La Palabra Del Aprendiz

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De todos nosotros es plenamente conocido, el antecedente de que el Lenguaje Simbólico, adoptado por la Masonería, nos proporciona los medios más discretos de reconocimiento, la forma diligente que nos pone en contacto con nuestros demás hermanos; y de manera TERMINANTE, nos distingue de todos los Miembros de la Fraternidad, cualquiera que sea el Grado que ostenten, en las diferentes Cámaras de las Logias, que trabajan en el Mundo entero; por cuya razón, con ello se evitan los ERRORES, se descubren las SUPLANTACIONES y se castigan las FALSEDADES. En consecuencia, uno de los principales medios para lograr identificar a un hermano Masón que posea el Primer Grado, cualquier que sea su Raza, su Nacionalidad y el Idioma que hable, se refiere la forma de transmitir la Palabra SAGRADA del Aprendiz Masón, misma que invariablemente se expresa al oído, inmediatamente después de haber dado los Tocamientos, de la manera especial que ya nos es conocida. Esta palabra, en el lenguaje corriente, tiene su origen en la voz Latina “SACRATUS”, y constituye un adjetivo dedicado exclusivamente a DIOS y al CULTO DIVINO; también se refiere a la veneración o la DEVOCIÒN, hacia los Seres y a las cosas Incomprensibles, Abstractas o Maravillosas; a lo que es digno de Alabanza y de Respeto, en atención a lo que representan; también cuando se trata de todo aquello que difícilmente se puede Concebir, Alcanzar o Adquirir, por medio del esfuerzo humano; al mismo tiempo, en los remotos tiempos de la antigüedad, se le llamaban SAGRADAS a todas las enfermedades consideradas como incurables; igualmente se denomina ORDEN SAGRADA a la Masonería Azul; se le llama ESCRITURA SAGRADA, a los Compendios Egipcios, que en Alejandría se les designaba como HIERÀTICA JEROGLÌFICA; se dice también del FUEGO SAGRADO, cuando se mantiene en ignición perpetua, para fines de cualquier Adoración en los Altares, los Templos y los Monumentos, erigidos a la Divinidad o a los personales de inmortal memoria; como por ejemplo: el FUEGO que ardía, a las plantas de la DIOSA VESTA, según la Mitología, y el Culto que se rinde en honor de los HÉROES. En el sistema Masónico, la Palabra SAGRADA, par todos sus Grados, ha sido universalmente adoptada en sus Rituales, con fines puramente discretos, para conseguir un pleno reconocimiento entre hermanos, circunstancia por medio de la cual, viene caracterizando al Masón, como poseedor del grado que ostenta, cualquiera que sea su origen o el lugar de su iniciación. Por ese motivo, la palabra SAGRADA DEL Aprendiz Masón, es de indispensable valor MORAL, puesto que demuestra la discreción característica, para identificar al Hermano, y poderle franquear las Puertas del Templo y participar de los trabajos de la Logia; por lo tanto, esa voz, al igual que la Palabra de PASE, lleva idénticas finalidades, en consecuencia, se hace indispensable poner especial cuidado, en mantenerlas siempre GRABADAS EN NUESTRA MENTE. En efecto, muchos de nuestros Hermanos, creen que con el sólo hecho de presentar los Certificados, los Diplomas y demás documentos, que acrediten al iniciado como MASÓN REGULAR, es suficiente para que se les permita la entrada al Templo y disfrutar de los trabajos que se presentan en sus asambleas; pero esto no significa más que un LAMENTABLE ERROR, o constituye también el producto de la excesiva tolerancia de las

Dignidades de la Logia que los admite en su seno, con sólo esos requisitos; puesto que existe el antecedente constitucional, de que aún cuando un hermano se acredite plenamente por medio de la legitimidad de su documentación, nunca debe admitírseles como VISITANTES, ni autorizárseles la entrada legal al Taller; si no se CUMPLE AMPLIAMENTE, con el Ritual respectivo, lo que quiere decir que en todo caso, deberá someterse al interrogatorio del Hermano Maestro de Ceremonias o del Experto que lo substituya; por otra parte, hay que hacer la aclaración de que algunos de los Miembros de las Logias, tal vez por IGNORANCIA o por falta de PREPARACIÓN, confunden a la Palabra SAGRADA, con la palabra CUBIERTA o SECRETA, pues debemos definir, que todas las voces significativas, sujetas a DISCRECIÓN en Masonería, están siempre sujetas a la más consciente interpretación de los Hermanos, y solamente determinadas palabras, pueden considerarse, como VERDADEROS SECRETOS. Ahora bien, analizando etimológicamente a la Palabra SAGRADA del Aprendiz Masón, resulta que su origen viene del Idioma Hebreo, ya que se encuentra grabada sobre la Columna de la izquierda del Pórtico del Templo de Salomón, y es nada menos que el nombre que recibe dicha COLUMNA; sus letras son las siguientes: B.O.A.Z. y su etimología se conoce por sus variadas interpretaciones, tales como “B”, que significa “EN”, y “OAZ”, que se traduce como “FUERZA”, razón por la cual, el resultado final nos demuestra, que se compone de dos palabras “EN FUERZA”. En algunas ocasiones, hemos encontrado también alguna diferencia en la escritura y en la ortografía de la Palabra SAGRADA del Primer Grado, pero que castizamente, debemos admitir que llevan el mismo significado; y nos referimos al siguiente ejemplo: B.O.H.A.Z. o bien de otra manera: B.O.O.Z., pero que no alteran su interpretación en el sentido de “FUERZA”, aún cuando algunos Autores, consideran a ésta última voz, como un sinónimo de la Palabra “ALEGRÍA”. Aún sin embargo, tomando en cuenta algunas otras opiniones de escritores experimentados en la materia, basados en el origen Histórico de la palabra SAGRADA del Aprendiz Masón, nos dan la explicación, que también derivan de las Voces Sánscritas: T.A.T., o de otra manera: T.A.A.T., mismas que por su ideologÍa, significan “EN FORTALEZA”, lo que de cierto modo viene a confirmar, la versión anterior que se le atribuya al B.O.A.Z. que como ya sabemos quiere decir “EN FUERZA”; al mismo tiempo, y por otra parte, la aseveración Sánscrita, se apoya en las palabras Misteriosas emitidas por la DIVINIDAD, cuando prometió al Pueblo de Israel, su Libertad de la Esclavitud de Egipto, circunstancia que nos hace pensar que en efecto, la costumbre Hebrea tradujo esas palabras atribuídas al SER SUPREMO a su propio Idioma, las que como es natural, dieron como resultado, el nacimiento del vocablo B.O.A.Z. pero con la diferencia de que los Hebreos, no varían a la preposición “EN”, que se le interpreta a la “B”, aunque en cambio al O.A.Z. le dan el significado de “FORTALEZA”, por lo tanto debemos ser consecuentes con esa verdad histórica, porque vemos que efectivamente, la promesa que la Divinidad hizo al Pueblo de Israel, al ser libertado de la esclavitud Egipcia, fue en el sentido de que debería establecer su dominio, precisamente EN FORTALEZA, para que posteriormente, pudieran sostener sus Principios, sus Derechos y su Independencia, haciendo uso de la “FUERZA”, máxima por medio de la cual, quiso demostrarles que en todo tiempo, LA UNIÓN HACE LA FUERZA, y por lo mismo, queda demostrado plenamente, que la SUPREMACÍA de los

Pueblos queda asegurada, por el DERECHO que establece LA LEY DEL MÁS FUERTE, y por lo mismo, no hay más que convenir que efectivamente, se considera a la FUERZA, como el único medio de mantener latentes a todas las OBRAS HUMANAS de un modo FIRME y DURADERO, así sea el estado de civilización en que se mantenga el hombre. También existe la interpretación Bíblica de la palabra SAGRADA del Primer Grado, mismo que data del año de 1312 antes de la era Cristiana, y se asegura que fue el nombre que se le dio al Hijo de Salomón, descendiente de Phares, quien fue hijo de Judá y de Thamar y por consiguiente, uno de los progenitores del REY DAVID; por lo tanto, se dice que por esa circunstancia, la Primera Letra de la palabra SAGRADA del Aprendiz Masón, o sea la “B” fue grabada en el Centro de la columna del Norte, colocada a la izquierda del frontispicio del ESPLENDOROSO TEMPLO, que jamás se ha vuelto a construir, en HONOR A LA VERDAD Y A LA VIRTUD. Por lo que respecta a la interpretación simbólica, de la palabra SAGRADA de este Grado, se refiere a que representa a la Primera edad del Hombre, en que inicia sus lentos e inciertos pasos; así como al período de DUDAS que se le presentan antes de principiar su preparación Intelectual; es decir, que se trata nada menos, que de la época en que necesariamente y sin MALICIE, tropieza con la realidad de su vida, tomando en cuenta sus escasas facultades APRECIATIVAS, mismas que le impiden un rápido desarrollo a su Inteligencia; puesto que en esas circunstancias, sólo impera en su mente, la acción MATERIAL impulsada únicamente por las sensaciones propias del INSTINTO HUMANO. En esas condiciones, el hombre necesita que se le tienda la mano EXPERTA amiga y fraternal de quienes le rodean, para el fin de que consiga obtener una noción consciente de lo que es saber vivir, dentro del seno de la Familia, entre la Sociedad y formar parte de la Humanidad entera, ya que el exacto conocimiento de esos tres ambientes, indiscutiblemente lo elevan hacia un Nivel Moral Universal, que le permita comprender el verdadero papel que está llamado a representar, durante todas sus actividades en relación con sus semejantes. También la EDUCACIÓN y los buenos MODALES, hacen del Hombre un SER ÚTIL a todos quienes le brindan su amistad, porque se trata precisamente de la época en que va adquiriendo la verdadera NOCIÓN de lo que significa aprender a MODELAR SUS INSTINTOS, a saber cultivar su CRITERIO, a poder hacer uso de su LIBRE ALBEDRÍO, con el fin de que se encuentre capacitado para ejecutar, justa y razonablemente, todas sus obras que considere como para el bien general, no importa si se consideran como de poca significación; pues solamente de esa manera, se puede llegar a desempeñar con ACIERTO y SERENIDAD, la sagrada misión que todo individuo SANO puede desarrollar dentro del ambiente FAMILIAR, el SOCIAL y el UNIVERSAL; en consecuencia, hasta entonces podremos asegurar, que hemos llegado a lograr, el PERFECCIONAMIENTO MORAL Y MATERIAL, dentro de los conceptos que nos permite la FRAGILIDAD HUMANA. Para el efecto, procederemos a investigar la interpretación MORAL y MATERIAL, que se le atribuye a la Palabra SAGRADA, la que se define por medio de sus enseñanzas Científicas y Filosóficas; es decir, que debemos tomar como punto de partida a su verdadero ORIGEN o sea el que está definido en la voz “FUERZA”, y efectivamente,

