Medicina Helenistica Etruscos

MEDICINA HELENISTICA 1. INTRODUCCION El helenismo describe el movimiento cultural, que se dio en el Mediterráneo orienta

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MEDICINA HELENISTICA 1. INTRODUCCION El helenismo describe el movimiento cultural, que se dio en el Mediterráneo oriental, en Asia menor y en Mesopotamia, que se caracteriza por la síntesis entre las culturas autóctonas y la cultura griega clásica, es decir, no es sólo un fenómeno de síntesis entre una cultura dominante y otras culturas dominadas. El helenismo es también una experiencia social e individual que se refleja en la cultura. Los cambios sociales fueron de tal calado que no eran fácilmente digeribles por la mentalidad clásica. Las nuevas circunstancias políticas, sociales y económicas permitieron que la medicina y sus saberes básicos se cultivaran en un ambiente y con unos medios inéditos. En este periodo existió un gran desarrollo de la medicina y patología sobre todo en la semiología, además la presencia de escuelas filosóficas que dan a la medicina gran cantidad de conceptos teóricos fundamentales de diferentes escuelas como: epicureísmo, estoicismo, escepticismo y cinismo. Si bien es cierto los griegos fueron una cultura bastante desarrollada en todos los aspectos sobre todo en la medicina hubo otra pueblo llamado Etruscos, los cuales eran maestros en preparar remedios y en las terapias con aguas termales pero lo que más trascendió fueron sus habilidades en avanzadas prácticas dentales. Su fama perduró hasta mucho tiempo después de la absorción por Roma. 2. CONTEXTO HISTÓRICO: EL IMPERIO GRIEGO Por "Helenismo" se entiende un largo periodo histórico que se extiende desde la derrota de Atenas por Filipo II y Alejandro Magno (338 a. C.) hasta la conquista de Alejandría por César (30 d. C.), inicios del imperio romano. Tras las conquistas de toda Grecia, Oriente asiático y Egipto por Alejandro Magno, se impuso la cultura griega en todos los pueblos conquistados, que la fueron asimilando rápidamente. Después de la muerte de Alejandro se establecieron en el vasto imperio tres grandes monarquías: los Lagidas (Egipto), los Seléucidas (Asia) y los Antigonidas (Macedonia). En el marco de las nuevas monarquías territoriales, las antiguas "polis" democráticas perdieron su independencia y fueron subordinadas a los nuevos monarcas absolutos. Pero la lengua griega se impuso en el inmenso imperio y con ella su cultura. A este periodo, en el que se universaliza la cultura griega, se le conoce con el nombre de "Helenismo". Atenas pierde su hegemonía comercial, política y, al menos en parte, cultural. Las monarquías helenísticas suceden a la pequeña Ciudad-Estado. Se acentúan las diferencias entre las clases sociales. La inestabilidad política es permanente. En consecuencia, el individuo se siente perdido al carecer de un marco de referencia que pueda ser abarcado y comprendido. Ya no se siente ciudadano de una polis, su marco de referencia es la humanidad y la naturaleza. La

