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Seminario de la Realidad Político Nacional UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO FACULTAD DE DERECHO Y CIE

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Seminario de la Realidad Político Nacional

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

Escuela Profesional de Derecho

Las Distorsiones de la Iglesia Católica a través de las Encíclicas Papales

Materia:

Docente:

SEMINARIO DE LA REALIDAD

Dr. Elias Carreño peralta

Grupo N° 04:

Semestre:



Ccopa Torres, Lucio Dario



Guzman Choque, Katherine Yamilee



Masias Chambi, Nira Karol



Ore Velarde, Margarita Estefany 2017-II Cusco, Diciembre del 2017

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LAS DISTORCIONES DE LA IGLESIA CATÓLICA A TRAVÉZ DE LAS ENCICLICAS PAPALES 1. Origen Su origen se encuentra en las epístolas del Nuevo Testamento, consideradas como documentos más importantes escritos por los Pontífices. Por lo generalestá redactadaen latín, el idioma oficial de la denominada Santa Sede, y es traducida a las principales lenguas del mundo. La palabra ENCÍCLICA, proviene del latín Encyclia y del griego ekkyklios que significa "envolver en círculo", que es también el origen de la palabra "enciclopedia". La primera encíclica de la historia En los documentos de investigación hasta la fecha, no existe un consenso sobre qué encíclica fue la primera de la historia, sin embargo, e inequívocamente, se menciona a Benedicto XIV, quien habría dictado su primera encíclica "Urbi primum" (sobre la función de los obispos), que en una de las fuentes manifiesta fue en el año 1740, otras fuentes indican que fue en el año de 1766. 2. ¿Qué es una encíclica? Son cartas solemnes sobre asuntos de la Iglesia o puntos de la doctrina católica que el Papa dirige a los obispos y fieles católicos de todo el mundo. Abordan asuntos religiosos relativos al culto, temas sociales, morales o éticos, dictadas frente a hechos y acontecimientos, para conservar su doctrina o para acoplarse a la evolución de los tiempos, según los nuevos conceptos y comportamientos socialesque se evidencian incontrolables. 3. Uso y fin de las encíclicas papales Las encíclicas constituyen el cuerpo doctrinario que define la posición de la Iglesia católica sobre su concepción, y combate a concepciones distintas en cada tiempo. Es el segundo documento más relevante emitido por los papas, después de la Constitución Apostólica. Su fin único es conservar su dogmatismo religioso, criticar las diferentes acciones, acepciones, o tendencias filosóficas distintas y empatar sus dogmas a la realidad política, social y filosófica en constante evolución, para no alejarse de la nueva realidad mundial insostenible debido a la evolución constante de la ciencia y tecnología.

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Con este fin, se replica lo que para sus acepciones son errores y condena tendencias y movimientos, como el ateísmo, la masonería o el modernismo, o para poner fin a un debate teológico interno de la iglesia, como la dictada por Pío XII. En definitiva, son cartas de acoplamiento de su propia doctrina religiosa, frente a los cambios y transformaciones. Los pontífices son quienes definen cuándo y bajo qué circunstancias deben expedirse las encíclicas. Pueden optar por emitir una constitución apostólica, bula, breve Apostólico, encíclica, carta apostólica o dar un discurso papal. Así, se dictó encíclicas orientados a CONSERVAR dogmas religiosos con el que condenaban el control de la natalidad y anticoncepción; o la del Papa Pío XI con su Encíclica Casticonnubii (Castidad en el Matrimonio),con el que repudiaba el divorcio. La de León

XIII (1878-1903)

que

escribió

86

encíclicas, uno

de

ellos, sobre

la

Restauración de la Doctrina Cristiana conforme a la doctrina conservadora de Santo Tomás de Aquino, Divini Redemptoris, SOBRE EL COMUNISMO ATEO. La del Papa Pío XII, sobre las comadronas y la profesión médica, que criticaba la profesión médica. Del Papa Pablo VI que publicó la encíclica Humanae Vitae (Vida Humana) que condenaba el aborto. El papa Benedicto XVI, el primero que en 7 siglos renunció el papado. Redactó 3 encíclicas durante sus 7 años de papado, desde su elección el 19 de abril de 2005, hasta su RENUNCIA el 28 de febrero de 2013.

Deus caritas est, Dios es amor, sobre el amor y la caridad eclesiástica, fue una de sus encíclicas como filosofía dogmática de orientación al clero.

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LAS PRINCIPALES ENCÍCLICAS PAPALES

Las encíclicas constituyen el cuerpo doctrinario que define la posición de la Iglesia Católica sobre asuntos claves. Aparecen como "cartas circulares" del Papa dirigidas a todos los obispos y fieles sobre argumentos muy diferentes. Muchas encíclicas sirvieron para denunciar errores y condenar tendencias y movimientos, como el ateísmo, la masonería, el modernismo.

La primera encíclica de la historia fue firmada por Benedicto XIV en 1740. Apenas fue elegido

en

su

cargo,

publicó

el

texto

"Ubi

primum":

Ubi

primum es

una encíclica del Papa Benedicto XIV publicada el 3 de diciembre de 1740. Está dirigida a los obispos y les pide que pongan mayor atención a los deberes propios que tienen en cuanto pastores de las ovejas católicas especialmente para con el clero (preparación teológica y fidelidad al magisterio, pero también vida moral concorde). Recuerda a los obispos que aunque los requisitos de edad se cumplan para que un candidato pase de un orden a otro, se ha de tomar en cuenta la verdadera idoneidad del candidato y no promoverlo sin que conste esta, todo por el bien de los fieles y evitar escándalos. Trata también del cuidado del seminario que el obispo ha de realizar personalmente pues: Dedica luego los siguientes párrafos a recordar a los obispos la obligación de permanecer en sus diócesis y de visitar hasta el último rincón de su territorio. Finalmente exhorta a los obispos a ser ellos mismos los principales promotores de los sacramentos y de la liturgia entre los sacerdotes y fieles. Es la primera carta de un Papa en llevar el título de «encíclica»: «Epistola Encyclica et Commonitoria ad omnes Episcopos». Casi todos los pontífices de la era moderna han escrito varias encíclicas. En los últimos dos siglos, se publicaron un total de 294 encíclicas. Esta es la lista de las más importantes.

