LAS FLOTAS DE INDIAS

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Los olvidados de las flotas de Indias, protagonistas de la primera globalización comercial de la historia Por José Antonio Crespo-Francés* Cuando hablamos de la Flota de Indias nos referimos a la conocida también como la "Flota del Tesoro Español" o "La Española" que podemos definir siguiendo la línea de Manuel Lucena como el mecanismo de funcionamiento del monopolio comercial español con América y constituyó la esencia de la denominada Carrera de Indias, que englobaba todo el comercio y la navegación de España con sus provincias ultramarinas.

Grabado de la época donde la Reina Isabel I nombra caballero al corsario Francis Drake, ídolo británico en su lucha contra España. Los ingleses suelen contar muy bien la historia, sobre todo si salen ellos beneficiados en el relato, pero a la hora de exponer sus derrotas y fracasos no son tan precisos ni honestos. Francis Drake sin duda logró éxitos contra los españoles, pero también sonados fracasos, los éxitos han sido ampliamente tratados, no así los fracasos. La actividad de Drake se limitó al saqueo de las indefensas poblaciones del Caribe.

Durante los siglos XVI a XVIII, las flotas de Indias transportaban las mercancías y riquezas desde los virreinatos españoles de América hasta España. Tales productos eran metales preciosos como plata, oro, esmeraldas y piedras preciosas, especias, cacao y otros como la estimada piedra bezoar, ya mencionada en otros trabajos. Sin olvidar el trasiego de semillas, plantas y flores que cambiaron y enriquecieron de forma definitiva las costumbres y formas de alimentación europeas.

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Los potenciales conflictos derivados de la competencia entre portugueses y castellanos se evitaron gracias al Tratado de Tordesillas entre ambos reinos. El tratado fue precedido por cuatro bulas emitidas por el Papa Alejandro VI, el español Rodrigo Borgia, en 1493. Eran las conocidas como Bulas Alejandrinas, en las que se reconocía a los reyes de Castilla y León el derecho de conquistar América y la obligación de evangelizarla. Estas bulas dividían el mundo en una zona de influencia portuguesa y en otra castellana, separadas ambas por un meridiano. El Tratado de Tordesillas se firmó en 1494 y fue una corrección en beneficio de Portugal de este reparto del mundo. El meridiano pasaba a estar a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde sin acordar qué isla del archipiélago se tomaba como referencia. A pesar del descubrimiento de América, el nuevo rey Carlos I de España no se olvidó del objetivo de alcanzar la Especiería. Por el Tratado de Tordesillas, los españoles tendrían que buscar el itinerario en dirección oeste, es decir cruzando o bordeando América. «El sol luce para mí como para otros. Querría ver la cláusula del testamento de Adán que me excluye del reparto del mundo», aseguró el Rey francés Francisco I tras el tratado de Tordesillas, donde españoles y portugueses se repartieron el Nuevo Mundo con el papa Papa Alejandro VI actuando en labor diplomática como árbitro internacional. Los dos imperios ibéricos, más tarde unidos por Felipe II de España y I de Portugal, no estaban dispuestos a compartir su herencia. Es por ello que la Monarquía francesa y otros enemigos del imperio comenzaron a financiar la expediciones piratas contra los barcos que usaban los españoles para transportar las mercancías.

Los galeones partían de regreso hacia la península ibérica desde la ciudad de Veracruz, en el golfo de México, en una ruta marcada por una ciertas y conocidas corrientes marinas en las que acechaban piratas y corsarios, para luego finalizar la durísima singladura en la ciudad de Sevilla a la que se accedía aguas arriba del Guadalquivir aunque más tarde ese punto final se trasladaría a Cádiz. La flota de Indias tenía una continuidad espacial, formando un conjunto comercial con la ruta comercial establecida entre Nueva España, actual México, y las islas Filipinas, descubierta por al padre Andrés de Urdaneta, conocida como el Galeón de Manila o Nao de la China, y en la que se trasegaba con productos chinos, de ahí su segundo nombre, intercambiada con los pesos duros de plata españoles, la primera moneda que reinó en el comercio internacional, siendo Acapulco el punto de llegada y partida en Nueva España y desde donde mediante caballerías eran transportados los productos a Veracruz.

