George - Pensamiento Secuestrado 1.1

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SBH

EL PEDmiEnn cómo LH

i

Lfllfifl y LH

Público

La politóloga Susan George (1935) es una de las principales figuras del movimiento altermundista. Es vicepresidenta de la organización Attac -grupo de presión a favor de introducir una tasa a las transacciones financieras- y autora, entre otros libros, de "El Informe Lugano", "Pongamos la OMG en su sitio" y "Nosotros, los pueblos de Europa".

I FABRICAR SENTIDO COMÚN O HEGEMONÍA CULTURAL RARA PRINCIPIANTES1

Una de las características más importantes de cualquier grupo que se esté desarrollando hacia la dominación es su lucha por asimilar y conquistar «ideológicamente» a los intelectuales tradicionales. Pero esta asimilación y conquista es más rápida y eficaz cuanto más éxito tenga el grupo en cuestión en fabricar sus propios intelectuales orgánicos. ANTONIO GRAMSCI,

Cuadernos de la cárcel

La doctrina Tomar l a cultura requiere estrategia, astuciay resistencia, pero antes de todo eso está l a creencia. Para hacer explícitos los supuestos y las ideas principales d e l actual «sentido común» estadounidense, hay que empezar por l a doctrina. Puesto que es u n sistema de creencias, podemos compararla c o n u n a religión y, al igual que las demás religiones, rara vez se practica en su forma más pura. S i fuera así, observaría principios m u y parecidos a los siguientes:

i . Este capítulo comenzó como una aportación al libro del Instituto Transnacional (TNI) titulado Selling US Wars, editado por A c h i n Valaik, miembro del T N I , con un prefacio de Tariq Ali (Olive Branch Press, de Interlink Publishing Group, Northampton, Massachusetts). Esa contribución se ha ampliado extensamente y revisado.

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L a solución del mercado siempre es preferible a l a regu-

A u n q u e los sindicatos rechazan los acuerdos de libre co-

lación y a l a intervención del Estado.

m e r c i o y otros grupos de intereses podrían cuestionar u n o u

L a empresa privada supera al sector público e n criterios

otro de estos principios, la mayoría de los ciudadanos estadou-

de eficiencia, calidad, disponibilidad y precio.

nidenses estaría de acuerdo c o n la mayor parte de estas afirma-

E l libre comercio podría tener desventajas temporales

ciones. Las dos últimas, relativas a l a intervención en el exte-

para algunos, pero en última instancia será mejor que el

rior, h a n quedado t e r r i b l e m e n t e invalidadas, u n a v e z más, en

proteccionismo para toda l a población de cualquier país.

Iraq (para quienes habían olvidado V i e t n a m , C a m b o y a , C h i l e ,

Es n o r m a l y aconsejable que actividades c o m o l a aten-

Nicaragua o cualquier otra intervención estadounidense),

ción médica y la educación sean lucrativas.

donde el legado es, de nuevo, l a agitación, las matanzas y, en úl-

Unos impuestos más bajos, sobre todo para los ricos, garan-

t i m a instancia, l a derrota. L a mayoría de los estadounidenses

tizarán una mayor inversión y, por tanto, l a prosperidad.

está en contra de laguerra en Iraq, aunque esto no signifique for-

L a desigualdad es inherente a cualquier sociedady proba-

zosamente que hayan rechazado la noción del excepcionalismo

blemente es genética, cuando no racial.

estadounidense y el p r i n c i p i o intervencionista e n sí.

Si las personas son pobres, sólo pueden culparse a sí mis-

A los estadounidenses corrientes n o se les a n i m a a e x a m i -

mas porque el trabajo duro siempre es recompensado.

nar el lugar que o c u p a su país e n el o r d e n i n t e r n a c i o n a l , algo

U n a sociedad auténticamente libre no puede existir sin u n

sobre lo que suelen estar espectacularmente m a l i n f o r m a d o s ,

mercado libre; de donde se sigue que el capitalismo y l a

y m u c h o menos a reconocer los derechos, los intereses y el l u -

democracia se apoyan mutuamente.

gar de otros. Tampoco se les anima a hacerse preguntas t a n bá-

U n o s gastos de defensa más elevados y u n sector m i l i t a r

sicas como: «¿Para qué es l a economía? ¿Debería p r o p o r c i o n a r

fuerte garantizarán l a seguridad nacional.

enormes ganancias para algunos o debería f u n c i o n a r para c u -

Estados U n i d o s , en v i r t u d de su historia, sus ideales y su

b r i r m i s propias necesidades, las de m i familia y las de todos?»

sistema democrático superior, debería usar su poderío

«¿Cuál es l a verdadera función d e l gobierno? ¿No debería h a -

económico, político y militar para intervenir en los asun-

cer más p o r l a gente?» Si los ciudadanos n o hacen estas pre-

tos de otras naciones c o n el fin de promover el libre mer-

guntas, no es culpa suya. Todo e n la cultura —desde los medios

cado y l a democracia.

de comunicación a l a mayoría de las escuelas, pasando p o r l a

L o s ciudadanos de otros países recibirán estas interven-

práctica r e l i g i o s a g e n e r a l i z a d a — disuade d e l p e n s a m i e n t o

ciones c o n los brazos abiertos porque librarán al m u n d o

crítico.

de elementos indeseables y perturbadores en l a c o m u n i -

S i n embargo, no es que los estadounidenses carezcan de

dad internacional y, en última instancia, beneficiarán a

debates enérgicos y puntos de vista firmes, generalmente sobre

todos.

temas que yo denomino de «política del cuerpo» (aborto, homosexualidad, m a t r i m o n i o homosexual, investigación c o n células

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madre, eutanasia) y la definición de «derechos fundamenta-

otros lugares del planeta, ha logrado penetrar en nuestras ins-

les». Pero, ¿incluyen éstos el derecho a llevar u n arma de fuego,

tituciones públicas y privadas una detrás de otra. Estas élites dis-

a rezar en las escuelas públicas, a enseñar educación sexual e n

frutan ya prácticamente d e l m o n o p o l i o de las mentes de los es-

contra de la v o l u n t a d de los padres? También suelen estar m u y

tadounidenses de a pie y, p o r tanto, del poder político.

preocupados por su salvación personal y la suerte que correrán

Su éxito refleja u n a estrategia a largo plazo que los progre-

en l a otra vida, en l a que l a gran mayoría son fervientes creyen-

sistas apenas han advertido, y m u c h o menos contrarrestado.

tes, c o m o veremos más adelante. Puede que muchos estadou-

U n a minoría de e x t r e m a derecha, acaudalada y activista, ha

nidenses sean incultos y que a m e n u d o estén engañados, pero

puesto en marcha esta estrategia conscientemente, cultivando

no son estúpidos. Saben exactamente, p o r ejemplo, qué es lo

cuidadosamente su ventaja a partir de las semillas que plantó en

que piensan de George W . Bush. Dos veces al año, el C e n t r o de

las décadas de 1940 y 1950. A principios del siglo x x i , las semi-

Investigación P e w pide a u n a m u e s t r a representativa de l a

llas se habían convertido e n enormes árboles. N u e s t r o itinera-

población l a palabra que, en su opinión, mejor describe al pre-

rio ahora es seguir el rastro del avance de esta transformación

sidente. E n febrero de 2005, las dos palabras más citadas fueron

ideológica desde sus raíces filosóficas hasta su maduración

«honrado» y «bueno». Dos años después, en febrero de 2007,

completa en nuestra propia época, identificando a los principa-

fueron «incompetente» y «arrogante».

les actores, sus motivaciones y sus métodos.

