Euwe Max - Criterio tactica en el ajedrez, 1984-OCR, 251p.pdf

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OTROS TITULOS DE OBRAS SOBRE

AjEDREZ PUBLICADOS POR ESTA EDITORIAL CUYA LECTURA RECOMENDAMOS AJEDREZ DE ALEKHINE

por Alekhine LOS ELEMENTOS

EL AJEDREZ ES UN JUEGO FACIL por Reinfeld

DEL AJEDREZ por ]. du Mont

AJEDREZ PARA NI'ROS

50 GRANDES PARTIDAS

PARTIDAS DE AJEDREZ

DEL AJEDREZ MODERNO

por H.

Golombeck

EL AJEDREZ COMO DIVERSION

por

Harley

por

Bott MOTTison

DE MORPHY

por

Sergeant

100 PARTIDAS MAGISTRALES DEL AJEDREZ MODERNO por Du Mont y Tar.takower

CRITERIO Y TACTICA EN EL AJEDREZ

D

M

R .

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CRITERIO Y TÁCTICA EL

E N

AJEDREZ Traducido de la Edici6n Original al inglés J.

DU

por

MONT

CIA. EDITORIAL CONTINENTAL. S. A. DE C. V., MEXICO

DISTRIBUIDORES: ESPA�A-ARGENTINA-CHILE-VENEZUELA-COLOMBIA-PERU Bolivia - �ralil

-

Costa Rica -

Dominicana -

Ecuador

- El

Salvador

Estado• Unidos - Guatemala - Honduras - Nicarapa - PanamA - Parapay Portu11al - Puerto Rico -

Urupay

TÍTULO ORIGINAL EN INGLÉS:

JUDGMENT AND PLANNING IN CHESS

TRADUCIDO DEL INGLÉS POR ALFONSO

V ASSEUR WALLS

EDICIÓN AUTORIZADA POR:

G. BELL AND SONS, LTD.- LoNDRES

Decimosegunda impresión abril de 1984

Derechos Reservados © en Lengua Española-1959, Primera Publicación

CIA. EDITORIAL CONTINENTAL, S. A. DE C. V. CALZ. DE TLALPAN NúM. 4620, MÉXICO 22, D. F. MIEMBRO DE LA CAMARA NACIONAL DE LA INDUSTRIA EDITORIAL Registro Núm. 43 DISTRIBUIDORES PRINCIPALES EN:

CAVANILLEs NúM. 52, MADRID 7, EsPAÑA Av. CANNING NúMs. 96, 98

Y

100, EsQ. PADILLA,

1414 BUENOS AIRES, ARGENTINA MIRAFLORES NúM. 354, SANTIAGO DE CHILE, CHILE VEN-LEE, C. A., Av. FuERZAS ARMADAs, EsQ.

SAN

MIGUEL

EDIFICIO RODRIMER, PISO 6, CARACAS, VENEZUELA CALLE 11 NúM. 2-56, BoGOTÁ, CoLOMBIA Av. REPÚBLICA DE PANAMÁ NúM. 2199, LA VICTORIA-LIMA 13, PERÚ IMPRESO EN MEXICO

PRINTED IN MEXICO

Esta obra está dedicada amistosamente a l. Napier y Ml1ora de Lelant, Corn.waU.

PREFACIO DEL AUTOR DuRANTE EL congreso de Plymouth en agosto de 1 948, conocí a J. du Mont, entonces editor del British Chess Magazine, quien me sugirió la conveniencia de escribir un libro de acuerdo con los li­ neamientos en que está escrito el presente. Sus intenciones eran proporcionar al jugador alguna orienta­ ción sobre la forma de proceder en un juego a partir del punto don­ de concluyen los libros sobre aperturas. Los resultados se ofrecen en el presente volumen, por lo que expreso mi agradecimiento a mister Du Mont por su sugerencia y por haberme proporcionado la oportunidad de llevar a cabo su proyecto.

M. E.

CONTENIDO CAPiTULO

PÁG.

ll

Introducción I

11

Primeros Pasos Para Formar un Juicio Crítico near las Jugadas .

y

Pla-

13

Mayoría de Peones en el Flanco de Dama

25

III

Ataque Sobre el Flanco de Dama

41

IV

Caballo Contra Alfil Débil

63

V

.

Debilitamiento del Flanco del Rey

87

Ataque Sobre el Campo del Rey

1 09

VII

Peones Débiles

1 37

VIII

Casillas Fuertes

16 1

Columnas abiertas

1 89

Partidas Ilustrativas .

215

VI

IX X

INTRODUCCióN C oN FRECUENCIA, cuando un jugador posee una comprensión adecuada de los principios del ajedrez, puede hacer bastantes com­ binaciones con dos o tres movimientos de anticipación y, en oca­ siones, en posiciones sencillas, hasta cuatro, de pronto se da cuenta, al enfrentarse con jugadores de más categoría, que el desarrollo de su juego parece haber alcanzado un punto muerto. Pierde partidas sin que pueda determinar la causa. Elabora una serie de movimien­ tos con toda la anticipación posible, sólo para observar que su oponente ha planeado y operado en una forma completamente dis­ tinta ; en resumen, pierde el dominio de la partida que poseía mo­ mentos antes. Aprende de memoria variaciones en la apertura sin saber con precisión la causa de que se hagan determinados movi­ mientos, que da como resultado que se encuentre en posiciones con las que no está familiarizado y las que inclusive le pueden ser favo­ rables, aunque no tenga la menor idea de ello ni tampoco de cómo se volvieron en contra suya. En esta etapa de la batalla del ajedrez se presenta un nuevo ele­ mento : el "raciocinio de la posición" . La posición no progresa por sí misma sino que debe desarrollarse mediante un proceso de con­ clusiones obtenidas en la práctica. Representa la habilidad progre­ siva para formar un j uicio crítico de cualquier posición dada, sin necesidad de detallarla recurriendo al cálculo exacto. En la misma forma en que un doctor debe tener una imagen clara de cualquier estado patológico para planear el tratamiento, o sea, el diagnóstico y la cura, el jugador de ajedrez debe trazarse un plan tomando como base las características que note al examinar una posición determinada. El axioma de Steinitz de que el plan que se elabore debe estar de acuerdo con las características de la posición, nos resulta evidente por sí mismo, ya que es la consecuen­ cia lógica de nuestro presente sistema de emprender una acción efectiva, aun cuando hace sesenta años la declaración de Steinitz creó una verdadera revolución en el pensamiento ajedrecista. Sentido crítico y planeación de jugadas. Volviendo a nuestras observaciones sobre las variaciones de las aperturas, por regla gene­ ral encontramos que nuestro sentido crítico opera por medio de los símbolos + - =, etc. Pero este juicio no basta por sí mismo : no

12

IN TRO D U C C Ó I N

s6lo es necesario saber cuál de los dos jugadores tiene mejor posi­ ción, sino también la causa. Lo anterior constituye el primer paso, de acuerdo con el axioma de Steinitz, hacia la elaboración de un plan. La elaboración de un juicio y la elaboración de un plan son los temas que se tratan en esta obra. Forman un puente que conducirá al principiante a los elevados niveles en donde no es el impulso, sino el raciocinio, lo que determina la preferencia por determinada jugada, sin que por ello se subestime la significación de lo que lla­ mamos "intuición".

CAPÍTULO

I

PRIMEROS PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRITICO Y PLANEAR LAS .JUGADAS LA TAREA es tan amplia y variada, que se debe tratar poco a po­ co, principiando con los ejemplos elementales antes de abordar problemas difíciles o complicados. En primer lugar, analizaremos posiciones en las que sólo es ne­ cesario poseer conocimientos acerca del valor relativo de las pie­ zas, así como la habilidad necesaria para constatar la certeza de algunas jugadas forzadas. La posición que en seguida se ilustra, es el producto de un regular conocimiento de variaciones de apertura y en la que uno de los bandos obtiene un mate forzado o una ga­ nancia material en piezas. l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AO ; 3. A-4A, A-4A: 4. P-3A, C-3A ; 5. P-40, P X P ; 6. P X P, A-5C jaque; 7. C-3A, C X PR ; 8. Enroque, A X C ; 9. P-50, C-4R ; 1 0. P X A, C X A ; 1 1 . D-40, C ( 5A ) --3D ; 1 2 . D X PC, D-3A ; 1 3 . O X D, C X D ; 1 4. T- 1 R jaque, R- 1 A ; 1 5 . A-6T jaque, R-IC; 16. T-5R, C (30)-SR: 17. C-20 (NP 1).

1

2

Las blancas ganan el j uego con facilidad, ya que ninguno de Caballos negros se puede mover por el peligro del mate con la Torre, ya sea en SR o en 5C. Pero en cambio, si se juega: los

17.

. . P-30 ; 1 8. CXC, P X T; 1 9. CXC mate. No existen ni va riaciones ni problemas. .

14

CRITilJUO

Y

TÁ CT ICA EN EL AJEDREZ

Aún es más sencilla la situación después de: l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A, 4. P-4CD, .A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7. Enroque, C-3A ; 8¡A-3T, P-3D ; 9. P-5R, P X P ; 1 0. D-3C, D-2D ; 1 1 . T- 1 R, P-5R ; 1 2. CD-2D, A X P ; 1 3 . C X PR, A X TR ; 14. T X A, R- 1 D ; 1 5 . CD-5C, C-4TD ; 1 6. C-5R, C X D ; (N9 2) . Las blancas dan mate en cuatro j ugadas :

1 7. 1 8. 19. 20.

C ( 5R ) X P j aque C X D j aque A-5C jaque T-7R mate

DXC R-2D P-3A

El siguiente ejemplo no proporcionará al lector ningún dolor de cabeza: l. P-4R, P-4R ; 2. P-4AR, P X P ; 3. C-3AR, P-4CR ; 4. A-4A, P-5C ; 5. Enroque, P X C ; 6. D X P, D-3A ; 7 . P-3D, C-3A ; 8. A X P, A-2C ; 9. C-3A, C-5D ; 1 0. D-2A, P-3D ; 11. C-5D, D-1 D ; 1 2. P-5R, P-3AD ; 1 3. A-5CR, D-2D ; 1 4. C-7A jaque, D X C ; 1 5 . A X P jaque, R-2D ; (N9 3) . Las blancas dan mate en dos jugadas:

1 6. D-5A j aque 1 7. P-6R mate

CXD

El siguiente caso es un poco más complicado: l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A ; 4. P-4CD, A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7 . Enroque, C-3A ; 8. A-3T, C X P ; 9. D-3C, P-4D ; 1 0. A X P, C-3D;

3

4

1 1. A X P j aque, R-1 A ; 1 2. T-1 R, A-2D ; 1 3. CD-2D, AXP; 1 4. C-4A, C-4T ; 1 5 . C X C, A X C ; 1 6. C-5R, A X T ; 1 7 . T X A, A-3A ; 1 8. A-5T, D-3A ; 19. C X A, P-3CR ; 20. T-6R, D-4A; 2 1 . C X PD, D X A ; (NP 4) .

PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO

Y

PLANEAR LAS JUGADAS

¡ Las blancas tienen ahora el mate en

22.

14

15

jugadas!

PX A

AXC jaque

Resulta instructivo observar lo mucho que se puede acelerar el mate desviándose de la variación principal; por ejemplo: 22....

R -2C ; 23.

T--7R

jaque,

C-5A jaque, R-3C ; 26.

R -3T ; 24. A-4A jaque, P-4C; 25. 0-7 A mate. No tiene mucha impor­

tancia que el perdedor provoque el mate o sufra pérdidas materia­ les definitivas; sin embargo, de acuerdo con nuestros propósitos y para cultivar las facultades combativas, es de suma importancia establecer una distinción precisa entre las dos formas de obtener una ventaja decisiva: la oportunidad de dar mate,

o

de adquirir suprt>­

macía material.

23.

T -6A

jaque

R-2C

Sería demasiado proporcionar un análisis completo de la posi­ ción y, por lo tanto, sólo nos limitaremos a la principal variación, pero sería conveniente que los lectores examinaran cuidadosamente todas las ramificaciones posibles. 24.

T -7 A jaque, R-3T ; 25. 0-4C ; 26. C-5A jaque, PXC ; 27. T-6A jaque, R-4T; 28. 0-3T jaque, 0-5T; 29. OXP jaque, 0-4C ; 30. D-3T jaque, 0-5T; 31. P-4C jaque, R-4C ; 32. T-5A jaque, R -3C ; 33. O X O, P-3TR ; 34. 0-5T jaque, R- 2T : 35. 0--7A

D -3R jaque-,

mate. Los ejemplos proporcionados hasta ahora poseen un elemento común: en todos los casos, la posición conduce a un mate forzado: por lo tanto, nuestro tema puede resumirse en esta forma:

Juicio : Las blancas (o las negras) ganan. Planeamiento jugadas: La continuidad adecuada para llegar al mate.

de las

A continuación presentamos algunos ejemplos en los cuales la variación principal también conduce al mate, pero la parte perde­ dora tiene una o dos oportunidades de escapar, si bien mediante una importante pérdida material, que quita al ejemplo su carácter forzado. Otro aspecto importante de la llamada Variación de Viena st> desarrolla en la forma siguiente:

P-40, P-40 ; 2. P-4AO, P-3R; 3. C-3AR, C-3AR: 4. A-5C, A-5C jaque; 5. C -3A, P X P ; 6. P-4R, P-4 A ; 7. AXP, PXP ; 8. C X P, D-4T ; 9. AXC, A X C jaque; 10. P X A DXP jaque; 11. R-1A, DXA jaque; 12. R- 1 C , enroque; 13. D-4C (N9 5). l.

,

Ahora

es

oportuno juzgar el valor de la Variación de Viena

CRITERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ

16

tomada en su conjunto, para tener la certeza de que dicha varia­ ción produzca una ventaja definitiva. No valdría de nada desechar la partida con la anotación : "las blancas tienen oportunidad de

5 atacar", cuando en realidad pueden forzar el mate o tomar a la dama. Continuamos: J.3.....

P-3CR

Forzada. 14.

D-4A

15 . P--5R 16. PX C

C-2D CXA

Aún existe amenaza de mate moviendo: 16 .

...

17.

T-1AD

17.

D--6T, etc.

R-1T

Impor tan te maniobra intermedia destinada, en primer lugar,

a

salvar a la Torre del ataque de la Dama. 17.

D-4D

Las otras jugadas pueden ser aún peores.

1 8.

D-6T

19.

C-3A

l. 19.. . . , P-4CR;

T-1CR

20. P-4TR, T-3C (no tiene otra cosa mejor ) ; 21.D-BA jaque, T-IC; 2 2.D X P (ahora 23. CXP o 23. PX P son las jugadas inminentes), 22.... D-2D; 23. C-5R (las negras no pueden arriesgarse al cambio de Da­ mas, po rqu e 24. C X D significaría el mate, y otras jugad as de la dama conducirían a res u ltados similares ) , 23. D-7D; 24. D X P jaque, RXD; 25. PXP m ate , o bien:

PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRfTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAll

17

l . (a) 20 . . P-4R ( preparando A-4A para proteger al peón en 2TR ) ; 2 1 . T X A ! , TD X T ; 22. C X PC, T-8A ja­ que ( las negras no pueden proteger a 2TR sin abandonar 2AR) ; 23. R-2T, T X T jaque ; 24. R X T, T X C ( no tiene nada mejor ) ; 25. P X T y ya no existe ninguna defensa para el mate en 20. 2. 19 . . . . D-4TR ; 20. C-50 ( nuevamente un sacrificio sor­ presivo ) . Las negras únicamente pueden detener el mate sacrificando a la Dama por el Caballo. l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ; 4. A-50, CD-2D ; 5. P-3R, A-2R ; 6. C-3A, P-3CD ? ; 7 . P X P, P X P ; 8. A-50, A-20 ; 9. C-5R, Enroque ; 1 0. A---6A , A X A ; 1 1 . C X A, D-1 R ; 1 2 . C X A jaque, D X C ; 1 3. C X P, D-5R ; 1 4. C X C jaque, P X C ; 1 5 . A---6 T, D X PC ( la Variación de Pittsburg ) (NP 6) . .·

.

6

7

Las blancas obtienen ahora una ventaja decisiva con la jugada sorpresiva : 16. D-3A, ya que si se efectuara : 1 6. . . D X D, existiría mate después de : 1 7 . T- 1 0 jaque, R-1 T ; 1 8. A-70 jaque, R-10; 1 9. A X P ja­ que de descubierta, y así sucesivamente, en tanto que después de : 1 6 . . . . D-30 ; 1 7 . A X T, T X A ; 1 8. Enroque 1 las blancas han ganado en el cambio de piezas y pueden ahora iniciar un -ataque vigoroso (NP 7). Del análisis de esta posición, quizá se presente una pregunta : ¿ Cómo debo planear mis j ugadas ? ¿Cómo hacer para convertir la supremacía material en victoria ? Sería una tarea tan inaudita .

J

Enroque a TD. ( N . del T.).

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

18

como ingrata escribir un libro sobre los diferentes métodos para hacer que la ventaja material logtada produzca sus frutos. Casi siempre se puede ganar de muchas maneras y, por lo general, no se presenta ninguna dificultad. Imagino también que habrá muy pocos novatos que emprendan una tarea tan grande ; los progresos alcanzados en el curso de sus estudios harán que les resulten obvio> y faltos de interés. Sin embargo, resulta interesante hacer unas cuantas observa­ ciones a este respecto. Si se ha alcanzado una ventaja material, la conducta a se­ guir es simplificar la posición por medio de cambios, dentro de ciertas limitaciones, en la forma siguiente : (a) No haga el cambio en fmma automática, ya que exis­ ten posiciones en las que puede perder el efecto de la superioridad en piezas. (b) En los finales de j uego T y A vs. T, T y C vs. T, y T vs. A, o T vs. C, casi siempre su superioridad es res­ tringida, aunque existan unas cuantas excepciones. En consecuencia, la simplificación no debe llegar muy lejos en los casos mencionados. Pero siempre que quede un simple peón en el tablero, habrá lo suficiente para llegar. 2. No se piense que el triunfo vendrá por sí solo en ningún caso. Si se desea obtener todo el beneficio de la ventaja material alcanzada, se debe operar en provecho propio. Una Torre vale más que un Alfil siempre y cuando se sepan utilizar en forma adecuada. No se deben aceptar complicaciones a menos que exista una necesidad ineludible. Sucede con bas­ tante frecuencia que el jugador que tiene la ventaja por poseer mayor número de piezas, se inclina a jugar en una forma pasiva, en espera de los acontecimientos. Esta es posi­ blemente, la peor actitud, y ha resultado fatal a no pocos. 3. Sólo el ataque puede hacer fructífera la ventaja material. Por lo tanto, el j uego deberá ser agresivo, aunque, desde lue­ go, no descuidado. Una vez que se posee la iniciativa, aumen­ tan las potencialidades de los cambios a voluntad. ( Ver NP 1 ) . l.

De acuerdo con lo anterior, repasaremos con mayor detalle las variaciones que acabamos de examinar. ( Ver Diagrama NP 7). Después del enroque, continuamos : 1 8.

R-l T

Más o menos obligado a causa d e l a amenaza 1 9. T- l C .

PASOS PARA FORM AR UN JUICI O CIÚTI CO Y PLANEAR LAS J U G ADAS

19

Ahora las blancas deben mover una Torre a 1 -CR ; pero, ¿cuál de las dos ? ¿ La Torre del Rey, porque después de 1 9. TD- 1 C, la Dama negra se podrá mover a 6D ? Mal razonado. No se deben tomar las cosas por concedidas. Ya que después de la pro­ blemática incursión de la Dama negra, 20. D-4C, gana el Caballo a causa de la amenaza de mate. En consecuencia, importa muy po­ co cuál sea la Torre que ejecute el movimiento. Las blancas juegan : 1 9. TD- 1 C

D-3T

¿ Qué hacen las blancas ahora ? Pueden elegir entre las siguien­ tes líneas de acción : l. 20. D-6A, ganando un Peón. 2: 20. T-3C, seguido por 2 1 . TR- 1 C, continuando el ataque del flanco del Rey, es preferible, y no : 3. 20. D-4A, cambiando Damas. La formación de Peones blancos del flanco del Rey puede ser desbaratada y enton­ ces el triunfo costará más trabajo ( ejemplo del "cambio cues­ te lo que cueste" ) . 4. 20. T-4C, seguida por 2 1 . D-4A. En esta forma, el cambio de Damas no implica ningún daño en la formación de los Peones blancos.

Dicho lo anterior, la mejor forma en que las blancas pueden continuar la partida es : 20. T-3C, como secuela similar con 20. . . . P-4AD ; 2 1 . TR- 1 C, con la amenaza de 22. T-3T, para blo­ quear a la Dama contraria. Pero incluso ahora, las negras tienen el recurso de 2 1 . . . . P X P ; 22. T-3T, T-1 A jaque ; 23. R-1 C, D- l A ; pero las blancas forzan la victoria con 24. D-SA. Una al­ ternativa después de : 2 1 . TR- 1 C, sería : 2 1 . . . . T- 1 A ; pero las blancas ganan jugando : 22. D-6A. Incluso en las posiciones en que uno de los bandos ha logrado superioridad material, se pueden hacer combinaciones, y se podría decir que especialmente en dichas circuntancias. Proporcionamos a continuación algunas posiciones en las que la cuestión principal no es el mate, sino únicamente una prepon­ derancia en material. Con esto queremos decir una ventaja de dos Peones, o el cambio, o quizá una pieza con minoría de uno o dos Peones. Cuando el exceso de material esté representado por una Torre o la Dama, la posición puede ser anormal : l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD, C-3AR ;

20

CRITERI O Y TÁCT I CA EN EL AJEDREZ

4. C-3A, P-4A ; 5. A-5C, P X PD ; 6. CRXP, P-4R ; 7 . C ( 4D)-5C, P-3TD ; 8. C X P, P X C ; 9 . C X C jaque (N� 8) . Una trampa bien conocida por medio de la cual parece que las blancas ganan el cambio después de : 9 . . P X C ; 1 0. D X D jaque, R X D ; 1 1 . A X P jaque. Sin embargo, las negras tienen una línea más fuerte en : .

9. 10. A X D 1 1 . D-2D 12. R X A

.

DXC A-5C jaque A X D jaque PXA

Y las negras quedan con una pieza de ventaja. l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD ; P-4AD ; 4. P X PD, PR X P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, C-3A ; 7 .

8

9

A-2C, A-2R ; 8. Enroque, enroque ; 9. A-5C, P-5A ; 1 0. C-5R, D-3C ; 1 1 . A X C, A X A; 1 2 . C X PD, D X PD? (N� 9). Las blancas ganan una pieza : 1 3. 1 4. 15. 1 6.

C X A jaque cxc

C-7R jaque TD X D

PXC DXD R- 1 T

Una maniobra bien conocida s e presenta en algunas otras po­ siciones, como, por ejemplo : l . P-4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4AD; 4. P X PD, PR X P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, P-5A ; 7 . A-2C, A-5CD ; 8. Enroque, CR-2R ; 9. P-4R, enroque ; 10. C X P, C X C ; 1 1 . P X C, D X P ; 1 2. P-3TD, ( para librar a 7R del Caballo blanco ) , A-4T ; 13. C-5R, D X P ; 1 4. C X C, D X D; •

PASOS PARA FORMAR UN .JUICIO CRiTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAS

21

15. C-7R jaque, R- l T ; 1 6. TXD, y nuevamente las blancas ga­ naron una pieza. l . P-4AD, C-3AR ; 2. C-3AD, P-3R; 3. P-4R, P-4A ; 4. P-3CR, P-4D; 5. P-5R, P-5D; 6. PXC, PXC; 7 . PCXP, DXP; 8. P-4D, PXP ; 9. PXP, A-5C jaque ; 1 0. A-2D, DXP ; l l . AXA, D-5R jaque; 1 2. A-2R, DXT; 13. D-6D, C-3A (N9 JO). Las blancas ganan mediante una combinación que requiere calcularse de manera precisa: 14. A-3AR 1 5. R-2R

DXC jaque

y ganan, porque 1 5 . . . . DXT, fracasa después de jugar 16. AXC jaque, con mate en la siguiente jugada. l. P-4D, P-4D; 2. P-4AD, P-3R; 3. C-3AR, G-3AR ; 4. C-3A, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. P--3CD, P-4A ; 7 . A-3D, P-3CD ; 8 . Enroque, A-2C; 9. A-2C, G-3A; 1 0. T-1A, T-1 A ; 1 1 . D-2R, PAXP ; 1 2 . PRXP, PXP ; 13. PXP, CXP ? ; 1 4. CXC, DXC (N9 11).

JO

11

Las negras han sido demasiado ambiciosas y expusieron a su dama a un ataque indirecto en forma descuidada, error común en este tipo de apertura, que aquí recibe un breve comentario. 1 5. C-5D 1 6. AXC

D-4A

Y ahora : J. 1 6 . . . . AXA ; 1 7 . D-4R y gana. 2. 16 . . . . PXA ; 1 7 . D-4C jaque, R- 1 T; 1 8 . D-4T, P-4A; 1 9. CXA, etc.

22

CRITERIO Y TÁCT ICA EN EL AJEDREZ

l. P---4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3AD ; 3. e-3AR, e-3A; 4. e-3A, P X P ; 5. P---4TD, P-3R ; 6. P---4R , A-5e ; 7. P-5R, e-5R ; 8. D-2A, D-4D ; 9. A-2R, 4AD; 1 0. Enroque, exe ; 1 1 . P X e, P X P ; 1 2 . P X P, P-6A ; 1 3 . A-2D, D-4T ; 14. A X P, A X A ; 15. T-3T , A-2D ; 16. T X A, A X P (N9 1 2). Otro ejemplo de avaricia castigada. Las blancas dominan en una forma sorpresiva moviendo a : 1 7 . A-5e jaque Y ahora : 1 7 . . . . D X A ; 1 8. T-8A jaque, R-2R ; 1 9. D-7A jaque, e-2D ; 20. D-6D mate. ( Si se j ugara 1 9 . . . . D-2D ; 20. D-5A jaque, y mate a la siguiente jugada ) . 2. 1 7 . . . . A X A ; 1 8. T-8A j aque, R-2D ; 1 9. T X T, y gana, pues si se j ugara : 1 9 . . . . A X T ; 20. D-8A jaque, con el mate a continuación. l.

l. P---4 R , P-3AD ; 2. P---4D , P---4D ; 3. P X P, P X P ; 4. P--4AD, e-3AR ; 5. e-3AD, e-3A; 6. A-5e, P X P ; 7. P-5D, e---4TD ; 8. P-4eD, P X P al paso; 9. P X P, P-3R ; 1 0. A-5e jaque (N9 1 3) .

12

13

Las blancas obtienen la ventaja después de : 10 . . . . R-2R; 1 1 . P-6D jaque, D X P ; 1 2 . D X D jaque, R X D ; 1 3 . T X e. Si las negras j uegan : 1 0 . . . . A-2D ( en vez de R-2R ) , la se­ cuela sería : 1 1 . A X e, con las dos alternativas siguientes para con­ tinuar : (a) 1 1 . . . . D X A ; 1 2. A X A jaque, RXA ; 1 3 . P X P jaque doble, o bien, (b) 1 1 . . . . P X A ; 1 2 . A X A jaque, D X A ; 1 3 . eR-2R, con u n j uego favorable para las blancas que amenazan T X e -aun cuando no en la jugada 1 3, porque si se jugara 1 3 . T X e (en vez d e eR-2R ) , resultaría A-5e-, y e l Rey negro se encuentra en situación precaria.

PASOS

PARA

FORMAR UN JUICIO CRÍTICO

Y

PLANEAR LAS JUGADAS

23

1: P-4R, P-3AD ; 2 . P--4D, P--4D ; 3. C-3AD, P X P ; 4. C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4TR ; 6. A-5CR, P-5T ; 7 . A X C, P X C ; 8. A-5R, D--4T jaque ; 9. P-3A, T X P (NP 14) . Las

14

15

blancas han permitido la captura de 2TR, porque el Alfil controla aquella importante casilla. Por consiguiente, pueden jugar con toda confianza 1 0. T X T. Sin embargo, esta confianza es rudamente sa­ cudida por la sorprendente maniobra : 1 O. . . . D X A jaque ; 1 1 . P X D, P X T, y después de coronar a su Peón negro, quedan con una pieza de ventaja. Finalizaremos este capítulo con un ejemplo un poco más com­ plicado. l . P-4R, P-3AD ; 2. P--4D, P--4D ; 3. C--3AD, P X P ; 4. C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4R ; 6. C-3A, P X P ; 7. C X P, A--4AD ; 8. D-2R jaque, A-2R ; 9. A-3R, P--4A ; 1 0. C ( 4D ) 5A, enroque ; 1 1 . D--4A, T- 1 R ; 1 2 . A-3D, P-3CD ; 1 3 . Enro­ que TD, A-3T (NP 1 5}. Las negras han dejado a su Dama expuesta a los ataques de la Torre en la columna abierta de la Dama, con la seguridad de que la Dama blanca está en prise. Sin embargo, éstas pasan por alto el punto, como lo demuestran las siguientes variaciones : 14. C-6T jaque, P X C ; 1 5 . A X P jaque,

y

ahora :

1 5 . . . . R X A ; 16. D X P jaque, R- 1 T ; 17. T X D, AXT; 1 8. C-5T. 2. 15 . . . . C X A ; 1 6 . D--4C jaque, R- 1 T ; 1 7 . T X D. (a) 17 . . . . T X T ; 1 8. D-4R. (b) 17 . . A X T ; 1 8. D-3A. 3. !5 . . . . R- l T ( el mal menor) ; 1 6. T X A, A X D ; 1 7 . T X T jaque, C X T ; 1 8 . A-4R, C-3AD ; 1 9. A X C. J.

.

.

CRlTBIUO

Y

TÁC'l'ICA BN

BL

AJEDREZ

Quedando las blancas con dos importantes Peones de venta, ya que el Peón TR de las negras es eliminado. En todos los ejemplos ilustrados en este capítulo hemos tocado únicamente en forma ligera nuestro tema principal: el juicio y for­ ma de planear las jugadas en el ajedrez. Sin embargo, debemos po­ ner la atención debida a posiciones que presenten la posibilidad del mate o de una ganancia material substanciosa. La solución del pro­ blema en cada caso, depende de cierta dosis de estrategia táctica más bien que del juicio de la posición. Es muy fácil que pase por alto estas posibilidades un jugador que preste demasiada atención a las consideraciones relativas a la posición. Sin embargo, aún quedan por tratarse los problemas mayores.

CAPÍTULO I I

MAYORíA DE PEONES E N EL FLANCO DE DAMA BOTVINNIK-KMOCK, Leningrado, 1934 l . P--4R, P-:iAD; 2. P--4D, P--4D; 3. PXP, PXP; 4. P--4AD, C-3AR; 5. C-3AD, C-3A; 6. A-5C, P-3R; 7 . P-5A, A-2R; 8. A-5C, enroque; 9. C-3A, C-5R; 10. AXA, CXA; 11. T-1AD, C-3C; 12. Enroque, A-2D; 13. A-3D, P-4A; 14. P-4CD (N? 1 6) .

16 El comentario de la "teoría" sobre este ejemplo típico es: "Las blancas tienen una posici6n superior". El jugador medio podría preguntar: "¿Por qué es superior la posici6n de las blancas?" Cada bando tiene igual número de pie­ zas: la Dama, las dos Torres, los dos Caballos, un Alfil y siete Peones. No se puede decir que las blancas hayan progresado más que las negras; al contrario, el Caballo negro, colocado en la mi­ tad del tablero de las blancas, se ve especialmente amenazador. Las piezas de cada bando tienen poco más o menos la misma movilidad, una pieza un poco más, otra un poco menos, pero no se puede ob­ servar ninguna disparidad considerable. Ninguno de los dos R,eyes está expuesto a un ataque directo, así que el lector se volverá a pre­ guntar: "¿ Por qué es mejor la posici6n de las blancas, y por qué se podría llamar a esta ventaja, la ventaja de la victoria? Sin duda, muchos ajedrecistas podrán dar la respuesta adecua-

26

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

da inmediatamente ; sin embargo, no serán pocos para quienes la repuesta será una frase estereotipada vacía de un significado efecti­ vo : Las blancas tienen mejor posición porque tienen mayoría de Peones en el flanco de Dama. Examinemos en primer lugar este dictum en detalle. Tanto las blancas como las negras poseen siete peones, pero, y éste es el punto crucial, no están distribuidos de manera uniforme en sus res­ pectivos frentes. Si dividimos el tablero en tres secciones trazando dos líneas verticales entre las columnas de AD y D, y AR y R, res­ pectivamente, ·Como se ilustra en el diagrama número 17, la sección

II

IU

17 1 representa el flanco de Dama, la sección 11, el centro, y la sec­ ción 111, el flanco del Rey. En posiciones como la que se ilustra en el diagrama número 1 6, que es la que se discute, ambos se han enrocado en el flanco del Rey, y observamos que las blancas tienen más Peones que las ne­ gras en el flanco de Dama -tres por dos-, en tanto que esta pro­ porción se encuentra a la inversa en el centro, donde las negras tie­ nen dos Peones por uno. En el flanco del Rey, tanto las blancas como las negras tienen igual número de Peones. Este, desde luego, es un caso ·particularmente claro. El Peón blanco en 5AD no tiene nada que hacer con los Peones negros de la derecha, lo que sería distinto si estuviera colocado, digamos, en 3AD. Se puede decir que en el flanco de Dama existe una mayoría positiva para las blancas, y que todos los peones restantes pueden catalogarse como pertenecientes al flanco del Rey. En otras pala­ bras, en el diagrama número 1 6, las blancas tienen una mayoría de 3-2 en el flanco qe la Dama y las negras una mayoría de 5-4 en el flanco del Rey. El Peón del frente del ala mayoritaria de las blan­ cas ha rebasado al Peón negro del Rey, y en consecuencia, las ca­ denas de Peones del flanco opuesto quedan independientes unas de

MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

27

otras. Sin embargo, el punto básico es que las blancas pueden agre­ gar un Peón pasado a su ala mayoritaria, en tanto que las negras, con su mayoría de 5-4 en el flanco del Rey, por regla general no po­ drán hacerlo. Desde luego, esto no depende únicamente de la aritmética. De­ ben tomarse en consideración lo desahogado o difícil de una posi­ ción, con o sin Peones doblados, en donde no siempre es fácil ob­ tener un Peón pasado y puede ser necesario hacer un sacrificio a efecto de lograr este resultado. Por ejemplo, la colocación de los Peones blancos puede ser 2TD, 3CD y 4AD, contra los Peones ne­ gros colocados en 4CD y 5AD en el terreno de las blancas ; o los Peones blancos en 2TD, 2CD y 3CD, contra negros colocados en 7TD y 7CD en el campo de las blancas. Este no es el caso de la posición que analizamos. Si no existen complicaciones, las blancas siempre podrán forzar un Peón a 5CD, con o sin un preliminar P--4TD, de manera que en todo momento se tenga la seguridad de procurarse un Peón pasado. Sin embargo, en bien del argumento, supongamos que tanto las blancas como las negras tienen las mismas oportunidades de pro­ curarse un Peón pasado ; aun en este caso, la mayoría de Peones del flanco de Dama deberá considerarse como una ventaja. Resumidas, a continuación se dan algunas razones para que es­ to sea así: El Peón pasado en el flanco de Dama está a gran distancia del Rey contrario, por lo que éste no puede detener su avance : algo por el estilo sucede con IÓs Peones pas·ados dis­ tantes en los finales de Peones. 2. Es más difícil forzar el paso de un Peón pasado en el flanco del Rey, y a menudo se hace necesario el avance de Peones cuya función específica es proteger a su Rey. l.

