Libro 6 LA TEORIA DEL CAMPO Y_ LA PERSONALIDAD LEWIN INTRODUCCION A menudo, ciencias antiguas como la física y la qu
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Libro
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LA TEORIA DEL CAMPO Y_ LA PERSONALIDAD LEWIN
INTRODUCCION A menudo, ciencias antiguas como la física y la química han influido el curso de otras más jóvenes,
mania para buscar a su familia y arreglar sus asun-
de pensar y concebir los fenómenos naturales. A
Durante dos años (1933-1935), fue profesor de psi-
por ejemplo, la psicologia, proporcionóndoles modos
medida que en física y en química se desarrollan nuevos puntos de vista, resulta casi inevitable, debido a la unidad básica de las ciencias, que sean
aprovechados por_las ciencias menos maduras y aplicados en sus dominios especificos. Por lo tanto, no
es sorprendente que el concepto de campo, elaborado por la física a partir de los trabajos de Faraday, Maxwell y Hertz sobre campos electromagnéticos, realizados durante el siglo pasado, y su culminación en nuestra época con la importante teoría de la relatividad de Einstein, haya hecho impacto sobre el pensamiento psicológico moderno. Se debe señalar, empero, como lo hace Deutsch (1968), que lo
que se incorpora a la psicología es el método de representación de la realidad y no los verdaderos conceptos y hechos físicos en sí. La primera manifestación importante de la influencia de la teoria física del campo sobre la psicología aparece con el movimiento que, conocido
como psicología de -la Gestalt, iniciaron los psicólo-
gos alemanes Max Wertheimer, Wolfgang Kahler
y Kurt Koffka, en los años inmediatamente anterio-
res a la Primera Guerra Mundial. El principio fundamental de la psicología guestáltica sostiene que
cada objeto es percibido de una manera determinada el por el contexto —o la configuración— total en que está incluido; la percepción está determmada por las relaciones entre los componentes de'un cam-
fijas po perceptual, más que por las características
de cada componente particular. Kurt Lewin trab/aíójonWertheimer "y. Kiíhler en la Uniféíáidád'de Berlín, durante los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Nacido en de PmSia en 1890, concurrió a las universidades 1914. en Freiberg, Munich y Berlín, doctorándose años en el Luego de haber servido durante cuatro ejército alemán, retornó a la Universidad, de Berlín
como profesor y ayudante de investigación del Instituto de Psicología, y en 1926 fue designado profesor de filosofia y psicología. Cuando Hitler asumió
el poder, Lewin era profesor invitado en la Universidad de Stanford; regresó por poco tiempo a Ale-
tos, y estableció luego su residencia, con carácter permanente, en los Estados Unidos de América.
cología infantil en la Universidad de Cornell, antes de ser llamado por la Universidad de Iowa para desempeñarse como profesor de psicología en la Child Welfare Station. En 1945 aceptó los cargos de profesor y director del Centro de Investigaciones
de Dinámica de Grupo en el Instituto Tecnológico
de Massachusetts. Falleció en Newtonville, Masm-
chusetts, el 12 de febrero de 1947, a los cincuenta y seis años de edad. Lewin ha sido considerado por muchos de sus colegas como una de las más brillantes figuras de la psicología contemporánea (G. W. Allport, 1947; Tolman, 1948). Tanto sus obras teóricas (Lewin, 19353, 1936a, 1938, 1951) como su trabajo experimental han dejado una huella indeleble en el desarrollo de la psicologia. Lewin fue quien inició y condujo la aplicación de la teoría del campo a todas las ramas de la psicología. Esa teoría no constituye, a su criterio, un nuevo sistema limitado a un con-
tenido especifico, sino un conjunto de conceptos por medio de los cuales es posible representar la realidad psicológica (1936a, págs. 6-7); estos concep-
tos han de ser suficientemente amplios como para posibilitar su aplicación a toda clase de conductas y, al mismo tiempo, suficientemente especificos como para representar a una persona definida en una situación concreta. Lewin también definió la teoría
del campo como un “método para analizar relaciones causales y para estructurar constructos cientificos” (1951, pág. 45).
Las principales características de la teoría lewi-
niana del campo pueden ser resumidas de la siguiente manera: 1) la conducta es una función del
campo existente en el momento en que aquélla tiene
lugar; 2) el análisis comienza considerando la
situación como un todo a partir del cual se diferen-t
cian las partes componentes, y 3) la persona con-
creta en una situación concreta puede ser matemáticamente representada. Lewin destaca, asimismo, la presencia de las fuerzas fibïaïeïïtïïoo‘ñlo deter-
minantes de la conducta y expresa su preferencm
180
CALVIN S. HALL Y GARDNER Lm'DZEY
por la descripción psicológica del campo en oposi-
ción a la física o fisiológica; define el campo como “la totalidad de los hechos coexistentes concebidos como mutuamente interdependientes” (Lewin 1951, pág. 240).
alización del tipo de estudios conocido como inves.
tigación activa, cuyo objetivo es el cambio de las
condiciones sociales. Diversos ejemplos de este tipo
de investigación, realizados por Lewin y sus cola.
Los conceptos de la teoría del campo han sido
boradores se hallarán en Bavelas y Lewin (1942) , y en Lewin (1943, 1946, 1947, 1948).
menos psicológicos y sociológicos: la conducta del lactante y del niño (Lewin, 1951, capítulo X), la adolescencia (1951, capítulo VI), la debilidad men-
la teoria lewiniana de la estructura, la dinámica el desarrollo del individuo. Consideraremos también el ambiente psicológico, ya que la persona y su am.
aplicados por Lewin a una gran variedad de fenó-
tal (1935a, capitulo VII), los problemas de los grupos
minoritarios (1935b, 1946), las diferencias de tipo nacional entre los caracteres (1936b), y la dinámica
de grupo (Lewin, 1948). Lewin, como tantos otros
teóricos de la personalidad, no fue un pensador encerrado en una torre de marfil, ajeno a los problemas del mundo. Hombre de profundos sentimientos
humanitarios y defensor de los valores democráticos, procuraba, de modo bastante directo, aliviar algunos
de los problemas de la humanidad mediante la re-
En este volumen dedicaremos nuestra atención a
biente son regiones interdependientes del espacio vital, término que Lewin emplea para designar el
campo psicológico total. No analizaremos aquí los campos de influencia de la investigación y de la dinámica de grupo que Lewin patrocinó. Deutsch (1968) trató este aspecto del pensamiento de Le-
win, y Gerard y Miller (1967) supervisaron la in-
vestigación en el ámbito de la dinámica de grupo. La dinámica aplicada al grupo es el tema del libro
de Schein y Bennis (1965).
CAPÍTULO 1 -
ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD El primer paso que requiere la definición de la
persona como concepto estructural es representarla
como una entidad separada de toda otra cosa del
mundo, separación que es posible concretar mediante palabras, según ocurre en las definiciones de los diccionarios —por ejemplo, una persona es un ser humano individual (Webster)— o mediante una representación e5pacial de la persona y, puesto que las representaciones espaciales, a diferencia de las definiciones verbales ordinarias, pueden ser trata-
das matemáticamente, Lewin opta por ellas para
la definición de sus conceptos estructurales con el propósito de matematizarlos desde el comienzo. La
decisiva superioridad de tal tipo de arbitrio cienti-
fico se funda, de acuerdo con Levvin, en el hecho
de que, en tanto existe la probabilidad de que las definiciones verbales resulten inexactas y ambiguas, las representaciones matemáticas exigen formulaciones precisas. Estas representaciones, además, pueden revelar, mediante la realización de diversas
operaciones matemáticas, importantes informaciones y facilitar la resolución de incógnitas, la determinación de ecuaciones racionales que conecten los di-
ferentes conceptos y la formulación de relaciones funcionales. Por otra parte, las palabras sólo condu-
cen a más palabras, mientras las matemáticas cons-
tituyen, según subraya Lewin, el lenguaje propio
del discurso científico, aun cuando la mayoria de la
gente no está familiarizada con el tipo de matemá-
La separación de la persona del resto del universo se expresa mediante el dibujo de una figura cerrada, cuyo contorno define los limites de la entidad denominada persona: cuanto existe dentro de tales lí-
mites es P (la persona), cuanto está fuera de ell_o_s
es no-P. En tanto se trate de una figura totalmente cerrada, el hecho de que sea un círculo, un cuadra-
do, un triángulo, un octógono, o una forma irregular
cualquiera, no implica diferencia alguna.
Antes de proseguir, hemos de considerar qué se conceptualiza mediante la representación de la persona como una figura cerrada: puesto que ni el ta-
maño ni la forma son, considerados como absolutos, pr0piedades relevantes de la representación, el único aspecto significativo de la figura 1 es el hecho de que describe un área completamente cerrada 'dentro de otra mayor. De este modo, mediante el dibujo de un circulo sobre un papel, hemos conceptualiza-
do dos propiedades de la persona: 1) su separación del resto del mundo por medio de un limite continuo, es decir, la diferenciación, y 2) su inclusión en un área más amplia, es decir, la relación parte-
todo. En resumen, la persona es representada como
separada de una totalidad mayor y, simultáneamente, incluida dentro de ella; tal concepción no carece
de sentido común, ya que tanto la piel como la
vestimenta del individuo, por ejemplo, constituyen
límites visibles que lo separan del universo, más
tica que él emplea para representar sus conceptos psicológicos. Debido a su carácter no métrico y a
vasto, en el que se mueve y del cual es, evidentemente, parte.
minos no euclidianos, la matemática de Lewin está
EL AMBIENTE PSICOLOGICO
conexiones y las intercomunícaciones entre regiones
Si estuviéramos interesados únicamente en la persona y no en el mundo del que forma parte, podríamos concentrar nuestra atención sólo en las prOpiedades del área circunscripta por el circulo e ignorar el limite y cuanto existe más allá de él. Tal proceder,
su descripción de las relaciones espaciales en tér-
destinada, esencialmente, a representar las inter€8paciales, sin considerar su tamaño ni su forma.
sin embargo, inlplicaria soslayar las importantes in-
No-P
No-P
teracciones que tienen lugar entre la persona y su ambiente. El róximo paso para representar la realidad psicol gica consiste, pues, en dibujar otra figura mcerrada, mayor que la de la persona, y que lacondos estas satisfaga cluye; en tanto esta figura
182
CALVIN S. HALL Y GABDNEB LINDZEY
diciones, su forma y su tamaño carecen de importancia. Para esta representación, Lewin prefiere una
figura aproximadamente elíptica. Aún existe otro
requisito: la nueva figura no puede compartir en
medida alguna los limites del circulo que representa a la persona; es imprescindible que exista un esPacio libre entre los límites de la persona y los de la figura mayor. Por lo demás, el círculo puede ser ubicado en cualquier lugar dentro de la elipse; en
emplea a través de un territorio poco familiar, per-
mitiéndole conocer nuevos hechos acerca de la re. alídad. EL ESPACIO VITAL Si bien hemos comenzado con la persona, a la que
posteriormente rodeamos de un ambiente psicoló-
gico, hubiera sido más apropiado, de acuerdo con la regla de Lewin, avanzar desde lo general hacia
lo particular, es decir, partir del eSpacio vital y diferenciar en él la persona y el ambiente, ya que, en
No psicológico _A
®
A No psicológico
P + A = Espacio vital V Figura 2
efecto, el espacio vital constituye el universo del psicólogo, el todo de la realidad psíquica: contiene la totalidad de los baches posibles capaces de determinar la conducta de una persona; incluye todo
cuanto es necesario conocer para comprender a un
individuo concreto en un ambiente psicológico y en un momento determinado. La conducta es una función del espacio vital: C = F (V). “La tarea de la psicologia dinámica es derivar unívocamente la conducta de un individuo dado de la totalidad de
cuanto al tamaño relativo de cada una de las formas respecto de la otra, carece de importancia. los hechos psicológicos que existen en el eSpacio Disponemos, ahora, de un círculo encerrado en Zvital en un cierto momento” (Lewin, 1936a). una elipse (figura 2), a la que, empero, no toca: El hecho de que el eSpacio vital está rodeado la región comprendida entre ambos perímetros es por el mundo físico no significa que sea parte de ese el ambiente psicológico: A; el área total dentro de mundo (figura 3); antes bien, el espacio vital y el
la elipse, incluido el círculo, es el espacio vital, V;
el eSpacio exterior .a‘ la elipse, que representa los
a‘Spectos no psicológicos del universo, será denomi-
nado, por razones ,de conveniencia, el mundo fisico, aun cuando no está restringido a los hechos físicos, ya que también existen hechos sociales -—entre otros— en el mundo no psicológico. Si bien este simple ejercicio de dibujar figuras
puede parecer intrascendente, resulta absolutamente
indispensable para comprender y evaluar la teoría de Lewin, quien sostiene que es esencial comenzar
con un cuadro global de la realidad psicológica -un
cuadro cuya validez general ha de ser la mayor po—
que está más allá de él son regiones separadas y
diferenciadas de una totalidad más amplia. La posibilidad de que esa totalidad mayor, el universo, sea finita o infinita, caos o cosmos, no interesa a la psicología, excepto en un aSpecto sumamente importante: los hechos que tienen lugar en la región Corteza externa
Espacio vital
sible— para proceder luego, paso a paso, a diferen-
ciar, a partir de ese amplio panorama, los detalles
mediante los cuales se podrá alcanzar una clara comprensión de la situación psicológica concreta:
a su criterio, cuando el cuadro general de la realidad psicológica es inexacto, el otro, más ' detallado, no puede ser correcto.
El círculo-dentro-de-la-elipse no es tan sólo una ilustración o un recurso destinado a la enseñanza,
sino una fiel representación de los conceptos estructurales má-s generales de la teoría de Lewin, a saber: la persona, el ambiente psicológico y el es-
pacio vital. En efecto, es el mapa o la representación conceptual de la realidad, cuya función, como la
de cualquier mapa, consiste en orientar a quien lo
Corteza externa
Piar-3
exterior y adyacente a los limites del espacio vital,
“la corteza externa del espacio vital”, según la Cle-
nominación de Lewin, pueden materialmente m-
fluir en el ambiente psicológico; es decir, los heclIOS
no psicológicos están en condiciones de modlficïfl'
los hechos psicológicos y, en efecto, lo hacen. Len
la cor ha sugerido que el estudio de los hechos de
teza externa sea denominado “ecología psmOlÓglca
183
LAS GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
(1951, capítulo VIII). Puesto que los hechos existentes en los límites del espacio vital contribuyen a
la determinación de qué es posible y qué es impo-
sible, qué puede suceder y qué no en el espacio vital, establecer la naturaleza de esos hechos es el primer paso de la investigación psicológica. En efecto, éste fue el procedimiento de Lewin en su investigación de los hábitos alimentarios del ser humano y los posibles modos de modificarlos (1943; 1951, capítulo VIII). Asimismo, los hechos del ambiente psicológico pueden producir cambios en el mundo físico. Puesto
que entre ambos dominios existe una doble comu-
nicación, se dice que el límite entre ellos, más se-
mejante a una membrana permeable que a una pa-
red o una barrera rígida, está dotado de la propiedad de penneabílidad. Debemos señalar, entre parénte-
sis, que el mundo fisico no puede comunicarse di-
rectamente con la persona, ni la persona con el
Antes de considerar la naturaleza de tal influencia, debemos realizar todavía una diferenciación
‘dentro de ambas estructuras: la de la persona y la del ambiente.