seguridad personal y la felicidad individual se convierten en los grandes anhelos de la época. 3. MEDICINA HELENISTICA En el mundo helenístico consecutivo al Imperio de Alejandro Magno, el escenario central de la medicina racional se trasladó de las ciudades griegas de la metrópoli, Asia Menor y el sur de Italia a las cortes de los nuevos reinos y muy especialmente a Alejandría, capital del Egipto ptolemaico. Las nuevas circunstancias políticas, sociales y económicas permitieron que la medicina y sus saberes básicos se cultivaran en un ambiente y con unos medios inéditos. El cambio puede simbolizarse en la fundación en Alejandría hacia el año 280 a.C. por Ptolomeo I Soter del Museum, gran institución docente e investigadora que llegó a albergar un centenar de científicos de todas las materias, espléndidamente mantenidos por los monarcas lágidas. Creado para contrarrestar el influjo de las escuelas atenienses de ideología antimonárquica, su inspirador fue Demetrio de Fáleron, miembro del Liceo, lo que explica que su orientación dominante fuera aristotélica. Cercana al Museum estaba la biblioteca de Alejandría, asimismo fundada por Ptolomeo II Filadelfo. Llegó a tener varios centenares de miles de volúmenes y se convirtió en el gran centro bibliográfico del mundo helenístico, pesando decisivamente sus copistas en las formas de producción de libros. De las instituciones culturales existentes en las demás capitales helenísticas recordaremos únicamente la biblioteca de Pérgamo, fundada durante la primera mitad del siglo II a.C. por Eumenes II y principal rival de la alejandrina. La filología, la erudición y áreas científicas como las matemáticas, la astronomía, la geografía y la mecánica alcanzaron entonces un brillante desarrollo que, en el terreno del saber médico, se manifestó basado en disecciones de cadáveres humanos. Por otra parte, conviene destacar que en Alejandría, tal como afirma F. Kuldlien, la medicina griega se convirtió en la medicina del mundo conocido de forma paralela a lo que ocurrió con la lengua griega, que llegó a transformarse en idioma cosmopolita.

La primera fase de la medicina alejandrina, correspondiente al siglo III a.C, es la que mejor se adapta por su orientación revolucionaria a lo que L. Edelstein ha llamado progresismo helenístico. Estuvo encabezada por dos grandes figuras: Herófilo de Calcedonia y Erasístrato de Ceos. Como hemos adelantado, Herófilo era el principal discípulo de Praxágoras de Cos. Asumió la tradición de esta escuela y las ideas de su maestro desde la

perspectiva de la filosofía escéptica de su contemporáneo Pirrón de Elis, lo que explica muchas de sus posturas antihipocráticas y antiaristotélicas. Su obra anatómica significó, junto a la de Erasístrato, una auténtica revolución.

Mediante observaciones en cadáveres humanos describió las meninges, los plexos coroideos, la confluencia de los senos venosos que hoy seguimos llamando prensa de Herófilo y el cuarto ventrículo. También distinguió las tres membranas oculares, anotó la diferencia entre la pared arterial y la venosa y precisó el conocimiento de los aparatos digestivo y genital del sistema vascular. Términos actuales como calamis scriptorius, retina y duodeno fueron acuñados por él.

Como patólogo y clínico, su adscripción al escepticismo le hizo rechazar la interpretación especulativa y finalista de la physis y destacar la importancia de la observación de los síntomas y de las causas próximas de las enfermedades. Esta actitud puede ejemplificarse en el hecho de que intentaba contar la frecuencia del pulso con un reloj de agua. Erasístrato era discípulo de Crisipo, una de las más destacadas personalidades de la escuela de Cnido a finales del siglo IV a.C. Le influyeron algunos planteamientos cnidios, como la tendencia a interpretar las enfermedades de modo localicista, pero su mentalidad fue más la de un científico que la de un médico práctico. Del ambiente del Cnido tardío procedía asimismo su interés por el atomismo de Demócrito, que asoció con las ideas de Estratón, sucesor de Teofrasto en la dirección del Liceo y autor de importancia central en la física antigua. Como hemos dicho, su obra anatómica fue tan revolucionaria como la de Herófilo. Entre sus contribuciones figuran la descripción de las circunvoluciones cerebrales y del cerebelo, la distinción de los nervios sensitivos y motores, el conocimiento de las arterias bronquiales y de las válvulas cardíacas, así como de los vasos quilíferos, que no serían redescubiertos hasta el siglo XVII. También perfeccionó la descripción de la epiglotis, acabando con la idea de que los líquidos ingeridos llegan a los pulmones para ser refrigerados, y formuló conceptos morfológicos tan importantes como el de parénquima y el de un sistema vascular intermedio entre arterias y venas. Por otro lado, aplicó las ideas físicas de Estratón a la interpretación mecánica de las enfermedades, aunque sin romper como Herófilo con la visión finalista de la physis. Por ejemplo, concibió la digestión como un proceso mecánico y afirmó que el exceso de alimentación conducía a la plétora venosa; esta última tenía como posible consecuencia la inflamación, que redujo a un trastorno mecánico vascular y que consideró base a su vez de la fiebre y de la aceleración del pulso. La mentalidad atomista y localicista de Erasístrato le condujo a realizar indagaciones anatomopatológicas que tuvieron hallazgos como la comprobación del endurecimiento del hígado en las ascitis. Las posturas profundamente renovadoras del Herófilo y Erasístrato no tuvieron continuidad. Sus obras sirvieron de base a escuelas que perduraron durante varios siglos, pero de inequívoca orientación escolástica. Esta trayectoria ha de situarse en las

