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___________________________________________________________________ http://www.cinicos.com/epicuro.htm ___________________________________________________________________ EPICURO “Y Apolodoro el epicúreo relata en el primer libro de su "Vida de Epicuro" que accedió a la filosofía por despecho hacia los maestros de escuela, porque no habían podido explicarle el sentido de caos en Hesiodo” (Diogenes Laercio) Epicuro nació en Samos en el año -341, donde su familia se había establecido como colonos, ya que en aquel tiempo era una colonia de Atenas. Como sus padres eran ciudadanos atenienses, también a él le correspondía la ciudadanía ateniense, y por tanto la obligación de cumplir el servicio militar en Atenas al cumplir los 18 años. Interesado desde joven por la filosofía, en Atenas habría tenido contactos con la Academia platónica dirigida en esa época por Jenócrates, y el Liceo dirigido por Teofrasto ya que el propio Aristóteles había tenido que ausentarse a Calcis. Parece que ninguna de estas escuelas le gustó y que incluso habría escrito en contra en alguno de sus miembros. Mientras tanto su familia se había trasladado a Colofón, a donde fue a vivir Epicuro cuando terminó el servicio militar. Allí fue discípulo del atomista Nausifanes, seguidor a su vez de Demócrito, pero tampoco estas enseñanzas fueron del agrado del Epicuro, que enseguida las abandonó, y siguió buscando ideas que le fueran más propias. Años más tarde se trasladó a Mitilene en Lesbos, y posteriormente a Lámpsaco en Jonia, donde conoció a sus primeros seguidores: Hermarco de Mitilene y Metródoros de Lámpsaco. Ambas ciudades tenían una larga tradición cultural y tenían diversas escuelas de filosofía, incluida una escuela aristotélica, fundada por el propio Aristóteles en Mitilene. Después de un tiempo decidió trasladarse definitivamente a Atenas en el año -306, donde compró una casa con un jardín y estableció allí su escuela, conocida por esto como “el jardín”. La escuela estaba organizada como una pequeña comunidad de amigos, aunque bastante jerarquizada y aislada de los problemas de la ciudad. Un hecho notable en

la época, es que en el jardín eran admitidas mujeres, como la famosa hetera Leontión, y también esclavos. Aquejado de enfermedades crónicas murió en -271, a los setenta años. Le sucedió su discípulo Hermarco de Mitilene. Según Diógenes Laercio, escribió más de trescientas obras, pero la mayoría se han perdido, por fortuna el propio Diógenes reproduce en su libro tres cartas, que resumen lo principal de las doctrinas de Epicuro: “carta a Herodoto”, “carta a Pitocles” y “carta a Meneceo” y una colección de sentencias que denomina “Máximas capitales”. Posteriormente se han encontrado algunos escritos en una biblioteca del Vaticano, conocidos como “Gnomologium Vaticanum”, que consta de 81 aforismos. También se han recuperado algunos escritos hallados en Herculano.

LA FILOSOFÍA EPICÚREA En la época helenística era habitual dividir el estudio filosófico en tres partes: lógica, física y ética. Epicuro siguió en principio este esquema, pero introduciendo un cambio importante, sustituyó la lógica por la canónica o teoría del conocimiento, cambio que consideraba más apropiado para sus fines, que ya hemos dicho que eran liberar al hombre de sus temores, y conseguir la serenidad y la felicidad, pero para ello era necesario el conocimiento científico de la realidad. Por tanto el estudio filosófico se compone también en Epicuro de tres partes: canónica, física y ética. Para Epicuro había un solo mundo el material, que se podía llegar a conocer a través de los sentidos. Canónica La canónica es la parte que enseña los fundamentos del proceso por el que llegamos a distinguir lo verdadero de lo falso, es decir, es una teoría del criterio de verdad. La teoría epicúrea se basa en la percepción sensorial, la sensación es el fundamento de todo proceso de conocimiento para conocer la realidad. Es, por tanto, una teoría sensualista. La teoría epicúrea del conocimiento propone 4 criterios de verdad, de realidad o de evidencia: - La sensación, es el contacto entre nuestro cuerpo y todo lo que le rodea, y no necesita más criterios porque todo lo que se percibe es verdad. Los sentidos recogen las imágenes o simulacros (eídola) que desprenden los cuerpos. Estos “eídola” están formados por átomo muy sutiles y se transmiten como efluvios que penetran en el órgano sensorial y producen la impresión. - Los sentimientos o afecciones, que son las respuestas del sujeto a los datos sensibles y son reacciones de placer o de dolor ante las sensaciones. - Anticipaciones o prolepsis, son imágenes mentales que se forman cuando las impresiones sensoriales de un mismo objeto se repiten de una manera clara y semejante y sirven para reconocer nuevas sensaciones. - El cuarto criterio es el más complejo y resulta difícil precisarlo. Se suele traducir como proyecciones imaginativas del entendimiento o de la mente, representaciones estructuradas del pensamiento, etc. Básicamente se trata de las cosas que no podemos percibir mediante los sentidos, pero que sabemos que existen, por ejemplo los átomos o el vacío.

