Eutanasia

¿Qué Es Eutanasia? La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella "acción del médico que pro

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¿Qué Es Eutanasia? La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella "acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente" Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del otro. La eutanasia se puede realizar por acción directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta: no proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En ambos casos, la finalidad es la misma: acabar con una vida enferma. Esta acción sobre el enfermo, con intención de quitarle la vida, se llamaba y debería seguir llamándose homicidio. La información y conocimiento del paciente sobre su enfermedad y su demanda libre y voluntaria de poner fin a su vida, el llamado homicidio asistido, no modifica que sea un homicidio, ya que lo se propone entra en grave conflicto con los principios rectores del derecho y de la medicina hasta nuestros días. Terminología La palabra eutanasia a lo largo de los tiempos ha significado realidades muy diferentes. etimológicamente, eutanasia (del griego "eu" bien, "Thànatos" muerte) no significa otra cosa que buena muerte, bien morir, sin más. Sin embargo, esta palabra ha adquirido desde antiguo otro sentido, algo más específico: procurar la muerte sin dolor a quienes sufren. Pero todavía este sentido es muy ambiguo, puesto que la eutanasia, así entendida, puede significar realidades no sólo diferentes, sino opuestas profundamente entre sí, como el dar muerte al recién nacido deficiente que se presume que habrá de llevar una vida disminuida, la ayuda al suicida para que consume su propósito, la eliminación del anciano que se presupone que no vive ya una vida digna, la abstención de persistir en tratamientos dolorosos o inútiles para alargar una agonía sin esperanza de curación del moribundo, etc. Clasificación De Eutanasia Existe mucha confusión en cuanto a la forma de calificar la eutanasia actualmente. En el medio hispanohablante se han introducido conceptos provenientes de la evaluación ética de la eutanasia y se la califica de directa o indirecta en cuanto existe o no la intención de provocar primariamente la muerte en las acciones que se realizan sobre el enfermo terminal. En el contexto anglosajón, se distingue entre la eutanasia como acción y la eutanasia como omisión. Su equivalente sería eutanasia activa y eutanasia

pasiva, respectivamente. También se utilizan, en forma casi sinónima, las calificaciones de positiva y negativa respectivamente. 1) Eutanasia directa: Adelantar la hora de la muerte en casi de una enfermedad incurable, esta a su vez posee dos formas. 

Activa: Consiste en provocar una muerte indolora a petición del afectado cuando se es víctima de enfermedades incurables muy penosas o progresivas y gravemente invalidantes; el caso más frecuentemente mostrado es el cáncer, pero pueden ser también enfermedades incurables como, la migraña, la obesidad o la depresión crónica. Se recurre, como se comprende, a sus sustancias especiales mortíferas o a sobredosis de morfina.



Pasiva: Se deja de tratar una complicación, por ejemplo, una bronconeumonía, o de alimentar por vía parental u otra al enfermo, con lo cual se precipita el término de la vida; es una muerte por omisión. De acuerdo con Pérez Varela "la eutanasia pasiva puede revestir dos formas la abstención terapéutica y la suspensión terapéutica. En el primer caso no se inicia el tratamiento y en el segundo se suspende el ya iniciado ya que se considera que más que prolongar el vivir, prolonga el morir" Debe resaltarse que en este tipo de eutanasia no se abandona en ningún momento al enfermo.

2) Eutanasia indirecta: Consiste en efectuar procedimientos terapéuticos que tienen como efecto secundario la muerte, por ejemplo, la sobredosis de analgésicos, como es el caso de la morfina para calmar los dolores, cuyo efecto agregado, como se sabe, es la disminución de la conciencia y casi siempre una abreviación de la vida. Aquí la intención, sin duda, no es acortar la vida sino aliviar el sufrimiento, y lo otro es una consecuencia no deseada. Otros conceptos relacionados son: 

Suicidio asistido: Significa proporcionar en forma intencional y con conocimiento a una persona los medios o procedimientos o ambos necesarios para suicidarse, incluidos el asesoramiento sobredosis letales de medicamentos, la prescripción de dichos medicamentos letales o su suministro. Se plantea como deseo de extinción de muerte inminente, porque la vida ha perdido razón de ser o se ha hecho dolosamente desesperanzada.



Cacotanasia: Es la eutanasia que se impone sin el consentimiento del afectado. La palabra apunta hacia una mala muerte.



Ortotanasia: Consiste en dejar morir a tiempo sin emplear medios desproporcionados y extraordinarios. Se ha sustituido en la terminología práctica por muerte digna, para centrar el concepto en la condición del enfermo terminal y no en la voluntad de morir.