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Moneda resellada. Real de a ocho, acuñada en Potosí, hoy Bolivia en 1808. El galeón de Manila ejecutó unos 250 viajes durante los 250 años que mantuvo su ruta entre Nueva España y Filipinas. El galeón a cambio de la plata con la que se pagaba en pesos duros llevaba de regreso hacia América ámbar, almizcle, incienso, maderas exóticas, muebles artesanos, perlas, telas finas, seda, sin olvidar las especias, y los reales de a ocho quedaban en manos de comerciantes chinos que para indicar la buena ley de las monedas, tanto autoridades como comerciantes y banqueros, las marcaban con signos llamados “chops”, mientras más “chops” contenían, eran más apreciadas.

Desde el inicio del descubrimiento de América se inició el comercio, los barcos españoles llevaban productos exóticos y riquezas de vuelta a España. Sería a partir de la década de1520, cuando a causa del incremento de la piratería inglesa y francesa, se tomó la sensata decisión de prohibir los viajes de barcos aislados de forma independiente para organizar un sistema de convoyes para aumentar la seguridad de los transportes de personal y mercancías. En 1521, piratas franceses a las órdenes de Juan Florín lograron capturar parte del conocido como «El Tesoro de Moctezuma», el grueso de las riquezas que Hernán Cortés envió a Carlos I de España y V de Alemania tras la conquista de Tenochtitlán, abriendo toda una nueva vía para asaltos y abordajes. Sin embargo, los españoles no tuvieron más remedio que aprender desde muy temprano a defenderse de los piratas franceses que ya venían abordando las naves españolas que viajaban a Flandes. A los franceses, más tarde, se unieron los ingleses y los holandeses, en la época de los enormes galeones, mucho mejor y más armados que los navíos piratas, y un preciso sistema de convoyes que, siglos después, es estudiado como modelo de organización.

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Durante el período comprendido entre 1540 y 1650, en el que hubo un trasiego enorme de oro y plata, de las once mil naves que en total efectuaron el recorrido provincias americanas-península ibérica se perdieron únicamente 519 barcos, la mayoría a causa de impresionantes tormentas y otras causas de carácter natural. De ellas únicamente 107 cayeron en manos piratas. Si hacemos la cuenta concluimos que fueron menos del uno por ciento las naves que cayeron1, ellos nos lleva a afirmar que el daño fue mínimo y nos explica la gran efectividad del sistema de convoyes organizado por Felipe II.

Zonas de actuación de Francis Drake entre 1567 y 1573

1 Según los cálculos de Fernando Martínez Laínez en su libro «Tercios de España: Una infantería legendaria».

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Piedra bezoar ricamente ornamentada. No quiero dejar de citar un producto desconocido hoy día pero muy valorado en aquel tiempo y que llegaba por la ruta transatlántica junto con la carga traída desde Asia, y me refiero a la piedra bezoar. La palabra bezoar viene del persa pâdzahr, que significa "contraveneno" o "antídoto", pues en la Antigüedad se creía que el bezoar podía curar y anular los efectos de todos los venenos. Aunque no actúa contra todos los venenos como se creía, algunos tipos de tricobezoares, esto es, bezoares formados con pelo, pueden anular efectos del arsénico. Antiguamente los boticarios alquilaban o vendían bezoares a muy altos precios. En definitiva no eran ni más ni menos que cálculos intestinales de animales como llamas o aves corredoras a los que se atribuían propiedades sanadoras frente a los venenos, como el arsénico, siendo empleado como antídoto en forma de polvo, aunque luego se convertirían en artículos de lujo colocados sobre peanas ricamente elaboradas y ornamentadas en parecida estética a los huevos Febergé. Estas piedras llegaban a Sevilla y desde allí se distribuían a la corte de Viena y otras europeas.

El Rey estableció mediante Real Cédula nada más llegar al trono las condiciones para asegurar un sistema de defensa naval inmune a los ataques piratas. El viaje de la Flota de Indias se efectuaría dos veces al año. La idea de defensa consistía en organizar dos flotas distintas, ambas compuestas por galeones que irían fuertemente armados con cañones que acompañarían a barcos mercantes, carracas, encargados del transporte de la carga. Las dos flotas tenían como punto de partida cada año la ciudad de Sevilla, siendo trasladado este punto inicial, como ya hemos mencionado, a Cádiz a partir de 1679. En Sanlúcar de Barrameda, la flota realizaba las últimas inspecciones, y desde allí partía hacia La Gomera, en las islas Canarias. Tras la aguada la escuadra conformada por unas treinta naves navegaba entre veinte y treinta días, en función de las condiciones climáticas, hasta las islas Dominica o Martinica en las Antillas donde se reponían los suministros. Durante todo el trayecto el convoy era encabezado por la nave capitana y los galeones mejor artillados se situaban a barlovento, por donde sopla el viento, para proporcionar una escolta efectiva al grupo. El objetivo de la maniobra era que ningún barco se perdiera de vista o se quedara aislado o navegara en solitario al desviarse del rumbo. Como ayuda a la navegación, cada noche, los bajeles encendían un enorme farol a popa para servir de referencia a los que navegaban a su

