Los Disfemismos en Espanol Repaso y Etim

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Los disfemismos en español: repaso y etimología de la jerga gay-homófoba

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Los disfemismos en español: repaso y etimología de la jerga gay- homófoba. Elena Beatriz Flores Gómez

1.- ÍNDICE

1.-ÍNDICE,1 2.- INTRODUCCIÓN, 2 3.-LA INTERDICCIÓN LINGÜÍSTICA: EUFEMISMOS Y DISFEMISMOS., 3 4.-CORPUS DE PALABRAS: DATACIÓN Y ESTUDIO HISTÓRICO, 5 ....................... TORTILLERA, 5 ............................. BOLLERA, 6 ...... BUJARRA/ BUJARRÓN, 6 ...........MARICA/ MARICÓN, 7 .................. MARILIENDRES, 8 ...................... MARIMACHO, 8 ........................ MACHORRA, 9 ........................... CHAPERO, 10 ...................... JULANDRÓN, 11 .............................. SARASA, 12 3.1 REFLEXIÓN, 13 BIBLIOGRAFÍA, 14

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1.- INTRODUCCIÓN Antes de hacer un estudio del léxico, ya sea sincrónico o diacrónico, hay que asumir una serie de afirmaciones que sustentan muchas de las explicaciones que se pueden dar de los cambios semasiológicos de las palabras. La primera afirmación que se debe atender es que la lengua es un fenómeno social, lo que nos lleva, por ende, a tener que valorar muchos de los aspectos extralingüísticos de los que las teorías actuales han querido deslindarse por no ser exclusivamente científicos. En el caso de la tabuización de las palabras, es obligatoriamente necesario el tener en cuenta la circunstancialidad en la que se desenvuelve la lengua en el corte sincrónico en el que nos adentremos y, en el caso de algunos factores sociales más exclusivos, hay que observar también la perspectiva histórica en diacronía, puesto que muchas de las connotaciones que la lengua sostiene todavía, no están supuestas desde el hoy, sino desde un ayer relativamente cercano que mantenía aún una visión censuradora y cerrada de lo que puede ser el bien o el mal. La aparición de eufemismos y disfemismos en una lengua está sustentada en ese valor crítico de una sociedad compuesta a través de unos valores de moralidad predominante. Mientras que el eufemismo supone una muestra de lengua pura, el disfemismo podría entenderse como el abuso de la negatividad en toda su extensión, siendo el garante de una connotación denigrante no solo en la propia lengua, sino en la concepción de una serie realidades que son naturales y propias de la vida. Las realidades más comunes en las que se fundan los conceptos de tabúes lingüísticos están relacionadas con la muerte y el sexo, aunque podemos encontrar ejemplos en todos los ámbitos de la vida. Respecto a los conceptos de sexualidad y muerte, se debe afirmar que, en el caso español, esto está muy relacionado con la fuerte influencia del dogma cristiano en la sociedad hispanohablante, no solo europea, sino también americana, lo que provoca que, a lo largo de la historia del español, la lengua buscase la eufonía no solo fonética, sino también semántica. Si nos centramos en el español peninsular, dentro de la realidad sexual, uno de los grupos léxicos más castigados por la connotación ha sido la jerga atribuida a la comunidad homosexual, la cual, hasta poco después de la caída del régimen franquista, estuvo fuertemente perseguida y aún hoy, sigue estando en el punto de mira de algunos grupos que mantienen una mentalidad cuya perspectiva está mucho más cerca del ayer que del hoy. Aun así, la jerga gay está en aumento y, a pesar de esos pequeños reductos que apoyan la marginalidad del colectivo LGTB, se va observando que la lengua paulatinamente va aceptando en su seno una realidad tan natural como lengua misma. De esta manera, vamos viendo cómo, poco a poco, la comunidad de hablantes rechaza palabras como bujarrón, tortillera, bollera o maricón o al menos, no tienen el carácter homófobo que se le daba hace menos de 20 años. Si es cierto que algunas de las palabras discriminatorias han pasado a la jerga gay, perdiendo su connotación negativa, pero aún mantienen esa caracterización denigrante en un contexto heterosexual.