Física Epicuro retomó para su física la concepción materialista de los físicos jonios y el atomismo de Demócrito y Leucipo, pero manteniendo un cuidadoso esfuerzo por eludir cualquier tipo de determinismo. No estaba dispuesto a ceder ni una pequeña parte de la libertad radical del ser humano, así que era la física la que tenía que encajar en su sistema y no al revés, ya que la pretensión era fundamentar su ética. Epicuro escribió treinta y siete libros acerca de la naturaleza, de los cuales apenas queda una pequeña parte de forma secundaria. Para el estudio de la física contamos con la "Carta a Herodoto" conservada por Diógenes Laercio y el poema "De Rerum Natura" de Lucrecio. La carta a Herodoto es un resumen de su teoría física, pero a diferencia del resto de escritos conservados, este tiene un carácter de resumen avanzado para gente que ya conocía sus teorías y se manejaba con los conceptos que expone. Es un texto de difícil interpretación, que además pretende ser muy conciso. El primer principio de esta física materialista es que nada nace de la nada, es decir, no se necesita recurrir a los dioses, ni a otras entidades no materiales, para dar una explicación satisfactoria de todo cuanto ocurre. Por lo mismo nada se puede destruir en el no-ser. El segundo principio es el atomista de que todo está compuesto por átomos y vacío, esta concepción viene ya de los antiguos atomistas Leucipo y Demócrito, que Epicuro retoma pero introduciendo importantes cambios que luego veremos. El mundo está formado por infinidad de átomos y los cuerpos nacen de la combinación de estos átomos. Los átomos tienen tres propiedades que solo ellos poseen, el resto de las propiedades son secundarias y se aplican a los cuerpos compuestos de átomos. Estas tres propiedades son: tamaño, forma y peso. El tamaño puede variar pero dentro de unos límites, no puede ser mayor de un tamaño determinado porque se verían y los átomo son invisibles. Los átomos tienen tres tipos de movimiento: el vertical producto del peso, el choque y la desviación. Este movimiento de desviación o parénklisis (más conocido por su nombre en latín de clinamen gracias a Lucrecio) es el concepto más original y problemático de Epicuro, y es un concepto que une la física con la ética, lo veremos con detenimiento en otro apartado. Los cuerpos pueden ser de dos clases simples y compuestos. Los cuerpos simples son los átomos pero que constan de partes mínimas, llamadas minima, y nada puede ser concebido más allá de estos minima. Existe un número finito de tales partes en cada átomo y los dependiendo del número de partes variará el tamaño