LA PERSONA DIFERENCIADA Hasta aquí, la persona ba sido representada mo-
diante un círculo vacío, lo oue resultaría anmpíadn si la perSOna fuera una unidad perfecta; sin embar— go, no lo es: según Lewin, se trata de una estructura heterogénea, no homogénea. subdividida en sectores
distintos aunque intercomunicados e interdependien-
tes. En consecuencia, se debe dividir en zonas la
superficie del círculo. En primer término, se procede a la división de la persona en dos partes. mediante el trazado de un círculo concéntrico dentro del
mundo físico; un hecho debe existir en el ambiente psicológico antes de que le sea posible influir sobre la persona o ser influido por ella; esto es evidente en el diagrama que pinta a la persona totalmente rodeada por la región del ambiente psicológico. La existencia de un límite permeable entre el espacio vital y el mundo físico tiene un significado de largo alcance. Puesto que un hecho del mundo no psicológico puede cambiar radicalmente el curso total delos acontecimientos que ocurren en el espacio vital, la predicción surgida del solo conocimiento de las leyes psicológicas es por lo común inútil; no se podrá estar seguro por anticipado de que ningún hecho de la corteza externa no ha de
mayor, hasta ahora vacío: en tanto la superficie
todo el ambiente psicológico. Sabido es que un encuentro al azar, un inesperado llamado telefónico, un accidente automovilístico, pueden cambiar el curso de una vida, y en consecuencia, según señala
una unidad ya que, por lo común, sólo puede eje-
transponer los límites del eSpacio vital y tra-stornar
Lewin, resulta más factible para el psicólogo tratar
de comprender la concreta situación momentánea,
describiendola y explicándola en función de la teoría del campo, que intentar la predicción de la conducta de una persona en algún momento futuro. Hay otra propiedad del espacio vital que debe ser considerada: aunque rodeada por su ambiente psicológico, la persona no constituye una de sus ' Píll‘teS, ni está incluida en él. El ambiente psicoló8100 concluye en el perímetro del círculo, del mismo modo que el mundo no psimlógico concluye en el perímetro de la elipse; sin embargo, ‘ también el límite entre la persona y el ambiente es permeable y,
P01" 10 taIIÍO, los hechos ambientales pueden influir SObre la persona, P = H (A), y, a su vez los hechos pïlgïnales
pueden influir sobre el ambiente,
comprendida entre los perímetros de ambos círculos representa la región perceptivombtriz (P - M), la
superficie central, es decir, la del círculo interior,
representa la región personal interna (l’ - I), que,
totalmente rodeada por el área perceptivomotriz,
no tiene contacto directo con el límite nue separa a la persona del ambiente (figura 4). En segundo término, la región personal interna ha de ser dividida en células (figura 5), de las que distinguimos dos tipos: las periféricas, p, adyacentes a la región perceptivomotriz, y las centrales, c, en el. centro del círculo. Con reSpecto a la diferenciación del área perceptiv'omotriz en regiones menores, Lewin no es explícito; considera que el sistema motor actúa como
cutar una acción por vez. En cuanto al sistema per—
ceptivo, en general funciona de modo similar, unificadamente: una persona sólo puede percibir y prestar atención a una cosa por vez. Es Obvia, sin
embargo, la necesidad de separar ambos sistemas,
ya que son independientes entre si.
Percuptivg
Motor
Figura 4
Figura 5
184
CALVIN S. HALL Y GARDNER LINDZEY
Aunque Lewin no especifica cómo será concep-
tualizada espacialmente esta separación, adopta, al
parecer, la solución —tal vez la mejor— de no estructurar el sistema perceptivomotor, considerando que, cuando la influencia se dirige desde el ambiente hacia la persona, la región que rodea la esfera personal-interna representa procesos percepti.vos, y la misma región, cuando la influencia se
nes relativas, tanto de las subregiones ambientales
como de las regiones de la esfera personal interna,
Un análisis estructural completo y exacto revela la
totalidad de los hechos psicológicos posibles en una
situación momentánea; el análisis dinámico, tema de la siguiente sección de este volumen especifica
cuál de los hechos posibles ha de determinar real. mente la conducta.
dirige desde la persona hacia el ambiente, repre-
senta lo motor. Tal enfoque coincide con el del sentido común, según el cual la entrada [input] implica
la percepción, y la salida [out-put], acción motriz. Disponemos ya de una exacta representación con-
ceptual de la estructura de la persona, definida como una región diferenciada dentro del eSpacio vital; consideremos ahóra el ambiente psicológico. EL AMBIENTE DIFERENCIADO
Un ambiente homogéneo o no diferenciado seria
CONEXIONES ENTRE LAS REGIONES
La persona diferenciada por el ambiente diferen.
ciado constituye ahora la representación del eSpacio vital. Tal diferenciación ha sido establecida mediante el trazado de una serie de líneas que, si bien
delimitan las regiones, no representan barreras in-
franqueables destinadas a dividir a la persona y el
ambiente en regiones independientes y desconecta-
das. Hemos señalado ya que la permeabilidad es
una de las propiedades de los límites y, en consecuencia, el espacio vital consiste en una red de sis-
aquel cuyos hechos, en su totalidad, influyeran por
temas intercomunicados.
tendría perfecta libertad de movimientos, ya que no encontraría barreras capaces de impedirlos. Evidentemente, semejante libertad total de movimiento no representa el verdadero estado de cosas y, por
nectadas? A fin de re5ponder a esta pregunta, su-
igual sobre la persona; en tal ambiente, la persona
¿Qué significa decir que las regiones están co-
pondremos que cada una de las subregiones del
lo tanto, es necesario ‘subdividir el ambiente en re-
ambiente contiene un hecho psicológico y que el mismo hecho no aparece sino en una región por vez. (El empleo que Levvin hace del término hecho
tica a la diferenciación de la persona; no requiere
un hecho no es tan sólo una cosa observable, como una silla o un partido de fútbol, sino también algo
giones parciales (figura 6). ' La diferenciación interna del ambiente no - es idén-
la especificación de diversas clases de regiones ambientales: nada hay en el ambiente que sea comparable con el estrato perceptivomotor o la esfera personal interna; todas sus regiones son semejantes. En consecuencia, si bien cualquier modelo de entrecruzamiento de lineas podrá servir a nuestro propósito, hemos de señalar que, si se aspira a la com-
r’Vb Figuras
prensión de la conducta, es imprescindible conocer,
en la representación concreta de una persona par“
ticular en una situación psicológica concreta y en
un momento dado, el número exacto y las posicio-
en este contexto puede parecer extraño: para él,
que, no directamente observable, puede ser inferido de algo que si lo es; existen, en suma, hechos
empíricos o fenoménicos y hechos hipotéticos o di-
námicos. Toda cosa sentida o inferida es, a su juicio, un hecho; un acontecimiento es, en cambio, el resultado de la interacción de varios hechos: en tanto la silla y la persona són, cada uno por si, hechos, una persona que se sienta en una silla constituye
un acontecimiento.) Se dice que dos regiones están conectadas cuando existe comunicación entre un hecho de una de ellas y uno de la otra; POT ejemplo, la persona está conectada con el ambiente
cuando un hecho del mismo puede alterar, modifi-
car, desplazar, magnificar o minimizar ciertos hechos dentro de ella: el ambiente puede produCÏI cambios sobre la persona y viceversa. Lewin dice, también, que dos regiones están conectadas cuando los hechos de una de ellas son accesibles para 105 de la otra; la accesibilidad es 'la contraparte GBP” cial de la influencia.
Nuestro problema inmediato es, entonces, cómo representar el grado de influencia o accesibilidad
existente entre las regiones. Los modos de lograrlo son varios: uno de ellos consiste en ubicar las 1'9' giones estrechamente unidas cuando la influencia
LAS GRANDES Teonías DE LA PERSONALIpAD
185
de una sobre la otra es grande (figura 7), y muy
influencia alguna sobre aquél. El único modo de
el número de regiones interpuestas entre A y B re-
consiste en dos dibujos: en uno de ellos, la linea
distantes cuando la influencia es débil (figura 8);
presenta el grado de su mutua influencia. Tal tipo de representación puede ser denominado dimensión
cercanía-lejanía. Por ejemplo, entre una región profundamente ins-
cripta en la parte central del estado personal inter-
KFHN B
A
Figura 7
límite será fina, en el otro, gruesa; puesto que la
influencia de A sobre B comporta una situación psicológicamente distinta de la que configura la influencia de B sobre A, tal representación es, conceptualmente, correcta.
\
A
uhf/
representar semejante diferencia de accesibilidad
EL???
n
/
\ Figura 8
no y el área perceptivomotríz puede mediar una
distancia de varias células; en tales circunstancias,
un hecho ambiental no alcanzará la remota región central sino con gran dificultad y, de modo similar,
un hecho de la región central tendra escasa o ninguna comunicación con el ambiente: serán relati-
vamente independientes entre sí. En cambio, una región periférica de la esfera personal interna, adjunta al sistema perceptivomotor, puede ser verdaderamente accesible para los hechos ambientales. Dos regiones pueden estar muy cerca una de otra, compartir incluso el límite común y, sin embargo, no influirse o ser accesibles entre sí en medida alguna; el grado de conexión o interdependencia depende no sólo del número de los límites que han de ser atravesados, sino, también, del poder de la
resistencia ofrecida por cada límite: si la resisten-
cia es muy fuerte, aun cuando las regiones estén
muy próximas, su influencia recíproca será suma-
mente escasa; dos regiones podrán estar situadas a
gran distancia una de otra y ejercer, sin embargo, considerable influencia mutua si todos los límites que se interponen entre ambas son muy débiles.
El eSpesor de la línea representa la resistencia de u.“ ¡Imite o su permeabilidad: en tanto la línea muy
fina representa un límite débil, la línea muy gruesa rf‘zpresenta un limite impermeable (figura 9); tal t¡PO de representación puede ser denominado di-
mensión ¡imitan-debilidad.
Figura 9
Figura 10
Existe una tercera forma de representar las interconexiones entre regiones, sobre la consideración de la naturaleza del medio de cada región, el cual consiste en la calidad de su suelo o superficie. Lewin ha distinguido varias pr0piedades del medio, entre las cuales la principal es la dimensión fluidez-
rigidez: en tanto el medio fluido, flexible y blando,
responde rápidamente a cualquier influencia ejer-
cida sobre él, el medio rigido, duro e inflexible, sc
resiste al cambio (figura 10). Por ejemplo, dos regiones separadas por otra cuya superficie sea extre-
madamente rígida, no podrán comunicarse entre si;
la situación resultará análoga a la de quien pretende atravesar un pantano o abrirse camino a través de una espesa maraña. Mediante el uso de conceptos como los de cer-
canía-lejanía, firmeza-debilidad, y fluidez-rigidez, la
mayoría de las interconexiones posibles en el espacio vital son representables.
He aquí algunos ejemplos concretos. En la figu. ra 11, el límite del espacio vital es grueso, y fino en la figura 12: la primera describe una situación
Espteio 'vit'nl
Espacio vital
Figura ll
Figura 12
N0 siem pre un límite es igualmente permeable
e ambos lados. En efecto, es posible que un heoho de la región A influya sobre otro de la región
’ Y que éstE, en cambio, no ejerza prácticamente
186
CALVIN S. HALL Y CARDNER LINDZEY
Se debe tener en cuenta que estos dibujos repre-
sentan situaciones momentáneas, en las que no em.
O
E
O
E
te nada fijo o estático: se hallan en constante cam. bio, resultante de la acción de las fuerzas dinámi. cas. En consecuencia, es imposible caracterizar de tal o cual modo a la persona reSpecto de lapso al.
guno: un límite firme puede disolverse súbitamente y un límite débil, tomarse fuerte; regiones muy
Figura 13
Figura 14
en la cual el mundo exterior ejerce escasa influencia
sobre el esPacio vital, y viceversa; la persona, ence-
rrada en su ambiente psicológico, no tiene sino un
minimo contacto con la realidad física; se trata, pro-
bablemente, de un esquizofrénico cuyo deterioro es
considerable, o bien de alguien que duerme, y sue-
ña. La figura 12, en cambio, describe la situación
exactamente opuesta: el espacio vital y el mundo
exterior están estrechamente conectados; los cambios en el mundo exterior afectan el estado del espacio vital y viceversa; se trata de una persona cuyo ambiente psicológico armoniza en alto grado con el mundo físico, ya que el menor cambio experimentado por la corteza externa se refleja inmediatamente en dicho ambiente. A su vez, las figuras 13 y 14 muestran a una persona inaccesible y una accesible: la primera, firmemente aislada de su ambiente por un sólido muro; la segunda, realizando libres y fáciles intercambios con el ambiente pácológico. En cuanto a la figura 15, representa a una
persona estructurada de modo más complejo: en
tanto las células pl y p; están íntimamente conec-
tadas, un límite impermeable separa a las células pz y pg; c, como si estuviera disociada del resto de la persona, es poco o nada accesible para las demás
regiones; la célula de trama cruzada, debido a la
turgencia de su superficie, es impermeable para to-
da: influencia, mientras que el área punteada puede
ser fichente influida, y la célula p4 está remotamente eonectada con pl, P2 y Ps- La figura 16, POT su parte, representa un ambiente psicológico de
compleja estructura.
apartadas pueden aproximarse; un medio rigido pue.
de ablandarse en tanto uno flexible se endurece; íncluso el número de regiones puede aumentar o dis. minuir en cada instante. Así, dado el permanente
cambio de la realidad psicológica, las representa.
ciones espaciales se vuelven continuamente anacró-
nicas. Lewin no hace demasiado hincapié en los rasgos fijos, los hábitos rígidos u otras constantes
de la personalidad, pues tales conceptos son carac. terísticos del pensamiento aristotélico, que Lewin deplora (19353, capítulo I).