¿Por qué los p r i n c i p i o s doctrinales que he enumerado al

Algunos dirán básicamente: «No hay de qué preocuparse:

p r i n c i p i o , actitudes carentes de sentido crítico y creencias pe-

todo volverá a su sitio en cuanto George Bush y sus adláteres de-

culiares han triunfado en las últimas tres décadas? ¿Refleja esta

j e n libres los asientos del poder». Este o p t i m i s m o me parece pe-

tendencia una evolución natural y l a simple c o n f o r m i d a d ante

ligrosamente infundado. D e l m i s m o m o d o que h i c i e r o n falta

la realidad o intervienen fuerzas más profundas y explícitas?

años para c o n s t r u i r l a actual hegemonía cultural, harán falta

Este capítulo examinará el aspecto laico de lo que Estados

años para derribarla... si es que se derriba algún día.

U n i d o s , o gran parte de él, piensa actualmente. Pese a que hay elementos significativos en común, dejaremos los aspectos religiosos para más adelante. Aquí encontraremos a los fabrican-

Los amigos de Peten

tes y agitadores de ideología y examinaremos su consecución

ahora todos thatcheristas

creciente — c u a n d o no t o t a l — de l a «hegemonía cultural», c o m o lo d e n o m i n ó el p i o n e r o p e n s a d o r m a r x i s t a i t a l i a n o

Peter M a n d e l s o n , íntimo amigo y asesor de T o n y Blair, está c o n

A n t o n i o G r a m s c i , que sacó a l a l u z este concepto que resume la

A n t h o n y Giddens, el i n v e n t o r de l a «Tercera Vía». Desde 2004

capacidad de l a clase dominante para ocupar el terreno elevado

es comisario europeo de C o m e r c i o y conserva su poder en el

de l a ideología. L a élite neoliberal de Estados U n i d o s en c o n -

Partido Laborista. Así, quizá resulte sorprendente que en j u n i o

creto, pero c o n frecuencia en E u r o p a y también e n m u c h o s

de 2002 declarase ante u n público entre el que estaba l a flor y

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nata del laborismo británico y diversas lumbreras visitantes,

sufrió u n a humillante derrota al quedar e n tercer lugar y redu-

c o m o B i l l C l i n t o n : «Ahora todos somos thatcheristas».

cir la segunda vuelta a u n a elección entre l a derecha (Chirac) y

2

¿Parodiaba a propósito M a n d e l s o n una famosa portada de l a

la extrema derecha (Le P e n ) . Ese m i s m o año, h u b o más líderes

revista Time, que había proclamado al final de 1965: «Ahora to-

socialdemócratas europeos a quienes les bajaron los h u m o s .

dos somos keynesianos»? E l semanario icono puramente esta-

George Bushyáhabía derrotado al sucesor natural de C l i n t o n ,

dounidense decía a sus lectores:

A l Gore... o al menos (con l a ayuda de su hermano, gobernador de Florida), manipuló a los votantes de F l o r i d a y al T r i b u n a l

Unos veinte años después de su muerte, las teorías [de John

Supremo para proclamarse victorioso.

Maynard Keynes] son una influencia primordial en las eco-

Parece que a M a n d e l s o n no se le ocurrió que estas derrotas

nomías libres del mundo, especialmente en la de Estados

podrían haber sido voces de protesta c o n t r a el desplazamiento

Unidos, la más ricay expansionista [...] [Sus ideas han llevado

hacia l a derecha de estos gobiernos supuestamente progresis-

a] la prosperidad más considerable, prolongada y repartida

tas. M a n d e l s o n concluía, por el contrario, que el electorado pe-

de la historia.

día a gritos u n a «reforma» antikeynesiana tras las huellas de la

3

que Margaret Thatcher había impuesto en u n a reticente G r a n Time tenía razón: en 1965, e n Estados U n i d o s , casi t o d o

Bretaña, incluida la privatización sistemática de los servicios pú-

aquel que i m p o r t a b a era keynesiano o alguna otra variedad de

blicos y la «flexibilidad» para los mercados de bienes, servicios,

socialdemócrata. L a idea de ser thatcherista, que es lo m i s m o

capital y especialmente de m a n o de obra. Estados U n i d o s , c o n

que decir «neoliberal», era ridicula, pero quince años después

B i l l C l i n t o n , y a había perfeccionado u n programa de este t i p o ,

de esa portada del Time, el equivalente más afable de l a D a m a de

logrando sobre todo reducir el número de beneficiarios de las

H i e r r o , R o n a l d Reagan, estaba e n la C a s a Blanca.

prestaciones sociales, al m i s m o t i e m p o que se multiplicaba l a

Sean cuales fueren las referencias de M a n d e l s o n , s i n duda

población penitenciaria.

merece elogios por su franqueza. N i siquiera cuarenta años

L a ideología de la Tercera Vía se basa en la proposición de que

después de las pródigas alabanzas del Time a Keynes, l a «iz-

es inútil luchar contra las fuerzas del mercado, y de que nadie

quierda» daba oficialmente al pobre hombre u n segundo entie-

debe desearlo siquiera. L a globalización capitalista es u n hecho

rro y lo enviaba al l i m b o . E l razonamiento en el que se basaba l a

sencillo, no u n problema que necesite u n a solución, ni una situa-

asombrosa afirmación de M a n d e l s o n es éste: E n abril de 2002,

ción que haya que criticar, mucho menos cambiar. Puesto que las

L i o n e l Jospin, candidato socialista a l a presidencia francesa,

fuerzas del mercado n o se pueden contrarrestar y se i m p o n drán, lo único que pueden hacer las personas inteligentes y los

2. Mandelson hizo estas declaraciones en u n seminario del Partido celebrado en junio de 2002 y publicó su aportación poco después en The Times, 10 de junio de 2002. 3. Time Magazine, reportaje de portada del 31 de diciembre de 1965.

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políticos socialdemócratas es aceptar l a realidad y repetir el grito de batalla de Santa Margaret: «No hay alternativa».

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Hayek fue u n economista, j u r i s t a y filósofo austríaco sor-

Las raíces filosóficas

prendentemente p r o d u c t i v o . Desde A u s t r i a , había observado

del neoliberalismo

los c o m i e n z o s del nacional socialismo y se exilió en Inglaterra ¿Qué es, entonces, el thatcherismo y quiénes son los thatcheris-

ya en 1932. Enseñó en l a L o n d o n School o f Economics hasta que

tas, incluidos los reaganistas, los bushistas, etc., si todos los

partió a l a Universidad de Chicago, donde disfrutaría de una ca-

amigos de Peter se han sumado a sus filas? ¿Cuál es el contenido

rrera profesional larga y sumamente influyente. Puesto que

de su doctrina y qué hay detrás de su pensamiento? ¿Por qué se

escribió más de u n a v e i n t e n a de obras e innumerables artícu-

ha convertido esta doctrina e n l a dominante, no sólo entre los

l o s ^ influyó e n generaciones de estudiantes, sólo puedo hacer

seguidores de l a derecha tradicional o l a extrema derecha, sino

aquí el más breve e insuficiente r e s u m e n de su pensamiento y

dentro del Partido Demócrata estadounidense y también entre

su actuación.

numerosos socialdemócratas europeos? Estos profundos cam-

Según la creencia popular entre los historiadores económicos, Hayek perdió la gran batalla teórica c o n t r a J o h n M a y n a r d

bios exigen u n a explicación. C a s i todo el m u n d o conoce y a l a respuesta a l a p r i m e r a pre-

