Las Aduanas en La Antiguedad

LAS ADUANAS EN LA ANTIGÜEDAD. DERECHO.- Etimología. La palabra ''derecho'' proviene del latín directum el cual deriva de

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LAS ADUANAS EN LA ANTIGÜEDAD. DERECHO.- Etimología. La palabra ''derecho'' proviene del latín directum el cual deriva de dirigere (''enderezar'', ''dirigir'', ''encaminar''), a su vez, de regere, rexi, rectum (''conducir'', ''guiar'', ''conducir rectamente, bien''). Por extraño que parezca, ''derecho'' no desciende de una palabra latina de morfología semejante e igual significado. 1 Derecho es un orden concreto, instituido por el hombre para la realización de valores colectivos, cuyas normas (integrantes de un sistema que regula la conducta de manera bilateral, externa y coercible) son normalmente cumplidas por los particulares, y en caso de inobservancia, aplicadas o impuestas por los órganos del poder público”, García Maynez, Eduardo, “Filosofía del Derecho”, Ed. Porrúa, p. 135 La etimología de aduana está en debate ya que varios países se adjudican su origen. Los Árabes al asociarla con ad-divoana que significa el registro. Los Italianos al asociarla con Duxana en referencia al impuesto de tráfico establecido en Venecia por el Dux, quien era el jefe militar al mando de las tropas en la provincia fronteriza. Los Lithuanos al asociarla con Dovana lo cual literalmente se traduce como Regalo en el cual, los comerciantes gratificaban al Gran Duque por permitirles transitar por sus tierras con mercancía. países.

Por ultimo también se asocia con Advento, porque se trataba de material advenidas de otros

Las tendencias apuntan a que origen verdadero es el árabe o Morisco, los moriscos del virreinato de Córdoba y de Granada llamaban duyan o adayuan, al recinto designado para registrar los tipos de mercancías que entraban y salían, cobrando los derechos de transito establecidos. Con el tiempo y por la evolución del lenguaje, fue variando el término hasta convertirse en Aduana. ADUANA.- Existen dos corrientes importantes en cuanto al origen etimológico de esta voz, la primera proviene del vocablo persa divan que significaba el lugar de reunión de los administradores de finanzas y ha llegado hasta nosotros del árabe diovan, luego pasó al italiano dogana y finalizó en aduana. La segunda, deriva del nombre arábigo divanum que significaba la casa donde se recogen los derechos, después empezó a llamarse divana, luego duana, concluyendo con aduana. Las aduanas son las unidades administrativas de la administración pública centralizada, que dependen de la Dirección General de Aduanas y tienen como funciones principales: - Controlar la entrada y salida de mercancías. - Recaudar impuestos al comercio exterior.

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DERECHO ADUANERO.

- Ejecutar la parte correspondiente a las políticas económicas y comercial, como el permitir la importación de mercancías para el desarrollo de la industria; el restringir la importación de productos suntuarios y nocivos. - Ejercer vigilancia en materia de sanidad, migración, seguridad nacional.2 El nacimiento de las aduanas se pierde en la oscuridad de la historia. Los derechos aduaneros se mencionan en el Antiguo Testamento, donde reza que el rey Artajerjes proclama que “no será lícito imponer peajes, tributos o gravámenes a los sacerdotes o levitas, a los porteadores o ministros”. El derecho aduanero ha evolucionado a través de las edades hasta perder su primitivo carácter rentístico o fiscal para transformarse, junto con las restricciones gubernamentales y administrativas, en un instrumento tendiente a asegurar el desarrollo de la industria nacional, protegiéndola contra la concurrencia del producto foráneo. La función aduanera nace de la actividad del comercio internacional. Es posible que solamente en los albores de la humanidad, cuando el hombre satisfacía y colmaba sus necesidades con el autoabastecimiento, el comercio no existía; pero en la medida en que los seres humanos se fueron percatando de la existencia de otros conglomerados, el aumento de sus necesidades de consumo y la producción de nuevos artículos, el comercio empezó a desempeñar una de las actividades primordiales del género humano. El comercio exterior en la actualidad juega un papel de primera magnitud en el desarrollo económico de los países, siendo de vital importancia para la supervivencia de la humanidad. Ya sea en su forma más elemental, el trueque, un "do ut des" simple,3 o hasta como dice Ricardo Torres Gaytán al afirmar que "se halla presente en todos los aspectos de la vida, ya sea en el comercio de la fuerza del trabajo (salario), del dinero (tipo de interés), del comercio de mercancías (precio), o del comercio de divisas (tipo de cambio)”.4 En sus orígenes, el comercio es una ocupación accesoria que se realizaba por campesinos o artesanos para darle salida a sus productos excedentes, al correr el tiempo surge el comercio ambulante y la venta al detalle, lo que origina la formación de comunidades tribales o grupos de personas que empezaban a dedicarse en forma exclusiva a esta actividad. EL COMERCIO EXTERIOR Tomando en cuenta que el comercio exterior es el objetivo de la política comercial de un país, es conveniente precisar que el comercio exterior constituye aquella parte del sector externo de la economía que regula los intercambios de bienes, servicios, capitales y tecnologías entre proveedores y consumidores residentes en dos o más territorios aduaneros y/o países distintos cuyas operaciones se registran estadísticamente en su balanza comercial.5 En esta tesitura, el intercambio comercial internacional de los bienes tangibles (materiales) y su 2

