Formacion y Funcion de La Conciencia

FORMACION Y FUNCION DE LA CONCIENCIA INTRODUCCIÓN: La conciencia se define como el conjunto de procesos cognitivos y afe

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FORMACION Y FUNCION DE LA CONCIENCIA INTRODUCCIÓN: La conciencia se define como el conjunto de procesos cognitivos y afectivos que forman un gobierno moral interiorizado sobre la conducta del individuo. La noción de conciencia moral designa el sentido innato del bien de la naturaleza humana y su aplicación a la acción. Ella comprende, dice Sastoque (2001) una conciencia psicológica que varia de una persona a otra y que puede ser definida como la actividad de la conciencia del sujeto que se examina así mismo, sus actividades, su experiencia y su comportamiento, sea externo o interno. Conciencia moral y conciencia psicológica se integran y se influencian recíprocamente. Es de resaltar que históricamente, con el nombre de conciencia moral o de otros equivalentes, se refiere a algo que no es inoperante, sino que actúa en el ámbito de la conducta y de las costumbres y ello de forma natural, a tal punto que, desde la antigüedad clásica, los Padres de la Iglesia y muchos escolásticos entendieron la conciencia moral como una sindéresis “ razón ”, es decir, la capacidad de juzgar rectamente, pues como bien lo expresa Mac Intyre (2001, pág. 156) “Juzgar a un hombre es juzgar sus acciones concretas… porque las virtudes son cualidades que mantienen a un hombre libre en su papel y que se manifiesta en las acciones que su papel requiere”. Desde la perspectiva Tomista, conciencia significa facultad del conocimiento moral, En la modernidad, serán significativas las reflexiones de Descartes y Kant que desembocará en la consolidación de la autonomía. El termino autonomía significa que el sujeto posee en sí mismo, o por si mismo la norma (autos: propio; nomos: norma), mientras que heteronomía significa que recibe la norma de otro o que su norma reside en otro (heteros: otro). La autonomía como capacidad de darse a sí mismo la ley, era el concepto que tenían las ciudades-estados griegas de la antigüedad. El concepto moderno de autonomía surge principalmente con Kant y da a entender la capacidad del sujeto de gobernarse por una norma que él mismo acepta como tal sin coerción externa. FORMACIÓN Y FUNCIÓN DE LA CONCIENCIA: I. EL ORIGEN DE LA CONCIENCIA MORAL: • ORIGEN DIVINO: la existencia de la conciencia moral se atribuye a alguna entidad divina. En el ámbito cristiano medieval por ejemplo, se consideraba que Dios ha dado la conciencia moral al ser humano para que pueda reconocer la ley natural, que es el desarrollo de la ley de Dios en este mundo. Los 10 mandamientos de la ley de Dios. • ORIGEN INNATO: ha defendido que la conciencia moral es una capacidad innata de tipo racional que nos permite decidir sobre lo bueno y lo malo. la conciencia moral se posee desde el nacimiento y para siempre. • ORIGEN ADQUIRIDO: sostiene que la conciencia moral se adquiere, es decir, que es el resultado de la experiencia, de las exigencias o mandatos de la familia, de la educación, del medio sociocultural en general. II. DEFINICIONES: Podemos encontrar diferentes definiciones para la conciencia: a) Conciencia Metafísica: Es la propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos; aquélla mediante la cual la persona es capaz de volverse sobre sí misma y verse como ser inteligente, libre, espiritual y a la vez material. b) Conciencia Psicológica: Aquélla por la que la persona percibe su propio yo, sea como objeto actual de su conocimiento, sea como sujeto de toda acción que realiza en el mundo. c) Conciencia Moral: La capacidad de percibir el bien y el mal, y de inclinar nuestra voluntad a hacer el bien y a evitar el mal. III. CONCEPTO: Se define en general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior. "Conscientĭa" significa, literalmente, "con

