Las 10 Estrategias para Motivar Tu Clase

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Las 10 estrategias para motivar tu clase. Estrategia 1: Enseña siempre con mucho entusiasmo!

Cualquier tema enseñado con mucha energía y entusiasmo, seguramente motive e inspire a los niños a atender o realizar una actividad con más esfuerzo. De la misma manera, tu entusiasmo demuestra que la lección es de mucha importancia.

Estrategia 2: Enfócate en las fortalezas, no en las debilidades!

Esta estrategia asegura que el niño se sienta apreciado y seguro de sí mismo; que mediante sus fortalezas puede lograr vencer retos, así como resolver problemas.

Estrategia 3: Reconoce, refuerza y celebra el éxito, esfuerzo y progreso.

El reconocer el progreso o éxito del niño llevará al mismo a repetir la acción. Es importante que el niño reconozca los pasos o las acciones que realizó para lograr una mejoría o el éxito. De igual manera, es importante recordar que reconocer y celebrar no es lo mismo que premiar.

Estrategia 4: Motiva y promueve la creatividad!

En lugar de tener una sola respuesta correcta, deja espacios para que tus alumnos modifiquen y adapten a la respuesta, de esta manera promueves la individualidad y originalidad.

Estrategia 5: Promueve la cooperación, no la competencia dentro de la clase!

Dales a tus alumnos la oportunidad de trabajar juntos, de conocerse entre ellos y de crear un ambiente de apoyo, en lugar de competencia. Cuando se promueve la competencia entre compañeros, se crea la rivalidad, y los alumnos que generalmente ganan, ven a sus otros compañeros como obstáculos para su éxito.

Estrategia 6: Establece objetivos y metas a corto y largo plazo para y con tus alumnos, así también, monitorea el progreso a estos objetivos!

Durante el año escolar es importante que te pongas metas y objetivos para tu clase, ya sean estos curriculares o disciplinarios. Estos objetivos deben conocer los niños y pon en un lugar donde los niños puedan verlos y recordar a dónde tienen que llegar; por último, es muy importante analizar y evaluar, con tus alumnos, el progreso de estos objetivos.

Aunque es difícil realizarlo con todos tus alumnos, una estratega muy positiva es que cada alumno se ponga

objetivos claros para mejorar su rendimiento en una materia específica o un comportamiento; de igual manera, no olvides reunirte con ellos para evaluar su progreso.

Estrategia 7: Cuando sea posible, deja a tus alumnos tomar decisiones!

Los beneficios de darles a los niños de esta posibilidad son varias, entre las más importante, es que realmente motiva al niño; se sienten más responsables de su decisión y del resultado del mismo; y de igual manera, su sentido de responsabilidad e identidad aumentan.

El éxito para esta estrategia es ofrecerles opciones que sean igual de aceptables para ti, como profesor y que cumplan con el mismo objetivo.

Estrategia 8: Demostrar que realmente te interesas por tus estudiantes y su progreso!

Asegúrate que cada uno de tus estudiantes se sienta reconocido, valorado y parte integral de la clase. Para esto es importante conocer las necesidades de cada uno y estar atento a su progreso individual, como grupal.

Estrategia 9: Promueve la enseñanza entre compañeros!

En muchas ocasiones, cuando los niños están trabados con alguna materia, entienden mejor cuando un compañero les explica que el mismo profesor. Esta estrategia les provee de una oportunidad de trabajar juntos y desarrollar la cooperación.

De igual manera, ayuda a que acepten la opinión y sentimientos de los demás.

Estrategia 10: Dales la oportunidad de que saboreen el éxito!

El éxito es la mejor estrategia para promover la motivación a largo plazo. Los niños que han saboreado el éxito trabajan con más esfuerzo y entusiasmo hacia sus propios objetivos.

“Ir a la escuela todos los días, sin tener éxito en lo que hacen, puede ser un trabajo sin sentido para algunos estudiantes. Nosotros, los profesores, somos los centauros encargados de darle ese sentido a todos nuestros estudiantes” Anónimo

Referencia: Richard Lavoie, The Motivation Breakthrough. Touchstone, Simon & Shuster, Inc. 2007