Keynes en l a década de 1930. E n consecuencia, las políticas eco-

gunta. E l thatcherismo es l a d o c t r i n a que dice que deposite-

nómicas keynesianas dominarían no sólo la teoría, sino también

mos nuestra fe en l a libertad de mercado, las economías mone-

la práctica, de las décadas siguientes, c o m e n z a n d o p o r l a N e w

taristas, los gastos de defensa elevados, l a privatización de los

Deal de F r a n k l i n D. R o o s e v e l t y las resueltas intervenciones de

servicios públicos, los recortes fiscales para los tramos de ingre-

su gobierno para superar l a G r a n Depresión. Tras su derrota i n -

sos superiores, los frenos a los sindicatos, l a oposición general

telectual, Hayek prácticamente dejó de escribir sobre los te-

al Estado del bienestar, l a simpatía general hacia el sector de las

mas económicos que le harían ganar tardíamente el P r e m i o

grandes empresas y, c o m o declaraba reiteradamente la, espero

N o b e l e n 1974.*

que ya difunta, Constitución europea: «una competencia libre

E n lugar de textos sobre economía, Hayek empezó a p r o d u cir abundantes artículos sobre política y alcanzó l a fama e n

y sin distorsiones». E l concepto de thatcherismo requiere todavía u n poco más

1944 c o n El camino a la servidumbre. E l Reader's Digest publicó va-

de excavación arqueológica para dejar a l descubierto sus c i -

rios pasajes d e l libro, que llegó así a m i l l o n e s de hogares esta-

mientos. Margaret Thatcher no nació totalmente armada de l a

dounidenses y sigue siendo u n clásico entre los neoliberales.

cabeza de u n Zeus amigo del mercado, y no era, estrictamente

T h o m a s Sowell, m i e m b r o negro de l a derechista Institución

hablando, u n a thatcherista, sino u n a «hayekiana». L a historia

Hoover, de la Universidad de Stanford, dice: «Hayek fue la figura

cuenta que u n día, en l a Cámara de los C o m u n e s , sacó u n libro de su cartera, lo golpeó c o n energía y anunció a los parlamentarios: «En esto es en lo que creemos». E l libro e n cuestión era La constitución de la libertad, de F r i e d r i c h v o n Hayek.

34

* El Premio Nobel de Economía no existe, estrictamente, como tal. E n 1969, el Banco Real de Suecia decidió conceder un premio anual «en memoria de Alfred Nobel»; la mayoría de los galardones han sido otorgados a economistas neoliberales. Amartya Sen y Joseph Stiglitz son excepciones.

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pionera central en el cambio de r u m b o del pensamiento e n el si-

Las consecuencias humanas de esta d o c t r i n a son i n m e d i a -

glo xx». L o s progresistas siempre pensaron que era Keynes...

tamente obvias. L a d o c t r i n a de la libertad negativa dice, por

E n El camino a la servidumbre, Hayek desarrolla los siguien-

ejemplo: «Yo puedo comer, tú puedes comer» porque ninguna ley lo prohibe, así que somos libres para comer. N o dice absolu-

tes argumentos: E n todo sistema grande, el conocimiento está, por naturaleza,

tamente nada de la presencia tangible de alimentos sobre la

fragmentado y muy disperso; depende en concreto de demasia-

mesa, que es lo único que podría hacer efectivo el «derecho» a

dos factores y demasiados actores para que una autoridad central

comer. E l derecho positivo (y la política progresista) dice que,

pueda ser lo bastante omnisciente como para planificar una eco-

contrariamente a lo que afirma Hayek, la «libertad» para comer

nomía nacional. Toda intervención del Estado en la economía será

carece de sentido y de valor sin u n acceso práctico y concreto a

arbitraria, perniciosa y tenderá necesariamente hacia la tiranía.

la comida. L a tarea del gobierno y el propósito de la sociedad es

Hay que confiar en el mercado, pues el orden surgirá espontánea-

crear u n marco dentro del cual todos tengan la capacidad para

mente de la expresión de millones de preferencias individuales.

comer, no sólo la posibilidad teórica. A n t e esto, cabe considerar

A d a m S m i t h había sido el p r i m e r o en expresar esta idea en

todo el conjunto del derecho de los derechos humanos u n a es-

La riqueza de las naciones. Recuerden l a famosa cita e n la que de-

pecie de manifiesto antihayekiano.

4

cía que no esperamos cenar gracias a la benevolencia del carni-

Si llevamos la teoría de Hayek a s u conclusión lógica se

cero, del panadero y del cervecero, sino de su búsqueda egoísta

puede entender mejor lo que quiso decir la señora Thatcher

de sus propios intereses. Hayek subraya que el interés personal

cuando exclamó: «Eso que llamamos sociedad no existe». Así es

individual es, como guía para satisfacer las necesidades h u m a -

también como Hayek ve su m u n d o ideal: n o como una sociedad

nas, mejor que cualquier clase de planificación económica o i n -

en la que las personas t i e n e n intereses y metas comunes y bus-

jerencia de una autoridad centralizada, por benigna y bieninten-

can, por medio de sus instituciones, alcanzar el bien común, sino

cionada que sea. Los precios nos darán toda la información que

como u n conjunto atomizado de individuos, todos los cuales eli-

necesitamos sobre lo que el público desea. N o incumbe al go-

gen lo que consideran mejor para sí m i s m o s , sin estar someti-

bierno decidir en lugar del público.

dos a u n marco preceptivo salvo el pequeño conjunto de accio-

Hayek v a más lejos que A d a m S m i t h al subrayar la i m p o r -

nes legalmente prohibidas.

tancia de la ley en una sociedad libre, pero sólo en lo que se re-

P o r si d o y u n a impresión errónea, es i m p o r t a n t e señalar

fiere a la ley negativa. L a función de la ley es declarar lo que está

que Hayek n o era una especie de m o n s t r u o m o r a l . Veía su filo-

prohibido, punto. N o debe dar a nadie el poder positivo de rea-

sofía totalmente c o m p a t i b l e c o n u n E s t a d o que garantizaría

lizar ninguna acción intervencionista. L a libertad consiste en la

que todos t u v i e r a n a l i m e n t o s , cobijo y r o p a suficiente para

ausencia de coacción. Ser libre es ser libre de la v o l u n t a d de cualquier o t r a persona, incluida la del legislador, salvo cuando el legislador decrete que ciertos actos son ilegales.

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4. Especialmente, por ejemplo, el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

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no perecer de hambre o de congelación. S i n embargo, no acep-

nal o individual, subraya el derecho a tener propiedades y se

taba que u n gobierno pudiera, digamos, gravar a los ricos para

refiere a l a protección de l a f a m i l i a y al derecho a l a privacidad

proporcionar escuelas y hospitales a los pobres. N o concierne

de l a v i d a privada.

al E s t a d o d e c i d i r que u n g r u p o pague para que o t r o g r u p o

L a mayoría de los pensadores c o n s i d e r a que existe u n a

pueda disfrutar de ciertos beneficios. Según Hayek, la j u s t i c i a

cuarta categoría, l a libertad económica, que tiene u n a natura-

social es u n a ilusión perniciosa. H a y que oponerse a las m e d i -

leza diferente a l a de l a libertad política, l a intelectual y la per-

das r e d i s t r i b u t i v a s — l a característica d i s t i n t i v a d e l E s t a d o

sonal. Los hayekianos (o thatcheristas o reaganianos) se niegan,

del b i e n e s t a r — porque serán s i n d u d a puramente arbitrarias,

sin embargo, a hacer esta distinción, y creen que el derecho de

y t o d o lo que sea a r b i t r a r i o l l e v a , e n última i n s t a n c i a y de

una persona a disponer de sus ingresos y propiedades es invio-

f o r m a inevitable, a l a tiranía, l a «servidumbre» de su o b r a más

lable y que n i n g u n a a u t o r i d a d pública o privada, i n c l u i d o el

conocida.

Estado, tiene derecho a injerirse.