condiciones sociopolíticas y culturales que determinaron lo que E. R. Dodds ha llamado miedo a la libertad intelectual, que frustró lo que hubiera podido ser una evolución progresiva de la ciencia y la medicina helenísticas. Contrapunto del escolasticismo fue el movimiento empírico, cuya principal característica fue la reacción contra la fundamentación cientificonatural de la medicina propuesta por Herófilo y Erasístrato. Uno de sus principales fundadores fue Filino de Cos, discípulo de Herófilo, que rompió frontalmente con las ideas de su maestro, utilizando como arma negativa el mismo pensamiento escéptico de Pirrón, que a éste le había servido de presupuesto. Otra destacada figura inicial fue Serapión de Alejandría, al parecer una generación más joven que Filino y que, como dice Kudlien, representa el ambiente de la gran urbe helenística en la constitución de la nueva escuela. La reacción de los empíricos se dirigió primordialmente, como es lógico, contra la indagación anatómica en cadáveres humanos o en animales. Presentaron la disección de cadávares humanos como algo repugnante y envilecedor, al mismo tiempo que pretendían invalidarla como método, afirmando que las condiciones en ellos eran totalmente distintas a la de los cuerpos vivos, argumento que se reiteraría después como un tópico hasta los primeros tiempos modernos. Por otro lado, rechazaron asimismo toda explicación casual. Glaucias de Tarento, un miembro de la escuela del siglo II a.C, cifró los únicos recursos válidos en el trípode integrado por la empiria (observaciones propias), la historia (lectura de observaciones ajenas) y la analogía (inferencia a partir de la semejanza). Bajo la influencia de los postulados empíricos, en ocasiones combinados con las ideas de los herofíleos o de los erasistráticos, durante los siglos II y I a.C. se cultivó especialmente la farmacología y la toxicología, la cirugía y el comentario filológico de los textos hipocráticos de contenido clínico y quirúrgico. El método analógico se aplicó de modo especialmente claro en el estudio de los fármacos y los venenos. En este campo, la principal figura fue Crateuas, médico de Mitrídates III, rey del Ponto.

