Historia Del Derecho Del Turismo

Historia del derecho del turismo El turismo fue conocido desde tiempos remotos por casi todas las civilizaciones. Los eg

Views 270 Downloads 3 File size 241KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Historia del derecho del turismo El turismo fue conocido desde tiempos remotos por casi todas las civilizaciones. Los egipcios viajaban a las costas del mediterraneo y de africa. Alejandro magno estableció un gobierno democrático en efeso, región de la actual turquía en el 334a.c.

Los antiguos romanos fueron quienes crearon reglamentaciones para la organización de la actividad turistica. Stabularium, cauputum, receptum nauturum, los cuales eran casos de responsabilidad civil en los que podrían incurrir los posaderos. Estas reglas fueron conservadas por el antiguo derecho frances y luego por el codigo civil napolénico.

En roma: Gayo observaba que no existía contrato de depósito entre el viajero y el posadero. Domat trata las "obligaciones de los hoteleros" junto con la responsabilidad de los demás profesionales y coloca la obligación de guardar los vestidos , caballos y demás equipajes entre los efectos del contrato de hospedaje. (pothier coincide con domat) el turismo es un hijo de la velocidad y la democracia. El estado interviene en el turismo a través del derecho. Cuando esto ocurre es cuando decimos que se habla de un periodo adminstrativo del turismo. Andre siegfried estableción los tres periodos de la evolución del turismo : artesanal, mecánico y administrativo. El estado ejerce dos roles respecto al turismo : la protección contra los problemas y abusos que el turismo puede causar (der. Consumidor) pautar el desarrollo que el turismo genera en su ambito sectorial (der. Administrativo) en nuestro pais no existe propiamente un derecho turistico. Existe mas bien un derecho de la actividad turistica. Se cuenta con un compendio de legislación turistica y afines escrito por subervi bonilla y maria garcia y los "apuntes sobre teoria del desarrollo turistico dominicano" de david la hoz.

Las peregrinaciones continúan durante la Edad Moderna. En Roma mueren 1500 peregrinos a causa de una peste. Es en este momento cuando aparecen los primeros alojamientos con el nombre de hotel (palabra francesa que designaba los palacios urbanos). Como las grandes personalidades viajaban acompañadas de su séquito (cada vez más numeroso) se hacía imposible alojar a todos en palacio, por lo que se crearon estas construcciones. Ésta es también la época de las grandes expediciones marítimas de españoles, británicos y portugueses que despiertan la curiosidad y el interés por viajar. A finales del siglo XVI surge la costumbre de mandar a los jóvenes aristócratas ingleses a hacer el gran-tour al finalizar sus estudios con el fin de complementar su formación y adquirir ciertas experiencias. Era un viaje de larga duración (entre 3 y 5 años) que se hacía por distintos países europeos, y de ahí proceden las palabras: turismo, turista, etc. El Grand Tour es un viaje motivado por la necesidad de instrucción de estos jóvenes aristócratas que en un futuro habrán de gobernar su país. Del conocimiento “in situ” de la grandeza de Roma, Paris o Atenas así como de los debates en los cafés de los grandes centros termales, los viajeros deberían aprender como llevar las riendas de un Imperio como el británico. Para algunos autores éste es el auténtico fenómeno fundacional del turismo moderno ya que surge como un fenómeno revolucionario en paralelo al resto de transformaciones que se dan en la Ilustración. También en esta época hay un resurgir de las termas, que habían decaído durante la Edad Media. No sólo se asiste a ellas por consejo médico, sino que también se pone de moda la diversión y el entretenimiento en los centros termales como por ejemplo en Bath (Inglaterra). También de esta época data el descubrimiento de los baños de barro como remedio terapéutico, playas frías (Niza, Costa Azul) a donde iban a tomar los baños por prescripción médica.

Turismo en la Edad Antigua I: Neolítico, Mesopotamia y Egipto

Neolítico (7000 A.C. – 4000 A.C.) Ésta época de la historia se caracterizó, como ya he mencionado, al desplazamiento de personas en búsqueda de alimentos y de aquellos lugares que pudieran brindarles las condiciones necesarias para sobrevivir en un mundo hostil. Los pobladores del neolítico basaron su economía en la domesticación de animales y plantas, sin embargo, la falta de textiles, metales, alcohol e inclusive alimentos los llevó a la búsqueda de sociedades cercanas con las cuales comerciar sus productos. Es así como nace el comercio, y es así también el nacimiento de los “viajes de negocios”.

Mesopotamia (3500 A.C. – 650 A.C.) Las primeras ciudades surgieron con los asirios, en la zona geográfica ubicada entre los ríos Eúfrates y Tigris, en la actual Iraq. Ya en éstas nacientes sociedades existían clases sociales: los grandes sacerdotes, artesanos y mercaderes, arrendatarios de tierras y esclavos. La simple existencia de esclavos señala que existía una clase social que no necesitaba trabajar y que tenía tiempo libre o de ocio. A los sumerios les debemos la existencia de la rueda, del arado, del barco de vela y de la invención del dinero. Sin embargo su mayor aporte a los viajes fue la construcción de carreteras, que estaban pavimentadas con piedra y arcilla, y que conectaban las principales ciudades del pequeño imperio. Además éstas eran el eje central de su economía, ya que ésta sociedad necesitaba comerciar con otras ciudades para el intercambio de productos. Si bien es cierto los principales viajes que se realizaron fueron con fines comerciales, tampoco faltaron aquellos por placer. El rey de Babilonia, Hammurabi, realizaba viajes para visitar las ciudades de su imperio, y para asistir a importantes ceremonias religiosas y fiestas. He aquí el nacimiento del turismo religioso. En esos tiempos la hospitalidad era una expresión de humanidad. Los usos y costumbres protegían a los viajeros, y en ocasionan

se convertían en leyes, como en el CÓDIGO DE HAMMURABI, donde se encuentran referencias a la seguridad de los viajeros: “La hospitalidad es la forma simple y primitiva de la protección. Con respecto a ella, por mucho que nos remontemos en las edades, aún antes de la separación de los pueblos, encuéntrasela de una manera evidente, el hecho está probado por la identidad de la expresión y de su noción en las lenguas latina, griega y eslava. La palabra latina „hostis‟ (en el sentido primitivo), la gótica „gasts‟ y la eslava „gosti‟ designan al extranjero por la hospitalidad.”

Egipto (3000 A.C. – 332 A.C.) Los primeros viajes que pueden ser comparables al turismo tuvieron lugar en Egipto, meca de los viajeros y comerciantes de aquella época que se desplazaban con la finalidad de presentarse al faraón o a observar las monumentales pirámides de ese reino u otras maravillas de la construcción egipcia. Muchos de estos monumentos llevaban más de mil años en ese lugar y constituían un fuerte atractivo para la gente poderosa de aquél entonces. Además quedaron diferentes rutas establecidas por los comerciantes, como la Ruta del Nilo y la Ruta del Mar Rojo. El primer viaje que quedó registrado en la historia fue el organizado por la reina HATSHEPSET, la cual fue la sucesora de su esposo, el faraón Tutmosis II. Hacia el 1500 A.C. la reina realizó una magnífica construcción de un templo-sepultura en Tebas: el Deir-al-Bahari. Es aquí donde quedaron registrados los viajes que la reina Hatshepset realizó a la región de Punt (actual Somalia o Yemen) en búsqueda del árbol del incienso. A partir del siglo VII A.C. Egipto pasó a manos de los asirios, babilonios, y finalmente griegos. Es en ésta época cuando el faraón Necao realizó una de las más grandes proezas: circunnavegar África en tres años, demostrando así que todo el continente estaba rodeado por agua, salvo un corto trecho. Fueron necesarios dos milenios para que el hombre occidental repitiera tal hazaña, cuando Juan II, rey de Portugal, permitió la salida de barcos bien armados para dicha expedición.

La Edad Antigua abarca el período transcurrido entre el nacimiento de las primeras civilizaciones hasta el año 476 D.C. con la caída del Imperio Romano de Occidente.

