La Economia Paraguaya Independiente

“LA ECONOMIA PARAGUAYA INDEPENDIENTE. EL PERIODO FRANCISTA.” LUIS ROJAS VILLAGRA I.S.F.D. Y T. 46 “2 DE ABRIL DE 1982”

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“LA ECONOMIA PARAGUAYA INDEPENDIENTE. EL PERIODO FRANCISTA.” LUIS ROJAS VILLAGRA

I.S.F.D. Y T. 46 “2 DE ABRIL DE 1982” HISTORIA AMERICANA CONTEMPORANEA DEL SIGLO XIX 3er AÑO – HISTORIA 2015 PROFESORA: ALEJANDRA VITURRO ESTUDIANTE: PAULA MILITELLO

Luis Rojas Villagra en “La economía paraguaya independiente. El período francista” nos ubica en primer instancia en el contexto de las primeras décadas del siglo XIX en donde se producen las revoluciones independentistas y comienza el desplazamiento de las instituciones coloniales y las clases dominantes europeas, y la nueva repartición de poder entre las diferentes naciones y al interior de cada una. Pero el autor remarcará en varias oportunidades que Paraguay tendrá como objetivo principal su independencia y esto lo diferenciará de toda la región. Deberá, a su vez, enfrentar las políticas hostiles tanto de las Provincias Unidas del Río de la Plata como del imperio del Brasil que intentarán incorporarlo a sus territorios e incluso tardarán décadas en reconocer su independencia. Aún así, la política internacional paraguaya será de absoluta neutralidad frente a los conflictos de las provincias rioplatenses y el imperio portugués. Las revoluciones independentistas lejos de lograr consensos nacionales dieron como resultado tendencias contrapuestas y en pugna, tales como los unitarios y federales en el Río de la Plata. En Paraguay, a partir de mayo de 1811 (luego de haber derrotado a las tropas de Belgrano), se conforman tres bandos, cada uno de ellos representados en el recién conformado Triunvirato: el Gobernador Velasco por los españolistas (élite española que manejaba el comercio por el Río de la Plata); Cnel Zevallos por los porteñistas (élite criolla de grandes hacendados y militares de alto rango); Dr. Francia por los independentistas (medianos y pequeños agricultores campesinos que desean la independencia tanto de España como de Bs.As. y “no mudar de amo”). Ya para el mes siguiente (junio 1811), luego del primer Congreso, el sector españolista había sido aislado, y se conformó la Junta Superior Gubernativa de 5 miembros pero bajo el liderazgo de Francia. En octubre de 1813 se produce el segundo Congreso que da lugar a la formación del Consulado integrado por Yegros y Francia y se proclama la República del Paraguay, nación autónoma e independiente. Un año más tarde, en el tercer Congreso se nombra Dictador Supremo por 5 años a Francia, quien ya contaba con el apoyo mayoritario de la población. Luego del cuarto Congreso en mayo de 1816, Francia es declarado Dictador Perpetuo, cargo que ejercerá hasta su muerte en 1840. Es interesante resaltar que en Paraguay se ve esta dictadura como una necesidad histórica en un período de formación y frente a amenazas externas, y sobre todo por el objetivo supremo que es la independencia nacional. Tal vez este caso podría haberle servido de ejemplo a Bolivar cuando hace sus críticas al fracaso de la primera república de Venezuela y la necesidad de la centralización de poder. Paraguay no solo logra su independencia política, tal como indica el anterior recorrido cronológico, sino que la une a su independencia económica. Mientras que en la región se daba un proceso de neocolonización económica con los países más industrializados de Europa (Inglaterra, Francia), en Paraguay ocurre lo contrario. Francia realiza cuatro acciones principales que les dan la diferenciación: remoción de las élites locales española y criolla mediante la reducción de su poder económico; liberación de la dominación imperialista, en especial de los controles y cargas impuestas por Bs.As.; ejecución de una auténtica y progresista reforma agraria, que logró la diversificación y la autonomía productiva del país; dirección de la economía por el Estado, en función a las necesidades internas y a la independencia nacional, y no a las necesidades y demandas del mercado internacional y la incipiente burguesía nacional. Antes de profundizar en la economía de este período francista, es importante comprender que se desarrolló en un marco de constantes hostilidades de parte de Bs.As. y Brasil que llevaron a Paraguay no