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2.-LA INTERDICCIÓN LINGÜÍSTICA: EUFEMISMOS Y DISFEMISMOS. Se entiende por interdicción lingüística Quintanilla Zanuy, M.T (2004: 104) “la coacción a no hablar de una forma determinada o a sugerirla de forma indirecta; se trata, por tanto, de un fenómeno psicológico o social que provoca una serie de comportamientos lingüísticos”. Es común a todas las lenguas que la variación del lenguaje hacia la eufemía esté implantada como un uso común de la lengua, ya que la macroestructura social nos inquieta y, por tanto, nos hace introducirnos en una serie de patrones que nos igualan al resto. Resulta curioso cómo muchos de estos tabúes lingüísticos son, a su vez, dependientes del contexto en el que nos encontramos. Como demuestra López Morales, H. (2005) en su estudio, la variación connotativa del léxico depende de la edad y el género del hablante, además de la situación en la que se encuentre. Esto es así dado que, al ser un fenómeno, en la mayoría de los casos, social, encontrarse en ambientes distendidos y en círculos cercanos de amistad es totalmente diferente a las situaciones de menor espontaneidad. Además de la edad y el género, la interdicción está totalmente sustentada en el nivel sociocultural del hablante puesto que, suele ocurrir, que los usuarios de menor nivel sociocultural tienden a aumentar las tabuizaciones y, por lo tanto, se hace gala de un conservadurismo lingüístico, que se centra en los usos metafóricos que el eufemismo garantiza. Son muchos los estudios sobre el eufemismo, pero en este caso, hemos querido centrarnos sobre el apartado de disfemismos puesto que la abundancia de ellos hace necesaria una visión menos panorámica y más individualizada de los términos que se emplean. La idea de este trabajo es observar cómo esos vocablos han evolucionado progresivamente desde su nacimiento y la aceptación o negación de las mismas por parte del colectivo gay. Para observar la evolución de la serie de palabras elegidas habrá que tener en cuenta los procesos de cambio semántico, observando en muchos casos procesos de metaforización y ampliación léxica puesto que una de las características de la jerga gay y homófoba es la adopción de palabras ya existentes a las que se les añade una nueva acepción. También en este ámbito será necesario tener en cuenta los procesos morfológicos como la derivación y la composición, los cuales son altamente productivos en este campo, por lo que cabría asegurar que la jerga gay huye del cultismo. Una de las marcas morfológicas comunes- en contraposición al eufemismo- es el uso de aumentativo. Es consabido que los diminutivos siempre se usan como formas eufemísticas, de modo que los sufijos como –on, sugieren esa proyección contraria. Esta sería una característica común de los disfemismos, sin embargo, en el caso de aquellos que se refieren a la homosexualidad, la necesidad del hombre heterosexual de suponerse superior a aquel que es afeminado, provoca que en algunos casos- como se verá en el caso de marica/ maricón, bujarra/bujarrón y julay/ julandrón- el primer estadio es utilizar el diminutivo con la intención de degenerar la imagen del hombre que se identifica con la mujer. También es digno de observar cómo resulta habitual encontrarse entre las palabras eufemísticas gran cantidad de tecnicismos o palabras relativamente cultas que nos escondan la realidad. En el caso de la homosexualidad, son menos los casos en los 4

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que encontramos eufemismos, entre los que destacan: LESBIANA o SÁFICO1 en relación a la homosexualidad femenina y GAY o SODOMITA para la homosexualidad masculina. Estas escasas palabras son contrarrestadas con un gran número de disfemismos sustentados en la homofobia imperante en las sociedades cuyas convicciones religiosas son muy fuertes. En cuanto al léxico disfemístico podemos decir que los términos que podemos encontrar son de amplio espectro, dado que pueden tener una morfología basada tanto en lexemas peninsulares, como hispanoamericanos, además de extranjerismos. Referidos a la homosexualidad femenina y sus relaciones encontramos que destacan TORTILLERA, BOLLERA, MARIMACHO, MACHORRA, CAMIONERA, BLACK AND DECKER, BUTCH-FEMME, CHONGA y todos los derivados con el prefijo alomórfico BOLLO-/BOLLI-: BOLLODRAMA, BOLLICAO, BOLLILIENDRE, BOLLICARACOL, etc. Por su parte, en las relaciones de homosexualidad masculina podríamos decir que el número se acrecienta, quizás debido a una idea preconcebida desde antiguo de que la homosexualidad femenina era mucho menos frecuente, aunque esto no fuera real. Destacan en este apartado términos como: MARICA, BUJARRA, JULAY y sus aumentativos, 2 LOCAZA, DIVA, FOLLACULOS, MAMAGÜEVO o MARIPOSÓN. Al observarlas todas vemos cómo los tropos, ya sean metáfora o metonimia, conllevan una recategorización semántica que se falsifica y, por lo tanto, hay que introducirse en el juego entre el término real y el término imagen. Desde este punto volvemos a la importancia de la pragmática y el contexto puesto que el entender una palabra como eufemística o disfemística no depende de su propia semántica sino de los condicionantes exteriores (gestualidad, prosodia, etc.) que la acompañan, porque la realidad es siempre la misma solo depende de la imagen que queramos dar.

