Folclore

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Tema: “El Folclore”

Introducción: En el siguiente informe desarrollaremos el tema del “Folclore”. A través del mismo queremos dar a conocer el significado, y otras características de este término que abarca un amplio campo de aspectos de la cultura y de las tradiciones, así como de las creencias de una cultura sociedad determinada por vía oral, por observación o por imitación. Este conjunto de material se conserva y transmite de generación en generación con constantes cambios según la memoria, la necesidad inmediata o el propósito del transmisor. También haremos referencia al folclore en Argentina y las festividades folclóricas realizadas en dicho país. Además se agrega información del gaucho, vaquero típico de la zona norteña. Para la elaboración de este informe investigaremos en distintas fuentes, y posteriormente haremos la selección de la misma para así arribar a una conclusión final.

Índice: Introducción………………………………………………………………………….....1 El folclore..………..………………....………………………….…………...…2 El origen del folclore..……………….…………………………………….......3 El folclore en Argentina………………………...………..…………...….…...4 Características del hecho folclórico…………………………..……...….…..5 Tradición……………………..……………………………………………........6 El gaucho…………….………...………………………………………….…....7 La vestimenta………………………………..…………….……………...…...8 Anexo…………………………………………………..………………………….........9 Bibliografía……………………………………………………………………….........11

El folclore. Si bien aún no se encuentra una definición plenamente de acuerdo con esta ciencia, generalmente se la conceptúa como la ciencia que trata de las manifestaciones o bienes culturales (costumbres, vestimentas, danzas etc.) Del pueblo en el que ha arraigado y han sobrevivido por varias generaciones a la época cultural a que pertenecieron. El folclore puede considerarse, como la ciencia de las supervivencias culturales. Los bienes culturales de un pueblo comprenden su vida material y espiritual que son sus usos, costumbres, creencias, mitos, leyendas, refranes, arte, musuca, canciones, danzas, vestimentas, comidas, etc.

Origen del folklore. La voz del folklore fue creada por el arqueólogo inglés William John Thomas, quien el empleo por primera vez en la revista “atnenaeum”, de Londres, el 22 de agosto de 1846; esto fue, hace más de un siglo. La tomo con las voces inglesas “folk” (pueblo, gente, raza) y “lore” (saber, ciencia), para designar con ella el “saber popular”, la sabiduría del pueblo no adquirida en las escuelas. Con el mismo o parecido significado paso a usarse en muchos países, y aunque se intentó repetidas veces reemplazarla por voces o expresiones sinónimas (“saber popular”, “demosotia”, “tradición” etc.,), ninguna de ellas prospero, y su empleo se ha generalizado universalmente. Se da así el caso, pues, de que en casi todos los pueblos se designa lo más acendradamente vernáculo con un término de origen extranjero. La voz del folclore se escribe con mayúscula cuando se emplea como nombré de la ciencia, y con minúscula cuando se aplica al material folclórico: canciones, leyendas, etc. Los estudios folclóricos basados en esta ciencia reciben el nombre de folcloristas. En nuestro país los estudios folclóricos con base científica iniciaron en las últimas décadas del siglo anterior.

