La división del trabajo social RESUMEN!

La división del trabajo social (Durkheim) La vida económica se encuentra con falta de regulación, anomia, jurídica y mor

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La división del trabajo social (Durkheim) La vida económica se encuentra con falta de regulación, anomia, jurídica y moral. A este estado de anomia deben atribuirse los conflictos que renacen sin cesar y los desordenes de todas clases cuyo triste espectáculo nos da el mundo económico. Las pasiones humanas se contienen ante un poder que respeten imperativo, superior, sin autoridad el estado de guerra se hace crónico, tal anarquía constituye un fenómeno morboso puesto que va contra el fin mismo de toda sociedad que es el de suprimir o moderar la guerra entre los hombres. La libertad de la sociedad es producto de una reglamentación. Ahora las funciones económicas, desde hace 2 siglos están en primera línea, por eso se dice que tienden a ser esencialmente industriales. Comprobado el mal ¿Cuál es la causa y su remedio? Sólo una sociedad constituida goza de supremacía moral y material indispensable para crear ley a los individuos, pues la única personalidad que se encuentra por encima de las personalidades morales, es la colectiva. Lo colectivo es el árbitro designado en forma natural para solucionar los conflictos de intereses y asignar a cada uno de estos los límites convenientes. En segundo lugar es la primera interesada en el orden y la paz; si la anomia es un mal, lo es porque la sociedad lo sufre no pudiendo relegar para vivir de cohesión y regularidad. Una reglamentación moral o jurídica expresa necesidades sociales que sólo la sociedad puede conocer; descansa sobre un estado de opinión y toda opinión es cosa colectiva, producto colectivo. Para que la anomia termine es preciso que se forme un grupo en el cual pueda constituirse el sistema de reglas que por el momento falta. En los sindicatos hay un comienzo de organización profesional pero como no es legal no posee reglas, no hay entre ellos contactos regulares, son momentáneos. Para que una moral y un derecho profesionales pueda ser establecido en las diferentes profesiones económicas es preciso que las corporaciones se conviertan en un grupo definido y organizado, en una institución pública. Pero en primer lugar la corporación tiene en su contra su pasado histórico. Aparece teniendo una estrecha solidaridad con nuestro antiguo régimen, no pudiendo sobrevivirle. Tienen un origen bastante más antiguo en realidad que de la Edad Media. Aparecen desde que hay oficios, es decir, desde que la industria deja de ser puramente agrícola. En los siglos XI y XII debieron renacer, los artesanos comienzan a unirse formando sus primeras asociaciones, en el siglo XIII se desenvuelven favorables hasta volver a caer pero siguieron siendo necesarias. Como las sociedades cristianas corresponden a un tipo social distinto de la ciudad, las corporaciones de la Edad Media no eran exactamente iguales a las romanas, pero para ambos miembros eran medios morales. Si desde el comienzo de las sociedades cristianas hasta los tiempos modernos han sido necesarias, es que responden a necesidades permanentes. Sobre todo lo demuestra el hecho de que desaparecidas volvieron a surgir bajo otra forma. Si la juzgamos indispensable es en función de la influencia moral que podría tener, no económica. Contenedora de egoísmos individuales. En la Edad media la corporación tenía cada una un dios particular, cuyo culto se celebraba en un templo especial. Como las sociedades cristianas corresponden a un tipo social muy diferente de la ciudad, las corporaciones de la Edad media no eran exactamente iguales a las romanas pero también eran medios morales, unía a la gente de un mismo oficio. Por otra parte reglas precisas fijaban obligaciones de obreros y patronos, así como los deberes de los patronos entre sí.