Turismo en la Edad Antigua II: Grecia Podemos decir que en la Grecia Antigua se daba mucha importancia al ocio, tanto así que su tiempo libre lo dedicaban a la cultura, a la religión y a los deportes. Prueba de ello era el gran desplazamiento de personas que se producía debido a la realización de los JUEGOS OLÍMPICOS (celebrados en la ciudad de Olimpia cada 4 años) y a las peregrinaciones religiosas a los santuarios de Dódona y Delfos (llamado Apolo Pitio). Éste último era el templo más célebre de su cultura. Los griegos introdujeron importantes modificaciones en la vida cotidiana que favorecieron los viajes por el respeto con que se trataba a los viajeros. En Grecia, cuando la persona no estaba protegida por las leyes, la hospitalidad era un deber fundamental y sagrado. Los extranjeros llegados para las fiestas religiosas o los miembros de una colonia que mantenía lazos con la metrópoli que la habían fundado eran albergados con una alegría espontánea. Luego, a medida que el derecho público se perfeccionó, la hospitalidad entró en las leyes de las ciudades griegas. Un huésped invitado tenía siempre el privilegio de extender la invitación a otro, aunque éste no fuera más que conocido suyo. Cuando los viajes se hicieron más seguidos, en los caminos comenzaron a establecerse algunos albergues que daban alimento y abrigo a los viajeros. En ocasiones se construía junto a algunos templos principales, un “pandokeimon”, albergue destinado a los peregrinos que se alojaban allí gratuitamente. Entre los grandes viajes que se realizaron de forma individual se cuentan los de los geógrafos e historiadores Hecateo de Mileto y Herodoto de Halicarnaso, quienes fueron los grandes viajeros de la antigüedad. Éste último fue el que recopiló y eligió a las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Los festivales más difundidos y exitosos del mundo griego eran unas fiestas llamadas Dionisias, por estar dedicadas a Dionisio, dios de la vid y del vino. A éstas celebraciones acudían visitantes de todo el Ática, y aún de las

colonias y ciudades aliadas. El día principal de la fiesta se liberaba a muchos esclavos y se permitía que el resto de la población se divirtiera

Turismo en la Edad Antigua III: Roma La sociedad romana estaba dividida en tres clases: los patricios o nobles, los plebeyos y los esclavos, como símbolo de patrimonio. La época de la república (s. V – 27 a. C) contaba con la misma división y su sistema político se basaba en el Senado de unos 300 miembros normalmente patricios, aunque en algunos casos se aceptaron plebeyos. Fue esta época la de máxima expansión llegando a conquistar Grecia, Galia e Hispania y tomando el relevo sobre la supremacía del Mediterráneo al ganar las Guerras Púnicas contra Cártago. Más adelante Roma caería en una profunda crisis política y la consecuente guerra civil, obligando a Julio César a crear el triunvirato. El 15 de mayo del 49 a. C moriría a manos de Bruto y otros conspiradores, dando paso casi inmediatamente a Imperio. Durante el imperio (27 a. C – 476 d. C) desaparece el Senado y comienza en Roma una etapa de absolutismo, donde el emperador era elegido por el ejército. Con Octavio Augusto se consigue la Paz Romana que duraría dos siglos, siendo ésta la edad de oro del turismo romano El imperio estaba dividido en provincias que a su vez estaban dividas en municipios. Cada municipio contaba con servicios para el disfrute público y el entretenimiento, que en muchos casos eran lo suficientemente atractivos como para atraer a visitantes. Entre muchos otros destacaban los foros, plazas, templos, basílicas, tiendas y teatros. Todas las provincias se comunicaban por una amplia red de carreteras, vías y calzadas, que se empezaron a construir hacia 150 a. C llegando a cubrir unos 160.000 km. Iban alrededor del imperio abarcando desde Escocia y Alemania hasta Egipto, Persia y lo que hoy se conoce como Kuwait. Estaban señalizados por mojones que indicaban la distancia hasta la próxima ciudad, el nombre de la calzada, su fecha de construcción y su autor. Cada 15 – 20 km. había unas postas donde los viajeros podían cambiar sus caballos cansados, realizar algunas preguntas y comer. Fue muy importante para la economía romana el comercio, que era desempeñado sobre todo por los libertos y los plebeyos, y que no hubiera

podido ser posible sin las vías que unían todo el imperio. El comercio marítimo se desarrolló a través del Mediterráneo, del Mar Rojo y en parte del Atlántico en las llamadas “flotas comerciales”. Los puertos más importantes eran los de Alejandría y Ostia. El pueblo romano fue el primero en realizar lo que hoy en día entendemos por turismo, es decir, un viaje (en la mayoría de los casos por placer) que incluye un desplazamiento pernoctando mínimo una noche y con menos de un año de duración a un lugar de destino, realizado, por supuesto, en tiempo libre y/o de ocio. Disponían de muchísimo tiempo libre, llegando a tener 200 días festivos al año (en el 345 d. C), aunque casi siempre este turismo lo practicaban los nobles., los cuales viajaban para ver los templos del Mediterráneo, las pirámides y monumentos de Egipto, asistir a las Olimpiadas de Grecia y los mercados de Asia Menor. En muchos casos contrataban guías locales y solían comprar papiros que explicaban cierta área y sus posibilidades de entrenamiento. También adquirían souvenirs y tenían tendencia a grabar su nombre en las piedras de los monumentos que visitaban, como una especie de grafiti “a la romana”. Los viajes se realizaban básicamente por tres razones: por placer, por negocios o por salud. El turismo religioso y las peregrinaciones a los templos pasaron a formar parte de cualquier itinerario mínimamente culto, y dejaron de ser lugares de rezo para convertirse en monumentos dignos de visitar. Durante el reinado del emperador Caracalla se construyeron las famosas termas de Caracalla, unos baños públicos que contaban con salas de vapor (saunas), piscinas, salas de gimnasia, de reposo, de masaje, e incluso bibliotecas y jardines. A lo largo de todo el imperio se fueron construyendo otros complejos termales. A los romanos también les gustaba la idea de pasar unos días de tranquilidad alejados de la ciudad y solían desplazarse a la costa de Campania, por la zona de Baias. Pasaban mucho tiempo disfrutando del buen clima, del agua medicinal de la playa y de sus aguas termales. En el golfo de Nápoles crearon residencias aptas para pasar unas vacaciones. Se crearon otras infraestructuras necesarias para el desarrollo del turismo, tales como posadas, restaurantes barcos de pasajeros, pues la demanda de viajes aumentó, sobre todo durante la Paz Romana. Era común entre los

nobles la tendencia al agro-residencialismo, es decir, a adquirir casas de campo y convertirlas en su segunda residencia. Los emperadores solían construirse villas como Villa Tívoli. Durante la época del imperio se construyeron numerosos circos e hipódromos con el propósito de entretener a los ciudadanos. Cada vez fueron más comunes los combates de gladiadores, los espectáculos donde intervenían leones y las carreras de cuádrigas. Era la táctica del “pan y circo” ideada por los emperadores romanos para mantener a la plebe interesada por los juegos y la comida, y no por los asuntos de estado. Destacan los viajes de Alejandro Magno y Heredoto, así como las obras clásicas La Eneida y La Odisea por sus referencias al paisaje, las culturas de la época y las características de los viajes realizados. La caída del imperio romano en 476 d. C supuso el fin de casi trece siglos de cultura, unidad y turismo europeo. La decadencia en la que el imperio se había sumido en el último siglo (s. IV d. C) terminó por dar paso a la era de los reinos Germánicos en Europa, al Imperio Bizantino en Asia Menor y al Islamismo en Arabia, el norte de África y la Península Ibérica.

Turismo en la Edad Media I: Grandes cambios en la sociedad, Alta Edad Media La caída del Imperio Romano sumió al continente Europeo en un período de confusión y desorden. En éste asistió a la agonía y muerte del mundo romano y al alumbramiento de una nueva civilización que se inició con las grandes invasiones que soportó Europa, con su secuela inevitable de pillaje y matanzas. Durante un tiempo también reinó un estado de guerra casi permanente entre los jefes bárbaros, lo que contribuyó al debilitamiento de toda forma de poder central.

También se produjo una distribución espacial de la población diferente de la conocida anteriormente: hasta la caída del Imperio Romano, el mar Mediterráneo concentraba la vida del mundo antiguo, y la vía marítima facilitaba el comercio y los viajes en general, de lo que resultaban contactos relativamente intensos entre los pueblos. En la era medieval, en cambio, se generó una ruptura entre Oriente y Occidente, y en éste la civilización ya no

se limitó al sur de Europa sino que se extendió hacia el norte, hasta incluir Normandía y las Islas Británicas. El tránsito de la cultura antigua a la medieval, que tuvo lugar a lo largo de los cinco siglos del período conocido como la Alta Edad Media, se realizó de forma gradual y casi imperceptible. La economía, la organización social y el arte romanos decayeron paulatinamente pero en forma inevitable, y una de sus consecuencias fue el traslado de la población a zonas rurales; durante esa época la estructura económica se caracterizó por el predominio de la agricultura y el latifundio, donde sólo la posesión de tierra confería riqueza y poder. Se abandonó la mayoría de las costumbres hedonistas de los romanos, entre ellas la práctica del termalismo. Las únicas fuentes termales que se siguieron explotando fueron aquellas donde se habían instalado abadías o monasterios regentados por religiosos que mantuvieron las instalaciones en condiciones de uso. Una de las características de la Alta Edad Media fue el carácter sedentario de la población. Esta realidad incluía a todos, desde los señores que se recogían en sus castillos y sólo parían a feudos vecinos en breves excursiones de guerra o pillaje, hasta los siervos, para quienes era imposible todo tipo de viajes. Salvo las actividades peregrinatorias, el hombre del Medioevo no se alejaba jamás de su lugar de residencia, pues el vasallaje y las economías cerradas actuaban como un importante freno para el desplazamiento. En el Medioevo, la Iglesia tuvo un papel trascendente en todos los aspectos de la vida cotidiana; su acción trascendió lo espiritual para abarcar también lo social, lo cultural y aun los asuntos públicos. Aunque muchos de sus representantes no observaban una conducta apropiada a los ideales materiales de triunfo personal y prosperidad económica del mundo grecolatino la Iglesia intentó oponer una senda de salvación basada en la humildad y la renuncia de los bienes terrenales, con una esperanza basada en la recompensa de la vida eterna. Así, el ideal griego del ocio se trasladó a los monasterios, pues para muchos la esencia de la religión cristiana primitiva consistía en vivir para acercarse a Dios; la acumulación de riqueza o el mismo trabajo para conseguirlas eran considerados pecaminosos.

