual el inconsciente borra eventos y pensamientos que serían dolorosos si se mantuvieran en el nivel consciente. Por ejemplo, el olvido del cumpleaños de un familiar fallecido. Proyección: Los sentimientos o ideas estresantes, son proyectados hacia otras personas u objetos cercanos. Negación: Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran.

Introyección: Es el mecanismo por el cual una persona incorpora elementos de la personalidad de otra. Regresión: Es un mecanismo que lleva a retomar el nivel de desarrollo anterior, más infantil. Por ejemplo, el comportamiento de los niños cuando nace un hermano (chuparse el dedo, orinarse, etc.). Formación reactiva: Detiene la aparición de un pensamiento doloroso, sustituyéndolo por otro más agradable. Aislamiento: Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como manera de soportar los hechos. Desplazamiento: Es un mecanismo por el cual, se desprende un hecho o persona de los sentimientos asociados, y éstos son adjudicados a otro hecho o persona. Es lo que suele suceder con las personas que desquitan sus frustraciones con sus mascotas. Condensación: Es un mecanismo por el cual, elementos del inconsciente se reúnen en una sola imagen u objeto. Consiste en la concentración de varios significados en un único símbolo. Racionalización: Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable. Resultado de los mecanismos de defensa: Los mecanismos de defensa nos permiten mantener el balance psicológico. Cuando estas técnicas no son suficientes, se experimentan desequilibrios como estrés y respuestas neuróticas como ansiedad y/o depresión, que frecuentemente son acompañadas por disfunciones biológicas, pérdida de sueño o apetito, enfermedades psicosomáticas como úlceras, etc. También pueden presentarse otras conductas más graves como el suicidio y los trastornos delirantes. Estos son

mecanismos de defensa propios de trastornos como el delirio, la esquizofrenia, los trastornos de personalidad.

Mecanismos de defensa en niños y adolescentes Escrito por Amaya Echeverria Zatarain El concepto de mecanismo de defensa es una de las grandes aportaciones de Sigmund Freud, que posteriormente fue estudiado y ampliado por distintas corrientes teóricas. Se trata, en principio, de mecanismos positivos y adaptativos, pero pueden llegar a ser patológicos.

Desde que Freud lo definiera, el concepto de mecanismo de defensa (MD) ha sido tan estudiado y extendido que hoy en día cualquier persona que no esté relacionada con el ámbito de la psicología tiene una idea bastante aproximada de lo que significa. Podríamos decir, para dar una definición sencilla y coloquial, que se trata de estrategias que todos usamos en mayor o menor medida de forma inconsciente, para evitar o rebajar el dolor. Sin embargo, es precisamente esta gran extensión del concepto la que dificulta la tarea de analizarlos y clasificarlos. Son tantas las corrientes psicológicas desde las que se han estudiado, y tantas las clasificaciones que se han hecho en cada una de ellas, que resultaría casi imposible hacer un recuento de todos los procesos que se consideran actualmente como MD. Mi intención no es explicar todos los mecanismos que se citan en la literatura, pero sí creo necesario, antes de centrarme en las

defensas de los niños y los adolescentes y su trabajo terapéutico, detenerme a explicar las principales concepciones y clasificaciones que existen. EL CONCEPTO “MECANISMO DE DEFENSA” DESDE LAS DIFERENTES TEORÍAS PSICOLÓGIGAS Psicoanálisis Freudiano. El término “mecanismo de defensa” fue definido por primera vez por Sigmund Freud en su obra Las Neuropsicosis de Defensa (1984) como los rechazos instintivos que realiza el Yo a representaciones intolerables, y hablaba de tres mecanismos: la conversión, la transposición del efecto y las psicosis alucinatorias. Posteriormente se refirió a ellos con el término “represión”, y no fue hasta 1926 en Inhibición, síntoma y angustia cuando retomó el concepto de MD para designar a “todas las técnicas de que el Yo se sirve en conflictos eventualmente conducentes a la neurosis”, pasando a considerar la represión como uno más de estos mecanismos. Freud consideraba estos mecanismos como la parte inconsciente del Yo, que actúa pues de forma inconsciente contra los instintos del Ello cuando percibe que éstos pueden ser peligrosos. Posteriormente, Anna Freud amplió y profundizó el estudio sobre los MD. En su obra El Yo y los Mecanismos de Defensa (1936) realizó su primer estudio sistemático, clarificando y diferenciando diez tipos de mecanismos y explicando las diferentes vías por las que se pueden generar. Además, dedicó la mayor parte de esta obra a los MD típicos de los niños y de los adolescentes. Desde entonces hasta la actualidad, han sido muchos los autores que han continuado el estudio de los MD desde esta corriente. Resulta

complicado enumerar los MD que se describen desde esta perspectiva porque no todos los autores coinciden a la hora de hacerlo y porque además existen mecanismos que se solapan con otros o son difíciles de diferenciar. Sin embargo, los mecanismos en los que más coinciden los distintos autores son los siguientes: Represión. Consiste en mantener alejados de la conciencia ciertos recuerdos, deseos o sentimientos que son considerados como desagradables o amenazantes. Se produce en dos fases: primero se rechaza la experiencia de la consciencia y después se realiza un esfuerzo constante para mantenerlo en el inconsciente. Para los psicoanalistas este esfuerzo supone un gran gasto de energía y muchas veces conlleva la necesidad de utilizar más MD para evitar que lo reprimido regrese a la conciencia. Por tanto, es un mecanismo que suele coexistir y estar en la base de otros. Regresión. Es un proceso que supone retornar a formas de comportamiento propias de etapas del desarrollo anteriores que ya se creían superadas. Suele tratarse de etapas en las que el sujeto se sentía más seguro y protegido. Conversión o somatización. A través de la conversión, la persona transforma los deseos o sentimientos que considera amenazantes en manifestaciones de tipo somático, como dolores o problemas sensoriales. Formación reactiva. Consiste en hacer exactamente lo opuesto a lo que dicta el deseo percibido como amenazante, y muchas veces se encuentra en la base de rituales obsesivos. Un ejemplo sería que una persona con deseos de ensuciarse se obsesionara con la limpieza. También puede llevar a conductas muy valoradas socialmente, como

