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Kaminsky, G. (1991). Socialización. México: Trillas. Pp. 1-47 IDEAS RELEVANTES DEL AUTOR Entendemos por “socialización”

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Kaminsky, G. (1991). Socialización. México: Trillas. Pp. 1-47 IDEAS RELEVANTES DEL AUTOR Entendemos por “socialización” todas y cada una de las instancias a través de las cuales un sujeto humano integra e incorpora las consignas y determinaciones de la estructura social en la que interactúa. Más precisamente: la socialización incluye todas las instancias a través de las cuales un sujeto humano se hace individuo. Ser un individuo implica “individualizar” en una persona aquellas características generales que connotan una estructura social. Por esto, podemos asociar e identificar la socialización con el proceso de ideologización de una sociedad. La ideología se manifiesta a través de un sistema de representaciones, imágenes y actitudes concretas que tienden a procurar la cohesión social. Ella responde a los dictados de los distintos niveles, clases y capas sociales de la estructura y manifiesta los antagonismos entre ellas. La socialización, así como también la ideologización, tiene como objetivo fundamental la homogeneización de los miembros de una sociedad. Tomemos un ejemplo de la historia y verifiquemos el puesto de la socialización en los procesos políticos y económicos: la naciente sociedad burguesa estableció sus categorías ideosocializadoras básicas a partir de la Revolución Francesa de 1789, revolución más políticoideológica que económica. Las categorías básicas de referencia son: la igualdad jurídica ante las leyes soberanas, la fraternidad entre los miembros de la sociedad y la prosperidad económica basada en la voluntad general. Igualdad, fraternidad y prosperidad no significaron meros ideales vagos en los que se asentaba la sociedad burguesa, sino que elaboraban una serie de mediaciones institucionales, económicas, familiares y hasta morales (ideológicas), en las cuales se concebían los necesarios procesos de socialización de tal manera que los individuos se comportaban como si esos principios emergieran de su propia “naturaleza” y no fueran los resultados de la acción histórica. Se comprobará una vez más cómo esa pretendida “naturaleza humana” es una forma de encubrimiento y validación de privilegios, resultado de un proceso histórico-cultural de socialización. Comprobamos que la socialización es uno de los principales elementos que componen una sociedad, a la que se ofrece tanto validación y reforzamiento de desigualdades e injusticias, como la posibilidad de reconocerlas para su superación, aun cuando deba ser solidaria de los cambios transformacionales de la estructura básica de producción. ALGUNAS TEORÍAS SOBRE SOCIALIZACIÓN *…+ no es posible elaborar un discurso “científico” sobre socialización si hacemos abstracción de las teorías sociales, psicológicas y aun filosóficas en las que explícita o implícitamente se apoya.

Teorías racionalistas

Las teorías descriptivas son las que abordan el todo social como si efectuaran una narración de hechos sociales sucesivos, acontecimientos que poseen una legalidad cuasi natural. Operan como las memorias fotográficas: son estáticas, formalizantes y encubren el origen y sentido de sus elaboraciones. El conductismo estadounidense es un fiel ejemplo de estas corrientes, que se colman de datos y estadísticas pero no producen una reflexión razonada y fundada de los hechos que analizan. Las teorías transformadoras, por el contrario, entienden que la realidad social no puede ser estudiada como si estuviéramos en presencia de fenómenos físico-naturales en donde el investigador es ajeno al objeto de estudio: éste ocupa una posición determinada en él y, por lo tanto, su estudio sufre las influencias de sus enfoques social, económico, cultural, etcétera. Ambas teorías difieren también en la consideración de la presunta neutralidad de las perspectivas y de la objetividad que puede alcanzarse en los estudios. Para las concepciones transformadoras no puede existir la neutralidad científica en los estudios sobre socialización, ni tampoco una objetividad que no se funde en la historia y análisis concretos del contexto social. El grado de “objetividad” se incorpora sólo cuando se ausculta la realidad social y en la dinámica de conflictos y circunstancias económico-ideológicas se incluye el investigador, como parte de las mismas para comprenderlas y trascenderlas o sea para transformarlas. “El problema de la objetividad se plantea en forma especialmente crítica en las ciencias sociales por: “Primera: El sujeto que conoce (el científico social) y el objeto que se conoce (los hechos sociales), no pueden separarse y distinguirse, ya que el investigador es parte de una sociedad concreta que ya tiene en su seno una serie de prioridades, tradiciones, costumbres y normas que están inspiradas por preferencias valorativas. “Normalmente, el investigador social tiene que observar los datos sociales en su contexto, que ya de por sí implican una valoración o preferencia por ciertos principios. En las ciencias naturales, en cambio, el problema es bastante menor, en vista de que el objeto y sujeto pueden distinguirse

como dos extremos de una relación. El objeto de estudio en las ciencias físico-químicas puede distinguirse del sujeto que las estudia; lo que no pasa en las ciencias sociales. “Segunda: Por la comparación que se hace de los resultados prácticos y útiles que se han derivado de las ciencias de la naturaleza y de los muy escasos, pero sobre todo, poco tangibles resultados de las ciencias sociales… “Tercera: La objetividad en las ciencias sociales no es un problema individual de falta de cuidado, de falta de profesionalismo o carencia de honradez del científico” Nuestra objetividad y neutralidad estará dada por una determinación de nuestras posiciones sociales y de nuestros compromisos. Hablaremos de socialización pero sabremos que nosotros mismos estamos incluyéndoos en nuestro objeto de estudio. Los hombres han creado la sociedad tanto como ésta los ha creado a ellos, por lo menos en lo que éstos tienen de hombres sociales; es decir… históricos. Otra forma de malinterpretar el proceso de socialización y que tiene también un punto de partida en Aristóteles, a través del estudio comparativo y diferencial con el mundo animal, partiendo de la tergiversada definición de que “el hombre es un animal racional”. Si la racionalidad es la nota distintiva del hombre, no por ello deja de pertenecer a la naturaleza; entonces el hombre es un compositum de dos parte irreductibles la una a la otra, que bien puede insertarse en la noción dualista del cuerpo (animal) y alma (espiritual), propia de las tendencias idealistas y de la religión. Precisamente, la psicología social y la sociología que se apoyan en estas concepciones metafísicas dualistas, llevan a cabo investigaciones que comprenden ciertos procesos socializadores, como homólogos a algunas conductas de agrupaciones animales (las más se realizan frecuentemente con abejas, hormigas, primates, etc.). Esto no quiere decir que sea imposible hacer estudios etológicos, o sea del comportamiento animal, como aquéllos del premio Nobel Konrad Lorenz, sino que se utilice el método comparativo como forma de emboscar lo específico de los aspectos cultural e histórico de la conducta social humana. Los que así proceden, ponen de relieve ciertos comportamientos de tipo condicionado, frecuente en distintos agrupamientos animales; luego trasladan sus mecanismos propios a la esfera humana, y con ello omiten la necesaria caracterización de las estructuras particulares que la gobiernan. Hacen aparecer sólo conductas empíricamente observables y manifestaciones visibles y registrables estadísticamente, pero son incapaces de comprender el sentido o significación de dichos hechos. Trazan una línea de continuidad en la evolución animal, donde el hombre parece ser sólo una estación y o una terminal en el camino biológico. Sabemos, desde Darwin, que es posible reconocer una evolución de las especies; también sabemos de nuestro probable parentesco con los primates. Se ha demostrado, por ejemplo, que existen elementos simbólicos en animales de algunas especies, como los gansos, los delfines, etc. Han sido comprobadas, además, ciertas similitudes en la pauta ecológica (medio ambiente) de distintas especies. Muchas o casi todas guardan un equilibrio homeostático “óptimo” con su