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com popa. Luego se repartía la fuerza, una parte arrumbaba a Veracruz y otra a Tierra Firme, Cartagena de Indias, actual Colombia, y Nombre de Dios y Portobelo, actual Panamá. Allí, una vez cumplimentada la descarga de productos, las flotas se reunían en La Habana, en la isla de Cuba, para desde allí iniciar el viaje de retorno.

Pintura que a un galeón español defendiéndose del ataque de dos galeras. El sistema de convoy español, cuyo teórico fue el capitán general y Adelantado de la Florida Pedro Menéndez de Avilés, sería copiado por Inglaterra y EE.UU. en las dos guerras mundiales. Pero la auténtica prueba de que cumplió con su propósito es que solo dos convoyes fueron por completo apresados en toda su historia: la primera, en 1628, a la altura de Matanzas (Cuba), a manos del almirante holandés Piet Heyn; y una segunda vez en 1656.

El comercio con los territorios españoles ultramarinos estaba monopolizado pues mediante ley, las provincias españolas americanas sólo podían comerciar con un puerto en España que era Sevilla, base del citado monopolio hasta 1717, momento en el que la Casa de la Contratación se trasladó a Cádiz. De forma permanente e incansable, tanto en momentos de paz como de guerra, ingleses, holandeses y franceses trataron de romper ese monopolio comercial que permaneció durante más de dos siglos. Gracias a ese monopolio, España se convirtió en el país más rico de Europa, y esa riqueza le permitió sufragar sus fuerzas militares para defender sus derechos en Europa frente a los protestantes del centro y norte de Europa, sin olvidar la enorme inflación que se generó en el siglo XVI, que casi acabó con la economía española. Se desencadenó un proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda, que trajo consigo una subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.

La supuesta captura en combate del barco español en un grabado del siglo XVII. La historiografía inglesa ha insistido en repetir que la actividad pirata fue un constante quebradero de problemas, con corsarios de la bajeza moral de Francis Drake o John Hawkins, llamado por los españoles Joán de Aquines, a la cabeza, para el traslado del oro, plata y otras mercancías del Nuevo Mundo a España. Así, según la imagen todavía presente en el cine y en la literatura, Felipe II y el resto de monarcas españoles de la dinastía Habsburgo terminaron desesperados ante los ataques auspiciados por la Monarquía Inglesa y otros reinos europeos. Sin embargo, las cifras de barcos que llegaron a puerto español desdicen esta versión romántica y falseada de la historia. La Flota de Indias se reveló como un sólido sistema casi sin fisuras.

Hablamos por tanto de lo que se conoce como la revolución de los precios, es decir el proceso inflacionario sucedido en Europa occidental durante la segunda mitad del siglo XV y primera mitad del siglo XVI, durante un largo período de 150 años en el que los precios se sextuplicaron. El oro como moneda y material era también una mercancía y estaba sujeta a la ley de la oferta y la demanda como mercancía que era. Cuando venían grandes cantidades de oro de América el valor del oro descendió, pues había mucha cantidad de ese metal precioso. Los precios subieron durante el siglo XVI. Europa conoció un importante aumento de la población pasando de 80 y 100 millones de habitantes entre comienzos y mediados del siglo XVI. Se vio un crecimiento notable de la producción agraria, un proceso de expansión colonial… que acabó desembocando en la revolución de los precios. Esta subida tuvo una duración de unos 150 años (1500-1650), nunca se había dado una situación así en Europa. El aumento de precios no fue similar en toda Europa ni para todos los productos. Su incidencia tampoco fuera misma. Algunos teóricos de la época como Martín de

