Epoca Helenistica

ÉPOCA HELENÍSTICA Elizabeth Clavijo Jiménez Se denomina período helenístico a una etapa histórica de la Antigüedad cu

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ÉPOCA HELENÍSTICA

Elizabeth Clavijo Jiménez

Se denomina período helenístico a una etapa histórica de la Antigüedad cuyos límites cronológicos vienen marcados por un importantes acontecimientos políticos: la muerte de Alejandro Magno (323 a. C.). Aquí nace la sofística y la comedia política. Durante esta etapa (siglo IV hasta el siglo I a. C.), Grecia fue conquistada por Filipo II de Macedonia, éste anexionó las polis a su imperio. A la muerte de Filipo II, su hijo Alejandro, llamado el Grande (Alejandro Magno), acrecentó sus dominios conquistando el enorme Imperio Persa(antiguo enemigo de los griegos), incluyendo Egipto y Mesopotamia, alcanzando los confines de la India. Alejandro tenía como objetivo construir una potencia universal que integrara a griegos y bárbaros (extranjeros), en el que las diversas creencias y culturas de occidente y oriente se fundiesen conformando una unidad. Sin embargo éste murió dejando el mayor imperio conocido hasta entonces. Había fundado nuevas ciudades (como Alejandría, en Egipto), y expandido las ideas y la cultura griegas por los territorios conquistados, dando lugar a lo que se conoce como "Helenismo". Una vez desaparecido Alejandro, sus generales se repartieron su imperio, creando los llamados "Reinos Helenísticos" (Egipto, Siria y Mesopotamia). Éstos florecieron hasta que fueron anexionados por Roma. El último de esos estados independientes fue Egipto, que desapareció como tal a la muerte de su reina, Cleopatra. Para entonces, los romanos se habían apoderado de todos los territorios que habían pertenecido a los griegos, integrándolos en su imperio como provincias. Es considerado como un período de transición entre el declive de la época clásica griega y el ascenso del poder romano. Sin embargo, el esplendor de ciudades como Alejandría, Antioquía o Pérgamo, la importancia de los cambios económicos, el mestizaje cultural y el papel dominante del idioma griego y su difusión son factores que modificaron profundamente el Oriente Medio antiguo en esta etapa. Esta herencia cultural será asimilada por el mundo romano, surgiendo así con la fusión de estas dos culturas lo que se conoce como «cultura clásica», fundamento de la civilización occidental. El término «helenístico» fue utilizado por primera vez por el historiador alemán Johann Gustav Droysen en Geschichte des Hellenismus (1836 y 1843), a partir de un criterio lingüístico y cultural, es decir, la difusión de la cultura propia de las regiones en las que se hablaba el griego (ἑλληνίζειν), o directamente relacionadas con la Hélade a través del propio idioma, un fenómeno alentado por las clases gobernantes de origen heleno de aquellos territorios que nunca tuvieron relación directa con Grecia, como pudo ser el caso de Egipto, Bactriana o los territorios del Imperio seléucida. Este proceso de helenización de los pueblos orientales, y la fusión o asimilación de rasgos culturales orientales y griegos, tuvo continuidad, como se ha mencionado, bajo el Imperio romano. Los trabajos arqueológicos e históricos recientes conducen a la revalorización de este período y, en particular, a dos aspectos característicos de la época: la importancia de los grandes reinos dirigidos por las dinastías de origen griego o macedónico (Lágidas, Seléucidas, Antigónidas, Atálidas, etc.), unida al cometido determinante de decenas de ciudades cuya importancia fue mayor que la idea comúnmente aceptada durante mucho tiempo. Como en épocas anteriores, los edificios públicos fueron un capítulo importante en estas ciudades helenísticas, adaptándolos a la necesidad de los tiempos, pero siguiendo siempre el modelo griego que tanto admiraban. El ágora: se prestó gran atención a este espacio público que en tiempos anteriores se había limitado a ser una simple plaza de mercado. Los pórticos vinieron a configurar este espacio, favoreciendo su aspecto, dándole nueva y mejor prestancia. El ágora se empezó a construir de acuerdo con un plan