medio ambiente (hábitat), en el número de la población, la cantidad de alimento disponible, la vivienda y la protección. SE ha afirmado la importancia de la muerte de algunos grupos (animales y vegetales) para la supervivencia de otros, porque si fuese de otra forma, se alteraría el equilibrio general de la naturaleza. Todo ello, de inmenso valor científico, es luego desplazado por los mismos científicos sociales descriptivos y, sin ninguna mediación, al orden social. De ahí que se pretenda estudiar problemas sociales como la natalidad, el aborto, las migraciones, el racionamiento alimenticio y aun conflictos sociales, como si correspondieran a un equilibrio ecológico con el medio ambiente. Se interpretan las conductas humanas como actos naturales que parecen responder a un orden superior. Si un país invasor o colonialista expolia a otro país pobre, pero con vastas fuentes de riqueza, ¿puede creerse que se trata de un acto convalidado por el “equilibrio ecológico”? Si pueblos enteros son diezmados y otros son devastados por guerras, ¿debemos buscar la explicación en los antecedentes biológicos y animales de las conductas humanas? Los actos humanos tienen sus propias leyes y son irreductibles a las posibles analogías naturales. ¿Sería posible interpretar con aquellas teorías descriptivas y reduccionistas el hecho de que Roma haya destruido a Cartago o de que Hitler haya deseado apoderarse de toda Europa? Creemos que estos acontecimientos históricos, de profundas consecuencias sociales, deben ser explicados en el nivel específico en que son planteados. Rechazamos toda concepción reductiva del fenómeno social y descriptiva de los acontecimientos humanos. Todo estudio comparativo parte de las similitudes, desplaza las diferencias y formula analogías. Se debe partir del proceso mismo que genera las diferencias y descubrir lo específico que caracteriza a cada uno de los niveles en cuestión. Marx decía: “Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia, la religión o lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso éste que se halla condicionado por su organización corporal. Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material.” El hombre se ha diferenciado históricamente del animal a través del procesos mismo de producción de su existencia. Supera su propia animalidad y sus limitaciones corporales, a través de la transformación de la naturaleza y de la elaboración de herramientas que le permitirán doblegar las fuerzas naturales y a los animales hostiles. Primero serán piedras pulidas, hachas, ruedas y martillos; luego armas y arados, y más tarde arribará a las complejas formas que provee la tecnología. La anterior reflexión da cierta claridad acerca de cuán distantes nos encontramos de la “vida natural”. Los medios de comunicación, la energía nuclear y todos los dispositivos que hoy día provee la ciencia, nos permiten afirmar y comprobar el abismal hiato que se ha abierto entre el

hombre y la naturaleza, así como también la necesidad de estudiarlo en el conjunto de los procesos que definen a la sociedad y sus complejas relaciones. “El ser humano se va distinguiendo progresivamente como especia (algo especial, distinto de otros animales), por el trabajo cooperativo con los otros hombres. Mientras que el animal se adapta a su medio ambiente natural; el hombre trasciende su propia naturaleza y produce así un mundo histórico-social. Los animales reproducen su existencia, crean nuevas condiciones de su existencia, o lo que es lo mismo, hacen la historia. Las teorías no transformativas se basan en el estudio comparativo de lo animal y lo humano: insisten en resaltar el seudo-carácter social de la vida animal. Afirman que son pocas las especies que viven en el aislamiento; que por ello generan éstas una verdadera división social del trabajo, y que dichas “sociedades” tienden al bienestar general como si tuvieran finalidades comunes consciente: los monos viven en grupos nómadas; los pájaros costeros forman colonias multitudinarias en los acantilados; ciertos tipos de abejas, avispas y mariposas se reúnen todas las noches en grandes cantidades para dormir hasta el día siguiente. De aquí sólo resta un paso para que los llamados “científicos” corroboren situaciones sociales, y para que además comprueben pautas de conducta y acciones adecuadas a dichas situaciones. De esta forma para ellos es lícito concluir que en el mundo de los animales existen interacciones antecedentes de los procesos de socialización humanos, formas de convivencia, reglas y costumbres. ESTRUCTURA SOCIAL Y SOCIALIZACIÓN La socialización es un fenómeno emergente de la estructura social y cumple con los objetivos que ésta le asigna. El estudio de la conducta humana carece de sentido si no se comprende el carácter específico de la misma a la luz del contexto social que la proveerá del significado que no puede obtener por sí sola. Los actos y las conductas son resultado del proceso socializador, pero no debemos deducir que es la organización la que “directamente” socializa a sus miembros. La sociedad, como categoría teórico-política, es una abstracción. Toda sociedad es una estructura organizada de un determinado grupo humano: está compuesta de un conjunto de entidades, instituciones y actos sociales que en su conjunto son la representación de la totalidad de los miembros, aunque como ya lo hemos señalado, esta representación sea exclusiva de importantes sectores sociales. Representantes y representados generan conductas y acciones que son solidarias, y su interrelación no es la mera suma de dichos actos, sino la constitución de la totalidad social. Toda estructura social se encuentra en permanente proceso de transformación, pues sus fundamentos so esencialmente históricos; es decir, cambiantes. El objetivo básico de estas estructuras sociales es la satisfacción de las necesidades de sus miembros, desde las más elementales (alimentación, vivienda y vestimenta) hasta las más sofisticadas de las sociedades contemporáneas.

La socialización es el conjunto de actividades directamente ligadas al tipo de producción económica que realizan los pueblos; por ello, no hay estructura social sin socialización, pero tampoco es posible concebir l socialización con independencia de la sociedad. A lo largo de la historia han existido distintos modos de producción que podemos sintetizar así: 1. Modo de propiedad comunal y de pequeña propiedad rural libre. 2. Modo de producción asiático o despótico. 3. Modo de producción esclavista. 4. Modo de producción feudal. 5. Modo de producción capitalista. 6. Modo de producción socialista. Todo sistema productivo genera relaciones específicas de propiedad y de goce de los bienes que en él se elaboran, de manera que a través de estas relaciones se configuran las clases de esa sociedad. Los trabajadores (clase trabajadora) serán explotados y dominados si la propiedad y el goce de la producción no está en sus manos, sino en las de un sector (clase explotadora y dominante) que se apropia de los resultados del trabajo. *…+ es posible llegar a la conclusión de que, por lo general, han sido las religiones (politeístas o monoteístas) las armas más eficaces de socialización, o sea, de justificación de los poderes establecidos, para su perpetuación. Generalmente, la socialización se torna ineficaz en las etapas de crisis de una sociedad o, mejor dicho, una sociedad entra en crisis cuando sucumben los procesos de socialización. Los socializados se rebelan, ya no creen en las consignas morales, religiosas o justicieras. Es entonces cuando los agentes socializadores (las clases dominantes) apelan a las formas inmediatas de acción: la fuerza y la violencia. Ergo “no es la conciencia (descriptiva y funcional) la que determina el ser social, sino que es el ser social (estructura social-socialización) el que determina la conciencia. *…+ el sentido que tiene cada organización, es descubierto sólo a través de su estudio dentro del contexto en el cual existen. La socialización no se lleva a cabo por la sociedad “en general” sino por sus representantes institucionales, comunitarios y de grupo. El primer nivel, será el comunitario o social propiamente dicho. El sujeto es visualizado dentro de los marcos de socialización más amplios de la estructura social: medios masivos de emisión y recepción de los mensajes sociales, formas diferenciales de socialización en las distintas clases sociales, y las consecuencias que reviste el aprendizaje.

El segundo nivel, institucional, se encarga de abordar a los individuos socializados, reunidos para la realización de tareas determinadas, que provee de una cierta unidad e identidad. Existen relaciones jerarquizadas que denominas verticalidad y horizontalidad: liderazgos, funciones y códigos institucionales, en torno a organizaciones de tipo educativo, religioso, militar, político, etcétera. El tercer nivel, sociodinámico, aborda los grupos, primarios y secundarios, conjuntos microsociales que proveen características particulares de las clases y sectores de la sociedad, el modelo básico de grupo es la estructura familiar, grupo primario. Cuarto y último nivel: el psicosocial (mal llamado individual). El sujeto humano es auscultado en su ser aislado pero habiéndole incorporado las nociones básica para la vida en sociedad. Esta “internalización de las reglas y normas sociales” configuran lo que Pichon Riviere denomina “mundo interno” de los individuos. De esta forma es comprensible la falsa antinomia entre individuo y sociedad. El hombre como sujeto socializado no se distingue ni se antepone a la estructura social que lo determina. Aquí se abordan: las formas enfermas (patológicas) de la socialización: la alienación, la reificación, la marginación, la desviación, la anomia y la alteridad. CAPÍTULO 2 EL ESTADO Y LOS APARATOS IDEO-SOCIALIZADORES Toda organización social implica un “todo complejo”, y para la comprensión del proceso socializador debemos tener claro que dicha totalidad tiene relaciones, niveles, jerarquías, etcétera. Toda sociedad posee, primordialmente una “estructura económico-productiva” o base económica. Este nivel, en donde se verifican la actividad material de los hombres, sus necesidades y la satisfacción de las mismas, es el fundamento de los otros órdenes de la sociedad. Lo denominamos estructura económica y en él distinguimos las fuerzas que se aúnan en la producción y las relaciones sociales bajo las cuales esta producción se realiza. El modo de producción es el que se establece entre el estado de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. Por encima de este nivel material-social, se encuentra lo que denominamos superestructura social con sus instancias jurídico-política e ideológica. Actualmente toda organización social está estructurada bajo la forma de un Estado. Un Estado es siempre “estado de un determinado proceso productivo”. Por lo tanto es necesario hablar de estado esclavista, capitalista, socialista, etc., ya que su función es regular las relaciones entre las clases que participan de lida económica. En el caso del sistema capitalista, el Estado sirve de máquina o aparato de represión que asegura la dominación de la clase que detenta los medios productivos, sobre la clase explotada. Los aparatos del Estado están encargados de reproducir las condiciones necesarias para el tipo de producción requerida por la estructura económica, lo cual quiere decir que los aparatos tienen

