Etica Filosofica - Doctrina - Scarponi

1 1. ÌNTRODUCCIÓN 1. LA REALIDAD ÉTICA – EL ETHOS. 1. Reflexión etimológica ÉTICA: ETHOS: casa, morada habitual, tan

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1. ÌNTRODUCCIÓN 1. LA

REALIDAD ÉTICA

– EL ETHOS.

1. Reflexión etimológica ÉTICA: ETHOS: casa, morada habitual, tanto de los animales como de los hombres. 1. La primera relación del ethos con el hombre es su relación con el mundo material (ciencia, técnica, arte, economía). 2. El hombre desde siempre construye su morada no para vivir solo, sino para vivir con otros, el hombre organiza su relación y convivencia con los demás. 3. Siempre el hombre ha reservado lugares que no son de nadie, que pertenecen a todos, y que están dedicados o consagrados a aquella realidad que el hombre en ese momento de la historia considera como el absoluto. Es la relación con el trascendente. El ethos humano tiene una estructura fundamental, basado principalmente en el obrar humano. Es el mundo de la actividad humana. El material que trabaja el hombre, como elemento estructural de su casa, es el estilo, donde el hombre pone lo más propio y lo más personal. Imprime su sello, el producto es la “casa terminada”. La actividad, el modo de obrar o estilo y la “casa finalizada” se refieren inseparablemente al hombre que se refiere a su actividad. El ethos tiene al hombre como principio y origen, y a su vez, como término, porque es la morada del hombre, es para él. El hombre es principio y término de su propia morada. El obrar del grupo de individuos no puede ser un obrar cualquiera, tiene que ser un obrar no animal, porque tiene al mismo hombre como término. Es así como surge el valor moral. Si el hombre es el principio y término de su obrar, ese ethos, esa casa que está formada como fruto de su obrar determinado por su relación con el mundo material, con los otros y con el absoluto, esa casa construida está en él mismo, como el caparazón de un caracol. El hombre construye su propia casa habitual. La casa está construida por un organismo o conjunto de hábitos (surge luego el concepto de “virtud” y de “vicio”, según el obrar del hombre sea acorde o contrario a la dignidad humana). HÁBITOS  HABITAR – HABITACIÓN. El hábito es la dimensión más profunda de la cultura.

ORIGEN

ETHOS COSMOS OTROS ABSOLUTO HOMBRE

TÉRMINO

OBRAR = PRAXIS MODO = VALOR MORAL CASA = HÁBITOS

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En el universo visible el hombre es el único ser que es persona. Estudiaremos al hombre en su acto segundo de ser: el hombre con su estructura metafísica, pero que se manifiesta con su obrar, porque al ser persona, tiene conciencia y libertad. El hombre para desarrollarse debe hacerlo a través de su obrar (praxis humana). El elemento cualificador y especificador del ethos humano es el modo propiamente humano de obrar (“obrar no como un animal”). El obrar debe ser según un orden, según una sabiduría. ETHOS: es el orden racional humano de la morada en la que habitan los hombres. Este orden racional procede de un centro al cual todo se refiere en la morada del hombre, y así el hombre habita en ese centro de su morada. Ese centro ordenador del ethos o morada es, dado que la morada es morada del hombre, referido al hombre en cuanto tal, como persona. Lo que se refiere a la persona como tal es el amor. La persona solo es objeto de amor y en él solo se realiza y perfecciona. El centro del ethos es lo propio del hombre que es ser persona que se realiza en el amor. El hombre racional humano no es un orden racionalista, sino que es el “ordo amoris”, el orden del amor. Hay una verdad previa en el hombre, que es metafísica, que determina a amar al hombre como persona de una determinada manera y no de cualquiera La ética supone una predeterminada concepción sobre el hombre. Cuando la persona es amada, la persona se siente en su casa, en su morada, en su ethos. El fundamento del ethos humano como “ordo amoris” fundado en la verdad lo encontramos en una definición griega: “Ethos anthropos daimon”: (Heráclito) el ethos del hombre es Dios. Heidegger dirá: “el hombre en cuanto hombre tiene su morada cerca de Dios”. Esta proximidad o cercanía con Dios es relación del hombre con Dios, lo cual se funda en la originalidad ontológica del ser humano en cuanto ser personal, en cuanto que es persona, capaz de relación, conocimiento y amor con otros seres personales. El hombre en cuanto persona ha sido amado en sí mismo y por sí mismo en el acto creativo por Dios, por ello el hombre encuentra su morada y su ethos en el amor, en Dios. Filosóficamente la realización del hombre en Dios es encontrada como término ( teología, que toma a Dios como punto de partida).

2. Reflexión especulativa ¿Cuál es la realidad? Lo hacemos siempre en referencia al hombre. a. Objeto genérico. ¿Cuál es el objeto de nuestra reflexión ética? En el conjunto de los seres, lo ético se predica solamente del hombre. Con todo esto obtenemos el objeto genérico: el estudio del hombre. b. Objeto específico.

3 Tenemos que ver ahora el objeto específico. En la filosofía el primer saber que estudia al hombre es la Antropología filosófica. El hombre se distingue por ser persona en razón de su naturaleza espiritual. La ética está en continuidad con la antropología, es la reflexión sobre la persona humana en su acto segundo, por el cual debe alcanzar toda la plenitud de ser que le es debida. c. Acto primero y acto segundo Este acto segundo es el obrar, o lo que es lo mismo, praxis humana. El objeto de la ética, es: la persona humana, que en cuanto tal exige alcanzar la plenitud de ser que le es debida, por medio de su obrar. Por eso estudiaremos el obrar humano en relación con su dignidad humana, en cuanto concreta y actualiza el ser de la persona humana.

2. LA

REFLEXIÓN SOBRE EL ETHOS

1. Definición y ubicación de la reflexión ética El hombre tiene distintos modos de conocer al ethos: 1. Sentido común de la conciencia humana: el hombre primitivo se manejó solo con el sentido común y no con una racionalidad científica. 2. Prudencia: cuando un hombre o una comunidad discierne qué es lo que tienen que hacer, cómo obrar ante determinada situación. Se llega así al conocimiento de verdades morales. 3. Saber propiamente filosófico: el hombre se hace preguntas: “¿Está bien o mal? ¿Esto es justo o injusto?”. La ética es una parte del saber filosófico. El saber filosófico sobre el hombre se conoce: 1. Cuando se penetra al hombre en lo que “es”, en su ser (metafísica y antropología). 2. También en lo que el hombre “hace”, en su obrar (ética filosófica). 3. Y en lo que al hombre le corresponde y debe hacer, en sus derechos y deberes, que surgen de lo que el hombre es más de lo que el hombre se autodeterminó en su obrar (filosofía del derecho). No se detiene en la contemplación de la verdad sino que aplica ese saber a las acciones humanas. Santo Tomás: la ciencia ética no se detiene en la contemplación de la verdad, porque la presupone (saber metafísico). La ética aplica esa contemplación al campo de las acciones (acciones humanas = praxis = ciencia práctica). Pero también tiene su “carácter especulativo” sobre el obrar humano. La ética se basa en la contemplación que viene de la “teodicea natural” y de la “antropología filosófica”. Esta ciencia especula a partir de la razón humana. Tiende a ser completada por la teología moral, porque la razón humana está abierta al absoluto y a la fe.

2. Características y finalidad

4 Aristóteles en la “Ethica Nicómaco, II, 2”: “No estudiamos ética para saber qué es la virtud, sino para aprender a hacernos virtuosos y buenos, de otra manera sería un estudio inútil”. Santo Tomás en el “Comentario a la Ethica Nicómaco, II, II, 256”: “la tarea presente no es razón de la contemplación de la verdad, sino que es razón de la operación, de la acción, pues no se indaga qué es la virtud, lo cual sería poco útil, pues que alguien conozca la verdad de las acciones humanas, no significa gran cosa, por ello Aristóteles concluye que es necesario buscar entre nuestras acciones cuáles deben ser realizadas, porque las acciones tiene la capacidad de generar hábitos buenos o malos”. La finalidad que Aristóteles pone se debe a que la voluntad juega un papel importante en el conocimiento ético. Si el hombre está rectamente orientado al bien, si ama el bien por el bien mismo, amando con todo corazón llega a ser bueno, estará mejor dispuesto para conocer con facilidad y certeza los valores morales, porque se realiza, dicho conocimiento, por vía de connaturalidad afectiva. El conocimiento del bien depende del amor del bien. Porque amamos el bien estudiamos ética para saber cómo hay que actuar para ser buenos. Quien no quiere vivir rectamente no podrá llegar al recto conocimiento de la verdad ética. No conseguirá entender correctamente esta ciencia.

3. Momentos de la reflexión ética. Esa única ciencia tiene dos momentos, que son inseparables: a. Ética fundamental. Trata sobre los fundamentos del obrar moral del hombre. La persona humana y su dignidad; la mediación: valor moral y conciencia moral; actuación: obrar humano en cuanto libertad; fundamentos de ética social. b. Ética particular. Va a estudiar sobre algún aspecto particular de los ámbitos del obrar humano; una ética del hacer, una ética comunitaria, una ética de lo absoluto, de la religión; y a su vez, dentro de cada ámbito va a ver distintas disciplinas.

3. MÉTODO

DE LA REFLEXIÓN ÉTICA

1. La experiencia que el hombre tiene de sí. Si el objeto de nuestra reflexión es llegar a conocer cómo hay que hacer para ser buenos y virtuosos, dado que lo que está en juego es algo de máxima importancia. El camino es la “experiencia”. La vida del hombre es el lugar donde se auto revela para sí mismo. Será un conocimiento progresivo por naturaleza, porque al depender de la experiencia irá progresando en su vivir en su conocimiento moral. El hombre es sujeto y objeto de la experiencia. La experiencia abarca, en su devenir a lo largo de los siglos, a toda la humanidad.

5 Un elemento fundamental de la ética es la “tradición”, porque no se parte desde cero en el conocimiento de lo moral, sino que las generaciones van transmitiendo las experiencias que han tenido de los hombre. Esto crea la “herencia del conocimiento moral” que crece a medida que el hombre hace experiencia de sí mismo en cuanto hombre. Así, el conocimiento moral, progresa. La ética tiene un límite: habitualmente los grandes progresos de la conciencia moral de la humanidad se han dado por vía del sufrimiento. Vemos que la vida del hombre sobre la tierra está constituida fundamentalmente por el sufrimiento. La “herencia moral” es el núcleo de la cultura, que es una realidad eminentemente mora. El patrimonio moral constituye el corazón de la cultura. Concepto de experiencia.  Experiencia empírica Experiencia reducida al ámbito de las realidades sensibles. Solo permite conocer realidades sensibles y no permite conocer verdades supra – sensibles. Tiene el valor de decirnos que la experiencia permite conocer, pero tiene la limitación de remitirse solo a lo sensible.  Experiencia metafísica Es la experiencia de lo inteligible. Afirma que a través de lo sensible y en lo sensible se conoce una realidad supra – sensible. Dentro de la realidad sensible se descubre una realidad inteligible supra – sensible: esto es un proceso inductivo (conducir hacia). El conocimiento inductivo nos hace conocer verdades de carácter universal: afirmar “la esclavitud es indigna de todo hombre”, puede aplicarse generalmente, por ser de carácter universa. Al ser una verdad metafísica. Criterio de verdad de la experiencia. Lo que se ha captado acerca del hombre tiene que dar razón de la realidad humana de la cual se ha tenido experiencia, porque el ser humano es un ser limitado. Ninguna experiencia de un solo hombre encierra la experiencia universal. Condición de posibilidad de la inducción. El hombre está dotado del sentido inductivo natural. Es el más importante, porque está en juego que el hombre pueda conocer la verdad de su bien integral. Este sentido inductivo natural es condición de posibilidad para poder conocer una verdad supra – sensible en la experiencia que el hombre tiene de sí mismo. Debe y exige ser cultivado. El sentido inductivo natural puede ser obnubilado, pero no destruido, porque es natural, corresponde a su naturaleza. Se rescata la importancia de velar permanentemente por la educación para que conserve su sentido inductivo (“que los hombres se conozcan libres para no ser esclavos”).

6 La ética se funda en el “sentido inductivo natural” que permite el conocimiento de verdades supra – sensibles por el camino de la experiencia. Existen dos conceptos éticos irreconciliables: 1. La que reconoce la posibilidad concreta de que el hombre conozca verdades morales universales. 2. La que no admite ni la posibilidad ni el hecho de que el hombre pueda conocer verdades universales, sino verdades de carácter relativo en esta época, en esta cultura, verdades morales consensuales.

2. Competencia éticas.

del

Magisterio

en

cuestiones

El magisterio se atribuye como proveniente de Cristo una autoridad y competencia sobre cuestiones éticas. Santo Tomás: el hombre por el camino de la experiencia llega a conocer verdades morales. La revelación de Dios no es para negar o destruir la naturaleza y razón humanas, sino que revela para ayudar a la razón humana (razón y fe) y facilitar que todos los hombres conozcan las verdades morales.

3. Reflexión ética y magisterio 1. Dado que la reflexión ética es filosófica, las verdades morales, valen por el peso de los argumentos. 2. Dado que como estudiantes de ética, somos miembros de la Iglesia, el filósofo cristiano debe responder al desafío de armonizar aquello que sigue el método de la experiencia con lo que le viene de la fe y llegar a elaborar un pensamiento filosófico, pero que muestre que la razón no se opone a la fe.

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2. FUNDAMENTO DEL ETHOS HUMANO. 1. EL

SER DE LA PERSONA HUMANA

1. La persona humana, principio de su obrar. 1. Ser personal. 2. El YO. 3. La naturaleza humana. Ser personal Resta que estudiemos el hombre, en cuanto que es principio de sus obras por estar dotado de libre albedrío y dominio de sus obras. Específicamente por medio de su obrar. El hombre está llamado a ser Señor de sí mismo, por sí mismo, por el modo de ser humano de ser principio de su obrar, fruto de su libertad. El animal también es determinado por su obrar libre, pero determinado por el instinto y los condicionamientos externos. Solamente los hombres son principio de su obrar de un modo único a partir de la propia autodeterminación. El hombres es el único ser visible que es persona. (S. Th. I, q. 29, concepto de hombre en general, a. 1 y 3). Persona es la substancia individual de naturaleza racional (Boecio). Persona es aquello que es lo más perfecto en toda la naturaleza. El ser que subsiste en la naturaleza racional. Donde Boecio decía “substancia individual”, Santo Tomás cambia la expresión por “subsistens” (el ser que subsiste), y colocará el acento allí. En Boecio hay acento en la “naturaleza racional” y en Santo Tomás en la “subsistencia”. Nuestra definición es: “la persona es el YO que existe en una naturaleza espiritual”. Se reemplaza “subsistencia” por el “yo que existe”. En el prólogo de la II pars y en el I, a. 29, a. 1 se utiliza la misma definición. En las substancias racionales que son dueñas de sus actos y obran por sí mismas, la persona es el único ser que por su naturaleza espiritual está dotada de libertad y por lo tanto obra por sí misma de modo responsable (poseyendo dominio de su obrar). El concepto de persona es análogo porque se aplica a todos. Admite diferentes grados de participación individual según sea el yo. Si la naturaleza espiritual es divina, será una persona divina. Si la naturaleza espiritual es angélica, será una persona angélica. Si la naturaleza espiritual es humana, será una persona humana. El Yo El hombres es el yo que existe en una naturaleza espiritual humana concreta. El hombres es el yo que existe en un compuesto psicosomático humano. La naturaleza humana es concreta porque el yo no existe abstractamente. (I, q. 29, a. 4 = “esta carne, estos huesos, esta alma”).