Su tratado de materia médica y su compendio sobre plantas medicinales ilustrado con figuras influyeron poderosamente en las monografías posteriores acerca del tema, entre ellas, la de Dioscórides. Como toxicólogo destacó asimismo Nicandro de Colofón, autor de una obra sobre los síntomas y el tratamiento de las mordeduras de serpientes y de diversos animales venenosos (Theriaca) y de otra acerca de los principales venenos y sus antídotos (Alexipharmaca). A diferencia de la inmensa mayoría de los textos médicos alejandrinos, de los que sólo nos han llegado fragmentos, ambas se han conservado completas, habiendo sido editadas, traducidas y comentadas en numerosas ocasiones durante el Renacimiento. La cirugía hubiera podido ser la principal beneficiaría de la fundamentación de la medicina en el saber anatómico, especialmente si se asociaba a las ideas localicistas y solidistas de Erasístrato. De hecho, este autor formuló una auténtica utopía quirúrgica, llegando a intentar el tratamiento del hígado endurecido de los ascíticos con medicamentos emolientes aplicados sobre la superficie hepática tras practicar una laparotomía, operación que naturalmente fracasó. Sin embargo, la cirugía helenística se desarrolló fundamentalmente de acuerdo con los planteamientos empíricos. Filóxeno de Alejandría, autor en la transición de los siglos II a I a.C. del primer tratado de cirugía operativa conocido, era un ecléctico que combinaba el empirismo y algunas concepciones de Erasístrato, pero todos los demás cirujanos de estas centurias de los que tenemos noticia parecen ser empíricos ortodoxos. Aunque sus textos se han perdido, a través de Celso y otros testimonios conocemos el importante avance que consiguieron en el tratamiento de las fracturas, luxaciones y hernias, en la aplicación de vendajes y en procedimientos operatorios como la extracción de cálculos urinarios o el batimiento de las cataratas. Por otro lado, hay que situar también entonces el punto de partida de la separación de las ocupaciones de médico y de cirujano. Junto a los cirujanos trabajaron en Alejandría y otras ciudades helenísticas los artesanos llamados organikoí, que fabricaban los complejos y muchas veces lujosos instrumentos quirúrgicos de esta época que la investigación arqueológica ha dado a conocer. Los empíricos acabaron de mitificar la figura de Hipócrates, a quien llamaban

habitualmente el más divino de los médicos. Las observaciones ajenas de las que hablaba el trípode de Glaucias de Tarento fueron en la práctica principalmente las contenidas en los textos clínicos y quirúrgicos del Corpus Hippocraticum. No resulta extraño que se escribieran numerosos comentarios sobre los mismos que nada tenían que ver con la lectura crítica de Herófilo y Erasístrato, ya que se limitaban a la mera aclaración de los términos. Este género, que tuvo una larga pervivencia hasta los primeros siglos modernos, puede ejemplificarse en el comentario de Apolonio de Citio, empírico del siglo I a.C., al tratado hipocrático Sobre las articulaciones. Aparte de parafrasear el contenido del texto, Apolonio lo ilustró con figuras, razón por la cual fue copiado este comentario por un médico bizantino del siglo IX, llegando a ser otra de las escasas obras médicas alejandrinas que se conservan completas. 4. FILOSOFIA HELENISTICA 4.1.- El Epicureísmo: Epicuro de Samos (341-270) es el fundador de esta escuelas de Filosofía Helenística, que lleva su nombre. A los catorce años se marchó para ser discípulo de Demócrito, el principal atomista. Luego habitó en diversas ciudades griegas hasta que, en su madurez, se instaló en Atenas para fundar su propia escuela filosófica. Esa “edad de la ansiedad” provocaba el dolor físico y moral de las personas, lo cual llevó a muchos a entregarse al disfrute del placer por el placer, lo que se conoce como Hedonismo. El centro del pensamiento epicúreo es la reflexión sobre el placer y el dolor, lo cual ha llevado a algunos autores, bastante ignorantes, a calificar al epicureismo como hedonismo. La física y la escasa ontología de Epicuro no son originales, sino que sigue con bastante cercanía los principios fundamentales del atomismo. La originalidad la encontramos en la teoría sobre el ser humano y su comportamiento. Los seres humanos buscamos el placer por naturaleza y huimos del sufrimiento, también por naturaleza. − El placer tiene dos dimensiones, una que es la del goce (dimensión positiva) y otra que es la de cese del sufrimiento (dimensión negativa). − El sufrimiento tiene también las dos mismas dimensiones, la positiva y la negativa. La dimensión positiva del sufrimiento