del átomo. También pueden variar los átomos en forma debido a la disposición de sus partes mínimas. Los átomos son indestructibles, inmutables e infinitos y se mueven continuamente a través del vacío. Abandonan la superficie de los cuerpos en forma de efluvios y su lugar es ocupado por otros átomos. Esta teoría es importante para explicar la sensación y los eidola que ya se vio en el otro punto. Ética También para Epicuro la filosofía es una practica sobre el individuo, no es de extrañar entonces la importancia que concede a la ética. La teoría del conocimiento y la física, aún siendo importantes en si mismas, son en este caso importantes también para la ética. El objetivo principal que busca la ética es el estado de felicidad del individuo, para ello trata de conseguir lo que produce placer y evitar lo que produce dolor. Epicuro nos propone el cuádruple principio o tetraphármakon: no hay que preocuparse de los dioses, ni de la muerte, el bien es fácil de conseguir y el mal fácil de evitar. La base de la ética de Epicuro está en la "Carta a Meneceo" y en las "Máximas capitales" recogidas ambas en el libro X de Diógenes Laercio, y que comienzan la exposición con el cuádruple remedio. Complementado con una serie de sentencias de otra obra conocida como "Gnomologio Vaticano" que corresponde a un códice encontrado en el Vaticano en el año 1.888. Epicuro comienza invitando a todo el mundo a filosofar, independientemente de su edad, ya que cualquier edad es buena para ser feliz, ha encontrado una fórmula para ser feliz, y quiere compartirla con todo el que lo desee. Se trata de una ética hedonista basada en el placer, pero el hedonismo griego tenía ya varios predecesores, el más conocido es el de Aristipo de Cirene, fundador de la escuela cirenaica. Pero también filósofos como Platón y Aristóteles, que escribieron sobre el asunto en varias de sus obras. Epicuro retoma esta idea de placer pero quiere dejar claras sus diferencias con ellos. Conviene recordar además que el concepto de hedoné (placer) tiene un significado diferente, más amplio que lo que se entiende hoy por placer. Una concepción original de Epicuro es que la hedoné se compone de dos tipos de placeres: los placeres en reposo o catastemáticos y los placeres en movimiento o cinéticos.

El placer catastemático es un estado físico que se caracteriza por la ausencia de dolor en el cuerpo o aponía, y por la ausencia de perturbaciones en el espíritu o ataraxía. El placer cinético es el placer de los sentidos en el proceso de eliminación del dolor. Epicuro considera superiores a los placeres catastemáticos o en reposo ya que es un estado necesario para alcanzar la felicidad, mientras que los placeres en movimientos son necesarios también pero para alcanzar el estado de placer catastemático. Considera que los males del alma son más penosos que los del cuerpo, pero también los placeres del alma son superiores, en esto se diferencia de los cirenaicos, y que los dolores del cuerpo son más fáciles de eliminar que los del alma. Los males del alma están causados por la ignorancia y los temores que producen las falsas opiniones y las creencias erróneas, que perturban nuestro espíritu. En esto la sociedad y la educación tienen bastante culpa ya que fomentan dicho estado. Epicuro afirma que el bien consiste en buscar el placer y huir del dolor.

TETRAFARMACON El cuádruple remedio Sobre los dioses, la muerte, el placer y el dolor. Los dioses Una de las principales causas de sufrimiento en el ser humano es el temor a los dioses. La idea de seres sobrenaturales que pueden castigar, perturba injustificadamente la mente y obstaculiza el camino de la felicidad. Los prejuicios que la misma sociedad va imponiendo mediante ritos y obligaciones, bajo la amenaza de condenas provocan una angustia en el hombre que además nunca podrá estar seguro de estar haciendo las cosas a gusto del juicio de los dioses. Epicuro fiel a su costumbre trata de suprimir el temor mediante el conocimiento. Admite que los dioses existen, que tenemos evidencias, que hablamos sobre ellos, pero dice también que son tan lejanos que los asuntos humanos les resultan indiferentes, no pueden ni cuidarnos ni ayudarnos, por tanto las súplicas o los temores no tienen ningún sentido porque no les van a llegar. Los dioses no tienen nada que ver con ningún suceso que pueda ocurrir. Sin embargo los dioses son felices y se parecen más, según Epicuro, a una comunidad de sabios epicúreos que a cualquier otra cosa. Precisamente son felices porque han conseguido la serenidad de espíritu y viven libres de toda perturbación. Los dioses, como no podía ser menos también están compuestos de átomos, pero mucho más sutiles, y habitan en los intermundos, que son los espacios que separan un mundo de otro, un extraño lugar que les asignado Epicuro, compuesto también de átomos más sutiles que los del mundo de los hombres. Tienen forma humana y además hablan entre ellos. La teoría de los dioses es una de las teoría de Epicuro que más ha dado que hablar, primero es sorprendente que acepte la existencia de los dioses, pero una vez admitida la clase de dioses son bastante peculiares, más parecidos a sabios humanos, dado además su carácter antropomórfico. La muerte Otro de los mayores motivos de dolor es la idea de la muerte. La gente, en general, no tiene una idea precisa de la muerte, pero la idea que tiene es negativa y dolorosa. La sociedad y la educación tradicional inculca unos valores sobre la muerte que son motivo de temor y de rechazo, inculca también unas vanas esperanzas que no se pueden cumplir. Frente a la muerte, el ser humano es más