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Ambas palabras tienen un referente cultural muy alto puesto que se relacionan con la poetisa griega Safo de Lesbos, a la que se etiquetó de homosexual por algunos de sus escritos. 2 Para más terminología consultar: “Vocabulario del lenguaje gay en Hispanoamérica, España y los Estados Unidos”. 5

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3.-CORPUS DE PALABRAS: DATACIÓN Y ESTUDIO HISTÓRICO Las palabras que se van a tratar en este estudio son las siguientes:

TORTILLERA Definición: 1. adj. Méx. Perteneciente o relativo a la tortilla de maíz. 2. m. y f. El Salv., Guat., Hond., Méx. y Nic. Persona que por oficio hace o vende tortillas, principalmente de maíz. 3. f. despect. vulg. Lesbiana. Primeras dataciones: El CORDE data su primera aparición con este significado en el año Noel. E (1927) Las siete cucas. " En cuantito la vea... Julita la Mica, la tortillera; y el macho de Pura Patiño... Y aquí tu doña Demetria, tú, Águeda." Por su parte, la primera datación lexicográfica que nos da el NTTLE es del DRAE del año 1985, en el que aparece con la misma definición que en el actual. Evolución histórica: Si observamos su morfología lo primero que se debe tener en cuenta es el proceso de lexicalización que ha sufrido la palabra. Si tuviéramos que hacer un análisis morfológico veríamos: [[[torta]n illa]n era] adj. De este modo se observa que la raíz de la palabra es TORTA. Si nos retrotraemos a la etimología de la palabra, Corominas nos dice que es una palabra común a todos los romances y que se documenta ya en latín, aunque probablemente esté sacada por el latín vulgar con el significado de "pan" del griego. A pesar de que en la derivación nos dice que TORTILLA se entiende en el español peninsular como fritada de huevos y en el americano como pan sin levadura, es curioso cómo en los glosarios de Toledo y del Escorial de 1400 la palabra TORTA traduce a la latina placentula, a la que se consideraría un diminutivo latino de la palabra placenta. Si buscásemos esta palabra en el diccionario latino encontraríamos que su definición es la de "torta"; sin embargo, si viéramos la etimología de la palabra española PLACENTA, el propio DRAE nos la indica como cultismo que, etimológicamente hablando, se relaciona con ese pan. De este modo podríamos suponer que la palabra tortillera, lejos de tener una relación con el hecho de hacer tortillas, está basada en un proceso metonímico de relación o parte (el sufijo -ero supone una inclusión o continente) que supone el gusto por el sexo que tiene la capacidad de generar la placenta.