Distanasia:

Consiste

en

el

"encarnizamiento

o

ensañamiento

terapéutico", mediante el cual se procura posponer el momento de la muerte recurriendo a cualquier medio artificial, pese a que haya seguridad que no hay opción alguna de regreso a la vida, con el fin de prolongar su vida a toda costa, llegando a la muerte en condiciones inhumanas, aquí se buscan ventajas para los demás, ajenas al verdadero interés del paciente. Situación Actual La eutanasia es un acto que busca provocar la muerte a una persona enferma que con lleva graves consecuencias familiares, sociales, médicas, éticas y políticas. Su despenalización modificara en su propia raíz la relación entre las generaciones y los profesionales de la medicina. El informe Remmelink sobre la práctica de eutanasia en Holanda arroja a la luz 1.000 muertes anuales por eutanasia involuntaria en 1990 Estos 1.000 pacientes eutanasiados se convierten en 1.000 poderosísimas razones para oponerse a la eutanasia activa. Igualmente, en los casos en los que la eutanasia es solicitada por el enfermo existe u grave problema ético porque se trata de una derrota social y profesional ante el problema de la enfermedad y la muerte. Los casos extremos y la autonomía personal, siempre aludidos por los partidarios de la eutanasia para su despenalización, no deben generar leyes socialmente injustas, que enfrentan el deseo individual con el ineludible deber del estado a la protección de la vida física de cada ciudadano.

El Hombre, Ante El dolor Y La Muerte El dolor y la muerte forman parte de la vida humana desde que nacemos en medio de los dolores de parto de nuestra madre hasta que morimos causando dolor a los que nos quieren y sufriendo por el propio proceso que lleva a la muerte. A lo largo de toda la existencia, el dolor - físico o moral - está presente de forma habitual en todas las biografías humanas: absolutamente nadie es ajeno al dolor. El producido por accidentes físicos - pequeños o grandes - es compañero del hombre en toda su vida;

el dolor moral nos acompaña desde la más tierna infancia hasta los umbrales de la muerte. El dolor - y su aspecto subjetivo, el sufrimiento - forma parte de toda vida humana y de la historia de la humanidad así lo acreditan la experiencia personal de cada uno de nosotros y la literatura universal, en la que la experiencia del dolor es no sólo motivo de inspiración, sino objeto de reflexión constante. La muerte es el destino inevitable de toso ser humano, una etapa en la vida de todos los seres vivos que - quiérase o no, guste o no - constituye el horizonte natural del proceso vital. La muerte es la culminación prevista de la vida, aunque incierta en cuanto a cuándo y cómo ha de producirse; y, por lo tanto, forma parte de nosotros porque nos afecta la de quienes nos rodean y porque la actitud que adoptamos ante el hecho de que hemos de morir determina en parte cómo vivimos. El dolor y la muerte no son obstáculos para la vida, sino dimensiones o fases de ella. Obstáculos para la vida es la actitud de quien se niega a admitir la naturalidad de estos hechos constitutivos de toda vida sobre la tierra, intentando huir de ellos como si fuesen totalmente evitables, hasta el punto de convertir tal huida en valor supremo: esta negación de la propia realidad sí que puede llegar a ser causa de deshumanización y de frustración vital.

El Papel Del Médico El acto médico se basa en una relación de confianza donde el paciente confía al médico el cuidado de su salud, aspecto primordial de su vida, de sí mismo. En la relaciòn entre ambos no puede mediar el pacto de una muerte intencionada. La eutanasia significará el final de la confianza depositada durante milenios en una profesión que siempre se ha comprometido a no provocar la muerte intencionalmente bajo ningún supuesto. La eutanasia deshumanizará la medicina. Solamente desde el respeto absoluto es posible concluir que todas las vidas humanas son dignas, que ninguna es dispensable o indigna de ser vivida. La eutanasia frenará el progreso de la medicina. Los médicos se irán volviendo indiferentes ante determinados tipos de enfermedad, no habrá razones para indagar en los mecanismos patogénicos de la senilidad, de la degeneración cerebral, del cáncer en estadio terminal, de las malformaciones bioquímicas o morfológicas, etc. La solución pasa por dar un cuidado integral a quien pronto va a morir, tratándole tanto sufrimientos físicos como los sufrimientos psíquicos, sociales y espirituales. Este es el fundamento de la medicina paliativa que desde la perspectiva del respeto absoluto

debido a toda persona y ante los limites terapéuticos de la propia medicina, pasa a controlar los síntomas de la enfermedad, especialmente la presencia de dolor, acompañando al enfermo hasta la muerte.

