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• Germán

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PROBLEMA DEL SER HUMANO Hume trata de llevar a rajatabla el criterio empirista (no hay "ideas" innatas, todas provienen de la experiencia, y no hay en la mente nada que no haya estado previamente en los sentidos) y está dispuesto a no aceptar nada de lo que no se tengan impresiones. Por ello, también realiza una crítica al yo, a la res cogitans. ¿Se posee experiencia del yo? Aparentemente, sí. Cualquier persona ve cosas a su alrededor, siente calor o frío, está alegre o triste. Pero, ¿es alguna de esas impresiones, impresión de su yo? ¿Hay alguna impresión en la que capte su yo, como capta los colores o los sonidos? Hume afirma rotundamente que no. Se tienen impresiones de cosas que pasan, pero no del propio yo. Hay, es cierto, en cualquier ser humano una pluralidad de impresiones ligadas entre sí por la semejanza y la causalidad. Y, en virtud de esta última, se supone que esas impresiones son causadas por un yo que se mantiene idéntico. Pero la causalidad no tiene valor para Hume. Hay que contestarse con considerar el yo como una pura colección de impresiones. Hume compara el yo con un Estado, constituido por diversos ciudadanos, vinculados entre sí por unas leyes y sometidos a un gobierno. Pueden cambiar los ciudadanos (impresiones), pueden cambiar las leyes (relaciones entre impresiones), pero el Estado sigue existiendo.