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com Azpilcueta (1493-1598) se preguntaron las razones que llevaron a este hecho observando la relación entre la inflación y la entrada fundamentalmente de plata de América y su posterior acuñación, algo que sirvió para hundir el mercado castellano de la lana que podía ser producida más barata en otros lugares de Europa. Además del aumento de masa monetaria pueden haberse sumado efectos demográficos, que acabamos de citar, en el aumento de la demanda y su repercusión en los precios. Durante el tercer cuarto del siglo XV hubo un crecimiento importante de la población europea, después de un siglo de despoblación siguiendo a la peste negra. El precio de los alimentos crece abruptamente durante una epidemia, relajándose posteriormente a medida que la población disminuye y cae la demanda. Simultáneamente los bienes manufacturados tienden a incrementar su precio debido a la reducción de la oferta, al faltar mano de obra. Desde 1460 la minería creció mucho además los portugueses lograron acceder a las zonas productoras del Golfo de Guinea.

Caja de caudales del siglo XVI conteniendo lingotes de plata. Representación museística del Pabellón de la navegación de Sevilla. La literatura y la propaganda anglosajona han exagerado los episodios de una guerra que ganó España. Entre 1540 y 1650, de los 11.000 buques que hicieron el recorrido América-España solo se perdieron 107 a causa de los ataques piratas.

Junto a los envíos de particulares, la flota transportaba el «quinto real», un impuesto del 20 por ciento en los metales preciosos y los envíos de particulares. Se estima en base a los descubrimientos arqueológicos que la cantidad de metales realmente transportados era mayor que la declarada en el Archivo de Indias, pues los mercaderes recurrían al contrabando y a la corrupción para evitar pagar dicho quinto.

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Galeón español, por Alberto Durero. Los españoles aprendieron a defenderse de los piratas franceses a través de grandes galeones. El mito de la piratería inglesa: menos del 1 % de los galeones españoles fue apresado 2.

En el siglo XVII, el sistema económico empezó a declinar por diversos motivos. En primer lugar por las tormentas sufridas como la de 1622, incluyendo la pérdida del Nuestra Señora de Atocha, y las de 1715 y 1733 que destruyeron los convoyes por los fuertes huracanes que sacudieron el Caribe. En segundo lugar, a causa de los piratas, ya fueran establecidos como tal, los corsarios, o las naves de guerra de potencias enemigas. Finalmente por la caída en la producción de metales preciosos en América, por lo que las flotas pasaron de diecisiete barcos en 1550, a cien, y de mayor tamaño, a finales del siglo XVI. A mediados del XVII constaban de unos veinticinco barcos, y continuaron disminuyendo en tamaño. A medida que otras potencias rivales se establecieron en el Caribe el peligro fue en aumento. Inglaterra ocupó San Cristóbal y Nieves en 1624, y Holanda la isla de Curazao en 1634. Y entre esas dos ocupaciones la flota de 1628 fue capturada por el holandés Piet Hein en la batalla de la Bahía de Matanzas, durante la guerra de Flandes, y las de 1656 y 1657 fueron capturadas por los ingleses Richard

2 http://www.abc.es/espana/20141109/abci-mito-pirateria-inglesa-capturaron-201411081642.html

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com Stayner y Robert Blake durante la guerra anglo-española. La de 1702 fue destruida durante la Batalla de Rande.

Principales rutas comerciales del Imperio español. En rojo las españolas y en verde las portuguesas. El Galeón de Manila o Nao de China, fue el nombre con el que se conocían las naves españolas que cruzaban el Pacífico una o dos veces por año entre Manila en las Filipinas y los puertos de Nueva España principalmente Acapulco. Durante casi 250 años, mediante el comercio a través del Océano Pacífico, España, vinculó Asia con América y Europa. Las mercancías de Asia, como vasos y jarrones de porcelana, especias, tejidos, seda, lino y algodón, abanicos, peinetas, joyeros, tapices, alfombras, pañuelos, cofres, estatuas de marfil, almizcle, bórax y alcanfor, entre otros, eran transportadas a Manila. Y de allí, zarpaban rumbo a Acapulco, en Nueva España, a finales de noviembre o principios de diciembre.