es el dolor, sea del tipo que sea, mientras que la dimensión negativa es la desaparición del placer. Cuando disfrutamos de un placer (de un goce) debemos tener en cuenta que, cuando este placer desaparezca, padeceremos un sufrimiento producido por la ausencia del placer de la misma intensidad y duración, al menos, del placer que hemos vivido. Ello lleva a Epicuro a considerar que hay que evitar el disfrute de placeres intensos, porque a lo único a lo que nos llevaría, sería a un sufrimiento intenso. Para no vivir un continuo cambio de sufrimiento y placer, en el que inevitablemente triunfará el sufrimiento, hay que moderar los placeres hasta su extinción. El estado en el que los seres humanos nos encontramos en un situación en la que no sentimos ni placer ni dolor la denomina la “ataraxia” (“la no herida”, etimológicamente). La pérdida del placer no es, realmente, la única causa del sufrimiento. La principal causa del sufrimiento es el miedo, que anticipa el propio sufrimiento. El miedo tiene cuatro modalidades: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el miedo a los hombres. Epicuro propone una medicina intelectual a estos cuatro miedos, el célebre tetrapharmakón: 1. Si los dioses existen, no nos debemos preocupar de ellos, porque ellos tampoco se preocupan de los seres humanos. 2. No debemos temer la muerte, porque, cuando nosotros somos la muerte no es y, cuando la muerte es, nosotros no somos. 3. No hay dolor que no desaparezca y la desaparición de dolor es un gran placer. 4. Sólo tiene a los hombres el que algo espera de los demás seres humanos. Sólo el que tiene alguna injusticia que esconder vive en inquietud. No debemos esperar nada de los hombres ni cometer ninguna injusticia, para no tener que esconderla. Epicuro, al igual que Platón y Aristóteles, también fundó un círculo de discípulos y una institución de enseñanza, conocida como “El Jardín”. Para conseguir la “ataraxia” hay que rodearse de unas circunstancias adecuadas, como es la huida de la vida en la sociedad y la amistad. El Jardín era algo parecido a lo que actualmente es un monasterio, un lugar donde los discípulos del epicureismo se retiraban a cultivar el conocimiento y la amistad con aquellos que buscaban lo mismo que ellos. 4.2.- El Estoicismo Zenón de Kytios es el fundador de esta corriente de pensamiento, que se ha convertido en una auténtica forma de afrontar la existencia. El estoicismo recibe su nombre del lugar donde empezó a reunirse el primer círculo de discípulos: la Estoa o puerta de Atenas. Esta escuela partía de un fuerte

determinismo natural, es decir, todo obedece a una serie de causas necesarias y, por tanto, inevitables. De esta forma el ser humano lo que debe es conformarse con las determinaciones de la naturaleza, conformarse con el destino.

Para vivir conforme al destino, conforme a las determinaciones de la naturaleza, debemos controlar las pasiones, que siempre nos llevan a vivir fuera de la propia naturaleza. El control de las pasiones debe llevarse de tal modo que el ser humano no se alegre por lo bueno, no se entristezca por lo malo ni espere nada del futuro. La situación en la que el ser humano ha

controlado las pasiones la denominan “apatía” (apathía), esto es, ausencia de pasiones y sentimientos. La conformación del individuo con la naturaleza puede dar la impresión de que los estoicos eran personas que despreciaban su realidad social circundante. Ésta fue la gran paradoja del estoicismo. Los estoicos, especialmente los estoicos romanos de la llamada “Estoa nueva”, fueron reformadores sociales y políticos, precisamente porque consideraban que las circunstancias y hechos sociales y políticos no se acomodaban con la necesidad natural. 4.3.- El Escepticismo El escepticismo es una corriente de la Filosofía Helenística que mantiene la imposibilidad de los seres humanos para tener un conocimiento absolutamente cierto de la verdad. La finalidad del escepticismo también

