HISTORIA IPNA 2019

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1 Rev. Carlos Mena

Una historia de la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile Rev. Carlos Mena

Las fuentes para escribir esta historia de la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile (IPNA) se basan en entrevistas, la revista Acción Evangélica, artículos publicados en diversos sitios y algunos libros. Esta historia busca sus orígenes, analiza sus fases, personajes, crisis, disidencias, desafíos y estado actual. Orígenes Como abunda el material de trabajo de la historia de la Iglesia Presbiteriana de Chile sobre el origen del presbiterianismo en este país, no reproduciré ese momento histórico. Mi punto de partida será 1930. Debo aclarar que intenté que el contenido de este trabajo fuera lo más objetivo posible, sin embargo, mi corazón pastoral es de la IPNA y admiro a quienes de forma valiente y devota al Señor encendieron la mecha que traería el primer éxodo en la Iglesia Presbiteriana de Chile, provocado por las decisiones tomadas en las Asambleas del Presbiterio de Chile, que dependía del Sínodo de Nueva York de la Iglesia Presbiteriana Unida de Estados Unidos. La Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile (IPNA) se constituye un domingo 2 de julio de 1944, a las 16:00 horas, en las dependencias de la Iglesia Santísima Trinidad, ubicada en avenida Brasil 753, de Santiago.1 Pero, cómo llegó a constituirse. Para responder me remonto al inicio de la década del treinta del siglo pasado. La Iglesia Presbiteriana de Chile (IPCH) era un cuerpo que tenía en sus filas chilenos piadosos, hombres y mujeres que amaban al Señor y que buscaban ser fieles a la palabra de Dios. Pastores, presbíteros, diáconos y miembros en general estaban viviendo en un mundo donde la Segunda Guerra Mundial envolvía Europa, pero afectaba todo el mundo, nuestro continente incluido. Esta guerra marcó la década y el siglo como ningún otro acontecimiento. Al igual que la primera en 1914, ésta se extendió a muchos países, aunque sin duda fue Acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional, Acción evangélica Vol. I, N° 23, 1944, p. 3. 1

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mucho más sangrienta y modificó el mundo de manera más radical. En 1945, al final de la guerra, Alemania había sufrido enormes pérdidas humanas y materiales al igual que Japón, situación muy diferente a la del primer conflicto. América no fue escenario de enfrentamientos significativos y los estados latinoamericanos estuvieron al margen de la confrontación, aun cuando de manera oficial apoyaron la causa de los aliados. Estados Unidos (EE.UU.) y la Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se convirtieron en las nuevas y únicas potencias del mundo. Las anteriores ocuparon un segundo nivel.2 Mientras tanto, en Chile el censo de 1940 contó 5.023.539 habitantes, de los que 2.049.049.3 eran analfabetos. Los evangélicos constituían sólo el 2.34%, es decir, unos 117.550.4 En lo religioso, hay que decir que en Chile el fundamentalismo protestante doctrinal aparece por primera vez en la década de 1940, en el interior de la Iglesia Presbiteriana. Antes de esta época, el presbiterianismo chileno, a1 igual que otras corrientes protestantes en América latina, era un fenómeno más o menos homogéneo social y teológico. Pero el conflicto de paradigmas de mediados del siglo XX también tuvo el efecto divisorio en el protestantismo latinoamericano. A partir de esta época, el movimiento evangélico del continente aparece dividido en tres líneas principales: 1) el protestantismo histórico, de tendencia mayoritariamente progresista y liberal; 2) el protestantismo fundamentalista, de orientación tradicionalista y conservadora; y 3) movimientos e iglesias pentecostales y neopentecostales, que reflejan casi toda la variedad de preferencias políticas que existen en las sociedades latinoamericanas. 5

La IPCH oraba por el cese de la guerra en el mundo, lo que no esperaba era su propia guerra espiritual interna. El mundo era objeto de pleitos, desidias, conflictos, luchas de dominio, avances científicos, avances médicos, avances de armamento bélico, la tecnología ofrecida por el mundo era bienvenida en los hogares, y las iglesias también fueron seducidas por el modernismo tecnológico de esos tiempos.

http://mariakatnay.blogspot.cl/ https://es.wikipedia.org/wiki/Censo_chileno_de_1940 4 http://www.sendas.cl/wpcontent/uploads/2013/02/Breve_Cronologia_Historica_del_Protestantismo.pdf 5 Eugenia Fidiakova, “Protestantismo fundamentalista en Chile: Influencias externas y dinámicas autógtonas” en Mapocho revista de humanidades. Vol. I, N° 55, 2004, pp. 83. 2 3

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La mentalidad del chileno evangélico en aquellos años era de llevar una vida de santidad distinguiendo lo secular de lo eclesiástico. La idea de una vida moderna no era bien aceptada dentro de círculos evangélicos, más bien había una oposición a todo lo implicado con la vida moderna, esto en razón de que muchos cristianos relacionaban la teología liberal con la modernidad tecnológica y social que se veía en el mundo. En un sector de la iglesia Presbiteriana, el concepto modernidad era ya objeto de mucha discusión. Además, los conceptos de evolucionismo y fundamentalismo eran confrontados y adosados a los partidarios de uno o de ambos dentro de los presbiterianos chilenos. En ese entonces existía sólo una denominación presbiteriana. Por cierto, en los círculos religiosos también había un cambio. El liberalismo teológico de aquellos años y el conservadurismo evangélico estaban presente en la IPCH, y estas diferencias serán las saetas que herirán a la madre de las iglesias presbiterianas en Chile.6 ¿Qué fue lo que realmente llevó a un grupo de presbiterianos a oponerse a la vida que estaba llevando la IPCH y que desencadenó en la formación de la IPNA en plena Segunda Guerra Mundial? El Grupo de Acción Evangélica (GAE) No es mi intención hacer una exposición analítica ni exhaustiva del origen de la IPNA, sino una muestra descriptiva y coloquial de los hechos, razones, circunstancias, personajes y acciones que desembocaron en la primera división de la IPCH y posterior formación de la Iglesia Presbiteriana Nacional. Creo que es la forma más objetiva para que el lector extraiga sus propias conclusiones y haga, entonces sí, los análisis que desee.7 No se puede hablar del origen de la IPNA sin mencionar al Grupo de Acción Evangélica (GAE). La fundación de la GAE y los motivos de su conformación también se remontan a la década del treinta del siglo pasado. J.H. McLean apunta que para 1930, en la Iglesia Presbiteriana de Chile había una membresía de mil 392 personas, 24 iglesias constituidas y catorce pastores En la revista Acción Evangélica Vol. I, N° 7 y 8, 1944, Baudilio Saavedrá escribe “Hacia la Iglesia del futuro”, donde hace mención del método evolucionista y el modernismo como tendencias teológicas y morales que se deben enfrentar para que la Iglesia Presbiteriana vuelva a la Palabra de Dios. 7 De esta forma hace su presentación el pastor Fernando Narváez, en un escrito que narra desde su perspectiva la historia de la IPNA, y creo que representa mi propósito. Su trabajo es continuamente mencionado aquí porque es uno de los principales protagonistas del GAE. 6