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BOLLERA Definición: 1. m. y f. Persona que hace o vende bollos. 2. f. despect. vulg. lesbiana. Primeras documentaciones: El CORDE data su primera aparición con el significado sáfico en el año García Hortelano, J (1972) El gran momento de Mary Tribune "- ¿Lesbiana? No. Ni siquiera estoy segura de que su tía Rosa lo sea. Quizá su tía Rosa, sí. Por lo menos, a fuerza de repetirlo, para cabrearla, a Bert, supongo que su tía Rosa es un poco bollera." Por su parte, la primera datación lexicográfica es en el diccionario académico de 1989, que alberga la misma que el actual. Evolución histórica: La composicionalidad morfológica de la palabra nos muestra la siguiente segmentación: [[bollo]n era] adj, de modo que debemos remontarnos a la etimología de la base en busca de la información necesaria. Para Corominas la palabra BOLLO desciende la forma masculina bŭlla "burbuja", "bola" de forma redondeada. La forma bollo, pasó más tarde al italiano como boglio cuyo significado es el de pan de chocolate. Esta información nos es poco concluyente para nuestro estudio, sin embargo, habría que suponer un posible cruce léxico entre bollera y tortillera. Después del estudio de tortillera, atender a la posibilidad de que la etimología popular haya prevalecido a la culta es muy factible ya que la torta es un tipo de bollo, por lo que la variación sinonímica podría dar lugar a la formación de esta palabra. BUJARRA/ BUJARRÓN Definición 1. adj. sodomita. U. t. c. s. Primeras documentaciones: El CORDE data su primera aparición en el año Quevedo y Villegas F. (1607) Sueño del alguacil endemoniado " . Y al ffin an hecho entre nosotros sospechoso este nombre de assientos, que como signiffican traseros, ni sauemos quando ablan a lo negoçiante ni quando a lo bujarron. Honbre de èstos a ydo al ynffierno, que biendo la leña y fuego que se gasta, a querido hazer estanco de la lunbre; y otro quisso arrendar los tormentos, pareçiendole que ganaria en ellos mucho. Por su parte el NTTLE nos data su primera aparición en (1591) Percival, en un diccionario bilingüe y en el propio español en (1726) en el diccionario de Autoridades cuya definición es: hombre vil e infame que comete activamente el pecado nefando.

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Evolución histórica: Según nos dicta Corominas la palabra aparece en el año 1526 (no consta) y proviene del latín bulgărus, nombre de los búlgaros. Este se utilizaba como insulto puesto que se trataban de herejes pertenecientes a la iglesia ortodoxa griega. Entró a partir de otro romance ya que Corominas supone que tanto la forma bougeron, como bougre, las aceptara el francés durante las cruzadas y que, por ende, la palabra entrase al español por el catalán y no por la influencia italianizante, como se había supuesto. MARICA/ MARICÓN Definición 1. m. vulg. marica (‖ hombre afeminado). U. t. c. adj. 2. m. vulg. sodomita (‖ hombre que comete sodomía). 3. m. U. c. insulto grosero con su significado preciso o sin él. Primera dataciones La primera aparición que data el CORDE de la forma maricón está datada en Torres Naharro, B (1517) Comedia Seraphina : "Al demoño do el garçón qu'en topando con la moça no s'aburre y la retoça como rocín garañón. Todas ellas quantas son m'an dicho qu'esto les praze y al hombre que no lo haze lo tienen por maricón. A la mi fe, el hombre atado llámole costal de paja, biva el zagal que trabaja de ser un poco atestado. " Según el NTTLE la primera aparición de la palabra maricón se da en (1611) en Covarrubias, con la siguiente acepción: " el hombre afeminado que se inclina a haze cosas de muger, que llaman por otro nombre Marimaricas; como al contrario dezimos Marimacho la muger que tiene desmbolturas de hombre" Evolución histórica Derivado de María "nombre propio de la madre de Jesús". Este se ve empleado en gran cantidad de compuestos y derivaciones referentes a la mujer, lo que lo convierte en un nombre común. Esta variabilidad se ve fundamentada en la semántica de los prototipos. En este caso la acepción de marica "hombre afeminado" se deriva de un diminutivo del nombre propio a partir del sufijo -ica y un aumentativo del mismo con el sufijo -on. 8

