La Belleza de Tu Esposa

La Belleza de Tu Esposa La mujer necesita honor y atención como aire para respirar. El marido piensa: soy bueno, traigo

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La Belleza de Tu Esposa La mujer necesita honor y atención como aire para respirar. El marido piensa: soy bueno, traigo sustento, ayudo. Y piensa que eso es suficiente…

Por: Rabino Shalom Arush

Cada mujer necesita honor y atención como aire para respirar. El hombre piensa: soy bueno, traigo sustento, ayudo, piensa que es suficiente para que… Honra a tu esposa Debemos saber que la Mala Inclinación de todo hombre - consiste en la lujuria. Cuando ve el hombre alguna cosa que sólo le recuerda a una mujer, de inmediato florecen sus sentidos, y empieza a crear imágenes. Pero, en la mujer, la Mala Inclinación consiste en su deseo de recibir honores. La mujer necesita que su esposo la honre, que la alabe, y esto es muy importante para lograr la paz doméstica. Cuando el marido no honra a su esposa, ella no siente vitalidad alguna, aunque reciba honores de sus padres, de sus amigas, aunque tenga un trabajo honorable y goce de una posición exitosa, tenga una buena profesión, sea rica, etc., si su esposo no le alaba, esta mujer se siente completamente desdichada. Pero si el esposo le honra y le alaba, ella sentiría una satisfacción maravillosa, tal como un gran erudito de la Torá que entiende una nueva interpretación de los escritos, siente una satisfacción superior, espiritual. Cada mujer necesita honor y atención como aire para respirar. El hombre piensa: "soy bueno, traigo sustento, ayudo", piensa que es suficiente para que su mujer sea feliz, pero no sabe que todo lo que haga, si no sabe darle a su mujer atención y respeto, es como si no hubiese hecho nada - su desdichada esposa se sentirá desesperada y deprimida. Muchos hombres afirman que no pueden alabar a sus esposas, porque no quieren mentir. Pues al no estar convencidos de dichas alabanzas, no las pueden pronunciar. Por ejemplo, ¿cómo decirle que está guapa, si no lo está? ¿Cómo decirle que es ordenada si no lo es?, etc. Aquellos maridos que supuestamente tanto “persiguen la verdad”, necesitan estudiar algunos artículos de Nuestros Sabios De Bendita Memoria, en los que podrán ver que aún pueden expresar, por medio de ellos, muchas alabanzas auténticas a sus mujeres: La belleza de ella Es conocido el relato de un sabio que cierta vez se sintió algo orgulloso, y cuando se encontró con una persona fea, dijo: "Qué feo es este hombre". Le respondió el hombre: "Ve y dile al artesano que me hizo: 'Qué feo es ésta obra que creaste'... Escuchó el sabio esa llamada de atención y se