cuando una persona con deseos de quemar cosas se alista como bombero voluntario. Desplazamiento. Con este mecanismo se separa el afecto considerado amenazante o doloroso del objeto que lo causa, y se asocia con otro objeto. Éste suele ser un objeto neutro pero que de alguna manera guarda alguna relación simbólica con el primero. Freud describió con detalle este mecanismo en Análisis de la fobia de un niño de cinco años (1909), en la que presentaba el caso de Hans, un niño que como no podía tolerar sentir miedo a su padre, al que al mismo tiempo quería, desplazó este miedo a los caballos. Proyección. La proyección como MD consiste en atribuir de forma incorrecta pensamientos, sentimientos, deseos o cualidades propias a otras personas. Lo proyectado no se reconoce como propio porque resulta inaceptable en uno mismo. Introyección. Se puede considerar lo contrario a la proyección, ya que implica atribuir erróneamente a uno mismo cualidades, deseos, sentimientos, etc. de otras personas. Negación. Aunque puede confundirse con la represión, con este mecanismo no se “olvida” la realidad sino que se niega. La negación no tiene por qué afectar a todo el aspecto de la realidad amenazante, sino que puede limitarse sólo a su significado o a sus consecuencias. Anulación retroactiva. Suele tratarse de rituales obsesivos mediante los cuales la persona cree que anula el significado de otra conducta que considera amenazante y que ha realizado anteriormente o ha deseado hacer. Se considera que está en la base de las supersticiones y trastornos obsesivo-compulsivos.

Racionalización. Supone buscar razones lógicas que justifiquen los deseos, acciones o sentimientos considerados inaceptables. Los razonamientos no suelen ser del todo convincentes y son algo forzados, pero consiguen aliviar el malestar y hasta cierto punto son creíbles. Algunos autores lo llaman también intelectualización, pero otros diferencian este mecanismo del anterior en que se utiliza la razón y la lógica no para justificar nada sino para evadirse de ello. Aislamiento. Es el mecanismo contrario a la represión. En él no se aleja de la consciencia lo que se considera amenazante o doloroso sino que lo que se mantiene inconsciente es el sentimiento que genera. Un ejemplo sería alguien que al morir un ser querido es incapaz de sentir dolor. Punición. Se trata de conductas que la persona realiza para paliar el sentimiento de culpa por haber llevado a cabo conductas, pensamientos o sentimientos no aceptados moralmente. Se diferencia de la anulación retroactiva en que no se trata de rituales sino de conductas compensatorias que suelen ser positivas. Sublimación. Este mecanismo suele considerarse el más adaptativo de todos y consiste en derivar la energía que procede de los instintos no tolerados a la consecución de fines socialmente reconocidos. Fantasía. La fantasía no siempre es un MD, pero a veces puede actuar como tal. En estos casos, la persona la utiliza para evadirse o para realizar imaginariamente ciertos deseos que de otra forma no podrían ser satisfechos. Psicoanálisis Kleiniano Melanie Klein adoptó el concepto de MD para darle un nuevo enfoque. Subdividió las etapas del desarrollo psicosexual de Freud y a cada una

de estas subetapas le adjudicó unos determinados MD, ofreciendo un enfoque evolutivo de éstos. En su clasificación recuperó algunos mecanismos de la concepción anterior y aportó además los siguientes: Escisión. Consiste en mantener los objetos persecutorios alejados del ideal. Idealización. Mantener el objeto ideal lejos del persecutorio y hacerlo invulnerable. Identificación Proyectiva. Se escinden partes del Yo y se proyectan en un objeto externo, que queda entonces poseído y controlado por las partes proyectadas y se identifica con ellas. Desintegración. Surge cuando los anteriores no han dado resultado. El Yo se fragmenta y se hace pedacitos para evitar sentir el dolor. Defensas maníacas. Se trata de mecanismos para no sentir la culpa y la pérdida. Se consideran defensas maníacas la reparación maníaca (reparar el objeto sin que sentir la culpa y la pérdida), el control (negar la dependencia del objeto), el triunfo (negar los sentimientos depresivos) y la desvalorización (negar el valor del objeto). Gestalt Perls continuó con el estudio de los MD, a los que llamó “mecanismos neuróticos”, entendiéndolos como una serie de mecanismos para permanecer ciego ante impulsos y sentimientos dolorosos para el Yo. Aludió específicamente a cuatro mecanismos, dos de los cuales coincidían con los descritos por el psicoanálisis: introyección, proyección, retroflexión y confluencia. Posteriormente el estudio de los

MD desde la gestalt añadió algunos más. Al igual que ocurre con los psicoanalistas, los distintos autores no coinciden a la hora de enumerar y clasificarlos, pero sí coinciden en incluir los cuatro propuestos por Perls. Los principales mecanismos descritos por la teoría gestalt son los siguientes: Introyección. Proyección. Confluencia. Consiste en perder los límites entre uno mismo y el entorno, en fundirse con el exterior. Retroflexión. Podría considerarse el opuesto al anterior, porque consiste en marcar excesivamente los límites entre uno mismo y el entorno hasta el punto de volverse hacia sí mismo y hacerse lo que le gustaría hacer a los demás. Se consideran retroflexión las agresiones contra uno mismo, las somatizaciones y la proflexión. A través de este último mecanismo la persona hace al otro lo que le gustaría que el otro le hiciera a ella. Deflexión. Es un mecanismo que tiende a enfriar el contacto directo con otra persona, creando un espacio justo antes del contacto. Tiene aspectos positivos, como por ejemplo que los deflectores suelen ser personas muy educadas, pero también implica el riesgo de evitar hacer cosas. Egotismo. Es un reforzamiento deliberado de la frontera de contacto a través de un ego inflado en exceso. La persona no tiene en cuenta más necesidades que las suyas.

Desvalorización. Consiste en devaluar la experiencia proporcionada por el contacto, en negar la utilidad del proceso y evitar la satisfacción. Desensibilización. Este mecanismo tiene bastante que ver con el aislamiento de los psicoanalistas, y se trata de una anestesia de la sensibilidad, de sus sensaciones. Para los gestaltistas, los mecanismos neuróticos son los responsables de interrumpir y bloquear el ciclo gestáltico. Cada mecanismo suele estar relacionado con la interrupción en una fase determinada del ciclo. Así, el egotismo y la desensibilización lo interrumpen antes de la primera fase, la de sensación; la proyección antes de la conciencia; la introyección puede interrumpirlo tanto antes de la energetización como de la cuarta fase, la acción; la retroflexión se encuentra antes de la acción; la deflexión antes del contacto; la desvalorización antes de la consumación, y finalmente la confluencia interrumpe la fase de retirada. EVOLUTIVA DE LOS MECANISMOS DE DEFENSA Los MD pueden llegar a ser patológicos, pero en principio se trata de mecanismos adaptativos para el ser humano, que le libran del dolor y le permiten vivir de una forma más adaptativa. Son varios los criterios que marcan cuándo un MD deja de ser positivo para convertirse en algo perjudicial. En general, se considera que son adaptativos cuando cumplen los siguientes requisitos (Pallarés, 2008): Reducen el dolor y las emociones negativas sin anestesiar ni suprimirlos. Canalizan los sentimientos en lugar de bloquearlos. Producen alivio a largo plazo y no sólo a corto plazo.

