La United Fruit Company y El Empréstito de 1922 en El Salvador

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La United Fruit Company y el empréstito de 1922 en El Salvador La historia política del empréstito de 1922 coloca a la presidencia de Jorge Meléndez en la categoría de una de las más dañinas en la historia de El Salvador. Un estudio de las negociaciones muestra que, contrario a lo que dice la narrativa tradicional, la United Fruit Company, y su dueño Minor Keith, tuvieron un influencia grande en El Salvador en la década de los veinte. Como resultado del empréstito El Salvador comprometió el 70% de sus impuestos de aduana al pago de la deuda a banqueros estadounidenses y aceptó la presencia de un "representante fiscal" que supervisó el cobro de impuestos y tuvo gran injerencia en la política económica del país. Palabras claves : El Salvador, Jorge Meléndez, United Fruit Company, Minor Keith, Empréstito 1922 Autor(es): Héctor Lindo-Fuentes Fecha: Marzo de 2015 Texto íntegral:

Introducción Este breve artículo es un avance de investigación sobre la historia política del empréstito de 1922, episodio que coloca a la presidencia de Jorge Meléndez en la categoría de una de las más dañinas en la historia de El Salvador. El incidente incluye corrupción, la United Fruit Company, banqueros salvadoreños, franceses, ingleses, y de Estados Unidos, intentos de golpes de estado y numerosas visitas de barcos de la Marina de Guerra de Estados Unidos. La constante que se mantiene en el transfondo es la falta de legitimidad percibida de los gobiernos de la llamada dinastía Meléndez-Quiñónez. El hecho que no se conozca esta historia o que por lo menos no tenga la preeminencia que merece en la narrativa de la historia salvadoreña es testimonio del éxito de la censura de prensa. Muchos de los aspectos que se discutirán a continuación apenas se vislumbran o no se encuentran por ningún lado si se consultan las fuentes periodísticas tradicionales como La Prensa, el Diario del Salvador, o el Diario Oficial. Los muy pocos trabajos de historia que tocan este tema, como la excelente obra de Jan Suter, no están traducidas al español 1. Tampoco se encuentra traducido el trabajo de Dana Munro que describe los arreglos del préstamo desde el punto de vista del Departamento de Estado de Estados Unidos 2. A pesar de la falta de atención que ha recibido, el empréstito de 1922 es indispensable para comprender las dificultades del país para reaccionar ante la gran depresión de la década de los

treinta, la obsesión del General Maximiliano Hernández Martínez con la austeridad fiscal, y la poco comentada pérdida de autonomía de El Salvador en la toma de sus decisiones económicas debido a la prolongada y activa presencia de un representante de los bancos estadounidenses en El Salvador. A continuación se discutirán algunos aspectos selectos de la problemática: la recesión de 1920-1921, la respuesta popular, la inestabilidad política, las negociaciones del empréstito, y el papel de los Estados Unidos en la determinación de las contrapartes y las condiciones del contrato final. Se dejará de lado el esfuerzo de unión centroamericana que se llevó a cabo paralelo al aniversario del primer centenario de la independencia. Este último es un tema conspicuo en las narrativas de la política de la época y aparecía prominentemente en las páginas de los periódicos. Sin embargo, la documentación consultada no deja en claro la seriedad de los personeros del régimen al tratar este asunto. Ciertamente en el futuro cabe una discusión sobre las verdaderas posibilidades del ideal unionista en esta coyuntura histórica, pero para la discusión del empréstito de 1922 es un elemento que, curiosamente, los actores dejaron prácticamente de lado en sus discusiones.

La adopción del patrón oro puro y la recesión de 1920-1921 Jorge Meléndez fue electo a la presidencia en enero de 1919. Antes de su elección su antecesor, su hermano Carlos, había sufrido un derrame y se rumoraba que el cuñado de ambos, el Dr. Alfonso Quiñónez Molina, aspiraba también a la magistratura. A fin de cuentas el candidato fue Jorge. Las circunstancias casi dinásticas de la sucesión fueron suficientes para que se cuestionara su legitimidad desde el primer momento. Además, las elecciones presidenciales fueron problemáticas. Semanas antes había llegado al puerto de La Unión el USS Marblehead, un barco de guerra norteamericano, para asegurarse de que la turbulenta situación política salvadoreña se desenvolviera sin más dificultades. El comandante informó a sus superiores que su visita había tenido un efecto saludable puesto que quedó clara la intención de Estados Unidos de intervenir si se presentaban nuevas complicaciones 3. El origen más inmediato de la crisis económica y política que llevó al empréstito de 1922 se encuentra en la adopción al patrón oro mediante la Ley Monetaria del 11 de septiembre en 1919. Según Victor Bulmer-Thomas el hecho de que el precio de la plata fuera alto permitió a los bancos locales comprar oro a buen precio y así obtener reservas saludables 4. Pero el cambio representó un desafío político. El nuevo sistema chocó con los intereses de los bancos y la oposición era tal que el presidente temía por su vida. Hubo rumores de revolución la semana misma en que se aprobó el decreto. A mediados de 1920 el nuevo régimen monetario experimentó desajustes debido a las repercusiones de la fuerte pero breve recesión económica de Estados Unidos de 1920-1921 5. La crisis se refleja en las cifras oficiales de 1921 que indican que las rentas fiscales bajaron del 30 por ciento de 1920 a 19216. En el mismo período el número de sacos de café exportado bajó un 25 por ciento7. La baja en la demanda por productos salvadoreños llevó a una pérdida del valor de la moneda local. Ante la baja de la demanda por café salvadoreño el gobierno empezó a gestionar, sin éxito, su venta en Europa : “el asunto es de una transcendencia enorme en los momentos actuales en que la potencialidad económica de la nación estaba