El grupo profesional está capacitado para ejercer una acción moral. El lugar considerable de la religión en la edad media y en Roma pone de manifiesto la verdadera naturaleza de sus funciones pues toda comunidad religiosa constituía un medio moral. Desde el momento en que un grupo de individuos en el seno de una sociedad sientan que tienen intereses en común, ideas, sentimientos, que el resto no comparte, es inevitable que bajo el influjo de esas semejanzas, se relacionen, se busquen, se asocien y así se forme un grupo, con su fisonomía, forma, especial, dentro de la sociedad general. No sólo para defender sus intereses sino para asociarse, para no sentirse más perdidos en medio de sus adversarios, por llevar juntos, en suma, una misma vida moral. Compara la corporación con la familia, dice que tienen relación de parentesco: la corporación sustituyó a la familia en el ejercicio de una función que en un principio fue doméstica. Del mismo modo que en la familia se han elaborado la moral y el derecho domésticos, en la corporación la moral y el derecho profesionales. Para mostrar que las corporaciones no son sólo instituciones del pasado, sería necesario hacer ver qué transformaciones debe y puede sufrir para adaptarse a las sociedades modernas, pues hoy no puede ser lo que fue en la Edad Media. Por empezar no fue en Roma lo mismo que en las sociedades cristianas, en su origen fue extra social, no hay evidencias de ellas en la constitución romana, los profesionales no ocupaban lugares en el Estado. Distinto fue en la Edad Media, pertenecían al Estado: burgués y oficio fueron una misma persona durante mucho tiempo, siglo XIII. Mientras en Roma estaban fuera del marco de las organizaciones normales, ha servido, de marco elemental a las sociedades actuales. En la Edad media estaba ligada a la organización municipal, pero una vez que la gran industria nació esta se encontró fuera del régimen corporativo y ello hizo que los organismos profesionales se esforzaran en impedir sus progresos. Sin embargo no por eso se vio libre se toda reglamentación, el Estado desempeñó un papel análogo al que las corporaciones desempeñaban cerca del pequeño comercio y oficios urbanos. Si hubo necesidad de volver a traerlas a la vida social no es porque nacieron y murieron con un sistema, medieval, suprimirlas no constituía un remedio. La unión a una cosa que sobrepasa al individuo, esta subordinación de los intereses particulares al interés general, es la fuente misma de toda actividad moral. El hombre necesita de un poder regulador, la vida común es atrayente y coercitiva, el hombre imprime a su naturaleza física otra naturaleza. La obra del sociólogo no es la del hombre de Estado, no debemos exponer en qué debería consistir esta reforma. Lo que demuestra la experiencia del pasado es que los cuadros del grupo profesional deben siempre hallarse en relación con la vida económica; por haber faltado a esta condición ha desaparecido el régimen corporativo. Como el mercado se ha vuelto de municipal a nacional e internacional, la corporación ha debido tomar la misma extensión: comprender a todos los miembros de la profesión del mundo. Es preciso que se cree un órgano que le de crédito a esto. Un grupo no sólo es autoridad moral que rige la vida de sus miembros, es también una fuente de vida sui generis. Hay incluso motivo para suponer que la corporación está llamada a convertirse en la base o una de las bases esenciales de nuestra organización política. En efecto, si comienza produciéndose por fuera del sistema social, tiende a introducirse profundamente en él a medida que la vida económica se desenvuelve, así llegará a ocupar el lugar central y mas importante.