Se generan en situaciones muy específicas. Resultan atractivas para los demás en lugar de desagradables. Por el contrario, emplearlos de forma rígida, con un alto grado de distorsión de la realidad, excesiva intensidad y de forma generalizada, los convierte en dañinos porque impiden aprender otra forma de solucionar el problema y crean conflictos con otras personas. Otro criterio muy importante para saber si un MD es adaptativo o no es la edad, ya que hay mecanismos que son normales en una determinada edad pero resultan patológicos en otras. En este sentido, se han relacionado distintos MD con cada una de las etapas del desarrollo. Distintos autores han postulado que los mecanismos pueden ordenarse evolutivamente, entre otros motivos porque cada uno de ellos implica distintos procesos cognitivos y no puede llevarse a cabo antes de haber desarrollado determinadas capacidades. Anna Freud estudió los distintos MD típicos tanto en niños como en adolescentes. Según ella, tanto la infancia como la adolescencia son épocas en las que el Yo se presenta relativamente débil contra un Ello poderoso, por lo que son dos etapas en las que los MD tienen una especial importancia con respecto a otras etapas vitales. Sin embargo, en cada uno de estos periodos el Yo “se diferencia en extensión, contenido, conocimiento, capacidad, grado de dependencia y predisposición a la angustia” por lo que los MD que emplea para resolver los conflictos son diferentes. Mecanismos de defensa típicos en niños A lo largo de toda la infancia se utilizan mucho los MD pero no siempre los mismos, sino que la preferencia en su uso varía a lo largo de la

etapa. También es frecuente que se utilicen varios mecanismos al mismo tiempo o sucesivamente. El primer MD que se aprecia en el niño es la confluencia. Es un mecanismo adaptativo y necesario cuando se es bebé, ya que la confluencia entre éste y su madre es la que garantiza su supervivencia. Según el niño va creciendo tiene que ir desprendiéndose de esta ausencia de límites, creando su propia identidad y separándose de la madre, y la confluencia deja de ser necesaria para convertirse en un mecanismo más desadaptativo. La represión es para algunos autores el siguiente mecanismo en cuanto al momento de su aparición. Sigmund Freud creía que era el más temprano y que estaba en la base de todos los demás, mientras que Anna Freud lo consideraba posterior a otros ya que requería que se hubiera producido ya una separación entre el Ello y el Yo. En cualquier caso, ambos pensaban que el niño reprime ciertos sentimientos y deseos dirigidos a sus padres, especialmente los relacionados con el complejo de Edipo. En la actualidad se considera que la represión ocurre en grados mínimos en la vida diaria de los niños de forma normal, pero llega a incapacitar cuando es excesiva. La represión es además un mecanismo al que se recurre en los primeros años de la infancia cuando se producen experiencias traumáticas fuertes como pueden ser los abusos sexuales o maltratos. La negación es otro mecanismo muy empleado por los niños más pequeños. Aparece de forma intensa hasta los seis años, y tiende a desaparecer a partir de esa edad. Sólo resulta realmente eficaz durante esos años y suele implicar psicopatología en los adultos.

Durante la infancia es muy común la aparición de la regresión ante situaciones nuevas o de cambios que suponen una fuente de estrés para el niño. Una de estas situaciones suele ser a menudo la llegada de un nuevo hermano. El niño “destronado” tiene que compartir la atención de sus padres, que antes era exclusivamente de él, con su nuevo hermano. Esto supone para él un suceso muy estresante y suele responder con conductas regresivas tales como volver a hacerse pis en la cama, hablar como un bebé o incluso no recordar cómo se andaba. También el comienzo del colegio y la consecuente separación de la madre suele provocar algún tipo de comportamiento regresivo como chuparse el dedo, dificultad para dormir solo por las noches… Además hay un acontecimiento que suele conllevar conductas regresivas tanto en niños como en adultos, aunque especialmente en los primeros, y es el de la enfermedad. Las enfermedades son vividas como una amenaza general y si son graves o hay episodios de hospitalización pueden llevar a niños ya no tan pequeños a querer tomar sólo alimentos líquidos e incluso en biberón. La presencia de la fantasía durante la niñez es señal de normalidad, también cuando hablamos de fantasía como MD. Lo patológico en cambio sería no dar muestras de esta capacidad. El juego es una de las vías por las que los niños desarrollan su fantasía, pero también pueden emplearla a modo de ensoñaciones y con fines defensivos. Algunos niños, por ejemplo, llegan a crear amigos imaginarios para compensar la insatisfacción en sus relaciones familiares o sociales. Sigmund Freud hablaba también de la “novela familiar” como mecanismo bastante común en los niños, consistente en imaginar que uno o los dos padres son personas muy importantes mientras que los considerados como tales son sustitutos o impostores. Se trataría de una defensa para apuntalar la autoestima del niño en los momentos críticos y proteger las

relaciones padre-hijo cuando existe un desengaño por parte de éste con sus padres. Según Anna Freud los niños también emplean este mecanismo comúnmente solapándolo al de desplazamiento. Más concretamente se refería a que los niños suelen tener muchas fantasías sobre animales que en realidad representan fantasías relacionadas con su propia familia. La autora ponía como ejemplo el caso de un niño de siete años que tenía la fantasía de ser el amo de un león manso, que asustaba a todos los demás pero era dócil y cariñoso con él. Más tarde, durante su análisis, se dio cuenta de que el león era en realidad su padre, al que el niño quería pero también temía. La anulación retroactiva es también un mecanismo que se considera completamente normal en los niños pequeños pero suele asociarse a patología en adultos. Creer que una acción mágicamente puede usarse para deshacer otra es algo característico en la etapa del pensamiento mágico de los niños. En adultos, en cambio, este tipo de acciones suele estar más relacionado con trastornos obsesivo-compulsivos, sobre todo si se realizan con mucha frecuencia e intensidad. La proyección es otro mecanismo típico de los niños pequeños. Anna Freud decía que “el empleo de la proyección es inherente al yo del niño pequeño en la más temprana infancia. Lo utiliza para repudiar sus propios deseos y actividades que devienen peligrosos, lo cual permítele encontrar un autor responsable en el mundo exterior”. Por último, es muy frecuente que los niños manifiesten sus conflictos psicológicos a través de la somatización. Resulta de gran importancia ya que sirve para avisar de que existe un conflicto interno en el niño cuando éste aún no es capaz de poner en palabras lo que le pasa. No es