ESTRATEGIAS Las estrategias son los métodos que utilizamos para hacer algo. Si tengo que, por ejemplo, tirar una pared, puedo utilizar distintos sistemas: darle golpes con la cabeza, o darle golpes con un martillo, o llamar a un albañil profesional, por mencionar unos pocos. No se tarda lo mismo en tirar una pared a cabezazos que con un martillo neumático. Los resultados que obtenga, e incluso mi bienestar, dependerán en gran medida de que sepa elegir el método más eficaz para cada tarea. Un martillo neumático puede ser muy eficaz para tirar una pared, y un desastre si lo que quiero es hacer un agujero para colgar un cuadro. Cuando aprendemos algo también podemos elegir entre distintos métodos y sistemas de aprender. Dependiendo de lo que queramos aprender nos interesará utilizar unas estrategias y no otras. No existen estrategias buenas y malas en sí mismas, pero sí estrategias adecuadas o inadecuadas para un contexto determinado. Los resultados que obtenemos, lo bien o rápido que aprendemos dependen en gran medida de saber elegir la estrategia adecuada para cada tarea. La mayoría de las veces el trabajo en el aula consiste en explicar conceptos, en dar información, y en hacer ejercicios para comprobar si esos conceptos se entendieron. Muchas veces lo que no se explica ni se trabaja son las distintas estrategias o métodos que los alumnos pueden emplear para realizar un ejercicio o absorber una determinada información. Cuando las estrategias no se explican en clase cada alumno se ve obligado a descubrirlas por su cuenta. Lo que suele suceder es que algunos alumnos, por si solos y sin necesidad de ayuda, desarrollan las estrategias adecuadas. De esos alumnos decimos que son brillantes. Pero habrá otro grupo de alumnos que desarrollarán métodos de trabajo inadecuados. Esos alumnos que trabajan y se esfuerzan y, sin embargo, no consiguen resultados son casos típicos de alumnos con estrategias inadecuadas. Son como esquiadores intentando esquiar sin esquís o con unos esquís rotos, y compitiendo con otros esquiadores equipados a la última, por mucho que se esfuercen los mal equipados nunca podrán ganar la carrera.

Muchas veces esos alumnos (y los mismos profesores) no son conscientes de que el problema radica en la utilización de unas inadecuadas estrategias y lo atribuyen a falta de inteligencia. Cuando no consiguen los mismos resultados que sus compañeros (o cuando se rompen la cabeza en el intento) no se plantean que el método de trabajo no es el apropiado sino que ellos son burros, no valen, son poco inteligentes. La visión prevalente en nuestra sociedad de que la inteligencia es una cualidad innata y no algo a desarrollar hace el resto, los alumnos con malas estrategias muchas veces acaban creyéndose incapaces y por lo tanto dejan de intentarlo. Cuando eso sucede el problema de las estrategias se convierte en un problema de motivación yactitudes. No sólo los alumnos, los profesores también somos el producto de esa visión de la inteligencia como algo inamovible. Estamos acostumbrados a pensar que la inteligencia no se desarrolla, que la gente 'es' de una determinada manera. Muchas veces etiquetamos a los alumnos como brillantes o torpes y esa misma etiqueta hace que no nos planteemos la necesidad de trabajar de otra manera y, más importante, de enseñarles a ellos a trabajar de otra manera. Pero los métodos de trabajo se pueden cambiar, las estrategias se pueden aprender. De hecho nos pasamos la vida aprendiendo nuevas maneras de hacer las cosas. ¿Quiere decir esto que cualquiera alumno puede pasar de 'torpe' a 'brillante? O, dicho de otro modo, ¿puedo yo, que no he jugado al fútbol en mi vida, llegar a ser Pele si aprendo las estrategias adecuadas? Me temo que tengo pocas probabilidades de aprender a jugar al fútbol, no ya como Pele, sino ni siquiera como cualquiera de mis alumnos. Para empezar las capacidades se desarrollan, pero el punto de partida es distinto para cada uno de nosotros. Seguro que cuando se trata de jugar al fútbol el estado físico del que parten mis alumnos es mejor que el mío, además, la motivación y el interés son distintos. A mi no me gusta el fútbol, a mis alumnos sí. Eso sin contar con la influencia de otros factores, como por ejemplo, que jugar al fútbol es socialmente adecuado para los niños, pero no tanto para las niñas y desde luego no para las cuarentonas. Con todo y con eso, seguro que si me pongo a jugar todos los días puedo aprender a jugar mucho mejor que ahora. En cualquier caso no es

suficiente con jugar. Si me pongo a jugar todos los días, tal vez, como mis alumnos brillantes, aprenda a jugar bien yo sola, pero lo más seguro es que sin un buen entrenador que me explique como hacerlo mejor me limite a perpetuar mis errores iniciales. Quizás mis alumnos 'torpes' no siempre puedan convertirse en 'brillantes', pero todos pueden mejorar respecto a su punto de partida y, muchas veces, con el entrenamiento adecuado, mejoran mucho más de lo que ni ellos ni yo creíamos posible. No está claro que es lo que hace que unos alumnos desarrollen unas estrategias adecuadas y otros no, lo que sí está claro es que las estrategias se aprenden, y que un alumno con estrategias inadecuadas puede cambiarlas si se le dan las indicaciones necesarias. El primer paso de ese proceso de cambio es desarrollar la percepción de que las estrategias existen e influyen en el aprendizaje. Esa percepción se crea tan pronto como las estrategias se convierten en parte habitual del trabajo del aula. Trabajar estrategias en el aula supone:

Identificar la estrategia o gama de estrategias más adecuadas para cada tarea Identificar la estrategia o conjunto de estrategias más eficaces para una tarea concreta naturalmente supone plantearnos nuestra materia no desde el punto de los conocimientos que queremos que adquieran

nuestros alumnos, sino desde el punto del tipo de habilidades que necesitan desarrollar para poder adquirir esos conocimientos. En mi experiencia trabajar estrategias muchas veces supone sacar a la luz y sistematizar conocimientos que tenemos de forma intuitiva. Todos los que hemos pasado por un aula, sea como alumnos o como profesores, sabemos distinguir a un alumno bueno de otro no tan bueno. Decimos que Rubén es muy bueno en Inglés y que a Jesús se le dan bien las matemáticas. Pero, ¿qué es lo que me demuestra que un alumno es bueno en matemáticas, inglés, dibujo, historia, filosofía, o educación física? No es el nivel de conocimientos teóricos, sino como realizan las actividades de aula y, por lo tanto, el tipo de estrategias que utilizan. Si lo que diferencia a un alumno bueno de otro malo es el tipo de estrategias que utiliza y nosotros sabemos identificar a los buenos alumnos, eso implica que también sabemos cuáles son las estrategias que determinan el éxito o el fracaso en nuestra asignatura. Lo que nos hace falta no es aprender nada nuevo, sino sistematizar lo que ya sabemos, hacerlo explícito. Las preguntas de estecuestionario te pueden ayudar a identificar las estrategias que determinan el éxito de tus alumnos. Por ejemplo, la lectura es una de las tareas que nuestros alumnos necesitan realizar bien para poder obtener resultados en gran cantidad de áreas. Pero ¿cuáles son las estrategias que caracterizan a los buenos lectores?

Identificar las estrategias que utilizan los alumnos en este momento Las estrategias de aprendizaje son procesos mentales y, por lo tanto, no son directamente observables. Sin embargo si son detectables. Además, aunque nuestros alumnos (nosotros tampoco) no están acostumbrados a prestarle atención a las estrategias que utilizan eso no quiere decir que no las puedan explicar. Una forma rápida de averiguar

que estrategias utilizan nuestros alumnos es preguntarles. La pregunta básica es ¿CÓMO LO HACES?. Los cuestionarios de estrategias nos sirven para extraer información general, pero muchas veces necesitaremos, además, trabajar con los alumnos de forma individual hasta identificar las principales estrategias que utilizan los alumnos buenos malos y regulares de un determinado nivel. Por eso el principal obstáculo para detectar estrategias es con frecuencia la falta de tiempo. Cuando se trata de estrategias tenemos que buscar las estrategias dentro del nivel de los alumnos a los que se las queremos enseñar. Las estrategias que yo, profesora, utilizo cuando leo un texto en inglés no tienen nada que ver con las que utilizan mis alumnos de nivel elemental, nuestro grado de conocimientos es tan distinto que necesitamos recurrir a estrategias distintas. Lo que a mí y a mis alumnos nos interesa saber es que estrategias les son más útiles en ese momento, y por lo tanto lo que necesito detectar es las estrategias de los alumnos buenos de ese nivel.

Presentarles las estrategias alternativas Una vez que sabemos que estrategias les interesa desarrollar a nuestros alumnos se las podemos presentar y explicar. El primer paso es despertar la conciencia de los alumnos de que las estrategias existen y concienciarlos sobre su importancia. Al realizar un ejercicio cualquiera podemos, por ejemplo, dedicar unos minutos a preguntarles como lo resolvieron y discutir con la clase las ventajas y desventajas de los distintos métodos. Cambiar las estrategias que uno está acostumbrado a usar exige, primero la reflexión sobre lo que uno a hecho hasta ese momento. Por tanto otra manera de trabajar las estrategias es ayudar a los alumnos a reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje, hacerles preguntas que les hagan pensar en que les funcionó bien y qué no les funcionó. Los cuestionarios a toda la clase también nos pueden servir para fomentar la reflexión.

