LOS INCAS

LOS INCAS 1. UBICACIÓN HISTÓRICA 2. ORÍGENES ORIGEN DE LOS INCAS Cuando los cronistas interrogaron a los nativos

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LOS INCAS

1. UBICACIÓN HISTÓRICA

2. ORÍGENES ORIGEN DE LOS INCAS

Cuando

los

cronistas interrogaron

a

los nativos sobre el origen

del Tahuantinsuyo, escucharon relatos míticos que explicaban el origen del mundo de los Incas.

De las leyendas recogidas por los cronistas, dos son las más conocidas: la de los hermanos Ayar y de Manco Cápac y Mama Ocllo.

LA LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR

Según Juan Betanzos(1551), en su obra Suma y narración de los Inca, el dios Wiracocha , después de ordenar el mundo, hizo salir de la cueva de Pacaritambo a cuatro parejas de hermanos: Ayar Cachi y Mama Huaco, Ayar Uchu y Mama Ipacura, Ayar Auca y Mama Rahua, Ayar Manco y Mama Ocllo. De Pacaritambo se dirigieron a un cerro llamado Huanacaure. Desde la cumbre del cerro, Ayar Cachi lanzó unas piedras con su honda, quebrando cuatro

cerros.

Temerosos anta la fuerza de Ayar Cachi sus hermanos decidieron librarse de él y regresaron a la cueva de Pacaritambo con el pretexto de recoger algunos objetos de oro que habían olvidado. Una ven en la cueva, lograron encerrar a Ayar Cachi en usu interior. Los demás hermanos volvieron a Huanacaure y luego siguieron rumbo a la quebrada de Managua, cercana al Cusco. Estando allí, Ayar Uchu voló al cielo para hablar con su padre el Sol, trayendo el encargo de cambiar el nombre de Ayar Manco por Manco Cápac. Luego de transmitir el mensaje se convirtió en un índole de piedra. Manco Càpac. Ayar Auca y las cuatro mujeres sembraron coca y ají en su pueblo cercano a Matagua, y luego bajaron al Cusco donde fueron reconocidos como “Hijos del Sol”.

LA LEYENDA DE MANCO CÁPAC Y MAMA OCLLO

Esta leyenda fue narrada por el Inca Gracilazo de la Vega, en sus Comentarios Reales. En ella dice que el Sol, compadecido por el estado de salvajismo en el que vivían los hombres, hizo salir del lago Titicaca a una pareja de hermanos y esposo: Manco Cápac y Mama Ocllo.

Ellos recibieron el encargo de dirigirse hacia el norte llevando una vara de oro, la cual periódicamente debían tratar de hundir en el suelo hasta encontrar un lugar donde la vara entrase fácilmente y pudieran establecerse. Esto ocurrió al pie del cerro Huanacaure, donde convocaron a todos los pobladores de las áreas vecinas. Allí, los convencieron de su origen divino e iniciaron su labor civilizadora. Manco Cápac enseño a los hombres a cultivar la tierra sembrar maíz, hacer canales de riego y construir sus casas. Mama Ocllo enseñó a las mujeres a hilar y tejer para hacer vestidos de lana y algodón.

3. DESARROLLO POLÍTICO

El imperio de los Incas fue desde el punto de vista político una monarquía absolutista y teocratica.El poder estaba centralizado en el Inca a quien se le consideraba de origen divino. El derecho de gobernar se tenía por herencia .De esta manera el esquema de la organización política fue así .

El gran elemento de unificación fue la lengua, todos los pueblos conquistados tenían que aprender y practicar el quechua o Runa Simi por que era la lengua oficial del Tahuaninsuyo, Para ello los incas enviaban a profesores que enseñaban y vigilaban la práctica del quechua.

Otro elemento de unificación fue la religión. Obligatoriamente todos los pueblos rendían culto al dios Sol, sin que por ello dejaran de adorar a sus propios dioses.

-El inca -El auqui (principe heredero) -El consejo imperial -El apunchic (gobernador regional) -El Tucuy ricuy o Ticui ricoj -El curaca

EL INCA:

Era el soberano del Tahuantinsuyo que reunía en su persona tanto el poder político como el religioso era llamado Sapainca.Su poder no tenía restricciones ,sus órdenes se cumplían con la mayor celeridad sin que nadie las objetara ,Pese a este absolutismo la mayoría de los Incas gobernaron en beneficio popular aplicando los principios de reciprocidad y redistribución características de la sociedad incaica .El inca residia en Cusco en una palacio construido especialmente para ser habitado por él ,ya que el cusco era la cuna de los incas se convirtió en capital incaica y desde alli gobernó ayudado por los muchos funcionarios incaicos que viajaban de norte a sur

del imperio enviándole información al inca para una buena administración ,esta administración fue eficiente gracias a los mensajeros andinos "Los chasquis" era unos verdaderos maratonistas eran educados desde niños para ser los mejores atletas del imperio y así ayudar a su administración

Aunque según estudios recientes de María Rostworowski existía una dualidad en el mundo andino. Ya que el imperio incaico se encontraba en un mundo nuevo, y no podía ser regido por normas Europas como quisieron hacerlo los cronistas españoles.

Detalles del planteamiento de María Rostworowski

La dualidad andina se entiende como la imagen de alguien reflejada en un espejo, la oposición, la parte contraria pero a la vez complementaria del individuo ( que en principio es varón o masculino). A partir de ella es que surgen la tripartición y cuatripartición en el aspecto político, religioso, geográfico, etc. En el aspecto político, la dualidad se percibe en el concepto de diarquía. Ello se distingue por ejemplo en el mito fundacional de los hermanos ayar (mitad varones y mitad mujeres) y son dos los hermanos que llegan al Cusco – Ayar Auca y Ayar Manco- con las dos esposas que lleva Manco – Mama Huaco como arquetipo de mujer libre y guerrera y Mama Ocllo, la mujer hogareña. Se manifiesta también en la división del Cusco en Hanan y Hurin (según los cronistas el Cusco estaba dividido por ceques o líneas rituales en cuatro grandes parcialidades. Respecto al gobierno, se sabe que eran dos los incas que dirigían el Cusco: el Sapa Inca o jefe hanan y El Willac Umu Inca o jefe del hurin.

EL AUQUI : PRINCIPE HEREDERO

Era el príncipe heredero ,este era elegido entre todos los hijos del Inca ,que eran numerosos por cierto, Según las crónicas se dice que Huayna Capac tuvo entre 150 a 200 hijos de sangre real y otros ilegítimos .El Auqui era elegido por sus dotes : valentía, coraje, astucia...Las dotes guerreras fueron

muy importantes y de igual manera los religiosos .El auqui desde el momento de su designación era preparado para gobernar ejerciendo el correinado con su padre el inca .El auqui designado usaba una mascaipacha usaba una mascaipacha de color amarillo y era educado para las labores de gobierno con los Amautas(profesores) mas destacados en los Yachayhuasis

EL CONSEJO IMPERIAL:

Fue un organismo asesor integrado por los jefes de cada uno de los suyos se Encontraba gobernado por el Apo Suyo que lo hacía en nombre del Emperador (Sapa Inca). Los suyos se dividían en humanos dirigidos por Tocricots(Apunchicks).

Se reunieron bajo la dirección del inca a quien daban cuenta de su labor desarrollada en sus respectivas regiones ,asesoraban y aconsejaban al monarca sobre cuestiones de mayor transcendencia para agilizar y perfeccionar el proceso administrativo -político del imperio

EL APUNCHIC O CÁPAC APO:

Fueron gobernadores regionales sujetos a su vez a la vigilancia y fiscalización de los Tucuyricuy (los que todo lo ven y lo oyen), que cuidaban por el orden y el cumplimiento de las normas de conducta social más deseables para una convivencia ideal a base de la reciprocidad, con miras siempre a obtener una buena producción para redistribuir. Los apunchic eran nombrados entre los guerreros más valientes y distinguidos , ya que tenía tanto atribuciones políticas como militares .Habitaba ,generalmente , en una fortaleza y viajaba al cuzco para las festividades del inti raymi y rendían culto cuenta por su labor solo al Inca y al consejo Imperial

EL TUCUY RICUY ("EL QUE TODO LO VE")