consciente de su propia fragilidad, ve por su experiencia de los demás que la muerte es un hecho irreversible, que no hay retorno posible y esto produce una angustia porque cuando alguien se pregunta por un dudoso más allá, lo que percibe es la falta radical de certezas. A diferencia del temor a los dioses, la muerte no admite dudas, es un hecho real. Epicuro nos habla de la muerte en la "Epístola a Meneceo" y desde el principio deja muy clara su propuesta "Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada...", puesto que la muerte es precisamente la privación de sensación, una vez muertos no hay nada. Epicuro en su teoría sobre el alma nos explica que el alma es también corpórea, y que como todos los demás cuerpos con la muerte se separan sus átomos, el alma solo siente cuando está unida al cuerpo, no puede vivir independientemente de él. Saber esto nos evita cualquier tentativa de inmortalidad, o tan siquiera de continuación, lo único importante es la vida porque es lo que tenemos. La angustia por lo que habrá después de la vida, por el más allá, por salvaciones o condenas, carecen de sentido. La misión de la filosofía será, mediante el conocimiento, alejar estas ideas negativas que perturban el espíritu e impiden la serenidad. El placer y el dolor El bien consiste en conseguir el placer y huir del dolor ya que el placer es el principio y el fin de una vida feliz. Además el placer es fácil de conseguir y el dolor fácil de evitar.

Felicidad y placer El placer como fin supremo Placer cinético y placer catastemático Primacía de los placeres del alma Placeres moderados o racionales La felicidad a través de la ataraxía Para Epicuro la finalidad de la existencia es conseguir una vida feliz, esto se logra mediante el placer y la misión de la filosofía es tratar de evitar todos los obstáculos que puedan impedir esta meta y mostrar el camino para alcanzarla. Felicidad y placer, eudemonía y hedoné, son el objetivo de la filosofía. El contenido de estos conceptos, sin embargo, resulta múltiple y se encuentra en contextos muy diversos a lo largo de la historia del ser humano. La reflexión sobre la felicidad es general en el mundo griego, pero es un concepto que se escapa a los límites de una definición compartida unánimemente, cada uno lo entiende de una manera que no siempre se puede compartir con los demás. Platón o Aristóteles, dejaron escrito la importancia que daban a este concepto, pero las diferencias de unos con otros impiden una noción común. Epicuro no podía ser menos y se aleja de la visión de la felicidad de sus predecesores. La felicidad para Epicuro consiste en logra una vida feliz mediante el placer, esta actitud se denomina hedonismo, y había habido escuelas como la cirenaica de Aristipo de Cirene que habían adoptado el hedonismo como base de su filosofía, aunque en una forma diferente al epicureísmo. El concepto de hedoné usado por Epicuro, tiene un significado más amplio que el que puede dar a entender su traducción por placer, significa también gozo y se refiere tanto a los placeres de la carne como a los del espíritu, y depende de las escuelas dan mayor importancia a uno o a otro. A Epicuro le interesan más los placeres estables y duraderos caracterizados por la ausencia de dolor en el cuerpo o aponía y de perturbación en el espíritu o ataraxía, concepto este último que encontramos también en otras escuelas, pero también considera importante la satisfacción de los placeres cinéticos, dirigidos a evitar sensaciones de dolor. Es deseable evitar los dolores del cuerpo pero son peores los dolores del espíritu, sin embargo también se pueden evitar, mediante un esfuerzo por erradicar las falsas opiniones, creencias irracionales y vanas esperanzas, que son las que causan las perturbaciones de nuestro espíritu y nos alejan de la serenidad, y esta es la misión de la filosofía. Amistad La amistad (philía) es una palabra que indica un vínculo afectivo, y tiene una larga tradición en Grecia desde tiempos de Homero. Epicuro hace de la amistad algo muy especial que se puede apreciar en sus escritos y en la actitud que había en sus