podemos estar seguros que en el Grado de Aprendiz, el INICIADO siempre ajusta sus ideas y ejecuta sus acciones, bajo la impresión de lo que siente o de lo que ve, lo que le permite también, hacer uso de toda su FUERZA DE VOLUNTAD, que indiscutiblemente le conduce, a DOMINAR su indecisión y controlar sus INSTINTOS puramente humanos, pues es la única forma en que podrá lograr MODELAR CONSCIENTEMENTE, sus Conceptos Personales; fácilmente adquirirá su Educación MORAL y con ello definir su Vida Material, de una manera LEAL y SINCERA, para decidir sobre el transcendental paso que trata de ejecutar; por ese motivo debemos tomar también en consideración, que el Masón durante su Primer Grado, aún no tiene la PREPARACIÓN FÍSICA, ni el alcance MORAL e INTELECTUAL que demandan las costumbres humanas, cuyas enseñanzas indiscutiblemente lo conducen hacia la Meta del llamado PERFECCIONAMIENTO INDIVIDUAL, puesto que representa al conjunto de agentes, que nos indican la manera de ELIMINAR las MALAS PASIONES, de corregir los MALOS HÁBITOS, de eludir las MALAS INCLINACIONES, de huir de los VICIOS y en general nos demuestra la forma de evitar todo aquello que esté en contraposición con las BUENAS COSTUMBRES y con la VERDADERA Y SANA MORAL; no cabe duda, por lo tanto, de que el hombre que comprenda todas estas Máximas y sus principios, ha conseguido DOMINAR A LA MATERIA. Ahora bien, en cuanto a la interpretación Filosófica de la Palabra SAGRADA, en relación a su significado de “FUERZA”, consiste también en que se trata de dar a entender, que precisamente la MATERIA y todas las COSAS MATERIALES, deben invariablemente apoyarse en la FIRMEZA y en la ENERGÌA de que pueda hacer uso el hombre; lo que indica que el MASÓN para llegar hasta el momento solemne, de ser reconocido y proclamado entre Columnas, fue necesario que DEMOSTRARA SER RECTO, PRUDENTE Y DISCRETO, tomando en cuenta que son cualidades innatas de la VOLUNTAD PROPIA humana, misma que el iniciado debe apreciar SIN RECELO ni ARGUCIAS, para que pueda alcanzar felízmente, la CUMBRE de su FAMA y con ello la Meta de su Carrera a través del Destino y de las amarguras del FUTURO, porque de otra manera, el hombre se hundiría en un Mar de tenebrosas DUDAS, en un laberinto de incomprensibles INCERTIDUMBRES y en un caos de irrealizables IDEAS. Para el efecto, no debemos olvidar jamás, que los destellos refulgentes de la LUZ MASÓNICA; aún cuando a nadie veda los Principios contenidos en sus sabias MAXIMAS, debemos confesar que para muchos de nuestros Hermanos, todavía constituyen un MISTERIO, por ese motivo, sus enseñanzas se imparten de conformidad con la capacidad Intelectual de los INICIADOS, y desde luego que todos esos conocimientos resultan una verdadera REALIDAD, para quienes saben investigarlos, para los que se dedican a su estudio y para quienes logran comprenderlos conscientemente; lo que nos demuestra palpablemente, que dentro del seno de nuestra Augusta Institución, para el que INVESTIGA, NADA HAY OCULTO NI NADA ES SECRETO. En consecuencia, llegamos al convencimiento de que los anteriores razonamientos, vienen a robustecer los conceptos vertidos por el ESOTERISMO de la Palabra SAGRADA, puesto que su interpretación Simbólica es mucho más elevada en el sentido MORAL, en el MATERIAL y en el FILOSÒFICO, como una materia propia de las Ideas Masónicas; ya que se le considera como una enseñanza de conocimientos muy profundos para nuestros

Hermanos, a la vez que de suma importancia para la vida del hombre, puesto que tenemos la seguridad de que ni en las Escuelas Profanas de Filosofía, se imparten conocimientos tan adelantados como los ya indicados, motivo por el cual, también queda demostrado que la Ortodoxia, el Dogma y el Ritual Masónicos, se encuentran tan plenamente definidos, que constituyen los Ideales, los Principios y las Máximas contenidas en sus espléndidas definiciones en el sentido Moral, en el Material y en el Espiritual; por eso resultan enseñanzas de vivísimo interés para los Iniciados, además de que, para lograr comprenderlas de manera elocuente sólo hay que saber interpretar sanamente el gran Principio que dice: BUSCA Y ENCONTRARÁS. Pasando a investigar la interpretación esotérica de la palabra SAGRADA de este Grado, llegamos al convencimiento de que se le admiten TRES ACEPCIONES principales, mismas que se refieren a la FUERZA MORAL, a la FUERZA MATERIAL y a la FUERZA INTELECTUAL, factores que necesariamente influyen en la vida del hombre, por lo que respecta a su vida ESPIRITUAL, puesto que todos esos agentes, se refieren al aspecto MISTERIOSO, INCOMPRENSIBLE y OCULTO de la Naturaleza Humana; y así tomamos en consideración que constituyen una VERDAD, cuya evidencia se aplica a los más encumbrados conceptos contenidos en las Creencias Religiosas; puesto que también guardan un cúmulo de principios la mayoría de ellos abstractos e incomprensibles, puesto que resultan misteriosos para determinadas mentalidades, tomando en cuenta que en ocasiones, sólo se apoyan en determinadas suposiciones, que vienen a robustecer la idea de una DUDA, puesto que no tienen más explicación, que la Fantasía más absoluta, impuesta por las Sectas; al mismo tiempo, algunas veces esos conceptos nos hablan del PASADO, nos describen el PRESENTE y tratan de demostrarnos el FUTURO, por medio de FALSOS SOFISMAS, cosa que para nosotros los Masones, nunca será admisible. Sin embargo, de nuestra dedicación y de nuestra constancia en el estudio, depende el poder alcanzar los conocimientos Esotéricos, cuyas Sanas Moralejas siempre irán de acuerdo con nuestras CREENCIAS y nuestras COSTUMBRES, ya que tenemos el convencimiento de que los Masones siempre estaremos dispuestos y en condiciones de INVESTIGAR y DESCUBRIR lo que ignoramos, con el propósito de dar el más palpable ejemplo de MORALIDAD y de CIVISMO, como VIRTUDES necesarias para poder vivir en sociedad; por esta razón, también de ello depende en gran parte, el que las enseñanzas Esotéricas en Filosofía, lleguen a ostentar el interés necesario para poderlas considerar como REALES y POSITIVAS, no importa su origen, las causas ni los fenómenos que las producen, por incomprensibles, Misteriosos o Abstractos que resulten como temas de estudio para quienes saben comprender la esencia de la Naturaleza; puesto que todos esos factores nos demuestran que existe una FUERZA SOBRENATURAL que rige a todo lo creado dentro del Universo, y nos señala la evidencia de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que seremos; sin pasar por alto que hay agentes OCULTOS a la simple vista, considerados como fenómenos imponentes a los que a veces admiramos, en ocasiones les rendimos tributo y a los que hemos llegado a TEMER. Pero no obstante a lo anteriormente expuesto, hemos llegado a comprender plenamente, que muchos de esos fenómenos que la Naturaleza nos presenta, como obra de la Divinidad se manifiestan ante nuestras conciencias, como una EVIDENCIA que se guarda en nuestros corazones, por lo tanto, tenemos la seguridad de que EXISTEN, y con ello se nos

proporcionan elocuentes lecciones de ESOTERISMO, pero ùnicamente comprensibles por medio de las explicaciones científicas y de los razonamientos conscientes, que por todos motivos nos obligan a entender el origen, sus manifestaciones y las funciones que vienen desarrollando, sin dejar de comprender que efectivamente, para muchas mentalidades, resultan ideas, hechos y obras INCOMPRENSIBLES, MISTERIOSAS Y OCULTAS. Por lo demás resulta que algunos de nosotros, por experiencia propia, hemos llegado también al convencimiento de que efectivamente existe una REALIDAD SUBLIME, cuya demostración nos conduce hacia el precepto científico, que nos muestra el camino por el cual VENIMOS, nos da la idea de lo que SOMOS y por lo mismo, también nos define la misión que desempeñamos, antes de volver nuevamente a nuestro PUNTO DE ORIGEN; por lo mismo, estos tres factores, se nos revelan como los principales AGENTES integrantes de lo que es VERDAD en la Naturaleza Humana, tomando en cuenta que es lo que regula el transcurso de nuestra EXISTENCIA, y por ello, adquirimos invariablemente la CONVICCIÓN de que las enseñanzas ESOTÈRICAS MASÒNICAS, encierran un cúmulo de EVIDENCIAS REALES Y CIRCUNSTANCIALES; que por sí solas, se manifiestan COMPRENSIBLES ante todas las MENTALIDADES. Entre tanto, queda aquí demostrada la justa y razonable aplicación de los sistemas Científicos y Naturales, cuya interpretación nos la define categóricamente la palabra SAGRADA del Aprendiz Masón, en su simbolismo Filosófico. Para terminar, sólo diremos que a este concepto, hablando en términos MATERIALES, se le considera como la base de los Principios, de los Medios y de los Fines, que forman un conjunto de FUERZAS ABSTRACTAS, origen de todos los fenómenos que mantienen en constante actividad a la NATURALEZA; y que por lo mismo, resultan CAUSA y son EFECTO de todo lo creado y conocido dentro del seno de lo que existe en el Universo. Podemos asegurar también, por medio de la más alta acepción de la palabra “FUERZA”, que su influencia como agente generador y germinador de los fenómenos Naturales, se refiere precisamente al Emblema de la DIVINIDAD, como un Ser superior, cuya definición alegórica lo es la CREACIÒN MATERIAL Y ESPIRITUAL, que mantiene al Universo en constante Movimiento y Actividad. Por último, podemos afirmar categóricamente, que la FUERZA DE VOLUNTAD EN EL HOMBRE, es el factor que lo inspira y lo conduce a través de las vicisitudes de la vida, hacia el PROGRESO; puesto que ya sabemos que invariablemente, lo posibilita para entrar de lleno en la lucha, por el BIENESTAR de su existencia; lo que indica, de manera categórica, que en esa forma ha conseguido MODELAR SU MATERIA, imponiendo su VOLUNTAD, para poder ser útil A SÌ MISMO, para lograr servir a sus SEMEJANTES, y para admirar y VENERAR AL SER SUPREMO

LA PALABRA SAGRADA Trazado presentado por J. Patricio Sosa S., A.: M.:., a la R.: L.: S.: ELOY ALFARO #24.

La Palabra Sagrada, como uno de los elementos simbólicos de la Masonería, empecé a conocerla, con la preparación del presente trabajo, pues muy poco se ha hablado en nuestra Logia sobre la misma; es más, durante algún tiempo de mi permanencia en esta Orden, no supe que aquella Palabra Secreta que me había transmitido el V.:M.: al oído, se la conocía como Palabra Sagrada. El poco conocimiento que yo tenía sobre el asunto, me hacía concluir que este trabajo tenía que ser principalmente de consulta. Mi presentimiento era, que no existía mucho que decir sobre La Palabra Sagrada. Con estas inquietudes iniciales, pienso que normales de un Aprendiz, se inició la elaboración de este trazado.

DEFINICION Y CLASIFICACIONES.

Buscando definiciones en algunos diccionarios de la Lengua Española, encontramos las siguientes:

PALABRA.:

- "Sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea". - "Representación gráfica de estos sonidos". - "Facultad de hablar. - "Derecho, turno para hablar en asambleas y reuniones de personas".

SAGRADO.:

- "Algo que está dedicado a Dios y al culto divino o que es venerable por alguna relación con lo divino".

- "Algo que inspira o merece un alto grado de consideración y respeto".

De estas definiciones, se podría aceptar o entender en el mundo profano, a la Palabra Sagrada como: la Palabra de Dios, enseñanzas y reglas, que según los credos religiosos, han sido establecidas por Dios o alguna divinidad. Dentro de los rituales religiosos, como sucede en la Religión Católica, se mencionan algunos pasajes bíblicos, los mismos que se los acepta y conoce como la Palabra de Dios. En cada una de las religiones se tienen mensajes escritos o anunciados por profetas o mensajeros de Dios, que representan su Palabra Sagrada.

