Expresion Oral y Escrita(2)

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UNIVERSIDAD MONTRER Sistema Dinámico Montrer Licenciatura Expresión Oral y Escrita l Semana 3

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3

PRESENTACIÓN Bienvenidos a la primera unidad de la materia Expresión Oral y Escrita I, en donde encontraremos los elementos necesarios para trabajar en el conocimiento y uso de los recursos básicos de la oratoria en función de una comunicación oral efectiva, agradable, rica en conceptos y con nuevas figuras de representación.

CONTENIDO 2.2 La representación Los códigos NO verbales se utilizan para REFORZAR los orales, para ampliar los significados. Ambos se usan de manera simultánea y, bien empleados, pueden propiciar resultados muy favorables. Digamos: el mensaje verbal (“Hola”) siempre es el mismo, pero el lenguaje no verbal que lo acompaña será diferente según la persona a la que me dirijo (puedo darle la mano, sonreír o, por el contrario, mostrarme tenso, molesto y deseoso de alejarme). Si obviamos el lenguaje no verbal le hablaremos a la lógica pura, no al sentimiento; a un robot, no a un ser humano. Los códigos no verbales son múltiples: un grito, el sonido del timbre, un abrazo, un beso, colores, olores, sabores… Ahora, los trabajaremos más a fondo. 2.2.1 El paralenguaje: Se refiere a las características específicas que se observan en la voz de un individuo. Ésta es el primer elemento transmisor de nuestro mensaje, la materia prima que permite el nacimiento de las palabras y las oraciones, por ello, debemos prestarle mucha atención. Los factores que intervienen en el paralenguaje son los siguientes: 1 UNIVERSIDAD MONTRER ∙ Universidad en movimiento | www.unimontrer.edu.mx

Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 Ø

Timbre: color, el matiz característico de una voz, el rasgo que la hace

inconfundible y única. Ø

Tono o altura: las distintas tensiones que se producen en las cuerdas vocales

provocan dos tonos de voz que el hablante puede recorrer según su voluntad. Éstos pueden ser graves o agudos, pero el orador, por lo general, busca un punto equilibrado denominado tono medio, el cual resulta más agradable. Las variaciones de los tonos pueden dar matices muy atractivos e influyen en la trascendencia que se le quiera dar a las palabras. Debemos evitar las voces chillonas o muy graves. Ø

Volumen: es la fuerza con que es emitida la voz. El volumen debe ajustarse al

tamaño del espacio físico. Si hablamos alto (sin llegar al grito) mostraremos seguridad, confianza y entusiasmo; al revés, la voz baja manifiesta timidez, inseguridad y apatía. Se recomienda variar el volumen en ciertas partes del discurso para hacerlo más llamativo. Ø

Dicción: arte de articular o pronunciar bien cada una de las sílabas, palabras y

oraciones. Al hablar, debemos tener suficiente aire en los pulmones, visualizar cada fonema vocálico y consonántico y darle importancia a cada una de las sílabas, sobre todo, a las más difíciles o menos conocidas. Hay que evitar los titubeos y tartamudeos. Igualmente, es recomendable suprimir las voces de compleja pronunciación. La dicción puede mejorarse hablando con exageración o colocando un obstáculo en la boca (un lápiz u otro objeto). Ø

Entonación: puede ser enunciativa e interrogadora. Ésta le dará el sentido

definitivo a la oración. Una construcción puede estar bien estructurada, pero, por ejemplo, si no utilizamos una entonación INTERRROGATIVA clara, el oyente puede pensar que NO se está haciendo una pregunta, sino una afirmación. Los siguientes gráficos nos darán más claridad sobre el asunto:

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 Entonación enunciativa (de conocimiento) •

Válida para las oraciones enunciativas, imperativas (mandato), desiderativas (deseo) y exclamativas.

El tono va subiendo desde el comienzo hasta la primera sílaba tónica. Luego, se mantiene más o menos sostenido hasta la última sílaba tónica, a partir de la cual se inicia un descenso en la entonación.

Entonación Interrogativa (de búsqueda de conocimiento) •

Válida sólo para las oraciones interrogativas.

En ésta hay un comienzo ascendente como en la enunciativa, pero a partir de la primera sílaba tónica se inicia un amplio descenso que llega hasta la última sílaba tónica, desde donde se sube de nuevo en la entonación.