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chilenos ordenados.8 En verdad no era una denominación numerosa, aunque sí gozaba de un reconocimiento de mucho respeto dentro de los evangélicos nacionales. La marcha de la IPCH continuó en los años siguientes con cifras que no alentaban y su desarrollo espiritual se vio afectado por una mentalidad liberal en lo ético y teológico que fue parte de la vida del Presbiterio. Esta nueva manera de vida cristiana fue influida por algunos misioneros que llegaron a la IPCH desde Estados Unidos. En palabras de Fernando Narváez, estos misioneros de tan variada

mentalidad y grandemente influenciados por las doctrinas liberales tan en boga de la época, corrompieron rápidamente el espíritu de la Iglesia.9 Tenemos un dicho, cuando se resfría el tío Sam, nosotros estornudamos. Esto hace referencia a que lo que sucede en Estados Unidos afecta a los chilenos. Precisamente por esos años hubo en ese país una división en la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos de América (Presbyterian Church in the United States of America, PCUSA). Lo que allí aconteció con la PCUSA afectó de alguna manera a la IPCH. En 1929, John Gresham Machen y John Murray, con otros pastores y ancianos miembros de la PCUSA, deciden separarse por no estar de acuerdo con la teología moderna de esos años. En los treinta, hay que recordar, la teología liberal, también llamada teología moderna, se inclinó mucho más a la izquierda hasta romper casi por completo con el cristianismo tradicional. Algunos liberales adhirieron al humanismo secular y firmaron el Manifiesto Humanista del 193310 (después Manifiesto Humanista I), repudiando la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, lo sobrenatural en general, la inspiración bíblica, sustituyendo todas estas creencias por la fe en el hombre y sus capacidades. Otros se identificaron con una filosofía empirista de la religión, basada por completo en los métodos científicos y la experiencia humana.11

J.H. McLean, Historia de la Iglesia Presbiteriana en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria, 1932, p. 73. 9 Fernando Narváez. Narración de la formación del Presbiterio Nacional. (sin fecha), p. 9. 10 Ver sitio web: https://web.archive.org/web/20111107221355/http://www.americanhumanist.org/who_we_are/abou t_humanism/Humanist_Manifesto_I 11 Encontramos una breve, clara y concisa descripción de la teología liberal en el artículo de R. V. Pierard, en el sitio web: https://www.contra-mundum.org/castellano/pierard/Lib_Teolog_Pierard.pdf 8

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Uno de los profesores directores de tendencia conservadora del Seminario Teológico de Princeton fue John Gresham Machen, también uno de los bastiones de la teología presbiteriana ortodoxa o conservadora. En 1929, pese a la oposición de varios, este seminario se reorganizó tomando una posición liberal y contrató a profesores adherentes al modernismo teológico. Es así que los conservadores fundan el Seminario Teológico de Westminster en 1929, con el propósito de fortalecer la posición teológica y la creencia de la tradición reformada ortodoxa. Junto a ello, Machen y varios profesores, con un grupo de estudiantes y adherentes conservadores, formaron el Departamento Independiente de Misiones Presbiteriana Foráneas. De esta formación norteamericana son enviados, posteriormente, misioneros a Chile para apoyar la naciente IPNA. En 1934, la Asamblea General condenó esta acción y Machen con sus adherentes fueron relevados de sus posiciones y expulsados de la PCUSA. El 11 de junio de 1936, John Gresham Machen y un grupo de ministros conservadores, ancianos y laicos se reunieron en Filadelfia para fundar la Iglesia Presbiteriana de América (Presbyterian Church of America), que no debe confundirse con la actual Iglesia Presbiteriana en América (Presbyterian Church in America, PCA), fundada más tarde. La PCUSA se querelló contra la naciente iglesia por el nombre que usaron, pero en 1939 cambió su nombre a Iglesia Presbiteriana Ortodoxa (Orthodox Presbyterian Church, OPC).12 Se dividió la iglesia presbiteriana en los Estados Unidos y también se dividieron los misioneros y pastores, quienes a su vez ifluirán a los nativos chilenos dentro de la IPCH. El pastor Fernando Narváez asevera que no hubo contacto en su origen entre la IPCH y el Departamento Independiente de Misiones Presbiteriana Foráneas, conocido en Chile por la Junta Independiente para Misiones Presbiterianas Extranjeras.13Y esto es importante porque esta Junta Independiente brindara apoyo de misioneros al GAE y posterior IPNA. En tanto, la IPCH recibe apoyo misional de la Iglesia Presbiteriana Unida de Estados Unidos. Estos antecedentes son de suma importancia en el origen y devenir de la IPNA. Tras el período mencionado, los misioneros que comenzaron a llegar a la IPCH, la división de la PCUSA, fueron de orden más liberal. Al mismo tiempo algunos pastores chilenos se motivaron con esta nueva corriente teológica. Hubo algunas pugnas entre misioneros y pastores liberales contra los conservadores 12 13

Ver sitio web: https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_presbiteriana_ortodoxa Narváez. Narración formación. Sin fecha, p. 13.

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estadounidenses. Discrepancias que trascendieron a los pastores y hermanos chilenos y que fueron tomando partido. Las diferencias nunca llegaron a ser de tono demasiado subido. El pastor Fernando Narváez dice: siempre hubo una aparente tolerancia.14 Por otro lado, analizando la situación en el contexto de los cambios en el mundo y el declive numérico arrastrado por la Iglesia Presbiteriana, estaba el pensamiento que decía nuestra religión nos ha embotado la mente, ha paralizado

las iniciativas y ha sido un soporífero para el idealismo. El panorama actual de la obra nos ofrece un grupo de iglesias estancadas con gentes adormecidas y sin promesa futura. Parece que el dolor más grande para la Iglesia es el de concebir una nueva idea sobre algo.15

Desde el púlpito comenzaron a oírse mensajes exuberantes y estrambóticos, por ejemplo: el diablo no es tan malo como se pinta, y hay posibilidad que se salve, también, Judas es justificado plenamente. La posturas y enseñanzas conservadoras comenzaron a ser cuestionadas a través de una gala de oratoria de aquellos que se abrieron a la teología de la modernidad. Tales circunstancias dieron libertad a toda clase de actividades consideradas lícitas e ilícitas según la Biblia. Por ejemplo, en la llamada Federación de jóvenes, formada en 1932, cuando realizaba sus encuentros, había fiestas bailables y se cantaban canciones populares de la época y música folklórica.16 Esto encontró fuerte oposición en algunos sectores de la IPCH, que no pasaban de propagarse a baja voz. Allí había misioneros, pastores, miembros en general y algunos jóvenes. Otros optaron por salir de la Iglesia para congregarse en comunidades más conservadoras. Pero también quedaron muchos que no compartían ni simpatizaban con lo que se estaba comenzando a ver en la IPCH, más bien deseaban un avivamiento espiritual. Ya no era una iglesia moderada en lo teológico, sino más bien de orden liberal. Algunos hermanos e iglesias hicieron intentos por motivar este avivamiento, el Presbiterio de Chile autorizó la edición de un tratado llamado El avance y los hermanos de Linares editaron una revista de pocas páginas llamada Nuestra senda. El propósito de ambas era el avivamiento evangelístico. En paralelo, el misionero Jorge Gilchrist comenzó a organizar Institutos (cursos) para obreros con la intención Narváez. Narración formación. Sin fecha, p. 14. González, Horacio y Carlos Núñez. Nuestra posición presbiteriana. Santiago: Bureau gráfico, 1935, p. 10. 16 Este era el comentario de varios pastores que fueron parte de los inicios de la IPNA y que ya fallecieron, como Fernando Narváez, Pedro Vega, Sergio Correa y Víctor Gate. 14 15

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de hacer misiones. Este misionero es uno de los articuladores y fundadores del GAE y la IPNA. Quien quedó en descontento con lo que sucedía en el Presbiterio de Chile fue el hermano Fernando Narváez quien, en la conversación con Baudilio Saavedra que se cita a continuación, concibió la IPNA. En su narración comenta que en un tranvía (Salón Tobalaba) que corría por una de las calles santiaguinas conversaba con el anciano de la Iglesia Santísima Trinidad, Baudilio Saavedra Burgos, a quien le manifesté la preocupación por los hechos que estaban ocurriendo en la Iglesia a la cual pertenecíamos, contándole también lo del club de señoritas que se encerraban con los jóvenes. Después del intercambio de algunas ideas y compartiendo las mismas inquietudes, resolvimos juntarnos para orar por el problema. Es así que se invitó a otros hermanos a orar por esta causa. Días más tarde nos reunimos con el hermano Eduardo Cepeda en su casa (Calle García Reyes), en aquella oportunidad tras conversar más ampliamente de los problemas de la Iglesia, nos arrodillamos y contamos al Señor todo lo que nuestros corazones sentían. Al grupo se fueron agregando más hermanos, y se reunía en cualquier lugar propicio para orar con fervor al Señor y solucionar la grave crisis que atravesaba la Iglesia. Lugares como una pieza, algún café (El Molino, ubicado en calles San Diego con Avda. Matta) sirvieron de reunión para el pequeño grupo que no desmayaba. Aparte de los tres, nos acompañaron posteriormente los hermanos Arturo Ugarte, Daniel Aracena, Humberto Leedesma, Francisco León, todos de la Iglesia Santísima Trinidad.17