hipodámico (calles trazadas en ángulo recto), es decir, se acotó un espacio rectangular y porticado en varios de sus lados. Fueron ágoras diseñadas con amplitud, donde se reunía la actividad comercial que podía disfrutar de un espacio suficiente y cómodo. Cada ciudad tenía al menos una, según sus necesidades. En Delos se construyeron varias ágoras en las cercanías del puerto. En Atenas también se modificó este espacio y se embelleció con tres nuevos pórticos, uno de ellos ofrecido a Átalo II. Los teatros también se multiplicaron. Se construyeron a la antigua usanza, generalmente adosados a la ladera de una colina o elevación del terreno. En esta época tuvieron una modificación que dio lugar al escenario permanente donde actuaban los actores. Anteriormente éstos se situaban sobre una plataforma que se colocaba en el momento de la actuación delante del proscenio. El gimnasio fue el complejo arquitectónico más difundido en el mundo helenístico. No hubo ciudad o poblamiento por muy humilde que fuera que no tuviese construido su gimnasio. El gusto por los ejercicios físicos (heredado de los griegos) fue general en este periodo y fue parte de la educación de los jóvenes. Además, en el complejo gimnástico no sólo se realizaban ejercicios físicos sino que se daban enseñanzas diversas, conferencias, y se organizaban lo que hoy se llamaría «actos culturales». Los edificios solían estar rodeados de grandes jardines con bonitos y agradables paseos donde los discípulos escuchaban las charlas de sus maestros filósofos. Tampoco olvidaron el tema religioso, de manera que los gimnasios fueron protegidos y dedicados a un dios o en algunos casos a un héroe como Hermes o Heracles. Estos centros fueron de una gran ayuda para la educación de los nativos, sobre todo en Asia. Acudían a ellos con gran entusiasmo y deseos de aprender. Llegaron a formar asociaciones que de manera general eran llamadas apo tou gymanasiou ('los que salen del gimnasio'). El mundo de los comerciantes y de los negocios también tuvo necesidad de enclaves especiales. Se construyeron edificios comparables con las cámaras de comercio y otros menos importantes pero igualmente necesarios como almacenes y despachos. La religión consistía en una suerte de sincretismo entre el panteón clásico, los dioses locales y las deidades del antiguo Oriente. Entre las divinidades propias de este período destacan la diosa Tique (Τύχη) y el dios grecoegipcio Serapis (Σέραπις). Asimismo, cobraron gran relevancia los cultos de Isis, Dionisos y Cibeles. La filosofía, que en épocas anteriores abarcaba todos los saberes, se desmembró paulatinamente de las ciencias empíricas y se quedó como ciencia del pensamiento cuya preocupación se inclinó más a los problemas individuales que a la propia naturaleza del mundo. En este período surgieron varias sectas y escuelas filosóficas de entre las que cabe mencionar: Cínicos, Cirenaicos, Escépticos, Epicúreos, Estoicos y Megáricos. Se denomina escuela cínica a la fundada en la Antigua Grecia durante la segunda mitad del siglo IV a. C. El griego Antístenes fue su fundador y Diógenes de Sinope uno de sus filósofos más reconocidos y representativos de su época. Reinterpretaron la doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de vida era un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien. De ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con aenos necesidades era el más libre y el más feliz. Figuran en esta escuela, además de los ya citados, Crates de Tebas, discípulo de Diógenes, su esposa Hiparquía y Menipo de Gadara.

La escuela cirenaica fue una escuela filosófica fundada por Arístipo de Cirene, discípulo de Sócrates, enárica. Su doctrina fue bautizada como Hedonismo, aunque esta escuela se descompuso

en diversas ramas que llevaron a algunos a distinguir entre cireneos (seguidores de Arístipo), hegesíacos (seguidores de Hegesías), anicerios (seguidores de Aníceris) y teodorios (seguidores deTeodoro, el Ateo). Los cirenaicos se ocuparon fundamentalmente de cuestiones de ética. En su opinión, el bien se identifica con el placer, aunque éste debe entenderse también como placer espiritual. La felicidad humana, según Aristipo, consiste en librarse de toda inquietud, siendo la vía para lograrlo la autarquía. El epicureísmo es una organización filosófica que cubre la búsqueda de una vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres, la ataraxia (ausencia de turbación) y las amistades entre sus correligionarios. Fue enseñada por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a. C. (341 a. C) que fundó una escuela llamada Jardín y cuyas ideas fueron seguidas por otros filósofos, llamados epicúreos.1 El epicureísmo no debía conformarse al cuerpo, como preconizaba el hedonismo cirenaico, sino que debía ser también intelectual. Además, para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad o ataraxia. En la filosofía clásica el escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda, representada en la escuela de 'Skeptikoi' por el filósofo griego Toribio, quien decía que "no afirmaba nada, sólo opinaba". El escepticismo se diferencia del negar por exigir evidencia objetiva a las afirmaciones, y en caso de haber tal evidencia aceptarla, en tanto que el negar cuestiona o rechaza las evidencias. El estoicismo fue fundado por Zenón de Citio (aprox. 333-262 a. C. Tomó contacto con la filosofía socrática, en especial la de la escuela cínica, y la megárica. Según Diógenes Laercio, inicialmente se inclinó por el cinismo, siendo alguien especialmente cercano a Crates, pero pronto abandonó esta escuela. Tras este estudió con otros filósofos de las escuela académica, aristotélica y megárica pero, insatisfecho con ellas, acabó creando su propia escuela, en la que combinaba múltiples aspectos cínicos con los de otros filósofos como Heráclito. Desde la antigüedad, se estudió la posible influencia sobre Zenón de doctrinas semíticas tales como el judaísmo o las filosofías del oriente medio; el considerable parecido entre el estoicismo y el cristianismo en algunas doctrinas, sobre todo en la ética y en la cosmología, sugirieron a panegiristas cristianos como Quintiliano y Tertuliano que Zenón estaba familiarizado, por su origen semita, con el judaísmo. La Escuela megárica fue una escuela filosófica del siglo IV a. C. fundada por Euclides de Megara, discípulo de Sócrates. Sus miembros recibían el nombre de megáricos, disputadores o dialécticos. El tema que trataban era sobre un Dios supremo. La influencia socrática les movió a buscar la verdad, identificada con el bien, planteando un problema ético-gnoseológico. Identificaron entonces el Dios benevolente, inteligente y justo de Sócrates con el ente único e inmutable de Parménides y lo llamaron Dios, sabiduría o justicia, adquiriendo ya la pregunta un carácter metafísico propio de la escuela eleática. En la escuela se debatía sobre el arte de discutir o erística, como una rama superior de la dialéctica. La mayor parte de las escuelas del siglo IV subsistieron en época helenística. La escuela de Platón continuó la obra filosófica y la Academia sobrevivió hasta el siglo I d. C, recibiendo en distintas etapas distintos nombres.