E l r a z o n a m i e n t o de Hayek h a influido e n generaciones de

Aquí llegamos al núcleo de l a oposición ideológica entre

neoliberales, y n u n c a tanto c o m o hoy. L a solidez de su doc-

progresistas y neoliberales. L o s p r i m e r o s creen que l a gober-

trina depende, sin embargo, de l a refundición de varios concep-

nanza democrática y la supervivencia de la propia sociedad de-

tos diferentes de libertad que l a filosofía occidental, y sobre

pende de la imposición de límites a l a libertad económica. Sólo

todo l a anglosajona, ha intentado mantener separados p o r l o

el «soberano» puede determinar esos límites (la mayoría de los

menos durante tres siglos. E l p r i m e r o es el concepto de liber-

pensadores, desde Hobbes en adelante, otorgan esta función al

tad política, que es l a base de l a democracia porque p e r m i t e a

Estado, que puede ser benévolo, popular y democrático o auto-

los ciudadanos intervenir activamente e n l a decisión de c ó m o

ritario, coactivo e incluso tiránico. P o r eso las constituciones de-

se v a n a organizar l a sociedad y el gobierno. Después v i e n e n l a

rivadas de las revoluciones americana y francesa en adelante han

libertad intelectual y religiosa y la libertad de expresión

dejado claro que elpueblo es soberano.)*

(incluida l a prensa libre), que son corolarios necesarios de l a l i -

L o ideal es que la soberanía popular arbitre entre los intere-

bertad política. Estas libertades p e r m i t e n que todos piensen,

ses en conflicto c o n el fin de llegar al b i e n común. E n cualquier

expresen opiniones por impopulares que sean, y crean libre-

caso, e n una democracia, el pueblo debe tener libertad para ele

mente, siempre que estas expresiones no afecten a l a libertad

gir la naturaleza del Estado bajo el cual va a vivir. Ésta es también

de otros y, por tanto, perjudiquen a la sociedad. U n a tercera ca-

la razón p o r la que u n o de los Padres Fundadores de Estados

5

tegoría de libertad, que se suele definir c o m o libertad perso-

Unidos c o m o James M a d i s o n tenía tanto apego a l a separación de poderes y al gobierno constitucional de m o d o que ninguno

5. Por tanto, la «libertad de expresión» no incluye el derecho a gritar: «¡Fuego!» en un teatro lleno de público, como dejó claro una famosa sentencia del Tribunal Supremo estadounidense.

38

* Aunque no la propuesta de Tratado Constitucional europeo, que rechazaron los votantes franceses y neerlandeses.

39

de ellos, fuera el ejecutivo, el legislativo o el judicial, pudiera ad-

u n sistema de derecho negativo, la r i q u e z a es forzosamente

quirir demasiado poder y privar así al pueblo d e l suyo.

igual a poder: el poder de expresar los propios deseos, de orde-

Si, no obstante, el soberano no es u n Estado más o menos be-

nar a otros, de imponerse. Quizá la m u l t i t u d «ahora todos that-

névolo, n i el pueblo, sino el mercado, entonces l a sociedad y el go-

cheristas» presente en l a fiesta del N u e v o Laborismo de 2002 no

bierno estarán organizados de t a l m o d o que l a libertad econó-

conocía este desplazamiento radical p o r pereza intelectual; es

m i c a invalidará todas las demás clases de libertad. L a sociedad

la explicación más benévola. Quizá M a n d e l s o n decidió sin más

quedará en última instancia reducida a u n a suma de individuos

apelar al interés personal desnudo.

no vinculados entre sí o, si se prefiere, «consumidores». Poco a

Sea cual fuere el c a m i n o que el «Nuevo Laborismo» y sus

poco, l a erosión y, finalmente, l a ruptura de l a cohesión social

equivalentes en otros países hayan escogido, este concepto de

hará que l a v i d a apenas valga l a pena ser vivida, n i siquiera para

sociedad y de derecho es el adversario doctrinal que deben tra-

los r i c o s .

tar de derribar los progresistas. C o m o declaró el sacerdote do-

6

E n l a práctica, por supuesto, el saldo será el resultado de las

m i n i c o francés y gran reformista del siglo x i x H e n r i Lacordaire:

presiones procedentes de las fuerzas sociales presentes en u n

«Entre los fuertes y los débiles, entre los ricos y los pobres, en-

m o m e n t o dado: de eso trata l a política. M a r x fue el exponente

tre el amo y el esclavo, está l a libertad que o p r i m e y la ley que l i -

más destacado y radical de esta teoría, al definir la propia histo-

bera». L a libertad de mercado o p r i m e de hecho al débil; l a tarea

ria como el resultado de luchas constantes entre clases sociales.

de los progresistas es, p o r tanto, esforzarse por que haya u n

S i n embargo, al aceptar l a l i b e r t a d económica c o m o p r i -

marco de derecho positivo en los ámbitos nacional e internacio-

mordial, Peter Mandelson y aquellos que «ahora son todos that-

nal que garantice el respeto a los derechos y la dignidad de todos

cheristas» h a n elegido u n a ladera resbaladiza: más resbaladiza

los seres humanos.

incluso que l a que, según Hayek, llevaba de l a intervención del Estado en l a economía a l a tiranía políticay l a «servidumbre». H a n tomado el camino que lleva a l a concentración de dere-

¿Quiénes son los neoliberales?, ¿los neoconservadores?,

chos e n manos de las únicas personas que p u e d e n disfrutar

¿cuál es la diferencia?, ¿a quién le importa?

realmente de su «libertad», es decir l a minoría de los ricos, que por tanto son también los poderosos. Su «derecho» a c o m e r (o

C o m o decían B u t c h Cassidy y el Sundance K i d cuando les per-

a ser propietarios de u n yate y de u n avión privado) no es sólo

seguía u n misterioso grupo: «Total, ¿quiénes son estos tipos?»

u n a posibilidad teórica, sino también u n a realidad práctica. E n

L a respuesta en cuanto a los neoliberales y los neoconservadores n o es sencilla y exige u n poco de base histórica. Podría c o n -

6. E l huracán Katrina reveló las consecuencias sociales y ecológicas de la «li-

llevar infinitas distinciones que no intentaré hacer. Pero l a pre-

bertad económica» para aumentar el calentamiento globaly dejar a los pobres

gunta: «¿A quién le importa?» es fácil de contestar: le i m p o r t a al

a su suerte.

m u n d o entero, o debería importarle, porque ninguna parte del

40

41

planeta ha quedado indemne de las doctrinas que defienden

Pero «estos tipos» no son hayekianos en l a m e d i d a en que la filosofía de Hayek no basta para esclarecer del todo l a última

estas personas. Aquí nos ocuparemos sobre todo de l a historia de c ó m o l o -

etapa de l a historia de Estados U n i d o s y del m u n d o . N o explica

graron el poder para poner en práctica sus creencias. Su amplia

la propensión a la guerra, a l a intervención armada, a presu-

agenda nacional profundiza y refuerza, de f o r m a visible y de-

puestos de defensa siempre crecientes que también son la carac-

mostrable, las desigualdades y sirve a las necesidades de los

terística de las élites neoliberales/neoconservadoras en el poder.

más favorecidos. Todas las élites h a n aprovechado c o n entu-

Algunos comentaristas mordaces h a n señalado que estas polí-

siasmo estas políticas hechas e n Estados U n i d o s . L a agenda de

ticas son la versión estadounidense del socialismo, pues exigen

la política exterior de estos m i s m o s arquitectos políticos sigue

u n Estado fuerte e intervencionista y u n gran gasto público e n

causando u n sufrimiento inenarrable en el exterior y, en el inte-

ciertas áreas b i e n definidas y limitadas que poco o ningún bene-

rior, coloca a personas peligrosas a las que nada les i m p o r t a l a

ficio directo tienen para los ciudadanos. L o s puestos de trabajo

Constitución o l a separación de poderes en cargos de gran i n -

que p r o p o r c i o n a n el complejo militar-industrial y el aparato

fluencia.