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Ø Fluidez: se refiere a la

facilidad de expresión que logra exhibir el

hablante. Mientras más amplio sea nuestro vocabulario y mayor nuestra confianza más dinámica haremos nuestra intervención. Ø Ritmo: es la velocidad de nuestra alocución, la cual debe adaptarse al tema (según sea sencillo o complejo, atractivo o difícil de digerir). Un buen ritmo de pronunciación es el de 140 palabras por minuto (podemos movernos en un abanico de entre 110 y 170). A veces, sacrificamos la rapidez en función del ÉNFASIS, en especial, cuando abordamos alguna idea trascendente. En esto tenemos que huir de los extremos: un ritmo muy lento impacienta y se hace monótono; uno muy acelerado se torna poco claro y genera impaciencia y desconcierto. Ø Intencionalidad: con la voz podemos transmitir emociones diversas: urgencia, alegría, enfado, miedo, placer, ironía… Asimismo, nos permite variar nuestra actitud durante la intervención: podemos ser duros, secos, conciliatorios, cariños y hasta autoritarios.

En el terreno del paralenguaje también figuran: • La risa • El llanto

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 • El bostezo • Los suspiros • Las pausas Estas últimas, en particular, merecen una reflexión. Para lograr un buen discurso no tenemos que rebasar al público con palabras, sin descansar, como una carrera de 100 metros planos. Si aprendemos a administrar las pausas, podremos ocultar cierto nerviosismo, para tomar aire y pasar con mayor fuerza al siguiente tema, crear un clima de suspenso y lograr, en ocasiones, un mayor énfasis. Durante estas detenciones, el hablante debe mirar al público de manera directa, sin consultar sus notas o distraerse con algún audiovisual. Algunos expertos insisten en que tienen que ser breves, para no dar una impresión de olvido o inseguridad. Otros aseguran, por otro lado, que cuanto más larga sea la pausa, más relevancia se le otorgará a lo que se acaba de decir o se dirá en instantes. Una pausa especial se produce cuando el evento es interrumpido por circunstancias externas. En este caso, no se debe reanudar el discurso hasta que todo el auditorio esté centrado en el expositor.

2.2.2. Kinestesia La cinética o kinestesia es el estudio de los movimientos del cuerpo, los cuales harán más expresivos los mensajes que se envíen mediante la comunicación verbal. La kinestesia incluye: la postura, la expresión facial, el contacto visual y los gestos. Ø Postura: la posición del cuerpo del orador es muy importante, porque a través de ella podemos saber si la persona está relajada, rígida, nerviosa o segura de su proyecto. Cuando el discurso se hace de pie (preferible) el cuerpo debe estar erguido y visible (no robotizado), la cabeza en alto para fijar la vista en el

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 auditorio y la espalda recta, sin inclinaciones. Los pies se situarán en línea recta con los hombros. No se pueden colocar los talones juntos, porque se pierde el balance y se refleja cierta inseguridad. Un problema importante son las manos: no sabemos qué hacer con ellas. Ello resulta contradictorio, porque éstas se pueden utilizar para dar forma, tamaño y velocidad, entre otras cualidades. A la vez, con ellas se puede indicar, advertir, separar, juntar, dar, recibir, rechazar… Para el buen uso de nuestras manos se recomienda: • En los discursos breves se pueden situar ambas manos estiradas a lo largo del cuerpo sin moverlas. • En los discursos largos se debe colocar una mano estirada a lo largo del cuerpo y la otra a la altura del ombligo, ésta última se desplaza con movimientos suaves acompañando el mensaje oral. Con frecuencia las dos manos se ubican cómodamente a lo largo del ombligo y ambas se mueven como elementos de apoyo (forma más utilizada). Si sujetamos un micrófono, una mano se pondrá a la altura del pecho y la otra se moverá (este mismo modelo sirve si el orador necesita tener en sus manos los apuntes del discurso). Hay errores que se pagan caros: mantener los brazos cruzados o las manos en los bolsillos; sujetar algún objeto con las manos o jugar con él. Este último vicio se observa mucho en los oradores que se dirigen a los niños o adolescentes. Si el discurso se hace sentado (no debemos descartar esta opción) debe adoptarse una posición cómoda; el cuerpo tendrá que estar erguido, separado unos 20 cm de la mesa y otros 20 cm del respaldo de la silla. Podemos apoyar los brazos sobre la mesa a la altura del antebrazo o de las muñecas y lo mismo haremos con las manos, las cuales moveremos con soltura, sin artificios. En los discursos sentados no podemos jugar con los pies de manera nerviosa a no ser que verifiquemos que la mesa esté protegida por un paño institucional.