CANTIDAD DE REGION ES La cantidad de regiones existentes en el espacio vital es determinada por la cantidad de hechos psi-
cológicos diferenciados que existen en un momento
dado. Por ejemplo, cuando los hechos presentes son tan sólo dos, la persona y el ambiente, hay sólo dos
regiones en el espacio vital; si el ambiente contiene
dos hechos, por ejemplo, el del juego y el del trabajo, debe ser dividido en un área de juego y una de trabajo. Si, en cambio, contiene diversas clases de hechos de juego, por ejemplo, el hecho de jugar al fútbol, el de jugar al ajedrez y el lanzar dardos, el área de juego debe ser dividida en tantas subre-
giones como hechos —diferenciados— de juego exis-
ten; asimismo, puede haber diferentes clases de hechos de trabajo, cada uno de los cuales tendrá su
propia región diferenciada. Si para la persona es indistinto jugar al fútbol, al ajedrez o lanzar flechaS, siempre que se trate de jugar, existirá sólo un área
de juego, no tres. En otros casos, como el de la persona dominada por el terror, la totalidad del ambiente psicológico puede ser colmada con ese solo
hecho, el del terror, y es posible que el resto de los
hechos desaparezca, dejando así un ambiente perfectamente homogéneo; luego, a medida que la persona, gradualmente, recupere su serenidad, podl'á advertir que una parte de su ambiente le ofrece seguridad: será entonces cuando el ambiente estará diferenciado en un área segura y otra peligrosa. En
resumen, siempre que un nuevo hecho adviene. “¡fa nueva región se diferencia en el interior del eSPaC‘O
vital; siempre que un hecho desaparece o se fuyde
Figura 15
con otro, una región desaparece; cada hecho PSÏCO' lógico está coordinado con una región PSK’OIÓg‘ca'
LAs GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
La cantidad de regiones de la persona es asirnis-
mo determinada por la cantidad de hechos personales existentes: si el hecho de sentir hambre es el único que existe, la esfera personal interna ha de consistir en sólo una región; si, en cambio, al hecho del hambre se suma la necesidad de concluir un determinado trabajo, la región personal interna será dividida en dos regiones. Según veremos luego, los hechos principales de
la región personal interna reciben el nombre de
necesidades, en tanto los del ambiente psicológico son denominados valencias. Cada necesidad ocupa una célula diferenciada dentro de la región personal interna; cada valencia, una región diferenciada en el ambiente psicológico. LA PERSONA EN EL AMBIENTE Anteriormente, al considerar la ubicación de la
persona en el ambiente, señalamos que, en tanto los dos límites no se toquen, el lugar preciso asignado al circulo dentro de la elipse carece de importancia. No obstante, ello es cierto sólo cuando se trata de un ambiente no diferenciado, homogéneo, en el que todos los hechos se ubican dentro de una misma región, es decir, son idénticos. Tan pronto como el ambiente se diferencia en regiones limitadas, la ubicación del círculo adquiere gran importancia, ya que los hechos de la región ——sea cual fuere— en la que esté situado estarán más próximos a la persona, y ejercerán sobre ella mayor influencia que los de cualquier otra región. En consecuencia, para alcanzar la comprensión de una situación psicológica concreta es necesario saber en
qué punto del ambiente psicológico está ubicada la persona: aunque físicamente puede estar sentada en un pupitre del aula escolar, psicológicamente Puede haber reiniciado el juego de un partido de fútbol en la cancha y, en tanto algunos hechos exis-
tentes en el aula —por ejemplo, lo que el maestro está diciendo— pueden no afectarlo en absoluto, otros —un mensaje de la niña sentada en el banco VGCÍnO—, pueden fácilmente distraer su pensamiento del partido de fútbol.
LOCOMOCION Y COMUNICACION
La .forma en que las regiones constitutivas del
espacio vital se intercomunican representa el grado de la mutua influencia o accesibilidad real. ¿Cómo, exactamente, se manifiesta tal influencia o acEn el caso del niño, accesible para el cesibilidad? mensaje de su compañera e inaccesible para lo que
el maestro dice; accesibilidad significa mayor dispoSlClón para aproximarse a la región de la niña que a la del maestro: cuando su compañera ejecuta la
187
acción de entregarle la nota, el niño puede aban-
donar la región del fútbol e ingresar en la región de ella; ha realizado lo que Lewin denomina locomoción. Dos regiones están íntimamente conecta-
das, son accesibles, cada una respecto de la otra, y se influyen mutuamente, cuando la locomoción entre ambas puede ser llevada a cabo con facilidad. La realización de una locomoción en el ambiente psicológico no implica el movimiento físico de la persona a través del espacio; de hecho, casi ninguna de las locomociones que interesan al psicólogo incluye sino escaso movimiento fisico. Existen muchos tipos de locomociones: por ejemplo, las sociales, como ingresar en un club, las vacacionales, co-
mo ser promovido, las intelectuales, como resolver un problema, etcétera.
Según vemos, en el hecho de que el ambiente psicológico constituye una región en la que es posible la locomoción, radica una de sus principales propiedades: “Todo puede ser encarado como un ambiente dentro del cual, hacia el cual, o alejándose del cual, la persona en su conjunto puede ejecu-
tar locomociones” (Lewin, 1963a, pág. 167). Al reali-
zar una locomoción, la persona recorre un camino en e] ambiente, cuya dirección y las regiones que atraviesa, están determinadas, en parte, por la resistencia de los límites y la fluidez de dichas regiones y, en parte, por factores dinámicos que aún no hemos considerado. Así, pues, la influencia mutua existente entre ciertas regiones ambientales se manifiesta en el grado de facilidad con que la persona pueda pasar de una
región a otra. ¿La locomoción constituye, también, una manifestación de la influencia mutua existente entre determinadas regiones de la persona? Lewin
sostiene que no: “La persona en sí no puede . . .
ser considerada como un medio dentro del cual un objeto efectúa locomociones de una a otra re-
gión parcial” (1936a, pág. 168). Se dice que las
regiones de la persona se cmnunican entre si: la región perceptiva se comunica con las células periféricas de la región personal interna, las que a su vez lo hacen con las células ubicadas más hacia el
centro; las células personales internas no sólo pue-
den comnnicarse entre sí sino, además, con la es-
fera motriz. En cuanto a las regiones que han de
comunicarse entre si y a la dirección que tal oomunicación debeseguir para ser transmitida a través
de un cierto número de regiones, depende, al menos
parcialmente, de rasgos estructurales, tales como el
grosor de los limites y la naturaleza del medio, y
de factores dinámicos. Puesto que la locomoción y la comunicación resultan de la interacción de hechos, se dice ue constituyen acontecimientos: cada hecho, seggn se re-
cordará, es representado por una región; cOnsecuentemente, todo acontecimiento representa la interac-
188
CALVIN S. HALL Y GARDNER LINDZEY
ción de dos o más regiones. Lewin afirma que de-
go, una representación completa del espacio vital
moción o una comunicación, por ejemplo,
concepto de grados de realidad e irrealidad: en tan-
rivar un acontecimiento del e9pacio vital, una loco-
requiere una tercera dimensión, coordinada con e]
requiere atender a tres principios. El primero, denommado
principio de “relacionalídad”, señala que todo acon-
tecimiento resulta, siempre, de la interacción entre
dos o más hechos: un hecho aislado no puede originar un acontecimiento; se necesitan por lo menos dos hechos, la persona y el ambiente, por ejemplo, para que exista algún tipo de locomoción. De acuer-
do con el segundo principio, denominado de “concretez”, sólo están en condiciones de producir efectos los hechos concretos, es decir, los que realmente
existen en el e8pacio vital; los hechos potenciales o
posibles, es decir, los que eventualmente pueden
existir en el futuro pero no existen en el momento presente, no están en condiciones de ser causa de acontecimientos presentes. Estrechamente relacio-
nado 'con éste, el tercer principio, denominado
de contemporaneídad, establece que sólo los hechos presentes pueden producir la conducta presente; los que, si bien existieron en el pasado, no subsisten en el presente, no pueden influir sobre éste. En cuanto a los. hechos de la infancia y la niñez, nada tienen que ver con la' conducta adulta a“ menos que hayan logrado mantener algún tipo de existencia a través de los años intermedios (Lewin, 1936a, págs. 18-36). REESTRUCTURACION DEL ESPACIO VITAL La locomoción y la comunicación no agotan las posibilidades de existencia de acontecimientos resultantes del encuentro de dos hechos (regiones); caben otras consecuencias: el número de regiones puede aumentar o disminuir, según se agreguen nuevos hechos al espacio vital o se sustraigan de él hechos antiguos; la relativa posición recíproca de las regiones puede sufrir alteración —dos regiones muy distantes pueden aproximarse o dos muy pró-
ximas, distanciarse—; es posible, asimismo, que se
produzcan cambios en los límites —un límite permeable, por ejemplo, puede tomarse firme, uno muy
fuerte puede volverse débil—; finalmente, puede haber modificaciones de las cualidades dela superficie de las regiones, a saber, el endurecimiento de
una región fluida o el relajamiento de una rígida. os estos cambios estructurales o acontecimientos pueden ser agrupados en el rubro general denominado reestructuración del espacio vital (Lewin, l 1951, pág. 251). NIVELES DE REALIDAD Hasta aquí, nuestra exposición de los conceptos estructurales de Lewin no ha requerido sentaciones espaciales bldimensionales. sino re rcSin em
r-
to la realidad consiste en una verdadera locomo. ción, la irrealidad constituye una locomoción ima. ginaria. Entre la realidad y la imaginación pura existen varios grados o niveles; un ejemplo: una
persona puede ingresar en un club, cambiar de tra. bajo, resolver un problema, o planear hacerlo, o
bien tener ensueños acerca de ello; planear o pensar
constituye un nivel intermedio de ejecu. entre, elpura, ción, el más realista, y el de la fantasra tota].
mente carente de realidad. En general, la facilidad de las locomociones au-
menta a medida que se asciende en la escala de la
irrealidad; los límites se vuelven cada vez menos firmm y las cualidades de la superficie de las regiones, más fluidas. Según Lewin, el concepto de niveles de realidad
se aplica no sólo a la estructura del ambiente sino
también a la de la persona y, si bien no elabora este punto de vista, al parecer supone que las comunicaciones entre las regiones de la persona pueden
ser más o menos realistas; por ejemplo, una célula
personal interna puede afectar real o imaginaria-
mente a la región motriz; una persona puede decir
francamente lo que piensa o sólo tener la ilusión de que lo hace.
LA DIMENSION TIEMPO O PERSPECTIVA Aunque según el principio de contemporaneidad, es imposible que el pasado o el futuro afecten la conducta presente, las actitudes, y los pensamientos de una personalos sentimientos acerca del pasado y el futuro pueden ejercer considerable influencia
sobre aquélla; sus esperanzas pueden ser para una persona respecto del futuro mucho más impor-
tantes que las penalidades del presente. Así como es posible que la espera del porvenir de los padecimientos del momento, atenúe el peso asi también las sombras
del pasado pueden oscurecer el presente; en consecuencia, la representación de contener tanto el pasado como del presente ha lógicos (Lewin, 1951, pág. 53-56), el futuro psicodimensión ésta extensa o breve, definida o difusa, cuya estructura PHBde ser simple o compleja y sus límites, firmes
o débiles.
RESUMEN Hemos de enumerar aqui los principales conceP"
tos estructurales considerados en esta sección: El eSpacio vital consiste en la persona rodeada por (Él
ambiente psicológico. A su vez, la persona está. dl‘
ferenciada en dos regiones: la peroepflvonmz Y
LAS GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
la personal íaúerna, esta última subdividida en cé—
189
Lewin representa -define-— los conceptos pre-
lulas de dos tipos: periféricas y centrales. También
cedentes en términos espaciales, a fin de que pue-
terna, que forma parte del ambiente objetivo o no psicológico.
conocida como topología. La topología no se interesa en la forma o el tamaño ni en las magnitudes, las distancias u otras características convencionales del espacio; estudia las relaciones espaciales, tales
el ambiente psicológico está diferenciado en regiones. El eSpacio vital está rodeado por la corteza exLas regiones de la persona y las del ambiente es-
tán separadas por límites que poseen la propiedad de permeabilidad. Las regiones del e5pacio vital
están interconectadas de modo tal que un hecho de una región puede influir sobre un hecho de otra; cuando existe tal influencia entre dos hechos se habla de un acontecimiento. En cuanto al grado de conexión o la amplitud de la influencia entre regiones, depende tanto de la firmeza de los límites como del número de regiones intermedias y de las mmlidades de la superficie de dichas regiones. Se dice que ciertas regiones del ambiente están
conectadas cuando la persona puede efectuar una
locomoción entre ellas, y que lo están las de la persona cuando pueden comunicarse entre sí. Otras dos dimensiones importantes del espacio vital son la de realidad-irrealidad, y la de pasado-
futuro.
dan ser manejados por la rama de 1a matemática
como “estar incluido en”, “parte-todo”, y “conexión
y desconexión”. En tanto representa t0pológicamente sus conceptos estructurales, Lewin denomina psicología topológíca (193621) a esta parte de su
sistema.
Para representar conceptos dinámicos tales como dirección, distancia y fuerza, Lewín debió idear un nuevo tipo de e5pacio, el hodológico, denominación que derivó de lla hodología o ciencia de los senderos: un sendero equivale a una locomoción. Las pr0piedades del esPacio hodológico de Lewin también se han expresado en gráficos lineales, en donde cada zona está representada por un punto y los límites entre las zonas, por una línea que une dichos puntos (Harary, Norman y Cartwright, 1965).
Hemos de encarar ahora la exposición de aquellos
conceptos dinámicos de Lewin cuyo conjunto constituye lo que su autor llama psicología vectorial.
CAPÍTULO 2
DINAMICA DE LA PERSONALIDAD La representación estructural del espacio vital es como un mapa caminero; así como un buen mapa caminero contiene toda la información necesaria para planear cualquier tipo de viaje, una apropiada representación estructural de la persona y su ambiente debe incluir todos los hechos, cuyo conocimiento es necesario para explicar cualquier clase
posible de conducta. Sin embargo, el mapa caminero no puede indicar cuál será el viaje que un in-
dividuo decidirá emprender; por lo tanto, un cua-
dro detallado del espacio vital no puede anticipar cuál será la conducta de la persona. Los conceptos estructurales o topológicos son incapaces de explicar, por sí solos, la conducta concreta en una si-
tuación psicológica real; este tipo de comprensión requiere conceptos dinámicos, entre los que Lewin destaca, esPecialmente, el de energia, el de tensión, el de necesidad, el de valencia, y el de fuerza o
ma esfera; cuando alude a las prOpiedades dinámi.
cas de una región o células de la esfera personal
interna, Lewin denomina sistema a la región. La tensión posee dos importantes pr0piedades
conceptuales. Según la primera, el estado de ten.
sión de un sistema particular tiende a equipararse con la cantidad de tensión existente en los sistemas
circundantes; por ejemplo, si un sistema a está en
un estado de alta tensión y los sistemas circundan-
tes b, c, d, e y f están en un estado de baja tensión
(figura 17), la tensión tenderá a pasar desde a ha-
cia b, c, d, e, y f, hasta ser uniforme en el conjunto
del sistema (figura 18). Los medios psicológicos a través de“ los cuales se uniforma la tensión reciben el nombre de procesos, por ejemplo, pensar, recordar, sentir, percibir, ac-
vector.