escuelas y sobre todo en el "jardín", que estaba formado por una comunidad de amigos de igual a igual, independientemente de todo lo demás, recordemos que esta comunidad había mujeres, cosa no muy habitual, prostitutas o esclavos. Epicuro hace de la amistad uno de los puntos más importantes de la felicidad, porque la amistad es una de las cosas que más placer nos proporciona. Rechaza la vida política y social como negativo para mantener la serenidad, pero mantiene la necesidad de la amistad para conseguir la ataraxía, incluso cuando pueda haber momentos de turbación por el sufrimiento de un amigo. La amistad es el único caso en que se puede permitir el altruismo, incluso el sacrificio de la propia vida por un amigo, sostiene que es dulce para el sabio soportar el dolor y la muerte por un amigo. Escribió que es más placentero dar que recibir. La justicia La teoría general de la virtud La justicia virtud interior La justicia como contrato La justicia no es un bien por si misma ni la injusticia un mal en si misma. La justicia tiene su utilidad como un pacto para convivir unos con otros, es una convención para no hacer ni sufrir daño con arreglo a unos acuerdos. La justicia no es algo inamovible y depende de las circunstancias, cambia respecto de estas, lo que en un momento es justo en otro no lo es. El epicúreo acepta las leyes si no se oponen a su felicidad individual y las acata si no hacerlo supone un perjuicio para su tranquilidad. La justicia no es algo natural sino impuesto, por quien puede hacerlo, y puesto que considera la política como bastante negativo, la justicia tiene su sentido en forma de pacto de no dañar ni ser dañado, consiguiendo una cierta seguridad.

Libertad individual: parenklisis o clinamen Epicuro era un materialista radical, todo estaba compuesto por átomos y vacío, incluido el alma o los dioses. Sin embargo por encima de todo estaba la libertad individual, si alguien tenía que ceder algo sin dudarlo un momento, serían los átomos. De esta encrucijada surgió una de las teorías más originales, pero a la vez más extrañas de la antigüedad: la teoría de la desviación espontánea de los átomos, conocida en griego como parénklisis y en latín (gracias a Lucrecio) como clinamen, el tercer movimiento de los átomos. Los átomos tienen tres tipos de movimiento: el vertical, producto del peso, el choque que produce cambios en la dirección del átomo y la desviación espontánea. No aparece, al menos con claridad, en las obras de Epicuro, lo desarrolla ampliamente Lucrecio y en menor medida Filodemo. Lucrecio dice que en un momento indeterminado del movimiento del átomo ocurre una ligera desviación de su trayectoria y esta desviación es la que posibilita los choques y el encuentro entre los átomos para que puedan surgir las cosas. Epicuro establece tres causas para los sucesos: unas cosas suceden por necesidad, otras por azar y otras por las acciones humanas. La desviación es producto del azar, con ello la trayectoria del átomo es impredecible. Esta teoría sirve para salvar el estricto determinismo que impone una teoría materialista como el atomismo, determinismo que ya venía desde Demócrito, pero al que no está dispuesto Epicuro, sobre todo porque su pretensión era garantizar la libertad de la acción humana. El interés principal para Epicuro es el lado práctico al que supedita la teoría del conocimiento y la física dentro de su sistema. El clinamen o desviación es la introducción de un cierto grado de indeterminismo pero suficiente para mantener la libertad, tanto física como moral.