Así, para 1940 se organizaron largas vigilias, donde había mucha oración, lectura y exposición de la Palabra, y cantos hasta el amanecer. Clamaban a Dios para que la Iglesia enmendara su camino y anhelaban ver una iglesia evangelizadora. Estas vigilias tenían lugar los sábados en un local, salvo en contadas ocasiones que lo hicieron en la Iglesia Santísima Trinidad. Una de esos encuentros fue la pieza del cuidador de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile (Pío IX). En 1941 este grupo que oraba constantemente por la situación de la IPCH, recibió el apoyo del presbítero Juan de Dios Villalón, de la Iglesia El Redentor, quién más tarde sería el consejero del grupo. Además, contó con la simpatía del pastor de esta iglesia, Manuel Lorenzo, para ocupar la sala alta de dicha iglesia. Hasta ese momento sólo era un grupo no constituido y se limitaba a orar y conversar sobre la vida de la Iglesia. Nacimiento del GAE En Valparaíso, donde nació la Iglesia Presbiteriana, Fernando Narváez dice oramos y

afloró la idea de realizar un Congreso propio de este grupo, y que fuera una santa 17

Narváez. Narraciones formación. Sin fecha, p. 11.

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reunión, que enalteciera la causa evangélica y cumpliera con los postulados básicos de la Iglesia tan claramente dados en la Biblia.18 Este congreso se realizó un año después, del 17 al 19 de septiembre de 1942. Fue el primer Congreso de varios organizados por el GAE, sin la aprobación del Presbiterio de Chile. El Grupo de Acción Evangélica (GAE) se forma en 1941 y se inspiró en el nombre de Acción Católica, que en esos años era liderado por el Padre Alberto Hurtado.19 El voto para ingresar al GAE versa de la siguiente forma 1. Por amor a Cristo mi Salvador y a mi propósito prometo: Practicar una vida moral y espiritual digna de un cristiano, rechazando todo acto que no esté de acuerdo a lo establecido en la Palabra de Dios; 2.Entregar al Señor los diezmos de todas mis ganancias, por cuanto creo que es ésta la única solución al problema económico de mi Iglesia; y 3. Tomar parte activa en la obra misionera de la Iglesia Presbiteriana, como obrero voluntario haciendo todo lo que esté de mi parte para la extensión del Reino de Dios en el mundo empezando por mi patria.

La primera Directiva del GAE quedó constituida por los hermanos Baudilio Saavedra Burgos (funcionario de la Universidad de Chile), como presidente, y Arturo Ugarte (profesor de inglés), como secretario. Tras este grupo se constituyeron otros similares en Chillán, Concepción y otras localidades llegando a siete en el país.20 La Revista Acción Evangélica destaca del GAE: su programa es el Evangelio; su baluarte la cruz; su lema es Cristo; y su objetivo es: la dignificación de la Iglesia, la solución de sus problemas de orden espiritual, moral y económico; estimular a la juventud a revivir los fundamentos de nuestra fe sin entretenerse en las falsas concepciones modernistas que fomentan una doctrina de salón o de escritorio. Este movimiento, como evocando los movimientos espirituales posteriores a la Reforma, nace en un momento crucial de nuestra historia presbiteriana chilena, como un torrente de aguas vivas, seguro de su existencia, de su fuerza, de su destino y de su finalidad. 21

Revista Acción Evangélica

Narváez. Narración formación. Sin fecha, p. 13. La Acción Católica había sido impulsada en 1923 por el Papa Pío XI, quien la definía como la participación y colaboración de los laicos en el apostolado jerárquico de la Iglesia , y significó un decidido impulso a la valorización de la participación activa de los laicos en la Iglesia Católica. Ver en: http://www.padrehurtado.com/05%20sus%20obras/01_accioncatolica.htm 20 Aunque en la primera Revista Acción Evangélica (1942), se menciona al GAE cumpliendo un año de vida, no se ofrecen detalles de su formación. Lo que he mencionado al respecto sólo está en la narración que del pastor Fernando Narváez, uno de los principales gestores de este grupo. 21 “Nuestra voz editorial”, Acción Evangélica. Vol. I, N° 1, 1942, p. 3. 18 19

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Constituido el GAE, esté se vio en la necesidad de tener un órgano de publicación, ya que no se les daba espacio en El Heraldo, órgano oficial de la IPCH. Requerían un medio para dar a conocer su propósito, sus principios, así como su propaganda evangelística, llamando a un avivamiento. Querían reformar la iglesia desde adentro. Es así, que el 6 de julio de 1942 se publica el primer número de la Revista Acción Evangélica. El propósito fue desarrollar las ideas para afirmar nuestras convicciones, para difundir las buenas nuevas de salvación, para corregir nuestros errores institucionales, para orientar a la juventud y a las congregaciones en la lucha contra el modernismo pernicioso para la vida espiritual, para educar, doctrinar y evangelizar a creyentes y profanos, a incrédulos y extraviados. Para esto hemos anhelado un órgano de publicidad. Órgano que será la tribuna de Jesucristo que habla por medio de aquellos que le obedecen, que será el medio más efectivo para contribuir y cooperar con nuestras autoridades eclesiásticas. Porque será la impulsora de todas aquellas ideas que redunden en la edificación espiritual de la hermandad.22

La primera junta editoral estuvo compuesta por Baudilio Saavedra B. (presidente), Jorge Gilchrist, Roberto Maufras D., Lidia Aracena M., E. Reyes B.,S. Gallardo, Elías Alarcón L. (director), Administrador, T. Jimenez (director).23 Fundación de la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile. A tres años de la formación del GAE y de la Revista Acción Evangélica se llevan a cabo las sesiones extraordinarias del Honorable Presbiterio de Chile, a las 20:00 hrs. del 18 de mayo de 1944, en dependencias de la Iglesia El Redentor, ubicada en avenida Matta, esquina San Francisco, en Santiago. El propósito de este presbiterio extraordinario fue tratar la acusación de desobediencia que había sobre el pastor Oliverio Maufras T. y el misionero Jorge Gilchrist. Protagonista importante de estas sesiones que cambiarían el rumbo de la IPCH, fue el pastor Fernando Narváez, quien menciona las acciones por las que fueron acusados, simpatizar y tomar parte en el movimiento misionero GAE, participar en la dirección y orientación de la Revista Acción Evangélica, organizar un Instituto Bíblico en Monte águila en Semana Santa, organizar un Instituto para Ancianos gobernantes en la ciudad de Linares en el mes de Mayo, mantener relaciones con la segunda iglesia de Concepción y Chillán,

22 23

Acción evangélica, p. 3. Acción evangélica, p. 3.