El municipio de organismo autónomo pasó al estado, el mercado local a nacional. ¿La corporación deberá también sufrir la transformación y llegar a constituir la división elemental del Estado, la unidad política fundamental? Debería ser el elemento esencial de nuestra estructura social. Se necesitará que cada profesión se constituya un conjunto de reglas que fije la cantidad de trabajo, la remuneración justa, sus deberes. Esta cuestión de las corporaciones es urgente: no podrán abordarse las demás sin solucionar esto. Prefacio Primera Edición Trata los hechos de la vida moral con los métodos de las ciencias positivas: construir la ciencia de la moral, son reglas de acción que se reconocen en ciertos caracteres distintivos; debe ser posible observarlos, describirlos, clasificarlos y buscar las leyes que los explican. Reclama el mismo derecho que el de las Ciencias naturales. Se desenvuelve en la historia, bajo el imperio de causas históricas y tiene función en nuestra vida temporal. Son de tal o cual manera de acuerdo a las condiciones en que viven los hombres, de acuerdo a su naturaleza colectiva. La moral se forma, se transforma y se mantiene por razones de orden experimental, sólo esas razones la ciencia experimental quiere determinar. La ciencia nos puede ayudar para ver el sentido orientativo de nuestra conducta, a determinar el ideal hacia el que confusamente tendemos. Hay un estado de salud moral que la ciencia puede determinar. Ese estado cambia porque las sociedades se transforman. La ciencia prevé. Libro Primero: La función de la división del trabajo Cap 1: Método para determinar esta función Durkheim está preocupado con la cuestión de la cohesión social y en analizar cómo es que las sociedades al cambiar no se desintegran sino que mantienen de una forma u otra el tejido social unido. La división del trabajo es la principal fuente de cohesión social. La división de tareas es el elemento que reconstituye el todo social en un periodo en que la sociedad atraviesa fuertes transformaciones. (La transición del feudalismo al capitalismo en Europa). Hay tantas clases de reglas jurídicas como tipos de solidaridad, y de esa manera es posible estudiar el segundo fenómeno a través de las diversas leyes. Aparece la primera clasificación básica de la ley: reglas con una sanción represiva por un lado, y reglas con una sanción restitutiva por el otro. A mayor desarrollo social, menor la relevancia del derecho con sanciones represivas, por un lado, y mayor importancia de aquellas reglas donde la sanción es económica o restitutiva. Buscar la función de la división del trabajo es buscar a qué necesidad corresponde. La división del trabajo produce la solidaridad, para determinar esto se deben clasificar las distintas especies de solidaridad social. La solidaridad social es un fenómeno completamente moral que por sí mismo no se presta a observación exacta ni al cálculo, el hecho externo que simboliza esto es el derecho, allí la solidaridad social es donde existe, manifiesta su presencia mediante efectos sensibles. Cuanto más solidarios son los miembros de esa sociedad más se relacionan, unos con otros, con el grupo. El derecho es la organización de esa sociedad y en el derecho se reflejan todas las variedades de la solidaridad social.

Normalmente las costumbres no se oponen al derecho sino que constituyen su base. Estas varían según los tipos sociales, no es la misma en el seno de la familia que en las sociedades políticas, cada solidaridad tiene su naturaleza propia y el estudio de ella depende de la Sociología. Nuestro método queda así trazado: el derecho reproduce las formas principales de la solidaridad social, debemos clasificar las distintas especies del mismo, debe haber una que simbolice esta solidaridad especial de la que es causa la división del trabajo. Hay dos clases de derechos: publico: relación entre individuos y Estado y el privado: relación de individuos entre sí. Todo derecho es privado en el sentido de que siempre y en todas partes se trata de individuos que actúan; pero sobre todo el derecho es público en el sentido de ser una función social y de ser todos los individuos, bajo diversos títulos, funcionarios de la sociedad. Hay dos clases de sanciones jurídicas: *el dolor, privarle de algo que disfruta; son represivas, es el derecho penal. Las otras *de poner las cosas en su sitio, privándolo de todo valor social, es el derecho civil, mercantil, procesal, administrativo y constitucional. Unas tienen sanciones represivas y otras restitutivas. Busquemos a qué tipo de solidaridad social corresponden cada una de estas especies. Cap II: Solidaridad mecánica o por semejanzas Identifica el primer tipo de solidaridad que denomina solidaridad mecánica a través de la semejanza. Su idea es que el lazo de solidaridad social