Diccionario Jurídico 2000, Desarrollo Jurídico Copyright 2000 3 Enciclopedia Jurídica Omeba. Tomo XV, pág. 14. 4 Ricardo Torres Gaytán. Teoría del Comercio Internacional, pág. 10. 5 Conocida como "balanza de mercancías y servicios" o "balanza de partidas en cuenta corriente"; en ella se resumen las diferencias entre las exportaciones y las importaciones totales de bienes y servicios, es

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operación aduanera a través de la importación y exportación de dichos productos a través de las aduanas forman la parte operativa del Sistema Aduanero de México, donde el Estado registra, controla y fiscaliza la entrada al territorio nacional de las mercancías y su salida del mismo, sin que las mismas tengan hasta ahora competencia para llevar a cabo el registro y control de la entrada y salida del país de los servicios, capitales, tecnologías, así como del cruce fronterizo de personas; pero sin olvidar que estos últimos elementos también forman parte de la política comercial de un país y por ende de su política comercial. ORÍGENES DEL COMERCIO EXTERIOR DE MERCANCÍAS El comercio internacional de bienes es un aspecto de la política comercial de un país, sin embargo, para entender cómo surgió este intercambio entre naciones o estados, también debemos señalar cuáles fueron el origen y las causas que dieron pie para que las entonces naciones intercambiaran sus productos entre ellas. Una de las primeras causas que dieron lugar al intercambio de bienes y servicios, fue la desigualdad en la distribución de recursos naturales, las diferencias humanas principalmente en lo relativo a habilidades, la división y la especialización del trabajo, así como las ventajas comparativas de los pueblos o naciones y la necesidad de obtención de bienes que no podían producir o producían de manera muy costosa las naciones. Así, al perfeccionarse y facilitarse los medios de comunicación, el comercio se fue ampliando y evolucionando, desde el primitivo comercio de los pueblos de la antigüedad, hasta el desarrollado y ágil comercio contemporáneo electrónico. Esta evolución significó una ampliación del comercio en el volumen de los intercambios y extensión de la zona geográfica de influencia de dichos intercambios. Cuando la zona de intercambio sobrepasó las fronteras nacionales apareció como necesidad natural el comercio internacional.6 De esta forma con el intercambio comercial, también se incrementaron y surgieron nuevas necesidades de los pueblos y naciones, quienes empezaron a buscar nuevas formas de desarrollo económico mediante el intercambio de sus productos. En este contexto, el primer tipo de comercio que existió fue el terrestre, sin embargo, el comercio fluvial y marítimo pronto llegó a ser el más importante en la época antigua, lo cual explica la infinidad de instituciones jurídicas marítimas que han trascendido hasta nuestros días. De igual forma, no es extraño que dentro del mundo antiguo se considere a los pueblos mesopotámicos, egipcios, fenicios, griegos, romanos, las ligas de ciudades, como ejemplo están Arabia, India y España, considerados como algunos de los más importantes pioneros del comercio exterior, lo que veremos enseguida:4

INDIA.