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Quanta cura" (1864): Pío IX denuncia el liberalismo, la indiferencia religiosa, el naturalismo, la enseñanza pública. La encíclica contiene un "syllabus", es decir una lista de los 80 "errores" que conciernen la doctrina católica. El 8 de diciembre de 1864, a los diez años de la definición del dogma de la Concepción

Inmaculada

de

María,

envió

Pío

IX

al

mundo

católico

su

encíclica Quanta cura, a la que acompañaba el Syllabus,un índice de «los principales errores de nuestra época». Las ochenta proposiciones condenadas se extractaban de diversos documentos en que el propio Papa las había denunciado y reprobado. El escándalo causado por el Syllabus entre la opinión liberal de su tiempo representó la culminación de la hostilidad y enfrentamiento entre «el espíritu del siglo» y la Iglesia. Un escándalo persistente y que continúa condicionando en el fondo las actitudes de los católicos en nuestros días. El sentido de aquel escándalo puede concretarse en tomo a la última de las proposiciones condenadas en el Syllabus, la que afirma: «El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y convenir con el progreso, con el liberalismo y con la civilización contemporánea.» Los liberales acusaron a la Iglesia de oscurantismo, de medievalismo, de hostilidad a la ciencia, a la cultura y al progreso. Con Pío IX la Iglesia optaba por profesarse abiertamente retrógrada, anticuada y enemiga de la modernidad. Un escándalo todavía más sutil y capcioso se produjo entre los dirigentes del catolicismo liberal. Sentían el atractivo de «un espíritu nuevo» al que según ellos la Iglesia tenía necesidad imperiosa de adaptarse, si no quería verse abandonada por el mundo moderno. En diversos grados participaban de la idea que había expresado Lamennais, para el cual «el catolicismo necesita hundir sus raíces ya secas en el suelo fecundo de la humanidad». Decimos «en diversos grados», porque no todos los católicos liberales tenían conciencia del radical naturalismo que inspira al liberalismo contemporáneo. Pero todos sentían la seducción del nuevo espíritu y trataban de componerlo, en sus criterios y en su acción, con su fe cristiana. Recuerdo que el P. Orlandis, nuestro maestro, se refería al «segundo binario» de la meditación ignaciana al calificar la actitud espiritual del liberalismo católico.

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Dupanloup, obispo de Orleans, uno de los hombres de influencia más decisiva en la formación del catolicismo francés, trató de hallar el modo de anular el escándalo del Syllabus y justificar las actitudes de su partido. Para Dupanloup lo reprobable era el afirmar que la Iglesia tenía que reconciliarse con la civilización moderna, el progreso y el liberalismo, porque no se tenía en cuenta que la Iglesia nunca había despreciado ni condenado todo lo que hay en ellos de bueno y positivo. Vindicando a Pío IX contra las acusaciones formuladas por los liberales, que le atribuían posiciones hostiles a la libertad humana, a la ciencia y al progreso, Dupanloup afirmaba el acuerdo y conciliación entre la fe católica y las aspiraciones del mundo contemporáneo. El documento del obispo de Orleans era un conjunto de medias verdades que dejaban en lo oculto lo más esencial de las enseñanzas de Pío IX. El Papa superó inspiradamente la habilidad y sutileza de Dupanloup con un lenguaje de claridad inequívoca: Expresó al obispo de Orleans su agradecimiento por haber rechazado interpretaciones calumniosas y expresó su esperanza de que así como había conseguido formular con claridad lo que no había dicho el Papa, procedería ulteriormente a explicar a sus fieles lo que el Papa había realmente enseñado. Dupanloup había notado que el Papa no enseñaba que la Iglesia fuese enemiga de la verdadera libertad y del verdadero progreso. Pío IX le invitaba a dejar claro que había enseñado que lo que el liberalismo llamaba progreso y libertad era destructor del orden natural e incompatible con la fe cristiana. Dirigiéndose a una asamblea liberal había dicho Donoso Cortés: «Vosotros pensáis que la civilización y el mundo van, cuando la civilización y el mundo vuelven.» Pío XII en su primera encíclica Summi Pontificus aludió a los hombres de nuestro tiempo que apartados de la luz de Cristo «hablaban de progreso cuando retrocedían». Las condenaciones del Syllabus Entre las doctrinas condenadas recogidas en el índice o Syllabus, el documento antiliberal por antonomasia, encontramos las siguientes: «… es lo mismo el espíritu y la materia, la libertad y la necesidad, lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto» (Prop. I; Máxima quidem, 9 de junio de 1862). «El Estado, por ser la fuente y el origen de todo derecho, tiene en sí mismo un derecho absolutamente ilimitado» ( Prop. 39, ibíd. ).

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«El derecho consiste en el hecho material; todos los deberes humanos son un nombre vacío, y todos los hechos tienen fuerza de derecho» (Prop. 59, ibíd. ). «La autoridad no es sino la suma del número y de la fuerza material» (Prop. 60, ibíd. ). Para bastantes de los que sienten entusiasmo por el liberalismo y se profesan como convencidos liberales, estas condenaciones de Pío IX se entenderán como recayendo sobre doctrinas muy diversas, y aún opuestas, a las que creen sostenidas por el liberalismo. Y si aceptasen que al formularlas entendía Pío IX condenar el liberalismo, juzgarían que se trata de una atribución calumniosa y gravemente injusta. Quienes piensan así no conocen sino los aspectos propagandísticos del sistema e ideología liberal. En la misma línea que Pío IX, y con el mismo conocimiento auténtico del liberalismo y de su intención práctica profunda, se expresó León XIII en su encíclica Libertas: «En realidad el liberalismo pretende en lo moral y en lo político lo mismo que sostiene en filosofía el naturalismo o racionalismo, ya que el liberalismo no es sino la aplicación a la vida y a la sociedad de los principios afirmados por el naturalismo.» «… desaparece propiamente la distinción entre lo bueno y lo malo, lo honesto y lo deshonesto; la autoridad queda separada de todo principio y la ley, que es la que establece qué sea lo debido, queda al arbitrio del número, lo que conduce a la tiranía. » Al hablar así se refiere León XIII al que podríamos llamar liberalismo coherente o integral. Advierte que muchos sostienen un liberalismo práctico, que se refiere a la vida política, aunque no niegan las concepciones creacionistas y sobrenaturales en cuanto a su concepción especulativa del mundo. Pero se trata de una inconsecuencia, ya que los criterios prácticos del liberalismo son en realidad algo que deriva de los principios filosóficos del naturalismo absoluto 

"Rerum Novarum" (1891): (latín: «De las cosas nuevas» o «De los cambios políticos»). Léon XIII involucra a la Iglesia católica en temas sociales, denuncia las condiciones de trabajo de la clase obrera e impulsa a los trabajadores a organizarse. es la primera encíclica social de la Iglesia católica.