Practicar las estrategias en el aula Las estrategias se aprenden a base de practicarlas, por lo tanto tendremos que ofrecerles a nuestros alumnos oportunidades y actividades para explorar y practicar nuevas estrategias. La pregunta que tenemos que hacernos cuando diseñamos actividades para practicar estrategias es

¿qué proceso mental tiene que realizar el alumno para hacer esta actividad?

Cuando trabajo con mis alumnos reglas de gramática lo puedo hacer de muchas maneras. Si les explico yo las reglas mientras ellos toman apuntes el proceso mental de mis alumnos es muy distinto que si les pide que ellos deduzcan reglas a partir de un texto. La materia trabajada es la misma, pero el proceso mental que tiene que realizar mis alumnos es totalmente distinto. Si, volviendo al ejemplo de la lectura, lo que quiero es que mis alumnos aprendan unas estrategias concreta y no otras ¿qué tipo de actividad promueve esos procesos y no otros? Cuando diseñamos actividades o ejercicios para afianzar conocimientos lo importante es el resultado, sabemos que un alumno entendió la materia si el ejercicio está bien hecho. Cuando diseñamos ejercicios o actividades para practicar estrategias lo importante es el proceso, y no el

resultado, por lo tanto lo importante no es que el alumno haga bien el ejercicio, sino que practique el proceso mental, la estrategia adecuada. Es importante recordarlo porqué practicar estrategias necesita tiempo, más tiempo que absorber conocimientos. Si un alumno lleva años utilizando una determinada estrategia no la va a cambiar de la noche a la mañana. Cuando trabajamos conocimientos podemos trabajar a corto plazo, pero las estrategias son normalmente un trabajo a medio o a largo plazo. El plazo que necesite el alumno para cambiar unas estrategias por otras dependerá de muchos factores. Entre otros su estilo de aprendizaje. Las estrategias son los métodos que un alumno utiliza en una situación concreta, el estilo de aprendizaje representa las grandes tendencias que ese alumno muestra. Un alumno visual y con predominio del hemisferio izquierdo puede, sin embargo, utilizar una estrategia auditiva en casos concretos. Y viceversa, un alumno con un estilo muy auditivo puede utilizar estrategias visuales en determinadas tareas. Es decir, nos podemos encontrar alumnos con estilos de aprendizaje distintos utilizando la misma estrategia en casos concretos. Paralelamente nos podemos encontrar alumnos con estilos de aprendizaje muy parecidos que utilicen estrategias distintas para la misma tarea. Además las estrategias cambian según el nivel de conocimientos. Un ejemplo claro son las estrategias de lectura en lengua materna y lengua extranjera. Cuando los alumnos están en los estados iniciales del aprendizaje de una lengua extranjera muchos de ellos utilizan estrategias auditivas para leer, incluso aunque esas no sean sus estrategias habituales en lengua materna. Lógicamente es mucho más fácil enseñarles a usar estrategias visuales de lectura en lengua extranjera a aquellos alumnos con un estilo de aprendizaje visual, que ya tienen esas estrategias en su lengua materna, que a alumnos que utilicen estrategias auditivas también en lengua materna.