avergonzó mucho, pues en verdad, esa persona tenía razón, porque si el Creador lo hizo de esa forma - esa misma es su belleza. De aquí aprendemos que si una persona tiene fe en que el Creador creó a su mujer de esa forma, entonces ella es la más linda del mundo. Porque si HaShem le dio esa belleza, y ciertamente el Creador hace lo más bello del mundo, entonces ella es la mujer más bella que existe. HaShem vio que ésa es la belleza más completa para rectificar el alma de la esposa y del esposo... En consecuencia, él puede y debe decirle, con sinceridad: "Eres hermosa", "tienes gracia”, "tu belleza es muy especial" y si ella le responde: "Lo dices por decir", le contestará: "sobre gustos no hay nada escrito", conforme a mi gusto, tú eres la más guapa del mundo". Y tiene que permanecer firme en su opinión, aunque ella no crea que lo expresa con intención, permanecerá fuerte y continuará diciendo esas palabras. Y, por supuesto, se lo dirá sinceramente, porque sabe que esa belleza se la dio el Creador Mismo, y en consecuencia, es la belleza perfecta. En el Talmud (Tratado Yebamót) leemos: “Todo hombre que no tiene esposa, se encuentra sin alegría”. La persona que cree en la Torá, le puede decir a su esposa: "Tú eres mi alegría", ya que las palabras del Talmud son verídicas, y su intención es que si la persona tiene paz en su hogar, tendrá entonces alegría. Si el hombre vive junto a su esposa en unidad, convivirá entonces con alegría, pero si cada uno vive separado – por seguro no existe alegría alguna. Además está escrito que el que no tiene esposa: "se encuentra sin bendiciones". En consecuencia, dirá: "Tú eres mi bendición". Y también: "Se encuentra sin un muro protector", por lo tanto le dirá: "Tú eres mi muro protector". Y también “se encuentra sin bienestar”, entonces le dirá: "Tú generas mi bienestar". Y además: “Todo el que permanece sin esposa, no es un ser humano”. Por lo tanto, le dirá: “¡Sin ti, no soy un ser humano!”, “¡Sin ti no soy nada!”, “¡Yo no valgo nada sin ti”. Al tratarse de una expresión específica del Talmud, puede expresar esto sin falsedad alguna. En la Torá está escrita la prohibición de conducirse con desprecio hacia las piedras del santuario. Dice Rashí: “Y aunque estas piedras no tienen conocimiento para ofenderse si las desprecian, la Torá dice que ya que nos benefician, es prohibido conducir hacia ellas con desprecio, con más razón si nos referimos a un ser humano que se ofende cuando lo desprecian”. En consecuencia, con más razón con la esposa, a quién es digna de todo honor y es necesario respetarla y alabarla mucho. En el Precepto de “Y te alegrarás en tu festividad” se menciona que la mujer no está obligada a hacer sacrificios de alegría, pues en la mujer - su esposo es quien la alegra... Esto significa, que a alegría de la mujer proviene única y exclusivamente de su esposo. Y en verdad es una realidad que se percibe y que es imposible desmentir - que la alegría de la mujer proviene de su esposo. Por lo tanto, debe el marido buscar siempre, cómo dirigirle palabras de honor y alabanza. Por ejemplo, cuando la esposa ha preparado algo para comer, debe decirle: "Qué buenas manos que tienes", "qué comidas tan sabrosas sabes hacer", "qué buen gusto tienes", etc. Y aunque alabe todos los días la misma cosa, eso también le causa alegría, y con más razón si encuentra una causa nueva para alabarla, ¡pues ella se lo merece! ¡Que HaShem nos ayude a respetar y alegrar a nuestras esposas como se debe, Ámen!

El Espejo del Marido El sagrado libro del Zohar nos enseña que en un nivel espiritual, el marido se parece al sol mientras la esposa se parece a la luna. Ella refleja la luz que brilla en ella...

Por: Rabino Shalom Arush

El sagrado libro del Zohar nos enseña que en un nivel espiritual, el marido se parece al sol mientras la esposa se parece a la luna. Ella refleja la luz que brilla en ella... Respeta a tu esposa, Segunda parte: Un marido debe actuar como el Creador – debe comportarse con su esposa con paciencia, compasión, y entendimiento. Una vez que el marido interioriza el hecho que su esposa es su propio espejo, se salva de muchas penas. Cuando una persona que no tiene paz matrimonial culpa a su esposa, al casamentero, o a sus suegros por sus problemas, no sólo está constantemente enojado y sin paz interior, también su vida es un infierno. Lo peor es que, mientras el carece de fe y trata de culpar de sus problemas a otros, nunca tendrá éxito en la corrección de sí mismo. No sólo que la esposa es un espejo, sino que ella es una lupa. Ella expone los defectos de nuestro carácter y nuestro comportamiento que deben ser mejorados. De esta manera, una esposa enojada es esencialmente un mensaje del Creador indicando que el marido no ha vencido ni desarraigado la cólera de su vida. Con fe, el marido utiliza los estímulos negativos de su esposa para preguntarse, "¿Qué quiere el Creador de mí?" De esa manera, una esposa facilita la relación de su marido con HaShem, porque para mantener la paz en el hogar el siempre debe buscar al Creador dentro de las reacciones negativas de su esposa. Así, evita la cólera y reacciones negativas que sólo destruyen su hogar. Con fe, él está libre para amar, respetar, y apreciar a su esposa, no importa como ella actúa. Una vez que se comporta así, provoca una poderosa espiral ascendente de amor y paz en la casa. El sagrado libro del Zohar nos enseña que en un nivel espiritual, el marido se parece al sol mientras la esposa se parece a la luna. Ella refleja la luz que brilla en ella. Emociones positivas – felicidad, respeto, paciencia – todas vienen de la luz, o iluminación espiritual. Emociones negativas – cólera, desacato, tensión – todas vienen de la oscuridad, o carencia de la iluminación espiritual. Por lo tanto, lo que el marido da - es lo que el marido consigue. La esposa es su verdadero espejo.