ENERGIA
Lewin comparte con la mayoría de los teóricos de la personalidad la idea de que la persona es un complejo sistema de energía. La clase de energía implicada en el trabajo psicológico es la denominada energía psíquica. Puesto que el carácter de su teoría es exclusivamente psicológico, Lewin no considera necesario Encarar la cuestión de la relación de la energía psíquica con otras clases de energía. Se libera energía psíquica cuando el sistema psíquico (la persona), tras haber caído en un estado de desequilibrio, procura recobrar el equilibrio. El desequilibrio es el resultado de un aumento de tensión en una parte del sistema vinculada ‘con el resto del mismo, tensión resultante de una estimulación
externa o de un cambio interno; cuando la tensión
de las distintas partes del sistema es nuevamente igualada, la descarga de energía se detiene y el sistema total entra en reposo. TENSION La tensión es un estado de la persona o, más
exactamente, un estado de una región personal in-
terna vinculada con otras pertenecientes a la mis-
Figura 17
Figura 18
tuar, etcétera. Así, la persona que encara la tarea
de resolver un problema experimenta tensión res-
pecto de uno de sus sistemas: a fin de resolver el problema y reducir la tensión, afronta el proceso de pensar, que continúa hasta el descubrimiento de una solución satisfactoria; al llegar ese momen-
ÍO, la persona retorna al estado de equilibrio. Si,
en cambio, la persona intenta recordar un nombre. el proceso mnémico entra en acción, hasta que, fi nalmente, el recuerdo acude a la memoria y per-rmte el apaciguamiento de la tensión. una Si bien la tensión se dirige siempre hacia
condición de equilibrio, esta prepíedad 0011099tual no a se aplica sólo al sistema en su conÍunto y
LAS GRANDES 'rnonías DE LA PERSONALIDAD
todos los sistemas parciales. En efecto, un siste-
ma parcial puede volverse cada vez más tenso en el transcurso del retorno del sistema total a una
condición de equilibrio; ello ocurre cuando la persona se ve obligada, para resolver un problema, a
dar un rodeo, en cuyo transcurso la tensión puede
aumentar en una de las subregiones aunque eventualmente el proceso global restaure el inicial estado de. equilibrio. Por ejemplo, alguien puede asumir una tarea sabiendo que soportará una creciente tensión y previendo, simultáneamente, que el resultado final será un más perfecto equilibrio de fuerzas.
El estado de equilibrio no implica que el sistema carece de tensión; probablemente, ningún organismo está en condiciones de alcanzar un estado completamente libre de tensiones y permanecer vivo: el equilibrio significa la uniformidad de la tensión a lo largo del sistema. total, o bien la neta circunscripción y el resuelto aislamiento -respecto de los otros sistemas personales internos— del sub-
sistema que conserva una desproporcionada canti-
dad de tensión (figura 19), el cual puede continuar
191
larmente firme, la difusión de la tensión de un sis-
tema sobre los adyacentes será impedida; si, en cambio, el límite es débil, la tensión pasará con rapidez de un sistema a los otros. Por lo general, un sistema tensional particular comparte sus limites con varios de los otros; en tales casos, la resistencia
de uno de los sectores del limite puede ser más dé-
bil que la de otros y, en consecuencia, la tensión se transmitirá más libremente en ciertas direcciones que en otras. En suma, la comunicación dinámica entre los sistemas es una condición variable; por ejemplo, el sistema tensional a puede estar en estrecha comunicación con el sistema tensional b, de modo tal que los intercambios de energia sean llevados a cabo con facilidad y, en cambio, estar remotamente conectado con los sistemas c, d, e y f, de modo que resulte dificil la realización de los intercambios de energía (figura 20).
fl
0.9 19: Figura 21
Desde el punto de vista dinámico, un limite es una zona de resistencia a una barrera que, como
tal, corresponde a fuerzas restrictivas. ¿Posee el límite, de por si, la pr0piedad de ser un sistema
Figura 19
segregando durante un período prolongado, y cons-
tituir un reservorio más o menos permanente de energía. La personalidad admite cierta cantidad
de tales sistemas tensionales que, firmemente segregfildos, proveen de un continuo suplemento de energla para la Operación de los procesos psicológicos.
La persona que ha establecido su equilibrio en
un alto nivel tensional difiere apreciablemente de la que lo ha establecido en un nivel bajo; en el pri-
mer caso, será mayor la presión sobre lo motor, en cuya dirección es probable que exista una continua
afluencia de energía: la actividad de esta persona será cuantiosa, difusa e incesante.
Hemos
expuesto la primera propiedad conceptual
la la segunda consiste en ejercer presión So(i) re tensrón} los limites del sistema: si el límite es particu-
tensional? lewin cree que no; considera más factible que la fuerza ejercida en la región del limite de a contra la fuerza generada dentro de a esté de-
terminada por estados de tensión de los sistemas
circundantes; en efecto, la fuerza opuesta es, en rea-
lidad, la tensión ejercida sobre el límite por los sistemas adyacentes (figura 21). NECESIDAD
Tanto el aumento de tensión como la liberación
de energía en determinada región personal interna,
son originados por la aparición de una necesidad, que constituye un estado fisiológico, como el
hambre, la sed o el sexo; o el deseo de algo, como
un empleo o un cónyuge; o bien la intención de hacer algo, como completar una tarea o cumplir una orden. Así, pues, el de necesidad es un concepto
192
CALVIN S. HALL Y CABDNEB LINDZEY
motivacional equivalente a términos tales como mo-
Lewin distingue, asimismo, entre necesidades y
te la naturaleza, la fuente, la cantidad y las clases
cuasi necesidades: en tanto la necesidad obedece a algún estado interno, como el hambre, la cuasi necesidad equivale a una intención eSpecífíca, como
satisface; advierte que, eventualmente, el término
rante particular; según él, las necesidades de la
de un concepto más aprOpiado, más observable y mensurable. Tampoco juzga necesario presentar, como tantos psicólogos, una lista de necesidades,
factores sociales (1951, pág. 289).
tivo, deseo, impulso y apremio.
Lewin se abstiene de considerar sistemáticamen-
de necesidades debido a que el concepto no lo
necesidad será eliminado de la psicología en favor
puesto que, en primer lugar, resultaría casi inter-
minable y, en segundo lugar, lo único que en verdad importa respecto de la descripción de la realidad psicológica es la representación de las necesidades que positivamente ¡existen en la situación
momentánea: -Estas necesidades son las únicas que
producen efectos: si bien cabe, en un nivel abstracto, afirmar que todo el mundo es capaz de sentir hambre, dicho impulso no ha de ser considerado smo cuando realmente perturba el equilibrio de una persona. . El carácter extremadamente pluralista de la concepción de las necesidades de__Lewin, resulta evi-
denteí hay tantas necesidades como deseos especí-
ficos y discernibles; es posible experimentar la necesidad de un excepcional tipo de carne que sólo
se sirve en un determinado restaurante, o la de es-
cuchar un movimiento particular de una sinfonía de Sibelius ejecutado por una cierta orquesta. Lewin no intenta reducir la cantidad de necesidades específicas a una necesidad general porque, según
afirma :
El problema de la aparición de las necesidades se ubica en "el punto de cruce de la antropología cultural, la psicología del desarrollo y la psico-_ logia de la motivación; su investigación ha sido entorpecida por prematuros intentos especulativos de sistematizar las necesidades según unas pocas categorias (1951, pág. 280). y, Cada necesidad constituye un hecho concreto
a menosque proceda a describirla en todos sus detalles y peculiaridades, resultará imposible com-
prender la auténtica realidad psicológica. AI referirse a las necesidades, Lewin sostiene que
se pueden distinguir tres estados: uno de hambre,
uno de saciedad y uno de sobresaturación, que “co-
rresponden a las valenCias positiva, neutral y 'negativa de las regiones de actividad relacionadas con
una necesidad particular” (1951; pág. 282): sobresaturación significa que el objeto o la actividad ini-
cialmente deSeados han‘ llegado a ser desagradables
a lo largo de su prolongada experiencia, ya que el hartazgo y exceso —-"—de cualquier ' cosa-F4 "produce - -' y . disgusto.
la de satisfacer el hambre comiendo en un restan.
persona están, en gran medida, determinadas por
TENSION Y ACCION MOTRIZ Hasta aquí, hemos considerado fundamentalmen.
te la dinámica interna de los sistemas tensionales, es
decir, la interdependencia y la comunicación, de carácter dinámico entre los sistemas. ¿Qué relación existe entre la tensión y la acción? Se podria su-
poner que el resultado directo del flujo de energía
de una región personal interna al ámbito motor será una locomoción psicológica. Sin embargo, Lewin rechaza tal posibilidad: la tensión que presiona el límite externo de la persona no está en condiciones de producir una locomoción. Por lo tanto, en lugar de vincular directamente la necesidad o la tensión con la acción por medio de lo motor, Lewin liga la necesidad a ciertas prepiedades del ambiente, las cuales determinan el tipo de locomoción que ha de ocurrir. Se trata de una forma muy ingeniosa de concretar la motivación con la conducta, pr0pósito cuya concreción requiere dos conceptos adicionales: el de valencia y el de fuerza. VALENCIA Es una pr0piedad conceptual de una región del ambiente psicológico que consiste en el valor que esa región posee para la persona. Existen dos tí-
pos de valor, el positivo y el negativo: en tanto la
región de valor positivo es aquella que contiene un objetivo capaz de reducir la tens-ión si la persona ingresa en ella —para una persona hambrienta, pOr ejemplo, la valencia de una región que contenga alimentos será positiva (figura 22)—, la región de valor negativo es aquella capaz de aumentar la ten-
sión —p'ara la persona que teme a los perros, Por
conejemplo, la valencia de cualquier región que vatenga un perro será negativa (figura 23)—-; 138 lencias positivas atraen y las negativas repelem Toda valencia está coordinada con una necesidad, es decir, que el valor positivo o negativo de direcuna región particular del ambiente depende “e” tamente de un sistema en estado de tensión- Las
0‘" cesidades imparten valores al ambiente, al que,V
ganizan según una red de regiones atractivas. 59’ pelentes; esta red de valencias, sin embargo, no entraÍ:
pende, asimismo,'de factores ajenos?!ue
LAS GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
193
Alimento +
Figura 22
Figura 23
en el marco de las leyes psicológicas: sin duda, la presencia o la ausencia de los objetos necesitados
—-—en sí mismos— desempeña un importante papel en la estructuración del ambiente psic'ológ'ico; el hecho de que el alimento esté presente y sea reco-
nocible, Ia clase y la cantidad de éste, la posibilidad de conseguirlo y su proximidad respecto de los ob-
jetos que poseen valencias negativas, son, todos, factores no psicológicos que, para la persona hambrienta, influyen en la determinación de la valencia de una región determinada. l Una valencia es una cantidad variable, débil, mediana o fuerte, cuyo poder depende de la fuerza
de la necesidad más la de todos los factores no psicológicos ya mencionados. La valencia no es, sin
embargo, una fuerza; aun cuando conduce a la per-
sona a través de su ambiente psicológico, no proporciona la fuerza motivadora necesaria para la locomoción. Según hemos visto, tampoco un siste-
ma en estado de tensión produce locomoción, y, en
consecuencia, se requiere otro concepto, el de fuer-
za o vector.
Figura 24
o más veCtores en varias y diferentes direcciones,
la locomoción resultante será el producto del total de las fuerzas.
Podemos ver, ahora, la relación existente entre valencia y vector: la región que posee valencia positiva es aquella hacia la cual van las fuerzas que actúan sobre, la persona; a la inversa,“ la región que posee valencia negativa es aquella de la que los vectores se alejan en dirección opuesta; es decir, la dirección del vector está directamente determi-
nada por la ubicación de la región, ya sea positiva
o negativa su valencia, y su potencia está relacio-
nada con la de la valencia, con la distancia psicológica entre la persona y la valencia, y con la potencia relativa de las otras valencias.
Cabe observar, entre paréntesis, que el concepto
de necesidad es aquel con el cual se coordinan to-
dos los otros constructos dinámicos: la necesidad
libera energía, aumenta la tensión, imparte valor y crea fuerza; constituye el concepto centra] o nuclear de Lewin, en torno del cual agrupa los res-
tantes.
FUERZA O VECTOB
Siempre que una fuerza suficientemente poderosa actúa sobre la persona, se produce una locomo-
ción. Aunque coordinada con la necesidad, la fuerza no constituye una tensión, pues existe en el am—
biente psicológico, mientras que la tensión es una Propiedad de un sistema personal interno. Las tres propiedades conceptuales de la fuerza: dirección, potencia y punto de aplicación, están matemáticamente representadas por el vector: la dirección del vector representa la de la fuerza, su longitud representa la potencia, y el lugar preciso
en el Que la punta de la flecha toca el linde externo de la persona representa el punto de aplicación. El vector es dibujado, siempre, en el exterior de la persona (figura 24), nunca en su interior, porque es fuerzas psicológicas 'son propiedades del am-
biente, no de la persona.
Si tan sólo un vector (fuerza) actúa sobre la per-
Sena, habrá una locomoción o una tendencia en la ¡rección del vector; si, en cambio, la empujan dos
LOCOMOCION
Estamos ahora en condiciones de representar el
trayecto específico que una persona debe recorrer a través del ambiente psicológico. Por ejemplo, un niño pasa ante una bombonería, contempla la vi-
driera y desea una golosina; la aparición del dulce
despierta la necesidad, la que, a su vez, libera energía y, al hacerlo, suscita tensión en una región per-
sonal interna (el sistema que desea el dulce); con-
fiere una valencia positiva a la región en la que se
ubica la golosina y crea una fuerza que empuja al niño hacia ella. Ahora bien, el niño puede entrar
en el negocio y comprar la golosina; tal situación es representable mediante la figura 25. Suponga-
mos, sin embargo, que el niño no tiene dinero; en tal caso, será infranqueable la barrera existente en-
tre él y el dulce al que ha de acercarse tanto como
le sea posible, quizá apoyando su nariz sobre el vidrio, sin lograr alcanzarlo (figura 26). Asimismo,
puede decirse: “Si tuviera dinero, podria comprar
194
CALVIN S. HALL Y GABDNEB LINDZEY
de menos positivo a más positivo, o cualitativamen. te, desde positivo a negativo; nuevas valencias pueden aparecer y desaparecer otras, viejas; 2) los
vectores pueden modificar su intensidad o su direc.
Figura 25
Figura 26
alguna golosina; tal vez mamá me dé unas monedas”. En otros términos, ha aparecido una nueva
necesidad, o cuasi necesidad: la intención. de ob-
tener dinero de su madre. Esta necesidad, a su vez, produce una tensión, un vector y una valencia, re-
presentados en la figura 27 : un fino limite ha sido
trazado entre el niño y su madre, suponiendo que
regresa al hogar y le pide dinero; otro límite, igual-
ción, o ambos aspectos; 3) los limites pueden for. talecerse o debilitarse, aparecer o desaparecer, y 4) las propiedades materiales de una región, su fluidez o rigidez, por ejemplo, pueden sufrir alte. ración.
La reestructuración del ambiente psicológico, por
lo tanto, es factible como resultado de cambios en los sistemas tensionales de la persona, o bien como
producto de una locomoción o de procesos cogniti.
vos; la reestructuración cognoscitiva aparece cuan-
do la persona descubre una nueva forma de resolver un problema (insight), recuerda algo que había
olvidado o percibe algo acerca de su ambiente que
mente fino, entre la madre y la golosina, representa el esfuerzo requerido para volver al negocio y reali-
antes no había advertido. Asimismo, es posible que
zar la compra; en suma, el niño se mueve hacia el
caramelo por intermedio de su madre. Si, en cambio, ésta rehúsa darle dinero, el niño puede pensar en pedirlo prestado a un amigo y, en tal caso, la región que incluye a la madre estará rodeada por una barrera impenetrable; el nuevo trayecto que conduce hacia la golosina atraviesa la región que contiene al amigo (figura 28).
res extraños, procedentes de la corteza externa, en
Esta representación tcpológica podria complicar-
se infinitamente introduciendo más regiones ambientales, límites de diversos grados de firmeza y f“
M adre
@,T__-+.___ Dinero
q Figura 27
Figura 28
necesidades adicionales con sus coordinados siste-
la reestructuración resulte de la intrusión de facto-
el ambiente psicológico.