En la India el comercio lo efectuaba una casta, los "Vaysias". Es en este pueblo, donde surgen las primeras ideas de que las mercancías pagaran un tributo por su introducción o extracción a (o de) un determinado territorio, creándose en los pasos fronterizos un lugar para su recaudación, siendo el ejército el que se encargaba de su cobro o percepción.

CHINA. Tres productos son esencialmente los que se exportaban de China hacia otras regiones: Seda, sal y herramientas de hierro.

6 Enciclopedia Jurídica Omeba, T. III, Editorial Bibliográfica, Argentina, 1955, pp. 305 y 321.

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DERECHO ADUANERO.

Las Aduanas se encontraban situadas sobre las rutas comerciales siendo la más importante la llamada "de la seda". Por esta ruta de la seda se transportaban las sederías desde China al Imperio Romano; comenzaba en la ciudad de Xían, se internaba por el corredor de Gan-Su y al llegar al paso de la puerta de Jade se dividía en dos: Septentrional y meridional, la primera llegaba a Rusia y la segunda a Roma pasando por Kashgar, Samarcanda, Bagdad, Damasco, Estambul e Italia.

EGIPTO.

Es sabido que en las caravanas y barcos del Faraón se realizaba el comercio de importación y exportación. Se introducían maderas, marfiles, metales, lanas, aceite de oliva, vinos, resinas, plata, mirra, especies, tintes. Se extraían oro, textiles, lino, trigo, cerámica, papiros, perfumes. Se percibían tributos por la importación y exportación, tránsito, circulación de paso "derecho de puertas" y de muelle en los puertos. Ejemplos de Aduanas son: Elefantina y Kerma; conocieron también las aduanas interiores.

SIRIA. Los vestigios encontrados en el Karum (mercado) fuera de la Ciudad de Kanesh, demuestran que Siria tenía un fuerte comercio a distancia principalmente de tejidos de lana y estaño (annakum). Al salir las mercancías de Asur pagaban un impuesto de 1/120 del valor de las mercancías al funcionario de aduanas llamado LIMMU. A la entrada a Kanesh se pagaba en 2/65 sobre el valor de la mercancía al soberano local.

BABILONIA. El comercio exterior tuvo una especial importancia en este pueblo. El Código de Hammurabi recogió fielmente la vida jurídica, económica y social de los Babilonios. Gracias a este monumento jurídico sabemos que el comercio que se realizaba a través del caudaloso río Eufrates, pagaba un tributo por las mercancías que se introducían. El pago consistía en la décima parte de los productos importados, en tráfico fluvial o a través de caravanas en tráfico terrestre que realizaban los mercaderes llamados DAMQARUM.7

FENICIA.

Conocida históricamente la trascendencia que tuvo para el comercio internacional la actividad del pueblo fenicio, el hecho de que sus naves transportaran mercancías de todos los pueblos conocidos en esa época; la creación de sus colonias que fueron auténticos centros de comercio y depósito de mercancías; la aplicación de todo un sistema de privilegios que se otorgaban en forma recíproca a sus colonias, nos da una clara idea de que aplicaban el proteccionismo y algunas otras teoría de comercio exterior. Por otra parte, esa actividad comercial de los Fenicios contribuyó a la reacción de los otros pueblos, que no podían competir con ellos, para que crearan un sistema impositivo que gravara la entrada o salida de mercancías a su territorio. Por lo tanto, en forma indirecta este pueblo contribuyó al desarrollo histórico del Derecho Aduanero. Los fenicios llegaron a dominar el comercio desde las costas del Mar Mediterráneo hasta las costas 7 Secretaria de Hacienda y Crédito Público Capacitación, pág. 2. Cfr. Código de Hammurabi. Cárdenas Editor y distribuidor, pág. 66.

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occidentales del norte de África y las costas europeas; extendiendo su dominio inclusive hasta las costas del Mar Báltico.

GRECIA.