10 Rev. Carlos Mena tomar parte en la organización y dirección del Seminario Laico creado por el Congreso General del GAE en noviembre de 1943. 24

En esta sesión extraordinaria ambos bandos estaban bien preparados a la hora de tomar un acuerdo definitivo. Seguiré, en extenso, el relato que hace el pastor Fernando Narváez sobre ese momento: los oficialistas (contrarios al GAE), ajustaban ya los últimos toques a la máquina de extorsión. Horacio González C. llevó a varios a almorzar para prepararlos, el GAE esperaba sólo la voluntad de Dios. Abierta la sesión, presidida por el pastor Juan. B. Aracena M. (hermano sanguíneo del pastor Rogelio Aracena), la acusación se planteó a la asamblea. Tras deliberar, uno de los asambleístas presenta la moción de suspender de sus cargos y expulsión del Presbiterio de Chile, a los pastores Oliverio Maufras Thomas y Jorge Gilchrist y a todos los oficiales que participaron con el GAE. La moción se discutió y aparecen otras proposiciones para salvar al Presbiterio de una división. El pastor Gilchrist declaró, aún hay lugar para salvar

al Presbiterio de Chile, son las 20:28 hrs., si os equivocáis, os pesará todos los días de vuestras vidas. Otro asambleísta hacía la indicación que el movimiento laico y presbiteriano trabajara bajo la dirección y control de los pastores Samuel Enderson y David Brakenridge y W. Lyon. Sin embargo, prevaleció la primera indicación y ganó la votación. Por lo tanto, queda marginado del Presbiterio de Chile el GAE y sus oficiales. De inmediato toma la palabra el misionero Holmes y declara: Traigo un encargo de la Iglesia de Yungay, la cual

pastoreo, y quienes acordaron en reunión plenaria, que si el Presbiterio tomaba decisiones en contra del movimiento GAE, sólo quedarán los muros del templo. Ante tal aseveración, y movido por una electrizante fuerza, toma la palabra el pastor Filodoro Ramos, quien a gran voz declara esto es serio, carabineros, carabineros, pongan carabineros. A continuación se levanta y toma la palabra el pastor David Brakenridge y declara, si votáis en contra del GAE, votáis la nata y os quedará sólo la leche. Recién el grueso del Presbiterio se daba cuenta de que perdía no sólo unas pocas personas, sino una congregación completa. Pero ya estaba todo terminado, los sancionados hacen abandono del templo.25

Los suspendieron de sus cargos ministeriales y separaron de sus congregaciones junto con todos los oficiales que participaron en el movimiento, cuyo número era superior a 40. Las sanciones impuestas no desmoralizaron a los seguidores, por cuanto éste no era caudillismo ni un movimiento de masa que se arreaba sordo, ciego y mudo, era el pueblo mismo, inteligente y consciente de sus actos que se movía y se mueve

24 25

Narváez. Narración formación, p. 21. Narváez. Narración formación, pp. 22-23.

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en busca de una vida individual y colectiva, más de acuerdo con el evangelio, comentaban los sancionados.26 El pastor Rogelio Aracena Menares renunció al Presbiterio de Chile después de esta sesión que le costó la expulsión de la IPCH a los pastores Oliverio Maufras, Jorge Gilchrist y a los oficiales activos en el GAE. También en mayo de 1944 presentó su renuncia y es el primer Presidente de la que después sería la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile. En ese entonces, Juan Antonio Ríos Morales (del Partido Radical) era el Presidente de Chile. Fueron más de 560 personas entre pastores, misioneros, presbíteros, diáconos, miembros y adherentes los que deseaban que se constituyera una Iglesia Presbiteriana Nacional, es decir, una iglesia que no estuviera controlada por extranjeros y que se desarrollara según su propia idiosincrasia. Pero este deseo sólo lo fue en su momento ya que los misioneros serían protagonistas importantes en la fase posterior a 1944 y en la división que tendrá la IPNA en 1960. Acta de constitución de la IPNA En Santiago de Chile a las 16:00 horas del 02 de julio de 1944, año de gracia, en el Templo de la Iglesia Santísima Trinidad, ubicado en avenida Brasil número 753, se constituyó el Presbiterio Nacional.27 Alrededor de 500 personas, entre visitantes y representantes, concurrieron a su constitución. El pastor Jorge Gilchrist no estaba en dicha ocasión pues había sido enviado a Estados Unidos con toda su familia, pero volvería al próximo año para apoyar férreamente a la nueva Iglesia Presbiteriana Nacional. Hay que decir que este grupo sancionado por el Presbiterio de Chile, no atentó contra la Constitución que mantenía el Presbiterio chileno. En ese entonces existía la Constitución de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de 1930, por la que se gobernaba el Presbiterio de Chile. En el Acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional se hace una cita muy elocuente de esta Constitución, y que se ajusta al orden presbiteriano para formar otro Presbiterio; ésta dice:

Narváez. Narración formación, p. 25 Se puede ver en detalle el acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional y la organización y los primeros trabajos del Presbiterio Nacional, en la revista Acción Evangélica, año II, No. 23 (1944):3-5. 26 27

12 Rev. Carlos Mena Conforme a lo dispuesto en el capítulo décimo, inciso segundo del Libro forma de gobierno, que estipula textualmente: Un Presbiterio se compone de todos los ministros, en un número

que no baje de cinco y de un anciano gobernante de cada congregación, dentro de cierto distrito; pero en casos excepcionales puede organizarse un Presbiterio dentro de los límites de otros presbiterios existentes, en atención a los intereses de los ministros y de las iglesias…

La Asamblea Constituyente acuerda cumplir esta norma para formar el Presbiterio Nacional, conforme a la Constitución, el 18 de septiembre de 1944.28 Firmaron el acta los ministros Rogelio Aracena y Olivero Maufrás, los hermanos licenciados, los miembros de la Asamblea Constituyente y demás testigos invitados. El himno oficial del Presbiterio Nacional sería Castillo fuerte, de Martín Lutero. Luego de la constitución del Presbiterio por unanimidad de los delegados, el mismo domingo 2 de julio de 1944 se constituyó la mesa directiva, conformada de la siguiente manera: Rev. Rogelio Aracena Menares, presidente; Baudilio Saavedra Burgos, secretario general; Jonathan Gallardo A., prosecretario; y Roberto Maufras Díaz, tesorero. Después se constituyeron las comisiones: Ejecutiva, de finanzas, jurídica, de Obra Misionera, de Capacitación Técnica y Orientación, y de Cultura y Publicaciones. También se creó la Caja Central del Fondo Misionero del Presbiterio que, entre otras materias, debía mantener la publicación de la Revista Acción Evangélica como un organismo cooperador del Presbiterio Nacional; asimismo se trató la sucesión ministerial aceptando candidatos al ministerio, acordándose que mientras se organizaba el seminario los estudiantes se preparían en el Seminario Bautista dirigido por el Rev. Honorio Espinoza, quien los acogió sin costo alguno. El 9 de julio de 1945, mediante Decreto del Ministerio de Justicia Nº 3.038, se autorizó la existencia legal de la Corporación Evangélica Presbiteriana Nacional, que es la persona Jurídica de la Iglesia Presbiteriana Nacional a la que representaría Judicial y extrajudicialmente y administraría sus bienes materiales. El decreto versa Vistos estos antecedentes, lo dispuesto en el decreto reglamentario Nº 2736 de 31 de octubre de 1925, y con lo informado por el Consejo de Defensa Fiscal. Decreto: 1º Concédese personalidad jurídica a la corporación denominada Corporación Evangélica Presbiteriana Nacional, con domicilio en Santiago; y, 2º Apruébense los estatutos por los cuales ha de regirse dicha corporación, en los términos de que dan testimonio las escrituras públicas adjuntas, otorgadas ante el Notario Público

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Acta declaratoria de la asamblea constituyente del Presbiterio Nacional. Acción Evangélica. Año II:23 (1944): 23.