amenazada de graves quebrantos” decía uno de los periódicos. En el mismo artículo se decía que :“El actual momento económico de El Salvador es de trascendencia 8”. Escritos periodísticos como éste reflejaban el sentimiento de crisis que sentían los exportadores y que los llevaron a tomar medidas drásticas. Para mediados de septiembre la alarma generalizada llevó a una crisis bancaria. Ante la pérdida del valor del papel moneda local muchos buscaron aprovechar la convertibilidad del colón en dólares oro y corrieron a los bancos para deshacerse de sus billetes. Los mismos bancos empezaron a sacar oro hacia Estados Unidos, la fuga de oro llegó a constituir una verdadera hemorragia9. Durante cuatro días los bancos enfrentaron una situación que se aproximó a un pánico bancario. Los clientes llegaban con cientos de miles de colones en papel moneda para cambiarlos por dólares de oro 10. El gobierno no tenía ideas claras de cómo enfrentar la situación pero los bancos se estaban desestabilizando. Se terminó impidiendo la exportación de oro. La baja en el valor de las exportaciones llevó a que disminuyeran los ingresos de las arcas fiscales. El gobierno comenzó a atrasarse con sus pagos. Tanto empleados civiles como militares dejaron de recibir su salario. La compañía de cables se rehusaba a transmitir las comunicaciones del gobierno por falta de pago 11. Para febrero de 1921 la falta de pagos de empleados, el desempleo, la incertidumbre sobre el valor del colón, el descontento con el continuismo en el poder de la familia Meléndez y la corrupción habían creado una percepción de crisis generalizada. Ni siquiera los soldados habían recibido su salario. La colonia extranjera esperaba un golpe de estado de un momento a otro 12. No se dio el esperado cambio de gobierno pero hubo potentes y violentas protestas populares. Primero, el 21 de febrero, hubo una importante huelga de zapateros que recibió amplio apoyo de los grupos obreros 13. El detonador de las protestas más graves fue la medida de poner en práctica la desmonetización de la moneda fraccionaria de plata que era parte de la Ley Monetaria de 1919. El comunicado del Ministerio de Hacienda el 23 de febrero parecía inocente: “Se recuerda al público nacional y extranjero, que las monedas salvadoreñas de plata de 5, 10, 20, 25, 50 y 100 centavos de antiguos cuños y las extranjeras de cualquier valor y ley, quedaron desmonetizadas conforme al artículo 3 de la Ley Monetaria de 11 de septiembre de 1919 14. El anuncio de que se iba a hacer cumplir esta parte de la ley causó un verdadero furor. Dos días más tarde las señoras del mercado y los obreros convocaron una demostración de protesta 15. A la manifestación en la Plaza Morazán acudieron más de cinco mil personas. Los asistentes no eran solamente obreros organizados, acudieron además personas de todo tipo. Los periódicos hablaban de ancianos de pelo blanco que se unieron a la manifestación desesperados por la pérdida de sus ahorros. Un artículo periodístico describe la perspectiva de la población humilde: “muchas de esas gentes que tenían plata en la alcancía, asustadas por la disposición del señor Ministro, ocurrieron a cambiar buenos pesos de 900 milésimos de fino, por la suma exigua de 75 centavos y hubo quien dio, según se informa, dos pesos en monedas de 5 y 10 centavos por un peso de papel, bien que con respaldo 16”. Los más pobres, aquellos que guardaban en una alcancía sus ahorros en moneda fraccionaria, veían desaparecer de un plumazo de Ministro el fruto de sus esfuerzos. El episodio culminó con desórdenes en la capital el 28 de febrero de 1921 que incluyeron el ataque a comercios. Muchos establecimientos de inmigrantes chinos y árabes sufrieron

saqueos. La policía disparó en contra de los amotinados y de acuerdo con cifras oficiales hubo seis policías y cuatro civiles muertos 17. El mismo día la Asamblea Legislativa declaró el estado de sitio. Los considerandos del decreto respectivo hablaban de “turbas impulsadas por apasionamientos políticos”, que habían “perturbado la tranquilidad y el orden público rebelándose contra la autoridad constituida18”. El gobierno administró el estado de sitio de forma vigorosa con censura de prensa, numerosas detenciones, y torturas 19. Una de las pocas descripciones de los acontecimientos del 28 de febrero es el relato de un testigo presencial que además era hijo de una de las organizadoras de las manifestaciones populares. José Figeac, en su libro La Libertad de Imprenta en El Salvador, escribió lo siguiente décadas después del incidente: “Doña Concepción Cornejo de Figeac encabezó a las humildes mujeres de los mercados capitalinos y en ese día el despotismo recibió un severo latigazo: La Asamblea Legislativa que había emitido el decreto desmonetizante, fue obligada por el pueblo a rectificar su atentatoria medida. Don Jorge [Meléndez] vio huir a su Ministro de Hacienda hacia Guatemala, y él mismo comenzó a liar maletas, planeando in mente su fuga del país. El pueblo se había hecho justicia por su mano y así logró también libertad a los reos políticos caídos en la mañana de dicho día, haciendo que la misma Asamblea Nacional votara el decreto correspondiente. De los edificios ocupados por la policía en las barriadas, no quedó más que un montón de ruinas. La policía huyó atemorizada, buscando la indumentaria de los civiles para salvar el peligro. ... Ese día le tocó al autor de esta obra leer en público y frente de la catedral metropolitana, una hoja suelta intitulada ‘El pueblo asesinado’ tirada esta hoja en la Imprenta Comercial de Don Mariano Flores. La Asamblea Legislativa estuvo prisionera en el Palacio Nacional y los señores diputados se mostraban, como es lógico suponerlo, dóciles ante su carcelero, que era el pueblo. El gobierno optó por la suspensión de medidas agresivas y la ciudadanía entró en calma cuando creyó que ya se había hecho justicia por mano propia 20.” Las escuetas notas que tomó Roque Dalton durante su entrevista con Miguel Mármol en 1967 reflejan los vívidos recuerdos que tenía el anciano líder de estos acontecimientos: bq.“Había agitación protestas – descontento ejército. Francisco Morán, [Rubén] Dimas, agitaban al magisterio por los sueldos atrasados. Descontento del ejército. 1921 – la moneda fraccionaria: cuartillo, ración: 1/2 cuartillo, real, medio. Golpeaba al pequeño comercio pero también a la banca conservadora que movió sus fuerzas. Manifestaciones de Santa Ana, Sta. Tecla. En San Salvador ametrallaron la manifestación de mujeres. Mataron policías. El terror se desató. ILEGIBLE. Protestas del mercado. (El tren. Pararon el tren cuando iba a San Salvador) 28 de febrero de 1821. Mujeres de los mercados tomaron el cuartel de policía del Calvario 21.” Ante la violencia de la respuesta popular la Asamblea anuló el decreto que desmonetizaba la moneda fraccionaria y renunció el Ministro de Hacienda. Dos meses más tarde hubo rumores de que el Ministro del Interior había dicho informalmente que se iba a declarar un moratoria del pago de créditos. El nivel de confianza era tan bajo que el rumor llevó a otro conato de pánico bancario el 19 de abril22. A finales de mes el enviado de Estados Unidos escribía a su gobierno que:

“No hay fondos en las arcas del gobierno y los empleados gubernamentales no han recibido pago por dos meses, y en el caso de algunos funcionarios, por tres. Es necesario obtener un préstamo. Los bancos locales se rehúsan a prestar más dinero al gobierno pues necesitan las grandes cantidades que ya prestaron con anterioridad23.” La llegada de oro importado de Estados Unidos en mayo apenas alivió la situación 24. La incapacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones financieras continuaba. Para mayo de 1921 los empleados civiles y los miembros del ejército seguían sin recibir sus salarios 25. La corrupción empeoraba el problema. El enviado de Estados Unidos informó a su gobierno que si “la recolección de impuestos y su gasto estuvieran administrados de manera honesta, los gastos no serían mayores que el ingreso 26.” Para recibir su pago los miembros del ejército tenían que hacer arreglos con algún intermediario. A cambio de cobrar los cheques, el intermediario, quien tenía buenas conexiones con las autoridades, les obligaba a pagarle un mes de sueldo27. Para mediados de julio de 1921 el gobierno no había pagado a la policía en seis meses y a los maestros de escuela en siete meses 28. El gobierno buscó dos salidas para la situación. Por un lado las autoridades parecen haber estado en búsqueda constante de artículos a los que se les pudieran subir los impuestos. Por otro lado comenzó una actividad febril para obtener préstamos de gran envergadura.

Impuestos Los principales aumentos de impuestos estaban dirigidos a las importaciones. Primero artículos de lujo y luego insumos para la actividad económica. La lista y las fechas de las nuevas cargas impositivas muestran un alto grado de improvisación y hasta pánico. El único elemento consistente en las decisiones tributarias fue el respeto a los intereses de los productores de azúcar, grupo que tenía a la familia Meléndez entre sus miembros más prominentes. En septiembre de 1920 la Asamblea decretó un nuevo impuesto a la importación de automóviles, gasolina y aceite de gasolina29. En noviembre un decreto legislativo intentó detener la salida de oro prohibiendo la importación de automóviles, bicicletas, calzado, cervezas, motocicletas, muebles (de madera, de mimbre, de caña y de junco), sombreros adornados para señora y para niños y seda 30. Seis meses después los padres de la patria, al darse cuenta de que la prohibición de importar artículos superfluos decretada en noviembre reducía una fuente de ingresos para el gobierno, anularon el decreto y crearon un impuesto de 50% en artículos de lujo (“a excepción del champagne y demás vinos espumosos que pagarán un peso oro el kilo31”). También en mayo de 1921 se aumentó el impuesto de importación a las joyas y a los materiales de construcción y de maquinaria de hierro o acero 32. En agosto, al mismo tiempo que se bajaron los impuestos de exportación de azúcar se subieron para la importación de fósforos33. En octubre se aumentó el impuesto de importación del cobre y del bronce para propósitos industriales. Al mismo tiempo se redujo el impuesto a la importación de sacos para azúcar y se eliminó el impuesto a las bolsas de papel que iban dentro de dichos sacos34. Un aspecto más creativo de las nuevas cargas impositivas de 1921 fue un impuesto a la soltería que además de aumentar los ingresos del gobierno constituía un incentivo para

aumentar el número de matrimonios sancionados por el estado y buscaba disminuir la tasa de ilegitimidad35. Dado que el principal problema era una reducción del comercio exterior debido a la recesión en Estados Unidos no era mucho lo que se podía obtener con impuestos al gobierno exterior. La solución se tenía que encontrar en un préstamo que permitiera consolidar deudas previas y dejara fondos extra para estimular la economía.