conocimiento" (del latín cum scientĭa). En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados. Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. Una persona cloroformizada recobra la conciencia al cesar los efectos del anestésico. Una persona "de conciencia recta" no comete actos socialmente reprobables. La conciencia en psiquiatría puede también definirse como el estado cognitivo no abstracto que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos, denominados realidad. La conciencia requiere del uso de los sentidos como medio de conectividad entre los estímulos externos y sus asociaciones. El ser humano tiene conciencia sensitiva y conciencia abstracta, aunque también el pensamiento abstracto se presenta en otras especies animales, así mismo se ha comprobado que algunas especies animales tiene una conciencia rudimentaria de sí mismos. La conciencia moral consciente en el conocimiento que tenemos o debemos tener las normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra conducta moral es o no es valiosa. Existen dos posiciones fundamentales que explican la naturaleza de la conciencia moral: la innatista y la empírica. La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una capacidad propia de la naturaleza humana. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad para juzgar lo bueno y lo malo de una conducta es un don divino, o, es un producto propio de la razón humana, la misma que descubre a priori el sentido del bien y del mal. La posición empírica sostiene que la conciencia moral es resultado de la experiencia, es decir, de las exigencias o mandatos de la familia, de la educación o del medio sociocultural en general, por lo que, las ideas morales son de naturaleza social, están determinadas por las condiciones materiales de existencia. IV. FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA: 1. La educación y la moral.- El objetivo fundamental de la educación consiste en la formación de la conciencia moral del hombre, para que este perciba los valores éticos fundamentales tales como: ✓ El amor a la verdad ✓ El apego a la sobriedad y a la lealtad ✓ La dedicación y la responsabilidad al trabajo ✓ El interés a la justicia y al bien común ✓ La aversión hacia la venganza, el odio, la hipocresía, la avaricia, el egoísmo y la cobardía La educación ha de procurar conducir a los jóvenes hacia la reflexión científica sobre los grandes problemas y misterios de las cosas, de la vida y del mundo, a fin de proporcionar vivencias más profundas. Esto llevará hacia una formación de una cultura general que lleve a la comprensión de nuestra cultura nacional, así como también a la comprensión de otras culturas distintas a la nuestra. Esta cultura general hará que el individuo se sienta, “ciudadano del mundo”, mediante la comprensión que obtiene de las formas de vida y manifestaciones culturales de otros pueblos. De este modo, contribuirá a que haya mayor tolerancia para con otros pueblos, otras costumbres y otros valores. Para formar una recta y sana conciencia se debe de obrar primordialmente con el ejemplo. Así pues, todo lo que se sugiera hacer, se tendrá que vivirlo personalmente primero nosotros, modelarlo, y hasta entonces pensar en exigir una actitud o respuesta a los niños. 2. Vigilancia Continua.- La conciencia no es una facultad paralizada, exige una formación continua, que empieza con la vigilancia. Como seres racionales debemos estar atentos y analizar qué es lo que guía nuestra conciencia, si nuestro egoísmo, o las sugerencias y los criterios del mundo o la voluntad.

3. Balance.- Se sugiere un balance diario de nuestra conciencia, así como una gran sinceridad con nosotros mismos para ver cómo vamos con relación a nuestro deber de ciudadano. 4. Orientación Moral.- Una guía espiritual es una forma muy adecuada de formar nuestra conciencia. El orientador moral analiza junto con nosotros nuestra situación personal, con sus logros y proyectos, con sus conflictos y posibilidades.

ejemplo: la falta de esfuerzo habitual en los actos de piedad; el ambiente de desorden interior; la falta de laboriosidad en el trabajo o en el estudio; los pequeños engaños; las pequeñas concesiones a nuestras pasiones de pereza y comodidad; la falta de control de las pasiones incontrolados, etc.

5. Naturaleza de la Conciencia.- Es a esta última a la que nos referiremos de aquí en adelante, la Conciencia Moral, que se expresa a través del juicio de conciencia que indica: “Bonum faciendum, malum vero vitandum”, Hay que hacer el bien y evitar el mal. A este juicio solemos llamar "voz de la conciencia. Tal juicio, aparentemente simple, es de importancia trascendental, pues de él depende la moralidad de nuestros actos y nuestro valor como personas humanas.