RETORNO AL EQUILIBRIO El fin último de todo proceso psicológico, o sea, hacer volver a la persona a un estado de equilibrio. puede ser alcanzado de diversas maneras, según el proceso particular. Si bien algunos de estos procesos han sido ya descriptos, una nueva enumeración de todos ellos puede resultar útil. El desequilibrio es definido como un estado de desigual tensión entre los diversos sistema-s de la persona. Para plantearlo sencillamente, supondremos que un sistema personal interno se halla en estado de elevada tensión en tanto el nivel tensional de los restantes es bajo; uno de los medios para alcanzar el equilibrio es la difusión de la tensión del sistema a a través de todos los otros sistemas, hasta lograr un nivel tensional uniforme en el conjunto de la esfera personal interna. En este caso,
si la energía de la esfera personal interna no se
mas tensionales, valencias y vectores. En general,
pierde, el resultado de la difusión será la elevación
necesidad, tensión, fuerza, valencia, barrera, las
trato personal interno y el estrato perceptivomotor;
BEESTRUCI‘URACION DINAMICA DEL AMBIENTE PSICOLOGICO
habrá una acumulación de tensión en la esfera personal interna. En tales. condiciones, se dice que e sujeto se halla en un estado de gran tensión interna. En el momento en que el limite de la region Pets; nal interna ya no pueda resistir la P113516", tend
es posible afirmar que toda la locomoción, puede ser totalmente eXplicada mediante los conceptos de
pr0piedades del medio, la dimensión realidad-irrealidad y la perSpectiva temporal.
La dinámica del ambiente psicológico puede cam-
biar de cuatro modos diferentes: 1) el valor de la
región variará, por ejemplo, cuantitativamente, des-
del nivel tensional de todo el sistema y el aumento
de la presión sobre el límite existente entre el eS-
si, además, este proceso se repite una y otra V01,
lugar una súbita irrupción de energía en lo motor,
ésta que ha de Producir una conducta exaltada; 935 peI‘SOn una la explicación de lo que ocurre cuando sufre un acceso de ira o un arrebato.
LAs GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
Si el límite entre el sistema personal interno y el
área perceptivomotriz es suficientemente permeable, la tensión puede ser disipada mediante la incesante
actividad, que constituye un modo bastante primitivo de reducir la tensión, muy común durante la infancia; por ejemplo, a medida que aumenta el hambre del bebé, aumenta su inquietud, que contribuye a aliviar la tensión. Entre los métodos aptos para el retorno al estado
de equilibrio, el predominante consiste en la eje—
cución de una locomoción adecuada en el ambiente
psicológico, es decir, una locomoción capaz de conducir a la persona hacia la región del objetivo satisfactorio. Por ejemplo, el estado de tensión que una persona padece a causa de su circunstancial desocupación desaparecerá inmediatamente cuando consiga un empleo. En casos como éste, los procesos perceptivos y motores sirven al logro del alivio de la tensión. Naturalrnente, es posible que la consecución del fin deseado exija una reestructuración
del ambiente, la que a su vez puede implicar com—
plejos y —en función del tiempo que insumen—
195
ceso éste que requiere la existencia de dos necesidades íntimamente interdependientes, de modo
que la satisfacción de una de ellas descargue la tensión del otro sistema de necesidad. Posteriormente, en otra sección de este volumen, ampliare-
mos nuestra exposición al respecto. Finalmente, la tensión puede ser reducida me-
diante locomociones puramente imaginarias. Una persona que se imagina realizando una difícil ha-
zaña, o bien ocupando una posición privilegiada,
obtiene cierta satisfacción vicaria de la mera enso— ñación del éxito. Incluso dÍSponemos de ensueños
prefabricados en forma de novelas, piezas teatrales
y películas cinematográficas.
RESUMEN En esta sección hemos expuesto y comentado los
principales conceptos dinámicos de Lewín: los de necesidad, de energía psíquica, de tensión, de fuerza
largos procesos cognitivos: un hombre que a3pira a ser presidente de un país empleará años, proba-
o vector, y de valencia. Tales constructos dinámicos determinan, junto con los constructos estructurales
éxito, o no lo obtendrá nunca, y quedará sumido en un estado de permanente desequilibrio.
cas del individuo y las formas en que éste estructura su ambiente. A su vez, las locomociones y las
blemente, controlando el ambiente, antes de obtener La tensión puede ser reducida, y restaurado el
equilibrio mediante una locomoción sustitutiva, pro-
previamente examinados, las locomociones eSpecífi-
reestructuraciones sirven para la reducción de la tensión mediante la satisfacción de las necesidades.
CAPÍTULO 3
"
.DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
Si bien Lewin no rechaza la idea de que la herencia y ]a maduración desempeñan un papel en el desarrollo, en ninguno de sus escritos considera en detalle su posible influencia, ni les asigna lugar
alguno en sus representaciones conceptuales. Ello concuerda con su preferencia por una teoría puramente psicológica; puesto que herencia y maduración pertenecen al dominio de los hechos biológicos
y, en consecuencia, están, junto con los fenómenos
fisicos y sociales, fuera del eSpacio vital, Lewin las ignora. En raras ocasiones, insinúa que los cambios orgánicos pueden influir --y en efecto lo hacen— sobre el desarrollo psicológico; cuando considera el período de la adolescencia, por ejemplo, observa que los cambios operados tanto en la estructura como en las funciones corporales ejercen profunda influencia sobre la estructura psíquica en el sentido de una incertidumbre y una inestabilidad mayores (1951, capítulo VI). Tampoco sustenta una teoría del aprendizaje, al menos en tanto el significado del término sea el que habitualmente le confiere la psicología norteamericana; Lewin describe los tipos de cambios que tienen lugar en la conducta, y los adscribe a construc' tos tales como reestructuración cognitiva, diferenciación, organización, integración y motivación (1951, capítulo IV).
Es interesante recordar, sin embargo, que consagró sus primeros trabajos experimentales a la investigación del aprendizaje por asociación; la frecuencia de la repetición y la contigüidad de las palabras-estímulo que posibilitan la asociación, eran consideradas, por entonces, factores determinan-
tes del aprendizaje. Lewin descubrió, no obstante, que el establecimiento de una conexión entre los items destinados a ser asociados, requiere la
las de la ley del efecto (Thorndike) o las de] prín. cipio del refuerzo (Hull), ya que no se interesó
en el premio y el castigo en cuanto atañen a la
creación y la desaparición de hábitos, sino en cuanto
constituyen recursos aptos para el control de la con-
ducta en la concreta situación momentánea. Según su análisis, el premio y el castigo no fijan ni eliminan
las asociaciones, como afirmaba Thorndike: antes bien, suscitan cambios en los vectores, las valencias
y los límites del ambiente psicológico y en los sistemas tensionales de la persona; Lewin reconoce que el premio y el castigo pueden conducir a una
transformación de la valencia de la cosa en si, pero
ello sólo cuando están incluidos en una situación de mavor interés. No debemos dejar de tener en cuenta el hecho de que Lewin y sus discípulos, especialmente Zeigarnik (1927), contribuyeron en gran medida a nuestra comprensión de la memoria al demostrar que las tareas interrumpidas se recuerdan mejor que las concluidas. Aun así. todo este trabajo no configura una teoría del aprendizaje; en tal sentido, coincidimos con Hilgard, quien analizó las ideas de
Lewin en cuanto atañen a la psicología del apren-
dizaje (1956, capítulo 8) y señaló, precisamente, que, si bien muchas de sus formulaciones resultan relevantes para una teoria de esa naturaleza, no la
constituyen; por otra parte, Lewin jamás pretendió hacerlo. CAMBIOS DE LA CONDUCTA En su importante publicación Regression, retm' gression and development (1951, capítulo V) [Regresión, retrogresión y desarrollo], Lewin considera algunos de los cambios de conducta que ocurren
pertenencia de todos ellos a un mismo sistema tensional, hallazgo que arroja ciertas dudas sobre la validez de las teorías asociacionistas del aprendizaje.
durante el desarrollo, e intenta luego mostrar cómo dichos cambios pueden ser representados por medio
del trabajo científico de Lewin (1956, capítulo 8). Por otra parte, Lewin ha escrito un extenso articu-
Variedad
A Hflgard se debe una sagaz exposición de esta fase lo sobre el premio y el castigo (1935a, capítulo IV),
tema acerca del cual sus ideas guardan sólo una
mínima relación con formulaciones hedonistas como
de los constructos de la teoría del campo.
_ .1
Es bastante obvio que, a medida que el indiyiduo
crece, la variedad de sus actividades, sus canelones,
sus necesidades, su información y sus relacrones so-
r LAS GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
ciales aumenta, por lo menos hasta que alcanza
cierta edad, a partir de la cual la versatilidad de su
conducta puede disminuir. Organización
Con el aumento de la edad, las actividades no sólo llegan a ser más versátiles; su organización revela,
asimismo, cambios importantes. Asi, una unidad dada de la conducta despliega creciente compleji-
dad; habitualmente, un niño pequeño mantiene re-
laciones con un solo compañero por vez; un niño mayor, en cambio, puede mantener relaciones simultáneas con varios otros. También la estructura de la conducta se jerarquiza; por ejemplo, un niño
197
da paso a una pluralidad de acciones. Si bien es cierto que, cuando las acciones independientes llegan a estar jerárquicamente organizadas tiene lugar
cierta integración, sólo por medio de lo que Lewin
ha denominado interdependencia “organizacional”,
se logra la integración real. Ia interdependencia
organizacional consiste en la combinación e inte-
gración de actividades o necesidades diferenciales en una amplia totalidad: el hecho de tocar el piano, construir una casita de juguete y escribir un cuento
implica operar la reunión de una cantidad de actividades separadas. Según señala Lewin, a medida
que el niño crece, la actividad masiva disminuye,
la organización jerárquica aumenta y el grado de unidad, basado sobre la interdependencia organiza-
pequeño suele jugar con cubos sólo por el placer
cional, fluctúa.
en cambio, este juego puede llegar a ser el medio
Grado de realismo
bación o la necesidad de superar a otro niño. De igual modo, la conducta puede llegar a ser más complicada en el sentido de que un niño mayor
A medida que crece, la persona se orienta, habitualmente, cada vez más hacia la realidad; el niño pequeño no discierne fácilmente entre lo real y lo imaginario y, en tanto no ha aprendido tal discerni-
dades durante un cierto lapso: dibujar y conversar
sentido de la realidad.
que obtiene de la actividad; a medida que crece,
para alcanzar otros fines, como el deseo de apro-
está en condiciones de dedicarse a diversas activi-
con un amigo, interrumpir para hacer un mandado
a pedido de su madre, retornar a su dibujo, conversar con otro amigo, atender el teléfono, y volver a dibujar; el niño menor, en cambio, que se distrae mucho más, hace sólo una cosa por vez y, si es
interrumpido, no se muestra dispuesto a retomarla.
Extensión de las áreas de actividades
El niño mayor tiene más libertad de movimientos que el bebé; puede hacer cosas de las que éste es incapaz, por ejemplo, cruzar la calle, ir a la escuela, visitar amigos; con la edad, el tiempo adquiere mayores dimensiones. El niño pequeño es fundamentalmente una criatura del presente; para él el futuro no existe y, hasta cierto punto, tampoco el pasado.
A medida que crece, comienza a pensar acerca del Pasado, a hacer planes para el futuro, y a ver el presente como un segmento temporal más amplio. Interdependencia de la conducta La observación común muestra que la conducta
81 niño comprende reacciones difusas de todo el
cI'mrpo. Esta conducta, según Lewin, constituye un elemplo de interdependencia simple, es decir, un
estado no diferenciado. Con la creciente madurez, se produce, en la actividad masiva, la diferenciación
e Ciertas formas, eSpecializadas e independientes, de acción; la simple unidad de la conducta infantil
miento, no está en condiciones de desarrollar un
CONCEPTOS EVOLUTIVOS Tras su exposición de algunos de los principales cambios que ocurren durante el desarrollo —la
variedad, la complejidad, la extensión, la organiza-
ción, la integración y el realismo—, Levvín procede a conceptualizarlos, y puesto que conducta y des-
arrollo son considerados, ambos, funciones de los mismos factores estructurales y dinámicos (Lewin,
1951, pág. 238), emplea, aqui, los constructos pre-
viamente examinados en este volumen. Diferenciación
Aplicable a todos los aspectos del eSpacio vital, éste es uno de los conceptos clave de la teoría lewiniana del desarrollo de la personalidad. Según su
definición, constituye el aumento del número de
partes de un todo; el número de regiones de la esfera personal interna, por ejemplo, aumenta con
la edad. Si se observa la figura 29 se comprobará que los sistemas tensionales diferenciados del adulto son más numerosos que los del niño. De modo similar, con el aumento de la edad y la madurez el ambiente psicológico se vuelve cada vez más
diferenciado: tanto la dimensión temporal, en la que se disciernen el pasado remoto, el pasado reciente,
el presente, el futuro próximo y el futuro distante,
198
CALVIN S. HALL Y GARDNER LINDZEY
un estado de igualdad tensional entre ambos SiSte. mas y, de modo similar, si el nivel de tensión de b
es elevado, la energía fluirá hacia a; la influencia
es mutua y recíproca. Tal es, al parecer, la clase de relación que existe entre los sistemas tensionales Niño
Figura 29
como la dimensión realidad-irrealidad. El individuo
adulto aprende no sólo a distinguir lo verdadero de lo falso, sino también los diversos grados de pos:bilidad y probabilidad. _ Prepiedades de los límites Es obvio que la mayor diferenciación de la persona y del ¡ambiente psicológico representa un
aumento del número de limites, los cuales, sin embargo,
no son
todos iguales: su fuerza varía. En general, los limites del niño son menos firmes que
del bebé; la perturbación de una región se Propaga a las otras regiones de la esfera personal interna produce, a través del aparato motor, una difusa descarga masiva: la inquietud del bebé hambriento
es general. Según parece, a medida que el bebé madura, la
influencia existente entre los sistemas tensionales
vecinos pierde su carácter mutuo y recíproco; en lugar de la interdependencia simple se establece
una relación del tipo de la de director y dirigido, El sistema tensional a dirige al sistema tensional b de una manera tal que permita a a descargar su
tensión sin que necesariamente se produzca igualación final alguna entre ambos. La manera en que
una región personal interna puede subordinar lo motor a sus objetivos, y su posibilidad de regular y controlar lo que ha de ser percibido, constituyen
ejemplos simples de tai interdependencia organilos del adulto; el límite entre el niño y su ambiente zacional. psicológico, por ejemplo, es más débil que el exisPor otra parte, la interdependencia organizacional tente entre el adulto y el suyo. Ello explica el hecho no implica la difusión de la tensión, de una región de que el niño, más sujeto a la influencia ambiental, a otra, sobre la sola base dela proximidad: la selecpueda descargar sus tensiones internas más fácil— mente que el adulto: el niño es, en mayor grado, tividad se desarrolla de modo tal que los sistemas parte de su ambiente; de hecho, durante las prime- distantes entre si pueden dominarse o dirigirse unos ras semanas de vida puede no existir, virtualmente, a otros; es posible que llegue a establecer toda limite alguno entre el bebé y su. ambiente psico- una jerarquía de relaciones dominantes-subordinalógico. Debido a la debilidad de los limites en la das, en la que la región a regirá a la región b, ésta esfera personal interna del niño, una necesidad pue- a la c, y asi sucesivamente. Ello eXplicaria, entre de ser reemplazada por otra más fácilmente, en su otras cosas, la capacidad de un adulto para orgacaso, que en el del adulto; los limites de la dimen- nizar y ejecutar un complicado plan de acción, capacidad que no parece estar al alcance de los niños. sión realidad-irrealidad y los de la perspectiva temLewin compara la unidad organizacional de. una poral presentan similar debilidad, también caracte- persona con la organización al mando de un solo ristica de la infancia. jefe: ante la división de esta jefatura en muchas. la unidad decrece, y aumenta, en cambio, cuando surge un nuevo jefe central; del mismo modo, Integración 13 unidad de la persona adulta en Si bien las propiedades de diferenciación y cambio de manera uniforme aumenta lugar de desarrollarse y disminuye. de los limites pueden esclarecer diversos hechos del desarrollo, no explican por qué la organización y la integración de la conducta aumentan con la edad; ETAPAS DEL DESARROLLO esta explicación requiere otro concepto, que Lewin denomina interdependencia organizacional. La comLewin no trata este asunto detalle; a sufrí“ paración de este concepto con la interdependencia terio, el desarrollo constituye en un proceso connnuo simple de las regiones contribuirá, probablemente,
en el cual es dificil reconocer periodos discretOS-
a su comprensión. Consideremos, por ejemplo, dos sistemas tensionales vecinos e interdependientes, a
importantes cambios evolutivos, seguidos P°r “im
la energia fluye desde a hacia b hasta que se alcanza
período de reorganización dinámica que culmma
y b: cuando a se halla en estado de elevada tensión,
Sostiene que alrededor de los tres años se producen etapa de relativa estabilidad hasta la adolescenqm-
LAs GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
finalmente en la estabilidad de la edad adulta (1951,
capítulo VI); asimismo, señala que las regiones que inicialmente llegan a estar diferenciadas en el bebé
son las relacionadas con la alimentación y la elimi-
nación.