Préstamos A finales de 1920 un grupo de banqueros ingleses vinculados con la Salvador Railway Co., una compañía ferrocarrilera británica, ofrecieron consolidar la deuda interna y externa. Para garantizar el préstamo exigían un interventor de los impuestos al comercio exterior. La administración de Meléndez rechazó esta condición de forma que las negociaciones no llegaron a ningún lado. Después de cerrar esa puerta, a finales de 1920, el gobierno invitó a los comerciantes nacionales a concederle préstamos por un total de un millón de dólares 36. Los comerciantes, que también eran víctimas de la depresión económica, no tenían los cursos para apoyar al gobierno37. Las necesidades más inmediatas del erario nacional se financiaron con una serie de préstamos de los bancos locales. El siguiente paso se dio en mayo de 1921 gracias a los esfuerzos de Benjamín Bloom, el dueño del Banco Occidental y el financista más importante de El Salvador. Él buscaba extender un préstamo de 10 millones de dólares a través de Bloom Brothers, firma establecida en Nueva York. Este préstamo, como todos los demás que se negociaron durante este período, iba a estar garantizado por un porcentaje fijo de los ingresos aduaneros sujeto a fiscalización directa de un agente externo38. Los intentos de Bloom, éste y otro en agosto, esta vez en asociación con el Anglo and London Paris National Bank de San Francisco, fracasaron debido a la oposición de Frank D. Arnold, el encargado de negocios de Estados Unidos, con el apoyo de su gobierno39. Para entonces Arnold se había convertido en asesor indispensable del presidente salvadoreño40. El mismo Presidente Meléndez dijo en una ocasión “que su administración dependía totalmente del apoyo moral, asesoría y asistencia” de Arnold 41. El diplomático desconfiaba de Bloom a quien consideraba “listo a hacer dinero en cualquier momento sin prestar mucha atención a la forma de conseguirlo”. Además Arnold favorecía claramente al dueño de la United Fruit Company y de International Railways of Central American (IRCA), el poderosísimo Minor Keith, y a su representante en El Salvador, un alsaciano llamado René Keilhauer42. Keith visitó El Salvador en junio de 1921 y prontamente recibió el encargo del Presidente Meléndez de negociar un préstamo de diez millones de dólares 43. En agosto el Ministerio de Hacienda concedió a Keilhauer poder “para que en nombre y representación del Gobierno” negociara un préstamo con bancos estadounidenses. Más tarde Keith recibió un poder similar44. En septiembre IRCA otorgó un préstamo al gobierno por $250.000 para dar tiempo a la negociación del crédito millonario45. Los arreglos con Keith fueron mucho más allá de la negociación de un crédito. En las semanas que transcurrieron después de la llegada del magnate estadounidense ocurrieron tres cosas,

todas favorables a sus intereses. Primero, los periódicos anunciaron la organización de un banco de emisión con un capital autorizado de 10 millones de dólares. El banco era parte de los preparativos para el arreglo con Keith. Este era un negocio que Arnold había conversado previamente con Keilhauer y que rápidamente se transformó en decisión presidencial 46. Segundo, el 8 de julio de 1921 la asamblea aprobó un contrato con la compañía IRCA para construir un puente adicional sobre el Río Lempa por $43,000 47. Un par de meses después la Asamblea Legislativa pasó una ley que permitía expropiar terrenos de utilidad pública y en octubre el poder ejecutivo aplicó la ley para expropiar tierra para beneficiar el proyecto de conexión de las líneas ferrocarrileras de El Salvador con Guatemala el cual era un objetivo de gran prioridad para Keith48. Mientras se llevaban a cabo estas negociaciones la casa bancaria francesa Dreyfus envió representantes con la misión de exigir que se pagara la deuda contraída por el gobierno de El Salvador en 1919, poco antes de que comenzara la crisis 49. La presión francesa fue una razón más para tratar con urgencia el tema de obtener un empréstito 50. Keilhauer viajó a Estados Unidos con el poder de negociar a nombre de El Salvador un nuevo crédito. El Departamento de Estado le dio asesoría directa indicándole que para asegurarse el pago del futuro préstamo era necesario el nombramiento de un recaudador de aduanas estadounidense “nombrado por el Presidente de El Salvador de una terna sugerida por los banqueros y aprobada por el Secretario de Estado 51”. El enviado estadounidense abogaba por dejar de lado cualquier pretensión de transparencia al tratar este tema. Según él la introducción de un funcionario de Estados Unidos para administrar los impuestos “se debería realizar con la cantidad mínima de ruido, discusión y proposición 52.” En una comunicación posterior el Ministro de Hacienda salvadoreño puso por escrito que aceptaría la figura de un recaudador de aduanas que velara por los intereses de los acreedores53. El conocimiento de que Keilhauer estaba en Estados Unidos negociando el préstamo causó considerable tensión política en El Salvador. Había rumores de que el préstamo iba a incluir un recaudador de aduanas impuesto por Estados Unidos similar al que había en Nicaragua. En ese contexto se convocó una sesión extraordinaria de la Asamblea Legislativa para finales de diciembre. La suspicacia era tal que opositores anónimos enviaron a la Asamblea una carta amenazando a muerte a los diputados que aceptaran un contrato de crédito 54. A pesar de la efervescencia política el 22 de diciembre la Asamblea aprobó un decreto autorizando al Ejecutivo a añadir 1 millón de dólares a los 6 millones que había autorizado la Asamblea en 1919, es decir el proyecto de crédito que se estaba negociando 55. El nuevo año de 1922 comenzó con gran inestabilidad. El 8 de febrero cadetes de la Escuela Politécnica (la escuela de oficiales) comenzaron un levantamiento para derrocar a Meléndez pero no lograron el apoyo que esperaban de la caballería 56. El gobierno declaró ley marcial pero eso no fue suficiente para terminar las conspiraciones. A mediados de febrero Keilhauer regresó con un contrato que había firmado con The National City Bank of New York 57. El documento de Keilhauer pasó a consideración del Consejo de Ministros. El debate fue largo y acalorado al grado que el Ministro de Hacienda renunció durante el período de discusiones (hubo rumores de que el Ministro se negó a apoyar el contrato por considerarlo contrario a los intereses nacionales). En marzo se rumoró otro conato de revolución con el apoyo de Guatemala 58. A fin de cuentas ese mismo mes el Consejo de