3. Conciencia Adormecida.- Es cuando nuestra conciencia no responde a estímulos, sea emitiendo juicios acerca de la maldad o bondad de nuestros actos, sea obligando a actuar o dejar de actuar. Puede ser por suavidad espiritual, por irreflexión o insensibilidad. La pereza y vida de sentidos o el torbellino de la actividad no deja espacio para la mirada y el oído interior. O también, porque se le ha aplicado "un calmante espiritual" bajo la forma de un propósito o principio moral falseado: "hay que tomar las cosas con calma", "no hay que ser exagerado", "hay que obrar con recta intención", aunque lo que hagamos no siempre coincida con la voluntad o con las exigencias objetivas de nuestra sociedad.

6. La Educación de la Inteligencia.- Siendo la inteligencia la facultad de "aprender y razonar", reviste una importancia casi sin discusión su vigilancia y desarrollo. Los niños están llenos de una curiosidad innata y es necesario que los padres sepan aprovechar esta tendencia para encauzarla en la búsqueda de información válida y correcta sobre cuestiones vitales.

4. Conciencia Domesticada.- La conciencia también se puede domesticar y recortar a una medida cómoda. Tenemos entonces una conciencia mansa, que nos presenta los grandes principios morales suavizados, que nos ahorra sobresaltos, remordimientos y angustias. Ante las faltas, sabe encontrar justificantes: "estás muy cansado", "todos lo hacen", "obraste con recta intención, lo hiciste por un buen fin", "es de sentido común", etc.

7. La Formación de la Conciencia.- La adquisición de conocimientos no es el único fin de la inteligencia, porque su manifestación más importante es en realidad la conciencia moral. Es decir, la recta razón que nos dicta lo que tenemos que hacer cuando, en pleno goce de nuestra libertad, nos encontramos ante una elección. La conciencia moral no es innata, se forma y ésta es obligación de los padres el inculcarla.

5. Conciencia Falsa o Deformada.- Se presenta cuando la conciencia emite un juicio que no concuerda con la norma objetiva de la ley. La persona es responsable de ello cuando, debiendo hacerlo, desconoce las implicaciones de la ley o cuando su corrupción moral debilita su capacidad de juicio ético. Sin embargo, cabe la posibilidad de que la persona juzgue u obre al margen de la ley moral, creyendo de buena fe que dicha ley no existe o creyendo interpretarla adecuadamente.

8. La Recta Conciencia La conciencia es recta si el juicio que formula acerca de la bondad o maldad de mi acto es conforme con la ley o norma moral objetiva. La conciencia es el elemento subjetivo del comportamiento humano, no es una facultad que está a merced del capricho de la persona, sino que ha de seguir la norma que le marca la ley objetiva.

Puede haber deformaciones por defecto o por exceso. Si la conciencia exagera el papel de la ley hasta hacerla dominante y angustiante, tenemos la conciencia precisa; si lo disminuye hasta hacerla casi desaparecer, tenemos la conciencia desfallecida, que exagera la legalidad de los actos y admite excusas donde no las hay. Un caso típico de conciencia deformada lo constituye la conciencia farisaica, es decir, el afán de aparentar exteriormente rectitud moral, estando llenos por dentro de rapiñas y codicia. VI. CLASES DE CONCIENCIA: En la actividad intelectual del individuo, en el uso de su inteligencia, se presentan dos tipos de conciencia, una es la conciencia psicológica y otra la conciencia moral, que tienen características diferentes pero que ambas son como una reflexión del intelecto sobre hechos y realidades.

