La familia romana

Universidad de Guanajuato Departamento de Historia La familia romana René Ramos Rocha 31/05/2012 1 Introducción A ve

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Universidad de Guanajuato Departamento de Historia La familia romana

René Ramos Rocha 31/05/2012

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Introducción A veces cuando se estudia historia se dejan del lado ciertas cosas, aparentemente obvias puesto que son básicas, son tan comunes a nosotros que ni las notamos. Nos interesan las grandes cosas y procesos, lo diferente, lo que es ajeno a nosotros, lo que de alguna forma nos causa admiración. ¿Qué puede ser destacable o admirable de lo que se come? ¿De lo que se viste? ¿De con quien se casa alguien o por qué? Son cosas que hacemos todos los días, a las que no les prestamos atención y pensamos que siempre han sido así, que han sido inmutables. Es decir, siempre todos los seres humanos de todos los tiempos y todos los lugares han comido, han vestido, se han casado, han tenido relaciones, procreado hijos, siempre. Entonces, si siempre ha sido así porqué perder el tiempo estudiando cosas cotidianas de antes si son iguales que ahora. Y es esto anterior lo que me pasaba a mí, siempre consideré esas cosas simples y comunes como inmutables, iguales hoy que hace mil años. Entonces me enteré que no es así. La cotidianeidad también cambia, igual y no tan rápido ni de forma tan dramática como los sucesos que son favoritos a la historia, pero sí cambia. Y no sólo eso sino que al poner atención a la formación de estas instituciones, de estas ideas tan arraigadas que forman a ser parte indivisible de las tradiciones de un pueblo, uno se puede dar cuenta de la enorme importancia que tiene para toda la humanidad, de la trascendencia. Esto es real para la familia romana, cuya trascendencia y sus orígenes son en verdad tan grandes, tan vastos, que escapan a la vista, pero no porque estén escondidos, sino porque no los podemos ver en conjunto al principio. Pero tras un

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pequeño análisis con atención vemos que sus implicaciones permearon el mundo por mucho tiempo, sin si quiera ser igual ni llamarse de la misma manera, pero la influencia ahí se encuentra. Este pequeño trabajo intentará describir la conformación de la familia romana, esta en los años finales de la República y principios del Imperio. Además que se atenderá a las familias patricias, es decir a la clase acomodada de Roma cuyos antepasado se remontan a la misma fundación de la ciudad.

Antroponimia en la antigua Roma Empezaré por los nombre de los individuos para ir desglosando poco a poco la conformación de la familia en Roma. La forma de nombrar romana sufrió varios cambios durante el tiempo pero mantuvo ciertas convencionalidades. Entre los varones generalmente el nombre se componía de tres partes, tria nomina, veamos por ejemplo un nombre que nos ofrece el cine: Máximo Décimo Meridio Tiene tres nombres, el primero (Máximo) es el preanomen sería actualmente el “nombre de pila”, este sólo lo usaban los allegados al individuo, su familia y amigos. El segundo (Décimo) es el nomen, que representaba la gens a la que pertenecía el individuo, es como una suerte de apellido, en este caso, Máximo pertenece a la gens Décima. El tercero (Meridio) es el cognomen este originalmente era un apodo y representaba alguna característica del individuo, una defecto, una virtud o una conquista; posteriormente se hizo hereditario para distinguir la rama de la gens a la que se pertenecía; en el caso de Máximo, Meridio puede significar que pertenecía a esta rama de la gens Décima o que él era del 3

sur, (meridius significa del sur). Cuando el individuo ya tenía un cognomen hereditario se le daba un agnomen tras a haber hecho una gran hazaña, por ejemplo Publio Cornelio Escipión, fue llamado Africano, tras su victoria contra Cartago. Otros cognomen se referían también a los adoptados, cuando se era adoptado por alguien este se ponía el nombre de la gens adoptante y ponía su propia gens como cognomen con la terminación –ano. Por ejemplo el emperador Augusto, originalmente se llamaba Cayo Octavio Turino, es decir perteneciente a la gens Octavia; pero tras ser adoptado por César se llamó, Cayo Julio César Octaviano. Todo esto en cuanto a varones, las mujeres se nombraban muy diferente. Estas no tenían preanomen, sólo nomen feminizado, por ejemplo una hija de Máximo se llamaría Décima. Si tiene dos hijas se le ponía el cognomen mayor o menor respectivamente, si tenía más de dos se le ponía un número cardenal. Así la sexta hija de Máximo sería Décima Sexta.

