La Crisis Del Siglo XVII

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ISFD Gob. Virasoro subsede Ituzaingó Comunicación Social orientada al desarrollo local Curso: 3 er año Alumna: Violeta Posdeley Profesora: Valeria Dandeu Espacio Curricular: Pensamiento político, económico y social contemporáneo Año Lectivo: 2014

Crisis del siglo XVII Para comenzar la obra de Eric Hobsbawm “En torno a los orígenes de la revolución industrial” como la de muchos otros destacan la crisis general que aquejó al período “moderno temprano” de la historia, temática que movilizo a varios intelectuales a la búsqueda de los causantes y desencadenantes de esta crisis. La intención que tiene el autor es destacar el lugar que ocupa precisamente la crisis del siglo XVII en la historia del desarrollo capitalista y el surgimiento de la revolución industrial. Durante varias décadas del siglo XVII existió un periodo de recepción económica y social, de crisis y reajuste de siglo; que claramente contrastan con los periodos que le acontecieron de crecimiento notable pero a los que le deben génesis. Y vale agregar que sus efectos no se limitaron a un solo país sino que se hicieron sentir en toda Europa y no se encuadraron únicamente en el campo económico. La crisis del siglo XVII fue producida por contradicciones internas de la económica que se dio, y no por factores totalmente exteriores a estas. Las dos principales explicaciones exteriores que intentan dar respuestas son: I.

Atribuidas a cuestiones climatológicas seculares( que ya fueron descartadas )

II.

Las que intentan responsabilizar a la guerra de los treinta años.

Las segundas se deben a que la guerra coincide con el gran colapso del imperio báltico que inicia la crisis y con el periodo de revoluciones en Europa. Sin embargo debe precisarse que un importante componente de la crisis, el colapso de la economía imperial española en América, comienza claramente un poco antes de la Guerra de los Treinta Años e independientemente dé ella; como también que los síntomas de la crisis pueden ser fácilmente advertidos en áreas no afectadas por la guerra. Es por lo tanto legítimo afirmar que las guerras salvo quizás, en el plano político, antes que causa de la crisis, son un factor que complica la crisis.

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Esta discontinuidad ( pasar de una expansión como la del siglo XVI a la crisis aquí señalada) produjo condiciones que se revelaron como satisfactorias para el crecimiento subsiguiente, en parte esto no solo se debe a la desintegración gradual de las sociedades pre capitalistas en Europa sino también a tres características: 1) las crisis tendieron a debilitar más a las empresas de tipo "feudal" que a las progresistas; 2) la economía, europea y sus colonias formaban una entidad única. 3) la revolución Burguesa. Con respecto a lo primero los modelos de economía del tipo Español, estos iban hacia américa en busca de El dorado en circunstancias en las cuales el oro y la plata eran difíciles de encontrar o ya estaban monopolizados; Esto dio paso a aventureros a conformarse con actividades tales como la de plantar cañas de azúcar en el nordeste del Brasil, las que resultaron ser excelentes inversiones estimulantes para la economía en general por que suponían una expansión constante y autogenerada de los mercados, he así quedando establecido un modelo anglo-franco-holandés. La crisis del siglo XVII ciertamente facilitó una concentración tal de recursos, por haber eliminado de la competición económica a algunas áreas que habían sido antes dinámicas y adelantadas (ej. Italia y una gran parte de Europa central) dejando en carrera solo a los Holandeses, Ingleses y Franceses. En lo respecta las industrias de manufacturas textiles, que fueron las más sobresalientes respecto al comercio preindustrial ; Las flamenca italiana y francesa pasaban por un periodo de inestabilidad productiva en este sector, Inglaterra (aunque cabe destacar que Holanda también fue agraciada con mejoras en materia textil ) domino el mercado remplazando la antigua producción textil por la de las news draperies, de paños más ligeros y baratos, y esto se debe en gran medida a que la crítica situación lo amerito y le genero una apertura comercial como aquí lo reflejan Catharina Liz y Hugo Soly: “El ascenso de los new draperies de Inglaterra fue en gran parte una respuesta al estancamiento de la manufactura lanera tradicional y a la crisis comercial de comienzos del siglo XVII. La transición hacia la producción de tejidos más ligeros, baratos y coloridos 2