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Fue una carta abierta dirigida a todos los obispos y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases trabajadoras. En ella, el papa dejaba patente su apoyo al derecho laboral de «formar uniones o sindicatos», pero también se reafirmaba en su apoyo al derecho de la propiedad privada. Además discutía sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que más tarde se llamaría distributismo. Aun cuando se ha debatido sobre sus posiciones o declaraciones particulares, es claro que este trabajo fue notable como resumen de muchos asuntos planteados por la Revolución Industrial, por el creciente problema obrero y las sociedades democráticas modernas. Con esta encíclica la Iglesia pretendió, entre otras cosas, paralizar la «descristianización» de las masas trabajadoras, en un período en el cual la credibilidad de la Iglesia se veía disminuida debido a que los sectores populares de la cristiandad e incluso del clero, se inclinaban por las ideas revolucionarias o que las soluciones vendrían de las acciones conjuntas de la Iglesia, del estado, el patrón y los trabajadores. Precisó los principios para buscar la justicia social en la economía y la industria. Se acepta generalmente que la encíclica Rerum Novarum es la carta de fundación de la democracia cristiana y una pieza clave de la doctrina social de la Iglesia.

Crisis europea.- El papa señala los orígenes y características de la crisis social que atravesaba Europa indicando que sus causas se deben al abandono de la fe: Disueltos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos, sin ningún apoyo que viniera a llenar su vacío, desentendiéndose las instituciones públicas y las leyes de la religión de nuestros antepasados, el tiempo fue insensiblemente entregando a los obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores.

Defensa de la propiedad.Frente a las ideas socialistas la Iglesia señaló:

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Al pretender los socialistas que los bienes de los particulares pasen a la comunidad, agravan la condición de los obreros, pues, quitándoles el derecho a disponer libremente de su salario, les arrebatan toda esperanza de poder mejorar su situación económica y obtener mayores provechos. En el documento hay influencias del liberalismo, hay una defensa de la propiedad privada:

Por ser el hombre el único animal dotado de inteligencia, hay que concederle necesariamente la facultad, no sólo de usar las cosas presentes, como los demás animales, sino de poseerlas también con derecho estable y perpetuo. Sostenía que la propiedad privada era un «derecho natural», dentro de los límites de la justicia, haciendo referencia al iusnaturalismo:

Se halla en la misma ley natural el fundamento y razón de la división de bienes y de la propiedad privada Justicia social.- La encíclica también condenó al capitalismo como causa de la pobreza y degradación de muchos trabajadores, retomando el concepto de John Locke de que la apropiación excesiva era injusta. Recordó a los ricos y patrones que:

No deben considerar al obrero como un esclavo; que deben respetar la dignidad de la persona y la nobleza que a esa persona agrega el carácter cristiano. Afirmó que cada trabajador debe recibir un salario que le permita subsistir y tener una vida razonablemente cómoda y que, si aceptaba malas condiciones laborales debido a la necesidad o al temor, el trabajador era una víctima de la injusticia. Partiendo de la competencia del magisterio de la Iglesia en cuestiones sociales manifestó la necesidad de adoptar medidas en favor de los obreros, con la consiguiente intervención del Estado (normas de higiene y seguridad en el trabajo, tutela del descanso dominical, limitación de horarios y jornadas laborales, etc.)

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Sindicalismo.- Fue un elemento indispensable para el fomento de las mejoras en las condiciones de los obreros, la constitución y fomento de asociaciones obreras católicas (junto a las ya existentes por aquella fecha). Esta encíclica constituye, pues, un importante estímulo para el incipiente catolicismo social. Recomendó a los católicos, si lo deseaban, organizar partidos laboristas propios y uniones de trabajadores bajo principios católicos:

Esta solución habrán de darla los obreros cristianos, si, agrupados en asociaciones y valiéndose de consejeros prudentes, vuelven a entrar por el camino que con gran provecho, particular y público, siguieron antiguamente sus antepasados. Se marcan los deberes de los obreros:

Poner íntegra y fielmente el trabajo que libre y equitativamente se ha contratado; no perjudicar de modo alguno al capital, ni hacer violencia personal contra sus amos; al tratar de defender sus propios derechos, abstenerse de la fuerza y no armar sediciones, ni asociarse con hombres malvados y pérfidos que falsamente les hagan concebir desmedidas esperanzas. Efectos.- Conjuntamente con el resto de su obra, durante su período como papa (18781903), la encíclica tuvo un efecto profundo en la Iglesia católica, en su jerarquía y en el mundo moderno. En esa época, su apoyo a los sindicatos de trabajadores y un salario justo fueron vistos como radicalmente izquierdistas. Otras declaraciones también parecían ser opuestas al capitalismo. Muchas de las posiciones de Rerum Novarum fueron completadas por encíclicas posteriores, especialmente Quadragesimo Anno (1931) de Pío XI, Mater et Magistra (1961) de Juan XXIII, y Centesimus annus (1991) de Juan Pablo II. Provocó una reforma en medio de una Iglesia donde varios sectores reclamaban que se abandonaran posiciones políticas afines a los gobiernos y a los sectores dominantes para que la Iglesia se encargara únicamente del oficio religioso ecuménico.

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Como conclusión puede señalarse que Rerum Novarum diseñó una estrategia que logró contribuir a salvar el período de crisis que enfrentaba la Iglesia y que la reestructuración doctrinal y práctica que provocó, delineó la nueva imagen de la Iglesia católica actual. El arzobispo de Westminster, cardenal Henry Edward Manning, influyó mucho en la redacción de Rerum Novarum. 

"Vehementer nos" (1906): Pío X condena las leyes que separan la Iglesia del Estado, condenando la aprobación de la ley -votada por el Senado francés en diciembre de 1905- que consuma la separación de la Iglesia y el Estado en Francia…¡Qué lejos está de sospechar que un siglo después se planteará su reforma con el objetivo declarado de sufragar. El Pontífice protesta contra la legislación antirreligiosa en Francia e insta a los católicos franceses a oponerse a ellos por medios legales para defender la tradición católica del país. El Papa condena en particular el rechazo unilateral por parte del Estado francés del Concordato de 1801 entonces en vigor, con la confiscación casi completa de las propiedades eclesiásticas (incluidas las basílicas y las catedrales). En la encíclica, la " separación " entre el Estado y la Iglesia también es condenada según la versión del gobierno francés, que reduce a la Iglesia a una simple asociación de culto.



"Ad beatissimi apostolorum principis" (1914): Benedicto XV denuncia los horrores de la guerra y defiende la caridad cristiana. Dada en San Pedro, Roma, en la fiesta de Todos los Santos el 1 de noviembre de 1914, en el primer año de su pontificado. La primera encíclica escrita por el Papa Benedicto XV coincidió con el comienzo de la Primera Guerra Mundial , que calificó como "el suicidio de la Europa civilizada".