militar existirían en otros sectores si hubiera una inversión si-

¿Son «estos tipos» hayekianos? Sí y no. Sí, porque l a filosofía

milar. L o s hayekianos de p u r a raza —todavía hay algunos entre

de Hayek es sin duda pertinente a la políticay a la ideología m u n -

los conservadores e s t a d o u n i d e n s e s — q u i e r e n r e d u c i r el ta-

diales, además de a las nacionales, aunque sólo sea porque l a

maño del Estado. E n los Estados U n i d o s de h o y día, sin e m -

doctrina de l a supremacía del mercado que propugnaba se ha ex-

bargo, l a supremacía del mercado y el intervencionismo costoso

tendido globalmente; está en el m i s m o centro de lo que ahora lla-

y expansionista dirigido p o r el Estado v a n unidos.

mamos globalización neoliberal. Instituciones internacionales

Este poderoso Estado estadounidense desempeña ahora

c o m o el Banco M u n d i a l y el F o n d o M o n e t a r i o Internacional,

también el papel que se le ha atribuido de i m p o n e r la ley del

que trabajan codo c o n codo c o n el Departamento del Tesoro es-

mercado a víctimas reticentes fuera de Estados U n i d o s . Las

tadounidense, llevan décadas ocupados en aplicar políticas de

grandes empresas transnacionales estadounidenses han tenido

privatización, favorables al mercado y debilitadores del Estado

una influencia definidora en muchos de los acuerdos que juntos

en todo el mundo. Las miles de páginas de los acuerdos de l a O r -

constituyen la ley de l a Organización M u n d i a l del C o m e r c i o . E n

ganización M u n d i a l del C o m e r c i o son minuciosamente explí-

otro ejemplo reciente, uno de los primeros actos de Paul Bremer

citas sobre los derechos de las grandes empresas que hacen el

c o m o gobernador de Iraq fue derogar el código de inversión ex-

7

comercio, pero n o contienen n i u n a palabra sobre l a protección de los trabajadores o del m e d i o ambiente. Neoliberales de todas partes (incluidos países «comunistas» de nombre, c o m o China) intentan reducir a la ciudadanía a l a condición de consumidor, c o n total deprecio de los derechos humanos.

42

7. Véase mi Pongamos la OMC en su sitio, Icaria, Barcelona, 2002, donde se cita al ex director de la O M C del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) a tal efecto. Las empresas estadounidenses fueron también fundamentales a la hora de definir las cláusulas del acuerdo sobre los A D P I C (propiedad intelectual).

43

tranjera vigente e instaurar u n o nuevo, totalmente favorable a

dres elegir entre los centros educativos e n oferta en el mercado

los intereses empresariales (mayoritariamente estadouniden-

(el vale es u n pago fijo que hace el gobierno federal o estatal por

ses) . Hayek habría rechazado sin duda la noción de que u n Estado

niño; los padres pueden elegir pagar más a cambio de escuelas de

deba intervenir en los asuntos de otro a fin de «exportar la demo-

superior calidad, u n plan de estudios confesional, etc.).

cracia». Hablaremos más sobre esto en el siguiente capítulo. C u a n d o preguntamos: «Total, ¿quiénes son estos tipos?»

E n el área de l a política exterior, los neoliberales t i e n d e n a apoyar las políticas exteriores intervencionistas de Estados

también nos encontramos c o n diversos problemas de vocabu-

U n i d o s , incluidas las militares, aunque l a tradición aislacio-

lario. E n Estados U n i d o s , ser «liberal» significa ser al menos l i -

nista estadounidense sigue viva, como h a dejado claro el enorme

geramente progresista. Se supone, correcta o incorrectamente,

descenso de l a popularidad del presidente Bush. L o s neolibera-

que los demócratas son más «liberales» que los republicanos y

les apoyan l a ampliación de l a O T A N y rechazan de plano a l a

l a derecha estadounidense siempre se hace l a víctima de los

O N U . Están de acuerdo c o n el «Consenso de Washington»,

«medios de comunicación liberales». Esta es probablemente

pero n o apoyan forzosamente a las instituciones

l a razón p o r l a que la etiqueta «neoliberal» se use menos en

internacionales (Banco M u n d i a l y F M I ) que i m p o n e n las polí-

Estados Unidos que en E u r o p a y en otros lugares: sencillamente

ticas d e l Consenso en países d e l Sur y del Este. C a s i todos res-

es demasiado confusa. F u e r a de las fronteras estadounidenses,

paldan vehementemente al Estado de Israel y l o consideran

«neoliberal» designa inequívocamente a personas que son ha-

una especie de avanzadilla para l a política estadounidense en

yekianas en sus opiniones políticas y económicas; aunque, sólo

Oriente M e d i o . Estos aspectos son fundamentales y el siguiente

para hacer el panorama u n poco más confuso, algunos se auto-

capítulo está dedicado a ellos.

financieras

E n Estados U n i d o s , los neoconservadores defienden todo lo

denominarían «libertarios». Sea cual sea su nombre, intentan reducir los impuestos y l a

anterior, pero también sienten u n a enorme preocupación p o r

intervención del Estado dedicada a proporcionar prestaciones

las «políticas del cuerpo», que suelen girar en t o r n o a las cues-

sociales a los ciudadanos,y quieren rescindir las leyes de protec-

tiones relacionadas c o n l a sexualidad. ¿Quién puede tener rela-

ción laboral y las ayudas e n caso de desempleo, enfermedad

ciones sexuales c o n quién, a qué edad, en qué condiciones y

grave, carencia de vivienday otros percances o desastres perso-

c o n qué educación previa sobre l a reproducción y las enferme-

nales. E n su opinión, cualquier servicio «público» restante debe

dades de transmisión sexual? ¿Qué derechos civiles, si es que hay

ser contratado c o n empresas privadas, del m i s m o m o d o que las

alguno, incluido el derecho al m a t r i m o n i o , deben aplicarse a

escuelasy los centros médicos privados deben sustituir en su ma-

personas cuya sexualidad es (en su opinión) «desviada»? ¿Qué

y o r parte a los públicos. Estados U n i d o s es el único país de-

derechos tiene la mujer de controlar sus órganos reproductivos

sarrollado rico que ofrece a sus ciudadanos una atención médica

y poner fin a embarazos no deseados? ¿Cuál es l a condición j u -

pública t a n mínima, por no decir inexistente. E n cuanto a las

rídica d e l embrión h u m a n o e n relación c o n l a investigación

escuelas, la derecha pide u n sistema de vales que permita a los pa-

científica? ¿En qué m o m e n t o se t e r m i n a u n a v i d a humana? ¿Se

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puede adelantar legítimamente ese momento? Todas estas pre-

acepta generalmente, al menos en el interior del país. Incluso

guntas son útiles para los neocón.

después de matanzas cometidas p o r personas claramente des-

Estas preguntas también atraen m u c h o más l a atención de

quiciadas, el lobby consigue c o n t r o l a r a l a opinión pública y no

la sociedad estadounidense y se debaten c o n m u c h a más pa-

es probable que ningún representante en el Congreso que desee

sión que, por ejemplo, en Europa. L o s neocón son también su-

la reelección lleve l a contraria a l a Asociación.

mamente sensibles, e n el sentido negativo, a las cuestiones re-

Así pues, algunos neocón están embarcados e n u n viaje c u l -

lativas a l a igualdad racial y los derechos de l a mujer. M u c h o s de

tural, m o r a l i z a d o r y a m e n u d o religioso, además de político.

ellos nunca han digerido los logros de los movimientos de los de-

Para l a mayoría de ellos, c u l t u r a y política son inseparables.

rechos civiles y de la mujer de las décadas de 1960 y 1970.