El Rabino Eliezer Berland dijo una vez, que desde el momento que aprendió de Rabi Levi Yitzchak Bender que una esposa es el espejo de su marido, cambió su vida completamente. Más bien que tratar de educarla, corregirla, o criticarla, puso todos sus esfuerzos en educación, corrección, y crítica de sí mismo. Un poco antes de casarme, el Rabino Berland me tomó por las solapas y me dijo, “Nunca critiques o hagas un comentario negativo sobre algo que tu esposa hace. ¡En lugar de criticarla, hazte un examen de consciencia y arrepentimiento!” Aquellas palabras fueron probablemente las más importantes que alguna vez oí en mi vida. A veces un hombre piensa que es completamente justo. Pero si su esposa está disgustada con él, entonces el está lejos del arrepentimiento. Si se enoja con ella, sólo demuestra que está todavía lleno de arrogancia, cólera y que carece de Emuna, la auténtica fe. Un verdadero observador de la Torá, respeta y aprecia a su esposa. Si la crítica es como si criticara al Creador. Nuestros sabios enseñan que cuando una persona es realmente humilde y sincera en el servicio de HaShem, su esposa automáticamente está enamorada de él. Eliahu HaNavi (Elías el Profeta) enseña en el libro “Tana DeBe Eliahu” que una persona debería ser siempre humilde, y sobre todo en su propio hogar. ¿Por qué pone Eliahu HaNavi tanto énfasis en la humildad? Porque la humildad es un signo verdadero del Tikún HaBrit – la corrección de su santidad personal, que es lo contrario del libertinaje. La arrogancia y el Tikún HaBrit no van juntos. El resultado lógico es que una esposa reaccionará favorablemente con un marido que está ligado a la santidad, ya que la verdadera santidad y la verdadera humildad van juntas. Muchos maridos inconscientes intentan y derivan la responsabilidad a su esposa. Ellos dicen, primero que me respete, y luego la respetaré. Ya hemos explicado qué esta es una actitud desacertada con nuestro ejemplo del sol y la luna. Pero aún más, el respeto de una esposa hacia su marido es resultado de su propio comportamiento; el respeto de un marido a su esposa es una obligación absoluta según la Halajá, la ley judía, eso está expresamente escrito en la Ketubá, el contrato de matrimonio judío. Para aquellos que nunca han leído su Ketubá, sería una buena idea de hacerlo. El marido unilateralmente se compromete a amar, apreciar, y trabajar para su esposa. El Talmud dice que si el marido es merecedor, consigue una esposa cariñosa que le ayude, pero si no lo es, ella será su enemiga

El Rabino Eliezer Berland dice que cuando una esposa "vierte" en un marido, ella vierte su propia basura sobre él. Rabi Najman de Breslev enseña que el esposo que no ha vencido el impulso lascivo y licencioso, sufrirá por último todas clases de insultos de parte de su esposa. Por esta razón, cuando el esposo sufre el desacato y el insulto, no sólo no debería enfadarse, debería hacer doble examen de consciencia y arrepentimiento: primero, por no haber vencido todavía sus impulsos lujuriosos, y segundo, por ser la causa del enojo de su esposa. Un marido – en toda y cada circunstancia – debe sólo hacer brillar la luz en su hogar – ninguna oscuridad. La luz significa el respeto, el amor, una sonrisa, una palabra amable y la consideración, sin expectativas a cambio. Una vez que un hombre interioriza el hecho que no merece nada, pero le es requerido dar todo, entonces de repente comienza a conseguir grandes dividendos. Su esposa comienza a reflejar su luz. Una esposa es por lo tanto la prueba de nuestro verdadero nivel espiritual, pues un hombre realmente observador de la Torá y los Preceptos sabe que no merece nada, pero le es requerido dar todo. Si un hombre sin una esposa piensa que ya ha llegado a un nivel espiritual apropiado, vive en un mundo de fantasía. Por eso la Torá dice que no es bueno para el hombre estar solo. Una esposa da a su esposo exactamente lo que el merece del Cielo. Un marido debería ser la influencia, no el influido. Por esta razón, un marido no debería esperar ofrendas. Él no debería nunca llegar a casa solo cuando tiene hambre o está cansado, porque entonces busca una contribución. En cambio, debería ser el donante y llegar a casa con una sonrisa en su rostro. Todos sabemos cuál es la Mala Inclinación del hombre. Pero, ¿te preguntaste alguna vez cual es el deseo ardiente de una esposa? El respeto. Cuando su marido la respeta, su vida es el Paraíso. También lo contrario es verdad – una crítica la amargará. Un elogio es un regalo que le da un placer indescriptible. Por esta razón, un marido nunca debería criticar a su esposa. La crítica se parece a una cámara de tortura o a un lento asesinato para ella. La crítica y la carencia del respeto de su marido la hacen perder la confianza y ponerse nerviosa. Y Cuando esto pasa, su paciencia disminuye y luego – cuidado – el marido sufrirá.

Continuará...