La Administración de las Aduanas en Atenas fue encomendada a los "Decastologos", quienes se encargaban de recabar el tributo de carácter aduanero denominado "Emporium"; epvrcópiou (Emporio), que era el lugar donde concurrían para el comercio gentes de diversas naciones;8 o "Imperium" (la potestad que tiene la Ciudad-Estado para imponer un tributo a las mercancías que se traían de otros lugares o que se enviaban al exterior). El impuesto se cobraba a la entrada de las mercancías a los puertos griegos y su cuota impositiva consistía en la quincuagésima parte del precio de la mercancía, o sea un dos por ciento de su valor; esta cuota podía variar hasta un diez por ciento según las necesidades del erario. Se tenían establecidos también derechos de exportación, de circulación y de tránsito de las mercancías. Los griegos se sirvieron de sus aduanas para establecer un mecanismo de restricción al cambio internacional de productos, además de favorecer a sus ciudades o colonias de la competencia de los artículos de otros países. Utilizaron medidas proteccionistas para evitar la exportación de cereales y eludir el acaparamiento de los granos, para así prevenir las crisis sociales que podría traer consigo la falta de estos productos agrícolas. La inspección de estas medidas proteccionistas y antimonopólicas se encomendó a los inspectores denominados "Sytofilacos".9 El gran desarrollo que la cultura helénica ya había logrado, aproximadamente por el siglo VI a. de C, les llevó a prestar mayor atención a la navegación y al comercio que los fenicios venían desarrollando y a participar más activamente en sus relaciones comerciales con Cártago. Por ello no es de sorprender que fue precisamente como resultado de problemas de competencia comercial que se entablaron varias guerras entre estos pueblos, mismas que culminaron con la derrota de Cártago en el siglo V a. de C, a manos de los griegos. Este fue el punto de partida para la expansión de la dominación griega por todo el mundo hasta entonces conocido. Aristóteles aseguraba que el Estado debe conocer el valor de las exportaciones e importaciones para basar en estos datos la política financiera. Asimismo, para los griegos, la aduana era el órgano que manifestaba el poder soberano del Estado sobre las mercancías que se pretendía introducir en la ciudad, pues el hecho de la entrada era el acto gravado con el tributo aduanero, esa constante se refleja a lo largo de los tiempos en los distintos países que aplican los derechos de aduana, dándole incluso, por excepción, fines extrafiscales a estos derechos, por ejemplo, por motivos de orden público o para levantar barreras de carácter religioso o político, indicando la falta de una verdadera política aduanera.8 No obstante, después de tres siglos de dominio en el comercio internacional, los griegos fueron desplazados de su lugar de potencia marítima por el emergente poder romano. Hecho éste, marcado por las guerras grecorromanas del siglo II a. de C. que, sin embargo, llevó a los griegos a tener un lugar especial en la historia de la humanidad más que por el arte del comercio, por las tradiciones y cultura que difundieron.

8 Ildefonso Sánchez ETAL., ESTUDIOS ADUANEROS. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA DE LAS INSTITUCIONES ADUA-

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DERECHO ADUANERO.

ROMA.

