Antropologia Filosofica

ANTROPOLOGIA FILOSOFICA Ernst Cassirer UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA DEPARTAMENTO DE PSICOLOGIA Sebastian Naranjo G

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ANTROPOLOGIA FILOSOFICA Ernst Cassirer

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA DEPARTAMENTO DE PSICOLOGIA

Sebastian Naranjo Gómez Cod: 454448

Cognición, desarrollo y conciencia Bogotá. Octubre de 2007

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¿QUÉ ES EL HOMBRE? La Crisis en el Conocimiento del Hombre

El fin último de la filosofía parece ser el auto-conocimiento, este ha probado ser el punto fijo y central de todo pensamiento. Se declara que este conocimiento es el requisito previo de la realización que nos conecta con el mundo exterior. Anteriormente se creía que la evidencia de nuestro propio ser es inasequible, pero el conocimiento psicológico apenas ha podido confirmarlo parcialmente. La psicología ha intentado conocer la mente a partir de la introspección, pero se ha dicho que este método es poco objetivo, aun así, metodologías alternativas como el behaviorismo tampoco alcanzan dicho conocimiento, además sin una percepción inmediata de los sentimientos, emociones, pensamientos, percepciones… ni siquiera podríamos definir el campo de la psicología humana. Si adoptáramos un punto de vista biológico, tendríamos que aceptar que la primera etapa del conocimiento humano habría de tratar exclusivamente con el mundo exterior, pero la antropología nos dice que el origen del hombre se haya entrelazado con una cosmología primitiva que implica un desarrollo cultural.

La máxima “conócete a ti mismo”, no se

consideraba como un interés teórico o producto de la curiosidad, se reconoce como la obligación fundamental del hombre, pero el estudio de la antropologia no aparece sino hasta el pensamiento de Sócrates, pues se consideraba que este debía preceder el conocimiento de la naturaleza, el cual dominaba en la época presocrática; aunque nunca se aventuro una

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definición del hombre. Si describimos las cosas físicas en términos de sus propiedades objetivas, al hombre solo se le puede describir en términos de su conciencia, esto plantearía un problema decisivo para la antropología filosófica hasta nuestros días. La historia de la filosofía antropológica, a diferencia de otras ramas de la filosofía no ha seguido un desarrollo lento y continuo de ideas generales, pues se haya cargada “con las pasiones y emociones humanas mas profundas”1. En la época medieval la concepción del hombre cambio radicalmente: el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y ha perdido sus facultades debido al pecado original, por lo que no podrá encontrar el camino de vuelta sin la ayuda sobrenatural de la gracia divina. El hombre, por su naturaleza no es un ser simple u homogéneo, se haya entre el ser y el no ser, por lo tanto el único modo de acercarse al secreto de su naturaleza es la religión. La religión no puede ser clara y racional, pues nos cuenta la oscura historia del pecado y la caída del hombre, el cual no podemos explicarnos pues no es producto de ninguna causa natural. Con el renacimiento se inaugura la búsqueda de una teoría general del hombre basada en observaciones empíricas y principios lógicos, y el sistema heliocéntrico introducido por Copernico representan la única base sana para una nueva antropología. Hasta la época de Bruno el infinito se concebía como una limitación a la razón humana, pero según él, el intelecto humano se da cuenta de su propio infinito cuando mide sus poderes con el universo infinito. Es gracias a Leibniz, quien descubre el cálculo infinitesimal que las reglas del universo físico se hacen inteligibles. “la razón matemática es la llave para una compresión verdadera del orden cósmico y del orden moral”2.

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Cassirer. 1990. Pág. 26. Todas las notas del autor, en adelante se señalaran solo con el numero de pagina. Pág. 36.

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Con la obra de Darwin la filosofía antropológica parece haber hallado suelo firme, ya no debemos abandonarnos a especulaciones, pues no buscamos una definición de la naturaleza o esencia del hombre, nuestro problema consiste en compilar las pruebas empíricas que la teoría de la evolución ha puesto a nuestra disposición. Pese a esto la proliferación de las ciencias particulares ocupadas en el estudio del hombre, lejos de aportar al problema lo han hecho mas oscuro al crear una anarquía de pensamientos. Puede que nuestros métodos sean mas agudos y eficaces, pero “nuestra riqueza de hechos no es necesariamente una riqueza de pensamiento”3.

Una Clave de la Naturaleza del Hombre: El Símbolo 3

Pág. 44.