una función gubernativa, controladora, administrativa; o lo que es lo mismo: los aparatos estatales se encargan de la represión necesaria para reproducir las relaciones sociales y el aseguramiento del poder en manos de la clase dominante. El Estado es, entonces el aparato o conjunto de ellos, de carácter represivo, destinados al aseguramiento del poder económico de la clase dominante. Las clases dominantes, para el ejercicio y monopolio del poder, deben reproducir las relaciones del proceso económico y para ello es necesario que mantengan en condiciones “satisfactorias” a las fuerzas trabajadoras. Pero, como bien sabemos, la clase dominante no remunera la totalidad del trabajo: su explotación consiste en satisfacer las necesidades mínimas que deben ser atendidas para que un obrero siga siendo productivo, sin que se pierda su capacidad laboral; pero no más que eso. De ahí que en diversas naciones, el aparato de Estado fije un “salario mínimo vital y móvil”; es decir, el salario es la retribución a la clase trabajadora, pero representa el mínimo posible de remuneración para mantener o sostener el “sistema biológico”, y será móvil para no caer en un nivel de subalimentación o enfermedad ni tampoco en excesos de retribución. Claro está que la preocupación por la alimentación, vivienda o salud no representa un interés “humanitario”, sino que significa la justa medida para poder reproducir las relaciones explotadoras de producción. El único interés es la ganancia y el acaparamiento de la riqueza por la clase dominante. Los aparatos del Estado son los encargados de que no se altere este orden de cosas: gobiernan, administran, decretan leyes, y también, si es necesario, reprimen. Se encuentran al servicio de la clase explotadora. No obstante, el Estado no sólo está encargado de reproducir, con el mínimo de gastos, la fuerza social de trabajo, sino que también debe instruir o “calificar” a los trabajadores según las necesidades productivas. Deben existir trabajadores técnicos, que no sólo posean una educación primaria, elemental y básica para las labores, sino que se incorporen también a un nivel cultural y científico adecuado al estado de las fuerzas productivas. Ahora bien, esta formación necesita estar acompañada por un aprendizaje de las reglas del orden establecido o sea, la aceptación de la visión del mundo adecuada al sistema y por el sometimiento a la ideología dominante. Esta aceptación se lleva a cabo mediante la socialización o, por parecernos mejor denominación, a través de ideo-socialización. En y bajo los modos del sometimiento ideo-socializador, se asegura la reproducción de la “calificación” del trabajador, su acatamiento a las normas y al orden establecido, como si fuera un orden natural, único, ahistórico, justo y racional. Existen los aparatos ideo-socializadores del Estado como la policía, el ejército, los tribunales, que ejercen una actividad represiva “directa”, y otros específicos y especializados, orientados a la cohesión de la sociedad, a la perpetuación y reproducción de las relaciones sociales y a la producción de las instancias ideológicas (superestructurales) del sistema social.

Entre los más relevantes se encuentra a la religión, aparato ideo-socializados predominante en la época feuda; la educación, de importancia cada vez mayor en las sociedades contemporáneas. También está la institución familiar, que cumple también una función muy diversificada. El sistema de justicia (jueces, tribunales, etcétera), también cumple con funciones de fiscalización y control de la acción de los distintos aparatos y de los sujetos sociales individualmente. El sistema de los partidos políticos recubre un área ideo-socializadora, conjuntamente con los sindicatos, tienen incidencia en la esfera productiva y a la vez una tarea de aglutinamiento y conformación en torno a ideales que unifican las funciones de los aparatos represivos e ideo-socializadores del Estado. Por último, el aparato que más consecuencias depara en la conformación ideológica de los pueblos los medios de comunicación social. La televisión, la radio, las cadenas de periódicos, el cine, ahora el internet, las redes sociales. También la cultura (entendida de manera genérica), y el consumo de las obras literarias, artísticas, etcétera, tienden a la cohesión ideo-socializadora requerida por la estructura económica. La unidad de la aparente dispersión en la que parecen encontrarse los aparatos, es precisamente la ideología general que sustenta la clase dominante, además de que toda operan bajo el control y vigilancia de los aparatos inmediatamente represivos (gobierno, policía, ejército, etcétera). LA COMUNICACIÓN DE MASAS Y LOS MENSAJES SOCIALES *…+ todo mensaje es social y además está condicionado por las pautas socioculturales de la sociedad en la cual el emisor está lanzando su mensaje. Ese mensaje será siempre una representación de algún conjunto social dirigido hacia un contexto reducido o, en el caso de la comunicación masiva, hacia un sector muy amplio de la comunidad. Existen dos concepciones posibles de interpretación acerca de la función de la comunicación masiva, una indica el papel privilegiado de la comunicación masiva para el desarrollo de la sociedad, Kaminsky las denomina desarrollistas y culturalistas, y responden a modelos preestablecidos y no a investigaciones de la realidad social concreta. Son manifestaciones de las teorías descriptivas. La otra gran corriente cuestiona globalmente la comunicación masiva, porque reconoce en ella elementos que conducen al mantenimiento de una situación de dependencia interna y externa. Configuran a la comunicación masiva como una de las armas fundamentales de los grupos dominantes de una sociedad. Ambas teorías son extremistas, según el autor, por su exageración. El imposible pensar en la actual socialización sin incluir a la comunicación masiva. Las formas culturales generadas en ciertas regiones rurales, tales como bailes, música, actos religiosos, etcétera, sirven como trasmisores sociales, verdaderas y genuinas actividades ideosocializadoras, todavía hoy día importantes en varios países. Lo anterior conduce a resaltar la íntima conexión existente entre comunicación e identidad social. La irrupción de otras formas de comunicación no generadas ni requeridas en una organización

social, trastorna las pautas de identificación e ideo-socialización (nacionalidad, origen étnico, filiación social, etc.), de un pueblo. La dependencia tecnológica conduce necesariamente a la dependencia cultural. Muchos países latinoamericanos padecen una penetración cultural a través de los medios masivos de comunicación. No obstante, este problema no debe agrandarse. Existe investigaciones y estudios universalmente aceptados que demuestran fehacientemente que los medios de comunicación no tienen el suficiente poder para modificar situaciones globales de una sociedad, pero pueden influir en la vida cotidiana de una estructura social. Si un Estado es representativo del conjunto de los intereses nacionales, bien puede poner todos sus medios al servicio de la nación, pero esto significa manifestar una actitud contraria a los intereses antinacionales. Por lo general, los mentores de la llamada libertad de expresión, son aquéllos que encubren tras esa defensa el poder de difusión de sus intereses particulares, generalmente de dominación. Estos defensores conciben a un pueblo como “consumidor” de la comunicación social. La cinematografía El cine aparece en la historia de los medios de comunicación como el más mitificador de todos ellos. Es indudable que un actor televisivo ha sido visto mucho más que un actor cinematrográfico, pero es curioso que la TV no haya producido los ídolos que tiene el cine. Este poder mitificador se debe a la “distancia” con que se encuentra la emisión de los espectadores. Los periódicos, la TV y la radio, son medios de comunicación inmediatos en la vida diaria de una población. La cinematografía es un espectáculo especial, una actividad que cubre los “vacíos ociosos” en las sociedades y que representa una actividad social independiente del contenido del acto mismo. El “ir al cine” es un fenómeno social relativamente autónomo de la particularidad misma de la producción fílmica. El hecho de que transcurra en un recinto oscuro al cual se debe acudir, se nos aparece como una suerte de aislamiento momentáneo del mundo exterior y la disposición a transitar por el mundo ficticio de las películas. El endiosamiento de un ídolo permite, aunque imaginariamente, olvidar de manera momentánea las situaciones concretas de la vida cotidiana y crear formas ilusorias de convivencia social. El estudio de un personaje puede tener más valor socializador que los análisis de grandes procesos políticos o manifestaciones sociales. 3. LAS INSTITUCIONES IDEO-SOCIALIZADORAS ¿Qué es una institución? Entenderemos por institución a la organización de un sistema social que reproduce, asegura y preserva las condiciones necesarias de existencia social.