STRATEGIAS METODOLÓGICAS PARA LA ESCUELA Las estrategias metodológicas para trabajar dentro de la sala de clases específicamente pueden poseer diferentes orientaciones dependiendo éstas de cual es la meta a lograr por parte del profesional que las lleva a cabo. Los profesores somos los primeros en tener que abordar a los alumnos con problemas atencionales y generalmente nos encontramos con que las herramientas de solución que cada uno de nosotros conoce se agotan en un corto tiempo, otras además no consiguen los resultados esperados y en algunas ocasiones parecieran estar totalmente descontextualizadas. Sin duda una de las variables que está inmersa en esta problemática es la falta de conocimiento por parte de los mismos profesores sobre el tema del Trastorno por Déficit de la Atención, sin duda no por una falta de motivación o investigación sino más bien por ser un área muy específica y de difícil o incompleta difusión. Frente a tal realidad y con la intención de poder aportar con un grano de arena al mejoramiento de los niveles de trabajo de los docentes de tantas y tantas escuelas, es que se han elaborado, recopilado y sintetizado una serie de estrategias metodológicas que pueden ser aplicadas en el trabajo con alumnos que poseen TDA con y sin hiperactividad. Es importante dejar en claro que estas estrategias de trabajo no son una receta única e inmodificable, que pueda ser efectiva para todos los alumnos que posean un TDA, sino más bien una orientación en la cual la efectividad de ésta va a depender del trabajo y del sello personal que cada profesor le otorgue. Un elemento importante a considerar en el trabajo con niños con TDA, es el aporte fundamental que hace la familia, por lo tanto éstos pasan a formar un elemento más del equipo de trabajo. La labor docente por lo tanto debiera poseer una de las estrategias de trabajo orientadas a la familia. En términos de buscar en ellos la fuente directa de información del alumno, además de poder contar con ellos para las tareas que se puedan llevar en conjunto. Los talleres para padres, en donde a través de charlas, interiorización de los problemas que afectan a sus hijos, el reconocer que en determinadas ocasiones no se ha tomado conciencia de la problemática, etc. se convierten en herramientas importantes de trabajo en el hogar en apoyo de la labor docente. Para poder llevara cabo cualquier estrategia de trabajo dentro de la sala de clases y que ésta sea efectiva, pasa inicialmente por un trabajo colaborativo con los otros docentes, directivos y la familia. Se hace imprescindible que la mayor cantidad de personas posibles maneje la información necesaria sobre el TDA, sus características, su etiología y sus distintas variaciones. De esta forma el trabajo en equipo se hace más llevadero, obteniéndose por tanto mayores éxitos en la labor que se emprende. I. PRIMERA ESTRATEGIA La autora Isabel Orjales villar, en su libro “Déficit de Atención con Hiperactividad: Manual Para Padres y Educadores” de Ediciones CEPE, Madrid año 1998. Establece una serie de estrategias para que el maestro(a) facilite su labor en el aula. Estas estrategias van a permitir además que el profesor tome conciencia de las cuales son las realidades a las que se ve enfrentado un niño que presenta Trastorno por Déficit de la Atención, y de esta forma poder ayudarlo y a la vez ayudarse en su labor docente. A continuación se presentan algunas de las estrategias de la Dra. Orjales: 1. Para cada una de las conductas que quieras cambiar en tu alumno trata de utilizar el mayor número de aproximaciones diferentes al problema. Dentro de este punto la autora plantea: a) Si el alumno no termina la tarea premiarlo por lo que ha hecho b) Adaptar el entorno de la sala, ubicando al alumno cerca de la mesa del profesor c) Sentar al alumno en una mesa solo, y si es necesario frente a la pared en momentos que se

requiera mayor atención d) Adaptar la exigencia de las tareas haciendo que él las pueda realizar por parte e) Ponerle un límite de tiempo de trabajo si se evidencia cansancio o desmotivación f) Prestarle atención en momentos en que sí está concentrado, acariciándole la cabeza o parándose cerca de su mesa y sonriendo. 2. Retira la atención a las malas conductas cuando éstas se produzcan con mucha frecuencia y refuerza (premia) con atención las contrarias. a) Ignorar al alumno cuando se levante de su lugar para llamar la atención b) Ignorarle cuando repita una palabra o frase para llama la atención. 3. Plantea las normas de clase para todos, no sólo para el niño hiperactivo y desatento. a) No se puede correr por el pasillo, el que lo hace deberá entrenarse para caminar por dicho pasillo muy lento 5 veces. 4. Trata de evitar aquellas situaciones en que sabes que un niño hiperactivo no se puede controlar a) Evitar esperas en la fila, hacer que él / ella sea la persona que cierre la puerta o al contrario que abra la puerta para que entre el curso. 5. Recuerda que no puedes cambiar todas las conductas al mismo tiempo. Comienza por cambiar las menos difíciles. 6. Tan importante es adaptar la tarea a un niño(a) como programar un sistema de registro para que este compruebe de forma visible que mejora en su trabajo. 7. Si quieres modificar una conducta debes desmenuzarla en pasos pequeños y reforzar cada uno de ellos. Al final conseguirás la conducta completa, por ejemplo, comienza por reforzarle que termine cada pregunta de una ficha, después le podrás exigir que además lo haga con buena letra y más tarde que el contenido sea también correcto.

