Jerarquia de Los Valores

JERARQUIA DE LOS VALORES Es una característica de los valores estar ordenados jerárquicamente. No es fácil sin embargo s

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JERARQUIA DE LOS VALORES Es una característica de los valores estar ordenados jerárquicamente. No es fácil sin embargo señalar los criterios que se deben usar para determinar tal jerarquía. El criterio empírico queda excluído pues sólo pondría decirnos cuál es la tabla jerárquica de una persona, un pueblo o una época,más no cuál debe ser dicha tabla. Scheler cree que los valores mantienen una relación jerárquica a priori. La jerarquía, para él, reside en la esencia misma de los valores y se aplica aún a aquellos valores que no conocemos. La superioridad de un valor sobre otro se capta por medio del "preferir" que es un acto especial de conocimiento. Preferir no es juzgar; el juicio axiológico descansa en un preferir que le antecede. Como lo indicamos anteriormente no hay que confundir "preferir" con "elegir". El "elegir" es una tendencia que supone ya el conocimiento de la superioridad del valor. El "preferir" en cambio, se realiza sin ningún tender, elegir ni querer. Cuando decimos "prefiero la rosa al clavel" no pensamos en una elección. La elección tiene lugar entre acciones, como vimos. El preferir en cambio se refiere a bienes y valores; en el primer caso se trata de preferir empírico y, en el segundo, a priorico. Si bien la superioridad de un valor no se nos da antes del preferir, sino en el preferir, no se debe creer que tal superioridad consiste en que un valor ha sido, de hecho, preferido. De lo contrario la superioridad tendrá un fundamento empírico cuando en realidad, para Scheler, la jerarquía es algo ínsito en la esencia misma de los valores y, por lo tanto, invariable y ajeno a la experiencia la conexión jerárquica es de naturaleza a priori. Esto no significa, sin embargo, qué es el orden jerárquico de los valores pueden ser deducidos lógicamente; de qué trata de una evidencia intuitiva de preferencia que ninguna deducción lógica puede sustituir. El acto de preferencia no exige que se dé una multitud de valores en el percibir sentimental. Puede dársenos a una lección como preferible a toda otra acción, sin que pensemos o nos representemos las demás acciones posibles; basta la conciencia de poder preferir cualquiera otra cosa. Scheler distingue el preferir, como acto, del modo de su realización. A veces el preferir se da intuitivamente, sin que seamos conscientes de ninguna actividad y el valor se nos aparece "como por sí mismo". Otras veces, en cambio, será un preferir consciente y acompañado de "reflexión". En los modos reales del preferir se distinguen los caracteres morales. Unos son llamados por Scheler, "criticos" o "asceticos",

puesto que realiza la superioridad de los valores principalmente a traves rel acto de "postegar". A ellos se les oponen lis "caracteres positivos", para quienes el valor inferior hace patente del superior que se les da directamente. Si bien en el preferir sociedad ya la superioridad de un valor sobre otro, Scheler cree necesario, con justa razón, poner por separado los criterios que hay que utilizar para determinar la jerarquía axiologica. Estos criterios que son cinco en total, pueden separarse de los actos de preferencia aunque revela rasgos de las leyes del preferir. El primer criterio es el de la durabilidad del valor. Siempre se ha preferido, observa Scheler, los bienes duraderos a los pasajeros y cambiantes. La capacidad de persistir a través del tiempo es una nota que caracteriza las grandes obras literarias, por ejemplo. Durabilidad no debe referirse, desde luego, a los bienes y, menos aún, a los depositarios. Un fósforo puede describir una obra de arte y una caída poner fin a la vida de un genio. La simple durabilidad del bien, debido a la fortaleza del depositario, no agrega valor al objeto. De lo contrario, una "fea" estatua de mármol sería estéticamente superior a una "bella" creación en madera o yeso. La durabilidad se refiere a los valores. Afirma Scheler que " los valores más inferiores de todos son, a la vez, los valores esencialmente 'fugaces' los valores superiores a todos son, al mismo tiempo, valores eternos". Es "de esencia" del valor de lo agradable sensorial darse como mudable, frente al valor de la salud, por ejemplo, o el valor del conocimiento. El segundo criterio es la divisibilidad. La altura de los valores es tanto mayor cuanto menos divisibles son. los valores inferiores deben fraccionarse para poder gozarlos, mientras que los superiores ofrecen una creciente resistencia a división. Debido a que los valores de lo agradable sensible "son esenciales y claramente extensivos", es posible la participación en su goce solo y se los divide, como sucede con las comidas, bebidas o con un trozo de tela pan vale aproximadamente el doble que la mitad del trozo. En la obra de arte no sucede lo mismo: la mitad de una estatua o un cuando no corresponde a la mitad de su valor total. Por esta razon, podemos compartir el goce de los valores estéticos sin necesidad de fraccionar los bienes- los valores espirituales son indiferentes al número de personas que participan de su goce - mientras que el costo de lo agradable sensible exige al fraccionamiento de los bienes correspondientes. Que ahi que los bienes materiales se parecen a las personas al establecer de conflictos de intereses