Una sociedad lleva a cabo el proceso ideo-socializador a través de organismos creados por la misma o que responden a sus directivas; es decir, son los brazos ejecutores de las consignas de la comunidad. ¿Cuáles son las instituciones? Actualmente existen teorías que asimilan toda organización social a una institución. No sólo la escuela, el ejército y la iglesia lo son, sino que la familia y el individuo mismo son formas institucionales, debido a su constitución y manifestaciones. Tanto la enseñanza de la historia en los colegios como los valores morales individuales, son parte de un todo ideológico al servicio de la sociedad. Una institución tiene razón de ser solamente cuando existen tareas específicas que deberán ser realizadas por la misma. *…+ una sociedad tiene tantas instituciones como sean necesarias para reproducir, sin cambios, su propia concepción de sistema social y de ser humano. DOS INSTITUCIONES IDEO-SOCIALIZADORAS FUNDAMENTALES A) La institución religiosa B) La institución militar Ambas instituciones son organizaciones humanas que operan en torno a disposiciones expresas (credos-disciplinas-códigos), y deben ser conocidas por todos sus integrantes. Son comunidades humanas altamente estructuradas, con precisos mecanismos de incorporación, acción y separación. En ambas existe una estructura jerarquizada de grupos, “piramidal”, en cuyo vértice superior debe encontrarse un sujeto (jefe-superior-caudillo) del cual todo depende y al que se debe obedecer, tanto en sentido expreso como figurado. Ambas instituciones se reglamentan por un riguroso sistema de sucesiones y reemplazos. En ellas no preocupa que se valorice una convicción con base en la igualdad y la fraternidad de los individuos, porque están centradas en creencias o disposiciones intelectuales que en la realidad de cómo se ejercen los hechos institucionales. Freud ha demostrado que es posible sustituir el elemento que ejerce la dirección superior institucional, por una idea o rector ideal, cohesionador de la totalidad de los miembros. El efecto que tienen las ideas-guías institucionales, es similar a la acción de un sujeto supremo al cual se sigue y obedece. Hay una “delegación” de cualidades, poderes y decisiones personales de cada miembro en sus “superiores”, lo cual implica una seria limitación en la personalidad del sujeto. No se debe entender este proceso como un empobrecimiento de cada uno de los miembros, sino como la forma necesaria de su participación: la condición de posibilidad de la existencia institucional, algo similar a la “cuota de colaboración” para la creación de una forma colectiva de conciencia en torno a ciertos ideales, principios éticos, consideraciones sobre la vida y la sociedad,

el origen y el carácter de nuestra existencia como seres humanos, y las formas de protección, soberanía, seguridad o “expansionismo”. Esta conciencia colectiva, en la que todos los miembros deben tener alguna forma de participación y de cuyas relaciones internas, deben tener el mejor conocimiento, está encarnada, en ciertas personas o en un grupo de ellas, portadoras y celosas custodias de los principios fundamentales de la institución; por ello son inseparables de estas organizaciones las reglas de obediencia, subordinación y disciplina. Las reglas son indispensables para la constitución y para la cohesión interna de las organizaciones. Imaginemos por un momento lo que ocurriría en una institución de este tipo si su jefe máximo renunciara o desapareciera, y o existieran los mecanismos para su reemplazo o sucesión. Los lazos que ligan a los miembros de esas organizaciones son heterogéneos. Por un lado existen los llamados “horizontales” y por otro los “verticales”. Los primeros consisten en las relaciones entre un individuo (soldado o feligrés) con sus pares o iguales; es decir, con aquéllos que se hallan a su mismo nivel institucional. Los lazos verticales se refieren a las relaciones del sujeto con sus superiores mediatos e inmediatos, pero muy especialmente con el director o jefe supremo. Los superiores de las instituciones varían en su función y jerarquías. El jefe supremo (caudillo-líder, es decir, máxima autoridad), representa la unidad esencial de la institución; por ello cada miembro debe mantener una relación de obediencia y sumisión con él. Por lo general es más imaginada que ejercida. En estas instituciones y en otras organizaciones de masas, suceden dos acontecimientos fundamentales: a) se opera una creciente limitación de la actividad intelectual, y b) se opera también una exaltación e intensificación de la emotividad. La creciente limitación intelectual se produce debido a que la institución (religiosa y militar) actúa bajo un “dispositivo” teórico básico (normas y principios presupuestos por todos), que hace obvia la acción racional del sujeto. Sin duda alguna, esto no es más que una coerción cultural y una garantía de que los valores divinos, castrenses, etcétera, no sean trastocados. Mejor obedecer que pensar… En sustitución del intelecto se instala una superactividad emocional, de caracteres más bien irracionales (“amor a Dios”, “valor y subordinación patriótica”, etcétera), que sólo pueden ser fundados afectivamente, todo lo cual indica las sutiles formas del “dominio” institucional. Freud indica que “en las masas se opera una igualación del individuo conseguida por la supresión de las inhibiciones peculiares a cada uno y la renuncia a las modalidades individuales y personales de las tendencias”. El hecho de que se privilegie lo emocional frente a lo racional, lo afectivo frente a lo intelectual, es una elocuente demostración de que las funciones ideo-socializadoras institucionales, son de carácter coartante, limitativo y empobrecedor, o lo que es lo mismo, represivo. Las instituciones

ideo-socializadoras son herederas de las consignas cuya constitución y matriz se encuentra en los marcos del grupo familiar. EL GRUPO FAMILIAR Y LAS INSTANCIAS BÁSICAS DE LA IDEO-SOCIALIZACIÓN La estructura más amplia asigna a la familia una función socializadora por excelencia: la de configurar las pautas básicas de la personalidad de un sujeto en un todo, de acuerdo con las nociones ideológicas que ese sistema elabora. El aprendizaje acerca del respeto a la autoridad y todas las formas posibles de interdicción social son generadas y aprendidas dentro de estos marcos, y desde ellos pasan a organizaciones más amplias, o sea, las instituciones. La afectividad del niño está dirigida en la misma dirección de quienes satisfacen sus necesidades y le dan protección. Algo similar ocurre en las instituciones militar y religiosa. Del mismo modo, el niño busca con especial interés una figura que tomará como modelo para sí mismo su “ideal”. La función paterna, signo de veneración y respeto, en la iglesia o en la organización armada se desplaza a la figura del jefe, director o líder. La identificación representa la forma más temprana y primitiva de enlace afectivo. La ideo-socialización no requiere de los procesos de identificación, sino que más bien los presupone. Para que se cumplan los fines institucionales, existe además un elemento al que Freud llama la idealización. Si la identificación consiste en que el niño(a) se propone “ser” como su padre, éste debe ser a la vez idealizado. Muchas de las aspiraciones que habitualmente ubicamos como realizaciones y objetivos personales, deben ser subordinadas a las consignas institucionales, cuyo factor motriz es la “cabeza visible y responsable”. Este individuo o ideal representa para todos los súbditos un verdadero modelo que debe ser imitado. El modelo es, a la vez, idealizado en cuanto es considerado como la encarnación de los mejores valores y virtudes.