La Masonería es una institución eminentemente simbólica, y dentro de su lenguaje simbólico, uno de los elementos fundamentales, es La Palabra, de la cual se pueden encontrar algunas clases o tipos. Las palabras del Lenguaje Masónico, van casi siempre acompañadas de signos y de toques especiales, que son inteligibles solo para el verdadero iniciado. Entre las palabras que se describen en el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, tenemos: PALABRA CUBIERTA, PALABRA DE ORDEN O CIRCUNSTANCIA, PALABRA DE PASE, PALABRA DE RECONOCIMIENTO, PALABRA DE SEMESTRE, PALABRA GENERAL, PALABRA INCOMUNICABLE, PALABRA MAESTRA, PALABRA VULGAR, PALABRA DE HONOR, PALABRA SAGRADA, etc. Varias de estas, no correponden al ámbito de instrucción del Aprendiz, por lo que no se incluye su significado o descripción.

De mi corta vida Masónica, y de las vivencias que he podido disfrutar en sus talleres, podría decir que, La Palabra, es también la opinión expresada por los Masones sobre cualquier asunto tratado dentro de la Logia, es así como, al finalizar cualquiera de nuestras intervenciones en donde expresamos libremente nuestro pensamiento, lo hacemos con nuestra muy familiar y conocida frase: "es mi palabra V.:M.:".

LA PALABRA DEL HOMBRE DE HONOR COMO PALABRA SAGRADA.

Para el hombre de honor, su palabra empeñada, su Palabra de Honor, debe ser sagrada, el cumplimiento de su compromiso adquirido y su palabra, es un aspecto que marca y caracteriza su comportamiento y forma de vida. Pocas cosas serán más dolorosas e imperdonables que faltar a sus principios y a su Palabra. Para un hombre de honor, no se necesitan juramentos que lo obliguen al cumplimiento de su palabra. Personalmente, confieso que no confío en los

juramentos, la práctica y la vida me han hecho ver que éstos no sirven o no dan resultado en una gran cantidad de situaciones: juran ante el cura fidelidad eterna los esposos que se casan, juran los jueces hacer justicia, juran las autoridades respetar y hacer cumplir las leyes, juran los gobiernos trabajar por el pueblo que los eligió, juran los Hermanos Masones: no contar fuera de la Logia lo acontecido en la tenida, juran los estudiantes, juran los profesionales, juran los empleados, juran los deportistas; juran y juran y muchos perjuran. En general, se podría decir que el juramento no es un hecho que garantize el cumplimiento de una promesa. El Masón, en su trabajo de perfeccionamiento moral, en su trabajo de modelar y pulir la piedra, en su trabajo de construir una estructura de valores elevados, debería tratar de mantenerse como un hombre de honor, al que no hagan falta los juramentos para cumplir con sus hermanos y con la sociedad, y para el cual sus principios, su dignidad, su compromiso y su palabra empeñados, deben ser sagrados.

LA PALABRA SAGRADA DEL APRENDIZ MASON.

Cuando nos iniciamos como Masones, uno de los secretos que nos transmitió el V.:M.:, demostrándonos la confianza que depositaba en nosotros, fue: La Palabra Sagrada del Aprendiz, ésta, juntamente con su manera especial de ser transmitida al oído y el uso de otros signos especiales, constituyen formas para identificar a un Hermano Masón de Primer Grado.

En el "Libro del Aprendiz Masón" de los Maestros: Adolfo Terrones Benitez y Alfonso León García, se dice: "La Palabra Sagrada del Aprendiz Masón es de indispensable valor moral, puesto que demuestra la discreción característica, para identificar al Hermano y poderle franquear las puertas del Templo y participar de los trabajos de la Logia".

Los mismos autores, consideran que es un lamentable error o talvez exceso de tolerancia de parte de las Dignidades de la Logia, el permitir la entrada al Templo y la participación en los trabajos, a iniciados visitantes, con la sóla presentación de certificados y documentos que los acrediten como Masones Regulares.

ORIGEN Y SIGNIFICADO.

En lo referente a su orígen, se puede decir que esta palabra viene del idioma Hebreo, pues se la encuentra en algunas narraciones bíblicas (1 Reyes 7:21 - 2 Crónicas 3:17), en donde se manifiesta que a cada una de las columnas del pórtico del templo construido por Salomón, éste les dió un nombre; el nombre de la columna izquierda, es el que se ha tomado como Palabra Sagrada del Aprendiz Masón. En el Templo Masónico, cada una de sus dos columnas, llevan grabada la primera letra de aquellas palabras bíblicas: la Columna de la Izquierda o del Norte, la letra 'B' y la de la Derecha o del Sur, la letra 'J'.

Sobre la interpretación de la Palabra Sagrada del Aprendiz, se dice que su primera letra, significa "EN", y las otras tres letras significan: "FUERZA", es decir, su interpretación etimológica sería: "EN FUERZA".

En algunas ocasiones se ha econtrado alguna diferencia en la escritura de la Palabra Sagrada, pero que finalmente, se la interpreta de igual manera, es así como en algunas partes se la escibe con una "H" intermedia adicional, y en otras, se le ha suprimido la letra "A" o se la cambiado por una "O". Es de esta última forma, como se encuentra escrita en varios versículos bíblicos del Antiguo Testamento (capítulos 2-3-4 del libro de Rut), en narraciones referentes al hijo de Salomón, que al decir de algunos intérpretes, significa o se traduce como "alegría".

Otras interpretaciones dicen que la Palabra Sagrada fue traducida al Idioma Hebreo, de una palabra misteriosa en lenguaje sagrado (Sánscrito), emitida por la Divinidad, cuyo mensaje era la libertad del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, palabra a la que se le atribuye un mensaje de uso de la "fuerza", o que "la unión hace la fuerza", y que la supremacía de los pueblos se establece por la Ley del más fuerte". Como vemos, existen diversas interpretaciones e historias, acerca del orígen y lo que significa la Palabra Sagrada del Aprendiz Masón.

En lo referente a Fuerza, podría dar mi interpretación personal simbólica de: Fuerza de voluntad que debe mantener el Masón en su comportamiento moral, en su perfeccionamiento humano y social, en su eterno trabajo de aprender y conocer mejor la realidad del mundo, es decir, la fuerza que requerimos para no desmayar en la búsqueda de la verdad, o la fuerza física y mental del Masón para colaborar en la construcción de una sociedad justa. Fuerza que por otro

lado significa, el afán de realizar nuestros trabajos con mandil, Fuerza para no desmayar en el cumplimiento del deber, Fuerza que representa la actitud firme y digna que debemos mantener en los Tres Viajes de la Vida Masónica.

Dentro del campo filosófico, también se puden dar interpretaciones en relación con el significado de Fuerza de la Palabra Sagrada; quien tome parte de el punto de vista idealista, podría interpretale como la Fuerza Divina y sobrenatural, principio y causa creadora de todo lo existente. Quien lo haga desde el punto de vista materialista en cambio, podría interpretar esa fuerza como: la energía y la materia, componente fundamental del Universo, que en el tiempo y en el espacio se encuentran en permanente movimiento, cambio y transformación. Materia y energía que en el fondo son la misma cosa: eterna, transformable por sus propias características, pues, ella misma constituye su propia Fuerza.

Por otro lado, la forma como se anuncia La Palabra Sagrada, la forma especial como se transmite entre los Masones al oído, llevaría el significado de la discreción que deben mantener los hermanos sobre el propio simbolismo y esoterismo Masónico, sobre los secretos que debemos guardar, sobre lo que no debemos divulgar al mundo profano, es decir representa el máximo respeto que debemos observar de nuestro compromiso de discreción, adquirido al ser iniciados como Aprendices Masones, en definitiva representa lo sagrado del simbolismo Masónico.

OBSERVACIONES SOBRE LA INTERPRETACION DE ALDO LAVAGNINI, ACERCA DE LA PALABRA SAGRADA.

Aquí me permito incluir algo de lo que el Maestro Lavagnini dice y escribe en su Manual del Aprendiz, formas de pensar que como Masón tolerante, las respeto, pero como Masón Libre, discrepo.

Sobre el tema de La Palabra, Lavagnini hace referencia al Evangelio de San Juan, con el cual se abren los trabajos en ciertas Logias. "En el principio era el Verbo", es como inicia este Evangelio, sobre el cual Lavagnini dice: "es la comprobación de la verdad de que todo se manifiesta desde un principio interior llamado Verbo o Palabra", y que al abrir los trabajos con este versículo, están reconociendo los Masones, el origen espiritual creador de todo lo existente, es decir que todo dió inicio con una causa fundamental, espiritual, pensamiento, Verbo o Palabra.

El significado de la palabra sagrada del aprendiz, dice, es: "EN EL LA FUERZA" y lo interpreta como el reconocimiento que el Aprendiz hace por medio de la Palabra Sagrada, o sea del Verbo Divino en él, que la fuerza verdadera no está en el mundo exterior, en el mundo de los efectos, sino interiormente en la realidad que constituye el Principio Inmanente y Trascendente de todo lo existente.

Lavagnini también hace una interpretación de cada una de las letras de la Palabra Sagrada, y dice:

- La primera letra, se refiere al cuerpo físico y al mundo objetivo que constituyen la morada o habitación del hombre. - La segunda letra dice, representa la conciencia o mundo interior que cada uno de nosotros halla en si mismo, el Mundo Mental, en el cual se expresa individualmente el Ser, produciendo así la causa de todo efecto visible. - A la última letra la relaciona con el símbolo masónico, por su forma, y dice que representa las posibilidades del Mundo Divino o Trascendente que se encuentra en el hombre en estado latente.

Francamente no sé de dónde saca estas interpretaciones individuales de cada una de las letras de la Palabra Sagrada o en base a que razonamiento lo hace. Talvez, lo único que yo le podría aceptar, es la semejanza que encuentra entre la última letra de la Palabra Sagrada del Aprendiz y el Símbolo Masónico (claro que como consecuencia de un adecuado acomodamiento de los Símbolos Masónicos).

Mi opinión personal es que estas interpretaciones, son abstractas, subjetivas, muy metafísicas, pues esa es su posición filosófica, Lavagnini (al menos en este asunto) parte de aceptar que los contenidos bíblicos, son la verdad revelada y absoluta. Cómo puede aceptarse que la simple afirmación de: "En el principo era el verbo", sea una comprobación de verdad?. Para qué serviría la investigación y la ciencia, si las simples afirmaciones de un libro serían una comprobación de verdad ?. En este punto, me viene al recuerdo lo que uno de nuestros queridos hermanos decía en uno de sus iluminados comentarios sobre el trazado de "EL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO", y decía que, la Ciencia y Dios, son dos cosas muy diferentes, que no se las puede tratar dentro del

mismo campo, que corresponden a perspectivas y planos diferentes, y le doy toda la razón, pero, quién puede desconocer que la Ciencia es uno de los caminos reales para investigar, buscar la verdad y decubrir las leyes de la Naturaleza y el Universo?, y si Dios, Verbo Divino o Palabra está bastante desrelacionado de la Ciencia, entonces no es el mejor camino para la búsqueda de la verdad.

CONCLUSIONES. La Palabra Sagrada del Aprendiz Masón, como muchos otros elementos simbólicos de la Masonería, tiene su orígen religioso, se la ha tomado de los libros del Antiguo Testamento, y corresponde al nombre de la columna izquierda del pórtico del Templo de Salomón o al nombre de uno de sus hijos.

Se pueden encontrar diversas interpretaciones del significado de la Palabra Sagrada. Dentro del lenguaje Simbólico Masónico, cada autor lo hace a su manera, basándose la mayor parte en el significado de "FUERZA".