sobre su posesion-, mientras los bienes espirituales unam a los hombres en una posición común. La fundación constituye el tercer criterio. Si un valor funda otro, es más alto que este. Se puede afirmar que un valor de la clase B funda un valor de la clase A, cuando un valor individual a requiere, para darse la previa existencia de un valor de B. El valor de B es en este ejemplo el valor que se funda y, por lo tanto el más alto. Así lo agradable se apoya en lo vital en la salud por ejemplo. Tosos los valores se fundan, desde luego, en los valores supremos que son, para Scheler, los religiosos. Al sostener esta tesis vuelve Scheler a un unistmo axiologico semejante al medieval que es desarrollo de la era moderna parecía haber superado. Veamos el cuarto criterio. Hay una relación esencial - para Scheler - entre la profundidad de la satisfacción que acompaña el percibir sentimental de los valores y la jerarquía de estos. Como sucede con la preferencia, sin embargo, la jerarquía del valor no consiste en la profundidad de la satisfacción que produce. Hay también, de igual modo, una "conexión de esencias" por la cual el valor más alto produce una satisfacción más profunda. Aclara Scheler el concepto de "satisfacción". Primer lugar no debe confundirse la con el placer si bien éste puede ser una consecuencia de la satisfacción se trata por otra parte de una evidencia de cumplimiento esto es que te da tan sólo cuando se cumple un intención hacia un valor mediante la aparición de la satisfacción no está necesariamente ligada a una tendencia; el más puro caso de satisfacción a caerse en el tranquilo percibir sentimental y en la posición de un bien positivamente valioso. Tampoco es necesario que la satisfacción vaya precedida de una tendencia. Igualmente aclara el concepto de "profundidad". La distingue en primer término del grado de satisfacción. "decimos que una satisfacción en el percibir sentimental de un valor es más profunda que otra, cuando su existencia se muestra independiente de percibir sentimental del otro valor y de la 'satisfacción' a él unida, siendo está, en Perú dependiente de aquella. De ahí que solo cuando nos sentimos satisfechos los planos profundos de nuestra vida gozamos las ingenuas alegrías superficiales. Scheler reconoce que los cuatro criterios enunciado – durabilidad, divisibilidad, fundación y profundidad de la satisfacción- “No pueden expresar el ultimo sentido de la altura de un valor, por mas que descansen siempre en conexiones de esencias.”