La característica de la Academia Antigua es seguir siendo fiel al maestro Platón. Después de este

filósofo los directores de la Academia fueron, su sobrino Espeusipo durante 8 años, su discípulo Jenócrates que fue director hasta su muerte, Polemón que estuvo al frente desde el 314 hasta su muerte y el tebano Crates. La Academia Media se caracteriza por la introducción del escepticismo y sus directores fueron el escéptico Arcesilao ,Carnéades de Cirene que había estudiado en la propia Academia con Hegesino, Clitómaco de Cartago, filósofo cartaginés discípulo del anterior y Metrodoro de Estratonicea. En la Academia Nueva sus filósofos se centran más en el eclecticismo, abandonando las teorías del escepticismo. Su director fue Filón de Larisa que departió sus enseñanzas en Roma y tuvo como discípulo a Cicerón sobre quien ejerció una gran influencia; su discípulo Antíoco de Ascalón fue su rival en la dirección de la Academia. Después tuvo lugar el neoplatonismo de Plotino cuyo máximo exponente fue Proclo. La escuela de Aristóteles (peripatética) se vio engrandecida con el gran impulso que le dio el orador Arcesilao, fundador de la Academia Nueva. Su doctrina rechazaba el dogmatismo de los estoicos y trataba de demostrar que lo más importante era buscar y descubrir lo más verosímil o probable Teofrasto de Éreso, alumno de Aristóteles y colaborador, fue también su sucesor en la escuela peripatética que experimentó un gran desarrollo a partir de ingreso y colaboración.

El creador de la Escuela de Estoicismo fue Zenón de Citio (335-263), un semita comerciante que optó por dedicarse a la filosofía. Su doctrina se llamó también doctrina del pórtico, stoa en griego, de donde le viene el nombre de estoicismo. Se trataba del Pórtico de Poecile en Atenas, lugar donde se reunían sus discípulos. A su muerte la escuela fue dirigida por Cleantes de Assos (ciudad de la Tróade) y Crisipo de Solos quienes coordinaron y ordenaron sus teorías. Estos tres filósofos enseñaron lo que después se ha llamado antiguo estoicismo o estoicismo antiguo. En el siglo II se renovaron las teorías con el nombre de estoicismo medio siendo uno de sus mejores representantes Diógenes de Babilonia, nacido en Seleucia del Tigris, seguido por su discípulo Crates de Mallos y después Blosio de Cumas que fue maestro de Tiberio Graco. En la segunda mitad del siglo II adC destacan dos grandes pensadores y maestros del estoicismo medio: Panecio de Rodas y Posidonio de Apamea de Orontes. Durante el periodo helenístico las ciencias tal y como las entendemos hoy se independizaron de la filosofía. El estudio de las matemáticas, sobre todo en Alejandría tuvo una importancia enorme no sólo por la materia en sí sino como aplicación al conocimiento del Universo. En el museo de Alejandría estudiaron, investigaron y enseñaron grandes sabios como Euclides (que fue solicitado por Ptolomeo I Sóter), que supo organizar todas las investigaciones precedentes y añadir las suyas propias, aplicando un método sistemático a partir de principios básicos. Euclides sentó las bases del saber matemático a partir de las cuales evolucionó dicha materia a través de los siglos hasta llegar a la reciente invención de las nuevas matemáticas. El estudio de las matemáticas favoreció el conocimiento de la astronomía. Se despertó un nuevo interés científico por conocer la Tierra, su forma, su situación, su movimiento en el espacio. Eratóstenes de Cirene, bibliotecario de Alejandría creó la geografía matemática y fue capaz de medir la longitud del meridiano terrestre. Aristarco de Samos (310–230 a. C.) fue matemático y astrónomo y determinó las dimensiones del Sol y la Luna y sus respectivas distancias a la Tierra. Aseguró que el Sol estaba quieto y que era la Tierra quien se movía a su alrededor. Se le considera como el primer antecesor de Copérnico.