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El biólogo Johannes Von Uexküll ha señalado que la realidad no es una cosa única y homogénea, posee esquemas y patrones tan diferentes como organismos hay, los fenómenos que encontramos en una especie no son transferibles a otros, pues sus realidades son inconmensurables. Todo lo que necesitamos es una anatomía comparada; pues si conocemos la estructura anatómica de una especie, estamos en capacidad de reconstruir el mundo de sus experiencias. El mundo del hombre ha sufrido un cambio cualitativo, ha descubierto un nuevo sistema para adaptarse al ambiente, entre sus sistemas receptor y efector, hallamos un eslabón intermedio que podemos denominar sistema simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen los diversos hilos de la experiencia humana, pues nada lo podemos ver si no es a través de estos. La razón resulta inadecuada para dar cuenta de la riqueza de estos fenómenos, por tanto, en lugar de definir al hombre como animal racional, debemos hacerlo como animal simbólico, de esta forma podremos comprender el nuevo camino que ha encontrado el hombre: la civilización.

De las Reacciones Animales a las Respuestas Humanas

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Es claro que el pensamiento simbólico es característico de la especie humana, pero ¿estamos en condiciones para decir que nos pertenece únicamente a nosotros como humanos? Se considera que el lenguaje es un buen punto de partida para la interpretación de lo humano. En primer lugar existe un lenguaje emotivo, que claramente poseen muchas especies animales, pero allí falta un elemento característico y esencial del pensamiento humano: la referencia.

En el hombre, la palabra ya no es una simple expresión involuntaria del

sentimiento, es parte de una oración que posee una estructura sintáctica y semántica bien definida. Los chimpancés poseen tantos rasgos fonéticos, comunes a los del ser humano, que su falta de lenguaje no puede ser atribuido a limitaciones gloso-labiales; sus gesticulaciones o manifestaciones sonoras nunca designan o describen objetos. La diferencia entre lenguaje emotivo y lenguaje preposicional representa la barrera entre lo animal y lo humano. Existen abundantes pruebas de que los procesos de signo funcionan efectivamente en los chimpancés, pero todo esto resulta prelingüístico. Un animal reaccionara ante los cambios mas pequeños de la conducta de su dueño, pero este fenómeno se distancia mucho del lenguaje simbólico, pues una señal es un “operador”, mientras que un símbolo es un “designador”. Si tenemos en cuenta esta distinción podremos abordar el problema de la inteligencia animal. Si entendemos por inteligencia la adaptación al medio ambiente o su modificación con fines prácticos, tendremos que atribuir al animal una inteligencia muy desarrollada, pero esta dista mucho de lo humano, pues nuestra inteligencia e imaginación más que solo práctica, es simbólica.

El lenguaje animal esta restringido a casos particulares, pero la función

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simbólica abarca todo el campo del pensamiento humano, esta universalidad constituye el paso al mundo específicamente humano. Esta universalidad se critica en cuanto cada cosa tiene su nombre, por lo tanto el lenguaje es limitado, pero, un símbolo genuino no se caracteriza por su uniformidad sino por su movilidad, entendiendo tanto la capacidad para moverse entre diferentes conceptos como entre diferentes sistemas simbólicos, sin los cuales el arte o la ciencia no podrían tener lugar , pues no podríamos hablar de la emoción de una pieza musical, o de algún sistema matemático o geométrico. Se ha observado que las personas afásicas son incapaces de pensar con conceptos o categorías generales, no pueden realizar ninguna tarea que implique la comprensión de lo abstracto, en otras palabras, parecen perder su función simbólica y se hayan confinados, como en la caverna de Platón, a sus necesidades biológicas y sus intereses prácticos, si acceso al mundo ideal de la religión, el arte, la filosofía y la ciencia.

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El Mundo Humano del Espacio y del Tiempo

No podemos concebir ninguna cosa real más que bajo las condiciones del espacio y el tiempo, y el estudio de estas es una de las tareas más importantes de la filosofía antropológica. En el análisis de este problema surgen tipos diferentes de experiencia espacial y temporal; la más baja puede ser descrita como espacio orgánico que aparece en los animales inferiores a manera de impulsos corporales que les permite una compleja interacción con el entorno, y donde no podemos sugerir que exista una idea mental. En los animales superiores encontramos el espacio perceptivo que posee una naturaleza muy complicada, pues contiene elementos de los diferentes géneros de experiencia sensible. En el caso del hombre el espacio no esta limitado por los sentidos sino que se extiende infinitamente, a esto se le llama espacio simbólico o abstracto. Solo gracias a esto el hombre pudo llegar a un concepto de orden cósmico o sistemático. A partir del pensamiento de Descartes, las relaciones espaciales se pudieron traducir en otro lenguaje, el de los números, y gracias a esto se pudo concebir de formas más clara y adecuada el carácter lógico del pensamiento geométrico. Kant afirmo que el espacio es la forma de nuestra experiencia externa, y el tiempo es la de nuestra experiencia interna. El problema del tiempo se acentúa con el problema de la memoria, pues no basta con que quede un residuo de la experiencia anterior, tienen que repetirse las impresiones anteriores, y deben ser ordenadas, localizadas y referidas a puntos diferentes en el tiempo, y esto no es posible si no se concibe el tiempo como un esquema general que abarca todos los hechos; no basta con repetir la experiencia sino que se debe reconstruir, por lo que la imaginación es un elemento necesario en el recordar.

