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INTRODUCCIÓN El poder sedujo a los hombres desde los comienzos de las civilizaciones. A través de la historia hubo mucho

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INTRODUCCIÓN El poder sedujo a los hombres desde los comienzos de las civilizaciones. A través de la historia hubo muchos hombres que publicaron sus concepciones de lo que realmente es el poder; pero nadie lo hizo de forma tan realista y práctica como Nicolás Maquiavelo, en su obra “El Príncipe”; describe como los gobernantes pueden adquirir y mantener el poder político. Maquiavelo, piensa no sólo que una sociedad debe ser fundada, sino que también debe perdurar y por esto explica qué es necesario hacer para que perdure.

CONTEXTO HISTÓRICO El Renacimiento, época en que vivió Maquiavelo, es la culminación de un proceso que arranca de la época anterior; no supone, en este sentido, una ruptura radical con la Edad Media. Sin embargo, el Renacimiento, en cualquiera de sus manifestaciones, opera una revisión del mundo medieval al tiempo que procede a la revalorización de la antigüedad grecorromana. Éste es un período de grandes cambios, en todos los aspectos de la vida; podemos destacar: -Transformaciones económicas, se forma una sociedad de mercado (mercantilismo), que considera factor primordial de la riqueza a la moneda en sí. -Gracias al factor económico nace la burguesía, nueva clase social que depende de la condición económica. Ésta irrumpe con fuerza y modela a un hombre distinto (sentido comercial, apego a la riqueza, inclinación por el mundo sensible. -Se producen grandes movimientos de la población, tales como crecimiento demográfico y revitalización de las ciudades. -Hay un cambio de la mentalidad, se inclina hacia una afirmación del individualismo. -Los descubrimientos científicos, entre los que podemos citar a Copérnico, Galileo y Kepler con la teoría heliocéntrica. Esta “revolución Copernicana” trajo aparejado importantes cambios en el pensamiento de la época. -La gran floración de la técnica, destacando importantes inventos como la brújula que permitió descubrir tierras nuevas; la imprenta y el papel que favoreció a la difusión de la cultura; la aplicación de la pólvora como arma bélica, lo que ayudó al surgimiento de las grandes monarquías; el telescopio, el microscopio, etc -La expansión de la cultura, con las nuevas Universidades y el fácil acceso a libros gracias a la imprenta.. -La crisis religiosa, que se inicia con la influencia del paganismo grecorromano y culmina con conflictos religiosos tales como la Reforma Protestante y consecuentemente la Contrarreforma Católica. Cabe destacar también el nacimiento de la Orden de los Jesuitas, fundada por San Ignacio de Loyola.

-El giro en la propia concepción del hombre y de su proyección social. -El amplio desarrollo del arte en todas sus expresiones (pintura, escultura, arquitectura, música, literatura, etc) destacándose personajes tales como Miguel Angel, Rafael, Donatello, Bruneleschi. Sin lugar a duda el prototipo del hombre renacentista fue Leonardo da Vinci, destacándose en muchas ramas del saber. -El gran progreso de la ciencia en general, ya que el hombre de ciencia comienza a indagar con la razón hasta poder comprobar el porqué de las cosas. -El humanismo, donde se destaca Erasmo de Rotterdam, que afirma el derecho del hombre a realizarse en el mundo. Cabe destacar que el movimiento renacentista comenzó en Italia, más específicamente en la ciudad de Florencia y de ahí se propagó por toda Europa y el mundo Occidente. Este período se caracterizó por una vuelta a la antigüedad clásica o grecorromana. Hay que hacer mención aquí a un detalle significativo: la Edad Media no fue una época oscura ya que sin ella no se hubiese podido llegar al Renacimiento; fue una época en la cual se conservaron ocultamente los ideales de la antigüedad clásica. Maquiavelo vivió en la Italia renacentista, una Italia que no estaba unificada, sino dividida en muchos pequeños Estados que guerreaban entre sí; no sólo hay guerra entre diferentes ciudades sino también en el interior de ellas se producen disturbios civiles, tales como regicidios. Maquiavelo, comprendiendo esta situación nefasta, y viendo además como se constituían las grandes monarquías en Francia, Italia e Inglaterra, se da cuenta que hay que llevar a cabo una gran empresa: cambiar los ideales de la época. Propone así soluciones completamente nuevas para la época: la unidad de la sociedad es la política y la política es un acto; entonces para que haya una sociedad una es necesario un acto fundador. Con esta idea escribe en 1513 “El Príncipe”.