Según Lewin, el empleo de una escala de edades
destinada a la descripción del desarrollo no resulta del todo apropiado para comprender el desarrollo
psicológico; eventualmente, la escala de edades de-
berá ser abandonada en favor de una escala de
grados de diferenciación, de organización, de integración, etcétera. Por otra parte, la psicología debe
consagrarse a la tarea de descubrir los hechos co-
existentes y dinámicamente relacionados que repre-
sentan las condiciones aptas para el cambio, en el momento en que éste ocurre; no basta afirmar que los niños de seis años hacen cosas que no hacen los de tres: es necesario explicar el cambio mediante los conceptos de la teoría del campo. BEGRESION Toda teoria del desarrollo debe tener en cuenta el hecho de que, periódicamente, se producen re-
gresiones. Lewin ha hecho importantes contribucio-
nes, tanto teóricas como experimentales, a nuestra comprensión de las regresiones (1951, capitulo V). En primer término, establece la distinción entre retrogresión y regresión: en tanto la retrogresión alude al retorno hacia una de las primeras formas de conducta incluidas en la historia vital de la persona,
199
la'regresión implica todo cambio hacia una forma mas primitiva de conducta, con prescindencia de si la persona en cuestión se ha comportado alguna
vez, anteriormente, de esa manera. Según las res—
pectivas definiciones de regresión y retrogresión, cl estudio de la primera resulta mucho más accesible, puesto que no requiere establecer si la conducta del caso tuvo lugar realmente en la vida del sujeto, y permite aplicar las normas de edad ya instituidas
para diversas actividades. Por ejemplo, si los niños de dos años de edad juegan de cierto modo con sus
juguetes y los de cuatro lo hacen de otro, es posible intentar determinar en qué condiciones regresarán los de cuatro años al nivel de juego de los de dos; tal tipo de experimentos ha sido realizado por Lewin y sus colaboradores, quienes comprobaron que la frustración es uno de los factores que producen regresión (Barker, Dembo y Lewin, 1941).
RESUMEN En su análisis teórico del desarrollo, Lewm em-
plea conceptos del campo, como los de diferencia-
ción, cambios en las condiciones de los límites.
organización, e integración. En general, se puede afirmar que, con la madurez, aumentan la diferenciación —tanto de la persona como del ambiente psicológico—, la firmeza de los limites, y la com— plejidad de la red de relaciones jerárquicas y selec-
tivas entre los sistemas tensionales. Para Lewin, el
desarrollo de la conducta es una función de la persona y del ambiente psicológico.
CAPÍTULO 4
CLASE Y METODOS DE INVESTIGACION Un criterio ampliamente aceptado reSpecto de lo
que constituye una “buena” teoría, es el de la medida de su eficacia como estímulo dela investigación. En
tal sentido, la teoria de Lewin es, sin duda, muy
"buena s ya que, entre las demás teorías de la personalidad, pocas han generado tanta experimenta-
crón; el mismo Lewin, aunque conocido como brillante teórico, fue siempre un científico activo: tomó
la iniciativa en la formulación de pruebas empíricas
para muchas de sus hipótesis básicas y su gran entusiasmo por la investigación se difundió a través de generaciones enteras de estudiosos de Alemania y los Estados Unidos. La serie de articulos aparecidos en Psychologische Forschung entre 1926 y 1930 constituye uno de los más destacados conjuntos de estudios empíricos de la literatura psicológica. Tantc
las ideas de Levvin como su genio al proyectar las
más simples y convincentes demostraciones para sus concepciones teóricas, han actuado a modo de
catalizadores sobre muchos psicólogos que, sin em-
bargo, nunca estuvieron personalmente vinculados
con él; es imposible, en consecuencia, estimar la
cantidad de investigadores que han sido influidos por él, puesto que constituyen, sin duda, una gran legión. Sea cual fuere el futuro destino de sus teorías, el cuerpo de trabajo experimental fomentado por ellas constituye una perdurable contribución a nuestro conocimiento de la personalidad. Las investigaciones empíricas de Lewin y sus
muchos colaboradores han sido orientadas siempre por la teoría; es decir, las experiencias fueron reali-
zadas para someter a prueba las pr0pos1c10nes formuladas por la teoría del campo, nunca con el un hecho
objeto de coleccionar hechos: para Lewm, articular es significativo sólo cuando arrOja luz sobre la validez de un principio o una ley general.
Al respecto, los estudios desarrollados a partlr_de su
con las restantes. Ello significa que, cuando el nivei
tensional de una célula es elevado por una necesi. dad o una intención, la energía pasa con mayor facilidad a una región vecina cuya barrera es débil, que a otra cuya barrera es fuerte. Lo enunciado hasta aqui es teoría. ¿De qué modo será verificado por la investigación empírica? Lewin ideó la siguiente técnica experimental (19353, págs. 180, 193): supongamos, por ejemplo, que se brinda a un niño la oportunidad de construir algo con cubos. Tras haber inducido en él la intención de construir una casa -—toda intención, según
se recordará, está coordinada con una región per-
sonal interna en estado de tensión—, se lo interrum-
pe, antes de que haya podido completar su tarea y, así, descargar totalmente la tensión. Se le pr0porciona entonces otro tipo de material lúdico, por ejemplo, plastilina, y se procede a inducir en él
una nueva intención, por ejemplo, modelar un caballo, Io que conceptualmente significa que una
segunda región personal interna entra en estado de tensión. Se permite al niño completar el segundo
proyecto, y se le ofrece luego la oportunidad de
retomar su inconclusa construcción de la casa de
cubos; si no reanuda la tarea interrumpida, tendre-
mos un índice de que la tensión del primer sistema ha sido descargada mediante la ejecución de la segunda tarea, la cual, en consecuencia, actúa como
sustituta de la primera. Si, por el contrario, el niño reinicia el trabajo interrumpido, tendremos un ín-
dice de que la tensión del primer sistema no ha
sido descargada mediante la conclusión de la se-
gunda tarea; es decir, que la actividad completada
no tiene valor sustitutiva para la actividad interruln'
pida. Ambos resultados pueden ser descriptos me-
diante representaciones conceptuales ( figura 30%
concepción de los sistemas tensionales constituyen
un claro ejemplo. Se debe recordar gue la esfera personal interna consiste en cierto numero de regiones o células, cada una de las cuales está sepa-
rada de las vecinas por límites cuya propiedad principal es la de ofrecer resistencia a la difusión de la energía de una célula sobre las adyacentes. La firmeza de los límites puede variar y, en consecuencia, una región determinada puede mantener más intima comunicación con otra región dada que
Plastilina
Cubos
"“1""
No mm udnción
Beanudación
Figura 30
LAS GRANDES moníAs m: LA PERSONALIDAI)
En la figura de la izquierda, las dos regiones están
separadas por un límite fuerte, impermeable, que impide la descarga de la tensión del sistema cubos por medio del sistema plastilina; en virtud de la tensión remanente en el sistema cubos, el niño reanuda la construcción inconclusa. En la figura de la derecha, el límite es débil y la tensión del sistema
cubos puede ser fácilmente eliminada por medio
del sistema plastilina y, puesto que, una vez concluido el caballo de plastilina, no resta ya tensión
201
es más realista que pensar en ella. No obstante,
Sliosberg (1934) ha revelado que la medida en que
lo menos real es sustituiblc por lo más real depende
del carácter de la situación particular: en una situación laxa, de juego, la fantasía puede ser tan satis-
factoria como la realización de la actividad motriz,
mientras que en un contexto más serio, la fantasía
puede no poseer valor sustitutivo alguno. Ktipke (citado en Lewin, 1935a, pág. 185) ha empleado el diseño eXperimental de sustitución para
alguna en ese sistema, el niño no desea retomarlos. El diseño experimental requiere, asimismo, la
probar una aplicación especial de la teoría lewíniana de la persona. Según Lewin, los límites existentes
sujetos son interrumpidos sin oportunidad de rea-
niño débil mental deberían ser más firmes que los del niño normal; si esta hipótesis es correcta, habrá menos posibilidad de sustitución de tareas entre los
presencia de un grupo de control, en el que los
lizar tareas sustitutas, destinado a la verificación
de si realmente existe alguna tensión en el sistema, en el momento de la interrupción; de otro modo, la comprobación del valor sustitutivo de la tarea completada resultaría imposible. Las investigaciones experimentales que aplican este diseño básico han sido denominadas estudios de sustitución. Uno de los primeros trabajos de este tipo, llevado a cabo bajo la influencia de la teoría del campo de Lewin, se debió a Kate Lissner (1933), quien intentó establecer qué determina, en las ta-
reas en sí, la posibilidad de que una tenga valor
sustitutivo para otra: como era de esPerar, comprobó que, cuanta más similitud exista entre dos tareas, mayor será la probabilidad de que se sustituyan mutuamente. Por ejemplo, si la tarea inte-
rrumpida consistía en modelar un caballo y la sustituta en modelar una víbora, la posibilidad de reasunción era mucho menor que si la tarea sustituta consistía en dibujar un cuadro o en enhebrar cuentas. Lamentablemente, no disponemos de criterios
entre las células de la esfera personal interna del
niños retardados que entre los normales. Ello fue
confirmado por los resultados de Kiiplte: aun tratándose de tareas muy semejantes, tales como dibu-
jar un gato sobre papel rojo, y luego el mismo animal sobre papel verde. los niños débiles mentales después
de haber completado la segunda tarea, casi sierhpre reanudan la primera y la terminan. La figura 31 ilustra la diferencia entre las prepiedades de los
limites de los niños normales y de los retardados: los límites engrosados de la región personal interna
del niño débil mental indican que la comunicación entre los sistemas tensionales es menor que en el caso del niño normal, el que a su vez presenta mayor cantidad de células porque, según Lewin, es más diferenciado que el retardado. (En cuanto a otras diferencias entre el niño normal y el retardado, véase Lewin, 1935a, capitulo VII.)
del todo apr0piados para determinar con anticipación el grado de similitud existente entre dos tareas
que, si bien pueden parecer muy semejantes para
el observad or, resultarán, tal vez, diferentes para quien las realiza, o viceversa. Asimismo, Líssner descubrió que el valor sustitutiva de una tarea difícil es mayor que el de una fácil, en tanto los items
restantes permanezcan sin modificación. Empero, antes de haber hecho efectivamente la prueba, no
68 simple juzgar la dificultad de la tarea: lo que
para una persona resulta difícil, puede resultar fácil para otra.
Otro de los discípulos de Lewin, Mahler (1933), r'"mlpl’ObÓ que, cuanto mayor sea el grado de reali-
Niñn débil mental
Niño nonml
Figura 31
Entre los estudios de sustitución basados sobre
dad .de la segunda tarea, mayor será su valor sustitutivo respecto de la primera. Si, por ejemplo, se
la teoría y el diseño eXperimental de Lewin, el más
(fase de que se le brindara la Oportunidad, la ms'bllidad de reanudación es menor que si se le Edeáue Piense o imagine cómo lo habría comple0’ se Supone que hablar acerca de una actividad
tema, entre ellos, en cuanto a nuestros propósitos
”'teïmmpe a un niño cuando está dibujando, y se f Permúe explicar cómo terminaría su trabajo en
ambicioso y cuidadosamente formulado es, quizá, el realizado por Mary Henle (1942), quien critica
muchos a5pectos de los estudios previos sobre el concierne, la circularidad implicada en la interpretación que Lissner hace de sus hallazgos. Según Henle, muy poco —-—o nada— se agrega al conoci-
202
CALVIN s. HALL Y GARDNEII LINDZEY
miento de la sustituibilidad afirmando que una tarea posee valor sustitutivo respecto de otra porque ambos sistemas están en comunicación dinámica; por el contrario, es preciso probar empiricamente si en realidad una tarea ha de sustituir o no a otra. En suma, explicar los resultados una vez obtenidos no constituye una prueba real de la teoria, puesto que las explicaciones basadas sobre otras teorías pueden ser igualmente aplicables: el carácter exclu-
sivo del poder explicativo de una teoría depende de la capacidad del teórico para predecir cuánto
eSpera hallar. De acuerdo con ello, Henle se consagró a la significativa búsqueda de principios que permitan establecer con anticipación cuáles son las
tareas que ban de sustituirse mutuamente y cuáles
no. Así, seleccionó algunos principios de la teoria guestaltista de la percepción y del aprendizaje —-se-
gún la cual ciertos factores estructurales, tales como
la semejanza, la proximidad, la homogeneidad, el
cierre, y las relaciones de fondo-figura, realizan
un importante papel en la producción de la organización perceptiva y en la determinación de lo aprendidc—, suponiendo la posibilidad de que los mismos actúen en la sustitución de tareas. Con este pr0pósito, ideó el siguiente experimento basado sobre los principios de homogeneidad y de proximidad: se suministra a cierto número de sujetos --todos ellos estudiantes secundarios— una serie de cinco tareas homogéneas, una de las cuales consiste en la resolución de laberintos para resolver con lápiz-papel; el sujeto está autorizado para completar los tres primeros laberintos, tras de lo cual es interrumpido antes de concluir el cuarto, y una vez resuelto el quinto, se le permite reanudar el que ha quedado incompleto. Según la predicción de
crón .de’ la hrpótesrs por el primero, ya que ambas predrccrones fueron hechas sobre la base de 10s
mismos principios.