9. El Acto Moral.- Es el acto humano considerado bueno o malo. Para poder emitir un juicio sobre un acto humano existen 3 elementos: a) Objeto del Acto, desde el punto de vista moral. Por ejemplo, hablar. b) Circunstancias (qué, a quién se dirige, dónde, con qué medios, premeditación, alevosía, ventaja, traición, etc.). Habrá que comenzar por uno mismo, analizando las consecuencias de los actos. c) La Finalidad o Intencionalidad del acto. La semilla de la pasión dominante de los hombres, la intencionalidad con la que hacen y después harán las cosas en la vida. 10. La Ley y la Moralidad.- Por lo tanto si la conciencia es el elemento subjetivo y formal de la moralidad del acto humano, la ley, natural o revelado, es el elemento objetivo y material. No puede darse lo uno sin lo otro: quien exagera el cumplimiento exclusivo de la ley, descuidando la conciencia, cae en el ritualismo y en el formalismo; quien afirma exclusivamente la conciencia termina en el subjetivismo o en el relativismo. V. DEFORMACIONES DE LA CONCIENCIA: la recta conciencia no es algo adquirido de una vez por todas: como todo lo que está ligado a la vida humana, nace, crece, se desarrolla, se modela o se deforma, se renueva o se apaga y envejece con la misma persona, según el cuidado que ésta le dedique. Es un hábito y una actitud que hay que estar formando y revisando toda la vida. 1. Las Máscaras de la Conciencia.- Existe una divergencia entre lo que uno es y lo que uno aparenta, y surge cuando damos la espalda a la verdad, a la propia verdad de nuestro ser, cuando a éste le impedimos irradiar, desde el centro íntimo de nuestro corazón, hasta el entorno social de nuestra actividad humana. 2. Conciencia Impertinente.- Empezamos a deformar la conciencia cuando admitimos a sabiendas pequeñas transgresiones a los deberes de nuestra vida cotidiana, a nuestros compromisos con Dios y con el prójimo. Por

1. LA CONCIENCIA PSICOLÓGICA: Es darse cuenta de la presencia de si mismo; de las cosas y los hechos que se encuentran fuera del yo, y de la reflexión resultante de los propios actos y, de las realidades existentes en el mundo que le rodea. ejemplo: una puesta del sol, una serie de sensaciones, de percepciones, de imágenes, de recuerdos que nos invaden, todo esto constituye en ese momento nuestra conciencia sicológica. De este aspecto psicológico resulta la concientización. Mediante procesos de enseñanza o de sensibilización, las personas se dan cuenta de lo que acontece en el mundo natural y social. 2. LA CONCIENCIA MORAL: Consiste en el conocimiento que tenemos o debemos tener de las normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra conducta moral es o no valiosa. Los actos morales, como actos que son, están orientados hacia el exterior, la realidad, el mundo, los demás. Pero por ser morales, tienen un aspecto interno que es el que hace que sean valorables. No podemos olvidar que somos morales porque sabemos que podemos elegir y nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias. La conciencia de estas consecuencias es la base del aspecto interno de la moral, en ella está el origen de la valoración de nuestros actos, nuestros hábitos o nuestro modo de vida. Conciencia es el dictamen de la razón que nos dice eso es bueno, aquello es malo. 3. DIFERENCIACIONES: La conciencia moral tiene una definición muy antigua y que es usada en forma muy general. "Es el juicio inmediato y práctico sobre el carácter moral de nuestras acciones". Este hecho de ser un juicio inmediato de la experiencia es lo que constituye la médula de la Ética. A fin de entender con mayor claridad estos dos aspectos de la conciencia, se puede establecer el siguiente

• Es nítida, vívida y precisa

paralelismo entre la conciencia psicológica y la conciencia moral: |Conciencia Psicológica |Conciencia Moral |Conocimiento |Juicio de valor | |Observa |Aprecia | |Verifica |Obliga | |¿Qué soy? |¿Qué debo hacer?