8 El YO es la parte formal de la definición de persona, el cual a su vez es absolutamente indefinible. Solo se lo puede nombrar. Solo se lo puede definir llamándolo por su propio nombre: Susana, Mario, Mariano. Es el sujeto último de atribución de todo lo que hace, recibe, padece, cada persona humana concreta. El YO posee dos propiedades fundamentales que son la base de lo que cada persona humana es:

 La unicidad.  La irrepetibilidad. El YO es alguien único e irrepetible por eso, el individuo humano no puede ser considerado como el individuo animal, porque el individuo animal es un número más dentro de la especie. En el mundo animal y vegetal lo que cuenta es la especie que está por encima del individuo. Pero en el hombre, por ser un yo único e irrepetible, cada persona humana no es un número en la especie humana, y la especie humana no puede ser considerada por encima de cada individuo humano. cada individuo debe ser considerado en la especie humana como alguien único e irrepetible de dicha especie. Esta característica del YO humano es lo que constituye a cada persona humana en un absoluto ontológico dentro de la humanidad y del universo visible. Cada persona es un misterio inefable e insondable. El YO (el que cada hombre sea alguien), es lo que lo constituye al hombre en el centro y cumbre de todo el universo visible, porque es el único ser que es “alguien”. (S. Th. Prólogo II pars). El obrar es una manifestación del YO y una realización del YO. El obrar manifiesta y realiza a cada YO. El obrar tendrá las mismas propiedades del YO: único e irrepetible. Un misma acto, realizado por más de un YO, va a tener algo único e irrepetible. La naturaleza humana. El YO existe solo en una naturaleza humana concreta (“esta carne, estos huesos, esta alma”). No se puede pensar un YO, fuera de la naturaleza concreta: 1. Dimensión racional – espiritual: el mundo de la conciencia y libertad. 2. Dimensión sexuada. 1. El YO existe en una naturaleza racional humana. La dimensión racional es condición de posibilidad de existencia del YO humano. El Yo es alguien, por lo tanto exige una naturaleza consciente y libre. Si YO soy alguien, debo tener consciencia y libertad, por lo tanto se dice persona, se dice “sujeto consciente y libre”. Si la persona es un sujeto consciente y libre, esta realidad exige que la persona esté llamada a ser principio de su obrar de un modo propia y

9 específicamente humano, que es con señorío y dominio de su obrar, a partir de su autodeterminación. El hecho de que cada persona humana sea un YO que existe en una naturaleza espiritual consciente y libre, funda la igualdad de todos los hombres entre sí, y la inviolabilidad de cada persona. Todos somos iguales, porque todos somos personas, pero cada persona inviolable, porque está llamada a actuar por autodeterminación, no por coacción. 2. El YO existe en una naturaleza racional humana sexuada. La persona humana solo existe en la realidad o como varón o como mujer; no existe asexuadamente, sin identidad sexual. La dimensión sexuada no es un elemento accidental, sino que es uno de los caracteres constitutivos de cada persona humana, la cual solo puede existir como varón o como mujer. El ser humano no es ni el varón solo ni la mujer sola. El hombre solo puede existir en relación a otra persona humana. Sobre la base de la igualdad de todas las personas humanas entre sí, la condición sexuada introduce la alteridad, como diferencia entre los dos. Esta alteridad significa:

 Contingencia de la persona humana.  Carácter esponsal de la persona humana. Por su condición sexuada, ninguna persona puede pretender arrogarse el HOMBRE, el ser humano, porque siempre va a haber otro “modo” de ser persona humana. La diferencia sexuada habla de la contingencia y finitud del hombre. El otro indica finitud, limitación, dependencia ontológica. Expresa el carácter derivado de cada persona humana. El hombre no procede de sí mismo, sino de la unidad entre el varón y la mujer. La contingencia se hace evidente a partir del fin de la sexualidad, que es la procreación. En la generación humana está implicada la muerte, porque cada hombre que es gestado y dado a luz dice “yo vengo”, porque otro “se va”. Nace entre el varón y la mujer la reciprocidad, como la vía, el camino que conduce hacia la comunión interpersonal. La reciprocidad: varón mujer, es el paradigma perenne del carácter comunitario de la persona humana. El valor más profundo de la reciprocidad varón – mujer reside en el ser ontológicamente el uno para el otro. El “ser para otro” impulsa a la donación de sí mismo. Por medio de esta donación el hombre se reencuentra a sí mismo en el otro. La persona humana es un ser esencialmente comunitario. Este impulso al don recíproco de sí al otro que surge de la condición sexuada de la persona, es la dimensión esponsal o comunional del ser humano. Allí encuentra su fundamento y origen el carácter comunitario del hombre. La persona humana existe con otros y para otros. Esta tendencia comunional no hay que reducirla solo a la relación entre el varón y la mujer. La condición sexuada de la persona significa que el hombre es un ser comunitario y la

10 condición sexuada impulsa a donarse a los otros y crear la comunidad (dimensión política de la vida humana). Toda forma de donación al otro, que crea comunión, es expresión de la condición sexuada y va a ser una dimensión de la relación arquetípica entre el varón y la mujer. La persona humana es principio de su propio obrar, pero esto no la hace persona aislada. En cuanto que la persona es sexuada, finita, contingente y limitada, está llamada a existir y actuar junto con otros. Una cosa es que el acto sea “personal”, por autodeterminación y otra cosa es que sea algo “individual”. El acto personal tiene una dimensión comunitaria. El ethos humano va a tener dos dimensiones: personal y social.

2. Como sujeto finalizado e histórico. (s. Th. I – II, q. 1, prólogo). El hombre se experimenta como un ser donado en la existencia y a su vez como recibido en la existencia, porque nos experimentamos a nosotros mismos como seres que reconocen su origen en otros (los padres), por lo tanto la existencia es algo donado, pero en la experiencia que tenemos de ser donados en la existencia, se experimenta como alguien que no está acabado, que no tiene existencia plena. La existencia no es totalmente realizada. EXISTENCIA

DONADA

NO ACABADA

TENDENCIA a alcanzar un modo de existir pleno

Vocación o aspiración hacia una existencia plena y acabada. Esta tendencia se vive bajo la razón de fin último, porque esta aspiración o tendencia hacia una existencia plena es la aspiración que todo ser humano anhela por sí misma y no por razón de otra cosa. Esa aspiración a esta existencia plena va a ser la motivación profunda de las diferentes aspiraciones anheladas para alcanzar la existencia plena. Esta aspiración se vive como el sumo bien. Todo hombre busca ese bien, por lo tanto es un bien universal. Se experimenta cierta insatisfacción porque la existencia no está acabada. La felicidad es el estado de vida en el cual el hombre existe en el plano humano pleno de ser. El hombre siente anhelo a la inmortalidad.

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3. Como sujeto que se realiza en el acto moral. Bajo el aspecto histórico el hombre experimenta el deseo o tendencia de existir en plenitud, lo que conlleva simultáneamente la experiencia de no poder realizar de una sola vez esa tendencia, de no poder alcanzar el fin último por un solo acto de la libertad. Aquí el hombre experimenta su historicidad, su dimensión espacio – temporal. El hombre es un ser progresivo que se va autodesarrollando hacia la existencia plena de un modo progresivo (diferencia entre el hombre y el ángel). La historia es el sucederse de acontecimientos humanos en los que el hombre tanto individuo como colectividad, es el sujeto. La historia es un acontecimiento de libertad. Sobresale la dimensión del obrar y praxis del hombre por la cual se va auto realizando en orden a su fin último. El hombre por naturaleza es un ser progresivo. ¿Por qué la historicidad es el modo propio y específico del hombre que tiene ansia de alcanzar su fin último? El hombre se descubre como alguien donado en la existencia pero de un modo peculiar. Es una existencia donada en un cuerpo. El hombre también es su cuerpo. Este modo propio de ser persona consciente y libre, funda su historicidad. El hombre está sujeto a un desarrollo y crecimiento lento y progresivo tanto como individuo como humanidad. El desarrollo consiste en la multiplicidad de actos personales. ¿Cuándo es personal el acto de un hombre? El actuar humano es propiamente personal cuando se dan dos condiciones: 1. Formal: el acto brota del yo como sujeto consciente y libre. 2. Ese acto en sí mismo tiene la capacidad de conducir a la persona al fin último. El acto que se origina en el YO consciente y libre conduce a la persona a su fin (realizándola) en la medida que dicho acto ya sea una realización parcial del fin. El acto comienza a plenificar el ser de la persona. El acto humano propiamente personal no lo es solo porque se origina en el YO, sino que tiene la capacidad de auto - realizar al YO como persona.

2. LA

DIGNIDAD ABSOLUTA DE LA PERSONA HUMANA

1. Noción de dignidad El acto humano se manifiesta doblemente: 1. Etapa necesaria en la peregrinación del hombre a su fin último. 2. Realización imperfecta del fin. Este obrar humano es el “acto moral”, porque teniendo su origen en el YO (sujeto libre y consciente), posee la cualidad de conducir a la persona a su fin. Si el acto moral es éste, existirán otros actos que se originan en el YO, pero como no tiene la capacidad de realizar a la persona, van a ser actos inmorales.

12 El acto del hombre realiza de modo anticipado e imperfecto a la persona cuando es acorde a la dignidad de la persona humana, cuando es un obrar digno del hombre en cuanto hombre. ¿Qué es la dignidad? Todo ser, todo ente, por el hecho de existir posee una dignidad. Por ello la noción se extiende al ser de cada cosa. La dignidad de una cosa es el fulgor, el esplendor que la cosa tiene en cuanto que es la dignidad el valor de la cosa, el valor que la cosa posee de acuerdo al esplendor de su ser. La dignidad es un atributo ontológico, cuando se relaciona con la persona humana, se presenta de tres modos o grados: 1. El hombre descubre, experimenta una dignidad de la cosa en cuanto deleitable. 2. El hombre descubre que la cosa tiene un valor útil. La cosa se presenta como un medio en función de un fin. 3. El valor o fulgor de la cosa en cuanto honesta. Se refiere al valor de la cosa en sí misma y por sí misma. También se llama dignidad substancial.

2. Dignidad de los seres no - personales Los seres no – personales del cosmos, todo el universo, en cuanto que son, poseen una dignidad propia que exige ser reconocido por el otro. Por ello el hombre, si bien es el centro del universo visible, no puede comportarse caprichosamente y arbitrariamente con los seres no – personales, porque debe reconocer la dignidad propia de los seres personales (ética ecológica). ¿Cuál es la dignidad propia de los seres no – personales que el hombre debe respetar? Las cosas poseen una dignidad en sí mismas, pero no por sí mismas, porque los seres no personales no encuentran en ellos mismos su última razón de ser, sino que la encuentran en que son para el hombre. No poseen una dignidad substancial, sino relativa (por la categoría de relación), porque existen “para” el hombre, en función del hombre. Esta dignidad relativa hace que los tres grados de la dignidad de los seres no – personales se ordene así: honesta, útil y deleitable. El bien en sí de los seres no personales se puede subordinar al valor de utilidad y de deleitable para el hombre. DIGNIDAD SUBSTANCIAL  En sí  Por sí

DIGNIDAD RELATIVA  En sí  No por sí  Para el hombre

Ser personal. Seres no – personales.

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3. Dignidad de la persona humana La dignidad de la persona humana no es relativa, es substancial, absoluta. Así, los tres grados de dignidad se invierten cuando es de persona a persona. El valor deleitable y útil de cada persona humana debe subordinarse al valor honesto y substancial. La persona humana no puede ser tratada como un medio para un fin, no puede ser instrumentalizada. La persona no puede ser tratada como un objeto. Esta dignidad absoluta de la persona es una propiedad que cada persona la posee en cuanto tal, no en razón de los bienes que tiene, sino por lo que es. Esa dignidad absoluta es una propiedad indestructible de toda persona concreta, le pertenece como propiedad intrínseca en razón de lo que es. Esta dignidad se funda en el YO único e irrepetible. La dignidad absoluta de cada persona es la propiedad más preciosa que cada persona posee y hace que cada persona que existe sea lo más perfecto de toda la naturaleza. La dignidad personal constituye el fundamento de igualdad entre todos los hombres, por eso más allá de las diversidades de razón, cultura, etc... la discriminación constituye una injusticia intolerable porque es una violación a la dignidad. La dignidad es el fundamento de la participación y solidaridad, diálogo y convicción. El ethos del hombre en el s. XX se enriqueció y desarrolló a lo largo de miles de años. Vivimos en un ethos donde la dignidad suprime la esclavitud, que declara la igualdad entre todos los hombres. El ethos comienza a ser planetario y no de guetos.

3. EL

FUNDAMENTO ÚLTIMO DE LA DIGNIDAD HUMANA.

1. La contingencia humana

metafísica

de

la

persona

¿Cómo es posible que un ser metafísicamente contingente y limitado que no se dio la existencia a sí mismo, posea una dignidad absoluta? La dignidad absoluta del hombre puede ser conocida por todos los hombres. Exige ser respetada y promovida por todos los hombres incondicionalmente, sin embargo, el fundamento último es lo que estudiaremos, porque el hombre al ser contingente no encuentra en sí mismo el principio de su existencia y la razón última de ser. El hombre es un ser con una existencia relativa, no absoluta. Relativa, porque implica “relación” real y metafísica a un principio que no es el hombre mismo. Esta relación a una realidad, que es principio de existencia del hombre es una relación a una “relación transhumana” que es motivo de su existencia y debe fundar de un modo originario la dignidad absoluta de este ser contingente y relativo que es el hombre.

2. Acto creativo y dignidad humana (G.S. 24) Si cada hombre es persona, sujeto consciente y libre implica que ese principio transhumano de su existencia debe ser un principio personal.

14 El principio causativo de la existencia del hombre no debe ser solo transhumano, sino también “personal”, porque solo puede crear seres personales una “realidad personal”, y no un ser impersonal, como puede ser, según algunas teorías, la energía cósmica. La naturaleza del hombre exige que la causa de la cual procede cada ser humano sea un principio supra – humano y personal. Esto no intenta “demostrar” la existencia de Dios, sino que se intenta “mostrar” que la persona humana dice relación metafísica a un ser transhumano de naturaleza personal. Esta realidad personal supra – humana no pudo haber causado de la misma manera a los seres personales que a los seres impersonales. La diferencia consiste en que a un ser que no es persona, el principio originante se tiene que comportar como una persona, consciente y libre, capaz de conocer y amar, amándolos en sí mismos pero no por sí mismos porque no tienen una dignidad personal, sino relativa. Pero a los seres que somos personas, en razón de lo que somos, amada por sí misma y no en otro. Así el hombre tiene una dignidad absoluta, inviolable, sagrada porque en el origen de la existencia de cada persona humana hay un ser personal transhumano que ama en sí misma y por sí misma a cada personal humana.

3. La creación de la persona humana en Cristo (G.S. 22) La teología va a dar el fundamento último de la dignidad del hombre porque va a demostrar que ese amor que está en el origen de la persona del hombre se ha manifestado de un modo singular en Dios, en Cristo, que ha pagado un precio por cada persona humana por su sangre. Cada persona humana vale tanto para el Padre que quiso pagar un precio en rescate por medio de la Sangre de su Hijo. Así, la revelación judeo - cristiana nos manifiesta ese amor, reafirmando que cada hombre tiene una dignidad absoluta, inalienable, y Dios quiso mostrar ese valor pagando el precio por la Sangre de su Hijo. La revelación confirma y supera lo que afirma la filosofía.