En Roma antigua, es muy probable que al igual que las ciudades griegas, se recaudaban derechos de aduanas en los puertos y en los límites de su territorio, sobre todo desde que el comercio exterior fue lo suficientemente importante para hacerlos lucrativos. En Roma encontramos el "portorium", cuya mención más antigua se remonta al año 580 a. de C. y se señala que se creó con la fundación de Ostia por el rey Anco Marcio. Las Aduanas en Roma se atribuyen al cuarto Rey Anco Marcio, quien las estableció en el Puerto de Ostia, inmediatamente después de haberlo conquistado, para aprovechar las ventajas comerciales que con este puerto se obtenían para la navegación por el río Tíber. Se afirma que en este lugar se reglamentó el tributo que gravaría el comercio de importación y exportación y que en homenaje a este puerto se le denominó "Portorium" (de portum-puerta). El vocablo tenía un sentido más amplio que los "derechos de aduanas" que hoy conocemos, pues comprendía tres tributos que en la actualidad distinguimos: los derechos de aduanas, es decir, los impuestos que se pagan por la entrada o salida de mercancías de un territorio aduanero; los arbitrios, que eran tributos pagados en la entrada en una ciudad por géneros que se quieren introducir en ella; y el peaje, como cantidad a pagar por transitar por ciertos caminos, puentes, etcétera. Según Margarita Lomelí Cerezo, él "Portorium" tenía un triple aspecto: "de impuesto aduanal", porque se exigía a la entrada o salida del imperio o de las provincias que lo componían; "de peaje" o tasa establecida por el paso de ciertos caminos o puentes; y de "alcabala" o derecho exigido por una ciudad sobre las mercancías que se introducían a ella.10 Los romanos no establecieron esta distinción; pero en cambio, había dos portorium: el marítimo y el terrestre. Los "portoria" romanos, posiblemente tengan el mismo origen que el de los derechos griegos, es decir, se trataba de presentes ofrecidos al rey para obtener el permiso de comerciar en el país o para atravesarlo con las mercancías. Roma a través del sistema llamado "Telonium" que proviene del griego τελώνιον (Telonion) que era la Oficina Pública donde se pagaban los tributos,11 organizó la recaudación de su impuesto aduanal, variando su tarifa según la región aduanera de que se tratara; así por ejemplo, las mercancías procedentes del Asia Menor pagaban un dos por ciento de su valor al ser importadas, en cambio las de Sicilia su tasa impositiva era del cinco por ciento sobre su ad-valorem. En la época imperial la organización del "Telonium" fue arrendada, a un tanto alzado, en pública subasta, por un período de cinco años a los "Publicónos"'. Éstos tenían a sus órdenes a los "Portitores", quienes se encargaban del reconocimiento de las mercancías con la finalidad de comprobar la exactitud de los datos declarados por el importador. La historia de las aduanas en Roma está llena de modificaciones. Fueron abolidas durante el Consulado, habiendo sido restablecidas por Emilio Lepido con la finalidad de obtener ingresos extraordinarios que sufragaran los gastos de las guerras. Pompeyo para tener la simpatía de la plebe las suprimió; siendo Julio César quien las restableciera de nuevo pero incluyéndolas ahora en el sistema de la Hacienda Romana, aprovechando en favor del fisco los ingresos procedentes por el movimiento de las mercancías de comercio exterior.

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Por ser el impuesto aduanero de los clasificados como indirectos y estar arrendado a los

"Publícanos", se le consideraba como un impuesto dentro de la categoría de los llamados "Vectigal".

Así, los "Vectigalia" era la denominación que recibía el conjunto de impuestos y se consideraba sinónimo de "tributo", pero a medida que la imposición se perfeccionaba y se diversificaba, se comienza a poner el término "tributum" a los demás vectigalia, de los cuales el más importante era el "portorium", llegándose a identificar ambos términos en el Bajo Imperio.9 El lucro que los "Publícanos" impusieron a la percepción del tributo y la dureza que ejercían en su cobro, trajeron como consecuencia un sentimiento de repulsa generalizado en contra del sistema aduanero; esto trajo como consecuencia que en la época de la República se aboliera el sistema. La frase de Cicerón, refleja este malestar, cuando afirmó: "Non portori onus, sed portitorum injuriae" (no por el gravamen mismo, sino por los abusos que la recaudación producía). Como consecuencia de lo expuesto, posteriormente el "portorium" fue cobrado por funcionarios imperiales, que tenían la obligación de rendir cuentas de su gestión al emperador y recibían como recompensa por su labor, un tanto por ciento del total de la cantidad que enteraban. Finalmente el impuesto fue percibido directamente por el Poder Público. El contrabando era un hecho usual dentro del sistema romano. Era común que los mercaderes pusieran la túnica blanca la "prae-texta" y la "bulla" a los esclavos para que con estos distintivos de los hombres libres cruzaran las aduanas sin pagar el portorium. Se considera a los romanos como los primeros constructores de excelentes caminos para fines militares, obras que también fueron usadas como grandes rutas comerciales. En muchos países de Europa todavía es posible observar las ruinas de algunos de estos caminos. Además de las rutas terrestres, también desarrollaron las marítimas. Contaban con una impresionante flota de galeras para transportar las mercancías desde sus colonias hasta Roma y viceversa. Los Códigos Teodosianos y Justinianos contienen disposiciones relativas al tráfico. En el esplendor de su imperio, controlaban toda Europa occidental, incluyendo las islas británicas, el medio oriente y la parte norte de África. La capital del Imperio Romano más que un centro productor era un centro de intercambio de los diferentes productos del imperio que ahí afluían y desde allí se distribuían. En la época imperial se vio un perfeccionamiento de la organización aduanera y el territorio del Imperio, con excepción de Egipto, Siria e India, fue dividido en circunscripciones aduaneras que englobaban varias provincias.