exclusivo de la infancia ya que se trata de un mecanismo que se observa habitualmente, en mayor o menor medida, en personas de todas las edades, si bien es verdad que a lo largo del desarrollo se produce un proceso de de-somatización. El niño tiende a reaccionar ante los conflictos con síntomas corporales (un ejemplo típico sería vomitar como manifestación de ansiedad) y a medida que va alcanzando la maduración de su pensamiento y lenguaje va reemplazando estos síntomas por otros de carácter psíquico. Mecanismos de defensa típicos en adolescentes La fantasía es bastante frecuente durante la adolescencia. Suele manifestarse a través de ensoñaciones diurnas y suele perseguir compensar las insatisfacciones y la sensación de inseguridad en las relaciones sociales o amorosas, en el rendimiento académico, etc. En general las relaciones interpersonales suelen ser las protagonistas de estas ensoñaciones, sobre todo las referentes al sexo opuesto. Además los adolescentes utilizan la fantasía para ensayar conductas y acontecimientos futuros, lo que les permite adaptarse mejor a las circunstancias posteriormente. La idealización es también muy frecuente, sea de determinados adultos, compañeros o personajes importantes como estrellas de la canción o el cine. Como MD, la idealización consiste en considerar a una persona, grupo o institución como perfecta, sin tener en cuenta los aspectos que no concuerdan con esta imagen. Las cualidades positivas se sobreestiman y las negativas se ignoran, aunque en realidad se trata de idealizaciones poco consistentes y que cambian con facilidad. Este mecanismo ejerce dos funciones importantes para el adolescente: conduce a un aumento de la motivación para alcanzar determinados objetivos y ayuda a des-idealizar y separarse de los padres.

Otro mecanismo que aumenta durante la adolescencia y que además se relaciona mucho con el anterior es el de la identificación. Se asimilan características de otro y se busca ser semejante a él ante un conflicto que amenaza a la autoestima para disminuir así la ansiedad experimentada. Como consecuencia, el adolescente suele transformarse total o parcialmente y llegar a una semejanza con el modelo. Este mecanismo tiene su función adaptativa en que aumenta la autoestima y minimiza los sentimientos de impotencia. Algunos autores lo consideran equivalente a la introyección debido a su parecido. Al alcanzar la capacidad del pensamiento abstracto, aparecen en el adolescente con mucha fuerza dos nuevos mecanismos: la racionalización y la intelectualización. El primero suelen emplearlo habitualmente para justificarse cuando obtienen un rendimiento académico bajo o inferior a lo esperado, utilizando frases como “el examen me ha salido mal porque el fin de semana tenía que jugar un partido de fútbol y no he tenido tiempo para estudiar”. La intelectualización suele manifestarse cuando el adolescente pasa por situaciones que le producen ansiedad y opta por evadirse refugiándose en los libros. Anna Freud, relacionó este mecanismo con el de la fantasía pues creía que “el intelectualismo del adolescente no parece tener otra mira que la de contribuir a los ensueños diurnos”. Además observó que los temas que solían ocupar el interés intelectual del adolescente solían coincidir con aquellos que generaban el conflicto del cual defenderse. CÓMO TRABAJAR EN TERAPIA LOS MECANISMOS DE DEFENSA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES Identificar y comprender las defensas es importante, porque su presencia nos indica que el sujeto está en una situación emocional dolorosa o desagradable y que está empleando mecanismos para

afrontarla. De esta forma nos ayuda a saber que necesita un apoyo. Es importante a su vez reconocer si los MD empleados son adaptativos o patológicos, ya que si fueran éstos últimos habría que intervenir para cambiarlos por estrategias de afrontamiento nuevas. Sin embargo reconocer los MD no resulta demasiado fácil. Además de la dificultad que supone que no sean conductas directamente observables, existe el riesgo de que al suponer determinado mecanismo en un paciente estemos nosotros mismos realizando proyecciones. Por eso, para identificar y concretar los MD de una persona hace falta tiempo, experiencia y muchas observaciones. Evaluación Como los mecanismos no son directamente observables, para identificarlos hay que analizar las conductas a través de las cuales se manifiestan. Para detectar la presencia de un MD tras una conducta concreta se pueden tener en cuenta los siguientes criterios (Pallarés, 2008). En primer lugar, la conducta suele ser rígida, exagerada y carente de espontaneidad. El sujeto tiene poco control sobre ella y además se observa un aumento de la ansiedad cuando se le impide llevarla a cabo. Finalmente, suele haber una falta de coherencia entre la comunicación verbal y la no verbal. En las últimas décadas se han desarrollado diferentes técnicas para evaluar los MD, aunque prácticamente todas ellas generan mayor o menor controversia. Se han publicado pruebas de autoinforme, escalas de observación… aunque las técnicas que más tienden a usarse, especialmente en niños, son las proyectivas. Como su propio nombre indica, son pruebas en las que el sujeto vuelca sus proyecciones, de forma que éstas pueden observarse y analizarse.

Por otra parte, en el caso de la somatización, es necesaria una evaluación médica para descartar las posibles causas orgánicas. Sólo si no se encuentran causas médicas se puede concluir que los síntomas responden a un MD ante algún tipo de conflicto interno. Test proyectivos temáticos Estas pruebas consisten en una serie de láminas con imágenes de diferentes escenas, que se le presentan al paciente para que interprete lo que ve. El más utilizado en niños es el CAT (TAT para jóvenes y adultos). Otros test proyectivos temáticos son el “Pata Negra” y el “Test de Relaciones Objetales” (TRO). El dibujo En el dibujo, a diferencia de otras técnicas proyectivas, no hay nada dado previamente para estructurar, por lo que las proyecciones y el material aportado por el niño son mayores. El dibujo es siempre portador de contenido proyectivo, ya que en él se expresan la vida afectiva, los conflictos con el entorno y la personalidad, incluyendo contenidos inconscientes. Al ser el propio niño o adolescente el creador de sus dibujos, puede reproducir en ellos la realidad de la forma que él quiera para que le resulte menos dolorosa. Tenderá a suprimir, cambiar o deformar aquellos aspectos que le generen ansiedad. Por tanto, además de la proyección, puede volcar en el dibujo otros muchos MD. La negación suele aparecer en el dibujo cuando el niño decide hacer desaparecer de él la fuente de ansiedad. Por ejemplo, un niño que tiene un conflicto con su hermano puede no representar a éste en el dibujo de la familia. Este mismo niño podría haber respondido dibujando a su