"Pacem in terris" (1963): Juan XXIII defiende la paz, fundada en la verdad, la justicia, la caridad y la libertad y condena la carrera armamentista.

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Es una encíclica que aunque está hecha para defender, la dignidad humana, toca también un punto bien importante que muchas veces se le critica a una religión, y es el desprendimiento de esta con el área científica; pero la encíclica "Pacem in Terris", en el párrafo numero '2', se ve una clara aceptación, por el bien que la ciencia; es decir, el desarrollo científico, puede hacer en el ser humano. Unos párrafos más adelante; específicamente, en el párrafo '9', el Papa se encarga de explicar como el ser humano por naturaleza, tiene derechos y deberes; y, como estos son universales, que son inviolables; es decir, que deben de ser respetados al máximo, y como el sujeto no puede renunciar a estos derechos; derechos, mas tarde en el párrafo '10', nos indica que provienen de la dignidad humana, la cual tiene aun más valor a la luz de la verdad de Dios. La encíclica "Pacem in Terris", del párrafo '11' al '27', nos habla acerca de todos aquellos derechos, que se pueden considerar fundamentales para que el ser humano, tenga una vida digna garantizada. Aunque la "Pacen in Terris", a su inicio propone todos los derechos del ser humano, lo cual propone, un deseo del lector de salir a reclamar todos sus derechos; pero más tarde el Papa en el párrafo '28 al '34', se encarga de explicar cómo cada derecho que el ser humano recibe por el simple hecho de ser un ser humano, tiene ligado un deber, el cual el sujeto queda obligado a cumplir, puesto son los deberes, los encargados de proteger los derechos. Todo estos conceptos, todos estos planteamientos acerca de los derechos y deberes del ser humano son la superficie, de lo que en verdad esta encíclica desea tratar; es decir, podríamos llamarla la antesala, pues más adelante el Papa empieza a criticar muchos eventos sociales, los cuales suceden a diario; y es que, el Papa empieza a explicar como muchos de los antivalores, injusticas y mas, no tienen ya lugar, puesto ya la realidad se ha transformado, puesto el desarrollo económico a avanzado, la mujer toma parte en la vida pública, y ya ha habido una emancipación de los pueblos, y con todo esto lo resume en el hecho de que ahora se habla de que todos somos iguales; razón, por la cual muchas injusticias ya no tienen lugar en la sociedad.

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Al realizar esta critica el Papa, luego podemos percibir, como se encarga de empezar a aconsejar, iluminando la razón con la fe, como a de estar ordenada las relaciones civiles, políticas, internacionales y hasta mundiales; es decir, hacia quien han de estar orientadas, y como han de basarse en los derechos y deberes del ser humano.

Como conclusión, es sorprendente como esta encíclica, ya con 46 años de antigüedad, se a dinamizado, y tiene un valor alto, tal y como lo fue en su tiempo, como lo es ahora. La encíclica, a mi parecer, es un documento esencial para la vida, es decir, si las personas conocieran como la iglesia, se preocupa por la realidad humana, como esta ha empezado a entender el Dios liberador que Jesús enseño, porque procura intentar liberar al hombre del yugo que le oprime, mostrándole lo que Dios tiene que decir, mostrándole que vale más que cualquier, pues es un hijo de Dios, es un ser humano, que siente, piensa y es capaz de decidir; y que es este simple hecho que lo vuelve digno, y merecedor de un trato no deshumanizado, sino mas bien humanizado, en la fe. 1. ¿Qué realidad, circunstancias critica? Una realidad que cabe resaltar que el Papa, critica; y a la vez que no debe suceder, es el hecho de usar a los trabajadores como simples objetos carentes de una razón y libertad, clamando así para ellos respeto, pues por naturaleza, tienen dignidad y derechos que deben ser respetados. Se encarga de defender también la dignidad que tiene la mujer, y como ella debe de ser respeta, y se debe de dejar de verle como un objeto inanimado o un simple instrumento. Critica a los gobernantes, invitándoles a que utilicen el poder que les ha sido otorgado para el bien común, evitando el uso de la violencia, amenazas, etc. Puesto el poder no es una fuerza física. Y les recuerda que su autoridad debe estar unida a Dios, para que sea de la forma más humanizadora posible. Además advierte que el hecho que Dios otorgué el poder, no significa que los hombres no tengan derecho de elegir a sus gobernantes, antes bien esto tan solo lo reafirma.

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Por otra parte, el Papa invita a que en nuestra realidad deshumanizada busquemos siempre el bien común entre todos, y todos, ciudadanos y gobernantes, estamos obligados a buscar el bien de todos/as. El Papa además toca un punto muy importante en cuanto a las relaciones internacionales, y es el hecho que el Papa critica la discriminación racial, es decir, inicia el párrafo 86, explicando como la discriminación racial no tiene lugar. De una manera, indirecta critica la injusticia, pues momento a momento, explica como las relaciones se basan en la justicia, y que sin esta hay una violación directa a los derechos. La encíclica Pace in Terris, es una encíclica que tiene muchas críticas, las cuales están puestas de manera indirecta, pues al defender una realidad, es lógico, suponer que su realidad contraria la condena, o mejor dicho, le tilda de una forma incorrecta de vivir, así en el siguiente punto veremos las realidades que defiende, y podremos percibir, cuales son las que propone como incorrectas. 2. ¿Qué realidad afirma, defiende? En resumidas palabras, la iglesia defiende todas aquellas realidades en las cuales el ser humano se humanice mas y mas en cada momento; es decir, y lo podemos percibir en Pacen in Terris, y es aquella sociedad donde el desarrollo haga que los demás se desarrollen, defiende una y otra vez, la realidad en la cual los derechos humanos sean respetados, los deberes de cada ser cumplidos, para poder proteger los derechos humanos; mas veremos en el desarrollo de la encíclica como, el Papa invita fundar paz sobre toda l tierra, razón del nombre de la encíclica, pero podemos percibir tres realidades que el Papa, toma como fundamentales, para poder llegar a esta paz en el mundo y es: 

La verdad.



La justicia.



La libertad.