13 Rev. Carlos Mena de Santiago don Carlos Figueroa U., con fechas 20 de octubre de 1944 y 8 de julio del presente año. Tómese razón, comuníquese y publíquese.- J. A. Ríos.- Enrique Arriagada Saldías.29

La atención pastoral de las iglesias fue desarrollada en estos primeros momentos con el pastor Olivero Maufras desde Talca hasta Concepción, y de Talca al Norte con el pastor Rogelio Aracena. Fue un trabajo arduo, pero con gozo llenos de fe y con esperanza en el Señor. Se agregaron después al trabajo pastoral y evangelístico, los misioneros Jorge Gilchrist, Juan Crane y poco después llegaron Earle White e Irwin Steele. También se unió Walter Cross, todos de la Junta Independiente para Misiones Presbiterianas Extranjeras. En lo material, luego de bien establecido el Presbiterio Nacional, todas las congregaciones –unas trece en total- estaban sin templo, incluida Santísima Trinidad en Santiago. Sin embargo, cinco años más tarde, las iglesias de Chillán, Concepción, Yungay, Laureles, Huépil y San Javier tuvieron su terreno y templo propios. Además, se compraron 23 hectáreas de terreno en Quinta para lo que sería el Seminario Presbiteriano. Otras congregaciones, como Santísima Trinidad, tendrían su propio terreno y templo más adelante. La obra caminaba a pasos agigantados, el Presbiterio incluso pensó en la posibilidad de instalar una radio en el país, pero no se concretó. Una obra de carácter importantísimo que desarrolló el Presbiterio Nacional fue la inauguración del Liceo Cristiano Evangélico, que en principio se encontraba ubicado en la calle Huérfanos 2970, y que pertenecía al Presbiterio Nacional. Después se cambia a Compañía 2850, con una matrícula de 500 alumnos y con cursos de primero a cuarto humanidades.30 Hay que decir que en esta primera fase, la IPNA se identificó con el fundamentalismo de la Junta Independiente de Misiones Presbiterianas Extranjeras de Estados Unidos. Pero como el germen del protestantismo es la división, ésta va a ocurrir 16 años después de constituido el Presbiterio Nacional. Terminaría así una fase de encanto, fervor y protagonismo de los misioneros estadounidenses y algunos

Acción Evangélica. Vol. III, Nº 33-34, 1944, p. 15. Juan Lobos, Historia Iglesia Presbiteriana Nacional (Tesina en cumplimiento para licenciarse en el Presbiterio Nacional, 2010, pp. 22-23. 29 30

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pastores chilenos que representaban la ideología del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas.31 La división de 1960 El pastor Pedro Vega Rioseco fue director de la Revista Acción Evangélica, desde la edición septiembre-diciembre de 1960. En ella se hace mención a un gran cambio respecto a los misioneros y las relaciones con la Junta Independiente para Misiones Presbiterianas Extranjeras, y con el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas que mantenía la IPNA hasta ese momento. La Iglesia Presbiteriana Nacional ha dado un paso hacia su mayoría de edad. Ha decidido seguir su obra en forma independiente de cualquier Junta misionera. Los misioneros quedan en libertad de acción teniendo por delante un camino que se divide en tres brazos, uno de los cuales debería elegir. Pueden quedarse en Chile, en Quinta, o en cualquier otro lugar del país. […] Otra posibilidad sería la de retornar a su patria, o la de ocupar otro campo misionero. […] La tercera posibilidad sería la de quedarse en Chile y que optaran por ganar adeptos en nuestra iglesia para producir una división que les permita contar con un grupo de personas que les sirva incondicionalmente. […] ¡Cumplamos nuestra responsabilidad y trabajemos! De otro modo perderemos nuestra visión de la misión principal de la iglesia y de los principios del GAE.32

Con estas palabras de la Editorial sale al público la revista Acción cristiana. Junto a esta declaración, el Presidente del Presbiterio Nacional de ese entonces,

En el sitio web de la Confederación de Iglesias Evangélicas Fundamentalistas de Chile, cuando hablan de su historia, no se menciona al misionero John Crane como representante de la IPNA, y quien fue elegido como representante para Norteamérica del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas. Allí se dice que en 1950 el pastor chileno Baudilio Saavedra asiste al 2° Congreso del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC), en Ginebra, Suiza. Allí se toma el acuerdo de formar una Asociación Latinaomericana de Iglesias Cristianas Fundamentalistas. También es elegido Vicepresidente del CICC para Chile. Al regreso de este viaje, nació la idea de formar un concilio fundamentalista chileno. El pastor Saavedra toma la iniciativa para la fundación de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC), que pasa a presidir. El 31 de octubre de 1951 se realiza en Chillán una reunión de Pastores y Encargados de Obra, con el propósito de formar una organización fundamentalista nacional, que se llamaría Concilio de Iglesias Fundamentalistas de Chile. Asisten representantes de Misión Centros Bíblicos, Iglesia Bautista de la convención del Sur, Iglesia Metodista Independiente, Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia Presbiteriana Nacional, Iglesia Aliancista de Sostén Propio, Convención Bautista Nacional. La visión fundamentalista en América Latina fue más allá, dando también espacio a las mujeres y jóvenes para trabajar en la defensa de la fe en cada país. Se constituyen así la Asociación Femenina Fundamentalista para América latina (AFFAL) y la Confederación de Jóvenes Evangélicos Fundamentalistas (CJEF). Ver en http://www.cief.cl/quienes-somos/historia-cief.html 32 Pedro Vega. “Una obra por realizar”. Acción evangélica. Vol. 16. Nº 9, 1960, p. 4. 31

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pastor Sergio Correa Cid, publica una carta abierta donde menciona la separación de un sector de la IPNA. ¿Cuál ha sido la causa?, ¿quiénes son los causantes?, ¿por qué tenía que producirse una separación? […] Desde hace algún tiempo el Presbiterio ha estado viviendo prácticamente en dos grupos. Nada había conseguido, hasta el 31 de octubre de 1960, quitar las diferencias de criterio que existía entre estos dos grupos […] lo que primaba era un ambiente de mutua desconfianza. Hay que reconocer que el problema nunca ha sido de carácter doctrinal, sino más bien de política. De política en cuanto a las relaciones del Presbiterio con la Junta Independientes de Misiones Presbiterianas Extranjeras y con el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas. Mientras unos deseaban continuar en sus relaciones oficiales con los organismos mencionados, los otros propiciaban cortar esas relaciones por considerar que eran esas relaciones que estaban produciendo dificultades que no eran del Presbiterio entre los miembros de él. Esta es la raíz del asunto. Como la minoría, no despreciable por cierto, no quiso someterse al criterio de la mayoría, se llegó al acuerdo unánime de proceder a la separación en ambiente amigable y fraternal. Preferible era enfrentar una división en ese ambiente antes que tener que vivirla en un ambiente de hostilidad.33

En términos de amistad se produce entonces la separación de 1960. De allí saldrá la Iglesia Presbiteriana Nacional Fundamentalista. A contar de esta división amistosa, la IPNA enfoca su trabajo en fortalecer las iglesias que se mantuvieron, preparar nuevos ministros, abrir nuevas obras, administar bien los recursos económicos y potenciar el liderazgo nacional en la dirección y desarrollo de la IPNA. En el informe estadístico del Presbiterio Nacional del año 1972 se menciona que había trece iglesias constituidas, once locales de predicación, ocho pastores nacionales, seis misioneros, cinco estudiantes para pastor, miembros y adherentes 860 y un ingreso de 675,366,88 escudos.34 En esta fase de la IPNA se forma lo que se llamó Misión Chile-Norte con el apoyo de misioneros estadounidenses que estarían llegando paulatinamente. Los matrimonios Walter y Mary Cross, Robert y Ruth Auffarth, Jorge y Jean Mietling se incorporaron al trabajo evangelístico con predicaciones en carpas y usando medios audiovisuales, muy atractivos para ese tiempo en Chile. Hay que destacar el trabajo de los pastores chilenos Víctor Gaete, Sergio Correa y Fernando Narváez, quienes junto a los misioneros formaron las iglesias de Los Andes y La Calera y Quillota. Este era el espíritu de la IPNA, crecer abriendo Sergio Correa. “Carta abierta a todos los hermanos de la Iglesia Presbiteriana Nacional”. Acción evangélica. Vol. 16 Nº 9, 1960, pp. 6-7. 34 Informe General Estadístico del Presbiterio Nacional 1972. Acción evangélica. Vol. 30 Nº 4, 1973, p. 12. 33

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nuevas obras y plantando iglesias, y preparando ministros para la obra del Señor. Esto se vivió de forma notoria desde 1968 hasta el 2000.

