INTRODUCCIÓN A LA CHARRERÍA

INTRODUCCIÓN A LA CHARRERÍA La palabra “Charro” parece derivarse del término “zar” que en vasco significa campesino. Sin

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INTRODUCCIÓN A LA CHARRERÍA La palabra “Charro” parece derivarse del término “zar” que en vasco significa campesino. Sin embargo, más allá de las palabras y sus orígenes, el charro mexicano tiene tanto de vasco como de andaluz o indígena. La sangre del charro es mestiza como lo es su tradición. La historia de la charrería está unida a la de los caballos europeos llegados a América. Los “cuacos”, como se les dice cariñosamente, son los verdaderos iniciadores de la charrería mexicana. LOS CABALLOS EN MÉXICO En 1519, Hernán Cortés desembarcó con 16 caballos en las costas de lo que es hoy la República Mexicana. Para la poblaciónindígena, que nunca antes había visto a aquel animal, caballo y jinete le parecieron uno mismo. Apenas fundada la Villa Rica de laVeracruz, llegaron refuerzos integrados por más jinetes, por supuesto, acompañados de sus respectivos caballos. En la conquista de México participaron muchos caballos, aunque casi todos son anónimos, algunos aparecen con nombre y descripción en el testimonio que Bernal Díaz del Castillo dejó. Registra el nacimiento del primer potro en tierra americana, hijo de una yegua castaña. Los conquistadores usaban espada, puñal y lanza, sus trajes correspondían a la moda de la época, estaban formados por armaduras de metal y a veces, mallas, yelmo y rodela del mismo material. Así como sus atuendos eran especiales, también lo eran los aperos de sus caballos; todos portaban una barda (especie de protección o armadura) que los cubría desde la cabeza hasta parte de las ancas, hecha de baqueta y fierro. Había varios tipos de silla: la brida, la media, la estradiota y la jineta. La caballería pesada montaba la “brida”, que tenía estribos largos y camas de freno anchas. La silla media o bastarda, era intermedia entre la jineta y la brida. La estradiota, parecida a la brida en sus estribos largos y la cama del freno ancha, era muy larga y estaba diseñada para que los muslos del jinete, estirados, se encajaran en ella, a veces llevaba una arandela metálica para resguardar la mano del caballero. La llegada de caballos y los enfrentamientos bélicos hicieron que los animales que salvaron su vida huyeran a los montes, donde se reprodujeron. Estos cimarrones fueron los primeros caballos que los indígenas poseyeron y aprendieron a domesticar, aunque les estaba prohibido, so pena de muerte, montarlos. Para los españoles estaba claro que los caballos, mulas y armas de conquista eran un peligro potencial si estaban en en manos de los indígenas y criollos en la Nueva España. Desde 1572 hasta 1611 hay ordenanzas en las que explícitamente se restringe tanto el uso de caballos y mulas como el de armas entre los indios. Desde el principio los peninsulares se esforzaron en la crianza de ganado caballar y bovino, y para ello usaron la mano de obra de la tierra conquistada. Cuando el poder imperial de la Corona española estaba bien establecido en las colonias habían cambiado las circunstancias y las necesidades de los españoles. Se obligaron a modificar la legislación respecto a los caballos. El primer escrito del que se tiene noticia, lo otorgó el virrey Luis de Tovar Godínez en 1619, mediante el cual, autorizó que 20 indígenas de la Hacienda de San Javier, ubicada en lo que hoy es el Estado de Hidalgo, montaran “caballos con silla, freno y espuelas”.