De Rerum Natura El poema de Lucrecio, De Rerum Natura, traducido como " De la Naturaleza", es un caso único en el panorama filosófico antiguo, tanto por su amplitud como por su calidad literaria ya que la obra está escrita en verso y en ella se expone la doctrina de Epicuro, puede considerarse la obra de física más completa de la antigüedad. Un autor actual como es Michel Serres sitúa en esta obra el nacimiento de la física. Tito Lucrecio Se sabe muy poco de la vida de este poeta, que nació en el año -94 y murió en el -51 o -50. El silencio de los autores antiguos sobre este famoso poeta ha aumentado su leyenda, pero es bastante significativo, ya que era de sobra conocido por Cicerón y otros filósofos. Lo cierto es que lo único que nos ha llegado son las inquietantes palabras de San Jerónimo, que dicen que Lucrecio se volvió loco por culpa de haber ingerido un filtro de amor y que compuso este largo poema en los intervalos de lucidez que le permitía su locura y que finalmente se dio muerte por propia mano. También dice que posteriormente Cicerón corrigió su obra. Si la doctrina de Epicuro era transgresora, la de Lucrecio no lo es menos, y arremete contra toda autoridad romana. Los comentaristas de Lucrecio destacan su carácter apasionado y propenso a la melancolía, que se nota en su obra, se caracteriza como un hombre vehemente y exaltado, pero también pesimista. Esta obra está escrita en verso, en hexámetros, su lectura no es fácil, por lo que puede suponerse que no estaba dirigida al gran público, sino a pequeños grupos aristocráticos e intelectuales. Esta compuesta de 6 libros escritos en latín, que tratan de mostrar las teorías físicas de Epicuro. El primer libro trata de los átomos y del vacío, de que nada nace de la nada y de que todos los seres están formados de átomos. El libro segundo trata del movimiento de los átomos. El tercer libro habla acerca del alma. El cuarto sobre la teoría de la sensación. El quinto sobre el mundo. Y el sexto sobre diversos fenómenos atmosféricos y las enfermedades, terminando con un sombrío panorama sobre los estragos de la peste en Atenas. Lo curioso del caso es que todos los códices que se conservan proceden de un mismo manuscrito probablemente del siglo IV, pero el que se conserva es del siglo IX y está en la Universidad de Leyden, y podría derivar de la biblioteca de Alcuino de York. Los mismos fragmentos que faltan en este texto faltan también en todos los demás, lo que indica su procedencia. Hedonismo

Es la teoría según la cual el placer es la forma de conseguir la felicidad. Sin embargo hay diferentes formas de entender el placer. Para Epicuro la hedoné comprende tanto la ataraxía como la aponía. Ataraxía Con los términos de ataraxía y de aponía, Epicuro hace referencia a los placeres catastemáticos (en reposo) de la mente y del cuerpo, pero tienen que ser completados con los placeres cinemáticos (en movimiento). La ataraxía, la ausencia de perturbaciones es el placer espiritual más elevado, y lo próximo para conseguir la felicidad. Átomo Para los atomistas, el mundo se compone de átomos, que es la parte más pequeña e indivisible del mundo material y de vacío. De sus diferentes combinaciones se forman las cosas. Placer En Epicuro este concepto tiene un interés fundamental, y lo concibe de diversas maneras. Una negativa, como ausencia: de dolor, de perturbación, etc. Y otra positiva como principio y finalidad de una vida feliz.