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3. MEMORIA: La memoria es la actividad neuro psicológica mediante la cual se pueden guardar las experiencias de la persona, para utilizarlas al ser actualizadas. Desde un punto de vista más amplio podríamos decir que ella es la facultad de fijar, almacenar, evocar y reconocer los hechos de la experiencia. De acuerdo a la última definición estaríamos describiendo cuatro pasos en los procesos de memoria:

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La conciencia moral es resultado de un raciocinio del tipo deductivo y que se encuentra apoyado en todos los principios generales de comportamiento que se han designado como juicio, además de aquellos que hemos sentado durante el proceso de socialización y que corresponden a nuestra cultura. La conciencia moral se desarrolla en el niño en una forma natural por la acción educadora que va realizando la sociabilización. Lo que al parecer es innato, de hecho llega al individuo por una experiencia sensible sobre lo que está bien y lo que está mal, El obrar bien tiene premio y el obrar mal tiene castigo. Sabe que si obra bien y a pesar de ello se le castigue, le llega en forma inmediata un sentido de justicia e injusticia y un concepto de autoridad que impone premios y castigos. Bajo estos principios es comprensible que la conciencia moral puede ser formada dentro de los procesos educativos, y de esta manera hacerla clara, recta, independiente y delicada VII. FUNCIONES: Clásicamente, se ha considerado a la atención, la percepción y la memoria como las tres funciones intelectuales básicas. De ellas depende la conciencia. Conciencia es un tema que ha apasionado a filósofos, psicólogos y pensadores a lo largo de la historia humana. 1. ATENCIÓN: La atención es la capacidad del psiquismo de concentrarse en un objeto o actividad determinada. La atención puede ser de tres tipos: reactiva, espontánea o provocada. También podemos designar, a las dos primeras, como atención involuntaria y, a la segunda, como atención voluntaria. La atención está ligada al alerta psíquico, que es una disposición del individuo para captar los estímulos provenientes tanto del medio como de su interioridad. La atención reactiva: Se produce cuando algún estímulo fuerte suscita la polarización inmediata del psiquismo sobre él. La atención espontánea: Es aquella que brindamos a los estímulos ambientales o interiores sin proponérnoslo. La atención provocada: Es fruto de un esfuerzo de la persona para concentrar su actividad mental en alguna cosa o situación determinada e implica una ligazón importante con la volición. 2. PERCEPCIÓN: Si la atención es una función de foco, la percepción es una función conocedora de comprensión. Por medio de ella la conciencia capta el material de conocimiento, a quien reconoce como real y externo a sí. La imagen perceptual es reconocida inmediatamente como proveniente del mundo real y objetivo, a través de la información recibida por los órganos sensoriales. Es distinta pues de las representaciones, generadas por los procesos mentales, como, por ejemplo, la memoria o la imaginación. Las características distintivas de la percepción: • Reconoce su absoluta unión con los canales sensoriales • Es la toma de conocimiento del mundo real y objetivo • Proviene desde fuera de la conciencia. Y esto es así aún para las percepciones corporales • No está influenciada, en su configuración, por la voluntad

• Fijación • Almacenamiento • Recordación • Reconocimiento El desarrollo de la memoria en los seres vivos posibilitó el aprendizaje, constituyéndose en uno de los instrumentos más formidables para la evolución de las especies. VIII. CONCLUSIONES: • Los valores dominantes en los distintos grupos sociales en que nos movemos afectan a nuestro modo de valorar las cosas y las acciones. • A lo largo de nuestra vida, la conciencia irá desarrollándose y variando, aunque lo fundamental de la misma se adquiere en la infancia y la adolescencia. • Valorar la importancia que tiene la formación de la conciencia en los niños y jóvenes así como proporcionar los elementos esenciales para ayudar a los padres en esta formación. • Se debe formar la conciencia, y explicar el juicio moral, una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verdadero. • La educación de la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentadas a preferir su propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas. • La educación de la conciencia es una tarea de toda la vida. Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente enseña la virtud; preserva o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los trastornados sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de satisfacción, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. La educación de la conciencia garantiza la libertad y engendra la paz del alma.