INVITACIÓN A LA FILOSOFÍA. PARTE 1. André Comte. “LA MORAL” Nos equivocamos respecto al sentido de la moral. Su verdadera función no es castigar, reprimir, condenar. La moral empieza allí donde no es posible castigo alguno. La moral empieza en el momento en que somos libres. El temor, por ejemplo, a ser castigado no es moral, es precaución. Ese anillo del que habla Platón, el anillo de Giges, que pudiera hacerte invisible cuando quisieras... Giges no supo resistirse a las tentaciones de este anillo: aprovechó sus poderes mágicos para entrar en palacio, hacerse con el poder, y ejercerlo en su propio beneficio. El que cuenta esta historia concluye que el bueno y el malo sólo se distinguen por la prudencia o la hipocresía. No por la moral. ¿Tu moral? Lo que te exiges a ti mismo, no en función de la mirada del otro, sino en tu propio nombre y en tu concepción del bien y del mal. Concretamente, el conjunto de reglas a las que tú te sometes. Tu no vales más que el bien que haces, el mal que te prohíbes, y sin otro beneficio que la satisfacción de obrar correctamente. “Hacer el bien y sentirse dichoso” (Spinoza). Tú eres lo que tú haces. ¿Qué es la moral? Es el conjunto formado por lo que un individuo se impone o se prohíbe a sí mismo, pero no para aumentar su bienestar, sino para tomar en consideración los derechos del otro. La moral responde a la pregunta “¿Qué debo hacer?”, es la ley que me impongo a mí mismo. “¿Qué debo hacer?” y no: “¿Qué deben hacer los demás?”. La moral sólo es legítima en primera persona. Moralmente, sólo podemos ser juzgados por Dios o por nosotros mismos. Este tu saber de ti mismo es lo que denominamos conciencia, el único juez que moralmente importa. No hay una moral absoluta debido al concepto tan distorsionado y en ocasiones tan erróneo que maneja la sociedad con respecto a este concepto. ¿Quieres saber si tal o cual acción es buena o mala? Pregúntate que ocurriría si todos se comportaran como tú. Es necesario que te prohíbas a ti mismo lo que condenarías en los demás. Una acción sólo es moralmente buena si, como dice Kant, se realiza “sin esperar nada a cambio” y vale para todos. ¿Se necesita un fundamento para legitimar esta moral? No. El mal no se refuta. Contra el mal lo que necesitamos no es tanto un fundamento cuanto valor. La voluntad basta, y vale más. La moral no lo es todo, pero siempre es necesaria, siendo que esta es una de las que regulan la convivencia humana colectivamente hablando y además da pauta para la

creación de normas que regulan la interacción de los individuos con sus semejantes dentro de determinado grupo social, o dentro de la sociedad en general. Siendo una de las premisas para que sea posible el desarrollo social en armonía.

Invitación a la filosofía. Parte 2. El Conocimiento El conocimiento es cierta relación – de conformidad, de similitud, de adecuación- entre el espíritu y el mundo, entre el sujeto y el objeto. Lo que hay en nuestro espíritu cuando pensamos en alguna cosa, corresponde aproximadamente a lo que hay en la realidad. Este aproximadamente es lo que distingue el conocimiento de la verdad. Pues no hay un conocimiento absoluto, perfecto o infinito. Ejemplo: ¿Conoces tu barrio? Naturalmente. Pero para conocerlo totalmente habrías de poder describir todas y cada una de las calles, los edificios, los apartamentos, la ultima mota de polvo, los átomos, los electrones… Para hacerlo necesitas de una ciencia absoluta y de una inteligencia infinita algo que no esta a nuestro alcance. El conocimiento no es verdad: jamás conocemos absolutamente lo que es, ni todo lo que es. Sólo podemos conocer por medio de nuestros sentidos, de nuestra razón, de nuestras teorías. Toda idea en nosotros es humana, subjetiva, limitada, por lo que no puede corresponderse absolutamente con la inagotable complejidad de lo real. Conocimiento y verdad son dos conceptos muy distintos. Pero también están interrelacionados. Ningún conocimiento en la verdad; pero un conocimiento que nada tuviera que ver con la verdad ya no seria conocimiento alguno. Ningún conocimiento es absoluto; pero solo es conocimiento – y no meramente creencia u opinión - en virtud de la parte de absoluto que comporta o permite. Ejemplo: Movimiento de la tierra alrededor del sol, aunque no se puede conocer absolutamente, totalmente ni perfectamente, se sabe que el movimiento existe, que es un movimiento de rotación. La teorías de Copérnico y Newton, por relativas que sean son mas verdaderas y mas ciertas (mas absolutas) que las de Híparco o Ptolomeo (teoría Geocéntrica). Aunque el hecho de que todo conocimiento sea relativo no significa que todos sean validos. Hay una historia de las ciencias, como dice Berchelard: es la irreversible de todas las historias, es porque en ella el progreso es demostrable y demostrado, porque éste constituye la dinámica misma de la cultura científica. Ninguna teoría es absolutamente verdadera, ni siquiera absolutamente verificable. Si se trata de una teoría científica se debe poner de manifiesto. Llegado el caso, su falsedad. Selección cultural de las teorías: proceso que constituye la sustitución de las teorías que no pasan cierto tipo de pruebas con las que si lo logran. Gracias lo antes mencionado las ciencias progresan, “por ensayo y eliminación de errores” en términos de Popper. En este sentido la teoría científica

es siempre parcial, provisional, relativa, no por ello se rechazan todas la teorías, ni tampoco se acepta la ignorancia (seria renunciar al conocimiento). El progreso de las ciencias confirma tanto su relatividad, como su verdad al menos parcial. Debemos evitar confundir conocimiento y ciencia. Tú conoces miles y miles de cosas (tu edad, tu dirección) que ninguna ciencia te enseña ni garantiza. Por ejemplo cuando atestiguas en un juicio, solo te piden decir que es lo que sabes, por eso hay una pluralidad de testimonio, pues se supone la posibilidad de una verdad. Lo esencial, en este punto, es no confundir el escepticismo y la sofistica. Escéptico =) Pensar que nada es cierto: Una certeza seria un conocimiento demostrado. Pero nuestras demostraciones sólo son fiables si nuestra razón lo es. Circulo del conocimiento: para juzgar necesitamos un instrumento de juicio; para verificarlo necesitamos de una demostración y para verificarla necesitamos un instrumento (Montaige). Este prohíbe pretender acceder a un conocimiento absoluto. “Cuando creemos con la mas firme fe que poseemos la verdad, debemos saber que lo creemos: no creer que lo sabemos” Jules Lequier .´. La más sólida de las certezas no prueba nada: no hay pruebas absolutamente concluyentes. No por esto, hay que renunciar a pensar, “Puede que haya demostraciones verdaderas, pero es incierto” Pascal. Que todo sea incierto no es una razón para dejar de buscar la verdad. Pues tampoco en cierto que todo es incierto, sigue señalando Pascal. El escepticismo no es lo contrario del racionalismo; en un racionalismo lúcido y llevado al extremo. Es lo contario al dogmatismo. La sofística =) Nada es verdadero: Es lo contrario al racionalismo, esto es, lo contrario de la filosofía. Si no hubiera nada verdadero, no habría verdad alguna. La verdad no pertenece a nadie: por eso pertenece, por derecho, a todos. La verdad no obedece; por eso es libre y liberadora. Es imposible demostrar que lo sofistas estaban equivocados pero lo que ni siquiera se puede pensar coherente es que tengan razón. La sofística es contradictoria y se destruye a si mismo como filosofía, pero no se preocupa de ello, pues si nada es verdadero se puede pensar en cualquier cosa, lo que es muy cómodo para ellos. Denomino sofística a todo pensamiento que se somete a algo distinto de lo que parece verdadero, o que somete a la verdad a algo distinto a ella misma (interés, ideología, deseo). Así no podrían sobrevivir las ciencias, ni la moral, ni la democracia. Si todo es falso todo esta permitido: se podría condenar a un inocente, dejar en libertad a un criminal, convertirse en uno. Si se puede pensar

cualquier cosa, se puede hacer cualquier cosa: la sofística conduce al nihilismo (negación de uno o más supuestos sentidos de la vida), como el nihilismo a la barbarie (Crueldad: ignorancia, estupidez, error, superstición). Esto es lo que confiere al saber su alcance espiritual y civilizador. ¿Qué es ilustración?, se pregunta Kant. La salida del hombre de su minoría de edad –responde – y de ella solo se sale mediante el conocimiento: “Sapere aude” ¡Atrévete a saber! Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento, lema de la ilustración. Todo conocimiento es una lección de moral: porque ninguna moral es posible sin él, ni contra él. Por esta razón hay que buscar la verdad “con toda el alma” como decía Platón, pues muy probablemente el alma es esta búsqueda, por esa razón jamás dejaremos de buscar. El gran Aristóteles con su habitual sentido de la medida, lo ha expresado correctamente: “La búsqueda de la verdad es a la vez difícil y fácil: nadie puede alcanzarla absolutamente, ni carecer completamente de ella” Entre la ignorancia absoluta y el saber absoluto, hay un lugar para el conocimiento y para el progreso de los conocimientos.