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MARILIENDRES Definición: A pesar de ser una palabra muy conocida en la jerga gay, aún no aparece recogida en el diccionario. Su definición aproximada sería: mujer heterosexual que se asocia exclusivamente con hombres homosexuales y bisexuales, o mujeres cuyos amigos gays son muy cercanos. Primeras documentaciones: Dentro de los corpus tanto sincrónico, como diacrónico, no aparece catalogada, sin embargo, nos consta de su existencia, aunque sea considerada virtual, gracias a libros como Pereda, F (2004) cuya definición de MARILIENDRES es bastante llamativa: “ sust. Espécimen de los locales de ambiente que por desgracia no está en peligro de extinción. Chica que gusta de la relación con maricas, y presume de ser su mejor amiga, y siempre se rodea de ellos a la espera de a ver si cae algo en una noche etílica.” Evolución histórica Composición de la forma María apocopada y LIENDRE del latín lendis, lendinis. La metaforización de esta palabra es total, dado que, de alguna forma, se crea a partir de la mujer heterosexual amiga de un homosexual la imagen de un parásito, como si esas relaciones no fueran factibles y aunque en el mundo homosexual están bien vistas, el aspecto homofóbico resulta aterrador. MARIMACHO Definición m.coloq. Mujer que en su corpulencia o acciones parece un hombre. Primeras dataciones La primera datación que hace el CORDE de esta palabra la encontramos en los Siglos de Oro, más exactamente en Quevedo y Villegas. F. (1620) El entremés de la destreza "Arojamiento tienes de muchacho. Chillona Yo soy hombre y muger y marimacho. Pitorra ¿Ynclinada a las armas? Chillona Tanto quanto. ¿No as oýdo nombrar a la Chillona? " En cuanto a su definición, el primer diccionario que nos recoge esta palabra es (1611) Covarrubias en el suplemento. En él habla de esta palabra como el nombre que el vulgo había querido poner a aquellas mujeres que la naturaleza había hecho hombres en todo menos en el sexo.

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Evolución Histórica Esta palabra es una composición de la apócope del nombre propio MARÍA y la palabra MACHO (de mascŭlus) como referente masculino. La variante semántica hacia la jerga gay se hace común debido a la intencionalidad misma de la composición de la palabra. Se entiende que la mujer lesbiana tiene gustos varoniles y por lo tanto se comporta como tal. MACHORRA Definición 1. adj. Estéril, infructífero. 2. f. Hembra estéril. 3. f. Sal. Oveja que en festividades o bodas se mata en los pueblos para celebrar la fiesta. 4. f. Méx. Mujer hombruna. Primeras dataciones La primera datación que hace el CORDE en textos literarios de la acepción de mujer hombruna aparece en Fernández de Lizardi, J.J (1818) La Quijotita y su prima. "-¡Ay!, ¿yo?, ni pensarlo. ¡Dios me libre de ser tan ridícula ni tan machorra que montara a caballo como hombre! Mi papá y mi mamá dicen muy bien que eso es una indecencia en una mujer, y es querer hacerse muy singulares entrar por semejantes monerías." Por su parte en el NTTLE data la primera aparición lexicográfica en (1495) Nebrija Vocabulario español -latino en el que aparece con la acepción de mujer masculina. Evolución Histórica Derivado de MACHO del latín mascŭlus nos habla Corominas de la acepción de estéril e infructífero, y de la relación con MARIMACHO. Corominas lo explica por una analogía con aquello que no lleva fruto en relación con las plantas. De este modo se entiende que la derivación semántica no es solo por la analogía en el comportamiento y gustos sexuales masculinos de la mujer homosexual, sino por la incapacidad de procreación que da lugar el acto sexual entre mujeres.

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CHAPERO Definición 1. m. jerg. Homosexual masculino que ejerce la prostitución. Primeras dataciones En el CREA la primera datación con este significado aparece en Martín Vigil, J.M. (1985) En defensa propia. "Pues hay quien se busca así la vida y le va de puta madre. - ¿Poniendo el culo? ¡No me jodas! El Loco, que había escuchado mientras tallaba a punta de navaja una madera, dijo aquí: - Jo, tío, según cómo lo paguen, que todo tiene un precio. Raúl le miró incrédulo. - ¿Irías tú de chapero?" Evolución Histórica Al observar la morfología de la palabra vemos que es una palabra derivada de chapa: [[chapa]n ero] adj. Si nos acercamos a la etimología de chapa, Corominas se extiende por una serie de posibilidades que van desde un origen incierto que interrelaciona las acepciones con varias derivaciones léxicas. La primera habla de la unión con el catalán y el occitano clapa 'cada una de las manchas o manchones que salpican una superficie', cuenta también con una posible aproximación al germanismo klappa para la forma chapar en la que se entiende por "cerrar" o en gallego "atrapar con la boca un manjar". Si es cierto que Corominas da otras opciones, pero entre las posibilidades hace referencia a una relación entre chapar "cerrar" y el verbo francés se clapir cuya significación es "acurrucarse (el conejo en la madriguera)". Esta definición tiene cercanía a verbos como reclaparse del valenciano que se aplica a las liebres que se acurrucan en los huecos por falta de madriguera o la forma aclaparse de otras hablas catalanas. De esta forma no sería descabellado pensar en un proceso de metaforización por el cual se asemeje al chapero con ese conejo que se acurruca en los rincones, puesto que se da por hecho que la profesión de la prostitución no se ejerce a la vista de todos, además de que podría sobrentenderse esa ausencia de madriguera como la búsqueda de un amor irreal basado en el deseo, como es el de la prostitución.