era moral, consistente en evitar el sufrimiento que el quebranto de las creencias y seguridad produce en las personas. El principal representante del escepticismo fue Pirrón. Los seres humanos únicamente podemos conocer verdades parciales y provisionales, en el mejor de los casos. Proporcionan cuatro argumentos para fundamentar su postura: 1. Perspectiva: el punto de vista de cada uno de los seres humanos modifica la realidad que se quiere conocer. Tanto los intereses personales como los colectivos cambian lo que cada cual conoce. No entraremos dos seres humanos que ante un mismo objeto tengan el mismo conocimiento. 2. Costumbre: el ser humano pertenece a una sociedad que le proporciona una serie de costumbres. Las costumbres sociales que forman parte fundamental de la forma de conocer del individuo condicionan nuestro conocimiento, por ello una cultura considera bueno y verdadero lo que otro considera falso o malo. 3. Historia: el transcurso del tiempo nos ha demostrado que lo que considerábamos antes como absolutamente verdadero, ahora puede ser tenido como absolutamente falso. La historia del conocimiento es la historia del descubrimiento de las verdades que creíamos seguras e irrefutables. 4. Condicionamiento espacio-temporal: los seres humanos vivimos en un espacio y tiempo determinados y no podemos de estar dentro de ese tiempo y espacio concretísimo que habitamos. Por el contrario la verdad es universal, entre otras cosas, independiente del tiempo y del lugar. Nuestro conocimiento, también condicionado espacio-temporalmente no puede conocer realidades no espaciotemporales, como la verdad absoluta. 4.4.- Cinismo Los cínicos no sólo eran críticos radicales a la sociedad helenística en la que vivían, sino que llevaban esa crítica a la práctica. Una vida humana plena era aquélla que se desarrolla conforme a la naturaleza, rechazando todo lo que fuera una convención humana. Los cínicos no aceptaban la vida normal porque estaba fundada por principios puramente humanos, por lo que ellos mismos abandonaron la sociedad, dejaron sus propiedades y vivieron a la intemperie. Nunca formaron una escuelas no se reunieron. Eran seres individuales que se autoexpulsaban de la comunidad humana para poder reírse de todos. Con su vida ponían de manifiesto que los seres humanos valoran cosas que realmente no son imprescindibles y no se preocupan de lo verdaderamente importante. Una anécdota ilustra a la perfección la mentalidad de los cínicos. Se cuenta que Diógenes, un cínico, vivía desnudo deambulando por Atenas, para tapar

su impudicia estaba dentro de un tonel. Alejandro Magno fue a Atenas y quiso conocer a Diógenes. Cuando se encontró ante el cínico le dijo que le pidiese lo que quisiera, Diógenes le contestó: “apártate Alejandro, que me tapas la luz del sol”.

LOS ETRUSCOS 1. CONTEXTO HISTÓRICO: Los etruscos probablemente emigraron de Asia menor a la península italiana, asentándose en esta en tiempos prehistóricos. Primero ocuparon la región central entre el Arno, en el norte y en el Tíber en el sur; más tarde se extendieron hacia el norte del valle del Po. Al final del siglo vii los etruscos conquistaron el pequeño asentamiento de Roma. En el siglo VI los romanos se sublevaron expulsando a sus dominadores etruscos y a continuación los conquistaron. Sin embargo, y como era habitual en ellos, adoptaron y expandieron la mayor parte de la cultura etrusca altamente desarrollada que incluía entre sus habilidades sus avanzadas prácticas dentales. Los etruscos fueron una enigmática civilización que se desarrolló entre los siglos IX y I adC, cuyo núcleo histórico actualmente conocido fue la Toscana a la cual dieron su nombre. 2. MEDICINA: Fueron los iniciadores del concepto de higiene, crearon instrumentos quirúrgicos de metal, permitieron la realización de complejas prótesis dentales de oro, examinaron el hígado para predecir el futuro, eran maestros en preparar remedios y se destacaron por la utilización de terapias con aguas termales, su fama perduro mucho tiempo después de la absorción por roma. En realidad, sabemos muy poco de los misteriosos etruscos. Estaban tan bien integrados en la vida romana que los únicos vestigios específicos de su civilización han desaparecido, a excepción de sus cementerios. Sin embargo, estamos seguros de que su llegada a Italia practicaban la cremación, al igual que otras naciones del levante (como hacían los romanos hasta aproximadamente el año 200 a.c) hacia el 500 a.c ; con la introducción de la inhumación, se practicaban los dos métodos de enterramiento. Sus tumbas constituyen un importante tesoro para la historia de la odontología, ya que, aunque el resto de su cuerpo se reducía a cenizas, los dientes permanecían intactos. En algunas tumbas se han encontrado tabillas de arcilla que presentan grabada una dentadura completa; se trata de ofrendas a los dioses a quienes atribuían