Eran funcionarios estatales que viajaban de incognitos por las diferentes regiones del imperio, observando la forma como se aplicaban las leyes y

disposiciones del Inca .En el momento preciso se identificaban ante los habitantes por medio de unos hilos de la mascaipacha del Inca ,luego de lo cual empezaban su labor visitaba los lugares de su responsabilidad para recoger el tributo y remitirlo al Cuzco; tenía otras funciones; podían casar parejas ,entonces se convertía en autoridad casamentera tomaba el nombre de Huarmicoco o Repartidor de mujeres, y al ejercer justicia al punto de poder condenar a muerte a los culpables era un juez criminal ,y lo llamaban Taripa Camayoc. Visitaba también las obras públicas y recomendaba las medidas a tomar sobre determinados trabajos, estaba encargado del cobro del tributo. El éxito del Tucuy Ricoc radicó en su independencia, puesto que su única autoridad era el Inca. Su persona era respetaba por cuanto representaba al mismo Inca y únicamente del recibía órdenes y daba cuenta de lo observado y actuado

EL CURACA :

La mayoría eran antiguos jefes de tribus sometidas a quienes se les conservaba su poder por haberse sometido al vasallaje y sumisión al inca Desempeñaban las funciones de Jefes de ayllu, encargados de recoger los tributos y entregárselos al Tucuy ricuy para su traslado al cusco .Era el personaje que estaba en contacto directo con la comunidad y era de su obligación velar por el orden, el trabajo y la producción. Los curacas adquieran muchos privilegios por parte del inca por su sometimiento y fidelidad, muchos fueron recompensados con las virtuosas Acllas Entre sus funciones se hallaban: -Reparto de topos o lotes de tierras agrícolas. -Protección de los pobres o huacchas. -Labores de mantenimiento de la red hidráulica (limpieza y reparación de canales de riego). -Resguardo de los linderos de la comunidad. -Organización de la minka o trabajo comunal.

-Redistribución de los excedentes almacenados en pirguas o collcas. 4. EL IMPERIO

5. ORGANIZACIÓN SOCIAL

SOCIEDAD CLASISTA. La sociedad incaica fue clasista; es decir, estuvo dividida en clases sociales. Los habitantes del imperio no eran iguales, existió profundas diferencias sociales determinadas por su origen.

CLASES SOCIALES. Existieron dos clases sociales básicas: la nobleza y el pueblo.

LA NOBLEZA.- Era la clase social dominadora del Tahuantinsuyo. Tenía todos los privilegios. La nobleza fue dividida en:

Nobleza Imperial.- Constituida por el Inca, la coya, hijos legítimos, hermanos y descendientes por una sola línea imperial y solar. Constituían la panaca, que era la familia de cada inca, formaba un ayllu real. El único hijo del inca que no formaba parte de la panaca, era su heredero, que era el próximo monarca, porque cuando llegara a serlo formaría su propia panaca. La nobleza imperial constituía toda una verdadera aristocracia y tenía en sus manos todas las funciones estatales y todos los privilegios.

Nobleza Cusqueña.- Constituida por toda la parentela familiar imperial reinante, cuyo distintivo consistía en deformarse las orejas por medio de pendientes (aretes), a quienes los españoles los llamaron “orejones”.

Nobleza por Asociación.- Comprendía a los habitantes dentro de un sector geográfico bien definido; el valle del cusco, el valle de Urubamba y el valle de Apurimac. Esta gente por el hecho de vivir en estos valles eran considerados nobles.

Nobleza Local.- Integrado por los curacas y sus familiares, es decir, los jefes locales y tribales de los pueblos conquistados. Una vez que éstos reconocían a los incas y se integraban al Imperio, eran considerados nobles, aunque de menor jerarquía.

Nobleza de Privilegio.- Integrada por aquellos que por notables servicios en la guerra o en la paz, el inca premiaba incorporándolos a la nobleza.

Existieron algunos sectores o grupos que gozaron de una situación de excepción en la sociedad incaica, como el sacerdocio y las accllas. El Sacerdocio: En el Tahuantinsuyo, el sacerdote era un hombre que tenía que estar dotado de cierta investidura y espíritu, que sólo poseían determinados seres y tenía que pertenecer a la nobleza cusqueña. Al inicio del imperio, el jefe de la Iglesia fue el mismo inca, quien reunía en sí el poder político, militar y religioso; así pasó a ser jefe de la Iglesia un hermano o tío de él, que era el sumo sacerdote o willac huma “cabeza que habla”, que era muchas veces tan poderoso o aún más poderoso que el Inca, por que cuando éste moría, las insignias pasaban al supremo sacerdote, quien las imponía al nuevo Inca. Las Acllas: Aclla quiere decir “escogida” o seleccionada. Eran las mujeres escogidas, cuando niñas, por su belleza; las reclutaban por todo el imperio y se les recogía en las acllahuasis. Existieron dos clases de acllas: Las que estaban dedicados exclusivamente al culto (auxiliares del sacerdocio) y las que eran escogidas para ser mujeres del Inca y los nobles. La preparación que recibían fue distinta. Mientras que a las primeras las preparaban en las prácticas del culto, las segundas debían ser iniciadas para desempeñar como buenas madres de familia: cocinar, tejer, crianza de animales, cerámica, etc., una aclla salía de la clase popular al ingresar en el acllahuasi ascendía de categoría social.

EL PUEBLO.- En la base de todo el sistema social del incario se encontraba el pueblo, constituido básicamente por el hatunruna y el yanacona.

El Hatunruna: De las voces quechuas (hatún : grande; runa: hombre). Los hatunrunas eran los hombres de los sectores populares, tanto quechuas, aymaras, etc., en su mayoría eran campesinos. Vivían en las zonas rurales,

en

pequeños poblados y eran

cuidadosamente

controlados por la administración estatal incaica. Cada hatunruna debía vestir de modo diferente, según su provincia, entre los hatunrunas existía la igualdad más absoluta; solo tenía derechos derivados de la organización comunal como: usufructo de topo, de los pastos comunales, de su casa, de sus cosechas, de su huerto, de su lana y de objetos de uso personal. El Yanacona: No existe estudios definitivos sobre el yanacona, ni sobre su origen, ni su condición en la sociedad incaica; sin embargo, se puede afirmar que eran hombres asignados a servicios especiales. Era considerado súbdito directo del inca, ya no pertenecía a su ayllu y estaba exento de toda obligación correspondiente a su marka. Gran numero de ellos eran llevados al Cusco para utilizarlos en el servicio personal del inca, de nobles, en la limpieza de los palacios, en las ocupaciones inferiores de la administración; otros se quedaban en diferentes partes del Imperio al servicio de los principales. El cronista Cabello y Balboa cuenta sobre el origen de estos servidores. El término derivaría del lugar Yanamarca y que a causa de una conspiración de estos pueblos contra Túpac Yupanqui, 6 000 indígenas convictos de Yanamarca fueron condenados a ser servidores de los vencedores: los incas. La condición de yanacona era hereditaria; por esta razón, algunos autores han supuesto que allí se encontraba una forma de trabajo forzado, parecido al de los siervos del feudalismo. Consideramos que tanto los chasquis, las acllas, los mitimaes y los yanaconas, estuvieron sometidos a un sistema de excepción de la sociedad clasista de los incas.

EL AYLLU El ayllu era la célula fundamental de la organización social, política y económica de los incas. El ayllu era la agrupación de familias o una comunidad semejante al clan, gens, etc., unidas por vínculos de sangre;

poseedoras de territorios, donde vivían, trabajaban y usufructuaban colectivamente; gobernados políticamente por un solo jefe, el curaca; y se creían descendientes de un antepasado común llamado huaca o tótem (puma, cóndor, río, cerro, trueno, rayo, etc.) y de quien llevaban el nombre. Si el tótem era una serpiente, pertenecían al ayllu amaru; si el tótem era un halcón, el ayllu era huamán, etc.

VINCULOS DEL AYLLU Los miembros del ayllu se consideraban unidos por los siguientes vínculos: DE SANGRE.- Era un vínculo de parentesco. Los miembros del ayllu creían tener un origen común; es decir, se creían descendientes de un mismo antepasado, de un mismo tronco familiar que se había convertido en su dios protector. ECONÓMICO.- Constituido por el territorio o lugar donde vivían, trabajaban y usufructuaban en común, llamado marka. RELIGIOSO.- Era el culto que todos los miembros del ayllu rendían a la divinidad protectora de la que se creía descender, llamado tótem “ ser que engendra” , que podía ser un cerro, un relámpago, un halcón, etc. POLÍTICO.- Este vínculo también los unificaba porque todos los miembros del ayllu tenían un mismo jefe: el curaca, tiempo de paz y el sinchi en tiempo de guerra.

6. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA

Uno

de

los

aspectos que más destacaron

los

cronistas en sus escritos fue el éxito conseguido por los incas en el aspecto económico.