El folclore en argentina: En un principio era interés del folclore como ciencia tradicional las “supervivencias” culturales que se mantenían vivas entre estos grupos aislados, de la misma forma que los paleontólogos y geólogos se interesaban por los restos dejados por las distintas etapas de la historia natural. En estos primeros tiempos la folklorología y la etnografía se mezclaban, confundían y superponían y aunque sus objetos de estudio eran diferentes a raíz de un plan político esencial que constituía en la construcción de un estado moderno, corporativo y capitalista pero siguiendo un concepto puramente romántico –y por tanto irracional– que asignaba a esas sociedades folk la categoría de “auténticamente nacional”. “el norte argentino” desde un comienzo se posicionó como el lugar donde las tradiciones nacionales permanecían vivas y donde residía el verdadero espíritu de la argentinidad. No importaba que estas provincias estén sumidas en la más grande de las pobrezas y marginalidad; gobernadas feudalmente por clases terratenientes fuertemente posicionadas en el espectro nacional. Este lugar especial que ocuparía el noroeste en la construcción imaginaria de la nacionalidad había comenzado a tomar forma en la década 1890 con los trabajos arqueológicos y etnográficos de Samuel Latone Quevedo, Adán, Eric Boman, Roberto y Juan y se articuló como paradigma con los trabajos de Joaquín v. González, Ricardo Rojas, Andrés Cahazarreta y Leopoldo Lugones. Estos, no consideraron a las distintas ramas de la antropología -arqueología, etnología y folklore- como compartimentos estancos sino como diferentes etapas intercomunicadas del desarrollo de la cultura.

Características del hecho folclórico Permite establecer a partir de su condición de bienes antiguos mencionaremos a tres principales hechos folclóricos anónimo, popular y tradicional. 

Anónimo: es anónimo porque carece de autor o autores determinados. Desde luego que debemos reconocer que toda manifestación folclórica (copla, melodía, refrán etc.) tuvo en su origen por lo menos un autor o iniciador, pero luego el pueblo la hizo suya, enriqueciéndola o transformándola, y el nombre de aquel se perdió.



Popular: es popular porque ha arraigado en el pueblo, llenando una necesidad del mismo y constituyendo uno de sus elementos típicos, característicos.



Tradicional: es tradicional porque ha llegado hasta nosotros trasmitiéndose de padres a hijos por varias generaciones –sufriendo así la prueba del tiempo- , por lo común en forma natural y empírica, sin intervención de la escuela y de ningún organismo público o privado, tal como los padres, pongamos por caso, enseñan a su prole a caminar, hablar, comer etc.

Tradición. Según el diccionario de la academia, la “transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, costumbres, hechas de generación en generación”. Consiste, pues, en todo lo que –folclórico o no- nuestros antepasados cultivaron y que la han llevado hasta el presente. Así, son tradicionales sus los usos y costumbres, las leyendas, las formas de expresión, los refranes, las canciones, los bailes y toda otra manifestación de la actividad o del modo de vivir de las generaciones anteriores que fueron conservándose hasta llegar a nosotros. La tradición es la memoria colectiva de un pueblo, y como tal llega a ser fundamento precioso de la nacionalidad. Ella contiene lo que cada generación transmite a la siguiente, de donde le viene su nombre, pero ella no es tan solo el pasado, según suele creerse, sino la razón del presente y la fuente del porvenir. Festividades argentinas:        

Festival nacional del folclore Cosquín, localidad serrana de córdoba. Fiesta nacional de la cereza En la pequeña localidad patagónica de los antiguos en la provincia de santa cruz Festival de la doma y el folclore En entre ríos. (al mismo tiempo se desarrolla una festividad similar pero en Jesús maría, córdoba). Fiesta nacional del sol San Juan, al pie de la cordillera de los andes Fiesta nacional de la pachamama Amaicha del valle, Tucumán. Fiesta nacional de la manzana En la región del alto valle del río negro, ciudad de general roca Fiesta nacional de la vendimia Mendoza Fiesta nacional del ternero Cerca de buenos aires, en Ayacucho.