Esta categoría abarca a los «cristianos convertidos»* e incluye

E n t r e las cuestiones que no se debaten c o n pasión figuran la

a George W . Bush y a muchos funcionarios de Washington. Sus

pena capital, cuya abolición es u n requisito para pertenecer a la

actividades hacen aún más borrosa l a separación entre Iglesia y

Unión Europea. E n los 38 de los 50 estados del país donde aún

Estado, evidente, por ejemplo, e n los esfuerzos concertados

existe, l a pena de muerte suscita pocas polémicas. L o s periódi-

para enseñar el creacionismo o su sustituto más presentable, el

cos sondeos de opinión de G a l l u p muestran sistemáticamente

«diseño inteligente», en las escuelas públicas. C o m o veremos

que al menos dos tercios de los estadounidenses están a favor de

con detalle más adelante, al menos setenta millones de estadou-

ella (con u n máximo del 74% en mayo de 2003 y de nuevo en

nidenses se incluirían en este grupo y representan una parte

mayo de 2005). Sondeos similares realizados entre 2 0 0 2 y 2006

considerable de las fuerzas de infantería de muchas organizacio-

m o s t r a r o n que entre el 47 y el 53% de los encuestados afirmaba

nes neocón.

8

que la pena de muerte debía aplicarse c o n más frecuencia que l a

L a derecha de Estados U n i d o s agrupa numerosas tenden-

actual. Desde 1976 han sido ejecutadas más de m i l personas, el

cias: políticay económica, r i c a y pobre, religiosaylaica, externa

9 9 % varones y el 34% negros, y más de u n tercio de las ejecucio-

c interna, republicana y demócrata. Las generalizaciones son pe-

nes h a n tenido lugar en Texas. E n 2006 quedaban 3.370 asesinos

ligrosas, pero quizá podamos i n t e n t a r hacer u n a generaliza-

convictos e n el «corredor de l a muerte».

ción modesta. Aunque los grupos tienen claras coincidencias, el

E l impacto del lobby de las armas de fuego es c o n o c i d o y su interpretación estricta de l a Segunda E n m i e n d a a l a C o n s t i t u c i ó n n o m u e s t r a señales de desgaste.* L a c o n s i g n a de l a Asociación N a c i o n a l del Rifle es: «Las armas de fuego no m a t a n personas. S o n las personas las que m a t a n a personas», y se

* «Siendo necesaria para la seguridad de un Estado libre una milicia bien regulada, no se vulnerará el derecho de las personas a tener y portar armas.»

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* Born-again Christians: denominación que se da a las personas que se convier1 en a una secta evangélica. [N. de la T.] H. Aunque se hablará brevemente de la derecha cristiana en la conclusión, este elemento de la derecha estadounidense es demasiado amplio y complejo como para abordarlo someramente y necesita un lugar dedicado a él por completo. (lomo tal, está más allá del ámbito de este libro del T N I . Parte de este movimiento cristiano es, por razones teológicas, especialmente combativo sobre el i ema del derecho de Israel, de hecho, su deber de ocupar toda «Judea y Samaría», es decir, Palestina (y tierras vecinas).

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dan a l sur y a l oeste más m i e m b r o s e n l a C á m a r a Baja d e l

vocabulario difiere a u n lado y otro del Atlántico (y entre ese l u gar y el resto del m u n d o ) , mientras que todos los neocón son

Congreso y menos al este. M i e n t r a s los europeos están acos-

neoliberales, no todos los neoliberales son neocón. Más lejos no

tumbrados a que la política se base en su mayor parte en clases

me atrevo a aventurarme.

sociales e intereses de clase, l a política estadounidense gira mucho más en t o r n o a los valores. E l sur es el paraíso de los conservadores sociales que odian el a b o r t o y a los gays y quieren que su gobierno «haga el trabajo del Señor»; sus homólogos en

De izquierda a derecha

el oeste son más conservadores antigubernamentales y aman las

en etapas no tan fáciles

armas de fuego, odian los impuestos y desean sacudirse de encima al gobierno.

Los neoliberalesy los neocónhan promocionado sus ideas sin cesar y han utilizado todos los instrumentos disponibles para ello.

Sea cual sea su habitat geográfico, ahora están todos unidos

Estas ideas, sin embargo, necesitaban u n suelo fértil e n el que

en el Partido Republicano. Este cambio representa una revolu-

crecer y prosperar, y aquí los «liberales» y el Partido Demócrata

ción. Desde el final de l a G u e r r a C i v i l , los demócratas fueron l i -

cayeron a menudo en su trampa. L a pura demografía también

teralmente los propietarios del «sólido sur», donde los repu-

tuvo u n gran peso. L a «evolución continental» de Estados U n i -

blicanos — e l p a r t i d o de A b r a h a m L i n c o l n que liberó a los

dos tanto en el sentido geográfico c o m o en el social lo ha llevado

esclavos— eran u n anatema. Las leyes de Derechos C i v i l e s y

a alejarse del este y del norte, más inclinados a l a izquierda, e ir

Derechos de V o t o de 1964-65 pusieron fin a este d o m i n i o demó-

hacia el sur, más tradicionalmente derechista, y el oeste liberta-

crata. C o m o predijo c o n exactitud L y n d o n Johnson, demócrata

rio. Dos elegantes licenciados de O x f o r d , corresponsales en

y oriundo de Texas, cuando firmó la Ley de Derechos Civiles, es-

Estados Unidos y editores de The Economist, han elaborado u n in-

taba «firmando el alejamiento del sur durante 50 a ñ o s . »

10

forme con datos del interior redactado desde el exterior sobre es-

E l presidente Johnson, triunfalmente reelegido en 1964, es-

tas transformaciones en l a escena estadounidense, diseccio-

taba resuelto a llevar a cabo su proyecto de G r a n Sociedad y el

nando las tendencias de l a población que han desembocado en

país era lo bastante próspero c o m o para pagarlo. E l Tribunal

las actuales configuraciones de poder. J o h n M i c k l e t h w a i t y

Supremo comenzó a dictar sentencias concediendo a mansalva

Adrián Wooldridge ( M & W ) explican c o n claridad el contexto.

nuevos derechos a grupos antes excluidos: negros, mujeres, ho-

9

E l país se mueve, literalmente. L a O f i c i n a del C e n s o esta-

mosexuales, discapacitados, presos, procesados en causas pena-

dounidense mide el desplazamiento de l a población hacia el

les, enfermos mentales... Se crearon nuevas burocracias para

sur y el oeste a tres pies por h o r a o cinco millas al año. Las cifras

programas especiales de educación infantil temprana y atención médica para ancianos; para Humanidades y Artes, para co-

9. John Micklethwait y Adrián Wooldridge, The Right Nation:

Conservative 10. Micklethwait y Wooldridge, ibíd., p. 10.

Power in America, Penguin, 2004.

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munidades m i n o r i t a r i a s ; para sencillamente c u a l q u i e r cosa

hueco pero se negó a distanciarse de la guerra de V i e t n a m . E n el

salvo, c o m o v i e r o n muchos, para los estadounidenses blancos

Partido Demócrata, d i v i d i d o e n facciones, reinaba l a confu-

normales y corrientes. Su vaso de resentimiento se desbordó

sión. V i e t n a m , las relaciones raciales, l a delincuencia y las gue-

c o n el decreto federal sobre autobuses, que exigía que los niños

rras culturales estaban desgarrando el país.

recorrieran largas distancias en autobuses escolares para asistir

E l candidato republicano, R i c h a r d N i x o n , h i z o su agosto

a clase fuera de su distrito, todo en nombre de «lograr el equili-

c o n el lema de campaña «Orden público» y se distanció c o n fa-

brio racial».

cilidad del patricio y republicano «liberal» tradicional N e l s o n

Mientras tanto, el gran m o m e n t o keynesiano había pasado.