En geometría el gran maestro en Pérgamo y en Alejandría fue Apolonio de Pérgamo. Ofreció la primera definición racional de las secciones cónicas. Arquímedes de Siracusa (287–212 a. C.) fue un gran matemático, interesado en el número π al que dio el valor de 3,1416. Se interesó también por la esfera, el cilindro y fundó la mecánica racional y la hidrostática. Estudió la mecánica práctica inventando máquinas de guerra, palancas y juguetes mecánicos. Su mejor invento práctico de uso inmediato fue el tornillo sin fin, utilizado en Egipto para las labores de irrigación. Sóstrato de Cnido, ingeniero y arqueólogo fue considerado como otro de los grandes sabios. Fue el constructor del faro de Alejandría. También destacaron autores como Erastótenes y Sosígenes y en la doctrina de botánica y zoología destacan Aristóteles y Teofrasto( Historia de las plantas ). Tuvo varias consideraciones, aunque fue ganando terreno aquella que concebía al filólogo como alguien consagrado a la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles, actividad ésta que comenzó siendo una afición noble cultivada con mayor o menor acierto, pero de manera no profesional. Los primeros filólogos en el sentido moderno fueron los alejandrinos discípulos de los sofistas, cuyo más sobresaliente representante es Aristófanes de Bizancio (siglo III a. C.), fundador de un método que su discípulo Aristarco de Samotracia, director de la Biblioteca de Alejandría, aplicó, más tarde, al estudio de los poemas de Homero. Estos primeros filólogos desarrollaron, en la Biblioteca de Alejandría, una importante actividad editorial, centrada en la copia de manuscritos de los más importantes y representativos autores del pasado, cuyos textos se limpiaban de errores y se interpretaban de acuerdo con unas normas determinadas. En manos de los alejandrinos, la filología se convirtió en un conjunto de conocimientos sistemáticos y ordenados, aunque amplios y poco profundos, puesto que el filólogo debía poseer no sólo conocimientos lingüísticos y literarios, sino también históricos, geográficos, artísticos, retóricos, etc. Por eso se le consideraba la persona ideal tanto para explicar los textos como para reconstruirlos, modernizarlos y restaurarlos. La primera Gramática (Techne Grammatiké), la de Dionisio de Tracia. Aquello que acabaría genéricamente llamándose "filología" comenzó ocupándose, por una parte, de la lectura correcta de los textos y, por otra, de la fijación, depuración y exégesis de los mismos. Las experiencias adquiridas y los materiales empleados en esta actividad se irían recogiendo en léxicos, repertorios, inventarios, etc. La filología se convierte, así, en época alejandrina, en una disciplina de carácter enciclopédico que abarca enseñanzas de gramática, retórica, historia, epigrafía, numismática, bibliografía, métrica, etc. Los filólogos así formados son, por antonomasia, hombres cultos que reúnen, aun de manera esquemática, los saberes de su época. Se conocen también a Erastótenes, Calímaco y a Trifón de Alejandría. Calímaco de Cirene (310-240 a.C.) fue el segundo bibliotecario director oficial de la Biblioteca y se le considera el “padre de la bibliografía y de la biblioteconomía”. Éste escribió una obra llamada Pinakes o Catálogo de los autores que brillaron en cada disciplina singular. Pinakes es un catálogo de libros constituido a su vez por más de 120 libros o rollos. En ellos se encontraban clasificados todos los volúmenes de la Biblioteca. De cada autor se daba una pequeña biografía y la lista de sus obras con las palabras iniciales y referencia de su longitud, técnica clasificatoria de la que hay referencias en los archivos sumerios, hititas, asirios y babilonios. Pero no se utiliza un orden alfabético. Aristófanes de Bizancio (257-180 a.C.). Filósofo y gramático griego nacido en Bizancio, que como tercer bibliotecario en la historia de la famosa biblioteca de Alejandría (194-180 a.C.), sistematizó la puntuación, pronunciación y acentuación del griego, inventando los acentos y signos de puntuación como el guión y el asterisco, que más tarde pudieron ser asimilados por el latín, especialmente entre los religiosos, donde estos artificios han tenido amplia aceptación y han sido