Sin embargo, si se posee este conocimiento, conviene no confun­ dirlo con un talismán, ya que existe el peligro de desvirtuarlo. La mayoría de Peones en el flanco de Dama, aun cuando sea de l-0, constituye una ventaja si el j ugador sabe aprovecharla. Ahora aproximémonos un poco más a la médula de lo que cons­ tituye nuestra tarea de formar j uicios y elaborar planes. La primera parte no es difícil : las blancas o las negras llevan ventaja a causa de la mayoría de Peones en el flanco de Dama. Pero no nos conformemos con meras generalidades. Al decidir sobre el plan, debemos tener la certeza de que el otro bando no tiene alguna ventaja compensadora, determinando si existen o no factores

28

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

en la formación enemiga que contrarresten la ventaja posicional de mayoría de Peones en el flanco de Dama. Ahora llegamos al siguiente paso de nuestra demostración, o sea, la forma de explotar la ventaja de poseer mayoría de Peones en el flanco de Dama. Para el efecto, nos remitiremos nuevamente al N9J6. 14. . . . 15. P-3C

A-IR

Al impedir 9. C-SA o 5T, la siguiente jugada retarda un posible ataque de las negras sobre el flanco del Rey. 15. 16. T-lR 17. P-3 TD

T-lA D-3A

Las blancas toman la cosa con calma. 17.

C-2R

No hay mejor, ya que libra a SR del CR blanco. La mejor continuación es 1 7 . C X C; 1 8. T X C, P-SA; con las posibilidades en contra sobre la columna AR. .

.

.

·

18. C-5R 1 9. P-3A

D-3T C-7A

Interesante. Si las blancas se apoderan del Caballo, hay jaque perpetuo: 20. R X C, DXP jaque ; 2 1 . R-3R, P-5A jaque ; 22. PXP, DXP jaque ; 23. R-2R, D-7T jaque, etc. 20. D-2R 21. R-2C 22. C-5C

C-6T jaque P-4CR AXC

No puede permitir que el caballo llegue a 6D, donde ocuparía una posición dominan te. 23. AXA 24. A-7D

T-3AR

La preparación final para el avance sobre el flanco de Dama (N' 18). 24. ... 25 P-5C .

T-1D D-4T

Como las negras no pueden impedir en ninguna forma la ej e cución del plan de las blancas, hacen un último y desesperado in-

­

29

MAYOIÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

tento para obtener algunos resultados positivos sobre el flanco del Rey. 26. P-6A

T-3T

C-5A jaque, seguida por Con la amenaza de 27. DX PT jaque, que, no obstante, las blancas nulifican fácilmente protegiendo su Peón del Rey. .

.

.

27. R- 1 T Las negras s e retiran, y a que son impotentes para detener el avance del Peón infiltrado de las blancas : 27 . . . . PXP ; 28. P X P, C-1 A ; 29. P-7A, T-1 A ; 30. C-6A, con la doble amenaza de 31 . AXP jaque o 3 1 . AXC, seguida por C-7R jaque. Resulta evidente que las blancas deben su triunfo a la mayoría de Peones en el flanco de Dama, pero debe notarse que se tuvo que trabajar para lograrlo. Hubo muchas oportunidades de hacer ju­ gadas equivocadas, y en varias ocasiones fue necesario encontrar la jugada precisa para detener el avance del ataque sobre el flanco del Rey negro ( 1 5. P-3CR, 20. D-2R, y 2 7 . R- 1 T) Hubo que sincronizar con precisión las jugadas preparatorias al avance de sus

18

Peones por el flanco de Dama ( 1 7 . P-3TD, 1 8. C-5R, 22. C-5CD y 24. A-7D) sin las cuales el avance de sus Peones sobre el flanco de Dama hubiera sido prematuro. Lo anterior es el curso de operaciones que se puede resumir en la forma siguiente : l. Juicio y análisis de las oportunidades en contra del oponente 2. Preparación cuidadosa de la propia acción.

Podemos extendernos sobre el tema regresando a los diferentes tipos de complicaciones que pueden influenciar sobre el curso de los acontecimientos. Pero éstos resultarán muy claros cuando se ana­ licen los ejemplos que se dan de aquí en adelante. Sin embargo,

30

CRI TERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ

deseamos hacer resaltar un punto, que se refiere a la culminación de los esfuerzos de las blancas para convertir su mayoría de Peones en una ventaja para obtener la victoria. En la posición que se ilustra en el NP 1 6, sonará la hora cero cuando las blancas, después de varias maniobras que abarcan me­ didas tanto defensivas como ofensivas, piensen que ha llegado el momento de hacer la jugada decisiva P-6A. ¿ Tendrá este Peón, en este preciso momento, el suficiente apoyo para vencer cualquiera de las posibles medidas defensivas, directas o indirectas, que el oponente puede poner en j uego ? Sin embargo, no se ha encontrado ( afortunadamente ) un mé­ todo que solucione todos los problemas y elimine todos los peligros en el ajedrez, por lo que debemos contentarnos con indicar princi­ pios que sirvan de guía, así como ideas y sugestiones para ayudar al criterio y a la imaginación del jugador. A continuación examinaremos varios ejemplos que ilustran dis­ tintas formas de mayoría de Peones en el flanco de Dama. Se mostrarán con menores detalles y servirán el doble propó­ sito de : l. Dilucidar con mayor amplitud las ideas asentadas, )' 2. Mostrar otros aspectos de mayoría de peones, así como sus características.

19 BOTVINNIK-KONSTANTINOPOLSKY, Sverdlovsk, 1 943 l. P-4R, P-3AD ; 2. P-4D, P-4D ; 3. P X P, P X P ; 4. P-4AD, C-3AR ; 5. C-3AD, C-3A ; 6. A-5C, P-3R ; 7 . C-3A, A-2R ; 8 . T- 1 A, enroque ; 9 . P-5A, C-5R ; 1 0. A X A, D X A ; 1 1 . A-2R, A-2D ; 12. P-3TD (NP 1 9) .

MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

31

Esta posición muestra una gran similitud con el ejemplo anterior. Aquí, también las blancas tienen mayoría de Peones en el flanco de Dama, contra la cual el caballo negro colocado en 5R no es su­ ficiente compensación. Nuevamente el plan de las blancas tendrá que abarcar : proteger su formación de Peones en el flanco de Dama, obteniendo el dominio de la casilla 6AD, y también la 7 AD, si es posible, así como el avance de P-6AD, después de P--5CD. Durante estas operaciones, la casilla 5R de las blancas adquiere una importancia especial, ya que el Caballo apostado allí ayuda a que las blancas tengan el dominio de 6AD. Después de estas observaciones es fácil entender el curso pos­ terior del juego. 1 2.

P-4A

Fine critica con justicia esta jugada, ya que debilita la casilla

4R de las negras y se pone a merced de su oponente. La jugada correcta era : 1 2 . . . . P-3A ; 1 3 . P-4CD, C X C ; 1 4-T X C, P-3TD ; 1 5 . Enroque, TD- 1 D ; con el objeto final de obtener un Peón R pasado, como compensación a la mayoría de Peones del flanco de Dama 1 3 . A-5C A menudo es esencial actuar con rapidez. La amenaza del siguiente movimiento es 1 4. A X C, seguido por 1 5 . C-5R y el gra­ dual predominio de su mayoría, ya que las negras están práctica­ mente impotentes a causa de la sólida posición del Caballo blan­ co en 5R. C-4C

1 3.

Esta maniobra es contra las intenciones de las blancas de ocu­ par SR con un Caballo, pero a costa de dar otro paso atrás. 1 4. 15. 1 6. 1 7.

AXC DXC D-4A Enroque

C X C j aq ue PXA TD- 1 R P-4R

La única forma en que las negras se pueden librar de su Peón rezagado 18. D X PR DXD T X P (N9 20) . 19. PXD Ahora, la partida ha asumido un carácter completamente dis­ tinto. Es cierto que aún existe la mayoría de Peones blancos, pero

32

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

el Peón D apoyado de las negras es un punto no menos valioso. Sin embargo, las blancas se han procurado una nueva ventaja : tienen un buen Caballo contra un mal Alfil de las negras. El Alfil es malo porque los Peones negros están colocados en su mismo co­ lor y, en consecuencia, su movilidad queda estrictamente restringi­ da. El Caballo es fuerte, ya que tarde o temprano podrá apode­ rarse de la casilla 4D, donde estará a salvo tanto de los Peones como del Alfil. El manejo de este tipo de posición se mostrará en el Capítulo IV, donde nuevamente nos referiremos a la posición NP 20.

20

21

l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ; A-4T, C-3A ; 5. Enroque, C X P ; 6. P-4D, P-4CD ; 7. A-3C, P-4D ; 8. P X P, A-3R ; 9. P-3A, A-2R ; 1 0. T-1 R, enroque ; 1 1 . CD-2D, C-4A ; 1 2. A-2A, P-5D ; 1 3. P X P, C X PD ; 14. C X C, D X C ; (Nv 21).

4.

Los textos anteriores sobre ajedrez encontraban defectuosa la posición de las negras por varias causas. Se supuso erróneamente que, con las Damas todavía sobre el tablero, la posición de las blan­ cas era por completo satisfactoria y con buenas oportunidades para efectuar un ataque por el flanco del Rey. Además, después del cambio de Damas, las blancas pensaban tener todavía un juego sa­ tisfactorio a causa de su mayor dominio de espacio y por la favo­ rable disposición de sus fuerzas. En esta última conclusión se excluyó completamente en los cálculos el significado real de la mayoría de Peones en el flan­ co de Dama. Como prueba de lo que se afirma, a continuación damos dos ejemplos sobre la forma de utilizar esta posición, en juegos ver­ daderos.

MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

33

DR. LASKER-DR. TARRASCH, San Petersburgo, 1 9 14. 15. C-3C ; la mejor, dadas las circunstancias. Las blancas no temen que les quede un Peón doblado, ya que sus piezas entra­ rán más rápidamente en juego. Además, cuando se trata de dete­ ner el avance de una mayoría de peones, un Peón doblado es más bien una ventaja. 1 5 . . . . C X C ; 1 6 . P X C, D X D ; 1 7 . T X D, P-4AD ; 1 B. A-2D, TR- 1 D ; 1 9. A-5T, T X T jaque ; 20. T X T, P-3A ; 2 1 . A-3A, P X P ; 22. A X P, T-1 D ; las negras juegan con energía. Obligan al cambio de Torres porque, con solamente los Alfiles sobre el tablero, el Peón doblado se convierte en un punto débil. La secuela demuestra este hecho. 23. 24. 25. 26. 27 2B.

.

29.

T X T jaque P-4A R-2A A-6D R-3A R-4C A-BA A-6D A X PT A-BA R-5C R-6C P-5A A X PC

30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 3 7 . R-7A (N!' 22).

AXT R-2A A-3A A-5D jaque A-4D j aque R-3R R-2A A X PCR R-3R R-4D A-3A jaque A-5R jaque R-4R A X P jaque

22 Las negras podían haber obtenido ahora una ventaja definitiva jugando 37 . . . . A-3R jaque ; 3B. R-BA, A X A jaque ; 39. R X A, A X P. Pero eligieron una continuación inferior :

CRITDIO Y TÁCTICA BN BL AJBDRBZ

37. 38. A X A 39. R X A 40. P--4T

AR X A RXA P--4T R-5C

Después de lo cual las blancas se aseguran la retirada por la dudosa jugada 41 . R--6C, como sigue : 41 . 42. 43. 44. 45.

R--6C R-5A R--4R R-5D RXP 46. R X P 47. R X P

RXP R--6C R-7 A R--6R R--6D R-7A R X P ( 6C )

Una cosa se destaca claramente de este ejemplo : la mayoría de Peones en el flanco de Dama puede, en las últimas etapas de final de juego, asumir las mismas características que se pueden obtener en el caso del "lejano Peón pasado" . H. JOHNER-DR. M. EUWE, Zurich, 1934 Del NP 21: 15. 16. 17. 1 8.

D-2R C-3A DXD A-3R

TR-1 D D-5AD AXD

( En un juego Joss-Euwe del mismo torneo, siguió : 1 8. A-5C, A X A ; 19. C X A, A--6D; 20. A X A, T X A ; 2 1 . T-2R, T--4D, emparejando la ventaja de las negras ) . 1 8. 1 9. 20. 21. 22.

A--4R AXA TR-1 D TXT

C-3R A--4D TXA TD- 1 D T X T (NP 23).

Ya resulta claro que la mayoría de Peones negros en el flanco de la Dama representa una sólida ventaja, en tanto que no existe en absoluto ningún método por medio del cual la mayoría de Peones negros en el flanco del Rey pueda hacer algo. Por cierto que el Peón blanco en 5R representa un punto débil definitivo, ya que la necesidad de defenderlo aumenta la tensión en las líneas de las blancas.

MAYORfA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

23. R-l A 24. T- I A

35

R-- I A

Pérdida de un tiempo que deja a las blancas enteramente sin qué hacer. 24. 25. 26. 27. 28.

R-2R T-l D RXT C-2D

P-4AD R-IR TXT R-2D P-4C

Deteniendo P-4A de las blancas que protege al Peón del Rey. El resto ya no ofrece ninguna dificultad. 29. P-3A, R-3A ; 30. P-3CR, R-4D ; 3 1 . P-4A, P X P ; 32. P X P, C X 5D; 33. C-l A, R-5R ; 34. R-2D, C-4A ; 35. C-3C jaque ; C X C ; 3 6 P X C ; R-6A ; 37. R-3D, R X P ; 38. P-5A, P-4TR; 39. A-6T, P-5T; 40. P-6A, A-I D ; 4 1 . P-6R, P X P ; 42. P-7A, A-2R; 43 . P---8A ( D ) , A X D ; 44. A X A, P-6T ; 45. A X P, P-4R ; las blan­ cas abandonan. .

ELISKASES-FLOHR, Semmering, 1 93 7 .

l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3 . C-3AD, P-4D ; 4. A-4A, A-2C ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, P-4A ; 7 . P X PD, C X P ; 8. A-5R, C X C ; 9. P X C, P X P ; 1 0. A X A, R X A ; I l . PA X P, D-4T jaque ; I 2 . D-2D, C-3A ; I 3 . A-2R, TID, (N� 24) .

23

24

Teóricamente, el juicio de esta posición es : las negras tienen mejores oportunidades. Ya para ahora, el estudiante habrá progresado lo suficiente pa-

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ'EDREZ

36

ra reconocer la razón de esta conclusión : las negras tienen dos Peo­ nes por uno en el flanco de Dama. Sin embargo, se requiere mucho discernimiento para darse cuenta que esta ventaja, a pesar de la evidente mayoría de las blancas en el centro, constituye un hecho de importancia. Se re­ quieren conocimientos técnicos especiales, desde luego, no para forzar el triunfo, sino aún para deducir de la situación algunas ju­ gadas que den la oportunidad de la victoria. Un jugador inexperto atacará en forma ciega, como el prover­ bial "chivo de una cristalería" . Procurará adelantar y forzar el paso de un Peón, que es fácil quede aislado y se pierda con rapidez. Examinemos el curso posterior del juego : 1 4. D X D Más o menos obligada, porque si se jugara : 1 4. Enroque TR, D X D ; 1 5. C X D, P-4R ; pierde un Peón. 14. . . . 1 5. Enroque TR

CXD

Por lo general, no es aconsejable enrocar al Rey lejos de la hostil mayoría de Peones. Debe estar a la mano cuando se necesite ayuda para detener a un peón pasado potencial. En lugar de la jugada indicada en el texto, ésta debió ser 1 5 . R-2D y 1 6. TR-IAD. 15. . . . 16. P-4R

A-3R

Se deduce que las blancas tratan de explotar su mayoría de Peones en el centro, pero con poco éxito, como se observará. 1 6.

. .

A-50

.

Ataque indirecto a Peón de Dama. 1 7 . TR- 1 D

P-3R

Con objeto de aislar a un posible Peón pasado. 18. R- 1 A E l Rey, evidentemente lamentando e l haberse enrocado, m1c1a su avance a la posición adecuada.

1 8. 1 9. A X A

AXC TD-IA

Parte importante de la estrategia de las negras en tales casos.: la ocupación de la columna del Alfil de Dama. En primer lugar, amaga a 20 . T-7A. .

.

.

MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

37

20. T-2D 20. TD-IA, TXT ; 2 1 . TXT, TXP. 20. . . . 2 1 . P-5D

P-4R

2 1 . TD- l D, C-5A ; 22. T-3D, C-7C. 21 . 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28.

T-2R

T-IC P-3C A-2C TXT T- l R RXT (Nr 25).

C-5A C-3D T-5A T( l D ) - l AD T-8A jaque T X T jaque TXT jaque

25 Las negras han utilizado la columna del Alfil de Dama para forzar el cambio de Torres a efecto de procurarse un final favorable de Caballo contra Alfil ( ver el N9 20, Botvinnik-Konstantinopols­ ky ) . La forma de conducir este final se tratará más adelante. El papel que aquí representó la mayoría de Peones del flanco de Dama de las negras fue pasivo en general. En realidad, las negras estaban interesadas principalmente en convertir en inofen­ siva a la mayoría central de Peones de las blancas. Pero debe con­ cederse que las negras tuvieron que agradecer a su mayoría de Peones del flanco de Dama la habilidad para alcanzar este objetivo. En posiciones de este tipo, la columna del Alifl de Dama siempre caerá abatida por el dominio de las negras, por lo menos cuando, como en este caso, el Rey blanco no logra llegar a tiempo a la casilla 2D ( observamos una vez más el nocivo efecto del enroque de las blancas en la jugada 1 5 ) .

38

ClliTBRI O

Y

TÁCTICA EN EL AJBDREZ

Se debe agregar que aun antes de que tuviera lugar el cambio general de piezas en este ejemplo, las negras estaban en condiciones de utilizar la columna del Alfil de Dama para emprender un ataque contra el aislado Peón TD de las blancas. Lo anterior se verá en el siguiente ejemplo : KOSTIC-GRUNFELD, Teplitz-Schonau, 1922 l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3. C-3AD, P-4D; 4. PXP, C X P ; 5. P-4R, C X C ; 6. P X C, P-4AD ; 7 . C-3A, A-2C ; 8. A-5C jaque, A-2D ; 9. A X A jaque, D X A ; 1 0. Enro­ que, P X P ; 1 1 . P X P, C-3A; 12. A-3R, enroque TR. (N9 26).

26

Teóricamente, la posición se declara a favor de las negras. En seguida prop orcionamos, sin notas, la continuación de la partida, la que arrojará más luz sobre nuestro tema. 1 3. T-1 C 14-. P-5D 1 5 . A-4D 1 6 . DXA 1 7. C-5R 18. C-4C 1 9. C-3R 20. TD- 1 A 21. T X T 22. P-3A 23. P-3C 24. P-5R 25. cxc 26. D-3R 27. D-4D

C-4T TR- 1 A AXA P-3C D-3D D-5A T-4A TD-1AD TXT P-4T D-2A C-5A TXC T-6A T-5A

MAYOJÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA

28. 29. 30. 3 1. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38.

39

T-7A D-4A TXD PX P T-4T R-2C R-3A P--4CR RXP R-4A

D-3R P-SR DXD T-lD PXP T-2D P-4A T-2R P X P jaque R-2C R-3A (NP 27)

Aquí, nuevamente las negras se hicieron dueñas de la columna del Alfil de Dama con el Caballo en 4TR, un puesto efectivo en conexión con el salto a 5AD. Ahora, otra vez las negras juegan pa­ ra simplificar la partida a fin de aprovechar los puntos débiles que las blancas se han creado en el centro. En el diagrama número 27

27

se observan dos Peones blancos que necesitan apoyo, y tarde o temprano las blancas se encontrarán en Zugswang, perdiendo uno de sus peones en la partida. ·

38. 39. 40. 41. 42 . 43. 44. 45.

R-2C R-3T T-2CD T-5C TXP T-8T R-4C 46. T-8T 47. R-3A

T-ST jaque T-4T T-5T RXP TXP T-7CD P-4T P-5T T-5C jaque P-4C

40

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

48. 49. 50. 5 1. 52. 53. 54. 55.

P-4T P-4C R-4R T-6T jaque R-5A T-7T R-4R R-3R

R-3A T-6C jaque P-6T R-2C P-5C T-6A jaque T-7A T-7CD

Las blancas abandonan. Se ha demostrado que para convertir en ventaja la mayoría de Peones en el flanco de Dama, la sincronización del avance de los Peones del flanco de Dama requiere mucho cuidado. Frecuente­ mente tiene que diferirse el verdadero avance en tanto se hacen las preparaciones necesarias, y éstas, j unto con el aprovechamiento de las ventajas incidentales ( por ejemplo, líneas abiertas ) , proporcio­ nan la prioridad.

CAPÍTULO

111

ATAQUE SOBRE E L FLANCO D E DAMA Existe una estrecha relación entre el tema de nuestro último ca­ pítulo y el "ataque sobre el flanco de Dama" , aun cuando el aprove­ chamiento de una mayoría en el flanco de Dama no constituya en sí misma un ataque, hablando con propiedad . El ataque que examinaremos a continuación lleva como mira objetivos, peones o piezas definidas, en tanto que en el otro caso, el propósito es efectuar una irrupción de por lo menos un Peón, mien­ tras que la verdadera lucha con frecuencia se desarrolla en otros frentes. El ataque por el flanco de Dama es local y, por su naturaleza, mucho más violento. Un ejemplo práctico ilustrará la idea mejor que las palabras. BOG OLJ UBO W-CAPABL ANCA, Nueva York, 1924 l . P-4D, C-3AR ; 2 . C-3AR, P-4D ; 3 . P-3R, P-3R ; 4. A-3D, P-4A ; 5. P-3CD, C-3A ; 6. Enroque, A-3D ; 7. A- 2 C, enroque ; 8. CD-2D, D-2R ; 9. C-5R, P X P ; 1 0. P X P, A-6T ; 1 1 . A X A, D X A ; 1 2 . CD-3A, A-2D ; 1 3. C X C, A X C. Aquí, el texto dice : las negras tienen mejor posiCión. (N9 28) .

28

Iguales Peones, iguales piezas y aproximadamente igual movili­ dad . Cierto que la Dama negra está apostada en el territorio de las

42

CIUftJUO Y TÁ.Cl'ICA llN llL AJEDREZ

blancas, pero, si se hace necesario, puede arrojarse de allí o cam­ biarse jugando D- 1 A. Entonces, ¿ por qué es preferible el juego de las negras ? Respues­ ta : Porque tienen oportunidad de efectuar un ataque sobre el flan­

co de Dama. Los tres peones del ala de la Dama blanca colocados en 2TD, 3CD y 2AD tienen posiciones sólidas y bien protegidas ; entonces, ¿ cuáles son las oportunidades para atacar ? Se debe decir que el ataque de las negras no depende de movi­ mientos sencillos y aislados, sino más bien de un amplio plan bien urdido. El Peón blanco AD es débil o, para ser más precisos, puede debilitarse. Por el momento está protegido en forma adecuada por el Alfil, pero esta pieza puede cambiarse ; de hecho, el Alfil negro puede forzar su cambio, después de lo cual dicho Peón tendrá que ser protegido por otros medios quizá de menos posibilidades. Enton­ ces el Peón podrá ser atacado en una columna abierta, quizá por una Torre, o poi" dos Torres, por la Dama, y aun posiblemen­ te por el Caballo negro. Queda por contestar la pregunta relativa a que si las blancas podrán, en el momento preciso, echar mano de medidas defensivas adecuadas. No parece que esto sea muy difícil si las blancas tienen igual número de fuerzas a su disposición, pero el problema no es tan sencillo como parece. Mientras las piezas blancas se encuentran comprometidas en la defensa del Peón AD, es muy probable que las negras, sin aflojar la presión, amenacen otros sectores del frente y proporcionen a las blancas problemas adicionales que quizá no sean capaces de resolver. Examinemos la verdadera razón de las dificultades de las blan­ cas, así como la base de las oportunidades para atacar de las negras. La columna abierta AD no es el principal factor, sino el hecho de que las blancas jugaron P-3CD. Si este Peón permaneciera aún en su casilla original en 2CD, las blancas podrían jugar P-3AD y po­ co tendrían que temer. En consecuencia, ¿ fue incorrecta la quinta jugada P-3CD ? No. Ya que si llegaramos a tan drástica conclusión, no se podría hacer ninguna jugada en absoluto. La verdadera equivocación ocurrió cuando, en una etapa posterior, las blancas cambiaron su Alfil de Dama en la jugada número 1 1 , ya que aquel cambio produjo "agu­ jeros" en la posición del flanco de Dama ( 2CD y, más particular­ mente, 3AD ) , y estos "agujeros" dieron a las negras la oportunidad de aprovechar la columna abierta AD. En consecuencia, era normal jugar 8. P-3TD ( en lugar de 8.

.TAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA

43

CD-2D ) , impidiendo así definitivamente la maniobra de las ne­ gras en . . . A-6TD. Obsérvese bien que las blancas no podían posponer P-3TD, ni tan siquiera por una sola j ugada más, sin exponerse a mayores daños ; por ejemplo : si en la partida que nos ocupa hubieran ju­ gado 9. P-3TD ( en lugar de 9. C-5R ) , las negras, al jugar 9 . . P-4R, también habrían obtenido una mayoría en el centro, así como un juego más libre. Por consiguiente, el juicio de la posición en el N!' 28, es : Las blancas tienen una posición un poco mejor, porque pueden iniciar un ataque sobre el flanco de la Dama blanca por la columna abierta AD, a cuyo ataque ayudará el hecho de que existan "aguje­ ros" en 2CD y 3AD de las blancas. El planeamiento de las jugadas : antes de extendernos sobre estl' particular, estudiemos primero el curso de la partida : .

.

1 4. D-2D

Existen algunas ideas alternativas : l. 1 4. P-4A, a fin de libertar a su congénere a la mayor bre­ vedad. Amenaza 1 5 . P-5A, estableciendo una mayoría de peones en el flanco de Dama, y en esta forma las negras no tienen más re­ medio que cambiar peones : 14 . . . . P X P ; 1 5 . P X P. Y ahora, ¿ có­ mo están las cosas con relación a la formación de peones de las blan­ cas ; mejoró o empeoró ? Definitivamente está peor, ya que después de 1 5 . . . . TR- 1 D, el Peón blanco de la Dama se ha debilitado. Después de, por ejemplo, 16. C-5R, A-5T ( no 16 . . . . T X P ; 1 7 . A X P jaque ) ; 1 7 . D-2D, D-3D ; 1 8. C-3A, A-3A, resulta cla­ ro que las blancas no saldrán sanas y salvas. Conclusión : jugando P-4AD, ahora o más tarde, las blancas transfieren la debilidad de la columna AD a la columna D sin que por ello fortalezcan su posición en alguna otra forma. 2: 14. C-5R, TD-1 A ; 1 5 . C X A, T X C. Las blancas elimi­ naron al Alfil negro, de manera que ahora el Alfil blanco restante puede proporcionar una protección adecuada al Peón AD. Pero esto no soluciona todo el problema ; no sólo existe un peón débil en 2AD, sino también una casilla débil en 3AD. Tarde o temprano se po 35) .

36

35

De acuerdo con Fine, las blancas tienen mejor posición. La primera impresión que causa es que no hay mucho donde elegir entre los dos campos. Las negras no están completamente desarrolladas, pero su posición da el aspecto de solidez. Pero con un examen más cuidadoso, la cosa no parece ser tan fácil para las negras, con especialidad por lo que toca al desarrollo de su Alfil de Dama. Una ingeniosa concepción de lo que constituye desarrollo, no será bastante aquí : "Las negras juegan : . . . C-3A, seguido por . A-2D, ¡ y todo queda bien ! " El hecho es que el Alfil está bien colocado, pero no está movilizado. El curso del juego aclarará esta idea. .

.

16.

P-4AD

La idea que subraya esta jugada es : cuando de pronto llegue el Alfil a 2D, existirá una salida en dirección de 5TD. 1 7 . T-lA 1 8. P X P 19. C-5R

PXP C-3A

No hay por qué teman las blancas el cambio en esta 5R, ya que no se soluciona allí el problema del Alfil de Dama de las negras.

ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA

53

T- l C

19.

Con l a inconfundible determinación de llevar a su Alfil a l juego. 20. A-3A 2 1 . D-5AD (NP 36)

A-2D

Una excelente jugada para impedir que las negras ocupen la columna del AD con sus Torres, lo que conduciría rápidamente a una paridad. Si se jugara : 2 1 . . . . TD- lA ; 22. D X D, T X D ; 23. C X A, las blancas ganarían una pieza. Además, en el cambio de Damas llevarían la ventaja las blancas, ya que después de 2 1 . . . . D X D ; 22. P X D, las blancas quedan con l a famosa mayoría en el flanco de Dama ( el tema de nuestro capítulo anterior ) , que aquí sería especialmente efectiva a causa de su bien colocado Alfil del Rey. 21 . 22. TR- l D

A-4C R-l A

Con un ojo puesto en el final de j uego que se aproxima con ra­ pidez, las negras maniobran con su Rey para colocarlo más al cen­ tro. Sin embargo, hubiera sido preferible ; 22 . . . . D-lD, seguido por 23. . . . T-2R, con una posición congestionada, pero sólida para las negras. 23. P-3CD



Apenas había principiado a saborear el Alfil negro los goces de la libertad, cuando ya se ve nuevamente amenazado con quedar bloqueado. Después de 24. P-4TD, no queda nada más excepto 24 . . . . A-2D. Ahora no estaría tan mal si las negras pudieran desalojar su l R, pero no escaparía ileso : 23 . . . . TR- l D ; 24. D X D jaque, R X D ; 25. T-7A jaque, cuesta por lo menos un Peón. En conexión con esto, nos remitimos a nuestra nota anterior ( . . . D- l D y . . . T-2R ) , de acuerdo con la cual l R estaría aho­ ra a disposición del Alfil y las negras tendrían que luchar con me­ nos dificultades. 23. Crea

un

P-3CD punto débil, pero no tiene otra jugada mejor.

24. D-7A (NP 37) Las negras están en apuros. Por ejemplo, si continúan, como lo ha.ee pensar su última jugada, 24 . . . . P-4TD, seguido por 25 . . . . P-5T, con objeto de retirar su Alfil a 3T, las blancas cambia-

�O Y TÁCTICA ZN IIL .UI!lDIU!lZ

rían Damas, j ugando a continuación C--6A, ganando el cambio, tampoco sería ningún alivio 24 . . . . D X D ; 25. T X D, T-2R ; 26. TR-lAD. La verdadera continuación ( 24 . . . . TR- l A ) conduce a un tipo de juego completamente distinto, en el cual las blancas también tienen mejores oportunidades. De esta manera tuvo éxito el ataque al flanco de Dama. Para recapitular, los principales puntos del ataque fueron : l.

Dominio de la columna AD.

2. Obstaculización del desarrollo del Alfil negro por medio de la presión en 7CD.

3. Dominio y ocupación posterior, de puntos importantes en

la

posición enemiga ( 7D, 5AD y 7 AD ) . 4. Persecución del Alfil negro ( P-3CD y P-4TD ) . Continúa la partida : 24.

25. D X T jaque 26. T X T jaque

TR-lA TXD A-lR

Por regla general, dos Torres son más fuertes que una Dama, y en especialidad cuando, como en este caso, se puede eliminar a una pieza enemiga. La defensa implica riesgos que ponen serias limitaciones a la movilidad de la Dama ; y es precisamente en esta movilidad en la que se confía la defensa, como compensación a la fuerza de las dos Torres. 27. P-4CD 28. P X P 29. P-4TD

P-4TD PX P D-3D

La Dama se dedica a vagabundear, lo que muy pronto le re­ sulta fatal. Era esencial mover 29 . . . . P-4C para proporcionar al Rey una casilla de escape. 30. A--6A 3 1 . T-l C 32. A X A

R-2R DXP D-5R

Jugando 32 . . . . C X A ; pierde la Dama : 33. C--6A jaque, lo mismo que en 32 . . . . D X C ; 33. T-7C jaque, R-3D ; 34. T-8D jaque, R-4A ; 35. T-5C jaqqe, etc. 33. C--6A jaque, R-3D ; 34. T-lD jaque, C-4D ; 35. T-BD jaque, R-4A ; 36. T-l A jaque, R-3C ; 37. C-8C, C--6A ; 38. T--6D jaque, R-2T ; 39. C--6A jaque, R-3C ; 40. C-7R jaque dese., R-2T ; 41. T-7D jaque, R-3T ; 42. C-8A. Se retiran.