La Gens Todo esto de los nombres está muy bonito, pero no lo digo para ser anecdótico. Se puede apreciar la clara distinción entre hombres y mujeres y sobre todo la importancia del nomen el que designaba a la gens a la que se pertenecía. Y es que para los romanos, la gens era importante. Actualmente podríamos decir que es la familia, pero a gran escala. Todos los miembros de la gens tenían un antepasado común. A este y a sus descendientes se el rendía culto, en cierta fecha al año se iba a la tumba de este 4

antepasado y se le rendían ofrendas. Esta tumba pertenecía a la gens, aquí eran enterrados todos los miembros de la familia y cada una de las ramas daba culto a sus respectivos descendientes, estos eran sus dioses, sus dioses domésticos. Fustel de Coulanges da una importancia primordial a esto, dice que todo el punto de ser de la familia dependía de la inclusión al culto de los dioses domésticos. Él dice que todas las costumbres familiares derivan de este culto. Estoy de acuerdo con él al mencionar la importancia capital de esto, pero también creo que se hicieron primero las usanzas de la familia luego se desarrolló el culto y por medio de este se perpetuaron las costumbres. No que de la religión haya derivado todo. Pertenecer a la misma gens tenía sus condiciones para todos sus miembros. Siempre se ayudaba a pagar las deudas de un miembro, se le apoyaba en los juicios aunque se le detestara. Había una solidaridad y un interés en perpetuar la gens. Las mujeres se debían casar con otra gens y no en la misma. El punto era que el culto a los antepasados no se extinguiera y que su memoria fuera honrada. Esto es fundamental, de verdad, ya que muchísimas de las cuestiones legales de Roma verán sus inicios en esto, en proteger la existencia de las gens y el honor de estas. Cada gens tenía su cabeza, su patriarca digamos. Este sería el que tuviera el puesto en el Senado de la ciudad. Engels sugiere que este líder era elegido dentro de cada gens, pero los otros autores, si bien no especifican esto, dan a entender que el líder de la gens era escogido por derecho natural, el primogénito del líder anterior y así por todas las generaciones hasta el miembro fundador de la familia.

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El parentesco y el liderazgo A esto le llamaban agnación y es literalmente el parentesco entre individuos de una misma familia. No es igual a la nuestra. En Roma sólo existía parentesco mediante la línea masculina. Dos personas podrían ser primos hermanos, pero sí lo eran por medio de su madre, entonces ya no eran familia. Por esto en la línea de sucesión no se tomaban en cuenta, sólo a los parientes por línea paterna. La duda surge si los descendientes por línea materna podían dar culto a los antepasados de ella, al parecer no, más adelante diremos porque. Si esto es cierto, entonces al no dar culto a los antepasados ya no eran parte de la gens, pertenecían a la gens de su padre, de su abuelo, su bisabuela, etc., pero no de su madre, ni su abuela, ni su bisabuela. Sin importar el prestigio y el poder que tuviera la familia de la madre. Y es que era la figura masculina era la que llevaba el orden en la casa, dentro de la familia el padre era quien impartía justicia a todos, hijos, hijas, sobrinos, hermanos menores, primos, nietos. Este era el paterfamilias, el padre de familia, así literalmente. Él respondía ante la justicia por los crímenes de algún miembro de su familia, pero tenía potestad absoluta dentro de esta. No había poder que regulaba esto fuera de la familia, él padre era quien admitía la entrada a un nuevo miembro y era también quien corría a alguien que había deshonrado a la gens, la adúltera, el ratero, el traidor, etc. También era el pontífice de su religión, era quien encabezaba el culto a los antepasados. Su autoridad era indiscutible, al morir iba a parar al cementerio familiar y era su heredero el que ocuparía su puesto.