4. APÉNDICE

AL TEMA

1. El fundamento en la Ética de la Liberación (Enrique Dussel). Dussel divide la teología moral en dos: 1. Teología Moral intra – sistémica, aquella que solo plantea una crítica reformista al sistema vigente. 2. Teología Moral supra – sistémica, aquella que critica al sistema como totalidad, hay que cambiar todo el sistema. Es la teología moral de la ética de la liberación y surge en las países de la periferia, donde se muestra el fracaso estructural del sistema capitalista, porque es incapaz de producir riqueza y distribuirla en la mayoría empobrecida. La ética de la liberación surge como una reflexión exigida por una praxis liberadora que se opone al sistema como totalidad. Tiene como primera tarea

15 desfondar, quitar el fundamento del sistema y substituirlo por otro fundamento que trascienda al sistema, el fundamento es el pobre, el oprimido, porque es aquel que el sistema ha excluido. Por ello, el pobre es el único lugar de la epifanía de Dios, de la manifestación de Dios. El pobre es el alienado por el sistema, porque el sistema lo ha convertido en instrumento de explotación. El pobre es el lugar histórico a partir del cual se debe elaborar la ética de la liberación, pero hay un momento afirmativo en la ética de la liberación y que es la praxis liberadora de los pobres, que es trans – sistémica. El acto va a ser moralmente bueno o malo solo en la medida en que esté o no comprometido por esta lucha por la liberación. Si el propio comportamiento y vida está comprometido por esta lucha con los oprimidos, entonces el actuar es moralmente bueno, y si no se está comprometido, el actuar va a ser moralmente malo. El fundamento de la ética para Dussel está en el pobre y en su praxis liberadora. ¿Pero es realmente el pobre y su praxis el fundamento trans – sistémico de la ética? 1. Motivo de orden epistemológico: Dussel piensa dialécticamente, por lo tanto permanece en el ámbito intra – histórico y lo fundamental consiste en encontrar un fundamento de la ética no solo trans – sistémico – capitalista, sino un fundamento transhistórico que permita criticar todos los sistemas que van pasando, porque todos los imperios y sistemas pasan. Se trata de reemplazar el absoluto sistema capitalista por el absoluto “histórico”, y permanece encerrado en la historia. 2. La realidad que Dussel cree encontrar trans – sistémica es el pobre. Pero él se limita a decir que los pobres no son el sistema, son los excluidos, porque son tratados como instrumentos al ser despojados de su exterioridad al sistema, de su dignidad, de sus derechos, libertad para los fines del sistema. Llega a intuir la profundidad del problema que podría haberlo llevado a encontrar el fundamento de la ética pero como su pensamiento es intra – histórico no logra trascender y no llega a explicitar en la realidad de la persona humana y su dignidad absoluta e inalienable que es la realidad que el capitalismo pretende negar en los pobres. El fundamento no es solo transistémico sino trans – histórico. Se debe reconocer como verdad que el espíritu o filosofía capitalista es un espíritu esencialmente anti – personalista, casi de odio a la persona humana tanto en los pobres como en los ricos. Hay que reconocer que los movimientos de liberación suscitados en los países subdesarrollados han sido el canal de expresión de la dignidad de la persona humana violada y explotada en los pobres, aún cuando estos movimientos de liberación hayan estado inspirados en metodologías inaceptables y hayan terminado siendo tan anti – personalistas como el sistema capitalista que intentaron destruir.

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3. EL ETHOS PERSONAL 1. LA

MEDIACIÓN

1. El valor moral 1) Características o propiedades ¿Cuáles son las realidades que sirven de medios para que la persona actúe? Para que la persona actúe responsablemente según su dignidad humana y que algo le indique cuándo su obrar es conforme a su dignidad. El valor moral indica a la persona cuando un acto es conforme a su dignidad. Ese valor moral la persona lo percibe, lo advierte en su conciencia moral, por ello, las dos realidades que son mediación para la acción son el valor y la conciencia moral. El concepto de bien es un concepto análogo, por ello podemos hablar que algo es bueno en el orden ontológico, estético, físico y moral. 1. Ontológico: el ser y el bien son conceptos convertibles, no sinónimos, porque se refieren a la misma realidad desde perspectivas diversas. El bien es el ser, ontológicamente, en cuanto que se ofrece al amor, al querer, todo ser que es, es acto para ser amado, por lo tanto es bueno. Tanto tendrá de bien y bondad cuánto tenga de ser. 2. Estético: una cosa es buena cuando es bella para el sentido humano. Sensibilidad penetrada en la inteligencia, por lo tanto el hombre en algo bello capta una armonía. 3. Físico: una cosa es buena cuando posee todo lo que le es debido a su naturaleza física, por ejemplo, tener buena salud. 4. Moral: supone los órdenes anteriores, pero muestra un nuevo universo, el de la realización de la persona humana por medio de obrar libre. En este universo del obrar libre, es donde se ubica la noción de bien moral. BIEN 

ONTOLÓGICO ESTÉTICO FÍSICO MORAL  ÁMBITO DE LA LIBERTAD DEL HOMBRE. El bien moral es una cualidad del obrar humano que lo constituye como humano. El bien moral implica una doble dimensión, el bien como valor y el bien como fin. Son dos aspectos de una única realidad. El bien moral como valor es la cualidad intrínseca del obrar humano, su forma. El bien moral como valor se refiere al “orden de especificación” del obrar humano. Dice si el acto es bueno o malo, da la especie del acto. Pero el acto moral como fin es la intención, la ejecución o actuación (in – tendere = tender hacia...). En todo tiempo los hombres han distinguido en el obrar del hombre acciones buenas o malas, lo justo y lo injusto. Pero no siempre coincide en qué es lo bueno y qué es lo malo. El niño percibe esta diferencia más allá de la educación concreta, porque es un dictamen que lo percibe en su conciencia. El niño “siente” que tal cosa está mal y tal otra bien.

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Características del Bien Moral: 1. Implica y exige la responsabilidad personal: a todo hombre se le debe exigir que sea justa, recta, etc... pero no otros valores relativos (que sepa matemáticas, lenguas, etc). El valor moral tiene una relación directa con la libertad humana. El valor moral se elige libremente por ello el hombre es responsable. El valor moral produce un efecto en la conciencia, de aprobación o desaprobación, de paz y gozo o remordimiento y desplacer, de tranquilidad o intranquilidad. Esto es muy común en la gente común. 2. Todo el conjunto de valores morales es exigido a la persona humana porque están tan vinculados entre sí que no se puede vivir un valor y excluir otro. Cada valor moral y todo el conjunto es exigido a la persona humana. 3. Dentro del conjunto de los valores del hombre, valores intelectuales, corporales, artísticos, técnicos, económicos, políticos, etc..., el valor moral es el valor que penetra todos valores humanos y es el valor más grande de todos, ya que una situación puede exigir sacrificar un valor moral. El valor moral no puede ser sacrificado ante un valor humano. Vivir los valores morales lleva consigo vivir una gran dosis de renuncias y sufrimientos, incluso renuncias de valores humanos que son buenos. 2) Concepto de valor y de valores morales. Valor moral es lo mismo que decir “valor de la persona humana en cuanto tal”. (pero no por cualidades particulares: dinero, físico, intelectualidad, etc...). Es aquel por el cual la persona humana se realiza como tal en modo integral y no es un aspecto de su ser. Es aquella cualidad intrínseca del obrar humano cuando ese obrar es conforme a la dignidad de la persona. “Obra bien quien obra conforme a su dignidad humana”. Hay que distinguir entre una acción bien realizada y el valor moral nulo o en abundancia que contenga. El uso de la libertad se refiere al valor moral junto con la dignidad de la persona. Un acto desde el punto de vista físico puede ser el mismo, pero quizás no el mismo desde el punto de vista mora. (p.ej.: el dar dinero a una persona desde el punto de vista físico es el mismo invitando a cenar a un funcionario para obtener beneficios que dar dinero a una persona en miseria. Físicamente el acto es el mismo, pero moralmente el primero es corrupción y el segundo solidaridad. Los valores morales El ser de la persona humana es un ser de unidad compleja y compuesta. Es la unidad del alma y del cuerpo, por lo tanto en el ser del hombre hay diversas dimensiones en las que el hombre actúa. (vida intelectual, laboral, sexual, artístico, político, económico). El único valor moral se va a concretar en los valores morales que se refieren a cada una de las dimensiones en las cuales el hombre está llamado a actuar. Los valores morales particulares de cada dimensión de la vida del hombre indican la dignidad del hombre en su acción dentro de cada dimensión.

18 La persona está llamada a auto - realizarse en la totalidad de su ser cuando actúa en una dimensión particular. No hay actividad del hombre que tenga un valor neutro, que no tenga un valor moral. El hombre puede separar lo que es el valor propio de una actividad, del valor moral (un buen carpintero no significa que sea una buena persona). El valor moral plantea una exigencia incondicional. 3) Fundamento incondicional.

último

de

su

normatividad

Cada persona humana concreta, por el hecho de ser persona, es un todo ante el universo que lo rodea, y es un todo ante la causa trascendente personal, pero los seres que son personas son un todo no cerrado, sino abierto a la comunicación de conocimiento y de amor, porque es el nivel de la vida propiamente personal, pero en razón de la riqueza de lo que es tiende a comunicarse en ese nivel propio del conocimiento y del amor. Si la causa trascendente personal es un ser personal abierto a la comunicación, se sigue que si este ser ha puesto en la existencia seres personales también abiertos, la única finalidad posible es que el “Tú trascendente” ponga en la existencia otros “Tú” que son personas, con la única finalidad de que esos estén ordenados a establecer con ;el una comunicación de conocimiento y amor. La finalidad de porqué el ser trascendente y personal pone en la existencia seres personales, no puede ser otra que ordenarlos a entablar una relación personal con él. Cada persona humana no puede ser subordinada a nadie más que al ser trascendente personal. Por lo tanto el valor moral que se refiere al valor de la persona humana en cuanto tal, exige la normatividad incondicional, nunca se puede aceptar subordinar a algún ser que no sea la causa trascendente personal. Cada persona humana tiene un valor absoluto e incondicional. El hombre puede sacrificar algún valor humano para salvaguardar el valor moral. Ningún valor humano se subordina como finalidad del hombre. Las relaciones interpersonales humanas son relaciones fundadas sobre la igualdad, porque no puede existir una persona humana que pueda estar por encima de otro. El obrar moralmente bueno va a consistir en la respuesta personal de amor al amor incondicional del ser trascendente personal, por lo tanto el acto moralmente bueno es el acto de un amor semejante a ese amor incondicional y gratuito del ser trascendente personal. Este obrar está al alcance de toda persona. Este acto de amor es posible para los hombres que viven en una situación existencial marcada por el sufrimiento, situaciones difíciles, como la marginalidad.

2. La conciencia moral El valor moral es conocido y realizado en la persona en la conciencia moral y por medio de su conciencia moral.

19 ¿El valor moral es una creación de la conciencia subjetiva de cada individuo en su conciencia individual o es el desvelarse de la conciencia de la persona en la situación existencial? 1. La conciencia moral sería creativa de los valores morales en una situación existencial concreta. 2. La conciencia se descubre portadora de una norma, a partir de la cual se le desvela a la conciencia el valor moral en las situaciones concretas. A esta postura adherimos nosotros. La conciencia moral determina el obrar no a partir de cero, sino a partir de un contenido moral. 1) Conciencia moral autónoma normada (1) El roll normativo de la Naturaleza de la Persona Humana. Nos remite a la tradición filosófica universal de “ley natural”. También es patrimonio de la revelación judeo – cristiana (Rm. 2, 14). Confusio: “aquello que es dispuesto desde el cielo se llama naturaleza esencial. La conformidad a la naturaleza esencial se llama ley natural. El perfeccionamiento de la ley natural se llama cultura”. El positivismo del S. XIX niega la existencia de la ley natural, es el patrimonio común de la cultura occidental contemporánea. La palabra “ley” está cargada de un contenido diverso. Se piensa en una realidad normativa impuesta exteriormente por una autoridad competente. Una expresión paralela válida sería “código genético personal o de la persona humana”. (no confundirlo con el código genético biológico). El código genético biológico determina la identidad biológica y determina el desarrollo biológico. El código genético personal está escrito en el corazón, no en las cédulas y no determina, sino que indica la identidad como persona humana e indica por lo tanto cuál debe ser el comportamiento para desarrollarse según esa identidad. El código genético biológico impone una identidad, un desarrollo, el código genético personal prescribe e indica; y queda en la libertad del hombre el obrar según el código genético personal. El código genético biológico no es un código moral. El código genético personal es de orden moral porque el hombre puede libremente obrar según ese código o en contra de ese código. Hay que estudiarlo en su dimensión: 1. Ontológica. 2. Gnoseológica. 3. Originante. 1. Dimensión ontológica: Todo ente en cuanto que existe tiene su propia ley natural que corresponde a su esencia o estructura ontológica propia. A – artefacto: modo propio en el que exige ser usado.

20 B – naturaleza: su modo propio debe alcanzar la plenitud de ser que le es debida, tanto en el orden de crecimiento como en el orden de comportamiento. C – hombres: porque el hombre es persona, la ley natural en el hombre es una ley moral, porque está llamado a seguir la ley natural libremente y no necesariamente. El orden ideal brota de la naturaleza humana. El orden ideal es interrogado por las situaciones existenciales en las cuales el hombre se va encontrando a lo largo de su vida y de su historia. (p.ej.: la prohibición del genocidio que se hace luego de la segunda guerra mundial, no hay que imaginarlo como que ya estaba escrito en la naturaleza humana. La prohibición de genocidio no fue reconocida desde el comienzo de la humanidad en las conciencias). El hombre discierne cuál es el comportamiento que es conveniente al orden ideal, según el código genético personal. La ley natural es el orden ideal de comportamiento que por estar enraizado en la estructura ontológica de cada persona humana se extiende a todo el ámbito de la moralidad del hombre. Abarca todas las situaciones que el hombre pasará a lo largo de historia. La persona humana es un ser ontológicamente normado. Posee un orden moral de comportamiento. La conciencia moral de cada persona no es una realidad vacía de contenido moral, sino que es portadora de una norma de la cual se va tomando conciencia progresivamente. 2. Dimensión gnoseológica: ¿Cómo conoce el hombre la realidad que lleva escrita en su estructura metafísica? ¿Cómo la conciencia moral está normada y regulada por el código genético personal? El único conocimiento moral que todos tenemos es común como principio evidente es “haz el bien y evita el mal”(es el preámbulo del código genético personal, que es el conjunto de acciones para realizar o no realizar que se derivan de ese principio de modo necesario. Como es una ley no – escrita, su conocimiento se ha ido desarrollando a medida que creo la conciencia moral del hombre, encontrándose la conciencia en un estado precuspular (estado de infancia del hombre). El conocimiento sigue siendo imperfecto y se perfecciona mientras la humanidad exista en este mundo. Se debe tener en cuenta que toda ley no tiene fuerza de ley sino en la medida en que es promulgada (cuando es conocida y expresada en las afirmaciones de la conciencia). El elemento gnoseológico es, tal vez en el orden práctico, el elemento fundamental de la ley natural o código genético personal. ¿Cómo conoce el hombre el código genético personal? El hombre no conoce los preceptos del código genético personal de modo abstracto y teórico, por vía de razonamiento deductivo o deducción lógica racional. Los conoce por el conocimiento de inclinación o connaturalidad. Es un conocimiento racional bajo la guía de las inclinaciones de la naturaleza humana. Es un conocimiento que no es claro, es obscura, unido a la experiencia. La razón formula juicios consultando las inclinaciones interiores de

21 la naturaleza humana. Consulta la percepción interior del ser que vibra en sus inclinaciones y tendencias que se hacen conscientes en el juicio de la razón. Connaturalidad significa “conformidad a la naturaleza” de las inclinaciones del hombre. La ley natural se conoce de un modo propio y exclusivo: conocimiento natura; la situación concreta moviliza las inclinaciones que mueven a la razón a producir un juicio en conformidad con la razón natural. Este modo de conocimiento es falible y puede ser alterado por los condicionamientos históricos y culturales. Este conocimiento tiene facultad de unir en contacto íntimo con la naturaleza y el ser propio e individual de la persona. Este proceso de conocimiento del código genético personal solo se da por medio del conocimiento racional por connaturalidad. Las convicciones morales profundas de los hombres a lo largo de la historia dado que se producen a través de juicios por inclinaciones, los hombres no son capaces de justificar racionalmente sus convicciones morales sin calificarlas como convicciones irracionales. El conocimiento por connaturalidad se refiere a los preceptos absolutamente primeros que son invariables e inmutables. El principio fundamental de todos los preceptos primeros se expresa así: “obra como hombre”. (dado que eres hombre actúa como tal). El precepto presupone un principio general que es obrar de acuerdo a lo que se es. Procede de la experiencia de la propia humanidad. Esta conciencia del deber ser no es una pura conciencia formal vacía de contenidos morales concretos, sino que es una conciencia colmada de todos los contenidos e indicaciones morales que la historia humana irá explicitando. En el orden de la conciencia moral normada por la ley natural no existen excepciones a los preceptos de ley natural. (robar por necesidad, matar en defensa propia). Las excepciones son aparentes excepciones, lo que son, son variantes posibles del código polivalente de acción. En ningún caso robar es lícito. En ningún caso matar es lícito. Hay que distinguir entre el valor físico de un acto y el valor moral de un acto. No se admite la hipótesis de las excepciones que llevará a admitir que en ciertas ocasiones hay conflictos de valores. Hay un “aparente” conflicto. Hay que hacer un esfuerzo muy grande para escuchar las inclinaciones de la conciencia. (2) El Código Genético Personal inscrito en la Conciencia Moral. 3. Dimensión originante: El principio causal originante de la existencia de la persona humana es un ser trascendente personal dotado de sabiduría y de amor y pone en existencia no solo por un acto de amor sino según su proyecto de sabiduría (ley eterna). Orden de la sabiduría del ser trascendente y personal que dirige toda acción y todo movimiento en el universo visible. En el caso del hombre que es un ser personal, por ser persona partícipe de la ley eterna, sabiduría eterna, del modo más excelente. Participa por medio de su razón. El código genético personal es la participación racional del hombre en la sabiduría eterna por medio de las inclinaciones naturales que ha puesto en nuestra naturaleza humana.