Personalmente, la resumiría en un sentido Masónico, como la Fuerza para no desmayar en la búsqueda de la verdad, Fuerza para colaborar en la construcción de una sociedad justa. Fuerza que representa la actitud firme y digna que debemos mantener en los Tres Viajes de la Vida Masónica.

Lo Sagrado, dentro del Simbolismo Masónico, debe referirse a los aspectos que merecen el mayor de los respetos, como son entre otros: el respeto a sus principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, el respeto a nuestra propia dignidad, el respeto a la mujer, el respeto a la discreción que deben guardar los Masones sobre asuntos secretos de la Logia, su simbolismo y sus formas de trabajo. Lo sagrado debe ser para el Masón, el cumplimiento de su palabra y su compromiso, no por juramentos, sino por hombre de honor.

La Palabra es en mi concepto, el más importante de los elementos del Lenguaje Simbólico Masónico, a travez de la cual expresamos nuestras ideas de hombres libres y nuestros trabajos de obreros con mandil y constructores Masones.

Finalmente, el uso real al que está orientada La Palabra Sagrada del Aprendiz es, como un elemento de identificación de un Aprendiz Masón, hecho que casi

nunca se lo pone en práctica, dejando de lado este importante aspecto constitucional del Ritual Masónico.

A todos ustedes QQ.: HH.:, S.:F.:U.:

Es mi palabra V.: M.:

INSTRUCCIÓN DEL GRADO DE APRENDIZ Hermano: Ha pasado tu iniciación en la Masonería Simbólica, en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Seguramente los acontecimientos han transcurrido muy rápido y no has tenido tiempo de entender los detalles profundamente simbólicos de la ceremonia de iniciación. Retomemos algunos de los simbolismos que has visto y escuchado. Eras un profano.- Profano para los masones es aquel que no es masón, pues viene de "profanus", es decir, de afuera. Cuando firmaste la solicitud de admisión, te convertiste en solicitante. Al ser aprobada la solicitud por la Logia y estar listo para ser iniciado, fuiste candidato. Durante la ceremonia de tu iniciación hasta el momento de tu proclamación eras el postulante. Para que tu fueras iniciado se contemplaron en ti las siguientes condiciones:

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Ser varón y estar en pleno goce de tus derechos como ciudadano. Ser libre, honrado, de buenas costumbres y gozar de una sólida reputación dentro de la sociedad. Ser mayor de edad, o hallarte legalmente capacitado; haberte emancipado de la patria potestad, como lo establecen las leyes en vigor; tener algún cargo, empleo o comisión que te hagan responsable de tus actos; o que seas Luvetón. Disfrutar de una regular posición social que te asegure los medios para tu subsistencia y la de tus familiares, además, un pequeño excedente, que te permita atender a las demandas de tu Logia y también para ejercer la caridad o beneficencia pública. Tener un modo honesto de vivir, un oficio o profesión que te acrediten como hombre útil a la sociedad. Tener la instrucción o la preparación intelectual suficiente para comprender los estudios de los altos principios de nuestra orden. No tener defecto físico, ni mutilación tal, que te impida hacer los signos, o transmitir los tocamientos, ejecutar marchas o tributar las baterías, tan necesarias como medios de reconocimiento. No ser vicioso, o que vivas de él, no ser jugador o que sin ocupación alguna vivas a expensas de los demás. No ser ateo y creer en algún Ser Supremo.

Recién iniciado, pero desconociendo las enseñanzas del grado, fuiste neófito y mientras estudias con todo el entusiasmo y tesón para adquirir los conocimientos que te corresponden, eres aprendiz masón. Ahora, debes trabajar en tu Logia, desde la Apertura hasta la clausura, en el día y hora exacta que te corresponden. Primero te colocas el MANDIL BLANCO de piel de cordero, con la solapa levantada, que te corresponde usar. También se usan guantes blancos. Además, en el saco del traje (de color oscuro) se coloca la insignia de tu Logia. A la puerta del templo tocas con *** espaciados lo que anuncia que un miembro desea ser admitido en los trabajos. Estos golpes significan:

1. LLAMAD Y SE OS ABRIRÁ (Las puertas del Templo). 2. PEDID Y SE OS DARÁ (La Luz). 3. BUSCAD Y ENCONTRARÉIS (La Verdad). Entonces la puerta se abre e ingresas a la Logia, donde NO PERMITIRÉ QUE SALGAN DE MÍ, PALABRAS QUE PUEDAN OFENDER A MIS HERMANOS. AQUÍ REFRENARÉ MIS MALOS IMPULSOS. LOGIA.- es una palabra que viene del sánscrito loka o loga, que significa mundo. Masónicamente puede significar, Local de reunión para efectuar trabajos masónicos. También significa el universo y es por eso que su longitud es de Oriente (también se le llama Este, es el punto cardinal donde aparece el Sol) a Occidente (llamado también Oeste, Poniente u Ocaso, es el punto cardinal por donde se oculta el sol); su latitud, de Norte(llamado también Septentrión o Aquilón) a Sur(se le llama Medio día, es el punto cardinal donde se encuentra a mayor altura el Sol); su altura, del Cenit al Nadir o de la superficie de la Tierra al Firmamento y su profundidad de la misma superficie a su centro. Las Logias deben estar por eso orientadas en esa forma y constar de dos cubos perfectos, es decir, su altura debe ser exactamente la mitad de su longitud e igual a su latitud. A la mitad del cubo de Occidente (representa la Materia) se colocan dos columnas y a la mitad del cubo de Oriente (representa el Espíritu) la balaustrada. Queda en medio, en consecuencia, un cubo formado por las dos mitades de los cubos de Oriente y Occidente, que representa Espíritu y Materia. Es en el centro de este cubo que se coloca el altar o ara, el que representa al Sol en el centro de nuestro sistema solar.

SIGNOS, SALUDOS Y MARCHA.- El masón al colocarse entre columnas para ingresar al templo se pone AL ORDEN. Estar al orden es efectuar el signo gutural y se quiere con el representar que el masón ha jurado que se le corte el cuello antes de revelar los Misterios de la Orden. Estando al orden el masón efectúa una marcha que simboliza su caminar de las tinieblas hacia la Luz, en busca de sabiduría. Se marcha de frente ( en línea recta), para indicar que no tiene más que un objetivo, el de llegar directamente y sin desviarse hacia las luces de la sabiduría. La marcha se efectúa dando los pasos conocidos, formando una escuadra al terminar cada paso y partiendo desde Occidente a Oriente. Significan: Nacimiento, Vida, Muerte o también, Infancia, Juventud, Senectud. A continuación se hacen los saludos: 1. Al V:. M:. significa, TENGO FE EN MIS IDEALES. 2. Al 1° Vig:. significa, ESPERANZA EN ALCANZARLOS. 3. Al 2° Vig:. significa, AMOR A LA HUMANIDAD. TOCAMIENTO.- El tocamiento del aprendiz, aparte de ser una señal de reconocimiento, también se le da la misma interpretación simbólica que los golpes con que se llama a la puerta de la Logia. PALABRA SAGRADA.- La palabra sagrada del aprendiz significa Fuerza y es el nombre de la columna del Norte. Esta palabra jamás se escribe, ni se pronuncia, ni se burila, no se consigna con ningún carácter, ni se imprime. Esta prohibición es absoluta y determinante. SE DA COMO SE RECIBE. BATERÍAS.- Hay varias clases de baterías: la de grado, la de júbilo, la de duelo. Las baterías se efectúan solamente por orden del V:. M:. • •

La batería de grado se ejecuta al abrirse y clausurarse los trabajos y cada vez que lo vea conveniente el V:. M:. La batería de júbilo se ejecuta después de un bello trabajo o trazado.



La batería de duelo se ejecuta solamente en las tenidas de duelo.

Todas las baterías deben ser acompasadas, por lo que es conveniente que al ejecutarse, todos los HH:. Estén pendientes de las órdenes y movimientos del V:. M:. o del M:. de C:. si el V:. M:. le ordena dirigir la batería. MANDIL.- Es el distintivo del Masón, mas honroso que todas las condecoraciones humanas, porque simboliza el trabajo, que es el primer deber del hombre y la fuente de todos los bienes. El mandil con que se reviste todo masón es un emblema del mismo cuerpo físico con el cual venimos para trabajar sobre la tierra, y con el objeto de adquirir aquellas experiencias que nos transformarán en artistas verdaderos y acabarán por darnos el magisterio o dominio completo sobre nuestro mundo. (Manual del Aprendiz, Aldo Lavagnini)

GUANTES.- Son el símbolo de la pureza de las intenciones que debe observar el masón en sus acciones: hacer el Bien por el mismo Bien, esforzándose en toda actividad o trabajo, haciendo lo mejor que pueda para la Gloria del G:. A:. (Manual del Aprendiz, Aldo Lavagnini) LUCES.- Luz quiere decir conocimiento, sabiduría, enseñanza. Las luces del taller son el V:. M:. y los dos Vigilantes El V:.M:. representa la SABIDURÍA, simbolizada por la estatua de Minerva. El Prim:.V:. representa la FUERZA, simbolizada por Hércules. El Seg:.V:. representa la BELLEZA, simbolizada por la estatua de Venus Citérea. Las tres grandes luces de la Francmasonería o Grandes Joyas son: El libro de la ley, la escuadra y el compás. Las pequeñas luces simbólicas en una logia de aprendices, son las tres luces colocadas alrededor del ara, y representan ciencia, virtud y fraternidad. El libro de la ley es aquel que pertenece a la religión que prevalece en el país donde se está. ARA.- Ara es una palabra latina que significa altar, sobre el ara y durante los trabajos estará abierto el libro de la Ley y encima del libro abierto la escuadra y el compás. Los actos mas solemnes, se ejecutan frente al ara y los HH:. al pasar ante ella seguirán por el lado de la Columna Norte para ir a Oriente y para ir a Occidente bajarán por el lado de la Columna Sur.

El ara, representa al sol, y como la Logia representa al Universo, se coloca precisamente en el centro para significar mejor al sol que se supone en el centro de un universo o cuando menos en el centro del sistema planetario. PAVIMENTO.- Toda Logia tiene un pavimento con mosaicos blancos y negros que simbolizan la igualdad de las razas y el eterno contraste de los pares opuestos que forman la base de la armonía universal. También representan los polos positivo y negativo. Para apreciar algo es menester que exista su opuesto. CADENA.- En la parte superior de los templos masónicos debe haber una cadena abierta precisamente sobre la puerta de entrada a la Logia. Los eslabones representan a los masones esparcidos sobre la tierra y la unión de un eslabón con otro significa la solidaridad armónica que no debe romperse jamás. La parte abierta de la cadena sobre la puerta de entrada simboliza que allí pueden eslabonarse nuevos HH:. que vengan a hacer más grande y fuerte la Cadena Universal. LA ESCUADRA.- La escuadra nos ofrece el símbolo de la rectitud masónica. Constituye la joya de V:.M:., el cual está obligado a ser más recto e imparcial en sus juicios y ética en sus costumbres, para dar ejemplo a los obreros de su Logia. EL COMPÁS.- El compás, sirve para trazar el círculo y determinar el centro, simbólicamente sirve para medir nuestras acciones y para medir nuestras aspiraciones sujetándolas a nuestros esfuerzos. En otras palabras, nadie puede aspirar o desear más de lo que pueda merecer por si mismo. El centro en el círculo significa que debemos mantenernos siempre en el punto central de observación guardando la distancia necesaria con los seres y las cosas que nos rodean para poder juzgar a unos y a otros con imparcialidad y rectitud. El compás representa la justicia con que deben medirse los actos de los hombres. ESFERAS.- Sobre la columna "B" hay una esfera terrestre y sobre la columna "J" una esfera celeste. La esfera terrestre simboliza la materia, lo inferior, en tanto que la esfera celeste simboliza el espíritu, lo superior. LA PLOMADA.- La plomada es la perpendicular y debe estar en el trono del 2° vigilante. Simboliza la superación y la elevación de ideales. Con la regla o el nivel forma la escuadra. La plomada es también símbolo de la rectitud que debe emplear un masón en todos sus actos y juicios. NIVEL.- El nivel es el símbolo de la igualdad masónica y es el distintivo del 1° vigilante. Con la plomada contribuye a formar la escuadra. El nivel da idea de las oportunidades iguales y uniformes que la masonería ofrece a todos sus afiliados a fin de que éstos, según sus capacidades morales, apresuren su crecimiento interno. MALLETE.- Nombre que se da al martillo o mazo que empuña el V:.M:. y es símbolo de su autoridad. Por medio de sus golpes se llama la atención al sentido de las actividades durante el desarrollo de los trabajos. PLANCHA.- Son todas las comunicaciones oficiales que salen de una Log:. o llegan a ella.

