Horticultura Ornamental

HORTICULTURA ORNAMENTAL VENEZOLANA ANÁLISIS RETRO Y PROSPECTIVO Norberto Maciel de Sousa Ingeniero Agrónomo. Profesor de

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HORTICULTURA ORNAMENTAL VENEZOLANA ANÁLISIS RETRO Y PROSPECTIVO Norberto Maciel de Sousa Ingeniero Agrónomo. Profesor del Posgrado de Agronomía (UCLA)

Entre las ciencias agrícolas aplicadas (agricultura, horticultura y silvicultura), la horticultura nos proporciona calidad de vida por sus aportes alimenticios, ambientales y de valor estético. Esta ha sido muchas veces definida como ciencia, arte, oficio y/o actividad económica. Lo cierto es, que es una actividad intensiva y básica dentro de cada nación y economía, caracterizada por altos requerimientos en recursos humanos, técnicos y económicos. Requerimientos que se manifiestan a diario en la actividad como profesión, ocupación, negocio y entretenimiento. La horticultura, en función del interés y especialización, comprende la producción, aprovechamiento y mejoramiento de: hortalizas (olericultura), frutas (fruticultura), aromáticas, especias e hierbas, y los productos hortícolas no comestibles (horticultura ornamental o ambiental). La horticultura ornamental cubre todos los tipos de plantas, incluyendo frutales y hortalizas, para mostrar y satisfacer propósitos estéticos y confort, antes que para la alimentación. De acuerdo a sus características comerciales, usos y tipos de mercado se separan en floricultura comercial, viverismo, cespitosas y paisajismo. Frecuentemente, el término floricultura es erróneamente usado como sinónimo de horticultura ornamental. En los últimos 50 años los avances químicos, técnicos y biotécnicos, han propiciado la evolución de la actividad hortícola de huerto a industria, muy especialmente en las ornamentales, en donde su producción y comercialización a nivel mundial, han adquirido niveles de importancia básicos en los ingresos de muchos países.

En Venezuela, a pesar de no disponerse de estadísticas actualizadas y confiables, la producción de ornamentales ha adquirido alguna importancia. Esta, en el país, podría definirse como una actividad principalmente familiar y de productores tradicionales para un mercado doméstico, carente de cualquier asistencia por parte de los entes del Estado. Los productores industriales son pocos y sólo algunos exportan compulsiva y temporalmente. Sin embargo, con frecuencia se oye acerca del potencial de producción que tiene el país para los mercados internacionales. En este documento, trataremos de describir y analizar muy a grandes rasgos la horticultura ornamental en el país considerando aspectos y perspectivas de su producción a objeto de sembrar la inquietud hacia este sector de la producción hortícola. Para hacer consideraciones acerca del estado actual y del potencial del sector es necesario observar, aunque con la superficialidad y frialdad de las cifras, la evolución histórica del sector productivo. Los primeros intentos de producción comercial de ornamentales en Venezuela surgen muy recientemente en la década de los 50, en el Distrito Federal y Estado Miranda (Región Capital), como actividad de jardinería familiar con materiales "criollos”1 en caseríos del Ávila. Este comienzo estuvo relacionado a la prohibición de importación de flores del año 1948. Con la llegada al país de las inmigraciones de los años 50, algunos miembros, principalmente de las colonias española, italiana y portuguesa, establecieron los primeros "viveros" y cultivos para flores de corte. Esta concepción productiva estuvo acompañada de la introducción de rubros con semilla procedente principalmente de Europa y del auge urbanístico de los años 60. La creciente demanda, resultante del urbanismo capitalino y la mejora de las vías de comunicación, incentivaron, para los años 70, el cultivo de rubros hortícolas en la Región Andina (Mérida, Táchira y Trujillo), donde adquiere importancia la producción de flores de corte. Hasta esta década la demanda de plantas en recipiente era inferior a la de flores cortadas. Se estimaba que un 80 por ciento de las plantas, para interior, eran importadas. En 1980 fue fundada la Federación Venezolana de Floricultura y Plantas

Ornamentales (FLORNAVEN). De las luchas de está agrupación nacional, cuyos fines eran consolidar el sector, surge para el año 1981 la prohibición de importar plantas (nota 2 de permisología) y la información estadística más detallada disponible. Para 1980,