22 Las inclinaciones son el instrumento por el cual el ser trascendente personal hace partícipe al hombre de su sabiduría eterna. Detrás del conocimiento de la participación de la sabiduría eterna está el ser trascendente personal que nos mueve a obrar por medio de las inclinaciones naturales que puso en nuestra naturaleza. El hombre conoce la ley natural porque es consciente, pero en cuanto que es libre, puede elegir obrar según la ley natural o no. La medida de la conciencia y actos del hombre se va a encontrar en la sabiduría eterna. La conciencia moral en el plano inmediato está iluminada por la razón pero en el plano mediato por la sabiduría eterna del ser trascendente personal. La razón no produce “activamente” el conocimiento de la ley natural. (3) Universalidad e inmutabilidad de las normas morales Si bien el hombre conoce la ley natural por inclinación, una vez producido dicho conocimiento, el hombre formula ese conocimiento en términos conceptuales que son las normas morales. Son universales e inmutables porque cuando el hombre elabora un juicio por inclinación, el hombre está expresando conceptualmente una realidad. El valor moral tiene que ver con la totalidad unificada de su ser, por ello no existen en el hombre dimensiones pre - morales, moralmente neutras. Todo lo humano, en cuanto humano tiene un valor moral. Los valores morales no se identifican con las inclinaciones naturales,. Los valores morales no consisten en el hecho de que el hombre esté inclinado a (p.ej.) vivir en sociedad, procrearse, producir bienes, sino que consisten en la exigencia de que esas inclinaciones sean realizadas de un modo específicamente humano. Esta exigencia es intrínseca a las inclinaciones naturales, porque son de la persona humana. Un ejemplo de norma moral es, por ejemplo, “restituye cuanto te ha sido prestado”, que se aplica según el sistema económico vigente. Algunos dicen que hay normas morales que son excepciones: “matar en defensa propia”. Pero esto no es así. En estos casos, lo que en realidad sucede es que la norma moral no está en cuestión, sino que lo que cuenta es un concepto moral positivo: defenderse. No todo acto que contradiga literalmente a la norma la va a contradecir realmente. (4)

Conocimiento de las normas morales.

El conocimiento del hombre de los valores morales es verdadero pero limitado. Cuando el hombre conoce el valor moral, conoce que es hecho partícipe de la sabiduría eterna. Pero la razón humana no puede conocer de una sola vez un valor moral, sino que la va conociendo progresivamente. El conocimiento tiene un carácter histórico, itinerante. El conocimiento empírico de las ciencias positivas progresa de modo lineal. Es real pero tiene algo de provisorio, por eso se habla de teoría, de hipótesis.

23 El conocimiento de los valores lineales no progresa linealmente, sino que profundizan sobre la misma realidad. Es un progreso por acrecentamiento. No se descarta lo viejo, sino que se integra. Nunca se agota el conocimiento de un valor moral.

2) La conciencia moral normativa (1)

Concepto y definición.

La realización de valor moral supone un conocimiento del mismo. Sino se da este supuesto no se da un obrar moral. Se distingue de la conciencia psicológica que es la percepción que se tiene de la realización de un acto en el momento de su realización (“soy consciente de que actúo cuando estoy actuando”). La conciencia moral es conciencia del valor moral del acto realizado. La conciencia moral a diferencia de las normas morales, es el conocimiento moral concreto. La conciencia moral normativa es el juicio de discernimiento que la conciencia realiza entre el acto que se está por realizar y el valor moral que la incumbe. La conciencia moral normativa constituye y establece la personalización del valor y la norma moral, lo que hace que el individuo se abra a la realización individual de la norma universal. (2) El juicio de la conciencia es un juicio por inclinación El juicio de conciencia es un juicio racional pre – consciente por modo de inclinación. ¿De qué modo el hombre realiza el juicio de la conciencia? Es un juicio racional pero pre – consciente, no lógico – discursiva, lo es por modo de inclinación y sin ser capaz de dar razón de su juicio. Hay dos clases de inclinaciones:

 Animal  Humana: inclinación a la generación humana: -

El hombre se siente inclinado a reproducirse no como los animales, sino como hombre. Unidad y estabilidad de la familia. No maltratar a otro ser humano.

Estas pueden entrar en conflicto con inclinaciones puramente animales. Son progresivamente fijadas tanto en los individuos como en la humanidad. Estas inclinaciones pueden pervertirse, aunque son estables en sus raíces en la medida en que el hombre haga prevalecer la vida del espíritu.

24 En la esfera animal no tienen estabilidad. El hombre percibe que sus conductas están de acuerdo con algo verdadero que se lleva en el interior. La conciencia inmersa en la experiencia sensible de la situación capta dicha situación como un modelo o patrón para las tendencias naturales. Se crea una complacencia o simpatía de la conciencia, la cual se siente como en su “ethos”. Este proceso se formula así: aquello que está acorde con la conciencia normada, le place al animal racional, y lo que no le desagrada y repugna. Los juicios de conciencia son primariamente juicios por modos de inclinación. El origen del juicio del hombre es una inclinación natural propiamente humana que la conciencia hizo nacer del dinamismo instintivo de la naturaleza. Tanto las inclinaciones como los juicios actúan unos sobre otros y así se enriquece el conocimiento natural de los valores. (3) La verdad del Juicio de Conciencia y la Rectitud del Apetito o Voluntad. La voluntad es apetito del bien. Está inclinada hacia los bienes que conducen al bien absoluto. La sola inclinación de la voluntad al bien no basta, sino que tiene que ser rectamente intencionada, rectamente orientada hacia el bien porque en última instancia, la que va a mover el juicio último de elección (“este es mi bien”) es la voluntad. Esta voluntad va a mover a la conciencia para que elija entre los bienes. Lo que más hay que despertar es el amor del bien por el bien, el amar llegar a ser virtuosos, tener una voluntad recta. (4) Obligatoriedad Conciencia Moral.

(Normatividad)

de

la

Si la conciencia, a través de su juicio de conciencia es el instrumento por el cual el valor moral interpola, se sigue que el juicio de conciencia en cuanto que transmite, es obligante. Hay obligación moral de seguir el juicio de la conciencia porque el hombre puede obrar en contra del juicio de la conciencia. La conciencia está obligada a buscar la verdad moral. Hay un principio de obligación moral escrito en la conciencia. La conciencia está programada para buscar la verdad, y una vez encontrada, seguirla. Si obra en contra del juicio de su conciencia obra mal. La obligación no se funda solo en el juicio sino que el juicio transmite el juicio normativo moral. El juicio de conciencia puede ser verdadero o recto, cuando transmite el valor moral. Es erróneo cuando no es conforme con el valor moral. ¿Qué sucede cuando el juicio de la conciencia es erróneo? Hay dos clases de juicios erróneos: - venciblemente erróneo: juicio en el cual se tiene alguna advertencia o conocimiento del error en el juicio, por lo tanto se puede salir del error. Se puede y se debe salir del error.

25 -

(5)

Invenciblemente erróneo: del cual la persona está completamente cierta y sin sospecha de saber que su juicio es erróneo. Certeza se opone a duda. Por más de ser invenciblemente erróneo y cierto, supone obligatoriedad.

Libertad de conciencia

Toda persona tiene el deber moral de seguir siempre su conciencia, por lo tanto la persona tiene el derecho de no ser forzada a obrar en contra del dictado de su conciencia. Cuando un error del juicio tiene como consecuencia la violación del derecho de otra persona, entonces surge el derecho que tenemos de impedir que una persona cause una violación grave del derecho de otra persona o de la comunidad. Si tiene el derecho de impedir que la persona actúe cuando obra creyendo que su obrar es bueno. Libertad de conciencia significa el derecho y el deber de buscar la verdad, por eso no significa hacer del juicio de la conciencia la fuente de la verdad, y que el hombre sea indiferente a la búsqueda de la verdad. Libertad de conciencia no significa ser dueño de decir lo que es la verdad. no se es dueño de la verdad sino que se está orientado a buscarla. Cuando se tiene dudas sobre una determinada acción a realizar, hay dos principios: - con conciencia dudosa no se puede obrar. - Hay obligación moral para buscar la verdad. (6)

Formación de la conciencia.

Depende de la combinación de la ordenación de la persona a bien moral, la rectitud de la voluntad y el conocimiento de los valores morales. La conciencia es una realidad dinámica porque crece, se desarrolla. En la medida en que el hombre es un hombre bueno y virtuoso en quien se encarnan los valores morales se sigue que el hombre bueno y virtuoso pasa a ser modelo y norma de comportamiento para los demás. (el héroe, el que lleva una vida heroica y virtuosa). Para la formación de la conciencia es indispensable la ayuda de las personas virtuosas y sabias

2. LA

ACTUACIÓN.

1. La libertad. 1) El acto libre. Se es responsable de aquello que se elige libremente. La realización de la persona según el valor moral se realiza por el obrar libre.

26 En el hombre hay dos modos de obrar libre o voluntad: - aquellos actos que son inmediatamente originados de la voluntad y que es el acto del querer. - Aquellos actos que son mandados, imperados por la voluntad pero realizados por otra voluntad. La moralidad va a estar en el ámbito del “querer”, porque son los actos que brotan directamente de la voluntad, en los actos “imperados” (mandados) la moralidad entra indirectamente, y no tienen un valor moral en sí mismos sino que lo tienen en cuanto que participan del mundo de la libertad.

OBRAR (libre y voluntario)

QUERER

MORALIDAD

MANDADOS (imperados por la voluntad) La actividad voluntaria del “querer” depende completamente de la persona, surge causada en la persona, por eso la actividad libre es totalmente de la persona que decide, esa actividad no está predeterminada ni exterior, ni interiormente porque sino no sería libre. ¿Cuál es la raíz de la libertad? Está dada por una relación entre la razón y la voluntad. La causa de que el hombre sea libre es la razón. Nada es querido que primero no sea conocido. Nuestra voluntad está en relación a la razón. Si se quiere “necesariamente” lo que se conoce, anularía la voluntad y se daría primacía a la razón. No hay una relación “necesaria”. Nuestra inteligencia por medio de los sentidos conoce el mundo, pero virtualmente en cuando a su capacidad, la inteligencia está orientada a conocer la totalidad del ser. Nuestra voluntad quiere tal o cual bien que se da de un modo limitado y que es presentado por la inteligencia como un bien, pero la voluntad virtualmente como capacidad, está abierta hacia el bien infinito. La razón presenta tal o cual bien que motiva a la voluntad pero que no la determina, puede quererlo o no quererlo. La raíz última de la libertad está en que ante los bienes que la razón presenta y que motivan la voluntad, sin determinarla (porque ninguno de estos bienes es “el bien”). La voluntad emerge frente a la razón moviéndola a elegir entre los bienes y un bien para la persona. La razón propone bienes que motivan a la voluntad pero la elección depende de una decisión libre y original frente a la razón.

27 2) Libertad y persona ¿Por qué la persona elige tal o cual bien? La persona decidiendo sobre un bien particular, decide sobre sí misma, se auto – determina como persona porque se elige un determinado modo de ser. Ese modo de ser es lo que inclina a preferir un bien y no otro. El hombre no solo decide sobre un bien, sino que decide sobre sí mismo un determinado modo de ser que explica por qué la voluntad va a elegir un bien en lugar de otro, por qué la persona se halla más dispuesta (no determinada) a su atracción y por eso elige ese bien en lugar de otro. Esa autodeterminación implica un juicio de valor que tiene como objeto el modo de ser que la persona ha elegido para ser, modo de ser elegido porque se ha juzgado mejor que otro. Este juicio de valor sobre el modo de ser que se ha elegido para ser. Si bien todos tenemos en común el ser personas humanas, no tenemos en común el mismo modo de ser personas humanas. La voluntad mueve a la razón a elegir, a hacer un “juicio de elección”. En el juicio de elección, razón y libertad interactúan, la razón motiva, pero la decisión va a estar en manos del sujeto por su libertad. La libertad humana está determinada por la norma escrita en el ser del hombre. La libertad no es libre albedrío (elegir entre dos cosas), sino que es la capacidad del hombre para determinarse según la norma moral. Es la capacidad de elegir siempre el bien. El hombre elige libremente para autodeterminarse en la línea del bien. El hábito (accidente de cualidad) inhiere sobre la substancia del hombre y la modifica constituyéndola. Al virtuoso le resulta connatural y espontáneo elegir el bien. El modo de ser es una segunda naturaleza, una cuasi – naturaleza. Las virtudes modifican nuestro ser constituyéndose en una segunda naturaleza. Se crea un rechazo casi instintivo del mal moral y se agudiza la capacidad de discernimiento entre el bien y el mal. San Agustín afirmaba que la libertad es hacer siempre lo que se quiere, haciendo lo que se debe, que es el bien. 3) Libertad y Dios. El acto libre elige un bien determinado. El hombre se autodetermina en orden al sumo bien. Al elegir el bien, el hombre orienta su voluntad, corazón y libertad hacia el sumo bien. a. Análisis del primer acto de libertad. Lo que dijimos anteriormente nos lleva a reflexionar más profundamente sobre el acto libre. El primer acto de libertad es el que marca el inicio de la vida moral de una persona en su infancia. Por ejemplo un niño que decide no mentir a su madre, no porque esté mal o por las consecuencias que puede provocar ese acto, como un castigo o el disgusto de su madre, o tampoco por lo contrario, es decir, por el premio que le

28 puede provocar que no mienta, o la alabanza por parte de sus mayores. En ese momento, en el que decide no mentir, es cuando se manifiesta en el corazón del niño el bien moral, si lo hubiera hecho por sus consecuencias se hubiera quedado en un bien útil. Cuando se decide por el bien, el niño obra por amor del bien, simultáneamente se autodetermina en la línea del bien, elige ser bueno. De esta manera él imprime en su vida moral la determinación hacia el bien. ¿Qué está contenido en el primer acto de libertad? 1. Conocimiento de la moralidad y orientación de la voluntad al bien. Cuando se abstiene de algo malo por ser malo conoce la distinción entre el mal y el bien, y conoce el bien que debe ser hecho por el bien y evita el mal por el hecho de ser malo. Al elegir el bien orienta su voluntad hacia el bien. 2. Conocimiento de la ley moral. Se da cuenta de modo experimental que el mal de mentir es un mal superior a todo mal (castigo, disgusto de su madre), y que el bien de elegir el bien es superior a todo bien (alabanza, premio). Este niño capta por connaturalidad que el bien moral debe ser actuado. De este modo conoce la ley moral que está contenida en el deber de hacer el bien y evitar el mal. 3. Elección implícita o explícita de Dios como fin último. Al amar el bien por el bien mismo, el acto se dirige desde el inicio más allá del bien particular, hasta el bien en sí, fuente de todo bien, hacia el bien subsistente amado y conocido implícitamente en el bien particular. Lo ama como su fin último. Este es Dios, elegido y amado implícitamente como fin último. Esta elección implícita de Dios como fin último está enmarcada en la elección del niño de este bien particular en ocasión de su primer acto de libertad. b. Dos casos. En el primer acto de libertad se pueden dar dos casos según el contexto cultural: 1. El niño educado con fe explícita en Dios. Aquí su primer acto de libertad, posiblemente, será elegirlo explícitamente a Dios como fin último, y así comenzar su vida moral como un amor explícito a Dios. De esta elección se seguirá que haga el bien y evite el mal por amor a Dios, distinto que en el caso anterior, en donde la fe en Dios no era explícita, aquí la elección de Dios está implícita en el bien particular que elige se trata de un conocimiento volitivo por connaturalidad afectiva. Por eso la Iglesia tiene un gran respeto por los que llama los hombre de buena voluntad. 2. El niño educado sin fe explícita en Dios: conocimiento volicional, connatural de Dios. El caso ya visto. c. Conclusión. En el primer acto de libertad, en el cual niño elige el bien por el bien, y evita el mal por el mal, se autodetermina a sí mismo, respecto de un bien particular, en orden a Dios.