Invitación a la filosofía. André Comte.

LIBERTAD. La libertad es la ausencia de todo impedimento que se oponga al movimiento, es cuando nadie me impide actuar; así nuestra libertad no es absoluta ya que dentro de un Estado nadie hace todo lo que quiere, en éste sentido solo podemos llamarlo libertad en sentido político porque son ellos quienes la garantizan poniendo límites, asegurando de esta forma que no se violente la libertad de uno u otro por medio de la violencia. Al pensar y elegir debemos preguntarnos sí nuestras opiniones no están ya determinadas por la realidad, es decir, por la generalidad, porque,dice Comte, que para que nuestras elecciones sean nuestras debimos haber elegido quienes somos, pero nunca fuimos conscientes de ello, sí se plantea de esa forma entonces la libertad no existe, más que como una forma utópica. Comte entonces, plantea que la libre voluntad es la libertad de querer lo que quiero, porque es algo espontaneo y por lo tanto solo está determinada solo por “yo”, aún si alguien está determinándonos, al fin somos nosotros quienes tenemos esa libertad de elegir si eso que nos están imponiendo es lo que queremos. Así, si hablamos de un alma o cerebro que sea lo que elige solo afirma que lo que somos es lo que elige, suponiendo que estemos determinados por un alma o un cerebro. Por ello todo acto será la marca de las elecciones.

Aun así, Comte dice, retomando el pensamiento de otros autores, que esa voluntad libre aún no es libertad, pues sigue determinada por un algo. La libertad implica autonomía absoluta, es decir, que lo que pensamos o hacemos sea algo nuevo, que no exista ya. Tenemos que trascender sobre nuestra esencia (alma, cerebro), sobrepasarla. Pasar de no ser nada, a convertirnos en algo, sólo se es libre cuando se elige completamente quien se es absolutamente. A esto lo suelen llamar libre albedrio. Otra perspectiva de la libertad es el pensamiento, que implica la libertad de razonar lo que sé que es verdad, si pensamos lo que queramos puede que nos alejemos del plano de lo real, lo que implicaría no poder existir más allá de nosotros mismos, por eso nunca se es tan libre como cuando se conoce la verdad, porque en la medida que la conozco me anclo a la realidad y esas verdades me permiten determinar que soy. Entonces es una necesidad más que una elección el conocerla. Comte concluye que no importa cuál sea el tipo de libertad que se mire, sigue siendo un misterio, porque podemos creer que somos libres pero jamás podremos probar si realmente lo somos. Por eso, dice el autor, más que preocuparnos por saber si somos realmente libre, se debe trabajar sobre el hecho de que podemos llegar a serlo y eso es lo importante: “no nacemos libres, llegamos a serlo”. Esto implica que nunca habrá un punto en el cual se pueda decir que se ha llegado a ser completamente libre, pero podemos ser lo más libres que se pueda, se convertiría entonces en una meta o ideal al que solo llegaremos aprendiendo, por lo que la libertad es sinónimo de Sabiduría.

Un paso en la calle, un salto contra la vida. CAPITULO 1 El ser humano debe ser la razón primordial del desarrollo. El desarrollo es concomitante al desenvolvimiento de las personas. El desarrollo va de la mano con el desenvolvimiento de las personas y este es más sensible y palpable principalmente en os grupos con menores niveles de bienestar. A pesar de lo antes mencionado, estos sectores (los más desprotegidos) no figuran en los modelos socioeconómicos vigentes. Estos modelos se centran en la construcción de grandes obras de infraestructura, inversión y flujo de capital, reducida con relación a lo que significa el bienestar y la dignidad del individuo. Ante estas circunstancias surge un enfoque emergente sobre el desarrollo en el que destaca el papel activo de la ciudadanía. ¿Qué significa en términos concretos ser sujeto de derechos y obligaciones? Se trata de que el desarrollo se construya no solo sobre la base de proyectos de inversión, obras de infraestructura, sino también sobre la elevación de la dignidad de las personas involucradas y la valoración de su vo y participación en la construcción de futuros comunes. Esa visión del desarrollo influye directamente a la forma como se ejerce el poder, como se distribuye como se controla y como participan en él los grupos unidades en concreto. Existen ters enfoques de ciudadanía respecto al papel que juegan las personas y los grupos humanos frente al poder y al estado: 1. El beneficiario: considera al individuo como un súbdito del poder supremo cuya función es someterse y apegar su voluntad al ejercicio de la política. Se trata de una adhesión pasiva a las autoridades públicas. En esta posición el estado sabe “lo que es bueno para los individuos” y generan las mejores decisiones tomando en cuenta los intereses grupales y el bien general del estado y la nación, quien está bajo esa óptica solo actúa por interés personal y privado.

Esta ha sido la actitud histórica de los gobiernos paternalistas y autoritarios en México donde el papel de las autoridades se centra en hacer los mejores proyectos para el país, sin escuchar ni tomar en cuenta a los afectados. Asuntos públicos a pesar de ser cruciales para el bienestar de os ciudadanos son considerados demasiado complejos para ser informados y sometidos a la consideración y discusión de los ciudadanos comunes, quienes, por lo tanto, deben cuidarse de intervenir en el proceso de planificación del desarrollo.

La premisa implícita de este enfoque es que existe una autoridad benevolente y por ende el ciudadano es únicamente beneficiario pasivo de los actos de la misma, por lo cual deberá estar agradecida con ella. El resultado de esta forma de ciudadanía suprimida no ha generado el desarrollo que se esperaba sino altos grados de ineficiencia corrupción y beneficio de elites muy definidas.

2. De la participación ciudadana: es la representación y participación cívica, en el cual el gobierno y sus decisiones, está sujeta al control, al escrutinio y al juicio de los ciudadanos. De esta manera los proyectos políticos deben ser sometidos al consenso y aprobación de la representación y la participación de la sociedad. Esta forma de relación entre gobernados y gobernadores se convertirá en una especie de debate público en el cual es deber de quien administra los bienes públicos, informar en todo momento a la ciudadanía. La participación ciudadana es entendida como las actividades legales iniciadas por los individuos dentro de la sociedad, con el objetivo de influir en la selección de las autoridades, conservar las decisiones que estas toman y evaluar los resultados de la gestión pública. La participación esta estrechamente vinculada al sistema electoral como mecanismo de consulta, opinión voz y voto. 3. Empoderamiento: incluye el requisito de la participación ciudadana pero además comprende los elementos independientes de educación, organización y desarrollo cívico y político de la población. La idea es que el cambio social, incluidos los grupos excluidos no puede ser planeado dirigido y producido desde arriba de manera racional y desvalorizada. Para que la gente se haga cargo de su propio destino se requiere algo más que participación cívica, lo que significa hacer surgir el poder de un grupo. En México la sociedad civil ha dejado de ser sociedad débil y subordinada frente al estado. En el año de 2000 los controles como el patrimonialismo el caciquismo y el corporativismo hicieron crisis y dejaron de funcionar de forma tradicional. Lo que hace falta son los procesos informativos y de aprendizaje que eleven la dignidad de las personas, que pasen de su calidad de meros espectadores a receptores activos de las políticas públicas, hacia niveles dignos de representación participación y acción colectiva en bases con orden social. Nuestro estado de derecho adolece de una gran cuestión ¿Por qué en todas las leyes del derecho de las cosas está por encima del derecho de las personas? No contamos con una base real para estructurar la verdadera justicia social.