VIDA Y OBRA Escritor y estadista florentino. Nacido en 1469 en el seno de una familia noble empobrecida, Nicolás Maquiavelo vivió en Florencia en tiempos de Lorenzo y Pedro de Médicis. Tras la caída de Savonarola (1498) fue nombrado secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad, cargo que Nicolás Maquiavelo ocupó hasta 1512 y que le llevó a realizar importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros. Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo Maquiavelo creó la milicia nacional en 1505.

Maquiavelo intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y el regreso de los Médicis a Florencia (1512). Como consecuencia de este giro político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue acusado de traición, encarcelado y levemente torturado (1513). Tras recuperar la libertad se retiró a una casa de su propiedad en las afueras de Florencia, donde emprendió la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, El príncipe (Il principe), que terminó en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis (a pesar de ello, sólo sería publicada después de su muerte). En 1520, el cardenal Julio de Médicis confió a Maquiavelo varias misiones y, cuando se convirtió en Papa, con el nombre de Clemente VII (1523), Maquiavelo pasó a ocupar el cargo de superintendente de fortificaciones (1526). En 1527, las tropas de Carlos I de España tomaron y saquearon Roma, lo que trajo consigo la caída de los Médicis en Florencia y la marginación política de Maquiavelo, quien murió poco después de ser apartado de todos sus cargos. Su obra se adentra por igual en los terrenos de la política y la literatura. Sus textos políticos e históricos son deudores de su experiencia diplomática al servicio de Florencia, caso de Descripción de las cosas de Alemania (Ritrato delle cose della Alemagna, 1532). En Discursos sobre la primera década de Tito Livio (Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio, 1512-1519) esbozó, anticipándose a Vico, la teoría cíclica de la historia: la monarquía tiende a la tiranía, la aristocracia se transforma en oligarquía y la democracia en anarquía, lo que lleva de nuevo a la monarquía. En El príncipe, obra inspirada en la figura de César Borgia, Maquiavelo describe distintos modelos de Estado según cuál sea su origen (la fuerza, la perversión, el azar) y deduce las políticas más adecuadas para su pervivencia. Desde esa perspectiva se analiza el perfil psicológico que debe tener el príncipe y se dilucida cuáles son las virtudes humanas que deben primar en su tarea de gobierno. Maquiavelo concluye que el príncipe debe aparentar poseer ciertas cualidades, ser capaz de fingir y disimular bien y subordinar todos los valores morales a la razón de Estado, encarnada en su persona. Su pensamiento histórico quedó plasmado fundamentalmente en dos obras: La vida de Castruccio Castracani de Luca (1520) e Historia de Florencia (Istorie fiorentine, 1520-1525). Entre sus trabajos literarios se cuentan variadas composiciones líricas, como Las decenales (Decennali, 1506-1509) o El asno de oro (L'asino d’oro, 1517), pero sobre todas ellas destaca su comedia La mandrágora (Mandragola, 1520), sátira mordaz de las costumbres florentinas de la época. Clizia (1525) es una comedia en cinco actos, de forma aparentemente clásica, que se sitúa en la realidad contemporánea que Maquiavelo tanto deseaba criticar.

El Príncipe es un producto típicamente renacentista, ya que se ha visto que en el campo de las ciencias y del pensamiento en general, el Renacimiento aporta dos novedades sustanciales que son: el dato experimental como punto de arranque de la inducción científica, y la independización de las ciencias con respecto a aquella unidad teológico-filosófica que preside el pensamiento de la Edad Media. Y aunque actualmente esta