Cabe preguntarse si quedó herido el Imperio por los ataques de la piratería. Hay división de opiniones, lo cierto es que, por ejemplo, el ya mencionado Drake, sin capacidad para atacar a la Flota de Indias o a los galeones de gran tamaño, su actividad se limitó en la mayoría de las ocasiones a ataques de rapiña sobre indefensas poblaciones del Caribe, que contaban, muchas de ellas, con deficitarias defensas por lo que era relativamente fácil sacar provecho de la incompetencia o corrupción de algunos gobernadores locales. Tenemos el ejemplo de los hechos acaecidos el 1 de enero de 1586 en los que el mencionado Drake tomó y se enseñoreó de la ciudad de Santo Domingo durante un mes y luego la incendio impunemente. Las capturas de la flota efectivamente tuvieron repercusiones económicas en España pero no tanto como otras situaciones. Debilitada por las continuas guerras, en concreto a causa de la guerra de los Treinta Años, y sufriendo una enorme crisis económica, España comenzó a sufrir ataques en fuerza sobre sus provincias ultramarinas a mediados del siglo XVII. Tras el desastre de la Armada contra Inglaterra, Felipe II se tomó muy en serio el problema de la piratería y destinó ocho millones de ducados

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com para nuevas naves y fortificaciones en el Caribe. Envió a los mejores ingenieros militares, de los cuales algunos de ellos trabajaron toda su carrera en la construcción, reconstrucción y mejoras de las fortificaciones de Ultramar, logrando auténticas obras del arte militar de la fortificación como la inexpugnable Cartagena de Indias. Allí trabajaron los mejores ingenieros militares del Imperio. Este ingente esfuerzo estratégico y logístico aceleró la decadencia de la piratería financiada e impulsada desde la sombra por países como Francia, Inglaterra u Holanda. Recordemos que aunque personajes tan dañinos como Drake contaban con patente de corso, España no reconocía a estos salteadores como corsarios sino como lo que eran, piratas, puesto que actuaban en tiempos de paz, y algunos como Vernon, antes de la declaración de guerra. Por tales motivos historiadores como Germán Vázquez Chamorro restan importancia a la influencia que pudo tener la piratería en el proceso de decadencia del Imperio español. En su opinión, los más famosos piratas fueron encumbrados a la fama sobre todo por la literatura y la propaganda inglesa, realmente atacaban barcos pesqueros o chalupas de escaso o nulo valor para la Corona española y cuando se empeñaron en un ataque masivo contra las costas españolas como la contra armada o invencible inglesa fueron un rotundo fracaso que fue silenciado en Inglaterra. De hecho, los enemigos de España prescindieron de aliarse con la piratería cuando encontraron otros procedimientos para ganare terreno al Imperio. Sería algo más tarde, en los siglos XVII y XVIII, cuando todas las naciones se conjuraron para perseguir y castigar sin piedad a los piratas. En 1739, durante la Guerra del Asiento Edward Vernon atacó Portobelo, en Panamá, y posteriormente lo intentó se forma obstinada y arrogante sobre Cartagena de Indias, al mando de 186 buques, siendo derrotado de forma aplastante por Blas de Lezo quien solo contaba para su defensa con seis navíos, y sufriendo Inglaterra su más terrible derrota en los mares. Derrota que también fue totalmente silenciada en el Reino Unido. Al poco, en 1762, durante la guerra de los Siete Años, los ingleses ocuparon La Habana y Manila, impidiendo el paso de la flota. La última Flota de Indias zarpó en 1776, y en la siguiente década España abrió sus territorios ultramarinos al mercado libre. En una amplia valoración en todo su conjunto podemos afirmar que en más de

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com doscientos cincuenta años de flota, las pérdidas por ataques fueron mínimas. Podemos, por tanto, calificar a la Flota de Indias como una de las operaciones estratégicas navales más exitosas de la historia. De hecho, en los trescientos años de existencia de la misma solo dos convoyes fueron hundidos o apresados por los ingleses y otro por los holandeses. Para terminar pensemos en los miles de desconocidos para nosotros que diseñaron, difundieron, emplearon y desarrollaron el sistema de Flotas de Indias, cartógrafos, navegantes, exploradores, marinos, soldados, religiosos, comerciantes, arquitectos e ingenieros navales, carpinteros…, a todos ellos debemos recordar en estas líneas y a todos aquellos que llevaron su esfuerzo y su sangre para quedarse en unos nuevos territorios llenos de nuevas esperanzas, desde América del Norte, a América del Sur, por las costas atlánticas o del Pacífico, las islas oceánicas como las Marianas, con su perla Guaján, hasta las lejanas islas Filipinas, cimentando el proceso de crecimiento y consolidación que aún pervive de la Hispanidad. *José Antonio Crespo-Francés es Coronel en Reserva. “No puedo menos de alabar la paciente virtud de los españoles. Raramente jamás nos es dado encontrar una nación que haya sufrido tantas desgracias y miserias como sufrieron ellos en sus descubrimientos de las indias, persistiendo, sin embargo, en su empresa con constancia invencible y logrando brindar a su patria regiones tan maravillosas que se pierde el recuerdo de tantos peligros pasados” Walter Raleigh-Historia del Mundo Carcelero de Sarmiento de Gamboa