II. SEGUNDA ESTRATEGIA " TRABAJO CON GRUPOS NATURALES AL INTERIOR DEL CURSO” Mag. Miguel Osorio Cofré. DESCRIPCIÓN: Esta estrategia fue desarrollada en algunos establecimientos educacionales desde 1980 hasta la actualidad, por el señor Miguel Osorio Magister en Educación Especial, en diferentes ciudades Chile. Ésta se define como una alternativa real de trabajo dentro de la sala de clases que además de poder abordar el tema del Trastorno por Déficit de la Atención, permitiendo un nivel de desarrollo de los alumnos en términos globales. El diseño está referido a formar grupos de trabajo de no más de 6 alumnos lo que implica una organización diferente del grupo curso. Cada grupo va a ser elaborado por el profesor con la finalidad de que sea lo más heterogéneo posible incorporándose en cada uno de ellos 1 alumno más conflictivo, 1 de más alto rendimiento académico, 1 más tímido, 1 con TDA, 1 con condiciones de líderes, etc. La idea es que se mezclen alumnos más aventajados con otros que no lo son tanto. Cada grupo del curso debe tener su nombre propio, su distintivo o logo, su líder o coordinador, una característica esencial de todos, un cuaderno de registro de actividades, una calendarización de las actividades o roles que le competen a cada uno de los integrantes del grupo, etc. Dentro de las normas del profesor y que rigen a todos y cada uno de los grupos formados es que

los logros y fracasos que se obtengan, ya sean por uno o varios miembros del grupo, el premio o sanción compete a todo el grupo. Por lo tanto lo que se espera es un trabajo en equipo una construcción social del trabajo y no un trabajo en términos individualistas. Los contenidos de las asignaturas o materias se deben continuar trabajando con la habitualidad de siempre ya que el trabajo grupal es permanente. Si se trata de clases expositivas los alumnos no debieran cambiar de posición sus bancos para atender a las explicaciones del profesor, sino más bien girar sólo su cuerpo en dirección del profesor hasta que finalice la explicación. Con esta idea se desea plantear que la formación de los grupos no se debe alterar por ningún motivo, para no perder la consolidación como tal. Un elemento a considerar es la colaboración de los demás profesores que dan clases a determinado curso, para poder mantener la estrategia a través del tiempo. Esto se hace posible siempre y cuando se les entregue los fundamentos y la información necesaria al resto del cuerpo docente, ya que de esta forma se los involucra en el trabajo realizado. Según Osorio el trabajo con los padres es un requisito obligatorio, ya que la falta de información por parte de la familia puede transformarse en factor de fracaso del proyecto. Trabajar con los padres implica realizar talleres, charlas, en donde se traten temas como la diversidad, el trabajo responsable, el reconocimiento de las propias fortalezas y debilidades, entre otros. III TERCERA ESTRATEGIA “FICHA DE AUTOCONTROL DEL ALUMNO” DESCRIPCIÓN: Esta estrategia ha sido diseñada con la finalidad de favorecer los procesos de toma de conciencia de alumnos que presenta un TDA, a nivel de su desenvolvimiento escolar y familiar. La Ficha de Autocontrol ha sido llevada a cabo con personas que poseen algún tipo de problemas en el ámbito escolar ya sea de aprendizaje, conductual, etc., hace varios años tanto a nivel de consulta psicopedagógica particular, en grupos diferenciales, salas de clases por profesores jefes y de asignaturas. Siempre contando con el apoyo de los padres en esta labor. La idea es que el alumno diariamente complete en una ficha entre 6 a 12 ítems, en los cuales él/ella deberá calificar el desarrollo de cada uno de estos ítems, con la finalidad de poder tener un registro de los avances y de los descensos que haya tenido durante un mes en su manejo académico, familiar, hábitos de estudio, etc. El compromiso por el trabajo con la ficha de autocontrol se hace fundamental, ya que esta actividad no debe convertirse en una actividad obligatoria o de simple rutina, sino una autoevaluación a conciencia y responsablemente hecha. La construcción de la ficha debe hacerse en conjunto con el alumno e incorporando algunas sugerencias de los padres, para así tener una panorámica más completa de las actividades del niño(a). Es importante que la extensión de la ficha no sea demasiado grande para no cansar a quien debe completarla. La evaluación debe hacerse en conjunto entre el profesor y el alumno el último día de cada semana, además de una evaluación más global a la finalización del mes, y una evaluación sumativa cada tres meses para ver los cambios ocurridos. Si al inicio la completación de la ficha no motiva al alumno o le es muy difícil se ha de mediar en términos de la importancia que esta posee no tanto para el profesor o los padres, sino más bien para un conocimiento personal de quien la va a completar. IV CUARTA ESTRATEGIA PROGRAMA DE ENRIQUECIMIENTO Y ESTIMULACION DE LA AUTOESTIMA PARA SER DESARROLLADO EN GRUPOS DIFERENCIALES Katia Sandoval y otras 1993 Este programa fue diseñado por profesionales del área de la educación diferencial a partir de una evaluación que se realizó a alumnos que asistían regularmente a grupos diferenciales en 3 establecimientos de la ciudad de Viña del Mar. A partir de esta evaluación se pudo constatar que