29 4) Libertad y condición humana integral. Hay dos modo de actuar libre: 1. El querer, que procede directamente de la voluntad. 2. Los mandados, que son imperados por la voluntad. En la filosofía moderna hay tres corriente que ponen de manifiesto tres aspectos distintos sobre la concepción del hombre: 1. Darwinismo: pone de manifiesto el componente biológico del ser humano. Dado que el hombre es una unidad psicosomática, si bien el obrar del hombre se origina y depende siempre de su dimensión espiritual, el alma actúa en dependencia del cuerpo. Nuestro espíritu actúa animando un cuerpo. No existe un acto libre del hombre que no implique la corporeidad. Entre el alma y el cuerpo hay como una doble relación, el cuerpo humano está ordenado a dejarse poseer por el espíritu humano, pero esta ordenación y dominio del alma sobre el cuerpo se verá muchas veces alterada por ciertas anomalías biológicas que pueden padecer una persona. Estos condicionamientos pueden ser positivos o negativos. No existe ningún acto humano que no incluya el componente biológico. La persona se determina en la integridad de su ser, que es espiritual y corporal, por lo tanto la autodeterminación que tiene como objeto al hombre implica que el cuerpo tiene un significado moral. Los comportamientos sobre el cuerpo no son moralmente neutros. Hoy en día se considera al cuerpo como algo ajeno a la persona. Esta mentalidad a distinguir entre dos órdenes: - Moral: amor a Dios, al prójimo, a la justicia. - Premoral: salud, vida, muerte, bienes materiales. Entonces se puede disponer de los valores pre – morales según las circunstancias. 2. Freudismo: con su teoría del inconsciente pone de manifiesto el componente psicológico del obrar humano. Conjunto de energías psíquicas y sensibles que la tradición ha llamado: pasiones del alma, es el mundo afectivo – pasional. La afectividad sensible es como un “sensor electrónico” que siempre está activado. También es como la “plastilina”, porque las realidades que afectan sensiblemente van dejando su huella como en la plastilina al darle forma con la mano. Como los sensores están activados, las realidades primero las sentimos y luego se piensan. Toda la comunicación con el mundo exterior pasa puramente por los afectos sensibles durante los primeros cinco años. MUNDO AFECTIVO

ESPÍRITU

VOLUNTAD

AFECTIVIDAD

30

SENSIBILIDAD En el dualismo y maniqueísmo hay que reconocer que existe una cierta tensión o dicotomía entre el mundo espiritual y el sensible. El hombre experimenta que no es dueño del mundo afectivo. El hombre experimenta el mundo afectivo como algo que lo humilla. (pero en esta trampa cayeron los dualistas y maniqueos). El mundo afectivo sensible es objeto de que cada hombre lo cultive libremente. Este cultivo tiene dos aspectos: reprimir lo que hay de desordenado en todo movimiento afectivo sensible. 3. Marxismo: con su teoría del comportamiento determinado por los condicionamientos económicos, pone de manifiesto el componente histórico. La dimensión histórica del hombre significa: - Que la persona nace, crece y actúan en un determinado contexto histórico – cultural. Es la herencia que se recibe de las generaciones que lo precedieron. La persona es un yo único e irrepetible y está llamada a introducir por medio de su obrar libre una novedad en el contesto histórico – cultural. En el contexto en el cual nacemos y crecemos otras libertados han decidido por nosotros (bien o mal). El contexto impone un condicionamiento para el bien o para el mal. El hombre puede y debe substraerse de los condicionamientos negativos y está llamado a aportar su persona en la línea del bien. Surgen dos criterios morales: - Previsión del mal. - Colaboración con el mal: que puede ser material: cuando no se acepta y se busca el modo de substraerse de ello, o formal, cuando se da el pleno consentimiento con lo que se hace. - El hombre es un ser histórico – cultural: el hombre está sujeto a un desarrollo progresivo no solo como individuo, sino como comunidad que se desarrolla en la historia: El hombre percibe ciertas leyes: la primera ley (que no es la más importante) es la ley del pasaje del “estado existencial” de infancia de la humanidad al estado de madurez y razón. La humanidad ha pasado por distintos “estados existenciales”.

NOCTURNO MÁGICO IMAGINACIÓN

ESTADO SOLAR LOGOS

VI a.C.

31 ACTUALIDAD

-

Ley del progreso de la conciencia moral: la conciencia moral es un conocimiento por inclinación. Las inclinaciones naturales pueden desarrollarse y también pueden ser liberadas. Pueden estar determinadas por los estados existenciales.

Ley del pasaje de civilizaciones sacrales a civilizaciones seculares. Es una diferencia que surge con la irrupción del cristianismo. Esta distinción se origina con la distinción evangélica entre las cosas del César y las cosas de Dios. En pueblos cristianos tanto de oriente como de occidente. Existió una era sacral que fue la edad de la cristiandad medieval caracterizada por el hecho de que la unidad política se fundaba sobre la unidad de la fe y por la idea dinámica de esa cultura: lo temporal estaba completamente al servicio del Reino de Dios. Esta era sacral de la cristiandad medieval culmina con la modernidad. La modernidad va a ser una edad profana o secular caracterizada por el hecho de que el orden temporal de la sociedad ha logrado adquirir una completa autonomía respecto del orden sacral. La idea dinámica dominante por la cultura moderna es la de la conquista de la libertad y de condiciones de vida cada vez más conformes a la dignidad de la persona humana. En la civilización secular, la unidad política basada en la unidad de fe ya no es requerida por que hombres pertenecientes a distintas familias espirituales se unen en el orden temporal por un mismo bien común político. Esto requiere la unidad misma de cada persona humana que es miembro de una comunidad religiosa determinada y miembro de una comunidad política determinada. -

Este paso o conversión de lo sacro a lo secular es fruto del fermento del Evangelio en la civilización. Sería necesario examinar en que sentido la civilización de la India es una civilización sacral (lo mismo el Islam), donde es casi imposible separa lo secular de lo religioso. En la civilización griega, donde la religión se encarnaba en los dioses de la polis, por eso es una civilización hiero – política, porque por una parte el cuerpo político tenía la dignidad suprema pero por otro lado algo de sagrado. Ley del acceso del pueblo a la adultez en materia política y social. Esta ley concierne al pasaje progresivo que se ha dado en la historia moderna, por la cual el pueblo pasa de un estado de sujeción (césares, reyes, señores feudales), a un estado de auto – gobierno en materia política y social, el espíritu democrático y la filosofía democrática. Este cambio es el desarrollo normal según las aspiraciones profundas de la naturaleza humana, porque la aspiración profunda son aspiraciones a la libertad y a ser tratados como personas. El Evangelio -

32 trae anuncios que actúan sobre las aspiraciones naturales, donde somos hermanos, hijos de Dios, pueblo de Dios. Estas realidades germinan en la conciencia pagana y les hace descubrir su dignidad y a ser tratados como tal (auto – gobernándose). Esta expansión del espíritu y filosofías democráticos responde a las inclinaciones naturales. Ley del pasaje de las culturas y civilizaciones locales y particulares de cada pueblo, etnia, raza, a una cultura universal. Nosotros hoy estamos en este proceso. La humanidad se ve cada vez más al ver surgir una cultura universal al cual están llamados a integrarse las culturas de cada pueblo, etnia, razas. -

2. Naturaleza y Libertad 1) La naturaleza humana como “fuente vida” del obrar personal. La naturaleza humana es una realidad viviente y está dada por las inclinaciones naturales propiamente humanas. Estas inclinaciones no solo llevan al juicio por inclinación sino que también movilizan al hombre en la acción. Este impulso no es una determinación, por ello el obrar del hombre será fruto de la acción conjunta entre el dinamismo viviente de la naturaleza humana y de la libertad. El juicio por inclinación es el modo cómo es personalizada (incorporado en el mundo personal del hombre) el dinamismo viviente de la persona humana, allí con su libertad el hombre tiene la libertad de actuar o no con respecto al juicio por inclinación. La naturaleza humana que está en las raíces de nuestro obrar libre, inclina a actuar de determinada manera. La naturaleza humana respecto al obrar libre va a cumplir un roll normativo porque el obrar libre (fruto de la naturaleza humana y la libertad), elige lo conveniente o no. Va a haber actos según la indicación de la naturaleza humana y otros actos en contra. Es aquí donde el hombre puede actuar de un modo artificial, porque no es según la indicación de la naturaleza humana, sino que está en contra de la misma. La causa puede ser: Error del juicio de la conciencia. Obrar libre en contra del juicio de conciencia. Acto arraigado culturalmente y difícil de evadir. 2) La libertad, origen y término del obrar personal. En la persona humana hay que distinguir la libertad de elección (libre arbitrio) y la libertad terminal (autónoma, independencia, exultación). Libertad de elección: don metafísico que se recibe con la naturaleza humana. Constituye el fundamento y el origen del mundo de la libertad en el hombre. Es

33 la capacidad de autodeterminarse que el hombre posee en orden a su fin y a los medios que conducen a ese fin. La raíz de la libertad está en la razón. Es la fuente del obrar del hombre por ello se llama “fuente del obrar inicial”, porque gracias a ella se inicia la vida moral de la persona. Cuando el hombre deliberando sobre sí mismo, opta por aquello que es bien en sí mismo hará que toda su vida dependa de ese bien. Es libertad inicial porque gracias a la libertad de elección el hombre va a conquistar con su obra aquello que es él metafísicamente, un hombre. Libertad terminal: debemos conquistarla con nuestro propio esfuerzo. Es el término del trabajo moral del hombre a lo largo de su vida. La persona es dueña de sí misma en la conducción de su propia vida sin sufrir la presión de ninguna causalidad externa a la libertad. El don metafísico se orienta y ordena en función a la conquista de la libertad terminal. El libre albedrío (libertad de elección) no es un fin en sí mismo sino que está en función de la adquisición de la libertad de autonomía o terminal. Contradice la dignidad del ser humano el no tener una libertad de autonomía. Esta libertad de autonomía conquistada por el hombre consiste en el dinamismo de la libertad (pasaje de la libertad inicial a la libertad terminal). El mismo acto humano es fruto de la libertad y al mismo tiempo alcanza como meta la libertad terminal. 3) El obrar personal “fruto’ de la Naturaleza Humana y de la Libertad. La modernidad se caracteriza por ser la época del humanismo donde el hombre va ocupando el centro de la cultura. El humanismo tiende esencialmente a hacer al hombre más verdaderamente humano y a manifestar su grandeza original haciéndolo participar de todo aquel que lo ennoblezca en la naturaleza y en la historia. El humanismo exige que el hombre desarrolle las virtudes contenidas en él y trabaje para hacer del universo físico que lo rodea, instrumentos de su libertad. En esta concepción del humanismo no se puede excluir a priori la ordenación del hombre a lo sobrehumano, a la trascendencia. El tema de la libertad no puede ser tratado integralmente si la libertad del hombre no es acompañada de lo trascendente que nos ha puesto en la existencia. En la naturaleza del hombre su obrar está “esposado”, por eso la libertad viene a terminar lo que ya se encuentra bosquejado en la naturaleza humana. El obrar del hombre es fruto de la unión individual de la causalidad concomitante simultánea entre el dinamismo viviente de la naturaleza del hombre y su libertad. En el obrar del hombre hay algo de no – natural porque requiere de la libertad para terminar lo que en ella se halla en esbozo. Si la libertad viene a sumarse al dinamismo viviente de la naturaleza humana, se sigue que queda excluida la concepción anti – natural de la cultura humana (Rousseau). No queda excluida la posibilidad de que de hecho el obrar humano se desarrolle artificialmente apartándose de la orientación del bosquejo contenido en el dinamismo viviente de la naturaleza del hombre.

34 Si bien el hombre metafísicamente es libre, en cuanto persona está en el grado más bajo de la realización del concepto de persona (comparándolo con la personalidad angelical y divina). El hombre es libre, con una libertad falible (no infalible). Es falible porque el ser trascendente tiene que haber puesto frente a sí una persona, un tú humano, donde se incluya la posibilidad de decir “no”, la creatura no está impuesta en la necesariedad, o la infalibilidad. El obrar libre es concebido como una vocación del hombre a continuar lo que ya encuentra dado en esbozo en la naturaleza. El hombre se auto – determina a partir de la realidad ya dada en el orden de su naturaleza humana y en el orden de la realidad cósmica material. El ser trascendente quiere ser amado solamente por seres libres faliblemente. El hombre sabe que hay libertades capaces de oponérsele. El acto moralmente bueno es aquel que no solo es el concurso entre libertad y naturaleza, sino a su vez el acto en el cual concurren la libertad del ser falible del hombre y la libertad del ser trascendente. La libertad del hombre quiere lo mismo que ha querido el ser trascendente. Lo propio del hombre en cuanto persona es la capacidad de donarse a otro y de recibir la auto – donación que otro hace de sí mismo porque la persona en cuanto tal tiende a la comunicación y a la donación por medio del conocimiento y del amor, pero este centro metafísico que tiende a la donación, rara vez puede lograr en su vida concreta esta ley del amor, porque la persona humana está en el más bajo grado ontológico de la realidad de la personalidad. La persona tiende a una auto – conciencia que la encierra en sí misma para poder liberarse de esta tendencia necesita de que su libertad elija lo que quiere la libertad trascendente. La persona humana no solo es origen del obrar libre sino que también es objeto del obrar libre porque por su obrar la persona se cultiva en sí misma en su misma humanidad. La tierra que cultiva el hombre es su propia tierra para que la persona se desarrolle cada vez más humanamente. Este cultivo de su propia humanidad consiste en dar origen y desarrolla incesantemente las cualidades espirituales en las cuales y por las cuales se despliegan sus propias energías y tendencias naturales de un modo auténticamente humano. Estas cualidades espirituales que son fruto del cultivo, se llaman “virtudes”. La persona se cultiva a sí misma (cultura), trabajando la tierra de su propia humanidad haciendo germinar y crecer las virtudes, que son la actualización progresiva de las potencialidades de la naturaleza humana. El hombre verdadero y plenamente natural y humano es que hombre de las virtudes, formado por la cultura interior de las virtudes intelectuales y morales. Solo este hombre tiene consistencia en sí mismo, tiene personalidad. Las virtudes tienen el nombre genérico de hábitos. Los hábitos son esencialmente disposiciones estables que perfeccionan al sujeto en la línea de su naturaleza y que se adquieren por el obrar. Los hábitos operativos constituyen una sobre - elevación intrínseca de la espontaneidad viviente del espíritu del hombre y un desarrollo vital del mismo espíritu que lo perfecciona y lo llena de una energía activa. De este modo los hábitos operativos que enriquecen nuestras facultades de acción se constituyen en principios secundarios de acción (son los hábitos que enriquecen al hombre).

35 Son herramientas de las cuales el hombre se vale cuando quiere, son disposiciones porque no determinan al hombre, y le hacen fácil y deleitable lo que de suyo es arduo. Los hábitos una vez cultivados se convierten en principios secundarios de acción (porque los primarios son la inteligencia y la voluntad). Los hábitos no solo son frutos del obrar en cuanto que el hombre se cultiva a sí mismo, sino que una vez engendrados el obrar del hombre va a terminar siendo fruto de los hábitos. Cuando el hombre empieza a ser más gracias al cultivo de las virtudes, ese organismo virtuoso va a ser “fuente” de su obrar virtuoso. “El obrar sigue al ser”. El hombre tiende por la riqueza de sus energías espirituales a anhelar un modo de vida que sea mejor que el modo de vida puramente humano. Por efecto del dinamismo de la libertad (inicial  terminal), la persona tiende a la conquista de la libertad de independencia o autonomía. Esta tendencia responde a las aspiraciones más profundas del misterio de la personalidad, que lleva a afirmar: “soy persona”, donde el hombre aspira a la libertad. Ser persona es estar llamado a conquistar la libertad. El hombre es una persona en estado metafísico embrionario y su deber fundamental moral es llegar a ser lo que está en estado embrionario: un todo íntegro e independiente. Toda la historia de la humanidad es el esfuerzo por conquistar el misterio de la personalidad en cada uno de sus miembros. Esta conquista de la personalidad consiste en alcanzar la libertad que es espontaneidad, autonomía, independencia, que el hombre debe adquirir constantemente como fruto de un trabajo moral continuo. El hombre no nace libre, sino en las capacidades radicales de su ser. Todo hombre está llamado a llegar a ser libre. La vocación del hombre consiste en la conquista de la libertad. La persona humana tiene dos aspiraciones: 1. Aspiraciones connaturales a la persona 2. Aspiraciones transnaturales a la persona: libertad de espontaneidad en su forma más elevada que es la libertad de autonomía o independencia. El hombre aspira a la forma más elevada. En la persona del hombre esta única aspiración trascendental que la impulsa a anhelar el grado máximo de espontaneidad de la libertad, se diversifican en dos aspiraciones y dos tendencias inseparables: en el hombre están las aspiraciones de la persona del hombre en cuanto humana y las aspiraciones que provienen de la persona del hombre en cuanto “persona”. Las aspiraciones del hombre son connaturales a él y específicamente humanas. Las aspiraciones del hombre en cuanto persona, en cuanto que participan en el más bajo grado de perfección ontológica, éstas aspiraciones son transnaturales. Según estas dos categorías de aspiraciones se va a dar en el hombre una doble y simultánea tendencia a la libertad.