Y es que el Papa, no toma estos puntos, simplemente porque así le vino en gana, en ningún momento es así, los tres puntos antes mencionados, son la base de toda la fe

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cristiana, es la 'marca' que define a todos aquellos que dicen ser discípulos del Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, y es que en cada momento, veremos que esos tres aspectos son los que, hasta cierto punto, definen al Dios liberador del cual Jesús hablo en el transcurso de su ministerio. Y es esta la razón, por la cual en la encíclica Pacen in Terris veremos como el Papa dice, "no a la discriminación racial, no a la violación de los derechos, no al incumplimiento de los deberes, no a la explotación, no al abuso del poder, no a la concentración de riquezas en manos de pocos", así en esas breves palabras vemos más o menos, todas las realidades que el Papa defiende; toda aquella realidad capaz de humanizar al hombre, toda aquella realidad que al desarrollarse, haga que los demás se desarrollen, son realidades que veremos que apoya el Papa, en la encíclica Pacem in Terris. 3. ¿Qué solución propone la Iglesia ante lo anterior? En la Pacen in Terris se presentan los siguientes puntos que van explicando poco a poco las soluciones que la iglesia propone, y es que, no habla en ningún momento algo desconocido sino que explica cual es el sentido de cada uno de los puntos que veremos a continuación: La autoridad es necesario; siempre y cuando los encargados de llevar esta autoridad han de velar por el bien común. El bien común obliga; en esta parte el Papa, explica como el bien común es una solución para vida cotidiana; es decir, que propone que todos, ciudadanos y gobernadores, deben de buscar siempre el ayudar al desarrollo de los demás con cada decisión, es decir, mi decisión no solo me beneficia a mí sino también al que convive conmigo. Defender los derechos y deberes del ser humano: El Papa explica como un gobierno se vuelve, "un gobierno humanízante cuando:" "…la misión principal de los hombres de gobierno deba tender a dos cosas: de un lado, reconocer, respetar, armonizar, tutelar y promover tales derechos…"

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Una reestructuración en el orden político: No propone, que se quite a los dirigentes actuales, o que se lleve un golpe de estado para cambiar la moneda, si no que el Papa explica, cual debe de ser la visión de los órganos del estado, para qué función de la mejor manera, siendo capaces estos de dar un desarrollo a todos y cada uno de los hombres de la sociedad. Un régimen moral: El Papa habla de que todas las leyes deben dejarse iluminar no solo por la razón, sino que por la moral; es decir, que cada una de sus decisiones sea iluminada por la moral, Las relaciones internacionales deben estar regidas por la verdad: El Papa explica cómo, esta verdad, de la que habla no es más que algo muy sencillo e entender, y es que para todas las relaciones se tiene que comprender, que todos los seres humanos somos iguales en dignidad, razón por la cual la discriminación y/o exclusión de algún ser humano no es aceptable. Las relaciones deben regirse por la justicia: Esta justicia no es más que, poner en práctica dos elementos muy importantes que son: el reconocimiento de los mutuos derechos y el cumplimiento de los respectivos deberes. Las relaciones internacionales deben regirse por la solidaridad activa: Una solidaridad que va más allá de lo físico, involucrando también el ámbito espiritual. Las relaciones internacionales deben regirse por la libertad:Ninguna nación deberá de oprimir a otra injustamente, ni deberá de interponerse en sus asuntos. Es necesaria una autoridad pública al alcance mundial: Para poder hacer una sola visión de lo que es el bien común, para que todos y todas busquen un mismo destino. 

"Humanae vitae" (1968): "De la vida humana". Pablo VI condena los métodos anticonceptivos. La encíclica consta de tres partes.

En la primera parte toma cuenta de las voces que hablan del control de la población, y la nueva consideración sobre el amor conyugal y la persona. Esto lleva a preguntarse sobre la necesidad de revisar las normas éticas actuales sobre todo teniendo en cuenta el

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sacrificio que pueden comportar. Afirma el valor del magisterio de la iglesia, también como es el caso de normas que pertenecen a la ley natural. En la segunda parte, se afrontan los principios doctrinales que se deben tomar en cuenta. Respecto al amor conyugal, se afirma que debe ser plenamente humano, total, fiel y exclusivo, y fecundo. Además no pueden separarse en él su significado unitivo y procreador. En concreto debe mantenerse: 1. La doctrina, muchas veces expuesta por el Magisterio, sobre la inseparable

conexión que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significadounitivo y el significado procreador.(HV, 12) 2. Los actos conyugales no son ilegítimos por el hecho de que sean infecundos en

concreto: Estos actos, con los cuales los esposos se unen en casta intimidad, y a través de los cuales se transmite la vida humana, son, como ha recordado el Concilio, honestos y dignos, y no cesan de ser legítimos si, por causas independientes de la voluntad de los cónyuges, se prevén infecundos, porque continúan ordenados a expresar y consolidar su unión. De hecho, como atestigua la experiencia, no se sigue una nueva vida de cada uno de los actos conyugales. Dios ha dispuesto con sabiduría leyes y ritmos naturales de fecundidad que por sí mismos distancian los nacimientos. La Iglesia, sin embargo, al exigir que los hombres observen las normas de la ley natural interpretada por su constante doctrina, enseña quecualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de la vida.(HV, 11) 3. La responsabilidad de la paternidad exige que la decisión del número de

hijos esté seriamente motivada: motivos serios, graves...(HV, 10) Para la iglesia católica queda excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o

en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación(n.14) Por tanto, todo acto conyugal debe quedar abierto a la vida, se produzca esta o no. Respecto a la paternidad responsable:

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En relación con los procesos biológicos, paternidad responsable significa conocimiento y respeto de sus funciones; la inteligencia descubre, en el poder de dar la vida, leyes biológicas que forman parte de la persona humana.



En relación con las tendencias del instinto y de las pasiones, la paternidad responsable comporta el dominio necesario que sobre aquellas han de ejercer la razón y la voluntad.



En relación con las condiciones' físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento' durante algún tiempo o por tiempo indefinido.

Es lícito acudir al conocimiento de la fertilidad para regular los nacimientos y vivir una paternidad responsable. Son vías ilícitas para regular los nacimientos, el aborto,la esterilización, y toda acción que en previsión del acto conyugal, o en su realización o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación. Quedan aquí incluídos los anticonceptivos sean del tipo que sean. No son razones válidas para justificar estos actos ni la teoría del mal menor, ni la justificación de una concepción global de la vida matrimonial. Luego, indica diversas consecuencias que podrían darse del uso de medios no naturales para el control de la natalidad: se abriría el camino para la infidelidad conyugal y la degradación de la moralidad, se perdería el respeto por la mujer que podría llegar a ser considerada como un mero objeto de placer, se daría a algunos estados la posibilidad de intervenir en temas tan íntimos de la pareja.