El espíritu de la IPNA Creo que el pastor Tomas Yeomans en su escrito “Intento de una historia de la evangelización de la IPNA” expresa muy bien el espíritu evangelístico de la IPNA, desde su fundación.35 El propósito de la IPNA fue preservar la pureza de la doctrina, la uniformidad de la disciplina, fomentar el conocimiento de las Sagradas Escrituras y predicar libremente el Evangelio. Este último ha sido característico. En 1968 un simbólico grupo de jóvenes se integró al Seminario producto de un trabajo que realizó el Seminario promoviendo las vocaciones ministeriales a través de giras que realizan los estudiantes junto a sus profesores por las iglesias de la IPNA. La gira del Seminario es un momento esperado en las iglesias cada fin de año. Los hermanos Manuel Vargas Saldías, Cristina Vargas Saldías, Elías Gaete Cáceres, Fernando Fuentes Pérez, Alicia Correa Navarrete, Tomas Yeomans Mora, María Angélica, Fernando Jensen Madrid, Sergio Espinoza, Mauricio Silva, Orlando Salas y Víctor Rojas Retamales, entre otros, se van integrando como estudiantes llamados al ministerio pastoral. El Instituto estaba en Quillota. Ellos debían realizar cada fin de semana trabajos de apoyo a las iglesias a nivel nacional enseñando, evangelizando, visitando, ayudando en trabajos físicos, alabanza (cantando, ejecutando instrumentos musicales), haciendo obra personal, apoyando programas radiales, clases al aire libre para niños en las poblaciones vecinas de las iglesias. Todo se realizaba bajo la supervisión del Consistorio correspondiente o de los misioneros. Viajes a pie, en camioneta, en auto, en tren. EBA Durante la década del sesenta se desarrolla dentro de la IPNA la Escuela Bíblica Ambulante (EBA). Era una forma de llevar a las iglesias una semblanza del Instituto Bíblico promoviendo el despertar por la enseñanza bíblica en las congregaciones. Consistía en una semana de trabajo guiado por los misioneros en acuerdo con la iglesia local en la que se impartían cursos bíblicos por una semana, visitas a hogares y cultos evangelísticos por las noches: música, películas y un tema ad hoc a lo que la Este escrito fue compartido por el pastor Tomas Yeomans en la Conferencia de Sociedades femeninas presbiterianas nacionales (SOFEPNA), el 29 de abril de 2005 en Santiago. 35

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sociedad vivía. Predicaban los pastores Víctor Gaete Briceño, Fernando Narváez, Sergio Correa y Alejandro Aracena; y los misioneros Juan Crane, Walter Cross, Roberto Auffarth y Rogelio Lambert. Más tarde, en la década siguiente se hicieron otros esfuerzos para reactivar esta EBA donde participaron, entre otros, pastores como Guillermo Serrano y Elías Gaete. 1970 En la década del setenta, en las iglesias evangélicas históricas (presbiteriana, anglicana, luterana y también metodista) empieza a producirse un movimiento de avivamiento entre los jóvenes, quienes integran a su quehacer guitarras, panderos, baterías, predicación diferente en los autobuses, calles, plazas, Grupo Bíblico Universitario (GBU), universidad, foros, debates sobre diferentes temas, entre ellos la libertad cristiana. Hay jóvenes que están a la ofensiva en la predicación y la apologética. Pero también es el tiempo del advenimiento del gobierno militar. En el caso de la IPNA, la Iglesia Presbiteriana Nacional Cerro Los Placeres , hay convertidos por campañas, testimonios personales, trabajos evangelísticos en los cerros, Laguna Sauzalito, al aire libre, en las plazas. Producto de ello, se levantan jóvenes con una decisión firme por Jesucristo. Se despiertan las vocaciones ministeriales y amor por el estudio de la Palabra de Dios y disciplinas afines, como apologética, teología, ética. Se debe destacar la paciencia, prudencia y visión del pastor Alejandro Aracena Amaya al ver y permitir cambios en la iglesia, con no poca oposición de los ancianos gobernantes. Entre los convertidos está Humberto Casanova Roberts, Guillermo Jaramillo, Jorge Cifuentes, Richard Ossandón, quienes se integran como estudiantes del Seminario Juan Calvino, ubicado en Maipú 35, Quillota. El seminario de residencia con alumnos internos y externos se abre a otras denominaciones, lo que enriquece la formación de líderes cristianos. En 1973, la IPNA de Cerro Los Placeres de Valparaíso empieza a gestar una obra de avanzada en el sector progresista de El Belloto. Clases al aire libre, Campañas evangelísticas con apoyo de la iglesia madre y principalmente con el respaldo de profesores y estudiantes del seminario de Quillota. Se destaca la participación del presbítero Héctor Valdebenito Saavedra, como fundador, quien abrió su casa para las reuniones y atención de los colaboradores; la hermana misionera Wilma Cross y Gary Waldecker, este último, estudiante del Seminario del Pacto en San Luis, en Estados Unidos; así como otros hermanos de diferentes iglesias. Esto dio origen a la IPNA El belloto, actual IPNA El Renuevo.

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En 1974 surge la época de la renovación carismática en la Iglesia Evangélica. Es tiempo de los acuerdos del Concilio Vaticano II en la Iglesia Católica Romana con cambios radicales en la liturgia y transmisión de la Biblia. Juan Carlos Ortiz en Argentina es el evangelista más destacado. Las iglesias evangélicas pasan por una etapa de cambios producido por la llegada del movimiento carismático proveniente de Argentina con Juan Carlos Ortiz.36 Ortiz visita las principales ciudades de Chile, Santiago y Valparaíso, pregonando que la iglesia evangélica tradicional es muy estructurada y que deben romperse las tradiciones para permitir una renovación en el Espíritu a fin de cambiar las estructuras eclesiásticas, llámense juntas de oficiales o consistorios. Pone un énfasis en los dones espirituales y la consagración de los matrimonios y las familias. Los pastores de la IPNA miran con cuidado y recelo este movimiento neopentecostal. Esto trae una revolución eclesiástica acompañado de una serie de divisiones en las principales denominaciones históricas y otras iglesias evangélicas del país. Entre ellas las presbiterianas, anglicanas, bautistas, metodistas y pentecostales. La IPNA también será afectada por el neopentecostalismo de ese momento. Las iglesias de Quillota y Santísima Trinidad serán el blanco. El protagonista de estos quiebres fue el pastor Saúl Suazo, con una gran ascendencia entre los hermanos por ser sus dones evangelísticos y de gran carisma para llegar a la gente. Aunque es un hecho que en esos momentos la IPNA crecía, con la influencia de Juan Carlos Ortiz o sin ella. Había equipos bien constituidos de pastores nacionales, estudiantes y misioneros en la tarea evangelística. En el caso de la Iglesia de Quillota, llegó a tener una asistencia superior a las 200 personas. Mucha gente conoció a Jesucristo por el trabajo de extensión de la iglesia a través de clases bíblicas en hogares, reuniones o cultos familiares, clases al aire libre para niños en las poblaciones. Las reuniones de jóvenes llegaron a tener a más de 100 asistentes los sábados en la tarde. Había un énfasis en la evangelización usando los diferentes medios de que disponía la iglesia. Los miembros antiguos y nuevos estaban integrados en un testificar permanente en las calles, hogares o radio,

Para 1975 se publica en español el libro Discípulos, de Juan Carlos Ortiz, de la editorial Betania. El libro influyó a muchos jóvenes y pastores en Chile por su lenguaje directo y jocoso para motivar a los líderes de iglesia a producir cambios por medio del Espíritu Santo. 36