ampliamente utilizados. Discípulo de Zenódoto de Éfeso (325-234 a.C.), el primer bibliotecario de Alejandría, fue el sucesor del segundo, Eratóstenes (276-194 a.C.). Estableció la metodología científica para la crítica textual y edición de textos antiguos, tarea a la que dedicó su vida. Creó una escuela de crítica textual y edición en la biblioteca en la cual tenía como un alumno y seguidor a Aristarco de Samotracia, su sucesor en la dirección de la institución. Es conocido por su trabajo en el campo de la lingüística, de literatura, de la crítica textual y el estudio sistemático de la puntuación y acentos ortográficos en la lengua griega. Fue el autor de las ediciones críticas de los trabajos de Homero, Hesíodo, Píndaro, Esquilo y de Aristófanes. Dionisio de Tracia fue un gramático griego que vivió entre el 170 y el 90 a. C. Fue discípulo de Aristarco y perteneciente por tanto a la escuela alejandrina. Se le atribuye la redacción de la Tékhne Grammatiké (Arte gramática), considerada la primera gramática griega en términos contemporáneos, que sirvió de base a las posteriores gramáticas del griego, del latín y de otras lenguas europeas hasta bien entrado el Renacimiento. Aristarco de Samotracia fue un gramático y filólogo de la Escuela Alejandrina. Se convirtió en ciudadano alejandrino, y en la ciudad egipcia vivió durante el reinado de Tolomeo VI Filométor. Sucedió a su maestroAristófanes de Bizancio como director de la Biblioteca de Alejandría. Fue tutor de los infantes de la familia real, pero tras asesinar su discípulo Tolomeo VIII Evergetes a Tolomeo VII tuvo que huir a Chipre, donde murió poco después. Según Suidas, tenía un carácter desabrido y una apariencia descuidada; sólo un poeta había entre sus cuarenta alumnos, Mosco de Siracusa. Todos estos filólogos tuvieron que huir también ante la persecución desatada por Tolomeo VIII. Según la tradición, se dejó morir de hambre en Chipre, a causa de padecer un edema incurable. Su nombre llegó a hacerse proverbial como antonomasia del crítico severo. Se debe a Aristarco la primera edición crítica históricamente relevante de los poemas homéricos, continuando en esta labor los trabajos de sus predecesores Zenódoto de Éfeso y Aristófanes de Bizancio; quiso restablecer un texto original sin adiciones helenísticas. Para ello creó el primer conjunto filológico de signos (aparato crítico) para señalar las lecturas dudosas y las interpolaciones: el óbelo (†) para señalar los versos considerados como de lectura dudosa, corrupta o poco fiable; la antilambda (>), para señalar una nota crítica que expresa un desacuerdo con Zenódoto; la antisigma para señalar un verso desplazado, y el asterisco (*) para señalar repeticiones ociosas. También elaboró los primeros comentarios continuos de los mismos, abandonando el carácter suelto y puntual de los escoliastas anteriores que había prevalecido hasta entonces. Compuso además monografías sueltas, algunas sobre Hesíodo. También estableció el llamado Canon alejandrino.

Durante el periodo helenístico fue de gran interés la historia como ciencia y como género literario. Los eruditos historiadores se preocuparon por narrar los sucesos tanto de Grecia como de Oriente y Occidente; incluso los sucesos de la conquista romana fueron temas de interés. Como género se fue convirtiendo poco a poco en una ciencia más que en obra literaria, en documentos históricos inapreciables a pesar de haber incluso recibido en su época y en las siguientes críticas feroces sobre el estilo literario. Jerónimo de Cardia. Fue soldado e historiador; luchó en la batalla de Ipso. Tras la muerte de Alejandro Magno escribió La historia de los diádocos y De los epígonos de los que se conservan unos fragmentos del original, pero del que hizo un buen compendio Diodoro Sículo,otro historiador griego del siglo I a. C. Son narraciones muy interesantes para comprender los acontecimientos de los 50 años después de la muerte de Alejandro Magno. Fueron criticados estos libros en su época por estar escritos con poca armonía desde el punto de vista literario.

