La Evolucion de Los Pronombres en Espanol

La evolucion de los pronombres en espanol PRONOMBRE PERSONAL 1. Formas acentuadas: a. La 1ª y la 2ª persona: Las formas

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La evolucion de los pronombres en espanol PRONOMBRE PERSONAL 1. Formas acentuadas: a. La 1ª y la 2ª persona: Las formas que evolucionaron del nominativo latino son las que funcionan como sujeto en español. L.C. EGO

L.V. >

TU

EO

Esp. >

TU

Yo TÚ

A diferencia del sustantivo, que mantuvo solo el caso Acusativo, el pronombre mantuvo otras flexiones. Entre ellas, la primera que aquí interesa es que mantuvo el dativo singular en los pronombres personales de primer y segunda persona: L.C.

L.C.

L.V.

MIHI

>



>



(la forma mihi fue contraída a mi ya en el latín clásico)

TIBI

>

TIBI

>



(en latín vulgar tibi se contrajo ti siguiendo el modelo de mihi)

Ambos pronombres, se utilizan siempre con preposición para todo caso régimen acentuado. Las formas latinas mecum, tecum se encuentran en textos vulgares como micum, ticum (antiguo portugués como mego, tego), pues la forma me se reservó en España para usos átonos y mi para los tónicos. A diferencia del italiano donde sucede lo inverso. Anteponiendo otra vez la preposición que va pospuesta, resultan: conmigo, contigo. Para el plural se empleó la forma nominativo-acusativo; nos, vos, que al final de la Edad Media se reemplazaron por nos-otros y vos-otros, el otros pospuesto antes era usado enfáticamente “para poner la primera o segunda persona en contraste con otra, y luego usados en todo caso como formas únicas” (Menendez Pidal, p.251). Nos y vos quedaron relegados al estilo elevado y cancilleresco. L.C.

L.V.

S.S. XIV-XV

NOS

>

NOS

>

NOSOTROS

VOS

>

VOS

>

VOSOTROS

En vez de nobiscum y vobiscum, decía el vulgar noscum y voscum, reemplazando el ablativo por el acusativo.

b. El pronombre reflexivo carece de nominativo en latín y tiene el singular igual al plural, quedando solo el dativo en el romance español

SIBI

>



(como en “sí mismo”)

c. El latín no tenía pronombre especial para la tercera persona: cuando necesitaba de él, empleaba cualquiera de los demostrativos; pero el romance escogió ille. El singular nominativo sirve para el caso sujeto y para régimen con preposición. El masculino ille elle es la forma usada en el Poema del Cid y los textos de la primera mitad del siglo XIII. Desde la segunda mitad en adelante se impuso el apócope él. L.C.

> S.XIII

S.XIII

ILLE

>

ILLE/ELLE

>

ÉL

ILLA

>

ELLA

>

ELLA

En plural, el acusativo sirve para el sujeto y el régimen: ILLOS

>

ELLOS

ILLAS

>

ELLAS

2. Formas inacentuadas para el caso régimen: a. 1ª y 2ª persona: El español saca sus formas átonas del acusativo: me, te, se para el singular y nos, vos para el plural. A fines del S.XV empezó a generalizarse el vos en la forma abreviada os. Nebrija da como única la forma vos pero ya en el siglo XVI, Juan de Valdés dice que “’tal v- nunca veréis usar a los que agora escriben bien en prosa’” (Menéndez Pida, p. 152). b. Acusativos reflexivos: se para singular y plural, siguiendo el modelo latino. c. La 3ª persona distingue el dativo del acusativo:

Singular:   

Dativo masculino y femenino: Acusativo masculino: Acusativo femenino:

ILLI > ILLUM > ILLAM >

ILLE ELLO ELLA

Dativo masculino y femenino: Acusativo masculino:

ILLIS ILLOS

LES LOS

Plural:  

> >

> > >

LE LO LA



Acusativo femenino:

ILLAS

>

LAS

En todos los casos se pierde la vocal inicial por efecto de la posición enclítica, por ejemplo: cantarunt(i)llu, non–(i)llu cantarunt. La ll se redujo a l tanto por el uso átono como por influencia de la forma tónica él y, además, porque en español no se conoce en general ll- en posición inicial de palabra o después de consonante y preferían “dizen-lo” a “dizen-llo”. El uso de las funciones del dativo y el acusativo tienden a confundirse, de aquí es que surge el fenómeno del “leísmo“, que domina a Castilla, atribuyéndole a le funciones del acusativo lo y aun se extiende al plural; les por los. PRONOMBRE POSESIVO El posesivo español se deriva únicamente del acusativo latino. Tiene dobles formas, pero no tan radicalmente distinguidas en la lengua antigua como las del pronombre personal. La lengua moderna llegó a distinguirlas completamente (el castellano antiguo decía “mió padre”), pero en vez de hablar de formas tónicas o atonas, hablamos de formas de pronombre sustantivo y formas de adjetivo antepuesto. El pronombre proclítico acompañado de articulo sigue en uso en algunos dialectos, e inclusive en italiano (“il mio padre”), pero el español moderno, al hacer proclítico el posesivo, suprime el artículo, aligerando la expresión: el tu reino > tu reino 1. Posesivo de un poseedor a. Primera persona: como sustantivo, tenemos para el masculino L.C.

L.V.

Esp.

Masculino:

meum

>

mieo

>

mío

Femenino:

meam

>

mea

>

mía

Mío en español antiguo también era mió, que rimaba con –ó en el Poema del Cid. Como adjetivo, se usaban las mismas formas mío(s), mió (s) (subsistentes ambas en el dialecto de Asturias) para el masculino. Y mié (s), mí (s) para el femenino. Mie se explica por asimilación, cerrándose la a para acercarse a la i, el acento también se trasladó: mié. Pero de la acentuación etimológica parece proceder la apócope mí. En posesivo adjetivo se distinguían: “mi madre, mió padre”. Pero se confundían frecuentemente (se encuentran casos como “mió hermano e mi padre”) y el dialecto castellano optó por el uso del femenino para todos los usos (Asturias por el masculino). La causa de la confusión de géneros es que estos no se distinguían mediante la –a y la –o habituales. b. 2ª y 3ª persona: Como sustantivo, Menéndez ofrece las siguientes formas evolucionadas del latin clásico al dialecto de Castilla:

L.C.

Cast.

TUUM/TUAM >

TO/TUA

SUUM/SUAM

SO/SUA

>

La forma (rara) que se da en algunos textos del género masculino tuo, suo se da por analogía a la forma femenina. Y las formas modernas tuyo-tuya, suyo-suya parecen rehechas sobre el posesivo relativo cuyo, habiendo podido empezar la imitación en tua, sua con el hiato deshecho mediante y. Como adjetivo, en los textos más antiguos (inscripciones españolas de los siglos VI-VII), la forma era to, so para el masculino, y tue, tu, sue, su, para el femenino. Hay manuscritos de los siglos XIII-XIV que distinguen con regularidad los géneros, pero ya Alfonso X prefiere tu-su para ambos géneros, aunque todavía existen excepciones. 2. Posesivo de varios poseedores a. 1ª y 2ª persona: En el latín clásico, junto a vester era frecuente ya la forma voster; noster; y la analogía generalizó en el latín vulgar la forma nostru-vostru, que dieron nuestro y vuestro (con –a en femenino y –s para el plural). Se usan como sustantivo y adjetivo, En la lengua antigua se conocen también nuessa y vuessa. L.C.

L.C.

L.V.

Cast.