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respaldados por el Seminario Juan Calvino con profesores y estudiantes. Muchos fueron alcanzados con el Evangelio. Era una encarnación del espíritu del GAE. Pero aquellos que eran denominados como los renovados de Quillota y que eran parte de esta iglesia se desviaron al neopentecostalismo y poco a poco la gran iglesia fue deshojándose. En 1975 se buscó a los hermanos satélites de ambas posiciones antagónicas y surgió la Iglesia Centro Cristiano. Allí estarían los hermanos Iván Pérez, Juan Trigo, Luis Bellido y Tomas Yeomans, entre otros. En 1982 este grupo se incorpora a la IPNA como la Segunda de Quillota, que hoy lleva el nombre de Palabra y Vida. Finalizada la década del setenta llegan los misioneros Richard Ramsay, Mauricio Riedesel y Graham Jeffreys, para apoyar la docencia en el Seminario y para presidir consistorios en las iglesias de la Quinta Región. El pastor Orlando Salas y Alejandro Aracena, también estarán en la docencia del Seminario en Quillota. 1980 En los ochenta suceden algunos cambios. Durante los primeros años, el Seminario Juan Calvino se traslada a un gran edificio en pleno centro de Santiago, avenida Brasil 153. Allí se instala también la Casa Matriz de la IPNA. Desde entonces se convierte en el Instituto Evangélico de Chile (IECH), sirviendo a otras expresiones evangélicas y culturales del país. El énfasis se colocó en preparar pastores de un buen nivel académico. La IPNA establece relaciones fraternales con la Liga Misionera de Holanda y con misioneros presbiterianos de Corea, estos últimos se cobijan bajo la Corporación de la IPNA, que brindó importante ayuda para sus residencias. Los misioneros holandeses Wout van Laar y Peter den Admirant colaboran a su debido tiempo con la IPNA apoyando las iglesias, el primero en Santiago, especialmente en el IECH, y el segundo en la octava región, apoyando las iglesias de Hualpén y Concepción. Con ayuda de hermanos evangelistas, Den Admirant conformará la IPNA Maranata de Chiguayante. Los misioneros norteamericanos Richard Crane y Richard Ramsay apoyan a la IPNA en la enseñanza teológica del IECH. El misionero John Rug hace lo propio con la obra en San Pedro de Quillota . Jerry Cross y Gary Waldecker, misioneros de Misión al mundo (MAM), trabajan en la comuna de Lo Prado en Santiago y forman la iglesia

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La Redención, que posteriormente es ministrada por el pastor Héctor Valdebenito y, más adelante, por Jorge Gamboa. Los misioneros coreanos Gustavo Hur, Choi y Timoteo Kim, entre otros, establecen nuevas obras y apoyan avanzadas con el concurso de estudiantes al ministerio de la IPNA. Obras como Zapadores y Peñalolén en Santiago también son apoyadas por misioneros coreanos. Finalizada la década del ochenta, el Instituto ya no es de residencia, más bien es tipo universitario. Se preparan a los futuros líderes de la IPNA y de otras denominaciones. Algunos de ellos, Plinio Sepúlveda, Luis Guillermo Andrade, Ricardo Orellana, Elías Burgos, Ramón Orostizaga, David Navarrete, Joel Troncoso, Patricio Avila, Yosef Rojas y Julio Améstica. 1990 En los noventa surgen de nuevo vientos que llevan tormentas al seno de la IPNA. Se busca por todos los medios una solución para las estrategias de trabajo con los misioneros coreanos, sin alcanzar algún acuerdo. En 1994 se produce un nuevo quiebre en la IPNA en 1994. Fue una separación amistosa, pero dolorosa, dado que un buen número de iglesias se marginan de la IPNA: Zapadores, en Santiago; Temuco, Chol-Chol, Tranagullín, Padre Las Casas, Viña del mar, y San Pedro de la Paz en la octava región. De esta división surge la Iglesia Cristiana Presbiteriana dirigida por los misioneros coreanos. En ese tiempo la Iglesia Presbiteriana de Corea inaugura el Hospital cristiano de Temuco. Lamentablemente vendió ese hospital porque escasearon los recursos económicos. Hoy lo administra la Universidad Mayor y se llama Hospital Clínico de la Universidad Mayor.37 Un nuevo revés sufre la IPNA con el alejamiento de los misioneros estadounidenses. Debido a nuevas políticas de trabajo de la MAM dadas desde los Estados Unidos. En parte por dichas políticas, pero también por problemas internos muy serios de la propia IPNA. Es así como los misioneros estadounidenses se marginan con tristeza de la denominación antes de finalizar los noventa.

Se puede ver una breve historia del hospital en el sitio web: https://cicalmo.wordpress.com/2008/03/07/breve-historia-del-hospital-clinico-de-la-universidadmayor-en-temuco/ 37

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En esos mismos años, en el ámbito evangelístico, resulta interesante el caso de las iglesias de El Belloto, Linares y Los Andes. Esta última se caracterizaba por el énfasis en encuentros de reflexión, reuniones de matrimonios y capacitación del liderazgo. El pastor era Humberto Casanova quien, a su vez, era profesor del Seminario en Santiago. Asistían más de 120 personas.38 En Linares, Víctor Gaete Briceño, pastoreó la iglesia desde 1954 hasta el 2012. Un verdadero pastor evangelista cuyo liderazgo llevó a plantar la segunda iglesia en esa misma ciudad. Esta congregación comenzó a usar los dones musicales de sus miembros con un hermoso coro que logra testificar en Linares, otras ciudades del país y el extranjero. Actualmente, mantiene tres programas radiales cada domingo, y trabaja con un plan denominado CEPAS. Lo Prado, en Santiago, es otro caso que en su momento realizó muchas actividades de diversa índole para alcanzar a la comunidad. Fue el tiempo del pastor Héctor Valdebenito Saavedra y del misionero Gary Waldecker. Las tres iglesias representaban el espíritu reinante en la IPNA, crecer predicando el Evangelio con todos los medios, plantar nuevas iglesias y anunciar todo el Consejo de Dios. El versículo lema distintivo de la IPNA era Hechos 20:27 Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios (RVR 1960), junto con el logo que representaba la conversión de Juan Calvino, un corazón en las manos y la inscripción en latín Cormeun Tibi Offero Domine Prompte Et Sincere (Mi corazón te ofrezco Señor pronto y sincero). 2000 De 1999 a 2000 una nueva crisis se suscita en la IPNA, esta ocasión por problemas de carácter teológico entre los pastores chilenos. En esta tercera división no hubo participación de los misioneros, como en las dos anteriores. Hubo gran discusión por temas teológicos, un sector se consideraba neoortodoxo y el otro ortodoxo. Discusiones, por ejemplo, acerca de si la Biblia era la Palabra de Dios o si contenía la Palabra de Dios. El IECH también se vio afectado por estos pensamientos. De hecho,

Humberto Casanova Roberts es un referente importante en la docencia teológica del IETCH y en todo el país como un académico de primer nivel. Contribuyó en la traducción de la Biblia Nueva Versión Internacional (2000), ha escrito varios libros sobre griego bíblico, teología pastoral y el credo apostólico. Para la traducción de la NVI pueden ver sitio web: http://www.biblias-nvi.com/comite-detraduccion-biblica/ También se pueden er sus libros en el sitio web https://www.librosdesafio.org/ 38