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Se ha observado que los animales son capaces de prever acontecimientos, pero el concepto humano del tiempo no solo se refiere a situaciones concretas que puedan venir, sino que estas se convierten en ideales. El futuro simbólico no se refiere a un hecho empírico sino a una tarea ética y religiosa; no es predicción sino promesa.

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Hechos e Ideales

Los animales por debajo del hombre se hallan confinados al mundo de las percepciones, y ninguno puede desarrollar la capacidad de diferenciar entre “lo real” y “lo posible”. “La diferencia entre realidad y posibilidad no es metafísica sino epistemológica; no denota ningún carácter de las cosas en si mismas sino que se aplica únicamente a nuestro conocimiento de ellas.”4 El manejo de lo posible, esto es, del pensamiento simbólico, se relaciona con la matemática, donde a menudo los hombres se encontraban con grandes dificultades para explicarla, tales problemas no se superaron sino hasta que se reconoció que esta no era una teoría general de las cosas sino de los símbolos. Pero la matemática no es el único campo en que se puede estudiar la función del pensamiento simbólico, la ética es especialmente relevante, pues consiste en tratar lo ideal, lo imposible como si fuera posible, esta es la esencia de la utopía, y solo aquí se supera la inercia natural del hombre, dotándole de una nueva facultad: la de reajustar constantemente su universo.

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EL HOMBRE Y LA CULTURA Definición de Hombre en Términos de Cultura

Sócrates planteo que la filosofía del hombre debía basarse en la autognosis, pero Platón se dio cuenta de las limitaciones de dicho análisis, y planteo que para lograr una teoría satisfactoria del hombre, era necesario desarrollar primero una teoría del estado, pues la naturaleza humana esta totalmente ligada a la naturaleza de este. Pero la política no es el único elemento que tienen los humanos en común, antes de crear una forma de organización social, fue necesario organizar los sentimientos y pensamientos humanos, y tales intentos se encuentran contenidos en el lenguaje, el mito, la religión y el arte. La teoría de la evolución a propiciado un cambio drástico en la forma de concebir al hombre, ahora, la inteligencia no se entiende como una facultad exclusiva del hombre, es tan solo un juego mas refinado y complicado del mismo mecanismo y automatismo que encontramos en los animales. En este sentido la característica distintiva del hombre no es su naturaleza o sus facultades, sino su obra. La esencia del hombre debe ser entendida mediante una definición funcional y no sustancial; tenemos que buscar la función básica del lenguaje, el mito, el arte y la religión mas allá de sus innumerables manifestaciones para luego intentar reducirlas a un origen común. El estudio filosófico del hombre se ha equivocado ya que se centra en los fines o resultados del arte, la religión… pero es necesario establecer categorías estructurales que permitan una visión sintética de las formas de la cultura, “No buscamos una unidad de efectos sino una unidad de acción, no una unidad de productos sino una unidad de proceso creador.”5 5

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La religión, el arte, el lenguaje y hasta la ciencia son consideradas ahora como meras ramificaciones del mismo tema, y en medio de la multiplicidad y variedad de formas, como la filosofía, nos revela la unidad de una función general en donde estas creaciones se mantienen vinculadas.

Mito y Religión

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El mito a primera vista parece un caos al cual resulta vano intentar buscar sus razones, pero el pensamiento religioso no se opone necesariamente al racional o filosófico, con solo la razón no podemos abordar los misterios de la fe pero estos lejos de contradecir complementan y perfeccionan la razón. No existe fenómeno natural o humano que no pueda ser interpretado míticamente y que no reclame semejante interpretación.

Pero tales interpretaciones pueden ser totalmente

heterogéneas, y un intento de clasificación y unificación estaría destinado al fracaso. Pero, sorprendentemente se han encontrado los mismos tipos de pensamiento elemental en las culturas más diversas. “Los símbolos cambian incesantemente, pero el principio que se halla en su base, la actividad simbólica como tal, permanece la misma”6. Pese a esta unidad fundamental, una teoría del mito se hallaría cargada de dificultades, pues el mito desafía nuestras categorías fundamentales de pensamiento.