NESTER

>

NOSTER

>

NOSTRU

>

NUESTRO

VESTER

>

VOSTER

>

VOSTRU

>

VUESTRO

b. Se emplea también SUUS > SU como posesivo de uno de de varios. PRONOMBRE DEMOSTRATIVO Derivan del nominativo singular y del acusativo plural, conservan el neutro, siempre como sustantivo. En vez de hic, iste, ille, las lenguas romance establecen una gradación con iste en primer término, ipse en segundo y un compuesto de ille en tercero, en relación a la distancia (sea en el tiempo, el espacio o en abstracto) del enunciador respecto al objeto. Hic se perdió excepto en frases como: HAC ORA> AHORA. Ipse conservó su significado clásico solo en algunos compuestos arcaicos en textos del siglo XI al XII, pero que no perduran hasta el español moderno. Los tres pronombres en particular: 1. ISTE ISTA ISTUD ISTOS ISTAS 2. IPSE

> > > > > >

ESTE (en español antiguo también est o esti) ESTA ESTO ESTOS ESTAS ESE (en español antiguo también es o essi)

IPSA IPSUM IPSOS IPSAS

> > > >

ESA ESO ESOS ESAS

3. ECCU(M)-ILLE > ECCU(M)-ILLA > ECCU(M)-ILLO >

AQUEL AQUELLA AQUELLO

(antiguo aquelli)

Los demostrativos se refuerzan en latín con el adverbio demostrativo ecce, por ejemplo eccilliam o eccistam. Y en latín vulgar con el demostrativo ya reforzado eccu(m). De aquí es de donde proviene esta construcción que deriva en tercer grupo actual arriba señalado. PRONOMBRE RELATIVO E INTERROGATIVO 1. “En el latín vulgar de España, la flexión del relativo se redujo al nominativo masculino qui, al acusativo masculino quem, y al neutro quid; estas formas se emplearon lo mismo para el nominativo, para el singular y plural, para masculino y femenino, pues no se creyó necesario precisar el género y el numero, que van o pueden ir determinados con claridad por el antecedente del relativo. Se reservaron para designar personas qui y quien (masculino y femenino, singular y plural), generalmente sin articulo ni otro determinativo”. (Menéndez Pidal, p.263) Es raro qui en la época literaria (a veces aparece como “aquel qui…”), más bien se prefiere el quien. Que sirvió para personas y cosas, con o sin determinativos. Entonces QUI-QUEM-QUID

>

QUE: Para personas y cosas QUI-QUIEN: Para personas

Qui cae en desuso en el siglo XVI y se introduce el plural quienes, aunque demoroo en ser aceptado en la lengua escrita. Incluso hasta el presente hay veces que se prefiere el quien inclusive para relativo plural. 2. También se conservaron en español los pronombres: CUIUS

>

CUYO (S)

CUIA

>

CUYA (S)

CUIUM

>

CUYO (S)

3. Qualis, -e, además de expresar cualidad, sirve en todos los romances como simple relativo, precedido del artículo: el/la cual, los/las cuales. Antiguamente, podía ir sin articulo “’una ermita, cual dicen de San Simón’” (MP, p. 264)

PRONOMBRE INDEFINIDO

Los pronombres anteriores conservan bastante la forma latina, en los indefinidos se perdió casi todo el caudal latino y se sustituyó por otro de formación nueva. 1. Algunos del latín clásico se conservan: UNUS

>

UNO

ALTER

>

OTRO

CERTUS

>

CIERTO

NULLUS

>

NUL, NULLA (Anticuados)

En vez de este último, entró una formación romance nueva: NEC UNUS

>

NINGUNO

En vez de nihil, se dijo RES NATA

>

NADA

En vez de quisque se dijo cata (usado en Vulgata) CATA

>

CADA (Cada uno)

En vez de quilibet, qualis-libet, se usaron los equivalentes: quien-quiera (antiguo: qui-quier, qual-quier, qual-se-quiera, etc.), plural quienesquiera o cualesquiera. En cuanto a la flexión, en general los indefinidos la tienen igual a los adjetivos (otro, -a, -os, -as), pero hay tendencia a dotarla de las particulares terminaciones de la flexión pronominal. Así, la –i final de qui; la –e de este, ese; y el –ien de quien, se introdujeron en otros artículos indefinidos. Dos de estos que han sobrevivido hasta el español moderno son:  

ALGUIEN (no es de alquem, ya que de ser asi su evolución daría *alguen) NADIE (fundiendo las dos terminaciones –i y –e)

BIBLIOGRAFIA MENENDEZ PIDAL, R. Manual de gramática histórica española. Madrid: Espasa-Calpe, 1985.