Rockefeller. E l s u r e ñ o p o p u l i s t a y segregacionista George

L a guerra de V i e t n a m se intensificaba, costando u n dineral y

Wallace, ex gobernador de Alabama, sabía lo que le gustabay lo

causando inflación; la contracultura tomaba los campus univer-

que no le gustaba a «la gente» del sur y entró en l a carrera c o m o

sitarios, los delitos graves aumentaban. También abundaban los

independiente. Su compañero para la vicepresidencia era el ge-

pequeños delitos callejeros. C a d a «largo y caluroso verano» del

neral C u r t i s L e M a y , c o n o c i d o sobre todo p o r querer «bombar-

mandato de J o h n s o n , ciudades importantes c o m o Filadelfia,

dear V i e t n a m hasta devolverlo a l a E d a d de Piedra».

L o s Ángeles, Cleveland, Detroit, N e w a r k y decenas más eran

Las elecciones de noviembre de 1968 fueron reñidas, pues

escenario, de explosivos disturbios raciales que dejaron cente-

cada u n o de los partidos principales obtuvo más de 31 millones

nares de muertos y millones de dólares en daños. N a d a de esto

de votos, pero N i x o n logró 5 0 0 . 0 0 0 más que H u m p h r e y . L a

era del gusto de los ciudadanos del vasto interior de Estados

sorpresa fue Wallace, que consiguió casi 10 millones de votos, u n

Unidos.

13,5% del total. E n t r e los cinco estados que v o t a r o n a Wallace y

E l año 1968 fue realmente terrible. L y n d o n J o h n s o n , que

los 32 que v o t a r o n por N i x o n , l a auténtica sorpresa fue el m o d o

en 1964 había ganado en 44 estados y obtenido el mayor nú-

en que los republicanos cubrían ahora el mapa del país de costa

mero de votos populares de l a historia de Estados U n i d o s (el

a costa. Puede que Texas hubiera votado a los demócratas, pero

23% más que su rival archiconservador Barry Goldwater), anun-

aparte de eso, H u m p h r e y ganó sólo en l a costa noreste y tres es-

ció en marzo que no se presentaría de nuevo en 1968. Dos sema-

tados del norte lejano. Cuarenta años después, este sigue siendo

nas después, Robert Francis «Bobby» Kennedy declaró que es-

el aspecto que tiende a tener el país.

taba d i s p o n i b l e y parecía p r o b a b l e que se c o n v i r t i e r a e n el

Pero e n 1968 los conservadores n o habían cogido aún el

candidato presidencial demócrata. A p r i n c i p i o s de abril, M a r t i n

ritmo. N i x o n , a pesar de su t r i u n f a l reelección en 1972 (su opo-

L u t h e r K i n g fue asesinado en M e m p h i s ; justo u n mes después,

nente George M c G o v e r n sólo ganó en el pequeño y pobre estado

«Bobby» fue abatido a tiros en Los Ángeles, horas después de ga-

de Massachusetts), se v i o obligado a d i m i t i r por el escándalo de

nar las primarias demócratas en California. N i n g u n o de los dos

Watergate y c o n él los republicanos habían ganado poco más que

asesinatos se resolvió n u n c a realmente. E l senador H u b e r t

la reputación de jugar sucio. E l poco conocido demócrata J i m m y

Humphrey, d e l lejano estado d e l norte de M i n n e s o t a , cubrió el

Cárter ganó por u n estrecho margen las elecciones en 1976 al ex

50

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vicepresidente de N i x o n , G e r a l d F o r d , pero perdió e n 1980,

había fundado la Sociedad M o n t Pelerin, una comunidad hermé-

cuando en el firmamento de los republicanos se encendió la

t i c a de economistas neoliberales p u r o s creyentes de la que

supernova Ronald Reagan. L a elección de Reagan trajo consigo

Margaret Thatcher sigue siendo actualmente m i e m b r o .

la ventaja del control republicano del Senado por primera vez en

Pese a la l e n t i t u d de sus comienzos, estas instituciones e m -

28 años. Y c o n Reagan hemos llegado finalmente al verdadero

brionarias han perdurado y vienen desempeñando u n papel i m -

territorio neoliberalconservador, donde a partir de ahora per-

portante, si b i e n e n gran parte oculto, e n Estados U n i d o s y e n

manecerán estas páginas.

otros países. E n t r e 1985 y 2 0 0 0 , M o n t P e l e r i n recibió más de 5 0 0 . 0 0 0 dólares de varias fundaciones conservadoras y reclutó a pensadores neoliberales de primera línea; actualmente cuenta c o n más de 500 miembros procedentes de cuarenta países. L o s

Los neocón:

presidentes más conocidos que ha tenido M o n t Pelerin, además

de red a galaxia

de Hayek y F r i e d m a n , son George Stigler, James Buchanan y Veamos ahora la difusión sistemática de políticas económicas y sociales neoliberales dentro de Estados Unidos. Estas políticas

Gary Becker, galardonados c o n el P r e m i o N o b e l . U n o de los miembros del conservador círculo de Chicago,

han afectado no sólo a las vidas de los estadounidenses, sino que

Richard Weaver, había titulado su obra de 1948 Las ideas tienen

también han ejercido una perniciosa influencia m u c h o más allá

consecuencias. Este título podría servir c o m o u n a especie de

de sus fronteras. L o primero que se observa sobre la apropiación

lema para los neoconservadores. Las fundaciones familiares

neoliberal del pensamiento económico y social es que las fuerzas

de la derecha se t o m a r o n esa afirmación en serio y pusieron e n

sociales progresistas, incluso las moderadas, dentro o fuera de

práctica l o que ahora llamamos teoría «neoliberal» o «neocón»

Estados Unidos, no le prestaron mucha atención. Estaba produ-

en el mapa nacional y e n el internacional. U s a r o n estratégica-

ciéndose una revolución silenciosa delante de sus narices, pero

mente su dinero y su «libertad de elección», por citar el título de

no olieron n i siquiera que había gato encerrado, y m u c h o menos

uno de los libros de más éxito de M i l t o n Friedman. C o m p r a r o n

intentaron buscarlo. L a derecha pudo llevar a cabo su actividad

y pagaron a u n enorme cuadro de especialistas y hábiles c o m u -

ideológica sin que nadie lo advirtiera, la controlara o la molestara.

nicadores en una red de instituciones y centros de estudios aca-

Los temblores p r e m o n i t o r i o s de esta revolución se p r o d u -

démicos y no académicos. C r e a r o n prácticamente de la nada

jeron en la Universidad de Chicago, donde Hayek se convirtió en

todo u n c l i m a ideológico e n el que seguimos v i v i e n d o h o y día,

profesor en 1950. Hayek reunió a su alrededor a u n pequeño

tan peligroso en sí m i s m o para el m u n d o social c o m o lo es el ca-

círculo de devotos seguidores que llegaron a ser c o n o c i d o s

lentamiento global para el m u n d o natural.