Consecuencias de su despenalización las difíciles circunstancias que provoca algunas enfermedades o una experiencia familiar desagradable pueden ser causa de una posición personal a favor de la eutanasia. Pero los casos extremos no generan leyes socialmente justas, por las dificultades que estos mismos comportan. Los casos extremos son utilizados y presentados como irresolubles, por lo que, si hoy aceptamos matar intencionadamente a un paciente como solución para un problema, mañana podremos halar una centena de problemas para los cuales matar sea la solución. Un antecedente de lo expuesto puede considerarse en las consecuencias de la despenalización del aborto bajo los tres supuestos o excepciones a la norma en la ley del aborto de 1.985: por violación, por malformaciones fetales o congénitas y por el peligro para la salud física o psíquica de la madre. El peligro para la salud psíquica de la madre se ha convertido en un cajón desastre donde cabe todo, ya que el 97,83% de los motivos se acogen a este supuesto. Hoy ya nadie habla del derecho a la vida de los no nacidos y el aborto de ha convertido en una práctica médico-social habitual sin control legal algún en los supuestos contemplados por la ley. Se habla de control absoluto de acto eutanásico ante su despenalización, pero la evidencia es muy distinta, pues el médico, si se despenaliza la eutanasia, tendrá impuridad para matar sin que nadie se entere.

Alternativas A La Eutanasia La solución a los sufrimientos que comporta la enfermedad no debe pasar por admitir el matar o la ayuda al suicidio de las personas enfermas. Matra nunca es una solución y aún menos el suicidio. El reto social y médico está en el desarrollo de una medicina paliativa eficaz, que admita la condición doliente del ser humano y que procure el control del dolor y el alivio del sufrimiento. La verdadera alternativa a la eutanasia y al encarnizamiento terapéutico es la humanización de la muerte.

Ayudar al enfermo a vivir lo mejor posible el último periodo de la vida. Es fundamental expresar el apoyo, mejorar el trato y loa cuidados, y mantener el compromiso de no abandonarle, tanto por parte del médico, como por los cuidadores, los familiares, y también del entorno social. Muchos casos de petición de eutanasia se deben a una "medicina sin corazón". La eutanasia se basa en la desesperación y refleja la actitud de "ya no puede hacer nada más por usted". Hay que ayudara vivir, pero no siempre es fácil; también habrá que dejar morir, pero matar es una solución demasiado sencilla. La respuesta ante la petición de eutanasia no es la legalización son una mejor educación y atención sanitaria y social. La medicina paliativa procura responder a cualquier necesidad de los enfermos cuando se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad o en situación terminal. La extensión de los programas de cuidados paliativos es muy importante para poder atender mejor a estos enfermos. Precisamente en España, el Pan Nacional de Cuidados Paliativos que están elaborando el Ministerio de Sanidad, el Insalud y los representadores de todas las comunidades autónomas, tiene como principal objetivo mejorar la calidad de vida de los pacientes en situación terminal. Hay que ser respetuosos con la vida y también con la muerte. Al final de la vida, se deben suspender los tratamientos que según los conocimientos científicos no van a mejorar el estado del paciente; y únicamente se deben mantener los calmantes, la hidratación, la nutrición y los cuidados ordinarios necesarios, hasta el final natural de la vida. Referencias 1.- Henk ten Have, secretario de la European Society for Philosophy of Medicine and Health Care, Conferencia pronunciada en Fundación de Ciencias de la Salud “Eutanasia: La experiencia holandesa”. 25/10/1995. Madrid. 2.- J.A. Belloch en: C. Fibla Debate sobre la eutanasia. Planeta 2000. 3.- J. Porta, C. Guinovart, E. Ylla-Catalá, A. Estibalez, I. Grimau, A. La Fuerza, M. Naval, C. Sala, A.Tuca. Definición y opiniones acerca de la sedación terminal: estudio multicéntrico catalano-balear. Med. Paliativa 111999; 6(3): 108-115. 4.- El aborto en España. Publicado en “El Mundo”, 15/09/1998 (Fuente: Ministerio de Sanidad). 5.- G. Herranz, “Las razones médicas en contra de la legalización de la eutanasia”. Prólogo en C. Fibla, Debate sobre la eutanasia. Barcelona: Planeta: II-20.

6.- Van der Mass, van Delden JJM, Pijnenborg L, Looman GWN. Eutanasia and other medical decisions cencerning the end of life. The Lancet 1991; 338: 669- 674. Van der Mass, van der Wal G, HaverkateI, et al. Euthanasia, physician-assistied suicide, and other medical practices involving the end of life in the Netherlans, 1999-1995. N. Engl. J. Med 1996; 335: 1609-1705