El gaucho: El gaucho es un tipo de vaquero característico de las llanuras y zonas adyacentes de argentina, Uruguay, Paraguay, chaco boliviano, sur del Brasil y el sur de chile. Se identificaba e identifica por su condición de hábil jinete y por su vínculo con la proliferación de vacunos en la región, además de por las actividades económicas y culturales derivadas de ella, en especial la del consumo de carne y la utilización del cuero. Aparecido en el curso del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, fue un habitante semi-nómada, con autonomía personal considerable. Los sistemas de trabajo impuestos por algunos terratenientes luego de la independencia dieron forma al particular régimen clientelar del peón de campo. A la mujer gaucha tradicionalmente se le ha llamado "china", "paisana", "guaina" (en el norte litoralito), "gaucha", "prenda". Casi desaparecido como tal a principios del siglo XX, el gaucho conserva un papel importante en el sentimiento nacionalista de argentina y Uruguay, así como independentista de río grande del sur. Habiendo sido actor importante de las guerras de la independencia y civiles, y desarrollado una literatura original, la literatura gauchesca, uno de sus ejes temáticos fue la denuncia de la injusticia social, que tuvo como punto culminante los libros el gaucho Martín Fierro. La denominación "gaucho" recién se comienza a utilizar en forma habitual en las últimas décadas del siglo XVIII, denominando un cierto tipo rural independiente y rebelde de orígenes criollos, que no obedecía ni aceptaba las rutinas sociales y de trabajo impuestas por las autoridades. La palabra propiamente dicha aparece por primera vez en un documento escrito en 1771 refiriéndose a ciertos "malhechores" que se escondían en la sierra a una cierta distancia de Maldonado, tal vez en la misma sierra de los Rocha o sus adyacencias. Se trata de una comunicación del comandante de Maldonado, Pablo Carbonell, enviada a buenos aires al virrey Juan José Vértiz, fechada el 23 de octubre de 177.

La vestimenta Según las regiones, la vestimenta varía, pues no son los mismos requerimientos textiles en el llano que en el cerro o la puna. Pero la vestimenta es muy parecida entre los "paisanos": el gaucho siempre tendrá su sombrero o chambergo (sombrero pequeño) para evitar los aguaceros (lluvia), el sol ardiente o los fuertes vientos cordilleranos, sujeto con el barbijo y adornado por su toquilla (cuero al rededor de la copa del sombrero). Sobre el cuero pondrá una camiseta y encima de ella una camisa con bolsillos en el pecho para llevar sin dificultad el tabaco o la coca; en el cuello es obligatorio un pañuelo que evitará, según el gauchazo Güiraldes, que los bichos se le metan en el cuerpo al paisano cuando duerme "al sereno" (campo abierto), o bien para cubrirse la cara en los arenales. El pantalón es, por lo general, abombachado (herencia de los españoles y a su vez de los árabes) y según el clima: "pesao" (grueso) o "liviano", la mayoría de las veces la bombacha va "agarrada" con una faja (de tela o de cuero, que puede llevar "enchapados" llamada "rastra"), esta faja se utiliza como sostén del "facón" (cuchillo con mango de cuerno de vaca o ciervo, o de madera tallada) que servirá al criollo como instrumento en sus faenas y arma de defensa. En las "patas" (pies) puede usarse bota e' potro (botas de cuero de caballo que deja los dedos al aire), bota fuerte (de cuero que llega hasta 3/4 de pierna), bota carrujada (de cuero doblado tipo acordeón) o las típicas alpargatas (calzado de tela con suela de cáñamo). En las botas pueden usar las "espuelas" para azuzar a los caballos. Sobre el final el gaucho tendrá el poncho para cubrirse él y el "ensillao" (montura). Algunos adminículos secundarios son: las caricantinas (medio pantalón de cuero que va sobre la bombacha), las polainas, la rastra, el chaleco, la chaquetilla, el retobo (cuero que se pone sobre la copa del sombrero para reforzarlo), etc. En cuanto a las mujeres, los vestidos, con profusión de puntillas que se almidonaban al igual que la ropa interior, se caracterizaban por ser amplias, sin escote y con mangas largas, para defender la piel de las caricias agresivas del sol y del viento unas veces, y otras para conformarse a las reglas que imponía el pudor. La coquetería ha sido la más constante de las virtudes femeninas, en todos los tiempos y épocas, lo mismo en el corazón de las ciudades y pueblos que en medio del desierto.