c o m o la Escuela de Chicago y, más tarde y de f o r m a más i n -

L o s progresistas, s i n d u d a seguros de que sus ideas eran

quietante, en Chile y otros países, como los Chicago Boys. Antes

fuertes y correctas, fueron increíblemente lentos e n reconocer

aún, en 1947, c o n la ayuda deljoven M i l t o n F r i e d m a n , H a y e k y a

la amenaza; apenas se dignaron a discutir siquiera hasta que

52

53

las guerras de l a cultura t e r m i n a r o n y ya las habían ganado los

tiples iniquidades y violencia cotidiana. ¿Tenemos la hege-

neocón. U n a de las primeras críticas progresistas de l a ideolo-

monía que nos merecemos? Creo que sí,y ese «nosotros» se

gía neoliberal fue u n análisis m u y b i e n fundamentado de James

refiere al movimiento progresista, o lo que queda de él... el

A l i e n S m i t h , publicado e n 1991, toda u n a década después de

bando de los ángeles está descuidando trágicamente la «gue-

que R o n a l d Reagan ocupara l a C a s a Blanca y ya h u b i e r a super-

rra de las ideas». Muchas instituciones públicas y privadas

visado l a transformación de decenas de propuestas neocón en

que creen realmente que trabajan por un mundo más equi-

leyes. U n año antes había aparecido u n breve artículo de J o n

tativo en realidad han contribuido activamente al triunfo

W i e n e r en el semanario The Nation y u n puñado de intelectua-

del neoliberalismo o han permitido pasivamente que este

les había escrito sobre las fundaciones conservadoras; s i n e m -

triunfo se produzca [...] [Pero] si reconocemos que un

bargo, durante demasiado tiempo, la gente, l a planificación y las

mundo inicuo, dominado por el mercado, no es ni natural ni

instituciones que estaban tras el reaganismo y el thatcherismo

inevitable, debería ser posible crear un contraproyecto para

atrajeron escasa atención.

un mundo diferente [...] L a doctrina económica ahora domi-

11

Durante l a década de 1990 surgieron otras aportaciones a la

nante no ha caído del cielo. Por el contrario, ha sido cuidado-

bibliografía sobre el tema, i n c l u i d o , en 1997, u n breve texto del

samente alimentada durante décadas, por medio de pensa-

que fui autora, publicado en Le Monde Diplomatiqueyen

miento, acción y propaganda, comprados y pagados por una

Dissent.

E n ese artículo intenté no sólo rastrear l a historia d e l exitoso

fraternidad muy unida [...]

cambio del centro de gravedad intelectual de l a derecha, sino también señalar a posibles donantes progresistas que come-

L a compra y el pago siempre han sido cruciales. E n su libro,

tían l a temeridad de apoyar proyectos, pero no ideas c o m o las

James Alien Smith presenta los dramatispersonae clave que deter-

que producían mis propios colegas en el Instituto Transnacional

m i n a r o n y continúan d e t e r m i n a n d o a l m o v i m i e n t o neocón.

( T N I ) e instituciones de mentalidad similar. Estos esfuerzos ob-

Describe las instituciones en las que trabajany la intrincada ma-

tuvieron pocas respuestas, al menos en los lugares donde impor-

quinaria monetaria que los financian. Muestra cómo estos padres

taba. C i t a n d o m i artículo:

fundadores (pocas madres aparecen) se separaron de la tradición

12

empírica estadounidense en las ciencias sociales y el periodismo Hoy día, pocos negarían que vivimos bajo el imperio prácti-

para situar su mensaje en u n marco abiertamente ideológico.

camente indiscutido de la sociedad dominada por el mer-

También desarrollaron u n a labor de promoción y técnicas

cado, ultracompetitivay globalizada con su cortejo de múl-

de relaciones públicas formidables, comprendiendo que los pe-

11. James Alien Smith, The Idea Brokers, T h e Free Press, Nueva York, 1991; Jon

riodistas de l a prensa escritay audiovisual de l a corriente d o m i -

Wiener, «Dollars for Neocon Scholars», The Nation, 1 de enero de 1990.

nante utilizarían su trabajo, si se hacía c o n la adecuada habilidad,

12. Susan George, «How to W i n the War of Ideas: Lessons from the Gramscian

en nombre del «equilibrio»... y p o r pereza. Las acciones que se

Right», Dissent, verano de 1997.

cotizan de cualquier negocio neocón incluyen l a preparación de

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millares de notas de prensa, comunicados y comentarios listos

tomar una enorme hoja de papel y escribir los nombres de todos

para usar; y el suministro de expertos c o n capacidad de expre-

los donantes y receptores. Abarcaría todas las subcategorías

sión para aparecer en programas de entrevistas y cadenas de no-

pertinentes (como, por ejemplo, expertos individuales en cen-

ticias c o m o C N N sobre u n a m p l i o abanico de temas. L a i z -

tros de investigación concretos de universidades específicas,

quierda no tiene nada parecido a l a maquinaria, el dinero, l a

cuando los tres reciben subvenciones económicas) y trazar las

habilidad en materia de comunicaciones y el personal que pue-

líneas que los conectan. Se podrían usar líneas similares de co-

den m o v i l i z a r los neocón. Ésta es u n a de las formas e n que h a n

lores diferentes para representar, no el dinero, sino las afinida-

desplazado el «equilibrio» más y más a l a derecha.

des: entre organizaciones, publicaciones, medios de comunica-

Irving Kristol, uno de los padrinos de este movimiento, cono-

ción, etc. que trabajan juntos, por ejemplo. Cuantas más líneas

cido por haber dicho en cierta ocasión que u n neocón era u n l i -

se dirigieran a u n nodo, más alcance e influencia de cada actor.

beral atacado por la realidad, identificó el objetivo neocón como

Después se podría dibujar u n mapa razonablemente exacto

la «Nueva Clase». Según su análisis, esta clase no era sólo hostil

de la galaxia, localizando las «estrellas» individuales, los «soles»

al sector privado, sino que había logrado tomar el bastión de las

alrededor de los cuales órbita l a mayoría de los «planetas»; las

ideas: las universidades, los centros de estudios y las fundaciones

«lunas» que a su vez o r b i t a n alrededor de esos planetas y los

que actuaban c o m o «legitimadores de ideas». L a respuesta de

campos gravitacionales que existen entre ellos. Este proceso

Kristol a lo que consideraba hegemonía ideológica «liberal» (en

ilustraría también el concepto de G r a m s c i de l a marcha hacia

el sentido moderadamente de izquierdas, estadounidense, de

una nueva hegemonía cultural y de desarrollar «intelectuales or-

la palabra) fue crear instituciones rivales propias de l a derecha,

gánicos» propios. E n el último cuarto de siglo, estos actores

con el apoyo de la filantropía de grandes empresas y fundaciones

han producido u n auténtico cambio climático ideológico, aun-

conservadoras. E l objetivo de Kristol de crear una red de institu-

que muchos de ellos continúan fingiendo falsamente que los

ciones y especialistas neocón fue explícito desde el principio;

medios de comunicación, las universidades y otras institucio-

su estrategia se centró en la capacidad para influir e n los debates

nes siguen estando dominados por los «liberales», que sigue

políticos nacionales, dentro y fuera de Washington. E l concepto

siendo su palabra clave para «izquierdistas».

era brillante y el éxito de l a estrategia es sobrecogedor. L o que e m p e z ó c o m o u n a r e d i n f o r m a l se parece a h o r a más a u n a galaxia. P o r lo que se puede juzgar desde el exterior,

Los padres neofundadores

la cohesión entre los diversos nodos de l a r e d e n o r m e m e n t e

y las fuentes de financiación

ampliada — f u e n t e s de financiación, centros de estudios, u n i versidades, centros de desarrollo de políticas concretas, orga-

E n el centro del mapa de l a galaxia encontraríamos las fuentes

nizaciones de base, publicaciones, intelectuales y activistas i n -

de financiación, porque sin ellas el resto de la infraestructura se

d i v i d u a l e s — es notable. L a mejor f o r m a de estudiarlos sería

vendría abajo. C o m p r e n d i e r o n c o n rapidez l a importancia de las

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