los menores presentaban un descenso importante en el manejo de la autoestima, por lo que se diseñó un programa para poder elevar y mejorar los niveles de ésta. Este programa nació entonces con la intención de poder ser un instrumento de desarrollo y fortalecimiento de la autoestima para muchos de los alumnos que de una u otra forma no lograban desarrollarse, ni rendir completamente dentro del sistema escolar común. Esta propuesta de mejoramiento de la autoestima atañe principalmente a dos áreas de desarrollo, específicamente a la “identificación del propio cuerpo, el conocimiento y aceptación de su personalidad”, y a la “interiorización de su rol y el de los integrantes de su grupo familiar”, principalmente por que fueron las áreas más descendidas encontradas en la evaluación de la muestra con el “Test de Completación de frases de amplio espectro YO OPINO YO SIENTO” de los autores Fox y col. En la adaptación de Valenzuela Álvaro.

TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS PARA AYUDAR AL NIÑO HIPERACTIVO "¿cómo le convenzo para que se siente a hacer los deberes? ¿qué le digo para que no se levante mientras come? ¿hay alguna manera de ayudarle a mejorar sus trabajos? ¿qué hago para que me escuche?... " si tienes un hijo con hiperactividad seguro que éstas y muchas otras preguntas han pasado mil veces por tu cabeza. las respuestas te las dan una serie de estrategias que te explicamos a continuación. los síntomas que caracterizan el déficit de atención con hiperactividad son la impulsividad, la hiperactividad y la baja atención. pero, sin duda, lo que ayuda a detectarlo es observar si un niño manifiesta con frecuencia las siguientes conductas:    

su comportamiento es infantil para su edad, excesivamente inquieto y dependiente; más propio de un niño de menor edad. le cuesta concentrarse, no mantiene la atención cuando es necesario. es desorganizado y suele hacer los trabajos con una baja calidad. frecuentemente deja los trabajos sin terminar o interrumpe los juegos.





está continuamente levantándose cuando debería estar sentado, por ejemplo, en la clase o a la hora de comer. es muy impulsivo, hace las cosas sin meditarlas previamente. mueve mucho las manos y los pies. suele interrumpir a los demás cuando están hablando o realizando alguna actividad. siempre está corriendo y saltando, como si tuviera un motor en marcha. le cuesta relacionarse con otros niños debido a que siempre está cambiando de juego, no respeta los turnos y no sigue las reglas del grupo. a menudo pierde cosas o las olvida.



es desobediente y su comportamiento provoca las quejas de sus profesores.

    

si tu hijo cumple algunos de los puntos expuestos aquí, quizás sea recomendable acudir a un profesional para diagnosticar o descartar el trastorno de hiperactividad. técnicas y estrategias para ayudar al niño hiperactivo la forma de tratar el "trastorno de déficit de atención con hiperactividad" es modificar o compensar lo más posible aquellas conductas típicas que repercuten negativamente en la vida diaria del niño y de su familia. el objetivo principal es reducir su impulsividad e inquietud motriz y aumentar su atención, que son la fuente de sus principales problemas. las corrientes psicopedagógicas conductista y cognitivista ofrecen diversas estrategias para tratar la hiperactividad. la corriente conductista centra su atención en cómo el ambiente en el que se mueve el niño (la familia, los profesores, etc.) interactúa con él para, manejando esta interacción, modificar las formas de comportamiento. la corriente cognitivista actúa directamente sobre el niño enseñándole a ejercer su propio control a través del entrenamiento en estrategias. corriente conductista: cambiar una conducta inadecuada a través del ambiente para modificar determinadas actitudes, como la agresividad o la desobediencia, se emplean técnicas de cambio conductual que se apoyan en la psicología conductista. la base de todas ellas es la idea de que todo comportamiento es una forma aprendida de responder a determinadas circunstancias. cuando lo que