hermano mucho más pequeño de lo que es en realidad o sustituyéndolo por un personaje o animal cómico, lo cual manifestaría un mecanismo de desvalorización. Otro mecanismo muy frecuente en los dibujos es el desplazamiento, aunque tiene el inconveniente de que para ser observado hay que interpretarlo primero adecuadamente. Un tipo de dibujo en el que el desplazamiento suele tener un gran protagonismo es el test del animal, en el que el niño suele dibujar uno o más animales que en realidad tienden a ser representaciones de él mismo y otros miembros de su familia. La regresión puede aparecer también en el dibujo. Un ejemplo de esto sería que un adolescente se dibujara a sí mismo como a un niño de siete años en un dibujo de la familia, o que un niño se dibujara como un bebé. También las defensas descritas por Melanie Klein pueden observarse en los dibujos. La desintegración se manifiesta con objetos desestructurados, desmembrados… y en su forma más grave cuando el autor del dibujo dice no reconocerlo como propio y lo rompe. La identificación proyectiva suele observarse en contenidos escatológicos y siniestros empleados para agredir al terapeuta. La escisión se manifiesta alejando los objetos conflictivos, por ejemplo alejando en el dibujo familiar a su hermano de él, y la idealización al dibujar una persona más grande, centrada y adornada que al resto, por ejemplo a la madre con respecto al resto de la familia. También puede ser que el niño se identifique en el dibujo con un superhéroe. Las defensas maníacas se observan cuando se intenta adornar en exceso para compensar los aspectos negativos. Un ejemplo de esto puede ser una adolescente deprimida que cubre el dibujo de la figura humana de colores y adornos

de forma poco natural y forzada. Por último, el control obsesivo suele aparecer en muchos dibujos en los que el autor ha empleado mucho tiempo para hacer todas las líneas rectas, mantener en todo momento la simetría y no olvidar ningún detalle. Las principales pruebas de dibujo que suelen emplearse son el Test de la Figura Humana, el HTP, el test del animal y el dibujo de la familia, aunque también puede utilizarse el dibujo libre como material diagnóstico. Si lo que se quiere es evaluar concretamente los MD que emplea la persona, puede usarse cualquiera de ellos, aunque podría ser más indicado el Test de la persona bajo la lluvia. Este test suele pasarse a personas de todas las edades, incluso en entrevistas de trabajo, y su objetivo es analizar precisamente cómo reacciona la persona ante situaciones estresantes. Intervención Debido a la función adaptativa que tienen los MD, es necesaria mucha cautela a la hora de desmontarlos. Si los mecanismos son positivos y no generan síntomas, en mi opinión lo más prudente es dejarlos estar. Pero si las defensas resultan ser patógenas, conviene señalarlas y sustituirlas por estrategias más adaptativas. Sin embargo, despojar a la persona de su defensa puede causarle un gran dolor y angustia, ya que se le está quitando el mecanismo que le protege ante estos sentimientos. Por este motivo hay que ir muy despacio y no señalarle las defensas hasta que esté preparada para ello. Anna Freud decía que los MD en los niños suelen ser originados por angustias reales u objetivas. Por tanto, señaló que una vez desenmascarada la defensa durante la terapia, es importante intervenir en el entorno del niño para que esa fuente de angustia desaparezca. En

este sentido son muy importantes las sesiones con los padres. Por otro lado, cuando la angustia del niño se debe a un acontecimiento que ya pasó, es importante hacerle a él consciente de que realmente se trata de algo pasado y no tiene sentido mantener las defensas. Intervención específica en algunos mecanismos A continuación se muestran algunas ideas sobre cómo se puede intervenir en algunos de los MD más típicos en la infancia y adolescencia para cambiarlos por estrategias más adaptativas. Idealización. Aunque se trata de un mecanismo normal en niños y adolescentes, cuando se percibe excesivo se puede intervenir para ayudarle a realizar adecuadamente el paso a la des-idealización. Un procedimiento adecuado puede ser combinar la idealización global y la exactitud en lo específico (Pallarés, 2008). Es decir, se trata de considerar muy positivamente a la persona/objeto, idealizándola de forma global, pero ser exacto en sus aspectos concretos, sin idealizarlos y teniendo en cuenta tanto los rasgos positivos como los negativos. Así se puede amar a la persona/objeto real y no a la idealización que de ella se ha hecho. Fantasía. Al igual que el anterior, si es excesiva hay que moderar las ensoñaciones, pero nunca eliminarlas. Para ello es necesario que quede clara siempre la diferencia entre fantasía y realidad y evitar que se separen mucho de ésta última. Represión. La represión se libera al recordar las escenas que han quedado en el inconsciente. Existe cierta controversia con respecto a esto porque en algunas ocasiones se han generado a través de la sugestión falsos recuerdos en los pacientes, especialmente sobre abusos

en la infancia. Freud ya observó este problema con la técnica de la hipnosis, por lo que dejó de emplearla con sus pacientes para usar la asociación libre. Una técnica muy empleada en la actualidad para recuperar recuerdos inconscientes es el EMDR. Se aplica tanto a niños y adolescentes como a adultos y tras un intenso estudio científico ha demostrado ser bastante eficaz. Introyección. Se le puede ayudar a darse cuenta de su material introyectado a través de la estimulación de la agresividad y la crítica. Proyección. Existen muchas técnicas para que la persona se reapropie de lo que ha proyectado. Los dibujos son muy útiles ya que, además de emplearse en la evaluación, pueden utilizarse como material de intervención, ayudando a los niños o adolescentes a reconocer en ellos todas sus proyecciones. También pueden usarse juegos de inversión de frases y roles. Un ejemplo de este tipo de juegos es la siguiente técnica grupal. Cuando un miembro del grupo le dice a otro, por ejemplo, que no puede confiar en él, se le pide que le explique los motivos por los que siente eso. Después tiene que repetir lo que ha dicho pero en primera persona, y si realmente se trataba de una proyección se dará cuenta. Confluencia. Hay que deshacer la fusión de los límites y ayudarle a ver las diferencias entre él y la otra persona con la que está en confluencia, pero sin que se sienta culpable. Somatización. Los síntomas psicosomáticos son una alternativa que el cuerpo utiliza para expresar emociones que están bloqueadas, en el caso de los niños pequeños porque no saben ponerlas en palabras y más adelante porque resulta doloroso o vergonzoso hacerlo. La expresión artística supone otra alternativa no verbal muy efectiva y beneficiosa. Podemos pedirle al paciente que exprese a través del dibujo cómo se