La

gran cantidad de productos

que

hallaron en los depósitos los llevó a alabar la abundancia de la producción agrícola y ganadera, y a sostener su equitativo reparto entre la población. La

base del éxito, para los cronistas, estuvo en una correcta administración de los recursos que en forma de tributo eran entregados por los pobladores al estado inca. Destacaron por ello la existencia de los depósitos y de los quipus, sistema de contabilidad sobre el que Polo de Ondegardo señalaba que permitía "se entendiese lo que entraba en los depósitos y pagaba a los subditos, de tal manera, que no fuesen agraviados". Las investigaciones actuales muestran que la riqueza del Tahuantinsuyo no se basó en la entrega de un tributo, como lo entendían los cronistas, sino en la administración de la mano de obra que permitía al estado contar con los productos necesarios para la redistribución (E Pease). El inca obtenía esta producción a través de las prestaciones rotativas de trabajo (mita) que la población de los ayllus le entregaba periódicamente. Este sistema no fue creación inca, estaba basado en la forma tradicional como los curacas obtenían fuerza de trabajo. Los incas llevaron el sistema a su máxima expresión, almacenando la producción obtenida en depósitos para luego distribuirla entre la población de acuerdo con sus necesidades y los intereses estatales. La abundancia

y

diversidad

de

los

recursos

era

fundamental

para

el

mantenimiento de la generosidad" del soberano, característica clave de la política incaica.

John Murra, partiendo del estudio de las visitas hechas a los lupaca, ubicados en las riberas del Titicaca, y a los chupaychu de la región de Huánuco, llegó a la conclusión de que los grupos étnicos del área andina, de acuerdo con el tamaño de su población, trataban de controlar la mayor cantidad de pisos ecológicos para conseguir recursos variados. La manera de hacerlo era colocando parte de su población -los llamados mitmaqkunas- en diferentes ecologías, para que por turnos se dedicaran a la producción en el lugar sin perder sus derechos en sus centros de origen. Murra llamó a esta forma de organización económica "control vertical de pisos ecológicos", modelo que los incas siguieron y ampliaron a la par que se expandía el estado inca.

María Rostworowski considera que el modelo propuesto por Murra era característico de las poblaciones de la sierra sur. En la sierra central, espe-

cíficamente en la región de Canta, la población tenía una organización económica diferente. Al contar esa área con distintas ecologías a distancias relativamente cortas, la población se abastecía de recursos variados efectuando un trabajo rotativo y por temporada, no precisando de enclaves multiétnicos que sólo fueron introducidos luego de la conquista inca. En el caso de la costa, sostiene Rostworowski, el diferente tipo de geografía existente propició un modelo económico también distinto. El modelo costeño se caracterizó por la especialización laboral (pescadores, agricultores y artesanos) y el intercambio, el cual se realizó a dos niveles: el de trueque local se efectuaba entre los productores para su subsistencia, y el segundo entre los miembros de la élite. Menciona también la existencia de un intercambio a larga distancia (más bien esporádico), realizado por mercaderes chínchanos que se dirigían al norte a aprovisionarse de mullu a cambio de cobre. La necesidad de la élite de poseer ciertos recursos de tipo suntuario habría motivado la existencia de este último tipo de intercambio.

La mayoría de los investigadores está de acuerdo en que en la costa existía una organización económica distinta a la serrana, basada en la especialización de la población. El problema se presenta porque algunos estudiosos sostienen la existencia de mercado, moneda y especialistas en el intercambio. A favor de esta tesis Frank Salomón señala que había mercaderes en la zona de Quito, llamados mindalaes, encargados del intercambio de productos suntuarios a larga distancia. Menciona que el intercambio se realizaba en sitios especiales como Quito y Jatun Quijos a donde acudían todos a permutar sus productos.

La mano de obra La reciprocidad asimétrica era la que tenía la población con sus autoridades, sea el curaca o el inca, a los que entregaban fuerza de trabajo que les era devuelta, por ejemplo, a través de la redistribución de los bienes a la población en los momentos

necesarios como la pérdida de cosechas o en tiempo de guerra. (G.Alberti y E. Mayer, E.Pease)

La tenencia de la tierra Una unidad doméstica que recién se iniciaba recibía un tupu y medio. Al nacer el primer hijo recibía un tupu adicional si era niño, y si era niña medio tupu. Cuando los hijos se casaban los tupus adicionales que les habían sido asignados les eran retirados. Algunos cronistas mencionan que la tierra se repartía anualmente pero, como señala John Murra, debió tratarse más bien de una reafirmación ceremonial de las tierras a las que una familia tenía acceso y que debió llevarse a cabo anualmente, lo que llevaría a pensar que existió una continuidad en la tenencia de la tierra de parte de las familias.

Guarnan Poma señala que el "reparto" de las tierras tenía lugar después de la cosecha, en el octavo mes del calendario inca, llamado chacraconacuy. Correspondía a los meses de julio y agosto, y era el período en el que se fertilizaba los suelos, se limpiaba y reparaba las acequias, y se organizaban sacrificios para "purificar la tierra".

Las tierras dedicadas al estado y al culto se cultivaban y administraban en forma independiente, y su producción era almacenada por separado. El estado también otorgaba tierras a algunas divinidades de los pueblos conquistados. En todos los casos, estas tierras estaban dedicadas preferentemente a la producción de maíz y de coca, destinada para los sacrificios y para alimentar a los sacerdotes. Sobre todo se tiene información de que el Rayo (deidad identificada con el envío de las lluvias), la Luna, la Pachamama y los santuarios de los antepasados míticos como Huanacaure tenían sus propias tierras, sacerdotes y criados. La mano de obra para el trabajo de las tierras estatales y del culto se obtenía a través de la mita (J.Murra). Tecnología andina Los hombres andinos tuvieron una especial preocupación por encontrar formas para mejorar las condiciones del suelo para la agricultura. La variedad del clima

y del territorio conllevaba igualmente soluciones diversas, de ahí que fueron muchas las formas que encontraron para hacer frente al problema. Entre las medidas más conocidas se encuentra la construcción de andenes, empleados como solución con anterioridad a la conquista inca. Pero fue durante el gobierno incaico que se dio una especial importancia a su construcción. La razón era que la construcción de andenes demandaba movilizar grandes cantidades de mano de obra, tarea que sólo podía realizar con facilidad el estado inca. Los andenes son terrazas agrícolas artificiales que sirven para obtener tierra útil para la siembra en las escarpadas laderas andinas. Permitían también aprovechar mejor el agua, tanto de lluvia como de regadío, haciéndola circular a través de los canales que comunicaban sus diversos niveles. Con esta medida evitaban al mismo tiempo la erosión hidráulica del suelo.

“la tecnología andina tuvo que hacer frente a un territorio hostil y en apariencia poco favorable a la agricultura .aunque generalmente se les asocia con el cultivo del maíz, los andenes servían para el cultivo de diferentes productos.”

La ganadería En los andes prehispánicos, los camélidos desempeñaron un papel verdaderamente importante en la economía. Particularmente fueron la llama, la alpaca -los únicos camélidos domesticados por el hombre andino- las que, criadas en hatos de gran escala, fueron utilizadas para diferentes propósitos dentro del sistema de producción de los incas. Igualmente, fueron utilizadas otras dos especies de camélidos sin domesticar: la vicuña y el guanaco. Los guanacos eran cazados mediante los chacos (cacerías colectivas). En la ganadería inca se usaron herramientas como: piedras, cuchillos o tumis, hachas que, según los cronistas, fueron de piedra y bronce y las sogas que eran elaboradas por ellos en su tiempo de ocio. Muchas de estas herramientas se usaron para esquilar a los camélidos, que luego eran puestos en libertad; así se aseguraban que su cantidad se mantuviese. Los guanacos en cambio, eran cazados por su carne, que era muy apreciada.

