La Santidad

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TEOLOGÍA DEL ANTIGUO TESTAMENTO Maestro: PS. JOSÉ GUILLERMO BAYONA

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ENFOQUE HEBREO SOBRE LA SANTIDAD. ANÁLISIS. Yo soy el Señor, que los sacó de la tierra de Egipto, para ser su Dios. Sean, pues, santos, porque yo soy santo. Levítico 11:45 (NVI) Todos sin dudar hemos escuchado en algún momento la palabra “Santo”, es una palabra muy popular, sin estar atada a una religión específica, y muy utilizada desde el cristianismo actual para tratar de representar bien sea un yugo o un obsequio puesto por Dios. Pero desde la perspectiva del Antiguo Testamento la palabra santo o santidad (cadósh) es una palabra ligada a unos significados muy peculiares, por ejemplo: en el hebreo esta palabra es sinónimo de “apartado”, pero también de “Sagrado”. Y es que hablar de la santidad en el Antiguo Testamento, es hablar de Dios, por lo tanto el énfasis de la palabra cadósh debe ir enfocado a algo que puede o no ser sagrado moral o ceremonialmente para poder entender su origen semántico dentro de esta cultura. Ahora bien, para la mayoría de las personas la idea de ser santo está conectado solamente con el concepto de ser una persona “moralmente buena”. Y ciertamente Dios es moralmente perfecto, pero esto no es todo de la definición de Santo. En la Antiguo Testamento la idea de la santidad es mucho más grande y más sustanciosa, la idea original busca representar como Dios es el origen creativo de todo el universo; Él es el único ser con el poder para establecer un mundo y la vida en él, aquí la santidad busca caracterizar a Dios en un atributo único en sí mismo. Para exponerlo mejor usaremos el clásico ejemplo del sol, el cual es único en nuestro sistema solar, no poseemos otro igual, y es efectivamente poderoso; haciendo un paralelo, para darle sentido a la metáfora podemos afirmar que el sol es santo, porque no hay otro como él ni que haga lo que él hace para sostener la vida en la tierra. Ahora podríamos también exponer que al acercarnos al sol toda el área alrededor de él es santa también, porque entre más nos acercamos al sol aumentan su luz y su calor. Pero ese mismo poder que genera también es peligroso si nos acercamos demasiado al sol este nos consumirá. De la misma forma existe una paradoja en el centro mismo de la santidad de Dios porque si eres impuro su presencia es peligrosa para ti y no porque sea mala sino porque es demasiado buena. La Biblia nos presenta esta paradoja de la santidad de Dios es en la historia de Moisés y la zarza ardiente; es aquí donde Dios le dice a moisés que se quite sus sandalias porque está parado en tierra santa, otra representación de la intensidad de la santidad de Dios la podemos ver en las historias acerca del tabernáculo y posteriormente del templo de Israel que era el lugar en donde estaba “la presencia santa de Dios” justo en el lugar santísimo es el punto, este era el lugar de acceso de la presencia de Dios. Y no importa si estábamos fuera o dentro del tabernáculo o el templo, estar cerca de la presencia de Dios era peligroso para los israelitas. Discípulo: Luis Fernando Ardila León Código académico: 181005

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Para poder dar solución a esto, Dios plantea a través del libro de levítico una estrategia, nos tenemos que purificar. El Antiguo Testamento no solo se detiene en la pureza moral sino que aborda otra clase de pureza, la ritual. Este para los judíos este es un estado en el que se separan de cualquier cosa relacionada con la muerte (cosas, ciertas enfermedades o incluso algunos fluidos corporales); el incurrir en esto significaba para el judío quedar ritualmente impuro, pero este tipo de impureza no está estrechamente relacionada con la pecaminosidad, lo que es pecaminoso es entrar en la presencia de Dios cuando se está ritualmente impuro. De ahí que levítico se vuelve una directriz para los judíos con instrucciones muy claras que les enseñan a purificarse, para que así, si pudieran entrar el lugar santísimo. Las escrituras nos muestran la historia de un profeta llamado Isaías. Él tiene una visión en la que se encuentra en el templo y está justo en la presencia de Dios. Él está aterrado él conoce las reglas y por esa razón tiene miedo de ser destruido por la santidad de Dios, entonces aparece en escena una figura un poco extraña que vuela con un carbón encendido y sella los labios de Isaías con el carbón y dice: « ¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados»1. Entonces el carbón encendido purifica a Isaías cuando lo normal era que lo puro se contaminaba al tocar lo impuro, si tocas algo impuro eso te transmite su impureza pero ahora tenemos una nueva idea de que tienes un carbón, un objeto, muy puro y santo y eso tocó a Isaías y le transmitió su pureza Isaías no es destruido por la santidad de Dios es transformado por ella las implicaciones de esto son enormes pero hay un desarrollo más esta vez de otro profeta. Para Ezequiel la santidad de Dios sale del templo y purifica las cosas dándoles vida. Jesús dice que Él es el cumplimiento de todas estas visiones antiguas así que Jesús iba de un lado a otro tocando a personas que eran impuras personas con enfermedades en la piel, una mujer con sangrado crónico o gente muerta, y cuando Él las toca su impureza debería transferirse a Jesús pero en lugar de eso la pureza de Jesús se transmite a ellos y sana a sus cuerpos Jesús es como ese carbón santo en la visión de Isaías y Jesús dijo que Él y sus seguidores eran ahora el templo de Dios así que a través de ellos la presencia santa de Dios puede salir hacia el mundo y traer vida y sanidad y esperanza.

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Isaías 6:1-7 Discípulo: Luis Fernando Ardila León Código académico: 181005