Ministros rechazó lo convenido por Keilhauer en Nueva York 59. El 22 de mayo hubo otro levantamiento de un sector del ejército, esta vez 160 soldados del Cuartel Zapote 60. Pero las negociaciones del préstamo continuaban a pesar de la crispación política crónica. El Consejo de Ministros había hecho una serie de observaciones sobre cómo modificar el contrato. En junio el gobierno tomó una decisión de extraordinaria desfachatez. Según el informe del Ministro de Hacienda: “se propuso que el contrato de empréstito se celebrará con el señor Minor Cooper Keith, quien tenía seguridad, a juzgar por lo discutido ya con algunas instituciones bancarias, que con el contrato aprobado por la República, en debida forma, le sería relativamente fácil obtener, como agente intermediario, que la negociación fuera aceptada por algún grupo de banqueros en las condiciones en que se hallaba colocada. Así fue como se firmó dicho contrato entre el señor Keilhauer, en representación de la República, y el señor Keith procediendo por sí, el día 24 de junio del año próximo pasado en la ciudad de Nueva York61.” Es decir, al representante del gobierno de El Salvador, un alsaciano que era empleado de la United Fruit Company, se le había dado poder para que negociara un contrato con su jefe. Los resultados fueron favorables a los intereses de la compañía frutera. Esta vez no se dejó tiempo para mayores discusiones ni vacilaciones. La Asamblea Legislativa aprobó el documento el 12 de julio de 1922 y el ejecutivo otorgó su sanción el día siguiente 62. El empréstito por 16.5 millones de dólares tenía dos objetivos, consolidar la deuda nacional tanto interna como externa y proporcionar fondos para gastos en infraestructura. Los principales componentes de la deuda del país eran: 1) la deuda histórica en libras esterlinas con la Gran Bretaña, que incluía la parte que le quedó a El Salvador de la deuda de la República Federal, además de créditos obtenidos entre 1889 y 1918 vinculados principalmente a la línea de ferrocarril que manejaba la Salvador Railway Company63. 2) las deudas adquiridas durante la crisis, 3) las deuda interna incluyendo lo que se debía a los empleados del gobierno, y 4) subsidios a IRCA . Los aproximadamente 3.7 millones de dólares de la deuda británica, eran menos que el endeudamiento que había adquirido el gobierno para salir de la crisis. La suma de los préstamos recibidos entre septiembre de 1921 y diciembre de 1922 llegó a 3,939,173 dólares 64. El gobierno comprometió el 70% de los ingresos aduaneros al pago del empréstito de 1922 y aceptó la fiscalización de las aduanas de parte de un agente fiscal. Uno de loas aspectos más extraordinarios del contrato era la forma de resolver disputas de interpretación. El Salvador abandonaba toda pretensión de soberanía y dejaba en manos del Presidente de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos la resolución final de cualquier diferendo. Después de la aprobación del contrato por los poderes legislativo y ejecutivo lo único que quedaba pendiente para poner en marcha el crédito era la firma de un “contrato de agente fiscal” para nombrar al susodicho agente. Las condiciones del préstamo causaron indignación. El 5 de agosto hubo noticias de otro movimiento revolucionario, esta vez con el apoyo de Honduras y Guatemala 65. Además, la

aprobación del crédito en julio coincidió con los primeros pasos para la campaña presidencial para reemplazar al Presidente Meléndez. El candidato oficial era el vice Presidente Dr. Alfonso Quiñónez quien además de ser cuñado de Meléndez se decía que era el verdadero poder tras el trono. Todas las fuentes coinciden en que Quiñónez tenía enorme personalidad y ambición, al grado que los líderes de otros países centroamericanos le temían. El retrato hablado que el Ministro Schuyler envió al Departamento de Estado lo presentaba como un “político fuerte, sin escrúpulos y con visión de largo plazo 66”. A la oposición al empréstito que era generalizada e incluía a muchos miembros de la élite política y económica se unía el temor a Quiñónez. La oposición se aglutinó en noviembre alrededor del Partido Constitucional y nombró a Miguel Tomás Molina como candidato. Mientras tanto Quiñónez se había acercado a la Legación de Estados Unidos y se había comprometido por escrito a apoyar los intereses de Estados Unidos67. El apoyo a Molina era inesperadamente sólido y la campaña presidencial llegó a sus momentos más intensos en circunstancias que todavía no se había firmado el acuerdo con el agente fiscal. El día de navidad de 1922 hubo una impresionante manifestación de mujeres que demostró el amplio apoyo con que contaba Molina. El gobierno lanzó a la policía y a las “ligas rojas”, un grupo paramilitar controlado por Quiñónez, equipados con armas de fuego y machetes, a atacar la manifestación. Fue una carnicería brutal que dejó traumatizado al país. Dos días más tarde el gobierno firmó un contrato con Minor Keith y The Metropolitan Trust Company para el nombramiento del agente fiscal 68. La elección de Quiñónez a la presidencia se llevó a cabo en enero de 1923.