Lo propuesto es la concentración inmediata con los factores reales de poder local y nacional para reducir la brecha que existe entre la norma legal y la realidad social. Las razones y los intereses. En esta sección se toma el tema del crecimiento de Cancún, su avance económico y social de los últimos años con el objeto de puntualizar el significado de su evolución sociológica antropológica social y cultural, que ha servido como referencia en el estigma que hoy pesa en la realidad de un gran sector social desprotegido y sumergido en el subdesarrollo dentro del primer mundo. Vale la pena detenernos con la idea de llamar la atención sobre el particular para contribuir significativamente con la reflexión correctiva y propositiva sobre los actores que se distinguen por su juventud, empuje, dinamismo, creatividad, liderazgo y rebelión natural, inherentes a la etapa en la que se están desarrollando en la idea practica de que se vean involucrados y no utilizados como elementos de laboratorio de las ciencias sociales. El objetivo es la creación directa de ideas y formas de toma de decisiones e incidir en los lineamientos primarios sobre los grandes temas que se han de desprender de esta propuesta de análisis de trabajo para el trabajo. De los datos que se señalan en este apartado (sobre la explosión demográfica, social y cultural de Cancún) se fundamenta la necesidad de una gran política de atención interdisciplinaria, interinstitucional y creativa en la autosugestión comunitaria. PABLO Y “CHICO” Uno de once y otro de doce años. Día y noche venden chicles. Un día un señor se les acercó y les ofreció trabajo como cirqueros, les agradó la idea y lo aceptaron. Fingían ser un niño de dos cabezas, se sentaban uno en el otro y se enfundaban en una camisa. Un día durante su presentación Pablo ( el flaco) y el “chico”, se empezaron a pelear, Pablo no soportó los insultos de su amigo y sacó sus dos manos de la camisa; de repente el niño de dos cabezas ya tenía cuatro piernas y cuatro manos. La gente comenzó a abuchear y comenzaron a salir. Los niños fueron despedidos y de nuevo quedaron desempleados. UN PASO EN LA CALLE…CON UNO BASTA Se enfatiza el problema en Cancún, ya que ha aumentado el nivel de menores con problemas en la calle. Cultura callejera: el menor conserva características esenciales de su lugar de origen, como costumbres, códigos y demás. Hace mención a la distancia del trabajo, el salario tan bajo que ganan y que muchas veces las amas de casa que son madres solteras dejan a sus hijos un promedio de 11 horas diarias, esto provoca una distancia afectiva y de autoridad y éste tipo de factores fortalece la CULTURA CALLEJERA, limitan los mecanismos de defensa de las familias, FERNANDO Y ÁNGEL

Fernando era conocido como “Papo” (11 años) y Ángel como “Sarna” (10 años), vivían en un restaurante abandonado, “Papo” tenía catarro y “Sarna” fiebre. En ese espacio habitaban siete hermanos, la madre y los tres agregados. No podían ir a la escuela debido a la falta de actas de nacimiento. El lugar donde vivían no tenía ventanas, techo de láminas de cartón, piso de tierra y unas cuantas tablas rotas formaban la puerta. Tiempo después Papo se casó y logró salir adelante, su hermano Sarna murió de tuberculosis, era drogadicto y dejó sus medicamentos, murió a los 18 años. DESDE LA ESQUINA DONDE ESTAMOS PARADOS En la esquina se ponía una hora de reunión, códigos, delimitan edad, condición socioeconómica e interés grupales y personales. Son tan socorridas las esquinas que se vuelven instrumento de mercadotecnia: con su doble vista y dominio territorial garantizan éxitos comerciales. CAPÍTULO 2 ALEJANDRO FERNANDEZ Un niño que salió de casa a muy temprana edad con su hermano mayor para convertiré en un niño con vida callejera. La madre insistía en que regresaran a casa pero la calle los absorbió mucho más que la insistencia de la madre. En Cancún los oficiales de policía rapan hasta las cejas a los niños callejeros para poder identificarlos y llevarlos al DIF local para que estos no afectaran el turismo en las zonas más concurridas. Después de un tiempo su hermano mayor se fue a Tijuana con su padre y Alejandro se quedó solo. Desde ese entonces solía estar con un perro que denominó como “pinto” hasta que un día una “educadora de la calle” como la lectura la describe lo abordo y le hizo reflexionar sobre su estilo de vida, fue así como Alejandro dejo las calles, ingreso a la escuela, lo becaron con un apoyo para menores en situaciones extraordinarias, creció y termino siendo un dedicado trabajador. ¿Qué es la cultura callejera? El diccionario de la lengua española define cultura como un conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. Ahora bien, define también la palabra “callejera” como un adjetivo pertinente o relativo a la calle. Específicamente para referirse a lo que actúa, se mueve o existe en la calle. La vida que viven en la calle los jóvenes y los niños a lo largo de su historia, conforman una estructura cultural. De ella podeos destacar aportaciones a diversos campos. Los elementos vertidos permiten comprobar que la cultura callejera, por su identidad y los agentes que le componen, debe entenderse como un fenómeno social digno de visualizarse como tal, y no solo reducirse a conceptos y adjetivos despectivos que niegan su esencia.

DENTRO DE LA CUTURA CALLEJERA, EL CASO DE LOS MENORES TRABAJADORES. Se entiende por menor trabajador en la calle a los niños y jóvenes menores de 18 años que desarrollan actividades derivadas de la economía formal e informal para recibir alguna remuneración. Su actividad se desarrolla en espacios públicos, sin vigilancia y/o control de las autoridades laborales, y que además han convertido a la calle en su espacio de vida. Cuando un menor por cualquier circunstancia se ve obligado a ingresar a la calle, entra a in proceso de reestructuración y destrucción de su personalidad. En el proceso de integración a la cultura callejera mediar distintos momentos y episodios que determinen el comportamiento inmediato del menor y por ende el tiempo de su permanencia en la calle. En estas circunstancias solo los muy fuertes y los que tienen metas específicas trascienden el inmediatismo a lo que los somete la calle. TIEMPO SUFICIENTE PARA EL OCIO Día con día nos encontramos de frente con la realidad de modo irremediable el ocio se nos manifiesta con todo su cargo de pasado, y nos recuerdan cueste lo que cueste y en contra de lo que sea que el tiempo trascurrió y la irreparable circunstancia de nuestra experiencia de vida nos confronta la realidad actual, con los tiempos en que se desenvuelven la infancia y la juventud propias y las que consideremos ajenas. PRINCIPIO DE AUTORIDAD. En el hogar, como en la sociedad, nos regimos por normas, reglas, leyes principios morales y por las figuras que lo representan. En el hogar la figura paterna es la base sobre la cual se hace recaer la responsabilidad de la construcción familiar. La importancia del principio de autoridad y de cómo se aplica o como se asume, este se acepta libremente sin más coacción que el hecho de que proviene de nuestros padres o de algún ser que tiene o se ha ganado la condición de autoridad. La cultura callejera hace presencia e inicia un proceso de desplazamiento de las figuras que ejercen la autoridad antes de que los menores salieran al mundo de la calle. Un principio es una base, un origen, es la razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier material. Autoridad se define como el poder que gobierna o ejerce el mando, persona que ejerce o posee cualquier clase de autoridad. Mandar se define como: ordenar al súbdito, imponer un precepto, manifestar la voluntad de que se haga algo y regir, gobernar o tener el mando.

En el entorno de los niños y jóvenes callejeros se generan cambios que repercuten en dos tiempos: a corto y a largo plazo. También se confirma que las figuras de autoridad se descomponen o recomponen. Estas figuras en su activación validan y proyectan la autoridad o la distorsionan al grado de que se llegó a pensar que es mejor vivir sin eso o a una gran distancia física o afectiva. EL VALOR MORAL DE LAS AUTORIDADES EN LA FAMILIA Los niños y adolescentes que han hecho de la calle su espacio vital de vida han sido propiciados principalmente por los que son directamente responsables de su educación en el hogar ya que estas han dejado de creer y de valorar la importancia de ser personas adultas, maduras, capaces de dirigir y de ser orientadores del rumbo de sus hijos. Existen situaciones en que los padres no quieren figurar como figuras paternas sino como los amigos de sus hijos y hay quienes objetan este tipo de situaciones en la familia pues un sello de informalidad representa menor frustración de la comunicación, sin embargo estas actitudes provocan en los hijos una mayor dificultad en la toma de conciencia moral y social. De esta manera otorgan mayor responsabilidad al estado sobre sus hijos, o bien a los profesores de las escuelas donde los niños asisten y finalmente se delega la responsabilidad a las experiencias de la calle. Para Fernando Savater los hechos mismos se explican al afirmar que hay una crisis de autoridad en la familia. Tal crisis supone antipatía ante la responsabilidad de ocuparse personalmente en el ámbito familiar del que es responsable. La infancia es formada, educada, preparada y proyectada para ser adulta no para seguir siendo niños. Son educados para que crezcan menor no para que no crezcan puesto que de todos modos van a crecer. AUTORIDAD LIBRE DE VIOLENCIA En la calle, bajo el principio de autoridad, se enfrenta a una dificultad muy singular para educar a la infancia y juventud a no ser violenta. Confrontar la realidad cotidiana con el comportamiento de la infancia y juventud nos remite a una obligada pregunta ¿Por qué el niño o el joven es violento? En el seno de las familias la violencia tiene varios matices y se utiliza como una forma de dominio y sometimiento, con lo que se cree se tiene el control de los miembros de la misma. La violencia se ha llegado a considerar como un fenómeno no perverso ni pernicioso, porque es un componente de nuestra condición de ser social que debe ser dosificado y debilitado racionalmente por el uso de nuestras capacidades, no menos naturales, de cooperación, concordia, ordenamiento pacifico, trabajo y responsabilidad afectiva.