TRABAJOS.- Son todos aquellos que se efectúan durante la tenida. También se llaman así a todos los que por escrito u oralmente presentan los HH:. AAp:. y HH:. CC:. TRAZADO DE ARQUITECTURA.- Son aquellos trabajos escritos u orales que presentan los HH:. MM:., pues es fácil suponer que chalanes de albañil no van a hacer los planos, para esto están los Arquitectos e Ingenieros. A PLOMO.- Se dice cuando se está al corriente con los pagos en la tesorería. PLANCHA DE VIAJE.- Es la carta que se da a los HH:. que salen de viaje y en la cual se les recomienda a otras LLog:. Hermanas. PLANCHA DE QUITE.- Es la carta de recomendación que se da a los HH:. Que se separan definitivamente de su Log:. sin haber cometido faltas o delitos. Estas cartas sólo se otorgan a los HH:.MM:. CARTA DE RETIRO.- Equivale a la plancha de quite, solamente que la de retiro se les da a los CC:. y AAp:. AFILIACIÓN.- Es la aceptación de un H:. con la plancha de quite y con la carta de retiro de otra Log:. DECORACIONES.- Se llaman decoraciones los ornamentos de una Logia, así como las insignias y joyas que deben llevar los masones. • • •

Grado de Aprendiz: mandil blanco con la solapa levantada, guantes blancos y la insignia de tu Logia. Grado de Compañero: mandil blanco bordado en rojo con la solapa abajo, guantes blancos, la insignia de la Logia. Grado de Maestro: mandil de raso blanco llevando en medio las letras M:. B:., bordadas en rojo al igual que el mandil. Una banda azul moiré bordada en rojo y la joya del grado; la banda también se usa en color azul de aguas, bordada con hilos de oro, guantes blancos y la insignia de la Logia.

Los masones franceses usan en sus tarjetas de invitación las iniciales N.O.V.D. (n'oubliez pas vos décorations) que significa "no olvidéis vuestras insignias" EJEMPLO DE ENCABEZADO PARA PRESENTAR LOS TRABAJOS EN LOGIA:

Recuerda que yo, todos y cada uno de tus HH:. MM:. MM:., estamos a tu disposición y que será para nosotros una obligación grata acoger tus consultas, ayudar y encaminarte en todos los actos de tu vida, tanto masónica como profana, a tu simple llamado fraternal. Pero de todos nosotros en quien debes tener más confianza es el H:. Seg:. Vig:., quien ha sido designado para ser tu consejero y guía y enseñarte toda instrucción masónica posible. Te recomiendo que leas tu liturgia, en ella encontrarás mucha información y en la última página hay una gran cantidad de bibliografía que debes leer. De ti depende la construcción de tu propio templo espiritual que estará al servicio de la humanidad. LOS MASONES TRABAJAN EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN TEMPLO MORAL, CONSAGRADO A LA VIRTUD Y A LA CIENCIA, BAJO LOS AUSPICIOS DEL G:. A:. D:. U:., Y EL TRABAJO DEL APRENDIZ CONSISTE EN "DESBASTAR LA PIEDRA BRUTA" LO QUE SIGNIFICA SIMBÓLICAMENTE TRATAR DE DOMINAR SUS PASIONES Y PERFECCIONAR SU ESPÍRITU, QUITANDO, CON AUXILIO DEL CINCEL Y EL MAZO, QUE REPRESENTAN LA RAZÓN Y LA TOLERANCIA, TODAS LAS ASPEREZAS QUE ORIGINAN LAS PREOCUPACIONES Y LAS COSTUMBRES VICIOSAS DE LA SOCIEDAD PROFANA SINCERA Y FRATERNALMENTE, VIII/96 - II/97 -VII97 - IX97 - X97 E:.V:. JUAN CARLOS MATSUSHITA LEZANO, M:. M:.

DICCIONARIO SIMBOLICO DE LA MASONERIA SALARIO. Esta palabra deriva de sal -el principio neutro de la Alquimia- en clara alusión a la época en que los masones eran pagados en especie (y la sal era una de éstas, usada como conservante de los alimentos) o bien en moneda, como recompensa al trabajo realizado. Cada cual recibía un sueldo que se correspondía con el grado, cargo y función que desempeñaba en la Organización, hecho que queda reflejado en los diversos documentos antiguos, como por ejemplo el de los Canteros de Bolonia de 1248. Complementando esta función de subsistencia material y siendo jerárquicamente superior a ella, el salario también simboliza una recepción espiritual. Al final de las tenidas rituales, el masón recibe su salario en el lugar justo; cuando se trabaja en primer grado, en la columna B.; cuando se hace en segundo grado, en la columna J.; y en la Cámara del Medio cuando se cierran los trabajos del tercer grado. En la instrucción al grado de aprendiz se pregunta: "¿En qué se traduce el salario del Masón?" Y la respuesta que se da es: "En el perfeccionamiento gradual de sí mismo". Es en sintonía con esta idea que el paso de aprendiz a compañero se denomina aumento de salario. Así pues, la mayor recompensa por el trabajo producido por el obrero es el progresivo desprendimiento de toda contingencia, la superación de cualquier individualismo en pos de la universalización y la plena identificación con el Principio que la Masonería llama G.·.A.·.D.·.U.·. Tal como se relata en el mito bíblico de Noemí y Ruth "En la obra está la paga, así como la recompensa de Ruth, la moabita que trabaja y se cobija junto a Booz, es lo que ella espiga". (Ver Sal, Boaz y Jakin). M. G.

BOAZ. 1. Boaz es, en el R.·.E.·.A.·.A.·., la palabra sagrada que se comunica al Aprendiz masón en la tenida de iniciación. Dicha palabra se refiere a la naturaleza interior del Aprendiz y por esta razón encierra un secreto que es irrevelable por más que se la pronuncie o escriba. Boaz, o Booz, es una transcripción latina de una palabra hebrea de tres letras, Beth, Ayin y Zayin. Sus valores numéricos respectivos son 2, 70 y 7 y su suma da 79, número que equivale a la unidad aritmética que simboliza la Unidad del Ser expresada en la Logia (79 = 7+9 = 16 = 1+6 = 7 = 7+6+5+4+3+2+1 = 28 = 2+8 = 10 = 1+0 = 1). El Aprendiz recibe la palabra sagrada deletreada y no puede darla de otro

modo puesto que no sabe leer ni escribir en el Libro de la Vida al inicio de su carrera masónica, o viaje hacia el Conocimiento. El estudio del significado de cada una de las tres primeras letras que el masón recibe debe formar parte de su aprendizaje. 2. Boaz es el nombre de la columna levantada a la izquierda de la puerta del Templo de Salomón, con la cual se corresponde la columna B de la Logia masónica. Boaz significa "En f..." o "En la f...", y es junto a la columna B.·. donde reciben su salario los obreros que han recibido esa palabra. También el estrado del 1er Vig.·., a quien corresponde el pilar de la Fuerza, se sitúa junto a la columna B. Ello es así ya se encuentre la columna situada a la izquierda de la puerta del Templo como en el Rito Escocés o a la derecha como en el Rito Francés. 3. Boaz, o Booz, al igual que Jakin son nombres de realeza y también como tales figuran esculpidos en las columnas del Templo de Salomón y están representados en las columnas de la Logia. Ello se corresponde perfectamente con la naturaleza Real del Arte que los masones practican en su Templo a cubierto del mundo profano. El Libro de Rut narra la historia de Boaz, labrador justo de la tribu de Judá de cuyo linaje desciende el Rey Salomón. Boaz desposa a Rut la moabita, viuda de Majlón, tras haberla favorecido permitiéndole espigar en sus campos y entregándole seis medidas de cebada. La recepción de los dones de Boaz por parte de Rut se corresponde con el aspecto pasivo o receptivo del Tronco de la Viuda, mientras que el relato de la viuda limosnera del evangelio de San Marcos (12, 41-44) evoca su faceta activa. Boaz toma para sí a Rut junto con el campo de su marido muerto "a fin de mantener el nombre del difunto sobre su herencia y para que el nombre del muerto no desaparezca de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar" (Rut 3, 10). A los Hijos de la Viuda les corresponde el mantenimiento y la vivificación del nombre de Boaz a la puerta del Templo masónico. (Ver Jakin, Columnas, Palabra Sagrada y Tronco de la Viuda). M. G.

MANDIL. Durante el rito de iniciación masónica en el R.·.E.·.A.·.A.·., después que el Primer y el Segundo Vigilante hacen el reconocimiento del neófito, el Venerable Maestro le dice: "Hermano, llevad este mandil, que es el símbolo del trabajo: ha sido llevado por los masones más ilustres y por los más humildes, os da el derecho de sentaros entre nosotros y no debéis presentaros jamás en logia sin estar revestido de él". El mandil es, junto con los guantes, el vestido esencial del masón, herencia directa de los canteros operativos, y un atributo propio de la labor a la que se consagra. Es un símbolo que sugiere la

idea de un ser totalmente entregado al trabajo, es decir, de cooperador consciente con el plan del Gran Arquitecto del Universo, de guerrero que lucha por la conquista de la Inmortalidad, de héroe que afronta todas las pruebas y peligros que lo han de conducir a la unión indisoluble con el Principio, hechos estos que se plasman en el oficio de desbastado de la piedra bruta y su conversión en una piedra pulida, escuadrada y sin asperezas. El mandil no debe confundirse con un uniforme cuya intención es dar una única expresión exterior a todos los que lo portan. El uniformismo mata toda la riqueza expresiva del Ser que al manifestarse lo hace adoptando un número indefinido de formas, colores, olores, etc., y pretende una igualdad por lo bajo, cuando en realidad la igualdad sólo lo es por la participación y unión de todas las cosas y seres con el Principio que los origina y les da su razón de ser. El mandil es más bien uno de los signos de pertenencia a un medio de trabajo, el de la construcción, que en nada persigue el uniformismo sino la consecución de la universalidad. El mandil sirve para tapar la parte delantera del cuerpo, la activa, masculina y luminosa (de ahí el nombre de delantal que también recibe en castellano), que es la que participa activamente en la labor, mientras que se anuda en la parte trasera o posterior, pasiva, receptiva y oscura. Dos complementarios que siempre deben equilibrarse en el justo centro, que es el propio masón. Este aspecto se remarca en el mandil del maestro, que por la parte delantera o exterior es blanco y ribeteado en azul o rojo, según el Rito en el que se trabaje, y por la trasera o interna es negra. En cuanto a su composición diremos que se confecciona con piel de animal, constituyendo una segunda piel para el que lo porta, a quien remonta al origen, pues, "Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió". Génesis III, 21. "La piel es, en hebreo, lo 'aún sin luz'; constituye la experiencia de las tinieblas que prepara y precede a la luz." (A. de Souzenelle, El simbolismo del cuerpo humano. Kier. Buenos Aires, 1991, pág. 44). Para reencontrarse con la No-Dualidad, el ser humano caído debe emprender un camino de retorno, desde las tinieblas por alumbrar, simbolizadas en este caso por el mandil, hacia la luz o Conocimiento pleno e identificación con lo metafísico. Respecto a la forma, en todos los mementos de los distintos Ritos, el mandil del aprendiz es un cuadrado con una baveta triangular levantada en la parte superior. En sus orígenes el cuadrado tapaba parte de las piernas y la zona abdominal del cuerpo (sede simbólica del mundo instintivo) y la baveta triangular la zona torácica (residencia de las pasiones y emociones). El aprendiz debe proteger estas zonas mientras va conociendo y purificando todos los aspectos del alma que ellas simbolizan; además esta forma recuerda