Papel de Estados Unidos En todo esto el papel de Estados Unidos fue crucial para mantener en el poder a Meléndez. Los barcos de la marina estadounidense visitaron al país en momentos en que se temía por la supervivencia del gobierno. El apoyo a Meléndez comenzó temprano y se sostuvo durante todo su período. El primer gesto dramático de apoyo fue el transporte del cadáver del ex presidente Carlos Meléndez, que había muerto en Estados Unidos, a su tierra natal. ElUSS Cleveland llevó el féretro al puerto de Acajutla en noviembre de 1919 lo cual tuvo como resultado el fortalecimiento del régimen y una declaración privada de Jorge Meléndez al gobierno de Estados Unidos en la que se comprometía a no intervenir en los países vecinos. En su carta de agradecimiento al Departamento de Estado el Ministro de El Salvador transmitía un mensaje de Meléndez en la que ofrecía “el respeto profundo a los derechos ajenos el cumplimiento estricto de las prácticas internacionales.” Además quería “desvanecer prejuicios inspirados por personas interesadas en desconceptuar a mi gobierno en el ánimo del Gobierno Americano69”. Una carta confidencial de un funcionario del gobierno al vice-consul de Estados Unidos resaltaba los beneficios políticos internos para el nuevo presidente salvadoreño. Afirmaba que “la consecuencia inmediata del viaje del Cleveland ha consistido en quitar a los reaccionarios del actual Gobierno, la creencia, hasta entonces persistente, de que el actual régimen no había sido reconocido por los Estados Unidos”. El autor de la carta intimaba que el apoyo que representaba el viaje del Cleveland eliminaba las tentaciones de “insistir en la revuelta70”. El enviado de Estados Unidos pedía la visita de la marina de guerra a los puertos salvadoreños cada vez que se vislumbraba que el Presidente Meléndez estaba a punto de caer o se temía

algún tipo de desorden. Cuando llegaban los barcos de guerra el Presidente se aseguraba de que el público lo viera en compañía de los comandantes estadounidenses quienes hacían el esfuerzo de ir a San Salvador para reunirse con el mandatario. En 1920 el USSTacoma tocó puertos salvadoreños en mayo y el comandante del navío fue invitado a una cena en el palacio presidencial. Luego en junio el presidente fue a visitarlo al Puerto de la Libertad durante una nueva visita. El mismo mes llegó el USS Cleveland. (Las visitas del mes de junio se deben a que en mayo había habido una invasión buscando derrocar a Meléndez). En enero de 1921 le tocó su turno al USS Kanahwa, en mayo al USS Denver y en septiembre nuevamente alUSS Cleveland. Después de su visita el comandante del Cleveland informó sobre el éxito de su misión: “Tanto el Presidente de El Salvador como el ministro estadounidense afirmaron que la visita del Cleveland a estas aguas, justo en este momento, tuvo un efecto muy estabilizador sobre las condiciones políticas generales de El Salvador 71.” Esta visita ocurrió en circunstancias que circulaban, una vez más, rumores de golpe de estado y el gobierno salvadoreño, para disgusto de los ingleses, estrechaba cada vez más sus relaciones con Minor Keith y su representante. (En septiembre IRCA había otorgado un préstamo de emergencia al gobierno y fue ese octubre que Keilhauer recibió poderes del gobierno salvadoreño para negociar el préstamo en Nueva York72). Durante las tensiones de mediados de 1922 el enviado de Estados Unidos sirvió de mediador entre las fuerzas políticas en conflicto y, para solucionar los problemas regionales, el Departamento de Estado patrocinó una reunión de jefes de estado de Nicaragua, Honduras y El Salvador en el USS Tacoma73. Estas dos acciones lograron estabilizar la posición de Meléndez. En total en 1922 hubo tres visitas más de barcos de guerra.

Conclusión Alfonso Quiñónez Molina se benefició del final de la recesión de 1920-21 y gracias a los fondos del empréstito emprendió un programa relativamente amplio de modernización de la infraestructura, principalmente carreteras y la pavimentación y alcantarillado de San Salvador. Los contratos de obras públicas más importantes se hicieron con René Keilhauer asociado con la compañía constructora R.W. Hebard & Co. Incidentalmente, Roy W. Hebard, también estaba estrechamente asociado con Minor Keith y era miembro de la junta directiva de IRCA. Como resultado del empréstito de 1922 los períodos presidenciales de Jorge Meléndez y Alfonso Quiñonez fueron, en términos proporcionales, los períodos de mayor endeudamiento en la historia de El Salvador. De esta manera en las vísperas de la gran depresión El Salvador era un país profundamente endeudado que había comprometido el 70% de sus impuestos de aduana a banqueros estadounidenses, dependía en gran medida de un sólo producto de exportación, y tenía muchas carreteras y pocas escuelas. El representante fiscal, William Renwick, llegó en febrero de 1923. Por casi dos décadas Renwick tuvo una influencia considerable en la política económica salvadoreña y se convirtió en guardián de la más estricta ortodoxia económica. Él fue uno de los autores de la primera

versión de los proyectos de ley para la Ley Orgánica de Presupuestos, la Ley General de Bancos, y la ley para la Fundación del Banco Hipotecario. El Dictador Martínez, a pesar de su pretendida independencia, se aseguró de que Renwick participara en todas las decisiones económicas importantes de su administración. Es difícil pensar en un ministro en el sector económico que tuviera una influencia equiparable. Aunque la creación del Banco Central Reserva se hizo con asesoría del Banco de Inglaterra (en circunstancias que Estados Unidos no habían reconocido al gobierno de Martínez), Renwick recibió nombramiento como uno de los cinco miembros propietarios de la primera junta del Banco. Las contribuciones del agente fiscal fueron también cruciales para la creación del Banco Hipotecario. Durante la segunda guerra mundial el gobierno creó un Comité de Coordinación Económica para regular el comercio y fijar los precios de artículos o materiales considerados “esenciales para la economía nacional.” William Renwick estuvo al frente de la comisión. Dado que presidía un importante comité relacionado con la guerra, el Sr. Renwick también fue enviado en una misión a Estados Unidos para coordinar con el Departamento de Estado la política económica durante la guerra. Una vez más, El Salvador colocaba como representante a un extranjero con claros conflictos de intereses, el nombramiento de Renwick como agente fiscal había sido posible gracias a la aprobación del Departamento de Estado. En 1937 el dictador Martínez ordenó colocar en el Palacio Nacional una placa de bronce que decía “Propongo a la faz de la nación que no consienta jamás la contratación de nuevos empréstitos”. De esta forma el dictador daba testimonio del peso que el empréstito de 1922 había tenido sobre su forma de pensar acerca de la política económica de El Salvador.