“la ganadería siempre fue una de las actividades más importantes, así como la agricultura, el animal destinado a la alimentación era la alpaca. Este camélido proporcionaba además su la que era utilizada para la elaboración de tejidos, también proporcionaba el cuero que era muy utilizado en variados usos como para la elaboración las ojotas y las correas” Los quipus Los quipus eran cuerdas anudadas de uno o varios colores que servían para guardar información. Se les identifica mayormente como un sistema de contabilidad, aunque servían también como un recurso mnemotécnico que permitía recordar hechos acontecidos. Los quipus fueron conocidos por los cronistas, quienes hablaron detenidamente de ellos y emplearon la información que contenían, interpretada y proporcionada por los quipucamayoc, especializados en su manejo. El quipu consta de una cuerda principal -sin nudos- de la cual se desprenden otras generalmente anudadas y de diversos colores, formas y tamaños. Puede

haber cuerdas sin nudos, como también cuerdas que no se desprenden de la principal sino de la secundaria. Los especialistas contemporáneos piensan que los colores y quizás la forma de trenzado de las cuerdas indican los objetos, mientras que los nudos harían referencia a las cantidades, incluyendo el número cero. Entre los quipus conocidos hay una gran variedad de tamaño y complejidad, pues van desde los muy simples hasta los que tienen más de mil cuerdas (E Pease). Los quipus fueron utilizados por el estado inca para una mejor organización de la producción, llevando el registro de los pobladores de cada uno de los grupos étnicos que entregaban su fuerza de trabajo a través de la mita. También se usaron para registrar lo almacenado en las cólicas, para lo cual todo depósito tenía su quipucamayoc residente. Cieza señala que en cada capital de provincia había un quipucamayoc encargado de todas las cuentas, incluso las relativas a los textiles. De acuerdo con la importancia del depósito algunos de estos contadores pudieron haber pertenecido al linaje del inca (J. Murra)

“El quipu brindaba información estadística y servía para recordar determinados hechos históricos. Los especialistas consideran que los colores y la forma del trenzado proporcionan información sobre los objetos, en tanto que los nudos aluden a las cantidades.” El Tributo en el incanato

El tributo incaico consistió en la entrega de trabajo para poder hacer producir las tierras del Inca y las del sol, para cuidar al ganado, construir puentes, carreteras, palacios o para cuidar pasto. Fue un trabajo que solamente realizaban los varones de 18 a 50 años de edad, y se le llamaba mita, es decir trabajo por turnoy tenia lascaracteristicas de obligatoriedad (Todo Runa simi apto debia hacerlo),equidad (Cada persona trabajaba depende a su capacidad ,edad y fuerzas),alternabilidad ( no siempre tributaban las mismas tareas). De esta manera el Imperio de los Incas siempre tuvo personas trabajando a su servicio.

El Inca disponía permanentemente de la fuerza de su trabajo, tanto para la explotación de las tierras estatales y del culto como para la prestación de servicios en el ejército, las obras públicas, la elaboración artesana y el cuidado de las salinas o de los rebaños estatales. En este trabajo permanente consistía el tributo del campesino andino, y para organizarlo se impuso el sistema de la división por edades para todos los individuos, de acuerdo con la capacidad de trabajo de cada uno de ellos y la división decimal de los cabezas de familia. Los adultos de entre 25 y 50 años

Según la crónica de Piedra Cieza de león "El señorío de los incas" “ No consentían que ninguno fuese haragán y anduviese hurtando el trabajo de otros, sino a todos mandaban a trabajar. Así ,cada señor ,en algunos dias,iba a su chacra y tomaba el arado en las y aderezaba la tierra, trabajando en otras cosas. Y aun los mismos incas lo hacian,puesto que era por dar un buen ejemplo de si”

7. organización política

El inca Las crónicas identifican al inca como el gobernante supremo, a semejanza de los reyes europeos. Sin embargo, como se señala líneas arriba, se piensa que el poder fue compartido y que el acceso a este no tenía nada que ver con la herencia al hijo mayor, sino con la elección del mejor de los candidatos al cargo, las aptitudes físicas y morales del pretendiente eran sometidas a rigurosas pruebas , Cuya superación se interpretaba como una designación divina. . Tales pruebas iban acompañadas de un complejo ritual a través del cual el Sol nominaba a quien debía asumir el cargo de inca. En esta selección participaba no sólo el inca saliente sino las panacas y los sacerdotes. Aunque

esto no disminuía los enfrentamientos y rivalidades entre las panacas por la búsqueda del poder. Las crónicas señalan que el inca tenía como esposa principal (coya) a una mujer de su propio grupo de parentesco o panaca, considerada por ello su hermana. Pero también contraía matrimonio con mujeres de los grupos de parentesco cuzqueños y con mujeres pertenecientes a los diversos grupos étnicos incorporados al Tahuantinsuyo; ésta era una manera de emparentar con el grupo y generar en consecuencia una relación de reciprocidad específica (E Pease). El inca realizaba muchas de las funciones del curaca tales como la organización de la población para la obtención de los recursos, la celebración de los rituales, el establecimiento de alianzas y la declaración de guerras, sólo que a una escala mayor. Era responsable del bienestar del Tahuantinsuyo que se concretaba en la utilización de la redistribución en gran escala. Según las crónicas el inca, antes de acceder al poder y una vez en él, debía visitar su territorio. A lo largo de sus expediciones, repartía bienes que tenían el más alto valor entre la población, por ejemplo ropa de lana, maíz, coca y mullu. El inca era un arquetipo que modelaba la conducta de los hombres. Iniciaba el año agrícola abriendo un surco con una taclla de oro en la chacra de Sausero, ubicada al sur del Cuzco. A partir de ese momento ésa y las demás parcelas del

territorio

recobraban

su

vitalidad

productiva

(W.

Espinoza).

La

transformación del mundo humano se incluye también entre las facultades del inca, ya que se le atribuyen los movimientos de gente (los mitimaes o mitmaqkuna) destinados a equilibrar la relación hombre-tierra, colonizar y controlar la población sometida al Tahuantinsuyo (E Pease).

“la elección del inca tomaba en cuenta la capacidad de los candidatos y el inca era objeto de culto de adoración, considerando un ser sagrado que sacralizaba a su vez todo lo que entraba en contacto con él, a, establecer una ciudad la transformaba en un centro sagrado, además también se le atribuía ser el mediador entre los dioses y los hombres, de

este modo podemos decir que el poder del inca sobrepasaba el poder político”

Los curacas Los curacas eran los jefes étnicos tradicionales entre cuyas funciones se encontraba la administración de los bienes comunales (sapsi) y el control de la energía humana empleada con finalidad redistributiva. Fueron mantenidos en sus posiciones de responsabilidad por el Tahuantinsuyo, con la intención de utilizarlos en una especie de "gobierno indirecto". El poder del curaca se sustentaba en su capacidad para organizar a la población en una serie de tareas que iban desde la obtención de recursos en áreas lejanas o ecologías diferentes, hasta la construcción de caminos y ya de las acequias. El reparto de la tierra entre los miembros comunidad era una de sus obligaciones importantes. Debía evitar las disputas por el acceso a las tierras así como resolver los problemas con motivo pudieran suscitarse. Asimismo intervenía como mediador para zanjar cualquier diferencia originada a raíz de las prestaciones recíprocas que realizaban los miembros del grupo étnico. Aparte de sus obligaciones en los ámbitos: político, social y económico el curaca debía cumplir importante función religiosa, donde de gran parte de su autoridad. Como "especial sagrado" debía presidir las fiestas y ceremonia en cabezada los rituales agrarios y los demás figuraban el calendario sagrado de la población considerado una huaca pues tenía la facultad de comunicarse con el mundo sagrado (E Pease). Podía interrogar a las divinidades acerca del comportamiento a seguir, de la actividad de la naturaleza y las condiciones óptimas para las actividades humanas y productivas. La máxima jerarquía la ocupaba el hatun curaca, el jefe étnico de mayor riqueza y prestigio, debido a los bienes acumulados gracias al trabajo de sus sujetos, los cuales redistribuía entre su grupo de parentesco y entre los curacas vecinos quienes, a cambio, lo reconocían como una autoridad superior (M. Rostworowski).

Funcionarios A la par que crecía el Tahuantinsuyo se fue haciendo cada vez mayor el número de funcionarios encargados de la administración del territorio. Como es de suponer, los cargos de mayor responsabilidad y jerarquía estuvieron en manos de los parientes del inca y de aquellos asimilados a la élite (incas de privilegio). Estos funcionarios realizaron múltiples tareas como controlar los ingresos del estado, velar por el correcto almacenamiento de los bienes acumulados, organizar la fuerza de trabajo exigida a los curacas, además de saber cuánta gente podía ser levada en cada región para la formación de los ejércitos. Los administradores debían ordenar la construcción de rutas, puentes, tambos y centros administrativos. Estos funcionarios, al ser reconocidos como representantes del inca, gozaban de inmensa autoridad y prestigio. Betanzos menciona que algunos recibían concesiones de tierras. La designación de los funcionarios para tareas especiales se hacía desde el Cuzco, donde se reunían las futuras autoridades, tanto parientes del inca como los curacas más importantes. La reunión era a la vez administrativa y ceremonial y, según Betanzos, duraba cinco días, tiempo en el que se realizaban festivamente conquistados y en evitar cualquier tipo de incursión de pueblos fronterizos.