la de la piedra cúbica en punta, que es la meta que persigue. En el grado de compañero, el mandil es el mismo, pero con la baveta triangular doblada hacia abajo, sobre el cuadrado, en señal de su mayor habilidad y dominio del mundo anímico. Para el maestro, el delantal varía según los ritos, tal como se ha explicado precedentemente, destacando que de los tres grados iniciáticos es el único en que está decorado con símbolos y emblemas relativos al tercer grado, en el que el masón recibe la "plenitud de todos sus derechos". (Ver Trabajo y Piedra Bruta). M. V. GUANTES. Los guantes, junto con el mandil, constituyen el “traje de faena” del obrero masón; con ellos se reviste mostrando su disposición y firme determinación para cumplir, de acuerdo a su grado, con su trabajo dentro de la Logia, seguro de que ese trabajo habrá de reportarle un justo salario. Significa que es del esfuerzo personal que uno pone por comprender y amar el simbolismo masónico de donde se obtienen las recompensas, que en Masonería son siempre de carácter espiritual. Los guantes son un símbolo de protección y constituyen un recuerdo de aquellos que portaban los antiguos canteros medievales para protegerse de las esquirlas de las piedras que pulían y del roce con las herramientas que manejaban. Tal y como se ven en ciertos grabados de la época, estos eran gruesos, de cuero. También se observa que los maestros los llevaban más finos y blancos, iguales a los que se emplean actualmente en todas las logias, pues se entiende que el trabajo de éstos, como corresponde a su grado, consistía en dirigir los tareas y trasmitir los conocimientos que poseían del oficio a los compañeros y aprendices, en ese sentido los guantes blancos y delicados constituyen un símbolo de mayor dignidad. Así pues, los guantes son un símbolo de trabajo para los masones listos para ponerse “manos a la obra” de forma responsable, esto es, no descuidando tener presente lo fundamental que para la Masonería es la Glorificación al Trabajo. El hecho de haberse conservado este símbolo hasta el punto de que ningún masón entra en la Logia sin llevar los guantes puestos, da cuenta de la importancia que para la Orden tiene mantener vivo su significado y su relación con la idea del trabajo operativo, que en definitiva es aquel que verdaderamente opera una transformación o una alquimia en el individuo que con voluntad se entrega al trabajo iniciático cuya finalidad es el conocimiento del Gran Arquitecto del Universo. Por otro lado su color blanco nos indica que se trata también de un símbolo ligado a la idea de pureza e inocencia, idea claramente señalada en el ritual de exaltación al 3º grado durante el cual se examinan las manos y guantes del

compañero recipiendario para probar que está libre de toda culpa con relación a la muerte del maestro Hiram. Ello nos estaría indicando que todos los actos del masón deben estar guiados por esas dos virtudes durante el desarrollo de los trabajos dentro de la Logia, esto es, revestidos de pureza y recta intención. Hay dos momentos solemnes dentro del ritual en los que se detienen los trabajos y se quitan los guantes, es durante la cadena de unión y en el momento de los juramentos sobre las Tres Grandes Luces; en ambos casos se trata de un símbolo de alianza con el Principio. En el juramento se produce la unión con el Principio Supremo, Gran Arquitecto Universal, y en la cadena la unión es con la cadena iniciática que liga a los masones de todos los tiempos y lugares con quien se establece la unión. Mª A. D. (Ver Mandil y Decoraciones). LAZOS y NUDOS. En la Masonería, como en todas las tradiciones, los lazos o los nudos simbolizan esencialmente la vinculación que el individuo mantiene con la propia organización iniciática (de ahí la expresión "lazos de amor" empleada en la Masonería para designar la unión que entre sí mantienen los diferentes integrantes de una Logia), y a través de ésta, considerada como soporte, con el Principio que esa misma organización vehicula, y que en la Masonería no es otro que el Gran Arquitecto del Universo. Sin embargo, ese anudamiento con lo que constituye la naturaleza profunda y más interna del ser, incluye previamente un "des-anudamiento" o un "des-enlace" con lo que en ese ser hay de más externo y periférico. Esta doble operación de "des-anudar" y "anudar" es idéntica al solve et coagula de la Alquimia, consistente en separar, o "des-ligar", lo "espeso de lo sutil", lo profano de lo sagrado. Con la disolución o muerte a un plano inferior, se produce simultáneamente la coagulación o nacimiento a un plano superior, lo cual constituye un proceso arquetípico que va señalando las diferentes etapas por las que transcurre la iniciación en los misterios del cosmos y de la vida. Esta es la razón por la que el significado de los lazos se presta a una ambivalencia que, por otro lado, es consubstancial a numerosos símbolos. En efecto, existe un cierto aspecto "negativo" de los lazos y los nudos, pues en ocasiones éstos, en lugar de simbolizar la unión permanente y armónica entre todos los estados del ser, traducen, por el contrario, determinadas trabas o ataduras psicológicas que suponen un serio obstáculo en la realización interior. Recordemos, en este sentido, el "nudo gordiano" de la leyenda de Alejandro Magno. En la Masonería, este aspecto ambivalente de los nudos aparece claramente definido cuando en un momento de la iniciación al grado de aprendiz se le pone al postulante una cuerda anudada alrededor del cuello. Por un lado, esa cuerda le advierte del estado de dependencia que aún mantiene con el mundo

profano, del que procede y del que deberá desvincularse. Pero, al mismo tiempo, la cuerda que le anuda representa un símbolo del "lazo iniciático", o del "cordón umbilical" sutil que liga al masón con su Principio, unión que sólo se hace efectiva una vez se ha asumido íntegramente la realidad sagrada y metafísica contenida en la enseñanza iniciática. Además, en llegar a comprender y encarnar esa realidad, en vivenciarla en uno mismo, consiste el verdadero "secreto masónico". De ahí que en algunos antiguos manuales se diga expresamente: "¿Qué lazo nos une?.- Un secreto. ¿Cuál es este secreto?.La Masonería". (Ver Cadena de Unión, Cuadro de Logia y Cable tow). F. A. CADENA DE UNION. La cadena de unión es sin duda alguna uno de los símbolos más significativos de entre todos los que decoran la Logia masónica. Se trata de un cordel que rodea todo el templo por su parte superior. Esta situación en lo "alto" le da una connotación celeste, confirmada por los doce nudos que aparecen de trecho en trecho a lo largo de todo el cordel, los cuales simbolizan los doce signos del zodíaco. Esos nudos se corresponden, además, con las doce columnas que excepto por el lado de Oriente también rodean el recinto de la Logia. Cinco de esas columnas están situadas en el lado de Septentrión, otras tantas a Mediodía, y las dos restantes -las columnas J y B- a Occidente. Para comprender esta simbólica habría que tener en cuenta que la Logia es, ante todo, una imagen del mundo, y como tal debe existir en ella una representación de lo que constituye el "marco" mismo del cosmos, que es propiamente el zodíaco. Muchos recintos o santuarios sagrados -al igual que las ciudades edificadas según las reglas de la arquitectura sagrada-, siendo la proyección en la tierra del orden celeste, están de una u otra manera "enmarcados" por las constelaciones zodiacales. Es el caso, por ejemplo, del Ming-Tang chino, del Templo de Jerusalén (y su arquetipo la Jerusalén Celeste), y en construcciones tan antiguas como puedan ser el crómlech megalítico de Stonehenge. Asimismo, los masones operativos, y en general los artesanos constructores de cualquier sociedad tradicional, se servían de un cordel para determinar la posición correcta de los templos o catedrales, que siempre y de forma invariable, estaban orientados según las direcciones del espacio señaladas por los cuatro puntos cardinales, exactamente igual que la Logia. Ahora bien, como menciona René Guénon, "... entre las funciones de un 'marco' quizá la principal es mantener en su sitio los diversos elementos que contiene o encierra en su interior de modo de formar con ellos un todo ordenado, lo cual, como se sabe, es la significación misma de la palabra 'cosmos'. Ese 'marco' debe, pues, en cierta manera, 'ligar' o 'unir' esos elementos entre sí, lo que está formalmente expresado por el nombre de

'cadena de unión', e inclusive de esto resulta, en lo que a ella concierne, su significación más profunda, pues como todos los símbolos que se presentan en forma de cadena, cordel o hilo (todos ellos símbolos del eje) se refieren en definitiva al sutratma" (cap. LXV de Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada). Por consiguiente, la cadena de unión masónica vendría a significar, considerada desde el punto de vista metafísico, exactamente lo mismo que la "cadena de los mundos": un símbolo que resume el conjunto de todos los estados, seres y mundos que conforman la manifestación universal, los cuales subsisten y están ligados entre sí por el "hilo de Atma" (sutratma), es decir por su hálito o espíritu vivificador. Por otro lado, la cadena de unión es también la cuerda anudada (o houppe dentelée en la Masonería inglesa) que aparece figurada en los cuadros de Logia masónicos, y concretamente en los pertenecientes a los grados de aprendiz y de compañero. La significación simbólica de dicha cuerda es idéntica a la de la cadena de unión, pero, al mismo tiempo, y vinculado específicamente con el simbolismo del cuadro de Logia, habría que considerar también otro aspecto importante de ella: el que tiene como función "proteger", además de "unir" y de "ligar", los símbolos y emblemas que aparecen dibujados en el cuadro, el que es considerado como un espacio sacralizado, y por tanto inviolable. En este sentido, la idea de "protección" está incluida en el simbolismo de los nudos y las ligaduras, que por sus formas respectivas recuerdan el trazado de los dédalos y laberintos iniciáticos. Y en lo que respecta a la cadena de unión, ésta es la que en su función de "marco" celeste delimita, separa y protege el "mundo de la luz" (la Logia, considerada como "un lugar muy iluminado y muy regular") del "mundo de las tinieblas", o lo sagrado de lo profano. (Ver Rito de la Cadena de Unión, Lazos y Nudos, y Cuadro de Logia). F. A. diccionario home page índice temático adiciones mensuales

La palabra creadora en Masonería; por Pere Sánchez Ferré

Artículo publicado en la revista La Puerta. Retorno a las fuentes tradicionales, nº 65, julio 2006, Tarragona, Arola Editors., pp. 99-116. La existencia de la masonería está estrechamente vinculada a la cábala hebrea, cuya presencia se hace evidente en el uso de palabras, de nombres de Dios que figuran en los rituales de los diferentes grados y en todos los Ritos y sistemas masónicos, tanto antiguos como modernos. A cada grado le corresponde una palabra sagrada y una de paso, aunque en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado el primer grado no tiene palabra de paso, de manera que el aprendiz utiliza la única palabra que ha recibido, la sagrada, para acceder al templo.