En la tercera parte, titulada "Directivas pastorales" el Papa se dirige a diversos grupos para solicitar su apoyo. Tras reconocer que esta doctrina puede suscitar reacciones en contra, afirma que siempre es posible observar la ley natural. Pide a los esposos sólidas convicciones sobre el valor de la vida y de la familia, y el ejercicio del dominio de sí mismo. A los educadores que creen un clima favorable a la

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educación de la castidad. A las autoridades públicas que se opongan a las leyes que deterioren las leyes naturales de moralidad, pide que los científicos estudien mejores métodos de regulación de la procreación humana y un llamado a que los doctores, enfermeras y sacerdotes posean la ciencia para proponer soluciones acordes con esta enseñanza.



"Evangelium vitae" (1995): Juan Pablo II condena el aborto y la eutanasia y hace un llamamiento para combatir contra las leyes que las autorizan. En sus 26 años de pontificado, escribió 14 encíclicas referidas a temas teológicos y sociales.

La Evangelium Vitae se publicó el día 25 de marzo 1995 por el papa Juan Pablo II, “está

llamada a movilizar las conciencias en una perspectiva de la cultura de la vida, especialmente a los dirigentes del mundo. Es, sin embargo, un apelo universal de frente al desencadenarse de la cultura de la muerte que crece, en forma alarmante, e introduce una confusión de extrema gravedad”.1 Confusión que lleva a amenazar continuamente la dignidad y el valor inalienable de la vida humana.

La encíclica tiene como fin denunciar toda amenaza a la dignidad y a la vida del hombre, pues esta situación afecta a la Iglesia en su misión de anunciar el Evangelio de la vida, a todos. Hoy este anuncio es particularmente urgente por la multiplicación y agudización de las amenazas a la vida de las personas, sobre todo las más débiles. Ya la Gadium et Spes en su numeral 27 denunció con fuerza un largo elenco de delitos y atentados contra la vida y la dignidad humana. Por desgracia, el alarmante panorama que en la década de los 60 presentaba el Concilio Vaticano II, en vez de disminuir, se va más bien agrandando, todo esto es a la vez un síntoma preocupante y una causa importante de un gran deterioro moral. Muchos graves problemas reciben así soluciones falsas e ilusorias. Se eliminan injustamente muchas vidas humanas y en muchas conciencias se oscurece cada vez más la distinción entre el bien y el mal.3

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La encíclica se sirve de varias citas bíblicas en las que se hace referencia explícita al valor de la vida, comenzando por el reclamo de Yavhé hacía Caín en el libro del Génesis en el Antiguo testamento hasta la promesa de que ya no habrá más muerte en el libro del Apocalipsis en el Nuevo Testamento. Está dividido en una introducción, 4 capítulos y una conclusión. En la introducción se tratan temas tales como: Valor incomparable de la persona humana y las Nuevas amenazas a la vida humana. En el capítulo I: Actuales amenazas a la vida humana en donde se incluye entro otros una denuncia sobre la idea perversa de libertad y eclipse del sentido de Dios y del hombre. En el capítulo II: Mensaje cristiano sobre la vida en donde se puede encontrar las responsabilidades del hombre ante la vida, la dignidad del niño aún no nacido. En el capítulo III: La ley santa de Dios, el Santo Padre Juan Pablo II nos recuerda en valor de la vida humana sagrada e inviolable, en este capítulo se tratan temas como: el delito abominable del aborto, el drama de la eutanasia y el conflicto en nuestra sociedad actual entre ley civil y ley moral En el capítulo IV: Por una nueva cultura de la vida humana, es una exhortación a tener una mirada de esperanza, pero ante todo actitudes verdaderamente coherentes para que la Iglesia, el pueblo de la vida y para la vida anuncie y celebre el Evangelio de la vida de manera especial en el seno y corazón de las familias "santuario de la vida" La conclusión reúne todo el contenido del texto a la luz del libro del Apocalipsis, además que pone a María como modelo de maternidad, también ella amenazada por las fuerzas del mal y de la muerte. El contenido de esta encíclica podría resumirse en los siguientes ítems:

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1) El valor y el carácter inviolable de la vida humana. 2) La vida humana es sagrada e inviolable. 3) Presenta las raíces de la violencia contra la vida basándose en la historia del Génesis.

4) Una defensa contra todas las amenazas a la vida humana. 5) La ley de Dios está por encima de las leyes de los hombres. 6) La Encíclica defiende la auténtica libertad del hombre. 7) Hay signos esperanzadores de amor a la vida en el mundo. 8) Nos ofrece esperanza.

9.2.

CONCLUSIONES ACERCA DE LA ENCÍCLICA

1) El Papa concentra su atención, en particular, en un género de atentados, relativos a la vida naciente y terminal, (aunque también menciona por ejemplo la pena de muerte) que presentan caracteres nuevos respecto al pasado y suscitan problemas de gravedad singular, por el hecho de que, en la conciencia colectiva, tienden a perder el carácter de «delito» y a asumir paradójicamente el de «derecho», hasta el punto de pretenderse un reconocimiento legal por parte del Estado y la sucesiva ejecución mediante la intervención gratuita de los agentes sanitarios. ¿Cómo se ha podido llegar a una situación semejante?, es una pregunta a la que el papa responde que se deben tomar en consideración múltiples factores pero en el fondo es una profunda crisis de la cultura, que engendra escepticismo en los

fundamentos mismos del saber y de la ética, haciendo cada vez más difícil ver con claridad el sentido del hombre, de sus derechos y deberes.4

2) En la búsqueda de las raíces más profundas de la «cultura de la muerte» no basta detenerse en la idea perversa de libertad anteriormente señalada. Es necesario llegar al centro del drama vivido por el hombre contemporáneo: El eclipse del

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sentido de Dios que lleva al hombre al materialismo y el hedonismo, a la negación del valor del sufrimiento. La despersonalización y explotación de la sexualidad humana. El empobrecimiento de las relaciones interpersonales. El eclipse de la conciencia moral de las personas y de la sociedad, la confusión entre lo que es bueno y lo que es malo.

3) Se presentan las implicaciones morales, sicológicas, judiciales para la sociedad del aborto, la eutanasia, el suicidio, la pena de muerte: “en la historia se han cometido crímenes en nombre de la verdad. Pero crímenes no menos graves y radicales se han cometido y se siguen cometiendo también en nombre del relativismo ético”.5

4) También las distintas técnicas de reproducción artificial, que parecerían puestas al servicio de la vida y que son practicadas no pocas veces con esta intención, en realidad dan pie a nuevos atentados contra la vida

5) Los atentados contra la vida humana representan una amenaza frontal a toda la cultura de los derechos del hombre. Es una amenaza capaz, al límite, de poner en peligro el significado mismo de la convivencia democrática: nuestras ciudades corren el riesgo de pasar de ser sociedades de «con-vivientes» a sociedades de excluidos, marginados, rechazados y eliminados.