Cuando la situación política y social se consolidó, apareció un grupo importante constituido por señores, el estamento superior de la sociedad, que adoptó una actitud de ocio exhibicionista, que probaba su liberación de la necesidad de trabajar. El ocio caballero era la expresión de su oposición al trabajo servil, y al ponerlo en evidencia cuantas veces fuera posible reafirmaban su pertenencia a la clase aristocrática. El ocio popular, por su parte, si bien estaba presente, no era libre. Era la actividad de los días de descanso y de fiesta, habitualmente religiosa y relacionada con el santo patrono del lugar o las grandes festividades religiosas, y estaba organizado y controlado por el poder, es decir, el señor y la Iglesia. La apertura hacia las culturas vecinas que se produjo posibilitó los contactos con Oriente y particularmente con el mundo musulmán. Comenzó una nueva era de relaciones comerciales y de incorporación de avances científicos y técnicos, particularmente por la influencia de la cultura árabe que en esos momentos se manifestaba en su mayor esplendor. Como consecuencia reapareció el comercio y creció el número de artesanos y mercaderes, lo que a su vez realimentó el proceso. El dominio del Mediterráneo permitió el acceso a las materias primas necesarias para incrementar la producción y a su vez un mercado para los productos occidentales. De esta manera se consolidó el poder de Venecia, Génova y Pisa, cuyas naves extendieron su influencia desde la costa española hasta Egipto. También se experimentaron en el continente mejoras en las comunicaciones: los caminos y las sendas comenzaron a ser recorridos por caballeros y romeros que cumplían sus votos, así como por escolares y estudiosos que se desplazaban de una a otra ciudad en busca de conocimientos o de relaciones con sabios. Esta actividad marítima y terrestre resultó trascendente, pues preparó el camino para la superación de la cultura medieval y el Renacimiento, además de contribuir con el desarrollo de la mentalidad que haría posible los grandes viajes exploratorios que culminaría con la llegada de los europeos a América. La Edad Media abarca desde el año 476 D.C. con la caída del Imperio Romano de Occidente y termina en el año 1492 con el descubrimiento de

América o en 1453 con la caída del Imperio Romano de Oriente que coincide con la invención de la imprenta.

Turismo en la Edad Media II: Características del Ocio En la Edad Media se podía encontrar claramente diferentes estamentos sociales con funciones y actividades establecidas. En el nivel superior se encontraban los señores feudales, libre de la necesidad de trabajar ya que controlaba la agricultura y casi todas las formas de producción; los molinos, los bosques, las minas y las forjas. Luego venía el clero, con diferentes características frente al ocio y al trabajo: por una parte se encontraban los dignatarios de la Iglesia, que disputaban a los caballeros privilegiados y gozaban de todos los privilegios y honores, mientras que en el otro extremo se encontraba el monje que vivía en austeridad y sacrificio. El nivel inferior estaba formado por la clase productora para quienes el trabajo y el ocio estaban regidos por los ciclos de la naturaleza y la Iglesia. El nacimiento del día indicaba el momento para iniciar las actividades diarias, que duraban mientras durara la luz solar. El sistema productivo medieval incluía dos actividades bien diferenciadas: las actividades agropecuarias y por otro lado una economía municipal corporativa que regulaba gran parte de la producción de bienes durables y era generada por los artesanos. La propiedad rural era explotada en beneficio del dueño por los campesinos, los cuales permanecían en calidad de siervos del señor para toda la vida. Éstos campesinos no disponían de su tiempo ni de su misma vida, sino que el señor feudal era dueño y amo absoluto de ellos, de sus hijos, de la tierra trabajada, del lugar donde vivían. El siervo no podía dejar la tierra ni casarse fuera del feudo sin el consentimiento del señor. Esta primera restricción le impedía el servicio militar. El ocio y el trabajo estaban regulados por la duración del día y por las estaciones. Para el campesino el tiempo ocioso no era un sinónimo de pérdida de remuneración. Durante el trabajo se reservaban momentos para la conversación y la recreación. Es en estos momentos donde se escuchaban narraciones de los juglares, y en ocasiones se bailaba y se cantaba. Es con éste ocio que se empieza a tomar conciencia de la

condición de vida, así se inició el intercambio de ideas y de conversación espontánea. Los artesanos gozaban de una de una mejor posición. Éstos vivían en la campaña, donde proveían a los señores todos los instrumentos que requerían para la explotación agropecuaria y la vida cotidiana. Se dedicaban principalmente a la orfebrería y la miniatura. El tejido de paños adquirió una gran importancia y se convirtió en la gran industria de la Edad Media. Durante la Baja Edad Media, la actividad de los artesanos se trasladó a la ciudad, y los gremios aseguraban una retribución mínima por las tareas que realizaban independientemente. Algunas veces, estos gremios se agrupaban en talleres donde maestros, oficiales y aprendices trabajaban de la misma manera, compartían su comida, sus dificultades, el entretenimiento y las tareas. La duración de la jornada de trabajo variaba según las estaciones y el tipo de tarea que se realizaba, siempre teniendo en cuenta la duración de la luz solar. En algunos gremios se permitía el trabajo nocturno, pero en éste caso el maestros debía acordar con los oficiales y aprendices un pago suplementario. En términos generales, la jornada diaria se extendía desde unas 9 horas en invierno, hasta un máximo de 15 o 16 horas en verano. La introducción de los relojes en ese momento tiene un significado solo tecnológico: era un síntoma de las grandes transformaciones que generó el Renacimiento y la señal que pronto la luz solar y los ciclos de las estaciones dejarían de regular la actividad humana. El poder que tenía la Iglesia influenciaba a las corporaciones o gremios, cada una de las cuales se ponía bajo protección de un santo y el día de su festividad cada profesión rivalizaba en esplendor con su vecina en los fastos con que se celebraban. Además se confeccionaros estandartes, se paseaban las reliquias y se sacaban en procesión imágenes religiosas. También se celebraba el Carnaval, que era a la vez espectáculo y recreación, de profundo origen popular y universal.

Turismo en la Edad Moderna Las peregrinaciones continúan durante la Edad Moderna. En Roma mueren 1500 peregrinos a causa de una peste. Es en este momento cuando aparecen los primeros alojamientos con el

nombre de hotel (palabra francesa que designaba los palacios urbanos). Como las grandes personalidades viajaban acompañadas de su séquito (cada vez más numeroso) se hacía imposible alojar a todos en palacio, por lo que se crearon estas construcciones. Ésta es también la época de las grandes expediciones marítimas de españoles, británicos y portugueses que despiertan la curiosidad y el interés por viajar. A finales del siglo XVI surge la costumbre de mandar a los jóvenes aristócratas ingleses a hacer el gran-tour al finalizar sus estudios con el fin de complementar su formación y adquirir ciertas experiencias. Era un viaje de larga duración (entre 3 y 5 años) que se hacía por distintos países europeos, y de ahí proceden las palabras: turismo, turista, etc. El Grand Tour es un viaje motivado por la necesidad de instrucción de estos jóvenes aristócratas que en un futuro habrán de gobernar su país. Del conocimiento “in situ” de la grandeza de Roma, Paris o Atenas así como de los debates en los cafés de los grandes centros termales, los viajeros deberían aprender como llevar las riendas de un Imperio como el británico. Para algunos autores éste es el auténtico fenómeno fundacional del turismo moderno ya que surge como un fenómeno revolucionario en paralelo al resto de transformaciones que se dan en la Ilustración. También en esta época hay un resurgir de las termas, que habían decaído durante la Edad Media. No sólo se asiste a ellas por consejo médico, sino que también se pone de moda la diversión y el entretenimiento en los centros termales como por ejemplo en Bath (Inglaterra). También de esta época data el descubrimiento de los baños de barro como remedio terapéutico, playas frías (Niza, Costa Azul) a donde iban a tomar los baños por prescripción médica.