Los resultados del segundo experimento descon. certaron a Henle: anteriormente, en un experimento
que consistía en sólo dos tareas en lugar de una
serie, la no reanudación de la tarea interrumpida
había alcanzado una proporción bastante elevada,
Ante tal diferencia, Henle sugirió tres posibles
explicaciones. En primer término, es posible que en virtud de su interrupción, una tarea incluida er; una serie se destaque respecto de las restantes; segregada, la tarea interrumpida perderá su comunj. cación dinámica con las otras. Cuando, en lugar de una serie, hay sólo dos tareas, la interrumpida sobresale menos y mantiene su relación con la que
ha sido completada; el resultado sería un valor sus. titutivo mayor en los casos en que se emplean sólo
dos tareas. Si ésta es la razón, el siguiente procedi.
miento podría brindar la prueba requerida: empleando cinco tareas, de las que las tres primeras, por un lado, y las dos últimas, por el otro, eran
similares —de modo tal que el conjunto constituía
una serie heterogénea—, la prirnera, la tercera y la
cuarta tarea fueron interrumpidas. Así, la cuarta,
destinada a probar el grado de reanudación, no
bajo incompleto. De ello se deduce que las tareas
se destacaba respecto de las otras dos, también interrumpidas. Los resultados fueron iguales a los obtenidos cuando la cuarta tarea era la única interrumpida; es decir que la mayor parte de los sujetos reanudaba la cuarta tarea interrumpida una vez concluida la quinta. Aparentemente, aunque por si sola la interrupción no hace sobresalir una tarea, determina la pérdida de conexión dinámica del sistema tensional respecto de los sistemas vecinos. En segundo término, es probable que la disparidad entre los resultados de una serie de tareas y los de un par de ellas obedezca a la mayor atracción (valencia) de las tareas empleadas en las series, com-
nicado. Virtualmente sin excepción, los sujetos re-
sugiere que los sustitutos son, tal vez, menos fácil-
Henle, puesto que las dos últimas tareas, unidades
de una serie homogénea de laberintos, no se destacaban de las otras, los sujetos reanudarían el tra-
cuatro y cinco no constituyen un par intercornu-
parada con la de las utilizadas en los pares. Henle
mente aceptados cuando la tarea interrumpida ins-
anudaron la tarea interrumpida. Según la misma linea de razonamiento, Henle predijo que la reanudación sería menor en una serie heterogénea, en la que las tareas cuatro y cinco fueran bastante diferentes de las tres primeras, que
pira gran interés al sujeto. Con la intención de probar“ esta conjetura, Henle utilizó pares de tareas cuyas valencias relativas variaban: uno de ellos consistía. en tareas altamente preferidas; otro, en
confirmada: por ejemplo, cuando las tres primeras tareas consistían en la realización de diseños con
claramente que el mayor grado de reanudación co-
en las series homogéneas. Esta predicción no fue
mosaicos, y la cuarta —interrumpida——, y la quinta
—concluida— en la resolución de rompecabezas, el grado de reanudación era similar al de las series homogéneas. Henle reconoció, en consecuencia, que el fracaso. en la predicción de los resultados del
segundo experimento anula la presunta confirma»-
tareas de valencia media; el tercero, en tareas de bajo nivel de interés. Los resultados establecieron
rresponde a las tareas de valencia más alta y el
menor a las de valencia minima, en tanto es mode‘
rado para las de valencia media. Una valencia fuerte inhibe la comunicación entre los sistemas tensronales y reduce el valor sustitutiva. Asimismo, 9€ P°Sible que tras una tarea de valencia elevada en“?
tensión particularmente alta, que la termini!món“See
LAS GRANDES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
no alcanza a eliminar en medida la segunda tarea contrario, ésta podria resultar eflSu ficiente; por el
en tal sentido si tanto la valencia como la tensión 0321.3 primera fueran bajas. De cualquier modo, los Sdntradictorios resultados obtenidos con un par de
tareas de valencia ba1a frente a una serie de tareas de valencia alta serían exphcables en Virtud de la
diferencia entre las valenc1as. En consecuencra, es
necesario, al planear eXpenmentos relativos a fac-
tores estructurales tales corno la proxmndad y la en las
diversas condrcrones exsemejanza, utilizar, de igual tareas valenma. _ erimentales, En tercer término, el éxito podría ser causante
de la diferencia entre los resultados obtenidos,res-
pectivamente, con un par de tareas y una serie de
cinco. Según'I-Ienle, el sujeto se inclina a considerar más dificultosa una tarea interrumpida que una ter-
minada: cuando tiene la oportunidad de completar cierta cantidad de tareas, como ocurre cuando se le pr0pone una serie de cinco, conquista cierta se-
guridad en cuanto a su capacidad para realizar el
trabajo y, consecuentemente, tiende a reanudar y
completar la tarea interrumpida; cuando sólo se
trata de dos tareas, la eXperiencia del éxito obtenido
no suscita suficiente confianza en el sujeto respecto
de su capacidad y, por lo tanto, la probabilidad de
que reanude la difícil tarea interrumpida es menor.
Henle investigó la relevancia de este factor me-
diante el siguiente procedimiento: permitió a los
sujetos completar tres laberintos de dificultad creciente, interrumpió el cuarto de la serie y autorizó la conclusión del quinto; prácticamente todos los sujetos reanudaron el laberinto interrumpido. Cuan-
do, a la inversa, los tres primeros laberintos eran tan simples que no producían sensación alguna de éxito en los sujetos, el número de los que reanuda-
ban la tarea interrumpida era mucho menor.
Una vez establecido que la valencia y la dificultad de la tarea son variables importantes en los experimentos de sustitución, Henle procedió a mantener constantes ambos factores, al tiempo que al-
teraba las condiciones de homogeneidad y proximidad de las tareas.
Una serie de tareas heterogéneas, consistentes en
tres tests de cancelación de letras, que fueron com-
Pletados, y dos de diseños con mosaicos, uno concluido
y uno interrumpido, .dio or resultado una Proporción de reanudación —de a tarea interrumP‘da- bastante menor que cuando se suministraba
una serie de tareas homogéneas, consistentes, por
203
ejemplo, en tests de cancelación de letras o en di-
seños con mosaicos exclusivamente; en tanto la ho-
mogeneidad de las tareas impide el desarrollo de la comunicación, su heterogeneidad, por el contrario, permite que las dos últimas se destaquen y lleguen a ser dinámicamente interdependientes. Para someter a prueba el factor proximidad, Henle empleó dos series de tareas: en la primera serie, el sujeto debía completar la primera tarea, interrum-
pir la segunda, y completar la tercera, las dos últimas semejantes entre si. En este caso, en el que la
tarea interrumpida estaba próxima a la concluida, la proporción de no reanudación alcanzó a un 75 % de los sujetos: de acuerdo con este resultado, la tercera tarea posee, respecto de la segunda, un alto valor sustitutiva.
En la segunda serie, el sujeto
era interrumpido mientras realizaba la primera tarea, y completaba la segunda y la tercera, similar. esta última, a la primera. En este caso, la tarea interrumpida estaba separada de una similar, con-
cluida: sólo el 36 % de los sujetos no reanudó la tarea interrumpida. En consecuencia, los resultados
de ambos grupos de experimentos confirman la hipótesis según la cual el límite entre dos sistemas tensionales se vuelve. más permeable en condiciones de heterogeneidad y proximidad de las tareas. Los precedentes estudios sobre sustitución cons-
tituyen tan sólo una pequeña parte del trabajo experimental a que dio origen la teoría del campo
de Lewin. Resulta prácticamente imposible hacer justicia, dentro del limitado espacio di5ponible, al conjunto de la investigación, de la que no podemos sino señalar ciertas áreas, directamente deri-
vadas de la teoría de la personalidad de Lewin, que el lector deberá estudiar por sus propios medios: el nivel de aspiración (Lewin, Dembo, Festinger y
Sears, 1944), las actividades interrumpidas (Katz,
1938; Zeigarnik, 1927), la satisfacción psicológica (Karsten, 1928; Kounin, 1941), la regresión (Barker,
Dembo y Lewin, 1941), y el conflicto (Lewin, págs. 260-268; Smith, 1968); en el Manual of 1951, child psychology (1954) [Manual de psicologia infantil],
el capítulo dedicado a Lewin incluye una. revisión. útil del trabajo experimental realizado por él y sus. colaboradores, y del. mismo modo en Deutsch (1968). La presentación detallada de las ideas Lewin y de las investigaciones a que han dado de lu-
gar se podrán hallar en el volumen 2 de Psycholo-
gy: A study of a science (Ca'rtwright, 1959) [Psicología: Estudio de una ciencia].
CAPÍTULO 5
ESTADO ACTUAL Y EVALUACION El grado de controversia que una concepción científica suscita entre sus propulsores y sus críticos
constituye uno de los índices de su vitalidad: el
conductismo de Watson, el psicoanálisis, la teoría conductista de Hull y el conductismo finalista de Tolman constituyen ejemplos de puntos de vista que han dividido a los psicólogos en campos rivales; en cada caso, la teoría ha ejercido notoria influencia sobre el curso seguido por la psicología. La teoría del campo de Lewin ha sido objeto de
considerable controversia a lo largo de los últimos 30 años; durante ese lapso atrajo a un grupo de
devotos partidarios, quienes desde la muerte de
Lewin continúan el trabajo iniciado por él, especialmente en cuanto atañe al estudio de los procesos grupales; muchos de sus antiguos colaboradores en el Centro de Investigación. sobre Dinámica de Grupo del Instituto de Tecnología de Massachu--
setts, trabajan ahora juntos en la Universidad de Michigan: la dinámica. de grupo —como señala Deutsch (1968)4— ha llegado a ser parte de la psí-
cología social. La teoria lewiniana de la persona ha logrado hon-
da resonancia; el pr0pio Lewin, durante los últimos
años de .su vida, se consagró mucho más al estudio de los procesos grupales y a la investigación activa (Lewin, 1948), interesado en aplicar la teoría del
campo a todas las ciencias sociales. Desde 1940, en consecuencia, su teoría de la persona no ha experimentado grandes progresos. Muchos de sus conceptos, sin embargo, han llegado a ser asimilados por la corriente principal de la psicología: vector, valencia, sistema tensional, barrera y eSpacio vital, han dejado de ser términos extraños para los . psicólogos. Los estudios orientados por la teoría del campo han introducido una importante innovación: la creciente atención que se dispensa a la influencia de los factores no psicológicos sobre el espacio vital; Escalona y Leitch (Escalona, 1954), por ejemplo, muestran, en sus estudios acerca de la conducta in-
fantil, la manera en que ciertos factores constitu-
cionales, tales como la sensibilidad ante diversos-
estímulos, la actividad física y la tolerancia de la tensión afectan el ambiente psicológico del niño;
asimismo, Barker, Wright y sus colaboradores han
emprendido en la Universidad de Kansas, una nota. ble investigación sobre ecología (Barker, 1963, 1965;
Barker y Wright, 1951, 1955), destinada a describir el medio donde se desenvuelven todos los niños de
un pequeño pueblo del Oeste central de los Estados
Unidos. Según Escalona, ambos estudios indican
que, “al interesarse no sólo en la naturaleza dela situación psicológica sino también en su génesis y su desarrollo a través del tiempo, los topólogos han ensanchado su dominio” (1954, pág. 982). La influencia de Lewin sobre el pensamiento ac-
tual en psicología está ilustrada por la teoría de
Atkinson dela motivación de logros (Atkinson, 1964; Atkinson y Feather, 1966). Esta teoría extiende y elabora el grado de aspiración. Cantril (1965) empleó el nivel de metodología de la aSpiración en sus estudios globales de los intereses humanos. La investigación de Rokeach de la mente abierta y
cerrada (1960) utiliza los conceptos lewinianos. La
mente cerrada es menos diferenciada, tiene límites
más rígidos y posee una perspectiva de tiempo más estrecha que la mente abierta. Festinger (1957, 1964), más tarde, desarrolló la teoría de la disonancia sobre el criterio de Lewin, y sostiene que la situación previa a la decisión es diferente de la
que se produce después de haberse resuelto. El análisis teórico e influyente de Heider de la
percepción social y de las relaciones interpersona-
les (1958) se apoya fuertemente en el enfoque de la teoría del campo de Lewin. Heider dice: “. . . aunque se han considerado pocos de los conceptos es-
pecificos de la topología, ellos han ayudado a la
construcción de otros nuevos con los que hemos tratado de representar algunos de los hechos básicos
de las relaciones humanas” (pág. 4). En cuanto a las críticas suscitadas
r la teoria
del campo de Lewin, podemos resumir as en cuatrü consideraciones: Las representaciones vectoriales y topológioas dl: Lewin, destinadas, según se supone, a ' conducta, nada nuevo revelan al respecto. Tal ° b jeción ha sido formulada de diversa-s manerass’aláo)r
diferentes críticos.
como Garrett (1
Algunos, alegan que las representaciones de Lewm son sólo,
LAS GRANDES manías DE LA PERSONALIDAD
orrosaï descripciones de situaciones psicológicas
otros, que no son smo anarticula rmente simples; ilustratlvas (Brolyer, logías píctóricas, metáforas eng
London (194i4) afirma que descnben,
1936-1937);
y nada agregan que únicamente lo ya conocrdo, parte, Lmdzey rmita comprenderlo mejor. Por su
(1952) señala, en un análisis de la Field theory in
social science [La teoria del campo en la crencra social] de Lewin, la tendencia del autor a emplear con más frecuencia 11ustrac1ones posteriores al hecho que predicciones previas basadas sobre proposiciones deducidas de la teoria básica. Householder (1939) observa, asimismo, que Lewin no formula
leyes ni proporciona explicación alguna acerca de las operaciones requeridas para determinar las constantes de las ecuaciones a partir de las cuales sea
posible predecir la conducta de un individuo en
una situación dada. Spence (1944) afirma que no
existe relación entre el trabajo experimental de Lewin y su teoria: “Lewin formula un programa su-
mamente atractivo para la teoría, el cual, considerado en conjunto con sus interesantes experimentos, crea la ilusión de que hay alguna vinculación en-
tre ambos” (pág. 54). Tal es la duda que, en un
artículo escrito en ocasión de la muerte de Lewin,
plantea Tolman: “¿Será verdad que, según he es-
205
das ventajas. Por otra parte, precisamente su con— cordancia con los hechos conocidos prueba, al menos en cierto grado, la suficiencia de la teoría en cuestión (Lewin, 1951, pág. 20). No obstante, Lewin admite luego la validez de la crítica:
Es cierto, sin embargo, que la posibilidad de formular predicciones a partir de una teoria y probarlas experimentalmente constituye una prueba muy clara de su suficiencia. Al parecer, ello se debe al hecho de que, en general, los datos em-
píricos permiten numerosas interpretaciones y cla-
Sificaciones diferentes y, en consecuencia, por lo común resulta fácil inventar una variedad de teorías capaces de comprenderlas (1951, pág. 20). ' [La bastardilla es nuestra.]