ANEXO Resumen de algunos ataques perpetrados contra convoyes españoles:

1413: Santa Clara, navío español capturado por los ingleses. 1504: Aruj Barbarroja, corsario y almirante argelino, toma la galera siciliana Cavallería, con guarnición española. 1513: Aruj Barbarroja y sus hermanos capturan cuatro naves españolas delante del puerto de Valencia y una galera en Málaga. 1514: Aruj y sus hermanos se apoderan de tres barcos grandes españoles. 1515: Aruj y sus hermanos se apoderan de varias naves cerca de Mallorca. 1519: Jeireddín Barbarroja, almirante argelino hermano de Aruj, hunde una nave española y se apodera de ocho barcos. 1521: Jean Fleury, conocido de los españoles como Florín, y Jean Terrian, corsarios franceses, con una flota de ocho barcos capturan una treintena de barcos españoles y portugueses en América. 1521: Jeireddín Barbarroja captura varios buques antes de entrar en Cádiz de regreso de América.

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com 1522: Jean Fleury, corsario francés, captura dos barcos de una flota de tres que traía a España el Quinto del Rey que Hernán Cortés enviaba al rey como resultado de sus conquistas en México. 1526: La flota de Jeireddín Barbarroja hunde una galera española en Calabria. 1556: Se hunde el galeón Magdalena por los boquetes realizados por los piratas. 1570: La Santa Ana, al servicio de la flota de Malta al mando de Diego Brochero, cae en manos del corsario Uluch Alí. 1572: Francis Drake se apodera de diversos barcos cerca de Panamá. 1577: Francis Drake captura una nave española cerca de Lima con 25 000 pesos. Días más tarde captura el Nuestra Señora de la Concepción, que venía de Manila con 80 libras de oro. 1585: Francis Drake y Martin Frobisher se apoderan de diversos barcos españoles. 1585: Richard Grenville se enfrenta con un barco español que iba hacia Santo Domingo. 4 de noviembre de 1587: Thomas Cavendish, llamado Candisio por los españoles y también Telariscandi, que mandaba una expedición de dos barcos Desire y Content se apodera del conocido como Galeón de Manila que en esta ocasión era el Santa Ana comandado por el capitán Tomás Alzola. El británico logró un cuantioso botín. 1587: San Felipe, carraca de la real armada capturada por los ingleses. 1588: Durante la campaña de la Armada invencible fueron capturados los galeones pesados San Salvador y Nuestra Señora del Rosario. 1589: Durante la expedición de la Contraarmada y tras el rotundo fracaso en La Coruña defendida por María Pita, Drake destruye los galeones San Bartolomé y San Juan. 1589: Thomas Howard, conde de Suffolk, merodea las Azores con la intención de apoderarse de la flota de Indias, pero es puesto en fuga por Alonso de Bazán. 1589: El conde de Cumberland ataca a los galeones mandados por Francisco Coloma, pero es derrotado y huye tras perder tres navíos. 1590: El conde de Cumberland se apodera en las Azores del galeón Madre de Dios, que había quedado retrasado de la flota de Indias. 1593: Richard Hawkink marcha al Pacífico con el fin de capturar naves españolas, pero es atrapado por cinco Galeones españoles, convirtiéndose su buque el Dainty en la Inglesa al engrosar la nómina de navíos españoles. 1593: El conde de Cumberland divide su armada de doce naves y manda tres a las Antillas donde atacan a pescadores de la isla Margarita. Luego bloquean Santo Domingo sin obtener botín y sin desembarcar, la mayor de las naves de 31 piezas de artillería naufraga y se apoderan de ella los isleños. 1594: El conde de Cumberland se apodera de la nao portuguesa Cinco Changas en las Azores. 20 de febrero de 1594: Walter Raleigh, conocido por los españoles como Guatarral, captura dos barcos cerca de Fuerteventura. 1596: Durante el ataque a Cádiz liderado por Lord Howard y el Conde de Essex capturan los galeones San Matías y San Andrés. El resto de la flota es varada y quemada por los españoles para evitar que fuera capturada. 1597: Tras el fracasado ataque al Ferrol, el conde de Essex intenta apoderarse de la flota de Indias mandada por Juan Gutiérrez de Garibay que logra esquivarlos y llegar a Sanlúcar de Barrameda con sus 43 galeones. 1599: Oliver Van Noort, en una expedición accidentada, al llegar al océano Pacífico se apodera del pequeño patache Buen Jesús de 70 toneladas. 1599: Oliver Van Noort, en continuación de la expedición anterior, produce varios saqueos en Filipinas. Tras llegar dos barcos españoles se produce un enfrentamiento. El patache San Diego de la armada española es desarbolado y se hunde; por su parte la galibraza San Bartolomé captura uno de los barcos de Van Noort, que tiene que huir. 10 de diciembre de 1610: El Galeón San Diego, de la flota de Manila, fue hundido tras enfrentarse al corsario holandés Olivier van Noort que intentaba conquistar Manila.