Turismo en la Edad Contemporánea Es posible afirmar que los viajes de placer tuvieron sus inicios en los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX. Grandes cambios en la sociedad, en los estilos de vida, en la industria y la tecnología alteraban la morfología de la comunidad. Hay en la historia momentos de cambios excepcionales y de enorme expansión. El siglo XIX fue testigo de una gran expansión económica, seguida de una revolución industrial y científica incluso mayor

en la segunda mitad del siglo XX. El turismo fue uno de los principales beneficiarios, para llegar a ser a finales del siglo XX la mayor industria del mundo. Con la Revolución Industrial se consolida la burguesía que volverá a disponer de recursos económicos y tiempo libre para viajar. En la Edad Contemporánea el invento de la máquina de vapor supone una reducción espectacular en los transportes, que hasta el momento eran tirados por animales. Las líneas férreas se extienden con gran rapidez por toda Europa y Norteamérica. También el uso del vapor en la navegación reduce el tiempo de los desplazamientos. Inglaterra ofrece por primera vez travesías transoceánicas y domina el mercado marítimo en la segunda mitad del siglo XIX, lo que favorecerá las corrientes migratorias europeas a América. Es el gran momento del transporte marítimo y las compañías navieras. Comienza a surgir el turismo de montaña o salud: Se construyen famosos sanatorios y clínicas privadas europeas, muchos de ellos llegan a nuestros días como pequeños hoteles con encanto. Es también la época de las playas frías (Costa azul, Canal de la Mancha,…). En 1841 Thomas Cook organiza el primer viaje organizado de la historia. Aunque fue un fracaso económico se considera un rotundo éxito en cuanto a precedente del paquete turístico, pues se percató de las enormes posibilidades económicas que podría llegar a tener esta actividad, creando así en 1851 la primera Agencia de Viajes del mundo “Thomas Cook and son”. En 1867 inventa el bono o voucher, documento que permite la utilización en hoteles de ciertos servicios contratados y prepagados a través de una agencia de viajes. Henry Wells y William Fargo crearon la agencia de viajes “American Express” que inicialmente se dedicaba al transporte de mercancías y que posteriormente se convierte en una de las agencias más grandes del mundo. Introdujeron sistemas de financiación y emisión de cheques de viaje, como por ejemplo el travel-check (dinero personalizado canjeable por papel moneda de uso corriente que protege al viajero de posibles robos o pérdidas).

Cesar Ritz es considerado padre de la hostelería moderna. Desde muy joven ocupó todos los puestos posibles de un hotel hasta llegar a gerente de uno de los mejores hoteles de su tiempo. Mejoró todos los servicios del hotel, creó la figura del sumiller, introdujo el cuarto de baño en las habitaciones, revolucionó la administración. (Convirtió los hoteles decadentes en los mejores de Europa, por lo que le llamaban “mago”). Al estallar la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914 se considera que había aproximadamente 150.000 turistas americanos en Europa. Tras finalizar la guerra comenzó la fabricación en masa de autocares y automóviles. En esta época las playas y los ríos se convierten en el centro del turismo en Europa comenzando a adquirir gran importancia el turismo de costa. El avión, utilizado por minorías en largas distancias, se va desarrollando tímidamente para acabar imponiéndose sobre las compañías navieras. La crisis del 1929 repercute en el negativamente en el sector turístico limitando su desarrollo hasta bien entrado en 1932. La Segunda Guerra Mundial paraliza absolutamente el turismo en el mundo y sus efectos se extienden hasta el año 1949. Entre 1950 y 1973 se comienza a hablar del boom turístico. El turismo internacional crece a un ritmo superior de lo que lo había hecho en toda la historia. Este desarrollo es consecuencia del nuevo orden internacional, la estabilidad social y el desarrollo de la cultura del ocio en el mundo occidental. En esta época se comienza a legislar sobre el sector. La recuperación económica, especialmente de Alemania y Japón, fue asombrosa elevando los niveles de renta de estos países y haciendo surgir una clase media acomodada que se empieza a interesar por los viajes. Pero la recuperación elevando el nivel de vida de sectores más importantes de la población de los países occidentales. Surge la llamada sociedad del bienestar en la que una vez cubiertas las necesidades básicas aparece el desarrollo del nivel de formación y el interés por viajar y conocer culturas. Por otra parte la nueva legislación laboral adoptando las vacaciones pagadas, la semana inglesa de 5 días laborales, la reducción de la jornada

de 40 horas semanales, la ampliación de las coberturas sociales (jubilación, desempleo,…), potencian en gran medida el desarrollo del ocio y el turismo. También éstos son los años en los que se desarrollan los grandes núcleos urbanos y se hace evidente la masificación, surge también el deseo de evasión, escapar del estrés de las ciudades y despejar las mentes de presión. En estos años se desarrolla la producción de autos en cadena que los hace cada vez más asequibles, así como la construcción de carreteras y autopistas, permite un mayor flujo de viajeros. De hecho, la nueva carretera de los Alpes que atraviesa Suiza de Norte a Sur supuso la pérdida de la hegemonía de este país como núcleo receptor, ya que ahora los turistas cruzan Suiza para dirigirse a otros países con mejor clima. El avión de hélice es sustituido por el de reacción, lo que supone un golpe definitivo para las compañías navieras, que se ven obligadas a destinar sus barcos a los cruceros o al desguace. Todos estos factores nos llevan a la era de la estandarización del producto turístico. Los grandes tour operadores lanzan al mercado millones de paquetes turísticos idénticos. En la mayoría de los casos se utiliza el vuelo charter, que abarata el producto y lo populariza. Al principio de este período (1950) había 25 millones de turistas, y al finalizar (1973) había 190 millones. No obstante esta etapa también se caracteriza por la falta de experiencia, lo que implica las siguientes consecuencias como la falta de planificación (se construye sin hacer ninguna previsión ni de la demanda ni de los impactos medioambientales y sociales que se pueden sufrir con la llegada masiva de turistas) y el colonialismo turístico (hay una gran dependencia de los tour operadores extranjeros estadounidenses, británicos y alemanes fundamentalmente). En los 70 la crisis energética y la consiguiente inflación, especialmente sentida en el transporte ocasionan un nuevo periodo de crisis para la industria turística que se extiende hasta 1978. Esta recesión supone una reducción de la calidad para abaratar costes y precios apostando por una masificación de la oferta y la demanda.

En los 80 el nivel de vida se vuelve a elevar y el turismo se convierte en el motor económico de muchos países. Esto es facilitado por la mejora de los transportes (nuevos y mejores aviones como el Concorde y el Túpolev, trenes de alta velocidad y la consolidación de los vuelos charter, hasta suponer un duro competidor para las compañías regulares que se ven obligadas a crear sus propias filiales charter. En estos años se produce una internacionalización muy marcada de las grandes empresas hosteleras y de los tour operadores, que buscan nuevas formas de utilización del tiempo libre (parques temáticos, deporte, riesgo, salud) y aplican técnicas de marketing, pues el turista cada vez tiene mayor experiencia y busca nuevos productos y destinos turísticos, lo que crea una fuerte competencia entre ellos. La multimedia y las comunicaciones transforman el sector, modificando el diseño de los productos, la prestación del servicio, la comercialización del mismo de una manera más fluida. La década de los 90 incluye grandes acontecimientos como la caída de los regímenes comunistas europeos, la Guerra del Golfo, la reunificación alemana, las Guerras yugoslavas, etc., que inciden de forma directa en la historia del turismo. Se trata de una etapa de madurez del sector que sigue creciendo aunque de una manera más moderada y controlada. Se limita la capacidad receptiva (adecuación de la oferta a la demanda, se empieza a controlar la capacidad de aforo de monumentos, etc.), se diversifica la oferta (nuevos productos y destinos), se diversifica la demanda (aparecen nuevos tipos diferentes de turistas) y se mejora la calidad (al turista no le importa gastar más si la calidad es mejor). El turismo entra como parte fundamental de la agenda política de numerosos países desarrollando políticas públicas que afectan a la promoción, planificación y comercialización como una pieza clave del desarrollo económico. Se mejora la formación desarrollando planes educativos especializados. El objetivo de alcanzar un desarrollo turístico sostenible mediante la captación de nuevos mercados y la regulación de la estacionalidad. También las políticas a nivel supranacional consideran el desarrollo turístico con elementos tan importantes como el Tratado de Maastritch en 1992 (libre tráfico de personas y mercancías, ciudadanía europea), y en el 1995 la

entrada en vigor Schegen y se eliminan los controles fronterizos en los países de la UE. Existe de nuevo un abaratamiento de los viajes por vía aérea por medio de las compañías de bajo coste y la liberación de las compañías en muchos países y la feroz competencia de las mismas. Esta liberalización afecta a otros aspectos de los servicios turísticos como la gestión de aeropuertos y sin duda será profundizada cuando entre en vigor la llamada Directiva Bolkestein (de liberalización de servicios) en trámite en el Parlamento Europeo.

Antecedentes Históricos de la Legislación Turística en México Los principales acontecimientos que dieron origen a la actual Secretaría de Turismo se presentan de acuerdo a la siguiente cronología: 1928 El gobierno de México creó la Comisión Mixta Pro-Turismo dependiente de la Secretaría de Gobernación, siendo su función principal realizar estudios y proyectos que fomentaran el incremento de corrientes de visitantes extranjeros al país. 1929 Para fortalecer los esfuerzos oficiales en la materia, se requirió la participación de las empresas privadas, integrándose estas, el 6 de julio a la Comisión Mixta Pro-Turismo. 1930 Debido a la importancia que adquirió la actividad turística en México, se constituyó la Comisión Nacional de Turismo, publicándose en el Diario Oficial de la Federación, el 7 de febrero su Ley Orgánica, en ella le conferían las atribuciones que hasta entonces tenía asignadas la Comisión Mixta Pro-Turismo, estableciéndose además, mecanismos de coordinación con las comisiones de los estados. 1933 Dependiendo de la Secretaría de Economía Nacional, se creó el Departamento de Turismo, al que se le facultó para tratar asuntos relacionados con la actividad turística, involucrándose también a las empresas particulares. En el acuerdo publicado el 27 de marzo, se establecieron funciones para la Comisión y 2 organismos nuevos; el Comité Oficial y el Patronato de Turismo. La Comisión recabaría y coordinaría información concerniente al turismo, proponiendo las medidas necesarias para su desarrollo; el Comité Oficial realizaría los estudios relacionados con la problemática del turismo;

teniendo el Patronato la tarea de decidir sobre las medidas que deberían adoptarse al respecto.