ARABIA.

Hemos dicho que la corriente histórica que tiene mayor aceptación es la que afirma que el vocablo

"Aduana", proviene de la lengua árabe."

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Enciclopedia Jurídica Omeba, T. III, Editorial Bibliográfica, Argentina, 1955, pp. 305 y 321.

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En consecuencia desde su aparición en el foro histórico de la humanidad, los árabes crearon un importante sistema que les permitía controlar la entrada y salida de mercancías de su territorio. El establecimiento de "La Casa Donde se Cobran los Impuestos"; o "El Libro de Cuentas" donde se asentaban las recaudaciones; o "El Registro" a que se sometían las mercancías, nos da una clara idea del desarrollo que tuvo esta materia en ese pueblo. Además, crearon un impuesto ad-hoc que gravaba el movimiento de importación y exportación, denominado "Almojarifazgo" que venía de "Almojarife" y éste del vocablo "Al-Morxif (inspector). La misma palabra, se afirma, deriva del verbo "Xerejé", "ver o descubrir con cuidado una cosa". Es importante destacar que su política aduanera se basó en una tendencia fiscalista o sea, en considerar los ingresos aduaneros con un exclusivo carácter financiero.

ESPAÑA.

Bajo la dominación Romana el territorio que ocupa la Península Ibérica fue organizado, en materia aduanera, a semejanza del "Telorium" romano; gravándose la importación con un impuesto denominado "Quincuagésima" siendo percibido por los "Cuestores". La dureza en su percepción hizo que Lucio Metelo suprimiera las aduanas hispano-romanas; habiendo sido Augusto quien las restableció, encomendando las funciones administrativas al "Vicario" quien se encargaba de recaudar el tributo aduanero y destinarlo al fisco romano. Con la caída del imperio romano y el desmembramiento de él, el sistema aduanero existente en España fue destruido, y si bien es cierto que los Visigodos dictaron algunas disposiciones de carácter fiscal para asegurar el ingreso de su renta en beneficio del erario real; no es sino hasta la invasión de los árabes a España, cuando se vuelve a conformar en este pueblo toda una organización de carácter aduanero. Sin embargo, persistieron los derechos de aduanas de la época romana. La política aduanera establecida por los árabes se basa en una tendencia fiscal, pues considera al producto obtenido de sus aduanas como un recurso para su sistema financiero. El impuesto de carácter aduanero que introdujeron los árabes a España fue el "Almojarifazgo" el cual gravaba, con diferentes porcentajes que iban desde un tres por ciento hasta un quince por ciento del valor de las mercancías, a su introducción o extracción. Según la Enciclopedia Española de Derecho y Administración "el almojarifazgo es el derecho que en lo antiguo se cobraba en los puertos por la introducción o extracción de mercaderías nacionales o extranjeras, destinadas ya al consumo propio, ya al extraño".16 Originalmente existieron dos tipos de almojarifazgo, el denominado mayor, que se percibía por la importación de mercancías del extranjero y el almojarifazgo menor, que se aplicaba a las operaciones del comercio interior y a la circulación de las mercancías de un puerto a otro del reino. Después del descubrimiento de América se implantó un almojarifazgo mayor llamado de Indias y que era el derecho que pagaban las mercancías que se importaban de aquellas posesiones y se exportaban con destino a las mismas. En la parte cristiana de España que no quedó sometida a los árabes, existía también un sistema aduanero en el cual las aduanas de carácter terrestre eran denominadas "Puertos Secos" y las aduanas