hasta

ahora

según FLORNAVEN la superficie cultivada con flores para

corte en el país era de 691,5 has (Cuadro 1), de las cuales el 60 por ciento se localizaba en la Región Capital y el 40 por ciento en la Región Andina. En informe posterior, FLORNAVEN estimó para 1984, que la superficie de flores para corte era de 1120 has., mientras que las plantas ornamentales abarcaban 665,8 has. Según el MAC, el V Censo Agrícola realizado en 1985 indicaba la existencia de 1017 has para "flores" en todo el país. La situación económica del país para comienzos de los 80, expresada posteriormente en la devaluación de la moneda (1983), también caracterizó al sector durante el primer quinquenio de la década. Pero, ciertamente que en este quinquenio la necesidad de generar divisas de productos no tradicionales sembró la inquietud de producir para la exportación. Para finales de los 80, en la Región Central (Carabobo y Lara), surgen empresas para la producción de rosas para corte y esquejes de follajes tropicales con tales fines. En general, ésta década fue de lento crecimiento con altas inversiones. Las inversiones realizadas en el sector, a finales de la década de los 80 y comienzos de los noventa, fueron principalmente para la producción con fines de exportación de la clásicamente atractiva rosa, tal vez por su tradición, altos precios y/o volúmenes de demanda. Estas unidades industriales de producción (Cuadro 2), ubicadas principalmente en el Estado Carabobo (Región Central), entre los 400 y 750 m.s.n.m., aún y cuando entre 1987 y 1991 exportaron temporalmente parte de su producción pronto comenzaron a confrontar problemas de competencia, en los mercados internacionales. Pareciera que, en estas inversiones, fueron descuidados aspectos técnicos y agro climáticos vitales para una producción competitiva en calidad. Actualmente, la rosa prácticamente ha desaparecido como rubro en estas localidades; mientras que la producción de otros rubros, entre los que se cuentan las "tropicales" se ha acentuado. Sin embargo, el cultivo de las rosas ha venido creciendo (se estima entre

8 y 10 has), desde 1991 en la región Andina donde el clima la favorece, permitiendo alguna exportación. La dificultad en los últimos años de acceder, por razones de índole económico o legal, a la diversidad de rubros y tipos de material que ha caracterizado la competitividad internacional, ha afectado el sector en el país. Se cree que ha habido disminución de la flor cortada en zonas (Capital y Andina) y rubros tradicionales como claveles, gladiolas, dalias, etc.. En los inicios de la exportación de la rosa, las flores de corte "tropicales", tales como el anturio, ave del paraíso, heliconias y alpinias entre otras, que apenas se conocían en el país, ya estaban de moda en el innovador comercio internacional. Actualmente hay tendencia a un viraje en la exportación con entradas pausadas y maduras hacia aquellos rubros, principalmente producidos en las condiciones climáticas más adecuadas. La apertura comercial inicial en el 91, que permite la importación de flores de corte, principalmente colombianas, ha diversificado la oferta y generado competencias en precios. Algunos de los problemas generados por estas políticas ha sido la falta de control sobre la calidad del producto a importar. En casos como el de la rosa de buena calidad, los más altos precios han beneficiado a aquellos productores nacionales con calidad semejante. La producción de plantas en recipientes ha ido en aumento sostenido, desde la prohibición de su importación, siendo los productos de mayor crecimiento del sector. Para el año 1993, la comercialización de plantas con flores en recipientes, como los crisantemos y la flor de navidad, fueron estimadas en 1.200.000 plantas por rubro. Los follajes de recipientes, entre los que destacan araceas y palmas han incluso experimentado exportaciones, que no se han consolidado por improvisaciones logísticas y carencias de conocimientos técnicos. Ante las limitaciones estadísticas y su precisión, nuestro análisis del sector está mayormente restringido a la producción de flores para corte. La producción de céspedes, plantas para exteriores y las actividades de paisajismo, si bien han aumentado están ausentes en cualquiera de las estadísticas nacionales. Sin embargo,

debe tenerse presente que gran parte de los productores de estos rubros son también floricultores, viveristas de frutales o propietarios de centros de jardinería. Considerando la evolución de rubros como el de la rosa (Cuadro 2), que al ser de los más importantes y tradicionales del sector, es un cultivo perenne y de alta inversión de fundación (en tiempo y/o material vegetal), llegamos a disentir de las cifras estadísticas señalados por FLORNAVEN para 1984 y 1987. Con el riesgo de que no sean las cifras reales nos inclinamos a aceptar como más aproximados a la realidad actual en el país, en flores para corte, a los valores globales de superficie señalados por FLORNAVEN para 1980 (Cuadro 1), teniendo presente siempre las variaciones en cuanto a diversidad de rubros. Cuadro 1 Localización y superficie por rubro de flores para corte en 1980 para Venezuela.

Cuadro2 Localización y evolución de la superficie cultivada con rosa, según diferentes fuentes estadísticas.