siente ante determinada situación que veamos que le está causando malestar, o pedirle que dibuje una emoción concreta si ya la tenemos identificada. De esta forma se expresa y se libera la emoción, y como consecuencia el síntoma físico desaparece o disminuye. Sin embargo, tal y como afirma Ganim (2006), es importante recordar que liberar el dolor no resuelve el problema que lo ha originado, aunque nos ayuda a sentirnos mejor físicamente. Otra forma de trabajar con este mecanismo es el “diálogo con el síntoma” (Stevens, 1971). El paciente cierra los ojos, piensa en su síntoma, y con la ayuda de las preguntas que el terapeuta le va haciendo lo describe para acabar poniéndose en su lugar y hablando de él en primera persona. El objetivo es que el paciente descubra qué es lo que el síntoma le quiere decir y que le responda. Con adolescentes se puede realizar la técnica de esta forma, pero para niños pequeños resulta complejo. Una opción para esta población sería pedirle que haga un dibujo de su síntoma y ayudarle a que converse con él de forma más sencilla. Reconversión creativa de los mecanismos Desde la Gestalt, se propone la reconversión creativa de los mecanismos como método de intervención. A continuación se muestran dos formas de reconversión, basadas en la paradoja (Peñarrubia, 1998). Movilizar la energía entre opuestos. Al considerar los mecanismos como patologías del contacto o de la retirada, resulta eficaz dirigir la energía de un mecanismo concreto hacia su patología opuesta a través de un trabajo de polaridades. Aunque pueda parecer carecer de sentido el cambiar un MD por otro, lo cierto es que el hecho de movilizar la energía de un lado a otro resulta terapéutico, ya que desbloquea y aporta flexibilidad.

Dos mecanismos considerados polares son la introyección y la proyección y por tanto pueden trabajarse de esta forma. Así, discriminar entre introyectos y aquellos valores propios, ayuda a reincorporar lo proyectado. También se consideran complementarias la retroflexión y la confluencia y se utilizan como polaridades para el trabajo terapéutico, ya que al retroflector le viene muy bien aprender a confluir y viceversa. La proyección y la retroflexión no se consideran opuestas ya que ambas son patologías de la retirada, pero resulta beneficioso trabajar con ellas de esta forma. Si exploramos el propio juez interior (retroflexión) podemos detectar que muchos de sus reproches son en realidad quejas que habría que expresar para afuera, y si logramos expresarlos en esa dirección, se desbloquea la energía y se facilita la reconciliación interna. Por último, otra pareja de mecanismos con la que se puede intervenir son la confluencia y la introyección, ya que su disolución es similar: discriminar y asimilar para la introyección, y diferenciar e individualizar para la confluencia. Aprovechar la estructura del mecanismo. Este abordaje consiste en rescatar el aspecto saludable del mecanismo. Al hacer conscientes y reconocer los aspectos positivos de los mecanismos que emplea el paciente, se aumenta su autoestima y se asientan las bases para que él mismo vaya poco a poco siendo consciente y desprendiéndose de otros aspectos más patológicos. Los aspectos saludables de los mecanismos son la tradición (para la introyección), el conocimiento (proyección), disciplina (retroflexión) y trascendencia (confluencia).

En la teoría psicoanalítica de Freud, los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas puestas en juego por la mente inconsciente para manipular, negar o distorsionar la realidad, y para mantener una imagen socialmente aceptable o auto-esquema. Las personas sanas normalmente utilizan diferentes defensas a lo largo de la vida. Un mecanismo de defensa del ego se convierte en patológica sólo cuando su uso persistente conduce a comportamiento de mala adaptación de tal manera que la salud física y/o mental de la persona se ve afectada adversamente. El propósito de los mecanismos de defensa del yo es proteger el ego/mente yo/de ansiedad y/o sanciones sociales y/o para proporcionar un refugio de una situación con la que no se puede hacer frente actualmente. Los mecanismos de defensa son mecanismos de defensa inconscientes que reducen la ansiedad generada por las amenazas de los impulsos inaceptables. Los mecanismos de defensa se confunden a veces con las estrategias de afrontamiento. Un recurso utilizado para evaluar estos mecanismos es el Cuestionario de Estilos de Defensa.

Modelo estructural: Id, ego y superego El concepto de los impulsos del ello proviene de Sigmund Freud modelo estructural. Según esta teoría, los impulsos de identificación se basan en el principio del placer: la satisfacción inmediata de los propios deseos y necesidades. Sigmund Freud creía que el identificador representa impulsos instintivos biológicos en nosotros mismos, como la agresión y la sexualidad. Por ejemplo, cuando el id impulsos en conflicto con el superyó, sentimientos insatisfechas de ansiedad o sentimientos de ansiedad de salir a la superficie. Para reducir estos sentimientos negativos, el ego podría utilizar mecanismos de defensa. Freud creía que los conflictos entre estas dos estructuras como resultado de los conflictos relacionados con las etapas psicosexuales. Las definiciones de las estructuras de la psique individual Freud propuso tres estructuras de la psique o de la personalidad: 

Id: El ID es el depósito inconsciente de la libido, la energía psíquica que alimenta los instintos y los procesos psíquicos. Es un pueril parte egoísta, orientada al placer de la personalidad sin capacidad de retrasar la gratificación.



Superyo: El superyó contiene normas sociales y parentales internalizadas de "bueno" y "malo", "correcto" y el comportamiento "incorrecto". Estos incluyen apreciaciones conscientes de las reglas y reglamentos, así como las incorporadas inconscientemente.



Ego: El ego actúa como un moderador entre el placer buscado por el ello y la moral del superyó, la búsqueda de compromisos para pacificar a ambos. Puede ser visto como nuestro "sentido de tiempo y lugar".

Procesos primarios y secundarios En el ego, hay dos procesos en curso. En primer lugar está el proceso primario inconsciente, donde los pensamientos no están organizados de una manera coherente, los sentimientos pueden cambiar, las contradicciones no están en conflicto o simplemente no se perciben de esa manera, y surgen condensaciones. No hay lógica ni línea de tiempo. La lujuria es importante para este proceso. Por el contrario, existe el proceso secundario consciente, donde se establecen límites fuertes y pensamientos deben estar organizados de una manera coherente. Pensamientos más conscientes de su origen aquí.