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marítimas "Puertos Mojados"; en estos puertos se percibía un derecho de carácter aduanero llamado "Portazgo". Se estableció desde el siglo XII otro derecho de carácter aduanero denominado "Diezmo de Mar" que era un derecho de puerto impuesto a las mercancías por su introducción. En el Código de las siete partidas, monumental obra jurídica española de Alfonso X "el sabio" se reglamenta a través de una serie de disposiciones la materia aduanera. En la Ley Quinta del Título Séptimo de la Quinta Partida, se establece que el "portazgo" será causado por todas las mercancías que se introduzcan o se saquen del reino; siendo su tasa del doce por ciento ad-valorem. En caso de encubrimiento se confiscarían las mercancías en favor del fisco real. La Ley Sexta del mismo Título, ya sancionaba a los "desencaminados", es decir, a los que se les sorprendiera fuera de los caminos por los que deberían transitar las mercancías que causan el portazgo. El mismo monarca concedió en el año de 1281 lo que se denomina "el privilegio de mercaderes", régimen que libera a las transacciones mercantiles, habilitando los puertos de mar y tierra para realizar las operaciones comerciales y autorizando el comercio libre de los productos extranjeros. Este privilegio incluyó además, franquicias aduaneras para los productos destinados a uso personal de los comerciantes; facultándolos para exportar mercancías sin pagar derechos, esto por un valor equivalente al importe del impuesto que hubieran satisfecho por la importación de sus mercancías. Desde 1301 se ordenó que el registro de las mercancías se practicara en el mismo recinto donde estaba la aduana. Durante toda esta etapa existe la práctica para el funcionamiento de las aduanas de otorgarlas bajo el régimen de "arriendo en subadministración". Los reyes católicos reglamentaron las condiciones del arrendamiento de las aduanas y fijaron las facultades de los "asentistas", quienes practicaban el reconocimiento de las mercancías juntamente con el "fiel" y establecían "guardas" en las zonas aduaneras para vigilar el movimiento del comercio y la circulación de las mercancías, señalándose, además, el procedimiento para resolver las controversias entre comerciantes y arrendatarios. El sistema de arrendamiento finaliza en 1750, pasando a ser administradas directamente por la Corona.10 LAS LIGAS DE CIUDADES COMERCIALES Durante las últimas etapas de la Edad Media, el comercio comenzó a florecer nuevamente. En ello jugó un papel muy importante el surgimiento de las ligas ciudades. El objeto principal de estas asociaciones de urbes mercantiles fue la autoprotección a través de la protección de sus naves y rutas comerciales en contra de los ladrones, piratas y de la nobleza feudal. Hubo varias ligas: Liga Renana, Liga Suabia y otras; pero la más importante fue la Hanseática. Esta liga probablemente fue fundada por las ciudades alemanas de Hamburgo y Lubeck e incluía un gran número de las ciudades más importantes de esa nación. Esta liga llegó a ser tan poderosa como un estado, mantuvo un ejército y fuerza naval; entró en

10 DERECHO ADUANERO, Máximo Carvajal C., Edit. Porrúa. Págs. De la 50 a la 55

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guerra con otras naciones y realizó acuerdos de paz con ellas, en ocasiones imponiendo sus condiciones. Mantuvo además enviados diplomáticos y cónsules ante otros países para agilizar sus transacciones comerciales. También concedía préstamos a gobiernos que la favorecían por medio de concesiones especiales, exenciones o monopolios en las áreas de pesca, minería, manufacturas y agricultura. De la misma manera estableció fábricas y puestos de operaciones para la actividad mercantil en diversas ciudades de Europa. En su tiempo, esta liga dominó el comercio en el Mar del Norte y en el Mar Báltico. Fue una gran influencia en el desarrollo en Europa y fue también un elemento muy activo y efectivo en la transición del feudalismo al renacimiento. Las cruzadas, pero sobre todo las pugnas entre las diversas ciudades que la integraban, así como la consolidación de los gobiernos de los estados alemanes, la llevaron a su desintegración. En relación con esta época se hace referencia a que la intensificación del tráfico por mar hace florecer las ciudades italianas, y al extenderse este tráfico con las cruzadas hacia el oriente y ante la necesidad de dirimir controversias entre los comerciantes, aparecen los cónsules y tribunales marítimos como el de Amalfi (Italia) cuyas sentencias derivadas de los conflictos comerciales con oriente en el siglo X se compilaron en las tablas de Amalfi.11 De esta misma época destacan las partidas del Rey Alfonso X (1266) y los estatutos de la Casa de Contratación de Sevilla (1566).12

11 Raúl Cervantes Ahumada, citado por Elvia Quintana Adriano, "El Comercio Exterior de México, Marco Jurídico, Estructura y Política", Tesis de posgrado, UNAM, julio de 1987, p. 20. 12 El Sistema Aduanero De México, Pedro Trejo Vargas, Edit. TAX Editores, Págs 30 a 34

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