En los documentos y crónicas se encuentran referencias a que el mando del ejército inca era dual, es decir, a la cabeza estaban dos jefes representantes de las mitades hanan y urin. Asimismo los cronistas mencionan que siempre eran tres los ejércitos que tomaban parte en una batalla. María Rostworowski señala la posibilidad de que la formación de tres ejércitos se refiera a la división panandina de collana, payan y collao, que correspondía a una ideología religiosa y social. No sólo los incas tuvieron esta forma de organizar a sus efectivos, pues los chancas habían utilizado el mismo sistema para repartir sus tropas.

Los altos mandos del ejército conformaron cuadros permanentes que estuvieron en manos de miembros de los linajes incas, incluyendo al inca y sus parientes más cercanos, quienes se ubicaban en los puestos de comando. La

formación de los miembros de la élite tenía un fuerte componente militar, sus ceremonias de iniciación concedían mucha atención a las aptitudes militares y resistencia física, así como a su capacidad para fabricar sus propias armas, ojotas y otros pertrechos. Sólo aquellos que mostraban tener condiciones para la guerra se convertían en auca camayoc, en guerreros.

Las crónicas y otros documentos señalan que a partir de Tupac Yupanqui se empezó a formar militares profesionales, desligados por completo de las tareas productivas. Es el caso de la guardia personal del inca, integrada por cañaris, chachas y en otras épocas por carengues y huancas. Pero la figura mejor documentada y en verdad impresionante es la de los charcas, caracaras, chuyes y chichas (en el Collasuyo) que fueron convertidos en una casta guerrera y hereditaria, desvinculados absolutamente de otro tipo de trabajo (W. Espinoza).

Ejercito

El ejército fue una institución muy importante cuya principal tarea fue la conquista de nuevos territorios para anexarlos al Tahuantinsuyo , aunque también tuvo un rol destacado en mantener bajo el dominio del cuzco a los grupos étnicos recientemente conquistados y evitar cualquier tipo de incursión de pueblos fronterizos. En los documentos y crónicas se encuentran referencias a que el mando del ejército inca era dual, es decir, a la cabeza estaban dos jefes representantes de las mitades hanan y urin. Asimismo los cronistas mencionan que siempre eran tres los ejércitos que tomaban parte en una batalla. María Rostworowski señala la posibilidad de que la formación de tres ejércitos se refiera a la división panandina de collana, payan y collao, que correspondía a una ideología religiosa y social. No sólo los incas tuvieron esta forma de organizar a sus efectivos, pues los chancas habían utilizado el mismo sistema para repartir sus tropas. Los altos mandos del ejército conformaron cuadros permanentes que estuvieron en manos de miembros de los linajes incas, incluyendo al inca y sus

parientes más cercanos, quienes se ubicaban en los puestos de comando. La formación de los miembros de la élite tenía un fuerte componente militar, sus ceremonias de iniciación concedían mucha atención a las aptitudes militares y resistencia física, así como a su capacidad para fabricar sus propias armas, ojotas y otros pertrechos. Sólo aquellos que mostraban tener condiciones para la guerra se convertían en auca camayoc, en guerreros. Las crónicas y otros documentos señalan que a partir de Tupac Yupanqui se empezó a formar militares profesionales, desligados por completo de las tareas productivas. Es el caso de la guardia personal del inca, integrada por cañaris, chachas y en otras épocas por carengues y huancas. Pero la figura mejor documentada y en verdad impresionante es la de las charcas, caracaras, chuyes y chichas (en el Collasuyo) que fueron convertidos en una casta guerrera y hereditaria, desvinculados absolutamente de otro tipo de trabajo (W. Espinoza). Cada uno de los escuadrones llevaba un solo tipo de arma, que eran las suyas tradicionales. Había honderos, flecheros, portadores de macanas. : o estólicas y otros. No faltaban los instrumentos musicales como tambores, flautas y las trompetas hechas de grandes caracoles marinos. En las guerras importancia llevaban consigo la representación propia huaca Huanacaure y en algunas oportunidades la imagen de Manco Capac (M. Rostworowski)

“Los cronistas cuentan que los soldados iban guerra con sus mejores vestimentas, de acuerdo a las costumbres y usos de sus lugares de origen. I cían penachos y plumas y sobre las espaldas y pechos llevaban patenas de cobre, plata u oro según sus jerarquías en el ejército.”

8. La educación Existía un sistema de enseñanza rígidamente organizado y estratificado que respondía al modelo de la sociedad. La enseñanza institucionalizada tenía

carácter minoritario y selectivo; sus propósitos excedían los de la socialización apuntando a objetivos políticos. La Educación de la Nobleza: La educación masculina más elevada ocurría en los yachayhuasi (casa de enseñanza) para la formación de la nobleza masculina. El yachayhuasi era establecido en un lugar privilegiado del barrio de las escuelas, era como la universidad, donde vivían los sabios amautas y los haravicus, que eran los poetas que enseñaban las ciencias. Amauta quiere decir sabio, prudente, filósofo, doctores. Según la imagen idealizada „gozaban del mayor respeto y veneración por parte de la sociedad‟. Pero para otros constituían una verdadera casta que cayó en el refinamiento, la sensualidad, la molicie y que contribuyó con su enseñanza al sometimiento del pueblo. Los amautas habrían favorecido y estimulado el orgullo de los príncipes, inculcando en el resto de la población formas de obediencia. El carácter de su enseñanza era aristocrático. El método oral y memorista; para facilitar el aprendizaje se recurría a versificaciones de carácter mnemotécnico que escribían los haravicus o poetas. Imperaba, y tampoco podía ser de otra manera, dado el estilo impuesto, una rígida disciplina reforzada por castigos corporales. “Aunque los quipucamayoc se les identifica principalmente como contadores. También tenían

la

obligación

conocimientos

a

los

de

transmitir

sus

que

hubieran

sido

seleccionados, asegurando de esta manera su continuidad. Los cronistas concuerdan en que el periodo de aprendizaje de los quipucamayoc era largo y laborioso, pues debían aprender el sistema de colores, cuerdas y nudos empleados en su actividad, además de familiarizarse con los registros pasados”. (J.Murra)

La Educación de las mujeres: Para las mujeres existían los accllahuasi o casa de escogidas. Se reclutaban las aclla de entre niñas cuyas edades fluctuaban entre los 8 y 10 años en todo el Tahuantinsuyo; estas niñas eran escogidas por un grupo de administradores especiales. El cronista Santa Cruz Pachacuti las divide en cinco categorías: 1. Las Yurac aclla, hermanas o hijas del inca consideradas esposas del Sol. 2. Las Huayrur aclla, las chicas más hermosas y bellas, entre las soberano secundarias

escogía o

las

sus

que el esposas

entregaba

para

establecer con grandes jefes lazos de parentesco. 3. Las Paco aclla, quienes se convertían en las esposas de los curacas a quienes el inca quería halagar o premiar, y 4. Las Yana aclla, chicas que no se distinguían ni por su belleza ni por su categoría social y que servían a las demás. Murua distingue las Taqui aclla, quienes alegraban las fiestas de la corte con sus cantos y tocaban pingullo y tamborcitos. La Educación del pueblo: El resto de la población, recibía una educación predominantemente práctica, sobre todo a través de sus padres, con quienes los hijos varones vivían hasta los 25 años. Como no participaban de un sistema educativo formal, su enseñanza se realizaba a través de la participación en la vida comunitaria y en el mundo del trabajo, ya sea en el campo, en los talleres artesanales, en la milicia o en otras tareas. Ciertas tareas requerían adiestramiento y calificaciones especiales: orfebres, tejedores de tapices y ropa fina,

artesanía de vasos no utilitarios, lapidación de piedras finas, mosaicos de plumas, arquitectos de templos y palacios eran preparados por „maestros‟. El trabajo formaba parte de la moral y estaba al nivel de un precepto. Así es que desde los niños a los discapacitados, todos tenían alguna tarea apropiada, mientras que el ocio era castigado. La

sociedad

inca nos muestra un profundo amor al trabajo, a la

responsabilidad y al bien comunal, que debería ser ejemplo para muchas sociedades modernas. En tanto al aspecto educativo vemos que la labor del amauta era respetada y valorada por el Imperio, labor que en nuestros días no es bien tratada por la sociedad ni por el estado peruano. 9. La moral, el derecho y los delitos

La Moral: El Código Moral de los Incas estuvo formado por normas, especie de preceptos o mandatos divinos, cuyo cumplimiento era obligatorio para todos los habitantes del Imperio. Entre tales preceptos morales, figuran como principales los siguientes: 1. Ama Llulla (No seas mentiroso) 2. Ama Súa (No seas ladrón) y 3. Ama Quella (No seas haragán) La mayoría de historiadores, tal como Guevara, reconocen que el famoso Tricálogo era solamente el saludo inca, mas no fue lo único relacionado a la Moral Incaica, a ello se debe que los tres preceptos siempre se mencionan como los principales. Por eso, Guevara añade: “El Derecho Imperial operaba estrechamente ligado a la Moral Incaica, y en razón de ello, se les recomendaba a diario a los súbditos la observancia de valiosos preceptos como: 1. No seas asesino. 2. No seas injuriador. 3. No seas perjuro.