Los estoicos

desarrollaron una técnica de interpretación alegórica del mito. A ojos de nuestro conocimiento actual tales interpretaciones parecen simplemente ingenuas, aunque nuestros métodos más complejos y refinados pueden ser objeto de la misma objeción. El mito es una ficción inconsciente que no tiene un propósito especial, en vez de ser una creencia, es un “hacer que se cree”. Se combina aquí un elemento teórico con un elemento de creación artística, al punto que se cree que la mente mitopoyética es el prototipo de la mente poética, aunque se diferencien en que la función estética es indiferente a la existencia de su objeto, mientras que en la mítica va incluido siempre un acto de creencia, sin la cual el mito perdería su base. Por esta vía llegamos al polo opuesto donde es posible y hasta necesario comparar el mito con la ciencia, pues, auque utilicen medios distintos, se preocupan por la misma cosa: la realidad. 6

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La magia representa una fe implícita pero real en el orden de la naturaleza, por lo que intuimos que el mito ofrece una estructura perceptual sin la cual no podría interpretar o juzgar el mundo. El mito y la ciencia, sucesivamente, representan un paso en nuestro camino hacia la realidad. Lo que necesitamos no en una explicación de los pensamientos o creencias, sino de la vida mítica como tal, pues el hombre primitivo no se expresa con meros símbolos abstractos sino de modo concreto e inmediato. Durkheim explica el mito partiendo de la idea de que no es la naturaleza sino la sociedad el modelo del pensamiento mítico, y sus motivos son proyecciones de la vida social. El sustrato real del mito no es el pensamiento sino el sentimiento, “el mito y la religión primitiva no son de modo alguno, enteramente coherentes, no se hallan desprovistos de sentido o razón; pero su coherencia depende en mucho mayor grado de la unidad del sentimiento que de reglas lógicas”7. La idea de que el hombre es mortal por naturaleza y esencia parece extraña al pensamiento mítico, pues la muerte no parece una posibilidad más real que la inmortalidad. Los ritos funerarios antiguos tienden hacia el mismo punto. El temor a la muerte es uno de los instintos humanos mas profundamente arraigados, pero seria de suponer que la primera reacción del hombre ante un cadáver seria huir de él con horror, en realidad lo que prevalece es la actitud contraria, el deseo de detener o de evocar el espíritu del muerto. El pensamiento religioso antiguo se hallaba “sumido a la voluntad de los dioses”, pero en la época de la Grecia antigua se presenta un cambio de pensamiento, los dioses se tornan antropomórficos y el hombre experimenta una emancipación con respecto al pensamiento

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anterior. La fe en la magia es una de las primeras expresiones de este cambio al despertar la confianza del hombre en si mismo. Los dioses más antiguos pueden ser denominados como los dioses funcionales, pues son concretos en sus acciones más no en su apariencia o existencia personal. El hombre no pudo prestar a sus dioses una forma individual y definitiva hasta no hallar un nuevo principio que fundamentara sus ideales, así, en la época homérica, los dioses representaron ideales espirituales y morales que con el tiempo se identificaron con la idea de lo santo y lo sagrado. Estas nuevas ideas éticas representan un avance sobre la idea de tabú que se mantenía con las religiones primitivas, esta se caracterizaba por su rigidez pues cualquier contacto con lo impuro o profano debía ser castigado. Las nuevas ideas éticas se intercambian la violación objetiva de la ley por una subjetiva, lo que importa no es el hecho sino la intención. Así, todas las religiones éticas superiores contribuyeron a aliviar la carga del sistema tabú, pero así mismo introdujeron un sentido mas profundo de la obligación religiosa marcado por el ideal de la libertad humana.