Duris de Samos. Escribió Historia de Grecia e Historia de Macedonia desde el 370 a. C. al 280 a. C. La obra está elaborada con inteligencia y sentido común, cargada de anécdotas mordaces y sin ningún estilo literario. Pilarcos retomó la historia de Duris de Samos desde el 280 a. C. al 220 a. C. Su obra fue muy criticada por Polibio. Timeo de Tauromenio escribió una historia de Sicilia y una historia de Pirro de Epiro. Fue un buen erudito que supo documentarse con obras originales y empleó un espíritu crítico poco común entre los historiadores de esta época. Trató de ser riguroso con la cronología y supo reducir a un mismo grupo las fechas dispares de los calendarios deAtenas, Esparta, Argos, Olimpia y otras ciudades griegas. Fue el primer historiador que dedicó una atención especial a los hechos de Roma. Polibio fue un historiador griego que vivió en Roma durante 16 años retenido como rehén. Muchos de sus escritos se han perdido, como la biografía sobre el general griego Filopemen, un libro sobre tácticas militares, otro sobre el asedio a Numancia y un tratado sobre la región del ecuador de la Tierra. Fue un historiador riguroso y pragmático en sus narraciones, sirviéndose de certezas reales y de testigos presenciales. Sus descripciones geográficas de los hechos son auténticas ya que se tomó la molestia de desplazarse a los lugares para comprenderlos mejor. Hecateo de Abdera fue un historiador y filósofo griego de la escuela escéptica, nacido en Abdera o en Teos y florecido en el siglo IV a. C. Fue discípulo de Pirrón y contemporáneo de Alejandro Magno, Hecateo acompañó a Ptolomeo I Soter en una expedición a Siria, y remontó con él el Nilo hasta Tebas. Como resultado de sus viajes escribió dos obras: Egipciaca (de la Filosofía de los Egipcios) y De los Hiperbóreos, que fueron utilizadas como fuente primaria por Diodoro Sículo. Según la Suda (enciclopedia histórica bizantina), también escribió un tratado sobre Homero y Hesíodo. Hecateo de Mileto (550 a. C.-476 a. C.) fue un historiador griego. Lo primitivo de su método histórico le clasifica entre los logógrafos. También puede considerársele precedente de la geografía y la cosmografía. Se atribuye a Hecateo el Ges Periodos ("Viajes alrededor de la Tierra"), obra en dos libros, cada uno de los cuales se organiza a manera de periplo (navegación costera con escalas). El primero, sobre Europa, es esencialmente un periplo mediterráneo, describiendo una por una cada región visitada, llegando incluso a Escitia. El segundo, sobre Asia, se organiza de modo similar al Periplo del Mar Eritreo, del que sobrevive una versión del siglo I. Hecateo describe los países y pueblos del mundo conocido, siendo la parte de Egipto particularmente completa. Las descripciones se acompañan de un mapa, basado en el de Anaximandro, que corrige y aumenta. También se le conoce las Genealogiai, compendio racionalmente sistematizado de las tradiciones y mitología griegas, que rompe con la tradición épica de construcción de mitos. Se conservan pocos fragmentos, pero suficientes para considerar su importancia. Hegesias de Magnesia (natural de Magnesia del Sípilo, en Lidia) fue un retórico e historiador griego que floreció alrededor del año 300 a. C. Estrabón afirma que fundó el estilo retórico pomposo y amanerado conocido como asianismo, y le achaca haber corrompido el estilo oratorio. Ptolomeo Lago fue general del Ejército de Alejandro Magno. Cuando éste murió en el 323 a.C., su Imperio se dividió entre sus sucesores por el regente imperial Perdicas, y Tolomeo fue nombrado sátrapa (gobernador) de Egipto y Libia. Se impidió que mantuviera Chipre y partes de Grecia, aunque resistió invasiones de Egipto y Rodas. Tomó Palestina y Cirenaica. La mayor parte de este periodo estuvo caracterizada por las rivalidades con otros generales que se habían adueñado de las distintas partes del imperio de Alejandro Magno. En el 305 a.C. asumió el título real y fundó la dinastía de los Tolomeos. El Egipto Tolemaico fue una de las mayores potencias del mundo