1934 Por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de mayo, desaparecieron los órganos que hasta esa fecha tenían encomendadas funciones relacionadas con la actividad turística del país, correspondiéndole nuevamente a la Comisión Nacional de Turismo responsabilizarse de orientar, regular y coordinar todo lo referente al turismo. Esta Comisión se integró por un Comité Ejecutivo, un Consejo Patrocinador y un Consejo Consultivo, involucrando en su estructura tanto al sector público como a la iniciativa privada. 1936 Las funciones de la Comisión Nacional de Turismo, las absorbió la Secretaría de Gobernación a través de su Dirección General de Población, publicándose en el Diario Oficial de la Federación el 29 de agosto, la Ley correspondiente. 1937 El 21 de mayo se publicó el Reglamento de la Ley General de Población, dándose a conocer la creación de un Departamento de Turismo, zonificándose el país en 15 regiones de interés turístico. 1939 Por acuerdo presidencial del 21 de diciembre, se fundó el Consejo Nacional de Turismo, integrado por el patronato oficial, la Comisión Nacional de Turismo y las Comisiones Locales de Turismo, tanto a nivel estatal como municipal. 1947 De nueva cuenta, el 27 de diciembre se conformó la Comisión Nacional de Turismo, integrada por un Consejo Nacional y un Comité Ejecutivo, cuyas atribuciones fueron similares a los organismos anteriores. 1949

Se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre, la derogación del "Decreto de Creación de la Comisión Nacional de Turismo", promulgándose la Ley Federal de Turismo en esa misma fecha.

1956 Para dar impulso al desarrollo de los proyectos tendientes a incrementar la infraestructura turística, el 13 de diciembre, se creó el Fondo de Garantía y Fomento al Turismo (FOGATUR). 1958 En el Diario Oficial de la Federación del 31 de diciembre, se publicó la Ley de Secretarías y Departamentos de Estado, en el artículo 18, se definen las atribuciones del Departamento de Turismo de nueva creación, dependiendo directamente del Ejecutivo Federal. 1959 Para alentar el desarrollo de la actividad turística, el 6 de junio se publicó un decreto estableciendo los lugares y poblaciones nacionales de interés turístico, a fin de que el Departamento de Turismo realizara los estudios en la materia. 1961 El 1o. de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Federal de Turismo, la cual dispuso que el Departamento de Turismo sería el encargado de aplicar dicha Ley, así como su Reglamento. 1974 Con el nuevo enfoque y un contenido similar al de la actual legislación, el 28 de enero se publicó la Ley Federal de Fomento al Turismo y congruentemente con dicho ordenamiento, el 27 de diciembre se publicó el decreto que elevó a rango de Secretaría de Estado al Departamento de Turismo, otorgándole una mayor estructura capaz de atender sus nuevas atribuciones, así como mayores recursos presupuestales, destinados a la planeación y desarrollo de la actividad turística. 1977

El 17 de enero por acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación se designó a la Secretaría de Turismo, cabeza del sector. 1978 Quedó a cargo de la Secretaría de Turismo, la elaboración de estudios, mensajes e imagen sobre la oferta turística nacional, dado el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de abril. 1979 Con base en los estudios iniciados el año anterior, la Secretaría de Turismo llevó a cabo a través de sus Delegaciones Federales de Turismo, el programa de desconcentración administrativa general. 1980 El 15 de enero, se publicó la Ley Federal de Turismo que tenía por objeto la promoción de la demanda interior y exterior, el fomento y desarrollo de la oferta turística, la conservación, mejoramiento de los recursos turísticos y en general, la planeación y programación de la actividad turística. 1981 El 22 de mayo, se creó la Coordinación General del Sector Paraestatal Turístico y en ese mismo año surgieron las Coordinaciones Federales de Turismo, desapareciendo las Delegaciones Federales; con esto se fortalecían las actividades de coordinación en la materia, que realizaba el gobierno federal con los gobiernos estatales. 1982 Derivado de las reformas a la Ley Federal de Turismo del 8 de enero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento Interior de la Secretaría que consideraba en su estructura, una Subsecretaría de Recreación y Espectáculos, como resultado de los programas que promovían el derecho a la recreación para todos los mexicanos. 1983 Se incorporaron al dominio público de la federación, dos inmuebles que estaban al servicio de la Sectur; el Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) sito en Aristóteles 135 Col. Polanco, (Decreto del 23 de agosto) y el de Schiller

138 Col. Chapultepec Morales, según acuerdo presidencial del 20 de diciembre de ese año. 1984 Con fecha 6 de febrero se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la Ley Federal de Turismo que abrogó la promulgada el 15 de enero de 1980. Por Decreto Presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de abril, se destino al Gobierno del Estado de Morelos, el jardín borda, ubicado en la ciudad de Cuernavaca que hasta entonces había estado bajo el auspicio de la Sectur. El 23 de mayo por acuerdo presidencial desapareció el Consejo Nacional de Turismo, incorporándose a la Sectur, los programas y recursos de este organismo. El 6 de agosto, se publicó el Reglamento Interior correspondiente, considerando estas modificaciones en la estructura de organización de la Secretaría. 1985 Por acuerdo secretarial de delegación de facultades, el 2 de enero se determinó el número, ubicación, circunscripción territorial, atribuciones y actividades que llevarían a cabo las coordinaciones regionales y delegaciones federales de turismo, procurando la descentralización y modernización administrativa, para el mejor funcionamiento de la Secretaría en el interior de la República. El día 21 de ese mismo mes, se publicó el acuerdo por el que se reordenaron orgánicamente todas las unidades administrativas de la Sectur, a efecto de integrarlas bajo la dirección y coordinación de las Subsecretarías, la Oficialía Mayor y la Contraloría Interna, conforme a su ámbito de acción, siendo modificada la estructura de la dependencia, con la creación del Centro de Estudios Superiores en Turismo (CESTUR), como órgano desconcentrado, conforme al acuerdo del día 16 de junio publicado en el Diario Oficial de la Federación. 1986 Para dar cumplimiento a las instrucciones del gobierno federal en cuanto a

medidas de racionalización de la estructura y organización administrativa del sector público, en el Diario Oficial de la Federación del 20 de agosto se publicó el nuevo Reglamento Interior de la Secretaría, en el cual se eliminaron la Subsecretaría de Planeación y su Dirección General de Coordinación Paraestatal, reduciéndose de esta manera a 13 las 15 Direcciones Generales que existían en la estructura.

El 22 de septiembre se publicó el decreto por el que se reformó el Reglamento Interior y mediante el cual se facultaba al Oficial Mayor para establecer y operar el programa interno de protección civil para el personal e instalaciones de la dependencia. 1987 El 15 de julio se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el acuerdo por el cual se autorizó a la Secretaría de Programación y Presupuesto con la intervención de la Secretaría de Turismo, a modificar el contrato constitutivo del Centro de Convenciones y Espectáculos de Acapulco, quedando este bajo la administración del gobierno del estado de Guerrero. A efecto de llevar a un nivel óptimo las acciones de gobierno, originadas en las localidades del interior de la República, el 5 de octubre, se publicó un acuerdo por el cual se delegaban a las Coordinaciones Regionales y a las Delegaciones Federales de Turismo, las facultades para efectuar adquisiciones y contratación de servicios, cumpliendo de esta manera con la descentralización de actividades de la Secretaría. 1988 Al final de este año, la estructura orgánica de la Secretaría se encontraba de la siguiente manera: Una Secretaría, dos Subsecretarías, una Oficialía Mayor, una Contraloría Interna y 13 Direcciones Generales; además de incluir los siguientes órganos desconcentrados: 7 Coordinaciones Regionales de Turismo de las que dependían 27 Delegaciones Federales, 13 Representaciones de Turismo en el Extranjero y un órgano de apoyo directo al C. Secretario del Ramo, denominado Centro de Estudios Superiores en Turismo.