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El Espía Digital – www.elespiadigital.com 1615: Joris van Spielbergen con una flota de cinco barcos apresa tres mercantes españoles. En la lucha contra la flotilla española que salió para su intercepción, hundió luego la nao Rosario. 1615: Joris van Spielbergen en la misma expedición camino de Acapulco se apodera del barco perlero San Francisco. 1624: Jackes Clerk, conocido como L'Hermite, saquea e incendia ocho barcos mercantes españoles y captura otros dos. 1627: Piet Hein, a pesar de no conseguir tomar la ciudad de Bahía en la costa brasileña, se apodera de diversos barcos españoles. 10 de junio de 1628: Piet Hein se apodera de la armada de Indias mientras sus defensores la abandonan en la bahía de Matanzas (Cuba). 1641: El Nuestra Señora de la Concepción fue hundido por corsarios ingleses en la República Dominicana, que se hundieron a su vez con el tesoro conquistado. 1658 El San Miguel es capturado por los ingleses. 1660: Jean-David Nau, tras apoderarse de una población en Cuba y exigir rescate, captura y decapita a la tripulación que el gobernador de Cuba envía para aniquilarle. 1667: Jean-David Nau, cuando se dirigía a saquear Maracaibo, se apodera de un buque del tesoro, con su rico cargamento de cacao, piedras preciosas y más de 40.000 piezas de a ocho. 30 de abril de 1669: Henry Morgan, tras tomar Maracaibo, fue atacado por una flota española. Mediante un ardid consiguió que un burlote estallara junto a la nave capitana La Magdalena. Este hecho hizo que los españoles, atemorizados por los piratas, hundieran una de sus naves para que no fuera tomada. La tercera nave de la flota fue capturada por los piratas. Los otros barcos eran El Luis y La Marquesa. 1670: Laurens de Graaf, conocido como Lorencillo, tras asaltar Campeche se apodera de un mercante con 120.000 pesos en plata. 1679: Lorencillo captura una fragata española a la que cambia el nombre por el de Tiguer. Meses después ataca a la flota de Indias y lucha contra el galeón Princesa, del que se apodera después de que el galeón perdiera cincuenta de sus tripulantes en el combate. 1679-1681: Bartholomew Sharp abordó gran número de buques españoles además de atacar diferentes posesiones españolas en tierra firme, entre otras Portobelo. La captura del buque San Pedro, con un cuantioso botín, le valió el perdón real. 1683: John Cook, secundado por John Eaton, apresa tres buques cargados de harina procedentes del Perú y con dirección a Panamá. 1686: El Capitán Townley apresa dos de los tres buques que habían sido enviados para interceptarlo. El tercero fue incendiado, aunque Townley fue mortalmente herido. 1697: El galeón Santo Cristo de Maracaibo fue capturado por los franceses. 5 de junio de 1708: El corsario inglés Weger hunde al galeón español San José cerca de Cartagena de Indias. 22 de noviembre de 1709: El pirata inglés Wood Rogers al mando del buque Duke, apresa y hunde al galeón de Manila el Nuestra Señora de la Encarnación capitaneado por Jean Presberty. 1717-1759: 28 barcos españoles fueron apresados, 22 por ingleses en periodo de paz, 3 por ingleses en periodo de guerra, dos sin especificar y uno por argelinos.

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