helenístico, y en varias ocasiones extendió su dominio sobre zonas de Siria, Asia Menor, Chipre, Libia, Fenicia y otros territorios. Alejandría fue su capital y fundó la Biblioteca de Alejandría. Murió el 18 de mayo de 323 .C. Al fallecer Alejandro Magno, posiblemente de fiebres tifoideas o de un colapso hepático, tras dos años de disputas se preparó una carroza funeraria para trasladarlo a la ciudad griega de Ege (Macedonia). Entre tanto, su cuerpo se mantuvo conservado gracias que fue sumergido durante ese tiempo en miel. Alejandro expresó su deseo de ser enterrado en Alejandría o en Siwa, ciudad egipcia situada al noroeste del país. Cuando todo estaba dispuesto para su traslado a Macedonia, Tolomeo atacó la comitiva y se apoderó del cadáver dispuesto a hacer cumplir su deseo sobre el lugar de su enterramiento. Envió primero el cadáver a Menfis donde fue enterrado según la constumbre macedonia (Pausanias) y posteriormente fue llevado a la ciudad de Alejandría. En el 285 a.C. abdicó en favor de uno de sus hijos, que se convirtió en Tolomeo II. El término MUSEO parece ser deriva de la universidad creada por Tolomeo en Alejandría, a la que se llamó así en honor a las Musas. Otros autores que cabe destacar son: Antígono Monoftalmo, Demetrio Poliorcetes Hegesias de Magnesia y Filarco. En el periodo helenístico la poesía tuvo sus características propias. Apenas se da importancia a la poesía épica mientras que la pastoril o bucólica (boucoloi, pastores) alcanza un gran desarrollo. Se escriben en general obras cortas, desestimando los largos poemas de antaño. Desaparece el acompañamiento musical que se sustituye por la musicalidad de la propia métrica. Los escritores en prosa de la época helenística utilizaron la lengua koiné, que se hizo universal, pero los poetas recurrieron a los dialectos tradicionales de cada género. La epopeya se escribía siempre en la lengua homérica, la lírica de temas de amor en dialecto eolio, y la poesía pastoril en dialecto dorio. La mayor parte de los poetas vivieron y trabajaron en Alejandría. Eran literatos de naturaleza cortesana que dedicaban gran parte de su obra a la alabanza del rey de la misma manera que en épocas anteriores se habían dedicado a la exaltación de la patria. Se servían de elogios, mentiras piadosas, comparaciones mitológicas y abusaban de laparáfrasis rebuscada y de los apóstrofes inútiles. Los temas a desarrollar comprendían los sentimientos familiares, el amor por los animales domésticos y el amor en general donde aparecen galanes afortunados. Los personajes mitológicos más violentos e impetuosos son presentados con gran simpatía y se les hace víctimas de la incomprensión de los demás. El tema pastoril o bucólico está ampliamente desarrollado y se suceden las escenas de paisaje y de diálogo entre enamorados. Aparece la poesía de los viajes con descripción de paisajes y lugares, con gran profusión de epíteto. Su máximo representante es Apolonio de Rodas que adaptó la épica de la Odisea a los gustos y costumbres de su época. La poesía pastoril o bucólica, los llamados idilios o églogas son también del gusto de la época, así como el epigrama, género creado en la Grecia clásica y muy estudiado e investigado por los helenísticos que los recopilaron en la famosa Antología Palatina. La poesía pastoril nace como consecuencia de la necesidad que siente el hombre por refugiarse en el campo ya que las ciudades del momento crecen y se masifican agobiando un poco al ciudadano. Los pastores son retratados como jóvenes soñadores y enamorados y se tiene gran preocupación por los animales que les acompañan siendo considerados como seres especiales con su nombre propio, mimados y queridos por sus amos. Los paisajes descritos en este género son también idílicos en que aparecen aguas cristalinas y puras, rocas de gran belleza adornadas con vegetación, árboles frondosos en bosques espesos, etc. En cuanto al estilo y vocabulario, gustan de buscar la palabra rara, si es arcaica mejor, o técnica, y los nombres propios que sean sonoros y ampulosos.

