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• Paula Ringele

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La discapacidad intelectual en Chile Estimado profesor, compañeras y compañeros. Hoy vengo a hablar en nombre del 12,9 % de los chilenos. En nombre de los que vemos cada año en la Teletón y sobre todo en nombre de los que no son atendidos por esta institución, estas son las personas con discapacidades intelectuales. Ellos son quienes en un país como este deben abrirse paso entre un mar de prejuicios sin más apoyo que el de su familia y cercanos. Quisiera hablarles desde mi perspectiva de estas dificultades que día a día experimentan las personas con capacidades distintas, en primer lugar como chilena que desea vivir en un país más justo e igualitario para todos sin distinción alguna y en segundo lugar como familiar de personas que han debido enfrentarse a estas situaciones de discriminación. En este país, el que año a año realiza una “fiesta de la solidaridad” cuesta creer el bajo nivel de integración al que se ven sometidas las personas con limitaciones físicas e intelectuales, tanto en espacios públicos como privados. Esto va más allá de la infraestructura y las leyes. Es algo que está íntimamente ligado a nuestra cultura depredadora, en la cual sobrevive el más fuerte y los valores tienen un carácter secundario, por no decir que carecen de toda importancia. Debemos admitir y valorar el trabajo que hace la Fundación Teletón por las personas con discapacidades físicas, para lograr su rehabilitación e integración en la sociedad como un individuo “normal”, pero debemos preguntarnos ¿Qué ocurre cuando la discapacidad va más allá de una característica física? .Sin duda, es un tema mucho más complejo, ya que abarca muchos más aspectos, tales como la aceptación en espacios laborales y educacionales, su integración en la sociedad, y la relación con su grupo familiar, entre otros. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile un 1,9% del total de los chilenos presenta algún grado de discapacidad intelectual, es decir 301 591 personas. Tal vez para muchos de nosotros esta sea una cifra pequeña, pero debemos considerar que cada uno de ellos tiene una familia y en ella repercuten todos los obstáculos por los que deben pasar. Estas familias son las que deben entregar el apoyo y las herramientas necesarias a sus miembros con capacidades distintas para que estos logren insertarse de forma exitosa en la sociedad. Lamentablemente pocas veces

cuentan con los conocimientos y recursos para propician un desarrollo integral de la persona en sus distintos ámbitos. Es por esto que muchas veces los recursos destinados por el estado son insuficientes para ayudar a las familias a vivir con esta realidad y asimilarla no como un defecto, sino como una característica al igual que lo podrían ser estatura, raza, etc. El estado de chile debería ceñirse a sus principios elementales, mismos con los que comienza su carta fundamental (Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos articulo1, capitulo 1) y entregar a las personas con capacidades distintas apoyo económico tanto de forma directa para generar un clima de estabilidad en su hogares y propiciar un desarrollo armonioso en estos como indirectamente creando instituciones y redes de apoyo estatales especializadas en el desarrollo intelectual y físico de las personas con algún grado de discapacidad además de brindar educación sobre el tema a las familias y a la sociedad en general como una forma de crear conciencia sobre el tema. Sin duda en uno de los lugares donde más se ve la discriminación a las personas con necesidades especiales es en los centros educacionales, en muchos de los cuales no se cuenta con programas de integración ni el personal calificado siendo esta una excusa para no admitir dentro de ellos a personas con capacidades distintas a pesar de que la ley exige a los establecimientos educacionales no ejercer ningún tipo de exclusión ni fomentarla en su alumnos. Estos establecimientos, son los encargados de formar tanto educacional como valoricamente a los que en el futuro serán los ciudadanos de Chile y determinaran las decisiones que son tomadas en el país, por lo cual una de las primeras cosas que debieran aprender nuestros niños hoy en día es a no temer a lo distinto y aceptar la diversidad que nos define como humanos. Como último recalcar que la discriminación y el temor a lo distinto nacen de la ignorancia que tenemos sobre el tema. Muchos de los familiares de personas con capacidades distintas podemos ser vivo ejemplo de esta realidad ya que nosotros mismos no solíamos comprenderlo hasta que se nos instaló de frente en nuestra vida y debimos eliminar nuestros prejuicios aprendiendo a ver a las personas con capacidades distintas con otros ojos. Es parte de nuestra responsabilidad como jóvenes del siglo xxi y del estado ayudar a concientizar a todos los chilenos de lo importante que es hablar de este tema y aprender como sociedad a abordarlo de una forma inclusiva que nos permita desarrollarnos a todos como seres humanos integrales.