que corresponde a la supremacía de la ley represiva, es aquel cuya ruptura constituye un crimen, en otras palabras, donde predomina aquella solidaridad cuya violación es considerada una falta gravísima, la legislación tiende a caracterizarse por ser de alto contenido represivo. Esto enfrenta al autor a un segundo problema, ¿qué es realmente un crimen?, ¿cómo entender lo que es esta falta gravísima que aparece cuando se viola la solidaridad social? El lazo de solidaridad social a que pertenece el derecho represivo es aquel a cuya ruptura constituye elcrimen; llamamos así a todo acto que determina contra su autor esa reacción característica llamada pena, buscar ese lazo es buscar la causa de la pena o en qué consiste esencialmente el crimen, todos los crímenes poseen algo en común: todos tienen su castigo, son actos reprobados por cada miembro de la sociedad. Están grabadas las penas en las conciencias, todo el mundo las conoce y siente su fundamento. El conjunto de las creencias y los sentimientos comunes al término medio de los miembros de una misma sociedad, constituye un sistema determinado que tiene vida propia, se le llama conciencia colectiva o común. Cuestión muy diferente a las conciencias particulares, ellas pasan pero la colectiva queda. Un acto es criminal cuando ofende los estados fuertes y definidos de la conciencia colectiva, un acto es criminal porque hiere la conciencia común y no al revés, no lo reprobamos porque es crimen sino que es crimen porque lo reprobamos. Un acto es socialmente malo porque lo rechaza la sociedad. Lo que vengamos con la pena es el ultraje hecho a la moral. La pena consiste en una reacción pasional, de intensidad graduada que la sociedad ejerce por medio de un cuerpo constituido sobre aquellos de sus miembros que han violado ciertas reglas de conducta. El poder de reacción que disponen las funciones gubernamentales no es más que emanación del que se halla difuso en la sociedad, nace de él. El análisis de la pena confirma nuestra definición de crimen: es un acto contrario a los estados fuertes y definidos de la conciencia común, todos los caracteres de la pena derivan

de esa naturaleza del crimen. Así se ve la especie de solidaridad que el derecho penal simboliza. Hay en nosotros dos conciencias: una sólo contiene estados personales mientras que los estados de la otra son comunes a toda la sociedad. La primera presenta la personalidad individual y la constituye; la segunda representa el tipo colectivo, la sociedad, sin la cual no existiría. Ambas están ligadas, son solidarias. De ahí resulta una solidaridad sui generis que, nacida de semejanzas, liga directamente al individuo a la sociedad. Esta solidaridad no consiste sólo en una unión general e indeterminada del individuo al grupo, sino que hace también que sea armónico el detalle de los movimientos. Como esos móviles colectivos son en todas partes los mismos, producen en todas partes los mismos efectos. Siempre las voluntades se mueven espontáneamente y con unidad en el mismo sentido. Esta solidaridad da expresión al derecho represivo. Todos los actos que hieren a las pasiones colectivas son peligrosos en sí mismos o, cuando menos, no son tan peligrosos como son reprobados. Lo mismo ocurre con la pena, su función es mantener intacta lacohesión social. De todo esto resulta que hay una solidaridad social que procede de que un cierto número de estados de conciencia son comunes a todos los miembros de la sociedad. Es la que, de una manera material, representa el derecho represivo. Si el crimen en realidad ofende sentimientos arraigados en la sociedad, entonces es la propia naturaleza del crimen lo que debe explicar el castigo. En la medida que el crimen dispara reacciones provenientes de sentimientos heridos, entonces uno puede esperar encontrar en el castigo características que tengan en sí mismo aquel origen sentimental. Corrobora la definición de crimen mediante el estudio de las características del castigo. El castigo es una reacción apasionada de intensidad gradual. Por otro lado, esta reacción emana de la sociedad misma (y no de la venganza privada) y es ejecutada a través de un cuerpo previamente constituido. Estas características del castigo por su vez pueden ser deducidas de la propia definición de un crimen: todo sentimiento fuertemente ofendido, determina mecánicamente una reacción apasionada. De esta forma, la reacción apasionada opera funcionalmente como un mecanismo protector del sentimiento ofendido. Aquellas reglas protegidas por sanciones penales, expresan en realidad las más básicas y esenciales similitudes sociales. Corresponden a la solidaridad social basada en semejanzas, y estas semejanzas son corporizadas básicamente en la presencia de los sentimientos colectivos. Al llegar a esta conclusión Durkheim puede