Que nadie por ser joven dude en filosofar, ni por ser viejo se canse de filosofar. Porque nadie es demasiado joven, ni demasiado viejo para cuidar la salud de su espíritu. Acostúmbrate a pensar que la muerte no tiene nada que ver con nosotros, porque todo el bien y todo el mal radica en la sensación y la muerte es la privación de la sensación. El peor de los males, la muerte, no significa nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe, y cuando llega nosotros ya no estamos. El placer es el principio y el fin de la vida feliz, pues lo hemos reconocido como un bien primero y a partir de él iniciamos cualquier elección o rechazo y a él nos referimos al juzgar los bienes según el placer o el dolor. En primer lugar, nada nace de la nada, pues entonces cualquier cosa podría nacer de cualquier otra y no habría necesidad de simientes. Y si lo que desaparece se diluyera en la nada, todo habría ya muerto, porque no existiría aquello en lo que se habrían diluido. El universo ha sido siempre como es ahora y siempre será igual, porque nada hay en lo que pueda cambiarse, ya que más allá del universo no existe nada que pueda producir un cambio. Todo consiste en átomos y vacío. El ser feliz e incorruptible no tiene preocupaciones ni se las proporciona a otros, por tanto no se ocupa de enfados ni agradecimientos [...]. La muerte no es nada para nosotros, porque lo que se ha disuelto es insensible, y lo insensible no es nada para nosotros. El límite de la grandeza de los placeres es la eliminación del dolor. Mientras dura el placer no hay dolor ni sufrimiento, ni la mezcla de ambos. Envíame un trozo de queso, para que pueda darme un festín cuando me apetezca.

Textos de Epicuro - Diógenes Laercio: "Vidas de los filósofos ilustres". Alianza Editorial, Madrid, 2007. Traducción de Carlos García Gual. . El libro X está íntegramente dedicado a Epicuro y es el documento más importante porque reproduce parte de su obra. - Diógenes Laercio: "Vidas de los filósofos más ilustres.". Editorial Porrúa, México, 1.984. Traducción de José Ortiz y Sanz de 1.792. Es una traducción completa del libro de Diógenes Laercio, buena pero anticuada, ya que data de 1.792. - Epicuro: Obras. Edición de Montserrat Jufresa. Madrid, 1.991. . Traducciones parciales - Fernández-Daza, Carmen: "Epicuro. Máximas para una vida feliz". Madrid 1.994. - Ojeda, Rafael y Olabuenaga, Alicia: "Epicuro. Carta a Meneceo. Máximas capitales". Madrid, 1.985. Estudios sobre Epicuro. - García Gual, Carlos: "Epicuro". Alianza Editorial, Madrid, 1.985. - García Rúa, José Luís: "El sentido de la naturaleza en Epicuro". Ed. Comares Granada, 1.996. - Lledó, Emilio: "El epicureísmo". Ed. Montesinos, Barcelona, 1.984. Estudios parciales. - Daraki, Maria y Romeyer-Dherbey, Gilbert: "El mundo helenístico: cínicos, estoicos y epicúreos. Madrid, 1996 - Farrington, Benjamín: "Ciencia y política en el mundo antiguo". Madrid, 1.980. - García Gual, Carlos e Imaz, María Jesús: "La filosofía helenística: éticas y sistemas" Madrid, 1.987. - Long, Anthony A.: "La filosofía Helenística" Madrid, 1.987.

- Martínez Lorca, Andrés: "Átomos, hombres y dioses". Madrid, 1.988. - Mosterín, Jesús: “Helenismo”. Alianza Editorial, Madrid, 2007. Sobre Lucrecio. - Lucrecio: "De la naturaleza", Madrid, 1.983. Introducción y traducción de Eduardo Valentí. El texto está en latín y en castellano. - Lucrecio: "De la naturaleza de las cosas", Madrid, 1.983. La introducción es de Agustín García Calvo y la traducción es del abate Marchena de 1.791, que corresponde a la edición que hizo Marcelino Menéndez y Pelayo. - Comte-Sponville, André: “Lucrecio. La miel y la absenta”. Paidós, 2009. - Serres, Michel: “El nacimiento de la física en el texto de Lucrecio”, Pretextos, Valencia, 1994. Otros libros. - Francisco de Quevedo: "Defensa de Epicuro contra la común opinión". Madrid, 1.986. (Quevedo fue un incansable traductor e introductor de autores griegos y latinos en España.) - Karl Marx: "Escritos sobre Epicuro". Barcelona, 1.988. (Corresponde a la tesis doctoral de Marx y a los materiales previos para su realización). ___________________________________________________________________