Nota de pie de páginas Jan Suter, Prosperität Und Krise in Einer Kaffeerepublik: Modernisierung, Sozialer Wandel Und Politischer Umbruch in El Salvador, 1910-1945, Ediciones De Iberoamericana. Serie C, Historia y Sociedad. Vol. 2. (Frankfurt am Main: Vervuert, 1996). 1

Dana G. Munro, The United States and the Caribbean republics, 19211933 (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1974). 2

Comandante del USS Marblehead al Secretario de la Marina, 21 de diciembre, 1918. En Records of the Department of State Relating to Internal Affairs of El Salvador, 1910-29, edited by United States. Department of State. Washington: National Archives, National Archives and Records Service, General Services Administration, 1967. De aquí en adelante me referiré a este grupo de documentos de la siguiente manera: Internal Affairs 1910-29. 3

Victor Bulmer-Thomas, The Political Economy of Central America since 1920, Cambridge Latin American Studies. Vol. 63. (Cambridge; New York: Cambridge University Press, 1987) pág. 31. 4

Las estadísticas de ciclos económicos del National Bureau of Economic Research sitúan las fechas de la recesión entre enero de 1920 y julio de 1921. Ver http://www.nber.org/cycles/cyclesmain.html . Un comentario breve y muy útil de esta recesión se puede encontrar en un comentario de Paul Krugman en su blog del New York Timesintitulado “1921 and all that”, Abril 11, 2011. http://krugman.blogs.nytimes.com/2011/04/01/1921-and-all-that/?_r=0 5

Anuario Estadístico de 1922 (San Salvador: Imprenta “Rafael Reyes”, 1923) pág. 246. 5

6

Vida Salvadoreña, Enero de 1928, pág. 20.

7

“El actual momento económico”, La Prensa, 10 de septiembre, 1920 pág. 1.

Arnold al Departamento de Estado, 11 de septiembre, 1920. Internal Affairs 191029. 8

Arnold al Departamento de Estado, 18 de septiembre, 1920. Internal Affairs 191029. 9

Arnold al Departamento de Estado, 13 de noviembre, 1920. Internal Affairs 191029. 10

11

Arnold al Departamento de Estado, 24 de Febrero, 1921. Internal Affairs 1910-29.

“Hoy se declararon en huelga los zapateros”, La Prensa, 21 de febrero de 1921, pág. 8. 12

13

“Moneda de Plata”, La Prensa, 23 de febrero, 1921, pág. 4.

14

“La manifestación de esta noche”, La Prensa, 25 de febrero de 1921, pág. 1.

“La numerosa manifestación de anoche nos dio a conocer el desagrado que ha producido la desmonetización de la plata”, La Prensa, 26 de febrero en 1921 pág. 1. 15

Arnold al Departamento de Estado, 28 de febrero y 2 de marzo, 1921. Internal Affairs 1910-29. Es difícil interpretar estas cifras. La mendacidad oficial era notoria. Se puede especular que el número de muertos fue mucho mayor y que las víctimas fueron más civiles (que no llevaban armas) que policías (que estaban armados y que se sabe que dispararon en contra de la población). 16

“El Congreso ha decretado la ley de Estado de Sitio”, Diario del Salvador, 2 de marzo, 1921, pág. 1. 17

18

Arnold al Departamento de Estado, 4 de marzo, 1921. Internal Affairs 1910-29.

José Fiegeac, La Libertad de Imprenta en El Salvador, (San Salvador: Universidad de El Salvador, 1947), pág. 213. 19

20

Archivo de la familia Dalton. Cuaderno de entrevistas con Miguel Mármol, pág. 9.

21

Arnold al Departamento de Estado, 22 de abril, 1921. Internal Affairs 1910-29.

22

Arnold al Departamento de Estado, 29 de abril, 1921. Internal Affairs 1910-29.

23

Arnold al Departamento de Estado, 13 de mayo, 1921. Internal Affairs 1910-29.

24

Arnold al Departamento de Estado, 17 de mayo, 1921. Internal Affairs 1910-29.

25

Arnold al Departamento de Estado, 17 de mayo, 1921. Internal Affairs 1910-29.

A. Kautz, Comandante del USS Denver al Jefe de Operaciones Navales, 28 de mayo, 1921. Internal Affairs 1910-29. 26

27

Schuyler al Departamento de Estado, 15 de julio, 1921. Internal Affairs 1910-29.

“Se grava la importación de automóviles”, La Prensa, 17 de septiembre, 1920, pág. 1. 28

“Los tres decretos que ayer aprobó el Congreso Nacional”, Diario del Salvador, del 12 de Mayo de 1921 pág. 1. 29

“Los tres decretos que ayer aprobó el Congreso Nacional”, Diario del Salvador, del 12 de Mayo de 1921, pág. 1. 30

31

Arnold al Departamento de Estado, 20 de mayo, 1921. Internal Affairs 1910-29.

32

Schuyler al Departamento de Estado, 5 de agosto, 1921. Internal Affairs 1910-29.