ATAQUil SOBRE EL FLANCO DE DAMA

55

Concluiremos este capítulo con dos ejemplos de un tipo com­ pletamente distinto, en los cuales el atacante no pone atención en los Peones o las casillas, sino que se lanza tras de caza mayor. Sin embargo, antes de hacerlo daremos una relación corta de lo que sucede con frecuencia cuando las negras aceptan un gambito de Dama e intentan retener el Peón del gambito. En su forma más sencilla, es como sigue : l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P X P ; 3. C-3AR, C-3AR ; 4. P-3R, P-4CD (NP 38) .

37

38

Como es bien sabido, esta continuación es desfavorable para las negras, ya que las blancas, por medio de la siguiente maniobra tí­ pica, siempre recuperan su Peón. 5. P-4TD Las blancas intentan aislar a la avanzada de las negras y luego capturar a ambos Peones : 5 . P X P, 6. A X P, o mediante un método más directo : 5 . P X P ; 6. D X P jaque, A-2D ; 7 . D X PA. .

.

.

.

.

.

P-3A

5.

Resulta evidente que 5 P-3TD no constituiría ninguna protección ( 6. P X P, etc. ) , y que 5 . A-2D es igualmente inútil después de 6. P X P, A X P ; 7. C-3T, o 7. A X P, A X A ; 8. D-4T jaque. .

.

.

.

.

6. P X P 7 . P-3CD

.

.

PXP

Este es el punto de la maniobra de las blancas. Las negras no ueden impedir que las blancas recuperen su Peón ; ejemplo : p

CRITERIO

56

l . 7. . . . 2. 7 . . . jaque, 3. 7 . . . .

.

Y

TÁCTICA EN EL AJEDREZ

P X P ; 8. A X P jaque, A-2D ; 9. D X P. A-3T ; 8. P X P, P X P ; 9. T X A, C X T ; 1 0. D--4T ganando en material. A-3R ; 8. P X P, P X P ; y ahora . . .

No (a) 9. A X P, A X A ; 1 0. D--4T jaque, CD-2D ; 1 1 . D X A, T -1 A, y las negras ganan ; Sino (b) 9. C-5R, D-2A ; 1 0. D--4T jaque ( o 1 0. C-3T o 1 0. A X P ) ; 1 0 . . . . CD-2D ; 1 1 . A X P, A X A ; 1 2 . C X A, T- 1 A ; 1 3. CD-2D. Por regla general, las blancas quedan en mejor posición después de recuperar su Peón, ya que las negras quedan con la carga de un Peón TD aislado, en tanto que la formación de peones de las blancas es excelente. Sin embargo, existen variaciones en las que es posible que las negras retengan el Peón del gambito, o bien retribuirlo a cambio de una posición satisfactoria. Los siguientes ejemplos ilustran esta con­ tingencia : l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-3AD ; 4. C-3A, P X P ; 5. P-3R ( una continuación más fuerte sería 5. P-4TD ) ; 5 . . . . P-4CD ; 6. P-4TD, A-5C ; 7 . A-2D, D-3C, etc. ( No . . . P-3TD ; 8. P X P, PA X P ; 9. C X P o bien, 8 . . . . A X C ; 9. A X A, PA X P ; 1 0. P-3CD, P X P ; 1 1 . A X P jaque, etc. ) . l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. C-3AR; C-3A ; 4. C-3A, P X P ; 5. P-3R, P-4CD ; 6. P-4TD, P-5C ; 7 . C.-2T, P-3R ; 8. A X P, A-2C, quedando las negras con un juego satis­ factorio, ya que el Caballo de Dama de las blancas quedó aislado. Hemos visto la clase de ataque que está a disposición de las blancas contra una cadena de Peones enemigos en las casillas 4CD y 5AD, o en 3TD, 4CD y 5AD de las negras. A continuación proporcionamos el primero de los dos ejemplos mencionados anteriormente : CAPABLANCA-SPIELMANN, Nueva York, 1927

l. P-4D, P-4D ; 2. C-3AR, P-3R ; 3. P--4A, C-2D ; 4. C-3A, CR-3A ; 5. A-5C, A-5C ; 6. P X P, P X P ; 7 . D--4T , A X C jaque, 8. P X A, enroque ; 9. P-3R, P-4A ; 1 0. A-3D, P-5A ; 1 1 . A-2A, D-2R ; 1 2 . Enroque TR, P-3TD ; 1 3. TR­ l R, D-3R ; 14. C-2D, P-4C ; 1 5 . D-5T (NP 39) . El veredicto teórico es : las blancas tienen el juego mejor. Razo­ nes : tienen oportunidad de atacar por el flanco de Dama, en pri­ mer lugar, a causa de la posibilidad del P-4TD con un debilita-

57

ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA

miento de la formación de los Peones negros, y en segundo lugar, a causa de la avanzada y completamente segura posición de la Dama. Además, y por encima de estas observaciones, debemos agregar : Comparada con la ilustración anterior, la acción de las blan­ cas contra los peones negros colocados en las casillas 3TD, 4CD y 5AD es menos penetrante por las siguientes razones : (a) La j ugada P-3CD no se puede verificar ; (b) El Peón negro AD está doblemente resguardado por Peones, así que después de una posible jugada P-4TD , P X P, el Peón del AD no queda colgando, y no tiene necesidad de apoyarse. Contra lo anterior tenemos el hecho de que : (e) Las blancas tienen igual número de Peones, así que cualquier acción que emprendan, no lleva en sí la mira de ganar un Peón. 2. La pieza más fuerte, la Dama, puede desarrollar un poder enorme desde una avanzada adecuada. Al mismo tiempo, es la más valiosa, pero se encuentra segura en su posición y, en ausencia del Alfil negro, fuera del alcance de las piezas menores de las negras. En consecuencia, la Dama blanca puede desempeñar un papel principal en un ataque al flan­ co de Dama. l.

Continúa la partida : 15;

C-5R

39

El cambio siguiente debilita a las negras en su 5AD, por lo que la jugada en el texto debe ser desechada. Las negras tratan de lo­ grar una posición aparentemente segura, pero su plan es refutado

58

CIUTBRIO Y TÁCTICA 1DN EL AJBDRBZ

inmediatamente por las blancas por medio de una atractiva com­ binación. Hubiera sido mejor 1 5 . . . . A-2C, y 16. D-7A, D-3A, aunque las blancas queden con una ligera ventaja para el final de juego. 1 6. c xc 1 7. P-4TD

PXC

Y, como era de esperarse : 17.

D-4D

Con esta jugada intermedia, las negras aparentemente mejora­ ron su defensa, ya que el Alfil de Dama de las blancas está e n prise. Si s e jugara ahora 1 8. A-4-A, A-2C, las negras tendrían un juego satisfactorio. 18. P X P Una sorpresa fatal ; las blancas ofrecen una pieza, rv..ón, como la secuela lo demuestra.

y

con mucha

DXA

1 8.

Desde luego, no podía ser 1 8 . . . . D X PC ; 19. D X D, ganando las blancas una Torre. 19. A X P (NP 40)

40

41

El objeto real de la combinación resulta evidente si las negras juegan 19 . . . . T-2T ; ejemplo, 20. P---6C, D X D ; 2 1 . P X T y ahora . . . l.

2 1 . . . . A-2C ; 22. T X D, y las blancas tienen un triunfo fácil con una Torre y tres Peones contra dos piezas menores.

ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA

59

2. 2 1 . . . . D X T ; 22. T X D, C-30 ; 23. P-8T ( D ) , C X D : 24. A X C, quedando las blancas con un Peón extra y con la perspectiva de ganar todos los Peones negros del flanco de Dama.

19. . Igualmente ineficaz. .

.

T- I C

20. P X P, T--40 ; 2 1 . D-7A, C-30 ; 22. P-7T, A--6T ( ¡ co­ mo último recurso ! ) ; 23. TR- 1 0, T X T jaque ; 24. T X T, P-4A ; 25. A-3A, P-5A ; 26. P X P, abandonan. Y finalmente, el segundo ejemplo, en el que una vez más la Dama desempeña un papel vital, y en donde las blancas, sacrifican­ do dos Peones, aciertan a sitiar a un conjunto de unidades contra­ rias. Fue también Capablanca quien produjo esta obra de arte. CAPABLANCA-VIDMAR, Londres, 1922

l . P--4D, P--4D ; 2. C-3AR, C-3AR ; 3. P--4A, P-3R ; 4. C-3A, A-2R ; 5. A-50, CD-2D ; 6. P-3R, enroque ; 7 . T-I A, P-3A ; 8. D-2A, P X P ; 9. A X P, C-4D ; 1 0. A X A, D X A ; 1 1 . Enroque, P-3CD (N9 41 ) . Bilguer observa certeramente que e l desarrollo del Alfil de Da­ ma en fianchetto tiende al cambio de caballos en la 3AD de las blancas. Pero, después de la siguiente jugada y de la contestación de las blancas, éstas obtienen una posición abrumadora. 1 2 . c xc Las blancas cambiaron caballos, y este cambio es particular­ mente significativo porque : La gran diagonal blanca quedará cerrada, de manera que la última jugada de las negras falla en su propósito, y de hecho debilita seriamente las casillas blancas del flanco de Dama negro. 2. La columna AD queda abierta, misma que las blancas no tardarán en ocupar con su Dama y las Torres a fin de irrum­ pir con facilidad en la posición enemiga. l.

Observaremos una y otra vez el enorme efecto que estos dos fac­ tores tendrán en el curso de la partida. 12.

...

PA X C

Las negras deben volver a capturar con el Peón AD, ya que dt> otra forma perderían un Peón después de 1 3. A-3D.

60

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 3 . A-3D

P-3TR

Las negras se abstuvieron de jugar 1 3 . . . . C-3A, ya que por lo pronto desean utilizar al Caballo en la defensa de su flanco de Dama. Después de 1 3 . . . . C-3A, podría seguir 1 4. D-7A, y ahora : 1 4 . . . . D X D ; 1 5 . T X D, P-4TD ( 1 5 . . . . A-2D ; 1 6 . C-5R ) ; 1 6. TR- I A, A-3T ; 1 7 . A X A, T X A ; 1 8. T ( 1 A ) 6A, seguida d e 1 9. T-7C, ganando un Peón. 2. 1 4 . . . . A-2D ; 1 5 . A-6T, D-5C ; 16. C-5R, A-4C ; 1 7 . P-3TD, D-5T ; 1 8. A X A, D X A ; 1 9 . T-2A, atacan­ do a las tres piezas mayores sobre la columna del AD. 3. 1 4. . . . D-5C ; 1 5 . P-3TD, con una secuela muy pareci­ da a la que se lleva en la partida. l.

1 4. D-7A La Dama blanca invade el territorio enemigo y ocupa una posi­ ción avanzada, pero segura. Desde allí frustra todos los intentos de desarrollo de las negras. D-5C

1 4. . . .

Como las negras no pueden desenvolver sus fuerzas por conduc­ tos normales, intentan, como esta salida de su Dama, obtener algún movimiento favorable, intento que su oponente refuta en una for­ ma ejemplar. 1 5. P-3TD (N° 42)

42

43

Una j ugada muy bella. Las blancas ofrecen uno o dos Peones con objeto de ganar la Dama o, a falta de ella, una de las piezas del flanco de Dama.

61

ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAJ4A

Investiguemos algunas contingencias : 1 5 . . . . D X PC ; 1 6 . T- l C, D X PT ; 1 7 . A-5C, y ahora . . . ( a ) 1 7 . . . . C-3A ; 1 8. T- l T ; D-5C ; 1 9 . TR- l C , to­ mando la Dama. (b) 1 7 . . . . D-2R ; 1 8. A-6A, T- l C ; 1 9 . C-5R, T-­ lD ( 1 9 . . . . D- l D ; 20. D X PT, C X C ; 2 1 . P X C , etc. ) ; 20. A X C, A X A ; 2 1 . C-6A, y gana. 2. 15 . . . . D-6C ; 1 6. T-3A, D X PC ; 1 7 . T- l C, D-7 T ; 1 8. T ( 3A ) l A, C-3A ( 1 8 . . . . D X P ; 1 9. A-5C, etc. ) ; 1 9. A-5C, amenazando nuevamente 20. T- l T y 2 1 . TR1 C, tomando a la Dama, o bien, 20. A-6A, ganando una pieza.

l.

1 5. 1 6. P-3T (NP 43)

D-5T

También una j ugada excelente, y no únicamente destinada a salvaguardar a su Rey. Pues si examinamos más atentamente la posición, nos damos cuenta de que las negras ya no pueden conti­ nuar con su desenvolvimiento adecuado, por ejemplo : 1 6. . . . T- 1 C ; 1 7 . C-5R, T-2C ( 1 7 . . . . C X C ; 1 8. A-2A, seguido por 1 9 . D X T ) ; 1 8. D-6A, D X D (o en otra forma : 1 9 . C X C ; T X C ; 20. D X A ) ; 19. C X D, R- 1 T ; 20. C-7R, T-l CD ; 2 1 . C X A, TD X C ; 22. A-6T, y las blancas ganarán el final gracias al dominio de la única columna abierta que las negras ya no podrán arrebatarles. Esta variación muestra con claridad las consecuencias de largo alcance de la debilitadora jugada 1 1 . . . . P-3CD. ¡ In­ cluso en esta etapa hizo posible que las blancas se apoderaran de la columna AD jugando 22. A-6T ! La última jugada de las blancas incapacita a las negras para contrarrestar la severa presión de la posición de su oponente. 1 6.

C-3A

Las negras hacen un heroico intento para completar su desarrollo, cueste lo que cueste. Después de, digamos, 1 6 . . . . P-3C ; 1 7 . T-3A, las negras aún tendrían que sufrir todas las variaciones de la nota precedente. 1 7 . C-5R

A-2D

1 7 . . . . A-:iT ; 1 8. P-3 CD , D-4T ; 1 9. C--6A, también cos­ taría una pieza. Literalmente, las negras no tienen dónde moverse.

62

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL Ali!JDREZ

1 8. A-2A 1 9. P-4TD

D-4C

Definitiva. Las negras tendrán que abandonar a 1 9. 20.

. . CXA .

su

suerte al Alfil

D X PC

Peor hubiera sido jugar primero 20. T- 1 C, D-7T ; 2 1 . C X A, TD- l A ; 22. O X O jaque, P X O ; 23. D-30 jaque, y como el Alfil se puede mover con libertad, las blancas quedan con una pieza de ventaja. En esta forma, las blancas únicamente ganan el cambio, pero también Oapablanca convierte rápida y efectivamente esta ventaja en triunfo, de la manera siguiente : 20 . . . . TD- l A ; 2 1 . D-l C, O X O ; 22. A-7T jaque, R X A ; 23. T X T, T X T ; 24. D X T, 0-3A ; 25. T-l A, D-50 ; 26. D-2A jaque, R-l C ; 2 7 . D-6A, D-6T ; 28. D-8T jaque, R-2T ; 29. T-7 A ( ya hemos visto en nuestro primer capítulo, la forma de aprovechar la ventaja material, el resultado de un ataque con éxito. Aquí únicamente la superioridad consiste en el cambio, pero con la Torre en la fila 7 tomando una parte muy activa en el ataque contra los Peones negros, la preponderancia de la Torre sobre el Caballo en un final de j uego, queda bien ilustrada ) , 29 . . . . D X PT ; 30, T X PA, D-8D jaque ; 3 1 . R-2T, D-4T ; 32. D X PT, D-3C ; 33, T-8A, D-4A ; 34. T-7A, D-30 ; 35. T-7C, 0-5R ; 36. D-2T, P-4R ; 37. D X P, P X P ; 38. T-8C, 0-3A ; 39. D X P, D-4A ; 40. T X P, D X P ; 4 1 . D-3D jaque, R- l C ; 42 . T-8C jaque, abandonan.

CAPÍTULO IV CABALLO CONTRA ALFIL "DEBIL" Al comentar la partida Botvinnik-Konstantinopolsky ( ver Pág. 30 ) , llegamos a la posición que se muestra en el diagrama número 44, misma que prometimos discutir posteriormente. Ya manifestamos que las blancas tenían mejor juego, sin que, no obstante, discutiéramos con amplitud las razones en las que se

44

45

basaba nuestra opinión. Como lo hicimos notar, la mayoría de Peo­ nes blancos sobre el flanco de Dama había perdido � u significado. El hecho de que las blancas obtuvieran un Peón AD pasado des­ pués de P-4TD, P-4CD y P-5CD, no era ciertamente de mayor importancia que el hecho de que las negras ya tenían un Peón pasado en su 4D. Entonces, ¿ por qué es superior la posición de las blancas ? La razón estriba en que las negras tienen un Alfil "débil" . Examinemos con más precisión lo que esto significa. El Alfil negro colocado en 2D es débil porque sus propios Peones, situados en 3AD, 4D y 4AR, impiden su movilidad. Como los otros Peones no influyen en ello, cabe preguntar : ¿ En dónde principia la debilidad del Al­ fil ? ¿ Con uno, dos o tres Peones ? No existe una respuesta categóri­ ca para esta pregunta ; sin embargo, se puede afirmar que el obs­ táculo más serio para el desplazamiento del Alfil está representado por los Peones centrales PAD, PD, PR o PAR. Por lo tanto, el tér­ mino "Alfil débil" no es un concepto rígidamente definido. Exis-

64

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

ten varios grados de "debilidad" ; si, por ejemplo, no existiera en esta posición ningún Peón negro en 4AR, el valor del Alfil aumen­ taría, y también en ausencia del Peón de Dama, el calificativo de "débil" no tendría por qué aplicarse. Lo anterior indica al mismo tiempo la clase de posición que las blancas deben buscar. En esta ocasión, la primera y más impor­ tante maniobra es : con objeto de mantener al Alfil todo lo «débil" que sea posible, los Peones que lo obstruccionan deben permanecer en sus respectivas casillas. Quiere decir que en este caso deben im­ pedirse las j ugadas . . . P-5AR y . . . P-5D. A continuación proporcionamos la secuela posterior de la par­ tida, de la que podremos derivar normas adicionales. 20. P-4A A la luz de lo que anteriormente se dijo, el objeto de esta juga­ da es por completo evidente. El Peón negro en AR está bloqueado, por lo que el movimiento del Alfi l negro en esa dirección está per­ manentemente obstruido. 20.

T-2R

No puede jugar 20. T -6R, ya que después de 2 1 . R-2A, P-5D conduce a la pérdida de un Peón después de 22. TR-lD. 2 1 . TR- l R Por regla general, e l cambio d e Torres aumenta l a superioridad del Caballo contra el "Alfil débil". 21.

TR- l R

...

N o s e decide a entregar la columna abierta sin presentar pelea, ya que su oponente penetraría hasta el fondo de su posición. 22. T X T 2 3 . R-2A (N9 45)

TXT

Con objeto de cambiar la segunda Torre también, después de lo cual el final de Caballo contra Alfil lo ganarán las blancas. Ante todo, es importante examinar esta afirmación. Supongamos que las blancas, en esta posición, juegan . . . A-l A, 3T, 5A, en donde la obstrucción de sus peones será menor, mucho menor, y, en lo general, es un buen plan. Entonces, el juego se desarrollaría en la forma siguiente : 23 . . . A- l A ; 24. T-l R, T X T ( prácticamen­ te obligado ) ; 25. R X T, A-3T ; 26. P-3CD ( para impedir 26. . . . A-SA) 26. . . . R-2A ; 27. R-2D, R-3R ; 28. R-3R, .

65

CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL

A-BA ; 29. P-3C, P-3C ; 30. R-4D. Llegando ahora a la posi­ ción ilustrada en el diagrama N9 46. Hasta este momento, las j ugadas de ambos bandos no han sido en ninguna forma forzadas, y conduciría demasiado lejos empren-

46

der una investigación detallada de todas las posibles complicaciones. Nuestro principal objeto es, en primer lugar, dar una idea de que existen oportunidades para ganar, sin poner mucha atención al acabado y d�talle. La formación de los Peones negros está ahora detenida, princi­ palmente a causa de la fuerte posición en que se encuentra el Rey blanco. Sin embargo, el Alfil escapó de sus propios Peones que lo tenían encadenado y ya no se encuentra obstaculizado por ellos en la misma forma de antes. La desventaja del "Alfil débil" es ahora indirecta, y se basa en el hecho de que los Peones negros, lo mismo que el Alfil, ocupan casillas blancas, de manera que las casillas negras son vulnerables y es fácil que caigan bajo el control de las blancas. La importante casilla en 4D está ya ocupada por las blan­ cas, y el Rey negro debe vigilar la SR de las blancas. Las negras no pueden intentar ahora nada y deben permanecer a la defensiva. Por otra parte, ¿ qué es lo que pueden hacer las blancas ? Más de lo que a primera vista parece. Desde 4CD, el 1 .

T-8C T-5C T ( 3A ) X A jaque R-2R T X P jaque

y las negras ganan. KOTOV-KERES, Campeonato ruso, 1 948. l . P-4R, P-3 R ; 2. P-4D, P-4D ; 3 . C-2D, C-3AR ; 4. P-5R, CR-2D ; 5 . A-3D, P-4AD ; 6. P-3AD, P-3CD ; 7 . C-2R, A-3T ; 8. A X A, C X A ; 9. Enroque, A-2R ; 1 0. C-3C,l enroque ; 1 1 . D-4C, P-4A ; 1 2. P X P al paso, T X P (NP 1 1 3) . El Peón del Rey de las negras ha quedado rezagado, y la mira de las blancas debe ser, no sólo atacar a este Peón, sino impedir que 1 La jugada 10 es C-3CR, ya que el Caballo en 20 puede ejecutar el mismo movimiento. (N. del T. ) .

P E O N E S

D É B I L E S

153

las negras eliminen este punto débil forzando . . . P-4R en un momento adecuado. T-3C C-2A

1 3. C-5T 14. D-2R 1 5 . C-3A

Las blancas cubren la casilla que se encuentra frente al Peón débil, la casilla del bloqueo. 15.

..

A-3D

.

Ahora sería inútil que las blancas ocuparan la casilla de bloqueo : después de 1 6. C-5R, A X C ; 1 7 . P X A, se cierra la columna del Rey, lo que significa que la debilidad de las negras en 3R ha dis­ minuido considerablemente ; incluso se puede decir que práctica­ mente ha desaparecido, y para decirlo de una vez, la debilidad está cancelada. 1 6. P-3CR

P--4R

Las negras ofrecen un Peón para aliviar la presión del sitiador ( juego psicológico ) . 1 7 . C X PR Hubiera sido más fuerte 1 7 . P X PR, T-3R ; 1 8. C--4A, T- 1 R ; 1 9. C X P, conservando su Peón de ventaja. .

17. 1 8. P X A

AXC T-3R

Recuperando las negras su Peón en esta forma.

113 1 9. D--4C 20. C-6A jaque

114 P-3C cxc

1 54

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

21. PXC 22. A-4A (N!' 1 1 4) .

DXP

Se ha presentado una nueva situación. Ahora el Peón de Dama de las negras es débil, por lo menos, hasta que no logre avanzar a 5D. Siguen estas j ugadas : 22 . . . . C- l R ; 23. TD- l D, D-2A ; 24. D-3A, ( no 24. T X P, C-3A, etc. ) 24 . . . . C-3A ; 25. P-4A, ganando al Peón débil. KERES-DR. EUWE, Campeonato Mundial, Moscú, 1 948. l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ; 4. A-4T, C-3A ; 5. Enroque, C X P ; 6. P-4D, P-4CD ; 7 . A3C, P-4D ; 8. P X P, A-3R ; 9. D-2R, A-2R ; 1 0. T-l D, enro­ que ; 1 1 . P-4A, PC X P ; 1 2 . A X P, A-4AD ; 1 3. A-3R, A X A ; 1 4. D X A, D- l C ; 1 5 . A-3C, C-4T ; 16. CD-2D, C X C ; 1 7 . T X C, C X A ; 1 8 . P X C (Nr 1 1 5) .

115

El Peón TD de las negras está aislado en una columna abierta, pero el Peón AD de las mismas, que es lo que se llama un "Peón unido" es aún más débil, ya que las blancas pueden impedir su avan­ ce a 4AD. Al mismo tiempo, los Peones CD de las blancas también son débiles, así que el asunto se convierte en "se le sirve al primero que llegue", que en este caso son las blancas. La ·continuación fue : 18.

T- I A

P a ra reforzar . . . P-4AD 1 9. T- l AD

P-4AD

Que dadas las circunstancias, es lo mejor que se puede hacer : después de 1 9 . . . . D-5C ; 20. T-5A ( positivo impedimento para el avance del Peón AD ) , 20 . . . . TD- l C ; 2 1 . T-3D, seguido por

P E O N E S

D É B I L E S

155

22. T ( 3D ) -3A, 23. C-4D, el Peón blanco en 3CD se sostiene con solidez, mientras que, a la larga, deberá caer el AD de las negras. De hecho, aquí nuevamente ha sido el Peón débil quien inclinó la ba­ lanza ; es completamente incidental que las blancas hayan obtenido casillas fuertes en su 4D y 5AD ( ver el Capítulo VII I ) . Con la jugada del texto, las negras cambian su Peón débil AD por el Peón débil CD de las blancas. 20. T X PA 21. DXT 22. C-4D

TXT D X PC

Ahora se ve claramente cual j uego está mejor ; las negras tienen dos puntos débiles ( en su 4D y 3TD ) , las blancas solamente tie­ nen uno. Las blancas tienen un Caballo fuerte ( en una casilla fuer­ te ) , las negras tienen un Alfil que opera a la mitad de su fuerza ( en una de las diagonales, en vez de en las dos ) Y finalmente, las blancas tienen una mayoría de cuatro peones sobre el flanco del Rey en contra de tres, y después de algunas preparaciones adecuadas, pue­ den adelantar y desarrollar grandes facultades ofensivas. .

FLOHR-DR. VIDMAR, Nottingham, 1 936 l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3 . · C-3AD, C-3AR ; 4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7 . D-2A, P-4A ; 8. P X PD, C X P ; 9. A X A, D X A ; 1 0. C X C, P X C ; 1 1 . A-3D, P-3CR ; 1 2. P X P, C X P ; 1 3 . Enroque TR, A-5C ; 1 5 . C-4D, TD- 1 A (NP 1 1 6) .

116

Las blancas han obligado a su adversario a dejar un Peón aisla­ do, sin embargo, las circunstancias no permiten que intente cap­ turarlo dentro de un término predecible. En primer lugar viene un sin fin de maniobras, el único objeto de las cuales es cambiar todas

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

156

las piezas que sea posible para facilitar a las blancas comprender su ventaja. Se sostendrán firmemente en la casilla bloqueadora 4D con objeto de que las negras no puedan en ningún momento librar­ se de su debilidad ( mediante . . . P-5D ) o hacerla desaparecer ( por medio de un cambio en 5D, sin que las blancas puedan tomar otra pieza ) . 1 5 . D-2D 1 6 . A-2A 1 7 . P-3A

P-3TD D-4C

Las negras han creado un punto débil en el 3R de las blancas, que, sin embargo, carece de importancia, ya que este Peón está cerca de las bases de las blancas y en consecuencia, no es difícil de defender. 1 7. 1 8. 1 9. 20. 21. 22. 23. 24. 25.

TR- 1 R TD- 1 D A-3C AXA T-1 AD TR- 1 D C-2R D-4D

A-2D TR- 1 D D-3A A-5T CXA C-4A D-3C C-2D

Las blancas hacen progresos considerables. 25. 26. 27. 28. 29.

CXD P-3CD R-l A TXT

DXD C-4R R- 1 A TXT C-3A

El objetivo de la defensa de las negras, que sin embargo, estas equivocan. 30. c x c 3 1 . T-5A

T- I A P X C (N9 1 1 7)

( O bien, 3 1 . . . . T X C ; 32. T X P, T-8A jaque ; 33. R-2R, T-7A jaque ; 34. T-2D ) . ¿ Qué es lo que han conseguido las negras ? Su Peón de Dama dejó de estar aislado ; pero en cambio, su Peón AD está rezagado, en tanto que su Peón de TD se convirtió en débil y está expuesto a un ataque. Más aún, dos casillas fuertes 4D y 5AD están a la

P E O N E S

157

D É B I L E S

disposición del Rey blanco. La victoria para las blancas sólo es cuestión de tiempo. La partida continuó en esta forma : 32. 33. 34. 35. 36. 37.

R-2R R-3D T-5T R-'--4-D P-4CD P-3TD

R-2R R-3D T-l TD A-4P 1 T-l CD T- l TD

Después de 37 . . . . T-3C ; 38. P-4-A, las negras sufren un

Zugzwang, lo que significa que tendrán que dejar al Rey blanco e-l dominio de sus casillas SR y 5AD.

38. 39. 40. 41 .

P-4R PXP RXP R-4A

PA X P PXP T-2T

Las blancas ahora vuelven su atención al flanco del Rey ne­ gro, con objeto de crear allí algún punto débil antes de embarcarse en una acción definitiva. El Rey y la Torre de las negras están com­ pletamente comprometidas.

117

41 . 42. 43. 44. 45 . 1

debe

P-4TR R-4C P-5T P-3C

P-3T R-3R T- l T P-4C T-2T

Esta es la jugada que aparece en el texto original en inglés, pero P-4AR. (N. del T.) .

ser

158

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

46. R-3A 47. R-4R 48. T-5R jaque

T- l T T-2T

El principio del fin. La Torre blanca penetrará a la posición enemiga vía BR, obligando al Rey negro a declarar sus intenciones : Flanco de Rey o flanco de Dama. R-3D

48.

Después de 48 . . . . R-3A ; 49. T-8R, las negras pierden o bien el Peón TD o el de AD, y después de 48. . . . R-2D ; 49. R-5A, el Rey blanco entra en las líneas enemigas con resultados definitivos. 49. T-SR 50. T -8D j aque

Y ganan las blancas ( 50. R-3A ; 5 1 . T-8A jaque ) .

P-4A R-2A ; 5 1 . T-8TR, o bien 50.

CAPABLANCA-FINE, Semmering, 1 937 l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. C-3AR, C-3A ; 4. C-3A, P X P ; 5. P-4TD, A-4A ; 6. P-3R, P-3R ; 7 . A X P, A- 5CD ; 8. Enroque, enroque ; 9. D-2R, A-5C ; 1 0. T- l D, D-2R ; 1 1 . P-3T, A-4TR ; 1 2 . P-4R, CD-2D ; 1 3. P-5R, C-4D ; 1 4. C-4R, P-3A ; 1 5 . P X P, P X P ; 1 6. C-3C, A-2A ; 1 7 . A-6TR, TR- l R (NV J l B) . El Peón del Rey negro constituye una debilidad en esta forma­ ción, aunque las blancas no estén por el momento en condiciones de amagar seriamente a este Peón, es decir, a causa de que el Alfil negro controla la l R de las blancas, impidiendo que las Torres blancas se doblen. Además, las negras ejercen un control más gran­ de en la casilla de enfrente a su Peón R débil. Sin embargo, esta circunstancia no debe sobreestimarse, ya que al avanzar . . . P-4R no se libera al PR, sino que únicamente lo desplaza, en tanto que las negras tendrían que contar con el hecho de que este avance puede poner la 5AR de las blancas a la disposición del Caballo blanco, jugando desde 4CR. 1 8. C- 1 R Para alejar a l Alfil del Rey negro. 1 8. 1 9. C-3D

R- l T A-3D

P E O N E S

D É B I L E S

20. D-3A 2 1 . C-4A

159

T- l CR

Entre más piezas se cambien, más difícil será la tarea para el atacante : una regla general cuando existen Peones débiles en el tablero. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27.

AXC DXA A-3C T- l R D-4T C-4R (N9 1 1 9) .

cxc AXA C-3C TD- l D C-4D A-3C

118

119

Las blancas lograron retirar al Peón hostil AR también dentro de la órbita de su ataque, así que 28. C-5A, amenaza al Peón del Rey, pero existe otra amenaza al PAR después de 28. A X C. Las negras ahora tienen que elegir entre estas jugadas poco placenteras : Hacer un cambio en su 5R, después de lo cual las blancas pueden concentrar sus fuerzas sobre 6R. 2. Guardar su Peón AR, cuando las blancas pueden contestar con C-5A, fortaleciendo su ataque sobre 6R, y finalmente, 3. Una liquidación inmediata que conduce a la pérdida de un Peón. l.

27. 28. 29. 30. 31. y

DXD C-5A TXP CXP

P-4AR CXD TXP C 4D -

las blancas adquieren una ventaja considerable.

160

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Cuando el Peón aislado es además un Peón doble, la debilidad es aún mucho más seria, lo que también se aplica en el caso de un Peón rezagado doble ( en el Nr 1 15, en 2CD y 3C tenemos el caso de un Peón doble rezagado ) . No sólo el Peón doble rezagado no debe esperar ayuda de los Peones vecinos, sino que estorba a tales piezas, ya que éstas tienen el trabajo de ver por su seguridad. Las reglas que se han proporcionado para el manejo de un simple Peón aislado o rezagado, son aún más aplicables a un Peón doble. En el caso de Peones dobles unidos ( por ejemplo, 2AR, 2CR y 3CR ) , el caso es distinto, y aunque también pueden, en ciertas cir­ cunstancias, constituir una debilidad, la forma de tratarlos es por completo diferente y está fuera de lo que se trata en este capítulo. Concluyamos con una recapitulación en la cual el juicio de las distintas formas de debilidad de los Peones comprende dos cate­ gorías. A. Peones Aislados y Rezagados juicio : Son más débiles cuando se encuentran en una columna abierta y no pueden avanzar. Además, la debilidad aumenta en gra­ d � y proporción cuando existe más de uno de tales Peones.