Destacan autores Calímaco (lírica), Teócrito de Siracusa (bucólica), Filetas de Cos, Apolonio Rodio (épica) Moscos de siracusa y bión de Esmirna, Filita, Arato, Partenio de Niceas, Arato, Nicandro, Apolonio de Rodio ( Epocio) Licofrón, Meleagro de Gadara y Filodemo (epigrama) Eratóstenes y Apolodoro de Atenas ( poesía didáctica) Filetas de Cos sigue la costumbre heredada de Aristoteles como tutor del rey. En este caso, del hijo de Filadelfio Sóter. Trabajaen el Museo. Es elegiaco, hace diccionarios de terminos extraños y tene una gran influencia. Calímaco: Es el erudito por excelencia del Museo, realiza tablas y listas de autores antiguos se les debe 120 libros de estas Pinakes añade la cronología en las listas. Autor de más de 800 obras. Teócrito de Siracusa: poeta bucólico. Entronca poesía antigua y transmite y ejerce una gran influencia en la moderna. Por otra parte tenemos la comedia nueva que cambió con respecto a la del sido IV a.C. Desaparecieron el coro y la parábasis, el argumento fue dividido en actos y se estableció un prólogo en el cual el autor presentaba sus opiniones. El tema principal solía ser el amor, con toda clase de contrariedades a lo largo de la representación, llegando siempre a un final feliz. Los caracteres de los personajes eran el resultado de un minucioso estudio y aumentaron en número hasta llegar a ser 44: nueve de ancianos y adultos, 17 de mujeres, 11 de jóvenes y 7 de esclavos. El tono general de la obra siguió siendo alegre, utilizando el habla familiar de gente común como soldados, cocineros, esclavos que se veían siempre inmersos en situaciones cómicas y a veces grotescas. Aparecen estos nuevos personajes: •Criado perezoso pero buen servidor de su amo •Siervos de la gleba, es decir, esclavos agregados a una heredad que seguían manteniendo ese estado al cambiar de dueño •Vieja nodriza •Tío avaro •Tutor ladrón •Jovencita santurrona •Cortesana Menandro viene siendo considerado tradicionalmente el comediógrafo griego más importante después de Aristófanes y el máximo representante de la llamada Comedia Nueva. De su vida es bien poco lo que puede decirse y hasta hace unos decenios era poco lo que podía decirse de sus obras. Queda clara su amplia y basta cultura, como corresponde a un hombre de buena posición de época helenística y que estuvo cerca de personas que detentaron el poder. Escribió más de cien obras, de las que sólo ocho recibieron premio, a pesar de lo cual tras su muerte fue considerado un clásico hasta el punto de que en opinión de Aristófanes de Bizancio era el segundo autor sólo superado por Homero. Pero esta valoración positiva no aseguró la transmisión de sus obras: a principios del siglo XX sólo se conservaban sus sentencias. Gracias a los hallazgos papirológicos hoy podemos leer, aparte de las recreaciones de la comedia palliata, una obra completa, Arisco (Dyskolos), y seis casi completas, Arbitraje, Detestado, Escudo, Rapada, Samia, Sicionio. Otros autores que cabe destacar son: Filemón. Se marchó a Atenas alrededor del 330 a. C. y falleció casi centenario. Debió de ser muy

popular, teniendo en cuenta sus repetidas victorias sobre su joven rival Menandro, cuyo delicado ingenio no era tanto del gusto de los atenienses de la época como la comedía de Filemón. Más tarde, su éxito sobre Menandro fue tan difícil de entender que se atribuyó al carácter de sus intrigas. A excepción de una estancia en Egipto con el rey Ptolomeo II, vivió siempre en Atenas, donde murió a la edad de cien años, pero con su inteligencia intacta. Escribió noventa y siete piezas (según otros, veintisiete), de las que 64 nos son conocidas solamente por los títulos; se conservan alrededor de 194 fragmentos sueltos. Dos de ellas se conocen a través de las refundiciones en latín de Plauto (Mercator y Trinummus). Dífilo de Sinope se distingue de los dramaturgos contemporáneos (anteriormente nombrados) en que sus obras abundan en efectos dramáticos y complicadas intrigas; prefiere los escenarios lejanos y exóticos de cierto aire romántico. En su época tuvo poco éxito, pero algunas de sus obras fueron refundidas o contaminadas con otras por los comediógrafos romanos. Algunas de sus obras poseen tema mitológico, factor que lo une a la Comedia antigua.

Célebres monumentos, entre los que se encuentran dos de las llamadas por los romanos Siete Maravillas del Mundo, se construyeron en esta época: El faro de Alejandría y el Coloso de Rodas. Otras obras grandiosas fueron el templo de Apolo cerca de Mileto y el altar de Zeus. Venus de Milo. Famosos escultores clásicos del siglo IV que influyeron en esta época fueron: Escopas de Paros (colaboró en la talla de las figuras del mausoleo de Halicarnaso), Praxíteles y Lisipo. El helenismo se extendió desde la fundación de los reinos de los diádocos a finales del siglo IV a. C. hasta su decadencia a finales del siglo I a. C. Dicha decadencia puede explicarse por cinco hechos principales: •El enfrentamiento prolongado entre los antigónidas y las ciudades-estado griegas que desgastaron a ambos. •La fragmentación del Imperio seléucida, que generó otros dos grandes reinos independientes y rivales: el de Pérgamo y el de la Bactria. Dicha fragmentación acabó por debilitar a los seléucidas •El resurgimiento de las fuerzas persas, que mantuvieron una lucha contra los seléucidas, y también la lucha con Roma, que agotó sus recursos hasta su decadencia final •La falta de un mínimo de sentido de cohesión frente a los romanos. Algunos de sus estados se pusieron de parte de Roma en vez de llegar a un acuerdo entre ellas mismas, lo que inclinó la balanza a favor de Roma. En el 148 a. C. Macedonia y Grecia finalmente pasan a ser parte del Imperio romano y esto demarca el fin de la época griega. •El prolongado y suicida conflicto entre los lagitas y seléucidas que debilitó los recursos de ambos.