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JULANDRÓN Definición M. Jerg. Hombre homosexual Primeras dataciones La primera datación en CORDE de la palabra Merino, C (1981) Días de guardar

JULANDRÓN

aparece en Pérez

“Que si la moda para arriba, que si la moda para abajo. Acabo de la puta moda hasta los mismísimos cataplines. Esto sí. Esto ya es otra cosa. Media docenita de modelos comienzan a menearse por el estudio, mostrando los peinados que les ha hecho el julandrón de turno. ¡Quién las cogiera por banda! Me dirán que soy un obseso sexual de tres pares de cojones.” Por su parte, en el NTTLE, al contrario que en el DRAE, la palabra JULANDRÓN no viene datada, sin embargo, JULA o JULAY si nos aparecen. La primera datación con la acepción de hombre homosexual aparece en 1984 en el Diccionario académico manual (tomo IV) Evolución histórica Resulta difícil asegurar la evolución de esta palabra como ya nos asegura Celdran Gomáriz. P (2008) Gran libro de los insultos donde supone que la voz julay podría ser un gitanismo derivado de julo " animal que va delante en la recua". A partir de esto podría suponerse un cruce semántico (aún no contemplado) entre julo y bujarrón, lo que daría lugar a la interpretación de hombre homosexual pasivo de la que hace gala la lexía que estamos estudiando. Otra posibilidad de análisis es la de relacionar la palabra con el verbo latino forare "perforar de un lado a otro" del que Corominas dice encontrar formas gallegoportuguesas como furar que bien se pueden catalogar como galleguismos o leonesismos y que evolucionan a juro "agujero". Además Corominas nos habla de una documentación de hura en Nebrija como " grano maligno que sale en la cabeza" Por otra parte, en la misma entrada de horadar, Corominas nos habla de apariciones como Jorado o Jurada, por lo que suponer la posibilidad de que esa hura anterior pase a jula o jurada a *julada, puede ser factible, aunque el segundo no esté documentado en textos. De la forma jula si tenemos documentación, es más, se relaciona tanto con julandrón como con julay, siendo la forma primitiva, de modo que podría tener una relación ese grano maligno con la actitud sexual del julandrón, puesto que aún en la actualidad se piensa que la homosexualidad es una enfermedad mental. A partir de ahí el cruce con bujarrón parece inminente, puesto que pasa a ser una metáfora del sodomita como lo perforado. Además, teniendo en cuenta el supuesto origen caló de la palabra, la aparición de una -n- epentética no resulta extraña.

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SARASA Definición 1. m. coloq. Hombre afeminado. Primeras dataciones La primera datación que aparece en el CORDE, aunque poco transparente, está en Valle Inclán, R. (1927-1930) la hija del capitán [Martes de Carnaval] “El Sastre Hay que operar con mucho quinqué. * Los presentas tú al cobro, y te ponen a la sombra. Se requieren otras circunstancias. Los que actúan en esos negocios son sujetos con muy buenas relaciones, que visitan los Ministerios. ¡El Batuco, que estos tiempos ha dado los mejores golpes, tiene padrinos hasta en la Gran Peña! Una masonería como la de los sarasas. El Batuco ha puesto a modo de una Agencia: ¡Una oficina en toda regla! Si queréis entenderos con él, fijamente está en los billares.” Tiempo después, en Marsé, J (1966) Últimas tardes con Teresa, encontramos una aparición más transparente. “En las noches de verano, sentado con los jóvenes casados en la puerta del bar Delicias, el Rey del Bugui dejaba vagar la mirada a lo lejos, hacia las Ramblas y el barrio chino, invisible bajo el polvo luminoso que la ciudad arrojaba a la noche. Y entonces, a menudo, pensaba en Manolo, pero nunca podía imaginárselo en situación de divertirse al estilo en que él se había divertido, ni frecuentando los mismos sitios, ni yendo de "burilla". Por eso, aunque pueda parecer sorprendente, el Rey del Bugui llevaba ya mucho tiempo sospechando que Manolo era un sarasa” La primera datación en el NTTLE con esta acepción es en el año 1918 en el diccionario de Rodríguez Navas. Evolución Histórica Según dicta Corominas, la palabra sarasa proviene de la forma Zarazas" especie de ungüento o pasta venenosa empleada para matar animales" esta a su vez viene de çeraza y este derivado de cera. Poco después- y figuradamente- el nombre zarazas en sus diversas variantes fue aplicado a las mujeres de mala vida y de ahí pasó a homosexuales predominando la pronunciación seseante. Él data la aparición en Baroja y Blasco Ibáñez, pero no consta en los corpus.