36 Las aspiraciones connaturales tienden a una libertad de independencia relativa. Las aspiraciones transnaturales de al persona en nosotros tienden a una libertad de independencia absoluta. La aspiración connatural se debe a que la naturaleza material del hombre le causa una frustración porque el ser humano es el ser más desprovisto y menos libre. El hombre se halla inmerso en las fatalidades de la naturaleza material y de las necesidades del cuerpo, irracionalidad de los instintos, ignorancia, etc... El cuerpo es principio del hombre pero a su vez impone limitaciones. Las aspiraciones transnaturales son la fuente de un deseo ineficaz y condicional en nosotros de aspirar a una libertad sobre - humana. El dinamismo de la libertad (inicial  terminal) se va a realizar de dos formas diversas:



Forma social o cultural: que tiene como término la libertad terminal relativa.



Forma espiritual: que tiene como término la libertad terminal absoluta.

ASPIRACIONES

En cuanto hombre

Aspiración connatural Libertad terminal

En cuanto persona

Aspiración transnatural Libertad terminal

Las aspiraciones transnaturales frustran, no en cuanto el deseo, sino en cuanto a la realización, porque no depende del hombre su concreción. La libertad terminal relativa es el esfuerzo por conquistar la libertad como emancipación y liberación de las frustraciones que la naturaleza material impone a las aspiraciones connaturales. Si el esfuerzo tiende a liberar de las limitaciones del hombre, siendo el hombre el ser más desprovisto, se sigue que la conquista de la libertad terminal relativa, no puede ser una obra individual, sino que es una obra comunitaria. El dinamismo de la libertad es comunitario. La cultura proporciona a cada hombre una medida cada vez más amplia respecto a las coacciones de la naturaleza material. Así el desarrollo cultural de la humanidad tiene como destinatario a cada persona humana, una independencia cada vez más amplia de las limitaciones del hombre. Gracias al desarrollo cultural nos podemos liberar de las limitaciones que nos impone las limitaciones agobiantes de nuestra naturaleza.

37 La forma espiritual se refiere a la liberación interior que tiene por objeto superar las frustraciones que la creatureidad de la persona causa a las aspiraciones transnaturales y a tendencia de libertad de independencia absoluta. El hombre aspira a la libertad de independencia absoluta pero debe liberarse de la limitación de su creatureidad que frustran sus aspiraciones transnaturales (independencia absoluta), que solo se realiza en Dios.

3. El consentimiento al valor moral 1) Planteamiento de la cuestión (I – Iiae. Q. 18. Prólogo). El consentimiento es la decisión deliberada que el hombre da al valor moral. ¿Cómo se determina el valor moral de un acto humano? ¿De qué modo la acción humana es buena o mala moralmente? En el medioevo ]esto dio lugar a una disputa entre Abelardo y Pedro Lombardo, disputa que llega hasta la actualidad. Abelardo: todos los actos del hombre son neutros o indiferentes moralmente, no tienen en sí mismo un valor. Los actos del hombre adquieren el valor moral de la intención situacional de la persona que realiza ese acto. Niega que existan actos que en sí mismos y por sí mismos sean buenos o malos. Pedro Lombardo: hay actos que en sí mismos y por sí mismos tiene un valor moral propio, intrínseco. Son moralmente buenos o malos. Estos actos que en sí mismos son buenos o malos, su valor moral no puede ser cambiado aún cuando la persona los realice con una intención situacional contraria a ese valor moralmente propio. Estas dos posturas son irreconciliables. 2) Nueva moral o ética de situación Se inicia antes del Concilio Vaticano II tanto en el ámbito católico como fuera de él. Se consolida de un modo particular con “Humanae Vitae”. Se recalca la distinción que llega a ser con el tiempo como un dualismo o divorcio entre la actitud u opción trascendental y las actitudes y opciones categoriales concretas. La actitud trascendental (opción por el bien, el amor, la justicia...), no exige de suyo ningún comportamiento categorial concreto determinado, solo implica el imperativo de obrar bien, de realizar el bien. Es una opción formal. Pero sin precisar cuáles deben ser en concreto las obras por las cuales se realiza el bien. Las normas morales, que son de carácter universal son normas que por depender de una cultura y antropología determinada tienen un valor en cuanto que son un punto de referencia y tienen un valor relativo, no absoluto. No existen normas morales de carácter absoluto, sino relativo. Si la opción trascendental no exige ser realizada en determinados comportamientos categoriales concretos (acciones concretas).

38 Las normas morales por ser relativas y no absolutas no nos indican qué es lo que está bien y lo que está mal, así surge el interrogante: ¿Cómo se determina el valor moral de los comportamientos categoriales concretos de la vida cotidiana? El valor moral se determina por la “sola ratio”, por la razón autónoma. Por la “sola ratio” el hombre se auto - determina en lo auténticamente humano para hacer en la situación concreta y particular lo que la situación le reclame. El bien y el mal en concreto, en las acciones, están determinados por el hombre, quien por medio de su razón autónoma decide, según la situación, qué es lo bueno o lo malo para ella. Las normas son un punto de referencia, pero como son abstractos, al no tener en cuenta la situación concreta, no tienen la capacidad de decir qué es lo bueno o lo malo. La razón autónoma elabora un juicio crítico por el cual decide qué es lo bueno o lo malo en una situación existencial concreta. Esta corriente tiene tres modalidades: 1. Sola ley del amor: Bultman, corriente teológica norteamericana (New Moral). Solo una cosa es intrínsecamente buena, el amor, pero ninguna otra cosa en absoluto. Es bueno todo aquello que el amor nos induce a realizar en cualquier situación particular. No existen normas morales universales, porque lo único universalmente bueno es el amor. Si una mentira se dice sin amor es mala, es inicua, si se dice por amor es buena, es justa. La mentira es neutra, es indiferente. El valor moral le viene del amor o de su ausencia. La mentira no es un mal excusable, sino que lo que se dijo por amor, aunque mentira, es un bien positivo. La norma que rige toda decisión es el amor, no hay otra. Solo el fin justifica los medios. 2. Ética de las consecuencias (teleológica): Franz Webber, parte del principio de que en concreto nada es en sí mismo bueno o malo. No existen actos que tengan un contenido moral objetivo. La moralidad de una acción depende de las consecuencias queridas y previstas de la acción. El valor moral viene exclusivamente de las consecuencias que se siguen de ese acto. Los actos humanos considerados, prescindiendo de las consecuencias previstas o queridas, son actos puramente físicos y moralmente neutros. Las consecuencias tienen razón de fin del acto (teleológicas). Es una ética utilitarista y eficientista. 3. El proporcionalismo: Fux, ética de la de la decisión objetiva. Se utilizan los términos de la ética clásica pero con otro significado. En la doctrina clásica el acto tiene un valor intrínseco, pero en ésta filosofía el valor moral del acto viene de la consecuencia pero con límites. El obrar moral debe ser objetivamente justificado. Debe ser fruto de una decisión objetivase deben encontrar en las situaciones particulares razones

39 proporcionadas que justifiquen, en esa situación, obrar de determinada manera aún cuando se cause un mal físico. Decisión objetiva es que el hombre vea en su situación existencial concreta razones proporcionadas que justifiquen el acto. La conciencia no discierne el valor moral del acto sino que la razón encuentra razones que justifican el acto valorándolo moralmente. Estas tendencias surgen como reacción contra las éticas legalistas. Estas tendencias tuvieron un punto beneficioso: dimensión subjetiva de la responsabilidad del hombre y el tema de la situación en la que el hombre se encuentra (cierta concepción de la historicidad humana). La verdad y el bien se hacen en el devenir de la historia y es el hombre quien crea verdad y bien en el devenir de la historia. 3) Ética de la persona humana o personalista. (I - IIae. Q. 18, 1 - 11). La cuestión 18 se articula en dos partes. Artículos 1 - 4: cómo se determina y constituye la moralidad del acto humano. Artículos 5 - 11: naturaleza y esencia de la moralidad. En el Prólogo Santo Tomás quiere demostrar que existe la moralidad, porque es un dato evidente "de facto" en la vida del hombre. Quiere demostrar cómo se determina el orden moral en los actos humanos. En esta cuestión se presuponen algunas realidades: La persona es un ser ontológicamente finalizado. En su estructura ontológica metafísica es portadora de un fin. La naturaleza del hombre es expresión de ese sentido o finalidad escrito en el ser del hombre. Todo esto funda los valores morales que la persona humana debe realizar para auto - determinarse según esa realidad. Dado que el hombre es cuerpo y alma, se sigue que todo el hombre y cada una de sus dimensiones están intrínsecamente normadas por el valor moral. La libertad del hombre no es una libertad de indiferencia, sino que está finalizada. Está intrínsecamente orientada a realizar un sentido, un fin escrito en el ser. ARTÍCULO 1 El bien y el ser son convertibles, lo que no significa que son lo mismo. Una cosa tiene tanto de bondad cuanto tiene de ser. Los seres finitos poseen la plenitud del ser que les es propio al grado de identidad que cada uno posee. En los seres finitos y contingentes el bien corresponde a la plenitud de ser que le es debida a cada cosa y el mal es el carecer de la plenitud de ser. El bien y el mal se determinan según la plenitud de ser que le es debida que posea y será malo si el acto carece de la plenitud de ser que le es debida. ARTÍCULOS 2, 3 y 4 Elementos que constituyen a la plenitud de ser que es debida a un acto humano. Presupone:

40 1. El obrar humano posee una unidad substancial, porque es un ente único, porque el obrar humano es un reflejo y realización de lo que la persona es. 2. Si bien el obrar humano posee una unidad indestructible, esa unidad no es simple, sino que es compuesta de diversos elementos que a su vez es reflejo de que la persona humana es un ser único que posee unidad de diferentes elementos, como el cuerpo y el alma. OBRAR HUMANO

ARTÍCULO 4 ARTÍCULO 2 ARTÍCULO 3

EL FIN DEL ACTO OBJETO DEL ACTO CIRCUNSTANCIA

Intención Naturaleza propia Situación

Siempre que un hombre actúa lo hace en razón de un fin, movido por una intención, realizado por un objeto determinado en circunstancias particulares. Todo acto humano tiene la plenitud de ser que le es debida al estar configurado simultáneamente por estos tres elementos. ARTÍCULO 4 Voluntad rectamente intencionada (in - tendere) Intención moralmente buena. El fin es uno de los elementos más subjetivos. ¿Existe un criterio objetivo para valorar moralmente la intención subjetiva? Al final del cuerpo del artículo 4, en la última frase enuncia un criterio: la bondad del fin (o intención) está constituida por una relación a la causa misma de la bondad. La causa misma de la bondad es Dios. ARTÍCULO 2 La naturaleza propia y objeto del acto no es su constitución física, por ejemplo: la acción de tomar algo ajeno, dar algo a otro. Es el acto que se realiza en su intrínseco orden a los valores morales independientemente de la intención y de la situación. Con una intención recta se puede hacer un acto que por naturaleza es malo o hacer un acto que por su naturaleza propia es bueno. ARTÍCULO 3 Es la circunstancia o situación en la cual la persona actúa. "Circunstare" = lo que rodea a una realidad. Hay dos clases de circunstancias: 1. Debidas a dicha acción: moralmente buenas. 2. No debidas a dicha acción: moralmente malas. Las circunstancias son objetivamente buenas o malas si son o no debidas al acto. Las circunstancias son las condiciones exteriores que rodean al acto y a la intención. Tradicionalmente se agrupan en torno a estas preguntas: ¿Quién soy, por qué, en qué modo, dónde, de qué modo, con qué medios, cuándo, cómo? La intención del acto es simultáneamente una circunstancia.

41 ACTO

INTENCIÓN

HUMANO

NATURALEZA PROPIA – OBJETO CIRCUNSTANCA

MORALIDAD ESENCIAL (5 – 8) OBJETO MORALIDAD SITUACIONAL (9 – 11)

Verá desde el objeto del acto una moralidad esencial del acto y una moralidad situacional del acto. ARTÍCULO 5 El valor moral de un acto constituye su esencia. San Alberto Magno y Alejandro de Hales y Buenaventura reconocían actos buenos o malos en sí mismos, pero la diferencia entre el mal y el bien en el obrar del hombre es meramente accidental y no esencial. Tomás dice que el bien y mal no son diferencias accidentales, sino que constituyen la esencia del obrar del hombre. Los actos se especifican por su objeto. El criterio para determinar que un acto sea moralmente bueno o malo es que el objeto de acto (lo que especifica) sea conveniente o no conveniente a la recta consciencia humana, a la razón humana, porque el bien y el mal en el obrar humano se determina por la relación a la recta razón, ya que el bien consiste en ser “conforme” a la razón y el mal en ser “contra” la razón. El obrar determina el ser. ARTÍCULO 6 Moralidad esencial del acto y moralidad situacional del acto. La acción está constituida por dos actos: - Acto interior de la voluntad. - Acto exterior de la voluntad. Moral esencial

OBJETO

Moral situacional

Acto interior

Objeto del acto interior de la voluntad Acto exterior: no a Objeto del la persona, sí a la acto exterior voluntad de la voluntad

INTENCIÓN NATURALEZA PROPIA U OBJETO DEL ART. 2

Actos indiferentes por su naturaleza propia u objeto (9) Actos por su objetivo (10 – 11) ¿Cuál es la relación que existe entre el acto exterior de la voluntad y el interior de la voluntad que conforman el acto humano? Utilizará las categorías de materia y forma.

42 La intención es la forma del acto. La naturaleza propia es la materia del acto. De la unión indisoluble de ambos resulta el acto humano. Si la intención es el elemento formal (o primario). El valor moral se determina por la moralidad formal y la moralidad material o secundaria. Al discernir el valor moral de un acto humano hay que tener en cuenta que está formado por dos principios: intervención y naturaleza propia, moralidad formal y moralidad material. ARTÍCULO 7 Precisa la relación entre la moralidad formal y la moralidad material. Hay dos posibilidad: - Cuando la naturaleza del acto no está por sí misma ordenada a la intención. Aquí la persona comete una doble malicia (robar {naturaleza propia} para fornicar {intención}), pero la intención le comunica su malicia propia a la naturaleza del acto sin que esta se diluya, por eso es más adúltero que ladrón. - Cuando la naturaleza propia del acto por sí misma se ordena a la intención. (robar se ordena a enriquecerse ilícitamente), aquí la moralidad de la naturaleza propia (el robar) está contenida en la moralidad de la intención (enriquecerse). ARTÍCULO 8 Admite que hay algunos actos que por su objeto son moralmente indiferentes, no tienen un valor moral que les venga de su objeto propio (pasear, comer, dormir). Pero esto es en abstracto. Pero en concreto “Juan pasea”, al menos se hace con una intención, porque nadie hace algo sin una intención. Todo el que actúa lo hace por un fin y recibe un valor moral. ARTÍCULO 9 Existen actos que por su naturaleza propia y objeto no tienen un valor moral pero reciben al menos cierto valor por la intención. El fin del acto va a dar el valor moral a los actos indiferentes o neutros. La intención se considera una circunstancia, porque “rodea” al acto. ARTÍCULO 10 La intención en relación a la naturaleza propia del acto, pueden en las circunstancias dar la especificidad moral del acto (robo en un lugar sagrado). Esa circunstancia es de tal magnitud que le da característica propia, el robo pasa a ser un sacrilegio. Cuando la circunstancia por su contenido objeto No tiene una relación objetiva con el orden de los valores morales, con la razón, esa circunstancia pasa a su condición principal del objeto o naturaleza del acto. Repugna a la razón humana que en un lugar sagrado se realice un hurto, por eso la circunstancia pasa a ser condición principal del objeto. ARTÍCULO 11

43 Aquí la circunstancia no es condición principal del acto, sino que aumenta o disminuye el valor moral que el acto ya tiene por sí mismo (robar 100 o 500 $). La circunstancia es la cantidad. Robar siempre está mal, pero aumenta o disminuye la malicia propia del acto.