33

Schuyler al Departamento de Estado, 7 de octubre, 1921. Internal Affairs 1910-29.

34

Arnold al Departamento de Estado, 15 de abril, 1921. Internal Affairs 1910-29.

35

Arnold al Departamento de Estado, 4 de diciembre, 1920. Internal Affairs 1910-29.

Arnold al Departamento de Estado, 11 de diciembre, 1920. Internal Affairs 191029. 36

En Foreign Relations of the United States, El Salvador 1921 [FRUS Earlier Title: United States. Department of State.; Papers relating to the foreign relations of the United States (Online).; Papers relating to the foreign relations of the United States; (OCoLC)55118159], edited by United States. Department of State: Washington, D. C.: Dept. of State: U.S. G.P.O. p. 843. De aquí en adelante me referiré a esta colección de documentos impresos de la forma siguiente: FRUS 1921 o FRUS 1922 dependiendo del año. 37

Schuyler al Departamento de Estado. 9 de septiembre, 1921. Internal Affairs 191029. FRUS 1921, pág. 849. 38

Schuyler al Departamento de Estado, 2 de diciembre, 1921. Internal Affairs 191029. 39

Informe del comandante del USS Cleveland del 17 de septiembre. Internal Affairs 1910-29. 40

Schuyler al Departamento de Estado, 2 de diciembre, 1921. Internal Affairs 191029. 41

Arnold al Departamento de Estado, 27 de mayo y 3 de junio, 1921. Internal Affairs 1910-29.FRUS 1921, pág. 844. 42

“Memoria de Hacienda, Crédito Público y Beneficencia” Diario Oficial 22 de febrero, 1923 pág. 388. 43

Schuyler al Departamento de Estado, 9 de septiembre, 1921. Internal Affairs 191029. 44

45

Arnold al Departamento de Estado, 24 de junio, 1921. Internal Affairs 1910-29.

46

Schuyler al Departamento de Estado, 29 de julio, 1921. Internal Affairs 1910-29.

47

Schuyler al Departamento de Estado, 28 de agosto, 1921. Internal Affairs 1910-29.

48

FRUS 1921, pág. 851.

49

Arnold al Departamento de Estado, 2 de julio, 1921. Internal Affairs 1910-29.

50

FRUS 1921, pág. 850.

Schuyler al Departamento de Estado, 2 de diciembre, 1921. Internal Affairs 191029. 51

52

FRUS 1921, pág. 853.

Schuyler al Departamento de Estado, 23 de diciembre, 1921.12.23. Internal Affairs 1910-29. 53

Schuyler al Departamento de Estado, 30 de diciembre, 1921.12.30. Internal Affairs 1910-29. 54

Schuyler al Departamento de Estado, 16 de febrero, 1922. Internal Affairs 191029. 55

“Memoria de Hacienda, Crédito Público y Beneficencia”, Diario Oficial, 22 de febrero, 1923 p. 338, Schuyler al Departamento de Estado, 24 de febrero, 1922. 56

57

Schuyler al Departamento de Estado, 9 de marzo, 1922. Internal Affairs 1910-29.

Schuyler al Departamento de Estado, 10, 18 y 24 de marzo, 1922. Internal Affairs 1910-29. 58

59

Schuyler al Departamento de Estado, 22 de mayo, 1922. Internal Affairs 1910-29.

“Memoria de Hacienda, Crédito Público y Beneficencia”, Diario Oficial, del 22 de febrero de 1923 pág. 340. 60

“Memoria de Hacienda, Crédito Público y Beneficencia”, Diario Oficial, 22 de febrero de 1923 pág. 340. 61

En Forty-Ninth Annual Report of the Council of the Corporation of Bondholders for the year 1922 (London: Council House, 1923) se encuentra un resumen de la deuda en libras esterlinas de 1827 a 1921. 62

“Memoria Hacienda, Crédito Público y Beneficencia”, Diario Oficial, del 22 de febrero de 1923, pág. 335. 63

64

Schuyler al Departamento de Estado, 5 de agosto, 1922. Internal Affairs 1910-29.

Schuyler al Departamento de Estado, 2 de diciembre de 1921. Internal Affairs 1910-29. 65

66

Quiñónez a Schuyler, 26 de Agosto, 1922. Internal Affairs 1910-29.

67

FRUS 1922, pág. 891.

Ministro de El Salvador al Secretario de Estado, 21 de enero, 1920. Internal Affairs 1910-29. 68

69

Atilio Peccorini a Lynn Franklyn, 21 de febrero, 1920. Internal Affairs 1910-29.

Comandante del USS Cleveland al Jefe de Operaciones Navales 17 de septiembre, 1921. Internal Affairs 1910-29. 70

Dana Munro, que tenía mucho conocimiento burocrático interno del Departamento de Estado, dice que durante su período como Secretario de Estado Robert Lansing, el segundo Secretario de Estado de Woodrow Wilson, había desconfiado de Minor Keith. Pero Keith lo contrató como abogado en 1921 cuando dejó su posición oficial. La parte legal del empréstito la supervisó Lansing quien se mantenía en continuo contacto con la rama gubernamental que acababa de dejar. Dana G. Munro. The United States and the Caribbean republics, pág. 146. 71

Parte de las tensiones regionales se debían a que los países vecinos temían a Alfonso Quiñónez y apoyaban a exilados salvadoreños que promovían conspiraciones en contra de Jorge Meléndez. 72

122

Para citar este artículo : Héctor Lindo-Fuentes, « La United Fruit Company y el empréstito de 1922 en El Salvador », Boletín AFEHC N°64, publicado el 04 marzo 2015, disponible en: http://afehc-historiacentroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=3934