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3.1 REFLEXIÓN Una vez vistas las palabras es imposible no afirmar que resultan muy interesantes los procesos de formación que dan lugar a estas connotaciones. De esta forma ha quedado demostrado que el disfemismo es la metáfora de la ruptura, es el más claro ejemplo de la lucha contra la putrefacción lingüística- entendida en el sentido lorquiano de la palabra-. El disfemismo es la búsqueda de la connotación negativa y la intensificación de la realidad desde el prisma más oscuro que existe para así dar lugar a una muestra de sentimientos fuertes e insalvables. Esa es quizás la explicación de que la lengua tenga esa cantidad de palabras disfemísticas referentes a la homosexualidad, la necesidad de mostrar una fuerza y un valor propios de los estereotipos heterosexuales. La otra posibilidad es la que se fundamenta en la necesidad del usuario de mostrar el disgusto hacia lo referido sin tener que dar una explicación. He ahí el por qué de este trabajo: La sociedad y la lengua, poco a poco, van adaptándose a las realidades sociológicas por lo que, con el estudio de los disfemismos, lo único que se ha intentado es buscar la explicación a lo que de por sí es inexplicable, procurando, de la mejor manera posible, dar luz a lo que hasta ayer fue un mundo escondido. [ y/o, como diría un homosexual, sacar a la lengua del armario]

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BIBLIOGRAFÍA Celdran Gomáriz. P (2008) Gran libro de los insultos. Esfera Libros. El cultural 29/05/2008 [en línea] http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/23241/El_gran_libro_de_los_i nsultos Chamizo Domínguez, P.J (2004) “ La función social y cognitiva del eufemismo y el disfemismo” Panace@ Vol.5. Nº 15 [en línea] http://www.tremedica.org/panacea/IndiceGeneral/n15_tribunaChamizoDominguez.pdf Corominas, J. y Pascual, J.A. (1980-1991): Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, 6 vols. Madrid: Gredos. De la Pava, D “Vocabulario del lenguaje gay en Hispanoamérica, España y los Estados Unidos”. [en línea] http://www.csdinformatica.net/laguarida/documentos/anexo.htm López Morales, H (2005) “Sociolingüística del tabú” Interlingüística. [en línea] http://dialnet.unirioja.es/ Ortega Román, J.J ( 2007)“Un territorio lingüístico en expansión geográfica: la jerga gay española” Anales de geografía de la Universidad Complutense. Vol 27, Nº 1. Madrid Pereda, F (2004) El cancaneo: diccionario petardo de argot gay, lesbi y trans. Barcelona. Laertes Quintanillá Zanuy, M.T (2004) “La interdicción lingüística en las denominaciones latinas de ” Revista de estudios latinos [en línea] http://dialnet.unirioja.es/ Real Academia Española: Diccionario (DRAE) [en línea] http://www.rae.es Real Academia Española: Corpus Diacrónico del Español (CORDE) [en línea] http://www.rae.es Real Academia Española: Corpus de referencia del español actual (CREA) [en línea] http://www.rae.es Rodríguez González, F (2010) “El lenguaje gay-lésbico español” Revista Digital Universitaria Vol. 11, Nº 8 [en línea] http://www.revista.unam.mx/vol.11/num8/art74/art74.pdf

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