El Lenguaje

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El lenguaje y el mito son muy próximos, y resulta tentador reducirlos a un mismo denominador, pues el lenguaje es en esencia metafórico, y necesita apelar a modos indirectos de descripción y a términos ambiguos, de ahí que se halle tan estrechamente ligado con la función mitopoyética. El niño que aun no ha obtenido el lenguaje comunica sus necesidades mediante medios simples como los gritos, pero con el tiempo estos comienzan a adoptar nuevas formas, pues se emplean de forma consciente y deliberada. Para la mente primitiva la palabra tenia un poder natural y hasta sobrenatural, pero con el tiempo el hombre comenzó a ver la relación entre lenguaje y realidad a una luz diferente, “la función mágica de la palabra se eclipso y fue reemplazada por su función semántica. (…) se puede decir que físicamente la palabra es impotente, pero lógicamente se eleva a un nivel mas alto”.8 Este cambio se dio con la primitiva filosofía griega, pues paso de una filosofía de la naturaleza a una filosofía del lenguaje. Pero aquí se tropezaron con el confuso problema del “sentido del sentido”. Una palabra no podría significar una cosa sino existiera una identidad, por lo menos parcial entre las dos, y esta debe ser natural y no simplemente convencional; el problema surge cuando analizamos las palabras del lenguaje, pues en la mayoría de los casos es imposible descubrir alguna semejanza entre el sonido y el objeto. Surge entonces el estudio de la etimología, aunque hasta el siglo XIX no se basaba en ningún principio científico y se admitían las explicaciones más fantásticas y extravagantes. Pero podemos pensar que el origen no necesariamente se relaciona con los objetos, pues esta mucho mas arraigado a las expresiones involuntarias del sentimiento. Las teorías acerca del lenguaje no alcanzaron su madurez sino hasta la aparición de la teoría de la evolución, pues se pudo dar cuenta del origen del lenguaje a partir de la expresión 8

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emocional. Pero esto no fue suficiente, pues el lenguaje emotivo no es equiparable de ninguna manera al lenguaje proposicional, la explicación de este cambio se basa en el argumento de que las expresiones humanas, que en principio no eran mas que gritos emotivos o incluso frases musicales se emplearon como nombres; lo que no eran mas que sonidos sin sentido se transformaron en instrumentos del pensamiento, y cumplieron una función simbólica en un sentido definido. En la historia del hombre siempre ha habido una fascinación por el origen del lenguaje, y esta búsqueda se ha abordado desde la historia principalmente, y solo en pocos casos por métodos analíticos como la lingüística comparada, donde se plantea que la diferencia entre lenguajes no es de sonidos o signos, sino de perspectivas cósmicas. El lenguaje no es simplemente un conjunto de sonidos y palabras sino un sistema, y el ideal de la lingüística es observar los rasgos comunes a todos los lenguajes para determinar sus elementos esenciales.

Dos lenguajes diferentes pueden representar polos opuestos tanto

fonética como gramaticalmente, pero esto no impide que cumplan una misma finalidad, esto es comunicar. “lo decisivo no es la variedad de los medios sino su adecuación y congruencia con el fin”.9 Algunos podrían pensar que este fin consiste en copiar el orden de las cosas, en este sentido podríamos concluir que una copia es mejor que la otra, pero si por el contrario atribuimos al lenguaje una función productiva mas que solo reproductora, nuestro juicio será diferente, pues lo importante no será su producto sino su energía, el proceso lingüístico mismo.

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No existe una medida uniforme respecto a la riqueza o pobreza de los lenguajes, pues las necesidades de cada lenguaje varían de acuerdo con las diferentes condiciones de la vida social y cultural del hombre.

El Arte

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La belleza es uno de los fenómenos humanos mas conocidos, es algo impalpable e inconfundible, sin embargo, resulta ser una de las mayores paradojas para el pensamiento filosófico, pues no es explicable ni desde la razón, dado que no obedece a ninguna regla lógica, ni desde la moral, pues de ser explicado por este medio, el arte perdería su valor propio e independiente. El arte y el lenguaje se relacionan constantemente, aunque parecen pertenecer a polos opuestos; la función de ambos parece ser mimética, una traducción de la realidad, pero mientras el arte se origina en la imitación de los sonidos, el arte imita las cosas. Aun las teorías mas radicales de la imitación en el arte deben permitir, en cierto grado, la creatividad, pues si fuese simple reproducción, cualquier tipo de espontaneidad seria perturbadora antes que constructiva. Esta teoría se mantuvo firme hasta el siglo XVIII, cuando Rousseau propuso que el arte no era reproducción del mundo empírico sino de las emociones humanas, la belleza no es la única meta del arte sino un rasgo secundario. Al igual que otras formas simbólicas el arte no es mera reproducción de una realidad dada sino que constituye una visión objetiva de las cosas y de la vida humana “no es una imitación sino un descubrimiento de la realidad”.10 Pero a diferencia de la ciencia o del lenguaje no es una abreviatura de la realidad, por el contrario, es una intensificación de esta. Platón acusaba al arte de excitar nuestras emociones y de esta forma perturbar la armonía moral, pero si el arte nos afectara en tal grado difícilmente podríamos soportar las tensiones de las tragedias clásicas o las obras de Shakespeare. El arte transforma estas pasiones en medios de auto-liberación, por consiguiente el intento por caracterizar el arte por algún rasgo emotivo resulta injusto con él.