El principio de realidad Id impulsos no son apropiadas en una sociedad civilizada, así que la sociedad nos presiona para modificar el principio del placer a favor del principio de realidad, es decir, las exigencias del mundo externo. La formación del superyó El superyó se forma como el niño crece y aprende las normas parentales y sociales. El superyó se compone de dos estructuras: la conciencia, que almacena información acerca de lo que es "malo" y lo que ha sido castigado, y el ideal del yo, que almacena información acerca de lo que es "bueno" y lo que "debería" hacer o ser. El uso por el ego de los mecanismos de defensa Cuando la ansiedad se vuelve demasiado abrumadora, es entonces el lugar del ego de emplear mecanismos de defensa para proteger a la persona. Sentimientos de culpa, la vergüenza y la vergüenza a menudo acompañan a la sensación de ansiedad. En el primer libro definitivo sobre los mecanismos de defensa, el ego y los mecanismos de defensa, Anna Freud introdujo el concepto de angustia señal, ella declaró que "no era directamente una tensión instintiva conflicto sino una señal de que ocurre en el ego de una tensión instintiva anticipado ".

La función de señalización de la ansiedad se ve por lo tanto como un uno crucial y biológicamente adaptada para advertir al organismo de peligro o una amenaza para su equilibrio. La ansiedad que se siente como un aumento de la tensión corporal o mental y la señal de que el organismo recibe de esta manera le permite la posibilidad de tomar medidas de defensa en relación con la percepción de peligro. Los mecanismos de defensa funcionan por impulsos que distorsionan el ello en formas aceptables, o por obstrucción inconsciente o consciente de estos impulsos. Las teorías y clasificaciones La lista de los mecanismos de defensa es enorme y no hay un consenso teórico sobre el número de mecanismos de defensa. Clasificación de los mecanismos de defensa de acuerdo con algunas de sus propiedades se ha intentado. Diferentes teóricos tienen diferentes categorizaciones y conceptualizaciones de los mecanismos de defensa. Las grandes críticas de las teorías de los mecanismos de defensa están disponibles Paulhus, Fridhandler y Hayes y Cramer. The Journal of Personality publicó un número especial sobre los mecanismos de defensa. Otto F. Kernberg desarrolló una teoría de la organización de la personalidad borderline de que una de las consecuencias puede ser el trastorno límite de personalidad. Su teoría se basa en la teoría de las relaciones objetales psicológica ego. Organización de la personalidad

Borderline se desarrolla cuando el niño no puede integrar objetos mentales positivos y negativos juntos. Kernberg considera que la utilización de los mecanismos de defensa primitivos como fundamental para esta organización de la personalidad. Defensas psicológicas primitivas son la proyección, negación, disociación o escisión y se les llama mecanismos de defensa borderline. Además, la devaluación y la identificación proyectiva son vistos como defensas borderline. En la clasificación de George Vaillant Eman, defensas forman un continuo en relación con su nivel de desarrollo psicoanalítico. Niveles de Vaillant son: 

Nivel I - defensas patológicas



Nivel II - defensas inmaduras



Nivel III - defensas neuróticas



Nivel IV - defensas maduras

La teoría de Robert Plutchik ve defensas como derivados de emociones básicas, que a su vez se relacionan con las estructuras particulares de diagnóstico. En su teoría, la formación reactiva se refiere a la alegría, la negación se refiere a la aceptación, la represión al miedo, la regresión a la sorpresa, la indemnización a la tristeza, la proyección a la repugnancia, el desplazamiento a la ira y la intelectualización de la anticipación.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana incluye un eje de diagnóstico tentativo de los mecanismos de defensa. Esta clasificación se basa en gran medida en la visión jerárquica de Vaillant de las defensas, pero tiene algunas modificaciones. Algunos ejemplos son: la negación, la fantasía, la racionalización, la regresión, el aislamiento, la proyección y el desplazamiento. Categorización de los mecanismos de defensa de Vaillant Nivel 1: Patológica Los mecanismos de este nivel, al predominar, casi siempre son severamente patológico. Estos seis defensas, en conjunto, permiten una eficaz Para reorganizar experiencias externas para eliminar la necesidad de hacer frente a la realidad. Los usuarios patológicos de estos mecanismos con frecuencia parecen irracionales o locos a los demás. Estas son las defensas "psicóticos", comunes en la psicosis manifiesta. Sin embargo, se encuentran en sueños y durante la infancia también. Ellos incluyen: 

Proyección delirante: delirios acerca de la realidad externa, por lo general de naturaleza persecutoria.



Conversión: la expresión de un conflicto intrapsíquico como un síntoma físico, algunos ejemplos incluyen la ceguera, sordera,

parálisis o entumecimiento. Este fenómeno es a veces llamado histeria. 

Negación: Negarse a aceptar la realidad externa porque es demasiado amenazador, argumentando en contra de un estímulo que provoca ansiedad al afirmar que no existe, la resolución de los conflictos emocionales y la reducción de la ansiedad, al negarse a percibir o reconocer conscientemente los aspectos más desagradables de la realidad externa .



Distorsión: A bruto remodelación de la realidad externa para satisfacer las necesidades internas.



División: Una defensa primitivo. Impulsos negativos y positivos son separados y no integrados.



Proyección Extreme: La negación flagrante de una deficiencia moral o psicológico, que se percibe como una deficiencia en otro individuo o grupo.



Complejo de superioridad: Un mecanismo de defensa psicológico en el que los sentimientos de superioridad de una persona contrarrestar u ocultan sus sentimientos de inferioridad.



Complejo de inferioridad: Un comportamiento que se muestra a través de una falta de autoestima, un aumento de la duda y la

incertidumbre, y la sensación de no estar a la altura de los estándares de la sociedad.

Nivel 2: Inmaduro Estos mecanismos están a menudo presentes en los adultos. Estos mecanismos reducen la angustia y la ansiedad provocada por las personas que amenazan o incómoda realidad. El uso excesivo de este tipo de defensas es visto como socialmente indeseable, ya que son inmaduros, difícil de tratar y en serio fuera de contacto con la realidad. Estos son los llamados defensas "inmaduros" y el uso excesivo casi siempre conduce a serios problemas en la capacidad de una persona para hacer frente con eficacia. Estas defensas se ven a menudo en la depresión mayor y trastornos de la personalidad. Ellos incluyen: 

Actuar: expresión directa de un deseo inconsciente o impulso en la acción, sin ser consciente de la emoción que impulsa a que el comportamiento expresivo.



Fantasy: La tendencia a refugiarse en la fantasía con el fin de resolver los conflictos internos y externos.



