ENSAYO SOBRE PETER BROOK, MAS ALLA DEL ESPACIO VACIO

MAS ALLA DEL ESPACIO VACIO Brook, P. (Ed). (2001). más allá del espacio vacío: escritos sobre teatro, cine y opera. Barc

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MAS ALLA DEL ESPACIO VACIO Brook, P. (Ed). (2001). más allá del espacio vacío: escritos sobre teatro, cine y opera. Barcelona: ALBA EDITORIAL.

Peter Brook inicia su libro con la siguiente frase: “Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral” (p. 1). Con esta frase, Brook hace alusión a la teatralidad, acto que “…implica un sujeto que mira y un objeto mirado y supone que el objeto - lo mirado- es concebido como ficción por el sujeto mirante -el espectador-. Es un fenómeno en un acto de representación, se requiere, no sólo del sujeto espectador, sino que este sujeto entienda el objeto mirado como ficción, representación. Este libro sigue estando plenamente vigente. Y esto es en gran parte una tragedia, porque significa que muchos de los viejos vicios teatrales siguen repitiéndose con descaro. El espacio vacío es “uno de los más claros, sabios y más influyentes libros de teatro que jamás se hayan escrito” pero “un incomprensible equívoco” persigue a este libro desde su nacimiento. “Pese a tratarse de una obra tan clara y profunda como entretenida, mucha gente todavía cree, a tenor de su título, que es un texto sobre esencialismos escenográficos o, peor todavía, un tratado abstruso y teórico sobre teatro experimental según el signo de los tiempos. La primera parte El teatro mortal, se dedica a describir precisamente eso, el teatro tan malo que puede matar de aburrimiento. Son las pomposas producciones que pueden considerarse impecablemente realizadas, pero que no tiene mayor interés más allá del erudito o esteticista. En este punto inserto mi opinión al respecto: Todo teatro que obtenga beneficio económico por su representación merece ser llamado teatro comercial. Pero no todo teatro comercial es llamado “buen teatro”. La diferencia radica en que el mal teatro comercial utiliza todo su esfuerzo en producir una pieza que venda, mientras que el buen teatro produce buenas piezas, con buenas actuaciones y un gran contenido conceptual, un “algo” que debe decirse. Estas últimas producen dinero por su éxito en el contenido, no en la forma, o al menos ésta última pasa a jugar un segundo plano.

En la segunda parte Brook se centra en lo que llama el teatro sagrado, aquél que basándose en rituales y una exagerada ambición pretende llevar al teatro más allá de sus posibilidades. Una de las cosas que hacen a Brook insuperable es su capacidad para el matiz. En todo teatro es capaz de ver el lado bueno, pero también se atreve a criticar sus inercias más enraizadas. Por eso su crítica no es destructiva, sino que busca desprender al teatro de toda su aparatosidad para llegar a su esencia.

En la tercera parte Brook se va al otro extremo y nos habla del teatro tosco, titulado el Teatro tosco. Brook la cataloga como el “teatro popular”, el que se hace en lugares no convencionales, teatro que, al estar más cercano al público es, según Brook, el teatro que salva una época, este tipo de teatro es más directo, impactante, tajante, encuentra sus temas en lo cotidiano, lo presente, lo más próximo a la realidad actual del hombre. De acuerdo con sus características, se me es fácil relacionar el teatro tosco con las tendencias contemporáneas (happening, performance…) que buscan interpelar al público con mayor cercanía, sirviéndose para ello de los temas más actuales, la proximidad física con el espectador, la rebeldía, la sorpresa, la crítica directa, intentando convencer al espectador que lo que ve realmente ocurre, y no solo en la representación, sino en la cotidianidad de sus vidas.

En la última parte el autor explica lo que para él debe ser el teatro, el teatro inmediato. A través de diversos ejercicios y ejemplos, aunque consciente como nadie de la limitación que supone enseñar el teatro de manera puramente teórica, nos aproximamos a un tipo de creación que busca la sencillez para alcanzar magia, que abomina de la impostura para llegar a la verdad. Un teatro puro, pero no distante, un teatro radical que busca hacer accesible lo arcano.

Algo sorprendente del libro es que, entre medias de sus análisis del teatro contemporáneo, incluye, como sin venir a cuento, diversas apreciaciones sobre los más grandes dramaturgos. Así, en unas pocas líneas es capaz de revelarnos hallazgos sobre Shakespeare o Chéjov.