B. Peones Volantes Juicio : Son débiles únicamente ( 1 ) si el atacante lleva ventaja en el desarrollo, y ( 2 ) si la mayor parte de las piezas menores ya se han cambiado. Casi siempre resultan débiles en el final de juego. Plan : ( valedero tanto para A como para B ) . Ataques sobre el propio Peón ( formas típicas de ataque : Torres dobles, avance de un Peón sobre una column� contigua, ver Nos. 1 05 y 1 06) y sobre la casilla situada frente al Peón, o sea la casilla de bloqueo. La pieza que ocupe esta casilla, por regla general puede desarrollar una gran actividad ( ver Capítulo VII I ) . Evitar un cambio sobre esta casilla si la unidad de recaptura es un Peón, a menos que desaparezca la debilidad. Aniquilación continua de las piezas que protegen al Peón débil. El cambio de piezas por lo general favorece al atacante. Si es probable que no tenga éxito un ataque directo, el atacante debe aprovechar la primera oportunidad para transferir rápidamente sus fuerzas ; esto es mucho más importante y efectivo cuando existen varios puntos débiles en la formación contraria. El defensor debe sobre todo cuidarse del efecto psicológico que es fácil que engendre la presión constante del ataque. Un consejo técnico más : la vigilancia simultánea sobre varios puntos por la misma y única unidad, puede constituir en este caso un uso económico de las fuerzas disponibles.

CAPÍTULO VIII

"CASILLAS FUERTES" El aspecto característico denominado "casillas fuertes", que aho­ ra nos proponemos discutir es, desde luego, no menos importante que lo tratado con anterioridad. Sin embargo, se distingue princi­ palmente en que requiere menos imaginación, parece de menor aplicación general y se presenta principalmente en combinación con uno u otro de los temas que se han descrito en los capítulos anteriores. Sostiene que las ganancias en material u otras ventajas, se pueden atribuir con facilidad a circunstancias accidentales, y resulta apropiado ilustrar el tema de este capítulo con un ejemp lo práctico en el que se disiparán las dudas del lector y comprenderán que únicamente las "casillas fuertes" han sido el factor decisivo (N9 1 20) .

120

En esta posición decimos que la 4R de las blancas es una casilla fuerte. En ella se encuentra establecido un Caballo. En el capítulo anterior ya se han tratado las "casillas fuertes" , y para ampliar lo que antes se dijo, una "casilla fuerte", como nosotros la entende­ mos, debe llen:>.r los requisitos siguientes : l.

La ca&i.lla debe estar a salvo de los ataques de los Peones contrarios.

2. Debe encontrarse cerca de la posición enemiga.

CRITI!llUO Y TÁCl'ICA EN EL AJEDREZ

162

3. Debe ser posible hacer bastante presión en la casilla en cues­ tión, que conduzca tarde o temprano a su ocupación efectiva. El ajedrez no es asunto de matemáticas ; puede acontecer muy bien que alguna casilla cumpla con lqs tres requisitos proporcionados arriba y que sin embargo carezca de verdadera significación, o bien que tenga dos de las tres estipulaciones y falle en la tercera y, sin embargo, todavía sea efectiva. Estas circunstancias variables hacen que sea extraordinariamente difícil juzgar el valor de determinada casilla fuerte, por lo que dejaremos descansar este asunto por el momento y trataremos de obtener, mediante un ejemplo tomado de la práctica, la forma de entender satisfactoriamente la naturaleza de una casilla fuerte y sus consecuencias. Como hemos dicho antes, las blancas ocuparon la casilla fuerte 4R con un Caballo que comanda cierto número de casillas impor­ tantes de la posición enemiga, o sean, 5AD, 6D, 6AR y 5CR. Este es un punto importante, pero es más importante aún el heého de que no se puede arrojar al Caballo de su puesto. Permanece fuera del alcance de las piezas enemigas. El Alfil negro no puede atacar al Caballo, ni tampoco el Caballo negro puede forzar un cambio. Se puede comparar con un cañón bien colocado en una colina y sobre el cual el enemigo no puede disparar sin correr grandes pe­ ligros. La posición puede juzgarse ahora con claridad : las blancas tie­ nen una gran ventaja debido a la fuerte colocación de su Caballo. Y ahora, el plan : en esta posición, la importancia de la casilla fuerte, hace que éste venga por sí solo. Resulta fácil formular un plan cuando los elementos sobre los cuales se basa son de naturaleza se­ gura y duradera. El caballo permanecerá en 4R por lo menos duran­ te cinco jugadas, y así, al formularlo, el elemento tiempo no es de la misma urgencia que en otros casos. Dejemos ahora que los hechos hablen por sí mismos y, después de seguir el curso de la partida, tendremos un conocimiento claro del tipo de plan que dichas posiciones requieren. l . P-4AD Defendiendo al Peón pasado y clavando al Peón negro AD, de manera que en un posible contraataque, las negras no puedan ju­ gat . . . P-5A. l. . . . 2. A-3R

TD- l AR

Apuntando al Peón AD negro.

163

CASILLAS FUERTES

2. 3. T-5C

P-3TR

Continuando el ataque sobre el Peón AD. 3. 4. D-4C

T-l A

Amenazando tanto 5 D X T, como 5. A X PT. 4.

TR- l A

.. .

L a alternativa 4 . T-2AR, e s fatal, a causa d e 5. T X C, etc. La Dama tiene que cuidar al Alfil, y en consecuencia, no puede moverse. 5. A X PT C X PA Las negras se pueden sostener un poco más ; la Dama defiende al Peón CR y el Caballo al Alfil. 6. T-l A U n ejemplo típico d e recargamiento. Después d e que e l Caba­ llo permita el paso, la Dama asume dos funciones inmediatamente, mismas que no podrá cumplir : defender al Alfil e impedir el mate en 2CR. Así que después de 6. . . . C-3C, sigue C X A, etc. 6. 7. T-3C

P-3T

TD- l C también gana, pero la jugada del texto es más rápida. 7. 8 . T-3C 9. A X P

P-4CD T-2AD

y ganan. ( 9 . D X A ; 1 0. D---6R jaque ) . Un bello ejemplo de ataque, pero ¿ qué tiene que ver todo esto con la posición fuerte del Caballo en 4R ? Esta pregunta no es muy difícil de contestar. En primer lugar, el dominio que ejerce el Ca­ ballo en 6AR y 5CR ha hecho sumamente difícil la defensa ; en se­ gundo lugar, el ataque al Alfil en 6D ha disminuido mucho la mo­ vilidad de la Dama ; en tercer lugar, al ayudar el Caballo al ataque sobre el Peón AD de las negras comprometió a varias piezas en su defensa, y finalmente, el Caballo �olocado en 4R, al defender al Peón de AR blanco, impidió cualquier contraataque de las negras a lo largo de la columna AR. .

.

.

164

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL .UEDREZ

No se trata de encom1ar en forma extraordinaria a la casilla fuerte en todas las situaciones posibles o imposibles, sino de juzgar en forma objetiva su verdadero papel, que desde luego, para un Caballo, aun cuando permanezca en forma pasiva en su casilla fuer­ te, no debe subestimarse. Al examinar el curso de la partida desde este punto de vista, resulta evidente la lógica de la secuencia de las jugadas hechas por las blancas ; por otra parte, resulta claro que las negras no tienen mucho donde elegir, y que las marchas y contramarchas obligadas ( . . . TD-l AR- l A, y . . . T ( 4AR ) - 1 A le han hecho perder un tiempo valioso. Ahora, por lo que toca al plan. ¿ Cómo pueden aprovechar las blancas la fuerte posición de su Caballo ? La respuesta consiste en iniciar alguna maniobra en la cual sea la clave la pieza fuerte, y una o dos acciones subsidiarias como consecuencia de las cuales el ata­ cante goce de más libertad de acción que su oponente y de las que provengan varias líneas de juego donde elegir. En el presente ejemplo, primero que nada las blancas idearon la maniobra de atacar al Peón AD con tres piezas ( la Torre en 5CD, el Alfil en 3R y el Caballo en 4R ) y posteriormente lanzaron un ataque para lograr el mate ( jugando D-4C, A---6TR y T5CD 3CD-3CD ) . En todas estas maniobras, el Caballo en 4R jugó un papel indirecto, y sin embargo vital. De no haber sido por este Caballo, las negras hubieran podido llegar a su 3AR y la Dama no se hubiera dedicado a la defensa de su Alfil en 3D, etc. Es notable observar cómo se efectuó el intercambio de maniobras por el Alfil al 3R y la Torre al 5CD ganando tiempo, en tanto que las negras eran incapaces de reagrupar sus fuerzas, y sin embargo, el Caballo en 4R no tuvo ninguna necesidad de tomar parte activa en ninguna de estas evoluciones, sino que permaneció firme en 4R, amenazando en forma efectiva a ambos flancos. La defensa de las negras fracasó ; por lo menos debió intentar llevar su propio Caballo al 3D por medio de . . . C ( 3C ) - 1 A ; . . . A-2R ; y . . . C-3D, para provocar al Caballo contrario colocado en la casilla fuerte, pe­ ro hubiera necesitado mucho tiempo. Regresemos a nuestro diagrama inicial (Nr 1 20, Pág. 1 6 1 ) en el cual se cumplen los tres requisitos de una casilla fuerte : ( 1) la ca­ silla blanca está fuera del alcance de los Peones contrarios y a salvo de ataques de las piezas enemigas ; (2) la casilla está cercana a las líneas enemigas ; y (3) las blancas tienen un control definítivo sobre la mencionada casilla. Este control se basa en cierto número de factores, como por ejemplo, la ausencia del Alfil negro de Dama

CASILLAS FUERTES

165

que controle las casillas blancas, y sobre todo, la clausura de la co­ lumna del Rey por el Peón negro en su 4R. ¡ Este Peón es la causa de todo ! Sin él, es posible que las negras hubieran podido desalojar al Caballo blanco, o por lo menos no fuera casi inexpugnable, y las blancas tendrían la tarea de defenderlo tanto directa como indirec­ tamente. Pero es el caso que el Peón negro del Rey se encuentra allí, por lo que la casilla 4R de las blancas constituye una casilla fuerte para ellas y, consecuentemente, una casilla débil para las negras. En lo general, se puede resumir que la casilla que se encuentra frente a un Peón aislado, es, o puede convertirse, en una casilla fuerte para el bando contrario ( ver Capítulo VII ) , pero esta es sólo una de las muchas formas de casilla fuerte. Si, por ejemplo, la unidad co­ locada en 3D no fuera un Alfil, sino un Peón, de manera que enton­ ces el Peón del Rey no estuviera aislado, todavía entonces la 4R de las blancas permanecería siendo una casilla fuerte. En realidad, la "casilla fuerte" se puede encontrar en todas las formaciones de Peo­ nes. Una ojeada a los diferentes diagramas que se proporcionan en este capítulo, mostrará la cantidad de variaciones que existe sobre el mismo tema. Casilla fuerte . . . Casilla débil. Estos conceptos son recíprocos. ¿ Lo que es fuerte para un bando significa debilidad para el contra­ rio ? Se puede muy bien considerarlo así, pero en el lenguaje del aje­ drez se establece una diferencia entre los dos. Cuando se habla de una casilla débil, por lo general nos referimos a una casilla que en el futuro se puede convertir en una casilla fuerte para el contrario ; si, viceversa, hablamos de una casilla fuerte, entonces general­ mente se trata de un hecho consumado, de una casilla fuerte por el momento. De los tres requisitos mencionados con anterioridad se puede de­ cir aún más, pero en vez de teorizar, tratemos de descubrir lo ante­ rior por medio de más ejemplos. Recalquemos únicamente el hecho de que una casilla fuerte no significa nada por sí misma, a menos que se disponga de una pieza adecuada para ocuparla, lo que quiere decir que la acción efectiva dependerá de la pieza en cuestión. Ahora proporcionaremos las jugadas de nuestro siguiente ejem­ plo, que nos darán una ilustración excelente de la forma en que l a ca silla fuerte se origina. BOTVINNIK-BOLESLAVSKY, Moscú, 1 94 1

l . P-4R, P-3R ; 2. P-4D, P-4D ; 3. C-2D, P-4AD ; 4. PR X P, PR X P ; 5. A-SC jaque, C-3A ; 6. CR-3A, A-3D ; 7 .

166

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Enroque, C-2R ; 8. P X P, A X P ; 9. C-3C, A-3C ; 1 0. A-3R, A X A ; 1 1 . A X C jaque, P X A ; 1 2. P X A, enroque (N9 1 21 ) . Botvinnik considera que, por e l momento, l a partida está a favor de las blancas, de acuerdo con ciertas consideraciones teóricas. La

121

122

situación, y con especialidad la secuencia de jugadas que se han ori­ ginado, es verdaderamente notable. La singular maniobra del Alfil de Dama de las blancas ( 1 O. A-3 R ) , que sin ninguna necesidad aparente les endilga un Peón aislado, y en especial la manio­ bra tan profundamente pensada del cambio efectuado en la jugada número 1 1 , atestiguan una notable compenetración de las necesida­ des del juego. Las blancas tienen la posibilidad de obtener dos casillas fuerte� en 4D y 5AD, como lo demuestra claramente el siguiente diagrama ( después de 1 9. P-4CD ) . Un rápido examen indica que las negras ya no están en posición de defender a su 4AD en forma directa, ya que únicamente la Dama puede llegar allí y el Caballo negro en 2R se encuentra a cuatro jugadas de distancia, en tanto que el Alfil per­ tenece al color opuesto. En contra de lo anterior, la Dama y el Ca­ ballo blanco situado en 3CD se encuentran muy a la mano. Así pues, la casilla 5AD de las blancas caerá en poder de éstas inevitablemente, siguiendo a esto el dominio sobre su 4D en forma concomitante, constituyendo el control de las blancas sobre ambas casillas un con­ junto armonioso. Sin embargo, si las negras logran obtener el domi­ nio de la casilla en cuestión, podrían, en el momento adecuado, ju­ gar . . . P-4AD, presionando al mismo tiempo sobre la 4D de las blancas. 1 3 . D-2D 1 4. D-3A

D-3C

CASILLAS FUERTES

167

Es evidente que la intención de ambos jugadores es la casilla crítica. 1 4.

...

T- I C



Defendiendo en forma indirecta su 4AD, ya que ahora la inme­ diata ocupación de esta casilla por las blancas haría que éstas per­ dieran su PCD. 1 5 . TD- l C ¡ Atacando indirectamente 5AD ! Más tarde s e observará que esta jugada no sólo defiende al PCD de las blancas, sino que, sobre todo, preparan su avance al 4C.

15.

T- l R

Como no puede defender s u 4AD dedican s u atención a l Peón débil del Rey de las blancas. 1 6. TR- 1 R D e acuerdo con e l espíritu d e la teoría d e prevención d e Nim­ zowitsch. El Peón débil del Rey debe defenderse por anticipado. El mismo Botvinnik critica esta jugada, con la cual se ve amenazada una gran parte de su ventaja. Lo lógico hubiera sido 1 6 . C-5A ; C-4A ; 1 7 . TR- 1 R. 16.

. . .

C-3C

Ahora la diferencia consiste en que este Caballo busca una po­ sición mejor que la 4AR. Las negras intentan ocupar su 4R como cierta compensación por la pérdida de sus casillas 4AD y 5D. Es evidente que la 4R representa una casilla fuerte para las negras. 1 7 . C-5A Ya se transportó la primera y más difícil fortaleza, la segunda no tardará en alinearse. Mientras tanto, se demuestra claramente que se desperdició la jugada 1 6. T-1 R . 1 7.

A-5C

De conformidad con el contraplan de las negras, el dominio de su 4R. 1 8. C-4D 1 9. P-4C (NP 1 22) .

C-4R

Las blancas han conseguido su objetivo estratégico : sus dos Ca­ ballos ocupan posiciones dominantes. Ahora la cuestión es la forma

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

168

de continuar con esta ventaj a, tomando en consideración la carta de triunfo que las negras tienen con la posición favorable de su propio Caballo. Mientras tanto, las colocaciones de los Caballos respectivos, más bien tienen un valor estático que dinámico ; el Caballo negro domina cierto número de importantes casillas, pero carece de una jugada peligrosa. Por otra parte, los Caballos blancos están coloca­ dos en forma similar : ambos tienen muy buenas posiciones pero tie­ nen pocas oportunidades de efectuar una salida efectiva y ninguna de cooperar con las demás piezas. Todo esto vendrá más tarde. Se trata de una ventaja psicológica proporcionada por la posesión de casillas fuertes : hay mucho tiempo por delante.

1 9. 20. P-4R

TD- I D

Las blancas aprovechan la oportunidad para librarse de su Peón de Rey débil, abriendo en forma simultánea la columna de Rey, con lo que amenazan desalojar al Caballo fuerte de las negras. Las negras obtienen cierta compensación con la apertura de la columna de Da­ ma y con la posibilidad de debilitar el 4D de las blancas. 20.

PX P

Esta jugada del texto ilustra una de aquellas faltas discretas que se presentan con frecuencia incluso entre los mejores jugadores : capturar en vez de dej ar que sea el oponente quien capture. Resulta evidente que cuando uno efectúa la captura, siempre cuesta un tiempo, si no es que dos, lo cual, entre otras cosas, significa en el pre­ sente caso que las blancas serán las que primero consigan tener Torres dobles en una columna abierta. ¿ Por qué entonces las negras decidieron efectuar esta captura ? ¿ Se debe a parquedad de pensamiento o al amor a la vida tranquila, ya que reduce en esta forma el número de continuaciones posibles ? Después de la fuerte jugada 20. . . . P-3A ; las blancas siguen sin necesidad de jugar 2 1 . P X P. Pueden demerar esta captura a volun­ tad, en tanto que las negras, al calcular las siguientes jugadas, deben tener en cuenta este cambio pendiente de Peones, que puede pre­ sentarse en cualquier momento. 21. TXP 22. P-3TD 23. P X P

P-4TD PXP

La jugada accidental sobre la columna TD y CD, no es tan des­ atinada como pueda aparecer. Los que analizaron el final de la

CASILLAS FUERTES

169

partida, hicieron notar que las blancas podían haber ganado una pieza jugando 22. D-3CR ( en vez de 23. P-3TD ) . Pero Botvinnik lo refuta en la forma siguiente : 22. D-3C, P-3A ; 23. T X A, C X T ; 24. D X C, P-4T ; 25. D-4A, P X P ; 26. C ( 4D ) -3C, D-4C ; y declara que las oportu­ nidades son más o menos las mismas. Pero estas complicaciones se encuentran fuera de nuestro tema y no debemos desviar nuestra atención hacia ellas, por importantes que sean. 23.

P-3A

Defendiendo su 4R. 24. TD- I R (NP 1 23) .

123

Clavando al Caballo ( ya que la Torre de las negras no está lo bastante defendida ) ; y las blancas lograrán al fin atacar al Caballo con uno de los propios. Esta posición es importante, ya que ahora tendrá que tomarse una decisión estratégica. Ya que los dos Caballos blancos son mu­ cho más efectivos que el único negro, resulta evidente que la victo­ ria para las blancas será pan comido. Las blancas pueden elegir entre determinado número de combi­ naciones, de las cuales, las más importantes son las siguientes : l . Ataque sobre 6R. 2. Ataque sobre el Caballo clavado ( ya que la TR de las negras solamente está defendida por una sola pieza ) . 3. Amenazar al Peón AD de las negras.

Ninguna de estas posibilidades ofrece por el momento pers­ pectivas tangibles, ya que ambos Caballos blancos se encuentran

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A;. EDREZ

170

medio inmovilizados por la Dama de las negras a consecuencia de la jugada número 20 de las blancas ( P-4R ) . Por lo tanto, el Rey debe utilizar un tiempo, a fin de que los Caballos se puedan desplazar nuevamente, después de lo cual se hacen necesarios los ataques an­ teriormente enumerados. Así pues, las negras tienen un tiempo a su disposición, que, bien aprovechado, ocasionará considerables per­ juicios. Es curioso observar que en esta posición las negras pueden efec­ tuar una maniobra que reduce las tres posibilidades a un solo golpe, o sea : 24 . . . . A-4T, seguida por 25 . . . . A-2A. De cualquier modo, ahora que la Torre del Rey está a salvo y defendiendo su 3R se sostiene con mayor seguridad, ya que el Peón AD está indirecta­ mente protegido y el Caballo en libertad para moverse. En consecuencia, el asunto es que las negras pueden descuidar su 3R un tiempo, ya que las blancas no pueden mover su Caba­ llo mientras el Rey blanco se encuentre inmovilizado en su l CR. Más aún, el Alfil está más seguro en 2AR que en 5CR, en donde está expuesto a que lo ataquen, y la protección de la 3R de las ne­ gras es proporcionalmente más efectiva. 24.

R- l T

Las negras n o s e dieron cuenta. 25. R- l T ¡ En cambio las blancas l o descubrieron perfectamente bien ! Una notable demostración del refrán que dice : "Cuando dos hacen la misma cosa, no resulta igual" . Ahora, de pronto, las negras quedan indefensas contra varias amenazas, siendo la primera y la más im­ portante 26. C-3D, tanto contra el Caballo negro, como contra el Peón de AD. Las siguientes son algunas de las posibilidades para después de la jugada 25. R- l T : l . 25. . . . T--.-4D ; 26. T X A, etc. 2. 25 . . . . A-4T ( demasiado tarde ) ; 26. C ( 4D ) -6R, T­ l CD ; 2 7 . T X C, P X T ; 28. D X P, amenazando con el mate en 7C. 3. 25 . . . . A- l A ; 26. C-4T, D-3T ; ( o cualquier otro mo­ vimiento de la Dama ) ; 2 7 . D X P, y las blancas ganan un valioso Peón. 4. 25. . . . A-2D ; 26. C X A. 5. 25 . . . . T-l AD ; 26. C-3D, ganando un Peón ( 26 . . . . D- l C ; 2 7 . C X C, P X C ; 28. T X A, P X C ; 29. T X PD, etc. ) .

CASILLAS

171

FUERTES

6. 2S . . . . P-3T ( relativamente la mejor ) ; 26. P-3T, A-l A ; 27. C-3D, A-2C ; 28. C-3A, con la ventaja a favor de las blancas. 2S. 26. C X A 27. D X P 28. C-3A

A-2D TXC D- l D

Las blancas tienen u n Peón d e ventaja, aunque l e haya costado la friolera de unas cuarenta j ugadas obtener la victoria. Esta partida demuestra una vez más el valor que tienen las casillas fuertes, y particularmente, el poder de un Caballo apostado en dicha casilla. Es más difícil formar el juicio de esta posición que en el caso del primer ejemplo, ya que las negras también poseen una casilla fuerte en donde se encuentra colocado un Caballo ; sin embargo, sobre ba­ ses puramente aritméticas, se llega a la misma conclusión : dos Ca­ ballos fuertes son mejores que uno solo. El plan para las blancas es minar la casilla fuerte de las negras en su 4R, y entonces explotar sus propios puntos fuertes atacando e invadiendo a 6R. Si bien en un final de j uego el Rey puede también llegar por su propia cuenta a una casilla fuerte, en una posición de mitad de j ue­ go, la pieza de verdadera importancia la constituye el Caballo, lo que es fácil de comprender. Las piezas más poderosas, como son la Dama y las Torres, por lo general son demasiado valiosas para ex­ ponerlas en las primeras líneas. Si se sitúa a una Dama "fuerte" en SR, podrá estar fuera del alcance de los Peones, que es la principal característica de la casilla fuerte y, sin embargo, no estará a salvo de los ataques de Torres, Caballos o Alfiles. Este argumento no se aplica en el caso, digamos, de un Caballo ventajosamente colocado, que sólo tendría que ceder ante el ataque de un Peón. Puede ser molesto el ataque por parte de un Alfil o un Caballo, pero lo peor que puede suceder es un cambio, con la posi­ ble pérdida de la casilla fuerte, o de lo contrario, el retiro de la pieza de ataque. Ante la fuerza de estas consideraciones, parece que el Alfil tam­ bién puede ser una pieza adecuada para ocupar una casilla fuerte, sin embargo, existe algo que inclina la balanza a favor del Caballo, aun cuando el Alfil puede llevar a cabo con frecuencia las mismas tareas, sin que importe la distancia a que se encuentre su objetivo. Un Alfil colocado en 2CD resulta tan efectivo en un ataque sobre 7CR como cuando está colocado en SR. Pero es más adecuado un

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

172

Caballo cuando se opera cerca de las líneas enemigas, ya que es una pieza de corto alcance, aun cuando esto no quiera decir que el Alfil no rinda los mismos resultados desde un puesto avanzado, como se demuestra en el siguiente ejemplo, tomado del Campeonato Ruso de 1 949 (N9 1 24) .

125

124

FURMAN-SMYSLOV, Campeonato Ruso, 1 949 La última jugada de las negras fué 1 7 . . . . P-4A, que ocasionó el serio contratiempo de renunciar al control de su 3R. Pero como se veían amenazadas con la pérdida de un Peón, decidieron emprender otra aventura, sin calcular con precisión sus serias consecuencias. 1 8 . A-7 D Las blancas s e han dado cuenta d e que 6 R les representa una casilla fuerte, y que la pieza más adecuada pasa a ocuparla ; en este .::aso es un Alfil con preferencia al Caballo, que también podría es­ tablecerse allí. La secuela ilustra con claridad las actividades del Al­ fil desde la casilla fuerte en cuestión . 1 8. 1 9. A-3A

D-4R

Las blancas eliminan primero al Alfil del Rey negro, por lo que el campo del Rey se debilita más aún ganando fuerza en proporción la 6R de las blancas. 1 9. 20. A-6R jaque 2 1 . A X A jaque

D X PR R- 1 T RXA

Las blancas ya ocuparon la casilla fuerte con el Alfil y ahora se observa con claridad por qué es tan difícil desalojar a esta pieza.

173

CASILLAS FUERTES

El Caballo negro se encuentra sumamente lejos, el Alfil negro no puede intervenir (el Alfil blanco y la Torre controlan su 8AD ) , cosa que no sucedería si las blancas hubieran ocupado 6R con el Caballo. 22. D-3T (NP 125) . Un jugada particularmente fuerte, que hace resaltar con clari­ dad el poder del Alfil colocado en 6R. La función de este Alfil con­ siste no tanto en cooperar en el ataque contra determinado objetivo, sino en privar al Rey contrario de casillas de escape, en forma que éstas se conviertan en directas amenazas de mate. Incidentalmente, impide a la Torre de las negras ocupar la columna AD. Así pues, la pieza fuerte actúa en dos sentidos, y sus líneas de acción no pueden interferirse por el momento. Las únicas piezas que se deben tomar en consideración ( el Caballo en 4TD y el Alfil en 2CD ) se encuen­ tran demasiado retiradas. Ahora existe la amenaza 22. D X P jaque, R-3T ; 23. D X T ja­ que, y como las blancas dan jaque con cada jugada, las negras no tienen oportunidad de jugar ni 22 . . . . A X P, o bien 22 . . . . D X C . 22 . . . .

D X 5TR

Algunas respuestas alternantes : 22 . . . . R-3A ; 23. D3A jaque, D-4R ; 24. C-4D. (a) 24 . . . . A X P ; 25. P-4A, D-5R ; 26. C-3A jaque d e descubierta, R X A ; 2 7 . C-5C jaque, R-2D ; 28. D-7 A jaque, etc. (b) 24 . . . . P-5A ; 25. T- l R, seguido por 26. C-3A ja­ que de descubierta. 2. 22 . . . . T- l R ; 23. D-2C jaque, R-3T ; 24. T-3A, A X P ; 25. T-3T jaque, R-4C ; 26. P-4A jaque, R-5C ; 2 7 . A X A, D X A ; 2 8 . D-3A y ganan .

l.

23. T-7A

R- l T

S i las negras jugaran 2 3 . T- l R en vez d e 24. P-6D, inmediatamente estarán en condiciones de inferioridad a causa de 24 . . . . D-5R. Sin embargo después de 24. P-3C, D-3A ; 25. C-4A ; 26. P-6D existe una amenaza definitiva. Las piezas negras están prácticamente empatadas y poco o nada podrán contra el ataque que se avecina. 24. T X P La captura de esta pieza agrava la posición de las negras, en el sentido de que la diagonal 2TD-7CR debe vigilarse constantemen-

174

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

te para así evitar el mate. Por lo tanto, el principal actor es el Alfil fuerte. 24. 25. T-7AD o

o

o

D-3A

A fin de interponer la Torre en el caso de un jaque en la prime­ ra columna. 25. 26. C-4A.

A-3T

La posición inminente de los elementos de las negras hace posible el ataque final : la amenaza es 2 7 . C X P jaque, P X C ( 2 7 D X C ; 28. D X T jaque ) ; 28. D-3T ja9ue, seguidas por mate. 26. 2 7 . T-l A 28. T-3A

D-8T jaque D-2C

Renovando la amenaza de 29. C X P jaque, ( 29 . . . . D X C ; 30. D X T jaque, o bien, 29. P X C ; 30. T-3T jaque ) . 28. 29. D-2C

T- lD

Ahora la amenaza de 3TD ha dado por resultado que la Da­ ma cambie sus actividades a la gran diagonal. Las blancas amagan nuevamente con 30. C X P jaque _( 30 . . . . D X C ; 3 1 . T-7A jaque de descubierta ) . 29.

C-5A

Con esta jugada se pierde un Peón, pero es la única forma que las negras tienen de prolongar su resistencia. 30. C X P jaque 3 1 . T X C jaque de descubierto 32. D X D j aque 33. T-7A jaque

DXC D-2C RXD

ganan las blancas, en primer lugar debido a su Peón extra, pero también se debe a su Alfil colocado en una posición muy fuerte, a pesar del hecho de que no haya sido tan efectivo en el final de j uego, sino que únicamente sirvió como apoyo al ataque de medio juego. Juicio de la posición en el N9 1 25 : Las blancas, aun cuando se encuentren con un Peón de menos, tienen el mejor juego, ya que y

CASILLAS

FUERTES

175

pueden colocar a un Alfil inexpugnable en 6R, que apoya en forma poderosa los ataques sobre el Rey negro. Plan : ataque tras ataque, evitando sobre todo el cambio de Da­ mas, después del cual el Alfil fuerte, estando las blancas con un Peón de menos, haría que las blancas quedaran en condiciones de igual­ dad. La Dama, la Torre y el Caballo, deben apoyar la acción del Alfil fuerte con todo su poder, ya que el Rey negro está bajo la amenaza constante de mate, con el Alfil inmóvil jugando la parte principal. El valor de una casilla fuerte es proporcional a la importancia de casillas que se pueden controlar desde ella, de lo que se infiere que, una casilla fuerte es por lo general más valiosa sobre el flanco del Rey, que sobre el flanco opuesto. Debe agregarse que, la casilla fuerte aumenta su valor entre más próxima se encuentre a las líneas enemigas, lo que da la razón del por qué, en el último ejemplo, el Alfil colocado en 6R desarrolló tan notables facultades. En el diagrama NP 1 1 S, el Caballo fu..erte colocado en 4D opacó al Alfil contrario. En el NP 1 1 1 , la Dama blanca fuerte dominó en forma similar en todas direcciones. Finalmente, tenemos el ejemplo del NP 1 1 7, en donde es el Rey quien ocupa una casilla fuerte, desde la cual domina el campo en diferentes direcciones. Ya hemos declarado que, en el final de juego, la casilla fuerte puede proporcionar una posición excepcionalmente fuerte para el Rey. Ya que una de las condiciones que rigen a las casillas fuertes es que éstas deben ser inaccesibles a las fuerzas enemigas, el Rey en­ cuentra con frecuencia en ellas seguridad y actividad al mismo tiempo. Esto se ilustra perfectamente bien en el siguiente ejemplo : TARRASCH-TEICHMANN, San Sebastián, 1 9 1 2

l . P-4R, P-3R ; 2. P-4D, P-4D ; 3 . C-3AD, C-3AR ; 4. A-5C, A-2R ; .5. P-5R, CR-2D ; 6. A X A, D X A ; 7. D-2D, enroque ; 8. P-4A, P-4AD ; 9. C-3A, C-3AD ; 1 0. P-3CR, P-3TD ; 1 1 . A-2C, P-4CD ; 1 2 . Enroque TR, P X P ; 1 3 . C X PD, C X C ; 1 4. D X C, D-4A ; 1 5 . D X D, C X D (NP 1 26) . El Handbuch de Bilguer declara la posición a favor de las blan­ cas, con cuya declaración el lector debe estar de acuerdo : las blancas tienen una casilla permanentemente fuerte en 4D, aunque existan varias dudas acerca de su efecto decisivo. La 4D cumple con todos los requisitos que se puedan exigir a una casilla fuerte, pero la po­ sición de las negras, según todas las apariencias, es tan sólida, que

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ�REZ

1 76

se puede dudar de la posibilidad de explotar las ventajas que derivan normalmente de una casilla fuerte.

se

Dejemos que la partida hable por sí sola : 1 6 . C-2R

¡ Rumbo a 4D ! 16. 1 7 . C-4D

A-2D TD- l A

Las negras están e n posición d e l a única columna abierta y es natural que se esfuercen para sacar ventaja de tal hecho. Obsérvese que el Caballo fuerte colocado en 4D defiende al valiosísimo Peón situado en 2AD. Es obvio que las blancas, en determinado momento, avanzarán este Peón a 3AD, pero lo más notable es que se encontra­ rá menos seguro en 3A que en 2A, ya que las negras pueden j ugar en el momento oportuno . . . P-5CD. Más aún, las blancas tie­ nen en reserva la jugada P-3CD, la cual es más recomendable . es­ tando el Peón de Alfil Dama todavía en su casilla original. 1 8. R-2A

Una jugada especialmente bella, calculada en una forma pre­ cisa para burlar la vigilancia en 4D. El Rey blanco ocupa.,rá un pues­ to temporal en 3R, y tan pronto como lo pueda hacer oon seguri­ dad, y en el momento oportuno, emprenderá la ocupación de 40. 1 8. 1 9. R-3R

T-2A T- l R

Las negras temen e l avance P-5AR, y s e previenen para esta maniobra enfilando con su Torre a la casilla SR de las blancas. Mientras tanto, éstas persiguen un objetivo enteramente distinto. 20. T-2A El objeto de esta jugada es permitir que el Alfil llegue por medio de 1 A. 20. 2 1 . A- l A 22. P-3C

a

3D

C-2C C-4T

Permitir que las negras jueguen . . . C-5A, arruinaría toda la estrategia de las blancas. El cambio A X C sería prácticamente obli­ gado, y después de . . . PD X A, resultaría problemática la ocupa­ ción de 4D por el Rey de las blancas ( ver nota sobre la jugada número 1 7 de las negras ) .