Veamos qué acontece con el quinto criterio propuesto: la relatividad. Afirma Scheler que si bien la objetividad pertenece a todos los valores y sus conexiones de resistencias son independientes de la realidad de la conexión real de los bienes en que se realizan los valores, existe entre éstos una diferencia que consiste en escala de la relatividad. Observa que el hecho de que un valor sea relativo no lo convierte en subjetivo. Un objeto corpóreo que se presenta en la alucinación es relativo al individuo, más no es objetivo en el sentido que lo es un sentimiento. El valor de lo agradable que es relativo a un ser dotado de sentimiento sensible; en cambio, son valores absolutos aquellos que existen para un puro sentir-preferir, amar- esto es para un sentir independiente de la esencia de la sensibilidad y de defensa de la vida. Los valores morales pertenecen a esta última clase. La relatividad se refiere el ser de los valores mismos y no debe confundirse con la dependencia o relatividad que se deriva de la naturaleza del depositario eventual del valor. Esta es una relatividad de segundo orden, en oposición a la relatividad de primer orden que se refiere a los valores. Ahora bien aquellos valores que en el sentir y preferir son dados como los valores más próximos al valor absoluto te dan a su vez con los más altos en la intuición inmediata. cree que existe un percibir inmediato de la relatividad de un valor independiente por completo del juicio y la reflexión. Asi, valor absoluto se da como evidente con prescindencia de cualquier razonamiento lógico o hecho empírico. Reflexión y los actos de comparación e inducción pueden, mas bien, ocultarnos el carácter absoluto relativo de un valor. " quiste en nosotros un fondo en el que apreciamos secretamente la naturaleza de los valores vividos por nosotros en lo que respecta a su relatividad, no obstante que intentemos a veces ocultarnos esa relatividad mediante el juicio, la comparación y la inducción". Valor es tanto más alto cuanto menos relativo es; el valor más alto de todos es el valor absoluto. Todas las demás conexiones de celosias se basan sobre esta que es la fundamental. El preferir y la aplicación de los 5 criterios señalados, nos ponen al descubierto una ordenación jerárquica o tabla de valores que para él cheler es la siguiente: En primer término figura en el nivel más bajo los valores de "lo agradable" y "lo desagradable", a los que corresponden los estados afectivos del placer y el dolor que sensibles. En segundo término están los valores vitales que representan una modalidad axiologica independiente irreductible a lo agradable

y lo desagradable. Antítesis noble-vulgar es la fundamental en este estrato axiologico, bien corresponden a este día será los valores del bienestar y, en tanto estados, todos los modos del sentimiento vital como la salud, la enfermedad, la vejez y la muerte, el agotamiento. El reino de los valores espirituales contribuye la tercera modalidad axiologica. Ante ellos deben sacrificarse tanto los valores vitales como los de lo agradable. Captamos estos valores por el percibir sentimental espiritual y en actos como el preferir, amar y odiar espirituales, que no deben confundirse con los correspondientes actos vitales sinónimos. Dentro de los valores espirituales pueden distinguirse jerárquicamente los siguientes: a) los valores de los bello y de lo feo y lo demás valores puramente estéticos; b) valores de lo justo y lo injusto que no hay que confundir con lo recto y lo no recto que se refieren a un orden establecido por la ley y que son independientes de la idea de estado y de cualquier legislación positiva; c) los valores del conocimiento puro de la verdad tal como pretende realizar los la filosofía en contraposición con la ciencia positiva que aspira al conocimiento con el fin de dominar a la naturaleza. Advirtase que Scheler habla del valor del "conocimiento" y no de la verdad misma; en la verdad no pertenece al universo de los valores. Los valores de la ciencia tanto como los de la cultura son valores por referencia al conocimiento. Por encima de los valores espirituales está la última modalidad de los valores, la de lo santo y lo profano. los valores religiosos son irreductibles a los espirituales y tiene la peculiaridad de revelarsenos en los objetos que santo a lo largo de la historia incluyendo, desde luego, " el concepto más puro de Dios". Los estados correspondientes a los valores religiosos son los de éxtasis y desesperación, que mide la proximidad o el alejamiento de lo santo. Para Scheler, esta relación jerárquica de valores de lo agradable a los santo- a través de lo vital y lo espiritual- apriorística y precede, por lo tanto a cualquier relación entre los bienes. Es aplicable a los bienes sencillamente porque se aplica a los valores que están presentes en los bienes. Examinaremos críticamente en el capítulo V la validez de esta tabla de valores y los criterios usados para establecerla. Bástenos, el momento señalar que cada época histórica tuvo su tabla de valores y que difícilmente podrá fijar tela en la norma definitiva como pretende Scheler.