Los caballos eran parte de los bienes que enorgullecían a los propietarios. Pasear a caballo por las calles vestido de gala para mostrar la calidad del binomio caballojinete como pareja indisoluble, era la mejor manera de hacer patente dicho orgullo. Los jinetes y sus monturas fueron parte de las celebraciones especiales. La fiesta de San Hipólito, que se celebraba el 13 de agosto, era una de las más tradicionales. Desde el virrey hasta las autoridades religiosas y los conquistadores viejos, exitosos o no, desfilaban a caballoen lo que se conocía como el paseo del Pendón. Posteriormente, se celebraron las fiestas de las cañas para festejar la llegada del Viejo Continente de las autoridades, la consagración de los templos y las imágenes y los aniversarios de los poderosos. El derroche y la fastuosidad eran habituales. NACIMIENTO DE LA CHARRERÍA A partir de este momento, los mismos terratenientes, que eran españoles, obtuvieron autorizaciones para que los indios a su servicio pudieran montar. Una vez a caballo, los indígenas tuvieron que adaptar aparejos, aperos e indumentaria especiales para tal efecto. Los materiales empleados fueron los mismos de los que disponían antes de la llegada de los conquistadores, agregando otros de lana, de origen europeo. Las fibras naturales como la lechuguilla o el maguey sirvieron para hacer cuerdas y reatas. Las pieles de venado para confeccionar pantalones resistentes. Hasta que de los materiales accesibles y su propia inventiva surgió un estilo de indumentaria que, con el tiempo, conformó lo que hoy es el atuendo del charro mexicano. Algunos dicen que el pionero de la charrería fue el cacique chichimeca Nicolás Montañéz, quien se alió con el virrey Velasco I en las luchas por la conquista de Querétaro en el siglo XVI. Otros sostienen que el beato Sebastián de Aparicio (1502-1596) es el verdadero padre de la charrería, ya que él fue quien se dedicó a enseñarle a los indigenas tanto las artes de la montura como el cuidado del ganado caballar y bovino. Las grandes haciendas poseían ganado mayor, los vaqueros y caporales, para atender sutrabajo, empezaron a desarrollar destrezas que posteriormente se convirtieron en actividades divertidas y de lucimiento en las que los vaqueros mostraban sus habilidades para lazar o colear al ganado. La charrería, con el tiempo, pasó de ser una labor rural local a un arte nacional, que se extendió en todo el territorio de la Nueva España. EL ARTE DE LA CHARRERÍA Tiene su origen concreto en Salamanca. El charro de ese lugar usa pantalón negro bastante ceñido, polainas, chaleco de cuero de mediavaca oscuro, chaleco y chaquetilla igualmente de color oscuro con botonadura y filigrana bordada. El sombrero es calañés, con gruesas toquillas y entorchados de oro y plata o de vivos colores realizados por artesanos. La mujer lleva traje negro, blanco o dorado. Porta además refajo, dengue, delantal y camisa de mangas. La indumentaria del charro mexicano se adaptó a las faenas del campo, a la ganadería en concreto. Lleva pantalones untados carentes de polainas que le facilitan montar, la chaquetilla se adapta fácilmente a los movimientos que hace para lazar y correr. Luce zapatos finos de una sola pieza de color café, negro o caoba. Si usa botas, lleva las llamadas federicas, de tubo bajo y bien lustradas. Con ellas interpreta el Jarabe Tapatío o cualquier otro baile típico como el de Los Compadres o los sones costeños como El Chihualteco, La Culebra, El Maracumbé o El Venadito.

Su atuendo, según el evento en que participe, es de cuatro clases: de faena, de media gala, de gala y el de las grandes ceremonias. Por lo general luce sombrero de fieltro o de palma, chaqueta de gamuza, tela, o bien blusa, pantalón de gamuza con tres mancuernas a cada lado, zapatos de una sola pieza de color café o bayos, corbata en forma de mariposa y la funda del revólver. Elcaballo o la yegua que monta lleva silla de esqueleto o de canteras, reata, freno y otros arreos. La charrería, en su forma más primitiva, nació en los campos del actual Estado de Querétaro. Sus formas más elaboradas empezaron a desarrollarse en los Estados de Hidalgo y de México. Las formas más contemporáneas y que más se asemejan al arte charro que conocemos actualmente se dieron en los Estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Michoacán, Guerrero y Colima. Pero la verdadera cuna de la charrería es el Estado de Jalisco, donde nació el charro Colima y Jalisco. La charrería, como disciplina deportiva, arte y acto suceptible de premios y concursos data oficialmente de 1930, año en que tuvo lugar en el Distrito Federal la primera competencia charra, la cual, desde sus orígenes, obedece a un reglamento estricto y a un código de comportamiento que todo charro debe cumplir cabalmente.