CABILLAS FUERTES

22.

177

P-3T

Un grave error posicional, que las blancas refutan en forma no­ table. Hemos visto en el Capítulo V, la forma en que se puede fa­ cilitar el ataque al flanco del Rey, cuando los Peones del campo del Rey contrario ya no ocupan sus posiciones originales. Aunque las Damas hayan desaparecido del tablero y prácticamente no exista el peligro .de un ataque para el mate, puede ser sumamente impor­ tante para el atacante abrir un segundo frente, además de la presión que ejerce en el centro, despejando una columna sobre el flanco del Rey. El movimiento del texto proporciona precisamente esa oportunidad. 23. A-3D

C-3A

Las negras eliminan al Caballo fuerte, pero toma su puesto una pieza más fuerte aún. 24. c x c 25. R-4D (NP 1 2 7) .

AXC

127

126

Llegada de su Majestad. Observe con qué prevención tomaron las blancas todas las medidas necesarias : el Alfil en 3D defendien­ do al Peón AD ahora que desapareció el Caballo ; el Peón en 3CD también tiene sus aplicaciones : controlando la casilla 4AD defien­ de al Rey contra el peligro de ser desalojado de su posición do­ minante. 25. 26. P-4CR

A-2D

En camino para abrir un segundo frente. Por el momento, la posición del Rey blanco se relaciona únicamente en forma indirecta con esta maniobra ya que :

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

178

La Torre de Dama de las negras está atada a la columna de AD, ya que de otra forma penetraría el Rey ; y 2. Las negras deben evitar toda liquidación considerable, ya que la posición de las blancas conduciría inevitablemente a su victoria en el final de juego. J.

26. 2 7 . P-4TR

A- l A

Ahora existe la amenaza directa de 28. P-5C, P-4TR ; 29. P-6C, y las negras perderían su Peón aislado de TR. 27.

P-3C

Una formación típica de los Peones como defensa contra una batalla entre Peones. La intención es mantener cerrada la posición j ugando . . . P-4TR como respuesta a P-5C, o bien . . . P-4C en contra de P-5T. En el presente caso este método resulta menos efectivo porque las blancas tienen un Peón en 4AR y podrían con­ testar a . . . P-4C con un cambio en su 5C. 28. T- l T E n contra d e 28. P-5T, las negras hubieran jugado 2 8 . . . R-2C. En consecuencia, pospone su ataque. 28. 29. P-5T 30. T ( 2A ) -2T 3 1 . P-5C

.

R-2C T- l T A-2D

Abriendo a la fuerza la columna de TR, y la victoria es prácti­ camente un hecho consumado. 31. 32. PA X P

PT X P PXP

Las negras no tienen a su disposición jugadas de espera � . . . A-l R se contesta con 33. P X P, T X T ; 34. P X P, y si en de ello jugara 32. . . . T-2TR, la Torre quedaría encerrada al garse 33. P-6T jaque. Sería relativamente mejor jugar 32. T ( 2A ) - 1 A. 33. 34. 35. 36.

TXP TXT T-8T jaque P-6C

TXT R- l A R-2R

l2 .

vez ju­ . ..

CASILLAS

179

FUERTES

Sería más rápido jugar 36. T-8T, A-l A ; 3 7 . P-4T, P X P ; 38. P X P, T-3A ; 39. T-7T j aque, R- l R ; 40. P-5T, quedando las negras prácticamente sin jugadas. 36. 37. 38. 39. 40. 41 . 42.

A X PCR T-7T jaque A-3D P-3T T-8T jaque T-8T

PX P P-5C R-l D T-6A P-4T R-2R

Las negras abandonan. Un final notable, del que se pueden sacar algunas conclusiones adicionales : Nuestro juicio abarcará de la posición proporcionada en el dia­ grama NP 1 26, a la ilustrada en el NP 1 2 7. En el primer caso, el Caballo blanco tiene pleno dominio de la casilla 4D ; en el se­ gundo, el Rey asumió esos deberes, y es de observarse que el Rey se encuentra por completo a salvo de jaques y por lo tanto no pue­ de ser desalojado de su puesto dominante. El plan es doble.

(a) Ocupación de 4D, libre de todo riesgo, primero por un Ca­ ballo y luego por el Rey ( las notables jugadas 1 8 . R-2A, 20. T-2A y 22. P-3CD ) . ( b) Apertura del segundo frente, explotando la ventaja de es­ pacio que las blancas tienen en el flanco del Rey. Para este fin es indispensable el avance de los Peones sobre di­ cho flanco con objeto de abrir una columna que, a su vez, crea las condiciones que hacen posibles para el Rey fuerte, tomar parte ac­ tiva en los acontecimientos. ( La ejecución de este plan se facilitó mucho por la jugada 22. . . . P-3TR. Sin embargo, a causa de es­ ta jugada debilitante hubo necesidad de hacer preparativos para el avance posterior de su Peón de AR para la realización de su plan ) . No obstante, no debemos tomar el término "casilla fuerte" en un sentido tan limitado, aun cuando las tres condiciones esenciales enumeradas al principio de este capítulo estén satisfechas. Se debe examinar especialmente su inaccesibilidad a los Peones contrarios. Lo anterior suele existir en varios grados : pueden ser meramente de "acceso difícil", o bien "accesibles sólo en circunstancias espe­ ciales y dificultuosas" .

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

180

A continuación presentamos un ejemplo de este caso, que puede presentarse con frecuencia : l . P-4R, P-4R ; 2 . C-3AR, C-3AD ; 3 . A-5C, P-3TD ; 4. A-4T, C-3A ; 5 . Enroque, A-2R ; 6. T- 1 R, P-4CD ; 7. A-3C, P-3D ; 8. P-3A, enroque ; 9. P-3TR, C-4TD ; 1 0. A-2A. P4A ; 1 1 . P-4D, D-2A. Algo ya conocido, la defensa cerrada en la variación Ruy López. 1 2 . P X PR

PXP

La variación del cambio. 1 3 . D-2R 1 4. A-5C

A-3R

U na jugada inferior, como pronto se notará. 1 4. 1 5. A X A 1 6. D-3R

C-4T C-5AR

Y no 1 6, D- 1 A, con la que perdería más material después de 1 6 . . . . A-5A.

1 6: 1 7 . P-3CD

DXA (NP 1 28)

128

Para prevenir 1 7 . . . . C-5A. De jugarse 1 7 . C X P, la respuesta sería 1 7 . . . . D-4C ¡ 1 8. C-4C, A X C ; 1 9. P X A, D X P, con ven­ taj� para las negras. Examinemos la posición del Caballo negro en 5AR. La casilla no es fuerte en el sentido literal de la palabra, ya que el Caballo está expuesto a ser atacado jugando P-3CR. Por otra parte, esta jugada no es posible hacerla de inmediato a causa de la contesta-

181

CASILLAS FUERTES

ción . . . C X P jaque. Tomará mucho tiempo y reflexión hacer po­ sible la jugada P-3CR, por lo que podemos llamar fuerte a la ca­ silla SAR de las negras para todo intento y propósito. ¿ Cómo resultó esto ? Originalmente porque las blancas jugaron P-3TR, y luego por el cambio del Alfil de la casilla negra ( 14. A-SCR y 1 5 . A X A ) . Es importante observar la posición en esta forma ; en las aperturas de Peón del Rey, la formación normal de Peones es colocarlos en 4R, 2AR, 2CR y 2TR a cada flanco. En este caso P-3TR no crea un punto débil en 4AR, pero implica un pe­ ligro que en determinadas circunstancias puede ocasionar dificulta­ des, y aquí la presencia del AD en 1 AD puede jugar una parte muy importante. Agreguemos que la casilla SD de las blancas re­ presenta virtualmente un punto débil en la posición de las negras, sin embargo, es de poca importancia, ya que las blancas no podrán d urante algún tiempo llevar sus piezas a dicho punto. Proporcionaremos unas cuantas jugadas más de esta partida : 1 7.

D-3A

Amenazando inter alia, 1 8 . . . . A X PT ; 1 9. P X A, D-3C ja­ que, etc. 1 8. R-2T

TD- 1 D

L a respuesta a 1 8 . . . . D-30, e s 1 9. C-4T, D-4C ; 20. D-30. 1 9. CD-2D 1 9. D X P se puede contestar con 1 9 . . . . C X PT ; 20. D X PR, D-3T. D-3T

1 9. Amenaza 20. 20. C- 1 CR 2 1 . P-3C

A X PR, etc. D-4C C X PT

Ganando las negras un valioso Peón. ( 22 . C X C, D X D ; 23. T X D, T X C ) . En el presente ejemplo, la casilla SAR de las negras actuó como casilla fuerte y se lleva la parte del león en el ataque contra el flanco de Rey. Ahora reasumamos este ejemplo en la forma acostumbrada : Juicio de la posición en el diagrama N9 1 28: Desde luego las negras tienen mejor juego, ya que su Caballo situado en SAR no

182

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

puede ser desalojado por el momento, y en consecuencia se le debe considerar como un Caballo "fuerte". Plan : Las negras deben aprovechar lo más rápidamente posible las ventajas que les proporciona la posición del Caballo en 5AR emprendiendo una acción general en contra del campo del Rey blanco. Y sobre todo, no esperar hasta que las blancas hayan con­ solidado su posición jugando R-2T, C-1 C y P-3C, ya que en­ tonces la casilla 5AR de las negras dejaría de ser fuerte. Aquí presentamos otro ejemplo en el cual se considera todavía en una escala más amplia el concepto de "casilla fuerte". M ILNER-BARRY-ZNOSKO-BOROVSKY, Ten by, 1 938

l. P-4R, P-3AD ; 2 . P-4D, P-4D ; 3 . P X P, P X P ; 4. A3D, C-3AD ; 5 . P-3AD, C-3A ; 6. A-4AR, A-5C ; 7 . C-3A, P-3R ; 8. D-3C, D-1 A ; 9. CD-2D, A-2R ; 1 0. Enroque TR, enroque ; 1 1 . P-3TR, A-4T ; 1 2 . TD- 1 R, A-3C ; 1 3 . A X A, PT X A ; 1 4. C-5R (NP 1 29) .

129

La teoría concluye aquí con las palabras "las blancas tienen me­ jor juego" . Es cierto que existen varios factores en favor de las blan­ cas : el principal de ellos es que dominan la 5R. Sin embargo, la 5R no constituye una casilla fuerte propiamente dicha, ya que el Peón AR de las negras puede recobrar en cualquier momento el control de la 5R de las blancas. Sin embargo, el arrojar al Rey de su puesto en 5R por medio de . . . P-3A, implica un debilitamiento del Peón colocado en 3R, y el remedio podría resultar peor que la enferme­ dad. El diagrama NP 1 29 ilustra las características de todo un grupo de posiciones en las cuales juega una parte dominante la columna semiabierta. ( Vea el Capítulo IX, en el que se trata el caso de la ocupación ,:le la última casilla por una pieza menor, con el fin de extender la presión sobre las posiciones contrarias ) .

CASILLAS FUERTES

183

Las blancas dominan en la columna semiabierta del Rey y las negras en la columna semiabierta de AD. Para aprovechar esta circunstancia, las negras deben tratar de colocar un Caballo en su 5AD. Pero esta casilla está defendida por dos Caballos blancos, y además, aunque las negras lograran situar un CabaUo en su 5AD, no equivaldría a que las blancas ocuparan su 5R, ya que esta casilla está colocada más al centro y también se encuentra más cercana al campo del Rey negro. Siguen estas jugadas : 1 4.

C-2D

Dirigida a la 5R de las blancas, pero lo malo es que la j ugada proporcionada en el texto debilita el flanco del Rey de las negras. 1 5 . CD-3A Para reforzar su 5R. 15. 16. c x c

CD X C

Si captura con el Peón, hubiera sido en contra de sus intencio­ nes estratégicas. 16. 1 7. A X C

cxc

Las blancas han logrado mantener su superioridad. Es cierto que un Alfil ha ocupado el puesto del Caballo, pero, como lo demuestra la secuela, no se debilitan en ninguna forma sus proyectos, ya que en este caso el Alfil es tan efectivo como un Caballo. 17

D-3A

.

Después de 1 7 . P-3A ; 1 8. A-2T, el Peón negro del Rey queda condenado a una rápida destrucción. 1 8. T-3R Un remedio bien conocido : las piezas restantes de las blancas deben apoyar la acción del Alfil. 1 8.

.

.

.

P-4CD

Intento demasiado tardío de contraataque sobre el flanco de Da­ ma, y que por consiguiente no remedia nada.

1 9. D-1 D U n reagrupamiento ; siempre con l a idea d e hacer e l mejor uso posible de la fuerte posición del Alfil en 5R.

184

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 9.

P-5C

Consistente, pero hubiera sido preferible alguna jugada defensi­ va, como por ejemplo : 1 9. , . . A-3D. 20. P-4TR (N9 1 30) .

130

Con la clara intención de eliminar al Peón hostil de CR, después de lo cual el flanco de Rey de las negras queda expuesto al asalto de las fuerzas de las blancas. 20.

PXP

Después de este cambio tan pésimamente pensado, ya nada val­ drá en contra de la ofensiva blanca. No cabe duda que en este mo­ mento se hace necesario jugar 20. . . . P-3A. 21. TXP

D-3C

Ahora hubiera sido preferible jugar 2 1 . . . . D- 1 R. 22. P-5T

P-4C

O bien, 22 . . . . P-3A ; 23. P X P, P X A ; 24. D-5T, con el ma­ te en unas cuantas jugadas. 23. P-6T El apoyo más fuerte posible para el Alfil. 23 .

...

P-3A

¡ Demasiado tarde ! Pero las otras jugadas también pierden ; 23 . . . . P-3C ; 24. P-7T jaque, o bien, 23 . . . . P X P ; 24. D-5T, o finalmente, 23 . . . . A-3A ; 24. P X P, R X P ; 25. D-5T ( 24 . . . . A X P ; 25. A X A, R X A ; 26. D-5T, P-3A ; 2 7 . TR- 1 A, T-2A ; 28. T-3TR, ganando ) .

CASILLAS

FUERTES

24. D-ST

185

A- 1 D

Lo importante de l a combinación de las blancas es que después de 24 . . . . P X A ; 2S. D-6C, A-3A, la partida queda decidida por la invasión de Torres por medio de 26. TR- l A, y ya nada podrá hacerse en contra de 2 7 . T-7A. 2S. D-6C 26. T-7A

D-2C Abandonan.

Aun cuando se vio amenazado con la extinción total, el Alfil blanco ayudó a asestar a su enemigo el golpe mortal .

Juicio de la posición en el diagrama N9 1 29: Las blancas tienen mejor j uego debido a su casilla fuerte en SR y más libertad de ac­ ción de sus fuerzas sobre el flanco del Rey. Plan : Apoyar las actividades de la pieza situada en SR ( Alfil o Caballo ) llevando las piezas mayores al flanco de Rey. El éxito de esta operación se puede facilitar en una forma con­ siderable por el Peón doble de las negras : ilustración adicional de la debilidad sobre el flanco del Rey que se muestra en el Capí­ tulo V. Concluiremos con algunas variaciones de las aperturas que en la actualidad disfrutan de mucho favor, y en las cuales la casilla fuer­ te j uega la parte más importante :

Ruy López ( Defensa Cerrada ) ( Compárese con el penúltimo ejemplo, Pág. 1 79 ) l.

2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9. 1 0. 11. 12. 1 3. 1 4. 1S. 16.

P-4R C-3AR A-SC A-4T Enroque T-1 R A-3C P-3A P-3TR A-2A P-4D CD-2D P X PA C- 1 A C-3R D-2R

P-4R C-3AD P-3TD C-3A A-2R P-4CD P-3D Enroque C-4TD P-4A D-2A C-3A PXP A-3R TD- l D

186

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

La 5D es una casilla fuerte, y tarde o temprano, después de cui­ dadosos preparativos, deberá caer en poder de las blancas, incluso es posible que mediante combinaciones como las siguientes : 16. 1 7. 18. · 1 9. 20.

C-5D PXA A X P jaque D-4R jaque

C-4TR AXC TXP RXA etcétera.

Defensa Siciliana ( Variación de Boleslavsky )

l. P-4R 2. C-3AR 3 . P-4D 4. C X P 5 . C-3AD 6. A-2R

P-4AD C-3AD PX P C-3A P-3D P-4R

Contra los principios generalmente aceptados, las negras debi­ litan tanto a su Peón en 3D como a su casilla 4D, pero, por otra par­ te, tienen el juego libre para sus piezas, que además, frecuentemente les proporciona la oportunidad de obligar . . . P-4D ; eliminando de un solo golpe tanto al Peón como a la casilla débil. Ejemplo :

7. 8. 9. 1 0. 11. 1 2. 1 3.

C-3C Enroque P-4A P-4TD R-1 T P-5A PXA

A-2R Enroque P-4TD C-5CD A-3R AXC P-4D

quedando un j uego satisfactorio para las negras. Sin embargo, esto requiere un j uego muy cuidadoso. Por ejemplo, si después de 7 . C-3A ( en lugar d e 7 . C-3C ) las negras insisten e n jugar . . . . 7 . A-2R, la continuación será : 8. A-5CR, enroque ; 9. D-2D, A-3R ; 1 0. T-1 D, D-4T ; 1 1 . Enroque, P-3TD ; 1 2 . A X C, A X A ; 1 3 . C-5D, A X C ; 14. D X D, C X D ; 1 5 . T X A, ganando el Peón de Dama.

En estas y otras variaciones similares las blancas deben procu­ rar que las negras no j ueguen P-4D, que obliga al cambio de Peones y elimina la debilidad existente.

CASILLAS

FUERTES

187

Defensa Francesa ( Variación de Tarrasch ) l. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. 1 1. 12. 13.

P-4R P-4D C-2D P X PD A-5C jaque D-2R ·jaque A X A jaque PXP C-3C CXD PT X C A-2D A-3A

P-3R P-4D P-4AD PR X P A-2D D-2R CXA CXP D X D jaque cxc A-4A C-2R

obteniendo las blancas el control de la casilla fuerte 4D.

Defensa India de Rey ( Variación Rusa ) l. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

P-4D P-4AD P-3CR A-2C C-3AR C-3A Enroque P-4R

C-3AR P-3CR A-2C P-�D Enroque CD-2D P-4R

Si se hubiera jugado 8. P-5D, P-4TD ( impidiendo P-4CD ) ; después de ello las negras tendrían una casilla fuerte propia en 4AD. 8. 9. CXP 1 0. P-3TR 1 1 . T-1 R

PXP T-1 R C-4A P-4TD

Esta última j ugada robustece la posición del CD de las negras. Pero incluso sin j ugar 1 1 . . . . P-4TD, se puede clasificar como "fuerte" a este Caballo, ya que 1 2. P-4CD tiene la desventaja para las blancas de abrir la gran diagonal a favor del Alfil de Rey de las negras ( se ocupa con piezas únicamente después de que el Alfil se ha movido ) .

Nimzo-India ( Variación de Samisch ) l . P-4D 2. P-4AD

C-3AR P-3R

188

CRITERIO Y TÁCTICA

30 40 5o 6o 70 So 90 l Oo 11. 120

C-3AD P-3R P-3TD PXA A-3D C-2R C-3C A-2C P-4R D-2R

EL AJEDREZ

EN

A-5C Enroque A X C jaque P-3D P-· 4R P-3CD C-3A A-3T D- 1 R C-4TD

El Caballo de Dama de las negras se encuentra ahora situado en una casilla fuerte, y aunque se trata de una columna exterior, es completamente efectivo, ya que desde allí el Caballo ejerce presión sobre la 4AD de las blancas ( la amenaza inmediata es D-5T, ganando al Peón AD ) Además, en el momento oportuno, el Caballo puede jugar 6CDO Después de 1 30 P-4TD ( para impedir D-5T ) , las negras forzan el avance 1 40 P-5D mediante 1 3 0 D-3R y cbtienen to­ davía otra casilla fuerte en su 4AD, a la que puede llegar el mismo Caballo ya sea mediante 2CD o bien ( por el momento ganando un tiempo ) vía 6CDo .

o

o

o

o

o

.

o

.

o

CAPÍTULO IX COLUMNAS ABIERTAS Cuando algunos jugadores notables de la actualidad, entre ellos Botvinnik y Reshevsky, después de la iniciación del juego con l . P--4D, P--4D ; 2. P--4AD, P-3R, suelen continuar con bastante frecuencia con 3. P X P, P X P, se debe llegar a la conclusión de que el concepto del juego posicional ha cambiado durante los últimos treinta años. Como argumento en contra de la jugada 3 . P X P, existe esta im­ portante consideración. La diagonal negra del Alfil de Dama queda abierta, y el desarrollo de este Alfil, el leit-motif de las numerosas variaciones del ortodoxo Gambito de Dama, deja de ser un proble­ ma. Pero en contra de lo anterior, se puede argumentar que las blan­ cas cambian su Peón de AD en contra de un Peón central, obtenien­ do mayoría de Peones en el centro ( los Peones de Dama y Rey en contra de un solitario Peón de Dama negro ) , pero no debe olvidar­ se que el centro, en su más amplio concepto, incluye las columnas AD y AR, por lo que la conclusión es que, tanto antes como des­ pués del cambio, los centros respectivos son más o menos iguales. Entonces, si los cambios en el centro no ofrecen ninguna compensa­ ción a las blancas por esta acción de ellas que ayuda a resolver el problema más importante de las negras, o sea el desarrollo de su Al­ fil de Dama, ¿ cuál es la solución a este acertijo ? Descansa en la columna de AD, abierta por el inesperado cambio del Peón de AD. Las blancas tienen abierta la columna de AD, pero en cambio, las negras tienen la columna del Rey en las mismas condiciones. ¿ Cual de las dos es la más importante ? Es natural que se presuma que la columna de AD tenga el derecho de primacía, o entonces, ¿ por qué Botvinnik adopta esta variación de cambio ? Sin embargo, no lo veremos con claridad hasta no observar la continuación del juego a partir de la posición del diagrama Nr 1 3 1 , hasta el momen­ to en que las columnas abiertas comienzan a adquirir importancia. De entre una profusión de material disponible, seleccionamos este juego que ilustra este aspecto en una forma especialmente diáfana, de modo que, después de considerable simplificación de cada lado,

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

190

las otras características pierden su importancia o desaparecen por completo. Si pasamos por alto algunas transposiciones de j ugadas, el juego se desarrolla en la forma siguiente : FLOHR-EUWE, Primer Juego, A msterdam, 1 932

l . P-4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3 . P X P, P X P ; 4. C3AD, C-3AR ; 5. A-5C, A-2R ; 6. P-3R, P-3A ; 7 . A-3D, CD-2D ; 8. C-3A ; enroque ; 9. D-2A, T-1 R ; 1 0. Enroque TR, C-1 A ; 1 1 . C-5R, C-5C ; 1 2. A X A, D X A ; 1 3. C X C, A X C ; 1 4. TR- 1 R, TD- 1 D ; 1 5 . C-2R, T-3D ; 1 6 . C-3C, T-3T ; 1 7 . A-5A, D-4C ; 1 8 . A X A, D X A ; 1 9. P-3TR, D-2D (N9 1 32) .

132

131

En el aspecto principal, esta formación de Peones es similar a la del diagrama NP 131 . Las blancas tienen abierta la columna de AD y las negras la columna del Rey. Sin embargo, para sér pre­ ciso, como la columna de AD está interrumpida por el Peón AD de las negras y la columna de Rey por el Peón de Rey de las blancas, ambas columnas se deben describir como semiabiertas. Estas colum­ nas semiabiertas poseen posibilidades especiales, que se demostrarán claramente en el desarrollo posterior de la partida. 20. P-4C Con objeto de continuar posteriormente a P-5C, que de cual­ quier forma causará el debilitamiento del flanco derecho de las negras. Este ataque de Peones recibe el nombre característico de "ataque de minoría" ( dos Peones contra de tres ) . 20. 2 1 . TD- 1 C 2 2 . P-4TD

C-3R C-2A P-3T

191

COLUMNAS ABIERTAS

El objetivo de ambos contendientes es obvio. Las blancas desean avanzar P-5C y las negras buscan la manera de impedirlo. Por el momento las probabilidades son más o menos las mismas. Pero tal estado de equilibrio favorece al atacante, que puede dirigir sus fuer­ zas a voluntad hacia algún otro objetivo, en tanto que las piezas del defensor están clavadas en mayor o menor grado. 23. C- l A Las blancas cambian s u Caballo a l flanco opuesto, combinándolo con diversas amenazas a las valiosas Torres negras. 23. 24. C-2T

T-2R

Amenazando con 25. C-4C-5R. T ( 3T ) -3R

24.

Con el fin de poder jugar . . . P-3A sin separar las Torres. 25. 26. 27. 28.

C-3A C-2D C-3C C-5A

P-3A T-l R T ( 3R ) -2R D-l A

E l Caballo blanco llegó a s u destino, pero por e l momento no puede lograr gran cosa. 29. TR- l AD 30. C-3D 3 1 . C-4A

T-l D D-l C C-3R

Lo que quiere decir que las negras renuncian a pelear por su 4CD. No es obligado, pero tomando en consideración que en el proceso mutuo de cambios, las blancas han mejorado su posición, no es de extrañar que las negras no tengan mucho interés en conti­ nuar por esta ruta. 32. c x c 33. P-5C 34. P X P (N9 133) .

TXC PT X P

La posición clave en cualquier ataque sobre una columna se­ miabierta. Ahora todo lo que las negras pueden hacer es elegir entre (a) 34. . . . PX P, quedando con dos Peones débiles en 2CD y 4D, o (b), dejar las cosas en el estado en que se encuentran, lo que hace que quede sólo con un Peón débil en 3AD.

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

192

34.

PX P

Se deciden por los dos Peones débiles, lo que es posible que les proporcione alguna compensación, pero desde luego, no en el pre­ sente momento. Con 34 . . . . D-3D ; 35. P X P, P X P, en lo general, con igual material, las negras tienen ciertas probabilidades de lograr un empate. 35. T X P

P-3CD

Jugando 35 . . . . T-3A ; 36. D X T, P X D ; 3 7 . T X D, lo que hacen las negras es sencillamente desperdiciar un Peón. 36. D-3C Ahora ya todo es obligado. Los dos Peones aislados están presio­ nados y uno u otro deberá caer pronto. 36.

D-3D

O bien, 36. D-2C ; 3 7 . T ( 1 A ) -5A, T ( 1 D ) -3D ; 38. P4R, R- l A ; 39. P-5R debien do abandonar las Torres negras la protección de uno u otro de los Peones. 3 7 . T- l C E l Peón negro colocado en 3CD deberá caer. Este sencillo ejemplo demuestra con claridad los principios de . la estrategia de la columna semiabierta. Después de prolongadas, pero desde luego nada complicadas maniobras, las blancas reforza­ ron su ataque P-4CD-5C, y crearon en el campo de las negras tal debilidad que éstas no pudieron evitar la pérdida de un Peón. Quizá el lector se pregunte por qué las negras no hicieron uso de su columna semiabierta en una forma similar mediante el avance . . . P-4AR-5A. La razón es que su posición no era favorable para ejecutar dicha maniobra. Con frecuencia se padecen muchas dificultades para forzar el avance del Peón de AR a 4A, y cuando se ha logrado, puede ser necesario, como consecuencia de la estra­ , tegia para las columnas semiabiertas, jugar también . . . P-4CR, con todas las dificultades que esto implica y con el debilitamiento del flanco de Rey negro. El ataque minoritario por lo general es más efectivo sobre el flanco de Dama que en el otro flanco, así que, aun cuando el avance de las negras . . . P-4AR-5A, se puede llevar a cabo sin muchas dificultades, las blancas, igual que las negras, deben de considerar cuidadosamente todas las posibilidades, como el lector podrá observar en el siguiente ejemplo. ·

193

COLUMNAS ABIERTAS

Saquemos primero nuestras conclusiones del N9 1 32 en la forma acostumbrada :

Juicio: Las blancas tienen mejores oportunidades porque la co­ lumna semiabierta de AD es de mayor importancia que la columna semiabierta de Rey. Plan : Avance sobre el flanco de Dama ( P-4TD y P-4CD ) , con las piezas blancas colocadas sobre las columnas CD y AD, de preferencia la TD a CD, la Torre de Rey a 1 AD y la Dama al 2AD . Además, suele ser d e importancia ocupar l a casilla más lejana de la columna AD ( en este caso la 5AD ) con un Caballo ( compárelo con la N9 1 1 9 del Capítulo VII ) . Esta sencilla ilustración quizá conduzca a presumir que la co­ lumna semiabierta es el rasgo característico par excellence, la clave para ganar en todas las circunstancias. Sin embargo, el asunto no es tan sencillo y esto también puede observarse en el ejemplo en cuestión. En el transcurso del juego, de la j ugada número 1 0 a la jugada número 20, observamos que las blancas tienen que maniobrar con precisión extrema para evitar el peligro que amenaza a su flanco del Rey. Estos peligros ocurren debido a la ventaja en espacio que las negras pueden obtener y que fueron posibles gracias a manio­ bras como T ( 1 TD ) - 1 D, 3D y 3TR. Lo anterior se demuestra con mayor amplitud en el siguiente ejemplo complementario, la Va­ riación de Cambio en el Gambito de Dama :

133

FLOHR-KERES, Semmering, 1 93 7 ( Las primeras 1 3 jugadas iguales a l a partida Flohr-Euwe, Pág. 1 54 ) 1 4. C-2R 1 5. C-3C (N9 1 34) .

D-5T

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

194

Fine hace notar que un avance de los Peones blancos del flanco de Dama es difícil de detener. Examinemos lo que acontece : 15. 1 6. P-4C 1 7 . TR- 1 R

TD- 1 D T-3D T-3T

E l típico contraataque 1 8. C-1 A 1 9. P-5C

C-3R

En vista de la amenazante posición de las negras sobre el flanco del Rey, las blancas no disponen de tiempo para hacer con tranqui­ lidad los preparativos de su propia campaña. 1 9.

A-6A

Oferta sumamente peligrosa y agresiva que deja de tener un éxito inmediato sólo a causa de la sutil defensa de las blancas. 20. P X A 2 1 . A-5A

C-4C

Defender su 3AR, ya sea jugando 2 1 . A-2R o 2 1 . D-2R, se­ ría inútil. Aquella a causa de 2 1 . . . . C-6T jaque, y ésta porque sería contestada con 2 1 . . . . D-6T, j unto con 22 . . . . C X P jaque. La j ugada señalada -en el texto, defendiendo la casilla 3TR, se intenta para detener la amenaza de mate 2 1 . . . . C X P jaque ; 22. R-2C, D-6T jaque ; 23. R- 1 T, D X P mate. 21. . . . 22. R-2C

C X P jaque D-4T

Después de 22 . . . . C X PT ; 23. C X C, D X C jaque ; 24. R- 1 A, el ataque de las negras siguió su curso. Después de la jugada indi­ cada en el texto, las negras amenazan con 23. . . . C-5T jaque, ga­ nando la pieza, o de lo contrario, en una forma más directa se podía j ugar 23 . . . . D X A. 23. C-3C 24. T X C 25. R-3A

C X T jaque D X P jaque

El ataque de las negras ha sido rechazado ; el material de cada uno de los bandos es aproximadamente el mismo ( Torre y dos Peones por dos piezas menores ) . Aunque la partida terminó en un empate, el curso de ella indica con claridad que el ataque de las negras no era para tomarlo a la ligera, y después de examinar el diagrama N9 1 34, llegamos a la siguiente conclusión : las blancas tie-

195

COLUMNAS ABIERTAS

nen mejores oportunidades sobre el flanco de Dama, las negras, so­ bre el flanco del Rey. juicio : Por su propia naturaleza, es difícil decidir cuál de los dos bandos tiene la ventaja. Nos conformaremos con decir que la acción de las blancas es más duradera y la de las negras más rápida. Plan para las blancas : Ataque sobre el flanco de Dama por me­ dio del avance del Peón al 4 y 5CD, unido a una firme defensa para sostenerse en su ala derecha, contraatacando la superioridad numé­ rica de las negras en aquel lugar, conservando sus piezas menores juntas y disponibles. Plan para las negras : Ataque exponiendo todo sobre el flanco del Rey. La defensa de su flanco de Dama es posible regresando las piezas negras del flanco del Rey en caso de que tenga que renun­ ciarse al ataque por aquel sector. Una vez que las blancas j ueguen P-5CD, las negras no deben capturar a este Peón bajo ningún con­ cepto. Es mucho más fácil para las negras defender su 3AD desde el flanco, que la defensa de su 2CD o de su 4D. Ahora otro ejemplo. En este caso, las negras también sacan pro­ vecho de su columna semiabierta : BOUWMEESTER-EUWE, A msterdam, 1 950

l . P-4D, C-3AR ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4D ; 4. A-5C, CD-2D ; 5. P X P, P X P ; 6. P-3R, P-3A ; 7 . A-3D, A-2R ; 8. D-2A, C-4T ; 9. A X A, D X A ; 1 0. CR-2R, P-3CR ; 1 1 . Enroque T (NP 135} .

135

La situación en este caso difiere de la de los ejemplos anteriores a causa del Peón en el 3CR de las negras, que todavía hace posible un ataque de las negras al flanco de Rey, pero que es mucho más difícil llevarlo a cabo. Las negras se concentran en otro ataque.

196

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

11.

P-4AR

Ataque de minoría sobre el flanco de Rey. 1 2 . TD- 1 C Las blancas s e preparan para l a acostumbrada acción sobre el flanco de Dama. Observe que la jugada 1 2 . P-3TD pierde un tiempo ( en la partida el Peón va al 4TD en una jugada, vea la nú­ mero 1 4 ) . Además, las blancas han excluido la problemática juga­ da TD- 1 AD. Como se dijo antes, la colocación adecuada de la Torre de Dama en esta variación es en 1 CD. 1 2. . 1 3 . P-4CD .