4. No seas desaseado. 5. No seas borracho, etc. Por su parte el Dr. Douglas Smith en su ensayo “Antropología Cultural Andina” es aún más específico, al señalar que: “ fueron siete los mandamientos sabios, o la filosofía de pensar y actuar en el Imperio Incaico”. Y nos da un enfoque más detallado de aquello que los incas creían y practicaban. Estos son los siete preceptos según el Dr. Smith: “1.- La rectitud (Ama Súa: No seas ladrón) 2.- La verdad (Ama Llulla: No seas mentiroso) 3.- La laboriosidad (Ama Quella: Nos seas perezoso) 4.- El respeto a la vida (Ama Wañuchiy: No seas asesino, aborturero, etc.) 5.- El respeto al ser humano (Ama Sáruy: No seas opresor o abusador del poder) 6.- El respeto al pariente cercano (Ama Llunku: No seas zalamero o de doble cara) y 7.- El respeto a la Soberanía Divina (Ama Mena: No seas idólatra)”. Dado que Guevara coincide mucho con las investigaciones históricas de Smith respecto a más de tres preceptos en la Moral Incaica, en su referido libro también manifiesta que : “…, hubo sin embargo gente que violaba las normas de conducta impuestas por la ley y las buenas costumbres. Ante tal situación, surgía el Derecho Incaico, el mismo que era justo, pero extremadamente severo en su aplicación. El Derecho y los castigos: Un cargo importante lo cumplía el señor enviado a juzgar o castigar delitos particulares, cuyas visitas según algunas crónicas se realizaban cada dos años. Eran los funcionarios más temidos y se les denominaba ocha camayoc, que quiere decir “el que castiga los pecados”. Las penas impuestas variaban de acuerdo a la magnitud del crimen cometido. Por ejemplo, merecía un severo castigo la violación de los mojones fijados por el estado, pero cuando el delito era contra el inca, el culpable perdió todos

sus bienes y hasta la vida pudiendo el castigo afectar a todo su grupo étnico,

como

muestra

existe

un

documento

recogido

por

María

Rostworowski en el Archivo General de las Indias: “El curaca yunga de Quivi, en el valle del rio Chillón, fue acusado de conspirar contra la salud del inca por intermedio de una huaca del pueblo de Acupayllata. Estos hechos llegaron a oídos del soberano, quien envió a un orejón llamado Apar Yupanqui a realizar una pesquisa e informarle de lo ocurrido. El curaca de Chaumecaxa fue conducido preso al Cusco, junto con varios acusados, y ejecutado por traición. El castigo en Quivi fue sangriento y la mayor parte de

la

población

masculina

del

lugar

fue

asesinada, quedando solo las mujeres y los niños.” Otro castigo, fue el que menciona el cronista Guamán Poma, él afirma que el adulterio era castigado con la pena de muerte. Este hecho no significaba un excesivo puritanismo sino, más bien, que el Estado, para su planificación, no podía admitir la libertad de la pareja porque estropeaba su contabilidad.

10. El arte incaico

11. Lenguaje y sus creaciones

Es posible hablar de una rica literatura inca a pesar de que son muy pocas las piezas que se han conservado. Los incas, por carecer de escritura, confiaron su producción literaria a la memoria para que fuera transmit ida por tradición oral, lo que ha impedido que se conozca la verdadera dimensión de su obra literaria. Las piezas que han permanecido fueron recogidas por Cristóbal de Molina, Juan Santa Cruz Pachacuti y Guarnan Poma de Ayala, la mayor parte de las cuales son himnos o rezos

destinados

a

alabar

a

las

divinidades. Estas fuentes mencionan también que fueron los amautas, los quipucamayoc y los haravec los encargados de preparar estas composiciones, por lo que gozaban de gran prestigio. En diversas festividades y ceremonias las recitaban cantándolas, igual como se hacía con las epopeyas. La música y la danza fueron un importante complemento de la expresión oral.

La obra literaria de los incas reflejó distintos aspectos de la vida en el Tahuantinsuyo. Los varios géneros de canto que tuvieron así lo demuestran: el haylli o canto de victoria, estaba dedicado a alabar a las divinidades, a la tierra y a resaltar los triunfos en las guerras y a los héroes; el harahui o canción amatoria exaltaba al amor y a la amada; el huacaylli o canto plañidero se hacía para solicitar las lluvias.

En poesía se tiene mayor información sobre el motivo amoroso, que se caracteriza por ser muy tierno y expresivo. Los temas recurrentes fueron la nostalgia por la amada ausente, así como el lamento del que ama sin esperanzas. Estas piezas eran también cantadas con notas pentafónicas y

eran muy apreciadas entre la población. En cambio se conoce mucho menos sobre sus poemas épicos.

En el Tahuantinsuyo, la memoria de los acontecimientos se conservó a través de la tradición oral, cuya custodia estuvo a cargo de los pacariscap villa, una especie de historiadores oficiales. Eran especialistas a tiempo completo, pertenecientes al grupo de los amautas, cuyo oficio se transmitía de padres a hijos en el seno de determinadas familias.

Su ocupación consistía en confeccionar cantares históricos sobre la vida de cada inca, en los que debían resaltar sus hazañas guerreras y sus bondades para con el pueblo. Para guardar su información, los pacariscap villa se valieron de los quipus y en menor medida de la pintura. La historia inca sólo guardaba memoria de los hechos gloriosos, por eso si algún gobernante había tenido una vida repudiable era de inmediato borrado de los cantares, pasando al olvido.

La memoria de los hechos fue conservada mediante dos géneros: el hucaripuni y el hahuari cuy-cuna, creados ambos para ser recitados. El hucaripuni se utilizaba para mantener la memoria de los hechos oficiales, con composiciones dedicadas a exaltar las hazañas del inca que se encontraba en el j5oder. Cuando un nuevo inca asumía el poder era costumbre recitarle las hazañas realizadas por su antecesor.

El hahuari fue, más bien, el relato maravilloso que servía para narrar cosas extraordinarias de los antepasados. Se contaba igualmente en voz alta ante el público pero a modo de pasatiempo. Los cronistas compararon los primeros con los cantares de gesta y a los segundos con las fábulas (Waldemar Espinoza).

“Antes de la conquista española existía una rica y variada literatura oral en el área del Imperio inca. Algunas muestras de poesía religiosa, narraciones y leyendas quechuas han llegado a nosotros gracias a que

fueron transcritas por cronistas como Cristóbal de Molina, el Cuzqueño, autor de Fábulas y ritos de los incas (1573); Santa Cruz Pachacuti, indio evangelizado defensor de la Corona española, que escribió la Relación de antigüedades de este reyno del Pirú (1613), donde describe la religión y filosofía quechuas y recoge en lengua quechua algunos poemas de la tradición oral; el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616); y Felipe Guamán Poma de Ayala cuya obra Nueva crónica y buen gobierno permite reconstruir buena parte de la historia y genealogía de los incas, así como numerosos aspectos de la sociedad peruana posterior a la conquista. Gracias a ellos y a otros cronistas del siglo XVII, una parte de este legado pervivió y es una fuente viva para la literatura posterior. Esa labor fue continuada mucho después por antropólogos, historiadores e investigadores modernos y contemporáneos; en este siglo, uno de los más influyentes es José María Arguedas, importante también por su obra novelística, que subraya la importancia del carácter bilingüe y multicultural del Perú.”