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4. EL ETHOS SOCIAL 1. FUNDAMENTOS

DE

ÉTICA SOCIAL.

1. Persona y sociedad 1) Naturaleza social de la persona humana Es esencial al hombre por ser persona el tender a la comunión. El hombre, por ser persona exige vivir y actuar con otros, el ser miembro de una comunidad. Los animales irracionales también viven en grupos, pero es una sociedad analógica, impropia, porque propiamente las sociedades animales son agrupaciones colectivas formadas por individuos de una misma especie. No son personas. Solo la persona es capaz de comunión. Exige la comunidad en razón de su dignidad personal y en razón de que son individuos. 



DIGNIDAD PERSONAL : dado que la persona es un sujeto consciente y libre, tiende por sí misma a la comunicación de conocimiento y amor con otros. Cada hombre es un todo pero es un todo abierto, no cerrado. Por el hecho de ser persona y de tender a comunicarse a sí misma, se exige comunicarse con el otro en el conocimiento y en el amor, el hombre exige el diálogo (en sentido amplio). Surge la exigencia de establecer relaciones con los otros, porque el ser persona consiste en ser un todo generoso que tiende a sobreabundar e la donación recíproca. El fundamento más profundo de la naturaleza social del hombre es la necesidad metafísica del hombre de la amistad. El hombre es un ser indigente de amistad. Necesita cultivar la amistad. Se realiza primariamente en el núcleo familiar y se va extendiendo a las demás comunidades de las cuales se forma parte hasta dar movimiento a lo que Cicerón llama la “caritas generis humanis” (amor del género humano). El hombre por ser persona tiende a la amistad. Hay una tendencia del hombre a sentirse parte de la familia humana. Cuando el hombre piensa que no puede lograr la amistad, se frustra metafísicamente. RAZÓN POR SER INDIVIDUO: que forma parte de la familia humana. Cuando el hombre puesto en la existencia, en razón de las necesidades por ser individuo, tiende a incorporarse en la comunidad, porque sin la comunidad es imposible satisfacer las necesidades en cuanto individuo. El hombre es el animal que nace más desprovisto, es incapaz de poder desarrollarse por sí mismo. La comunidad aparece como una realidad necesaria, porque proporciona las condiciones de existencia y desarrollo, porque por sí sola no podría tenerlas.

El hombre es un animal político Político hay que entenderlo en cuanto que el hombre es un ser personal y exige desarrollarse por medio de la educación. El hombre, como ser

45 indigente, posee sus manos y su razón y por medio de ellas satisface sus necesidades.

2) El Bien Común La persona es un todo abierto a la comunicación de amor y conocimiento a otras personas. Para que sea posible la comunicación entre hombres debe haber un bien participado en común que sea el fin de la comunicación; es el bien común. Es “común” porque al ser participado por cada uno de los hombres de la comunidad cada uno de ellos se beneficia de ese bien común. Entre los animales existe un bien público pero no común, porque ellos participan del bien del grupo como partes del todo social. Pero del bien común de la comunidad humana cada uno participa no solo como una parte, sino como un todo, porque cada hombre es un todo. El hombre es un todo dentro de la comunidad. El bien común no es la suma de los bienes individuales, que es una concepción individualista, ni tampoco es el bien del todo social que solo beneficia a la sociedad sacrificando las partes (concepción comunitarista totalitaria). El bien común es la conveniente vida humana de la multitud de personas que forman la comunidad. Es su comunicación en el bien vivir humano. Cada uno de los hombres debe poder beneficiarse del bien común. El valor más importante del bien común es que posibilite el más elevado acceso posible de las personas a una vida propiamente personal. Este bien común posibilita a estas personas de acuerdo a las condiciones históricas de la comunidad. El bien común está constituido no solo por el conjunto de bienes y servicios públicos, no solo por las buenas finanzas del estado, no solo por el conjunto de leyes justas, buenas costumbres, sabias instituciones, no solo por la herencia histórica, sino también una realidad más profunda: la conciencia colectiva de las virtudes políticas, el sentido del derecho y la libertad, de todo el conjunto de actividades materiales y espirituales del pueblo, sabiduría popular, la rectitud moral de justicia y amistad social. En una comunidad política un pequeño grupo de hombres de vida virtuosa y heroica contribuye más al bien común del pueblo que todo el esfuerzo que pueda tener el pueblo en su conjunto. Todos los actos de inmoralidad y corrupción, si bien pueden ser útiles a un gobierno, empresa, partido político, y si bien pueden procurar transitoriamente ciertas ventajas al pueblo, conducen a la destrucción del bien común en cuanto que orientan la conducta del pueblo que es la rectitud en el bien vivir. El bien común de los pueblos ha dejado d ser únicamente el de la nación a la que se pertenece y cada vez se consolida más el bien común universal de la comunidad de naciones y de pueblos. El bien común universal debe redundar en beneficio de las comunidades políticas de naciones. El bien común de la nación deberá promover el bien común universal.

46 3) Relación paradójica entre el hombre y el bien común o sociedad. Envuelve como una cierta paradoja que crea una tensión que es insoluble y que forma parte de la relación persona – sociedad: la persona en cuanto individuo es parte de la sociedad, pero en cuanto que es persona, cada hombre trasciende el todo social del hombre. La comunidad es para la persona y está en función del hombre, subordinada al hombre, porque el hombre dice una relación real a bienes que son de carácter absoluto (ley natural, justicia, amistad, vida del espíritu). El hombre en cuanto que es individuo forma parte de la comunidad, por lo tanto el hombre pertenece a la comunidad y se ordena a la comunidad todo entero pero no según todo lo que es, porque el hombre, al ser persona trasciende a la comunidad. El hombre es inferior a la comunidad en todo aquello que el hombre necesita que la comunidad le prevea en sus necesidades de vida y desarrollo. Pero simultáneamente al ser persona, el hombre es superior a la comunidad, la trasciende. La verdadera concepción de la vida social es que la vida política es al mismo tiempo personalista y comunitaria.

2. El obrar como conquista voluntaria de la libertad 1) La persona humana llamada a la conquista de la libertad de autonomía 1. Dimensión física o material: herencia de estructuras, costumbres y sentimientos. Sabiduría práctica, experiencia que forma parte de una comunidad. 2. Dimensión moral o espiritual: conformada por las virtudes morales de justicia, amistad, amor y religión. Toda cultura nace, crece, se desarrolla y puede morir, por lo tanto una cultura puede morir por una pérdida de su dimensión material, física, y a su vez, la fuerza de supervivencia de la cultura está en la dimensión espiritual y moral. Tiene una cierta nota de indestructibilidad, por ello cuanto más se mantiene y acrecienta esa dimensión moral más capacidad de supervivencia tiene esa cultura. La cultura como obra comunitaria de la comunidad de personas en razón del dinamismo de la libertad tiende a la conquista de la libertad de independencia. El fin de la cultura como obra común es proporcionar a los hombres el mayor grado de acceso posible de experiencia de libertad relativa. 2) La comunidad sujeto de la conquista de la Libertad de Autonomía. Los hombres y las comunidades están impulsadas por un movimiento de evolución en el orden de la vida temporal. Tanto la humanidad en su conjunto

47 como las diversas comunidades políticas. El origen del movimiento de progresión o evolución es las aspiraciones naturales del hombre que tiende hacia su libertad de independencia o autonomía. No es un progreso necesario, sino que es constantemente contrariado y conquistado al precio de una tensión heroica de las energías del hombre. Movimiento regido por una doble ley:  Degradación.  Sobre – elevación. Son dos movimientos inmanentes que mueven la energía de la historia. Por ello el hombre y cada comunidad avanza, progresa y evoluciona al precio de muchas pérdidas. Tienden a realizar la aspiración del hombre a ser tratado como persona. Este ideal del hombre se va realizando progresivamente por el desarrollo del derecho, la justicia y amistad social. La justicia y el derecho van a imponer en nombre de la ley moral una relación entre el individuo y la comunidad, una relación entre “dos todos”. Así se impide que el todo social fagocite al individuo. Tiene que sumarse el progreso en la amistad o amor social que vaya transfigurando las relaciones de justicia, y derecho. La justicia y el derecho por sí solos no son suficientes para que el hombre en la comunidad sea tratado como persona. Es necesario el cultivo de la amistad social. La justicia y el derecho son condiciones sine qua non, pero son insuficientes. La comunidad va alcanzando un grado cada vez más superiores de organización política. La organización política debe ser cada vez más humana, más de acuerdo con la dignidad de la persona humana. Esto se va logrando en la medida en que se van enramando en estructuras políticas que organizan la convivencia comunitaria y que tienen como medida cada vez más la justicia, la dignidad del hombre y la amistad cívica o social. Para que esto se realice hace falta un progreso continuo en la igualdad entre los hombres. Igualdad no solo en el plano de la naturaleza, sino que es una igualdad que debe conquistarse distribuyéndose sobre todos y cada uno de los hombres de la comunidad. El hombre necesita de la comunidad para crecer como persona. 3) El movimiento de progresión y desarrollo de la Humanidad y las Comunidades

1. El movimiento de progresión es un movimiento hacia la liberación o emancipación que es conforme a las aspiraciones naturales del hombre. Ese movimiento es relativo a la liberación progresiva de las esclavitudes de la materia.

2. El movimiento hacia la liberación es progresivo a las diversas formas de esclavitudes políticas, porque el hombre siendo naturalmente social y comunitario posee en cuanto persona una aspiración natural a que cada uno participe activa y libremente en la vida de la comunidad.

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3. Liberación progresiva de las diversas esclavitudes económicas y sociales, porque es una aspiración natural el que ningún hombre sea explotado por otro hombre como instrumento al servicio de los bienes de producción.

4. Liberación progresiva de las diferentes formas de esclavitud del medio cultural, porque el medio cultural ejerce una presión en las consciencias por los prejuicios que tienen por verdades o por las costumbres de vida que impone, porque el hombre tiene una aspiración natural a la verdad y al bien.

5. La libertad de la mujer de la desigualdad frente al varón y de la tendencia que el varón ejerce sobre ella al considerarla como una cosa. Es una aspiración y exigencia de la común naturaleza humana entre el varón y la mujer al reconocimiento de la igualdad entre los sexos. Esto brindará un estado de vida cada vez mejor, en el cual cada hombre pueda se cada vez más tratado como una persona. Para que el estado de vida o existencial sea cada vez más acorde con la dignidad del hombre se tiene que dar un progreso en las estructuras sociales y en la conciencia de la comunidad política. Este movimiento es permanente a lo largo de la historia y es construido por la doble ley de sobre – elevación y degradación. Nunca en este mundo llegará a un estado pleno.

3. La participación 1) En cuanto propiedad de la persona. ¿Qué es lo que hace posible que la persona sin despersonalizarse actúe con otros? ¿Cómo se auto - realiza manteniendo su auto - gobierno y auto - posesión en las diversas relaciones interpersonales? La filosofía tradicional afirma que el hombre por tener una naturaleza racional es naturalmente social, un animal político. Pero no explica la dimensión más dinámica de esa realidad ontológica. Aparece el concepto de participación. Tiene dos acepciones: 1. Participación a una determinada naturaleza: el hombre participa de la naturaleza humana. 2. Participación en sentido vulgar: tomar parte de una actividad que se realiza en común. Participación corresponde a aquello que en el hombre cuando actúa con otros le permite conservar la dimensión personal de su acción en común y en los resultados de esa acción en común. La participación permite actuar como persona y actuar con otros en la acción común. El hombre no se masifica, no se despersonaliza. Cuando el hombre actúa con otros, no solo no se despersonaliza, sino que se realiza como persona, por lo tanto la participación es una propiedad especifica de la misma persona que determina y posibilita que al existir y actuar junto con otros, la persona siga existiendo y actuando como persona.

49 No todo actuar con otros será propiamente tal, porque puede ser que se actúe con otros de un modo despersonalizado, sin la cualidad de la participación. Participación significa la capacidad del hombre de actuar junto con otros. No indica que todos deberíamos actuar con otros en el participar. La participación incluye un significado normativo. La participación indica que ninguna persona puede auto - realizarse sola, aisladamente. El hombre está llamado, en virtud de esta capacidad, está llamado a auto realizarse participando como persona en la vida de la comunidad. El hombre se descubre como persona en la relación con el otro. El todo social no puede limitar esta cualidad de la persona. La fuerza política puede frustrar la participación de dos modos: 1. El individualismo: que ve en el individuo un absoluto. Aísla al hombre concentrándose sobre sí mismo. Para esta doctrina los otros son una fuente de limitación. La comunidad solo tiene sentido en cuanto que protege el bien del individuo. Los otros son una amenaza. El individualismo lleva implícita la negación y el rechazo de la participación. 2. El totalitarismo: subordina al individuo completamente a la comunidad. Lleva implícito un rechaza o negación de la participación. Se lo puede concebir como un anti – individualismo. Todos deben protegerse del individuo, porque el individuo es el principal enemigo de la sociedad, ya que solo existe en el individualismo porque en él se encuentra la búsqueda de un beneficio propio y no comunitario. Ambos sistemas tiene como base la misma concepción sobre el hombre. El individuo no es persona, porque para la concepción personalista del hombre indica como rasgo que ser hombre es ser capaz de participación. Esta cualidad debe ser cultivada, no solo porque el hombre es ontológicamente social sino porque su existencia con otros hombres es el camino de su auto - realización. El hombre que no participa no puede realizarse como persona. Todos hombre debe tener derecho a la libertad, lo cual implica la negación del individualismo y del totalitarismo. 2) Participación, comunidad y bien común. La participación es un factor constitutivo de toda comunidad. Gracias a esta cualidad, persona y comunidad llegan como a fundirse. Al hablar de la comunidad como el modo de existencia de vivir y actuar con otros, se la considera como un “cuasi – sujeto”, porque está constituida por personas que existen y viven juntas, pero en cuanto que la persona tiene la cualidad de participar con otros, la comunidad es considerada como un “cuasi – sujeto”. La comunidad no puede ser considerada como un sujeto en sentido estricto porque metafísicamente pertenece al orden de los accidentes (relación). Lo que da existencia a la comunidad son los vínculos. El accidente relación constituye el ser del hombre, por ello la comunidad es un “cuasi – sujeto”. Se habla de sujeto en sentido análogo. Relación entre participación y calidad de miembro Se puede ser miembro de dos clases de comunidades:

50  Comunidad de ser: familia, pueblo.  Comunidad de actuación: empresa, grupo de estudiantes. El ser miembro de la comunidad no se identifica con la participación. Ser miembro de un grupo no es igual a participar. Una comunidad de actuación se define atendiendo al fin común que los impulsa a actuar juntos. Así, desde el punto de vista objetivo, cada persona es miembro de una comunidad objetiva (trabajo de instigación de los estudiantes, o construcción de una casa por los obreros), pero estas mismas comunidades desde un punto de vista subjetivo es la participación. Todos son miembros de la comunidad objetiva, pero según el modo en que cada uno realice la obra para el fin común, será o no miembro de la comunidad subjetiva. “Tomar parte” significa que cada miembro debe hacer suyo ese fin común. Una comunidad puede quedarse solo en el nivel objetivo y no pasar al subjetivo. BIEN

COMÚN

FIN COMÚN (objetivo)

PARTICIPACIÓN (subjetiva) (elemento fundamental del bien común) la comunidad espera de cada uno de sus miembros que participen aportando lo suyo. El cultivar la participación lleva a ser un miembro de la comunidad con un sentido heroico, porque al tomar conciencia de lo cada uno puede aportar dignifica y lleva a pensar que el hombre puede sacrificarse por la comunidad. El sacrificarse por la comunidad está en el hombre, en las inclinaciones naturales (deseo a ser un héroe). 3) Actitudes auténticas y no – auténticas Hay determinadas actitudes que son auténticas expresión y realización de la participación. 1. Actitudes auténticas:  Solidaridad: actitud de una comunidad cuyo bien común suscita la participación y así, ésta sirve para fomentar y realizar el bien común. Disposición constante a aceptar y realizar la parte que a cada uno le corresponde en la comunidad en razón del beneficio del conjunto, en razón del bien común. Hay situaciones en la comunidad en que un hombre debe hacerse cargo de los deberes de los otros. Estas situaciones son de tal naturaleza que si cada uno se limitara a lo que a cada uno le corresponde sin hacerse cargo de los otros, sería una falta de solidaridad. Un rasgo distintivo de la solidaridad es la complementariedad, que es la disposición de todo miembro de la comunidad a complementar mediante su acción lo que hacen los otros.