6) "¿Acaso los crímenes dejarán de serlo si, en vez de haber sido cometidos por tiranos sin escrúpulos, hubieran estado legitimizados por el consenso popular?" "En la base de estos valores no pueden estar las provisionales o volubles mayorías de opinión, sino sólo el reconocimiento de una ley moral objetiva"6

7) El hombre, a diferencia de los animales de los animales y de las cosas, no puede ser sometido al dominio de nadie.

8) Sin embargo, todos los condicionamientos y esfuerzos por imponer su silencio no logran sofocar la voz del Señor que resuena en la conciencia de cada hombre. En este íntimo santuario de la conciencia puede empezar un nuevo camino de amor, de acogida y de servicio a la vida humana.

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9) Estamos en medio de un enorme y dramático choque entre el bien y el mal, la «cultura de la vida» y la «cultura de la muerte». Todos nos vemos implicados y obligados a participar, con la responsabilidad ineludible de elegirincondicionalmente a favor de la vida. También para nosotros resuena clara y fuerte la invitación a Moisés: «Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Yo te prescribo hoy que ames al Señor tu Dios, que sigas sus caminos y guardes sus mandamientos, preceptos y normas… Te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a Él; pues en eso está tu vida, así como la prolongación de tus días» (Dt 30,15-16.19- 20). Por eso pese a un panorama tan oscurecido se presentan signos de esperanza: Grupos que defienden la vida, Amor a los niños, Oposición la pena de muerte, Atención a la ecología, familias que se abren a la adopción. 10)“Es necesario sembrar, en todo tiempo, en todos los lugares, una cultura por la vida, contra la conspiración contra la vida. Debe comenzar en las familias, santuarios de la vida. Debe establecerse y desarrollarse toda una pastoral de la vida desde la familia. Hay que reconciliar a la familia con la vida, partiendo del reconocimiento del don maravilloso de Dios: la vida humana.”



"Fides et ratio" (1998): Juan Pablo II pide a los científicos que ante los avances científicos y tecnológicos tengan en cuenta los valores filosóficos y morales.

El autor en esta carta comienza exponiendo un concepto general de la fe y la razón y su relación entre ellas y cito, “ son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”. Esta frase es como la síntesis de las cuestiones tratadas en la encíclica. Aunque existan diversidad de culturas, idiomas, razas, todos coincidimos en la continua buscada de la verdad, pues todo hombre desea saber, y busca la verdad, el hombre es definido como aquel que busca la verdad. La fe y la razón no se contradicen, la razón se perfecciona por el conocimiento de la fe, porque la razón sola no puede llegar al conocimiento de Dios, sin embargo ninguna filosofía puede abarcar

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toda la verdad con referencia al sentido ultimo, pues, tampoco, la filosofía puede prescindir del conocimiento teológico, por que si es así el hombre no podrá responder a las preguntas fundamentales sobre su existencia, la verdad contenida en la revelación debe ser comprendida a la luz de la razón , mas no refutada ni contraria, pues La Sagrada Escritura nos presenta con sorprendente claridad el vínculo tan profundo que hay entre el conocimiento de la fe y de la razón. Cuando el mundo es analizado desde el punto de vista de la razón, la fe no rebaja la autonomía de la razón, ayuda a comprender al hombre que Dios se hace presente y actúa en esos actos mientras la razón es valorada pero no sobrevalorada ya que esta puede afirmar pero es mas amplia la fe. La fe libera la razón en cuando que le permite coherentemente su objeto de conocimiento y colocarlo en el orden supremo. Para el autor existe un vinculo entre la fe y la razón, según lo atestiguan las escrituras, este afirma tres reglas para entender la razón y la fe, primero que el conocimiento del hombre es un camino que no tiene descanso, este no obtiene una respuesta instantánea sino que es el producto de mucha paciencia; una segunda regla es que este camino no se puede recoger con orgullo, nadie puede pensar que su fruto es una conquista personal y una tercera regla es la razón debe reconocer el termino de Dios, así con su transcendencia soberana y su amor en el gobierno del mundo. Cuando uno se aleja de estas reglas, el hombre se expone al riesgo del fracaso, ello lo impide poner en orden su mente y asumir una orden adecuada consigo mismo y para el ambiente que lo rodea. “El temor del Señor es el principio de la sabiduría”. San Pablo relata en los hechos de los Apóstoles, cuando llego a Atenas la cual estaba representada por muchas estatuas, le llamó la atención un altar y aprovechó enseguida la oportunidad para ofrecer una base común sobre la cual iniciar el anuncio del kerigma. El Apóstol pone de relieve una verdad que la Iglesia ha conservado siempre: en lo más profundo del corazón del hombre está el deseo y la nostalgia de Dios. De diversos modos y en diversos tiempos el hombre ha demostrado que sabe expresar este deseo íntimo. “El hombre es el único ser en toda la creación visible que no sólo es capaz de saber, sino que sabe también que sabe por eso se interesa por la verdad real de lo que se le presenta. Nadie puede permanecer sinceramente indiferente a la verdad de su saber.” Y es cuando el hombre se plantea las interrogantes ¿Tiene sentido la vida? ¿ Hacia donde se dirige? ¿existe una vida posterior.? Ni el filosofo ni el hombre corriente deben de sustraerse a estas preguntas. De la respuesta que se dé a estas preguntas, depende una etapa