12. Música y danza

En los Andes la música, el canto y la danza recibían el nombre genérico de taqui, palabra que estrictamente significaba canto y la danza recibían el nombre genérico de taqui , palabra que estrictamente significa canto. La música era pentafónica, basada en la combinación de las notas musicales re, fa, sol, la y do. En base a esta escala fueron compuestas variadas piezas musicales relacionadas con aspectos profanos, religiosos y

guerreros .la música y la danza estuvieran bastante extendidas todos los sectores sociales, y presentes en cualquier tipo de actividad. El canto siempre se acompañaba con instrumentos, siendo los más comunes los pomatinyas, tamborcitos fabricados de fiel de puma; las guayllaquepas, trompetas hechas de caracola; las trompetas de calabaza; el pincullo, especie de flauta traversa; y las antaras o flautas de pan. Los tambores se fabricaban de dos tamaños: grandes (huancar), usados por los hombres, y pequeños (tinya), usados por las mujeres. Por lo general los hacían con cuero de llama, aunque en algunas ocasiones utilizaban también piel humana, empleando la de los caudillos rebeldes y de enemigos derrotados en las batallas. Las trompetas las hacían de oro, plata y cobre. Hubo instrumentos fabricados Don los cráneos de los venados y de los perros. Tanto éstos como las trompetas servían para las danzas rituales y para convocar a las fiestas en homenaje a s huacas. Había infinidad de danzas, pues casi todas las actividades humanas tenían dedicada una que representaba simbólicamente, con figuras y gestos, las escenas más importantes de una actividad determinada. En los documentos más antiguos se mencionan el uaricsa arahui (danza del inca), la llamaya (danza de los pastores), el harahuayo (danza de los agricultores), la cashua (danza del galanteo), la aranyani (danza de enmascarados), el haylli arahui (danza de la victoria guerrera) y la puruc aya (procesión fu-aria). El puruc aya era el llanto general por la muerte del inca (W. Espinoza).

Las danzas estaban siempre relacionadas con las

estas rituales y

agropecuarias. Había danzas para ¿traer las lluvias, así como para ahuyentar los aguáis, las heladas y las granizadas. También hubo zas para representar la vida de las aves y de los --amales domésticos y salvajes. Las danzas y los cantos sirvieron también para relatar los hechos históricos, míticos y legendarios del pueblo inca. Las danzas agrícolas, ganaderas y guerreras tenían como principal objetivo mantener buenas relaciones con las divinidades y los manquis, con el fin de

conseguir su apoyo en la obtención de buenas cosechas, protección del ganado doméstico y silvestre y el triunfo en las batallas. El inca y la coya tenían músicos y danzantes para su entretenimento. Las crónicas no presentan una información uniforme sobre la condición social de los músicos. En algunas fuentes los mencionan como gente de alto rango mientras que en otras aparecen como de baja condición. Garcilaso, al referirse a los músicos del inca, los presenta como especialistas a dedicación exclusiva, señalando que su situación era una especie de premio por el tiempo y esfuerzo que habían invertido para llegar tal condición. Murúa menciona que algunas de las cantoras y tamborileras eran taqui acllas, es decir pertenecían al grupo de mujeres que vivía en los acllahuasis. Lo que el cronista no aclara es si se dedicaban a la música a tiempo completo (J. Murra)

“La música incaica es la música cultivada por los Incas, mayormente durante el Tahuantinsuyo. A la par con la danza, desempeñaba un papel importante en la sociedad andina incaica. Existía música amorosa, guerrera, fúnebre y agrícola. La música inca se componía de cinco notas musicales.”

13. RELIGIÓN INCA

Una de las principales preocupaciones de los españoles, desde su llegada al área

andina,

fue

conocer

las

características de la religión de los hombres que allí habitaban para lograr éxito en su labor evangelizadora. Sin embarg o, a pesar de su interés tuvieron muchas dificultades para proporcionar una evidencia relativamente imparcial. Esta situación, como señala Franklin

Pease, hace que sea uno de los temas más controvertidos de la historia andina.

El problema surge porque los autores de los siglos XVI y XVII buscaron entender la religión andina desde el punto de vista del catolicismo. Por esa razón, identificaron a la religión incaica como obra del demonio, manifestando que se trataba de idolatría. Al recoger los relatos míticos hicieron una selección favoreciendo a aquellas divinidades que podían identificarse con el dios cristiano y a las que podían ser fácilmente concebidas como "vencidas" por la invasión. Otras divinidades o cosas sagradas -a las que los españoles dieron el nombre genérico de huacas- fueron consideradas divinidades menores y aparecen en las crónicas como manifestaciones locales de la actividad del demonio e identificadas con frecuencia con los dioses familiares romanos. En las crónicas y en los documentos referentes a la extirpación de idolatrías son presentadas bajo las categorías romanas de los dioses lares y penates (E Pease). “Todas las actividades de esta civilización estaban imbuidas de religión, todo era místico y, de una forma u otra, todo tenía origen o destino divino. El espíritu profundamente religioso del pueblo era exacerbado por la acción del Estado para que constantemente se profundizara aún más y más, diseñando una intrincada parafernalia de dioses, ritos y ofrendas sin los cuales era imposible llevar adelante la vida sin verse afectado por poderosas fuerzas sobrenaturales. El temor a lo desconocido promovido en el pueblo por la religión oficial, operaba como elemento fundamental para la unidad del imperio y la dominación de las enormes masas que lo conformaban. De tal forma, el gobierno incaico constituyó una absoluta teocracia, sumamente opresiva. "

LA COSMOVISIÓN ANDINA

Los mitos andinos hablan sobre el ordenamiento del mundo, el origen de los hombres y de los animales, la aparición de las enfermedades y sus respectivos remedios, etc. Su estudio y el de las tradiciones orales permiten entender la cosmovisión y el universo ritual andino. Las crónicas presentan diversas versiones del ordenamiento del mundo, diseñado y puesto en marcha por las divinidades. El espacio y el tiempo son ordenados al mismo tiempo que los hombres. En resumen, los dioses andinos se encargan de convertir el caos en cosmos.

LAS DIVINIDADES

El número de divinidades en el área andina era inmenso. Estos dioses habitaban el cielo y la tierra, cumpliendo una diversidad de funciones de acuerdo a las cuales se establecía una jerarquía. La población andina creía que los dioses, sobre todo los antropomorfos, tenían los mismos patrones de conducta que los seres humanos. Las divinidades andinas manifestaban el mismo tipo de afectos, odios, sentimientos y pensamientos que los hombres. Los dioses por lo tanto tenían esposas, hijos, peleaban entre ellos y podían tomar partido en las disputas de los seres humanos. La mayor parte de sus dioses eran inmortales, pero otros fallecían como Tunupa. Según el mito, el dios murió cuando se encontraba navegando en una balsa por el sur del lago Titicaca. La embarcación al ser llevada por el viento chocó en las orillas de Chacamarca, abriendo con su proa el río Desaguadero.

La población creía que los dioses podían comunicarse con los hombres a través de los oráculos. Las representaciones que hacían de sus divinidades en arcilla, madera, metal o piedra tenían, de acuerdo con sus creencias, la facultad de cobrar vida y expresar sus deseos o responder preguntas. El sacerdote del templo se encargaba de interpretar lo manifestado por la divinidad. Los dioses, por ser tales, no podían equivocarse en sus predicciones, Pero cuando esto sucedía la población renegaba de ellos. El inca Atahualpa fue todavía más drástico: destruyó el oráculo de Catequil en Porcón por haberle dado una información falsa (W. Espinoza).

Los dioses exigían a los hombres que no se olvidaran de ellos. La población andina sentía que estaba obligada a entregarles periódicamente ofrendas para poder contar con su protección. En el caso de los sacrificios asociados al agua las ofrendas más comunes eran las conchas marinas (mullu) enteras, partidas y también en polvo, de acuerdo con lo que la población consideraba más del gusto de la divinidad. En Huarochirí, por ejemplo, se creía que a los dioses les gustaba el sonido que hacía el mullu al masticarlo. Las crónicas y los documentos sobre la extirpación de idolatrías mencionan que el mullu era depositado en las fuentes, los pozos, los ríos, las lagunas y el mar para pedir un clima propicio y salud (J. Murra).

Pachamama

Es claramente reconocida como la divinidad de la tierra e identificada como diosa de la fertilidad, cuya función principal es la producción de los alimentos. En la información de las crónicas como en la contemporánea esta divinidad es personificada como una niña pequeña que vive en el interior de la tierra o de las montañas, siendo por ende una divinidad ctónica (E Pease 1992).

Una persona antes de echarse o sentarse en la tierra debía hacerle una ofrenda. En caso contrario la divinidad podía mostrar su enojo provocándole enfermedades mágicas como el huari, el chacho o la chapla. Para recuperar la salud había que realizar una serie de rituales en los que jugaba un rol principal la entrega de ofrendas (W. Espinoza). “Las ceremonias religiosas estaban vinculadas con las cosechas. Los Incas pensaban, como todos los pueblos agrarios, que realizando determinados ritos en honor a la "Pacha Mama, la madre tierra, garantizarían su alimentación".