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Hablemos parados o sentados, la cabeza y los hombros deben ser tomados en cuenta con seriedad: pueden negar, afirmar o mostrar indiferencia. Ø Expresión facial: el rostro es una de las partes más expresivas del cuerpo: una sonrisa escandalosa, una mueca, una expresión de agobio o sorpresa, un movimiento pronunciado de las cejas, pueden manifestar diversos estados de ánimo. Y esto es peligroso. Durante el discurso el hablante debe mostrar un rostro sereno, confiado y seguro. Hay dos cosas que no podemos hacer: manifestarnos inexpresivos o intentar alguna sonrisa fingida que provoque sospechas en el auditorio. La sinceridad debe ser su principal arma. Ø Contacto visual: primera forma de iniciar una comunicación: la mirada. Durante el discurso ante públicos pequeños es necesario mirar a los ojos a cada uno de los asistentes varias veces, como si éstos fueran un interlocutor personal. Si el auditorio resulta muy grande hemos de escoger a ciertas personas ubicadas en diferentes partes del local y mirarlas de manera directa con espontaneidad y naturalidad. De esta forma, los asistentes situados alrededor de estos “elegidos” se sentirán incluidos. El hablante que establece contacto visual durante más tiempo resulta más persuasivo y da la impresión de ser hábil, experto, honesto y amistoso. Por otro lado, aquéllos que ignoran al receptor son tildados de inseguros, falsos y despistados. Es necesario evitar la mirada errática, o sea, mirar al piso, a las paredes, a las ventanas o al techo. Tampoco se aconseja observar durante mucho tiempo los papeles del discurso; perdemos el contacto. Como ya se ha advertido, la mirada sirve, además, para detectar la buena o mala efectividad de la comunicación verbal y cambiar de estímulo si fuera necesario. Ø Gestos: son los movimientos que hacemos con alguna parte de nuestro cuerpo y contribuyen a robustecer la expresión verbal. Algunos son deliberados

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 (separamos las manos para indicar el gran tamaño de algo; saludamos a la bandera de manera preestablecida; levantamos la mano para pedir la palabra; movemos un dedo en forma de péndulo para decir “no”). No obstante, la mayoría los hacemos de manera espontánea. Los gestos expresan el estado de ánimo y lo que piensa el orador, así como su personalidad y cultura. En todos los casos, sólo se justifican cuando apoyan, de manera natural y no ensayada, algún concepto expresado de manera verbal. La teatralidad genera desconfianza, al igual que las máscaras y las caricaturas. Existen gestos parásitos indicativos de nerviosismo o introversión: jugar con el cabello, frotarse la nariz, agarrarse el cinturón, mover de manera nerviosa un pie, ajustar el saco o el vestido, corregir el nudo de la corbata. Éstos empobrecen nuestra imagen y pueden arruinar el discurso.

2.2.3 Proxémica Se ocupa de la forma en que las personas usan su espacio personal y social para comunicarse. Al igual que los animales, el ser humano también defiende su espacio territorial y si éste es violado responde de diversas maneras. La delimitación de esta burbuja dependerá del sexo, la edad, la confianza y el agrado, entre otros muchos factores. No puede ser igual un espacio familiar que uno de multitud. En oratoria se distinguen cuatro tipos de distancias:



Distancia íntima: se observa en familiares y novios (15 a 40 centímetros)



Distancia personal: aplicable entre amigos (40 a 100 centímetros)



Distancia social: la ponemos en práctica cuando conocemos a alguien por primera vez (1 m a 2 m y medio)



Distancia pública: es impersonal e ideal para las conferencias, presentaciones de ponencias y tesis, discursos y otras formas comunicativas (más allá de los 2 m y medio)