poderes curativos sobre las enfermedades de la boca y el dolor de muelas y mandíbula. Entre los principales hallazgos de importancia en el estudio de la historia de la Odontología, encontramos que: Los etruscos fueron los primeros en utilizar material para implantes, tales como marfil y conchas de mar, igualmente mostraban un adelanto muy importante en el vaciado de los metales y un avance notable en la artesanía cerámica, lo cual los llevó a desarrollar prótesis dentarias muy adelantadas para su época.

La usual

práctica era

preparar tiras planas de oros blando y puro para rodear los dientes sanos. Se construían otras bandas para sostener y sujetar los dientes artificiales de repuesto que se soldaban unas con otras. En algunos los dientes humanos cortados por el cuello se sujetaban a la banda de oro con remaches o espigas. En la mayor parte de los casos se usaban dientes de vaca y buey para disimular los dientes naturales perdidos. A veces, se preparaban encajes, cortando por el centro un ancho de diente de buey dándole la apariencia de dos dientes. Estos dientes se sacaban de la mandíbula de animales jóvenes probablemente antes de su erupción, pues muy pocos muestran signos de roce o desgaste en sus cúspides. La imagen muestra piezas de odontología etruscas, los dientes extraidos a cadáveres en batalla se fijaban a la armazón metálica, mutilándoles la raíz. Los dientes que aquí se representan corresponden al Mercey Side Museum County de Liverpool Inglaterra.

Prótesis parcial etrusca

Primera prótesis dentaria Esta interesante pieza data aproximadamente del Siglo IV antes de Cristo y es mostrada en el Museo de la Escuela Dental de Paris. Constituye una de las primeras prótesis dentales fijas de la historia. Está constituida por una banda de oro a la cual se incrustaron dientes de animales para reemplazar piezas faltantes.

CONCLUSIONES:







La medicina helenística es sus inicios estuvo encabezada por dos grandes figuras: Herófilo de Calcedonia quien debido a su vínculo con el escepticismo rechazo la interpretación especulativa y destacó la importancia de la observación de los síntomas y de las causas próximas de las enfermedades mientras que Erasistrato interpreto las enfermedades de modo localicista, pero su mentalidad fue más la de un científico que la de un médico práctico. La filosofía helenística que incluyo diferentes escuelas como: epicureísmo, estoicismo, cinismo y escepticismo, tuvieron en común el poner en un segundo plano la política y sus deberes ciudadanos que ya no entendían ni compartían para esforzarse en buscar soluciones individuales para conseguir la felicidad al margen de la colectividad. Los etruscos fueron expertos en la medicina natural con la utilización de aguas termales ademas de ser uno de los primeros en introducir el concepto de higiene y en la odontología destacaron por sus prótesis dentarias siendo los primeros en utilizar material para implantes, tales como marfil y conchas de mar.

ANEXOS

BIBLIOGRAFIA: 

José María López. La medicina en la antigüedad [acceso 28 de mayo del 2017]. Disponible en: http://www.pucmmsti.edu.do/websise/estudiante/materias/201120123/ST-HG %20-231-T-001/Historia%2016%20-%20Cuadernos%20-%20La%20medicina%20en %20la%20antiguedad.pdf



Manuel Calleja. La filosofía helenística [acceso 28 de mayo del 2017]. Disponible en: https://filosofiaceuta.files.wordpress.com/2010/09/05helenismo1.pdf



Laura Victoria. Etruscos en la odontologia [acceso 28 de mayo del 2017]. Disponible en: http://odontologiaetruscos.blogspot.pe/