En lo que respecta a los estereotipos y comportamientos agresivos en la familia y la sociedad según este segmento de la población, se piensa que la televisión tiene una función catártica para ayudar al niño a expulsar los demonios de su interior. Es la programación de las cadenas televisoras lo que incita o refuerza las conductas y comportamientos individuales y colectivos cargados de violencia. EDUCACION PARA LA LIBERTAD Las personas maduras desempeñan un papel primordial en la educación, razón por la que se proponen el problema de la libertad como principal noción del sistema que concibieron, el cual convence a los padres y educadores de no encerrar la infancia en una prisión, con el argumento de que es pequeño y frágil. Se debe ajustar la autoridad de los adultos que intervienen en la educación y la formación moral: las palabras, los actos, la conducta, porque el peso de su propia personalidad impacta en la edificación de carácter por su influencia educativa. En la intervención cuidadosa o discreta de algún educador no se trata de minimizarlo, ni que ocupe un segundo plano o eliminarlo, sino que asuma un rol transformado de su función. Este modelo que se construye e forma interactiva, ha permitido comprender a las niñas niños y jóvenes inmersos en la cultura callejera, que la libertad interior no se da, se construye, se hace y se adquiere en la vida. INDIVIDUALIACION Y SOCIALIZACION En la calle se experimenta con las normas, reglas y disposiciones disciplinarias del deporte, y se emplean para realizar trabajos encomún: explorar, poner la mesa, cultivar plantas, cuidar animales y organizar brigadas de bienestar comunitario. En estas condiciones la actividad dinámica y creativa se considera educativa y se convierte en una terapia que ayuda a orientar o reorientar. Por consiguiente dicha actividad es un elemento sustantivo en la organización de algunos tipos de niños y jóvenes con una personalidad frágil. EL SENTIDO MORAL Y RELIGIOSO La repetición mecánica y la imposición de algún tipo de educación y formación no es garantía de éxito. Los menores de edad no son ni se vuelven morales al aprenderse de memoria los códigos y usos culturales. En este sentido se tiene que privilegiar la actividad práctica de la moral, vivirla, desarrollarse en ella. En cuanto a la educación religiosa Montessori tomo una posición clara sobre el problema de la presencia o ausencia de dicho sentido en los niños. Constato que en la infancia se tiene una avidez de realidad religiosa: “su alma pura se encuentra abierta a la luz divina”.

En la calle o en el aula la identidad generacional y los intereses de los niños y jóvenes son tan comunes que en el desarrollo de su conciencia comparten de manera sencilla y sin más ataduras que la corresponsabilidad por estar en disposición de acompañarse el uno con el otro. IMAGINACIÓN CONSTRUCTIVA Montessori concibió el simbolismo como el resultado de una imaginación desenfrenada que puede conducir a la confusión mental y propiciar ilusiones en el espíritu infantil. La imaginación creadora debe partir de lo real. No es posible que el juego libre y desorganizado constituya un fundamento de una educación intelectual. El juego aislado junto con el trabajo, es el medio por el cual el adulto crea la “supernaturaleza” y las niñas, niños y jóvenes desarrollan su personalidad. ETAPAS CONSTRUCTIVAS La intervención y reeducación en menores de la calle, es por etapas, a través de las cuales revelan sensibilidad particular que permite desarrollar con más facilidad algunas aptitudes de capacitación. Captar la atención es de vital importancia para que otra fuente de interés reemplace su atención, va ligado a la teoría de Montessori que describe el perdioo que va del nacimiento hasta los tres años, conocido como el espíritu infantil “absorbente”, busca experiencias SENSORIALES. Es importante ubicar los periodos sensibles (objeto de estudio). *Año y medio-tres años: adquisición del lenguaje hablado. * Segundo año: momento sensible del orden *Dos años-Seis años: posibilidad de perfeccionar los sentidos y el espíritu, establecer relaciones con el mundo *Tres-seis años: sensible a las sugerencias del adulto, favorable para el aprendizaje de “buenas maneras” *Cuatro años: interés por la verdad; perfeccionamiento de la actividad motora; entendimiento por las nociones de tiempo y espacio *Tres años y medio-cuatro años y medio: favorecimiento del aprendizaje de la escritura *Cuatro años y medio-cinco años y medio: momento para enseñarles a leer FORTALEZAS PEDAGÓGICAS DE CAMPO Se han establecido comportamientos recurrentes como la desobediencia, debido a la falta de actividad libre y espontánea. El capricho es una expresión de necesidades de un periodo formativo insatisfecho. Las necesidades de la rebeldía está influenciada por tres factores según la Psicología actual: afecto, seguridad y de actividad; estos factores son importantes para la cultura callejera, ya que son utilizados para la re-socialización. DINERO El dinero es trabajo acumulado, en relación con la plusvalía y el neoliberalismo (las monedas se unifican, destaca la forma de producción), es un símbolo abstracto. Se garantiza a sí mismo porque

es acumulación de capital, en caso de nuestro país se respalda en oro en el Banco de México. VENTAJA: ha obligado ha trabajar y buscar equivalencias del esfuerzo laboral. Pensamiento psicoanalítico asociado al dinero: en el ejercicio del intercambio, permite balancear el valor del servicio y la autorización como analista, respondiendo a la capacidad de atender al paciente y en consecuencia a reconocer la eficacia a partir del reconocimiento por sus servicios. Los escabrosos caminos del poder del dinero: el hombre inventó el dinero para ejercer su interés de dominio en la esfera de la economía; controla a los iguales, compra su trabajo, impone proyectos y condiciones en la marcha de sucesos. El dinero sustituye la relación contraída por el hombre como medio natural para satisfacer necesidades. El hombre convierte en un ídolo fetiche al dinero, pretende utilizar los medios económicos para adquirir, poseer y dominar los bienes, valores e incluso la propia voluntad. (Ilusión trascendental). El dinero al hombre frente a la naturaleza, le genera poder, logrando crear nuevos seres y los procesos naturales agilizarlos; así convierte a la naturaleza en un instrumento del cual se sirve el hombre para ejercitar su dominio y ostentar su poderío. Éste fenómeno social se explica por el modelo económico de acumulación y el desplazamiento del valor de las personas El dinero como símbolo: En esta parte cuenta la historia de dos niños que tiene que llevar dinero a su casa, venden chicles; cuando llegan a casa sin dinero los regañan, por lo tanto los niños llevaban dos semanas sin llegar a casa debido a que no habían vendido los chicles por haberlos perdido por ponerse “hasta atrás”. Cuando llegaban a casa con dinero, eran bien recibidos por su madre. DESARRAIGO AFECTIVO El dinero en un menor cuando sale a la calle a buscarlo, sustituye el sentido de pertenencia a la familia, donde los niños, niñas y jóvenes prefieren tener unos pesos en las bolsas que regresar a su hogar. Comienza por unas horas fuera del hogar, hasta que se convierte en el abandono total del hogar. LENGUAJE Expresión corporal, forma de mirar, caminar, mover brazos, sentarse, apoyarse…es parte y complemento del “caló” de la Cultura callejera, es la fusión de un todo en uno mismo, identidad asumida en calle y libertad. El ser novato en la calle, obliga al menor a buscar a alguien que sea su guía y le ayude a enfrentar los retos de la calle y para que no sea rechazado por los mismos individuos que habitan en la calle y que ya están habituados a ello.