1989 El 15 de febrero se publicó en el Diario Oficial de la Federación, un nuevo Reglamento Interior en el cual se determinó la siguiente estructura de organización: una Secretaría; dos Subsecretarías: una de Operación y otra de Promoción y Fomento; una Oficialía Mayor; 8 Direcciones Generales; una Unidad de Comunicación Social; el Centro de Estudios Superiores en Turismo; 31 Delegaciones Federales y 13 Representaciones en el Extranjero. 1992 El 1o. de diciembre fue dictaminada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la modificación a la estructura básica de la Oficialía Mayor, creándose una nueva Dirección General y modificándose la denominación de la existente a esa fecha, quedando de esta manera autorizadas la Dirección General de Programación, Organización y Presupuesto y la Dirección General de Administración Operativa, a fin de facilitar y proporcionar un apoyo integral más eficiente a las unidades administrativas de la Secretaría. Las demás áreas continuaban con la misma estructura orgánica autorizada en 1989. El día 15 de abril, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto que establecía las bases para el Programa de Descentralización de las Funciones que realizaba la Secretaría de Turismo. 1993 El 1o. de febrero entró en vigor la nueva Ley Federal de Turismo, publicada el 31 de diciembre de 1992. La Secretaría a fin de estar en posibilidad de cumplir con las nuevas funciones que le fueron encomendadas, elaboró un proyecto de reestructuración, enviándolo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para su revisión y autorización. 1994 La dependencia globalizadora dictaminó favorablemente la estructura presentada, por lo cual, se publicó el nuevo Reglamento Interior de la Secretaría de Turismo en el Diario Oficial de la Federación el día 22 de

febrero, así como el acuerdo por el que se adscribieron orgánicamente las unidades administrativas de la Secretaría, quedando como nueva estructura orgánica básica la siguiente: • Oficina del C. Secretario de Turismo, de la cual dependían la Dirección General de Asuntos Jurídicos, la Unidad de Comunicación Social y el Centro de Estudios Superiores en Turismo; la Subsecretaría de Turismo Interno, anteriormente Subsecretaría de Operación, a la cual se adscribieron cuatro Direcciones Generales: de Turismo Interno, Coordinación y Enlace, Información y Auxilio al Turista y Capacitación y Educación Turística; la Subsecretaría de Promoción y Fomento, con tres Direcciones Generales adscritas denominadas: de Promoción para Norteamérica y Asia, de Promoción para Europa y Latinoamérica y la de Fomento. Así como las Representaciones de Turismo en el Extranjero. Finalmente, la Oficialía Mayor con sus dos Direcciones Generales: de Programación, Organización y Presupuesto y de Administración Operativa. Independientemente de lo previsto en el Reglamento Interior, y derivado del dictamen antes citado, el 7 de marzo se publicó un acuerdo secretarial, por medio del cual se adscribieron como puestos homólogos específicos, a la oficina del C. Subsecretario, la Unidad de Política Turística y a la del Subsecretario de Promoción y Fomento, la Unidad de Eventos. Asimismo, se crearon dos nuevas representaciones de turismo: una en Vancouver, Canadá y otra en Buenos Aires, Argentina, modificándose la circunscripción territorial de las ya existentes, emitiendo el Secretario el acuerdo correspondiente publicado en el Diario Oficial de la Federación el 11 de marzo y una aclaración el 16 de marzo. El 14 de noviembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el acuerdo por el que se reforman los artículos 2o. y 5o. del diverso que creó el Centro de Estudios Superiores en Turismo. La Secretaría de Turismo publicó en el Diario Oficial de la Federación el 12 de diciembre, el acuerdo por el que se decreta la publicación del Reglamento Interior de la Comisión Ejecutiva de Turismo.

1996 El día 17 de abril, las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y de Contraloría y Desarrollo Administrativo, dictaminaron favorablemente la reestructuración orgánica de la dependencia, asimismo, el 31 de mayo siguiendo con las disposiciones establecidas por las dependencias globalizadoras en el dictamen mencionado, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo Reglamento Interior de la Secretaría. La nueva estructura orgánica se fundamentó en tres grandes procesos: Desarrollo, Promoción y Servicios Turísticos, integrandose por un total de 295 plazas de mando, de las cuales 17 corresponden a la estructura orgánica básica, misma que se integró de la siguiente forma: • 1 Secretaría, dependiendo en línea directa de ella la Contraloría Interna, la Unidad de Comunicación Social, así como el Centro de Estudios Superiores en Turismo, en el ámbito desconcentrado. • 1 Subsecretaría de Desarrollo Turístico, con 2 Direcciones Generales: Política Turística y Desarrollo de Productos Turísticos. • 1 Subsecretaría de Promoción Turística, conformada con 2 Direcciones Generales: Mercadotecnia y Operación Promocional, dependiendo de esta última en el ámbito desconcentrado, las Representaciones de Turismo en el Extranjero. • 1 Unidad de Servicios Turísticos que contaba con 3 puestos homólogos de autorización específica, correspondiendo estos a las Direcciones Generales de: Servicios a Prestadores de Servicios Turísticos; Servicios al Turista y Desarrollo de la Cultura Turística. • 1 Oficialía Mayor con 2 Direcciones Generales, la de Administración y la de Asuntos Jurídicos. 1998 El 26 de enero se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se adscribió orgánicamente la Dirección General de Asuntos

Jurídicos al Titular de la Secretaría de Turismo. 1999 El día 19 de mayo, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de la Ley Federal de Turismo; como consecuencia de estas modificaciones, la Secretaría de Turismo, en el ejercicio de sus atribuciones en materia de promoción turística, nacional e internacional, sería auxiliada por la empresa de participación estatal mayoritaria de la Administración Pública Federal denominada "Consejo de Promoción Turística de México, S.A. de C.V." En octubre del mismo año, las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y de Contraloría y Desarrollo Administrativo dictaminaron favorablemente la propuesta por primera vez de la estructura orgánica del Consejo de Promoción Turística de México, S.A. de C.V., la cual tendría por objeto, planear, diseñar y coordinar en coadyuvancia con la Secretaría de Turismo, las políticas y estrategias de promoción turística a nivel nacional e internacional. 2001 El 4 de enero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto presidencial que reformó el Reglamento Interior de la Secretaría de Turismo, creándose la Subsecretaría de Política Promocional, quien tendría como propósito, establecer los lineamientos y políticas que orientarán y conducirán la participación de los diferentes sectores en materia de promoción turística, así como implementar los mecanismos de evaluación de impacto de estas; a esta Subsecretaría se le adscribieron la Dirección General de Coordinación Institucional, la Dirección General de Coordinación de Promoción Regional y la Dirección General de Asuntos Internacionales. El 22 de febrero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el acuerdo por el que se resectoriza el Fondo Nacional de Fomento al Turismo y las empresas del sector público en que dicho fondo tiene como participación accionaria mayoritaria, en el sector coordinado por la Secretaría de Turismo. El 15 de junio, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Reglamento Interior de la Secretaría de Turismo, mismo que abrogó los

publicados el 31 de mayo de 1996 y 4 de enero de 2001; creándose la nueva estructura orgánica cuyo propósito fundamental, radicará en posicionar a la actividad turística como eje estratégico del desarrollo nacional, partiendo de un programa de alineación de los procesos y de las actividades sustantivas de planeación, desarrollo de la oferta, operación de los servicios turísticos, promoción e inversión en materia turística, así como de un programa de innovación y modernización. Esta se conforma con un total de 244 plazas de mando de las cuales 18 corresponden a la estructura orgánica básica, misma que se integró de la siguiente forma: • 1 Secretaría dependiendo gráficamente la Unidad de Contraloría Interna, y en línea directa 3 Direcciones Generales: Asuntos Jurídicos, Asuntos Internacionales y Comunicación Social. • 1 Subsecretaría de Operación Turística, con 4 Direcciones Generales: Programas Regionales, Desarrollo de Productos Turísticos, Mejora Regulatoria y Desarrollo de la Cultura Turística. • 1 Subsecretaría de Planeación Turística, con 2 Direcciones Generales: de Información y Análisis, y Planeación Estratégica y Política Sectorial. • 1 Subsecretaría de Innovación y Calidad, con 3 Direcciones Generales: de Administración, Desarrollo Institucional y Coordinación Sectorial, y Servicios al Turista. • 1 Centro de Estudios Superiores en Turismo, en el ámbito desconcentrado. El 19 de junio, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se adscriben orgánicamente las Unidades Administrativas y órgano desconcentrado a que se refiere el Reglamento Interior de la Secretaría de Turismo.