Pachacamac Fue una divinidad muy importante cuyo adoratorio quedaba al sur de Lima. Sin embargo, no se le puede considerar una divinidad costeña porque era adorada

en distintas regiones. Los cronistas lo identificaron como el equivalente de Wiracocha, es decir que compartía los atributos de ordenador del mundo, y también como un dios subterráneo, productor de terremotos y a la vez de alimentos. En algunos mitos Pachacamac aparece como dios del cielo y esposo de Pachamama (F Pease) El culto solar

En las crónicas el Sol, también conocido como Inti o Punchao, aparece como la divinidad más importante del Tahuantinsuyo. Era considerado el dios fertilizador de la tierra, por lo que en algunos mitos aparece formando pareja con Pachamama. Entre sus facultades estaba la de proporcionar salud, vida y paz. Asimismo era adorado por ser e;terno. El inca como hijo del Sol (Intichuri) cumplía la función de representarlo en la tierra y compartía con él su sacralidad.

El culto solar es descrito en las crónicas ron las características de la organización de a iglesia católica. Así, se señala la existencia le una jerarquía de sacerdotes dedicados al culto, vinculados a la dirigencia del Cuzco. La máxima autoridad entre ellos era el millac umu, elegido entre los miembros de as panacas cuzqueñas. Algunas crónicas mencionan que este cargo recaía en uno de los hernanos del inca.

Los cronistas señalaron la existencia de un culto oficial incaico, llegando algunos a sugerir que existió una suerte de "evangelización", mediante la cual e impuso y expandió el culto solar sobre las poblaciones conquistadas. Al respecto otras fuentes han permitido conocer que no existió un único culto en el Tahuantinsuyo. Los incas permitieron que los pueblos conquistados mantuvieran sus divinidades en muchos casos éstas fueron asimiladas a su pro-io panteón de dioses (E Pease).

“La religión del estado estaba basada en la adoración del Sol. Los emperadores Incas eran considerados como descendientes del Dios Sol y eran adorados como divinidades. “ 14. LA CONQUISTA DEL PERÚ Desde los primeros años de la conquista del Tahuantinsuyo por los españoles hasta nuestros días existo una constante preocupación por descubrir las causas que determinaron || destrucción del último Imperio Andino. Cuatro han sido las

teorías fundamentales para explicarlas: a) el provincialismo; b) la

superioridad racial y cultural de los europeos; v) ti| absolutismo exagerado del Estado Inca; y d) el señorialismo de los curacazgos andinos. En nuestro tiempo, el análisis de las fuentes escritas dejada», por lus vencedores y especialmente por los vencidos y colmo racionistas evidencian que el Imperio de los Incas fue derrumbando brevemente como resultado de las alianzas celebrad!! Por diversos señores étnicos de los Andes con los invasores castellanos, en quienes veían a sus libertadores. Sucede pues que los curacazgos andinos absorbidos militarmente por los cuzqueños, veían en éstos a una clase explotadora, depredadora, usurpadora y abusiva, de la que querían ansiosamente liberarse. Muchas rebeliones y motines ocurridos desde los tiempos de Pachacútec hasta Atahualpa así lo manifiestan. Al arribo de las huestes hispanas no existía en el Tahuantinsuyo unidad nacional ni idea imperial en la masa campesina y popular. Eran una multitud de naciones o curacazgos que se sentían diferentes los unos de los otros; pero todos avasallados y dominados por el Cuzco, para cuya burocracia, militarismo y clero no querían trabajar. Por tales motivos, subterráneamente minaban los cimientos políticos .económicos y sociales del último Imperio Andino. Los curacazgos ansiaban liberarse con vehemencia. Entre los grupos étnicos o curacazgos más conspicuos como aliados y auxiliares de los españoles figuran las cañares, los chachas, los chancas, los caracarás, cierto sector de cuzqueños y otros» Pero de todos ellos los que

descollaron fueron los huancas. Cada uno de los curacazgos anteriormente mencionados, y otros también, han dejado informaciones y probanzas que son verdaderas crónicas donde revelan dramáticamente cómo la propia población andina fue la que destruyó el imperio político, social y económico de los incas para entregar sus bienes y fuerzas de producción a los españoles. La alianza de las huancas fue la más sobresaliente debido a -la ubicación geográfica equidistante y estratégica entre Cuzco-Vilcabamba y Lima, es decir, entre la capital del Imperio en ruinas y la capital colonial que estaba en plena formación. He aquí porqué las batallas más numerosas y más decisivas se llevaron a cabo en el territorio huanca,-en los que el enfrentamiento fue siempre entre los aliados hispano-huancas contra la aristocracia andina del Cuzco únicamente. Muchos encuentros bélicos fueron sólo entre huancas y cuzqueños; 3? en tales situaciones cada triunfo huanca significaba una victoria más para el imperialismo y colonialismo español del siglo XVI. Durante los años de la conquista del Tahuantinsuyo y' décadas posteriores, el colaboracionismo de los huancas en la dación y entrega de guerreros, armas, víveres, vestuario y criados fue increíblemente cuantioso y determinante. Las informaciones de los curacas don Felipe Guacrapáucar y don Fran¬cisco Cusichaca demuestran que las huancas subvencionaron a los aliados para destruir el Imperio incaico. Sólo en una ocasión el pueblo huanca trató de esquivar y resistir los pactos de la alianza. Fue en 1536, es decir, cuatro años después de una intensa lucha aliancista y cuándo ya prácticamente todo el territorio nuclear del Perú estaba ocupado por los invasores. En aquella oportunidad, en una expedición del ejército aliado hispano-huanca comandado por Alonso de Alvarado contra el Cuzco, tanto los españoles como los señores étnicos los llevaron amarrados con sogas. La muerte y vacío del poder

Fue justamente durante su estadía en Quito que tanto el Inca como su correinante Ninan Coyuchi enfermaron de gravedad de viruela y sarampión nuevas enfermedades traídas por los españoles.La muerte del Inca y de su correinante dejó un vacío de poder v precipitó la lucha entre Huáscar v Atahualpa, dos hijos de Huayna Cápac. Hay otra teoría que el imperio había sido dividido antes de la muerte de Huayna Cápac, dejándole a Huáscar el Cuzco y Atahualpa Quito.

Pugna por la mascaipacha La pugna por la mascaipacha fue vista por los españoles como el enfrentamiento entre el heredero legítimo e ilegitimo. Ambos debían demostrar que era los más capaces, para ostentar el cargo. Atahualpa apoyado por los quiteños y Huáscar por los cuzqueños empieza la lucha por el poder, la cual pone en evidencia todos los males más íntimos del imperio. Dentro del todo el territorio andino se hablaba e idioma del rumashini, en todas sus provincias del Perú ,lo cual fue una gran limitante para el pueblo inca , y una gran ventaja para los españoles ya que podrían penetrar por cualquier parte del país (Espinoza Soriano En La Destrucción Del Imperio De Los Incas) Alianza Hispano - Huanca Los incas, conquitando los reinos andinos, "habían formado un Imperio con una organización estatal, política, religiosa, económica, etc. Existía el tributo o la mita; desde niños todos estaban obligados a trabajar y servir al estado y a los curacas. El que no obedecía y no trabajaba estaba condenado a vivir en la miseria, en el hambre, en la necesidad, nadie podía escapar de las imposiciones de la maquinaria el "que huía chocaba con desiertos, con nevados o con punas improductivas, crueles para la vida y para la libertad humanas.

Entonces dice Cieza: A los peruanos no otra alternativa que seguir viviendo en sus valles fértiles y umbrosos, antes que en los desiertos y en las punas, prefiriendo someterse al y la servidumbre antes que sucumbir de frío, de sed y de hambre. Estado Inca y la geografía hosca, habían convertido al peruano un ser temeroso de su libertad. (Espinoza Soriano En La Destrucción Del Imperio De Los Incas). “Es por ello que los huancas reciben a los españoles como sus liberadores, no como sus invasores, por consiguiente ellos le van a brindar su apoyo, posteriormente ellos se dieron cuenta que nada había cambiado que todo era igual ,que seguían viviendo bajo las mismas condiciones ,lo único es que habían cambiado de amo. “ Aspecto sentimental Cieza también descubrió causas de carácter sentimental o romántico, que favorecieron la destrucción del Tahuantinsuyo. El asombraba pensar en las pallas y ñustas del Cuzco que se entregaban sin vacilaciones a la voluptuosidad del español, al extremo de que v estas mujeres "aullaban" y "gemían" cuando los mancebos europeos corrían peligro de muerte en las batallas. Las mujeres se habían enamorado de los invasores y, por lo tanto, habían llegado a transformarse en sus más fervorosas y amorosas amigas, encubridoras y favoreciéndose así la destrucción del imperio. (Espinoza Soriano En La Destrucción Del Imperio De Los Incas).