http://www.uv.mx/popularte/esp/scriptphp.php?sid=517

EL MUNDO DE LA CHARRERÍA EL LIENZO CHARRO El lienzo charro es el lugar donde se celebran las charreadas, viven los caballos y se entrenan los jinetes. Se le llama lienzo a todas las instalaciones, formadas por el lienzo propiamente dicho que es de forma alargada, el ruedo, las caballerizas, etc. Los primeros lienzos charros se construyeron en los años veinte. Se parecían a la plaza de toros, sólo que se le aumentó el lienzo: una extensión rectangular, destinada a suertes como colear, manganear y pialar. Según el reglamento oficial, el lienzo debe ser un terreno cercado y plano, de 60 por 12 metros. El partidero, cerrado con una puerta diagonal abatible, tiene 1.80 metros de claro y un embudo de 70 centímetros de ancho. Debe haber cajones de 1.80 metros de largo para manejar el ganado del coleadero, un devolvedero de 2.30 metros de ancho con cajones para jineteo, situados a un lado de éste y junto al ruedo. También deberá tener corraletas, para el ganado vacuno y caballar que espera entrar al lienzo. Un ruedo de 40 metros de diámetro y su correspondiente desembarcadero para los caballos de los charros y escaramuzas visitantes. La caseta de jueces está a 60 metros de altura. Adentro hay un equipo de sonido, un pizarrón de calificaciones, cronómetro y gradas para el público. MONTURAS CHARRAS La montura del charro es una de las obras de artesanos, talabarteros y orfebres, más espectaculares. Los arreos, es decir; todos los anexos que componen la montura se utilizan en cada una de las suertes, ejercicios y faenas charras. La silla charra o vaquera consta de fuste, cueraje y herraje. El fuste es el armazón; está hecho de madera y los más lujosos están forrado con pergamino o piel de cerdo curtida llamada retobo. El cueraje son todas las reatas (cuerda torcida de fibra de maguey, pita o ixtle de lechuguilla), cuerdas y tiras de cuero que cuelgan del fuste: éstos son bastos (dos faldones de cuero que tienen hebillas para sujetar la reata), arciones (tiras que sostienen los estribos), cantinas (bolsas laterales), látigos (tira que aprieta la silla

al lomo del caballo), enreatados o pial (unen el fuste a las argollas de los látigos), contralátigo (tira que une la argolla del enreatado a la del cincho), contrarreatados o contrarreatas (tirantes de cuero que pasan por debajo de los arciones y de las cantinas), cuartas (azote que va sobre la cantina), alzacincho (pieza de cuero que suspende el cincho cuando se desensilla), tientos (correas de gamuza que sostienen los elementos al fuste), anquera (cubierta de cuero que se le pone a los potros antes de la silla). Algunas otras partes de las monturas sirven para mantener la silla en su lugar mientras se ejecutan suertes como lazar y colear, o cuando repara el caballo. Éstas son barriguera, pechopretal y cabezadas que sirven para recortar o alargar las bridas y el freno. El herraje, como lo indica su nombre, está formado por todas las piezas de metal, éstas son: estribos, argollas, amarres, chapetones y botones. La mayor parte son de acero pavonado y embutido de plata en forma de media caña. Cuando la montura es de lujo lleva incrustaciones de plata. Las espuelas suelen ser la pieza de herrería más vistosa de la montura; se decoran con calados delicados e incrustaciones, repujados y labrados de plata o de oro. Los Estados de Zacatecas y Puebla, particularmente Amozoc, son los lugares en donde están los artesanos más reconocidos de la charrería.