a un aislamiento voluntario como se decía sino a un bloqueo económico que buscaba su asfixia. Ejemplos de esto son el incumplimiento del tratado de libre navegación y comercio en 1811 y la prohibición de la importación de tabaco en 1816 por parte de Bs. As., y las frecuentes incursiones del imperio portugues que llevaron al cierre de la frontera norte en 1819. Los profundos cambios en la estructura productiva rural tanto en la tenencia de tierra como en la organización productiva y en el destino de la producción, llevaron a Paraguay a dejar de ser un mero exportador de tabaco y yerba mate para las capitales de los virreinatos (primero Perú y luego el Río de la Plata) para pasar a ser una nación con una estructura productiva diversificada, autosuficiente y con industria nacional. El origen de las tierras necesarias para realizar estos cambios fue: tierras que pertenecían a España; confiscaciones a participantes de conspiraciones; expropiación de extensas propiedades de la iglesia católica, monasterios y órdenes religiosas; traspaso de propiedades por no ser pobladas ni explotadas. Ya en la década del 30, la propiedad estatal se constituyó en la principal forma de tenencia. Por un lado, eran arrendadas a los campesinos por una suma muy baja pero debían ser efectivamente cultivadas. Por otro lado, se constituyeron las Estancias del Estado o Estancias de la Patria (1816) que en un primer momento tenían el objetivo de abastecer al ejército, pero luego (debido a su gran crecimiento) se utilizó también para distribuir a pequeños propietarios, campesinos pobres y venta interna. Se logró erradicar la economía de monocultivo para la exportación e incluir a casi toda la población en actividades productivas, prevaleciendo el trabajo colectivo, y desapareciendo así el hambre, la mendicidad y el desempleo. Fue muy importante la conformación de una industria nacional. Se estimuló la elaboración artesanal de tejidos y artículos de manufactura para sustituir las importaciones. Incluso el Estado tenía talleres de implementos de artillería, armería, herrería, y astilleros. Con respecto al comercio exterior, los dos puntos utilizados para la actividad comercial fueron Pilar, con las provincias rioplatenses, e Itapúa, con Brasil. Existía un gran control por parte del Estado: si alguien deseaba exportar necesitaba una licencia entregada por el gobierno. Los principales rubros de exportación siguieron siendo la yerba y el tabaco, pero se sumó la exportación de maderas duras y suelas para zapato. A su vez, se estimuló la importación de armas y municiones. El caso particular de la producción ganadera puede servir para ejemplificar lo anteriormente descripto. En la época colonial la situación es de total importación de ganado pero ya hacia 1820 se logra el autoabastecimiento y el inicio de exportación. Se crece tanto en este sentido que hacia 1830 comienza a existir una concentración en la actividad ganadera dejando de lado la actividad agrícola y generando cierta escasez de alimentos. Allí Francia interviene con medidas correctivas: en 1825 ordena que todos los productores deben cultivar al menos una parte de sus tierras y, aún más, en 1831 prohibe la exportación de animales. El gobierno de Francia fue fuertemente centralizado, con la cabeza en Asunción y la colaboración de los comandantes de las localidades. El ejército nacional, las escuelas primarias y los curas recibían sus salarios del Estado. Se destaca el sumo control del mismo Francia en el uso y destino de los recursos públicos, sin margen para la corrupción ni el despilfarro.

En cuanto a las fuentes de ingreso, durante los primeros años fueron importantes las contribuciones forzosas, las confistaciones y las multas. Los impuestos fueron la principal fuente en un principio pero se fueron reduciendo o eliminando progresivamente, y por el contrario, las ventas del Estado, en un principio marginales, llegaron a representar el 50% en la década del 30. El 60% del presupuesto público se destinaba a las fuerzas armadas, aunque también existieron gran cantidad de obras públicas, como el reordenamiento vial de la ciudad de Asunción. Con sus medidas económicas Francia se va ganando la oposición de grandes estancieros, latifundistas y ganaderos que pierden beneficios y que conspiran en su contra. Aún así, él aprovecha esto y con las confiscaciones disminuye el poder económico de la élite y aumenta los ingresos del Estado. Las clases sociales no desaparecen del todo pero se van diluyendo, y aunque siguen existiendo comerciantes y hacendados ya no tienen gran acumulación de riquezas. En su conclusión el autor resume lo anteriormente explicado en el siguiente párrafo: “El Paraguay logró la experiencia inédita en ese momento en América Latina, de sumar a la novísima independencia política adquirida la mucho más costosa y preciada independencia económica, en un breve lapso de solo dos décadas. Se logró mantenerse por fuera del proceso de neo-colonización económica que entonces abrumaba al resto de los países de la región, entre ellos Brasil y Argentina, acogotados por el libre comercio que entonces imponía Inglaterra”1 El escritor uruguayo Eduardo Galeano en una parte de su libro “Las venas abiertas de América Latina” que se titula “La guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay aniquiló la única experiencia exitosa de desarrollo independiente” dice: “Hasta su destrucción, Paraguay se erguía como una excepción en América Latina: la única nación que el capital extranjero no había deformado (...) La esponja imperialista no absorbía la riqueza que el país producía (...) El comercio inglés no disimulaba su inquietud, no sólo porque resultaba invulnerable aquél último foco de resistencia nacional en el corazón del continente, sino también, y sobre todo, por la fuerza de ejemplo que la experiencia paraguaya irradiaba peligrosamente hacia los vecinos”2 Cuánto nos recuerda este “mal ejemplo” al de Haití y cuánto deberíamos aprender de los resultados nefastos de esta guerra (no la única) librada entre hermanos americanos por egoísmos particulares y digitada siempre por los imperialismos externos que son los únicos beneficiados.

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Rojas Villagra, Luis. La economía paraguaya independiente. El período francista. Asunción, 2012. Galeano, Eduardo. Las venas abiertas de América Latina. Buenos Aires, 1984.