separación ya sea algo normal, en el siglo XVI suponía una lucha a veces violenta con los sustentadores de la vieja unidad, rota ya en parte por el Humanismo y mucho más por el Renacimiento. A Maquiavelo cabe el descubrimiento de la posibilidad de una política y por lo tanto, de una ciencia política autónoma, independiente de los antiguos principios generales y al margen de consideraciones del orden moral. Lo que guía a esta ciencia son motivaciones como la utilidad, el valor, la virtud, la fuerza, la astucia, la fortuna y la audacia entre otros. Estas ideas están en concordancia con las de otro pensador de la época, Jean Bodin. La doctrina de Maquiavelo no era, en su época, una cosa puramente “libresca”, conocida nada más por un pequeño grupo de pensadores. El de Maquiavelo, es el estilo de un hombre de acción que quiere mover a la acción; él no quería que sus ideas quedasen en la nada sino que movieran a los hombres hacia la política, especialmente a los italianos. Otro aspecto interesante de esta obra es que Maquiavelo deja de lado las cosas imaginadas acerca del príncipe para describir las que son verdaderas. Él parte de realidades, a veces experimentadas personalmente, y nunca se sale del terreno de lo real capaz de ser probado por experimentación directa, lo que va de acuerdo a lo que el Renacimiento planteaba. Porque al leer la obra se observará que son muchas las lecturas que manifiesta Maquiavelo: Tito Livio, Herodiano, Homero, Jenofonte, Polibio citando a los más antiguos; y estas lecturas no sirven para crear una teoría universal, sino solamente para ejemplificar con datos bien concretos lo que el autor ve en la realidad que lo rodea, porque ,como ya hemos mencionado, Maquiavelo se limita a describir lo que los hombres hacen realmente: lo que son, no lo que debieran ser. Si bien en los once primeros capítulos de su obra traza el autor un panorama completo de las diferentes clases de principados y de ejércitos, en el conjunto del libro es evidente su propósito de referirse al “príncipe nuevo”, es decir al hombre que llega al poder en un Estado no por derechos hereditarios o de sucesión dinástica sino por diferentes factores, que pueden ser: la propia virtud, la buena fortuna, el favor del pueblo que lo elige, la ayuda de los nobles o la colaboración militar de otros príncipes. Para cada uno de estos casos Maquiavelo muestra causas y motivaciones, analiza posibles peligros y desequilibrios del poder o de las relaciones de éste con los súbditos y con los nobles y poderosos del Estado. Se ponen ejemplos antiguos y modernos (muchos de estos últimos provienen de experiencias personales), que dan consideraciones prácticas que nunca quieren ser leyes universales, sino sólo ejemplos.

“El fin justifica los medios” Cabe aclarar que esta frase no se encuentra textualmente en ninguna parte del libro, pero son varios lo párrafos del mismo que dejan entrever esta idea, como por ejemplo: “Es de saber que hay dos modos de combatir: el uno, mediante las leyes; el otro, por la fuerza. El primero es propio del hombre; el segundo, de las bestias. Pero como a veces el primero no basta, conviene recurrir al segundo. De ahí que, al príncipe sea necesario saber usar debidamente tanto la bestia como el hombre.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-

Cap.XVIII- pág.81) “El príncipe, por lo tanto, ni puede ni debe cumplir la palabra dada si eso le perjudica y si desaparecieron los motivo s de su promesa. Si todos los hombres fueran honestos, este principio no sería válido, pero como son perversos y no mantienen lo que prometen, tampoco uno debe mantenerlo.” (Nicolás Maquiavelo- El PríncipeCap.XVIII- pág.82). Lo que Maquiavelo quiere expresar es que el príncipe debe tener la capacidad de adecuar la propia conducta a las circunstancias que lo rodean, ya que si él no piensa en el bienestar de su Estado nadie lo hará, y de discernir lo que es útil para su gobierno, de forjarse un ejército propio a fin de prescindir de tropas mercenarias y auxiliares que son la ruina segura. Maquiavelo pensaba en “el que no sabe”, que se proponía educarlo políticamente, pero no en el sentido negativo, enseñándole a odiar a los tiranos, sino de modo positivo, de quien debe reconocer como necesarios determinados medios, aunque sean propios de los tiranos, porque se quiere alcanzar determinados fines. Cuando uno nace en la tradición de los hombres de gobierno, adquiere o “absorbe” por el ambiente familiar las características del político realista; pero si uno nunca ha tenido contacto con la política esto es muy difícil. Puede considerarse que Maquiavelo quiere persuadir, o mejor enseñar, a estos últimos que existe la necesidad de un “jefe” que sepa lo que quiere y cómo conseguirlo, y de la necesidad de aceptarlo con entusiasmo aunque sus acciones sean o parezcan contrarias a la ideología de la época o la religión.

Capítulo I: De las distintas clases de Principados y de la forma en que se adquieren. La clasificación que hace Maquiavelo es: 1) Los estados se dividen en principados o repúblicas. 2) Los principados se dividen en hereditarios o nuevos. 3) Los principados nuevos pueden ser absolutamente nuevos o añadidos a un principado anterior adquirido por herencia (mixtos). 4) Los principados totalmente nuevos pueden adquirirse por virtud o por la suerte, por las propias armas o por las armas ajenas.

Capítulo II: De los Principados hereditarios. Lo que le interesa, dice Maquiavelo, es determinar de qué modo puede gobernarse un principado y también cómo puede mantenérselo. El problema de conservar el principado en aquellos casos que se recibe por herencia no ofrece demasiadas dificultades porque el peso de la tradición y las costumbres hace que sea aceptado naturalmente tal príncipe a menos que no sepa manejar las contingencias o quiera ir precisamente

contra esas costumbres y tradiciones que lo respaldan. Este tipo de principados no ofrecen dificultades para Maquiavelo si pensamos la manera de actuar que debe llevar a cabo el príncipe.