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Croce señala que existen diversas bellezas, la naturaleza en si no expresa nada, es el hombre quien tiene que hacerla hablar, por lo tanto, se debe distinguir entre belleza orgánica y belleza estética. La poesía no pudo originarse junto a la razón, tubo que pasar por un lenguaje simbólico, el del mito, pues ante la carencia de términos precisos la metáfora y la analogía resultaron ser la solución mas adecuada. Los mas profundos misterios del arte y la ciencia pertenecen a la poesía, pues el verdadero poema no es la obra individual sino el universo mismo, la obra única que se perfecciona constantemente a si misma. Así poetizar la filosofía constituía la meta de los pensadores románticos. Para los realistas el arte consiste en hacer uso de las cosas corrientes a la luz de su belleza inherente. Según Schelling la belleza es lo infinito presentado finitamente, pero el tema real del arte no es el infinito metafísico, hay que buscarlo en ciertos elementos estructurales de nuestra experiencia sensible, pues estos son omnipresentes. Las teorías psicológicas del arte tienen una ventaja sobre las metafísicas, y es que no están obligadas a establecer una teoría general de la belleza, la tarea consiste en determinar la clase de fenómenos a que pertenece nuestra experiencia estética y esto resulta sencillo si aceptamos el placer como el elemento característico de tal experiencia. Una teoría hedonista rápidamente se encuentra con dificultades, pues el placer es un concepto muy vago. Según Santayana la belleza es el placer considerado como una cualidad e las cosas, pero si este fuera el fin del arte, las más grandes obras habrían fracasado. Cuando se intenta explicar el arte por medio de la razón nos encontramos que la verdad científica es superficial y convencional, debemos olvidar estas pautas habituales y sumergirnos

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en la vida inconciente. Lo que importa no es al forma sino lo que hay tras de ella. Pero si intentamos explicar el arte como un producto del inconciente nuevamente encontramos obstáculos, pues toda gran obra de arte se caracteriza por su unidad estructural y los elementos del inconciente son difusos y desorganizados; un todo estructural no puede valerse de elementos amorfos. Otro tipo de teorías pretenden reducir el arte en la función del juego, ambos son funciones activas, no están sujetas a lo empíricamente dado y el placer que se desprende de ellas es absolutamente desinteresad; psicológicamente hablando no parecen haber diferencias importantes, pero si nos fijamos en el objetivo vemos que el juego nos proporciona imágenes ilusorias mientras que el arte nos ofrece un nuevo genero de verdad, además en el arte no hay ningún tipo de diversión ni preparación adaptativa. La ciencia se encarga de interpretar las cosas y llevarlas a un nivel conceptual, pero el arte busca ir mas allá e indagar en su ser proporcionándonos así una imagen mas rica y vivida de la realidad y una visión mas profunda de su estructura formal.

La Historia

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Antes de la civilización griega no existía lo que podríamos llamar conciencia histórica, pues no había una noción de la importancia de los hachos pasados, y no fue sino hasta el siglo XVIII que se hizo un análisis filosófico del concepto de historia. En el mito es donde se encuentran los primeros ensayos por establecer un orden cronológico que permitiera una cosmología y una genealogía de dioses y hombres, pero aun el tiempo se concebía como algo eterno; pasado, presente y futuro de fundían en uno solo. No fue sino hasta los grandes historiadores griegos que se estableció una diferencia entre la leyenda y la verdad, es decir, el pensamiento mítico y el histórico. Pero la verdad histórica no se puede definir como simple concordancia con los hechos, un hecho científico se haya determinado por la observación y el experimento, pero el hecho histórico no puede ser definido de este modo, pues no encontramos ante hechos que no están presentes en nuestra época histórica, no podemos reconstruirlos ni resucitarlos, solo podemos rememorarlos y darles una existencia meramente ideal. Al comienzo de la investigación histórica, pese a que tratamos con hechos físicos, debemos enfrentarnos primero a un universo simbólico, debemos interpretar textos y monumentos no como objetos sino como símbolos. Schegel llama al historiador un “profeta al revés”, pues debe revelar la vida oculta del pasado. Los hechos del pasado carecen de sentido sin una interpretación pues queremos comprender no solo las acciones sino los actores, y no nos contentamos con los hechos sino que buscamos detectar la unidad que se encuentra tras las innumerables formas del pasado y esto implica una exposición a malas o erróneas interpretaciones, y a una visión mas de las pasiones humanas que de los hechos como tal.