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La Propiedad y la Herencia El derecho sobre la tierra era muy distinto al de la actualidad. No había propiedad privada, por decirlo de alguna manera, más bien no había propiedad individual. La tierra no le pertenecía a alguien en particular, le tierra era de la familia, de los antepasados. Esto regularía muchas de las formas de los romanos. En la propiedad familiar estaba, en el centro, el hogar, un santuario donde moraban los dioses domésticos, es decir los antepasados, era lugar de guardar y de oración. Ahí se les daba ofrendas y se les oraba por el bien familiar, estos dioses sólo podían ver por los miembros de su gens. Fuera de la casa estaba también las tumbas de los antepasados, lugar donde todos los miembros de la familia eran enterrados. Aquí se les daba ofrendas de pan para honrar su existencia. Estos dos lugares eran exclusivos de la familia, nadie ajeno podía entrar. Entonces si la tierra estaba ligada completamente a los antepasados familiares ¿cómo se podía deshacer de ella? No podían. Originalmente no. La tierra se quedaba a perpetuidad en manos de la gens, si se tenían que mudar fuera de la ciudad se tenía que hacer todo una ceremonia religiosa para que los antepasado se mudaran con ellos. De hecho no se permitió su venta hasta muy tarde en tiempos del Imperio y aún entonces se tenía que garantizar la existencia del cementerio familiar y un acceso libre y gratuito para que la familia lo honrara. También por lo mismo no se podía dividir, si se tenían dos hijos o cinco nietos, no se les repartía nada. No, todo era para el heredero. Este heredero era generalmente el primogénito, si faltaban hijos era común adoptar a alguien y entonces a pesar de no ser familiar de sangre, éste era el 7

heredero. Si nada de esto se cumplía se seguía al heredero por medio de la línea paterna, por medio de la agnación. En el caso que esta rama de la familia se hubiera extinto el heredero se buscaba en alguna parte de la gens. Las leyes tenían muchas formas que evitar que una gens se extinguiera, porque eran las mismas leyes las que regulaban esto. Pero el heredero no debía actuar de forma egoísta. Él era ahora la cabeza de la familia y tenía sus obligaciones. Debía dar culto a los antepasados y velar por toda la familia. Esto es toda. Sus hermanos menores, sus primos, incluso los hermanos menores de su padre, su misma madre. Todos le rendían obediencia sin importar que fuera más joven, pero él debía ver por todo su bienestar. Sus hermanos nunca se iban de la casa, seguían ahí, al auspicio del mayor, igualmente sus tíos. La familia se mantenía junta. Esto permitió la permanencia de las gens por, literalmente, siglos. Podemos encontrar familias en tiempos de los etruscos y hallar sus descendientes en tiempos de los Flavios. Y al parecer no eran ellos buscando ilustres antepasados, sino verdaderamente si descendían de ellos. Aunque sí hay casos de personas quienes se inventaban una línea genealógica para ganar prestigio.

Entrar y salir de la familia Ser parte de la gens no era cualquier cosa. De hecho era lo más importante, la alcurnia que se tenía. Desde que se nacía ya se tenía la mitad del prestigio ganado ese era el de los antepasados. Pero por lo mismo no se podía permitir que cualquier formara parte de esta, el deshonor era grande. Por lo que

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había mecanismos para aceptar a alguien ajeno al seno familiar o correrlo según fuera el caso. El primero era obvio el nacimiento, este requería una presentación del recién nacido en el santuario de la casa. Siempre en todas las ceremonias se hacía una comida de pan y frutas delante de ellos y se hacían las oraciones respectivas. Así el niño o la niña quedaba inscritos en la gens sus dioses serían esos y no otros. Sin embargo se podía repudiar al niño, ya porque nació enfermo, deforme o si se sospechaba que no era hijo legítimo. No se podía traer a la familia alguien ajeno. Otro era el matrimonio, esta era especialmente importante para la mujer. En esta ceremonia la esposa primero, literalmente, renunciaba a sus dioses, a su casa, a su familia. Luego iba a la casa de su esposo y ahí, ante los dioses, ella los juraba y estos la aceptaban. Entonces ellos eran sus dioses, esa era su familia. Dejaba atrás a su padre y sus hermanos. Ahora sus cuñados y su suegro serán sus hermanos y su padre. No se podía tener dos familias. Igualmente se podía repudiar a la mujer adúltera, es más, no se podía, se debía repudiarla, se podía matarla. El adulterio era muy deshonroso para todos, pero en especial para la mujer porque ponía en peligro la trascendencia de la familia. Si se le repudiaba esta salía del hogar, matarla era decisión del jefe de familia. También se podía dar el caso que la mujer fuera infértil en tal caso se podía divorciarse de ella, claro esta era decisión del marido no de la esposa. En tal caso se hacía otra ceremonia en la cual ella renunciaba a los dioses de su marido y regresaba a su propia familia. La infertilidad era el peor enemigo de la supervivencia de la gens.