.

Enroque P-3TD

No con la idea de frustrar el avance de las blancas, ni tampoco para entorpecerlo, sino más bien para comprometer a los Peones de la Torre en el conflicto y para asegurarse, por medio del cambio, que las negras no quedan con un Peón débil de TD. 14. P-4TD

P-5A

El contragolpe. 1 5 . C X PA 16. P X C 1 7 . C-2R

cxc TXP T-3A

La acción de las negras ha conseguido lo siguiente : ( 1 ) la co­ lumna de AR se encuentra abierta, y sobre todo (2) el Peón de Dama de las blancas es débil.

1 8. P-5C 1 9. P X P

PT X P C- 1 A

D e acuerdo con e l principio que dice que un Peón débil es nos perjudicial que dos. 20. P X P

me­

PXP

En esta posición las oportunidades para cada bando son más o menos las mismas. Por lo menos el Peón débil de Dama de las blan­ cas es tan débil como el de AD de las negras, y este ejemplo demues­ tra nuevamente el conflicto entre los ataques de minoría sobre la columna de AD y la de Rey, respectivamente. Sin embargo, como antes dijimos, el ataque de minoría sobre la columna de Rey, por naturaleza es menos efectivo que sobre la columna de AD, porque el Peón de AR de las blancas no queda aislado como el Peón de CD de las negras, que después de . . . PA X P, queda por completo débil.

197

COLUMNAS ABIERTAS

Ha quedado establecido más de una vez el hecho de que la de­ fensa pura y simple no solamente presenta más dificultades, sino que también es menos efectiva que la defensa en el gambito de Dama desde el principio se verán constreñidas a una línea de acción. Aun cuando teóricamente es posible regresar a la defensa activa, en la práctica esto debe fallar por las dificultades que se acumulan. Tenemos dos ejemplos recientes que ilustrarán este punto : VAN DEN BERG-KRAMER, 1 950

l . P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4-D ; 4. A-5C, A-2R ; 5. C-3A, enroque ; 6. D-2A, CD-2D ; 7 . P X P, P X P ; 8. P-3R, P-3A ; 9. A-3D, T- 1 R ; 1 0. Enroque TR, C-1 A ; 1 1 . TD- 1 C . Esto parece que e s más fuerte que 1 1 . C-5R, como s e j ugó en los dos ejemplos anteriores, que únicamente conduce a simplificar. P-3CR (N9 136)

11.

136

Bloqueando la columna del CR. En esta posición las negras no tienen oportunidad de contra­ atacar, el ataque de minoría de las blancas es rechazado con máxi­ ma suavidad. 12. 13. 1 4. 15. 16. 17. 1 8.

P-4CD P-4TD A-4T P-5C PXP PXP C-5R

P-3TD C-3R C-2C PT X P A-4AR PX P

Sin ninguna demora queda establecido el Peón débil de AD de las negras.

198

CRn'ERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 8. 1 9. 20. 21. 22.

T-7C DXA TXT T-l A

TD- 1 A AXA T-2A DXT

Amenazando ganar un Peón jugando 23. A X C, A X A : 24. C X PD. 22. . . . 23. D-1 C

D-2C

Con objeto de ganar e l Peón d e AD después del cambio de Damas. 23. 24. C-2T

D-3T T- 1 T

Ahora las blancas pueden ganar rápidamente jugando 25. C X PAD. KOTOV-PACHMAN, Venecia, 1 950

l. P-4D, P--4D ; 2. P--4AD, P-3R ; 3. C-�AD, C-3AR ; 4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7 . T-1 A, P-3TD ; 8. P X P, P X P ; 9 . A-3D, T-1 R ; 1 0. Enroque, P-3A ; 1 1 . D-2A, C-1 A ; 1 2. P-3TD, P-3CR ; 1 3 . P--4CD, C-3R (N9 1 3 7) . Esta posición lleva e l mismo sello que la anterior : las negras no tienen posibilidades de contraatacar. 1 4. A X C Un cambio notable que se observa con frecuencia en este tipo de posiciones, y también por las razones siguientes : Un Caballo es más adecuado para oponerlo a la estrategia de las blancas, que el Alfil de Rey negro. 2. Forzando el alejamiento del Alfil de su pres�nte diagonal, las blancas quedan inmediatamente capacitadas para llevar a cabo su plan de ataque sin obstáculos o impedimentos. l.

14. 15. 16 . 17. 1 8. 1 9.

P--4TD P-5C PX P AXA PX P

AXA C-2C PT X P A--4A CXA PXP

199

COLUMNAS ABIERTAS

La situación ahora está clara : las negras tienen un Peón débil de AD sin ninguna compensación. Las blancas obtienen el triunfo después de diferentes y prolongadas maniobras, unas sobre el flanco de Dama, otras sobre el flanco de Rey : las tácticas de costumbre siempre que no se puede capturar al Peón débil por medios directos. ( Ver Capítulo VII ) . En consecuencia, ¿ en la variación de cambio del gambito de Dama no existen medidas defensivas a disposición en contra de un ataque de minoría y las negras quedan reducidas a tácticas de con­ traataque como las que se mostraron en los primeros ejemplos ? La situación no es tan difícil como eso, pero deben tomarse con tiempo las medidas para contraatacar. Si las negras logran situar un Caballo en 3D, pueden contestar P-4CD con . . . P-4CD sin que pierdan 3AD, y en ese caso, el ataque de minoría ya no es tan peligroso, ya que las negras pueden cerrar la columna de AD jugando C-5AD. Aquí tenemos un ejemplo : l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ; 4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. T-1 A, CD-2D ; 7 . P X P, P X P ; 8. C-3A, P-3A ; 9. A-3D, C-1 R ; 1 0. A X A, D X A ; 1 1 . Enroque, CD-3A ; 1 2 . P-3TD, C-3D (NP 1 38) .

137

138

Aquí la posición de las negras es más favorable que en cualquie­ ra de los ejemplos anteriores, ya que pueden jugar, como contesta­ ción a 1 3 . P-4CD, 1 3 . . . . P-4CD ; 1 4 . C-2R, C-5A ; o bien, ' 1 4. C-5R, A-2D ; 1 5 . P-3A,. C-5A, y no tienen nada que temer. Sin embargo, por regla general las negras no pueden tener la certeza de alcanzar esta mejor posición. Si las blancas se demoran en jugar T- 1 AD, o cambia a la secuencia D-2A con A-3D, las blancas no encuentran fácil efectuar la formación deseada. Sea co­ mo sea, hemos descubierto una arma muy importante para la de-

200

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

fensa : el Caballo en 3D, lo que en todas las circunstancias puede constituir la norma para una defensa correcta. Hasta este momento, lo que hemos tratado en conexión con las columnas semiabiertas, está íntimamente conectado con el ataque por minorías, y como solamente se ha tocado la variación de cambio del gambito de Dama, no es posible que el atacante tenga otra al­ ternativa. Sin embargo, la columna semiabierta característica tam­ bién puede presentarse en forma diferente. Proporcionamos una sencilla ilustración en el diagrama N9 1 39.

140

139

Con la jugada, las blancas ganan un Peón : l . C-5D Una cabeza de playa en la casilla avanzada en la columna semi­ abierta ( ver Capítulo V I I I ) . El Peón de AD de las negras está ame­ nazado y no existe manera de defenderlo ( l . . . . TD- l A pierde en el cambio al j ugar 2. C-7R jaque ) . No se puede hacer otra jugada excepto : l.

P-3AD

debilitando al Peón de Dama, lo que en el presente caso es inmedia­ tamente fatal. 2. C-3A 3 . TR- l D

TD- l D

y cae e l Peón d e Dama. ( 2. C-7R jaque, también gana ) . Dos puntos tácticos gobiernan este sencillo ejemplo : (a) el jaque en 7R y (b) , la colocación de la Torre de Dama blanca en 2D, que hace que las blancas puedan doblar sus Torres sin perder tiempo. Sin estos factores más o menos accidentales, el gane de un Peón

COLUMNAS ABIERTAS

201

no se obtiene de la posesión de una columna semiabierta, sino como consecuencia directa de la presión que se ejerce sobre la posición enemiga. Así pues, en la Apertura Inglesa, después de l . P-4AD, P-4R ; 2. C-3AD, C-3AR ; 3. C-3A, C-3A ; 4. P-4D, P-5R ; se dice que la posición es desfavorable para las negras a causa de 5. C-2D, C X P ; 6. C ( 2D ) X P, C-3R ; 7. P-3CR, C X C ; 8. C X C, A-5C jaque ; 9. A-2D, A X A j aque ; 1 0. D X A. Las blancas al fin obtienen el dominio de su 5D y las negras no pueden jugar . . . P-3AD sin debilitar a su Peón de Dama. Un ejemplo totalmente distinto de columna semiabierta se mues­ tra en el diagrama NP 1 40. Las blancas juegan : l . P-5A Un ataque de minoría, emprendido no con objeto de crear el debilitamiento del Peón, sino con el fin de eliminar al Peón de Dama y en esa forma la columna semiabierta de Dama se convierta en co­ lumna abierta. l.

PXP

Las negras no tienen ninguna opción. Si j uegan l . . . . T- l D ; 2 . P X P, T X P ; 3. T X T, P X T ; 4. R-4A, se pierde el Peón de Dama, y después de 2 . . . . P X P ; 3. R-4A, R-l C ; 4. R-.JD, R-2A ; 5. T-2A, T-2D ; 6: T-8A, las negras también afrontan una situación desesperada. 2. P X P Observe que las blancas permitieron que sus propios Peones quedaran aislados. Por otra parte, controlan ahora la columna abier­ ta de Dama por la que puede penetrar su Torre a las líneas ene­ migas. 2. 3 . T-7D 4. R-4A

R- l C T- l AD

con lo que las negras encontrarán muy difícil sostenerse. La transición efectuada aquí en unas cuantas jugadas nos pro­ porciona un nuevo tema : la columna totalmente abierta y la séptima

fila. Para principiar, tenemos un ejemplo standard que ilustrará este concepto en forma más precisa.

202

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

VAN VLIET-ZNOSKO-BOROVSKY, Ostende, 1 907 l . P-4D, P-4D ; 2 . P-3R, P-4AD ; 3 . P-3AD, P-3R ; 4. A-3D, C-3AD ; 5 . P-4AR, C-3A ; 6. C-2D, D-2A ; 7 . CR-3A, P X P ; 8. PA X P (N9 1 41 ) .

142

141

En esta posición, las negras encontrarán una magnífica opor­ tunidad de obtener la ventaja en la columna abierta de AD con la ayuda de unos cuantos giros tácticos. 8. 9. A-l C

C-5CD

Todo parece enteramente satisfactorio. El Caballo se verá forza­ do a alejarse P-3TD, sin perder un tiempo, aunque tampoco sin ganarlo, ya que no sólo el Caballo negro tendrá que retirarse, sino que el Alfil blanco tampoco podrá permanecer en l CD sin es­ torbar seriamente a la Torre de Dama. 9. 1 0. P-3TD

A-2D T- l A

E l primer escalón. S i se juega 1 1 . P X C, D X A ; 1 2 . T X P, D X P ; 1 3 . Enroque, D X PC, las negras ganan un Peón. 1 1 . Enroque

A-4C

Esto constituye el segundo escalón. 1 1 . . . . C-7 A también se puede jugar, pero es menos efectivo. 1 2 . T- l R 1 3. A X C 1 4. D X D

C-7A DXA T X D (N' 1 42)

El resultado de la estrategia de las negras ya se hizo evidente. la Torre de Dama de las negras impide el desarrollo de las blancas

COLUMNAS ABIERTAS

203

y, en unión de otras piezas, puede iniciar toda clase de actividades. El éxito o fracaso de tales maniobras depende de la colocación de la Torre en 7 AD, dejando la otra Torre para que haga su parte después, de modo que la importancia de la séptima fila aumenta más que disminuye. Además, las piezas menores ( el Alfil en 4CD y el Caballo en 3AR ) también tienen participación, tanto para man­ tener, o incluso aumentar la presión sobre la posición de las blancas, como también, cuando se presente la oportunidad, para aprovechar todas las circunstancias favorables. 1 5 . P-3T Con objeto de impedir . . . C-5C, pero en este punto es prefe­ rible jugar inmediatamente 1 5 . C-1 C . 15. 1 6 . C-1 C

A-3D

El reagrupamiento característico de fuerzas. El Caballo j ugará a 3AD con objeto de cortar a la Torre. Aun cuando no existe nin­ guna duda sobre su captura, por lo menos esta maniobra elimina la columna de AD como base para operaciones futuras. 1 6.

...

C-5R

Para impedir 1 7 . C-3A. 1 7 . CR-2D Con la idea de llevar a cabo la maniobra arriba indicada después del cambio de Caballos. 1 7. . . . 1 8. c x c

A-6D AXC

Amenazando al Peón de CR, de modo que las blancas se vean obligadas a renunciar a su plan. 1 9. C-2D 20. C X A

R-2D P X C ( N9 1 43 )

La situación queda aclarada : la Torre negra indicada en 7 AD está más fuerte que nunca. Con el apoyo de la segunda Torre a la mano, resulta prácticamente imposible desalojar a la Torre adelan­ tada. Lo más que pueden esperar las blancas es obtener algo d� consuelo cambiando ¡.ma de las Torres. . Esto por lo que toca a la primera parte del programa de la� ne­ gras : la ocupación de la séptima fila en una columna abierta. La segunda parte, la explotación de las ventajas obtenidas, es menos fá-

204

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

cil de lograr, y las piezas menores, después de colaborar al éxito de la primera parte del programa, tendrán que ser sacrificadas al Mo­ loch de los cambios. A continuación, las negras deben idear un nuevo plan para explotar su ventaja, siendo la base de este plan, como es lo acostumbrado en tales casos, la mayor movilidad del Rey atacan­ te, ya que el Rey que se encuentra a la defensiva, casi siempre se encuentra confinado en la primera fila. 2 1 . T-I C Con el fin d e jugar 2 2 . P-4CD y 23. A-2C . Apenas tienen las blancas otras jugadas que hacer, pues si por ejemplo, juegan 2 1 . R- I A, con la intención de jugar después 22. T-2R, las negras

143 contestarían con 2 1 . . . . TR- I AD, y las Torres blancas ya no po­ drían abandonar la primera fila.

TR- I AD 21. 22. P-4CD TR-6A . 23. R- I A · Jugar inmediatamente 2 3 . A-2C, costaría un Peón : 23 . . . . T-6C ; 24. A-I T, T X PT. 23.

R-3A

El Rey inició su avance, y nada podrá detenerlo. 24. A-2C 25. T-2R 26. R X T

T-6C TXT R-4C

El consolador cambio de Torres ha llegado demasiado tarde : la presencia del Rey negro es conclusiva.

COLUMNAS ABIERTAS

2 7 . R-2D 28. R-2R

205

R-ST

Lo único que pueden hacer las blancas es esperar. 28.

. . .

P-4TD

Nuevas líneas de ataque que establecerán la superioridad de la posición de las negras. Las blancas ya no se pueden sostener. Este ejemplo especial de columna abierta y séptima fila, está to­ mado del libro de Nimzowitsch, My System. Este notable maestro del ajedrez, un pensador de primerísima categoría, por desgracia mu­ rió prematuramente en 1 935, a la edad de cuarenta y ocho años. En general, su obra no ha obtenido el reconocimiento total que me­ rece. Tal vez la generalidad de los ajedrecistas de hace veinticinco años no se encontraba todavía madura en este campo, cuando Nim­ zowitsch escribió sus obras sobre la estrategia en el ajedrez. Otra prueba de la grandeza de Nimzowitsch es que las teorías expuestas en aquel tiempo debían ser más elevadamente valorizadas aun a ia luz de las experiencias del presente. Nimzowitsch hace resaltar en forma particular cierto número de principios básicos como el bloqueo de un Peón pasado, y pone especial atención a las columnas abier­ tas, de manera que resulta significativo que tengamos que reconocer y adoptar ahora muchos de sus puntos de vista. Recapitulemos lo que se ha encontrado en la posición de los dia­ gramas Nos. 1 41 y 1 42. Juicio de la posición N!' 1 41 : Las negras tienen mejores oportu­ nidades en la columna de AD, y esto se basa no tanto en la coloca­ ción de su Dama en 2AD, como en el desarrollo respectivo de los Caballos blancos y negros. Una vez abierta la columna de AD, el Caballo resulta más efectivo en 3AD que en 2D, tanto más que un Caballo se encuentra en una casilla equivocada ( 2D ) y se hacen necesarios dos tiempos para llevarlo a la casilla correcta ( S AD ) vía 1 C. El análisis posterior establece el hecho de que aquí disponemos de ventajas menores de la formación central, en la que un Peón co­ locado en 4AD se encuentra opuesto a otro Peón en 3AD. Aquí el Caballo, a diferencia de su congénere opuesto del bando blanco, puede alcanzar la casilla 3AD. Una vez que el Caballo blanco tome el camino equivocado ( 2D ) , la columna de AD quedará abierta. En principio, es/ preferi­ ble en tales casos hacer la captura con el Peón del Rey, pero en este caso 8. PR X P, perdería un Peón. Sin embargo, en lo general es razo­ nable y está plenamente justificado tácticamente ceder el Peón, con todos los riesgos que se esperan del j uego de gambito ( 8. . . . D X P ; 9. C-4A, D-2A ; 1 0. C (4A ) -5R, antes que someterse e n forma

206

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

voluntaria a una posición desventajosa definitiva. Bajo el punto de vista psicológico, también se obliga al oponente a una variación en la que nunca pensó, y que es por completo distinta a la ruta recta que se había trazado. Plan : Aprovechar la columna abierta, a veces con rapidez, como en este ejemplo, jugando . . . C-5A ; . . . A-2D ; . . . T-1 A-7A, o en ocasiones paso a paso, por medio de un desarrollo firme y una concentración posterior de fuerzas, doblándose sobre la columna de AD, ejecutando maniobras como . . . C-3AD-4T-5A, con obje­ to de establecer un puesto avanzado, avance de los Peones de Dama, etc. Por medio del segundo método, la ganancia de dos tiempos se convierte en presión. El objeto real de estas operaciones es la ocupa. ción de la séptima fila. Juicio de la posición Nr 1 42 : Considerable preponderancia para las negras debido al absoluto dominio de la columna de AD y a la ocupación de la séptima fila. Plan : (a) Conservación de las ventajas adquiridas por medio de la actividad de las piezas menores ( A-4CD y C-3AR ) así como la movilización de la segunda Torre. (b) Un ataque combinado por medio de la Torre en 7 AD y de las piezas menores, de manera que, como en el ejemplo proporcionado, las Torres finalmente operen en combinación con el Rey. Nimzowitsch hace cierto número de observaciones de peso sobre el tema de las columnas abiertas. Por ejemplo, hace notar el concep­ to del avance restringido, que es de suma importancia y que se ilus­ tra con los ejemplos que siguen, junto con otros factores ocasionales en el tratamiento de las columnas abiertas : NI MZOWITSCH-PRITZEL, Copenhague, 1 922 l . P-4D, P-3CR ; 2 . P-4R, A-2C ; 3 . C-3AD, P-3D ; 4. A-3R, C-3AR ; 5 . A-2R, enroque ; 6. D-2D, P-4R ; 7 . P X P ( la columna abierta, en la que se nota que las blancas creen que les es más favorable a ellas que a las negras ) ; 7 . . . . P X P ; 8. Enroque, D X D jaque ; 9. T X D, P-3A ( reteniendo la 5D de las blancas, pero abandonando su propia 3D ) (NP 1 44) . Es evidente que las blancas llevan la ventaja en la columna abierta de Dama, pero no está muy clara la forma en que van a hacer que esta ventaja cuente. Desde luego, no hay caso de una in­ mediata penetración por la columna abierta.

1 0. P-4TD El ataque por el flanco con frecuencia se combina bien con

207

COLUMNAS ABIERTAS

las operaciones sobre la columna abierta. El objetivo principal es crear puntos débiles para ocuparlos después con piezas menores de las que cooperan con la Torre sobre la columna abierta. 10. 11. AXC 1 2. C-2R

C-5C AXA C-2D

Nimzowitsch hace notar que la formación defensiva correcta es : el caballo en 3-TD, la Torre de Rey en l R y el Alfil del Rey en l AR, esta última pieza defendiendo su 3D. 1 3 . TR- l D 14. P-3CD

C-3C A-3A

Es claro que las negras desean disputar la columna de Dama por medio de . . . TD- 1 D, nulificando en esta forma la ventaja de las blancas. 1 5 . P-3A 16. P-5T

A-3R

Frustrando el plan de las negras, y justificando el ataque por el flanco en otro sentido además del explicado antes. 16. 1 7 . C-4T o

o

o

C-l A

Con objeto de ocupar 5AD y fortaleciendo así su operación sobre la columna de Dama. Sin el avance del Peón TD, los esfuerzos de las blancas habrían sido en vano ; en conexión con lo anterior, nos

144

145

damos cuenta de que ahora resulta clara la jugada · número 1 2 de las negras : el Caballo colocado en 3TD habría bloqueado el camino del Peón de TD de las blancas y más aún, hubiera defendido a la 4AD de las negras.

208

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 7.

P-3C

Un excelente obstáculo basado en esta probabilidad táctica : 1 8. P X P, P X P ; 1 9. C X P, C X C ; 20. A X C, ganando ahora las ne­ gras el cambio, jugando 20. . . . A-4C. 1 8. T-3D (NP 1 45) . Ahora observamos aquí el avance restringido sobre la columna abierta : la Torre se colocará en una casilla escogida sobre la colum­ na abierta, frente a sus propios Peones, apuntando horizontalmente a las casillas o Peones contrarios. De esta manera, las columnas ve­ cinas quedan como columnas abiertas, teniendo el atacante la ven­ taja de poder elegir entre varias alternativas, o incluso probar una después de otra. Podemos observar en toda la secuela de esta posi­ ción el avance restringido que de ninguna manera está confinado a la columna de AD. 1 8.

PX P

Las negras debieron jugar 1 8 . . . . T- 1 C ; 1 9. T-3A, P-4A, y aunque las blancas se anotan un triunfo por quedar libre su 5D, los prospectos defensivos de las negras se mejoran. Las consecuen­ cias de la jugada proporcionada en el texto son mucho más serias. 1 9. T-3A 20. T-5A

C-2R

Nuevamente el avance restringido, en esta ocasión hacia la co­ lumna de TD vía 5AD. 20. 21. 22. 23� 24.

CR-3A T X PT C-6C C ( 3A ) -4T

TR- l C P-3TD R-2C T-2T T ( 2T ) -2C

Las negras no pueden evitar la pérdida de un Peón, una de las amenazas es 25. C-5A ( si se juega 25 . . . . T X C ; 26. C X A ja­ que, etc. ) . 25. T X PT Abandonan. Un triunfo impresionante de un ataque de flanco y el avance La columna de Torre tiene de la columna abierta. Es cierto

la columna abierta : por medio de restringido. un lugar especial en la estrategia que las casillas que se encuentran

COLUMNAS ABIERTAS

209

retiradas del centro son de menor importancia, pero, por otra parte, pueden caer más fácilmente en manos de un posible conquistador. La 2D, por ejemplo, es mucho más fácil de defender que la 7TD. Las maniobras necesarias para abrir la columna de TD o la de TR se describen en otra parte ( Capítulos 111 y VI ) , pero en el siguiente ejemplo (NP 1 46) , en el que se combinan ambas operaciones, se de-

146

muestra la estrategia de la séptima fila, principiando por la 7TD, que cae primero. CAPABLANCA-TREYBAL, Carlsbad, 1 929. Una guerra en dos frentes, en el verdadero significado de la pa­ labra, y en los cuales las blancas llevan la ofensiva aun cuando el ataque sobre el flanco derecho parece destinado a otro fin. En este caso, las blancas se reservan el derecho de cambiar Peones o de avan­ zar el Peón de TR. La amenaza de un cambio en 6CR clava a al­ gunas importantes unidades enemigas, pero difícilmente pueden las blancas efectuar dicho cambio antes de que puedan decidir con cer­ teza cual será el resultado, y éste todavía no es el caso. Tampoco pueden pensar en jugar P--6T jaque hasta haber obtenido una ventaja que pued a sostener el ataque en el ctro flanco. La decisión . se basa principalmente en el j uicio de las blancas sobre el momento oportuno en que el cambio de Peones cause más daño en la posición de las negras, de manera que su Peón de TR tenga necesidad de apo­ yo. El cambio de la Dama blanca a la columna de TR obligará a las negras a j ugar . . . P-3TR, a lo que seguirá la apertura de aquella columna, con todas sus fatales consecuencias. En primer lugar, las blancas aseguran nuevas oportunidades so­ bre el flanco de Dama :

l . P-SC

CIUTERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

210

Esto hace dudar a las negras : ¿ capturan, dejan que las blancas capturen, o avanzan el Peón ? Examinemos primero la continuación l . . . . P--4T. Las blancas ganan un Peón con bastante facilidad j ugando 2. P-60, D-l D ; 3. D-3A, D- l T ; 4. C-2D, seguida por 5. 0-30, etc. El permitir que las blancas capturen implica la protección del Peón TD por medio de . . . A-l A, ya que l . . . . D­ l A resulta insuficiente a causa de 2. P X PT, P X PTD ; 3. T-l OD, con T--60, precedida quizá por la decisiva P--6T jaque, privando a las negras de todo contraataque por el flanco del Rey. Incidental­ mente, también es efectivo el mismo sistema en contra de la jugada más fuerte : l . . , . A-l A, en esta forma : 2. P X PT, P X PTD ; 3 . P--6T jaque, R- l A ; 4. T-l OD, A-20 ; 5 . T--60, D-l A ; 6 . R-30, seguida por 7 . T-20D, con l o que las negras quedan com­ pletamente confundidas. De lo anterior resulta evidente que las negras no tienen más re­ medio que capturar con el Peón de Rey. Después de l . . . . PA X P ; 2 . P--6T jaque, R-l A ; 3 . P--6A jaque de descubierta, e l resultado es claro, ya que las negras pierden una pieza. l. 2 . P--6T jaque o

o

o

PT X P

Las blancas eligen esta línea poi: las razones ya dadas : ( a) están preparadas para los desarrollos decisivos en el flanco de Dama, y (b) las negras, por lo tanto, están incapacitadas para contraatacar. 2. 3. P X P 4. P-60 5. T- l T

R-l A R-2R D- 1 0

E l cuadro h a cambiado e n l o que s e refiere a l aspecto material : una columna abierta que las blancas tienen dominada por completo, ya que 5. . . . D- 1 T es contestada con 6. D--40, en tanto que las negras, debido a la mala disposición de sus fuerzas, no es posible que puedan llevar una Torre a 1 TD. Lo anterior es quizá una exa­ geración, ya que se puede hacer, aunque el asunto resulta muy pa­ recido a un acertijo y tomaría muchísimo tiempo : D-l R, R-lD, D-2R, T-l R, D- l A, R-2R, y en el caso que las negras quieran utilizar ambas Torres, T-l D, TR- l R, R-l A, R- 1 0 , TR-lA, TD- l R, D- l D, D-2R, T- 1 0, T ( l A ) -l A, D-l A. 5.

T- l AD

Las negras tienen que soportar la mala distribución de Dama­ Torre-Torre.

COLUMNAS ABIERTAS

6. D-4C 7 . T-7T

211

TR- 1 D

La séptima fila, la conquista de la cual no costó mucho trabajo a las blancas. 7. 8. 9. 1 0. 1 1.

T-1 TR TR- 1 T T ( 1 T ) -4T D-3T

R-1 A A-1 R R-1 C R-1 A R- 1 C (Nr 1 47) .

147

Las negras no pueden hacer otra cosa que esperar ; las blancas, mientras tanto, han terminado la distribución de sus efectivos, con las piezas mayores triplicadas en la columna de TD y listas para descargar sus golpes en la séptima fila. ¿ Pero cómo ? Esto es menos complicado de lo que parece. Las blancas j uegan su Caballo a 5TD, y entonces, si las negras conservan su Peón de CD, j ugando . . . T-2D, existe la sorprendente combinación C X PC, T X C ; T-8T y la Dama queda atrapada. Las negras pueden contrarrestar este plan únicamente moviendo su Caballo a 1 D. Pero esto se puede hacer únicamente dejando espacio para el Caballo, jugando . . . T-2D, en tanto que T-8T es de efectos inmediatos y decisivos. Como las Torres negras sólo pueden operar en sentido horizontal : . . . A-2D ; . . . T-1 R, cuando puede agregarse, . . . C-1 D, e s difí­ cilmente factible, aun cuando el Caballo blanco en 5TD se encuen­ tra interceptando las Torres en la columna de TD, de manera que ya no se amenaza con T-8T. Este plan defensivo fracasa a causa de A--6T, como lo demostrará el curso posterior de la partida. La disposición realmente efectiva de las fuerzas negras sería : R-1 A, C-1 T, A-2A- 1 C, C-2A, T-1 R, y las negras no pue­ den contestar C-5A con . . . C- 1 D, ya que, como resultado de la

212

CRI:rERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

mejor colocación de su Alfil, la "asesina" jugada A-6T ya no es posible. Desde luego que este ingenioso "acertijo" fracasa a causa del elemento tiempo. 1 2. R-3C Las blancas no desean jugar 1 2 . C-2D inmediatamente, por la contestación 1 2 . . . . C X PC, y si acaso, 1 3 . P X C, D-7T jaque. En consecuencia, es esencial la j ugada preparatoria 1 2 . R-2C. Con la jugada que se proporciona en el texto no se logra nada, ya que después de 1 3 . C-2D, las negras aún pueden jugar 1 3 . . . . C X PC. 12. 1 3 . R-4T 1 4. D- 1 T 1 5 . R-3C

A-2D R- 1 T R- 1 C

S i las negras se hubil:: ran imaginado que las blancas iban a des­ perdiciar tanto tiempo, la maniobra que se mostró antes hubiera podido realizarse después de todo. 15. . . 1 6 . R-2C .

R- 1 A

Por fin, el Rey encuentra la casilla adecuada, y ahora el asunto se pone seno. 16. 17. C-2D 1 8. C-3C

A- 1 R A-2D T- 1 R

Así podíamos mencionar nuevamente que 1 8 . . . . A- 1 R ; 1 9. C-5T, T-2D falla en contra de 20. C X PC ; T X C ; 2 1 . T-8T. 1 9. C-5T 20. A-6T 21. TXA

C- 1 D PXA

L a estrategia d e l a séptima fila h a triunfado. Además d e l a ame­ naza 22. T X PT, está 2 2 . C-3C, seguida por 23. T X PTD y el do­ blado de las Torres en la séptima fila. 21.

T-2R

Sólo apresura el final. 22. T X C jaque 23. C X P

TXT

Abandona. No hay nada que detenga a los Peones unidos y pasados.

COLUMNAS ABIERTAS

213

El ejemplo anterior demuestra claramente la importancia de tener libertad de movimientos dentro de las propias líneas. Las blan­ cas pueden madurar las ventajas de la columna abierta y de la séptima fila, en tanto que las negras se ven reducidas a maniobras ordinarias que, comparadas con las de su oponente, las deja con una gran desventaja de tiempo. Un último ejemplo en el que el gran pionero de la estrategia de la columna abierta, Nimzowitsch, hace resaltar el hecho de que la séptima columna puede compensar una considerable deficiencia de material (N9 1 48) .

149

148

SAMISCH-NIMZOWITSCH, Copenhague, 1 923 Juegan las negras. Su Caballo está amenazado, lo mismo que su Peón de Dama, en tanto que las blancas también pueden jugar P-5R, y sigue el sorprendente ofrecimiento de una pieza. l. 2. DXC

PA X P TXP

Nimzowitsch mismo comentaba lo anterior, de esta manera : " ¡ Dos Peones, la séptima fila y un inextricable flanco de Dama, todo por solamente una pieza ! " . 3 . D-5C 4. R-l T Y no, 4 . D-3R, a causa d e 4 . 4. 5 . D-3R

TD- l AR

.

.

.

T { l A ) -6A.

T { 1 A ) -4A A-6D

Amenazando ganar la Dama con 6 . . 6. TD- l R

· - ·

T-7R.

P-3T (N9 J 49)

214

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Las blancas están en Zugzwang. No pueden jugar sin que pier­ dan una pieza ( aparte de P-3T, P-3C y P-3TR, pero estas j u­ gadas pronto se terminarán ) . Para su observación, las siguientes jugadas : 7 . A-l AD, A X C ; o bien, . 7 . T-l AD, T-7R ; o 7 . TR- l A, A X T ; o 7 . A-l AR, A X A ; o 7 . R-2T, T ( 4A ) -6A ; o 7 . P--4C, T ( 4A ) -6A ; 8. A X T, T-7T, mate. Aparte de todo esto, las negras podían cambiar dos Torres por la Dama y el Alfil, pero el movimiento de espera es mucho más fuer­ te y proporciona una ganancia más sustanciosa. El inmortal Zugs­ wang, un monumento digno de Nimzowitsch, el pensador. Tres temas han proporcionado el material para el presente ca­ pítulo : columnas semiabiertas, columnas abiertas y la séptima fila . Difieren en forma individual, pero tienen tanto en común que ape­ nas es posible un estudio por separado de cada una de ellas. Además de las líneas horizontales y verticales por las que operan las piezas mayores, el tablero de ajedrez también contiene líneas diagonales, los cotos de caza del Alfil y, en ocasiones, de la Dama. El carácter de estas diagonales es de diferente clase, ya que triplicar las piezas allí es materialmente imposible, y además, porque los Peones enemigos están relacionados en forma distinta a las colum­ nas y a las filas. Una columna, una vez abierta, permanece abierta, excepto por posibles transacciones de cambio, pero en no así la diagonal, por ejemplo la 2CR-7CD, puede bloquearse con Peones en 6AD, 5D, 4R y 3AR. En consecuencia, la discusión de estas dia­ gonales no se adapta al marco de este capítulo. Sin embargo, en conclusión, diremos esto en relación con la diagonal : una vez que se ha colocado un Alfil en posición de ataque contra el opuesto flanco enemigo ( A-2C o 3A o A-3D ) , generalmente es acon­ sejable avanzar los Peones sobre el flanco amenazado, con objeto de ayudar al Alfil en su tarea ( así, en este caso, P--4CD-5CD contra 6AD o P--4TR-5TR contra 6CR ) . En esta forma se obtienen los máximos efectos de la diagonal. El lector encontrará un ejemplo de este tipo de avance de Peones en la Partida 111, del Capítulo X.