La mayoría de estas palabras son hebreas y han mantenido su fonética en esta lengua hasta la actualidad, aunque a veces se den alteraciones importantes, en muchos casos debido al desconocimiento del hebreo. Se conservan en su lengua original porque así mantienen su poder; no pueden traducirse sin que pierdan su eficacia, ya que no son de invención humana: pertenecen a una lengua sagrada [1]. Platón escribe que los nombres de los dioses son eternos, y son los correctos «por naturaleza y no por convención». Para el filósofo griego, el creador, el demiurgo universal, es también el «primerísimo onomaturgo[2], creador de los nombres», por es esa razón aquellos que se han encontrado con daimones o ángeles, «han aprendido de ellos nombres más ajustados a las cosas que cuantos vienen impuestos por los hombres»[3]. Court de Gebelin dirá que los nombres de Dios detentan su fuerza y poder en la lengua original que fueron revelados debido a que: La justa relación entre los nombres y los objetos que designan es lo que confiere la fuerza y la energía a las palabras. […] hay aquí como un retrato que no puede ser arbitrario, sino que debe ser conforme a su modelo. [4] Estas razones son suficientes para no alterar los nombres sagrados, como ha hecho la masonería. En el pensamiento tradicional, las palabras aluden directamente a las cosas que designan. Un buen ejemplo de ello nos lo proporcionan los nombres de Dios que figuran en la Biblia, donde en la mayoría de casos a cada estado y función de la divinidad corresponde un nombre determinado, cuyo significado nos revela su naturaleza. Esta relación íntima sobre el nombre y lo que éste designa no es, evidentemente, patrimonio del judaísmo, sino que es propio de todo el pensamiento antiguo. Nada en la creación es fortuito, sino que todas sus partes y elementos guardan entre sí una relación, un vínculo natural establecido por el Creador, lo cual se manifiesta también el lenguaje.

La realidad era aprehensible porque las palabras y las cosas no estaban separadas [5] y el signo no era arbitrario, como piensa la modernidad, pues en cada cosa y en cada criatura estaba inscrita una señal que la hacía reconocible, identificable. Así, el mundo tenía significado, era inteligible gracias al lenguaje. Así, también el ser humano era y es cognoscible gracias a que también él posee un signo de identificación, que consiste en la partícula divina que contiene, es decir, Dios en el hombre, que es la palabra perdida en masonería; esta es su dignidad, en el sentido que lo afirmo Pico della Mirandola; gracias a esta palabra divina sepultada en la naturaleza humana, el hombre puede ser el rey de la creación y el centro del mundo. Respecto a la relación verídica entre las palabras y las cosas, la tradición escrituraria hebrea (a la que hemos aludido) nos proporciona un ejemplo paradigmático, pues cada nombre de Dios designa las cualidades, funciones y estados que le son propios. He aquí algunos ejemplos: cuando el nombre alude a la fuerza de la divinidad celeste, se usa el término El (‫)אל‬, que significa ‘fuerza’. El nombre de Elías representa al profeta que ha encarnado a Dios; en hebreo es Eliahú ( ‫)אליהו‬, compuesto por dos nombres de Dios, el celeste, Elí (‫)אלי‬, ‘mi Dios, mi Fuerza’ y Hu, (‫ )הו‬el dios sepultado en el hombre, que se unen en el ser humano que ha sido bendecido. Cuando Dios es el fuego del cielo, lleva el hombre de Uriel (uri, ‘mi fuego’ ‘de El’); cuando cura, Rafael (‘curación de El’); cuando, en el cristianismo, visita y fecunda a la Virgen pura, es llamado Gabriel (el ‘macho’, guever, de ‘Dios’, El). En las palabras sagradas y de paso que emplea la masonería prevalece este mismo principio, aunque intervienen otros elementos que han modelado su uso con claves complementarias.

Nombrar, crear La palabra es creadora, contiene una fuerza primigenia que nace del fondo del hombre, de su dios. Gracias a este origen divino, nombrar supone activar la

sustancia misma de lo nombrado. Hablar es reanimar, actualizar fuerzas, cualidades y estados de la divinidad, donde ya no existe separación entre el nombre lo nombrado. Conocer el nombre de las cosas es acceder a su sustancia más íntima, a su naturaleza secreta. Pero es imposible conocer la divinidad sin unirnos a ella. Sin embargo, mientras esto no ocurre, podemos acercarnos al secreto de las palabras y de aquello que designan, encaminando nuestro estudio hacia el origen de los nombres, pues dirigirnos al origen es volvernos hacia nuestra simiente, y de ella al germen, donde reside toda su fuerza generadora. Así, por medio de la etimología emulamos el camino que deberemos seguir hacia nuestro propio principio, a fin de descubrir, por revelación, la palabra oculta en nosotros y ser reengendrados por el Espíritu. Sin embargo, en la perspectiva de la nueva creación, no es el hombre exterior quien lee y escribe, quien construye el templo nuevo, sino el Gran Arquitecto del Universo, abriendo el libro, clarificando el espejo donde el cielo se leerá, se dirá y se reencontrará con su mitad humana. En términos de construcción y geometría equivale a convertir la piedra caótica, oscura y bruta (de latín brutus, ‘animal’) en piedra cúbica, apta para el templo reconstruido en la pureza. Un antiguo ritual masónico dice que «los hombres pretenden construir, pero es en vano si el Gran Arquitecto del Universo no construye él mismo» [6].

La palabra sagrada Ignoramos muchos de los nombres que se empleaban en la masonería medieval inglesa, pero sí sabemos que existían palabras de reconocimiento a fin de evitar que los albañiles y picapedreros no iniciados accedieran a las logias o templos en los que se celebraban las ceremonias masónicas. Sin embargo, gracias a los rituales de los siglos XVI y XVII que se han conservado, conocemos las diferentes palabras sagradas y de paso que utilizaban, y todos ellos concuerdan en que para acceder a la logia, al lugar en que se realizan los trabajos de la construcción sagrada, es necesario conocer o poseer una palabra de paso. Dichos rituales constituyen el

testimonio de una tradición más antigua, básicamente oral, que sobrevivió hasta la época moderna. Como indica su nombre, es una palabra de paso porque su posesión permite al iniciado pasar de lo profano a lo sagrado, simbolizado por la gloria. Se accede así el lugar de la nueva creación [7]. El aprendiz representa al verdadero iniciado que comienza la andadura hacia su propia regeneración, pero sólo está en los inicios de la Obra, ya que posee la palabra sagrada, pero –como dice el ritual— aún no sabe «leer ni escribir» dicha palabra, sólo puede deletrearla. René Guénon observa que la «sílaba es el elemento indivisible de la palabra pronunciada» [8]. Por lo tanto, si relacionamos la letra, elemento primero de la escritura, con la silaba, primer elemento del lenguaje oral, ambas equivaldrían a la primera materia con la que se construye el templo. El aprendiz sólo sabe deletrear, por lo tanto, no habla, es decir, el verbo interior aún no se ha manifestado en él. Por esa razón saluda con un signo llamado «gutural». Conoce los elementos básicos que componen la palabra, las letras, conoce la primera materia de la creación, pero aún no la ha llevado a su perfección. Así el aprendiz ha de aprender a leerse y a decirse, puesto que es en su propia tierra donde la palabra está sepultada. Es su propio Dios, su Señor, quien está abandonado en los fundamentos del edificio en ruinas, también llamado piedra bruta [9]. Nuestra piedra bruta es un caos que debe ser ordenado o leído. También es el libro de la naturaleza que debe ser abierto, lo que corresponde al hombre regenerado, según decía Emmanuel d’Hooghvorst. La hermenéutica tradicional enseña que leer y escribir aluden a fijar, a poner límites a lo ilimitado. El aprendiz ha recibido el don del cielo y este don se ha de realizar en él, pues es un proceso por el cual –dice la tradición hermética— el don

inicial toma cuerpo y se solidifica hasta su completa pureza, para asumir después la fuerza verbal y gloriosa.

Misterios corporales. Los misterios de la regeneración son corporales, puesto que son la sustancia y la esencia divinas en el hombre las que deben ser regeneradas, lo cual es enseñado en los antiguos textos de la masonería, donde la cábala hebrea no sólo está presente en las palabras sagradas y de paso, sino también, como ya hemos dicho, en los toques y signos masónicos, todos referidos al cuerpo humano. En el manuscrito Dumphries se pregunta: ¿Dónde reposa la llave de vuestra logia? Y se responde: En una caja de hueso recubierta de pelo erizado. [10] Aquí resultan obvias las referencias al sexo. Es un pelo «erizado» porque se trata de la naturaleza humana (el pelo animal) que aún no ha sido bendecida o suavizada. Enmanuel d’Hooghvorst cita al respecto un comentario de san Jerónimo sobre el pasaje del Cantar de los Cantares 1, 2: […] Si quieres buscar, busca y ven a vivir a mi lado en el bosque. En el mismo sitio, la Iglesia en llantos recibe la orden de gritar desde Seir, puesto que Seir se traduce por ‘velludo’ o ‘erizado’. Se trata de expresar el antiguo erizamiento de los gentiles. Además de ser un topónimo, Seir (‫ )שעיר‬significa ‘habitante del bosque’ y también ‘satiro’, ‘macho cabrio’, términos éstos de evidentes connotaciones sexuales. Como escribe el autor de El Hilo de Penélope, «los misterios del verbo son sexuales» [11].

El mismo manuscrito insiste más adelante en la cuestión: ¿Cuál es la longitud de vuestra cuerda? Y se responde: Es tan larga como la distancia que existe entre el lugar de mi ombligo y mis cabellos más cortos. [12] En el manuscrito inglés del Trinity College (de finales del siglo XVII) se indica que los maestros se saludaban presionando la columna vertebral y colocando la rodilla entre las del otro hermano [13]. Otro texto de la masonería antigua explica que se daba la Palabra de Maestro de manera que dos hermanos se estrechaban mutuamente la mano derecha, mientras los dedos respectivos de la mano izquierda presionaban fuertemente las vértebras cervicales. [14].

En el toque del grado de aprendiz se relaciona la mano con nombres de Dios, de manera que a cada falange le corresponde una letra (véase figura), lo cual está tomado de la cábala hebrea. Dicho toque se realiza de manera que un hermano

presiona con su pulgar derecho la primera falange del dedo índice de la mano derecha del aprendiz. Las letras que corresponden a estas dos falanges (del pulgar y del índice) son la pe (‫ )פ‬y la he (‫)ה‬, cuyos valores respectivos son 80 y 5. La suma, 85, es el valor numérico de la palabra sagrada del aprendiz, Boaz (‫)בעז‬, siempre que se incluya la letra vav (‫)ו‬, que está oculta, como observó Jaime González [Santiago de Vilanova] es un trabajo inédito sobre los nombres sagrados en la masonería [15]. En la cábala judaica, las manos unidas son una imagen del Tetragrama, pues a la mano derecha se le asigna las letras YH ( ‫)יה‬, y a la izquierda, VH ( ‫)וה‬, de manera que

uniéndolas

tenemos

el

Nombre

de

Dios

reunificado:

‫יהוה‬

La unión de la manos también es una alusión a la unificación del Nombre, pues las dos se convierten en una sola; la izquierda simboliza Elohim, el Rigor o Juicio (Din), y a la derecha, la Clemencia (Guedulah) o el Tetragrama. [16] En los textos antiguos de la cábala se hacen otras alusiones al cuerpo humano en el Sefer ha-Bahir, donde se explica acerca de la séptima sefirá [17]. […] suele decirse que es el Levante del mundo. Es de allí que viene la simiente de Israel, pues la columna vertebral se prolonga desde el cerebro hasta su miembro viril, por eso la simiente viene de arriba, tal como lo establece Isaías 43, 5: Del Levante traeré tu generación. [18] De hecho, las alusiones a la anatomía sagrada del cuerpo humano se encuentran en todas las tradiciones; el hinduismo es prolífico al respecto. Véase también la carta número 19 del Tarot de Marsella (El Sol).