Turismo en México El desarrollo del turismo moderno en México se puede analizar, como ocurre en el ámbito internacional, en tres periodos, el primero comprendido entre 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, hasta la introducción del jet en la aviación comercial en 1958; el segundo comprendido entre 1959 y 1970, cuando empieza la planeación de los centros turísticos de Cancún e Ixtapa; y el tercero a partir de 1973, cuando empieza la ejecución de estos centros y se observan los primeros resultados. Al terminar la guerra, la situación de la industria nacional empezó a deteriorarse debido a la caída de las exportaciones, particularmente aquellas destinadas al mercado estadounidense y el gobierno mexicano decidió desarrollar al país a través de la industrialización; sin embargo, hacían falta los capitales y las inversiones para impulsarla. De esta forma, Miguel Alemán fue el primero en ver el turismo como un fenómeno económico que podía permitir la obtención de las divisas necesarias para financiar la industria de la transformación. La “Declaración Turística” o “Carta Turística” dada a conocer durante su campaña presidencial en 1946, señalaba que el turismo nacional y extranjero serían útiles “….para desarrollar muchas zonas del país, elevar los ingresos de sus habitantes, estimular otras actividades económicas y dar vida a las regiones productivas” A Miguel Alemán se le considera el gran impulsor y constructor de esta actividad, ya que proyectó al exterior una nueva imagen del México contemporáneo. Durante su gobierno se impulsó significativamente la creación de los primeros polos turísticos, como Acapulco, Manzanillo, Mazatlán, Puerto Vallarta, Cabo San Lucas, Cozumel, Isla Mujeres, Veracruz, Mérida, Guadalajara y la Ciudad de México. Uno de los avances más importantes fue la promulgación de la primera Ley Federal de Turismo, en 1949. En ese tiempo, la política relativa al turismo estaba a cargo de la Secretaría de Gobernación, y para proporcionarle mayor dinamismo se creó la Dirección General de Turismo, que posteriormente se convertiría en el Departamento de Estado de Turismo. Posteriormente, Adolfo Ruiz Cortines durante su administración, fomentó la actividad turística de los nacionales como un vínculo para afianzar la identidad nacional, impulsando la construcción del sistema carretero para

aprovechar el desplazamiento y gasto de los viajeros en la mejora de las condiciones económicas de algunas regiones del país. Entre 1945 y 1957 se emprendieron acciones para dotar de infraestructura de acceso para el desarrollo del país, promocionar al turismo y facilitar los trámites migratorios para los visitantes extranjeros. En el aspecto de infraestructura terrestre se fortalecieron los tramos carreteros de MéxicoAcapulco, México-Veracruz, México-Guadalajara, México-Guanajuato, México-Cuernavaca, se concluyó la carretera Panamericana que va desde Ciudad Juárez hasta la frontera con Guatemala, se construyó la primera central de autobuses en Guadalajara y se creó la Comisión Mexicana de Caminos; en cuanto a la infraestructura aérea se mejoraron los aeropuertos de México, de Acapulco y de Tijuana; empezaron a operar líneas aéreas internacionales como Air France, KLM, Aerovías Guest y Pan Am, realizándose el primer vuelo comercial a Europa (México-Madrid) en 1948. El sector de alojamiento también sufrió un gran repunte. Mientras que en 1946 se contaba sólo con 4 mil 200 habitaciones, para 1958 eran ya 2 mil 998 hoteles y 82 mil 438 cuartos. Eugenio McDonald menciona que para satisfacer la demanda en continuo crecimiento, en ésta época se facilitó el financiamiento a inversionistas extranjeros y nacionales para desarrollar este sector y empezaron a operar cadenas hoteleras como la West Internacional y la Hilton. Además de lo anterior, en este periodo se establecieron los cimientos de la estructura turística institucional: en 1947 la Secretaría de Economía creó la Escuela Técnica Hotelera, que posteriormente se convertiría en la Escuela Mexicana de Turismo; en 1949 se creó la Comisión Nacional de Turismo y se promulgó la Ley Federal de Turismo; en 1957 se creó el Fideicomiso de Crédito (FOGATUR), encargado de impulsar la infraestructura turística; y en 1958 el Departamento Autónomo de Turismo. El segundo periodo del turismo moderno en México, que comprendió las administraciones de los presidentes Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, se caracterizó por fortalecer la identidad nacional incorporando a los atractivos turísticos la historia y cultura de México. Ambos mandatarios identificaron al turismo como un instrumento de apoyo económico complementario y reconocieron su importancia en la balanza de

pagos, además de que permitió crear empleos más fácilmente que la industria de la transformación. Para ambos presidentes, el turismo debía estar fundamentado en la promoción de las costumbres, el folklore, en la arquitectura y en las costumbres nacionales, por lo que cobró importancia la promoción internacional para ofrecer al visitante la historia, cultura y arte de México. Adolfo López Mateos afirmaba “hemos procurado mejorar la calidad de lo que se ofrece al turista; le brindamos nuestros museos, nuestras exposiciones, nuestras danzas, y la expresión de lo que somos …”[8]. Gustavo Díaz Ordaz de forma similar expresaba que “el turismo representa un ingreso muy importante de divisas, que contribuye al financiamiento del desarrollo económico y social de nuestro país. Pero además significa una cosa más trascendental, el medio de que el pueblo dispone para propalar el conocimiento del modo de de ser del mexicano, de sus virtudes, de su historia y de su arte….” De esta forma, las obras realizadas en este periodo fueron encaminadas a la edificación de museos y a la remodelación de atractivos de la cultura prehispánica y colonial. La construcción de infraestructura de acceso terrestre pasó de 28 mil 979 kilómetros pavimentados en 1960, a 41 mil 947 en 1970. De igual manera se registró un fuerte avance en la infraestructura de acceso aéreo ya que continuó la construcción de aeropuertos en las principales ciudades del país, se extendió el número de rutas nacionales y se inauguraron nuevas rutas desde Sudamérica para conectar vía México con la ciudad de Los Ángeles, California. Por lo que respecta a la hotelería, durante este tiempo se fortaleció la presencia de inversión extranjera, manejada principalmente por cadenas internacionales. Para 1964 el número de establecimientos había llegado a 3 mil 333, con un total de 92 mil 954 habitaciones, principalmente concentradas en los estados de Guerrero, Jalisco, Tamaulipas, Veracruz y el Distrito Federal. La promoción de México en el exterior, tanto en periódicos, revistas, carteles o medios audiovisuales, fue una de las acciones más importantes para acrecentar el flujo de los visitantes desde el exterior. Derivado de acuerdos y convenios internacionales, entre 1959 y 1964, el Departamento

de Turismo instaló 15 delegaciones en el extranjero, 12 en Estados Unidos, 2 en Canadá y una en Argentina. Sin embargo, el turismo comenzó a causar problemas, ya que el número de viajeros nacionales que visitaba otros países empezó a crecer en forma desmedida, al pasar de 63 mil en 1960 a 1 millón 165 mil en 1970, provocando un efecto muy negativo en la balanza de pagos del país, el gasto pasó de 40.5 millones de dólares a 191.4 millones, respectivamente. McDonald sostiene que en 1967, el Ejecutivo llegó a sugerir medidas de restricción a los viajes con la finalidad de limitar el flujo de los mexicanos al exterior, sin embargo fue criticado severamente por la prensa por atentar contra la libertad de los hombres a viajar libremente. Dentro de las acciones que fortalecieron el andamiaje institucional podemos señalar que en 1959 se crearon las Cámaras Nacionales de Turismo y la Confederación de Cámaras Nacionales de Turismo, para coordinar a los prestadores de servicios entre sí y con el gobierno federal; y se abrió la carrera de Técnico en Turismo en la Universidad Autónoma del Estado de México. En 1962 se dio a conocer el primer “Plan Nacional de Desarrollo Turístico”, pionero de su género en el mundo. Para 1965, se creó el órgano paraestatal de administración de aeropuertos, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), responsable de la operación de las terminales aéreas en el país. Durante este periodo además se modificó dos veces la Ley Federal de Turismo, se creó Los Ángeles Verdes, encargado de el auxilio vial en las carreteras federales, se otorgó asesoramiento en materia turística a los gobiernos de los estados, así como al sector privado y social, se publicaron el “Reglamento Interior del Departamento de Turismo” y el “Reglamento de Guías de Turistas, Guías Choferes y Similares”. A finales de la década de los sesenta inició la elaboración de los planos y proyectos del centro de desarrollo turístico de Cancún, lo que marcó el final del segundo periodo de desarrollo turístico moderno e inició el tercero. En los años de 1960 a 1970, los centros turísticos del Caribe y del sur de los Estados Unidos tuvieron un auge importante. Por ello México debió haberse dado cuenta de los cambios en la oferta turística global y debió haberse adaptado a las necesidades del mercado internacional, sin embargo en nuestro país esta situación no fue atendida. Al respecto Alfonso

Jiménez Martínez apunta que los cambios en el mundo no influyeron en la concepción que México tenía del turismo internacional, lo que a la postre afectó su desarrollo. Por otro lado, en Acapulco, el principal centro turístico en esos momentos, se empezaron a presentar problemas graves de deterioro ecológico debido fundamentalmente a su creciente saturación y la imposibilidad física de expansión. La tercera fase del turismo internacional moderno, a principios de los años setenta, coincide con un periodo de crisis económica mundial que se ve reflejada en la disminución de la corriente de los viajeros en el mundo. En México, durante las administraciones de Luis Echeverría y José López Portillo, se reorientaron las políticas turísticas hacia el mercado nacional para lo cual se apoyó la creación de organizaciones de turismo que promovieran la demanda interna y se publicaron declaratorias de Zonas de Desarrollo Turístico Nacional que buscaban impulsar el turismo doméstico. Hacia finales de los años sesenta, los tres principales centros turísticos internacionales eran Acapulco, Puerto Vallarta y Cozumel, pero al existir la intención de diversificar la oferta de centros costeros, se inició la planeación de Cancún, Ixtapa y Puerto Escondido, por lo que se obtuvieron créditos con el Banco Mundial y con el Banco Interamericano de Desarrollo. Así, el hecho turístico más importante del periodo fue el inicio de operaciones de estos nuevos centros turísticos, Cancún en 1975, e Ixtapa en 1978. El inicio de operaciones de Puerto Escondido fue hasta 1981, pero de manera incipiente. Aunque en esa época la apuesta fue por aperturas de nuevos centros turísticos para impulsar el desarrollo e integración de unas zonas de desarrollo nacional, algunos proyectos fracasaron y fueron suspendidos por problemas financieros o malos manejos, como el de Bahía de Banderas y el de Nayarit. Durante la administración de Luis Echeverría se amplió en forma considerable la labor de promoción del turismo nacional e internacional, aprovechando eventos como el IX Campeonato Mundial de Fútbol, celebrado en 1970, o el Festival Cervantino, que se celebró por primera vez en 1972. Además, derivado de los convenios bilaterales que se suscribieron aumentó el número de delegaciones de promoción en el extranjero. Para 1980 eran 18 establecidas en Estados Unidos, Japón, Argentina y Canadá.