verificar su hipótesis de medir la solidaridad de distintas sociedades, en la medida que la solidaridad basada en semejanzas sea predominante así también lo será la parte de la ley penal dentro del entero sistema jurídico de una sociedad. En la medida que la función social de integración sea cumplida por el sentimiento de semejanza, mayor será la relevancia de las reglas con sanciones de carácter represivo. Cap III: Solidaridad debida a la división del trabajo u orgánica Nuevamente, relaciona la solidaridad con el sistema jurídico, en este caso con las reglas que tienen una sanción de tipo restuitivo. La naturaleza de la sanción restitutiva implica que las reglas expresan estados ajenos o extraños a la conciencia común. De esta forma las relaciones reguladas por este tipo de normas se caracterizan por un vínculo indirecto del individuo con la sociedad. Las relaciones positivas entre los hombres por su vez, se derivan de la división del trabajo, y son gobernadas por un cuerpo de leyes que podrían llamarse leyes cooperativas. De la misma forma, que en sociedades donde la relación hombrehombre es gobernada por la solidaridad mecánica y existe una mayor presencia de leyes con sanciones represivas, en este caso, la solidaridad orgánica podría ser verificada a

través de la mayor o menor existencia de leyes cooperativas en relación a la totalidad del sistema jurídico. En suma, para Durkheim existen dos tipos distintos de solidaridad positiva, una, que se deriva de semejanzas, y otra, que se deriva de diferencias originadas en distintos tipos de trabajo. La primera la denomina solidaridad mecánica. La segunda solidaridad orgánica. La primera o mecánica varía en razón inversa al desarrollo de la personalidad individual. La segunda u orgánica, en razón directa al mismo fenómeno. Mientras más desarrollado se encuentra el proceso de individualización social mayor predominio de la solidaridad orgánica sobre la mecánica y viceversa. Las relaciones negativas son aquellas típicamente ejemplificadas por los derechos reales, o sea por las normas que vinculan a la persona con una cosa y no a dos personas entre si. Ejemplos de estas normas serian las que regulan la posesión, tenencia, propiedad y usufructo por el hombre de la tierra. Al no vincular las personas entre si en forma directa sino que vinculan al hombre con la cosa, la solidaridad que esas reglas expresan no tiene existencia propia, sino que resulta ser apenas una prolongación de formas positivas de solidaridad social. Libro 2 Las causas y condiciones Cap II: Las causas La causa que explica los progresos de la división del trabajo hay que buscarla en las variaciones del medio social. El aumento de la división del trabajo se debe al hecho de que los segmentos sociales pierden individualidad. La división del trabajo progresa cuanto más individuos hay en contacto suficiente para actuar y reaccionar unos sobre otros: densidad dinámica o moral llamamos a ese acercamiento y al comercio activo que de él resulta, los progresos de la división esta en razón directa a la densidad moral. Pero esa densidad moral sólo puede producir su efecto cuando la distancia real entre individuos ha disminuido, la densidad moral aumenta porque sube también la material, lo hacen al mismo tiempo, son inseparables. La condensación (concentración) progresiva de las sociedades en el transcurso del desenvolvimiento histórico reproduce de 3 maneras principales: 1. Las sociedades inferiores se extienden sobre áreas inmensas con relación al número de individuos que la componen, en los pueblos más adelantados, la población se va concentrando. Da ejemplo de tribus. 2. La formación de las ciudades y su desenvolvimiento constituye otro síntoma, más característico del mismo fenómeno. En tanto, la organización social es esencialmente segmentaria, la ciudad no existe. 3. Si la sociedad al condensarse determina el desenvolvimiento de la división del trabajo, éste, a su vez, aumenta la condensación social. Si la condensación de la sociedad produce ese resultado es porque multiplica las relaciones intrasociales. El volumen social tiene la misma influencia que la densidad en la división del trabajo. El volumen social no puede dejar de aumentar ya que cada especie esta constituida por una repetición de sociedades de la especie anterior. El aumento del volumen no es señal de superioridad si la densidad no crece al mismo tiempo y en la misma relación. No bastan muchos individuos, sino el contacto íntimo para obrar y reaccionar unos sobre otros. La división del trabajo varía en razón directa al volumen y a la densidad de las sociedades, y, si progresa de una manera continua en el transcurso del desenvolvimiento social, es que las sociedades, de una manera regular, se hacen más densas, y por regla general, más voluminosas.