En la parte destacada de lo transcripto, Lewin
señala la razón por la cual las explicaciones _ posteriores a los hechos son criticadas, y por la que una rigurosa metodologia científica insiste en la necesi-
dad de formular predicciones empíricas a fin de que la teoria pueda ser probada.
cuchado afirmar —y que yo mismo, a veces, he
La psicologia no puede ignorar el ambiente objetivo
tras haber sido observadas las conductas supuesta— mente resultantes del mismo?” (Tolman, 1948, pág.
wik (1943) y Tolrnan (1948) critican la teoría del
estado tentado de creer—, la correcta conceptualización de un espacio vital dado sólo es posible
3); más benévolo que otros críticos, Tolman atribuye la falla al hecho de que Lewin omite la explicación de ciertos pasos de su pensamiento. A su vez, lleidbreder (1937), en un análisis muy minucioso
de los Principles of topological psychology [PrinciPlos de psicologia topológica] de Lewin, afirma que el autor no pretendió que sus diagramas topológicos, concebidos como métodos gráficos destina-
05 a representar la estructura lógica de las relacio-
¡’235
Sí mismas, sirvieran como modelos de la rea-
a dm: Y senala que los conceptos topológicos puedescribir, de ¡singularmente aptos mïgeser Smtét_lca y conveniente, para a compleja red_de ¡BlaciLa existentes en una situación psicológica. Antenlnas crltlcas que aluden a sus representamones c0 mo a meras descripciones de hechos conociOs .
tant que “P permiten predecir la conducta resule> Len observa: . Se . Sólohzx a que las teorías que ¿11335130 conomdos carecen de un vaechosmenudo or mmm]:
te Vista '- N0_ puedo coincidir con tal punto (le un cn es[metal si la teoría combina, dentro ¿me
hechos conocidos previaEst[urlïïadlógico, 08 por teorias diferenciadas, lo que 00m0 ”¡ente
m: "¡80. organizativo, poseerla defini-
También sobre esta base, Iceper (1943), Bruns-
campo de Lewin, sosteniendo, en primer término, que el espacio vital no es un sistema psicológico cerrado, ya que, por una parte, experimenta la influencia del mundo exterior y, por la otra, produce cambios en el mundo objetivo. En consecuencia, es
necesario, si se desea disponer de una teoría psicológicamente adecuada, formular "un conjunto de principios en virtud de los cuales, determinadas con-
figuraciones del espacio vital, individual o grupal,
producirán determinadas conductas, [y] un- conjunto de principios en virtud de los cuales las variables inde ndientes de la situación ambiental y la per-sonali ad dada, producirán determinados esPacios vitales internos y externos” (Tolman, 1948, págs. 3-4). Según Tolman, la falla de la teoría de Lewin consiste, especialmente, en no conceptualizar el modo según el cual el ambiente externo produce cambios en el espacio vital; en tanto no ofrece principios al respecto, la teoria del campo de Lewin cae en la trampa del subjetivismo, de la que sólo puede rescatarla la intuición. Es decir que, en lugar de descubrir, mediante Operaciones cientificas, las variables independientes del ambiente que producen un eSpacio vital dado, es preciso intuir el contenido del eSpacio vital. Si, por el contrario, las variables independientes responsables de la producción de un
esPacio vital fueran conocidas, se podría predecir
y controlar de manera objetiva tal espacio.
206
CALVIN S. HALL Y GABDNER LINDZEY
modo alguno, los aSpectos del ambiente objetivo
por aquellos psicólogos que creen que la persona es un producto de la herencia, de la maduración y de] aprendizaje. Si bien es cierto que el principio lewiniano de
momento (1951, pág. 57 y siguientes). Y, en efecto,
niega que implique la exclusión de la causalidad
Dos son los argumentos con que Lewin responde a esta crítica.
En primer término, afirma que no descuida, en
que afectan el espacio vital de la persona en el
al parecer es cierto que, en el transcurso de su investigación, Lewin y sus colegas especifican las variables independientes y los estímulos provenientes del ambiente no psicológico, prácticamente de la misma manera que cualquier experimentalista. En segundo término, Lewin pr0pone un área de investigación, la ecología psicológica, apta para estudiar las relaciones entre los factores psicológicos y los no psicológicos (1951, capitulo VIII), cuya
tarea principal seria, al parecer, predecir qué variables del ambiente objetivo podrían, en algún momento futuro, influir sobre el eSpacio vital del individuo. Sea cual fuere el valor de este nuevo pro-
grama en la realización de predicciones de largo alcance acerca de lo que podría ocurrir en un futuro
indeterminado, no responde concretamente a la objeción de Leeper, Brunswik y Tolman, quienes re-
claman la conceptualización de los factores ambien-tales que, aqui y ahora, afectan el espacio vital, y
preguntan: ¿cuáles son losprocesos de mediación a
través de los cuales los hechos físicos y sociales son
transformados en hechos psicológicos?
Una crítica distinta, vinculada, sin embargo, con el problema de la relación entre el mundo físico y el eSpacio vital, ha sido recientemente elaborada por Floyd Allport (1955). Según él, Lewin ha confundido lo físico con lo psicológico o —de acuerdo con su denominación del espacio vital— “lo fenomenológico” (conocimiento directo); en los trabajos de Levvin, las locomociones son a veces físicas y a veces “mentales”; los límites, en ocasiones ba—
rreras reales del mundo exterior, son, en otras, ba-
rreras internas. El modelo de Lewin confunde el mundo interno de la fenomenología con el mundo exterior de lo físico y el resultado, según afirma Allport, es un embrollo sin esperanzas, inevitable si, con el afán de incluir en una misma área a factores situados dentro de la persona (fenomenologia) y factores situados fuera de ella (fisicalismo), se adopta el enfoque de la teoría del campo: sólo manteniendo en el comienzo la separaCión conceptual de ambos conjuntos de factores, es posible establecer
las leyes según las cuales interactúan.
Lewin no tiene en cuenta el pasado del individuo Esta objeción es formulada, en particular, por Leeper (1943) y Garrett, (1939), quienes juzgan
que toda explicación completa de la conducta pre-
sente del individuo exige una investigación de su pasado,en busca de factores causales y apoyada
contemporaneidad parece excluir el pasado, Lewin
histórica de la psicología. Al respecto, afirma:
Este principio [el de contemporaneidad] que desde el comienzo ha sido destacado por los teóricos del campo, fue con frecuencia mal comprendido, e interpretado como la expresión de una total carencia de interés de dichos estudiosos por los pro-
blemas históricos o por los efectos de las expe. riencias previas. Nada más equivocado: de hecho,
los teóricos del campo están profundamente interesados en los problemas evolutivos e históricos y, por cierto, han participado en la ampliación del campo temporal del experimento psicológico, partiendo del clásico experimento de la reacción temporal, que dura sólo escasos segundos, hasta alcanzar situaciones experimentales que incluyen
una historia sistemáticamente creada a lo largo de horas o semanas (1951, págs. 45-46). Lewin abusa de los conceptos físicos y matemáticos Aun cuando Lawin se "esforzó sobremanera por
señalar que su adopción del método de la teoría del
campo según lo expone la física no incluye, en modo alguno, su contenido, y que sólo emplea los aspectos de la topología que resultan aprOpiados para
las representaciones psicológicas, ha sido censurado
con severidad por su supuestamente indiscriminado
e incorrecto uso de los conceptos físicos y matemá' ticos (Londres, 1944).' En efecto, al parecer se objeta el hecho de que términos como fuerza, vector, valencia, sistema tensional, sendero, límite, espacio, región y otros empleados por Lewin hayan sido ex-
traídos del contexto de la fisica, la química y la matemática y mal empleados como constructos psico-
lógicos; por ejemplo, valencia no significa en PSÏ’ cología lo mismo que en química. Por otra parte, se ha señalado (Leeper, 1943; Cantril, 1935) que Lewin no siempre define con cuidado sus términos,
lo que ha provocado confusiones ya que la carencia de una rigurosa definición del término adoptado según su nueva acepción da lugar a la persistencia del antiguo significado.
Entre, las críticas suscitadas por la teoria del carn-
po, la más mordaz es, probablemente, la que añ" ma que Lewin pretende ofrecer un modelo matemático de la conducta apto para la formulacrón de predicciones específicas, cuando, de hecho, “¿“25
predicciones son imposibles. Según muchos
pSlCá'logos matemáticos, el denominado modelo matem
¡
LAs GRANDES Tnonías DE LA PERSONALIDAD
carece de toda utilidad as genelrar de. Lewin verificables; sean cualespafl:eren ' 'ones realizasu matemáticas de Lewm, ¡013.0Slfotones a ajus-
_
maau
"steríor a las observaciones; es decir,
ción fuec'fi‘a’cíones a los datos en lugar de derivarlas
tal óesfiítïvamente de su teoría .que, o verificado mediante teéncmcascacslo,e pp)-
, haberse
¿“a
'ó
de una forma Si bien el descubr1m1ento
servaClrgión en términos matemáticos, de los pro-
ejercicio d? exgauazgás’ constituye un interesante nu-
a otras ggosmducción de afirmaciones verbales de toda cambio, en carece, reméricas o métricas,
efectos del desarrollo de una teoria levancia a los del campo de .Lewm no .es una teoria útil; la teoría empleado matemática, pese al lenguaje topológlco
en su exposición. del trabajo de En cuanto a los aspectos positivos Lewin, los psicólogos han encontrado muchos: en
una exrimer término, sus ideas han estimulado la investiga-
terreno de traordinaria actividad en el diversos cación; han abierto, para el psicólogo, la minos hacia regiones de la personalidad y de vedaconducta social que hasta entonces estaban
das a la experimentación. Lewin fue el iniciador delos trabajos sobre sustitución, nivel de aspiración, efectos de la interrupción sobre la memoria, regresión, conflicto, dinámica de grupo y, si bien la importancia de muchos de estos fenómenos psicológicos ha sido establecida por las observaciones de los psicoanalistas, él creó la atmósfera teórica apropiada e ideó los métodos aptos para su investigación; merced a su labor, el problema de la motivación humana, en especial, terreno inaccesible para
la investigación —con excepción de los estudios elíptfl'imentales sobre los impulsos biológicos en los
207
conducta humana, esclareció numerosos problemas que languidecían a la sombra de incompletas con-
ceptualizaciones y confusas teorizaciones. Aun cuando Lewin pudo ser abstruso en sus teorizaciones, muy rara vez dejó de lado los casos concretos y las prescripciones prácticas para la investigación. Por otra parte, reconoció explícitamente que una teoría destinada a considerar los aspectos vitales de la conducta humana debía disponer de un enfoque multidimensional; es decir, que debía existir una teoría del campo capaz de abarcar una red de variables interactuantes en lugar de pares de variables. Alrededor de 1920-1930, este hincapié en el campo era necesario para contrarrestar la influencia y el prestigio de la psicologia del estímulo-respuesta, en exceso simplificada e ingenua; en tanto la psicología de la Gestalt asaltaba y abatía las murallas de la psicología estructural sustentadora del análisis de la mente dividida en elementos, la psicología dtopológica y vectorial de ‘L‘ewin competía con una modalidad más bien estéril del conductismo, que reducía la conducta del hombre a simples
conexiones de estímulo-respuesta. Además, el ca— rácter del tipo de teoría del campo que Lewin sustentaba era profundamente psicológico, en agudo contraste con la orientación más física y fisiológica
del conductísmo y aun con la tendencia fisicalista
de la psicología guestaltista. En un momento en que el objetivismo dominaba en el ámbito de la psicología, la teoría de Lewin contribuyó a la estructuración de un marco de referencia subjetivo
científicamente respetable: hasta entonces, las llamadas determinantes internas de la conducta, por ejemplo, las aspiraciones, los valores, las intenciones, habían sido sumariamente desechadas por una
animales inferiores— ha llegado a ser un campo
psicología “objetiva”, en favor de los reflejos con-
.Lewin poseyó la valiosa aptitud de tornar explí-
eliminación automáticas de los vínculos estímulorespuesta; el conductismo casi había logrado redu-
vital de la experimentación.
catas Y concretas algunas de las más implícitas y
“mi?“ suposiciones acerca de la personalidad: adgano, por ejemplo, la necesidad de articular en desobïelïs suppestpls básicos del psicoanálisis teórico
dicionados, el aprendizaje mecánico, la fijación y cir al ser humano al nivel de un autómata, un mu-
ñeco mecánico que bailaba al compás de estímulos externos o se sacudía a instancias de impulsos fisiológicos internos, un robot por completo despo-
SZUStltuc10n de una actiwdad por otra, artiCulac”a esta términos -.—en .quehunadevez realizada e 11:11:11 sistemas tensronales- segregados Corgïmaamon abrió el camino la permeables— tam-¿on hmrtes
jado de esPontaneidad y creatividad, un hombre
psmológico, El eseflïpeáá En Pape colnfhcto en la teoría psmoapr1nc1pal nalítica
energía que, motivado por fuerzas psicológicas, se
mas íen Cemïgel’ámental; asimismo, el problema que Siempre
d 'nir ’Cohan 51‘'d 9 elaborado por Lewm, quien logró de se, e Candad qué es el conflicto y cómo puedad parspenmántalmente estudiado. Esta capaciSigm'ficativglsa“¿’331' con rigor y claridad conceptos
e Una de las virtudes de Lewin: ('É’nvmcido d ha e a .e que: para ser útil al hombre, la cienperÍmentalpslcobgla debía penetrar y explorar exmente la dimensión significativa de la
hueco. Una de las teorías que vivificaron la noción del hombre concebido como un complejo campo de
comporta selectiva y creativamente es, precisamen-
te, la de Lewin: el hombre hueco fue así colmado de necesidades psicológicas, intenciones, esperanzas y aspiraciones; el robot se transformó en un ser hu-
mano viviente; el tosco y sombrío imperialismo conductista fue reemplazado por un retrato más humanista del hombre. En tanto la psicología “objetiva” se limitaba a probar en perros, gatos y ratas muchas
'
203
CALVIN s. HALL Y GARDNER LINDZEY
de sus proposiciones empíricas, la teoría de Lewin
condujo a investigar la conducta humana en ambientes más o menos naturales: niños jugando, adolescentes en actividades de grupo, obreros en las fábricas, amas de casa preparando comidas; he aqui algunas de las situaciones vitales en cuyo ámbito fueron empíricamente probadas las hipótesis derivadas de esta teoria. Ante una investigación de esta naturaleza, realizada con el convincente auspi-
cio de la teoría del campo, no es sorprendente que los puntos de vista de Lewin hayan adquirido am-
plia p0pularidad; el
heurístico de la tema
independientemente tpoder e su adecuación formal o dé
sus pretensiones de constituir un modelo materna.
tico, justifica la alta estima que la psicología con. temporánea le brinda. “Las nociones básicas de
Lewin. . . son ricas en significados implícitos que no se han agotado y que son prometedores de fut“.
ros desarrollos” (Heider, 1959, pág. 119). La apre—
ciación de Heider de la teoría del campo se man-
tiene válida. La teoría de Lewin de la persona en
su ambiente psicológico es aún viable.
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