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decisiva de la investigación; si es posible o no, alcanzar una verdad universal y absoluta. Los filósofos han tratado a través de los siglos, de expresar esta verdad, dando vida a diferentes escuelas de pensamiento. Sin embargo hay otras respuestas que el hombre encuentra, a través de convicciones o experiencias personales, de tradiciones familiares o culturales o de itinerarios existenciales en los cuales se confía en la autoridad de un maestro. La sed de verdad está tan radicada en el corazón del hombre que tener que prescindir de ella comprometería la existencia, es suficiente observar en la vida cotidiana como cada uno de nosotros lleva en sí mismo la urgencia de algunas preguntas esenciales y al vez abriga en su interior al menos un indicio de las correspondientes respuestas. En cierto modo filosófico, cada hombre posee concepciones filosóficas propias con las cuales orienta su vida, con esta interpreta sus alternativas personales y regula su comportamiento. El florecimiento de estas verdades implica que estas mismas verdades puedas ser puestas en duda y discutidas por medio de una actividad critica del pensamiento. Santo Tomás argumentaba que la luz de la razón y de la fe, proceden ambas de Dios, y reconoce que la naturaleza, objeto propio de la filosofía, puede contribuir a la comprensión de la revelación divina. Así la fe, supone y perfecciona a la razón. Esta última iluminada por la fe, es liberada de la fragilidad y de los límites que derivan de la desobediencia y del pecado, y encuentra la fuerza necesaria para elevarse al conocimiento del misterio de Dios. El autor expone como una filosofía que no responda al cuestión sobre el sentido corre el peligro de degradar la razón a funciones puramente instrumentales. “ Para estar en consonancia con la palabra de Dios es necesario, ante todo, que la filosofía encuentre de nuevo su dimensión sapiencia de busque de sentido ultimo y doblar de la vida”. En la encíclica se realiza un análisis que señalan los limites de algunos sistemas filosóficos contemporáneos que rechazan la instancia metafísica de una apertura perpetua a la verdad. Algunos de los sistemas que no están abiertos a las exigencias fundamentales de la verdad, tales como historicismo, pragmatismo, eclecticismo y nihilismo, no puedes asumidos como filosóficas para explicar la fe. “ Una teología sin horizonte metafísica no conseguirá ir más allá del análisis de la experiencia religiosa" y será incapaz de "expresar con coherencia el valor universal y trascendente de la verdad revelada”. En conclusión, el mensaje de la encíclica es una reacción ante esa situación cultural, y

propone la

capacidad de la razón para conocer a Dios, la verdades fundamentales de la existencia, en

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ese mismo plano, reafirma que tal capacidad metafísica de la razón es una dato necesario para la fe, de como que la fe se desarrollaría al margen o opcional a la razón seria deficiente incluso como fe. La capacidad de la razón para conocer la verdad de Dios, del mundo, es necesario una filosofía abierta al interrogantes de la existencia. 

“Laudato Si”: Papa Francisco sobre el cambio climático

El contenido de la encíclica ya genera polémica en círculos conservadores que cuestionan los argumentos del cambio climático. El papa Francisco expuso sus argumentos teológicos, científicos y morales para desarrollar estrategias contra el cambio climático que tildó de "urgentes e imperiosas". El Pontífice describió el continuo daño a la naturaleza como "una pequeña señal de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad". La solución, dijo, requerirá de un alto grado de sacrificio y lo que llamó una "audaz revolución cultural" en todo el mundo. La encíclica, titulada Laudato Si (Alabado Sea) y calificada por algunos de "histórica", por ser la primera vez que un Papa dedica un documento de este tipo a la protección medioambiental, consta de 190 páginas, cubriendo amplios temas. BBC Mundo les presenta un resumen de algunos de los puntos más destacados. 

El calentamiento global es real. En ese sentido el papa escribe que "hay un consenso científico sólido" que se trata de un fenómeno innegable.

Derechos de autor de la imagenREUTERSImage captionLa presentación de la encíclica papal se hizo en una rueda de prensa en el Vaticano.

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Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, dañará la agricultura, conducirá a la extinción de algunas plantas y animales. También advirtió sobre el peligro del aumento en los niveles de los mares que podrían terminar inundando algunas de las ciudades más populosas del mundo. 

Es principalmente el resultado de la actividad humana. Francisco reconoció que el cambio climático se da en parte de manera natural pero que los estudios científicos indican que su "principal" causa somos los humanos. Sostuvo que el "consumismo inmoral" ha llevado a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua del medio ambiente. "La tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora", advirtió. Los países ricos tienen una "deuda ecológica" con los países pobres. Aseguró que los países en desarrollo están a la merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y consumo, una relación que el Papa calificó como "estructuralmente perversa". Rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente. Llamó esa filosofía "un concepto mágico del mercado".



Creación de instituciones internacionales fuertes Se necesitan regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global, pero es esencial instituciones eficientes y organizadas con la potestad de sancionar a quienes incumplan las normas. "Es esencial lograr un consenso global para enfrentar problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales de países individuales", dijo.

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Pero indicó que las regulaciones por sí solas no resolverán todo el problema. Pidió un cambio de perspectiva ética global para cuidad de la naturaleza y hacer que los pueblos sean prioridad. 

Presión a los líderes políticos y sacrificio individual El papa identificó que "muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático".

Representantes de diferentes denominaciones cristianas estuvieron presentes en el lanzamiento de la encíclica. Hizo un llamado para que individuos formen redes sociales para presionar a los líderes políticos y para ayudar a los que han quedado desamparados y desempleados debido al cambio climático. También instó a todos a hacer pequeños cambios en sus hábitos diarios, incluyendo el "uso de transporte público, compartir viajes en auto, plantar árboles y apagar luces innecesarias"

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CONCLUSIÓN La encíclica, a mi parecer, es un documento esencial para la vida, es decir, si las personas conocieran como la iglesia, se preocupa por la realidad humana, como esta ha empezado a entender el Dios liberador que Jesús enseño, porque procura intentar liberar al hombre del yugo que le oprime, mostrándole lo que Dios tiene que decir, mostrándole que vale más que cualquier, pues es un hijo de Dios, es un ser humano, que siente, piensa y es capaz de decidir; y que es este simple hecho que lo vuelve digno, y merecedor de un trato no deshumanizado, sino mas bien humanizado, en la fe.

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BIBLIOGRAFIA 1. Enc. Immortale Dei del 1º de Nbre. de 1885. Civitates non possunt, citra scelus, gerere se tanquam si Deus omnino non esset, aut curam religionis velut alienam nihilque profuturum abjicere...... Ecclesiam vero, quam Deus ipse constituit, ab actíione vitae excludere, a legibus, ab institutione adolescentium, a societate domestica, magnus et perniciosus est error. 2. Carta Encíclica "Evangelium Vitae", 25 de Marzo 1995. Acta Apostolicae Sedis (AAS) 1995; #70 Ibidem 3. Cfr., GRÈZES, Daniel Iglesias. Nuevas amenazas a la vida humana según la encíclica Evangelium Vitae Centro Cultural Católico “Fe y Razón” Montevideo, 17/11/2012, artículo en línea: http://es.slideshare.net/feyrazon/nuevas-amenazasa-la-vida-humana-segn-la-encclica-evangelium-vitae 4. PORTELA, Carmen. Op. Cit. Diapositiva 22. 5. http://www.academia.edu/9511817/Analisis_de_la_carta_enc%C3%ADclica_Fides_ et_Ratio_Fe_y_raz%C3%B3n_

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