No decimos que el crecimiento y la condensación permitan a la división sino que necesitan de ella. Es la causa determinante. Si el trabajo se divide más a medida que las sociedades se hacen más voluminosas y densas es porque la lucha por la vida es más dificultosa. Cuanto más se aproximan las funciones de los individuos, más puntos de contacto hay entre ellas, mas expuestas a combatirse. Ejemplo cervecero y vinatero, prestan servicios similares, distinto ocurre entre un médico y un zapatero, pueden servir paralelamente. Una ruptura en el equilibrio en la masa social origina conflictos que no pueden resolverse sino mediante una más amplia división del trabajo: tal es el motor del progreso. La división del trabajo es el resultado de la lucha por la vida. Gracias a ella, los rivales no se ven obligados a eliminarse sino que pueden coexistir, a medida que se desenvuelve, proporciona a un mayor número de individuos, que en sociedades homogéneas desaparecerían, los medios de mantenerse y sobrevivir. La división del trabajo puede efectuarse sobre una sociedad ya constituida, une y opone la división del trabajo. Consiste en la distribución de funciones hasta entonces comunes. Con la desaparición paulatina del tipo de sociedad segmentada, el individuo comienza a separarse de su ambiente natal. El individuo deja el lugar donde nació y de esa forma se empieza a liberar de una serie de mecanismos sociales que lo controlan y lo van moldeando de acuerdo a los valores reinantes en aquella sociedad. El individuo concretamente se libera del poder de los ancianos considerados los más sabios de la población y va debilitado la autoridad de la tradición. Con la desaparición de la sociedad segmentada en otras palabras, al debilitarse el lazo que mantiene unido al individuo con su grupo nativo lo libera y permite que aparezcan tendencias divergentes que marcan la diferenciación individual. En primer lugar, la teoría de la división del trabajo implica que la civilización es el producto de causas necesarias. La civilización es apenas un efecto que puede llegar a transformarse sin embargo en un fin o en un ideal. En este sentido, no hay razón para suponer que ese ideal tomará una forma determinada y que el progreso llegará eventualmente a un fin. En segundo lugar, el crecimiento del volumen y la densidad de las sociedades en proceso de transformación van también cambiando al individuo. El hombre es liberado del cuerpo y su vida psíquica empieza a crecer. Bajo la influencia de la división del trabajo la personalidad individual se va liberando de la personalidad colectiva. Tercero, en la medida que esas transformaciones dependen de causas sociales la psico-fisiología puede apenas explicar las formas más rudimentarias e inferiores de la vida psíquica humana. La sociedad en gran parte es la que explica al individuo y no viceversa. El hombre es en otras palabras un hombre de su tiempo. Si se cambia de localización social a un ser humano, se habrá de cambiar también su propia configuración y estructura psicológica. En suma, en este segundo libro Durkheim explica las causas de la división del trabajo. Señala que no es la búsqueda de la felicidad lo que lleva a ese estado de cosas sino que la división del trabajo depende del crecimiento de la propia sociedad y la lucha por la sobrevivencia que se genera paralelamente. Por otro lado, con la división del trabajo se potencia la individualización social, la cual por su vez potencia la división del trabajo en un circuito que se auto alimenta.