obtenemos al responder de determinada manera es bueno, agradable o sirve a nuestros propósitos, esa respuesta se instaura en nosotros, es decir, la aprendemos y siempre que nos vemos en circunstancias similares respondemos igual. por el contrario, si con nuestra actuación no logramos lo esperado, desechamos la respuesta como "no válida" y dejamos de emplearla. esto supone que tu actitud es fundamental a la hora de manejar la de tu hijo, ya que es la que le proporciona la información de si sus respuestas son adecuadas y sirven a sus propósitos o, por el contrario, debe sustituirlas por otras. los padres pueden, sin darse cuenta, fomentar las respuestas inapropiadas. un ejemplo muy claro es cuando se cede a un capricho, que se ha negado en un principio, para contener una rabieta. la conclusión del niño en esta ocasión es clara (y muy lógica): "enfadándome, gritando y tirando las cosas consigo lo que yo quiero". resultado: cada vez recurrirá con más frecuencia a las pataletas. las técnicas de cambio de conducta lo que hacen es controlar las consecuencias de las acciones convirtiéndolas en agradables, a través del "refuerzo positivo", o desagradables mediante el "castigo". aquellas conductas del niño a las que siga un "refuerzo positivo" serán aprendidas como útiles y se repetirán; aquellas otras a las que acompañe un "castigo" terminarán desapareciendo. los refuerzos pueden ser muy variados. al principio, cuando una actitud está muy instaurada, se recurre a recompensas de tipo material (un juguete, una chuchería, etc.). posteriormente se van restringiendo este tipo de refuerzos para que el niño no haga las cosas por el premio sino por que realmente ha adquirido nuevas actitudes con las que se siente más satisfecho. para ello, desde el principio (junto con las recompensas materiales) y a lo largo del tiempo (cuando ya se han eliminado aquellas) el niño debe recibir refuerzos sociales como abrazos, alabanzas o cualquier otra manifestación de afecto por lo bien que ha actuado. por otra parte, los castigos que siguen a las conductas que deseamos eliminar serán cosas como quedarse sin ver la tele o recoger el cuarto, pero jamás castigos físicos. además, todo castigo debe ir acompañado del refuerzo de la conducta alternativa. ¿cómo puedes aplicar todo esto? una forma es hacer un trato con tu hijo. piensa en alguna cosa que quieras cambiar de él, por ejemplo, que no se levante de la mesa mientras come. ya tienes establecido el objetivo general. ahora, en función de la problemática, piensa cuándo y cómo vas a reforzar el cambio de comportamiento: si tu hijo no aguanta más de tres minutos seguidos en la mesa,

empieza por reforzar que consiga estar sentado al menos cinco minutos. según le vaya resultando más sencillo cumplir el objetivo ve aumentando el tiempo hasta que, finalmente, reciba el premio sólo si permanece toda la comida sin levantarse. el siguiente paso es acordar el premio o refuerzo. en este caso lo más apropiado es un sistema de puntos o fichas canjeables. elabora con tu hijo una lista de cosas que le gustaría hacer o conseguir y pon a cada cosa un valor en función de sus características: un caramelo 2 puntos, media hora más con el ordenador 8 puntos, ir al cine 14 puntos, comprar un juguete determinado 20 puntos, etc. ya sólo queda ponerlo en práctica: cada vez que tu hijo cumpla el objetivo marcado refuérzale con un punto y cuando desee canjearlos dale la recompensa que le corresponda según acordasteis.

en el libro nuestro hijo es hiperactivo puedes consultar otras técnicas que aplican estos mismos principios. corriente cognitivista: enseñar a hacer las cosas mejor según la corriente cognitivista, la forma más adecuada de ayudar a un niño hiperactivo a resolver sus problemas correctamente es entrenarle en los pasos que debe seguir, es decir, darle estrategias para que sepa cómo actuar. por ejemplo, mantener la atención es una habilidad casi automática en la mayoría de las personas, pero para un niño hiperactivo es todo un triunfo. para facilitarle esta tarea debemos enseñarle cómo se presta atención facilitándole una serie de instrucciones que resuman eso que hacemos las personas cuando prestamos atención (centrarnos en lo importante, ignorar los estímulos irrelevantes, etc.). en este caso estaríamos hablando de estrategias atencionales. dicho así parece muy abstracto, sin embargo lo puedes aplicar de forma particular a cada una de las tareas con las que tu hijo tenga dificultades. una manera de hacerlo efectivo es el "modelo de autoinstrucciones" que debéis practicar cada día tantos días como sea necesario hasta que tu hijo sea capaz de realizar el quinto paso de forma natural: 1. modelado: haz tú la tarea mientras vas diciendo en voz alta los pasos que sigues, mediante instrucciones claras y concisas. 2. guía externa manifiesta: ahora es él quien realiza la misma tarea mientras le ayudas repitiendo junto con él los pasos.

3. autoguía manifiesta: el niño repite solo las instrucciones, en voz alta, mientras hace la tarea. 4. autoguía manifiesta atenuada: en vez de hablar en voz alta debe cuchichear las instrucciones. 5. autoinstrucciones encubiertas: finalmente el niño realiza la tarea en silencio mientras se guía por las instrucciones a través del pensamiento.