51 

Discenso: procede de la solidaridad y que consiste en una recta preocupación por el bien común. Se refiere a los diversos puntos de vista sobre la comunidad. La estructura de una comunidad es correcta cuando hace posible el discenso. Hacer posible esto significa que el discenso actúe en beneficio y no en contra de la comunidad. La falta de una auténtica oposición puede ser signo de falta de interés por el bien común.

El bien común suscitar la solidaridad y el discenso y deben realizarse de acuerdo al principio de la participación y el diálogo. El diálogo es el medio más digno del hombre para quedarse con lo que es bueno y verdadero, más beneficioso para la comunidad. La solidaridad y el discenso son intrínsecamente auténticas porque hacen posible la participación y la auto - realización de la persona. La solidaridad y el discenso pueden ser distorsionadas convirtiéndose en actitudes no auténticas. 2. Actitudes no – auténticas  Conformismo servil: asimilación, integración aparente a la comunidad, pero externa y superficial que carece de los fundamentos personales que son la convicción y la elección. Es una forma de pasividad que hace el hombre únicamente sujeto de lo que ocurre en vez de ser autor y responsable de sus actitudes y compromiso con su comunidad. No acepta su parte en la construcción de la comunidad y se deja llevar por la multitud, deja que la comunidad absorba su propio yo. Se manifiesta en la uniformidad. Puede producir daños muy graves en las personas y en la comunidad. 

Evasión o falta de compromiso: falta de interés activo de participación. Consiste en no participar y en estar ausente de la comunidad. El que está ausente siempre se equivoca. Si los miembro de la comunidad consideran que la única solución es la “retirada”, esta aparente evasión se convierte en un signo de que el bien común de esa comunidad no se lo considera como interés común y propio. La evasión o falta de compromiso es una actitud no auténtica porque implica que el hombre abandona su aspiración a existir y actuar junto con otros.

4) Consocio y prójimo. No hay que oponer estas dos ideas, porque el consocio también es prójimo. Consocio: existir y ser miembro de una comunidad. Prójimo: nos obliga a reconocer y valorar aquello que en el hombre es independiente de su condición de miembro y de la comunidad que sea, es decir, nos obliga a valorar algo que sea más absoluto.

52 Toma en consideración únicamente la humanidad de cada hombre más allá de la comunidad a que pertenezca, es por eso que esta idea constituye la base más amplia de la comunidad, que se extiende más allá de toda distancia que impone la pertenencia a ella. En el mundo hay comunidades diferentes. Pertenecer como miembro va a imponer ciertas diferencias, distanciamiento, etc.. con los miembros de comunidades distintas a la propia. En cuanto miembro de una comunidad, se pone de manifiesto la relación de subordinación y de implicación entre cada hombre y su comunidad. Cuando hablamos de prójimo insistimos en las inter - relaciones más fundamentales que se pueden dar entre los hombre y en la inter - subordinación de todas las personas a su condición humana. La base de todas las comunidades es la comunidad y comunión más amplia de todos los hombres entre sí, porque son precisamente hombres. Toda la comunidad particular que no estuviera arraigada sobre esta comunidad fundamental de los hombres perdería su carácter humano. Si una comunidad no se fundamenta sobre el carácter humano general, se basa en la diferencia y si ésta es tomada como absoluta, se deshumanizaría. Análogamente pasa en las relaciones en las diferencias entre los sexos. La capacidad de participación aparece teniendo un ámbito más amplio que aquel que se da si se considera ser miembro de una sola comunidad porque la idea de prójimo extiende el concepto de comunidad. El hombre ya no es capaz de participar como miembro de su comunidad, sino que es capaz de participar en la humanidad del otro. Llegamos a la dimensión más profunda del carácter de participación del hombre, el hombre es capaz de participar en la humanidad del otro. Es el fundamento más profundo en el cual se tiene que basar toda participación humana en la propia comunidad. No hay participación cuando se limita solo a la calidad de miembro de una comunidad. Para participar hay que llegar a la humanidad del otro hombre. La capacidad de participación no solo va a ser realización propia sino que va a servir a la realización de toda persona humana dentro de la comunidad. La participación de la humanidad del otro es el núcleo de toda participación. Es condición para que el hombre se auto - realice. Esta capacidad de cada hombre de participación, se debe a que el otro visto como prójimo es como otro YO. En el hombre primitivo el concepto de prójimo se reducía al “miembro de la comunidad”. “Hombre” se identificaba con consocio. El miembro de la otra comunidad era un animal, no era un hombre.

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5. EL ETHOS HISTÓRICO – CULTURAL El hombre es un ser histórico, es un animal de cultura. Ontológicamente está llamado a un desarrollo progresivo de sí mismo a lo largo de los siglos. La historicidad de lo humano no se refiere solo a cada individuo particular. El hombre se desarrolla hacia la conquista de la libertad, de formas de vida temporales en las cuales cada hombre sea tratado como una persona. Por lo tanto la dimensión histórica del hombre se considera no como el desarrollo solo de cada hombre, sino desarrollo cultural que finaliza el movimiento de la humanidad evolucionando en el tiempo. La cultura es un orden humanista que crea el hombre a lo largo de los siglos. Esta nueva dimensión del hombre, la histórica, es un concepto moderno. En la modernidad, al surgir las ciencias positivas (antropología, arqueología, etc...), permitió crear un clima en el cual los filósofos descubren y sistematizan lo que hoy llamamos filosofía de la historia. La filosofía de la historia es el ámbito del saber filosófico en el cual la filosofía moral alcanza su más plena realización. La filosofía de la historia forma parte de la filosofía moral. En la filosofía de la historia las verdades filosóficas se aplican a lo concreto por excelencia que es el curso de los acontecimientos del hombre y el desarrollo de la historia. La historia es un acontecimiento de libertad. Los acontecimientos que escapan al ámbito de la libertad humana (creación del mundo), detrás de esos mismos acontecimientos, también hay una libertad (la de la causa trascendente personal). La filosofía de la historia es verdadero saber, pero se basa en un saber de carácter conjetural (la conjetura es un saber, pero no es un saber exacto). La conjetura permite descubrir en la historia ciertas estructuras y leyes que no revisten un carácter de necesidad. La cultura ha creado en el tiempo la consideración del devenir y de la historia, porque es en el devenir y en las condiciones que cambian permanentemente en que el hombre está llamado a crear ese orden humanista que es la cultura vista desde su dimensión histórica. Ese orden humano se hace en la historia y con la historia, por ello exige al hombre que sea continuamente creado por un esfuerzo de razón y de libertad, de imaginación y de virtud, extrayendo el mal de la historia y forjando con lo positivo aquello que conviene al bien integral del hombre. Cada generación recibe una herencia de la generación que la precedió.

1. LA

ESTRUCTURA DEL TIEMPO

Cuando decimos tiempo, nos referimos al desarrollo y a la sucesión misma del tiempo, por lo tanto no nos encontramos frente a la singularidad de los acontecimientos determinados (p. Ej.: 25 de Mayo de 1810), sino que nos referimos al curso entero de acontecimientos que configuran la historia del hombre. Así, la historia, es una realidad que o se repite jamás, sino que es un proceso único.

54 El tiempo o movimiento histórico es irreversible, tiene un carácter lineal, no circular. Este irreversibilidad del tiempo implica que la historia tiene un sentido, una dirección, que marcha hacia un fin, por lo tanto ese movimiento histórico va a implicar un progreso o retroceso respecto de ese fin. Hay que comprender el sentido inteligible del desarrollo o evolución de la humanidad en el tiempo. Hasta la modernidad, como el hombre no conocía su pasado, estaba impedido de penetrar en el sentido inteligible de la historia. Como el tiempo es irreversible el hombre puede percibir una estructura en la historia, que está formada por períodos cada uno de los cuales posee una estructura inteligible, particular, y a su vez, cada período posee exigencias fundamentales particulares. Estos períodos que estructuran la historia son los diversos climas por lo cuales ha ido pasando la humanidad. El clima o cielo histórico es un “cuadro existencial de referencia”, o estado existencial de referencia, que son los rasgos fundamentales que caracterizan una determinada época de la historia, y que por lo tanto condiciona la existencia y la actividad de la humanidad que vivió en ese período de la historia. Estos períodos configuran las fases de la historia por las cuales la humanidad irá y fue pasando. Como la historia es irreversible, estos climas son diversos y heterogéneos entre sí, y por lo tanto para crear condiciones de vida o existencia humana, específicamente distintos, para la realización de los principios éticos inmutables, pero que tiene un carácter analógico. Los principios inmutables de la vida humana tienen un carácter analógico porque en cada período histórico admiten realizaciones analógicamente distintas.

2. NOCIÓN

DE

“IDEAL HISTÓRICO CONCRETO”.

La historia tiene un sentido determinado por la inmensa masa dinámica del pasado que la impulsa hacia delante. El marxismo hubiera sido impensado sin el “sentido determinado de la historia” que fue el caldo propicio para su incubación. Pero este sentido también está indeterminado en cuanto a las orientaciones más específicas y concretas que van a determinar cómo ese cambio se va a realizar en concreto. En los dos aspectos juega la libertad del hombre. El hombre puede hacer surgir en la historia corrientes nuevas que se convocan con las condiciones existenciales per – existentes. Así se acaba de determinar la indeterminación el sentido de la historia. Adquiere su importancia el concepto de “ideal histórico concreto”. El hombre no puede influir en la historia sino teniendo ante sus ojos la visión de un “ideal histórico concreto”. El “ideal histórico concreto” el hombre lo debe concebir a partir del momento histórico en el cual vive. El “ideal histórico concreto” es una imagen prospectada significando el tipo particular y específico y concreto de civilización al cual tiende una cierta época de la historia. La utopía es un ser de razón aislado de toda existencia ubicada en un determinado clima histórico. La utopía expresa un máximo absoluto de perfección de vida temporal de los hombres, pero tiene en contra que la utopía

55 se aleja de la realidad. Es irrealizable. Es un modelo ficticio propuesto al hombre en lugar de la realidad. Es un maximum posible porque es realizable, pero relativamente, es relativo a una determinada época. El “ideal histórico concreto” tiene que ser un fin apto para ser integralmente querido, es decir, apto para realizar eficazmente las energías del hombre, las cuales van a tender hacia el mismo de un modo más o menos vivo según los hombres se lo propongan o no. Para que el “ideal histórico concreto” sea un hito primordial y animador de la vida de los hombres es suficiente que sea posible de realizar para que los hombres y los pueblos encuentren en el “ideal histórico concreto” una orientación eficaz a fin de emprender una obra común que ejercerá una influencia decisiva en la historia, porque irá determinando lo que tiene de indeterminación el “ideal histórico concreto”. La realización del “ideal histórico concreto” no hay que entenderla como algo que se revisa, como algo ya acabado, sino que se entiende como una realidad en movimiento, dinámica, siempre por realizar. ¿En qué momento la instauración o realización del “ideal histórico concreto” tiene lugar? Se instaura cuando comienza a ser la imagen rectora y animadora de la vida común de los hombres en un determinado período de la humanidad. Esto sucede cuando el “ideal histórico concreto” comienza a ser reconocido por la conciencia común de los hombres y de los pueblos y por lo tanto comienza a desempeñar un roll rector y movilizador de la obra común de la cultura del hombre. El “ideal histórico concreto” posee un elemento esencial: el principio dinámico que es la expresión simbólica del “ideal histórico concreto” cuya finalidad es movilizar y orientar la obra común de la civilización humana. El principio dinámico esencial es la idea de la divinidad de la persona humana y de su vocación espiritual y el amor fraternal que le es debido a la condición humana. La expresión sintética es la “amistad fraternal”. ¿Cuál es el “ideal histórico concreto” de nuestra época actual? Parece ser la instauración de una civilización universal de hombres libres. Esto mira a una realización que abarca la expresión de toda la historia porque la aspiración natural del hombre es poder ser reconocido en la convivencia como persona. Sus aspiraciones son de libertad. Es una civilización fraternal de proporciones universales.

3. HACIA

UNA CIVILIZACIÓN UNIVERSAL

La nueva situación de la cultura en su devenir histórico no solo es un signo de que la humanidad entró en una nueva época de su evolución, sino, sobre todo de que nos encontramos ante la realización de una exigencia ética y de una aspiración fundamental del hombre que hunde sus raíces en la igualdad primordial del género humano. Consiste en alcanzar un estado histórico existencial concreto en el cual todos los hombre vivan en un régimen común de civilización. Esta realidad que responde a las aspiraciones naturales del hombre nos e refiere a una civilización uniforme, sino que se refiere a una civilización

56 universal que implique las diferencias que tienen que ver con la herencia histórico – nacional y cultural y con las vocaciones propias de los diferentes grupos humanos. Esto no estará libre de tensiones. La condición para que esto sea una realidad es que debe estar fundada más allá de las diferencias culturales, fundada sobre los grandes principios comunes de la humanidad y debe reconocer un mismo bien común universal. Pueden surgir acuerdos, resoluciones comunes, no solo entre naciones, sino entre los mismos pueblos. Las naciones se enfrenan al desafío de renunciar a una cuota de su soberanía para integrarse en organizaciones más amplias. El concepto de nación se modifica. Todas las naciones, en razón de la ley natural, todas tienden a formar una comunidad más grande donde reine la justicia, la solidaridad y amistad fraternal. La realización de una civilización universal es una de las tareas más necesarias del tiempo presente porque es la que va a dar un marco ético a la globalización, a la economía, sociología, política, justicia, etc..., sino podría caer en el riesgo de manipulación a nivel universal.

57 1.

ÌNTRODUCCIÓN.............................................................................................1 La realidad ética – El Ethos........................................................................1 1. Reflexión etimológica..............................................................................1 2. Reflexión especulativa............................................................................2 2. La reflexión sobre el ethos........................................................................3 1. Definición y ubicación de la reflexión ética.............................................3 2. Características y finalidad.......................................................................3 3. Momentos de la reflexión ética...............................................................4 3. Método de la reflexión ética......................................................................4 1. La experiencia que el hombre tiene de sí...............................................4 2. Competencia del Magisterio en cuestiones éticas..................................6 3. Reflexión ética y magisterio....................................................................6 2. FUNDAMENTO DEL ETHOS HUMANO.............................................................7 1. El ser de la persona humana.....................................................................7 1. La persona humana, principio de su obrar..............................................7 2. Como sujeto finalizado e histórico........................................................10 3. Como sujeto que se realiza en el acto moral........................................10 2. La dignidad absoluta de la persona humana...........................................11 1. Noción de dignidad...............................................................................11 2. Dignidad de los seres no - personales..................................................12 3. Dignidad de la persona humana...........................................................12 3. El fundamento último de la dignidad humana.........................................13 1. La contingencia metafísica de la persona humana...............................13 2. Acto creativo y dignidad humana (G.S. 24)..........................................13 3. La creación de la persona humana en Cristo (G.S. 22).........................14 4. Apéndice al tema.....................................................................................14 1. El fundamento en la Ética de la Liberación (Enrique Dussel)................14 3. EL ETHOS PERSONAL..................................................................................16 1. La mediación...........................................................................................16 1. El valor moral........................................................................................16 2. La conciencia moral..............................................................................18 2. La actuación............................................................................................25 1. La libertad.............................................................................................25 2. Naturaleza y Libertad...........................................................................31 3. El consentimiento al valor moral..........................................................36 4. EL ETHOS SOCIAL........................................................................................43 1. Fundamentos de Ética Social...................................................................43 1. Persona y sociedad...............................................................................43 2. El obrar como conquista voluntaria de la libertad................................45 3. La participación....................................................................................47 5. EL ETHOS HISTÓRICO – CULTURAL..............................................................52 1. La estructura del tiempo.........................................................................52 2. Noción de “Ideal Histórico Concreto”......................................................53 3. Hacia una civilización universal...............................................................54 1.