Tercer libro: Las formas anormales El tercer libro del sociólogo francés Emile Durkheim trata sobre las tres formas anormales de la división del trabajo y expone las conclusiones finales de su trabajo. Durkheim toma la división del trabajo como una fuente de solidaridad social, pero observa que sus efectos podrían ser diferentes e incluso opuestos a su fin original. Es así que presenta las “desviaciones de su dirección natural”. Capítulo 1: La división del trabajo anómico Para Durkheim la solidaridad entre los hombres iba más allá de sus propias diferencias interindividuales, y es producto de esta unidad la solidaridad orgánica como realidad objetiva que transciende la voluntad y conciencia de cada uno de los individuos. Sin embargo, la realidad se presentaba con el alto grado de desarrollo de las industrias, la división y especialización del trabajo el desenvolvimiento de luchas obreras y huelgas, exaltación del individualismo e intolerancia, y la carencia de un orden normativo igualitario. Así se presentaba el debilitamiento del tejido social y de la solidaridad. Es aquí entonces que se presenta el estado de anomia y egoísmo: la ausencia de un cuerpo de normas se reflejan en las crisis comerciales e industriales donde al generarse la producción desmedida, se refleja el antagonismo entre capital y trabajo. Antes en la pequeña industria, existía un equilibrio en la relación patrón-obrero pero en la gran industria este antagonismo se presenta de manera aguda. Lo mismo ocurre en la ciencia: a medida que la especialización se introduce en su trabajo, cada sabio se atiene más a una ciencia particular y en sus propias problemáticas, alejándose de la unidad científica. Con respecto al Estado, Durkheim plantea que como órgano independiente de la sociedad, con función y autonomía propia, debe ser el encargado de procurar que la división del trabajo no aleje el sentimiento de unidad, de preponderancia del conjunto por sobre las partes y de solidaridad común, dejando de lado la dispersión del individualismo. Es así que Durkheim compara el papel del Estado con el de la filosofía. Capítulo 2: La división coactiva del trabajo. Para el autor las castas y las clases no producen solidaridad porque la distribución de las funciones sociales no responde a la distribución natural de los talentos. El hombre de clase inferior puede imitar al hombre de otra clase superior. Para ocupar las funciones de otra clase es preciso que las diferencias hayan desaparecido o disminuido. Solo la coacción los liga a sus funciones. Es por esto que la solidaridad es imperfecta y perturbada. La división de trabajo debe producir solidaridad no solo porque cada uno haga su tarea, sino que esa tarea le convenga. Para lograr la armonía entre la naturaleza individual y las funciones sociales, es que los más aptos lleguen a alcanzarla. La única causa que hace que la división de trabajo logre su objetivo es que en la diversidad de las capacidades sea distribuida por aptitudes. Pero el hombre es insaciable en su deseo y puede sobrepasar sus facultades. Estas excepciones son mórbidas. En la división de trabajo no puede haber coacción, solo se crea solidaridad en la libre expansión de la fuerza social que cada uno lleva y que cada valor social sea estimado en su justo precio. La solidaridad en las sociedades menos avanzadas se basa en los sentimientos y creencias, habiendo mas desigualdad social a diferencias de las sociedades mas avanzadas, que a través de la división social del trabajo, la solidaridad se desenvuelve dentro del ideal de espontaneidad, borrando las