CAPÍTULO

X

PARTIDAS ILUSTRATIVAS El golf, que en todas las esferas del esfuerzo humano separa la teoría de la práctica, también puede observarse en el ajedrez. El j u­ gador que armado con los conocimientos adquiridos en los capítulos anteriores, se dedica a practicar con ansiosa anticipación, es posible que sufra un desencanto. No logra obtener una mayoría de Peones en el flanco de Dama, ni ocupar una casilla fuerte, o cuando lo consigue, se encuentra envuelto en la red del mate sobre el flanco opuesto. Las enseñanzas teóricas parecen asumir un aspecto distinto en el j uego práctico y, además, existen muchas más que aquéllas pa­ ra las que pudimos encontrar espacio en estas páginas. Los ejemplos proporcionados hasta ahora, fueron escogidos cui­ dadosamente para ilustrar cada característica por sí mism� y sólo sobre la escena en la que la correcta línea de j uego podría operar con precisión en cada uno de los casos, para que sobresaliera la co­ rrelación entre la forma de juzgar las posiciones y planear las jugadas. Dijimos en el Capítulo II que la posición que comprenda varias de las características que hemos discutido, es mucho más difícil de manejar, a menos que el jugador haya dominado por completo todas o cada una de dichas características en forma aislada. Sin embargo, es inevitable que nos encontremos en ocasiones con alguna en la que estamos Hoco familiarizados, no obstante todo lo comprensible que se haya tratado de hacer la presente obra. Sería por completo insensato hablar de todas las fases del j uego. Cada pe­ culiaridad del tablero, por insignificante que parezca, puede resul­ tar para formar un juicio y un plan. Para facilitar en todo lo posible la transición de la teoría a la práctica, discutiremos en este último capítulo cinco modernas par­ tidas, elegidas al azar de entre las jugadas por los grandes maestros. En estas partidas, aparecerán las características que hemos discutido en forma más o menos directa, pero además, j ugarán su parte otros elementos y presentarán un aspecto general de las diferentes fases que nos vimos obligados a dejar fuera de los límites de nuestra in­ vestigación. En cada caso, haremos una recapitulación del curso de

2 16

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

la partida, inquiriendo sobre la cuestión de juicio y planeamiento en las diferentes etapas críticas del juego. PARTIDA NUMERO

1

DR. M. EUWE-S. RESHEVSKY

Torneo del Campeonato Mundial, Moscú, 1 948 Defensa Nimzo-India ( Variación de Milner-Barry) l . P--4D P--4AD C-3AD D-2A C-3A

2. 3. 4. 5.

C-3AR P-3R A-5C C-3A P-3D

En los capítulos precedentes no se le dio especial atención a la apertura. Nuestras investigaciones dieron principio cuando uno u otro aspecto se materializaba. El aspecto determinaba entonces, tanto el juicio de la posición como el pian que de ella emanaba. Sin em­ bargo, poca atención se le prestaba a la forma en que dicha situación se originaba. Las aperturas cubren un campo demasiado extenso. Haremos algunas observaciones relativas a la fase inicial, aunque en términos generales, desde luego. En conjunto, la apertura representa la lucha por el dominio del centro. El j ugador que controla dicho sector, puede proporcionar mayor movilidad a sus piezas, obteniendo al mismo tiempo una ventaja en espacio. Cada contendiente se esfuer­ za para lograr determinada formación de Peones en el centro, for­ mación que gobierna el curso posterior de la partida. En consecuen­ cia, en el principio de la partida, se dirigen las fuerzas todo lo posible hacia el centro : centralización. Hasta ahora, todas las jugadas ilustraron ideas similares, incluso 3. . . . A-5C, aun cuando en este caso sea en forma indirecta, cla­ vando al Caballo e interrumpiendo en esta forma su efecto sobre el centro. La mira de las negras es la formación central 3D--4R, con­ tra lo cual las blancas pueden reaccionar en diferentes formas, como lo vamos a ver. 6. A-2D Como preparación para 7. P-3TD, de modo que, después del cambio en 3AD, puedan volver a capturar con el Alfil, llevando una pieza adicional de apoyo a 5R.

217

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

6. 7. P-3TD 8. A X A

Enroque AXC P-4TD

La jugada certera es : 8 . . . . D-2R, o bien, 8 . . . T-1 R, como preparación para . . . P-4R. Pero entonces las blancas jugarían 9. P-4CD, seguida rápidamente por P-5C, desalojando al Caballo de una posición centralizada. La j ugada del texto impide a las blan­ cas jugar P-4CD y, en esta forma, no obstante todo lo contrario que parezca, aún se confirman los principios de la centralización. .

9.

P-3R

Después de esta jugada, las negras se dan cuenta de sus inten­ ciones, lo que no hubiera sucedido si las blancas hubieran j ugado 9. P-4R, ya que entonces 9 . . P-4R inmediatamente, cuesta un Peón, en tanto que después de la jugada preparatoria 9 . . D-2R, las mismas blancas pueden seguir con 1 0. P-5R. .

.

.

9. . . . 1 0. A-3D

.

D-2R

Esta última jugada está abierta a la objeción de que las blancas, antes de mucho, se verán expuestas a la amenaza de una punta de flecha por medio de . . . P-5R 1 0.

P-4R (NP 1 50)

150

Las negras han llegado a su objetivo estratégico, y ahora las blancas tendrán que decidir la actitud que asumirán ante la forma­ ción de las negras en el centro. En general, pueden elegir entre tres formas de proceder en contra de esta configuración que con bastante frecuencia se presenta : capturar por medio de P X P, avan­ zar P-5D, o dejar que las cosas permanezcan como están. Este úl-

218

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

timo método, que no se puede considerar seriamente, significaría pérdida de tiempo, ya que las blancas deben prepararse contra . . . P-5R, j ugada que amenaza ganar una pieza. En consecuencia, de­ ben avanzar o capturar, lo que conduce a tipos enteramente diver­ gentes de posición. El avance P-5D conduce a un j uego cerrado que presenta problemas en extremo difíciles, lo que desde luego no quiere decir que las blancas deban evitar esa línea de juego. Sin embargo, prefieren la otra alternativa ( el cambio de Peones con preferencia al avance del Peón ) , por una razón muy especial : la posesión de dos Alfiles. La experiencia nos enseña que dos Alfiles son más fuertes que dos Caballos, o que un Caballo y un Alfil. Esta ventaja aumenta cuando la posición presenta un carácter abierto, y en consecuencia, a las blancas no les interesa el avance de un Peón con el cierre consecuente de la posición. 1 1. PXP 1 2 . Enroque TR

PX P

Las blancas todavía no temen que se juegue 1 2 . . . . P-5R, pues la contestación sería 1 3 . A X C ( 1 3 . . . . P X AR ; 1 4. A X D, P X D ; 15. A X T) . 1 2.

. . .

Sin embargo, 1 3 .

T- 1 R P-5R, constituye una verdadera amenaza.

1 3 . A-5A Las blancas no pueden retener los "dos Alfiles" . Después de 1 3. C-5C, sigue : 1 3 . . . . P-5R ( pese a todo ) y la secuela 14. A X C, P X AR ; 1 5 . A X D, P X D ; 1 6. A-5A, T---4R proporciona la vic­ toria a las negras, en tanto que 1 3 . C-2D, P-5R ; conduce a con­ secuencias molestas. Más aún, 1 3 . A-2R se puede contestar con 1 3 . . . . A-5C, seguida por 14 . . . . P-5R. Finalmente, 1 3. P-4R está fuera de la cuestión. Las blancas sepultan a su Alfil de Rey y abandonan el control de su 4D 1 3. 1 4. D X A (N9 151 )

AXA D-3R

Forzando el cambio de Damas, ya que la 4R de las blancas está bajo el fuego y 1 5 . D-3D fracasa contra 15 . . . . P-5R. La impor­ tancia de este cambio obligado, descansa principalmente en que las negras adquieren el dominio de su 5R. 15. D X D

TXD

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

219

Ahora, la partida adquirió un aspecto completamente distinto, caracterizado por la columna abierta de Dama, entrando en esta forma dentro de lo tratado en el Capítulo IX sobre columna� abier­ tas : ocupación de la columna abierta e invasión de la séptima fila. El lector observará que eso es lo que acontece también en esta par­ tida, aunque no inmediatamente. Habrá escaramuzas preparatorias relacionadas con aspectos menores, que sin embargo, por el momen­ to, opacan el asunto principal, la columna abierta. La principal preo­ cupación es primero la debilidad de las blancas en 4AD ( en caso que las negras puedan jugar . . . P-5TD ) y más aún la posición insegura del Alfil blanco en 3AD ( si las negras j uegan . . . C-5R ) . 16. P-4CD La desventaja de esta jugada es que las blancas pronto se verán obligadas a j ugar P-5C, con lo que quedará definitivamente debi­ litado su Peón de AD. Pero tampoco 1 6 . P-3CD solucionaría el problema de las blancas : 16 . . . . C-5R ; 1 7 . A-2C, C--4A, y las blancas quedan en aprietos. ( 1 8. P--4CD, C--5T ) . En general, la mejor continuación es 1 6 . TR- 1 D, después de lo cual las negras llevan a cabo su amenaza posicional 1 6 . . . . P5T, privando en esta forma al a 4AD de las blancas, de la posible protección de P-3CD. Pero entonces las blancas no tienen por qué temer . . . C-5R, ya que podrán jugar A-1 R y desalojar final­ mente al Caballo negro mediante C-2D.

151

En la secuela resulta una gran desventaja para las blancas, en la que parece que es casi imposible ahuyentar al Caballo negro des­ pués de . . . C-5R. Finalmente, se puede considerar otra alternativa : 16. C-5C, T-3D ; 1 7 . P-3A. Se elimina la molesta . . . C-5R, pero las blan-

220

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

cas deben esperar quedar en desventaja en la columna abierta de Dama. 1 6. 1 7 . A-2C

C-5R P-3A

Desde luego no 1 7 . . . . P X P ; 1 8 . P X P, T X T ; 1 9. T X T, C X PC, a causa de 20. T -8T jaque, con el mate a continuación. Pero después del movimiento del texto, las blancas se ven amenaza­ das con la pérdida de un Peón, cosa que las obliga a debilitar toda­ vía más su posición. 1 8. P-5C 1 9. TR- 1 D

C-2R T-3D

Al fin se presenta la lucha por la columna abierta, pero con un aspecto totalmente divergente. Por ejemplo, las blancas no pueden cambiar en 60 porque después de 20. T X T, P X T, queda abierta la columna de AD, y el Peón de AD de las blancas está condenado a caer, por ejemplo : 2 1 . T- 1 AD, T-1 AD ; 22. R- 1 A, T-4A ; 23. R-2R, C-1 A ; 24. C-2D, C X C ; 25. R X C, C-3C ; 26. R-3D, P-4D ; 27. P X P, T X P jaque, seguida por 28 . . . . T X P. Esta seria limitación a la libre elección de movimientos de las blancas, asegura a las negras el dominio de la columna abierta de Dama. 20. R- 1 A

C- l A

E l Caballo s e pone en marcha hacia 3CD, con objeto de abatir al Peón débil AD. 2 1 . TR- 1 A Las blancas deben abandonar l a columna d e Dama, ahora o en la siguiente jugada. 2 1 . R-2R es contestada con 2 1 . . . . C-3C ( 22 . TD- 1 A, T X T, pierde un Peón ) . La jugada del texto por lo menos impide 2 1 . . . . C-3C. 21.

. . .

P-4AD (NP 1 52)

Una continuación especialmente efectiva, que convierte a su 3CD en casilla f�erte, lo que quiere decir que la casilla estará fuera del alcance de los Peones y piezas hostiles, un magnífico punto de partida para el Caballo. 22. A-3A Aquí 22. P X P al pase, R X P, deja indefenso al Peón débil de

PARTIDAS

221

ILUSTRATIVAS

AD. Tampoco resulta más atractiva 22. R-2R, C-3C ; 23. T-2A, TD-lD. CXA

22.

Este Alfil puede desempeñar un papel muy importante en la de­ fensa de la 2D de las blancas, y en consecuencia, es eliminado. 23. T X C

P-5R

Las negras aprovechan la oportunidad para arroj ar al Caballo a una casilla poco favorable. 24. C- l C

C-3C

Antes de invadir la 7D, las negras primero deben asegurarse la ayuda de su segunda Torre : después de 24 . . . . T-7D ; 25. R- l R, T-7C ; 26. T-l D, C-3C ; 2 7 . T-2D, T-8C jaque ; 28. T- l D, su satisfacción hubiera sido de corta vida. 25. C-2R

P-4A.

O bien, 25 . . . . T-7D ; 26. C-3C, T- l R ; 2 7 . R- l R, etc. 26. R- l R 2 7 . T-2A (Nr 153) .

152

TD- l D

153

Ha quedado establecido un equilibrio temporal. Las blancas sólo han maniobrado para impedir que las negras irrumpan en l D o en 2D. Pero eso es todo lo que han logrado, en tanto que en otros aspectos, todos los triunfos están en poder de las negras. Dominan la casilla fuerte en su 3CD, desde donde mantienen bajo fuego al Peón blanco de AD, y esta amenaza permanente imposibilita a las blancas a usar . en forma activa sus Torres sobre la columna de Dama. No hay nada que puedan intentar las blancas, en tanto que las negras

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

222

pueden robustecer su posición a su placer antes de embarcarse en operaciones definitivas. La secuela requiere muy pocos comenta­ rios, pero es característica de este tipo de situaciones. 27.

R-2A

28. C-3C

R-3R

29. C- l A

T-6D

30. C-3C

P-4C

3 1 . C-2R

C-5 T

Con objeto de reforzar su posición por medio de bien C-7C, de acuerdo con las circunstancias. 32. C-3C

R-4R

33. C-l A

P-4T

C-6A o

Todo es suave y lento. 34. P-3A Las blancas aún intentan presentar combate, pero para las ne­ gras es la señal para el ataque final. 34.

T-6C (N9 1 54) .

154

Con objeto de llevar su Caballo a 6D por medio de 7CD. Co­ mo las negras no pueden obtener el dominio sobre su 8D y 7D, uti­ lizan la 6D como boulevard para dar los toques finales a la forma en que están dispuestas sus fuerzas.

35. P X P La apertura de la columna de AR puede beneficiar únicamente a las negras, pero la posición de las blancas se ha hecho insostenible.

223

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

PXP C-7C C-6D j aque T-1 AR

35. 36. T-2A 37. T-2A 38. R-2R

Las negras controlan su 7AR ( la séptima fila ) y penetran por ella a la posición de las blancas con energía decisiva. 39. 40. 41. 42.

T-7A jaque T-7C C X T jaque TXP

C-2D R-1 D TXT R-1 A

Las blancas abandonan. En esta situación desesperada pierden cuando menos dos Peones. Juicio y Planeamiento en diferentes etapas de la partida : ( 1) Después de 5. . . . P-3D Juicio: Parece que las blancas tienen una ligera primacía en el centro ( como resultado de efectuar la salida ) . Plan ( para las blancas ) : Combatir la formación de las negras en el centro ( 3D y 4R ) . Las medidas en contra pueden ser : acción directa o retardada, o bien preparación del ataque a la formación enemiga central. La ejecución de este plan podría ser por ejemplo : 6. P-3TD, A X C jaque ; 7 D X A, con lo que se impide la j ugada P--4R de las negras. Sin embargo, parece que esto sólo es temporal, ya que éstas pueden jugar 7. . . . D-2R, efectuando de inmediato . . . P--4R. Sin embargo, siguen : 8. P--4CD, dirigida contra el centro de las negras, y si entonces se j uega : 8 . . . . P--4R ; 9 . P X P, P X P ; 1 0. P-5C, se gana el Peón del Rey. En la partida se adoptó un método diferente : 6. A-2D, con ob­ jeto de continuar después de 6 . . . P--4R, con 7. P-3TD, A X C ( 7 . . . . P X P ; 8. P X A, P X C ; 9 . A X P, hace que las blancas caigan en poder de las negras ) ; 8. A X A. Nuevamente tenemos aquí el ata­ que contra la formación del centro. Las negras ahora se meten en dificultades después de 8 . D-2R ; 9. P X P, P X P ; 10. P--4CD ( 1 0 . . . . P-5R ; 1 1 . P-5C, P X C ; 1 2 . P X C, ocasionarían que los dos Alfiles d:! las blancas tuvieran el control en un terreno despe­ jado ) . En la ejecución de este plan, las blancas se equivocaron al omi­ tir la jugada 9. P-4R, con la cual, la formación de las negras 3D y 4R podía haberse impedido definitivamente. Por su parte, las negras, jugando 8 . . P--4TD, frustraron un ataque indirecto sobre su centro al jugar las blancas P--4CD. (2) Después de 1 4. D X A (NP 1 51 ) . .

.

.

.

.

.

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

224

Juicio : La columna abierta de Dama es el campo de batalla en la que se ganará la decisión. El dominio de esta columna dependerá de que las piezas de las negras queden clavadas o evacuadas a otros puntos. Las blancas deben tomar en consideración la inutilidad de su 4AD ( aun después de P-3CD, a causa de la posibilidad que existe de que se juegue . . . P-5TD ) , y las negras, por otra parte, la vulnerabilidad de su 4R. Plan : ( para las negras ) : Cambio de Damas con objeto de libe­ rar su 4R, por la cual . . . P-3AR no sólo relevará al Rey de sus deberes de guardián, sino también hará posible un ataque sobre el Alfil blanco en 3AD, lo que perforaría las defensas de las blancas. Plan ( para las blancas ) : Salvaguardar 4AD e impedir . . . C-5R, y si lo anterior resulta imposible, preparar un retiro adecua­ do para el Alfil ( por ejemplo : en l R, después de que la Torre del Rey haya desalojado l AR ) . Hemos visto en la partida, que las negras lograron llevar a cabo su plan, en tanto que las blancas fallaron. (3) Después de 2 1 . . . . P-4AD (N9 152) . Juicio : Las negras tienen una casilla fuerte para su Caballo en su 3CD, y como la TR de las blancas está atada en la protección de su 4AD, las negras tienen libre juego por la columna de Dama. Plan ( para las negras ) : Jugar el Caballo a 3CD, doblar las To­ rres y vencer todos los obstáculos que impidan que las Torres irrum­ pan en, por ejemplo, 22 . . . . C X A. (4) Después de 2 7 . T-2A. Juicio : Como el anterior. Plan ( para las negras ) : Tender una trampa presionando sobre el Peón de AD o por cualquier otro medio, impidiendo todo intento de las blancas al j uego libre. Tan pronto como sea evidente que el contrario no tiene ninguna oportunidad posterior de contra­ atacar, hacer todo lo posible para ayudar a la liquidación que sobre­ viene, como por ejemplo, avance sobre el flanco extremo del Rey, llevando a los Peones lo más cerca que se pueda de las casillas de coronamiento. PARTIDA NUMERO I I N . KOPYLOV-M. TAIMANOV

Campeonato de la U.R.S.S., Moscú, 1 949 Defensa Eslava l . P-4AD 2. C-3AR

C-3AR P-3A

225

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

3. P-4D 4. P-3R

P-4D A-4A

La formación central de �da bando se ha terminado en una forma provisional. Las blancas· en 4D y 4AD ; las negras en 4D y 3AD. Existe cierta tensión que puede aliviarse jugando las blancas P X P, o P-5A, o bien jugando las negras . . . P X P. En principio, cualquiera de estas jugadas representa un pequeño retroceso, de manera que la tensión en el centro frecuentemente se sostiene hasta medio juego. 5. D-3C

D-3C

Las negras no le temen a los Peones doblados, ya que después de 6. D X D, P X D, obtienen una columna abierta. 6. P-5A Las blancas temen aún menos a los Peones doblados, y si hu­ bieran obligado a las negras a efectuar el cambio de Damas, la ju­ gada anterior resultaría sumamente efectiva. Sin embargo, las ne­ gras no tienen necesidad de efectuar el cambio. Retiran a la Dama, y entonces las blancas tienen que afrontar las molestas consecuencias de los cambios del centro, originados por la jugada proporcionada en el texto. 6. 7. C-3A 8. A-2D

D-2-A CD-2D P-4R (NP 155) .

155

Este avance demuestra con claridad la objeción a la sexta jugada de las blancas, P-5A. Las negras formaron ahora un centro 4D4R, que las blancas no pueden invalidar a causa de la vulnerabili­ dad de su propia 4AD ( 9. P X P, C X PA ; 1 0. D-lD, CR-2D ) .

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A.JEDREZ

226

9. C-4TR

Las blancas buscan una solución eficaz a su problema en el cen­ tro. Se encuentran en una desagradable posición en la que no pue­ den emprender nada allí y, sin embargo, deben tener constantemente en cuenta el posible avance de las negras . . . P-SR, al que al fin seguirá un ata:que por el flanco de Rey. Debido a la línea de juego adoptada por las blancas, no existe ninguna solución, cuando más un cambio en la naturaleza de sus dificultades. El plan correcto hubiera sido que continuaran tranquilamente su desarrollo ( A-2R, enroque TR, y si se hacía necesario P-3TR ) , junto con, o quizá mejor, precedidas por alguna acción sobre el flanco de Dama ( D-3T, P-4CD, posiblemente con P-SC ) . Sin embargo, la desventaja de las blancas en esta maniobra, es que el Alfil negro de Dama interfiere en su posición e impide que la Torre de Dama ocupe la columna CD jugando T-1C. Esta es la razón de que las blancas hayan procedido mejor por etapas, ya que des­ pués de P-4CD el centro de las negras queda bajo fuego. Tan pron­ to como la SAD de las blancas esté doblemente defendida ( tanto por 4CD como por 4D ) , pueden pensar en el cambio P X P. Si las negras se anticipan a esta eventualidad jugando . . . P-SR, su diagonal del Alfil de Dama hacia 8CD queda interceptada. Vea el juicio y el plan al final de la partida. 9. . . 1 0. P-4A .

A-3R

Consecuencia de la jugada anterior, que obligó a las blancas a manifestarse, sin embargo, este ataque por el flanco no es de ningu­ na manera desfavorable para las negras. 1 0. . 11. PXP .

.

P X PD C-SR

Réplica a la estrategia de las blancas. La amenaza es 1 2 . . . . C X A, seguida por 1 3. R X C, D X P jaque ; en tanto que después de 1 2. A-3R, las negras pueden reforzar SR por medio de 1 2 . . . . A-2R ; 1 3 . C-3A, CD-3A. La SR de las negras se convierte en una casilla fuerte dentro de la acepción dada en el Capítulo VIII, pudiendo intensificarse las operaciones contra la posición de las blancas. 12. c x c 1 3. A-4A

PXC A-2R

Una venenosa jugada intermedia que aumenta las ventajas de las negras. El Caballo blanco no tiene por dónde huir.

227

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

14. A X A 1 5 . P-3C 16. P X A

A X C jaque PXA

Desde luego, jugando 16. D X P jaque, A-2R, se perdería una pieza. 1 6.

Enroque TD (N9 156)

...

157

156

Investiguemos el daño. Ambos jugadores tienen Peones débiles, pero los de las blancas se encuentran sobre casillas negras y su Alfil de Dama se ha vuelto débil, bastante débil. 1 7 . TR- 1 C Y n o 1 7. D X P, porque entonces vendría 1 7 . . . . TR- 1 R ; 1 8 . D-3T, P-6R con una preponderancia definitiva para las negras.

17.

...

C-3A

Las negras calculan las probabilidades respectivas con suma pre­ cisión, y ofrecen un Peón con objeto de obtener un final favorable. 1 7. . P-3CR ; 1 8. P-5T, es inferior, ya que las blancas se librarían cuando menos de uno de sus Peones débiles. .

.

18. D X PR jaque 1 9. D X D jaque 20. A-3R

D-2D TXD C-4D

Las blancas tienen un Alfil débil, y las negras tienen un Caballo en una casilla fuerte, lo que junto, representa una amplia com­ pensación por la desventaja de un Peón de estas últimas. 2 1 . R-2R (N9 157) 21. . . .

T-1 A

CKITERIO Y TÁCI'ICA EN EL AJEDREZ

228

Atacando a uno de los Peones débiles, pero si se observa bien, sin obligarse a capturarlo. La liquidación significaría el cambio de un Caballo fuerte por un Alfil débil, decisión a la que es difícil que lleguen las negras cuando poseen una ventaja decisiva. Sin embargo, después de 22. T-5C, C X P jaque ; 23. A X C, T X A ; 24. R-3R, T X P ; 25. T -2C, T-2AR ; las negras quedan con un buen Peón de ventaja. 22. TD-l AR 23. T-5C 24. T X T

T-4A TD-2AR

Aquí las blancas perdieron la oportunidad de entrar en aguas re­ lativamente tranquilas : 24. T ( l A ) - l CR, P-3CR ( 24 . . . . C X P jaque ; 25. A X C, T X A ; 26. T X P, conduciría a un fácil empate ) ; 25. P-5T, con oportunidad de contraatacar. Taimanov cita lo si­ guiente : 25 . . . . T X T ; 26. T X T, T-4A ; 2 7 . P X P, T X T ; 28. P X T, P X P, y resulta un final en el que las negras, a pesar de en­ contrarse con un Peón de desventaja, tienen muy buenas oportuni­ dades de ganar. El Rey negro marcha directamente a su 4AR, y las blancas están prácticamente carentes de recursos. Las consecuen­ cias de la j ugada marcada en el texto son más serias aún. 24. 25. T-l CR 26. T-4C

TXT P-3CR

Las blancas emplean a sus piezas en una forma puramente de­ fensiva, procedimiento raras veces aconsejable.

26. 27. A-2D 28. P-3TD .

R-2D R-3R C-2R (N9 158) .

Las negras reagrupan sus fuerzas : el Rey en 4D, la Torre en 4TR y el Caballo en 4AR ( como casillá fuerte ) . Una vez lograda esta nueva formación, ya no podrá sostenerse la 4D de las blancas, y el Pe6n pasado de Rey actuará por su cuenta. 29. T-3C Las blancas descubren su última oportunidad de contraatacar : la mensiva sobre los Peones del flanco de Dama, que ciertamente, es el único punto vulnerable en la posición de las negras. 29.

30. T-3C

T-4T T X PT

229

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

El manejo de este final no presenta ninguna dificultad especial para las negras. No se trata de capturar Peones, sino �s bien de analizar cuidadosamente los ocasionales intentos de contraataque de las blancas, que por otra parte, podrían resultar peligrosos. 31. TXP 32. R-l D

T X P j aque

Y n o 32. R-3R, e-4A jaque, capturando a l Alfil.

32. . . 33. T X PTD .

e-4A T-8T jaque

Esperando a ver si las blancas caen en la trampa ( 34. R-2A, e X P jaque ; 35. R-3A, e-4e jaque ) .

34. 35. 36. 37.

R-2R R-lD T-7D jaque P-5D

T-7T jaque R-4D R-5A T-8T jaque

Y no 37 . . . . P X P, a causa de 38. P-6A, T--8T j aque ; 39. A-lR. Después de la jugada del texto, 38. A-l R, fracasa contra 38. . . . e-6R jaque y 39. . . . e X P.

158

38. 39. 40. 41.

R-2R P-6A R-2A P-3e jaque

PX P e-5D jaque exP R-4A

Las negras están prevenidas para retener su Peón de Dama. 42. P-4e jaque 43. T-7AD

R-5A R-6D

Las negras ahora ganan con toda tranquilidad con sus Peones pasados y unidos.

230

CRITElUO Y TÁCTICA EN EL A.TEDREZ

44. T X C

T-7T jaque TXA P--6R T-7C T-5C P-5D R-7D T-5T

45. R-3C 46. P-4T 47. T--6R 48. P-5C 49. T-5R 50. P-5T 5 1 . P--6T

Las blancas abandonan. Juicio y planeamiento en las diferentes etapas de la partida : (1) Después de 6. P-5A. Juicio: Las negras tienen ahora mejor juego, porque el Peón AD de las blancas necesita el apoyo de su Peón de Dama, cuyo Peón está operando con apenas la mitad de su fuerza. Este caso siempre se presenta cuando alguna unidad se sobrecarga y tiene que desem­ peñar alguna otra tarea.

Plan ( para las negras ) : Con objeto de aprovechar su ventaja, prepararse inmediatamente para jugar . . . P-4R. (2) Después de 8 . . . P-4R (NP 155) . Juicio: A causa de su mayor elasticidad en su centro, las negras tienen cierta ventaja. Plan ( para las blancas ) : Obligar a las negras a declarar sus in­ tenciones en el centro. Esto es factible, ya que tienen defensa pos­ terior para su 5AD, o sea D-3T, lo mismo que P-4CD. Mientras tanto podrán agregar A-2R para tener al Rey listo para enrocarse y P-3TR, desalojando 2TR para el Caballo del Rey. Si las negras continúan posteriormente con . . . P-5R, el Caballo regresa al jue­ go vía 2T-1 A-3C, en donde es importante, para las blancas, que el Alfil de Dama de las negras no controle por más tiempo la 1 CD de las blancas. Sin embargo, si las negras toman el Peón de Dama, el Caballo blanco puede regresar a 3AR bajo condiciones excelentes. Si las ne­ gras permiten que continúe · ¡a tensión, las blancas podrán jugar en el momento adecuado P X P y C-4D, conquistando la casilla fuerte 4D. Cuando todo esto suceda de acuerdo c;on el plan, seguirá como derivación de la estrategia de las blancas, el avance P-5CD, junto con algunas operaciones sobre la columna abierta. ( Hemos obser­ vado que en esta partida las blancas decidieron adoptar una línea de juego completamente distinta y menos recomendable. (3) Después de 2 1 . R-2R (NP 157) . .

231

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

Juicio: Las negras han situado su Caballo en una casilla fuerte, en tanto que las blancas tienen un Alfil débil. La �nayoría de Peones de las blancas ( tres Peones en desordenada foriDaCión : 2TR, 4TR y 4AR, contra 2TR y 2CR de las negras ) resulta insuficiente com­ pensación. Plan { para las negras ) : Ataque sobre la 4AR de las blancas, sim­ plificación por medio de cambios, jugando el Rey una parte muy importante en estas operaciones. A causa. de que el Alfil de las hum­ eas es "débil", el Rey negro tiene el paso libre por las casillas avan­ zadas de las blancas y éstas aumentarán su importancia cuando las Torres desaparezcan del tablero. PARTIDA NUMERO 111 J. R. CAPABLANCA-A. LILIENTHAL, Moscú, 1 936

Apertura de Réti l . C-3AR 2. P--4A 3 . P-3CD 4. A-2C

5. 6. 7. 8.

P-3C A-2C Enroque P-3D

P--4D P-3AD A--4A P-3R C-3A CD-2D .P-3TR A-2R

Las blancas han elegido una formación un tanto fuera de lo vul­ gar, que sin embargo, hace treinta años podría haberse llamado mo­ derna. Su principal característica es un retardo prolongado en la disposición final del centro. Ciertamente, las piezas están dirigidas hacia el centro, pero los Peones se mantienen atrás. En esta partida, el Peón de Rey no se adelanta sino hasta la jugada número cincuen­ ta. Se alega que la idea de retener atrás a los Peones del centro, tiene la ventaja de que se puede sincronizar de acuerdo con la foriDa de proceder del contrario : ventaja que, sin embargo, en principio se abstiene de ejecutar ahora en las prácticas superiores, por ser poco menos que teórica. Sin embargo, que tal estructura moderna pueda contener no poco veneno, se puede observar en el presente caso, si las negras juegan 8. . . . A-3D, en vez del movimiento del texto. En ese caso seguiría 9. P--4R, y ahora, después de 9 . . . . P X PR ; 1 0. P X P, C X P ; 1 1 . A X P, las negras ya no se pueden en­ rocar sobre el flanco del Rey, en tanto que, después de 9. . . . A-5CR ; 1 0. T-1 R, las blancas también logran una gran ventaja.

CRITERIO

232

9. CD-2D 1 0. T-1 A (N9 1 59) .

Y

TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Enroque

Las blancas podrían avanzar en el centro jugando ya sea P---4R, o bien P---4 D. El método más común es intentar P---4R ( quizá después de la j ugada preparatoria D-2A ) , aun cuando la desven­ taja de esta maniobra es que su 3D puede convertirse en débil ( cam-

159

bio de las negras en su 5R, seguida por . . . C---4A-6D ) . Por otra parte, una j ugada prematura de P---4D no es favorable, ya que pro­ porciona al Alfil de Dama de las negras una diagonal magnífica. En la partida que nos sirve de ejemplo, las blancas no hacen ninguna de las dos cosas, sino que esperan a ver si puede existir la oportuni­ dad de utilizar cualquiera de estos métodos tácticos en el centro en condiciones más favorables. 10. 1 1 . P-3TD

P---4TD

El objeto de esta jugada es capacitar a las blancas a jugar P4CD como respuesta a . . . P-5T, impidiendo a las negras abrir la columna de TD en su ventaja. En tales posiciones, la captura de la 5TD de las negras apenas si merece ser tomada en consideración, ya que un Peón colocado en su 4TD generalmente resulta insoste­ nible, de manera que las blancas quedarían con un Peón débil en 3TD. 1 1. . . . 1 2. T-2A

T-1 R

Para dejar pasar a la Dama ( observe la siguiente jugada ) . 1 2.

...

A-2T

233

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

Una maniobra preventiva para el caso en que las blancas tard� o temprano puedan jugar P-4R.