Año 1980

Localización Región Capital

45,0

Región Andina

5,0

Total 1984 1985

Región Andina

6,0

Región Capital

26,0

Región Central

4,0

1987

FLORNAVEN

FLORNAVEN

MAC

36,0 102,0

Región Andina

6,0

Región Capital

27,5

Región Central

13,5

Total

Fuente de la Información

45,0 248,0

Total

1991

Superficie (has)

FLORNAVEN

HADDAD

47,0

Perspectivas El sistema de comercialización en el país no es organizado, dificultando las estimaciones de mercado, accesibilidad, durabilidad y calidad del producto. Aunque no existen cifras de consumo per capita, estas deben ser muy bajas, al igual que el potencial de consumo interno frente a la de países desarrollados, no por saturación de mercado, más si por falta de cultura ornamental y pérdida del poder adquisitivo. Hay también quienes consideran que el bajo consumo está muy relacionado al productor y comerciante, al ser poca la promoción y fomento de la compra impulsiva, auspiciada por

la publicidad y el comercio informal o de quiosco, como ocurre en países de mercado desarrollado. La cultura de uso y con ello la capacidad de discernir sobre su calidad son factores importantes en la formación del precio que pueden estar afectando la producción y el mercado nacional. El incremento del consumo per capita en flores y follajes cortadas y plantas en recipientes en el mundo, ha sido sostenido durante los últimos cuarenta años. Los expertos internacionales señalan que la demanda potencial esta muy lejos de ser cubierta en países con altos estándares de vida. La producción de ornamentales para la exportación, ha venido cambiando el destino de muchas zonas deprimidas de los Andes Americanos y Centroamérica, evitando al emigración y empleando a la mujer. El producir para exportar constituye una necesidad nacional y ciertamente se cuenta con una variedad de condiciones climáticas favorables, recursos relativamente baratos de mano de obra, tierras, agua y combustible y adicionalmente, buenas vías de comunicación aéreas y terrestres. Sin embargo, se enfrenta a problemas estructurales tales como la preparación de personal/ logros tecnológicos

sobre

propagación,

producción

y comercialización, insumos,

financiamiento y el desarrollo de cooperación interinstitucional con el sector, los cuales aún no han alcanzado un nivel satisfactorio. Todos los factores mencionados son determinantes para alcanzar capacidad competitiva de producción y deben ser desarrollados armoniosamente para lograr productos con calidad y volumen exportables. Para quién y qué producir conforman las interrogantes que deben ser dilucidadas previamente por la empresa. A primera vista y dadas nuestras relaciones comerciales, Norteamérica constituye el mercado natural para nuestros productos, más aún cuando ese mercado es considerado como un gigante dormido para las ornamentales (Sin embargo, hay países más cercanos, como México, preparándose para suplirlo con ciertos rubros). La otra gran opción a considerar es el mercado europeo, por la diversidad de su demanda y alto consumo per capita. A la luz de tales observaciones, se deben analizar las opciones de qué producir en relación a nuestra capacidad de

competir. La existencia de excelentes oportunidades en rubros que recién son introducidos al mercado internacional por países

que habitualmente manejan la

publicidad y la comercialización, podría ser una alternativa cierta de selección, si nuestros costos de producción son menores. Otra gran opción, la constituyen las ornamentales tropicales bajo las modalidades de flores, follajes, esquejes y plantas en recipientes. Jamaica, Costa Rica y otros países centroamericanos ya han puesto en marcha exitosamente algunas de estas iniciativas. La demanda de plantas en recipientes ha aumentado en los últimos años en todos los países por su contribución a la calidad ambiental. Otros rubros con gran potencial para la exportación son aquellos cuyo crecimiento es lento, factor que nos permite competitividad ante aquellas zonas cuyos costos de producción se elevan por requerimiento y valor de la mano de obra, espacio e instalaciones protegidas. Ciertamente las perspectivas del sector en el país son prometedoras, muy especialmente en la producción de aquellos rubros con posibilidades de exportación en donde las ventajas comparativas pueden ser superiores a la de muchos países productores de importancia.

Bibliografía Consultada AVEX. Boletines Informativos. Asociación Venezolana de Exportadores. Caracas. FLORNAVEN. 1980. Algunas consideraciones sobre la producción de flores de corte en Venezuela. Caracas. FLORNAVEN. 1984. Consideraciones en tomo al sector productor de flores de corte y plantas ornamentales. Caracas. FLORNAVEN. 1987. Requerimientos de los productores de flores y plantas ornamentales para lograr incrementar y mejorar la producción veneciana de flores. Caracas. Gutiérrez, B. 1988. La floricultura en Venezuela. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Trabajo de ascenso. Barquisimeto. Haddad, L. 1991. Perspectivas del mercado nacional de rosas de corte frente a la actual situación económica del país. Universidad Central de Venezuela. Agronomía. Trabajo de grado. Maracay. MAC. 1985. V Censo Agrícola. Ministerio de Agricultura y Cría. Caracas. Maciel, N. 1988. Evolución de la producción, exportaciones, importaciones, normas y procesos de mercadeo internacional de flores y follajes y las perspectivas de Venezuela. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Barquisimeto. Regalado, R. 1988 (febrero). La exportación de flores es otro éxito agrícola. El Nacional. Caracas. Resumen. 1984 (octubre). La floricultura actividad rentable. Revista Resumen 570. Caracas.