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en aquel entonces el director del IECH fue George Wortham, de corriente bartiana. Sólo ocupó el cargo un año. El Presbiterio Nacional sancionó a varios pastores con la expulsión de la IPNA: por doctrinas neoortodoxas, en el caso de Claudio Garrido, Quintín Pinilla, y Jorge Gamboa; y por rebeldía, al no acatar los acuerdos del presbiterio, en el caso de los pastores Patricio Ávila, Manuel Vargas, y Sergio Espinoza. Se perdieron las iglesias de Valparaíso, Quilpué y Santísima Trinidad. Estos pastores invitan al pastor Jorge Gonzáles de la iglesia Presbiteriana Roca de la eternidad de La Calera y a la pastora Liliana Gardela de Almazán de la Iglesia Presbiteriana de San Lucas de Viña del Mar, que forman el Presbiterio Filadelfia y que actualmente están incorporadas al Sínodo de la Iglesia Evangélica Presbiteriana. En tanto, los hermanos de la Iglesia Santísima Trinidad que no estuvieron de acuerdo en salir del Presbiterio Nacional, comenzaron a reunirse en el edificio del IECH, ubicado en Brasil 153. Los pastores Pedro Vega y Sergio Correa se encargan de estos hermanos, y de ahí nace la Iglesia Betesda. Es destacable la labor del pastor Sergio Correa Cid y el IECH en los años noventa. Fue quien articuló y ejecutó el Comité nacional de educación evangélica (CONAEV) y quien coordinó, con el IECH y la Universidad Metropolitana Ciencias de la Educación, el primer programa curricular para el título de Pedagogía con mención en educación evangélica, reconocido por el Ministerio de Educación del estado chileno. De dicho trabajo se han beneficiado los profesores que enseñan religión evangélica en los colegios chilenos. El Congreso de la República chilena le hizo un reconocimiento a Correa por esta notable tarea y fue condecorado con el mérito Doctor Honoris Causa. El IECH cayó en inactividad debido a los problemas antes mencionados. El pastor Carlos Mena presentó un proyecto para un nuevo instituto teológico. Fue aceptado y aprobado por el Presbiterio Nacional con el nombre Instituto de Estudios Teológicos de Chile (IETCH). Su modalidad es trabajar con sedes en las regiones. Esta nueva forma ha llevado al IETCH a contar con muchos estudiantes de distintas denominaciones en las regiones Metropolitana, quinta, séptima y octava. En la modalidad Online, cuenta con estudiantes desde Antofagasta hasta Puerto Montt. Actualmente ha retomado el nombre de Seminario Presbiteriano Juan Calvino. Otro caso interesante es la IPNA de El Belloto. Desde 1992, a través de su ministerio de Estudios y Misiones presidido por el pastor Tomas Yeomans y con

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apoyo de hermanos amigos de San Javier, Viña del Mar y Estados Unidos (Iglesia Heritage de Warrenton, Virginia), la iglesia local envía a un matrimonio a trabajar como misionero a Paraguay. Uno de ellos es el de Joel y Gladys Acevedo, miembros de la IPNA El Renuevo, son apoyados desde Chile con viajes de líderes locales, como Jorge Aguayo y Pedro Rivera Tapia. El pastor Tomas Yeomans viaja una vez al año para colaborar evangelizando con clases al aire libre, Horas Felices, predicaciones al aire libre, administración de los sacramentos y consejería. Se compró un terreno, se edificó un templo y se estableció la congregación con el pastor paraguayo Marcos Sotelo. Hay años de sacrificio, trabajo esforzado, alegrías y lágrimas en esta primera obra transcultural de una Iglesia del Presbiterio Nacional. Además, se abrió un Jardín infantil. A decir verdad, el espíritu de la IPNA es la juventud presbiteriana nacional, (JUPNA), en conjunto con la sociedad femenina presbiteriana nacional, SOFEPNA. Ambos inician un plan misionero de apoyo a iglesias locales en necesidad de crecimiento. Durante el verano suelen conformar equipos misioneros de alrededor de quince personas para realizar una semana de escuela bíblica para niños, talleres para damas en las tardes y cultos evangelísticos en las noches. Las primeras iglesias que beneficiadas de este trabajo fueron Hualpencillo, Antofagasta, Curicó, Talca, Chiguayante y La Calera. Ese esfuerzo es respaldado por aportes de las congregaciones a las que pertenecen los jóvenes, de sus propios bolsillos y del presbiterio. Hasta hoy trabajan en el verano. La estadística de 1992 decía que había mil 099 miembros y adherentes. Se trabajó en un proyecto titulado “2000 para el 2000”, pero no tuvo los resultados esperados. Aún así, el espíritu de la IPNA sigue siendo el propósito de su fundación: preservar la pureza de la doctrina, uniformidad de la disciplina, fomentar el conocimiento de las Sagradas Escrituras y predicar libremente el Evangelio. En el presente, las 22 iglesias y obras que componen el Presbiterio Nacional están localizadas en: Antofagasta, con 40 participantes aproximadamente; La Calera, 80; Los Andes, 30; Quillota 1, 30; Quillota 2, 50; San Pedro de Quillota, 40; Limache, 40; El Belloto, 100; Valparaíso (a cargo de El Belloto), 25; San José de Maipo (Santiago), 25; El Salvador (Santiago, Pedro Aguirre Cerda), 80; La Redención (Santiago, Lo Prado), 70; Betesda (Santiago, Quinta normal), 50; Curicó, 15; Talca, 50; San Javier, 30; Linares, 90; Chillán 1, 60; Chillán 2, 60; Concepción, 20; Hualpén, 45; Chiguayante (a cargo de Hualpén), 15.

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Los catorce pastores que componen el Presbiterio Nacional son Elías Gaete, Walter Carreño, José Mora, Jorge Aguayo, Guillermo Pereira, Joel Troncoso, Carlos Olivares, Jae Kuen Yoo Lee; Arturo Guzmán, Fernando Fuentes, Carlos Mena, Patricio Molina, Julio Améstica y Juan Lobos. Durante este año 2019, dos nuevos pastores fueron ordenados, José González y Gabriel Arellano. La IPNA trabaja con recursos propios, generados por los diezmos de los pastores y de las iglesias a la Caja Central del Presbiterio, no recibe ningún aporte económico del extranjero. Es miembro del Concilio Latinoamericano de Iglesias Reformadas (CLIR) y cuenta con un predio bien equipado en Linares donde cada año se realiza el Campamento familiar. Su Instituto teológico, denominado Instituto de estudios teológicos de Chile (IETCH), es miembro de la Asociación de institutos y seminarios teológicos del Cono Sur (ASIT). ¡A Dios sea la gloria!

Bibliografía 1. Acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional, Acción evangélica Vol.I, Nº 23, 1944. 2. Correa, Sergio. ”Carta abierta a todos los hermanos de la Iglesia Presbiteriana Nacional.” Acción evangélica. Vol. 16, Nº 9, 1960. 3. “Decreto Corporación IPNA”. Acción Evangélica. Vol. III, Nº 33 y 34, 1944. 4. Entrevista a Víctor Gaete. Linares, 28 de enero de 2015. 5. Fidiakova, Eugenia. “Protestantismo fundamentalista en Chile: Influencias externas y dinámicas autógtonas”. Mapocho revista de humanidades Vol.I: 55 (2004): 83 6. Lobos, Juan. Historia Iglesia Presbiteriana Nacional (tesina en cumplimiento para licenciarse en el Presbiterio Nacional, 2010. 7. González, Horacio y Carlos Núñez. Nuestra posición presbiteriana.(Santiago: Bureau gráfico. 1935. 8. McLean, J.H. Historia de la Iglesia Presbiteriana en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria, 1932. 9. Narváez, Fernando, Narración de la formación del Presbiterio Nacional. (Sin fecha). 10. Saavedra, Baudilio. “Hacia la iglesia del futuro”. Acción Evangélica Vol. I, Nº 7 y 8, 1944. 11. Vega, Pedro. “Nuestra voz editorial”, Acción Evangélica. Vol. I, Nº 1, 1942. 12. Vega, Pedro. ”Una obra por realizar.” Acción evangélica. Vol. 16, Nº 9, 1960. 13. Yeomans, Tomas. Conferencia Intento de una historia de la Iglesia Presbiteriana Nacional. Santiago, 29 de abril de 2005.