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También se podía aceptar a un extraño completamente, esto era en la adopción. Era parecido al matrimonio, el adoptado renegaba de sus dioses y familia y acepta a los del adoptante. Por eso se cambiaba el apellido, ya era parte integra de la nueva familia y para nada formaba parte de su familia de nacimiento. Igualmente se podía correr a un hijo por medio de la emancipación, esto se hacía cuando el hijo deshonraba por alguna causa a la gens, igualmente se hacía un ritual en la que el emancipado desconocía a sus dioses naturales. Ceremonias parecidas se aplicaban incluso a los esclavos, ya que ellos de alguna forma eran parte de la familia. Igualmente a los clientes, que eran familias bajo la protección de la gens más poderosa, siempre y cuando esta otra familia jurara a su benefactora. Incluso el cliente también llevaba el nombre de la gens patrona. Cualquier parecido con el vasallaje medieval es pura coincidencia.

Conclusión Con un jefe de familia con autoridad absoluta, una propiedad inseparable de la familia que lo cuida. Todos interesados en salvaguardar el linaje. Todo esto suena a Tarzán o a cualquier manada de primates. Es en serio, pensarlo bien y hacer la comparación con cualquier documental de primates. Una manada de gorilas es una familia de gorilas, el macho alfa es quien la guía y la protege. Así como un paterfamilias guía y protege a su gens. Supongo no es coincidencia, de hecho es bastante obvio, por eso decía al principio del ensayo, tan obvio que no lo vemos. Una familia romana, es como una familia de primates y pues es que somos primates, eso sí muy inteligentes, pero primates de todos modos. Coulanges dice que esta forma familiar es común de los arios, es decir de indos, 10

griegos y romanos. Creo que se equivoca, porque para empezar no toma en consideración a otros pueblos arios, persas, germanos, etc. Además porque hace un sesgo racial muy grande. Creo de hecho que esto es inherente a todos los humanos. Además se puede apreciar como cada cosa que tenía la familia romana creció hasta convertirse en cosa de la ciudad, del gobierno. Por ejemplo los dioses domésticos, ¿qué no Júpiter y Juno con toda su prole no son familia también? Júpiter se hizo jefe tras derrotar a su padre Saturno e incluso sus hermanos le debe obediencia y todos viven en la misma casa. No cabe duda, la religión es espejo de la sociedad. La familia tenía su propio gobierno, sus propias tierras, sus individuos, su sentido de pertenencia. Es como un mini-estado. No, no lo es. El estado es como una gran familia. Al asociarse familias entre sí, como lo fue la fundación de Roma, se trasladaron todas estas cosas al plano estatal. Pero seguía funcionado como si se tratase de una gran familia. ¿No es el sentido de un rey cuidar y velar por sus súbditos? De hecho, Coulanges dice que la palabra padre, en su origen ario, significa líder, no progenitor. Entonces en realidad nosotros estamos jugando a ser parte de una gran familia con muchos parientes, es así como se origina el estado. Sin embargo uno se pone a pensar. En una familia el padre tiene la autoridad, o la madre, o el padre y la madre. Los hijos no dictan que hacer, ni siquiera puede escoger al padre. Quizá esa sea la falsa ilusión de las democracias.

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Bibliografía

Coulanges, Fustel de, La ciudad antigua, 14ª ed., México, Editorial Porrúa, 2005.

Engels, Friedrich, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, 1ª ed. en la editorial, México, Colofón S.A., 2001.

Friedlaender, Ludwig, La Sociedad Romana, 1ª reimpresión de la 1ª ed., Wenceslao Roces, traductor, México, Fondo de Cultura Económica, 1984.

Grimal, Pierre, La civilización romana. Vida, costumbres, leyes y artes, 1ª ed. en castellano, J. de C. Serra Ràfols, traductor, Barcelona, Paidós, 1999.

Salway, Bennet, “What's in a name? A survey of Roman onomastic practice from c.700 b.c. to 700 a.d”, en The Journal of Roman Studies, Vol. 84, 1994. (http://www.jstor.org/discover/10.2307/300873?uid=3738032; acceso 30 mayo 2012).

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