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significó la apertura de los mercados de la península ibérica y del mediterráneo a la industria textil inglesa.” (Soly, 1985, pág. 126) Así teniendo todo esto en cuenta como nos muestra Hobbes el patrón del báltico del siglo XVI fue remplazado paulatinamente por uno geográfico y económicamente diferente, como también dio paso de un modelo colonialista español a uno franco- anglo-holandés. Destaca el hecho que si bien la crisis del XVII permitió una concentración económica, cosa que fue favorable para el consiguiente desarrollo industrial no aseguro el mismo; Ejemplo de ello fueron los holandeses que, como anteriormente fue manifestado, sacrifico su manufactura por sus intereses comerciales y financieros conservando un modelo medieval de negocios. Y esto nos abre el interrogante de si el modelo económico Holandés hubiera descartado y vencido en ese momento el desarrollo industrial hubiera tenido la misma rapidez y magnitud que la lograda por la inglesa. El problema a resolver es cómo encaja esa crisis en la evolución económica que produjo, a fines del siglo XVIII: la revolución industrial, la revolución agrícola y la revolución demográfica que han dominado desde entonces la historia del mundo, y han catapultado a la economía hacia el crecimiento auto- sostenido". El meollo de la cuestión es precisamente ese que luego de la crisis del XVII los periodos de discontinuidad no interfieren, pues esa fue la última que sentó una especie de barrera invisible que hizo inevitable la llegada de un crecimiento inmensurable. condiciones históricas peculiares de Europa desde el siglo xvi al xix; en las cuales nadie planificaba ni sabía lo suficiente para planificar la industrialización; y cuando la fuerza dinámica principal en la economía era la empresa privada impulsada por el deseo de lograr y acumular beneficios máximos. Los analistas han buscado establecer teorías para buscar justificación de las condiciones por las cuales se dio paso al capitalismo. Las tres posturas más sobresalientes se nuclean en la figura de investigadores empedernidos en encontrar una respuesta para tal incógnita. Algunos como Schumpeter afirman la existencia de clases especiales de empresarios con tendencias a innovar, diferentes al resto los empresarios comunes. Esta hipótesis está prácticamente descartada, ya que los primeros comerciales no eran ni más ni menos que simples artesanos comunes y corrientes. 3

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Otros estaban convencidos en la presencia de un “espíritu capitalista” el cual guiaba a los comerciantes a acumular e innovar. Weber consideraba que la ideología colberiana era la que permitía acceder a tal fin. Por último la posición rostowiana que se respaldaba en la innovación técnica como factor primordial; esta no es convincente porque la revolución industrial de fines del siglo XVIII no dependió de ciencia o tecnología. Consistió sobre todo de la aplicación de algunas ideas empíricas simples al alcance de cualquier artesano locuaz. La ciencia moderna recién durante el siglo XIX pudo estar a la altura para ayudar al desarrollo industrial.

Existirá entonces para todas las formas de empresa capitalista, una marcada tendencia a ajustarse a vivir entre lo que Marx llamó los poros de la sociedad pre-capitalista. El capital no creará entonces un modo de producción capitalista, y ciertamente tampoco producirá una revolución industrial, aunque contribuya sin duda a desintegrar los modos de producción precapitalistas. Por lo que se concluye que se necesitaba un tipo distinto de economía capitalista moderna para utilizar las potencialidades del siglo XVII. Surgió la economía inglesa si eso fue resultado de la revolución burguesa es una cuestión a discutir; Pero difícilmente pueda negarse que en algún momento en el transcurso del siglo XVII —digamos entre 1620 1670Inglaterra se transformó de una economía dinámica e interesante, en una economía que pareció ser capaz de iniciar y conducir la revolución económica del mundo. Algo llamativo para el autor es que las monarquías absolutistas hayan destacado por su ineptitud, por generar estrategas económicos incapaces y con poca visión para los asuntos económicos que no prevalecieron. Y en el caso francés lo que los destaca es el fracaso del colbertismo y de la reforma monárquica cosa que marcó la diferencia y pese a contar con mayores recursos para competir con sus rivales marítimos en lo económico y militar fueron derrotados. La posición que adquirió la economía británica dentro de la mundial no se debió únicamente a desarrollos económicos espontáneos sino también a una importante revolución política .Lo importante es que una cierta economía y una política estatal "burguesa" no surgieron en ninguna parte fuera de Inglaterra, y que su aparición cambió radicalmente el desarrollo mundial subsiguiente, pues aseguró que los recursos concertados por la crisis iban a ser 4

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crecientemente absorbidos por y subordinados a una sola economía nacional, de dimensiones adecuadas, que era probable fuese a utilizarlos de modo progresista. El hecho de que la revolución no haya surgido en 1690 y que se retrasara hasta 1780 fue algo que conmociono a los estudiosos; Y no es intención del autor analizar esta cuestión. Su propósito ha sido mostrar el remplazo del feudalismo por el capitalismo como algo más que una simple evolución lineal, esbozar algunos de los mecanismos de ese cambio histórico y destacar la crisis del Siglo XVII como un episodio crucial para la declinación de la economía feudal y victoria de la capitalista.

Como cierre tan solo decir que como temática es un objeto que encierra muchísimos interrogantes por la complejidad y la variedad de factores que inciden y dificultan el abordaje hacia una única e indiscutible causa de gestación de esta crisis ; Tan significativa como relevante en la historia política, social y económica contemporánea. Lo que si nos queda claro es la intención de este autor por dejar sin fundamentos las teorías de lo más disparatadas y tendenciosas que buscaban justificar los orígenes de este siglo. Eso sí vale aclarar que estas en parte no están del todo alejadas pues integran parte de la compleja realidad, como factores claves e integradores.

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I.

Bibliografía

Hobsbawm, E. (1988). En torno a los orígenes de la revolución industrial. España : Siglo XXI Editores, S.A. Soly, C. L. (1985). Pobreza y Capitalismo en la Europa Preindustrial (1350-1850). Madrid: AKAL.

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