Los tres puntos

Además de los distintos nombres y palabras sagradas, la masonería utiliza con profusión un nombre de Dios de apariencia extremadamente simple, pero con un contenido muy rico y profundo. Se trata de un símbolo omnipresente en los textos masónicos, tanto doctrinales como administrativos, que consiste en tres puntos ordenados en forma de triángulo. Esta forma sucinta y geométrica de representar a Dios tal vez tenga su origen en los jeroglíficos egipcios. Según Reuchlin, para escribir el nombre de Dios sin profanarlo, los caldeos «usaron una figura de tres puntos unidos en forma de semicírculo o de triángulo» [19]. Los tres puntos son también una manera de representar la letra delta griega, que es una imagen geométrica de Dios. La letra delta o triángulo es también el símbolo del fuego y revestía gran importancia entre los pitagóricos, para quienes el tres era el número perfecto, asignado al Todo (Pan), lo cual recoge Aristóteles en su obra Sobre el Cielo (I, 1, 268 a): «El número tres define al Todo y todas las cosas, pues es aquello que constituye la Tríada: fin, medio y comienzo, que también constituyen el Todo».

La triple voz En la Orden francmasónica, lo triple reviste otros aspectos. Uno de ellos es la triple voz del grado de maestro, usando en épocas pretéritas. En el manuscrito Graham, de 1726, se dice que no es posible enseñar la «noble manera de construir» sin que se pronuncie la «triple voz» [20]. En otros textos medievales se explica que una logia sólo podía ser abierta para llevar a cabo los trabajos de ritual con el concurso de tres maestros masones, cada uno de los cuales disponía de una varita; juntándolas, se obtenía un triángula rectángulo pitagórico.

De igual modo, la palabra sagrada del maestro constaba de tres silabas, y cada uno de ellos pronunciaba una de las tres; entonces la palabra perdida era recuperada. En algunos textos alquímicos medievales como Aurora consurgens, se habla de «tres palabras preciosas [Tria verba [21] pretiosa] en las que se halla oculta toda la ciencia que debe ser daba a los hombres piadosas». También en el Liber trium verborum, atribuido al rey Calid, se encuentran dichas «tres preciosas palabras secretas y descubiertas, que no son dadas a los malvados, impíos e infieles, sino a los fieles y a los pobres, desde el primer día hasta el último» [22]

El Chadai y el Tetragrama Uno de los nombres sagrados en la antigua masonería era el de Chadai (‫)שרי‬. Estaba presente en las ceremonias de apertura y clausura de los trabajos en la logia, en los juramentos y en las obligaciones. Los trabajos de apertura en el grado de Aprendiz (del año 1663) comenzaban con Estas palabras: «Muy Santo y Glorioso El Chadai, Gran Arquitecto del cielo y de la tierra» [23]. Por lo tanto, el Gran Arquitecto del Universo no sólo era el equivalente al Tetragrama, sino también a El Chadai, lo cual tiene su razón de ser, puesto que en la cábala hebrea es él quien comienza la Obra [24]. Chadai o El Chadai es un nombre de Dios que, en el Antiguo Testamento, siempre está vinculado a la experiencia iniciática, si se lee el texto en clave cabalística; véase, por ejemplo, Génesis 17, 1. Era Abram de noventa y nueve años de edad, cuando le apareció YHVH y le dijo: Yo soy El Chadai, anda delante de mí y sé perfecto. [25] En la cábala, el nombre de El Chadai corresponde al Dios que bendice, como en el texto citado.

En Francia, antiguamente, el Nombre del grado de Maestro era el Tetragrama ( 26] ( ‫]יהוה‬, la Palabra completa. En la masonería del siglos XVIII, cuando el masón recibía la Palabra de Maestro, Hiram era enderezado, resucitaba [27]. Este aspecto ritual procedía de la Edad Media e indica que hemos de ser erguidos o reconstruidos gracias al Nombre de Dios reunificado. Aquí Hiram puede asimilarse a Osiris y también a Cristo resucitado en el hombre. Cuando en los antiguos rituales masónicos del tercer grado se dice que «un cadáver espera la resurrección» [28], se alude a esta palabra, a este Hiram u OsirisCristo en su tumba, que resucita para completar la creación verdadera, la obra de Dios, cuyos misterios se dramatizan magistralmente en los diferentes Ritos de la masonería. En el manuscrito Dumphries, de c. 1710, leemos que Cristo muerto y resucitado equivale al templo destruido y reconstruido. [29]

La piedra cúbica La piedra cúbica, como la piedra bruta, siempre están presentes en la logia y simbolizan la obra de regeneración humana a la que aspira el masón. La piedra bruta debe ser extraída de nuestro caos y convertida en una piedra perfectamente cúbica. Después debe ser afinada o sutilizada a fin de que se vuelva piramidal. Quien da la medida de todo –enseñaba Emmanuel d’Hooghvorst— es la piedra angular, Cristo, de quien san Pablo escribió que era la piedra de ángulo (en Efesios 2, 19-20). Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra de ángulo Jesucristo mismo […]

Si trasladamos la doctrina masónica al lenguaje teológico y al alquímico, veremos que la piedra cúbica de fundación es llamada María, no porque sea necesariamente una mujer, sino porque es la primera parte de la obra alquímica de regeneración, el misterio femenino. Su culminación es Cristo, el estado masculino, el Verbo, la piedra piramidal. Decir que la virgen María es la piedra cúbica no es un despropósito, pues si bien la iconografía cristiana no abunda en imágenes de vírgenes cúbicas, si lo hace la tradición griega con la diosa Cibeles. Esta divinidad es llamada en los Himnos homéricos «madre de todos los dioses y de todos los hombres» [30]. Su nombre, Kybele (κυβέλη), procede de kybos laos (κύβος λαας), ‘cubo’ o ‘dado de piedra’, y el verbo kybitzô (κυβιζω) significa ‘formar un cubo’ [31]. La piedra bruta masónica, que es la propia del aprendiz, es lo que nos queda de Dios, y debe ser purgada, fecundada [32] y convertida en un cubo, trabajo que corresponde al grado de compañero. El hijo de esta virgen cúbica es el Verbo, la palabra perdida y reencontrada, o la piedra piramidal del maestro. Así, los tres grados masónicos contienen todo el misterio del cristianismo y de la regeneración alquímica. Tal vez sin saberlo, los masones han perpetuado hasta hoy día la tradición mariana del catolicismo.

Encontrar La Palabra, construir el templo ¿Cuál es el objetivo primordial, iniciático de la masonería? Todos los Ritos y sistemas afirman, bajo aspectos diferentes, que es la construcción o reconstrucción del Templo. Veremos a continuación que dicho edificio se fundamenta en nombres de Dios, o en el Nombre de Dios. Más aún, pues podría decirse que es el propio Nombre de Dios el que debe ser reconstruido o reunificado, por esa razón la palabra perdida es

uno de los temas esenciales y más rico en símbolos y alusiones herméticas que conserva aún la masonería. ¿Y cuál es el lugar donde se construye? En el edificio en ruinas de la humanidad. Hay que bajar a esas ruinas abandonadas para edificar de nuevo el templo, hay que visitar estos yacimientos para hallar la palabra abandonada. Esta palabra de Dios posee una fuerza particular que edifica cuerpos o templos nuevos, y es también un fuego que reconstruye. [33] La lengua latina expresa claramente esta relación entre el nombre y la fuerza, pues nomen significa ‘nombre’, y numen ‘poder, voluntad divina, inspiración divina, providencia’. Nomen procede de nosco, ‘conocer, aprender’. Louis Cattiaux escribió a un amigo que quien dispone de la luz concentrada puede «crear con Dios». «De otro modo –continúa— y en menor grado, es posible modelar la luz esparcida por resonancia, lo que se hace con los nombres secretos […]» [34] En su Mensaje Reencontrado nos habla de los nombres creadores: Estos Nombres divinos se escriben, se deletrean, se nombran y se cantan para dar las formas y para deshacerlas; es un secreto que Dios sólo confía a los renunciados que prefieren morir antes que matar. [35]

El sentido puro Para construir un templo inmortal es preciso tener los sentidos purificados, por eso los masones trabajan con guantes blancos. La mano es el jeroglífico de los sentidos, o, para ser precisos, del sentido interior que se encuentra oculto y envilecido en el ser humano. Es el hombre viejo de San Pablo, y debe sufrir un proceso regenerador gracias a la bendición de Dios, que corresponde a la iniciación.

En la tradición egipcia, una de las ceremonias más secretas de los misterios iniciáticos era la llamada «ceremonia de obertura de la boca», por la cual el muerto Osiris recuperaba (en el secreto interior del iniciado) el uso de sus miembros, dándole una nueva vida a fin de poder gozarla y ser divinizado. [36] En el Antiguo Testamento, esta apertura del verdadero sentido interior es representada por la boca, que alude a la capacidad de hablar del verbo regenerado, y que en definitiva es la verdadera circuncisión que abre la puerta a la palabra profética y creadora: véase lo escrito en Éxodo 4, 10-12. Entonces dijo Moisés a YHVH: […] soy tardo en el habla y torpe de lengua. […] Y YHVH le respondió: […] yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que hayas de hablar. San Pablo se refiere al significado secreto de este misterio al escribir que lo importante no es el ritual que nos recuerda una circuncisión que desconocemos, sino la verdadera circuncisión, que es la del corazón: «Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; […] y la circuncisión es la del corazón» [37] Este corazón es la carne de nuestro fundamento divino (el sentido) que debe ser circuncidada, lo cual corresponde a la segunda parte de la obra de regeneración, según la enseñanza de Emmanuel d’Hooghvorst. En hebreo, ‘circuncidar’, mul (‫ )מול‬tiene la misma raiz que hablar: malal ((‫מלל‬ 38]], lo cual nos indica que la circuncisión permite recuperar la palabra perdida. Es la lengua de los pájaros o de los ángeles, el verbo profético, pues el cielo se ha encarnado, se ha hecho Verbo y Dios habla en un hombre. Escribe san Pablo en Gálatas 6, 11-18: «[…] porque yo traigo impresas en mi cuerpo las señales del Señor». Tal vez éstas correspondan a la elocuente herida de la que habla el autor de El Hilo de Penélope. [39]

Así, el masón que ha sido sometido a la purificación de su sentido interior conocerá el misterio del Verbo encarnado actuando en su secreto. El Verbo es el Dios de los vivos. Los muertos no hablan, por eso en los rituales fúnebres de la masonería se escuchan sonidos mate. Como hemos visto, el misterio de la palabra es corpóreo, pues Dios sólo puede ser conocido en el ser humano, y quien posee su palabra se conoce a sí mismo en el sentido platónico; ha resuelto el enigma y vivirá. Todo ello es dramatizado en los rituales masónicos y sus elementos esenciales han sobrevivido a lo largo de los siglos como memento y enseñanza, como exhortación a la sabiduría y como acto mágico encaminado a actualizar el misterio de la palabra creadora en el masón. La iniciación masónica verdadera (dramatizada en los rituales) da a conocer esta palabra que permite acceder al trabajo de reconstrucción del templo, o de recuperación de la palabra extraviada en la carne del mundo. Esta experiencia secreta conducirá al masón a reunificar la palabra de Dios y dar testimonio del misterio supremo de la regeneración humana, el misterio de la Unidad