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El historiador no puede inventar un nuevo lenguaje o una nueva lógica paras interpretar los hechos, se debe contentar con interpretarlos bajo la mirada común de su época y este es el dilema fundamental de pensamiento histórico, pues lo que distingue al gran historiador es la riqueza y hondura de su experiencia personal, pues de otro modo su obra resultaría sin vida. Si el historiador borrara su vida personal lejos de lograr una mayor objetividad se privaría a si mismo del verdadero instrumento de todo pensamiento histórico. “La historia es la historia de las pasiones” 11, pero el historiador no puede exhibir las mismas emociones que describe; su simpatía es intelectual e imaginativa, no emotiva. En caso de que podamos hablar de leyes generales de la historia estas no pueden ser mas que psicológicas, pues la regularidad de los hechos pertenece a la experiencia interna, esto es, los pensamientos y sentimientos, si encontráramos una ley que gobernara a estos nos hallaríamos ante la clave del mundo histórico. El arte nos proporciona una descripción ideal de la vida humana al convertir nuestra vida empírica en la dinámica de las formas puras. La historia procede de forma diferente pues no va mas haya de la realidad empírica de las cosas, sino que a cambio la moldea en una nueva forma factible al recuerdo.

La Ciencia

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La ciencia ha sido considerada como el logro máximo y característico de la cultura “se trata de un producto verdaderamente tardío y refinado que no puede desarrollarse sino en condiciones especiales”.12 Solo podemos decir que conocemos un objeto cuando hemos producido una unidad sintética en la multiplicidad de la intuición. Esto no implica que antes de la ciencia no existiesen conocimientos, la experiencia no era una masa amorfa de expresiones sensibles, por el contrario estaba organizada y articulada, pero los conceptos no son del mismo tipo ni se hayan al mismo nivel que nuestros conceptos científicos. Las primeras clasificaciones de los fenómenos son ciertamente mas complicadas que nuestras clasificaciones científicas, la ciencia comienza con una tendencia a la simplicidad. Los nombres de los objetos tienen una función más representativa que clasificatoria y fueron creados en la medida de las necesidades de la comunicación, pero los conceptos científicos deben seguir un principio definido de clasificación, esto implica crear un sistema artificial, pero que sin duda nos acerca más a la verdad. Para Pitágoras la belleza es verdad, y si la belleza que sentimos en la armonía de los sonidos se puede reducir a una simple proporción numérica entonces el número nos revela la estructura fundamental del orden cósmico, solo en el número encontramos un universo inteligible, el número se expande entonces a todo el universo y se concibe como un nuevo y poderoso simbolismo que en cuanto a los fines científicos, es superior al simbolismo del lenguaje. La geometría analítica de Descartes fue la primera prueba convincente de la relación entre extensión y número, a partir de hay todas las ramas de la física tienden al mismo objetivo: tratar de colocar el mundo de los fenómenos naturales bajo el control del número. 12

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La epistemología moderna no considera a la matemática como un estudio de las cosas sino como un estudio de las relaciones y tipos de relaciones. Los científicos saben que existen amplios ámbitos de fenómenos que no han sido factibles a la reducción a las reglas numéricas exactas, sin embargo, se mantienen fieles al credo pitagórico: el pensamiento de que la naturaleza es “un número y una armonía”

Resumen y Conclusión

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Una filosofía de la cultura comienza con el supuesto de que el mundo de la cultura no es un simple agregado de hechos dispersos, trata de comprenderlos como un todo orgánico, se trabaja sobre la hipótesis de que los hechos variados y aparentemente dispersos pueden concentrarse en un foco común. El hombre no se considera ya como una unidad substancial simple que existe en si misma, su unidad se concibe como unidad funcional, esto no presupone una homogeneidad de los elementos en que consiste, por el contrario requiere de una multiplicidad de sus partes pues se trata de una unidad dialéctica. La definición de Aristóteles del hombre como un animal social no es suficiente pues existen sociedades animales tan complejas como la nuestra, esta no es solo una sociedad de acción sino también de pensamiento y sentimiento; el lenguaje, el mito, el arte, la religión y la ciencia son los elementos constitutivos de esta forma superior de sociedad. El hombre, y a caso algunas pocas especies animales superiores, son los únicos capaces de individualidad, por lo que se han desarrollado modos de expresión mediante los que puede propagar sus obras y sobrevivir a la existencia efímera. A este fin los símbolos lingüísticos se han desarrollado manteniendo la estabilidad en la cultura, aunque para esto ha tenido que renovarse constantemente, pero sin anular su función en ningún momento.

El arte por el contrario posee un poder creador que renueva

constantemente nuestras concepciones del mundo y es la ciencia quien las hace comprensibles. “la cultura humana, tomada en su conjunto, puede ser descrita como un proceso de la progresiva auto-liberación del hombre”.13 En todas sus formas el hombre descubre y prueba el poder de edificar un mundo propio.