Representación: Inconscientemente elección de percibir otra persona por tener cualidades más positivas que él o ella puede llegar a tener.



Agresión pasiva: Agresión hacia otros expresaron indirecta o pasiva, tales como el uso de la dilación.



Proyección: Proyección es una forma primitiva de paranoia. Proyección también reduce la ansiedad al permitir la expresión de los impulsos no deseados o deseos sin llegar a ser conscientes de ellos, atribuyendo propios pensamientos y emociones a otro de un acuse de recibo inaceptables/no deseados; incluye perjuicio grave, los celos severa, hipervigilancia ante el peligro externo, y "la injusticia recogida ". Está cambiando pensamientos inaceptables de uno, sentimientos e impulsos dentro de uno mismo a otra persona, de tal manera que los mismos pensamientos, sentimientos, creencias y motivaciones son percibidas como siendo poseído por el otro.



Identificación proyectiva: El objeto de la proyección invoca en esa persona exactamente los pensamientos, sentimientos o comportamientos previstos.



Somatización: La transformación de los sentimientos negativos hacia los demás en los sentimientos negativos hacia uno mismo, el dolor, la enfermedad y la ansiedad.

Nivel 3: Neurotic Estos mecanismos se consideran neurótica, pero bastante común en los adultos. Estas defensas tienen ventajas a corto plazo para hacer frente, pero a menudo puede causar problemas a largo plazo en las relaciones, el trabajo y disfrutar de la vida cuando se utiliza como uno de estilo principal de hacer frente al mundo. Ellos incluyen: 

Desplazamiento: mecanismo de defensa que cambia los impulsos sexuales o agresivos hacia un objetivo más aceptable o menos amenazante, redirigiendo la emoción a una toma de seguros, la separación de la emoción de su objeto real y la reorientación de la intensa emoción hacia alguien o algo que es menos ofensivo o amenazante en Para evitar tratar directamente con lo que se asusta o amenaza. Por ejemplo, una madre puede gritarle a su hijo porque está enojada con su marido.



Disociación: Temporal drástica modificación de la identidad personal o el carácter que eviten la angustia emocional, la separación o el aplazamiento de un sentimiento que normalmente acompañan a una situación o pensamiento.



Hipocondría: Una preocupación excesiva o la preocupación por tener una enfermedad grave.



Intelectualización: Una forma de aislamiento, concentrándose en los componentes intelectuales de una situación con el fin de distanciarse de las emociones que provocan ansiedad asociados, la separación de la emoción de las ideas, pensar en deseos en términos formales, afectivamente suaves y no actuar sobre ellos, evitando emociones inaceptables, centrándose en los aspectos intelectuales.



Aislamiento: Separación de los sentimientos de las ideas y los acontecimientos, por ejemplo, describe un asesinato con detalles gráficos sin respuesta emocional.



Racionalización: Cuando una persona se convence a sí mismo de que no hay mal estaba hecho y que todo es o fue bien a través de un razonamiento defectuoso y lo falso. Un indicador de este mecanismo de defensa puede ser visto socialmente como la formulación de excusas convenientes - poner excusas.



Formación reactiva: Conversión de deseos inconscientes o impulsos que son percibidos como peligrosos o inaceptables en su contrario, el comportamiento que es totalmente lo contrario de lo que uno realmente quiere o siente, teniendo la creencia opuesta porque la creencia verdadera causa ansiedad. Esta defensa puede trabajar con eficacia para hacer frente en el corto plazo, pero con el tiempo se descomponen.



Regresión: reversión temporal del ego a una etapa más temprana de desarrollo en lugar de manejar los impulsos inaceptables en una forma más adulta.



Represión: El proceso de tratar de repeler a los deseos hacia instintos placenteras, causada por una amenaza de sufrir si el deseo es satisfecho, el deseo se desplaza hacia el inconsciente en el intento de evitar que entre en la conciencia, la ingenuidad aparentemente inexplicable, falta de memoria o la falta de la conciencia de la propia situación y condición, la emoción es consciente, pero la idea detrás de esto es ausente.



Deshacer: Una persona trata de "deshacer" un pensamiento poco saludables, destructivos o no una amenaza por la actuación de la inversa de inaceptable. Involucra simbólicamente anular un pensamiento inaceptable o culpa que provoca, idea o sentimiento por la confesión o reconciliación.



Retiro: La abstinencia es una forma más grave de la defensa. Implica la eliminación de uno mismo de los acontecimientos, estímulos, interacciones, etc bajo el temor de ser recordado de los pensamientos y sentimientos dolorosos.



Las comparaciones sociales ascendentes y descendentes: la tendencia defensiva que la gente utiliza como un medio de autoevaluación. Estos individuos buscarán a otra persona o grupo de

comparación que se considera que es peor con el fin de desvincularse de similitudes percibidas y para sentirse mejor acerca de su auto o situación personal. Nivel 4: Mature Estos se encuentran comúnmente en los adultos emocionalmente sanos y se consideran maduros, a pesar de que muchos de ellos tienen su origen en una etapa inmadura del desarrollo. Ellos se han adaptado a través de los años con el fin de optimizar el éxito en la vida y las relaciones. El uso de estas defensas aumenta el placer y sentimientos de control. Estas defensas nos ayudan a integrar las emociones y pensamientos contradictorios, mientras que aún permanecen efectivos. Los que usan estos mecanismos suelen ser considerados virtuosos. Ellos incluyen: 



Atención: La adopción de una orientación particular hacia queridos experiencias en el momento presente, una orientación que se caracteriza por la curiosidad, la apertura y la aceptación Altruismo: servicio constructivo a los demás que trae el placer y la satisfacción personal.



Anticipación: planificación realista del futuro malestar.



Humor: expresión abierta de ideas y sentimientos que le da placer a los demás. Los pensamientos conservan una parte de su angustia innata, sino que se "bordearon ronda" de chiste, por ejemplo, auto-desprecio.



Identificación: El modelado inconsciente de sí mismo en el carácter y la conducta de otra persona.



La introyección: La identificación con una idea o un objeto tan profundamente, que se convierte en una parte de esa persona.



Sublimación: Transformación de las emociones negativas o instintos en acciones positivas, comportamiento o emoción.



Supresión del pensamiento: el proceso consciente de empujar pensamientos en el preconsciente, la decisión consciente de retrasar el pago de la atención a una emoción o una necesidad con el fin de hacer frente a la realidad actual, por lo que es posible acceder a más emociones incómodas o penosas, mientras que aceptarlos.