Informa de Lectura La Paz Perpetua Kant

Nombre: Daniela Cadena Universidad Central del Ecuador Curso: Cuarto-Política Informe de lectura Fecha: 27/06/2019 En

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Nombre: Daniela Cadena

Universidad Central del Ecuador Curso: Cuarto-Política Informe de lectura

Fecha: 27/06/2019

En esta primera sección del libro La paz perpetua, de Inmanuel Kant, se habla sobre algunos artículos que posteriormente el autor dirá que son una especie de leyes, “que en la intención de los que poseen la fuerza deben ser consideradas como «leyes prohibitivas»” (Kant, S/F: 4); unas más estrictas que otras, pero todas con la misma importancia y el mismo carácter objetivo. El primer artículo es el siguiente: “No debe considerarse como válido un tratado de paz que se haya ajustado con la reserva mental de ciertos motivos capaces de provocar en el porvenir otra guerra” (Kant, S/F: 1); aquí se dice que si verdaderamente se llega a concretar un tratado de paz, este se lo hace con el fin de que un futuro ya no vuelva a surgir ningún elemento que cause nuevamente una guerra. Y si se utiliza la reserva mental que hace referencia a “no hablar por el momento de ciertas pretensiones que ambos países se abstienen de mencionar porque están demasiado cansados para proseguir la guerra” (Kant, S/F: 2), se estaría llegando a un tratado de paz a medias y que no es verdadero. El segundo artículo dice lo siguiente: “Ningún Estado independiente -pequeño o grande, lo mismo dapodrá ser adquirido por otro Estado mediante herencia, cambio, compra o donación…” (Kant, S/F: 2); mediante este artículo Kant nos dice que no se debería ver a un Estado como un patrimonio o una mercancía, y que este es el único dueño de sus decisiones. También habla de la existencia de una especie de uniones entre los Estados, con el fin de ser una potencia más grande, sin embargo, ahí únicamente lo que estaría haciendo es anulando su identidad. El tercer artículo dice: “Los ejércitos permanentes -miles perpetuus- deben desaparecer por completo con el tiempo” (Kant, S/F: 2); aquí el autor hace una aclaración muy específica en cuanto a los ejércitos permanentes y nos dice que estos llegan a convertirse en una constante amenaza y peligro para el resto de los Estados ya sean vecinos o no. Y hace una especie de crítica y resalta, haciendo referencia a los ejércitos al servicio del Estado que, “tener gentes a sueldo para que mueran o maten parece que implica un uso del hombre como mera máquina en manos de otro -el Estado-; lo cual no compadece bien con los derechos de la Humanidad” (Kant, S/F: 2). El cuarto artículo nos dice que: “No debe el Estado contraer deudas que tangan por objeto sostener su política exterior” (Kant, S/F: 3); muchas veces los Estados se endeudan con otros Estados con el fin de invertir o sustentarse económicamente, “pero si se considera como instrumento de acción y reacción entre las potencias, entonces se convierte en un sistema de crédito compuesto de deudas que van aumentando sin cesar” (Kant, S/F: 3), es por eso que existen países que actúan como una potencia financiera. Para el autor es necesario que se “prohíba la emisión de deuda para tales fines, porque además la bancarrota del Estado, […], complicaría en la catástrofe a muchos Estados” (Kant, S/F: 3). El penúltimo artículo dice que: “Ningún Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la constitución y el gobierno de otro Estado” (Kant, S/F: 3); ningún Estado tiene derecho a intervenir en otro Estado, y sin importar las razones en las que se fundamente esta intervención, el hacerlo “será siempre una violación de los derechos de un pueblo libre” (Kant, S/F: 3) y pone en peligro nuevamente la autonomía del Estado. Finalmente, el último artículo dice: Ningún Estado que esté en guerra con otro debe permitirse el uso de hostilidades que imposibiliten la recíproca confianza en la paz futura; tales son, por ejemplo, el empleo en el Estado enemigo de asesinos (percussores), envenenadores (venefiel), el quebrantamiento de capitulaciones, la excitación a la traición, etc. (Kant, S/F: 4)

Aquí se resalta la importancia de confiar en el enemigo para que se de la paz que tanto se anhela, es indigno utilizar tales medios para atacar a los otros Estados; así que “estas estratagemas son deshonrosas” (Kant, S/F: 4) y vuelven imposible los tratados de paz. Bibliografía: Kant, I. (S/F). Sección primera: Artículos preliminares de una paz perpetua entre los estados. La paz perpetua.