Por otra parte, se llevaron a cabo acciones que consolidaron el andamiaje institucional, como la expedición de la Ley Federal de Fomento al Turismo 1974 que dispuso la fusión del Fideicomiso de Crédito (FOGATUR) y el Fideicomiso de Inversión en Infraestructura en el Fondo Nacional de Fomento de Turismo (FONATUR), como encargado de los aspectos de planeación y promoción de los desarrollos turísticos; creó la Comisión Intersecretarial Ejecutiva de Turismo para coordinar las dependencias del Ejecutivo que se relacionen con la actividad, y constituir empresas ejidales y comunales en las zonas de desarrollo turístico. También en 1974 se creó la Secretaría de Turismo, como órgano del poder Ejecutivo para aglutinar las acciones del sector y mejorar la coordinación de la actividad. En 1980 se expidió una nueva Ley Federal de Turismo donde se contemplaron las zonas de interés de desarrollo turístico como estrategia de diversificación de la oferta fundamentalmente dirigida al mercado interno. En cuanto a la infraestructura de acceso, se siguió apoyando la red aeroportuaria, pasando de 33 aeropuertos para vuelos de alcance corto en 1976, a 49 en 1981. Sin embargo, durante este periodo también dejó de apuntalarse significativamente el fortalecimiento de la red carretera. A principio de la década de los ochentas, aunado a la crisis del petróleo, la actividad turística sufrió nuevamente una caída principalmente por el decremento en el flujo de turismo extranjero. Otro de los problemas que se acrecentó fue la falta de coordinación entre los actores públicos y privados involucrados en la materia, por ello, se intentó reorganizar la actividad con la creación del Sistema Nacional de Planificación Turística (SIPLANTUR) cuyo objetivo fue racionalizar el desarrollo turístico del país. No obstante, Alfonso Jiménez apunta que la perspectiva que se tuvo para el desarrollo turístico no contempló algunas de las tendencias del turismo internacional y enfocó la promoción del turismo básicamente a la planeación física de los atractivos y a la expansión de la oferta de alojamiento, es decir únicamente se consideró la construcción de cuartos como una solución para la demanda futura del turismo, y se marginó a otros elementos que hacen posible la actividad, particularmente al transporte. Para los años ochenta, tomando en consideración las presiones del turismo internacional, se intentó cambiar la orientación de la política turística y de la

concepción de la comercialización para tratar de corregir gradualmente el desequilibrio que se había presentado entre la oferta y la demanda, así como para nivelar la balanza turística. Sin embargo, el énfasis de la expansión física tuvo más peso que la instrumentación de una comercialización efectiva que permitiera la explotación de toda la planta turística con que se contaba y diversificar el uso desmedido de los centros turísticos básicos. Durante la administración de López Portillo, entre 1976 y 1982, se logró la sede del Centro Internacional de Estudios Superiores de Turismo, dependiente de la Organización Mundial de Turismo; se facultó a la Secretaría de Hacienda para otorgar estímulos fiscales en inversiones turísticas; se organizó el inventario turístico nacional; y se creó el Banco Nacional de Turismo. Durante la gestión de Miguel de la Madrid, se iniciaron las obras de infraestructura en las Bahías de Huatulco, concebido como un nuevo polo para promover el desarrollo de la región y estimular la economía del estado de Oaxaca, además de obras de consolidación en Cancún, Ixtapa, San José y Loreto y se puso en marcha el programa de remodelación del Acapulco tradicional. Durante esa administración se cancelaron varios de los programas que habían iniciado en el sexenio anterior como el Centro de Estudios Superiores en Turismo y el Banco Nacional de Turismo; y se autorizaron los vuelos charter, lo que promovió un fuerte despegue de esta actividad. Esta autorización y el impulso al financiamiento de la oferta hotelera nacional, en opinión de Miguel Torruco, son tal vez unas de las acciones más importantes en la materia que se realizaron en ese periodo. El continuo desarrollo de los atractivos turísticos del Caribe, así como la diversificación y promoción de los principales destinos en el sur de los Estados Unidos, provocaron que el producto turístico mexicano perdiera competitividad. Estos mercados desarrollaron productos orientados a captar turistas que buscan destinos de playa o circuitos que incluyen diversos atractivos turísticos. En el periodo comprendido entre 1985 y 1994, el crecimiento anual del turismo extranjero que visitaba nuestro país fue del 3.3% anual, mientras que en Estados Unidos fue del 6.6% y en el Caribe del 6.2%. La desaceleración del crecimiento anual del turismo proveniente de Norteamérica resulta muy significativa, ya que históricamente este ha sido el

mercado más importante para México. Para el periodo 1985-1990 el crecimiento anual del turismo proveniente de los Estados Unidos fue de 9.6%, para el periodo 1990-1994 fue apenas de 1.9%. El gobierno de Ernesto Zedillo nuevamente reconoció la importancia del sector turístico y su impacto en el desarrollo regional, en términos de generación de empleos y derrama económica en zonas que concentran alta captación de turistas. Así, se determinaron acciones para potenciar los centros turísticos más importantes, tales como aquellos integralmente planeados por FONATUR; los destinos de playa tradicionales; las ciudades fronterizas de Tijuana y Ciudad Juárez; las grandes ciudades como México, Guadalajara y Monterrey; la región del mundo maya y las ciudades coloniales. Además, se reconoció la pérdida de posicionamiento que se tenía en relación con los principales competidores del Caribe y los Estados Unidos, por lo que se intentó fortalecer la competitividad del producto turístico mexicano, se incorporaron conceptos como “sustentabilidad”, se promovieron prácticas de cuidado de los recursos naturales y del medio ambiente y se diversificó la oferta articulando circuitos y corredores a partir de los destinos principales, mejorándose la infraestructura y los servicios existentes. Para la década de los noventa la red carretera presentaba un retraso muy grande. Por esta razón se implementaron esquemas de participación privada con la posibilidad de cobro de peaje, lo que amplió la cobertura de carreteras de cuatro carriles, pasando de 4 mil 802 km en 1989 a 9 mil 562 km en 1996, permitiendo un nuevo impulso al turismo doméstico. En los últimos 60 años, el turismo se ha identificado como impulsor del desarrollo nacional, principalmente como generador de divisas y de empleos e impulsor del progreso regional. Si observamos al turismo como generador de divisas, podemos distinguir tres etapas, la primera que va hasta 1971, donde se aprecia un continuo crecimiento en los ingresos por turismo que llegan a representar para ese año el 45% de los ingresos de la cuenta corriente; una segunda etapa que va desde 1972 hasta 1982, en que empieza una caída en el porcentaje de aportación debido principalmente a los ingresos por petróleo. Aunque los ingresos por turismo siguen siendo significativos, para 1982 representaban sólo el 10%. Una tercera etapa se puede observar a partir de 1982 y hasta 1992, donde el turismo permanece casi constante aportando alrededor del 10%, debido principalmente a las

aportaciones de la industria manufacturera. En 1999 los ingresos por turismo representaron solamente cerca del 5% de los ingresos en la cuenta corriente. Hoy día, el turismo en nuestro país enfrenta una serie de problemas que se caracteriza principalmente por una marcada dependencia de los visitantes provenientes de Estados Unidos y del segmento de sol y playa; una participación del turismo nacional de internación sin políticas de fomento para utilizar la capacidad instalada en periodos de reflujo o baja demanda; un desarrollo turístico que se limita a centros de sol y playa; una sobreoferta en los destinos principales que originan impactos ambientales negativos, crecimientos urbanos con carencia de servicios públicos e inadecuados niveles de atención al turista, entre otros.

UNIVERSIDAD DE LOS ALTOS DE CHIAPAS

NOMBRE: BALDEMAR EMMANUEL ZENTENO HERNANDEZ

MATERIA: LEGISLACION TURISTICA II

SEMESTRE: 8

LICENCIATURA: ADMINISTRACION DE EMPRESAS TURISTICAS

SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS CHIAPAS A 9 DE FEBRERO DE 2013