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La filosofía no puede renunciar a la búsqueda de una unidad fundamental, pese a la multiplicidad y disparidad de las formas de la cultura, podemos ver que se completan y complementan, cada una de ellas abre un nuevo horizonte y muestra un nuevo aspecto de lo humano.

Cuestiones sobre los sistemas simbólicos

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La aparición del símbolo es el punto crucial en que el humano deja de ser un animal, y construye un mundo abstracto, capaz de captar lo universal y de referirse a objetos más allá de su percepción, es aquí donde aparece la cultura, entendiendo esta como el conjunto de sistemas simbólicos que permiten una interacción compleja entre los miembros de una sociedad con fines, no ya netamente fisiológicos, sino cognoscitivos. Pero ¿Cómo pudo darse este cambio? Un cambio continuo a través de la evolución no es la respuesta, pues implicaría que la diferencia en las estructuras cognoscitivas de los animales superiores tuvieran un grado de desarrollo apenas menor que el nuestro, factible a desarrollarse en cualquier momento bajo las condiciones adecuadas, pero la diferencia es mucho mas acentuada, el abismo entre el signo y el símbolo, entre lo particular y lo universal no puede ser explicado de esta manera, pues implica cambios estructurales en la mente, y no simplemente de grado. Por otro lado, explicarlo como un agradable accidente tampoco representa una solución satisfactoria, Cassirer propone como el origen del lenguaje una hipótesis coherente, pero incompleta, plantea que lo que en principio eran meros sonidos, descargas involuntarias de emociones fuertes, sin ningún sentido especifico, súbitamente se convirtieron en nombres, que referían a personas o acontecimientos particulares, y por esta vía, dichos sonidos se convirtieron en el medio del pensamiento 14. Pero para que tal accidente pudiera darse, para que un sonido pudiera referirse a algo y simbolizarlo de manera permanente, y posteriormente expandir su significado por vía metafórica, fue necesaria una estructura nueva, capaz de soportar dicho cambio y pensar en términos de lo universal y abstracto, capaz de simbolizar; y con esto volvemos al principio del problema.

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Pág. 176-77.

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Dejando de lado este problema, encontramos que el lenguaje y el arte están estrechamente relacionados, pues al igual que los niños, cuando el lenguaje no esta lo suficientemente desarrollado, la metáfora surge como la mejor vía de expresión, este tipo de referencia compleja es la esencia misma del arte, pues sin esta, cualquier obra perdería su sentido, seria incapaz de una interpretación del mundo, y no seria mas que copia de él. En este punto resulta paradójica la afirmación de gombrich (1975), de que la historia del arte se rige por una constante progresión hacia el realismo, objetivo que es inconmensurable con el objetivo mismo de arte, pues lejos de buscar crear copias, busca crear nuevas concepciones de la realidad, nuevos mundos; pero el problema se resuelve si pensamos que tal realismo no se refiere únicamente a los objetos de la realidad física, sino también a nuestras realidades emotivas y cognoscitivas, Langer proponía que la música es “una proyección tonal de las formas del sentimiento”15 y en pintura, el impresionismo consistió precisamente en la búsqueda del sentimiento puro; y este es otro punto de desacuerdo con el autor, quien nos dice que “el arte nos proporciona el orden en la aprehensión de las apariencias visibles, tangibles y audibles”16, en caso de que solo se refiriera a la apariencia de los elementos de nuestra realidad física, el arte abstracto y la música contemporánea, por poner solo algunos ejemplos, serian inconcebibles en el reino de lo artístico. Los sistemas simbólicos, si bien pueden ser medios para concebir la realidad empírica, no se limitan a ella, por el contrario, su misión esta en ordenar todos los aspectos de la vida humana, desde la acción y la percepción, hasta el sentimiento y el pensamiento. Como propone Goodman, no buscamos un realismo de un mundo particular y absoluto, buscamos un irrealismo en cuanto que no existe una realidad única, sino múltiples formas de lo real, múltiples mundos dados por la interacción entre los 15 16

Langer, (1942), Pág. 226. Pág. 248.

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sistemas simbólicos, y cada obra de arte debe tender a crear una versión correcta de mundo, una nueva realidad.

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BIBLIOGRAFIA



Cassirer, Ernst., (1990).

Antropología Filosófica.

México:

Fondo de cultura

económica. 

Gombrich, E. H., (1997). La historia del arte. Ed. 16. Madrid: Círculo de lectores.



Langer, Susanne K., (1942). Nueva Clave de la filosofía. Harvard University Press