desigualdades exteriores. La solidaridad contractual es una de las variantes de la solidaridad orgánica, y solo se desenvuelve en las sociedades avanzadas porque regula las funciones que se encuentran en las relaciones. No solo la autoridad vela para que el compromiso contractual se cumpla sino que tiene que ser sostenido espontáneamente. Esto no se cumple la solidaridad es imperfecta y precaria. Todo valor de cambio debe tener valor social o sea cantidad de trabajo útil. Todo contrato esta consentido cuando expresa un valor social equivalente. Así debe sostener el hombre sano, que tiende a percibir una remuneración justa para lograr el equilibrio y la armonía. El contrato debe ser expresado, preciso, justo y con fundamento objetivo. Las personas que lo lleven a cabo deben estar en condiciones externas e iguales. No puede haber ricos y pobres de nacimiento sin que haya contratos injustos. El contrato consensual constituye un progreso hacia la justicia. En cuanto a la otra forma anormal Durkheim pone su mirada en las empresas comerciales, industriales, etc. Cuando las funciones están mal distribuidas hay pérdida de energía, la solidaridad se resquebraja y el desorden aparece. Hace falta un órgano regulador que realice bien sus funciones, distribuir correctamente las actividades especializadas, de este modo aparecen los lazos. En la gran Industria el patrono está en mayor dependencia con sus obreros, solo las huelgas rompen esta solidaridad, deteniendo la producción. Cuando la actividad es menor las necesidades son más intermitentes, la solidaridad es más leve. Esta es una situación anormal, para que se reestablezca la normalidad la actividad funcional debe aumentar al mismo tiempo y manera. Cuanto mas se especializan más trabajan. Conclusión La regla de conducta moral es la que nos ordena realizar en nosotros los rasgos esenciales del tipo colectivo. • Pueblos inferiores: esta regla de conducta moral alcanza su rigor máximo. Primer deber es hacer que todo el mundo se parezca, que no haya nada personal ni en orden a las creencias ni a las prácticas. • Sociedades avanzadas: las semejanzas son menores. Pero hay reglas de conducta moral ya que su ausencia significa anomia, moral quebrantada, falta de cohesión social. La conciencia humana que debemos realizar en nosotros es la conciencia colectiva del grupo del que formamos parte. Cada nación tiene su escuela de filosofía moral en relación a su carácter. Las reglas morales las hemos clasificado en dos géneros: • Reglas de sanción represiva: expresan las condiciones de la solidaridad sui generis que deriva de las semejanzas, llamada solidaridad mecánica. • Reglas de sanción restitutiva: son las de la solidaridad negativa y de la solidaridad orgánica. La singularidad de las reglas morales es enunciar las condiciones fundamentales de solidaridad social. El derecho y la moral, lazos que nos ligan a los individuos entre sí y a los individuos con la sociedad. La función de la moral es que el individuo forme parte de un todo y en este sentido se le quita algo de su libertad. En la sociedad la moral es una condición necesaria. La sociedad no puede existir si las partes no son solidarias, pero la solidaridad es una de sus condiciones de existencia. La moral es propia de la vida en sociedad, no ha existido antes de que exista la sociedad. Moral individual: corresponder nuestra conducta respetando las reglas morales, respetando la dignidad humana. La división del trabajo se establece cada vez más como la condición esencial de la solidaridad social. Por la división del trabajo el individuo logra ser conciente de su estado de dependencia

frente a la sociedad y de esta división del trabajo aparecen las fuerzas que lo retienen y contienen. La división del trabajo, es la base del orden moral. La especialización es preciso que se lleve hasta donde sea necesario. El hombre debe realizar su naturaleza propia e histórica, es decir, varía de una época a otra. La personalidad individual se desenvuelve con la división del trabajo. El ideal de la fraternidad humana puede realizarse en la medida en que la división del trabajo progresa. La división de trabajo produce solidaridad porque genera un sistema de derechos y deberes que liga a los individuos. No hay reglamentación permanente, ya que dicha reglamentación es histórica. La moral de las sociedades organizadas a diferencia de las segmentarias es que es más racional. Se nos pide ser afectuosos con los otros individuos y justos; y trabajar en lo que se nos ha llamado, es decir, en la mejor función que puede ocupar y reciba el justo precio de sus esfuerzos. Construir una sociedad en la que cada individuo tenga el lugar que merece y sea recompensado de igual modo y en la que todos concurramos espontáneamente al bien de todos y de cada uno.