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A partir de esta clasificación, podemos establecer una regla: “Cuanto más cerca estés de las personas con las que quieres hablar, hasta un cierto límite, mejor”. Ello aumenta la credibilidad, el entendimiento y la confianza. Cuando el expositor habla desde una tribuna, por ejemplo, se contrapone claramente con el auditorio. Para romper esta barrera, algunos bajan del estrado y, durante unos minutos, caminan entre el público. La sugerencia es clara: “Ya no soy un extraño”. Por el contrario, algunos especialistas estiman que mientras más elevados estemos mayor será nuestra importancia y el dominio visual sobre el auditorio. La altura, por consiguiente, será sinónimo de superioridad, autoridad y mando. Si no hay estrado, debemos situarnos en el centro del recinto. Si el discurso lo hacemos de pie y es corto no hay que desplazarse; si es largo y se cuenta con un micrófono móvil caminaremos hacia adelante y hacia atrás (no hacia los lados para no perder el foco de atención). Estas reglas deben adaptarse a cada situación e incluso podemos no emplearlas, porque las condiciones pueden no ser las más propicias. 2.2.3.1 La apariencia: el aspecto exterior

La apariencia física es fundamental, porque, como ya comentamos, lo bonito y agradable tiene un punto a favor para “enamorar” al auditorio. Por este motivo, algunos oradores cometen el error de descartarse por la sencilla razón de no ser “bellos” según el sentido convencional de la palabra. Es una pena, porque el asunto no es ser “bellos”, sino atractivos para el público.

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 En principio, el buen expositor debe potenciar sus rasgos positivos y minimizar los negativos. A partir de ahí, puede empezar a mejorar su imagen con los consejos de los amigos, la lectura de publicaciones especializadas y el estudio de los prototipos que se pueden apreciar en la televisión, el cine o las pasarelas. La última verificación debe hacerse frente al espejo, el cual no perdona: allí, pueden aparecer una mancha, una corbata desarreglada, un cabello despeinado, una bragueta peligrosamente abierta… En el área del aspecto exterior debemos tomar en cuenta tres elementos: vestuario, peinado y maquillaje: Ø Vestuario: en las damas se aconseja usar durante el discurso vestidos o trajes sastre de colores oscuros. Los zapatos serán cerrados con tacones de entre 6 y 8 cm, preferiblemente gruesos. El vestido o la falda debe llegar a la altura de la rodilla. Se recomienda el uso de accesorios no llamativos (pulseras, anillos, aretes, pasadores…). En los caballeros se prefiere el traje y la corbata. La camisa debe ser clara y la corbata de colores más oscuros. No se debe emplear la corbata con una camisa casual. Los zapatos serán de vestir; lustrados. Ø Peinado: las damas tendrán los cabellos recogidos con adornos discretos. Los caballeros no deben usar cortes de cabello estrafalarios, aunque puedan estar de moda. Se presentarán afeitados o con las barbas recortadas y delineadas. Ø Maquillaje: el maquillaje debe ser sólo correctivo, con colores naturales y tenues. Evitar las uñas de acrílico. Es bueno precisar que en los aspectos expuestos no existe una receta única. Por ejemplo, si tenemos que impartir una conferencia sobre el uso nocivo de las drogas ante un grupo de jóvenes de una preparatoria, la elección más adecuada no serán el

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 traje y la corbata, ligados a una imagen de respeto y distanciamiento, sino el pantalón de mezclilla de amplia aceptación entre los muchachos. En cualquier caso, el diseño de nuestra imagen exterior dependerá, en buen grado, del mensaje que se va a transmitir, de nuestros objetivos y del destinatario. Hay oradores que logran un estilo propio, fácil de identificar. Por último, es bueno insistir en que al entrar al escenario tenemos que llevar el menor número de bultos posibles (carteras, abrigos, paraguas…). Una sencilla carpeta con los papeles necesarios será suficiente.

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Licenciatura Expresión Oral y Escrita l · Semana 3 Existe en oratoria una premisa básica: el discurso se inicia desde el momento en que el público nos ve. Antes de empezar a hablar el auditorio ya ha empezado a construir una opinión sobre nosotros. REFERENCIAS Bibliografía obligatoria: Lucas, Adolfo (2008) El poder de la palabra: técnicas para hablar en público. Barcelona, España: Ariel, 172 pp. Noguera, Héctor (2006) Oratoria de 3 en 3. D.F., México: Panorama Editorial SA de CV Bibliografía complementaria: Bregantín, Daniela (2008) Curso rápido para hablar en público. D.F., México: De Vecchi, 237 pp. Brassel, Carlos (2010) Las mejores técnicas para hablar en público. D.F., México: De bolsillo, 225 pp. Foucault, Michel (2009) El orden del discurso. D.F., México: Tusquets Editores, 75 pp. Galeana, Elías (2002) El arte de la oratoria (Inédito).

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