Capítulo III: De los Principados mixtos. Aquí sí se presentan las dificultades para Maquiavelo. ¿Cuál es la dificultad? Al no sustentarse en una tradición que ha sido naturalizada por los gobernados, estos ven como factible el cambio, la variación y eso los lleva a considerar la posibilidad incluso de tomar las armas si este es un buen medio para quitarse de encima a un determinado gobernante con la esperanza de encontrar en otro condiciones mejores para la vida. Ante esta posibilidad, el príncipe de un principado nuevo tiene que tomar ciertas medidas y precauciones: si se trata de un principado mixto donde un espacio nuevo es anexado a un principado ya existente tiene que atender, según Maquiavelo, a dos de los elementos más arraigados que son la lengua y las disposiciones, leyes, costumbres. Si coincide la lengua, entonces bastará con eliminar la sangre del príncipe anterior y con ello se gana estabilidad porque se extingue la posibilidad de que reorganice fuerzas para recuperar poder el señor o la familia que se encontraba en el poder. La estabilidad y el principado nuevo se mantienen dejando inmodificada la lengua y los tributos y leyes antiguas, porque de tal modo se logra una homogeneidad que permite integrar el nuevo espacio al anterior principado. ¿Qué ocurre si la lengua es diversa y las costumbres son distintas? Allí se generan grandes dificultades y Maquiavelo apela a la Fortuna y la Virtud, para mantenerlos. Pero sobre todo remarca la presencia que tiene que tener el príncipe en el lugar para conocer las dificultades que se vayan generando rápidamente y pueda solucionarlo. Maquiavelo observa la importancia de la comunicación de la información para evitar desmanes grandes a través de prontas soluciones (si el Príncipe está lejos y la información tarda en llegar entonces la reacción tal vez no pueda ya solucionar el problema porque este se puede agravar rápidamente). Otro remedio que piensa Maquiavelo para ganar estabilidad en un principado nuevo es colonizar el territorio, enviar colonos que, de tal modo, le quiten el terreno a los grandes del lugar y provoquen ofensas que no podrán ser vengadas puesto que se les arrebatará de tal modo todo poder. Maquiavelo dice: las ofensas tienen que ser grandes para no temer venganza porque una pequeña ofensa que no le quite capacidad de acción al rival le otorga un cierto margen de poder, en cambio la gran agresión lo deja en un lugar y unas condiciones que vuelven imposible su venganza. Si en vez de colonizar se emplea la ocupación militar generaría pérdidas porque el mantenimiento de la guardia abserve las rentas del Estado. Maquiavelo distingue entre los grandes o potentes y los pequeños o menos potentes. Y sostiene que otra estrategia adecuada para mantener un nuevo principado anexado a uno ya existente consiste en debilitar a los grandes y unificar sin volver más poderosos a los pequeños, ya que si esto sucede éstos buscarán

independizarse, volverse ellos mismos un estado. El príncipe tiene que tener la suficiente previsión como para adelantarse a los males futuros y posibles para poner remedio. La metáfora del médico es permanente en Maquiavelo. Como ejemplo de aquello que no debe hacer el Príncipe, Maquiavelo recurre a Luis de Francia, quien no sabe mantener las alianzas con los menos potentes y ensaya una estrategia de recurrir al más poderoso cuando intenta conseguir el favor del papa, lo cual le quitaba todos los aliados ganados. Luego hay una afirmación de Maquiavelo, sin ofrecer pruebas, donde señala al deseo de conquista como algo natural. Frente a tal deseo el príncipe sabio conoce las limitaciones y lo refrena, en cambio el príncipe que no sabe conducirse da rienda suelta a su deseo sin observar el estado de cosas y las fuerzas en juego. En el Príncipe se establece la idea de que a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos.

En conclusión: Maquiavelo entiende que todo Príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo éste vil y déspota; debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo. Dándole libertad al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya que al fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro.

Bibliografía: -Apuntes de la clase de dimensión ético política -El Príncipe- Nicolás Maquiavelo.Editado por el aleph.com- 1999- Copyright www.elaleph.com -Maquiavelo. El Príncipe- Álvarez Garzón, Horacio Joaquín.Juaneda Rodrigo.

TRABAJO PRÁCTICO

"EL PRÍNCIPE" (Nicolás Maquiavelo)

Área: Dimensión Ético Política Profesora: Elisa Capucci Alumna: María Cristina Acosta Curso: 4° año.

Ciclo: 2016.

Profesorado de Enseñanza Primaria Instituto Anna Böttger de Gesell.