La Falta de Respeto de Los Hijos a Sus Padres

República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular para la Educación U.E “María Manuela de Alcalá” Cumaná,

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República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular para la Educación U.E “María Manuela de Alcalá” Cumaná, Edo – Sucre.

LA FALTA DE RESPETO

DE LOSHIJOS A SUS PADRES

Realizado por: Natasha Olivo 4to año sección “A”

Cumaná, Abril 2014 LA FALTA DE RESPETO DE LOS HIJOS A SUS PADRES

Los tiempos han cambiado, ya que antes las personas tenían que hablar de usted a sus padres, que en aquella época eran la primera figura de autoridad y respeto para los hijos. Los hijos han perdido el respeto por los padres la relación que existe hoy día entre padres e hijos. Estos han perdido el respeto por sus padres y por la familia ahora los hijos hacen absolutamente lo que quieren y dominan a sus padres, les gritan delante de otras personas, hasta el punto de reprenderlos como si fueran ellos los adultos. Muchos de los padres piensan en darle todo lo que ellos no tuvieron y piensan en dar cosas materiales para llenar la ausencia de ellos porque ahora la mayoría de los padres trabajan. La mayor parte de culpa es de los propios padres, que consienten demasiado los

hijos, los jóvenes de hoy se califican como distintos, y acostumbrado a otros patrones de comportamientos y de estilos de vida. El problema radica, muchas veces, en que desde niños no se generó el hábito del diálogo y la conversación asertiva. Frente a una cultura que despersonaliza e ignora al individuo, la familia debe generar la posibilidad de sentirse reconocido en el encuentro con la palabra del otro. La interpelación, la divergencia de opiniones, la defensa del argumento propio, son la base de una estructura social de tolerancia, respeto y autovaloración. Para tiempos nublados, normas clara. Muchas veces en el hogar se cree que se tienen normas explícitas, se presupone que todos saben lo que hay que hacer; pero en la práctica no es así. Frente a la desesperación de muchos padres por los conflictos con sus hijos, se esconde la angustia de manejar las nuevas realidades, trayendo al hoy modelos y estructuras que obedecieron a otros momentos históricos y sociales. No podemos estar por debajo del momento que reclama grandes padres y maestros para grandes adolescentes. La función educadora de la familia es indispensable en la misión de reconstrucción de una sociedad que grita por hombres nuevos. Dependiendo de la actitud de los padres, los niños y/o adolescentes aprenden si el sexo es bonito o feo, lo que es correcto o incorrecto, lo que es un tema de conversación o no. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no de cualquier tema, pero la realidad de la falta de respeto no es lo que acaba de mencionar, sino de no saber cómo dirigirse a los padres, hoy se les grita, les dicen brutos por no saber utilizar una computadora o un teléfono inteligente o de como pedir las cosas, porque hoy en día las exigen; Sin dar nada a cambio, no estudian, no colaboran con los quehaceres del hogar, no contribuyen en nada en el hogar, no quiero comer esa comida que hiciste, quiero salir a comer fuera de casa, quiero los zapatos que cuestan tanto si saber si se pueden comprar o no. Los padres, con el afán de ayudar a los hijos y sin darse cuenta, nos critican o censuran aspectos de lo que ellos nos transmiten, pero sin importarles en los problemas en las cuales nos involucremos o en las actividades peligrosas ni en las consecuencias y a quien perjudicamos, ellos salen corriendo para sacarnos de los problemas sin dejarnos enfrentar las consecuencias de nuestros actos, o simple mente nos compran lo que les exigimos. Nosotros los adolescentes peleamos por la libertad mientras que nuestros padres tratan de mantenernos bajo control. Si ceden, aunque sea un poco, con los límites y reglas, los adolescentes serán más irrespetuosos haciendo ver a los padres cuán lejos pueden llegar. Algunos somos irrespetuosos para llamar la atención, aunque sea de forma negativa. Terminar con estas faltas de respeto, como las malas contestaciones y actitudes, el sarcasmo y los modales inapropiados, no es fácil porque nosotros los adolescentes nos creemos que nos merecemos todo. A nuestros padres simplemente se les ha olvidado inculcarnos el respeto ese sentimiento, esa educación y en muchos casos visto como autoridad; y nosotros nos encontramos en un confort el cual no queremos que no los quiten.

Es un supuesto admitido generalmente, que un hijo debe respetar a su padre. Sin embargo, no se ha insistido lo suficiente, en que se trata de una actitud fundamental entre integrantes de una familia. Muchos padres creen erróneamente, y parece que tienen razón, que sus hijos ha hecho un retroceso o perdido madurez con respecto a etapas anteriores, y así se dicen: antes era más aplicado, más obediente, más respetuoso, más ordenado, más hablador. En efecto, a medida que vamos creciendo se nos arraiga más la falta de educación, la falta de que nos inculquen que es el respeto, la consideración, la solidaridad, en pocas palabras LA FALTA DE VALORES, cuesta mucho más que antes ser obediente, no porque el hijo esté en rebeldía sino porque está intentando "hacerse mayor", en el sentido de actuar con más autonomía que antes y no sabe todavía hacerlo compatible con la dependencia de los padres y con las reglas de la familia. Nuestros padres necesitan conocer los cambios que surgen a medida que vamos creciendo para adecuarse a ellos y considerar el crecimiento como algo natural, como parte de un proceso y así poder "acercarse" mejor a nosotros sus hijos y tomar una decisión firme de que no va a tolerar la grosería y falta de respeto aunque esto puede sonar obvio, pero Si no está 100% firme, claro y seguro de que estas conductas son inaceptables, es probable dar a su hijo a la luz verde para participar en ellos.