'

1 3 . D-l T Este doblado sobre l a gran diagonal e s característico del moder­ no principio que requiere que las piezas sean dirigidas contra el centro preferentemente a la ocupación del mismo por Peones. Con la jugada del texto se ejerce presión sobre la SR. 13.

.

.

A-l A

.

Lo lógico es 1 3 . A-3D ; amenazando . . . P-4R-5R, que obligaría a las blancas a renunciar a su política de espera. Las ne­ gras deciden hacer lo anterior siete jugadas después ; las jugadas intermedias son de escasa importancia, y podrían omitirse por lo que concierne al lector. 1 4. T-l R L a incursión 1 4. C-SR, C X C ; 1 5 . A X C, más bien favorece­ ría a las negras, que entonces podrían jugar . . . C-2D, que sería seguida por . . . P-3A y . P-4R. .

1 4. 1 5 . A-3T 1 6. T-l AR 1 7 . T { 2A ) - 1 A

.

D-3C A-4AD A-l A

Alejando a la Torre d e l a diagonal del Alfil d e las negras cilitando la forma de jugar P-4D si se hace necesario. 17. 1 8 . TR- l R 1 9. T-l A

y

fa­

TD-l D A-4AD

Después de todo, las intenciones de las blancas son de jugar P-4D. 1 9. 20. A-2C

A-l A A-3D

Por fin se presentó esta jugada, que abre una nueva fase en la partida. 2 1 . C-SR Las blancas no deben permitir de ninguna manera que se jue­ gue . . . P-4R. Observe que la j ugada del texto tiene aquí otra significación que en la jugada 14 { vea nota relativa ) , ahora las

234

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

negras tendrían que cambiar tanto al Alfil como al Caballo para poder jugar . . . C-2D. 21. 22. A X A 23. D X C

AXC CXA C-2D

23. . . . P-5D no es tan buena, a causa de 24. P-5A, ya que el Caballo blanco podría llegar a 6D por medio de 4AD. 24. D-2C

C-3A

Las negras también adoptan una política de espera, que quizá tácticamente no sea una mala idea. En el registro del torneo, Capa­ blanca da 24 . . . . P-4AD, seguida por la maniobra del Caballo C-1 C-3A. Entonces las blancas no consiguen nada con la cap­ tura en 5D, ya que entonces la columna del Rey ha quedado abierta y la 2R de las blancas está expuesta a ser atacada ( 25. P X P, P X P ; 26. A X P, T X P ) .

25. P-4CD (NP 160) Aquí tenemos un ejemplo de la diagonal semiabierta ( 2CR a 8TD ) bloqueada por Peones hostiles en 7CD, 6AD y 5D. Es de ob-

160

servarse que tal línea semiabierta generalmente origina un poder más grande a la completamente abierta, con especialidad cuando el bloqueo está formado por dos ( en vez de tres ) Peones, como posteriormente será el caso en esta partida ( ver el siguiente dia­ grama ) , después que las negras cambian en forma injustificada su Peón de Dama. Tácticamente, la línea de conducta que se debe adoptar, consiste en atacar por medio de Peones y piezas a los Peones bloqueadores ; después, cambiando o avanzando Peones, crear un punto débil que

235

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

estará bajo fuego constante en la gran diagonal, colocando el Alfil en 2CR. La ejecuci6n de estas maniobras se inician con la jugada del texto. Las blancas están dispuestas ya sea a operar sobre las colum­ nas abiertas de TD y CD, o a avanzar el Pe6n CD más todavía. Observe que la eficacia del Alfil de Dama negro no se puede comparar con el Alfil de Rey blanco, especialmente cuando el Pe6n de Dama blanco que bloquea la diagonal es por completo inexpug­ nable. 25 . . . . 26. D X P

PT X P

Las blancas aprovechan la oportunidad para efectuar el cambio de Damas. Esto tiene importancia en la acometida posicional que se avecina, el efecto de la cual se alteraría por la presencia de de­ masiadas piezas mayores. 26 .

...

DXD

Obligada prácticamente : después de 2 6. . . . D-2A ; 2 7 . T-1 0, T-2R ; 28. T-30, la 2CD de las negras se vuelve peligrosamente débil. 27. P X D 28. T-1 T

T-1 T

Todo d e acuerdo con e l plan. 28 .

...

C-2D

Al socorro del flanco amenazado. 29. C-30 30. T-5T

R-1 A

Una jugada muy importante. Prepara el doblamiento de las Torres, en tanto que un cambio en 5TD llevaría al Caballo a una posici6n fuerte. También se puede jugar 30. T X T, T X T ; 3 1 . C-5T, pero l a jugada elegida permite posibilidades más variables. 30 .

...

PXP

Bajo el punto de vista posicional es un error que da origen a una posici6n nueva por completo. La jugada correcta hubiera sido 30 . . . . T X T ; 3 1 . C X T, T-1 0, o en otra forma, la continuaci6n recomendada por Capablanca : 30 . . . . R-2R ; 3 1 . TR- 1 T, T X T ; 32. T X T, R-3D ; 33. T-7T, R-2A ; 34. C-5T, T-1 CD, en donde las negras no tienen mucho que temer.

236

CRITERIO

31. PXP 32. T X T 33. C-5T (NP 161)

Y

TÁCTICA E N EL AJEDREZ

C-3C TXT

E l ataque sobre l a semiabierta diagonal en su forma más carac­ terística. Un Caballo blanco amenaza a los Peones del bloqueo,

161

162

que no pueden moverse, ya que si uno de ellos se mueve cae el otro ; más aún, la jugada mortal P-5C está en reserva. Las ne­ gras tienen la opción de jugar . . . T-l C, o bien, T-2T. Las blan­ cas ganan, en primer lugar, mediante un ataque, con Peones, y en segundo lugar, por un ataque con piezas, en esta forma : 3 3 . . . . T-l C ; 34. P-5C ( las blancas podrían hacer pri­ mero algunas otras preparaciones sin alterar el efecto ) , 34 . . . . P X P ; 35. P X P, C-4D ( no hay otra cosa ) ; 36. A X C, P X A ; 3 7 . T-l D, T-l D ( 37 . . . . A-5R ; 38. P-3A ) ; 38. C X P, T-l C ; 39. C-6D, R-2R ; 40. T X P, y ahora ni 40 . . . . T-l D ; 41 . C-5A jaque, ni 40 . . . . R-3R ; 4 1 . T-2D, permite a las negras ninguna oportunidad de con­ traatacar. 2. 33 . . . . T-2T, como en la partida. l.

33. 34. T-l D

T-2T

Con la poderosa amenaza 35. A X P, P X A ; 3 6 . T-8D jaque, R-2R ; 3 7 . C X P jaque, R-3A ; 38. C X T. Después de 34 . . . . R-2R, esta amenaza se vuelve aún más en­ · fática ( 35. A X P, T X C ; 36. P X T, y el Caballo resulta atacado ) , y jugando 34. . . . P-3A, se pierde un valioso Peón después de 35. T-8D jaque, R-2R ; 36. T-8CD.

237

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

34.

...

R

-

lR

Es la mejor jugada, pero también resulta insuficiente. 35. C X PC (NP 162) . Un magnífico triunfo del ataque sobre la diagonal semiabierta. 35. 36. A X P jaque 3 7 . P-5A 38 A X T

TXC T-2D R-2R CXA

La combinación ha producido una amplia ventaja material. To­ rre y dos Peones pasados por Caballo y Alfil. 39. P-6A 40. P-7A

C-3C

Todo se desliza suavemente. Las negras no pueden evitar la pér­ dida de una pieza. 40 .

...

A----4-A

Para llegar a la casilla de coronamiento precisamente a tiempo, por medio de P----4-R . 4 1 . T-8D Es más sencillo 4 1 . P----4-R y ahora : l . 41 . . A X P ; 42. T-8D, A-2C ; 43. T-8CD, o bien 2. 4 1 . . A-5C ; 42. P-3A, A X P ; 43. T-8D. .

.

.

.

41 . 42. T-8CD 43. P-5C 44. P-6C

P----4-R C-l A R-3D C-2R

O bien, 44 . . R-3A ; 45. P-7C, R X P ; 46. P X C ( D ) jaque, A X D ; 47. T-8T, siendo concluyente la ventaja del cambio. .

.

45. T-8AR Nuevamente las blancas dejan de considerar una forma más rápida de ganar : 45. P-8A ( D ) . J . 45 . 2. 45 .

.

.

. A ?( D ; 46. P-7C, A-3R ; 47. T-8D j aque. . . C X D ; 46. P-7C, ganando nuevamente una pieza.

.

Sin embargo, con las jugadas del texto también gana. 45. 46. T X P

A- l A C----4-D

238

CRITERIO

47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54.

TXP T-7T T X P jaque P--4R P-3A P--4T T-6AR T-6A

Y

TÁCTICA EN EL AJEDRBZ

C X PC C--4D RXP C-2R R-2D R-1 R C-1 C Abandonan.

Juicio y plan : ( 1 ) Después de 20. A-2C. Juicio : Existe en el centro una extensa "tierra de nadie" que pro­ porciona, a las blancas principalmente, gran libertad de movi­ mientos. Plan : ( para las negras ) : Terminar con esta situación reforzando . . . P---4-R, obteniendo en esta forma en el centro una preponde­ rancia clara y bien definida ( 20 . . . . A-3D ) . Plan ( para las blancas ) : Frustrar las intenciones de las negras ( 2 1 . C-5R ) . (2) Después de 24 . . . . C-3A. Juicio : El Alfil del Rey de las blancas opera a lo largo de la diagonal semiabierta sobre la que se hallan colocados tres peones hostiles y vulnerables. Plan ( para las blancas ) : Ataque sobre el flanco de Dama por medio de piezas ( 28. T-1 T y 29. C-3C ) y con Peones ( 25. P---4-C D ) . (3) Después de 3 1 . -P X P. Juicio : Como el anterior, con excepción de los Peones que blo­ quean en 2CD y 3AD de las negras, ahora son considerablemente más vulnerables debido al descuidado cambio de las negras de su Peón de Dama ( 30 . . . . P X P ) . Plan ( para las blancas ) : Ataque sobre la 7CD con piezas ( 33. C-5T ) y por medio de Peones ( ver las variaciones que se dan en la nota a la jugada número 33 de las blancas ) . PARTIDA NUMERO IV D. BRONSTEIN-M. BOTVINNIK

Partida No. 22, Campeonato Mundial, Moscú, 1 95 1 Defensa Holandesa

l . P--4D 2. P--4AD 3. P-3CR

P-3R · P--4AR C-3AR

239

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

4. A-2C S. C-3AD 6. P-3R

A-2R Enroque P-4D

Queda establecida la formación provisional en el centro, 4D y 3R en cada lado. Pero en tanto que el 4AD de las blancas presiona en el centro, las negras han contrarrestado esta presión sobre la 4R de las blancas llevando su propio Peón a su 4AR. La consecuencia de todo esto es que las blancas podrán modificar la situación a vo­ luntad en el centro, ya sea por medio de P-SA ( que generalmente no se recomienda, ver la Partida Número 11) , o bien por medio del cambio P X PD ( ver el Capítulo IX sobre la columna semi­ abierta ) . Por otra parte, la jugada de las negras . . . P-4AR ha debilita­ do ligeramente su 3R facilitando el acceso a su 4R, aun cuando por otro lado, su propio Caballo puede ocupar su SR. Además, movien­ do el Peón AR abre a la Dama negra el camino al flanco de Rey enemigo ( . . . D-1 R-4T ) , cuya salida se puede convertir fácil­ mente en peligrosa. 7. CR-2R Dirigida principalmente contra la maniobra indicada antes, . . . D-1 R-4T, pero este desarrollo del Caballo en 2R tiene además la ventaja de capacitar a las blancas a desalojar al avanzado Caballo negro por medio de P-3AR. También pueden lograr las blancas lo anterior jugando inmediatamente su Caballo a SR ( C-3A-SR ) , pero entonces las negras podrían cambiar a este Caballo después de . . . CD-2D y el Peón blanco colocado en SR se podía convertir en un punto débil que las negras podrían explotar. 7.

...

8. P-3C

P-3A C-SR

El brinco del Caballo negro a SR opera en forma distinta al mo­ vimiento respectivo en las blancas. Un cambio de Caballos abre a las negras la columna de AR después de . . . PA X C. Por otro lado, no debe olvidarse que las blancas pueden desalojar al Caballo ju­ gando P-3A. Observe también que 8. . . . CD-2D tiene sus inconvenientes a causa de 9. C-4A ( debilitamiento de las ne­ gras en 3R) . 9. Enroque 1 0. A-2C

C-2D CD-3A (NP 1 63) .

Ambos bandos han terminado su desarrollo y entramos ahora en la fase más difícil de la partida. ¿ Qué es lo que debe hacerse ? La

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

240

formación blanca de la izquierda apunta hacia operaciones en el flanco de Dama, pero las negras parecen preparadas para atacar sobre el flanco de Rey. 1 1 . D-3D Una jugada más de espera, que sin embargo, tiene un ligero inconveniente : la Dama permanece en el terreno de maniobras ta­ les como C--4A-3D-5R. 1 1.

...

P--4CR

Las negras son las primeras en decidirse : acción sobre el flanco del Rey. ¿ Qué continuación tendrá en mente ? Es probable que . . . D-1 R--4T, con . . . C-5C y . . . A-2D-1 R-3C, y eventual­ mente, si la oportunidad se presentara, también . . . P-5A. Sin embargo, por el momento, no se pueden esperar resultados concre­ tos de este ataque. 1 2. P X P Las blancas contestan. Este cambio inicia el ataque al flanco de Dama. 12.

PR X P

Después de 1 2 . . . . PA X P, las blancas inician un ataque a lo largo de la columna abierta de AD. Ahora sus acciones estarán ba­ sadas en la columna semiabierta de AD ( al ataque de minoría ) . 1 3 . P-3A Antes de continuar con P-3TD ( al cual las negras era pro­ bable que hubieran contestado con 1 3 . . . . P--4TD ) , las blancas desalojan al molesto Caballo. 13.

. . .

cxc

En contra de 1 3. C-3D, las blancas podían haber contestado con 1 4. P--4R. Un cambio general, 1 4 . . . . PD X P ; 1 5 . P X P, P X P ; 1 6. C X P, C X C ; 1 7 . A X C, C X A ; 1 8. D X C, parece que es completamente favorable para las blancas, si se toman en consideración varios agujeros en el campo del Rey de las negras. 14. A X C Después de 14. C X C, P-5A resulta muy embarazosa. Como están las cosas, el movimiento del texto se adapta mejor al plan de las blancas ( P--4CD ) .

241

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

1 4.

...

P-5C

Una jugada dudosa. Es cierto que 15. P--4R lleva una amena­ za hasta cierto punto ( compare la nota a la jugada 1 3 de las ne­ gras ) pero hubiera sido detenida satisfactoriamente con 14 . . . . A-3R ( 1 5. P--4R, PD X P ; 16. P X P, P X P ; 1 7. A X P, C X A ; 18. D X C, A--4D ) . 15. P X P 16. A-3T

CXP C-3T

Difícilmente podrán permitir las negras 1 7. A X C, P X A, ya que les ocasionaría dificultades ( como anteriormente ) . Es lamentable para las negras que no pudieran retirar su Caballo a 3AR. Más tarde tendrán que perder dos tiempos para llevar este Caballlo desde su lejano sitio a su 5R. 1 7 . C--4A 1 8. P--4CD

A-3D

El bien conocido ataque de minoría. 18. 1 9. P--4T 20. TD-- 1 C

P-3T D--2R

Todo sobre líneas normales. También se podía jugar el inme­ diato avance 20. P-5C, pero la oportunidad de hacerlo posterior­ mente no se desvanece. 20 .

...

163

P--4C (NP 1 64) .

164

Un concepto equivocado posicional. En tanto que esta jugada detiene la acci6n intentada por las blancas, proporciona dificultades a las negras : el debilitamiento de su 3AD y la apertura en un mo-

242

CRITI!llUO Y TÁCTICA EN EL A.JEDREZ

mento que elijan las blancas, de la columna de TD. La jugada co­ rrecta era 20. . . . A-2D, con un juego que probablemente se podría sostener. La jugada marcada en el texto hubiera sido escasa­ mente suficiente si el Caballo hubiera podido llegar rápidamente a la 5R de las negras, pero esa retrasada bestia está muy lejos. 2 1 . A-2CR Amenaza inmediata de 22. C X P, precedida tal vez por un cam­ bio en 50. Sin embargo, es posible que 2 1 . T-20 y 22. T-lT fue­ ra más enérgica. 21.

...

C-50

Ganando un tiempo ( ataque sobre 6R ) . 22. A-2D 23. T-20

C-3A

Con objeto de dejar pasar a la Torre. 23 .

...

A-2D

C-5R, de modo que después de El boletín menciona 23. 24. A-l R, PXP, la Torre de Rey de las blancas resultaría cortada. Sin embargo, las blancas tienen algo mejor con 24. T-l T, C X A ; 25. D X C, seguida por 26. C--3D. 24. T-l T 2 5 . A-l R 26. D-30

C-5R TR- l R

Defendiendo 4CD, d e manera que l a Torre colocada e n 20 pueda moverse a 2T, doblando Torres sobre la columna de TD. 26 . . . . 27. T- ( 2C ) -2T

R-l T

Desarrollo gradual del ataque ; las blancas amenazan ahora con ganar un Peón jugando 28. P X P. 27 .

...

D-l A

Defendiendo a l a Torre d e Dama. Este intento sobre l a colum­ na de TD debería ser precedido por 27 . . . . A X C ; ya que ahora el Caballo blanco jugará una parte muy importante en los acon­ tecimientos. Mientras tanto, podemos establecer el hecho de la superioridad de la formación de ataque de las blancas 4TD y 4CD contra 3TD y 4CD de las negras. Las blancas han doblado sus To-

243

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

rres en la columna de TD, lo que no han podido emular las negras ( 2 7 . . . . T-2T ; 28. P X P ) . En la columna de TD las negras es­ tán condenadas a la pasividad, con sus piezas más importantes inactivas. 28. C-3D Con objeto de llevar al Caballo a la casilla central 5R en donde su intervención será decisiva, ya. que las negras no pueden eliminar al Caballo sin correr grandes peligros en la diagonal negra. Observe también que las blancas no tienen qué temer la combinación 28 . . . . P X P ; 29. T X P, P--4A, porque con la sencilla continuación 30. PC X P, A X T ; 3 1 . T X A, las blancas también ganan el Peón de Dama y ganan con facilidad con dos Peones pasados unidos. 28 .

...

TD-1C

Las negras abandonan la columna de TD. Carecen de j ugadas adecuadas de espera, y en todo caso las blancas pueden jugar 29. C-5R. 29. P X P 30. T-7T (NP 165) .

PT X P

La séptima fila.

165

30 .

...

T-2R

Después de 30. . . . T-1 T ; 3 1 . C-5R, también es fuerte. 3 1 . C-5R

A-l R

Apresurando e l final ; pero después d e 3 1 . . . . A X C ; 3 2 . P X A, A�3R ; 33. D-2A, las negras podrían haber sufrido una extinción más deliberada.

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

32. P-4C La irrupción definitiva, haciendo entrar al Alfil de Dama en actividad. La amenaza es A4T, con lo que las negras dejan en ma­ nos de su oponente el dominio de la séptima fila, con consecuencias fatales. 32 .

...

PXP

En mal momento las negras olvidan la continuación 3 2 . . . . D-2C, con la que podrían haber sostenido su segunda fila al costo de un Peón. ( 33. T X T, D X T ; 34. P X P, A X C ; 35. P X A, D X PR ; 3 6 T-7T, etc. ) . 33. A X C 34. A-4T

PXA

Parte de la estrategia de las blancas, cuyas sucesivas fases han sido : disputar la columna de TD, conquistar dicha columna y dis­ putar la séptima fila, lo que ahora está cumplido por completo. 34 .

...

TXC

U n sacrificio desesperado. Después de 3 4. . . . T X T ; 35. T X T, la amenaza 36. C-7 A jaque, difícilmente se puede contrarrestar con 35 . . . . A X C, a causa de 36. P X A, seguida por 37. A-6A, con otra seria pérdida en material para las negras. 35. P X T 36. T-1 AR

A X PR D-1 C

Las otras alternativas tienen resultados muy parecidos : l . 36 . . . . D-3D ; 37. A-3C, A X A ; 38. D-3A jaque, etc. 2. 36 . . . . D-3T ; 37. A-3C, A X A ; 38. D-3A jaque, etc.

37. A-3C Un elegante toque final. Las negras no pueden aceptar el sacri­ ficio de la Dama porque el mate está en dos jugadas ( 38. T-8A jaque y 39. A X A ) . 37. 38. D X D jaque

juicio

A-2C Abandonan.

y plan : ( 1 ) Después de 1 0 . . . . CD-3A. Juicio: Las blancas tienen mayor libertad de acción en el flan­ co de Dama ; las negras en el flanco del Rey.

245

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

Plan ( para las blancas ) : Atacar el flanco de Dama ( P X P y P-4CD-5 ) . Plan ( para las negras ) : Atacar el flanco de Rey ( . . . P-4CR seguida por . . . D-1 R-4T ) . (2) Después de 20. . . P-4C. Juicio: Las blancas tienen una definida ventaja con su forma­ ción de Peones en el flanco de Dama ( 4T y 4C en contra de 3T y 4C ) , lo que las capacita para abrir la columna de TD en cualquier momento favorable. Plan ( para las blancas ) : Doblar las Torres en la columna de TD, para lo cual debe protegerse en forma adecuada la 4CD de de las blancas. El objetivo final de esta maniobra será la ocupación de la séptima fila. (3) Después de 30. T-7T. Juicio : Las blancas tienen una Torre en la séptima fila. Plan ( para las blancas ) : Dominar completamente la séptima fila por medio de C-5R, P-4CR y A-4TR. Estas jugadas darán a las blancas una indudable ventaja, ya que varias unidades negras están comprometidas en la defensa de la séptima fila, y también porque el doble cambio en 5R abre una diagonal para el AD de las blancas con resultados definitivos. .

PARTIDA NUMERO V DR. S. TARTAKOWER-DR. M. EUWE, Venecia, 1 948

Giuoco Piano l. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

P-4R C-3AR A-4A P-3A P-4D Enroque P-3TR T-l R

P-4R C-3AD A-4A A-3C D-2R P-3D C-3A Enroque (N9 166) .

Un bien conocido tipo de dispositivo de combate : 4R y 4D en el bando atacante, en contra de 4R y 3D del bando defensor. En consecuencia, las blancas tienen la opción de alterar la formación del centro, ya sea por medio de P X P o por P-5D. Como en cual­ quiera de los casos entra en acción el Alfil negro, ninguna

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

246

de dichas combinaciones pueden efectuar las blancas por el ·momen­ to. Su oportunidad descansa más bien en obligar a las negras a efectuar el cambio, lo que les proporcionará un muy favorable cam­ bio de posición. Para entonces, el Pe6n de Rey de las blancas habrá recuperado su movilidad, lo que implica oportunidades multifor­ mes de ataque. 9. C-3T En combinación con el movimiento siguiente constituye una forma original de lucha por alcanzar el objetivo descrito. Las blan­ cas tienen la mira en C-2A-3R-5D. 9.

...

C-lD

Era mejor 9. R-lT, en cuyo caso las blancas difícilmente podrían jugar 1 0. A-l A, debido a 10 . . . . P X P ; 1 1 . P X P, C X PR. El objeto de la jugada del texto es anticiparse a C-2A-3R-5D por medio de . . . P-3A. 1 0. A-l A Ahora 1 0 . . . . P X P ; 1 1 . P X P C X P, es mala debido a 1 2 . C-5CR, seguida por 1 3 . P-3A ( esta línea d e juego d e las blancas fallaría si el Caballo negro estuviera aún en 3AD, haciendo posible jugar. P X P) . 1 0.

...

C-l R

Era preferible jugar 1 0 . . . . C-2D, como se verá dentro de po­ co. El objeto de la jugada proporcionada por el texto es dar al Peón de Rey un apoyo efectivo por medio de . . . . P-3AR. 1 1 . C--4A

P-3AR

Las negras han asegurado a su Peón de Rey, y el plan de las blancas, del cual forman parte las tres últimas jugadas, en aparien­ cia no han conseguido nada. 1 2. P-4TD Una maniobra característica que aprovecha la inmovilidad del Alfil negro en su 3-CD. La amenaza de P-5T obliga a las negras a jugar ya sea su Pe6n de TD o su Pe6n de AD, ya que los dos de­ fienden al Alfil y en esta formá las negras finalmente pierden un Pe6n. Si las negras hubieran jugado su Caballo de Rey a 2D en vez de l R, hubieran escapado a la pérdida material, aun cuando su formación ( C-2D, C-l D y A-l AD ) no hubiera sido muy fácil de romper.

247

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

1 2. 13. O X A 1 4. D-30 jaque 15. D X P

P-3A PXO C-3R P-40 (NP 1 67) .

167 Un remedio bien conocido : ataque al flanco de Rey blanco,

debilitado por el avance del Peón de TR, por medio del avance del propio Peón de OR. Las negras deciden seguir este curso, ya que después de los reveses anteriores tienen poco que perder. 1 6. A-4AD Las blancas toman el ataque de las negras con demasiada lige­ reza. Debieron dejar su Alfil en l AR para que tomara parte en la defensa y continuar con 1 6. P-30R, impidiendo la jugada de las negras . . . 0-5A en forma más efectiva que con la jugada del texto. P-3T 16. Para recapturar con el Peón de AR las blancas debieron jugar 1 7. P X P. 1 7. P-4T

R-2T

Ahora ya no tiene objeto jugar 1 7. . . . P-50. El objetO princi­ pal de la estrategia de las negras es abrir la columna de OR a su oponente. 18. P X PO Esto está en contradicción con las ideas de la defensa. Las blan­ cas abren la columna de TR a su oponente. 18. 1 9. PXP

PT X P PD X P

CRITERIO Y TÁCTICA llN EL AJEDREZ

248

Esto es por lo que las blancas han estado luchando. La columna de AR ha permanecido cerrada, y estas tienen el control de la dia­ gonal negra 3TD-8AR, pero es evidente que el elemento tiempo estará en su contra : 20. P-3CD, T-l T ; 2 1 . A-3T, D-2AR ; y todavía 22 . . . . D-4T queda amenazada. 20. A-3R 2 1 . P-3CR

T-l T

Nuevamente y en forma voluntaria debilita su flanco de Rey. Era mejor la inmediata huída del Rey vía l A y 2R. 21. 22. R-2C .

.

o

R-3C

Con objeto de contestar 22 . . . . D-2T con 23. T-l T, pero las negras tienen todavía más recursos. 22 .

..

o

C-5A jaque (NP 1 68) .

Una oferta bastante obvia de un Caballo, de acuerdo con los principios sentados en los Capítulos V y VI. El Peón defensor de

168

169

las blancas en 3C queda eliminado, y al mismo tiempo, se . le da oportunidad de intervenir al Alfil de Dama de las negras con el ga­ ne de un tiempo. 23. P X C 24. R-3C

A-6T jaque

Después de 24. R-l C, PC X P, la posición de las blancas es desesperada, ya que la Dama negra amenaza tomar parte en la lucha en la columna de CR con 25. . . . D-2C. 24. 25. A X P

PR X P jaque D-20

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

249

La amenaza de mate en la 4CR de las blancas conduce a un colapso posterior de las fuerzas blancas. El Caballo blanco debe ju­ gar a 2T, en donde queda fuera de combate y se convierte en un objetivo. 26. C-2T 27. R X P

P X A jaque T-5T jaque

Las negras deben proceder con suma energía, ya que su propio Rey no está a salvo y está amenazado con un jaque por medio de T-l CR. 28. R-3R Otras posibilidades son : 28. R-3A, A-7C jaque ; 29. R X A, D-6T jaque ; 30. R-l C, D X C jaque ; 3 1 . R-l A, D-8T �aque ; 32. R-2R, D-5R jaque ; 33. R-2D, D X A, etc. 2. 28. R-3C, T-5C jaque, y ahora : (a) 29. R-3A, A-7C jaque ; 30. R-3R, T X P mate. (b) 29. R X A, T-4C jaque descubierto ; 30. R-4T, D2T mate.

l.

28. 29. C-3A

A-7C T X P jaque (NP 169) .

Las blancas han formado una nueva línea de defensa, la que inu­ tiliza la jugada del texto. El Rey blanco, privado de toda ayuda y con la desventaja adicional de la vulnerable posición de s� Dama está expuesto al ataque de tres piezas negras. 30. R X T 3 1 . R-3D

C-3D jaque

Si se jugara 3 1 . R-4A, se contestaba con D-4A jaque, etc. También sería fatal 3 1 . R-3R, C X A jaque ; y 3 1 . R-4D, C- l A jaque descubierto. 31. 32. R-4D 33. R-3D

D-4A jaque D-5A jaque

Si se hubiera jugado 33. R-5A, D X A jaque ; 34. R X C, D-4D jaque, entonces . . . l.

35. R-7A, D-l D jaque ; 36. R X P, D-l A mate.

2. 35. R-7R, D-2A jaque ; 36. R-6D, D-l A jaque.

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

250

(a) . 37. R-7D o bien al 6R, A-6T jaque, etc. (b) 3 7 . T-7R, T-l D jaque ; 38. R-6R, A-6T mate. 33. 34. R-2A

D X A jaque AXC

Por e l momento, e l ataque de las negras ha llegado a su término, sin embargo, al hacer un balance de la situación, está lejos de serie desfavorable : Caballo y Alfil contra Torre y Peón, con una prome­ tedora posición para que las blancas efectúen un contraataque : 3S. T-l C jaque, R-2A ; 36. D-7A jaque, R-3R ; 37. TD-lR ja­ que, no conduce a nada debido a 37 . . . . A-SR jaque ; 38. R-l A, T X P, etc. 3S. P-3C Aquí 3S. D-4D, conduce a un final perdido después del cambio de Damas. 3S. 36. R-2C 37. T-l C jaque 38. TD-l AD

A-SR jaque D-6D R-2A

Esto proporciona a las negras la oportunidad de hacer una ele­ gante combinación final. Sin embargo, era insuficiente : 38. TD-l D, D-7A jaque. (a) 39. R-l T, T X P jaque ; 40. P X T, D X PT jaque ; 41 . R-2C, C-SA jaque ; 42. R-l A, D-7A mate. (b) 39. R-3T, C- A jaque ; 1 40. P X C, T X P mate. 2. 38. D-7 A jaque, R-3R ; 39. TD-l AD, D-7D jaque. (a) 40. R-3T, C-4C jaque, etc. (b) 40. R-1 T, C-SA, y gana. J.

Sin embargo, las blancas aún se pueden sostener con 38. D-SA, ya que 38 . . . . D-7A jaque ; 39. R-3T, C-4C jaque ; 40. R-4C, no conduce a nada. Entonces, lo mejor para las negras es jugar para el final de juego con 38 . . . . D-7D jaque ; 39. R-3T, D-4D. 38. 39. R-3T

D-7D jaque

1 Por error tipográfico del original en inglés, se omitió la jugada, que debe ser C-5A jaque. ( N. del T. ) .

251

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

Si en vez de eso se j ugara 39. R-l T, seguiría 39. 40. D X P jaque, R-3R, y ahora :

C-5A ;

l . 41 . P X C, T X P mate. 2. 41 . T-l C, D X P jaque ; 42. R-2T, T X P jaque ; 43. P X T, D-6T mate.

39 .

...

C-5A jaque (NP 1 70) .

Con esta oferta y la de la jugada siguiente, quedan destruidas las últimas defensas del Rey blanco en el flanco de Dama. 40. P X C 41 . R X T 42. R--4C

T X P jaque D-7T jaque D-7C jaque

Las blancas abandonan, ya que después de 43. R-5T, las negras dan mate con 43 . . . . D-6T. Después de 43. R-5A, las blancas pierden su Dama ( 43 . . . . D X P ; jaque ; 44. R--40, D X D jaque ; 45. R-3T, A-7A, etc. ) .

Juicio y plan: ( 1 ) Después de 8. . . . Enroque.

Juicio: La posición de las blancas en el centro es más agresiva, pero es difícil que se puedan beneficiar con ella, ya que las negras las pueden obligar a renunciar a su fuerte pivote en 5R. Plan { para las blancas ) : Jugar su Caballo a 4AD, presionando, si se presenta la ocasión, sobre un punto táctico debido a la inmo­ vilidad del Alfil negro en su 3CD ; sin embargo, deben estar prepa­ radas a seguir otro curso en su acción llevando su Caballo a 5D, ya sea por medio de 2AD y 3R o bien por 4AD y 3R. (2) Después de 15. D X P. Juicio: Las blancas llevan un Peón de ventaja, pero su campo del Rey está debilitado por el avance de su Peón de TR a 3T. Plan ( para las negras ) : Atacar el flanco del Rey por medio de . . . P--4CR-5 ; posiblemente reforzado con C-5AR. (3) Después de 22. R-2C.

Juicio: El flanco de Rey de las blancas se encuentra seriamente debilitado, y por el momento, las negras llevan ventaja en fuerzas disponibles, sin embargo, no deben esperar a que las blancas refuer­ cen sus defensas, digamos, por medio de 23. T-lT. Plan ( para las negras ) : Destrucción de la defensa de las blancas por medio del sacrificio de un Caballo en 5AR de las negras, con

252

CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

objeto de forzar una irrupción inmediata por medio de sus fuerzas de ataque. (4) Después de 29. C-3A. Juicio : El Rey blanco está muy mal protegido y sus piezas es­ tán indefensas, entre tanto, la Dama puede ser fácil víctima en un doble ataque, sobre ella misma y sobre el Rey. Plan ( para las negras ) : Eliminar al Peón defensor de Rey blan­ co por medio de un sacrificio y después, lanzar todas sus fuerzas al combate.

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ESTA IMPRESION DE TERMINO EN TALLERES DE

1 000 EJEMPLARES SE DE 1984, EN LOS

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